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¡Cómo cautivar a las mujeres

en un instante!

by Ken
Índice

Introducción: ¿Por qué comenzó todo esto?

Parte I: La iniciación

¿Qué es el Kino Brutal?


Las enseñanzas basura de gurús falsos
¿Por qué es importante el Contacto Físico?
Las ventajas del Kino Brutal
¿Qué tanto les puede gustar?
El Contacto Físico incrementa la conformidad
El Contacto Físico: una experiencia
Diderot: carta sobre los ciegos
Fisiología: el poder del movimiento
Los elementos proxémicos
Los efectos del espacio personal
Los efectos del entorno
El efecto propincuidad
Los elementos kinésicos
El cortejo es el oxígeno que todos respiramos
Lenguaje corporal: lo que se dice en secreto
Comportamientos verbales y no verbales
Si no lo hacías, no lo sabías; si lo hacías, tampoco lo sabías
También con los hombres

Parte II: Antes de tocarlas

Intimidad
Empatía
Sneaky Things
¿Acoso sexual?
Deja de ser un calenturiento; conviértete en un hombre sensual
Deja de ser un debilucho
Ser sexual
El Kino Brutal, una de las curas para la disfunción sexual

Parte III: ¿Pero qué le digo?

Las mentiras sobre la chica de tus sueños


El verbo no mata ni una mosca
Alusiones sencillas para generar conversaciones
¿Pero qué le digo?
¡Ahorita voy!
¡Sólo vine a echar desmadre!
La estrella y el espectador

Parte IV: Técnicas de contacto físico

Que sonrían y abran su cuerpo


Las manos
El saludo
Abrir la pista de baile
Disminuye sus opciones
¿Por qué tan rápido?
Las caricias
La gorda del grupo
Salir con o sin amigos
Experto en el cierre
El beso
Avanzar y retroceder
Contacto a la inversa
Que no se la lleve nadie más que tú
Logística

Parte V: Abraza tus miedos

Entonces, ¿Por qué no lo haces?


Abraza tus miedos
Cuestiones de personalidad
¿Cómo te percibes?
Las traigo muertas
No aparentes, termina lo que empiezas
Estilo de vida

Parte VI: Por si no te sale a la primera

Las múltiples variantes en las interacciones


¡Ay, pinches viejas mamonas!
Ellas están rodeadas de puros papanatas
La temporalidad del éxito y el fracaso
Parte VII: Una fuerza invisible

Magnetismo personal
Polos mentales y físicos
La fase mental
La fase física
Magnetismo físico
Generar fuerza magnética
Distribuye tu fuerza magnética
Proyectar tu fuerza magnética
Radiación Mental
Actitudes mentales
Atmósfera mental
Corrientes magnéticas
El destello directo
Ejercicios para el destello directo
Un aura positiva
La orden directa
El duelo magnético
Magnetismo corpóreo

Parte VIII: Un compromiso de por vida

La persistencia gratifica
Hábitos
El camino hacia la maestría

Conclusión: Una petición


La vida no es corta, es desperdiciada!
Agradecimientos
Mis compañeros de viaje
Aunque de alguna manera este libro es el resultado de todo lo que me han
enseñado, no podría recordar el nombre de todas esas personas que me han
acompañado en esta aventura. Sin importar lo que me han enseñado y cómo
lo han hecho, quiero que sepan que estaré profundamente agradecido. Sé que
de todas las bendiciones que les suceda, al menos una contendrá el sello de la
buena vibra que les mando.
No obstante, sí tengo en mi mente el nombre de todos los que de verdad
me extendieron una mano firme cuando más lo necesitaba.
Me gustaría agradecer primero a mi señora madre, quien, además de lo
obvio, una vez me picó el orgullo cuando estaba bajoneado por una mala
racha con las mujeres. Después de sentir el filo de su comentario,
comenzaron a sucederme una serie de anécdotas dignas de escribirse.
A Juan Carlos, mi cumpa, quien me inspiró a estar siempre acompañado
de bellas mujeres, y que cuando logré hacerlo, no me creyó hasta que lo vivió
en persona. Por la buena dupla que hacemos, y por tenerme en cuenta
siempre como un hermano.
A Abraxas, el mejor compañero de ligue que uno puede tener. Por
mostrarme la magia del mundo nocturno, por prestarme tu coche y tu
departamento para portarme mal con las mujeres. Espero algún día
recompensarte por confiar y creer en mí.
A Tarzan, por tus consejos y por hablar con “la Tiffany” para que me
quitara lo virgen antes de concluir la preparatoria. ¡Lástima que la misión
falló!
A Copo, mi perra, por tus consejos y por levantarme el ánimo como sólo
tú sabes.
A Passion Man, por ese viaje a Chiapas que todavía me debes.

Finalmente quisiera agradecerles a todas las mujeres de reputación


cuestionable. No he encontrado mayor confort que el que siento cuando están
en mis brazos. Gracias por abrirme su mente, su corazón y sus piernas.
Ustedes son mi inspiración, ustedes me enamoran con su personalidad y el
cuidado que le dedican a su apariencia. Si pudiera amarlas a todas con todo y
el mismo amor, no lo dudaría ni un segundo. Quiero que sepan que si me fui
o les hice algún daño, no lo hice sin perder un pedacito de mi corazón. En los
buenos y malos momentos, en el corto o largo tiempo que compartí con
ustedes, las amé de principio a fin. Y en especial, quisiera agradecerte a ti,
Valeria, porque aunque ahora te encuentres en brazos ajenos, siempre voy a
amarte, pase lo que pase. Para siempre. N.
Introducción
¿Por qué comenzó todo esto?
Aunque desde que estaba en sexto de primaria empecé a conocer mujeres
haciendo lo que estaba a mi alcance para obtener un poquito de su amor, no
fue sino hasta los 17 años que comencé a estudiar y practicar los conceptos
que se manejaban en las comunidades de seducción. En ese entonces yo era
un adolescente acomplejado, muy delgado, con la cara tapizada de acné y los
dientes chuecos. Además estudiaba la preparatoria, por lo que no tenía
dinero, ni auto, ni un lugar en el que pudiera invitar a una chica para perder
mi virginidad, que, a propósito, no había podido perder, no por una falta de
oportunidades, porque llegaron, sino porque tuve una educación un tanto
conservadora en ese aspecto. O simplemente las cosas no se dieron por una u
otra razón. Entonces, no tenía ni experiencia, ni historias… no tenía nada.
Recuerdo muy bien que no les hablaba a las chicas durante el día porque
no quería que vieran mis granos, ni que se dieran cuenta de mis dientes,
mucho menos las invitaba a salir porque sólo contaba con lo de mis pasajes, a
veces ni eso. En la noche me sentía un poquito más cómodo, pues “de noche
los gatos son pardos” y el ruido de la música me ayudaba a estar más cerca de
sus oídos, de esta forma se enfocaban menos en mi cara y más en lo poco que
hacía bien. Al menos eso creía yo. Nunca imaginé que todos estos obstáculos
serían una bendición y el descubrimiento de algo tan esencial en la
comunicación entre hombres y mujeres y las personas en general. Es decir, al
no tener una buena conversación ni historias qué contar, me enfocaba en otras
maneras de atraer a las mujeres. Al no tener con qué invitarlas a salir, me
enfocaba en escalar lo más posible en el menor tiempo posible. Y al no tener
un lugar íntimo para tener relaciones con ellas, tuve que desarrollar mi lado
aventurero y la habilidad para contagiarlas para tener sexo con ellas en
lugares públicos o poco adecuados. Estoy casi seguro que si no hubiera sido
por estas últimas habilidades, aún seguiría siendo virgen.
Al principio no hacía tanto énfasis en el Kino, pero cuando mis resultados
se estaban dando de forma evidente gracias a esta habilidad, empecé a
desarrollar ciertos conceptos y dinámicas sólo para encontrarme con un
mundo de posibilidades, a lo cual apodé como Kino Brutal después de lo que
me sucedió la noche del sábado, 11 de septiembre de 2010, cuando aún era
un inseguro y tierno principiante. He aquí la historia:

Quería deprimirme en casa pensando sobre mi realidad, pero no


pude, pues me fui a ligar con Abraxas, Copo, DJ Mobs, Gee, Bart y
Tekilator. Salí con ellos, y con algo podrido en mi interior. Llegamos
al Pata Negra, DJ Mobs no perdió tiempo y empezó a hablar con
varias mujeres. Traía buena vibra. Mis acciones no tuvieron mayor
trascendencia. Hablé con una mujer fea que más tarde se pondría
celosa, una colombiana que me corrió a los seis minutos, una
francesa que bailaba mejor que yo y que no sintió nada por mí, dos
mujeres que ni siquiera me dieron la oportunidad de decirles,
“¡Hola!” Y una fea española cuyas amigas me arruinaron el
momento.
Tuve lapsos de inactividad, lo que disminuyó mi energía de forma
tremenda. Hice una docena de cosas que bajaron mi valor. Al final de
la noche tenía sueño, estaba cansado, destrozado física y
moralmente, fastidiado de estar despierto. Pero me dije, “¡Más bajo,
ya no puedo caer, nadie se acordará de mí!” Eso me dio las fuerzas
necesarias para hablarle a una mujer más. Aunque no podía hacerlo
solo. Le dije a Gee que me acompañara a dar un rondín, como todo
un depredador.
Ser un parásito se ha convertido en una de mis habilidades. Gee
se convirtió en mi hospedero de la noche:
― ¡Tú rompes el hielo en el grupo, y yo te ayudo con las amigas!
―le propuse.
Estar desesperado me hacía conformarme con lo que fuere, pero
Gee me tenía un plan distinto. Se dirigió a una de las mujeres del
grupo, y por lo que sucedió después, creo que inició con algo como:
― ¿Quieres bailar con él?
Si creí que ya no podía caer más bajo, me equivoqué. De hecho,
todo lo que me queda por relatar sigue sin tener sentido. Cuando
quise interpretar lo que Gee pudo haber dicho para que ella volteara a
verme, pensé dos cosas:
1) ¡Diablos, no tengo otra cosa qué decirle, más que baile
conmigo!
2) ¡Diablos, es preciosa y, por lo mismo, me va a mandar a la
chingada!
Afortunadamente mi segundo pensamiento no se cumplió, pero
casi me muero por falta de aliento. Así es, Gee me había enjaretado a
la mujer más guapa del grupo y del lugar. Y había aceptado bailar
conmigo.
Todo sucedió tan rápido y de un modo totalmente diferente a lo
que yo tenía en mente. Por esa razón, empecé a decir una serie de
estupideces. Primero tomé su cintura y su mano, parecía marchar
bien.
― ¡Oye, te ves demasiado grande para mí! ―dije, sin pensar
demasiado.
En seguida esbozó una sonrisa como diciendo, “¿Y ahora qué se
trae este tipo?”
― ¡O sea, tengo diecinueve años! ¿Y tú? ―me preguntó, tratando
de hacer una conversación más cómoda.
― ¡Dieciocho!
― ¡Entonces sí, soy más grande que tú!
― Por cierto, ¿cómo te llamas? ―yo sólo andaba de preguntón.
― ¡Giovanna! ―respondió sin preguntar mi nombre.
― ¡Seguramente muchos hombres se acercan a ti debido a lo
guapa que te ves!
― ¡No, en realidad no! ―contestó de forma modesta.
A medida en que seguía contemplándola, me sentía poco hombre
para ella. Tan desconcertante era examinar su belleza, que sólo me
quedaba mente para decir incoherencias, por eso decidí dedicarme
únicamente a bailar y establecer contacto físico. En un momento
dado se me ocurrió abrazarla, cargarla y darme una vuelta con ella.
Empezó a reírse de nervios, lo que me permitió ver su hermosa
dentadura. ¡Dios mío! Mi mente dejó de serme útil para decir las
palabras correctas. Sólo me quedaron las incorrectas.
― ¡Oye, estás bien flaquita!
― ¡No es cierto!
En verdad era delgada, pero quizá tenía una inseguridad al
respecto. Sin que eso me importara, puse sus manos en mi cintura y
yo puse las mías en la suya.
― ¿Quién está más delgado?
― ¡No inventes! ¡Tú!
Advierto que ella era delgada, pero yo tengo la cintura muy
estrecha. Nada que tenga que estar gritando a los cuatro vientos.
La cargué para pesarla, luego le dije que me cargara para hacer
una comparación. Y me cargó. No podía creerlo. Bailamos otro rato,
y por una razón desconocida, me vino a la mente la imagen de
Abraxas cargando a una mujer asiática igual o más pesada que él, y
me dije, “¡Yo también quiero hacerlo!” Me agaché frente a ella,
agarré sus riquísimas piernas con fuerza, las abrí y la cargué. Una,
dos, tres veces la zangoloteé. Cuando recuperé la razón, me di cuenta
de que ella estaba recargada en la barra, sudando, palpitando…
Cuando la estaba cargando pasaron varias cosas: me sentí un
pervertido, porque ella empezó a gritar; sus amigas empezaron a reír;
Gee no hizo nada; dos cabrones se le quedaron viendo con ojos de
deseo, luego me vieron a mí con ojos de envidia.
―Perdón… yo creí… perdón… no lo vuelvo a hacer…
No debí pedir perdón, lo sé. Pensé que había arruinado el
momento. No quería su rencor, no quería que se apartara de mí.
― No… no… ahhh… no lo puedo creer… ahhh… jajaja…
ahhh… no… no…―estaba gimiendo.
Vi que sudaba de la cara y hubiera querido ver en dónde más.
Bueno o malo, establecí una pausa para dejarla respirar.
― ¡Ya vente! ¡Ya! ¡No lo vuelvo a hacer! ―le dije para que no se
fuera.
Dudó un poco, pero regresó conmigo, y los dos cabrones que
desnudaban a Giovanna con la mirada, seguían sorprendidos, pero no
más que yo.
― ¡Eres muy guapa, pero la belleza es banal! ¿Cuáles son tus tres
mejores cualidades?
― Soy divertida, ambiciosa y…
No me acuerdo qué dijo, pero apostaría, sin temor a perder, que
era una cualidad que indicaba, “¡Si te aplicas, te ganarás mis caricias,
mis besos, mi cuerpo!” Un indicador de interés sólido. Me encantan
las mujeres que hablan de sí mismas con seguridad.
― ¡Esas cualidades son únicas, me encantan! ―celebré con ella.
― ¿Y las tuyas?
No se las dije.
― Oye, yo soy malo, deberías alejarte de mí, mejor voy a
conseguirte un novio.
Hizo una expresión sin adjetivos. Una vez más, me mostró su
hermosa dentadura como diciendo, “¿Y ahora qué se trae este tipo?”
― Tú te mereces a un chico que te prepare un caldo de pollo
cuando estés enferma, que haga tus tareas y que te tienda la cama
―continué.
― ¡Con que me cocine me conformo!
― ¡Tú si sabes lo que quieres! Mira, esos dos tipos se te quedan
viendo mucho. Ellos son lo suficientemente guapos para ti.
― ¡Ay, no!
― ¡Mírate, míralos, ellos son guapos! Yo, en cambio, soy como
los osos ―seguí bromeando.
― ¿Cómo?
― ¡Entre más horrorosos, más hermosos! ―terminé mi chiste.
Lo dije porque me acordé de la canción que Abraxas venía
escuchando en el camino. Y de algo sirvió, porque ella empezó a reír.
Después dijo algo hermoso: que quería estar conmigo.
― ¿Qué haces? ¿En dónde estudias? ―preguntó con interés.
No me acuerdo qué le respondí.
― ¡Wow! ―le sorprendió mi respuesta.
― ¡Oye, tú eres muy alta!
Al parecer, estaba empezando a cansarle la forma en que decía
mis comentarios. Me enseñó sus zapatos de punta de aguja. Ella era
del tipo de mujeres que se arreglan para matar: maquillaje, perfume,
leggins negros muy pegados, zapatos de tacón alto. Le dije que me
dejara observar sus tacones. Se apoyó en mi espalda y observé su
calzado tocando sus lindos pies.
De tanto en tanto volvíamos a bailar, la abrazaba y ella también lo
hacía. Pero volví a las mismas. Le dije que su cabello olía a cigarro.
Ella esbozó una expresión de incredulidad y hartazgo. Me acerqué
para oler su cabello y le tomé su mano para que diera una vuelta
sobre su propio eje. No opuso resistencia. Le pedí que calificara mi
trasero y le puso diez. Ella era un encanto.
― ¿Te acuerdas de la primaria? ―le pregunté para preparar una
nueva conversación.
― ¡Sí!
― ¿Alguna vez jugaste al intercambio de suéteres?
― ¡No!
― Pues el juego trataba de que en el recreo, todos los niños
apilaban sus suéteres en medio del patio. Entonces las niñas tenían
que escoger el suéter de su amado. Yo tenía a dos niñas peleando por
mí, una era gordita y la otra era pecosa. Tú te pareces a la gordita…
Volvió a esbozar un gesto de incredulidad. No terminé la historia.
Le tocaba la cara, le limpiaba el sudor, le jalaba el cabello, pero
no fui tan sexual como otras veces.
Los dos cabrones que no podían dejar de verla pudieron pensar
que ya la tenía en mis garras. Bien, por un momento fue así, pero yo
me encargué de arruinarlo todo. Me avergüenzo, me disgusto, me
conmuevo cuando recuerdo la sarta de pendejadas que le dije. Tales
como: “¡Pellízcame, no puedo creer que esté contigo!,” y sus
derivados. Y no porque estuvieran mal, el error fue decirlas desde
una perspectiva impropia y en el momento indebido. Las estaba
diciendo porque al principio daban risa, pero yo exageré. Todo lo que
estaba haciendo terminó por colmar su paciencia.
― ¡Oye, muchas gracias, ya dejé mucho tiempo solas a mis
amigas! ―fue lo último que le escuché decir.
Intenté besarla como último recurso, producto de mi
desesperación, pero se negó. Y me lo tenía bien merecido.
Obviamente fue una excusa para huir sin ser grosera, porque sus
amigas ni la volteaban a ver. Sin embargo, yo sigo preguntándome:
¿gracias, de qué?

Salvo la parte del contacto físico, no recomiendo nada de lo que hice: eran
mis inicios sin mucha gloria. Pese a que no me fue nada bien, después de este
acontecimiento, poco a poco el Kino Brutal empezó a convertirse en una
actividad seria basándose en años de ardua práctica, argumentos sólidos,
miles de experiencias, y apoyándose en la Lingüística, que actualmente estoy
estudiando. De ahí que intento proponer el Kino Brutal como un lenguaje
alternativo en el cortejo.
Cuando las personas escuchan la palabra “brutal”, piensan que es ir con
las chicas y empezar a agarrarles el trasero o meter sus manos en su escote en
minutos. Aunque es parte del Kino Brutal, el enfoque principal no es ese. Si a
esta teoría le llamo así es porque se escucha genial y posee fuerza así como
los efectos de su aplicación, pero es simplemente un principio básico de
comunicación. Como dice la Ley de Gall:
“Un sistema complejo que funciona, evolucionó de un sistema simple que
funcionó. Un sistema complejo diseñado de la nada nunca funciona y no
puede ser reparado para que funcione. Tienes que empezar con un sistema
simple que funcione.”
Sí, aunque suene repetitivo, es cierto. Además añadiría que es mejor un
sistema simple que uno complejo. Por esa razón, me da pena ajena cuando
descubro que algún mentecato ha “desarrollado” una nueva “técnica” sin
fundamentos para seducir mujeres sólo con el afán de llamar la atención o
sacar provecho abusando de la credulidad de los principiantes.
A pesar de toda mi experiencia de primera y segunda mano, y toda la
ardua investigación, no tengo todas las respuestas. No soy la máxima
autoridad. No me autoproclamo gurú, ni pretendo serlo. Simplemente sé muy
bien del tema y lo comparto porque pienso que será de mucha ayuda. A todo
aquél que le interese el tema, puede lograrlo si se lo propone. Con los años he
diseñado herramientas y conceptos que facilitan el proceso de conocer
mujeres. Este libro reúne todos los consejos que puedo dar en una forma
condensada, sin complejidades o técnicas de dudoso origen, sin memorizar
nada… pura acción.
Es cierto que este libro está más enfocado al lenguaje no verbal y a veces
minimizo la conversación, no obstante, a medida que llegues a la madurez en
el cortejo y tus experiencias se vayan acumulando, descubrirás cuán
poderosamente funcionan las dos habilidades juntas. Así como no hay más de
siete notas musicales, su combinación da lugar a más melodías de las que
pueden ser escuchadas. No hay más de cinco colores primarios y en
combinación producen más tonos de los que pueden ser vistos. No hay más
de cinco gustos cardinales y su combinación entrega más sabores de los que
pueden ser degustados. Y en esto del cortejo, no hay más que tres canales de
aproximación, v.g., física, verbal, visual ―haciendo un poquito de lado los
canales de índole telepática, puesto que no es comúnmente aceptado y los
testimonios todavía no superan el carácter experimental, aunque sería una
verdadera lástima no tomarlo en cuenta; por eso hablaremos de esto más
adelante―, su combinación da lugar a una infinita serie de maniobras. Las
tres siempre van de la mano.
Por desgracia, no todos pueden funcionar de una manera determinada.
Hay que desarrollar rasgos de personalidad idóneos y sentir una fuerte
vocación. Si tú sientes este llamado, este libro podrá guiarte. En caso
contrario, te permitirá mejorar considerablemente sin comprometer tu
valorada seguridad. Y puede que al final cambies de parecer.
El éxito en esto no puede atribuirse al azar, es el resultado de la aplicación
de ciertos principios bien precisos. Pero no se pueden aplicar de la misma
forma ni con el mismo grado de intensidad. Cada uno tiene su especialidad.
Cada uno insiste más en un principio. Y en cada aspecto existen maestros que
han llevado su ciencia a un refinamiento supremo, aunque la categoría que es
más interesante es la de aquellos hombres que se han forjado a sí mismos,
que de ningún modo deben su éxito al azar. Y son interesantes porque antes
de ser gigantes, eran hombres comunes. Esto deja claro que el hombre es
perfectible. Puede mejorarse. En cualquier momento.
No todos podrán llegar a un nivel legendario. Aunque todo mundo le
gustaría serlo, no todos están dispuestos a hacer los sacrificios necesarios
para serlo. Es simplemente una cuestión de elección. Por más que se piense lo
contrario, y pese a que “la situación está difícil” ―el vulgo repite esa
expresión equivocadamente y sin pensar demasiado en ello―, pese a todo lo
que está en tu contra, puedes lograrlo. Tienes todas las posibilidades. Y quizá
sea tu obligación.
Para concluir con la introducción, quiero decirte que hay dos tipos de
problemas: la carencia y la abundancia. En cuestiones de dinero, hay gente
que no tiene dinero y hay gente que tiene tanto dinero que no sabe qué hacer
con él. Deseo advertirte que este libro no será el fin de tus problemas, todo lo
contrario, creará muchos más: novios celosos, hombres envidiosos, mujeres
de reputación cuestionable, chismes, supuestos embarazos, y éstos son sólo
pocos de los muchos problemas que puedes tener. No olvides que, si tu
situación es como me la imagino, tu principal problema es no estar rodeado
de mujeres o no poder entrar a un plano más íntimo con ellas; pero si tu
dedicación es como espero, tus principales problemas cambiarán y pasarás a
la situación en donde, en tu vida habrá tantas mujeres que no sabrás cómo
quererlas a todas.
Parte
I
La iniciación
¿Qué es el Kino Brutal?
Cuando hablo de Kino Brutal, los malentendidos surgen como enjambres.
No, no planeo instruirte para que aprendas a manosear a las mujeres como si
de fruta de supermercado se tratara. Sin embargo, planeo mostrarte cómo
interactuar con ellas a un nivel más íntimo físicamente y liderarlas
físicamente hasta la intimidad sexual, emocional o de amistad si así lo
prefieres.
Mi intención es que te vuelvas el iniciador y el que controla el contacto
físico, porque, como ya lo sabes, en la mayoría de los casos, las mujeres no
tomarán la iniciativa. Incluso cuando se trata de una mujer liberal, ella sólo te
mandará las señales y te mostrará su disposición, pero dejará que tú te hagas
cargo de lo demás. Además, al liderarlas, les quitarás ese peso de encima que
trae consigo el proceso de decisión, tal como lo explica la Ley de Hick
(1951):

“El tiempo que le toma a una persona para tomar una decisión es el
resultado de las posibles elecciones que se le presentan: mientras más
opciones existan, mayor es el tiempo de decisión.”

Asimismo, les ofreces la posibilidad de tener excusas para sí mismas y


para los demás, sobre todo cuando son encuentros casuales. Ellas pueden
decir, “¡Una cosa llevó a la otra!”, “¡Pasó tan de repente!,” o mejor aún,
“¡Pasó algo entre los dos que no puedo explicar!” Esta es una de las razones
por las que el contacto físico es atractivo para ellas.
No necesitas tener un determinado tipo de personalidad, es decir, no
necesitas ser una persona extrovertida para poder aplicar contacto físico. Sólo
las personas con serios problemas psicológicos pueden omitir o sentir
rechazo hacia el contacto humano. Lamentablemente habrá mujeres que
rechacen tu contacto físico y tu cercanía, algunas veces por una cuestión
emocional, otras veces por algún trauma sexual o afectivo. Lo que sí
necesitas, entre otras cosas, es sentirte cómodo en tu propia piel, sobre todo
porque ellas también harán contacto físico contigo.
Un componente del Kino Brutal de enorme importancia es estar lo más
cerca posible de la mujer en cuestión. Cualquier movimiento deberá hacerse a
una distancia mínima o cualquier intento de tocarlas se verá forzado o
inoportuno. El Kino Brutal es una interacción cuerpo a cuerpo.
También puede ser utilizado en la mayoría de los contextos sociales. De
día y de noche. En tu trabajo o en tu escuela. Con las personas que conoces y
las que aún estás por conocer. Lo adecuado y lo inadecuado no depende tanto
del lugar o la persona, sino de la intensidad, la frecuencia y el modo.
El Kino Brutal nunca está de más, nunca pasará de moda y nunca es igual,
así que no temas ser descubierto. Si nunca abres la boca y mantienes estos
consejos para ti, ellas siempre verán sus experiencias contigo como algo que
no se puede explicar, sólo sentir y recordar.
Las enseñanzas basura de gurús falsos
No sólo en las comunidades de seducción hay malos consejos, también
entre amigos se intercambian ideas erróneas o incompletas. Los padres por lo
regular no aconsejan a sus hijos ― por lo regular tampoco fueron buenos
relacionándose con las mujeres. Y pues las bellas madres no saben aconsejar
a sus hijos. De hecho, tengo la firme creencia de que las peores consejeras
para los hombres en cuestiones del cortejo, son las mujeres ―sin contar sus
excepciones, por supuesto. De ellas debemos aprender, no preguntarles.
No obstante, en este apartado hablaré de personas malintencionadas e
ignorantes, que, si bien son muy exitosas vendiendo ideas, productos y
servicios, lo que sale de sus bocas y sus escritos es pura inmundicia. Quizá no
sean malas personas, simplemente no se dan cuenta de que crean
malentendidos, ideas confusas y teorías incompletas. Si los principiantes se
las compran es porque suenan cursis, no porque de verdad funcionen. Y ni
hablar de aquella gente traumada que se pone a discutir o atacar a otras
personas en los foros de seducción. Se sienten muy seguros porque están
detrás de un monitor y cuando alguien los reta a salir al ruedo, se escudan
aparentando confianza diciendo, “¡Yo no tengo por qué demostrarle nada a
nadie!” Y eso lo dicen sólo porque es lo que profesan los falsos expertos
cuando son atacados. Sin embargo, un verdadero hombre debe ser capaz de
sustentar con acciones todo lo que sale de su boca. A eso se le llama
congruencia, y, en otras palabras, pantalones.
En todas partes nos hacen creer falsedades. Mucho de lo que “sabemos” es
erróneo. Sobre todo cuando existe la publicidad persuasiva. Y el área de
“Lígate a la Mujer de tus Sueños” no es la excepción. Tantas contradicciones
y métodos de ligue nos revuelven la cabeza desviándonos de aquello que sí es
importante. Todo esto nos hace estrellarnos estrepitosamente cuando
queremos acercarnos a la chica que nos gusta. Los malos resultados nos
hacen creer que no nacimos para esto. Lo cierto es que los culpables somos
nosotros, por creer ciegamente en los pseudogurús que se enfocan más en sus
ganancias que en proporcionarnos información de calidad.
Lo mejor, en ésta y muchas otras áreas, es no sobrecargarte de
información, acercarte a las mujeres con un par de ideas y el deseo insaciable
de querer conocerlas. No te compliques. El éxito no se dará en reunir más
información. En un mundo de mucha información, hacemos lo mismo que
siempre hemos hecho: nada. Menos información es mejor—siempre y cuando
sea relevante, lo necesario y lo confiable. Como dijo Rutherford D. Rogers,

“Nos estamos ahogando de información, pero tenemos hambre de


conocimiento.”

Un elemento de calidad, es decir, el Kino Brutal ―lo digo con toda la


seriedad del mundo y tú mismo lo comprobarás―, pesa más que todos los
cursillos a los que vas en donde establecen que puedes ligarte a todas las
mujeres siendo “tú mismo.” Todo esto lo estoy apuntando sin afán de herir
susceptibilidades. ¿Por qué? En primera, y por ahora me reservo el restante
de mis comentarios, porque es demasiada información, la que además posee
huecos importantes que sólo descubrirás siendo brutalmente crítico y si
cuentas con muchas experiencias. Para ilustrar este punto, hablemos de
efectividad y eficiencia. La efectividad es la capacidad de lograr un efecto
anhelado. Por otro lado, la eficiencia es la capacidad de lograr ese mismo
efecto con el mínimo de recursos posibles. Quien es eficiente, es efectivo.
Quien es efectivo no necesariamente es eficiente. Un ejemplo sería:

Memito conoció a Verónica, su actual novia, en una reunión que organizó


su prima. Comenzó a invitarla a salir a restaurantes caros, la llevaba en su
lujoso auto cada vez a nuevos lugares. El día que le pidió que fuera su novia,
le compró un hermoso collar de oro. Ella aceptó diciéndole que prefería
llevar las cosas más lento y cuatro meses después se le entregó a Memito.

Poblete, por otra parte, conoció a Gisela en un centro comercial. Como


llevaba mucha prisa, sólo platicó con ella unos cuantos minutos, pero le
pidió su teléfono porque acordaron salir el fin de semana. Poblete la llevó a
un restorán que se hallaba cerca de su casa. Platicaron muy a gusto, hubo
mucha atracción y una cosa llevó a la otra. Los dos, al final, sintieron que se
entendían muy bien y decidieron intentar un noviazgo.

No nos enfoquemos en lo moral ni en determinar quién es mejor, sólo


preguntémonos quién es eficaz y quién es eficiente. Memito puede pasar por
alguien que busca ganarse los favores de las mujeres con un noviazgo y cosas
materiales, lo cual no siempre está mal. Sin embargo está haciendo uso de
recursos que probablemente son innecesarios. Mientras que Poblete se
aproximó de una forma que, para mi gusto, es lo que busco inculcarte con
este libro: conocer y descubrir a una mujer en la intimidad para así poder
decidir si es la mujer con la que quiere estar y no “arriesgar” el tiempo
involucrándote en relaciones que quizá sólo sean un disfraz para las
intenciones meramente sexuales.
Es obvio que los dos lograron su cometido: los dos fueron efectivos. Lo
que diferencia a los dos es la eficiencia. Y la belleza del Kino Brutal reside en
su eficiencia, lo que te permite interiorizarlo más rápido para después
enfocarte en otros aspectos que también son importantes. No obstante, no te
dejes engañar por la aparente simplicidad de ciertos principios.
Reflexiónalos. Aplícalos.
¿Por qué es importante el Contacto Físico?
El sentido del tacto es el primero de los sentidos en desarrollarse en el ser
humano, y probablemente es el centro emocional más importante en nuestras
vidas. El tacto nos enseña que vivimos en un mundo tridimensional, nos
enseña que la vida tiene profundidad y contorno (Doctor Kimbough Oller). El
sentido del tacto se encuentra principalmente en la piel, aunque no se halla en
la capa externa de la piel, sino en la segunda, en la dermis.
Para entender las cosas, tenemos que usar la cabeza, es decir, la mente. En
general, se piensa en la mente como algo localizado en la cabeza, pero los
hallazgos en psicología sugieren que la mente no reside necesariamente en el
cerebro sino que viaja por todo el cuerpo en caravanas de hormonas y
enzimas, ocupada en dar sentido a esas complejas maravillas que
catalogamos como tacto, gusto, olfato, oído y visión (Diane Ackerman,
1992).
El tacto es difícil de aislar o eliminar. Un ser humano puede vivir a pesar
de ser ciego, sordo y carecer de los sentidos del gusto y el olfato, pero le es
imposible sobrevivir sin las funciones que desempeña la piel. El tacto afecta
todo el organismo, así como a la cultura en medio de la cual éste vive y a los
individuos con los que se pone en contacto. ¿Empiezas a ver la inigualable
importancia del contacto físico?
La punta de los dedos y la lengua son más sensibles que otros puntos del
cuerpo. Las partes más pilosas son generalmente las más sensibles a la
presión, es decir, es más delgada la piel donde hay cabello o vello. ¿Te das
cuenta a lo que voy con esto? Se necesita todo un ejército de receptores para
crear esa delicadeza sinfónica que llamamos caricia. Entre la epidermis y la
dermis se encuentran los diminutos corpúsculos de Meissner, que parecen
especializarse en las partes no pilosas del cuerpo, v.g., las plantas de los pies,
las puntas de los dedos, el clítoris, el pene, los pezones, las palmas y la
lengua. Las zonas erógenas y otros puntos hipersensibles responden muy
rápidamente o ligeramente a todo.
Tu sentido del tacto siempre está en constante comunicación con tu
cerebro. Tu sistema somatosensorial es el responsable de tu sentido del tacto.
El sistema somatosensorial tiene receptores nerviosos que te ayudan a sentir
cuando algo entra en contacto con tu piel, así como cuando una mujer se pega
a ti ―brincos dieras, ¿verdad?―. A estos receptores sensoriales
generalmente les llaman receptores del tacto o receptores de presión.
También tienes receptores nerviosos para sentir dolor y cambios de
temperatura como el frío y el calor. Probablemente piensas que el sentido del
tacto sólo se relaciona con tu piel. Después de todo tienes cerca de 5 millones
de receptores sensoriales en tu piel. Sin embargo, también puedes sentir dolor
y presión dentro de tu cuerpo. Piensa en los dolores de estómago y en los
dolores de cabeza.
Ahora dime, ¿qué piensas cuando esa acción se debe a la percepción o
experiencia detrás de tu sentido del tacto? Es decir, el abrazo de alguien que
amas o te gusta puede disminuir tu presión sanguínea además de hacerte
sentir valorado e importante. Un apretón de manos de un amigo puede crear
conexión. La manera en cómo percibes un abrazo o un beso en conjunto con
la manera en que tus receptores del tacto reciben la presión, están arraigados
en tu cerebro. Existen varios tipos de tacto con los que puedes experimentar,
tanto en tus relaciones como para tu propio placer:

1) Íntimo. Aquí, tus receptores de presión responden a un apretón de


manos, los abrazos y los besos. Si la persona que te toca es alguien que te
gusta o te importa, probablemente sentirás un calor interior, placer y
comodidad. Tus sensores de presión mandan el sentimiento de qué tan fuerte
es el abrazo y tu cerebro interpreta la naturaleza del tacto como
tranquilizadora.

2) Terapéutico. Este tipo de contacto está asociado con el masaje o la


acupuntura. A veces, la presión es sutil y realizada para relajar tus músculos.
Otras veces es profunda para poder quitar nudos musculares. Sin importar la
diferencia en la severidad de la presión, probablemente sabes que el resultado
es curativo o erótico en circunstancias más íntimas, así que tu cuerpo se
relaja.

3) Exploratorio. Todos podemos experimentar el mundo a través del


sentido del tacto. Muchas personas tocan la comida antes de probarla, tocan
animales o quieren ver las diferentes texturas de objetos como las prendas de
vestir. A veces es posible confiar solamente en el sentido del tacto. Por eso es
posible meter tu mano en tu mochila y sentir las llaves sin siquiera mirar
adentro. La masturbación, por ejemplo, es la actividad con la que muchas
personas comienzan a descubrir su sexualidad.
4) Agresivo o doloroso. Claro, todos sabemos que el contacto puede
igualar el dolor si la presión es demasiada, si se aplica en una zona frágil o si
la intensión es violenta. Un apretón de manos demasiado fuerte puede ser
incómodo en lugar de ser tranquilizador y lo contrario a una muestra de
confianza.

Por otro lado, tu sentido del tacto no sólo se relaciona con tus
terminaciones nerviosas sometidas al estímulo; la forma en la que interpretas
el contacto también es un factor determinante.

Otra de las tantas ventajas que obtienes al estar lo más cerca posible de
una mujer es lo que los demás perciben de ti, o más bien de ustedes dos ―o
tres o más. No hablo de querer aparentar algo, ni sugiero que importe
demasiado la opinión de los demás. De cualquier forma, siempre trabajará en
favor de los intereses de los dos. La intención es que se vea ―interna y
externamente― que entre los dos hay algo más que una simple amistad o
conversación. Que ella sienta que está atraída hacia ti, que sus amigos vean
que ella está cómoda contigo, que la competencia vea que ustedes dos son
una pareja y que de ninguna forma hay espacio para alguien más. Y si en un
dado caso llegaras a fallar, las demás chicas habrán visto lo mejor de ti.
Cuando estás cortejando a una mujer, la interacción debe suceder casi de
la misma forma que en las elaboradas danzas de cortejo de los animales, o
―si te gusta más otra analogía― como dos marionetas movidas por las
mismas cuerdas. De esta forma puedes hacer amplias declaraciones amorosas
entre tú y toda mujer que intercambie tan sólo una palabra contigo. A esta
unicidad es lo que yo le llamo “La Burbuja del Amor”. Cualquiera que
pretenda interrumpir la conexión que hay entre ustedes dos, lo pensará dos
veces. Es más, no le será tan fácil.
Una complejidad importante sobre el Kino Brutal es que es
inherentemente una experiencia multisensorial. Durante el contacto
interpersonal, típicamente experimentarás estímulos táctiles, así como
también cambios en tu temperatura junto con los cambios sobre lo que ves,
oyes y hueles.
Las mujeres podrán sentir esa sacudida de emociones cuando tu contacto
físico es sólido. Ese contacto debe establecerse incluso antes de que articules
una palabra. Se sentirán cómodas y atraídas aunque no platiquen de temas
personales, interesantes o íntimos. Las mujeres lo adoran. Aman ser tocadas
por un hombre simpático y confiado, que está cómodo en su propia piel y no
tiene miedo a tomar riesgos. Generarás atracción en grande, risas sofocadas,
generarás tanto…
Las ventajas del Kino Brutal
El Kino Brutal puede revolucionar las emociones de las mujeres a tu
favor. Nada dice más que cautivar a una mujer físicamente. El contacto físico
es el puente hacia la intimidad. Podrás hacer pedazos las defensas de las
mujeres como el mejor estratega de la guerra. Las verás enamoradas,
sudando, riendo de nervios, con sus pupilas dilatadas. Con una práctica
diligente, empezarás a tener relaciones con muchas mujeres, lo cual te dará la
pauta para que busques nuevos retos. Pasarás de agarrar todo lo que se
mueva, de hablarles sólo a las que crees que puedes, a ser cada vez más
selectivo.
El propósito es generar un contacto físico comprometedor como un modo
de asegurar la intimidad en tus cortejos. Eso te ayudará a que ellas decidan
rápidamente si quieren estar contigo o no. El Kino Brutal no manda señales
mixtas: les dejarás claro que las deseas y que vas por todo y con todo. No
desperdicies tu tiempo, que es lo más valioso que tienes. Perderás a muchas
más mujeres que con las que te quedarás ―como les ha sucedido a todos los
grandes seductores de la historia―, y a pesar de eso, tu confianza se elevará
por los cielos, pues al tomar más riesgos, incrementarán tus opciones y con
más opciones, tendrás mejor calidad de vida.
Ir por todo o nada, quizá suene muy bien, sin embargo, es más sabio
empezar con pequeños cambios o crearás resistencia, tanto de tu parte como
de las mujeres. Empieza con pasos constantes y con intensidad gradual. Y no
sólo treinta días para, según tú, crear un hábito. Comprométete de por vida
hasta que sea parte de tu naturaleza, o al menos hasta que encuentres algo
mejor. Eso ya dependerá de ti. Si sabes que sin palabras puedes iniciar
interacciones, haz del contacto físico un hábito. Es una experiencia
maravillosa notar qué tan rápido se interesan en ti, podrás meterte hasta
lugares jamás conquistados por el hombre para hacer y deshacer. Una vez que
la veas sobre ti, no necesitarás hablar mucho. Hablar se vuelve secundario.
¿No sabes qué decir? Problema resuelto.
Puede que el Kino Brutal sea más vistoso al ojo humano, pero es más
sutil. Como en estas dos estrategias de guerra:

1) Sé extremadamente sutil, incluso hasta el punto de no tener forma. Sé


extremadamente misterioso, incluso hasta el punto del silencio. De este modo
puedes ser el director del destino de tu oponente;

2) la rapidez es la esencia de la guerra. Toma ventaja de la falta de


preparación del enemigo; viaja por rutas inesperadas y golpéalo donde no ha
puesto precauciones.

Una mujer te puede decir, “¡Ay, eso ya me lo habían dicho!”, o, “¿Eso se


lo dices a todas?”, y así despertar barreras en ellas. Pero jamás te van a decir,
“¡Ya me habían abrazado antes para tratar de ligarme!”, o mejor, “¡Ya me
habían desnudado en menos de quince minutos en la parte trasera del carro
gracias al dominio físico!” Si bien puedes decirle a una mujer en seguida de
conocerla, “¡Te voy a hacer el amor!”, es el contacto físico el que actúa
primero y, a fin de cuentas, lo que materializa las declaraciones. Además, es
más sutil y menos pretencioso. Verán que lo estás haciendo y al mismo
tiempo no verán nada. De hecho, la mayoría de las veces, las mujeres no
recuerdan haber sido tocadas ―o al menos no te recuerdan específicamente
por eso― sólo sienten que hay una conexión, sienten atracción por esa
persona que las toca. Por esa misma razón, cuando converso con las mujeres
y les platico acerca de la importancia del contacto físico en los seres
humanos, les cuento mis historias y varios ejemplos, y a pesar de que saben
que estoy aplicando los mismos principios en ellas, no altera nuestra relación
de ninguna forma.

En cada interacción, siempre hay una persona reaccionando


emocionalmente más que la otra. Puede ser 100% contra 0%, puede ser 51%
contra 49%, pero siempre hay alguien reaccionando más que la otra persona.
¿Qué pasa cuando alguien reacciona a ti? En realidad, pasan muchas cosas,
pero la que nos incumbe aquí es que, si una chica reacciona positivamente a
ti, su respuesta emocional será muy alta cuando establezcas contacto físico
con ella, y al mismo tiempo también buscará hacer contacto físico contigo,
aunque de manera sumisa.
Si tú te sientes incómodo al “invadir” el espacio personal de una mujer es
porque crees que ella tiene más valor que tú. Cuando tienes miedo de hacer
un movimiento físico con una chica, es porque tienes miedo de perderla. Si te
pasa muy a menudo, estás percibiéndote con menos valor que ella. Las
mujeres no quieren, o más bien, no les atrae un hombre que se sienta
pequeño, a menos que estén mal de su cabecita. Entonces, una mujer que sea
digna de tu tiempo, no querrá que te sientas menos que ella.
Casi todas las mujeres prefieren estar con un hombre auténtico. Pon a
descansar su mente y despierta sus sentidos durmientes con una actitud
abierta y con una presencia sexual. No fuerces el contacto físico, mejor
contágialas de ardor. Hazte con una presencia que les transmita que te
enciendes a causa de ella y no porque andes de calenturiento. No seas obvio,
no anuncies nada, dirígete a los sentidos. Tu deseo debe verse en tus ojos, en
el temblor de tu voz en reacción de su cuerpo junto al tuyo.
Desarrolla o atiende fiestas o reuniones en donde los miembros estén
cercanos y en constante contacto los unos con los otros. La proximidad
incrementa la afinidad. Un grado de cercanía incrementa la cooperación.
Trata de crear actividades en donde entés en contacto con sus manos. El
contacto físico incrementa los sentimientos de intimidad. Te sentirás más
conectado a la persona.

Otra ventaja que, más allá de enumerarla, es apremiante detallar para


evitar malos entendidos, y es el poder y dominio inherentes en las relaciones.
Cuando explico que el Kino Brutal te proporciona la habilidad de influenciar
o manipular el comportamiento de las personas, me hacen comentarios del
estilo, “¿Y cómo es posible que pienses dominar a otras personas?”, “¡Eres
un psicópata!”, “¡No tienes empatía hacia los demás!”, “¡Eso atenta contra el
bienestar de las personas!” En fin, he escuchado de todo. Tú que tienes la
mente más abierta, mereces saber algo: las relaciones nunca son un 50-50.
Cuando dos personas deciden establecer una relación, una tiende a ser la
dominante y la otra adopta una posición sumisa ―puede cambiar con el
tiempo o de acuerdo con el contexto.
Que vuelvas a una mujer sumisa no es negativo, en absoluto. La sumisión
es una posición muy cómoda porque les ahorra tiempo, tienen menos estrés
emocional, evita acciones hostiles. Además, dos personas pueden ser
dominantes en áreas distintas. Pongamos las relaciones sexuales por ejemplo:
tú puedes decidir cómo será el sexo, qué posiciones, qué intensidad y en qué
tono; mientras que ella puede decidir en dónde y cuándo, v.g., a muchas
mujeres no les gusta tener sexo en hoteles, aunque pueden llamarte un día
que no estén sus papás y tengas que dejar de hacer las cosas que estás
haciendo para aprovechar el tiempo y hacerle todo lo que quieras. Quizá haya
mejores ejemplos, pero lo que me interesa es que veas cómo cambian los
papeles en cuanto a dominio.
Quiero advertirte, no obstante, que si intentas dominar a otras personas
como si fueran objetos o esclavos, incluso contra su voluntad, estás perdido.
Es una conducta sociopática que puede actuar en tu contra. En todo el libro
haré varias referencias al verbo “dominar.” No me vayas a malentender. Con
dominar, me refiero al poder de influenciar a las personas a aceptar una idea,
acción o conducta. Es igual de maquiavélico que lo anterior, no te lo voy a
negar ―incluso cuando quieres hacer uso de la influencia para el bien de las
personas, no lo estás haciendo para su bien, sino para el tuyo―, sólo espero
que seas responsable de tus actos.
Casi todos, si no es que todos, influenciamos y manipulamos para vender
ideas, acciones, conductas, bienes y servicios. Todo eso es difícil explicar,
por lo que no entraré en más detalles. El punto es que, el objetivo es ejercer
este poder de modo que no ponga en riesgo la integridad física y mental o la
economía de la otra persona. Sólo así estarás a salvo.
¿Qué tanto les puede gustar?
¿Estarán dispuestas a que un hombre que no conocen se acerque y
empiece a tocarlas? El miedo al rechazo puede disuadir a muchos hombres.
Se fijan demasiado en las reacciones de las mujeres o temen quedar mal
frente a otros. Lo cierto es que a todo ser humano que tenga al menos un poco
de salud mental le gusta el contacto físico. De modo que si te acercas de
forma calibrada y respetuosa no tienes que temer una patada en los testículos
o una cachetada. Las mujeres no rechazan a un hombre que está
acostumbrado al contacto físico.
En las investigaciones de N. Henley apareció que en el contexto de las
relaciones de estatus, los hombres parecen ser quienes tocan y las mujeres
son las tocadas. Se considera que quien da comienzo al contacto físico es la
persona con el estatus más elevado. Es probable que el contacto físico
iniciado predominantemente por el hombre constituya una indicación de
poder tanto como un reflejo de afecto. Sidney Marshall Jourard, por otro
lado, descubrió que las mujeres son considerablemente más accesibles al
contacto físico de otras personas que los hombres.
Intuitivamente todos creemos que cuando somos tocados por alguien,
primero observamos objetivamente las propiedades físicas del contacto, v.g.,
su velocidad, su gentileza y la textura de la piel de la otra persona. Una vez
que hemos hecho esto, en una segunda reacción basada en la evaluación de
quién nos tocó, es cuando tomamos ese contacto como más o menos valioso.
Es decir, la misma caricia sensual que nos parece divina de una persona que
es atractiva para nuestros gustos, es aberrante cuando viene de alguien que
nos parece repulsivo. Entonces, no es el tipo de contacto que decides realizar
lo que tiene más peso, es más bien la percepción que tienen sobre ti. Nada en
nuestro cerebro es verdaderamente objetivo. La percepción está formada
profundamente por cómo nos sentimos sobre las cosas que percibimos.

Por eso mismo, quiero que pierdas el miedo a hacer el ridículo y ser niño
otra vez, que te sientas cómodo contigo mismo, con tu cuerpo y con tu
sexualidad. Quiero que pierdas el miedo a tropezar, caer y levantarte. Gracias
a ese peso que te quitarás de encima podrás intentar nuevas cosas y ver qué
tan lejos puedes llegar con ellas. ¿Quieres quedar bien frente a otros o quieres
llevarte a la cama a las chicas que te gustan?
La declaración del antropólogo Ashley Montagu te apresurará a empezar a
adquirir referencias positivas acerca del contacto físico lo antes posible,

"Cuando el afecto y la compenetración se dan a través del tacto, el tacto se


asociará a esos significados tanto como a la satisfacción de dar seguridad.
Una experiencia táctil inadecuada tendrá como consecuencia una incapacidad
para relacionarse con los demás en muchos aspectos humanos
fundamentales."

Sí, desgraciadamente hay personas que consideran negativo ciertos tipos


de contacto físico. En algunos casos este disgusto puede estar relacionado
con experiencias anteriores con el contacto físico. Y no hay mucho que
puedas hacer, así que siéntete listo para alejarte de esas personas si las cosas
se ponen tensas. Si te sirve de consuelo ―y créeme, debería―, es la
evidencia en algunos estudios que durante los primeros seis meses de vida,
los varones recibieron más contacto físico que las niñas. Empero, después de
los seis meses, a las niñas se les tocaba más y permanecían más tiempo junto
a sus padres que los varones e incluso se les estimulaba con muchas clases de
contacto. En pocas palabras, las mujeres están más acostumbradas al contacto
físico que los hombres. Más bien, tú debes acostumbrarte a tocarlas.
El Contacto Físico incrementa la conformidad
Por décadas, los investigadores han estado fascinados con la psicología
del contacto físico. Transmite mucha información “oculta” y puede afectar
las decisiones de las personas sin que éstas se den cuenta. Tanto los
investigadores como tú y yo, queremos saber más sobre cómo y por qué los
seres humanos se comportan de ciertas formas, y todos nosotros queremos
saber cómo usar esta información para, ―¿cómo decirlo con tacto?―, estar
en la intimidad con muchas mujeres. ¿Quién quiere estar, reír o llorar solo?
Se ha demostrado que el tacto provoca un incremento en las propinas en
los restaurantes (April Crusco, 1984), motiva a que las personas tomen
encuestas, persuade a las personas a compartir detalles personales, convence
a las personas para buscar un perro perdido (Guéguen & Fischer-Lokou,
2002), hace que las personas firmen peticiones (Willis & Hamm, 1980),
induce a que regresen dinero perdido (Kleinke, 1977), encamina a las
personas para que ayuden a levantar objetos tirados (Guéguen & Fischer-
Lokou, 2003).
Y estos sólo son unos pocos de los miles de ejemplos que pueden existir.
La pregunta es, ¿por qué? ¿Por qué el contacto físico de alguien que es un
extraño puede hacer que hagamos algo a lo que normalmente nos
negaríamos? La respuesta es simple, aunque requiere una explicación
compleja.
Nosotros somos criaturas sociales condicionadas biológicamente para
responder positivamente a aquellos que establecen contacto físico con
nosotros. Cuando alguien nos toca adecuadamente, ni siquiera nos damos
cuenta, en cambio, lo que sucede en nuestro cuerpo es un cambio masivo. El
contacto físico libera dopamina, oxitocina y serotonina, los químicos de la
felicidad. Al mismo tiempo, reduce nuestros niveles de estrés, lo que a su vez
disminuye nuestras reacciones negativas. Todo se siente bien. Nos ponemos
de humor para escuchar y sentimos conexión con la persona que nos está
platicando.
Muchas cosas buenas pueden suceder si lo haces correctamente. Sólo
recuerda: un contacto físico exitoso es muy difícil de percibir en el sentido de
que es en lo que menos van a enfocarse. Todo está en el modo. Si bien, estas
reglas se pueden romper y aun así tener éxito, los siguientes puntos te darán
un panorama general que puedes seguir si no tienes ni una idea de cómo
hacerlo:

1) Debes leer su lenguaje corporal. Su lenguaje corporal debe mostrarte


de qué forma puedes comenzar el contacto físico. Si tiene un lenguaje
corporal relajado serán más receptivas al contacto físico. Si su lenguaje
corporal es cerrado, será más difícil tocarlas o que estén receptivas. Siempre
respeta su lenguaje corporal, reconócelo y ve de qué manera puedes empezar
a tocarlas. Una forma simple es hacerlo a través de pequeñas pruebas o
intentos, una simple es el apretón de manos.

2) Empieza por la parte superior. Eso aplica tanto para las mujeres que
conoces como las que no conoces. En general todo el brazo está permitido,
desde la mano, el antebrazo, el brazo y el hombro. Con respecto a la espalda,
la parte superior es la más indicada ―sin importar si estás siendo sexual o
social. Para establecer un contacto más cálido, utiliza tus dos manos: una que
sostenga su mano y la otra en cualquier parte del brazo.

3) Tiene que ir por tiempos. El contacto como forma de persuasión, no


funciona con todo su poder si lo notan. Y con notar me refiero a que se
enfoquen solamente en el tacto y no en otras cosas. Aquí depende mucho de
tu empatía y tu habilidad para leer a las personas. Si la notas muy poco
perceptiva, será mejor que tu contacto físico sea breve. A medida que
empiece a ser más receptiva, puedes aumentar el tiempo del contacto.

4) Realízalo desde una distancia cercana. Te ayudará a que tu contacto


sea menos perceptible. Insisto: que ella ponga menos atención al contacto.
Trata de estar lo más cerca de ella posible para que el contacto físico sea más
natural y no tengas que acercar tu mano a ellas tontamente. La distancia no
debe ser más lejana a 50cm, y créeme, con esta distancia estoy exagerando.

5) Debes hacerlo confiada y naturalmente. El nerviosismo se nota muy


fácilmente. Si ellas ven que hay una lucha interna en tu cabezota, empezarán
a sentirse igual de incómodas. Tocar a alguien en el brazo comunica
honestidad y confianza. Nuestro cerebro parece creer que sólo una persona
auténtica y experta en cierto tema es capaz de tocar cuando habla de su
producto. Asimismo, en cualquier comunicación, quien inicia el contacto
físico es un indicador claro de un estatus social más alto. Parece ser que todos
los seres humanos seguimos reglas implícitas de tal manera que la persona
con mayor estatus elige si el contacto físico es parte de la comunicación o no
(R. Brown 1965). Cuando personas del mismo estatus interactúan, el tacto se
usa como un signo de solidaridad y aceptación. Cuando las “diferencias de
poder” son evidentes entre las personas, v.g., edad, estatus socioeconómico;
la persona que inicia el contacto físico tiende a ganar poder. Lo maravilloso
del contacto físico es que lo puedes practicar todo el tiempo, empezando por
tu casa. Y empezar a ser más caluroso con las personas que son parte de tu
vida diaria es una obligación. No sólo para estar preparado cuando sea el
momento de actuar, sino para mejorar tu calidad de vida.

6) Acompáñalo con un contacto visual firme. El contacto visual te ayudará


a ser más confiado y sincero. También te servirá para desviar su atención del
contacto físico que estás estableciendo. Cuando tocas a alguien, puedes
aumentar la probabilidad de que te respondan con una consideración más
positiva y el deseo de colaborar.

7) Realízalo sin presiones. Los momentos correctos para realizar un


contacto físico es durante tu introducción, para hacer énfasis, para hacer
demostraciones, etcétera. Si estás activamente forzando el contacto cuando la
persona no es receptiva, verá tus intenciones y pasarás como una persona
manipuladora e indigna de confianza.

8) Sonríe. Recuerda que la mayor parte de la comunicación es no verbal,


así que mantén una postura relajada, una expresión facial simpática y un tono
de voz relajado. No importa mucho lo que dices.

La línea entre un contacto físico agradable e incómodo es muy delgada.


Incluso el mismo contacto físico en el mismo momento, puede tener ambas
cualidades. Por lo tanto, la práctica es de vital importancia.
El Contacto Físico: una experiencia

Es muy probable que las primeras informaciones acerca de ti mismo, los


demás y el medio en el que vives te lleguen a través del tacto. El acto de tocar
o de ser tocado por otra persona puede producir un gran impacto en la
respuesta a una situación, aun cuando tal toque no sea intencional, sino
meramente accidental. En algunos casos, el contacto físico es el método más
efectivo para comunicarse; en otros, puede provocar reacciones negativas u
hostiles. Los significados que asignamos al contacto táctil varían de acuerdo
con la parte del cuerpo tocada, el momento, el tiempo que dura el contacto, la
fuerza aplicada, el modo de tocar y la frecuencia del toque. También esta
acción tiene significados diferentes en distintas situaciones. Asimismo,
utilizamos el tacto como ayuda para manejar la interacción, para liderar a otra
persona, para llamar su atención, para hacer énfasis en lo que se dice. Los
diversos tipos de contacto físico pueden ser:

1) Funcional/profesional.
2) Social/cortés.
3) Amistad/calidez.
4) Amor/intimidad.
5) Excitación sexual.

El psicólogo Daniel Goleman (1998), nos dice que la experiencia del


contacto físico tiene efectos directos y cruciales en el desarrollo del cuerpo
así como de la mente. El contacto físico es un medio de comunicación tan
crítico que su ausencia retarda el crecimiento en los infantes, de acuerdo con
los investigadores que han estudiado los efectos neuroquímicos del contacto
piel a piel. Las investigaciones sugieren que ciertas sustancias químicas del
cerebro liberado por el tacto, y otras liberadas en su ausencia, pueden dar
cuenta de la insuficiencia de los niños para prosperar. En otros hallazgos más
dramáticos, los bebés que nacían prematuramente que eran masajeados por
15 minutos tres veces al día ganaban peso 47% más rápido que aquellos que
estuvieron solos en las incubadoras ―práctica realizada en un oscuro pasado.
Al mismo tiempo, los bebés que eran masajeados mostraron signos de que su
sistema nervioso estaba madurando más rápidamente: eran más activos que
otros bebés y más responsivos a cosas como un rostro o una sonaja. “Los
bebés que eran masajeados no comían más que los demás,” dijo Tiffany
Field, una psicóloga de la UMMS de Miami, quien hizo el estudio.

“Sus ganancia de peso parecía ser el efecto de contacto físico en su


metabolismo.”

Otro tipo de evidencia está en los estudios de otros mamíferos, aunque


también parece aplicar para los seres humanos, porque los sistemas básicos
neurales y del tacto son los mismos. Los estudios del Dr. Schanberg en un
laboratorio de ratones mostraron que un patrón particular de contacto por la
madre ―lamer, en particular―, inhibía la producción de betaendorfina
―hormona que disminuye la motilidad intestinal, depresión respiratoria,
dilatación de los vasos sanguíneos, euforia, e incluso dependencia
psicológica―, en los ratones bebés. Mientras que los niveles de
betaendorfina disminuían en respuesta a la lamida, los niveles aumentaron
cuando se separaba a los bebés de la madre. Si la separación persistía, había
un retraso en el crecimiento de los ratones.
Existe la hipótesis de que el sistema del tacto es parte de un mecanismo
primitivo de sobrevivencia en todos los mamíferos. Puesto que los mamíferos
dependen del cuidado maternal en sus primeras semanas o meses ―en los
seres humanos requiere más tiempo―, y mientras más prolongado sea el
contacto físico de la madre, desencadena una ralentización del metabolismo
del infante, y por lo tanto una disminución de su necesidad de alimento. Tal
reacción aumenta sus posibilidades de sobrevivir hasta que de nuevo está en
contacto con la madre. Mientras que un metabolismo lento es beneficial a
corto plazo, detiene el crecimiento si se le prolonga.
En hallazgos relacionados, el contacto físico con la madre parece ser
esencial para reducir la liberación de hormonas por el infante cuando se le
somete a un estrés, según Seymour Levine, psicólogo en el departamento de
psiquiatría en la SUMS de Standford. Cuando se separan a los ratones bebés
y monos de sus madres, la actividad en el sistema pituitario adrenal se eleva,
una respuesta que es también típica en los humanos bajo el estrés. El contacto
físico con la madre disminuye esta respuesta de estrés. El tacto tiene un papel
muy importante en la habilidad del infante para regular sus propias
reacciones al estrés. Si una palmada alentadora o una sobada calurosa en la
espalda pueden ayudarnos a estar más tranquilos, puede ser porque cuando
estimulas los receptores de presión en la piel, disminuyes las hormonas de
estrés. Al mismo tiempo, el tacto cálido estimula la liberación de la “hormona
del cariño”, oxitocina, la cual incrementa el sentido de confianza y cariño.
Los momentos cariñosos revelan una naturaleza recíproca del contacto físico:
no puedes tocar sin ser tocado. Muchos de los beneficios psicológicos te
serán devueltos cuando tocas a una persona. El contacto físico va más allá de
la presencia o proximidad física. Es el contacto físico más importante que la
mera proximidad para el desarrollo del infante.
Otros estudios sugieren que todos los bebés se benefician del contacto
físico, no sólo los prematuros. Estudios por parte de Theodore Wacks,
psicólogo de la universidad de Purdue, mostró que los infantes que
experimentaban más contacto piel a piel tenían una ventaja en el desarrollo
mental en los primeros seis meses de vida. Tales hallazgos han alentado a la
formación de grupos de masaje infantil afuera de los hospitales para que los
padres aprendan las mejores formas de masajear a sus hijos. La mejor caricia
para un infante es gentil, firme y lenta. Si el contacto es demasiado suave,
puede sobreestimular e incluso irritar al bebé. Ashley Montagu, por otra parte
sostiene que nunca se tocará con exceso a un niño, pues,

“Hay razones suficientes para creer que, así como el cerebro y el sistema
nervioso de la salamandra se desarrollan más plenamente en respuesta a la
estimulación periférica, así también ocurre en el caso del cerebro y el sistema
nervioso de los seres humanos.”

“Es la primera forma en la que un infante aprende sobre el ambiente,” dijo


Kathryn Barnard, una profesora de enfermería en la Universidad de
Washington. “Cerca del 80% de la comunicación de los bebés es a través del
movimiento del cuerpo. Es más fácil leer la comunicación del bebé con el
contacto piel a piel.

Los bebés hacen uso del llanto cuando sus necesidades son urgentes,
mientras que el uso de los movimientos es para mostrar sentimientos y
necesidades más sutiles. Cuanto más una madre sostiene a su bebé, más
consciente está de las necesidades de su bebé. Y aquellos infantes a quienes
se les sostenía más tiempo en brazos mostraron un desarrollo cognitivo
superior hasta ocho años más tarde, aparentemente porque estaban más alerta.
“Nos tocamos muy poco,” dijo el Dr. Field. “El contacto corporal es muy
favorecedor entre los padres y sus hijos hasta la adolescencia.”

Mientras que un contacto cálido es parte del contacto amoroso es difícil


separarlos, el contacto físico tiene mayor importancia por sobre todas las
demás expresiones de afecto y su presencia tiene consecuencias en el
desarrollo psicológico. Por ejemplo, el contacto físico es el signo
fundamental para los niños de que están a salvo. Cuando un niño pequeño
está asustado, por ejemplo, la manera más efectiva de calmarlo es que lo
abrace alguien en quien confía; el simple hecho de estar presente o
tranquilizarlo no es suficiente.
Además, la forma en la que los padres tocan a sus hijos puede influenciar
en cómo se sienten con sus cuerpos. En un estudio de cómo las familiar de
los niños de 7 a 10 años jugaban juntos, el Dr. Weiss encontró que el juego
en familia parecía darles a los niños sentimientos más positivos sobre sí
mismos y un sentido más preciso de sus cuerpos. Para medir su percepción,
se les pedía a los niños que dijeran lo que más les gustaba de su cuerpo, luego
les pedían que dibujaran un cuerpo. Los juegos físicos comunican a un niño:

“Me gusta estar cerca de ti; es divertido estar cerca de ti”.

Explorar nuestra habilidad para comunicarnos de forma no verbal es


apenas una táctica psicológica; los investigadores han documentado desde
hace mucho, el complejo de emociones y deseos que nuestra postura,
movimientos y expresiones revelan. Sin embargo, hasta hace poco, la idea de
que la gente puede impartir e interpretar el contenido emocional por medio de
modalidades no verbales ―tacto―, ya no es un mito.
Edward Sapir remarca la importancia de los efectos del movimiento del
cuerpo y la postura diciendo,

"Respondemos con gran vivacidad a los gestos, y hasta se diría que lo


hacemos de acuerdo con un código secreto y elaborado no escrito en ningún
sitio, que nadie conoce, pero que todos comprenden."

Ahora se sabe que tenemos una habilidad innata para decodificar


emociones sólo con el tacto. En una serie de estudios, Hertenstein (2009),
reunió voluntarios para que intentaran comunicar una lista de emociones
―enojo, miedo, disgusto, amor, gratitud, simpatía, felicidad y tristeza―, a
una persona ciega que no conocían, solamente a través del tacto. Muchos
participantes estaban desconfiados con el experimento:

“Esta es una sociedad que le tiene fobia al tacto. No estamos


acostumbrados a tocar extraños, ni siquiera a nuestros amigos.”

Los resultados mostraron que a pesar de la precaución con el contacto


físico, estamos equipados con una habilidad para enviar y recibir señales
emocionales con el puro tacto. La precisión fue del 78% incluso en países
donde el contacto físico es menor culturalmente.
En el año 2012, un equipo de investigadores que usaron escáneres fMRI
para medir la actividad cerebral de las personas que son tocadas. A los
pacientes, todos siendo hombres heterosexuales, se les mostró un video de un
hombre o una mujer que supuestamente les tocaba la pierna. Como era de
esperarse, los pacientes calificaron la experiencia como poco placentera
cuando un hombre los tocaba. Los escáneres cerebrales revelaron que una
parte del cerebro llamada corteza somatosensorial primaria respondía de
manera más pronunciada al contacto de una mujer que al de un hombre. La
peculiaridad estaba en que los videos eran falsos. Siempre fue una mujer
quien tocaba a los pacientes.
Los resultados fueron asombrosos, porque se pensaba que la corteza
somatosensorial codificaba solamente las cualidades básicas del tacto como
la suavidad o la presión. Ahora sabemos que la actividad varía dependiendo
de quién toca a los pacientes. Los componentes emocionales y sociales del
tacto son inseparables de las sensaciones físicas.

“Cuando te toca otra persona, tu cerebro no te da las cualidades objetivas


de ese contacto,” dice el coautor del estudio, Michael Spezio, psicólogo del
Scripps College. “Toda la experiencia se ve afectada por tu evaluación social
de la persona que te está tocando.”

Si el contacto físico es un lenguaje, parece que instintivamente sabes


cómo usarlo. No obstante, es una habilidad que damos por sentada, incluso
cuando las acciones sugieren que el tacto puede ser mucho más versátil que la
voz, expresiones faciales y otras modalidades para expresar las emociones.
“Con la cara y la voz, en general podemos identificar sólo una o dos
señales positivas para que no se confundan una con la otra,” dice Hertenstein.

Por ejemplo, la dicha es la única emoción positiva que ha sido codificada


fiablemente en los estudios del rostro. Mientras que, esta investigación
muestra que el tacto puede comunicar mociones positivas múltiples: dicha,
amor, gratitud y simpatía. Los científicos solían creer que tocar era
simplemente un medio para intensificar los mensajes enviados a través del
discurso o lenguaje corporal, pero parece que el tacto es un medio mucho
más matizado, sofisticado y preciso para comunicar emociones. También
puede incrementar la velocidad de la comunicación. Si estás lo
suficientemente cerca para realizar un contacto físico, es a menudo la manera
más fácil de indicar algo. La inmediación es particularmente digna de notarse
cuando de establecer una conexión se trata: nos sentimos más conectados a
alguien si nos toca. Hay mucho qué ganar si nos ocupamos de nuestro sentido
táctil, v.g., interacciones más positivas y un sentido más profundo de
conexión con los demás.
Desgraciadamente, las personas tienen un grado de comodidad, mayor o
menor, en la intensidad del contacto físico. Mientras que algunas de las
diferencias pueden ser una propiedad innata del sistema nervioso de la
persona, algunas pudieron modificarse por la experiencia de ser tocadas o no.
Aquellos que tienen una experiencia táctil mayor tenían células nerviosas
mejor desarrolladas en el área de la corteza cerebral que procesa las
sensaciones del tacto. Una falta de esa experiencia, sin embargo, llevó a la
disminución de la riqueza de la conexión y tamaño de esas células cerebrales.
Las personas que tocan poco, de forma contraria a las que gustan abrazar,
probablemente experimentan el mismo efecto. Aquellos que han tenido poco
contacto físico a través de los años pueden ser hipersensibles a dicho tacto, de
modo que lo sienten físicamente incómodo.
Lo que sucede en casa también tiene un papel importante. Los ateos y
agnósticos tocan más que la gente religiosa, probablemente porque las
religiones enseñan muy a menudo que algunos tipos de contacto son
inapropiados o pecaminosos. La tolerancia para el contacto físico no está
escrita en piedra, sin embargo, si alguien poco acostumbrado al contacto
físico, pasa un tiempo en una cultura diferente, o incluso con amigos muy
calurosos, su actitud hacia el contacto físico cambiará.
El contacto físico no es sólo cuestión de transmitir algo; aparte de poder
enviar un mensaje, puede revelarte mucha información acerca del estado
mental y físico de la otra persona. ¿Están abiertas al tacto o se echan para
atrás? ¿Están relajadas o tensas? ¿Son calurosas o frías? Podrás sentir a través
de la tensión y contracción de sus músculos si esa persona se estresa
fácilmente o si es relajada.
Gracias a que el tacto afecta a la persona siendo tocada y la que está
tocando, es una de las maneras fundamentales de fomentar y comunicar
intimidad en una relación romántica. Se ha propuesto una secuencia de
comportamientos que las parejas siguen para incrementar la intimidad. Aparte
del contacto visual y la conversación, todas las demás involucran el contacto
físico, v.g., tomarse de las manos, besarse, tener sexo.

“El tacto funciona un poco diferente dependiendo de la etapa de la


relación,” dice Laura Guerrero (2010). “Al principio, es del tipo exploratorio.
¿La otra persona será recíproca si la toco?” Mientras la relación progresa, el
tacto comienza a aumentar. “Puedes ver mucho contacto físico en público,”
observa ella, “las personas se toman de la mano todo el tiempo que están
juntas o se rodean sus hombros o cintura. Es señal de que están intensificando
la relación.”

Ahora podrás estar más seguro que el Kino Brutal intensificará tus
relaciones con las mujeres. Empero, tienes que tener presente un elemento
importantísimo: mientras que una pareja que está satisfecha en su relación
tiende a tocarse mucho, el verdadero indicador de un lazo saludable a largo
plazo no es qué tan seguido te toca tu pareja, sino qué tan seguido te toca en
respuesta a tu tacto.

“Mientras más fuerte sea la reciprocidad, es más probable que haya una
intimidad emocional y satisfacción en la relación,” dice Guerrero.

Como en muchas cosas en las relaciones, la satisfacción es tanto lo que


hacemos por nuestra pareja como lo que ella hace por nosotros.
Del mismo modo, entre los humanos, el contacto físico parece servir para
más que una procuración para los lazos sociales: si a menudo
experimentamos caricias amistosas o amorosas, podemos asumir que tenemos
una red social fuerte, que es uno de las mejores formas para presagiar el
éxito, la felicidad, la salud y la longevidad.
Diderot: carta sobre los ciegos
Originalmente apareció en 1749. Es un reporte fascinante sobre la
percepción y la cognición en los congénitamente ciegos. Tal vez el testimonio
más dramático de la potencialidad comunicativa del tacto se encuentra en el
ciego.
El diario de Hellen Keller ―escritora, oradora y activista política
sordociega estadounidense―, cuenta algo que le sucedió una vez que estaba
tocando a su perro:

“Rodaba en el césped… su cuerpo gordo giraba, se puso tieso y se quedó


inmóvil en posición erecta mientras me lamía la mano… si hubiera podido
hablar creo que habría dicho conmigo que el paraíso se alcanza a través del
tacto.”

Bien, reanudando el tema, Diderot perteneció a la edad de la Ilustración y


fue uno de los autores de una famosa enciclopedia. Es digno de notarse que
Diderot fue encarcelado a causa de su contenido filosófico dentro de este
aparato (Morgan, 1977). Gran parte de la monografía está dedicada a una
discusión sobre el papel del aprendizaje en el desarrollo de la percepción
normal. La carta es importante por una numerosa lista de razones. Provee una
cuenta detallada de la influencia de la experiencia en la percepción, e intenta
detallar las relaciones entre el tacto y la visión. Diderot describió el alto nivel
de la habilidad táctil obtenida por algunas personas congénitamente ciegas.
Esto fue la base filosófica de la noción de la compensación de los sentidos, la
idea de que el tacto aumenta su poder debido al uso dado por los ciegos.
Diderot atribuyó habilidades sobresalientes al sentido del tacto:

“El ejemplo de esta ilustre persona ciega prueba que el tacto puede ser
incluso más sofisticado que la vista cuando se le forja con el ejercicio, pues al
pasar sus manos por una serie de medallas, éste puede distinguir las medallas
auténticas de las falsas, incluso cuando las últimas fueron habilidosamente
hechas para engañar al colector de vista aguda… (Morgan, 1977).

Diderot también describió la importancia de las demandas de la memoria


sobre el sentido del tacto y creyó que una impresión de la forma se basa en la
retención del componente de las sensaciones. Sugirió que es probable que los
que tienen una vista normal usan una imagen visual cuando tocan las formas.
Los congénitamente ciegos no tienen este tipo de imágenes visuales, pero
usan imágenes táctiles. Diderot también propuso que el tacto educa a la vista,
especialmente en la noción de la permanencia del objeto ―la comprensión de
que los objetos siguen existiendo aunque no puedan ser vistos, oídos o
tocados.
Ahora bien, el tacto también puede ser engañado. La forma y la textura de
los objetos no se descubren por el tacto, a menos que los dedos
deliberadamente se muevan por la superficie para examinar el objeto. La
percepción de la dureza, la suavidad y las distancias entre los objetos
dependen del movimiento intencional ―el Kino Brutal, por lo tanto, debe ser
dinámico.
El acto de tocar es como cualquier otro mensaje que comunicamos, y por
ello puede provocar tanto reacciones negativas como positivas, según las
personas y las circunstancias.
Fisiología: el poder del movimiento
La emoción puede crearse por el movimiento. Muchas de las emociones
que experimentas son el resultado de cómo usas tu cuerpo. Hasta los cambios
más insignificantes de tus expresiones faciales cambian tu forma de sentir en
cada momento y el modo de ver tu vida, es decir, la forma en que piensas y
actúas. Intenta hacer algo aburrido y sin humor, hazlo muy despacio. No te
excites demasiado, hazlo como una cuestión de rutina y asegúrate de que tu
rostro refleje aburrimiento. Observa cómo te sientes y ahora, da un aplauso
fuerte y explosivo y esboza una sonrisa de oreja a oreja. Pega un grito que
retumbe por todo tu cuarto y notarás que cambiará tu forma de sentir en ese
instante.
Una vez que hayas aprendido a usar tu cuerpo, podrás volver a
experimentar un estado o evitarlo, cambiando tu fisiología. No te limites a
unas pocas actitudes fisiológicas. Date cuenta del gran papel que juegan en tu
comportamiento día a día. Dispones de más de ochenta músculos diferentes
en el rostro, y si esos músculos se acostumbran a expresar depresión,
aburrimiento o frustración, esa pauta muscular habitual empezarás a
configurar tus estados de ánimo y tu carácter físico.
De entre tantas emociones que puedes experimentar en una semana, el
término medio es inferior a la docena. Esto debido a que una persona
promedio tiene pautas de fisiología muy limitadas. Y estas emociones son:
tensión, frustración, enfado, inseguridad, soledad, aburrimiento, miseria,
felicidad, alivio, alegría, estimulación, amor.
Las elecciones emocionales son muy reducidas, considerando los miles
de estados de ánimo que dispones. Aprovecha toda la lista, intenta cosas
nuevas como fascinación, humor, diversión, intriga, sensualidad, deseo,
gratitud, encanto, curiosidad, creatividad, capacidad, confianza, indignación,
franqueza, consideración, amabilidad, suavidad. Crea una lista propia. Puedes
experimentar cualquiera de estos estados de ánimo cambiando simplemente
la forma de usar tu cuerpo; reír, por ejemplo. Despierta tu cuerpo; sitúate en
estados placenteros, y de modo constante. Creando un campo de energía
poderoso pensando en algo que te revitalice una y otra vez. De ese modo
manipularás tus sensaciones en cualquier situación.
Si te sientes débil, si dejas caer los hombros, si caminas de forma pesada,
te sentirás hecho trizas. Ese estado emocional empezará por afectar tu cuerpo,
y la situación se transformará en un círculo vicioso. Tu cuerpo es el que
dirige tus emociones. Respira profundo. Sonríele a todo mundo. Si quieres
cambiar realmente tu vida, comprométete a pasar un minuto, cinco veces al
día durante siete días, sonriendo de oreja a oreja frente al espejo. O ponte a
brincar y a correr. Con este acto físico pondrás en constante funcionamiento
esta parte de tu cerebro, y creando un camino neurológico hacia el placer que
poco a poco se irá volviendo habitual.
La clave consiste en lograr sentirte bien cuando te sientes mal o cuando ni
siquiera deseas sentirte bien. Es algo que puedes hacer al instante, utilizando
tu cuerpo como una herramienta para cambiar tu estado de ánimo. Tienes la
capacidad para realizar cambios en cualquier momento. Lo único que tienes
que hacer es encontrar un estado de ánimo positivo. Envejecer no es una
cuestión de edad, sino una falta de movimiento. Y la falta de movimiento
total es la muerte. ¿Quieres vivir de modo diferente? Aprende a sentirte bien
y cumplir tus expectativas. Siempre hay una razón para sentirte bien, incluso
aunque no la tengas frente a ti.
Los elementos proxémicos
La proxemia se refiere, básicamente, a la manera en que el espacio se
concibe individual y socialmente, a cómo los participantes se apropian del
lugar en que se desarrolla un intercambio comunicativo y a cómo se lo
distribuyen. Tiene que ver, por lo tanto, con el lugar que cada persona ocupa
―libremente o porque alguien se lo asigna―, con los posibles cambios de
lugar de alguno de los participantes, con el valor que se atribuye a situarse en
un lugar determinado y con la posibilidad de moverse o no. También tiene
que ver con la distancia que mantienen entre sí los participantes en un
intercambio comunicativo.
Esta distancia puede variar por muchos motivos. A lo largo de un mismo
intercambio, algún participante puede acercarse a otro para susurrar, para
mostrar intimidad, para asustar, etcétera; del mismo modo puede alejarse un
poco para convocar a todos los integrantes del grupo, para gritar, para marcar
distancia social, etcétera. La distancia entre los cuerpos depende mucho,
también, del tipo de evento de que se trate: no es la misma distancia la que
guarda un conferencista con su audiencia que la distancia durante el coqueteo
lejano ―cuando coqueteas con la mujer de otro―, o la distancia que se
mantiene en una conversación íntima o en una reunión de trabajo. Por
supuesto, la distancia que se considera apropiada según los eventos o los
diferentes momentos dentro de un mismo evento varía culturalmente,
contextualmente y personalmente. Así, por ejemplo, la distancia que se
considera adecuada entre dos personas en México que conversan en un lugar
público ―calle, pasillo o durante una reunión informal― suele ser menor
que en otros países.
Las personas asociamos significados psicosociales y culturales a esos
lugares y a esos espacios que nos separan o nos acercan a los demás, de
forma no sólo física sino también simbólica. Lo que para unas puede ser una
distancia normal puede ser interpretada por otras como muestra de frialdad y
viceversa, una distancia para mí normal puede ser interpretada por otra como
agresiva. Knapp (1980) señala, citando a Hall, cuatro posibles categorías en
que se clasifican los espacios:

1. Íntimo (0-45cm)
2. Casual-personal (45cm-1.2m)
3 Social-consultivo (1.2-3.5m)
4. Público (de 3.5m para arriba)

Ahora bien, lo que en un grupo cultural se considera un comportamiento


proxémico adecuado para cada una de esas cuatro categorías puede variar
enormemente de lo que se considera adecuado en otros grupos. Y lo mismo
ocurrirá en lo que se requiere a encuentros formales. El mismo Knapp cita
cómo se discute previamente la distribución del espacio en las negociaciones
políticas de alto nivel. En muchos casos, la distribución del espacio en las
negociaciones políticas de alto nivel. En muchos casos, la distribución está
establecida de antemano; por ejemplo, en las salas de juicios, en las consultas
médicas, en una conferencia, etcétera. En otros casos, la distribución del
espacio es más flexible y más fácil de manipular, por ejemplo, en el cortejo.
En la escuela normalmente existe un espacio asignado a los alumnos y las
alumnas y otro para los profesores, quien enseña puede decidir sentarse a la
mesa, encima de ella o recargarse delante de la mesa, o pasear entre las mesas
de los alumnos, o ir cambiando según la actividad. También puede proponer
a los alumnos que cambien su espacio agrupándose, por ejemplo, para
trabajar por equipos. Esas decisiones no son neutras y suelen acompañar
estilos didácticos diferentes.
La cultura regula qué tan fácil puede ser un acceso en el contacto
interpersonal, determinando quién tiene permitido tocar a alguien, qué partes
del cuerpo pueden ser tocadas, qué significa ese contacto, y cómo se ritualiza
el tacto en los saludos, v.g., si besamos la mejilla, si tomamos la mano, si
abrazamos, si sólo es una reverencia. Sin embargo, no está claro a qué grado
podemos atribuir la influencia del tacto a los factores psicológicos. Como
hemos visto, algunos de los efectos del tacto son fisiológicos, como la
liberación de oxitocina, y son parte de nuestro conjunto biológico. Estos
procesos fisiológicos pueden ser resistentes a las limitaciones culturales. Por
ejemplo, un estudio mostró que los individuos que consideraban inapropiado
el tacto pueden, aun así, presentar beneficios fisiológicos con el tacto
(Wilhelm et al., 2001). No obstante, la evidencia todavía es muy limitada.
Y aparte de estas limitaciones, el tacto puede tener una gran variedad de
aplicaciones en muchas áreas. Por ejemplo, las terapias basadas en el tacto
pueden ser útiles para tratar deficiencias en la perspectiva, v.g., percibir los
pensamientos y sentimientos de alguien más, uno de los principales síntomas
en las personas autistas (Baron-Cohen & Belmonte, 2005). Dado que la
oxitocina ―la cual se libera con el tacto―, mejora las habilidades de
percepción entre los autistas (Guastella et al., 2010; Hollander et al., 2007).
En términos más generales, el contacto interpersonal puede mejorar los
comportamientos para que estos sean más saludables al aumentar la
conformidad: animar a las personas tocándolas y con animación verbal.
El espacio personal es un área alrededor de la persona que clama como
propia, como si fuera una extensión de su cuerpo. Cada persona tiene su
propio territorio personal, puede incluir su hogar, su automóvil, su oficina,
todo lo que considere que está dentro de su posesión. El límite de este espacio
puede depender de condiciones externas. En un lugar atestado de gente, ese
límite puede reducirse a unos cuantos centímetros. En condiciones menos
apremiantes, puede expandirse unos cuantos metros. Tocar a las personas de
forma amigable puede provocar que sientan algo negativo, incluso cuando
sonrían y parezcan disfrutarlo. Por eso es importante que calibres sus
reacciones en todo momento y no avances si notas resistencia. Escala poco a
poco, nadie te va correteando.
El Kino Brutal es una invasión del espacio personal si se toman muy en
serio las definiciones. Su magia está en que las mujeres lo adoran ―aunque
no sepan su nombre. Cientos y cientos de interacciones e historias de éxito no
pueden equivocarse, y eso que sólo hablo de mis experiencias. No creo que
yo sea una raza diferente que sólo a mí me funcione. La experiencia y la
observación de situaciones reales nos dice que los autores santurrones de los
libros sobre lenguaje corporal exageran muy seguido. Entonces, volviendo a
la situación de la invasión del espacio personal, quiero hacer una
comparación entre alguien que es acusado de acosador sexual y alguien capaz
de tener relaciones sexuales con mujeres ese mismo día de conocerlas. Y qué
mejor contexto que el tan odiado transporte público, en donde el espacio
íntimo se viola a nivel masivo todos los días. Quizá parezca que estoy
exagerando o que mi comparación es ridícula. Sin embargo, es necesario
hacerlo para ilustrar mi punto. Considerando que a toda regla hay una
excepción ―el Kino Brutal es una de ellas―, en ambos contextos, es decir,
en el cortejo y en el transporte público, harás de cuenta que un hombre y una
mujer están en contacto cuerpo a cuerpo.

1) En el transporte público, en la mayoría de los casos, no hay una


conversación fluida. Ni siquiera entre personas que se conocen. En el cortejo
hay mayor conversación y entre más cercanos, la interacción puede ser más
íntima.

2) En el transporte público se evita el contacto visual, casi a toda costa. Si


lo hay, es mínimo. En el cortejo puede extenderse el contacto visual, si no lo
hay, es porque se están abrazando.

3) En el transporte público los rostros se tornan inexpresivos: algo más


sugestivo puede provocar un momento incómodo. En el cortejo hay risas y
expresiones sugestivas. Si hay una expresión inexpresiva es para generar
tensión sexual.

4) En el transporte público si tienen un celular, un libro o un periódico, se


sumergen por completo en ello. En el cortejo lo demás pierde importancia.

5) En el transporte público el movimiento es escaso. En el cortejo, si no


hay movimiento, es porque están disfrutando de la tranquilidad de estar en
compañía o compartiendo un momento de tensión sexual.

Durante meses, estuve viajando en transporte público alrededor de las 5 ó


6 de la mañana, tres veces por semana, para regresar a mi casa después de
estar en la fiesta. Aunque estaba cansado, tenía una sonrisa de satisfacción,
mientras tanto, me tocaba ver caras cansadas, llenas de hartazgo que se
dirigían al trabajo. Es obvio que no iba a ver gente brincando de felicidad y
que yo estaba exagerando en las etiquetas que le ponía a cada rostro. Quizás
en algunas personas fue acertada esa etiqueta. La verdad es que esa cara larga
que la mayoría de las personas muestran en el transporte público es una
máscara que la mayoría de las personas usan para adherirse a las reglas que
aplican a la inevitable invasión del espacio íntimo en un lugar atestado de
gente. No es que toda la gente sea infeliz, sólo están enmascarando sus
emociones. Por estas razones, se requiere de maestría en las relaciones
interpersonales para abordar mujeres lindas en el transporte público a esas
horas tan tempranas. Y puede lograrse regularmente.

En general, tu conducta cuando escoges asiento no es accidental o al azar.


Muchas de tus conductas al sentarte tienen explicación, seas plenamente
consciente de ellas o no. La posición particular que escoges en relación con la
otra persona o personas varía dependiendo del objetivo que estás buscando, el
grado de relación entre los interactuantes, tu personalidad y la de las demás
personas, y la calidad y cantidad del espacio disponible.
La conducta de tomar asiento y la disposición espacial pueden clasificarse
en las categorías de liderazgo, predominio, trabajo, sexo y conocimiento de
alguien, motivación e introversión-extroversión. Éste es otro ritual que ocurre
en los lugares concurridos, se dan en eventos como el cine, el teatro,
conferencias, pláticas en la universidad… en lugares públicos donde
forzosamente tienes que ocupar un asiento. Para pasar entre filas, las personas
eligen el lugar más amplio para pasar y hacer el mínimo contacto posible. Tú,
en cambio, elegirás tener el mayor contacto posible… con las chicas, por
supuesto. No te estoy recomendando que frotes tu artillería contra su trasero.
De hecho, por lo pronto, tus manos tienen permitido hacer contacto con sus
brazos, hombros y espalda superior con el pretexto de que te estás abriendo
espacio. Si voltea, sonríele y pasa, o bien, intercambia unas palabras con ella.
Si no, continúa tu camino. Tu pecho, tu espalda y tus piernas pueden hacer
roce con casi cualquier lugar. Acostúmbrate a hacer contacto físico con tantas
personas como puedas y a abarcar más espacio del necesario.
El siguiente movimiento es la elección de los asientos. Por lo regular, las
personas empiezan a llenar los asientos estableciendo uno o dos asientos al
lado de las personas. Pocas veces eligen sentarse justo al lado de la otra
persona. Esto no lo tienes que dejar al azar. El lugar en el que eliges sentarte
es un factor decisivo. En una cita, por ejemplo, no te vas a sentar del otro
extremo de la mesa, sino al lado, en donde la distancia es menor y el contacto
físico y visual es más fácil. En un auditorio, en otro ejemplo, tendrás que
identificar rápidamente a una mujer que te parezca atractiva y sentarte al
lado. Si espera a alguien, puedes platicar amigablemente unos minutos e irte.
Si no, amigo mío, ya la hiciste.

Las personas tienden a estar más dispuestas a aceptar parejas potenciales


si su estilo o físico son similares a los suyos, o que estén en su círculo social
o media; mientras más cercano parezcas, crecerá la proximidad. El efecto de
la proximidad es la tendencia de las personas a formar amistades o relaciones
románticas con aquellos a quienes ven muy seguido. En otras palabras, las
relaciones tienden a ser formadas entre aquellos que tienen mucha
proximidad. Esto aplica a los círculos sociales, y aquí es como directamente
se forma el confort entre las personas que te presentan. Pueden ser
compañeros de clase, amistades de tus amigos o compañeros de trabajo, y la
tendencia explica que los maestros salen con maestros, los ricos con los ricos
y así sucesivamente. Mientras más se somete a alguien a la exposición, más
probable se convierte. La gente que empieza a confiar y querer un producto
es porque se vuelven familiarizados con él. En relación con la atracción, si
alguien te percibe como parte de su círculo social, te encontrarán más
atractivo. En realidad lo que sucede es que se sienten más cómodas contigo, y
empezarán a confiar en tu personalidad. El miedo a los extraños es algo
inherente en nosotros, y puede ser comprobado en la historia y en el reino
animal.
Sin embargo, ser parte de un círculo social en la misma área no es la única
forma de construir confort, puedes generar proximidad siendo social en un
evento en particular, incluso si no conoces a nadie más. Tan pronto como
empieces a construir confort con pocos de ellos, el efecto empezará a crecer
haciendo más fácil construir confort cuando te vean hablando con más y más
gente. El problema es que necesitas construir confort con el grupo inicial para
empezar el proceso, y si no conoces a ningún grupo, puede ser difícil. Aquí es
donde otras técnicas son requeridas.
Lo siguiente es identificar a las personas que estén disponibles y que
quieran hablar contigo, y te sorprenderías de cuántos quieren hacerlo.
Cualquiera que te note, te vea más de lo usual o te sonría, te están ofreciendo
una invitación. Quieren construir confort contigo. Todo lo que necesitas es
sonreír, acercarte y empezar una conversación. Con las mujeres que no te dan
un signo, necesitas acercarte y romper el hielo. Mejora la situación agregando
valor a ellos. Ser divertido e interesante es suficiente valor. Siempre recuerda
que debes ser alguien que mejore su día demostrando algún tipo de valor
positivo. No tiene que ser desalentador, el valor puede ser simplemente una
conversación interesante.
El simple hecho de que empiecen a hablar contigo, construye inversión a
cierta escala. Hacer que alguien te ceda un asiento o te haga espacio para que
te sientes, comprarte una bebida o entregarse en cierta forma, construye
inversión. Busca que ellas empiecen a invertir en ti, por eso, hacer que ellas
te permitan entrar a su espacio personal, es vital. Por eso es contraproducente
intentar comprar tu camino para conquistar a una mujer. Mientras que si una
mujer pasa tiempo, pone esfuerzo o invierte dinero en ti, está invirtiendo y
esencialmente intentando construir confort contigo. El esfuerzo que ponen en
ti sube tu valor frente a sus ojos. Hay muchas formas en las que alguien
puede invertir en ti, pero la manera más fácil y rápida es la proximidad y el
contacto físico. El punto clave es saber que deben ceder para que tú puedas
acercarte y tocarlas, y mientras más cedan, más estarán invirtiendo, y por lo
tanto van a querer recibir algo de ti a cambio.
Los efectos del espacio personal
E. T. Hall nos vuelve a dar un consejo de oro al decir,

"Los cambios espaciales dan tono a una comunicación, la acentúan, y a


veces hasta hacen caso omiso de la palabra hablada."

Las relaciones espaciales son extremadamente importantes. En la


conversación cotidiana, las personas no tienen pegado un anuncio que diga
"¡No se acerque a más de 40cm de mí!," pero existen otras señales para
impedir una incómoda invasión al espacio personal. El uso que haces del
espacio ―el propio y el de otros―, puede afectar dramáticamente tu
capacidad para conseguir ciertas metas deseadas de comunicación. En este
caso, una aventura romántica. En cualquier interacción social que tengas,
debes considerar las nociones del espacio personal. El espacio personal ayuda
a regular la interacción social, y así como en los animales, el más fuerte y
dominante tiene el control de más espacio. Estar cada vez más cerca de una
mujer, y evitar que una mesa u objeto se interponga entre tú y ella puede,
proporcionarte una ventaja psicológica sobre ella persona.
Debes tener en mente que no todas las intrusiones territoriales son iguales,
y no siempre pueden producir maniobras defensivas. La intensidad de la
reacción ante la irrupción dependerá de una gran cantidad de factores:

1) ¿Quién viola el espacio personal? Pueden presentar diferentes


reacciones si eres un amigo, conocido, un extraño, si le gustas o si no, si te
percibe de alto o bajo estatus.

2) ¿Por qué has violado su espacio personal? Si eres agresivo o amistoso.


Si lo haces de manera natural o de una forma que le parezca extraña. Si creas
las situaciones ideales o si no tienes ni idea de lo que ella siente.

3) ¿De qué tipo de territorio se trata? Si es una zona muy íntima o si


tocarlas es inevitable.

4) ¿Cómo se realizó la violación? Si quieres tocar su cuerpo cuando ella


está contenta o cuando ella claramente está enfadada.
5) ¿Cuánto tiempo duró la irrupción? Si la violación es temporalmente
permitida.

6) ¿Dónde tuvo lugar la violación? Puede ocurrir en el transporte público


o en un lugar con menos densidad de personas.

Ten en mente que las mujeres reaccionarán de diferente modo cuando no


hay inconveniente para que estés en su espacio personal. Cuando te acercas,
las excitarás fisiológicamente, el corazón les latirá más rápido y aumentará la
sensibilidad de su piel. La excitación varía también con la mirada y el tacto,
lo mismo que con la distancia. Una vez excitadas, necesitas clasificar su
estado como positivo ―agrado, atracción, alivio―, o negativo ―desagrado,
vergüenza, tensión, ansiedad. Si juzgas que el estado de excitación es
positivo, debes responder con un comportamiento recíproco y escalar; pero si
lo consideras negativo, debes tomar medidas para compensarlo. Así, si se
siente excitada por tu aproximación, pero le parece indeseable por el
momento, su comportamiento tenderá a restablecer la distancia adecuada,
mirará hacia otro lado, cambiará de tema a otro menos personal, cruzará los
brazos a fin de establecer una barrera para cubrir su cuerpo y se frotará el
cuello. Si fallas en ver los signos y ajustarte a la situación, y persistes en
invadir su espacio personal, la víctima optará por la fuga inventándose una
excusa.
Pocas veces te dirán que te alejes. Con el Kino Brutal, promuevo más
cercanía entre tú y las mujeres, pues entre mayor espacio ocupes y más
libertad de movimiento tengas, más estatus demostrarás. No obstante, darles
su espacio es también importante para tu relación con ellas. Establece un
equilibrio entre robarles el aliento y dejarlas respirar. Los efectos serán más
poderosos de este modo. Así como la explosión de energía cuando contienes
la respiración adentro del agua por unos segundos y después sales a la
superficie para respirar.
Los efectos del entorno
Es ilimitada la cantidad de lugares en los que puedes conocer mujeres:
transporte público, hogar, colonia, escuela, trabajo, fiestas, centros nocturnos,
restaurantes, hoteles, equipos deportivos, biblioteca, cines, museos. Sin
embargo, a pesar de la diversidad, es probable que todos estos entornos sean
un tanto similares e influyen en ti tanto como tú influyes en ellos. Te guste o
no, reaccionas emocionalmente a tu entorno y la naturaleza de las reacciones
emocionales puede explicarse en términos de la excitación que el medio
produce en ti, de la sensación de bienestar que experimentas y de la seguridad
en ti mismo. La excitación alude al grado de actividad y estímulo; el bienestar
se refiere a los sentimientos de alegría y satisfacción; y la seguridad en ti
mismo alude a tu sentido de control, importancia y libertad para actuar. La
seguridad, entonces, aumentará conforme más lugares frecuentes.
Probablemente los diferentes escenarios te producen sentimientos distintos,
tanto positivos, como negativos. La clave es moverte en entornos positivos.
Tu comportamiento entonces se verá afectado según tu percepción de los
distintos entornos:

Percepción de formalidad. Una excelente forma para clasificar los


diferentes escenarios es de formal o informal. A estos los puede determinar el
lugar, las personas, las funciones, la cultura. Cuando más grande es la
formalidad, mayores son también las probabilidades de que el
comportamiento de comunicación sea más superficial, vacilante,
estereotipado y, para no andarnos con rodeos: hipócritas. En las situaciones
formales, una conferencia, por ejemplo, tu proximidad y tu contacto físico
deben ser un poco más moderados, empero, deben tener una intensidad
ligeramente mayor a la habitual.

Percepción de calidez. El entorno que te hace sentir calor psicológico te


estimula a permanecer en él, te hace sentir relajado y cómodo. En una
reunión con los amigos, por ejemplo, tu contacto físico y tu proximidad
pueden ser más sugerentes.

Percepción de privacidad. Los entornos cerrados sugieren en general


mayor privacidad, particularmente si tienen capacidad para pocas personas
―aunque esto puede ser subjetivo. La privacidad está más apegada a la
dificultad de que terceras personas entren o se enteren de tus conversaciones
y actividades. Es probable que cuando la privacidad sea mayor, acortes la
proximidad y se den más mensajes personales especialmente construidos y
adaptados a la otra persona.

Percepción de familiaridad. Cuando te encuentras con una persona nueva,


eres un poco más prudente, calibrado y convencional en tu forma de
interactuar. Lo mismo ocurre cuando te encuentras en lugares que no te son
familiares. En estas situaciones es posible que vaciles antes de moverte con
rapidez, y es probable que procedas lentamente hasta que puedas asociar un
lugar desconocido con alguno que ya conoces. Escalar poco a poco pero
continuamente es la clave para vencer la barrera de la poca familiaridad.

Percepción de escape. Parte de tu reacción a un lugar se basa en la


percepción de la posibilidad ―y la facilidad― que tienes para irte de ahí. La
intensidad de estas percepciones de escape está estrechamente relacionada
con el espacio disponible y la privacidad de este espacio durante el tiempo
que permaneces en un lugar determinado. Hay entornos que parecen ser
restrictivos sólo de modo temporal, v.g., una fiesta; otros lugares, en cambio,
parecen ser restrictivos de un modo más permanente, v.g., tu escuela o el
trabajo. En un bar, puedes estar tranquilo si las cosas no te salen bien, al final
de cuentas, es probable que no las vuelvas a ver. Por el contrario, no es tan
fácil sobrellevar las cosas si en tu escuela no te salen bien las cosas. Ya sabes,
los chismes o los momentos incómodos cuando llegas a topártelas.

Percepción de distancia. A veces, tus respuestas en el seno de un lugar


estarán influidas por el hecho de que las personas con las que has de
comunicarte estén cerca o lejos. Puede tratarse de una distancia física real
―que la chica con la que vas a salir viva lejos―, o puede tratarse de una
distancia psicológica ―barreras que te separan claramente de mujeres muy
próximas desde el punto de vista físico. Puede ocurrir que estés sentado muy
cerca de la chica que te gustó y sin embargo no haber privacidad para hablar
con ella, v.g., los asientos trabados en el metro que miran hacia la misma
dirección. Es probable que cuando el ordenamiento espacial te "obliga" a
permanecer en un lugar cerrado con personas desconocidas ―trasporte
público―, las personas hagan esfuerzos para aumentar psicológicamente la
distancia entre tú y los demás, y que reflejen un sentimiento menos íntimo,
v.g., menos contacto visual, tensión e inmovilidad del cuerpo, silencio.

Percepción de sonido. Los tipos de sonido y su intensidad también afectan


el comportamiento interpersonal. Sin embargo, reaccionamos de muy
diferente manera al sonido monótono de la voz de algunas personas, al sonido
estimulante de la música. La música puede ejercer un efecto más fuerte y más
inmediato en el nivel de excitación y de bienestar que de otras cosas.
Generalmente, cuanto más placentera es la música, más probable es que se
produzcan conductas de aproximación antes que de evitación. Los lugares
donde hay música son excelentes para conocer personas. Los estímulos son
provocativos.

Percepción de iluminación. La luz contribuye a estructurar nuestras


percepciones de un medio y estas percepciones pueden muy bien influir en el
tipo de mensajes que se emiten. Si entras a un lugar con una iluminación muy
débil o luz de velas, es probable que hables más suave y que sugieras una
comunicación más personal. Por otro lado, las luces brillantes son más
adecuadas para indicar una interacción menos íntima

Todas estas percepciones las puedes manipular a tu antojo o simplemente


utilizarlas a tu favor para saber dónde conocer mujeres, para aislarlas y para
sentirte confiado en situaciones desconocidas. El lugar en el que te
comunicas contribuye a menudo a determinar el resultado de tus encuentros.
Por lo tanto, entre más lugares frecuentes, mayor será tu seguridad. Tanto la
frecuencia como el contenido de tus conversaciones se verán influidos por
diversos aspectos del lugar en el que te comunicas. Naturalmente, en la
medida en que aumentas tu conocimiento del lugar, puedes utilizarlo
deliberadamente para ayudarte a obtener las reacciones deseadas. Recuerda:
en general, la comunicación más íntima se asocia con lugares informales, no
restringidos, privados, cerrados y cálidos. No obstante, en las situaciones
cotidianas estas dimensiones se combinan de manera compleja, de modo que
cierta formalidad puede combinarse con la restricción y un poco de
privacidad. Puedes tú incluso mezclar factores íntimos para que ellas puedan
percibirlo como un espacio cerrado, familiar y con un grado de calidez. En
pocas palabras, todo dependerá de tu capacidad para crear una burbuja del
amor haciendo uso de lo que presento en este libro.
El efecto propincuidad
Es uno de los principales factores que llevan a la atracción interpersonal.
Se refiere a la proximidad física y psicológica entre las personas. Mientras
más convives e interactúas con las personas, es más probable que se vuelvan
tus amigos. Lo opuesto sucede cuando no estás en contacto cercano con
determinadas personas, la frecuencia de la comunicación disminuye
exponencialmente. A medida que te encuentras con las personas, empiezan a
volverse familiares y verás cosas que te agradan de ellas. A pesar de que no
sucede con todas las personas, es cierto que la mayoría de tus relaciones se
dan o se dieron dentro de tu círculo social como resultado de intereses
compartidos, situaciones comunes, una interacción constante, v.g., en tu
colonia, trabajo, escuela y lugares que suelen ser parte de tu vida. Sin
embargo, para nosotros que aplicamos el Kino Brutal, el cielo es el límite,
pues, de no ser así, ya estaríamos besando mujeres de otros planetas ―en el
caso hipotético de que nos parecieran atractivas.
Esto también va de la mano con la teoría de la exposición, en donde
mientras más te expongas a un estímulo, más tiende a gustarte. La
familiaridad crea agrado más que desprecio, como suele creerse ―se debe a
que la exposición puede ser exagerada: después de un cierto número de
exposiciones comenzarás a ignorar el mensaje, y si la exposición continúa,
empezarás a enojarte y asumir respuestas negativas hacia dicho mensaje. Las
cosas crecen dentro de ti y adquieres gustos por las cosas con el tiempo y
exposición repetida. Los estímulos pueden ser las personas, productos
comerciales, lugares, etcétera. Incluso pueden gustarte cosas poco
placenteras, así como los prisioneros que extrañan la cárcel. Cuando se trata
de elecciones, lo familiar se antepone a lo poco familiar. De ahí el dicho,

“Más vale malo conocido que bueno por conocer.”

Muchos se enfocan en la fase antes de conocerla, cuando lo mejor viene


después. Es decir, se enfocan en desarrollar confianza, en la apariencia, en el
desarrollo personal, en las posibles conversaciones, en lo que hay que decir al
principio. Yo me enfoco en la parte más divertida, que es el momento cuando
estás frente a ella. Estés donde estés, sin importar el tiempo o la frecuencia
con la que te topes con las mujeres, puedes aplicar el efecto propincuidad.
Busca cualquier tipo de interacción o contacto con las mujeres que te
interesan para crear familiaridad, atracción y confianza. Establece contacto
visual con ella, búscala con la mirada, juega con los ojos. Si es tu estilo,
guíñele un ojo cuando te voltee a ver. Mantenle la mirada o retírala para
coquetear. Haz que ella se acostumbre a mirarte a los ojos. No importa si la
conoces o no. Puedes mirarla seriamente o con una sonrisa.
Comienza a saludarla, a intercambiar palabras con ella aunque no te hayas
presentado formalmente. Todo coqueteo le creará familiaridad, atracción y
confianza. Haz uso de cualquier artimaña. Cuando sea la hora de acercarte
formalmente o para obtener sus favores, ya habrás creado una base sólida. De
esta forma, el riesgo a un rechazo o toda incertidumbre disminuirá
dramáticamente. Puedes crear atracción masiva e intimidad sin siquiera
acercarte a ella. Aunque es un método poco arriesgado y desde una posición
de seguridad, su poder es incalculable y nunca aparentarás ser como los
demás. Entre más creativo seas, mejor.
El efecto propincuidad no debes dejarlo al azar. No se trata de pasar al
lado de ella todos los días o sólo saludarla. Todo tiene que ser sugerente para
generar atracción. Si no, sólo le serás familiar. Tiene que ser algo compartido
exclusivamente entre tú y ella para generar intimidad. Si no, serás alguien que
sólo conoce de vista.
Los elementos kinésicos
La kinésica se refiere al estudio de los movimientos corporales
comunicativamente significativos. Poyatos (1994) la define de la siguiente
manera:

“Los movimientos corporales y posiciones resultantes o alternantes de


base psicomuscular, consciente o inconscientes, somatogénicos o aprendidos,
de percepción visual, auditiva, táctil o kinestésica ―individual o
conjuntamente―, que, aislados o combinados con las coestructuras verbales
y paralingüísticas y con los demás sistemas somáticos y objetuales, poseen un
valor comunicativo intencionado o no.”

Según este autor, podríamos distinguir entre gestos, maneras y posturas.


Se incluyen en la kinésica desde los movimientos que acompañan a los
saludos hasta los chasquidos, los aplausos o los pataleos, desde las palmaditas
en la espalda hasta rascarse la cabeza o un levantamiento de cejas y los
golpes ―en la mesa o en la puerta, por ejemplo.
La clasificación más sencilla de los elementos kinésicos los divide en
emblemas, reguladores, ilustradores, expresivos-afectivos y adaptadores
(Knapp, 1980; Payrató, 1993)
Los gestos pueden sustituir a la palabra ―caso de los emblemas―, repetir
o concretar sus significado ―caso de los deícticos―, matizarla, contradecirla
o, sencillamente, servir para acompañarla y hacernos sentir más a gusto o
manifestar nuestra incomodidad ―no sólo hay que tocar a las mujeres porque
se nos pega la gana, también debemos ver sus respuestas corporales.
Los gestos, las maneras y las posturas que se consideran adecuados
pueden variar según el tipo de evento o la ocasión, según el grupo social y,
por supuesto, varían de una cultura a otra. Pensemos, a modo de ejemplo, en
las diferencias que se pueden observar entre los gestos y posturas típicamente
asociados a hombres y a mujeres ―y los estereotipos que de ello se
derivan―; en las diferencias kinésicas que se producen en una conversación
íntima o, como contraste, en un discurso político, o en las diferencias en la
forma de saludarse las personas en diferentes grupos culturales o
subculturales ―las mujeres se besan, los hombres se dan la mano o se
golpean la espalda.
Algo muy interesante es observar los efectos de los gestos y las posturas
en la expresión de actitudes ante la realidad comunicativa ―el contenido
informativo y otros elementos de la comunicación. A través de un gesto o de
una postura podemos mostrar interés, indiferencia, desprecio, ansiedad
respecto a lo que estamos o se está diciendo. Por ello, es importante ser
conscientes de los elementos kinésicos, tanto los tuyos como los de ella, pues
estos te indican qué posición adoptan las personas frente a lo que se dice y
frente a los demás participantes en un acontecimiento comunicativo.
Lo que en este libro nos interesa es lo íntimo, v.g., postura relajada,
proximidad, conducta táctil, una mirada establecida, un proceder informal,
expresión emocional visible, expresiones faciales alegres ―sonrisas―,
etcétera.
Aquí, de igual forma, no debemos dejar los elementos kinésicos al azar,
todo lo que quieras transmitir debe ser congruente con lo que expresas al
mundo. Deja a un lado las palabras, todo tu cuerpo y tus actitudes deben ser
congruentes con lo que quieras transmitir. Debes estar consciente de todos tus
movimientos. Tal vez parezca una tarea extenuante, pero llevarla a la práctica
es divertido y tiene resultados inmediatos. Lo que tienes que visualizar y
encarnar es la imagen y la conducta de lo que consideres como una persona
exitosa y atractiva. Haz una lista de todas las conductas que quieras
desarrollar permanentemente y hazlo todos los días. Es una actividad que
puedes comenzar ahora mismo. Imitar a un deportista, un actor o personaje, o
una persona famosa. Puede ser una persona imaginaria, una que haya muerto
hace tiempo, incluso una caricatura.
Que nadie te limite, mucho menos tú. Lo divertido de esto es que tú
puedes convertirte en lo que a ti te plazca. Cuando estás en congruencia con
tus pensamientos, lo que te dicta tu corazón ―aunque te parezca cursi―, tus
valores, tus creencias, tus deseos y lo que sale de tu boca, no habrá mayores
limitantes para ti.
El cortejo es el oxígeno que todos respiramos
Toda mujer sabe cómo corresponder al cortejo de un hombre que le
parezca atractivo o interesante. Sabe cómo frenar un cortejo no deseado o
cómo alentar a un posible pretendiente. Sabe cómo controlarse para no
parecer demasiado interesada. Es posible que lo esté haciendo de manera
inconsciente, es decir, no sabe precisar con exactitud cómo lo hace. Muchas
mujeres ni siquiera se dan cuenta de que lo hacen mayormente de forma no
verbal.
Una mujer, de hecho, se transformará súbitamente en más bella, cuando
responde a un estímulo emocional como la atracción sexual, la cual
desencadena cambios sutiles en su organismo. Es el fantástico momento
cuando notas que ellas están en disposición para algo más íntimo. En parte,
esta disposición se debe a la tensa inflexión muscular: los músculos se
comprimen respondiendo a un toque de atención, de manera que todo el
cuerpo se pone alerta. En el rostro, las arrugas que normalmente están muy
marcadas, tienden a desvanecerse, del mismo modo que las bolsas debajo de
los ojos. La mirada brilla, la piel se colorea o se torna más pálida y el labio
inferior se hace más pronunciado. Si tiene una postura pobre, suele
enderezarse, disminuye la prominencia de su vientre y los músculos de sus
piernas se ponen tensos; este último efecto suele representarse en las fotos
con un tono más sensual. Se altera el olor de su cuerpo y algunas mujeres
afirman que se modifica la textura de su cabello. Una mujer puede sufrir
todas esas transformaciones y no tener conciencia de ellas.

La pareja en pleno cortejo suele ocuparse de su arreglo personal: las


mujeres juguetean con el cabello o se acomodan repetidas veces la ropa; el
hombre para más el pecho, se faja su camisa o se acomoda la corbata. Por lo
general, éstos son gestos inconscientes que se hacen automáticamente. A
medida que avanza la intimidad, las señales son cada vez más obvias, v.g.,
miradas rápidas o prolongadas a los ojos del otro. El contacto se vuelve más
próximo, cuerpo a cuerpo. Rara vez vuelven el cuerpo hacia un lado. Se
inclinan el uno hacia el otro y en algunas ocasiones extienden un brazo o una
pierna, como para no dejar pasar a ningún intruso. Al hablar con una tercera
persona, tratan de que ese contacto sea breve y mantienen una especie de
círculo cerrado.
Algunas veces, la pareja realiza roces sustitutivos, v.g., una mujer puede
pasar suavemente el dedo por el borde de su vaso, o dibujar imaginarias
figuras sobre una superficie. Otras veces adopta actitudes provocativas, v.g.,
cruza las piernas, dejando entrever parte de uno de sus muslos; apoya la
mano en su cadera e inclina provocativamente su escote hacia adelante; o se
sienta como distraída y se acaricia los muslos o las muñecas; ladean su
cabeza. El mostrar las palmas de las manos es quizás el más sutil de todos los
signos.
Si todo va bien, ellas estarán más atentas. Los gestos que se realizan para
tratar de mejorar el aspecto personal son la consecuencia de una repentina
toma de conciencia del propio yo. Las caricias tímidas y vacilantes que gran
parte de las mujeres realizan o casi omiten forman parte de ese delicioso
conflicto que surge entre el deseo de tocar y dejarse llevar, y el sentimiento,
de que, tal vez no deben. Ese conflicto puede ser tanto consciente como
subconsciente.
Algunas veces los signos del coqueteo pueden ser simplemente signos de
amistad si no hay otros elementos que lo corroboren. Por eso hay que tener
los ojos bien abiertos. Si bien, pueden transmitir cierta atracción, no quiere
decir que sea una luz verde ―pueden carecer de una connotación sexual y no
pasar nada más si no hay otros gestos―, pero sin duda, son buenas señales.
De cualquier manera, suelen producirse con rapidez y sutileza que sólo un ojo
avezado puede detectarlo. Los principiantes pueden interpretar erróneamente
las señales o verlas cuando no ocurren en realidad ―a veces, esto juega a
favor. Y aun con la experiencia, existe mucha dificultad en interpretar el
comportamiento no verbal.
El cortejo y todos sus signos pueden presentarse virtualmente en cualquier
situación, v.g., en reuniones sociales, reuniones de negocios, reuniones
familiares, transporte público, funerales, maestros y alumnos, médico y
paciente, y, claro, entre dos hombres o dos mujeres. Digamos que el ser
humano es un ser sexual y el cortejo puede iniciar en cualquier momento y
ocasión, y, en algunos casos, también se pueden confundir algunas otras
intenciones que no involucren ningún tipo de seducción si no se ven también
otras pautas de comportamiento adicionales que confirmen que
evidentemente hay un motivo sexual. Las actitudes seductoras que no
contengan intenciones sexuales tienden a generar conflictos por ser de
carácter ambiguo.
Hay señales que son difíciles de malinterpretar o al menos son de un
carácter positivo debido a que son comunes en casi todas partes del mundo.
El etólogo austriaco Irenáus Eibl-Eibesfeldt, ha estudiado el cortejo en seis
culturas diferentes y encontró muchos detalles similares entre ellas. Tanto en
Samoa como en Papua, en Francia, en Japón o en África como en
Sudamérica, se producía el mismo tipo de respuesta, en una sucesión de
pequeños movimientos de danza kinésica, v.g., una sonrisa, una vuelta, un
rápido levantar de cejas en una expresión interrogativa ―considerada
afirmativa en este caso―, seguida por el hecho de volver la espalda, la
cabeza hacia un lado, algunas veces gacha y mirando hacia abajo. A menudo
las chicas se cubrían parte de la cara con la mano y sonreían con vergüenza.
Algunas veces seguían al hombre con el rabillo del ojo, o se volvían a echarle
otra rápida ojeada antes de mirar hacia otro lado.
El Doctor Adam Kendon, un psicólogo que trabajó con Scheflen,
comenzó recientemente un análisis sobre el cortejo entre los seres humanos.
Surgieron de este análisis ciertos rasgos universales que pueden verse
también entre los animales. Los estudios de Kendon, indican que para las
mujeres, el cortejo combina dos elementos diferentes. En primer lugar, la
mujer muestra su sexualidad para atraer al hombre. Luego lo neutraliza
mediante un comportamiento infantil, v.g., miradas tímidas, la cabeza
inclinada hacia un lado y gestos suaves como los de un bebé. El hombre, a su
vez, trata de demostrar su masculinidad parándose erguido, gesticulando
agresivamente y luego la neutraliza asumiendo el comportamiento de un
niño.
El comportamiento procede del potencial peligro que involucra el cortejo:
el hombre se arriesga a un ataque de la mujer si ésta no se encuentra en ánimo
de recibirlo. Cuando la mujer inicia el cortejo, puede recibir un castigo de
cualquier tipo antes de que tenga el consentimiento del hombre, y tenga la
certeza de que no hay ya alguna otra pareja sexual que pueda agredirla y
acercarse no constituya una amenaza. De esta manera el cortejo generalmente
consta de dos etapas: primero, uno debe atraer sexualmente al compañero;
luego debe conseguir que éste deje de temer un contacto más próximo.
El cortejo también engloba riesgos emocionales, aunque muy pocos tienen
idea de ello. El recato y el comportamiento infantil son prueba de ello. Si la
teoría de Kendon es acertada, no podrá cambiar, porque si un hombre o una
mujer no logran atraer y luego captar la confianza de su pareja, dejará de
existir el cortejo. Y tú no quiere eso, ¿verdad?
A veces puede ser perjudicial e incómodo para uno hablar o dar
demasiada importancia al cortejo frente a otras personas. Y no sabes cuánto
lo siento por aquellos que no le dan importancia o no son capaces de
recrearlo, porque el cortejo es el oxígeno que todos respiramos. La buena
noticia es que saber relacionarte con las personas puede ser una actividad
terapéutica y divertida. No volverás a ver las cosas del mismo modo.
Lenguaje corporal: lo que se dice en secreto
Cientos y cientos de interacciones me han dado la oportunidad de conocer
muchas mujeres, estudiarlas y evaluar si puedo ser atrevido o no, si puedo
acercarme o no, si puedo ser directo o no. Simplemente con mirar su lenguaje
corporal. Estos simples conocimientos adquiridos experimentalmente me han
ayudado a sobresalir de entre la competencia que no sabe ni le interesa leer el
lenguaje corporal. Tengo que admitir que cuando aprendí a identificar señales
como cuando una mujer voltea a su alrededor constantemente mientras
camina o dentro de un círculo de amigos, está más que dispuesta a conversar
y, por lo tanto, disminuyó dramáticamente mi rango de rechazos. Muchos
hombres sólo se enfocan en el rostro, el trasero o en el escote de una mujer
cuando interactúan ―si a caso― con ella. Yo me fijo en todo. Cada
movimiento, cada señal. El lenguaje corporal se lee en conjunto, no en
señales aisladas. Saber de contacto físico y leer el lenguaje corporal te abre
un mundo de posibilidades que me sigue sorprendiendo la necedad de los
hombres de seguir preguntando, “¿Pero qué le digo?” Jamás me creerías si te
dijera que hasta la fecha, no sé qué decirle a una mujer cuando me acerco por
primera vez. Y no importa: el habla no es la principal forma de comunicación
de todos modos. No de la nada nació el “¡Ver para creer!” Gran parte de las
decisiones que tomamos se basan más en lo que vemos que en lo que oímos o
decimos.
Sería tonto que yo también dijera que una mujer ha tomado ya la decisión
de si se quiere acostar contigo o si se siente atraída en los primeros segundos
de la interacción. Sería más absurdo si continuara esparciendo la siguiente
porquería de consejo, “¡Sólo tienes una oportunidad para causar la primera
impresión!” Con un poco de creatividad, paciencia y pantalones podemos
generar las impresiones que queramos cuando queramos. Sin embargo, es
cierto que cuando conocemos a las personas, empezamos a juzgarlas por
cómo se ven, cómo actúan, pues sus ojos no es lo primero que vemos, ni
tampoco sus palabras son lo primero que escuchamos. Si las palabras son
para transmitir información, el lenguaje corporal es para negociar actitudes
interpersonales y en algunos casos podemos comunicarnos sin emitir una sola
palabra. Sólo la experiencia pulirá tu percepción, ya que ciertas señales
cambian según el contexto o pueden ser malinterpretadas por no entender la
situación, v.g., una mujer que presenta un lenguaje corporal cerrado, puede
indicar que sólo tiene frío, puede ser una señal de timidez o que está
esperando a una amiga, más no una muestra de desinterés. Otro
inconveniente se encuentra en que es más difícil leer a las personas
experimentadas, mentirosas o “maleadas”, como me gusta decirles, pues sus
gestos se vuelven más sutiles y menos obvios. Sin embargo, siempre tendrán
un gesto corporal que se comunicará a gritos. Las personas sólo pueden
pretender por un corto período de tiempo. Hay señales como la dilatación de
las pupilas, la sudoración, el rubor o cualquier otra señal que no pueden ser
conscientemente fingidas.
El lenguaje corporal también es un reflejo externo de nuestras condiciones
emocionales. La clave para entender a las personas es ser capaz de entender
sus condiciones emocionales mientras escuchas lo que están diciendo y notar
las circunstancias bajo las cuales lo están diciendo. Esto te permite separar
los hechos de las discordancias y la realidad de las mentiras. Cuando sientes
que alguien te ha dicho una mentira, usualmente es porque su lenguaje
corporal y sus palabras no concuerdan. Muchas veces me pasa que lo que me
dicen las mujeres lo dejo en segundo plano y me enfoco en mayor medida en
sus movimientos corporales. A juzgar por los resultados, pareciera que les
presto más atención que cuando sólo las observo. Lo difícil es que para hacer
esto, debes vaciar tu cabeza de pensamientos como, “¿Y ahora qué le digo?”,
o cualquier otro pensamiento que te sabotee.
Las lecturas en frío pueden parecer mágicas para los inocentes y los poco
experimentados, o una charlatanería para la gente culta. Sin embargo es un
proceso simple que se basa en la observación cuidadosa de las acciones, el
lenguaje corporal, y un conocimiento extenso de la naturaleza humana. Hay
tantas personas a quienes les puedes hacer una lectura en frío diciéndoles:

“Siento tu energía cargada con una serie de problemas. Que te has puesto
metas aparentemente poco realistas, lo que te causa temor de no poder
alcanzarlas. Algunas veces eres sociable, amistosa y fluida con las personas,
pero en otras ocasiones te vuelves reservada y precavida. Hay un deseo
escondido en tu interior de querer compartir ideas, pensamientos y
sentimientos al mundo, pero lo tienes que reprimir por el temor a ser
lastimada por ser demasiado abierta con los demás. Aparentas seguridad,
pero por dentro te preocupas por demasiadas cosas.”

¿Quién no se ha sentido así? Y éstos son sólo unos pocos rasgos, pues, de
aquí, puedes seguir hasta que las tengas llorando en tu regazo.

Aunque cada persona es diferente, hay señales que se repiten en la


mayoría de los seres humanos. Por ejemplo, intenta cruzar tus brazos a la
inversa de cómo lo haces siempre. Lo más seguro es que te sientas un poco
raro. Esto asegura que es un gesto innato o aprendido que está arraigado en ti
y no puede ser cambiado tan fácilmente. La mayoría de tus gestos ocurren
independientemente de si los aprendiste o los copiaste. Las diferencias
culturales son vastas, pero las señales en el lenguaje corporal son casi
universales.

Ahora empecemos a hablar de las manos. Las manos son una de las
herramientas más importantes del ser humano. Se encuentran más conexiones
entre el cerebro y las manos que entre otras partes del cuerpo. Pocas personas
consideran sus manos para tratar a las demás personas. Con las manos se
puede demostrar dominio, poder y sumisión. Uno de los puntos clave a
observar es el comportamiento de las manos para identificar si una persona es
abierta, honesta, confiada o no. Las manos son como las cuerdas vocales del
lenguaje corporal, pues hablan más que otras partes del cuerpo y se ocultan
como forma de mantenerse calladas.
Los charlatanes son personas que han desarrollado la habilidad de hacer
que sus señales no verbales complementen sus mentiras verbales. Mientras
más eficientemente puedas utilizar tus señales no verbales, mejor te volverás
con la gente. Todo en ti debe ser congruente ―aunque sea una mentira―,
para no tener dificultades para expresarte con los demás: los gestos y las
emociones están directamente conectados. Uno de los gestos más poderosos
que a menudo se da por sentado es todo lo que puedes hacer con las manos.
Por ejemplo, cuando tomas de la mano a tu novia o a alguna otra chica, por
ser hombre tu mano está por delante o por encima de ella con tu palma hacia
atrás, mientras que la suya está atrás o debajo de la tuya con la palma hacia
enfrente.
El lenguaje con las manos puede ir más allá de las gesticulaciones y no
tiene que ser tan complejo como la lengua de signos. Está en la forma en que
tocas a las personas, en la firmeza de tus señas. Todas tus intenciones deben
estar concentradas en una acción determinada. La intención del contacto es
mostrar sinceridad, confianza y, en general, sentimientos positivos. Todo lo
que quieras transmitir debe ser notado. Y recuerda: trata de ser dinámico. Un
contacto inmóvil y sin vida resulta incómodo.
A nadie le impresionará un contacto débil y pusilánime. Logra muy poco.
Es una clara muestra de un carácter débil. Tampoco lograrás mucho si tus
manos están frías o si te avergüenzas de que éstas te suden mucho. El primer
inconveniente se puede solucionar frotando tus manos o con algún tipo de
actividad física, y lo segundo se puede solucionar con un pañuelo para tus
manos ―si realmente lo quieres erradicar, un especialista o dermatólogo es
una buena opción―, o puede solucionarse simplemente sacando tus manos
de las bolsas. Evita, si no todo, la mayor parte del tiempo, establecer contacto
únicamente con los dedos. Abarca más espacio y demuestra más control
utilizando toda tu mano, ya sea cuando le agarres la pierna a tu chica o
cuando saludes a las personas.
Algo que quiero dejar claro es la estúpida creencia de los hombres de que
la confianza o el dominio pueden ser transmitidos al apretar con demasiada
fuerza las manos de las personas. A nadie le impresiona y sí causa bastante
disgusto. La confianza y el dominio se transfieren con la firmeza de tu tacto,
no rompiendo los huesos de la gente.
Por último, trata de que tu mano o tus abrazos se amolden al cuerpo y la
forma de la persona que estás tocando o abrazando. Se trata de tocar a las
personas haciéndoles saber que realmente te importan. No es situar tus manos
y cuerpo en las personas sólo por compromiso, sino con un propósito.
Comportamientos verbales y no verbales
E. T. Hall nos ha enseñado que,

“Los que mantenemos abiertos los ojos podemos leer volúmenes enteros
sobre lo que contemplamos a nuestro alrededor.”

Podemos ver también cómo un entendimiento de las señales no verbales


nos prepara mejor para la comunicación en un idioma. Ya que las situaciones
cotidianas están cargadas de conductas no verbales. También se analizan las
señales no verbales para poder predecir el comportamiento futuro de la gente.
Hay expertos que sostienen que pueden analizar los gestos de las manos para
predecir cuáles van a ser las decisiones de las personas en una venta, por
ejemplo.
En un nivel puramente intuitivo, sabes que las mujeres pueden transmitir
mensajes como “¡Vengo sola!,” “¡No me interesa!,” “¡Me gustas!,” “¡Qué
aburrido!,” sin pronunciar una palabra. Pueden tratarse de cosas tales como
su ropa, su maquillaje, su perfume, su tono de voz como una forma de
invitación implícita o sutil a algo, su corte de cabello, un porte arrogante o
distante, seguridad en sus caderas, gestos de contacto físico, contacto visual
prolongado o breve, mirar meticulosamente tu cuerpo, gestos y movimientos
cerrados o abiertos, mostrar excitación, estar en una estrecha proximidad,
piernas abiertas, piernas cruzadas dejando entrever uno de sus muslos,
miradas provocativas, acariciar una parte de su cuerpo o su cabello,
pronunciar sus pechos, y deseo en fugaces expresiones faciales. Todas estas
señales pueden variar dependiendo su estatus, su cultura o su lugar de origen.
Albert E. Scheflen, investigador de la comunicación humana ofrece el
siguiente esquema del comportamiento comunicativo:

1) Comportamiento verbal. El lingüístico, que es, digamos, cualquier


emisión verbal; y el paralingüístico que es lo que acompaña al
comportamiento verbal, v.g., volumen de voz, velocidad de los enunciados,
tono de voz, el llanto, la risa, la fluidez, la respiración.

2) Comportamiento kinésico. Los movimientos corporales ―incluida la


expresión facial. También los elementos que provienen del sistema nervioso
autónomo (SNA), también conocido como sistema neurovegetativo que
controlan las acciones involuntarias como la coloración de la piel, la
dilatación de las pupilas, frecuencia cardiaca y respiratoria, sudor, excitación
sexual. El comportamiento kinésico también abarca la postura, los ruidos
corporales, el comportamiento táctil, el comportamiento territorial o
proxémico, la emisión de olores y el comportamiento en cuanto a la
vestimenta, la cosmética y la ornamentación.

Algunas modalidades del comportamiento comunicativo puede ser directa


y manifiesta, v.g., cuando elevamos las cejas y el mentón para dirigir una
pregunta hacia otra persona. En otras ocasiones, la superposición de distintos
comportamientos comunicativos puede dificultar la interpretación de los
mensajes. Es decir, cuando se emite información contradictoria a través de
diversos canales. Puedes acercarte a una mujer con un lenguaje corporal
abierto y confiado y tartamudear a causa del nerviosismo o por no saber qué
decir.
Y bien, en el caso de las los comportamientos en el cortejo, la mayoría del
repertorio de mensajes de invitación o evitación hacia una actividad sexual es
en gran medida no verbal. Charles William Morris, semiótico
estadounidense, creyó que en la cultura occidental, el camino hacia la
intimidad sexual consta de la siguiente secuencia de pasos, que básicamente
es no verbal y que te van a servir demasiado para crear tus propias rutinas,
métodos y técnicas para relacionarte con las mujeres:

1) ojo-cuerpo;
2) ojo-ojo;
3) voz-voz;
4) mano-mano;
5) brazo-hombro;
6) brazo-talle;
7) boca-boca;
8) mano-cabeza;
9) mano-cuerpo;
10) boca-pecho;
11) mano-genitales;
12) genitales-genitales y/o boca genitales.
Estos pasos siguen generalmente el mismo orden aunque hay variaciones.
Una forma de saltar pasos o de pasar a un nivel de intimidad más allá de lo
que sería de esperar, puede hallarse si ella está bajo los efectos de una
sustancia o en convenciones formalizadas de contacto corporal ―por eso se
puede besar en la boca a una mujer en segundos, v.g., un beso de despedida,
una presentación mano con mano o el casual encuentro sexual en una fiesta
con muchas botellas de alcohol.
A pesar de que en este libro me enfoco en el contacto físico, la
comunicación no verbal no debería aplicarse como una unidad aislada, sino
como una parte inseparable del proceso global de comunicación. Puede servir
para repetir, contradecir, sustituir, complementar, acentuar o regular la
comunicación verbal.
Ahora te parecerá una tarea complicada saber todo lo que tienes que leer.
Sí, es bastante, pero el tiempo que pases con ellas, te será más que suficiente
para leerlas de pies a cabeza. R. L. Birdwhistell nos muestra que,

"No hay gestos universales. Por lo que sabemos, no hay una sola
expresión facial, postura o posición del cuerpo que tenga el mismo
significado en todas las sociedades."
Si no lo hacías, no lo sabías; si lo hacías, tampoco lo
sabías
En varias ocasiones, me han dicho que lo que yo enseño en este libro, ya
lo han aplicado; no a mi estilo, pero gran parte de lo que enseño.
Probablemente tú también pienses lo mismo. De cualquier manera, tienen
razón. Es obvio que la gran mayoría de los hombres han estado en la
intimidad con una mujer. Esas actividades se dan de forma natural.
No obstante, la gran diferencia es que tienes más poder si sabes el cómo,
cuándo, para qué y por qué. Por ejemplo: todos alguna vez hemos hecho
ejercicio, ya sea jugar un deporte, ejercitarnos en un parque o en un gimnasio.
Si bien, existe una gran distinción entre los que saben qué alimentos ingerir,
qué ejercicios realizar y cómo realizarlos, para qué y por qué realizarlos que
aquellos que no son tan meticulosos. No todos tienen un cuerpo atlético. Hay
hombres que parecen no esforzarte tanto y tienen un cuerpo más definido y
fuerte que los que parece que se matan cada día de entrenamiento. El tipo
escuálido puede decir que hace lo mismo que el tipo atlético. Si te guías por
la primera impresión, tú también podrías decir que hacen lo mismo, sin
embargo, si miras más de cerca, notarás que hay un mundo de diferencia. No
importa qué tanto te esfuerces en algo, aunque estés haciendo lo correcto, si
lo haces en la forma incorrecta, no tendrás los resultados que deseas.
Y la misma situación se da en muchas otras actividades. El Kino Brutal no
es la excepción. Estoy consciente de que muchos hombres están
familiarizados con la sensación que provoca tomar la mano de una mujer, y
aun así no hacerlo de forma deliberada para lograr atracción, confort y
sensualidad. Y sólo tocándole las manos. Para ilustrar este punto, te platicaré
lo que observo en casi todas las ocasiones en la pista de baile:

Un hombre sacó a bailar a una morena de fuego que yo estaba


pretendiendo hace algunos ayeres. Cuando vi cómo bailaba el tipo y la
manera en la que movía a mi morenita de fuego, me dije, “¡Ya valió madres!”
En ese momento surgió una prueba irrefutable del por qué sé que no es
fundamental una primera impresión. Cuando miré más de cerca, noté que
efectivamente, los dos bailaban de campeonato.
Sin embargo, la distancia física, aunque cercana, era abismal entre los dos
desde un punto de vista íntimo. Me quedé parado frente a los dos a una
distancia prudente sólo para observar la sexualidad que emanaba mi morenita
con el movimiento de su cuerpo.
Cuando terminó la pieza, ellos empezaron a platicar. Yo me acerqué, los
separé con puro lenguaje corporal, abracé a mi morenita, la cargué y me la
llevé lejos. A ti, mi querido lector, te mentiría si te dijera que no disfruté
después de hacerlo pedazos, sin pedir permiso, sin decir una sola palabra. Lo
mejor fue que me quedé con el mejor premio: una morena de fuego que me
empezó a bailar sexy y bien pegadito. Todavía me acuerdo del par de
diabluras que le hice y se me estremecen los sentidos.

No existe nada tan fundamental en este mundo como lo es el


conocimiento y la confianza que éste proporciona. El conocimiento es
superior a la apariencia física, al dinero o a cualquier otra herramienta que se
te ocurra.
Por otro lado, la otra mitad de los hombres vienen de experiencias con las
mujeres poco gloriosas. Aquellos que simplemente no pueden tener
relaciones sexuales ni con la más fea. Desafortunadamente, aunque no
podemos cambiar el pasado, sí tenemos la oportunidad de trascender.
Inténtalo una vez más. Sé que causa mucho temor, sobre todo si no estás
acostumbrado. Por el momento no tienes que ser el hombre perfecto para
cautivar a una mujer. Cualquier hombre con un poco de salud física y mental
puede tener sexo. Al principio no importa cómo lo hagas, sino que lo hagas.
Este enfoque te permitirá sentirte bien a pesar de tus errores y fracasos,
dejándote espacio mental para aprender la lección y apresurar el proceso.
Fallar todo el tiempo trabaja a tu favor, y mientras más estrepitoso, mejor, eso
querrá decir que estás intentando cosas que nadie es capaz ni de pensar.
Siempre ten en mente que cada quien avanza a su propio paso. No puedes
ir más rápido de lo que tus posibilidades te lo permiten. Intentar ir más rápido
de lo que eres capaz, será perjudicial en tu práctica. Te forzarás a hacer cosas
que no estás preparado para realizar. Puedes intentarlo lo más intenso que
puedas, pero no obtendrás lo que quieres al final de cuentas. Los niveles más
altos tienen como base niveles básicos. Por eso deja de medirte con otras
personas.
Ahora bien, para aplicar bien los consejos, necesitas de los siguientes
puntos:
a) Pide consejo única y exclusivamente cuando hayas emprendido acción
o cuando hayas sentido que se acabó toda esperanza con la chica en cuestión.
De otra forma, todos sabemos lo que va a pasar: harás caso omiso de los
consejos, no conquistarás a la chava y la decepción será más grande debido a
la cantidad de tiempo que has pasado alardeando sobre los éxitos a medias
que obtienes. También es una forma de ser pasivo, ya que pones de pretexto
la falta de conocimiento para no tomar acción.

b) Pon a prueba tus dudas. Si crees que la cagaste en algo, si piensas que
todo está perdido, compruébalo. No te quedes sólo con esa mueca de disgusto
de la chica, o el hecho que te haya dejado plantado. Sigue intentándolo hasta
que realmente estés seguro que la cagaste y no hay nada más que hacer. Si
crees que te faltó hacer contacto físico, para la otra aplica un contacto físico
más íntimo. Si crees que te faltó hacer que ella se sintiera cómoda contigo,
haz que se sienta cómoda leyendo sus reacciones y adelantándote a ellas. Si
crees que debiste besarla, intenta ir por el beso. Sea como sea, con el
conocimiento que tengas.

c) No lo dejes a medias. Cuando te quedas sin palabras, cuando creíste que


debiste quedarte más tiempo, cuando sentiste que debiste aislar. Hazlo para la
próxima. No pidas consejos, porque ya lo sabes. Sabes qué es lo que deberías
hacer. Cuando se trate de cosas más específicas, pon a prueba tus
pensamientos antes de pedir consejo. En vez de retirarte o desistir, trata de
llegar un poco más lejos de lo normal. De esta forma el aprendizaje será
mayor, el avance será mayor y existirá la posibilidad de que suceda lo que
tanto buscas.

d) Aplica los consejos. Si vas a pedir consejos es porque los vas a aplicar.
La verdad da bastantes desánimos dar un consejo, y que el aconsejado no los
aplique y siga en las mismas. El tiempo es muy valioso, y si no haces nada de
lo que te aconsejan los que tienen más experiencia, no sólo les estás haciendo
perder el tiempo, también te estarás haciendo tonto tú mismo.

e) Sigue el curso. Nunca tendrás a alguien que te dé consejos todo el


tiempo y no lo necesitas. Si no tienes el suficiente conocimiento, haz lo que
tengas que hacer de todos modos. Los errores se corregirán conforme avanzas
en tu camino. La falta de conocimiento se utiliza a menudo como un pretexto,
ahora con estos puntos te quedarás sin excusas y lo único que te queda hacer
es emprender la acción, sepas lo que sepas.
También con los hombres
¿Qué harías si un tipo que te cae mal se acercara y te saludara
amistosamente? Quizá por dentro tengas que controlarte a sobremanera para
no insultarlo o infligirle dolor. No obstante, lo saludas. A menos que de plano
te haya hecho algo altamente ofensivo, si sólo es el tipo que simplemente no
te agrada por razones desconocidas, no tendrás mayor problema con
extenderle la mano aunque no lo saludes afectivamente. Si de plano no lo
haces poniendo excusas del tipo, “¡No quiero ser hipócrita o doble-cara!”
Tienes algún problemilla en tu cabecita. Aparte de tener aplomo y educación
como todo un caballero, le extiendes la mano porque te desarmó. Así de
sencillo. ¿Qué mejor forma de desarmar a alguien que con un saludo y una
sonrisa amistosa? Y si alguien que te cae mal es capaz de desarmarte con eso,
ahora imagínate con alguien que no te conoce: es un poquito más fácil.
Tocarles diplomáticamente el hombro también funciona muy bien. O
simplemente dirigiéndote a ellos con un tono amistoso funciona de maravilla.
El contacto físico también tiene que ser utilizado con los hombres. Es
necesario. Si las mujeres adoran a un hombre físicamente dominante, ahora
imagínate que además ese hombre domine a otros hombres físicamente. No
se trata de estrujarles la mano cuando los saludes. Se trata de desbloquearlos
con el contacto físico, acciones como rodear o tocar sus hombros para
tornarlos más amigables y pasivos. Si lo haces con respeto y firmeza puedes
tener un aliado en el grupo. O puedes destrozarlos con una mano de hierro en
un guante de seda cuando la situación lo requiera. La decisión la tomarás
dependiendo qué consecuencias estás dispuesto a aceptar.
Puede parecer un poco rudo, de cualquier modo es la verdad: los hombres
se apartarán sometidos cuando te apropies de una mujer. Puede que se queden
paralizados sin hacer nada o que simplemente se vayan, pero a su casa. No
les conviene seguirte después de que los has hecho trizas, pues será muy
riesgoso y se verán opacados por tu presencia. Y que esto te quede bien claro:
si es el novio de la chica o éste empieza a portarse agresivo, sal de allí. No te
busques problemas. Sé diplomático y pide una disculpa. El cortejo es sólo
para los caballeros.
¿Quién mejor que Sun Tzu, para ilustrar este punto?

“Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no temerás el resultado


de cien batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no conoces al enemigo, por
cada victoria ganada también sufrirás una derrota. Si no conoces ni a tu
enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en todas las batallas.”

Si no la requieren, es mejor no darles importancia y calibrar, porque


aunque tus líneas sean astutas, le estarías dando poder. Si es necesario, hazte
amigo de los hombres, aunque siendo autoritativamente amistoso con ellos.
No seas rudo o reactivo, bajará tu valor. Mejor tírale trampas. Tócalo para
mostrar dominio. Habla más fuerte que él. Las mujeres escucharán la voz más
fuerte, y cuando ellas lo ignoren, se sentirá rechazado. Haz que te dé el frente
de su cuerpo, pero tú no se lo des. Háblale desde tu hombro. Trátalo como a
un ropavejero. Establece contacto físico con ella, para que él no pueda tener
contacto directo con ella. Y luego haz que ella le dé la espalda. No hay un
mensaje más poderoso que hacer que ella sólo dirija tu mirada hacia ti y a él
lo deje en el olvido. Esto lo hará pedazos y ella no se dará cuenta
conscientemente, pero sí lo sentirá. Ignóralo e impide que se hable de su
tema. Controla la interacción. Él empezará a reaccionar hacia ti
proporcionalmente a la atracción que ellas empezarán a sentir por ti.
E insisto, este puede ser un juego peligroso, por lo que nunca debes perder
tu diplomacia. Tampoco debes acercarte ebrio ni con demasiada energía o
despertarás la defensiva. Cuando yo tengo un ánimo tranquilo y ubico un
grupo donde hay una chica que me gusta y está platicando con un hombre a
una distancia mayor a la de una pareja enamorada, me acerco y los toco a los
dos en el hombro separándolos ligeramente y me dirijo al hombre
asegurándome que la mujer también me escuche, “Disculpa por
interrumpirte, pero tu amiga me parece muy atractiva y quisiera ver si no hay
ningún inconveniente si platico unos minutos con ella.”
Sólo la gente de mente pequeña te dirá que está mal pedir disculpas y
pedir permiso. En primer lugar estoy demostrando mi educación y muestro
empatía hacia los dos por si interrumpí algo importante. Sus escudos bajan
bastante. En segundo lugar, me muestro como una persona amistosa y
sincera, por lo que sería rudo que el hombre me dijera que no, y si no es su
novia, te dirá, “¡Si ella quiere, por mí no hay problema!” En tercer lugar, los
toco y los aparto ligeramente, lo que muestra dominio y seguridad, que son
cualidades atractivas. En cuarto lugar, me aseguro que ellas me escuchen, de
modo que indirectamente el mensaje va dirigido para ellas, y para el
momento en que me dirijo a ellas, ya saben que voy por algo más. Por último,
asumo que son amigos, lo que psicológicamente sugiere un “¡Tú no tienes
nada con ella, pero yo sí vengo por lo mío!” Mis resultados me respaldan. Así
que te puedo decir que es una aproximación que no tiene puntos débiles por
ningún lado. No es agresivo, pero es determinante. Y es sutil, por lo que las
reacciones negativas son casi nulas.
Sé también que a la mayoría de los hombres les agrada hacer pedazos a
otros hombres en la disputa por una mujer. A mí me agrada. Yo no quiero
hacerme pasar por un santurrón que siempre intenta hacer lo correcto. Nada
más quiero que recuerdes que si lo vas a intentar, lo hagas aceptando las
consecuencias que esto conlleva. En lo personal, no he tenido casi ningún
problema que sobrepase una discusión y miradas poco amistosas sólo por una
razón: a veces se puede y a veces no es la mejor decisión. Habrá ocasiones en
donde todo se preste para que los dejes en ridículo sin ninguna consecuencia,
así como también habrá ocasiones en las que la prudencia será tu más grande
salvadora. Ten cuidado y diviértete.
Parte
II
Antes de tocarlas
Intimidad
El volumen y calidad del contacto físico en el adulto varían
considerablemente con la edad, el sexo, la situación y la relación de las partes
implicadas. Se cuenta con informes de determinadas parejas casadas que,
bien porque tengan poco que decirse, o bien porque tengan dificultades para
establecer la intimidad a través de las palabras, que el contacto físico durante
el sexo se convierte en un modo de comunicación primordial para establecer
intimidad.
Masters y Johnson, los famosos investigadores sexólogos, sostienen que
se proponen ayudar a la gente a lograr más comunicación efectiva,

“Creemos que la relación sexual es el fin último de la comunicación.”

Y yo, personalmente, estoy seguro que la dificultad de los hombres en


general para intimar con las mujeres se debe a que hay sentimientos
profundamente arraigados. Muchos niños crecen aprendiendo a “no tocar”
una multitud de objetos animados e inanimados; se les dice que no toquen su
propio cuerpo y más tarde que no toquen el cuerpo de sus amigos o
compañeros; se tiene especial cuidado de que los niños no vean a sus padres
tocarse mutuamente de manera íntima; algunos padres se van a los extremos
y ponen de manifiesto una norma de no contacto al utilizar dos camas
separadas; el tacto, por consecuencia, se asocia con algo “malo” o “feo” y es
consecuentemente castigado, y se enseña que el contacto físico frecuente
entre padres e hijos es algo poco masculino.
La intimidad juega un papel central en la experiencia humana. Los seres
humanos tenemos un deseo general de pertenecer a algo o alguien y ser
amados, lo que usualmente se satisface con una relación íntima. Se le
describe como el sentimiento de estar en cercanía a la otra persona y un
sentimiento de pertenencia. Es una conexión afectiva y familiar con otra
persona como resultado de un lazo que se forma a través del conocimiento y
la experiencia con la otra persona. Una intimidad genuina requiere de
diálogo, transparencia, vulnerabilidad y reciprocidad.
En las relaciones humanas, el significado y nivel de intimidad varía de
relación en relación. A la intimidad se le considera el producto de una
seducción exitosa, el proceso de construir una compenetración que permite a
las personas revelar confiadamente pensamientos y sentimientos previamente
reservados.
A esta se le ve más como un proceso que como una cosa, y que ésta toma
tiempo y por lo regular no se estanca. Como podrás imaginártelo, hay varios
tipos de intimidad:

Intimidad intelectual. Cuando dos personas intercambian pensamientos y


creencias, comparten ideas, disfrutan sus similitudes y diferencias entre sus
opiniones. Ésta se logra a través de la palabra.

Intimidad experimental. Un ejemplo de este tipo de intimidad es donde las


personas se juntan activamente y se involucran entre ellas, quizá sin contarse
muchas cosas, ni compartir pensamiento o sentimientos, pero conviven. Esto
puede darse en equipos deportivos o incluso en el salón de clases.

Intimidad emocional. Se da cuando dos personas pueden compartir


cómodamente sus emociones, sentimientos y afecto, y empatizan con los
mismos. Es el tipo de intimidad donde tratan de comprenderse y ser
conscientes del lado emocional de la otra persona. Puede expresarse a través
de la comunicación verbal y no verbal.

Intimidad sexual. Esta es la definición estereotípica de la intimidad que


muchos conocen. Sin embargo, en esta forma de intimidad una amplia gama
de actividad sensorial toma lugar y es mucho más que tener sexo. Es una
forma de expresión sensual con la otra persona. Por lo tanto, la intimidad
puede ser muchas cosas para diferentes personas en tiempos distintos. Es
importante que sepas que no siempre se obtiene intimidad a través de una
relación sexual. Dos personas pueden tener sexo y aun así estar distantes.

Intimidad física. Es una proximidad sensual o contacto físico. Expresa


sentimientos como la amistad, el amor o la atracción sexual. Incluye estar en
el espacio personal de la otra persona, tomarla de las manos, abrazarla,
besarla, acariciarla y tener actividad sexual. Es posible tener intimidad física
con alguien sin tocar a esa persona siquiera; sin embargo, la proximidad es
necesaria y evidente. Por ejemplo, un contacto visual sostenido se considera
como una forma de intimidad física. Evidencia de esto existe en los lugares
públicos como los elevadores, el transporte público o conciertos donde el
espacio íntimo se invade, pero hay una clara falta de contacto visual. Si no
hay intimidad física, el contacto visual se evita.

Compartir algo genera un tipo de intimidad. Puede parecerte descabellado


pensar que puedes generar intimidad con una desconocida a una distancia
mayor a dos metros. Es decir, aunque no estés a un límite en el que parezca
prudente establecer una conversación. Ella puede estar sentada en otra mesa
con sus amigos o su novio, o puede estar parada en medio de su círculo de
amigos, y mantener un contacto visual íntimo y correspondido contigo. En
estas situaciones también está generándose una Burbuja del Amor. A
diferencia de la burbuja que se crea cuando los dos están cara a cara, cuerpo a
cuerpo, esta burbuja corre el riesgo de romperse si no actúas. Haz uso de ella
mientras creas tu situación ideal con ella o mientras sea difícil acercarte por
otras cuestiones. Cuando la oportunidad aparezca, será momento de acercarte
y fortalecer la Burbuja del Amor y la intimidad entre ustedes dos.

La intimidad es cuestión de dos. Con esto quiero decir que mínimo, para
que haya intimidad, debe haber un sentimiento de correspondencia entre las
dos personas. Debes estar muy consciente de ello. No se trata sólo de tener
cosas en común, sino de tener un ambiente de confianza, respeto, admiración,
atracción y amor. Generar intimidad es una cosa un poco complicada, pues
hay elementos que la conforman que no están bajo tu control. Lo que a ti te
corresponde es generar los siguientes puntos:

1) Descubrirla poco a poco, a través de la conversación y preguntas sobre


su vida, sus gustos, sus inquietudes, su infancia, sus metas.
2) A través de experiencias vividas contigo. Ofrécele un sinfín de
vivencias que ella pueda recordar cuando tú no estés. De este modo, ella hará
espacio en su mente para pensar en ti.
3) Que ella empiece a compartir contigo opiniones intelectuales,
emocionales y espirituales.
4) Haz que poco a poco ella empiece a ceder su espacio íntimo y las zonas
íntimas de su cuerpo hasta llegar al sexo, sin olvidar las señales que ella te
manda sobre si se siente cómoda contigo o no.
5) Que ella empiece hacer cosas por ti. Un detalle, una carta, que engañe a
sus padres para salir contigo, que salga más temprano del trabajo o que no
vaya a la escuela para verte, que viaje largas distancia hacia tu encuentro, y,
aunque parezca burdo, su primera experiencia en el sexo anal.
6) El tiempo y la calidad de éste es otro elemento sin el cual todo lo de
arriba no será posible. No sólo se trata de la cantidad y la calidad del tiempo
que pase contigo, sino también la cantidad de tiempo que invierta en ti
aunque tú no estés.
Empatía
El éxito en el cortejo está relacionado con la inteligencia emocional.
Necesitas desarrollar la habilidad de evaluar con precisión a las demás
personas y responder en consecuencia. El primer paso para un
comportamiento social eficaz es el conocimiento y la aplicación de la
conciencia social. Esta aplicación de conciencia o habilidad para sintonizar
con otras personas y sentir lo que están sintiendo se llama empatía. Sin ella,
es bastante difícil mantener relaciones a largo plazo con otras personas.
Aquellos que gozan de un nivel alto de inteligencia emocional mantienen
diversas relaciones sólidas en todas las áreas de su vida. Para mejorar tus
relaciones tienes que centrarte en el exterior, en los demás, prestando
atención especial a la otra persona tanto ―o más, suponiendo que eres un
ángel― como a ti mismo. Debes observar cuidadosamente con tus ojos,
escuchar con oídos atentos y sentir con todos tus sentidos en conjunto.

Una forma de ser consciente de la otra persona es comprender sus


sentimientos ―lo cual es una habilidad― recordando vivencias personales
similares. Es intentar saber cómo y por qué se sienten así, y ver las cosas
desde su punto de vista. El inconveniente es que no puedes sentir empatía si
no eres consciente de tus propias emociones, ya que tienes que relacionarlas
con lo que ellas están sintiendo a un nivel personal: un problema común y
limitante. ¿Has conocido personas que se la pasan hable y hable y no te dejan
tomar la palabra? Hago referencia a las personas que no lo hacen con la
intención de molestarte. En verdad no se dan cuenta que ya te tienen harto
con su conversación. Y aunque dejes de prestarles atención o les cambies de
tema, siguen hablando. Esas personitas carentes de empatía realmente ponen
a prueba tu paciencia. A personas así, les urge un curso intensivo de empatía
e inteligencia emocional; si eres así, puedes perder muchas oportunidades.
A medida que vas conociendo personas en varios ámbitos de tu vida y
comprendes lo que sienten y por qué lo sienten, te será más fácil ponerte en el
lugar de las demás personas. Tener empatía no significa que debas estar de
acuerdo en todo lo que piensen o sientan, simplemente es, de alguna forma,
ver las cosas desde su perspectiva. La empatía fomenta la confianza. Si no te
ganas la confianza de las personas, ellas no colaborarán contigo y no tendrás
ningún tipo de poder para ser capaz de influir en ellas.
Los hábitos diarios pueden cambiar la arquitectura de tu cerebro. Por eso
debes crear ambientes positivos para optimizar tu salud mental y física.
Esforzarte por ser más social, tener contacto físico con las personas, hacer
ejercicio regularmente, dormir bien, empezar a ser más consciente y meditar
te ayudarán a tu bienestar y así podrás empezar a mostrar más compasión,
empatía y amor hacia las personas. Nacimos en una cultura donde “¡No
hables con extraños!” es un consejo sabio. Si alguna vez lo fue, ya no lo es.
Las intenciones son buenas. Yo creo que cada persona desea que sus seres
queridos estén a salvo. Sin embargo, evitar a los extraños y evitar
interacciones sociales termina formando una actitud incorrecta. Desde que
somos niños, nos deben educar para ser asertivos. Necesitamos que nos
enseñen a identificar a las personas y a saber hablar con extraños. Las malas
personas generalmente buscan abusar de las personas indefensas, y evitan
meterse con personas fuertes y confiadas. La ansiedad y el asilamiento social
son dos factores que hacen que una persona parezca vulnerable. Date la
oportunidad de practicar y experimentar interacciones en todos los contextos
sociales. Aprende habilidades de asertividad y cómo hablar con las personas
en cualquier lugar.

Me duele la cabeza de ver cómo cuando hablo sobre Kino Brutal, los
hombres piensan que se trata de manosear a la chica a diestra y siniestra
invadiendo su espacio íntimo de forma descalibrada sin importar lo que ella
sienta. Es posible hacerlo y es uno de los objetivos de este libro, pero todo
con tacto. Los ojos que miran en modo espectador perciben claramente que
yo fuerzo mi camino para obtener los favores de las chicas. Incluso para
forzar tu camino se necesita una mano delicada y una percepción de señales y
emociones bien meditada. En el campo de juego he visto que quieren seguir
mis consejos o que les nació intentarlo y hacen exactamente lo mismo que
yo. No les funciona. ¿Por qué? Falta de empatía. Están más concentrados en
lo que ellos quieren que en lo que las chicas quieren. Obsérvalas de pies a
cabeza, escúchalas con todos tus sentidos y lee todas sus señales. Las
mujeres, te darán la pauta para actuar. Algunas son más sutiles que otras, y
aunque suene contradictorio, tienes que interpretar cada señal como si ella te
estuviese coqueteando. De hecho, el simple hecho de que ella se quede ahí
contigo es el mayor indicador de interés. También puede sonar
contradictorio, sin embargo, es muy eficaz si lo aplicas: rebasa sus límites. Es
más fácil estar en sintonía con sus emociones si tú enciendes su fuego e
intensificas sus emociones para poder leerlas mejor. Si ella se molesta, pero
se queda, puedes ajustar tu comportamiento y seguir avanzando. Si ella se
molesta y se va, qué mejor señal para ir a buscar a otras mujeres que estén en
tu misma frecuencia. Si ella te sigue la corriente, amigo mío, ya la hiciste.

Me parece pertinente que interiorices y distingas las conductas cálidas de


las conductas frías. Obviamente cada punto tiene sus variantes, grados y, por
decirlo así, sus sinónimos. Así que presta mucha atención:

Conductas cálidas Conductas frías


Te mira a los ojos Tiene una mirada fría
Te toca el cuerpo Frunce el entrecejo
Te pega juguetonamente Finge bostezar
Quiere hacerte bromas Es grosera
Está tranquila Está inquieta
Se mueve hacia ti Se aleja de ti
Sonríe a menudo Se escarba los dientes
Te mira de pies a cabeza Juega con las puntas de su
cabello
Te mantiene la mirada Se limpia las uñas
Tiene cara de felicidad Tamborilea con las manos
Sonríe con la boca abierta Fuma incesantemente
Hace muecas amistosas Hace malos gestos
Se sienta directamente hacia Hace sonar los dedos
ti
Mueve su cabeza Niega con la cabeza
afirmativamente
Se muerde los labios Se huele el cabello
Su mirada es amable o Parece distraída
sugestiva
Tiene los ojos muy abiertos Sus ojos se ven cansados
Se expresa con las manos Mira alrededor
Es juguetona y simpática Mira a alguien más
Sir Arthur Conan Doyle (Sherlock Holmes) sabía lo que decía,

"Como todas las otras artes, la ciencia de la deducción y el análisis sólo


puede adquirirse mediante un estudio paciente y prolongado, y no hay vida lo
bastante larga para permitir a un mortal alcanzar su grado máximo de
perfección. Antes de ocuparse de los aspectos morales y mentales de la
materia que presentan las mayores dificultades, el investigador debe empezar
por dominar los problemas más elementales. Debe aprender, al encontrarse
con otro mortal, a distinguir de una mirada cuál es su pasado, y a qué oficio o
profesión se dedica. Por muy pueril que parezca, este ejercicio aguza la
facultad de observación y le enseña a uno dónde debe mirar y qué debe
buscar. Las uñas de las manos, las mangas de la chaqueta, las botas, las
rodilleras de los pantalones, las callosidades de los dedos índice y pulgar, la
expresión del rostro, los puños de la camisa, cada una de estas cosas revela
claramente la profesión de un hombre. Que todas ellas juntas no consigan dar
la clave a un investigador competente resulta inconcebible."

A continuación, enumero los 7 puntos que te pueden ayudar a desarrollar


tus habilidades de empatía:

1. Practica el desarrollo de las destrezas de empatía en cada persona que te


topes e incluso con las que no tienes ningún tipo de interacción o cercanía.

2. Asume que las personas tienen las mejores intenciones. Incluso cuando
no son buenas, sentirán vergüenza y adoptarán comportamientos más
positivos, ya que has pensado algo bueno de ellas.

3. Cuando escribas, pienses o platiques anécdotas o ideas, empieza con


frases como “Sentí…,” o bien, céntrate en la descripción de las emociones
asociadas a determinadas experiencias.

4. Adopta una actitud sincera de curiosidad e interés en las emociones de


los demás. Ponte a pensar o intenta vivir lo que pudo haber sentido la otra
persona en determinadas situaciones. Cuanto más consciente seas de las
necesidades de los demás, a través de la observación y las preguntas, estarás
en mejor posición de ayudarlas o influir sobre ellas. Mientras les ofrezcas ese
entendimiento, más dispuestas estarán para corresponder.
5. Intenta reflexionar sobre las experiencias ―de primera y segunda
mano― que hayan sentido ellas que te produjo una emoción similar. ¿Cuáles
fueron las sensaciones físicas? ¿Qué te decía tu cuerpo? Etiqueta las
situaciones emocionalmente.

6. Escucha un poco más. Es decir, conoce más sobre las personas. Presta
mucha atención a su lenguaje no verbal.

7. Los comentarios sobre la interacción es una práctica importante. No


centres tus observaciones y comentarios únicamente en el contenido, sino en
las razones subyacentes de determinados comportamientos que observas.
Céntrate en el “porqué” o en el “cómo” del comportamiento en lugar del
“qué.” Sobre todo para identificar incoherencias: está diciendo una cosa, pero
está haciendo otra. Hazle comentarios del tipo, “Me da la sensación de que no
estás cómoda conmigo,” o “Me pregunto si tu mal humor se debe a mis malos
chistes,” o “Te ves muy apresurada, ¿esperas a alguien?” Fomenta un diálogo
abierto de lo que percibes de ellas en un momento dado. Que no te dé miedo
preguntarles si tus impresiones son ciertas. Cuando tratas los inconvenientes
desde una perspectiva más asertiva, puedes tener mejores soluciones.

La empatía tiene mayor precisión si lees las señales no verbales, tales


como la postura, la expresión facial y el tono de voz. La comunicación fluida
exige prestar atención a mucho más que las palabras y pocos lo hacen. Las
reacciones físicas que acompañan a las palabras son respuestas automáticas
directamente relacionadas con las emociones. Busca expresiones faciales,
modo de postura, gestos, tono de voz, volumen de voz y énfasis en las
palabras. Fíjate en el color del cuello o la cara, así como el ritmo de la
respiración. Todo será más visible, a veces obvio, si empiezas a prestar
atención a las señales que realmente cuentan. Es bueno centrarte en ti mismo
y pensar en lo que vas a decir, pero tendrás mejores resultados cuando te
sincronices con las señales de los demás para entender mejor cuál debería ser
tu reacción.
Sigmund Freud hizo una declaración que deberá grabarse en tu mente,

"Quien tiene ojos para ver y oídos para oír puede estar convencido de que
ningún mortal es capaz de guardar un secreto. Si los labios permanecen en
silencio, habla con las yemas de los dedos; la delación la exuda por todos los
poros."

Cuando las señales no verbales están en contradicción con las palabras,


inclínate por hacerle más caso a su lenguaje corporal:

a) Ojos
Te mira a los ojos: confianza, buena voluntad, honestidad
Mira hacia abajo: tristeza, preocupación, culpabilidad, depresión,
deshonestidad
Mira a lo lejos o al lado: preocupación por algo ahí afuera o en apuro

b) Cara
Tensa o rígida: enojo, preocupación, presión
Relajada: alegría, satisfacción, relajación

c) Boca
Línea recta: seriedad, concentración
Comisuras hacia abajo: tristeza, depresión, incertidumbre
Comisuras hacia arriba: felicidad, entusiasmo

d) Hombros
Hombros altos hacia adelante: tensión, enojo, preocupación, ansiedad,
apuro
Hombros altos hacia atrás: orgullo, se prepara para marcharse
Hombros encorvados: desánimo, depresión

e) Postura/Posición
Frente a ti, actitud abierta: confianza, seriedad, atención
Hacia un lado, impenetrable: desinterés o aceptación

f) Manos
Puños apretados: enojo, estrés
Manos moviéndose: excitación, quiere llamar la atención

g) Color de la cara
Enrojecida: enojo, vergüenza, excitación
Pálida: temor, incredulidad, horror

Cuando estés atento para detectar cualquier cambio: sabrás que te están
indicando que sus emociones han cambiado, y esto puede exigir que cambies
o mantengas tu comportamiento.
Sneaky Things
El título de este apartado está en inglés debido a que no encontré una
palabra que me convenciera para traducir la palabra “sneaky”, que si la
utilizamos para describir a una persona, es para aquella que hace uso de
tácticas sucias.
Una noche, me puse de acuerdo con un tipo que sólo conocía por internet
para salir a conocer chicas. Mientras esperábamos para entrar al bar, empezó
a platicarme su estilo de juego y me hizo una declaración que me pareció
bastante ridícula:

“¡Las mujeres no se dan cuenta cuando les agarro las chichis!”

Me empecé a burlar de él y minutos después cambiamos de tema. Durante


algunas semanas ignoré lo que me había dicho hasta que mis experiencias
empezaron a acumularse súbitamente y en la mayoría de ellas la evidencia era
clara: las mujeres no se dan cuenta cuando les agarras las chichis.
Ahora tú te vas a reír de mí. Una vez que termines de hacerlo, quiero
aclararte una cosa: ¿qué quiero decir con que las mujeres no se dan cuenta
cuando les agarras las chichis?

Un tema recurrente en la psicología experimental es la estrechez de la


percepción: cómo muy pocos de los estímulos sensoriales se abren camino en
la conciencia. La mente de las personas está preocupada en las metas a corto
plazo, y esa preocupación provoca que ignoren otros estímulos. El hombre
que espera el autobús está ocupado en su miedo a perderlo. El hombre que
está preocupado por buscar la aprobación de la chica, ignora las señales de su
lenguaje corporal. La chica está tan interesada en la plática que pasa por alto
que el tipo con el que está hablando le está tomando la mano y rozando sus
senos con su antebrazo. La mente se preocupa de las cosas de acuerdo con las
circunstancias. ¿Has experimentado alguna vez que llegas a un lugar sin
haber disfrutado o recordado el camino? ¿Te han reclamado tus amigos
porque no los saludaste en la calle cuando pasaron frente a tus narices?
¿Están encantado con la chica que estás mirando a los ojos que no reconoces
la música que están tocando?
También se sabe que la sensación de una fuerza mayor nulifica a la que
tiene fuerza menor. Para que entiendas mejor, dile a una amiga que pellizque
ligeramente tu brazo izquierdo y pídele a un amigo que te dé un puñetazo con
todas sus fuerzas en tu estómago. Te apuesto lo que quieras que ni siquiera te
acuerdas que te estaban pellizcando. Lo mismo pasa en las interacciones,
puedes ofrecerle un estímulo a una chica para que ella pase por alto que estás
invadiendo su espacio personal. Es esta ley psicológica que los carteristas
explotan para conseguir sus fines. Los escépticos dirán que se darán cuenta si
les quitan su cartera o su celular. Aseguran que notarían la sensación del
bulto que un celular o una cartera deja. Por lo regular, las personas cargan sus
carteras y sus celulares en el mismo lugar, ya se han acostumbrado a esa
sensación. Sin embargo, la mente les impedirá pensar en la posición del
objeto si piensan en algo más o aparece un estímulo que les desvíe su
atención. Los carteristas no son tontos, no llegan directo a sacarte la cartera
de tu bolsillo. Esto puede ser probado con un ejercicio:
Pon tu cartera o celular en otro bolsillo diferente al usual, y deja el objeto
ahí por el resto del día. Más tarde, si fueras a comprar algo o a revisar tus
mensajes, tu mano instintivamente irá al bolsillo usual. Por un segundo o dos
sentirás que tu mundo se te viene encima. Lo bueno es que después de esos
segundos de pánico, revisarás tu otro bolsillo y tu alma regresará a tu cuerpo.
No sólo creerás que el objeto estaba en el bolsillo acostumbrado, sino
también que estabas “consciente” de esa sensación que deja el bulto. Si bien,
las mujeres siempre se dan cuenta que las estás tocando y que te estás
acercando a ellas, el impacto del tacto y la proximidad disminuirá ― pero
conservará los mismos efectos ― , si ofreces otros estímulos que llamen su
atención.
Es cierto, no puedes robarle el dinero a alguien que está al tanto. No
puedes llegar directo y agarrarles el trasero a las mujeres sin que se den
cuenta o sin estar en el suelo recibiendo patadas segundos más tarde. Es
como todas las cosas, tienen que darse bajo ciertas condiciones. Por lo tanto
hay que cambiar el enfoque de la persona. Por ejemplo, un carterista lleva un
procedimiento que también puede ser aplicado en otros contextos:

a) Supera la distancia espacial entre él y su víctima.


b) Supera la protección mental ejercida por su víctima.
c) Supera la protección mecánica utilizada por la víctima.
d) Asegura el botín dándoselo a un cómplice.
Hay una condición llamada ceguera perceptiva, que es una falta de
atención psicológica la cual no se asocia con ningún defecto de la visión o un
déficit cognitivo. Puede también ser definida como el evento en el que a un
individuo le pasa desapercibido un estímulo inesperado a plena vista. Es fácil
ignorar algo que no estás buscando. Las mujeres esperan que les bajes la luna
y las estrellas mediante las palabras, pero no esperan que las hagas sentirse
cómodas contigo mediante la cercanía y el tacto mientras las distraes con tus
palabras.
Los magos también juegan con esto: ocultan una acción con otra,
implicando acciones que están de más y que sirven para alejar la atención del
público del verdadero truco. Toman ventaja de cómo el cerebro une los cabos
sueltos estableciendo suposiciones y confundiéndolas como hechos. Juegan
con la compulsión humana a encontrar patrones e imponiéndoselos cuando
realmente no están ahí. En la vida real si ves algo que se hace una y otra vez,
lo estudias y gradualmente estableces un patrón. Los magos permiten que la
gente haga suposiciones para que se vayan absolutamente convencidos de
que sus suposiciones fueron las correctas y que representen un hecho sin que
éste sea cierto. Si llevas esa tendencia para entender las acciones de un mago
vas a salir sorprendido. Son unos ingeniosos manipuladores de la conciencia.
La percepción es un proceso limitado: los recursos cognitivos son
limitados. Además se dice que la percepción es un proceso automático. Este
punto de vista propone que el nivel de procesamiento que se produce para
cualquier estímulo depende de la carga perceptual en un momento dado. Es
decir, si la tarea actual demanda mucha atención y las exigencias de su
procesamiento agotan todos los recursos disponibles, poco queda disponible
para procesar otros estímulos que no son el objeto más visible en el campo
visual. Alternativamente, si el procesamiento requiere una cantidad pequeña
de recursos que requieren atención, la carga perceptual es baja y la atención
fácilmente es dirigida al estímulo no previsto. Por consiguiente, mientras más
alta sea la carga perceptual, y requiera de forma significativa de los recursos
de tu atención, incrementa la probabilidad de los episodios de la ceguera
perceptiva.
Ahora bien, la expectativa también tiene mucho que ver. Cuando una
persona espera que pasen ciertas cosas, ésta tiende a bloquear otras
posibilidades. Esto puede llevar a la ceguera perceptiva.
No todo está mal con esto. Sólo aquellas cosas que notas dan forma a tu
mente: sin interés selectivo, la experiencia sería todo un caos. Los humanos
tenemos una capacidad mental limitada que es incapaz de atender todas las
vistas, sonidos y otras entradas que irrumpen los sentidos en todo momento.
La ceguera perceptiva es positiva en el sentido de que es un mecanismo que
ha evolucionado con un filtro para desechar las cosas irrelevantes,
permitiendo que sólo información importante llegue a nuestra conciencia.
Tan sorprendente como te pueda parecer, las investigaciones muestran que
rara vez observas lo que ves a menos que tu atención se dirija hacia el evento
u objeto. La diferencia reside en que ver algo significa que diriges tus ojos
hacia un objeto, y observar no sólo es dirigir la mirada hacia ese objeto sino
también entenderlo o ponerle atención.

¿Has escuchado el mito de que las mujeres pueden maquillarse, desayunar


y hablar mientras conducen? ¿O ellas mismas te han dicho que pueden
cocinar, hablar por teléfono y cuidar a los niños con éxito? La verdad, todos
estos son puros cuentos. No me refiero a que no sea posible, pues las
personas en general lo hacen todo el tiempo, sobre todo por la cantidad de
exigencias que abordan nuestra vida diaria.
El psiquiatra Edward M. Hallowell, ha descrito la multitarea como una
actividad mítica en donde una persona cree que puede desempeñar dos o más
tareas simultáneamente de forma efectiva como si de una se tratara. Las
mujeres que manejan haciendo otras actividades no están haciendo
multitareas simples como caminar y masticar un chicle, pues estas
actividades no son demandantes y ocupan distintas partes del cerebro.
Tampoco me quiero meter en temas como, “Las mujeres manejan peor
que los hombres”, porque son creencias bastante cuestionables. Sin embargo,
las evidencias siguen apareciendo: compaginar la conducción con otras
actividades como comer, escribir mensajes o hablar por teléfono aumenta el
riesgo de sufrir un accidente. Después de todo, manejar mientras se habla por
teléfono se compara estrechamente con manejar en estado de ebriedad.
Del mismo modo, según datos de la SEP, la mayoría de los accidentes que
les ocurren a los niños ocurren dentro del hogar donde los pequeños se
encuentran bajo la responsabilidad de un adulto que debía cuidarlos. Aquí el
mito de la multitarea no puede meter ni las manos, puesto que los accidentes
son situaciones que se presentan rápida e inesperadamente, y si se está
haciendo otras cosas, el cerebro y el cuerpo reaccionarán tarde. No se puede
hacer multitarea.
Hacer multitareas está más vinculado al trastorno de déficit de atención
que al genio intelectual. En el mundo laboral es necesario involucrarnos en
varias tareas a la vez para entregar los trabajos a tiempo. No obstante, cuando
de pensar se trata ―concentrarte para un examen importante, prepararte para
una competencia―, no es posible pensar en dos cosas distintas al mismo
tiempo. Otras investigaciones en cuanto al aprendizaje han estudiado sobre la
carga cognitiva en el aprendizaje y se ha concluido que es difícil, si no
imposible, aprender nueva información mientras se hace multitarea. Las
personas tienen una habilidad limitada para retener información, la cual
empeora cuando la cantidad de información incrementa. George Miller, cree
que el límite de la capacidad del cerebro se centra máximo en el número
siete. Los cerebros son sólo capaces de almacenar una cantidad limitada en su
memoria a corto plazo.
Debido a que el cerebro no puede enfocarse completamente cuando se
hace multitarea, las personas requieren más tiempo para completar las tareas
y están predispuestas al error. El cerebro no progresa de ninguna forma. Por
lo tanto, las personas que hacen multitarea no sólo desarrollan sus tareas
pobremente, sino también pierden tiempo en el proceso. Todos estamos de
acuerdo que el cerebro es complejo y puede hacer muchas actividades a la
vez, pero no puede realizarlas de forma eficiente. Ahora bien, una madre
puede decirte que puede cocinar, limpiar, hablar y nunca descuidar a su hijo.
Y tiene razón, es sólo que el cerebro también establece prioridades entre cada
actividad para mantener un orden. Y de hecho así se entrenan las personas
para realizar multitareas. Es decir, como el cerebro no puede realizar varias
cosas al mismo tiempo ―eso es una realidad―, tiene que realizar todas sus
tareas paso por paso, v.g., el niño es prioridad número uno, cocinar es
número dos, hablar es número tres y limpiar número cuatro.
Al niño lo deja sentado en su andadera, pone a cocer el pollo durante
media hora, responde una llamada de cinco minutos mientras limpia la cocina
y les echa un ojo al pollo y al niño. Esto sólo es un continuo de atención
parcial, es decir, sólo está realizando los detalles relevantes de cada actividad
y pasa a la siguiente. Está poniendo atención, pero sólo parcialmente. Lo
único que se hace es cambiar el enfoque de una cosa a la otra con mucha
rapidez, aunque cambiar de tarea a tarea, nos hace pensar que estamos
poniendo atención a todo al mismo tiempo. La realidad no es esa. Esto, como
ves, sí es posible y puede hacerse de forma efectiva, cosa que no sucede
mientras esa misma madre va manejando: no puede cambiarle el pañal al
niño, ni maquillarse ni responder el teléfono mientras conduce.
¿Y a qué viene todo esto? Al poder que poseen los famosos “Con(fidence)
Man” ―como se les llama en inglés a los timadores― sobre las personas
comunes. Que se puede explotar esta deficiencia en las personas. Es preciso
utilizar “Con Man” en lugar de timador por su significado: un Con Man
defrauda a las personas o grupos ganándose primero su confianza y después
explotando características de la psique humana como la falta de honradez, la
honestidad, la vanidad, la compasión, la credulidad, la irresponsabilidad, la
ingenuidad y la codicia.
No por nada los elementos más fáciles de manipular y engañar de un
sistema de seguridad son los elementos humanos. Maniobras como crear un
estado de pánico, usar la influencia y la manipulación y causar sentimientos
de confianza son métodos utilizados para poner a la víctima en un estado
mental adecuado para la manipulación. Aquí es donde con un poco de
creatividad, las faenas aparentemente imposibles pueden ser logradas sin
importar cuánto las personas juren y perjuren que no pueden ser tan tontas
como para caer víctimas de tales engaños.
¿Adivina qué? Pasa todo el tiempo.
Ahora hay que poner atención a los pasos que todo Con Man sigue para
perpetrar el daño y establece una relación con el cortejo. Pasos que se siguen
con absoluta precisión:

El trabajo base: los preparativos que se realizan antes de que el acto se


ponga en acción. Incluye la elaboración del plan, el empleo de asistentes y
todo lo demás.

Acercamiento: La forma de ponerse en contacto con la víctima. A veces


preparado elaborada y cuidadosamente.

Construcción: excitar y mantener el interés de la víctima por los


conspiradores para convencerla y resolver dudas para que su juicio se
deforme y sus precauciones sean derribadas.

Retribución: una aparente ganancia para derrumbar cualquier duda. Así


como en los casinos, donde se le permite al cliente que tenga ganancias
iniciales y aumentar la cantidad de dinero en juego.
La apuesta: esto es como el desenlace de una obra de teatro, y ningún plan
de estafa está completo sin esta fase. Es un acontecimiento inesperado por el
que la última duda de la víctima es vencida y se ve obligada a actuar. Aquí es
el momento decisivo donde el artista del engaño tiene éxito o falla.

El todo por el todo. Es el punto en donde la víctima ha caído y el timador


está en control de la situación después de que el trato está cerrado.

Ahora, volvamos al principio, ¿puedes hacer que las mujeres no se den


cuenta cuando les tocas las chichis? La respuesta es sí, a veces, y bajo
circunstancias muy específicas dependiendo el tipo de tacto.
Lamentablemente vas a decepcionarte cuando te explique cómo. Y lo siento
por las molestias o ilusiones que te causó este apartado, pero no te diré paso a
paso cómo hacerlo, además no es necesario.
El objetivo no es tocarle sus partes íntimas sin que ellas se den cuenta,
sino de disminuir el impacto que causen tus manos cuando la toques. Te lo
explicaré de otra forma: cuando un mago te hace un truco de magia, sabes
que está generando una ilusión, está distrayéndote del truco principal. Ejecuta
el truco frente a tus ojos y sabes que te está engañando, pero no sabes cómo.
Por otro lado, un Con Man te está distrayendo de su objetivo principal, sabes
que está tomando algo de ti, pero no sabes ni qué ni cómo. Te das cuenta
hasta que él ya se fue con lo que quería.
Asimismo, en cuanto al contacto físico, ellas saben que las estás
pretendiendo, y estarán enfocadas en tantas cosas que no sabrán que alteraste
varios componentes de su fisiología y psicología con el contacto físico y la
proximidad. Por eso cuando tú les dices algo que ellas ya escucharon, creas
resistencia y te responden con, “¿Esas son tus técnicas de ligue?” Y tanto a ti
como a mí nos conviene que ellas sigan creyendo eso. Nos conviene que ellas
se enfoquen o se defiendan de cosas que sólo son meras ilusiones.
Cuando tú estás hablando con ellas, utilizarás tus palabras para halagarlas,
confundirlas, distraerlas, en fin, para conocerlas y reunir información útil,
pero ahora tienes maniobras más sutiles. Podrás estimular su cuerpo cuando
lo roces con el tuyo, pero eso estará bajo la superficie. Mientras tanto tú la
mirarás a los ojos, la escucharás y ella pondrá atención a tus palabras.
Los estímulos externos también la distraerán, por eso hablé de la
importancia del espacio en el que interactúas con las mujeres. El
conocimiento es poder, amigo mío. No dejes nada al azar, ofréceles una
ilusión, distrae sus sentidos e introdúcete sutilmente. Poco a poco te iré
proporcionando las herramientas para que utilices tu imaginación y maquines
tus propias maniobras.
¿Acoso sexual?
Para empezar, el acoso sexual es una conducta sexualmente impulsiva
dirigida hacia una persona en contra de su consentimiento. El acoso sexual es
agresivamente descalibrado ―intimidatorio y hostil. Es cualquier
comportamiento sexual inoportuno. En suma, éste engloba comentarios
lascivos y superioridad de sexo.
El Kino Brutal no implica ninguna de estas características. ¿Y qué no es
una invasión al espacio personal? No. Aunque se rebasa el “límite” del
espacio personal (1.2m), o más aún, el espacio íntimo (45cm), estos son
solamente límites imaginarios que pueden variar según el contexto y su
percepción sobre ti. Además no forzarás su voluntad y las respetarás cuando
ellas no accedan. Insistirás, claro, pero siempre siendo empático con ella
prestando atención a todas sus señales.
Cuando ella te dé entrada, es la hora de capturar el momento y llevar la
situación adonde quieres. La escalada es sobre aprovechar la oportunidad,
aunque siempre generando confort y atracción ―sin éstas dos, hay pocas
oportunidades. Tu meta es cerrar el espacio entre tú y ella, reflejando que los
dos estarán juntos. Es importante saber que muchas mujeres se sentirán
incómodas haciendo esto bajo el escrutinio de sus amigos, es ideal que los
dos estén en un lugar aislado, o al menos entre extraños. En la pista, en otra
barra o lugar, donde sea que no se sientan observadas y se sientan libres para
dejarse llevar.
Mientras tomas las cosas lento, tu meta es hacer que se sientan bien
tocándote y que las toques. Posiblemente lo más importante es saber que la
escalada física es tan difícil como lo son tus creencias. Si ve que esperas
obtener algo al tocarlas, si notan que estás más preocupado por tocar su
mano que en cualquier otra cosa y si percibe que te da miedo tocarlas,
entonces todo marchará con torpeza, y terminarás incomodándolas.
Incluso el contacto natural puede tomarse a mal, algunas mujeres no están
acostumbradas al contacto físico. Si pasa discúlpate, y di que no te diste
cuenta, ríete de eso. Luego retrocede, construye más confort y vuelve a
escalar.
Lo que estoy a punto de comentar puede estar en contra de lo que
propongo acerca del contacto físico. Si tus habilidades para desarrollar son
pobres o nulas, te acercarás en demasía demasiado rápido y tu cantidad de
rechazos aumentará considerablemente. Si eres de las personas que tienen
conflictos para encontrar un límite y sostener la conexión, v.g., ser muy mal
amigo, sentirte incómodo con la cercanía, rechazar el sinceramiento o incluso
rechazar a las personas que lo hacen. Si también presentas dificultades para
mantener relaciones íntimas, será mejor que empieces a desarrollar esas
habilidades empezando desde casa o con las personas que ya conozcas. Es
importante que empieces poco a poco y avances lentamente. De otro modo, la
cantidad de rechazos que sufrirás te desalentarán a sobremanera y aumentarán
tus miedos y tu rencor hacia las relaciones o bien, las mujeres.
Deja de ser un calenturiento; conviértete en un hombre
sensual
Existe una línea muy delgada entre ser un pervertido a ser
irresistiblemente sensual. Los pervertidos abundan por las calles, ¿y cómo
decirte? No son precisamente los que se quedan con las mujeres. Sin
embargo, las mujeres adoran una vibra sensual. Desde mi punto de vista, los
pervertidos son así porque no tienen muchas opciones, por lo tanto, los rige la
desesperación. En cambio, un hombre sensual carece de esta necesidad.
Establecer un contacto físico atrevido desde un punto de vista varonil, y ser
sensual en sus diferentes tonos, te puede llevar tan lejos como quieras.
Ponte a observar a tu alrededor, y verás que la atracción se ha vuelto casi
por completo una experiencia visual. En vez de gozar el erotismo con
nuestros cuerpos, sólo se hace el amor o se tiene sexo con los ojos. Las
personas cuidan sus cuerpos con una dieta, flexibilidad, tratamientos y
ejercicio; y se les adorna con ropa provocativa con el único fin de ser
atractivas visualmente, y excluyen casi todo lo demás.
Estas personas se están enfocando solamente en lo visual que es nada más
uno de los cinco sentidos con los que se puede experimentar la sexualidad.
Creen que lo visual es lo único que es sensual, por lo tanto se enfatiza en
mayor medida la imagen física. Se le presta menos atención a los otros cuatro
sentidos y el arte de la sensualidad se ha ido perdiendo. Cuando se habla
acerca de lo sensual, tiene que hablarse también sobre las cualidades
seductoras de los sonidos de la voz y de los suspiros de los amantes mientras
se hace el amor, el aroma o el perfume, el sabor del sudor que se emana, y el
tacto y el calor de su piel.
La sensualidad se da entre dos o más personas que se conectan a través de
la gratificación de los cinco sentidos. Estamos diseñados para hacer el amor
no sólo con los ojos, sino también con la nariz, las orejas, la boca y las
manos. Tienes que aprender a disfrutar el tacto, el aroma, el sonido y el sabor
del sexo, así como también lo haces con la vista.
Ser sensual con las mujeres significa que las apreciarás en su totalidad,
que vas a experimentar sus cualidades tal y como son. Las mujeres no son
una portada de revista ni un video pornográfico, son seres humanos que, al
igual que tú, tienen cinco sentidos esperando ser estimulados. Despierta los
otros cuatro junto con ella. Mantén los ojos bien abiertos, siéntela, escúchala,
huélela y toca la exquisita y única sensualidad que cada una de las mujeres
posee. Saborea su intimidad y vulnerabilidad que te están entregando. Las
mujeres quieren y necesitan ser amadas en todo su esplendor.
Deja de ser un debilucho
Cuando veas a una mujer, deberías estar motivado sólo por tu deseo de
experimentar todo lo que ella pueda ofrecer. Nada más. No vas a pensar en
que te va a rechazar. No vas a pensar en que ella es demasiado hermosa para
ti.
Un hombre débil siempre está preocupado por hacer todo bien. Se siente
bien cuando mantiene a todos contentos. Actúa en contra de sus propios
principios para evitar conflictos con los demás. Un hombre débil se preocupa
especialmente en satisfacer los caprichos de las mujeres. Un hombre débil
cree que si hace las cosas bien, satisface y cuida de los demás, recibirá
felicidad, amor y dicha.

¿Se oye tan bien como los consejos de aquellos papanatas que se
autodenominan seductores?

Sí.

La verdad es que hay miles de hombres frustrados y resentidos.


Complacen a todo mundo esperando la felicidad que tan desesperadamente
buscan y creen que merecen. Esta frustración es consecuencia de que estos
hombres creen en mitos, en consejos halagadores y en frases motivacionales
cursis. Este es el síndrome del papanatas, cuya definición es la de una
persona excesivamente simple, excesivamente crédula y que se asombra de
cualquier cosa. El objetivo de este apartado es que dejes de buscar aprobación
y empieces a obtener lo que quieres en la vida.
No hay nada de malo en querer ser un hombre de bien, sin embargo, el
intento de “hacer el bien” típicamente implica intentar eliminar o esconder
ciertas cosas sobre uno mismo para convertirse en lo que se cree que los
demás quieren que seas, o en lo que es mejor. Si tienes alguna de las
siguientes características, probablemente estás en graves problemas:

a) Te gusta complacer a la gente.


b) Te gusta “arreglar” la vida y los problemas de otros.
c) Evitas cualquier conflicto.
d) Crees que debes esconder tus defectos y errores.
e) Buscas la forma correcta de hacer todo.
f) Reprimes tus sentimientos.
g) Tratas de ser diferente a tus padres.
h) Te sientes más cómodo relacionándote con las mujeres que con los
hombres porque buscas la aprobación de las mujeres y tratas de ser diferente
a todos los hombres.
i) Se te dificulta establecer tus necesidades como una prioridad, porque
crees que hacer lo contrario es egoísta.
j) Sólo eres feliz si tus parejas son felices.

Ser un hombre débil va en contra de tu naturaleza. No sabes cuántas veces


me he puesto a llorar de coraje y a dar de golpes en la pared como signo de
frustración cuando escucho a los hombres decir que las mujeres ya no
aprecian a un caballero, que ignoran a estos y se van con los hombres que las
tratan mal. Luego me avergüenzo, me consumo, me estremezco cuando
empiezan a imitar al típico hombre que las trata mal para seducirlas. Me dan
ganas de gritar como desquiciado cuando estos mismos hombres aconsejan a
otros.
Tristemente están confundiendo ser un caballero con ser un hombre débil.
La palabra “caballero” tiene una etimología extensa ―no significa lo mismo
ahora que lo que significó en el siglo IX―, pero por motivos de referencia y
según yo lo percibo, un caballero es un hombre de aspecto elegante y
cuidado, modales distinguidos y exquisita educación. En cambio, un hombre
débil tiene dificultad para tomar la profundidad y seriedad de sus creencias y
comportamientos. Yo te pido que dejes de serlo, no sólo quiero que dejes de
ser débil en tu comportamiento, sino también en tu sistema de creencias sobre
ti mismo y el mundo a tu alrededor. Aquí te presento los rasgos de un hombre
débil, ya después me dirás si también concuerdan con los de un caballero:

- Posee rasgos fundamentalmente deshonestos. Esconde sus errores, evita


conflictos, dice lo que los demás quieren oír, y reprime sus sentimientos.
- Es hermético. Se condiciona para buscar aprobación, esconde cualquier
cosa para no tener conflicto con nadie.
- Es manipulador. Tiene problemas para establecer sus necesidades como
prioridad. Le parece difícil pedir lo que quiere clara y directamente. Se siente
débil, por lo tanto, recurre a la manipulación para intentar obtener lo que
necesita.
- Es controlador. Su mayor prioridad es mantener su mundo en orden.
Esto le crea una constante necesidad de controlar a la gente que convive con
él.
- Da únicamente con el fin de obtener. Aunque tiende a ser generoso, sus
donaciones tienen un interés inconsciente. Quiere ser apreciado, quiere
reciprocidad, que alguien deje de estar enojado con él. Luego se siente
frustrado o resentido si no obtiene lo que quiere.
- Es pasivamente agresivo. Tiende a expresar su frustración y
resentimiento en formas indirectas y circunloquios. Esto incluye aparentar
estar indisponible, finge olvidar las cosas, es impuntual, hace las cosas mal y
a medias, y repite los mismos comportamientos conflictivos cuando ha
prometido no volver a hacerlos.
- Está lleno de ira. Siempre niega estar enojado, en toda su vida siente
frustración y resentimiento. Guarda una presión de profunda rabia dentro de
sí mismo. Este enojo tiende a explotar en los momentos más inapropiados e
inesperados.
- Es adictivo. Ser adictivo lo ayuda a aliviar el estrés y alterar su estado
emocional. Recurre al alcohol, al cigarro o a la medicación. Está tan
reprimido que tiene que sacarlo mediante actividades adictivas. Otra
actividad adictiva a la que recurre es al sexo compulsivo.
- Tiene dificultad en fijar límites. Tiene muchos problemas en decir
“¡No!”, “Deja de hacer eso o tendré que…” A menudo se siente la víctima y
ve a los demás como causa de los problemas que está experimentando.
- Es aislado. Aunque desea ser querido y amado, su comportamiento hace
difícil que la gente se le acerque.
- Está atraído a la gente y situaciones que necesitan ser arregladas. Este
comportamiento es el resultado del condicionamiento de su niñez, su
necesidad de verse bien, su búsqueda de aprobación. Desafortunadamente,
esta tendencia garantiza que pase el resto de su vida manejando momentos de
crisis.
- Tiene problemas en sus relaciones íntimas. Aunque pone un tremendo
énfasis en esta parte de su vida, sus relaciones íntimas son una fuente de
lucha y frustración. No sabe escuchar porque está tan ocupado en encontrar
cómo defenderse o arreglar los problemas de los demás. A causa de su temor
al conflicto, es deshonesto y está poco dispuesto a cooperar para la solución
de los problemas.
- Forma relaciones con mujeres a quienes ve como proyectos o diamantes
en bruto. Cuando sus “proyectos” no resultan como esperaba, tiende a culpar
a su pareja por anteponerse a su felicidad.
- Tiene problemas con su sexualidad. Aunque lo niega, o está insatisfecho
con su vida sexual, o tiene disfunción eréctil, o es eyaculador precoz, o ha
recurrido a la infidelidad, a la prostitución, a la pornografía o a la
masturbación compulsiva.
- Es moderadamente exitoso. Logra éxito en algunas áreas de su vida, pero
falla en vivir a su máximo potencial.

Muchas personas ubican a un hombre débil como un buen hombre. La


gente tonta comete el error de confundir al hombre pasivo, agradable y
generoso con un hombre saludable. Parece ser tan diferente de los demás, que
parece ser un buen prospecto. Aunque lo crea, no es un caballero. Aun así,
como nota que no le funciona con las mujeres y debido a que clasifica las
cosas únicamente entre bueno y malo, la otra alternativa que ve es
comportarse como un cretino.
Dejar de ser un hombre débil no es pasar de un extremo al otro. El proceso
consiste en romper los patrones negativos y convertirse en un hombre con
integridad. Un hombre íntegro no es perfecto ni quiere caerles bien a todos.
En vez de eso, se acepta tal y como es.
El paradigma que un hombre débil tiene, es el siguiente: "Si puedo
esconder mis defectos y convertirme en lo que otros quieren que sea,
entonces seré amado, satisfaré mis necesidades y no tendré problemas en la
vida." Incluso cuando sabe que esta creencia es ineficaz, sólo ve una
alternativa: esforzarse más. Esto sólo muestra que aprende lentamente. Es
difícil para él hacer algo diferente, incluso cuando ve que lo que está
haciendo no está funcionando.
Algo que me da más lástima que risa es encontrar en las comunidades de
seducción a “Don Diferente.” El típico bato que cree que porque ya leyó un
libro lleno de consejos cursis, ya es diferente a todos los demás. Lo que su
mente pequeña no sabe es que, el ser humano es una criatura social y que
hacer todo diferente o ser completamente diferente es una pésima idea. Lo
que yo te presento como alternativa es hacer diferente todas esas conductas
que están echando a perder tus más grandes aspiraciones.

Quiero que de una vez te quede claro que no vas a ser capaz de hacer todo
por tu cuenta. Necesitas pedir la ayuda de alguien que está donde tú quieres
estar o que ya superó lo que tú quieres superar. Nada más es cuestión de que,
cuando pidas ayuda, no ocultes tus imperfecciones o debilidades. Recobrarte
depende mucho de revelar tu personalidad sin ninguna máscara y recibir
consejos de personas que sepan cómo darlos y que te entiendan
perfectamente. Es esencial que busques a personas que puedan ayudarte
durante todo el camino.

Sinceramente, va a ser un camino largo y difícil tomando en cuenta el


abandono en tu niñez, una de las etapas más decisivas en la vida de una
persona. En los primeros cinco años, la personalidad de los niños es
significativamente influenciada por su entorno. Es durante este tiempo que
sus paradigmas empiezan a establecerse.
Las influencias más fuertes durante este tiempo, naturalmente, son los
padres y familiares, aquí es donde debes empezar la inspección de los
orígenes de tus traumas. Cuando un niño viene al mundo es inofensivo y
dependiente de otros para reconocer y responder sus necesidades de una
manera oportuna y acertada. Los niños son egocéntricos. Esto significa que
creen que son el centro del universo y todo gira alrededor de ellos. Por lo
tanto, creen que ellos son la causa de todo lo que les sucede. Esto crea una
fuerte dinámica ente los niños. Siempre que un niño experimenta cualquiera
de los siguientes tipos de abandono siempre creerá que es la causa de todo lo
que le sucede:

a) Está hambriento y nadie lo alimenta.


b) Llora y nadie lo atiende.
c) Está sólo y nadie le presta atención.
d) Sus padres se enojan con él.
e) Sus padres lo descuidan.
f) Sus padres tienen expectativas poco realistas de él.
g) Sus padres se avergüenzan de él.
h) Sus padres no lo quieren.
i) Uno de sus padres lo abandonó para no regresar.

Porque de niños nacemos en un mundo imperfecto y en una familia


disfuncional que no ha aprendido cómo educar a sus hijos, casi todos los
niños han experimentado al menos uno de los tipos de abandono. Aunque la
creencia de que ellos son la causa de esos eventos dolorosos, es, sin lugar a
dudas, una interpretación errónea de sus vidas. Los niños no tienen otra
forma de entender el mundo.
Debido a estas experiencias de abandono y la interpretación ingenua y
egocéntrica, los niños desarrollan la creencia de que no es bueno ser como
son. Concluyen que debe haber algo malo en ellos, lo que causa que los
demás los abandonen. No tienen forma de comprender que sus experiencias
de abandono no son causadas por ellos, sino por otras razones ajenas a ellos.
Esto crea un estado psicológico llamado vergüenza tóxica. La vergüenza
tóxica es la creencia de que alguien es inherentemente malo, defectuoso,
diferente o poco amado. La vergüenza tóxica no es una simple creencia de
que uno hace cosas malas, sino una profunda creencia de que uno es malo.
Como resultado de estas experiencias de abandono y la incorrecta
interpretación de estos eventos, todos los niños desarrollan mecanismos de
sobrevivencia para hacer tres cosas importantes:

1) Tratar de sobrellevar el estrés físico y emocional de ser abandonado.


2) Intentar prevenir eventos similares para que no sucedan en el futuro.
3) Intentar esconder la vergüenza de sí mismos y de otros.

Los niños encuentran una multitud de formas negativas para intentar


cumplir estas tres metas. Pero como su perspicacia, experiencia y recursos
son limitados, sus mecanismos de sobrevivencia son ineficaces y a veces,
aparentemente ilógicos. Por ejemplo, un niño que se siente solo puede
dedicarse a la delincuencia para llamar la atención. No importa si adopta
conductas negativas, las consecuencias de éstas para ellos no son tan malas
como sentirse solo.
Tratar de ser bueno, intentar convertirse en lo que creen que los demás
quieren que sea, es la otra cara de la moneda que un niño puede adoptar como
resultado del abandono en su niñez y la internalización de esa vergüenza que
experimentan. Internalizan la creencia de que es insuficiente ser tal y como
son, y su bienestar depende de convertirse en alguien diferente.
No importa si los niños han sido maltratados, abandonados, descuidados,
avergonzados, usados, reprimidos, controlados u objetificados, todos
internalizan la misma creencia: “¡No es adecuado ser tal como soy!” Algunos
de esos mensajes fueron comunicados abiertamente por los padres que no se
preocupaban por el bienestar de sus hijos. Otros fueron comunicados
indirectamente por padres que eran demasiado jóvenes, abrumados, o
distraídos como para proveer un ambiente adecuado para sus hijos. A veces,
esos mensajes fueron comunicados por circunstancias fuera del control de
cualquiera. A su vez, esas experiencias causan que un niño crea, "Sólo soy
bueno y querido cuando..."
Si bien, todo esto se basa en las interpretaciones erróneas en la niñez, es la
única ruta que los hombres tienen. Los hombres creen que es la ruta correcta,
la que los llevará hacia la felicidad. Aunque esto es ineficaz, los hombres
débiles siguen haciendo lo mismo, con la esperanza de que algún día
funcione.

Existen diferentes tipos de hombres débiles que difieren en ciertos rasgos,


pero todos operan bajo el mismo paradigma. Creen que no es adecuado ser tal
como son, y por lo tanto deben esconder sus defectos y convertirse en lo que
creen que los demás quieren que sean. Son almas heridas operando desde un
sistema de creencias basadas en las percepciones erróneas de los eventos de
su niñez. No creo que sea esencial revelar cada experiencia que te hizo sentir
inseguro o inadecuado. Pero creo que un entendimiento del porqué no has
tenido éxito con las mujeres y en los demás ámbitos de tu vida, te ayudará a
cambiar tu historia.

En general, muchos hombres no han tenido una relación cercana y


adecuada con sus padres en la niñez. Quizá fue el resultado de que los padres
trabajaban mucho, eran distantes, o pasivos. A menudo, los hombres
describen a sus padres en términos negativos. Los tachan de controladores,
enojones, ausentes, abusivos, indispuestos, adictos o mujeriegos. No es raro
que en un punto de la niñez hayan decidido ser diferentes a sus padres. Por
desgracia, también existen demasiadas madres solteras que tienen que adoptar
el papel de los padres. En estas mujeres recae la labor de convertir a los niños
en hombres. Desafortunadamente, incluso las madres mejor intencionadas no
son capaces, además de que no están en posición de enseñarles a sus hijos a
ser hombres. Como consecuencia, los hombres adoptaron la perspectiva
femenina de la masculinidad y están cómodos con la idea de que su virilidad
esté definida por una mujer. Asimismo, los hombres entraron a una escuela
dominada por mujeres. ¿Cuántos maestros tuviste en el kinder, la primaria y
la secundaria? Lo más seguro es que en tu educación hayan predominado las
maestras. Esto quiere decir que te has relacionado con pocos hombres que te
hayan ayudado a alcanzar la madurez.
Cada vez hay más mujeres que trabajan y se ocupan de todo. Ellas son las
encargadas de preparar a sus hijos e hijas por lo que está por venir. Muchas
mujeres educaron a sus hijas para no necesitar un hombre. Al mismo tiempo,
entrenaron a sus hijos para ser diferentes a sus padres, v.g., pacíficos,
detallistas, educados, y atentos hacia las necesidades de las mujeres. Muchas
mujeres han contribuido a que el sistema cambie y han convencido a muchos
hombres de que no es adecuada la forma en cómo se comportan. También
ellas son las que han creado el estereotipo de cómo debe ser y comportarse un
hombre: que se den cuenta de lo que una mujer quiere y que se convirtieran
en ello para poder ser amados y satisfacer sus necesidades.

En el mundo hay hombres con buenas intenciones. Tienen una actitud


caballerosa y un excelente estilo de vida. Pero muchos de ellos no son felices.
Uno puede darse cuenta de la falta de vigor en ellos. Irónicamente, los verás
con mujeres fuertes que irradian energía positiva. Ellas no saben que al tener
un buen hombre, que es superior a su padre, que es comprensivo, puede tener
poca vitalidad. La verdad es que fueron educados para creer que no es
adecuado ser tal como son. Todo amplifica la creencia de que si quieren ser
amados, satisfacer sus necesidades y tener una buena vida, tienen que ocultar
sus defectos y convertirse en lo que otros ―especialmente las mujeres―
quieren que sean.
Adonde quiera que vayas, podrás ubicar hombres que demuestran las
características de un hombre débil. No sólo han sido el efecto de las
dinámicas sociales, también crecieron educados por padres débiles. Éste
puede ser el origen de los problemas para obtener lo que quieren en el amor y
en su vida. El camino que siguen no los lleva adonde quieren ir. Vaya que es
frustrante. Es una pena que en lugar de intentar algo diferente, siguen
haciendo lo mismo. Por debajo de todo, muchos hombres carecen de un
sentido de identidad bien definido. Su más grande temor es quedarse solos.
Lo más ridículo es que se sienten solos de todas formas. Al tratar de
satisfacer a todos, los hombres no satisfacen a nadie, mucho menos a sí
mismos.

Para llenar todo ese vacío, los hombres débiles se enfocan en algo externo
a ellos mismos ―su apariencia física, el talento, el intelecto―, en lo que
hacen ―ser educados, bailar bien, tener un buen trabajo―, y en alguien más
―tener una esposa atractiva, niños bonitos, comprar un carro de lujo― para
obtener valor y ganar la aprobación de los demás. Éste es el síndrome de los
materialistas. Los hombres buenos relacionan su identidad y valor a las cosas
que poseen para convencerse a sí mismos de que son valiosos. Sin eso, los
hombres no saben cómo pueden hacer que la gente los quiera. La ironía es
que nadie los va valorar realmente por sus pertenencias: si pierden su riqueza
y sus posesiones, sus esposas y sus amigos los abandonan. Su dependencia en
la validación externa impide que los demás puedan conocerlos tal como son.
Nada de tus pertenencias puede realmente expresar la esencia de tu
personalidad.
Los hombres débiles interpretan la aprobación de las mujeres como la más
valiosa. Hay numerosas consecuencias negativas en buscar a la aprobación de
las mujeres. Buscar constantemente su aprobación requiere que te preocupes
constantemente en impresionarlas y evitar causarles molestias. Debido a que
los hombres ven el sexo como la última aceptación y creen que una mujer
debe estar de buenas para que abran sus piernas, los hombres débiles son
capaces de hacer casi cualquier cosa para obtener sus favores. Entonces
cuando una mujer se enoja o se deprime, creen que deben hacer algo
rápidamente para solucionar el problema, v.g., mentir, ofrecer soluciones,
sacrificarse a sí mismos, manipular. Como los hombres están condicionados a
nunca hacer algo que moleste a una mujer, están muy preocupados en
responder a los estados y caprichos de las mujeres con las que no han tenido
sexo o con las que se lo proporcionan.
De una vez te digo que al buscar la aprobación de las mujeres, estarás
cediéndoles el poder de varios niveles de la relación. Si ella está feliz, tú
también lo estarás. Si está enojada, deprimida o estresada, te sentirás ansioso
hasta que lo soluciones. Si buscas la aprobación de las mujeres les das el
poder para que ellas determinen tu valor. Si una mujer te rechaza, tú creerás
que hay algo mal en ti. Buscar la aprobación de las mujeres crea
resentimiento hacia ellas. Cuando pones a una mujer antes que a ti mismo e
intentas ganar su aprobación, tarde o temprano, esta adoración terminará en
resentimiento cuando ellas fallen a tus expectativas. Incluso los
homosexuales son tan susceptibles como los heterosexuales de buscar la
aprobación de una mujer.

Las necesidades que los hombres débiles necesitan esconder es muchas


veces lo que es parte de inherente del ser humano y estar vivo, v.g., eres
sexual, tienes funciones y necesidades corporales, te estás volviendo viejo,
estás perdiendo tu cabello, tienes aspiraciones, eres imperfecto. Cuando los
hombres débiles no lo aceptan, encuentran formas creativas de ocultar sus
defectos y errores:

1) Mentir. Ah, esto me recuerda a los tipitos inocentes que creen que
pueden atraer a una mujer siendo siempre honestos. En fin, muchos hombres
se enorgullecen de ser honestos. Irónicamente, los hombres son deshonestos.
Los hombres débiles dicen mentiras, verdades parciales, y omiten
información si creen que esto hará que los demás los vean de forma negativa.

2) Lavarse las manos. Como buscan ser perfectos, creen que los buenos
actos limpiarán todas las cosas malas que hacen. Creen que si hacen la
mayoría de las cosas bien, nadie notará las cosas que hacen mal.

3) Reparar. La gente madura toma responsabilidad de sus acciones. Si


cometen un error o actúan mal, se disculpan, corrigen su error o reparan el
daño. En cambio, algunos intentan enmendar situaciones haciendo lo que se
requiera para hacer que la otra persona deje de sentirse enojada.

4) Se defienden, explican, se excusan y racionalizan. Esto lo utilizan para


distraer a los demás de sus errores y su maldad. Se recurre a esto cuando han
fallado y alguien los confronta para expresar sus sentimientos.

5) Invierten los papeles. Si alguien se enoja con ellos, ellos intentarán


distraerse a sí mismos y a los demás de sus errores y cambiarán los papeles
para hacer que los demás se sientan mal. Creen que si pueden cambiar el
enfoque a los errores de los demás, pueden escaparse de las acusaciones.
Esto implica culpar, revivir el pasado, desviar y apuntar los defectos de los
demás.

6) Escudarse. Crean escudos para prevenir que los demás se acerquen


demasiado. Esto afecta su incapacidad para intimar, también los protege de
las consecuencias de ser descubiertos. Estas barreras pueden incluir
adicciones ―comida, sexo, televisión, alcohol, trabajo―, humor, sarcasmo,
intelectualismo, perfeccionismo y aislamiento.
Cuando intentas verte bien y logras que los demás te acepten, logras lo
contrario: mantienes a la gente a distancia. Como muchos malos patrones,
estos comportamientos logran el objetivo opuesto a lo deseado. Muchos
hombres tienen dificultades en comprender que en general, la gente no está
atraída a la perfección en otros. La gente está atraída en compartir intereses,
problemas y entre muchas otras cosas. Los humanos están atraídos a los
humanos. Esconder la humanidad e intentar proteger una imagen de
perfección hace que parezcas sin vida, si entendimiento, sin interés. Es de
hecho, el intercambio de imperfecciones lo que hace que las personas se
conecten.
Volverte un hombre saludable implica cambiar tus paradigmas centrales.
Precisamente requiere que empieces a buscar la aprobación de la única
persona que importa: tú. Irónicamente, cuando empieces a enfocarte en
complacerte a ti mismo, empezarás a experimentar la intimidad y la conexión
con las demás personas. Aceptar el hecho de que has buscado la aprobación
de los demás, te ayudará a que aprendas a aprobarte a ti mismo. Tienes que
aprender a ser congruente con tus valores, lo que piensas, lo que crees, lo que
sientes y lo que sale de tu boca ―eso que tanto le llaman “ser tú mismo”.
Presta atención cuando trates de impresionar o buscar aprobación. Sólo así
podrás vivir de adentro hacia afuera. Esto significa que en vez de enfocarte en
la aceptación externa, actúas porque te vuelves internamente aceptado. Al
hacer eso, empezarás a preguntarte, "¿Qué quiero?", "¿Qué me haría feliz?",
"¿Qué es lo que siento que está bien?"
Ocuparte de tu bienestar es esencial para cambiar las creencias sobre ti
mismo. Cuando empiezas a hacer cosas para ti, implica que eres digno de
algo. Estas cosas son muy diversas, desde tomar mucha agua, blanquearte los
dientes, hacer ejercicio, leer, hasta viajar o comprar el carro que siempre has
querido. Esas actividades implican comer sano, dormir bien, relajarte, jugar,
salir con tus amigos, comprar un par de zapatos nuevos, arreglarte los dientes,
escuchar música.
Quizás al principio puedes sentirte incómodo, ansioso o culpable. No te
preocupes, es normal. Pero debes entender que cuando haces algo bueno para
ti, es hacer algo que te demuestra que eres valioso. Puedes sentir un conflicto
interno debido a que toda tu vida creíste que no eras digno, todo resultará en
una disonancia cognitiva ―lo que sucede cuando dos mensajes opuestos
están compitiendo. Con el tiempo una de estas creencias ganará. Aquí te dejo
un viejo proverbio indio que probablemente ya has escuchado:
“Una tarde, un viejo indo estaba hablando con su nieto y le decía:
― Hijo mío, en todos nosotros hay una batalla entre dos lobos. Uno de los
dos es un lobo enojado, violento, envidioso, codicioso, arrogante y mentiroso.
El otro está lleno de amor, esperanza, generosidad y compasión.
― Abuelo, dime, ¿cuál de los dos lobos ganará la pelea? ―el nieto
preguntó.
― ¡Aquel que tú alimentes! ―contestó el abuelo.”

Te animo a que seas bueno contigo mismo.

Las afirmaciones positivas ayudan a cambiar las creencias que tienes


sobre ti mismo. No obstante, cuando son utilizadas por sí solas, las
afirmaciones no tienen peso. Las afirmaciones sólo son efectivas cuando se
usan con otros procesos que ayuden a cambiar tus creencias.
Primero que nada, debes aprender a estar solo. Cuando estás solo, puedes
descubrir quién eres, qué es lo que te gusta de ti mismo y qué reglas escoges
para gobernar tu vida. Viaja a lugares donde nadie te conozca. Así tendrás
muy pocas razones para buscar la aprobación de los demás, y no tendrás
necesidad de ocultar tus defectos. También será el momento perfecto para
tomar responsabilidad de tus necesidades. Puedes hacer lo que quieras sin
complacer ni comprometerte con nadie. Irás a la cama y te levantarás cuando
quieras. Decidirás qué y a qué hora comer. Decidirás adónde ir y qué hacer.
Cuando estás sólo no tienes por qué preocuparte de nadie más. No necesitarás
buscar aprobación. No tendrás por qué sacrificarte o intentar resolver los
problemas de alguien. A su vez, perderás el miedo a la soledad y al
aislamiento. Comprenderás que no tienes por qué continuar en una relación
que no te enriquezca. Ya no tolerarás comportamientos molestos ni tendrás la
necesidad de manipular a los demás para satisfacer tus necesidades.
Ahora podrás presentarte el mundo tal como eres. Ya no sentirás
vergüenza. Desarrollarás un mejor entendimiento que el que adquiriste en tu
niñez. Empezarás a buscar personas sanas que te acompañen en tu viaje.
Encontrar a esas personas es esencial para aprender a aprobarte a ti mismo.
Como ya te dije, no puedes hacerlo solo. La gente sana es esencial para
revertir las creencias distorsionadas que tienes sobre su valor.

Cuando eras niño y tus necesidades no eran atenidas a tiempo o de una


forma adecuada, llegaste a creer que es malo satisfacer necesidades. También
pudiste creer que tus necesidades eran las que causaban que la gente te
lastimara o te abandonara. Y para que nadie te lastime, ocultas tus
necesidades y deseos. La consecuencia de esto es que, si te sientes muy rudo,
tratas de aparentar que no tienes necesidades ni deseos. Así haces, a su vez,
que sea difícil que otros las satisfagan. Quizá preferiste enfocar tu atención en
las necesidades de los demás. También puedes creer que si no tienes
necesidades, no dolerá tanto no obtenerlas. Al intentar ocultar tus necesidades
y deseos te abstienes de satisfacerlos. Debajo de toda la fachada de rudeza y
masculinidad, muchos hombres son, de hecho, extremadamente necesitados.
Como consecuencia, cuando quieren satisfacer sus necesidades, son
frecuentemente indirectos, poco claros, manipuladores y controladores.
En adición al usar estrategias ineficaces para satisfacer tus necesidades, te
sientes inadecuado cuando recibes algo bueno. Puesto que satisfacer tus
necesidades va en contra de los paradigmas de tu niñez, te sientes incómodo
cuando recibes lo que quieres. Quizá tienes la costumbre de estar con otras
personas necesitadas o emocionalmente distantes, eres poco claro e indirecto,
ahuyentas a la gente y te saboteas a ti mismo. Es obvio que si te pregunto,
expresarás un profundo interés en las mujeres, aunque cabe la posibilidad de
que te sientas frustrado en tu intento de conocerlas. Esto se debe a que tus
acciones garantizan que no vas a obtener lo que crees que quieres.

A lo mejor no te lo formulas así, pero tienes este dilema: ¿cómo puedo


ocultar el hecho de que tengo necesidades, y aun así crear situaciones para
satisfacerlas? Muchos hombres les prometen a las mujeres cosas que nunca
van a cumplir sólo para tener sexo con ellas. Más tarde, si logran tener una
novia o esposa, le susurran al oído a su pareja, "¡Te amo!" Luego esperan que
ella les diga, "¡Yo también te amo!" Este es un ejemplo claro de los hombres
que dan para obtener. Así es como tratan de satisfacer sus necesidades. Es
claro que los hombres débiles son indirectos, poco claros y manipuladores.
Los hombres creen que ser cariñoso es ser amoroso y algo que los hace ser
buenas personas. En realidad, cuidar de los demás no tiene nada que ver con
ser amoroso o bueno. Ser cariñoso es la forma más inmadura e indirecta de
intentar satisfacer las necesidades de uno. Ser cariñoso consiste en dos partes:
1) enfocarte en los problemas, necesidades y sentimientos de los demás para
2) sentirte valioso, satisfacer tus necesidades, o evitar tratar con tus
problemas y sentimientos.
Cuando una persona es realmente cariñosa da a la persona lo que
realmente necesita, viene de un lugar de abundancia y no espera nada a
cambio. Muchos creen ser cariñosos, pero muchas de sus acciones no tienen
nada que ver con el amor.

Dar para recibir crea un círculo vicioso. Este círculo consiste en tres fases
predecibles:

1) Ofreces favores a otros para esperar algo a cambio.


2) Cuando sientes que no obtienes tanto como lo que das o no obtienes lo
que esperas, te sientes frustrado y resentido.
3) Cuando la frustración y el resentimiento crece, se transforma en ataques
de ira, un comportamiento pasivo-agresivo, en berrinches, inhibición,
vergüenza, comienzas a criticar, culpas, e incluso puedes llegar a abusar
físicamente.

Una vez que el ciclo está completado, usualmente se repite una y otra vez.

Es completamente saludable tener necesidades y la gente madura hace de


sus necesidades una prioridad. Nadie existe para satisfacer tus necesidades
―más que tus padres, pero su trabajo ya está hecho. Por lo tanto, no naciste
para satisfacer las necesidades de nadie, más que la de tus hijos. Nadie tiene
por qué enojarse, nadie tiene por qué pensar que eres egoísta, no te quedarás
solo, y si ellas se van, es su problema. En cambio los beneficios son grandes,
incrementarán las probabilidades de obtener lo que necesitas y quieres, le
darás a la gente lo que realmente necesita, harás favores sin resentimiento o
expectativas, serás menos necesitado, serás más atractivo. Cuando te
conviertes en tu prioridad, atraes a la gente y obtendrás lo que quieres en el
amor y la vida
Tener necesidades es parte del ser humano. La gente madura hace de sus
necesidades una prioridad. Pide ayuda de forma clara y directa. Te
sorprenderás de cuánta gente está dispuesta a satisfacer tus necesidades. El
mundo es un lugar lleno de abundancia. Saberlo es esencial no sólo para
satisfacer tus necesidades, sino para reclamar tu poder personal, sentirte vivo
y experimentar amor e intimidad. Además los que están a tu alrededor se
beneficiarán.
¡Decide ya!

Hacerlo es relativamente fácil. Recuerda que no tienes que hacerlo


perfectamente. Sólo hacerlo.

Los hombres tienden a ser débiles porque los paradigmas de su niñez


hacen que sacrifiquen su poder personal. Tienden a ver a otros como la causa
de los problemas que experimentan en su vida. Como consecuencia, se
sienten frustrados, indefensos, resentidos y furiosos. Desafortunadamente
estos paradigmas no sólo producen lo contrario a lo deseado, también
garantizan sentimientos de completa impotencia. Hay dos factores
importantes que impiden que los hombres alcancen una vida saludable.
El primero es que intentan lo imposible. La vida no es perfecta. La
existencia humana por naturaleza es caótica. La vida está llena de
experiencias impredecibles y fuera de tu control. Lo negativo es creer que la
vida debe ser perfecta. En el intento de vencer la incertidumbre de su niñez,
los hombres desarrollan la creencia de que, si pudieran hacer todo bien,
entonces todo resultará como lo esperan.
Lo segundo es que hacen lo que no funciona. Afrontando las situaciones
adultas con mecanismos de sobrevivencia que fueron formados cuando eran
inocentes e impotentes, tienen asegurado el fracaso en crear algo que asemeja
la estabilidad en sus vidas. Sus comportamientos de impotencia son:

- Hacer todo bien.


- Irse a lo seguro.
- Querer arreglarlo todo.
- Tratar de no estorbar.
- Ser encantadores y serviciales.
- Controlar y manipular.
- Complacer.
- Mentir y ocultar.
- Reprimir sentimientos.
- Evitar problemas y situaciones difíciles.

El poder personal es un estado en el que la persona es confiada y puede


manejar cualquier situación. No sólo es tratar exitosamente con los problemas
―a veces se falla―, también es retar a la adversidad, recibirla y estar
agradecidos con ella. El poder personal no es la ausencia de miedo, es sentir
el miedo, pero no dejarse vencer por él. Reclamar el poder personal incluye:

- Aceptar las cosas


- Vivir la realidad
- Expresar sentimientos
- Enfrentar los miedos
- Desarrollar integridad
- Establecer límites

Irónicamente, el aspecto más importante para reclamar tu poder personal y


obtener lo que quieres en el amor y la vida es aceptar. Aceptar no significa
darte por vencido, significa dejar ir lo que no puedes cambiar y cambiar lo
que puedes. No significa que no deban importarte las cosas, que no debas
cambiarlas o que no intentes alcanzar tus metas, significa dejar que las cosas
sucedan. Es como abrir un puño bien cerrado y liberar la tensión almacenada
en el interior. Al principio los dedos querrán regresar a su antigua posición.
La mano tiene que ser adiestrada para quedar abierta y relajada. Lo mismo es
aceptar y dejar que las cosas sucedan. Aceptar te permite dejar que las cosas
sucedan y responder adecuadamente a la vida en lugar de controlarla. Te
permite aprender, crecer y ser creativo. En lugar de hacerte la víctima, debes
aprender de cada situación.
Los hombres débiles intentan controlar el mundo creando un sistema de
creencias sobre la gente y situaciones que no están basadas en la realidad.
Luego actúan como si estas creencias fueran precisas. Por eso puede ser
dañino poner a las mujeres con más valor que uno mismo, esa no es la
realidad. Por eso muchos hombres fallan a la hora de cortejar a la mujer que
les gusta.

No tengas miedo de los sentimientos de los demás y los tuyos propios. De


lo contrario, cualquier tipo de intensidad causará que te sientas fuera de
control. Tus sentimientos son sólo sentimientos, no van a matarte. Aunque te
sientas ansioso, impotente, solo, enojado o triste, tus sentimientos no son
amenazantes. La meta es abrazar tus sentimientos, no hacerte la reina del
drama. Los hombres que están en contacto con sus sentimientos son
poderosos, asertivos y vigorosos. Los sentimientos son parte integral de tu
existencia humana.
No te enfoques en la otra persona como, "¡Me está haciendo enojar!". En
vez, asume la responsabilidad por lo que estás sintiendo, "¡Me siento
enojado!" No te enfoques en los demás, mejor pon atención a lo que estás
experimentando en tu cuerpo. En general, trata de empezar tus declaraciones
con "Yo", en vez de "Tú."
Todos experimentamos temor, todos. Un miedo saludable te advierte que
el peligro se avecina. Los miedos negativos son el recuerdo de una
experiencia aparentemente amenazante que tuviste. Nació en una etapa de
absoluta dependencia e impotencia. Se originó cuando tus necesidades no
fueron atendidas a tiempo. Fue fomentándose hasta que empezaste a rechazar
cualquier riesgo y te recompensabas siendo más conservador. Por eso has
enfrentado el mundo como si fuera peligroso y agobiante. Por eso te
resguardas y no tomas riesgos. Al ir a la segura sufres porque evitas
situaciones nuevas, porque no conoces mucho, porque retrasas, evitas y
fracasas en lo que empiezas, porque haces de las situaciones malas unas
peores haciendo lo que nunca ha funcionado en el pasado. Desperdicias
energía vital tratando de controlar lo incontrolable.

Como ya lo había mencionado, muchos hombres se enorgullecen de ser


honestos. En realidad, son fundamentalmente deshonestos. Tienen la
habilidad de mentir u ocultar la verdad y seguir creyendo que son honestos.
La deshonestidad es un comportamiento basado en el miedo. Decir mentiras
y ocultar la verdad te impide recuperar tu poder personal. Para aprender a
decir la verdad presta atención a las cosas que menos quieres que los demás
se enteren. Esas son las cosas que más quieres ocultar, pero las que más
necesitas decir. Apunta a decir todos los detalles. No es un error si alguien se
enoja. Decir la verdad no es una fórmula mágica para tener una vida perfecta.
Pero vivir una vida de integridad es más fácil que vivir una construida bajo el
engaño y la distorsión.
Obviamente no quiero que vayas por las calles diciéndoles a las mujeres,
“¡Te quiero coger!,” o diciéndoles a las personas, “¡Me caes mal!” Ni se te
ocurra. Decir la verdad es, en resumen, decidir lo que es correcto y hacerlo.
Lo contrario a esto es actuar basándote en lo que crees que los demás piensan
que es correcto, o decir cualquier verdad que te plazca. Seguir este camino
confunde a los hombres de mente pequeña, que tienen miedo, impotencia y
son deshonestos. Unos de plano llevan este rasgo hasta el extremo y otros
simplemente no quieren hacerlo. Si nunca te molestas en preguntarte lo que
crees que es correcto, o si sabes qué es lo correcto y no lo haces, tienes una
falta de integridad.

Aprender a fijar límites te permite dejar de sentirte impotente. Fijar límites


no es hacer que los demás cambien, sino dejar claro que eres un hombre que
se respeta a sí mismo. Si alguien cruza tus límites, no es problema de ellos, es
tu problema. Debes saber cuáles son las cosas que no estás dispuesto a
tolerar. Al establecer límites, estás dándoles a los demás la oportunidad de
comportarse adecuadamente contigo. Esto permitirá que tus relaciones
sobrevivan y crezcan. Antes de que empieces a establecer límites, tienes que
estar consciente de cuánto retrocedes de tu línea para evitar conflictos. ¿Dices
que "sí" cuando quieres decir "no"? ¿Accedes a hacer algo para evitar tener
conflictos? ¿Evitas hacer algo para que nadie se enoje contigo? ¿Toleras lo
insoportable, esperando que en algún punto esa persona deje de hacerlo?
Cuando creas límites con las mujeres, las hace sentir seguras, y cuando se
sienten seguras, se sienten amadas. Fijar límites crea respeto. Si te respetas, te
respetarán.

No hay ninguna clave para una vida perfecta. Ser bueno o hacerlo bien no
te previene de experimentar lo amargo de la vida. Lo único que logras es
volverte un hombre débil que permite que los abusivos te pateen el trasero, te
escupan en la cara, se burlen de ti y se salgan con la suya. Toma el poder que
te permita abrazar los retos y regalos de la vida. La vida no es lineal, es un
sube y baja constante. La vida no siempre es perfecta, no siempre te irá bien,
pero es una aventura, una que no debe ser desperdiciada.
Comienza a ser un hombre. Desecha toda creencia errónea de lo que es ser
un hombre; por lo regular, las creencias erróneas nacieron cuando de niño
estuviste desconectado de tu padre y otros modelos masculinos saludables. Te
educaron para buscar la aprobación de una mujer y aceptar la definición
femenina de cómo debe ser un hombre.
No necesitas esconder o eliminar los rasgos masculinos aparentemente
negativos y convertirte en lo que una mujer quiere que seas. Tratar de evitar
el lado oscuro de tu masculinidad, también te hará reprimir muchos otros
aspectos de tu energía masculina. Como resultado, perderás asertividad,
competitividad, creatividad, confianza, sed de experiencia, extroversión y
poder. La consecuencia más visible de reprimir la energía masculina es la
falta de liderazgo en las familias. Las mujeres no se sienten atraídas a un
hombre que trata de complacerlas, ellas se sienten atraídas hacia un hombre
que sabe cómo complacerse a sí mismo. Quieren un hombre.
Espero que no te parezca raro lo siguiente: para recuperar tu masculinidad
necesitas tener relaciones de amistad saludables con otros hombres. Encontrar
hombres que te sirvan de modelo te ayudará a recuperar tu masculinidad.
Haciendo esto, serás menos susceptible a buscar la aprobación de una mujer o
permitir que seas definido por el sexo opuesto. Un hombre débil
frecuentemente evitará hacer algo que enoje a su pareja y causar que ella no
quiera tener sexo con él. Complacer a una mujer muchas veces no es como tú
piensas. No tener motivos ulteriores remueve el miedo en tus relaciones con
el sexo opuesto.
La masculinidad denota fuerza y poder. Gracias al condicionamiento, los
hombres tienen miedo a estos rasgos. Como resultado se vuelven blandos
física y emocionalmente. Abrazar tu masculinidad significa abrazar tu
cuerpo, poder y amplitud. Para hacer esto, tienes que dejar de poner basura en
tu cuerpo y entrenarlo para responder las demandas físicas de ser un hombre.
Esto implica comer saludable, eliminar drogas y alcohol, hacer ejercicio,
tomar mucha agua, jugar, relajarte y descansar mucho. Bueno… a veces la
moderación es más que suficiente.
Visualiza cómo sería un hombre saludablemente masculino y piensa en
rasgos masculinos que te gustaría desarrollar. Con esta imagen en mente,
puedes buscar hombres que tengan estas cualidades. Estos hombres pueden
estar en tu trabajo, escuela, en un equipo deportivo, incluso en los personajes
de las películas o televisión. Observando cómo estos hombres viven su vida y
se mueven por el mundo, puedes empezar a asimilar un modelo masculino
saludable.
Muchos hombres no han tenido una relación estrecha con sus padres. Ya
sea que hayan sido pasivos, ausentes o definidos en una forma negativa.
Reclamar tu masculinidad requiere que examines tu relación con tu padre y lo
veas con ojos maduros. Esto te permitirá verlo tal y como es. Ya sea sacarlos
de la alcantarilla o bajarlos del pedestal. Quizá requiera que expreses tus
sentimientos, incluyendo el resentimiento. Esto es esencial, incluso si tu
padre está muerto. A veces puede realizarse en la presencia del padre, a veces
no. No es importante que el padre esté dispuesto a hacerlo. Lo que es esencial
es que aceptes lo que sucedió entre tú y tu padre. La meta es ver a tu padre de
una forma acertada. Tienes que saber que también fue lastimado. Esta
perspectiva es esencial para que te veas a ti mismo con otros ojos, te aceptes
tal como eres y reclames tu masculinidad. Si tu vida es una consecuencia de
tu papá, entonces tu papá está en control. Puedes ser diferente a tu padre sin
ser lo opuesto. Verás que tienes muchas cosas en común con tu padre:
acéptalo.

Ahora quiero hablar sobre la intimidad. La intimidad implica


vulnerabilidad. La intimidad requiere que dos personas estén dispuestas a
mirarse por dentro y hacerse totalmente visibles a su pareja. Los traumas son
los que hacen que un hombre vea este intercambio como algo amenazador.
Esto aterroriza a muchos hombres, porque dejar que los conozcan significa
ser descubierto. Los hombres han trabajado toda su vida para convertirse en
lo que creen que los demás quieren que sean, mientras esconden sus defectos,
¿y ahora tienen que desenmascararse?
En el momento en que los hombres débiles tienen una relación empiezan a
caminar sobre la cuerda floja. En las relaciones, el miedo a la vulnerabilidad
choca constantemente con el miedo a la soledad. La vulnerabilidad significa
que alguien va a conocerte a profundidad y a ver tus defectos. Los hombres
están convencidos de que cuando otros hagan ese descubrimiento, los van a
herir, avergonzarlos o abandonarlos. La alternativa no es mejor. El
aislamiento recrea las experiencias de abandono de su niñez. Para balancear
este miedo a la vulnerabilidad y el abandono, un hombre necesita ayuda. A
veces el balance lo encuentran en personas que están igualmente heridas y
que también tienen dificultades con la intimidad. Juntos recrean una relación
que frustra a los dos simultáneamente mientras se protegen de ser
descubiertos.
Otro extremo es cuando un hombre hace de su pareja su universo. Su
mundo gira alrededor de ella. Ella es más importante que su trabajo, sus
amigos, sus pasatiempos. Hará cualquier cosa para hacerla feliz. Sacrificará
su vida para ganarse su afecto. Incluso tolerará sus ataques de ira, adicciones
y su indisponibilidad emocional y sexual. Todo porque la ama demasiado.
Toda la relación es una ilusión. Esto lo hace para absorber la vida de ella y
llenar un vacío dentro de él. O por el contrario, puede poner las demás cosas
por encima de su pareja. Juega con la intención de hacer que su pareja esté
disponible para él, incluso si él no está disponible para ella. Los dos patrones,
impiden que se dé la intimidad. Pueden sentirse a salvo, pero no se sienten
amados.
Es normal estar atraído a lo que es familiar. Por eso, muchos hombres
crean relaciones que siguen la dinámica de sus relaciones de la niñez. Por
ejemplo, si creen que sólo podían satisfacer sus necesidades después de haber
complacido las necesidades de gente más importante, tienen que sacrificarse
por el bien de su pareja. Otra cosa que sucede a menudo es que quieren
cambiar a su pareja tal y como ellos lo necesitan.
La mamitis es otro caso particular. La tendencia a ser fiel a tu mamá
inhibe seriamente cualquier tipo de relación genuinamente íntima. Los
hombres inconscientemente son creativos para mantener este lazo. Lo común
de esos comportamientos es que se apartan sin ser conscientes de la intimidad
con otras mujeres.

- Se inmiscuyen excesivamente en su trabajo o pasatiempos.


- Crean relaciones con gente que necesita “arreglos.”
- Tienen adicciones como las drogas, el alcohol, la pornografía y la
masturbación.
- Tienen aventuras amorosas cuando están comprometidos.
- Presentan disfunciones sexuales como la falta de deseo, incapacidad de
mantener u obtener una erección, eyaculación prematura.
- Se relacionan con mujeres enojonas, enfermas, depresivas, compulsivas,
adictas, infieles o distantes.
- Evitan relaciones sexuales o establecen votos de celibato.

La gente herida está atraída hacia la gente herida. Si hay una persona
herida en una relación, siempre hay dos. No hay excepciones. Cuando te
enfocas en tu relación, serás capaz de estar en contacto con las experiencias
de tu niñez. Usarás esta información para entender por qué has creado
determinado tipo de sistema en tus relaciones. Y te debes preguntar: ¿por qué
invité a esta persona en mi vida? ¿Qué necesito aprender de esta situación?
Las personas se comportan como han sido educadas a comportarse.
Muchos hombres tienen la idea de tener una relación libre de problemas. Si
su pareja está triste, deprimida, enojada o tiene un problema, los hombres
brincarán y tratarán de resolverlo. Creen que haciendo eso harán que el
problema se vaya y todo vuelva a la normalidad. Lamentablemente es como
darle un premio a un perro cuando se orina en la alfombra. Cada vez que un
hombre responde o presta atención a un comportamiento que quiere eliminar,
lo está reforzando. Si quieres que desaparezca un comportamiento molesto,
deja de prestarle atención. Lo mismo es en las relaciones.
Las relaciones son problemáticas y no hay forma de eliminar los malos
momentos, pero no tienes que hacerlo más difícil de lo que es. Lo mejor es
entrar en una relación con un motivo saludable, en vez de uno inconsciente y
disfuncional. Significa escoger una pareja de acuerdo a tus valores. Los
hombres que escogen a mujeres que tienen problemas lo hacen porque creen
que una mujer saludable, no los desearía. Cuando creas relaciones con
mujeres que no necesitan “arreglos”, mejorarás tus problemas en encontrar a
la mujer que deseas. Esto no significa buscar a la mujer perfecta, sólo
necesitas a una que sea responsable con su vida. Ten en mente que no
existen las mujeres perfectas ni las relaciones perfectas. Sin embargo,
buscando los rasgos que admires en una mujer, te ahorrará mucho dolor y
aumentará las probabilidades de encontrar lo que estás buscando, v.g., pasión,
aventura, integridad, felicidad, inteligencia, asertividad, responsabilidad,
compromiso con su desarrollo personal.

Toma todas las características de los hombres débiles, ahora combínalas


en un frasco, agítalas, abre la tapa, mira en el interior y tendrás la mezcla de
cómo es su vida sexual. No obtienen lo suficiente, creen que tener mal sexo
es mejor que no tener nada. Sufren disfunciones sexuales, represiones
sexuales, comportamientos sexuales compulsivos. En resumen, o no tienen
una buena vida sexual o no tienen sexo. Muchos hombres inseguros tienen
vergüenza y miedo a ser sexuales. Son el resultado de:

- Crecer en una familia de padres heridos sexualmente


- Distorsiones sexuales e ilusiones de una sociedad jodida
- La falta de información sexual cuando era necesitada
- La culpa sexual y vergüenza asociadas por la influencia religiosa
- Los efectos de lazos sexuales encubiertos por su madre
- Trauma de violaciones sexuales
- Recuerdos de experiencias sexuales a una edad temprana
- Las imágenes distorsionadas y poco realistas de los cuerpos y el sexo en
la pornografía
- Comportamientos compulsivos escondidos
- Recuerdos de fracasos y rechazos sexuales

Entonces, los hombres débiles encuentran formas numerosas de evitar o


distraerse de su vergüenza sexual. Desafortunadamente, no solucionan nada,
lo que les impide comenzar a gozar una buena vida sexual. Se encuentran
atrapados en una o más de las siguientes costumbres:

- Evitan situaciones sexuales y oportunidades sexuales


- Intentan ser buenos amantes
- Esconden sus comportamientos sexuales compulsivos
- Reprimen su energía masculina
- Se conforman con mal sexo

Aunque no lo creas, existen hombres que se rehúsan a tener sexo o


sabotean sus encuentros sexuales. Esto pueden hacerlo inconscientemente a
través de conductas que aparentemente no guardan ninguna relación. No
hablarle a la chica que te gusta por temor al rechazo puede ser un ejemplo
muy básico. Si ese es tu caso. Una causa puede ser que adoptaste la creencia
de que las mujeres piensan que el sexo es malo y que si les dices
directamente que quieres tener sexo con ella, van a pensar que eres un
pervertido.
Ser un buen amante es lo que, si no me equivoco, todo hombre quiere ser
para sentirse valioso, para ser diferente a los demás hombres, para sentirse
rudo y varonil, o como un distractor de su miedo sexual. El sexo que se
enfoca en complacer a la pareja garantiza la rutina, hacer siempre lo que
funcionó en la última experiencia y no cambiar. Tratar de ser un buen amante
indica que el hombre no es muy apasionado, recíproco, espontáneo o íntimo.
Todo garantiza un mal sexo.
¿Quieres una lección valiosa? Si no tratas de prenderte tú primero durante
el sexo, ella no lo hará. No te enfoques en ella. Enfócate en ti mismo.
Irónicamente ella se contagiará de tu ardor.
Esto te hará estar en desacuerdo, sobre todo si tú te consideras un buen
amante. El punto es que no tiene nada de malo complacer a una mujer hasta
dejarla con los ojos en blanco, suspirando y con las piernas temblando. Jamás
me alcanzarían las palabras para describir lo que se siente, creo que ninguna
otra cosa en el mundo te hace sentir tan varonil. Empero, el trauma yace
cuando las cosas no salen como tú quieres que salgan, es decir, si eyaculas
prematuramente o ella no reacciona como te lo habías propuesto, comienzas a
presionarte ―si no es que la presión ya la tenías desde el principio―, te
sientes indigno de ella y poco hombre. Ahí es cuando te das cuenta de que
intentar ser un buen amante no es algo saludable para tu vida sexual.
Por otro lado, muchos hombres descubrieron a una edad temprana que la
excitación sexual es una buena distracción de la soledad, confusión,
demandas poco realistas y experiencias de abandono en su niñez.
Desafortunadamente esto les impide experimentar increíbles momentos
sexuales con una o varias mujeres. Mientras más perfecto parezca el hombre,
más oscuros son sus secretos sexuales.
Aquí el trauma yace en que creen que son malos por ser sexuales, o creen
que los demás los verán como un bicho raro. Por lo tanto, esconden sus
impulsos sexuales. La sexualidad no desaparece al esconderla, sólo se
reprime. Por lo tanto, entre más dependiente es un hombre de la aprobación
externa, más profundo intentará ocultar su comportamiento sexual. Invierten
tanto tiempo y esfuerzo en esconder sus comportamientos sexuales
compulsivos que hay muy poca realidad en sus relaciones con las mujeres.

Cuando un niño alcanza la adolescencia, debe empezar a negociar con los


mares turbulentos para aprender a relacionarse con el sexo opuesto. Si quiere
conseguir una novia y algún día tener sexo con ella, se va a dar cuenta de lo
que implica hacer que una chica lo note y lo apruebe. Para algunos hombres
este proceso es fácil, si son guapos, si son atletas, si son populares o si sus
familias son acaudaladas. La pesadilla la tienen los hombres que no nacieron
con tanta suerte. En esas circunstancias los hombres no tienen ni la más
mínima idea de cómo hacer que la mujer los quiera. Luego comienza la
creencia en donde creen que si son perfectos, sobresaldrán de los demás
hombres y pueden tener la aprobación de algún miembro del sexo opuesto.
Esta decisión tiene que darle todo el mérito a la creencia de que no son
buenos tal como son.
No debería causarme ninguna gracia, pero me parece bastante ridículo por
su incongruencia. En la vida común y diaria, además de las comunidades de
seducción, me he topado con hombres que aseguran que una mujer sería
afortunada si los aceptara mientras que en el fondo, simultáneamente, se
preguntan, “¿por qué una mujer va a querer estar conmigo?”. Y te das cuenta
de esa incongruencia cuando los ves intentando cortejar a una mujer. Los
hombres no saben otra razón por la que una mujer debería estar atraída y
quiera tener sexo con ellos que la clásica “¡Porque soy yo!,” u otras
declaraciones idiotas.
Los hombres adoptan la estrategia de besarles los pies y tratar de ser
perfectos incluso cuando esto ha demostrado ser infructuoso y les impide
tener lo que quieren.
Irónicamente, intentar ser perfecto te robará tu energía masculina.
Mientras más busques aprobación e intentes hacer todo bien, escondes o
disminuyes cualquier tipo de energía que podría atraer a una mujer hacia ti.
Me daría tristeza saber la cantidad de hombres que lamentan que ninguna
mujer está atraída hacia ellos. El problema es que una vez que reprimes toda
tu energía masculina, quedan muy pocas cosas por las que una mujer pueda
sentirse atraída hacia ti. Por eso, aunque una mujer quiera a un hombre
perfecto al principio, con el tiempo encuentran dificultades en excitarse
cuando piensan en tener sexo con ellos. Sólo te pido un favor, no pienses que
al comportarte como un cretino vas a atraerlas. Solamente los que tienen una
mente pequeña piensan eso.

Puedes leer todos los libros que quieras sobre cómo conquistar a una
mujer o ver todos los vídeos instruccionales para mejorar tu técnica sexual.
Pero nada va a funcionar si sigues teniendo vergüenza y miedo a ser sexual.
Deshacerte de la vergüenza sexual es algo que un hombre no puede hacer
solo. Necesitas exponer cada aspecto de tu sexualidad con gente sana. Esta
revelación te permitirá liberarte del miedo y la vergüenza, y liberar tu energía
emocional que has escondido y reprimido. Es momento de cambiar si:

1. Tus experiencias sexuales no son experiencias placenteras que puedes


compartir con tus amigos y familia. Si son apresuradas y llenas de
culpabilidad o en situaciones poco ideales. Si son dolorosas, abusivas o
atemorizantes.

2. Cuando te masturbas no puedes hablar cómodamente del tema. Tienes


problemas si te descubren. Si lo haces compulsivamente o en secreto.

3. Cuando te sientes incómodo si le revelas a las mujeres tus experiencias


sexuales, pensamientos o impulsos. Si haces cosas que nunca compartirías
con nadie. Si algún aspecto de tu sexualidad ha causado crisis en tus
relaciones. Si en algún momento de tu vida has intentado eliminar o limitar
algún comportamiento sexual problemático.

Libérate de tu vergüenza sexual exponiéndola a la luz. Habla de tu


historial sexual y tus experiencias. Menciona ejemplos de pornografía que
encuentres excitantes. Tus fantasías y lo excitante que encuentras en ellas está
bien. Hay muchos mensajes negativos en nuestra sociedad sobre la
sexualidad masculina. No es nada fácil lidiar con esas connotaciones y tu
sexualidad de la cual no puedes huir. Para evitarte más traumas: toda aquella
información que lastima tu sexualidad es errónea. Fin de la discusión.

Nadie nació para complacerte más que tú. Esto es especialmente verdad
en el sexo. Si no tienes tanto sexo como quieres o no tienes el sexo que
quieres, la única forma de cambiar este patrón es cambiar algunos pequeños
componentes. ¿Qué es lo que te aconsejan en las comunidades de seducción?
Sal a la calle y ve a conocer más chicas. Suena bien, ¿no es así? Pues nada
más eso, porque es más efectivo cambiar las pequeñas cosas que crean todo
el patrón de no tener sexo. Antes de tener experiencias sexuales excitantes y
apasionadas debes aprender cómo tenerlas contigo mismo. En otras palabras,
debes practicar una masturbación sana.
Hasta que no puedas ser sexual contigo mismo sin vergüenza, no podrás
tener sexo con una mujer sin vergüenza. Hasta que no te sientas cómodo
dándote placer, no serás capaz de recibir placer de alguien más. Hasta que no
puedas tomar la responsabilidad de tu propia excitación y placer cuando estés
solo, no serás capaz de asumir responsabilidad por tu propia excitación y
placer cuando estés con una mujer. Hasta que no puedas ser sexual contigo
mismo sin usar pornografía o fantasía para distraerte, no serás capaz de tener
sexo con alguien más sin necesitar cosas similares para distraerte.
La masturbación saludable es el proceso de dejar que salga tu poder
sexual. No tiene metas o destinos. No es sobre un orgasmo. No requiere
estímulos externos como la pornografía, ni usar trances o fantasías para
distraerte de tu vergüenza y miedo. No pretendo que elimines nada que no
quieras eliminar. Empero, sí es necesario aprender a poner atención
únicamente en lo que se siente bien. Es sobre aceptar la responsabilidad de tu
placer y expresión sexual. Cuando aprendes a complacerte a ti mismo sin usar
la fantasía o pornografía no hay forma de que tu comportamiento sea
compulsivo. Cuando compartes la experiencia con otros hombres saludables,
la vergüenza disminuye.
Si no quieres eliminar la pornografía, no hay ningún inconveniente,
aunque es bueno saber por qué puede ser perjudicial para tu sexualidad.

- Crea expectativas poco realistas de lo que es el sexo


- Corres el riesgo de usarla como un sustituto de una relación sexual real
- Crea un trance en donde puedes finalmente ser sexual y distraerte de tu
vergüenza y miedo
- Crea vergüenza porque se oculta y se usa en secreto

Si vas a usar pornografía, hazlo abiertamente. Hacer eso tiende a romper


el trance y la compulsión.

Al empezar a practicar la masturbación sana:

- Las dinámicas que te separar de una vida sexual saludable comienzan a


mejorar
- Remueve el miedo y la vergüenza de ser sexual
- Te haces cargo de tus propias necesidades sexuales
- Remueves la dependencia de la pornografía o parejas no disponibles para
ti
- Complaces a la persona que más importa: tú
- Tendrás mejor sexo

Cambiar las dinámicas a través de la masturbación sexual intensifica la


experiencia de hacer el amor con otra persona. Fija un día para practicar la
masturbación saludable. Practica viéndote a ti mismo y tocándote sin usar
pornografía o fantasía. Pon atención a cómo se siente experimentar tu
sexualidad sin metas o agendas. Observa cualquier tendencia para distraerte
de lo que estás experimentando ―entrar en una fantasía, orientarte a una
meta, tener pensamientos que te distraigan, perder sensación física. Observa
estas experiencias y úsalas como información sobre tu vergüenza y temor.
Ya no te conformes con pedacitos para regresar y rogar por más. Ya no te
conformes con las distorsiones creadas por la pornografía. Deja de intentar
persuadir mujeres para que tengan sexo contigo. Ya no te conformes con la
masturbación rápida y compulsiva. Aléjate de las relaciones sin pasión y
mecánicas. Deja de ser un conformista de una buena vez. Tienes que estar
dispuesto a dejar ir lo que apenas tienes para obtener lo que quieres. El buen
sexo empieza a ocurrir cuando decides dejar de conformarte con mal sexo. El
buen sexo consiste en que dos personas tomen la responsabilidad de
satisfacer sus necesidades. No tiene metas. Es libre de expectativas. En vez
del enfoque de un buen desempeño, es la liberación de energía sexual. Es
revelarte ante el mundo en una de las maneras más íntimas y vulnerables. Es
cuando dos personas se enfocan en su propio placer, pasión y excitación y la
conexión de las mismas cosas con tu pareja. Te esperan noches memorables.

Cuando entiendas lo que te quiero decir:

- Dejarás atrás la necesidad de ser un buen amante


- Practicarás ser claro y directo
- Escogerás compañeras disponibles
- No te conformarás con pedacitos de amor
- Decidirás que tener mal sexo no es mejor que no tener sexo

Aplazar el sexo o la masturbación te ayuda a:

- Romper ciclos de disfunción


- Eliminar la persecución compulsiva por sexo y el distanciamiento íntimo
- Liberar resentimiento
- Entender que puedes vivir sin sexo
- Recordar a quien te dijo, “¡Llevo una semana sin coger y estoy que me
lleva!,” y pensar: “¡Pobre pendejo!”
- Comprender que nadie más que tú tiene la llave para tu placer sexual
- Saber que te has conformado con mal sexo
- Eliminar el miedo a que una mujer te niegue el sexo o su aprobación
- Poner atención al significado del impulso sexual. Siempre que sientas un
impulso sexual, puedes preguntarte, ¿por qué me siento sexual?
- Romper patrones adictivos eliminando la masturbación compulsiva,
pornografía y otros comportamientos adictivos
- Identificar sentimientos que has estado evitando hacia el sexo

En la naturaleza, el macho no se queda sentado intentando saber qué hará


que las mujeres lo quieran. Sólo hace lo que mejor sabe hacer: ser feroz,
fuerte, competitivo y sexualmente orgulloso. Es lo que es y hace lo que hace:
las hembras llegan solitas. El más grande afrodisíaco es la confianza. Cuando
te sientes cómodo contigo mismo, empiezas a ser más atractivo. Te respetas,
tienes carácter e integridad. Cuando sigues tu camino y te pones primero, la
gente responde. El sexo es poderoso, caótico y salvaje.
Dejemos de hablar un momento de las mujeres y el sexo y echemos un
vistazo a tu vida. Pregúntate dos cosas: primero, ¿estás creando la vida que
quieres? Segunda pregunta, si no, ¿por qué no? En general los hombres son
inteligentes, trabajadores y competentes. Pero la mayoría de ellos son
moderadamente exitosos, no han explotado al máximo sus habilidades ni su
potencial. No han creado el estilo de vida que desean. Su fracaso es seguro
porque se la pasan buscando aprobación, escondiendo sus defectos, evitando
el riesgo y hacer lo opuesto a lo que funciona. Tiene sentido, ¿no? Es una
tragedia que hombres inteligentes y talentosos desperdicien sus vidas
revolcándose en el fango de la mediocridad.

Hay numerosas razones por las que los hombres tienden a hacer menos de
lo que pueden en la vida, trabajo y carrera, v.g., miedo, tratar de hacer todo a
la perfección, tratar de hacer todo por sí mismos, se sabotean, se crean una
imagen distorsionada de sí mismos, se imponen muchas privaciones, se
quedan atrapados en relaciones disfuncionales.

Los hombres débiles tienen miedo de cometer un error, de hacerlo mal, de


fracasar, de perderlo todo. Al intentar hacerlo todo bien, pierdes creatividad y
productividad. Apuntar a lo perfecto es enfocarse en las imperfecciones.
Buscar aprobación y validación hace que te quedes en la mediocridad.
Esconder defectos te impide tomar riesgos o intentar algo nuevo. Seguir las
reglas hace que te vuelvas rígido, cauteloso y miedoso.
Gracias a estos límites autoimpuestos, muchos hombres no están
satisfechos, se sienten aburridos o están infelices con su vida y vocación.
De niño, a menudo fueron desatendidas tus necesidades o no se hicieron a
tiempo. Creciste creyendo que era malo o peligroso tener necesidades.
Creciste convencido de que si querías tener algo en la vida, todo dependía de
ti. Consecuentemente, no sabes recibir. Te da miedo pedir ayuda. Te sientes
poco digno cuando otros intentan darte algo. Tienes dificultades delegando
tareas a otros, porque crees que debes hacerlo por ti mismo. Raramente vives
a todo tu potencial. Nadie puede ser bueno en todo o tener éxito por sí solo.
Los hombres débiles creen que deberían ser capaces de poder hacerlo.
Pueden ser todólogos, pero no dominan nada. El condicionamiento que
recibiste en la niñez te asegura que nunca serás todo lo que puedes ser en
cualquier área de tu vida.
Gracias a tu miedo al éxito, te vuelves en un maestro del autosabotaje.
Marchitas tu éxito perdiendo el tiempo, haciendo excusas, dejando proyectos
a medias, cuidando de otros, teniendo muchos proyectos a la vez, estar
inmerso en relaciones caóticas, dejando las cosas para más tarde, no saber
fijar tus límites. Quizá te vez como un hombre suficientemente bueno. Pero
para ser realmente grande, requieres tiempo, atención y compromiso. Las
luces del éxito amenazan con iluminar tus errores y defectos. Como
consecuencia, te inventas formas que te aseguren que nunca seas exitoso.
Prefieres no empezar nada, pues cuando no se emprende algo, no se falla, ¿no
es cierto? Si no terminas tu proyecto, no serás criticado. Si tienes que hacer
muchas cosas a la vez, no tendrás que hacer nada bien. Si tienes buenas
excusas, la gente no esperará mucho de ti.

Con un inocente e ilógico desenlace, llegas a la conclusión de que si tus


necesidades no fueron tan importantes, tampoco tú. Ésta es la base de tus
traumas. En general, un hombre débil cree que no es tan importante o bueno.
Como resultado de la incapacidad de arreglar, complacer o cuidar de uno o
dos padres, muchos hombres desarrollaron un arraigado sentido de ineptitud.
Asimismo, crees que debes ser capaz de hacer todo el trabajo. Sin embargo,
nunca parece que lo haces bien ―la madre sigue deprimida, el padre sigue
grave. Este sentido de ineptitud se desarrolla hasta la edad adulta. Quieres
compensarlo tratando de hacer todo bien. Esperas que haciendo eso, nadie
encontrará lo incompetente que eres. O quizá ya te diste por vencido antes de
intentarlo.
Este sentido de incompetencia impide hacerte visible, aprovechar las
oportunidades o intentar algo nuevo. Te mantienes en la misma vieja ruta,
nunca ves cuán talentoso e inteligente eres realmente. Todos los de tu
alrededor pueden ver cosas en ti, pero tu percepción distorsionada de tu niñez
no te dejará ver bien tu verdadero potencial ni tus habilidades. Esta capa
invisible impide que puedas ser todo lo que puedes ser. Si intentas superarte,
te das de topes y te derrumbas al pasar por un territorio familiar.
No tener atendidas tus necesidades adecuadamente en la niñez, hizo que
crearas la creencia de que no había suficiente de lo que necesitabas. Esta
privación se convirtió en los lentes por los que ves el mundo. Este paradigma
de escasez y privación hace que los hombres sean manipuladores y
controladores. Causa que mejor te conformes con lo que tienes y no
aproveches todas las oportunidades. Esto hace que te sientas resentido con las
personas que tienen lo que te falta. Gracias a tu pensamiento de privación,
apuntas cada vez más bajo. No crees merecerte las cosas buenas de la vida.
Encuentras todo tipo de evidencias para asegurar que una mejor percepción
del mundo nunca se vea probada. Te conformas con las sobras y piensas que
es todo lo que hay para ti. Creas todo tipo de racionalizaciones para explicar
por qué nunca obtendrás lo que deseas. Gracias a tus creencias, raramente
vives tu potencial o tienes lo que realmente quieres en la vida.

Los hombres tienden a recrear las situaciones familiares disfuncionales


que vivieron en el pasado. Encontrarás esas situaciones que experimentaste
de niño. Debido a que lo haces inconsciente, te miras frecuentemente a ti
mismo como víctima de la disfunción que abarca toda tu vida. Tus ojos y tu
mente ni pueden ver que esos problemas fueron atraídos a tu vida por una
razón. Mientras que un hombre sano deja de hacer lo que no funciona y
progresa, un hombre débil sigue haciendo más de lo mismo, esperando que
algo cambie milagrosamente. Está atraído hacia una carrera o un trabajo que
le permite recrear papeles disfuncionales, relaciones y reglas de su niñez. A
menudo se ve a sí mismo como víctima indefensa en esas situaciones.
Raramente ve por qué necesita todos estos sistemas que aquí te presento para
ser quién es en realidad y que tiene la oportunidad de escapar de una vida
disfuncional. Recrear un patrón familiar de forma inconsciente en tu carrera
te mantendrá atascado e insatisfecho. Mientras te encuentres perpetuando la
disfunción de tu niñez, raramente harás lo que quieres y tampoco ascenderás
a la cima de tu vocación.

Descubre tu pasión y tu potencial. Tiene muy poco que ver con el dinero o
la riqueza material ―se trata sobre descubrir tus pasiones y vivir a la máxima
potencia. La formación de una perspectiva adecuada de ti mismo y el mundo
te permitirá ver abundancia en el universo para que fluya libremente en tu
vida.
Si hay algo que te da miedo hacer, es exactamente lo que deberías hacer.
Enfrenta los miedos y hazlo. Tus cambios serán lentos pero constantes.
Gatearás antes de caminar. Darás pequeños pasos de bebé hasta que puedas
correr. Una vez encarrerado nadie va a detenerte. Pide consejos de alguien
que te anime y te apoye. No lo intentes solo. Recuerda, no importa lo que
pase, de todos modos lo tienes que hacer. Pide un aumento o promoción.
Deja tu trabajo poco satisfactorio. Empieza tu propio negocio. Regresa a la
escuela. Confronta una situación conflictiva. Promueve una idea o algo que
has creado. Persigue una meta de toda la vida. Pasa más tiempo en tus
pasatiempos o actividades de interés.
Toma de una buena vez la responsabilidad consciente de crear el tipo de
vida que quieres. Muchos hombres aceptan resignados el lugar en dónde
están y actúan como si tuvieran poco poder para formar una vida excitante,
productiva y satisfactoria. Crea una vida en donde hagas lo que amas y te
paguen por ello. No te estoy animando a que creas en un cuento de hadas.
Haz una decisión consciente de enfrentar tus miedos. Haz una decisión
consciente de no conformarte con la mediocridad. Haz una decisión
consciente de hacer tus propias reglas. Imita a las personas exitosas que
admiras: si ellos pudieron hacerlo, tú también puedes.
Ahora ya sabes que tu necedad de perfeccionismo o necedad de hacerlo
todo bien te impide seguir tus pasiones y jugar a tu máximo potencial. Si
supieras que tus esfuerzos serán un éxito, ¿dudarías en hacerlos? ¿Este
conocimiento te liberará de la creencia de que tienes que ser perfecto? ¿Este
conocimiento te motivará a empezar o completar lo que has empezado? ¿Qué
riesgos estás dispuesto a tomar si supieras que no hay posibilidad de fallar?
Cuando aprendas a pedir lo que quieres te estarás permitiendo tener la
vida que quieres. Otra de las principales razones por las que has fallado en
vivir tu máximo potencial es que crees que tienes que hacer todo por ti
mismo. Empieza a creer que tus necesidades son importantes, que las
personas van a estar dispuestas a ayudarte a satisfacer tus necesidades, y que
la manera más segura de hacer que la gente te ayude es pedir directamente su
ayuda. Empieza a buscar oportunidades para pedir ayuda. Construye redes
sociales.

Ya hemos hablado sobre las formas creativas que los hombres débiles
adoptan para sabotear su éxito en la vida, v.g., desperdician el tiempo,
aplazan las cosas, empiezan cosas pero no las terminan, pasan mucho tiempo
arreglando los problemas de otros, se distraen con búsquedas triviales, crean
caos en sus vidas, hacen excusas. En muchas situaciones, los hombres no son
víctimas de otros, se victimizan solos. Para empezar a obtener lo que quieres
en la vida, tienes que tomar una decisión consciente para salirte de un mal
camino. Debes cambiar la forma en la que piensas sobre el cambio. Esto
empieza estando consciente de por qué creas muchas barreras que te hacen
seguir atascado. Hacer cambios significativos en tu vida no requiere que
ignores todo. Significa ver las barreras por lo que son ―excusas―, y dar
esos pequeños pasos hacia la dirección a la que quieres llegar, v.g., enfocarte
en tu objetivo, hacerlo ahora, aceptar ser mejor en lugar de ser perfecto,
terminar lo que empiezas, no empezar nuevos proyectos hasta que termines
los viejos, no inventar excusas, deslindarte de los problemas ajenos.

Ya casi para terminar con este apartado, quiero que te formules las
siguientes preguntas:

¿Alguna vez te has preguntado por qué otras personas tienen más que tú?
¿Los envidias?
¿Te molestas con ellos porque tienen lo que tú no tienes?
¿Te preguntas cuándo te tocará a ti?

Debido a las experiencias de tu niñez, has estado regido por el


pensamiento de privación. Crees que los recursos son limitados, y que si
alguien tiene mucho, hay menos para ti. Los hombres débiles tienen
dificultades para comprender que viven en un universo abundante. Tienden a
ver lo bueno como algo escaso. Se aferran a lo que tienen, temiendo que no
habrá ya nada cuando se termine. Creen que tienen que controlar o manipular
para asegurarse de que lo poco que tienen no se vaya. No se arriesgan, no
confían que sus necesidades siempre podrán ser atendidas en abundancia.
Cuando ves el mundo como un lugar de abundancia te das cuenta que hay
abundancia para todos. Todo lo que necesitas está fluyendo contigo mismo.
Salte de aquel camino de pensamientos diminutos y de escasez y entra a uno
lleno de abundancia. Desafortunadamente, el mundo no puede darte algo que
no estás listo para recibir. Esto se vuelve obvio cuando te pones a reflexionar
que un pensamiento de privación te mantiene aferrado a lo poco que tienes y
no dejas ningún espacio para recibir algo más.

Todos sabemos que hay reglas que gobiernan todos nuestros


comportamientos. Estamos convencidos de que si podemos darnos cuenta de
las reglas y acatarlas exitosamente, tendremos una vida perfecta. También
creemos que hay consecuencias funestas si no logramos percibir y obedecer
esas reglas. ¿Pero cuáles son estas reglas? Fácil. Para descubrir tu pasión y tu
propósito requiere que te des cuenta de lo que funciona. Los hombres
maduros y exitosos siguen sus propias reglas bien definidas y por las razones
adecuadas. Esas reglas están medidas por el estándar más importante:
¿funcionan?

1) Si te da miedo. Hazlo.
2) No te conformes. Cada vez que te conformas, no obtienes más de
aquello con lo que te conformas.
3) Siempre estás tú antes que los demás.
4) No importa si crees que te mereces lo mejor o lo malo. Tendrás éxito.
5) Cualquier cosa que hagas. Hazlo para ganar.
6) Si sigues haciendo lo que siempre haces, siempre tendrás lo que has
logrado con eso.
7) Tú eres la única persona responsable por tus necesidades, deseos, y
felicidad.
8) Pide todo lo que quieres en esta vida.
9) Si no funciona lo que haces, haz algo diferente.
10) Sé claro y directo. Contigo y con los demás.
11) Aprende a decir "¡No!"
12) Deja de inventar excusas. Propón soluciones.
13) Si eres un adulto, eres lo suficientemente grande como para crear tus
propias reglas.
14) Deja que los demás te ayuden.
15) Sé honesto contigo mismo.
16) No dejes que alguien te trate mal. Nadie. Nunca.
17) Salte de las malas situaciones en vez de esperar a que la situación
cambie.
18) No toleres lo intolerable. Nunca.
19) Deja de culpar. Las víctimas nunca tienen éxito.
20) Vive con integridad. Decide lo que sientes que es bueno para ti. Actúa
en consecuencia.
21) Acepta las consecuencias de tus acciones.
22) Sé bueno contigo mismo.
23) Piensa en abundancia.
24) Enfrenta las situaciones difíciles y conflictos de frente.
25) No hagas nada en secreto.
26) Si vale la pena. Hazlo ahora.
27) Siéntete dispuesto a dejar ir lo que tienes para poder obtener lo que
quieres.
28) Diviértete. Si no te diviertes, algo anda mal.
29) Date permiso de fallar. No hay errores, sólo experiencias y
aprendizaje.
30) El control es una ilusión. Déjalo ir; deja que las cosas sucedan.

Ahora que ya sabes todo esto, toma la decisión consciente de vivir tu vida
como quieres. Date permiso de ser tal como eres, sin reservas ni engaños.
Decide lo que es bueno para ti, empieza a formar relaciones saludables y a
recibir todo lo que te mereces.
Ser sexual
Si eres un principiante, probablemente piensas que si eres capaz de hablar
con una mujer y establecer contacto físico con ella, vas a tener sexo. Esa es
una fantasía muy común. Aprender a hablar con las mujeres es un gran
comienzo, pero no hará que las mujeres quieran desvestirse frente a ti. Tiene
mucho que ver con la forma en que las trates. Si la quieres para una noche, la
tratarás de una manera. Si la quieres para amiga, la tratarás como se trata a
una amiga. Si la quieres para novia, la tratarás de otra manera. Si quieres
aburrirla, seguirás haciendo todo lo que no te ha funcionado.
Muchos hombres piensan que las mujeres no son criaturas sexuales. Que
no son cachondas y que no tienen pensamientos sexuales. Los hombres
juzgan a las mujeres como criaturas no sexuales. Esta es la forma incorrecta
de juzgar a las mujeres. Es completamente erróneo en muchos casos.
Muchas mujeres también tienen la fantasía de conocer a un completo
extraño y tener sexo con él en cuestión de minutos. Piensan también en lo que
se denomina como sexo sucio. También han pensado en tener sexo en un
estacionamiento, en un baño público, en el cine y en todos los lugares donde
tú también te has imaginado.
No cometas el error de catalogarlas como no sexuales simplemente porque
son más discretas y no hablan de ello con todo el mundo ―sé que hay
excepciones. Descubre su sexualidad en sus ojos. Mira sus ojos cuando ve
pasar caminando a un hombre atractivo. Muchas mujeres aventarán una
mirada rápida hacia un nuevo hombre que llegue al lugar. Muchas ven su
cara, otras lo examinan de arriba abajo, las más atrevidas miraran
directamente su entrepierna. Ahí es cuando sabes que son igual de sexuales
que tú.

Las mujeres lo hacen tan rápido y tan discreto que un gran porcentaje de
los hombres no las notan.

Muchos hombres creen que las mujeres increíblemente hermosas son muy
difíciles y que para atraerlas necesitan tener que ser guapos, ricos o muy
inteligentes. Esto no siempre es verdad. Mientras que cada mujer tiene
necesidades, deseos y objetivos diferentes, no es ni fácil ni difícil. Más bien,
ninguna es fácil, es diferente.
No necesitas ser directamente sexual, empero, es una buena idea que tu
coquetería esté cargada de sexualidad. La clave es crear y encontrar los
momentos adecuados para hacerlo. Por lo regular es cuando hay una vibra
relajada entre los dos. Te recomiendo que no seas sexual cuando notes que
ella no está reaccionando positivamente a tus intenciones, hacerlo en el
momento menos indicado y muy rápido, destruirá tus oportunidades futuras.
Asimismo, te sugiero que muestres tus actitudes sexuales cuando tengas un
poco más de privacidad con ella y sus amigos no estén escuchando.
Cuando el momento llega, yo suelo utilizar declaraciones inocentemente
coquetas para notar qué tan receptivas son:

- Qué malo que mañana tengas que regresarte para ―el pueblo donde
viva. Sólo tenemos un par de horas para vivir nuestro amor.
- Qué malo que mañana tengas que trabajar/estudiar. Si hacemos el amor
esta noche, mañana estarás cansada. Feliz, pero cansada.
- ¿Sabes lo que me gusta de ti? Te ves como de mentalidad abierta. Me
gusta eso. Siento que tú y yo podemos tener aventuras y no nos importará si
nos juzgan.
- Eres sexy, inteligente y muy buena persona, sólo hace falta ver qué tan
buena eres en la cama.
- Eres encantadora, lástima que seas mala besando. Pero no te preocupes,
yo te puedo enseñar.
- Me gustan tus zapatos. Si terminamos en la cama, quiero que te los dejes
puestos.
- Eres muy buena. Es una lástima que yo sólo salga con chicas malas.
- Ya no quiero salir contigo, yo sé cómo terminan este tipo de relaciones:
sexo salvaje y peleas.
- Es bueno que vivas muy lejos, si no, tendríamos sexo cinco veces al día.

Muéstrate como un hombre que tiene todas las condiciones para tener
sexo con ella. En este mundo hay tres diferentes tipos de hombre. El eunuco,
el que las hace reír, y el hombre con todas las condiciones para tener sexo
con ella. No hay nada de malo en querer hacer reír a las mujeres siempre y
cuando tú también te diviertas y no lo hagas para satisfacer tu necedad de
ganar su aprobación. Un hombre en condiciones de tener sexo es quien puede
conocer mujeres adonde quiera que vaya. En caso de querer una novia, tiene
la abundancia y el poder de elegir a la pareja con quien más se complementa.
Sabe que será una buena relación, porque ha tenido experiencia con muchas
mujeres. Es ideal conocer a una pareja cuando has vivido ya en la
abundancia.
Lo que hace que una mujer separe a un hombre con quien quiere tener
sexo ¡ya!, de un hombre que quiere que la invite a salir para después hacerlo
esperar, son cualidades como la autenticidad, la congruencia, que cuente con
recursos, la inteligencia y, obviamente, la sensualidad. Esas cualidades no se
dicen precisamente con palabras, se subcomunican.
El verdadero hombre que está en condiciones de tener sexo, no se vale
solamente de hacerlas reír, escucharlas o invitarlas a salir, si no de entender y
provocar su sexualidad.
Una señal que transmitirá si eres un hombre en condiciones de tener sexo,
es tu nivel de necesidad o desesperación. Un hombre atractivo no se ve ni
necesitado ni desesperado. Un hombre poco atractivo, en cambio, es
necesitado y desesperado. Ser necesitado significa sólo una cosa: dejarte
llevar por las percepciones de otros que por la percepción de ti mismo. Es
decir, necesitar de la aprobación de alguien más para determinar tu valor. No
inviertas más en ella que en ti mismo, lo que, en otras palabras, quiere decir
que la única aprobación que cuenta es la que tú te das a ti mismo. Siéntete
contento con tu vida y orgulloso de quién eres. Nunca comuniques alguna
necesidad. Muéstrate firme. Si una mujer no te aprecia, entonces date cuenta
que estás mejor sin ella. No comprometas tu integridad por nadie.
Yo sé que ahí afuera existen muchos hombres que quieren impresionar a
las mujeres con lujos. Algunos consiguen lo que quieren, pero muchos otros
no. Si quieres compartir tu vida, decir una rutina, o algo similar, debe ser para
que tú te sientas bien, y no porque tratas de impresionar.
¿A quién te puedes ligar más fácil, a un bombón o a una chica fea? La
respuesta ya la tienes. Lo sabes tan bien que por eso vas con las menos
atractivas y no con las que realmente te gustan. Si yo le pregunto a quien sea,
donde sea, si cree que merece a una mujer atractiva, la mayoría de las veces,
si no es que todas, me responderán con un rotundo “¡Sí!” Es bastante obvia la
respuesta, ni modo que me digan que no. Por eso, decir las cosas no es tan
importante como ser congruente con ellas.
Ponte en la situación en donde esa actriz famosa que te fascina te dice,
“¡Me gustas!” No te lo vas a tomar en serio. Si me dices que sí,
probablemente cederé y te creeré, empero, ¿cómo te engañaras a ti mismo? Si
no eres capaz de acercarte y atraer a las mujeres constantemente, ¿cómo
serás capaz de lidiar con el mundo en el que ella se desenvuelve y toda la
competencia con la que tendrás que lidiar? Será demasiado para ti.
Más veces de las que me gustaría aceptar, he salido con hombres con
menos experiencia que yo, y he visto con mis propios ojos como las bonitas
mujeres que no pude atraer, básicamente les pasan las nalgas por delante y
ellos ni en cuenta, o más bien, no se quieren dar cuenta. Lo que hago
inmediatamente es jalarlos del brazo y gritarles con crueldad, “¡No mames
cabrón, vas!” Lo que me ha tocado ver me hace mucho daño: no hacen nada.
Después de un rato, ellas se van y ellos regresan apenados. Ellos no se
sienten dignos de ellas, esa es la única respuesta. Una vez que se cierra la
ventana, se acabó.

¿Qué es ofrecer valor? Muchos hombres tienen un dilema respecto al


sexo, creen que el sexo es malo, creen que las mujeres no disfrutan del sexo,
creen que con el sexo ellos son los que salen ganando y las mujeres
perdiendo. Entonces si crees que ellas no disfrutan el sexo tanto como tú,
entonces cuando les hagas el amor, vas a creer que estás tomando algo de
ellas, crees que estás jugando con ellas. Saber que eres íntegro y que siempre
estás ofreciendo valor a la gente, va a darte más fuerza y confianza. Si crees
que no tienes el mismo valor que ella, entonces cuando le hagas el amor, tus
mecanismos inconscientes creerán que estás ganando. Puedes coquetear y
hacer cuanto te dé la gana, pero si haces algo que está lejos de tu integridad,
empezarás a racionalizar.
Tienes que aceptar que las mujeres pueden quererte sólo por ser tú. Esto te
dará permiso de hablar con una chica y relajarte para disfrutar de su
compañía. No pensarás por adelantado y permitirás que fluya la interacción.
Otro hecho que también debes internalizar en lo más profundo de tu ser, es
que el sexo entre tú y ellas es una consecuencia natural de la química que se
va a dar inevitablemente. Cambia tus pensamientos hacia el sexo como algo
que ellas dan y tú tomas y velo como una consecuencia natural de dos o más
personas que se desean.
Si vas a imaginar consecuencias anticipadas ―como cuando imaginas que
una mujer te va a rechazar―, imagina mejor que las mujeres van a
responderte bien. Evita hacerlo sintiéndote superior a ellas, simplemente
confía en tus acciones y reúne cuanta más evidencia puedas para probar que
puedes vivir en esta nueva realidad. Si te es fácil, vuélvete adicto a obtener
experiencias referenciales positivas. Esta aproximación es buena, pero
tampoco te obsesiones, tómalo con calma.
¿Has llegando al punto en donde crees que debes acercarte a todas las
chicas que ves? ¿Te has sentido culpable por no haberte acercado? ¿Has
estado con otra chica y de pronto andas escaneando el lugar para ver qué
tantas chicas se pueden conocer? Yo sí y puede llegar a ser frustrante.
Esto pasa porque estás en el punto en donde quieres más referencias, las
deseas, necesitas más evidencia. Tu mente anhela evidencia para probarte que
crees en esta nueva realidad de abundancia en la que estás viviendo. Es
fundamental reunir evidencias para crear una nueva creencia. Como el
ejemplo que puse hace unos cuantos párrafos, hay una incongruencia cuando
los hombres dicen merecer una vida de abundancia, pero no la tienen. Se
necesitan referencias y resultados para creer completamente.

Un hombre sexual también es un guerrero. Un guerrero ama el coraje y el


desafío. Entrénate para amar ambas cosas. En las películas, el éxito sucede de
la noche a la mañana, pero en la vida real es un desarrollo lento, que requiere
tiempo y dedicación. Nunca sabes lo que puedes obtener hasta que lo pides.
Muchas mujeres se engañan a sí mismas sobre lo que son y lo que
quieren. Pregúntales directamente si quieren acostarse contigo y te dirán que
no. Pero diles una mentira inocente que haga un puente entre lo que dicen que
quieren y lo que realmente quieren, y tendrás la verdad. Ésta es una habilidad
exquisita que todo hombre debe desarrollar, la habilidad de lograr que ellas
puedan decir, “¡Simplemente pasó!”. Esto es sano y legítimo. Si ellas quieren
tener sexo contigo desde el principio, no lo van a admitir. Necesitan una
excusa.
Ignorar los conflictos internos y externos que tiene que superar una mujer
para acostarse contigo sin el riesgo de tener remordimientos, puede causarte
muchos dolores de cabeza. Este dilema que sucede en la cabeza de las
mujeres puede llamarse fricción. La fricción es cuando una mujer te
encuentra atractivo pero hay circunstancias externas que la previenen de
actuar desde su interés en ti. Supongamos que eres una estrella del rock y
tienes sexo con tus fans, pero también te encuentras con Graciela, una mujer
que ha jurado guardar su virginidad hasta su matrimonio. Ese conflicto entre
valores te va a impedir tener sexo con ella. Carolina puede sentir una
conexión muy profunda contigo, pero está casada. Existe la posibilidad de
que ella le sea infiel, pero esa decisión no la vas a tomar tú, ella es la única
que puede decidir. La solución no es que conozca al hombre más guapo del
mundo, sino la eliminación de lo que causa la fricción entre su vida personal
y tú. Nunca dos personas se van a querer por completo. Siempre habrá
pequeñas diferencias o huecos en los que puedes entrar y que ella te
considere entre sus valores y sus prioridades. Siempre habrá situaciones que
te impedirán tenerla en tu cama.

Gracias a que los hombres valoran más el sexo que las mujeres al
principio de la relación, las mujeres tienden a invertir menos y se ven menos
necesitadas en las primeras etapas de la interacción. Una de las posibles
soluciones es inducirla a que invierta más en ti. El sexo y otras cosas
sucederán inevitablemente gracias a la inversión emocional. Y, hablando de
inversión, deja muchos dividendos invertir más en ti mismo que en las
mujeres. Es una solución disponible con un peso importante para tener
relaciones estables y felices a largo plazo.
Antes de pasar a lo demás, quiero aclararte que, el hecho de que ella te
perciba como un hombre atractivo, no significa que ella quiera acostarse
contigo inmediatamente. Hay dos excepciones principales que hacen que las
mujeres atraídas no quieran estar contigo: fricción y proyección. Ya vimos lo
que es la fricción, ahora hay que hablar de la proyección.
La proyección es diferente. Hay muchas mujeres que, por cualquier razón,
tienen miedo de su sexualidad. Tienen resentimiento hacia los hombres. Éste
se debe a muchos factores. De hecho, entre más conozcas, más vas a
encontrar este tipo de mujeres. Los rechazos serán incluso más duros. La
verdad es incómoda, y será incómodo saber que las mujeres siempre te
pondrán barreras. No importa lo que digas, no te van querer. Está bien. La
incompatibilidad es un hecho de la vida.
Como resultado, la incompatibilidad afecta las estrategias de los hombres
para conquistar mujeres. Evita basar tus estrategias en factores que están
fuera de tu control. Si la base es la incorrecta, tus estrategias serán
ineficientes y demandarán más daños. El mundo es lo que es, tu trabajo es
presentarte tan audaz y claramente como sea posible. Aceptar las reacciones y
aprovechar las oportunidades. Todo lo demás será un error.

Las creencias afectan tu comportamiento y selección de las mujeres que


están atraídas hacia ti. Es decir, si crees que las mujeres disfrutan el sexo,
entonces ellas se sentirán cómodas expresando su sexualidad contigo. Sí, esto
generará muchos rechazos, pero recuerda, los rechazos te ayudan a filtrar a
las mujeres que, al menos por el momento, no son buenas para ti. Los
rechazos te hacen un favor. Muchos de los problemas de los hombres,
podrían ser fácilmente resueltos con un simple cambio de creencias.
Desafortunadamente, las creencias son difíciles de adoptar porque requieren
tiempo y referencias. Recuerda que primero debes ser completamente honesto
contigo mismo y luego tomarte el tiempo para buscar esas referencias que
apoyen tus nuevas creencias.

Yo sé que al principio había dicho que conocer mujeres iba ser un proceso
simple, y más o menos lo es. Lo que no mencioné fue que, para que este
proceso se vuelva simple, es imperioso abatir todos, o al menos la mayoría de
los obstáculos que están obstruyendo tu camino. A lo largo de este libro he
hecho alusiones al sistema de creencias, pero ahora quiero hablar un poco
sobre tu motivación. Una trampa en la que muchos hombres caen es tener
falta de motivación para perseguir mujeres. La pornografía mata tu
motivación para perseguir mujeres en la vida real. La pornografía crea
expectativas imaginarias sobre el sexo, sobre las mujeres y la sexualidad. Las
mujeres reales, no importa que tan buen cuerpo tengan, tienen
imperfecciones. Si te acostumbras a la perfección de las películas
pornográficas, tendrás muchos problemas para motivarte por las mujeres que
ves todos los días. La masturbación exagerada te insensibiliza de la fricción
con la vagina. Apaga tu poder sexual.
Quiero que restaures tu poder sexual de nuevo, o si ya lo tienes, que lo
vuelvas saludable. Cuando estés fuera, a cada mujer atractiva que veas, cada
mujer con quien hables, quiero que imagines lo que sería estar en la intimidad
con ella, tocar su cuerpo, conocerla, cuidarla, escuchar cosas bonitas de su
boca. Visualízalo en tu mente. Deja que ese calor invada tu cuerpo. Nota
cómo arden tus pensamientos. Las posibilidades de que quieras hablarle
serán muy altas si te enfocas en la mejor situación posible y no permitas
pensamientos ni energía negativos. Si asumes que las mujeres están atraídas
hacia ti, entonces tus oportunidades incrementarán, aunque de principio no
sea así.
No te preocupes en la manera en que la vas a abordar. Para hablar con una
mujer necesitas una palabra: hola. Para escalar necesitas un movimiento:
toma su mano. Para tener sexo con ella necesitas una oferta: vámonos a otro
lugar. Cuando un hombre lee libros sobre seducción porque cree que no sabe
lo suficiente, podría pensar que está haciendo un progreso y aprendiendo,
pero al final del día, seguirá teniendo miedo de hablarle a una mujer. Le
atemoriza averiguar si una mujer está atraída hacia él. En estas alturas del
partido, ya tienes información suficiente. Sal y reclama las parejas sexuales
que te corresponden.

Básicamente, todo el repertorio que los hombres tienen fue formado sobre
una base de inseguridades. Fueron creados por hombres que no eran exitosos
con las mujeres y estaban incómodos con su sexualidad. ¿Harías caso a los
consejos de alguien que el tema del sexo le perturba? Es contrastante, porque
las mujeres tienen más experiencia con los temas sobre la sexualidad.
Las mujeres se aburren fácilmente, y esto es especial en los bares. Lo veo
todo el tiempo: un pobre hombre empieza a paniquearse tan pronto empiece a
perder la atención de la chica. Como resultado empieza a hablar más rápido e
intenta ser más interesante y divertido. La solución: no importa si lo que
dices es interesante cuando tu magnetismo es atrayente. Podrías decir poco y
escuchar mucho si quieres. Si tu magnetismo es seductor, mantendrás la
atención de las mujeres sin hacer o decir algo en especial. Las mujeres hablan
contigo aunque seas un extraño si eres interesante y entretenido.
Desafortunadamente, hablar demasiado y entretenerlas tiene poca
probabilidad de llevártelas a la intimidad porque no hay tensión. Así que la
manera más rápida para interesarlas sexualmente es demostrar una vibra
sexual y escalar físicamente. Además, para qué preocuparte por hablar,
seguramente ya lo has escuchado: las mujeres nunca se aburren hablando de
sí mismas. Escúchalas y siempre tendrás su atención.

Todos nos hemos familiarizado con la creencia de que tiene que pasar
cierto tiempo antes de que una mujer te diga que quiere tener sexo contigo. Y
que hay cierta cantidad de tiempo que necesitas esperar antes de hacer un
movimiento declarado. Mientras que cada mujer es diferente, es tu deber
crear ese momento y tener los ojos bien abiertos para leer las señales. Te
aseguro que puedes besarlas y tomar sus manos en el primer minuto. O bien,
No tienes que esperar ni una hora antes de que tú y ella estén desnudándose el
uno al otro. Todo depende del contexto. De hecho, muchas veces esperar
demasiado o ese gran indicador, herirá tus oportunidades. La verdad es que
no hay una cantidad de tiempo determinada para esperar. Si no escalas
rápido, o bien, si no sabes mantener esa tensión, el deseo sexual empezará a
debilitarse. Cuando no entiendes por qué una chica se te va, creo que aquí
tienes una posible respuesta. Sólo porque estuvo atraída al principio, no
significa que estará atraída para siempre. La conexión que tiene contigo no es
sólida, sobre todo si acaba de conocerte. El punto de escalar físicamente es
hacer del deseo algo oficial. Aprovecha la ventaja de que las cosas están en
su mejor punto cuando la conoces y todo es nuevo y mágico.
Una vez que la tensión inicial empieza a apagarse la vibra se tornará
neutral. Muchas interacciones nunca se recobran de un inicio rápido y un
final débil. Esa tensión neutral en la vibra viene del sentimiento de que algo
tenía que pasar, pero no pasó. Una vez que ella empiece a sentir ese momento
neutral estás al borde del, "¡Gusto en conocerte!," o en otras circunstancias
del “¡Estoy saliendo con alguien más!”. Tu lentitud se da gracias al
malentendido de que hablar con una mujer por mucho tiempo o tener varias
citas con ella significa que lo estás haciendo bien. Es más seguro que sea lo
opuesto. Si hablas por más de cinco minutos sin hacer nada o si sales varias
veces con ella y no pasa nada, usualmente significa que lo estás haciendo
mal. En la vida no hay que actuar como si fueras a vivir para siempre.

Ya hemos hablado mucho de sexo y de contacto físico. Ahora hablemos


sobre la importancia de estar genuinamente interesado en conocerla. Eso no
lo puedes fingir tan fácilmente. Tienes que saber si es buena para ti o si tiene
los mismos intereses que tú. Debes hacer que te diga todo lo que necesitas
saber para seducirla. ¿Qué haces para divertirte? ¿Qué hacías cuando eras
niña? ¿Quién es tu mejor amiga? ¿Dónde vives? ¿Vives con tus padres? ¿A
qué te dedicas? ¿De qué te sientes más orgullosa? ¿Qué proyectos tienes este
año? ¿Has hecho algo vergonzoso? ¿Te gusta la aventura? ¿Cómo te ha ido
en el amor?
Enfócate en la eficiencia. En vez de hablar, preferirías estar teniendo sexo
con ella. Incluso si te gusta retardar el placer, temprano en la conversación
pregúntales si viven con sus padres o compañeros de cuarto. Si no cumple tus
expectativas con respecto a la logística o a otros intereses que tengas, podrías
decidir si la quieres ver otro día o retirarte definitivamente. No seas tímido
preguntando, mucho menos cuando cuestione el motivo de tus preguntas.
Tampoco seas tímido diciéndoles por qué. No hay nada de malo en estar
interesado en una mujer e indagar si se adapta a tus intereses.
Una pregunta muy famosa y por la cual han pedido consejos es, “¿cuánto
debo esperar antes de llamarla?” La respuesta siempre va a ser, "¡Cuando se
te dé tu regalada gana!" Puedes llamarla esa misma noche, al día siguiente o
nunca. Las mujeres no quieren que les tengas miedo, quieren que las cuides,
que les demuestres que te importan, que las conquistes, que las poseas.

Si estás platicando con una mujer que realmente tiene novio, no pierdas el
tiempo y diles, "¡Sólo estás hablando conmigo para jugar un rato o existe la
posibilidad de que haya algo más entre nosotros!" Que no te dé miedo hacer
declaraciones ni preguntas directas. Las emociones que éstas causan hacen
que tener el valor de ser directo valga la pena.
No te amedrentes si te dicen que no van a tener sexo. Simplemente está
racionalizando. La clave es relajarte, divertirte y persistir. No la hagas sentir
responsable de eso. Ella te está cediendo el control, está adoptando una
actitud sumisa y quiere deslindarse de la responsabilidad de lo que pueda
pasar después.
He manifestado la importancia de leer las señales que envían las mujeres
en todo momento. Sin embargo, si todavía te cuesta mucho trabajo, pero
sientes algo más, pregúntales sin miedo, "¿Estás enviándome señales que por
tonto no me doy cuenta?" Ella amará tu honestidad y la picardía con la que lo
dices. En realidad debes decirles lo que estás pensando o sientes que es
correcto. Pero eso sí, una cosa es ser honesto y otra cosa es ser estúpido.
Siempre calibra la situación.

Como ya señalé, para los hombres débiles, el tema del sexo es un tema
muy incómodo a tratar con las mujeres. Pero hay un tipo de subcomunicación
involucrada en discutir sobre el sexo con una mujer. El nerviosismo o la
renuencia para discutir sobre el sexo con una mujer no tienen nada en común
con la caballerosidad o la sensibilidad. Revela, más bien, una falta de
experiencia con las mujeres y el sexo. La falta de experiencia sugiere que no
eres deseable, porque si lo fueras, otras mujeres hubieran experimentado
contigo en esta materia.
Evitar el tema del sexo revela creencias importantes sobre ti. El tema del
sexo crea la posibilidad de que tengas sexo con la chica con quien estás
hablando. Si no crees que ella va a tener sexo contigo —lo que significa que
no te sientes digno de ella—, no vas a querer sembrar esa idea en su mente.
Sentirte incómodo por hablar de sexo porque no quieres que ella piense
que estás pensando en ello, estás subcomunicando exactamente lo contrario:
que estás pensando en él, pero no te sientes digno. Por otro lado, si te sientes
cómodo hablando de sexo, revelarás madurez. Revela que la idea del sexo no
te causa ninguna molestia y que no necesariamente estás pensando en tener
sexo con ella, pero estás abierto a la posibilidad. Te sientes cómodo hablando
de sexo porque te sientes digno de ello.
Las mujeres han aprendido intuitivamente a reconocer que los hombres
débiles no hablan sobre sexo porque son unos pervertidos cuyas mentes están
obsesionadas con eso. Y los que hablan de él tienen su sexualidad bajo
control.
Si eres como muchos hombres, probablemente escondes tu atracción
sexual que sientes por las mujeres todos los días. En la escuela, en el trabajo,
en la calle, en los centros comerciales, ves mujeres que despiertan tus
pasiones. A veces quisieras conocerlas y hacerles el amor ese mismo día.
Esta atracción no sólo es natural, sino saludable. No hay nada de qué
avergonzarse. Si te sientes incómodo con tu atracción hacia las mujeres,
quizá te sientes incómodo con tu esencia masculina. Si sientes que es
degradante para una mujer ser el objeto de tu atracción, entonces desprecias
tu masculinidad.
Cualquier actitud negativa que tienes contra tu atracción por las mujeres
es un signo de temor. Tu atracción a las mujeres es una bendición. La
confesión de tu deseo es una confesión de tu deseo de abrazar la vida. El
deseo es tu impulso natural de ofrecer amor. Es un gesto de tu interior. Y no
necesitas tener sexo para saborear la dicha junto a ellas. Cuando veas una
mujer que te gusta, deja que esa energía se mueva por todo tu cuerpo y no la
interrumpas con racionalizaciones. Aprende a magnificar y sostener tu deseo,
para que tu cuerpo y respiración estén abiertos y puedan profundizarse por
esta fuerza.
¿Cuándo fue la última vez que realizaste algo sin inhibiciones? ¿Cuándo
fue la última vez que sentiste una corriente de energía al ver o pensar en
cosas bastante sucias?
Cuando no puedes expresar tus pasiones más oscuras con amor, se quedan
atrapadas y reprimidas en tu psique. Se desconectan de tu corazón. Tus más
bajos instintos son los mismos que tus deseos masculinos de lograr la
grandeza, construir cosas, hacer pedazos a tus oponentes, romper barreras
filosóficas, romper tus miedos.
Has acumulado demasiado veneno en tu interior. Y la razón es que no has
aceptado tu naturaleza. La has suprimido y has tratado de cambiarla.
Obstruyes tu energía y por dentro hierve como lava. Siempre está empujando.
Puede emerger en cualquier momento. El sexo es un conductor muy
importante. Por lo tanto no debe reprimirse en pos de “interesarse” por las
mujeres. Las dos cosas están bien, pero no debes olvidar tu naturaleza. Pero
el sexo es sin duda, la razón principal. Mientras más reprimas tu deseo sexual
en pos de apreciarlas realmente, más atado estarás a tu deseo sexual y te
impedirá apreciarlas realmente. Cuanto más se oculta algo, mayor es la
atracción perversa que genera. Lo que necesitas es la comprensión, no la
represión. El sexo es una energía humana, pero no debemos detenernos ahí.
Una persona espiritual tiene el valor de enfrentarse cara a cara con las
verdades de la vida. Los cobardes dan la espalda y cierran los ojos ante ella.
El miedo número uno por el cual los hombres no expresan sus deseos
sexuales, es el miedo a que las mujeres los perciban como pervertidos. La
verdad es que si expresas tu sexualidad libremente, algunas mujeres, a veces,
van a verte como pervertido. Date permiso de ser un pervertido. No hay de
otra. Si te acercas a una mujer y ves sus senos todo el tiempo mientras hablas
con ella, parecerás un pervertido. Incluso si le dices honestamente que tiene
uno senos increíbles. No es la falta de intención, sino porque ella no te
conoce y muchas mujeres no están cómodas siendo sexuales frente a un
hombre que no conoce. Es por eso que la vulnerabilidad es enorme. Cuando
eres vulnerable frente a las mujeres que no conoces, las inspirarás a que
confíen en ti y muestren su lado vulnerable.
Coquetear es lo opuesto a la perversión. Coquetear es expresar tu
sexualidad de una forma atractiva y divertida para las mujeres. Tu
comportamiento sexual puede ser abierto, puede ser sutil o implícito, pero
cuando lo haces correctamente, es aceptado y apreciado por las mujeres.
Cada vez que rompes una barrera con una mujer, te estás arriesgando a ser
rechazado. Esto comunica que no te preocupa perderla, y a su vez comunica
que no eres necesitado. Bromear con ella rompe las conversaciones aburridas
y despierta atracción e interés por parte de ella. Incluso un hombre con poca
experiencia puede salir hoy de casa y atraer a una mujer. Sin embargo,
bromear no lo es todo. Puedes bromear con una mujer unos cuantos minutos,
pero no debes exagerar. Eventualmente debes abrirte y establecer una
conexión con ella.
Por otro lado, motivo a los hombres a bromear y coquetear con las
mujeres intermitentemente ―incluso con las mujeres que no te interesan. Eso
agrega un componente sexual y despierta excitación en tus relaciones. Las
mujeres son adictas al coqueteo. Lo aman. También es importante que
interpretes sus reacciones para bromearla correctamente. Muchas fingirán
enojo, cuando en realidad lo aman. Algunas mujeres te bromearán también,
algunas te insultarán. Otras en verdad se van a ofender. Fíjate muy bien cómo
responden y calibra en consecuencia.
Un aditamento que puedes agregar a tu coqueteo es liderarla. Puede ser
que la tomes de la mano y te la lleves a otra parte. Declararle tu interés
sexual. Tocarla físicamente. Preguntarle cosas personales, invitarla a salir o a
tu casa. Como las bromas, liderar debe ser hecho con las mejores intenciones.
Las demostraciones genuinas de afecto e interés, generalmente son las que
mejor aceptan y aprecian las mujeres. Si ella no responde a nada de lo que le
dices, no está atraída hacia ti y has sido rechazado. Fin de la historia.
Coquetear es el arte de divertirte y amplificar la tensión sexual. Trátala
como a una niña pequeña. Malinterpreta sus acciones como si estuviera
coqueteando contigo, como si se portara mal y te estuviera perdiendo. Pero
no abuses. Nota si ella te sigue el juego o no, ese es el factor determinante
para saber en qué medida ser coqueto. Abusar es una forma de demostrar tu
falta de inteligencia social e inseguridad. Los coqueteos inseguros son
arrogantes y mal vistos. Hazlo siempre con tono ligero y un poco de humor.
Escucharla y leer su lenguaje corporal es crítico. Ella te ofrecerá
oportunidades para coquetear, pero debes estar presente para notarlo. Ellas te
están proporcionando información constantemente, ya si después de leer este
libro y no sabes qué decir, eres sordo y ciego. Piensa menos y actúa más;
ponte atento. Todo lo que has aprendido, mézclalo, no abuses.
Los cumplidos como el coqueteo pueden causar el efecto contrario si se
abusa de ellos o si no se dicen en un momento adecuado. No digas tantos
cumplidos, ella se los tiene que ganar. No lo hagas inmediatamente, espera
los indicadores y ahora sí, díselos. A veces la coquetería y los cumplidos son
inapropiados. Menciono esto porque es una herramienta muy adictiva. Si
abusas, puede dañar tus oportunidades de tener una verdadera conversación
con ella. También, si sientes que ella ya está atraída es sabio coquetear y
bromear pero muy poco. Lo más indicado es pasar a una conversación
normal. Menos es más, y si eres abrumador con tus bromas y cumplidos,
pensará que estás siendo insincero. Como me pasó a mí en la primera
historia.

Debes sentirte a gusto con ellas, gentil y seguro. Uno de los mayores
obstáculos es la educación de la chica en cuestión. Devuélvela a su estado
natural, en el que el deseo, el placer y el sexo no tengan connotaciones
negativas. Llévalas a la aventura con una actitud abierta y espontánea. Tu
seguridad y serenidad son la mejor droga. Nada te molesta, nada te asusta,
nada es personal. No hables de trabajo, deber, matrimonio, pasado o futuro.
Ofrece un estremecimiento de perderse en el momento, donde lo sentidos
cobran vida.
Para relajar su mente distraída haz que se concentre en una cosa ―si es
una actividad que implique contacto físico, mejor. Cuando se concentra, se
relaja, los sentidos despiertan: ella será vulnerable a toda sensación. Actuarás
como un hipnotista haciendo que se concentre en ti. Recuerdos, experiencias
compartidas: mantendrás ocupada su mente, incluso cuando no estés ahí.
Cuando sea la hora de cerrar, debes estimularla con una atención más intensa.
Todo empieza en ti: después, una mirada ardiente la hará sonrojar. Cuando
descubras sonrojos, temblor de la voz, ojos vidriosos, risas enérgicas,
movimientos de relajación, reflejos involuntarios ―como imitar tus gestos―,
es cuando más debes presionar. Sírvete de halagos, que ella se sienta
femenina. La actividad física compartida hará que su cuerpo se desconecte de
la mente, para operar bajo sus propias leyes. No la juzgues de ningún modo;
acéptala como es. Haz que esto parezca una unión que el destino tenía
preparado para ustedes.
Excítalas emocionalmente. Esta simple aproximación te llevará hasta la
intimidad con ellas más allá de lo que te pueden llevar el dinero o tu atractivo
físico. Cuando nuestro cuerpo produce adrenalina, los sentimientos de
atracción y deseo sexual entran al juego. La adrenalina se produce por el
miedo, la excitación, el ejercicio y un contacto físico atrevido. Producen e
intensifican los sentimientos pasionales. Involúcralas en actividades de alta
emocionalidad.
La forma adecuada de obtener sus favores, no es arrebatárselos, sino de
crear la situación para que te los conceda. Si de ellas sólo quieres sexo, es
algo válido, pero antes debes demostrarles eso y no engañarlas. También las
mujeres pueden desear sólo sexo de ti. Sólo recuerda que querer algo de ellas
no significa pasar por encima de ellas.
Los hombres débiles aceptan querer forzar a las mujeres a tener sexo
contra su voluntad, de la misma forma en que ellas han aceptado querer ser
forzadas a tener relaciones sexuales. La diferencia aquí es el amor. Estás
amorosamente forzándola a someterse a un gran éxtasis. Es sólo cuando no
eres capaz de reavivar este lado excitante, que empiezas a emplear formas
ausentes de amor, como fantasías sobre violaciones, historias trágicas de
pérdidas y brutalidad y pornografía violenta. En resumen, caerás en patrones
mucho más dañinos si no te entrenas lo suficiente en el arte del amor.
Necesitas aprender a revivir esos bajos instintos sí o sí. Ten sentido
común, por favor. En vez de meterte en problemas, debes verlo como una
práctica espiritual. Para violar una mujer, necesitas hacerlo como un culto a
su corazón. Esa valentía de expresar tus instintos libre y respetuosamente, te
llevará a ti y a las mujeres a un nuevo nivel de espiritualidad sexual.
Ella no confiará en tus capacidades nobles hasta que hayas probado tus
capacidades más oscuras. Ella sabe que si no eres capaz de conocer su
energía sexual más oscura y violarla con amor, no serás capaz de conocer los
lados más oscuros del mundo que retarán tu libertad espiritual.
No necesitas preocuparte por complacerla. No es el punto. Ella te presenta
su energía en la forma de un estado o una emoción, ofreciéndote una
oportunidad de aprender a dominar esta energía con intrepidez. Cualquier
energía que te ofrezca, puedes estar seguro que el mundo también te la
ofrecerá. Si tratas de tener una vida fuera de lo común, te encontrarás con
muchos lados oscuros. Y sólo con tu presencia, tu bravura y amor el mundo
cederá a tus esfuerzos.
Si te das por vencido a cierto punto con las mujeres, asimismo estarás
dándote por vencido para dar lo mejor de ti al mundo.

Nunca sabes lo que va a pasar. Cuando hables con mujeres, no pongas


expectativas en medio. No llegues queriendo algo de ellas. El estilo más fácil
de romper este patrón es que sepas que, como hombre, quieres tener sexo con
mujeres; y ella, como mujer, quiere tener sexo con hombres. Si los dos llegan
a un punto en donde están atraídos, el sexo es algo que va a pasar como
consecuencia, algo que se da de forma natural. Por eso mismo, libérate de
expectativas y simplemente convive con la chica en cuestión. Todo es un
proceso evolutivo. Las relaciones, todo eso. De la forma que haces una cosa,
haces lo demás, esto aplica para otros campos.
Eres férreo, ensordecedor, luego guardas silencio y la miras con deseo,
eres lo que ella estaba esperando. Sólo sintiéndote cómodo conviviendo con
ella, nada de los condicionamientos sociales importa. Quieres sexo, tú y ella
lo saben, lo que suceda alrededor no importa. No importa su edad, su trabajo,
sus gustos y disgustos. Sólo te fuerzas para tomar lo que quieres. Aunque
suene duro, lo es así. Sé completamente ciego a la retroalimentación negativa.
Si trata de rechazarte, sólo se está haciendo la difícil: amor por ti mismo y
respeto a tus deseos al extremo. Observa la retroalimentación, úsala para
calibrar, pero no te alimentes de ella. Puedes tener golpes, pero ninguno de
ellos te derriba o te noquea. Continúa, a toda costa.

Crea la realidad que se te antoje. Aunque no sea la verdad absoluta, es tu


verdad y te dejas llevar por el optimismo. Si tu realidad es que las mujeres
quieren contigo y que eres el tipo más asombroso del planeta. Nadie puede
interponerse. Notarás la diferencia con tu vida pasada cuando notes cómo tu
percepción de la realidad cambia de acuerdo con tus nuevas estructuras de
valor e identidad. Realiza las cosas con toda la intención de tus fuerzas y
deseos; desapégate del resultado, enfócate en el proceso.
Créete las cosas y sé congruente. Básicamente, los hombres piensan que
quieren tener sexo con una supermodelo, pero en la realidad no están
excitados del todo, sólo están buscando aprobación y creyendo que estar con
la chica es lo que se supone que tienen que hacer si quieren ser valorados.
Si realmente tuvieran una intención, lo harían en la primera oportunidad
que vieran a una supermodelo, o bien, se buscarían esa oportunidad. Tener
una intención es hacer lo que se quiere hacer cuando se quiere hacerlo, sin
importar el resultado. Es actuar a través de tus propias intenciones. El
problema de los hombres es que tienen un propósito dividido y eso es lo que
los derrota. Aunque parezca extraño, la mayoría de los hombres, cuando se
acercan a una mujer, no lo hacen con una plena intención.
Si ven en una revista la portada de una supermodelo y les preguntan, si
vieras a esa modelo en la calle, ¿cómo te sentirías? Ellos dirán, “¡Me la
quiero dar!”. Pero no, se están mintiendo. Porque lo único que sentirían si la
vieran en vivo y a todo color, sería ansiedad, necesidad de evitar el rechazo o
tener aprobación. Un hombre con la total intención de “dársela,” la vería y
actuaría. Créeme, si no tienes la intención, no serías el mismo tipo confiado y
arrogante si ella estuviera frente a ti. En tu cabeza sólo pensarías en lo que te
dirían tus amigos, en que no eres lo suficientemente rico o atractivo para ella.
Como puedes ver, hay un propósito dividido. Una parte de ti quiere
aprobación, que te acepte, que te quiera; y por otra parte quieres tener sexo
con ella. Sin embargo, lo que predomina es el miedo. Es exactamente lo
mismo cuando quieres pelearte con alguien, le quieres partir el hocico, pero te
da miedo que te lo rompan a ti. Hazlo con toda la intención, si no,
probablemente no saldrá bien.
Cuando tienes toda la intención, elegirías hacer menos con respecto al
cortejo. No te preocuparías por contar historias, en decir cosas interesantes,
en hablar todo el tiempo y presumirles tu éxito profesional. Simplemente
convivirías con ella, aceptarías que pueden sentirse atraídas hacia ti con tu
simple presencia. Lo asumirías.
Tener la total intención se notará en la falta de vacilación en tus ojos, en la
firmeza sexual que la chica sentirá de ti, esa firmeza que la hace pensar que la
deseas, que estás en control de ti mismo y de la situación. Esta tensión sexual
no será tan dulce si no te sientes digno e intentas hacer más méritos de los
necesarios.
Ninguna intención puede serla completamente si eres incapaz de
establecer contacto físico o si te dan miedo las mujeres.

Los hombres débiles que realmente se interesan en una mujer, no quieren


presionar las cosas porque realmente quieren conocerla. Querer conocerla es
bueno, el problema es que ellas terminarán saliendo con otro hombre que no
tenga esos límites. Querer conocer no va, en ningún sentido, en contra de
acostarse con ella el mismo día que la conoces. Si ella se topa con un hombre
que sabe lo que quiere, se entregará a él, si éste no piensa demasiado. Es
como un vendedor que tiene un excelente producto, sabe que se va a vender y
no se presiona por venderlo. Si puede vendérselo al cliente en el primer
minuto, no va a retrasar la venta con el afán de querer conocer las
necesidades del cliente. No tiene la resistencia interna, y termina vendiéndolo
sin ningún esfuerzo. Los que insisten para consumar el cortejo son los que
tienen sexo.
Los que no tienen sexo es porque quieren ser diferentes a los demás
hombres, se visualizan siendo el pretendiente perfecto para ellas. Si éste es tu
caso, lo que comunicas es que no te sientes merecedor. Tienes un ideal
ilusorio de lo que un hombre tiene que ser con una mujer, no te sientes digno,
crees que no es el momento y no tienes las agallas de llevártela a casa.
Ignoras que ella también tiene necesidades y deseos sexuales, y no se va a
esperar para ver cuándo te decides. Si aparece un hombre que le guste y éste
no tiene límites autoimpuestos, amigo mío, ya valiste. Las mujeres son
criaturas sexuales con necesidades y deseos como cualquier otro ser humano,
a quienes les gusta el contacto físico, les gusta la intimidad, les gusta la
aventura, la diversión, quieren salir, hacer y deshacer. No proyectes
cualidades en ella que no existen. Si sabes que eres un buen tipo, no deberías
esconder tus emociones con ella pensando que tienes que conocerla mejor.
Cuando la chica, por alguna razón, ya está atraída y lista para irse contigo,
ya no necesitas hacer más que llevártela. A veces es mejor callarte la boca. El
proceso ya está hecho. Olvida ser gracioso, es hora de consumar el cortejo.
Incluso puedes parar el contacto físico. No quieras hacer cosas que están de
más con tu necedad de querer hacer un juego “sólido”. Tener sexo con una
mujer en 15 minutos, no te hace ser un buen seductor, pero demuestras que
sabes cuándo consumar la interacción. El juego sólido es práctica sólida.
Significa que haces lo necesario, ya sea de forma simple o compleja. Juego
sólido es tener experiencia. Llevártela lento no es más sólido. No hace la
relación mejor. La seducción lenta no es sinónimo de solidez. La única
diferencia es que tú decides si lo haces rápido o lento.

Cuando sales, no necesitas preocuparte si todo el tiempo estás hablando


con una mujer. Todo lo que debe preocuparte es que cuando estés hablando
con una mujer que te gusta, vas a dar todos los pasos necesarios hasta lograr
tu cometido. Contrario a lo que podrías pensar, dar el siguiente paso no se
trata de meterle la mano por debajo de su falda o ser directo verbalmente
sobre tus deseos sexuales. Se trata de dar pasos más cercanos hasta lograr la
intimidad que deseas. Para ser bueno en dar los siguientes pasos tienes que
aprender a jugar en el borde de la línea. Cuando la vibra se vuelve sexual,
incluso por accidente, muchos hombres no pueden tratar con la tensión y
tienden a romperla. Sin embargo, si ganas la tensión sexual ella se sonrojará,
actuará raro y descabelladamente. Ya te está poniendo las nalgas por delante.
Cuando te sientes cómodo con la tensión sexual y al mismo tiempo la
haces sentir cómoda, nadie sabrá lo que está pasando entre ustedes dos. Sus
amigos y la competencia no tendrán idea porque no estarán diciendo nada o
haciendo algo externamente. No saben lo que está pasando en el interior de
ustedes dos. Sus expresiones faciales serán neutras. Por eso nadie podrá
protestar.
No hay una fase de atracción aislada. La atracción se genera cuando
empiezas a escalar físicamente. Escalar físicamente es una cualidad atractiva,
lo más efectivo que sirve para crear atracción. Especialmente cuando no te
preocupas si le gustas o no. Esta confianza ciega subcomunica cualidades
atractivas y tendrás puntos extra. Escalar la vibra sexual consiste en tener una
expresión tranquila, acortar la distancia y estar cómodo con el silencio
experimentando la energía que los rodea a los dos.
Cada mujer responderá diferente a la tensión sexual. Algunas lo
soportarán fácilmente y otras actuarán extraño. Una forma de evitar los
momentos torpes es hacer un movimiento físico. Este movimiento les hará
saber que estás interesado. Ayúdalas a aliviar la incertidumbre. Sólo
necesitan un poco de confort y demostraciones de que todo va a estar bien. La
advertencia es que si esperas mucho tiempo para hacer un movimiento físico
vas a tener mujeres actuando extraño en respuesta a tu vibra sexual. Los
inexpertos cometen el error de creer que este extraño comportamiento es un
signo de poco interés. Por esa misma razón haz un movimiento rápidamente.
La tensión sexual es una interacción entre dos personas en donde dos
personas se desean pero la consumación es pospuesta o no está ocurriendo.
Cuando el deseo no es expresado explícitamente. Las dos personas deben
saber que los dos sienten el deseo también. Debe ser mutuo. No querrás hacer
un movimiento demasiado rápido antes de esa espera adecuada, pero tampoco
debes esperar demasiado.

Yo amo el juego directo. Pero no siempre es tratar de imponer una imagen


directa o ser siempre sexual. ¿Ella quiere que seas directo? Eso depende la
situación. Si vas a hablarle y te responde tímidamente o con algo que indique
que no te está dando entrada, cambia el enfoque; si ella coquetea contigo, haz
lo mismo. Sin embargo, si ella no responde como esperas, sigue hablando y si
de repente empieza a darte indicadores de interés, empieza a ser directo. Un
error común es presionar de más a las mujeres tímidas. Los hombres tontos
creen que si presionan siendo directos, ellas van a terminar cediendo. No
existe un método más efectivo para espantar a las mujeres tímidas que ser
burdamente directo con ellas.
Utiliza el método de los depredadores: hacer que su presa se sienta en
confianza y en una posición donde le sea difícil de escapar para después
atacar. No quiero decir que con las mujeres tímidas debas ser más lento, más
bien, tienes que ser más sutil. Después, cuando hayas establecido en ella tu
polaridad masculina, podrás hacer que un simple contacto casual genere
fuertes sensaciones. Sensaciones que después va a aceptar.

Una vez que aceptes tu sexualidad y la de ella, muévela logística y


emocionalmente, que todo sea un constante de emociones y experiencias.
Nadie más lo va a hacer por ti. El cortejo, por más breve, será más sólido por
todo lo que has pasado con ella. Por eso la insistencia en desarrollar
habilidades sociales, para saber lo que ella está sintiendo y pensando, para
darte cuenta de todo lo que está pasando. Conoce cuáles son sus límites y
ubica los posibles obstáculos. ¿Quieres ser diferente a los demás hombres?
Presiona tanto como puedas, porque nadie más es capaz de hacerlo. Eres tú y
ella contra el mundo. Ellas esperan que algo pase, tú no esperes, crea las
situaciones. Encuentra la solución a su situación, si tiene novio, si tiene que
irse, si tiene que trabajar al día siguiente, si tiene amigos molestos. La
atracción no es una elección, pero no van a tener sexo contigo si no asumes
esa responsabilidad. Deja que ella te dé sus objeciones, las objeciones son el
medio que ella te está ofreciendo como la solución y el camino hacia la
intimidad. Te dará exactamente lo necesario para hacer que lo que hay entre
ustedes suceda.
Sé consciente de todo lo que pasa con ella, no te enfoques en mantener tu
perspectiva, ni tu realidad, eso te hará ignorante ante lo que siente ella.
Siempre sé claro en tu propósito, mientras más rápido lo sepa, más rápido te
dará la clave de su situación y más rápido lograrás lo que te has propuesto.
Inténtalo tantas veces como quieras. Por ejemplo, no busques romper el hielo
de la forma correcta, porque si fallas, puedes intentar romperlo de muchas
otras maneras. No hay límite en las veces que puedes intentarlo. Pero primero
intenta la forma más fácil de hacerlo. Te volverás más eficiente tan pronto
como lo eches a perder infinidad de veces. Sabes en dónde está el abismo,
porque habrás caído miles de veces. Tienes que arruinarlo todo, para ser
bueno. Si no sabes qué es pésimo para el cortejo, no sabrás qué es bueno para
ello.

Por último, raramente encontrarás a una mujer que empiece a bromearte o


que te lidere. Pero cuando las encuentres, no compliques las cosas. No te
resistas ni trates de revertir la situación. Ella está coqueteando porque le
gustas. Así es como las personas coquetean entre sí, porque se gustan.
Básicamente ella te está dando entrada y hace el trabajo por ti. Relájate y deja
que ella haga su trabajo. Quién sabe, si tienes suerte, ella puede llevarte a la
cama.
El Kino Brutal, una de las curas para la disfunción
sexual
Los hombres que no gozan de una vida sexual sana, son disfuncionales en
otras áreas de su vida personal y social. Un hombre que es ansioso, pero que
tiene una buena vida sexual es probablemente más feliz que un hombre que
tiene que luchar con un problema sexual además de la ansiedad. Estas
ansiedades pueden ser causa de expectativas erróneas y que no concuerdan
con sus parejas sexuales o sus experiencias con las mujeres. Otra causa puede
ser la falta de una atmósfera de comunicación sexual, sensual y expectativas
irreales sobre las mujeres. El miedo al fracaso puede ser otro factor. Desviar
la atención del miedo al fracaso puede dirigirte hacia la experiencia de una
vida sexualmente placentera.
Aquí vuelve el Kino Brutal con sus beneficios terapéuticos para salvarte.
Un hombre que no tiene una vida sexual sana o abundante es porque ha
perdido la capacidad de pensar y sentir de manera sensual por las presiones y
el estrés que asocia con el sexo. Por lo tanto, debe volver a conocer los
placeres del contacto táctil. Volver a sentir que no sólo el ser tocado produce
placer, sino que explorar y acariciar el cuerpo de una mujer puede ser
excitante y estimulante por sí mismo.
Para empezar a perder esas ansiedades, lo primordial es practicar en
condiciones que son diferentes a las que se asocian con las ansiedades,
frustraciones y resentimiento de las prácticas sexuales anteriores o
experimentar poco a poco si no las ha habido. Por el momento, el sexo no es
necesario. Es mejor practicar lo más posible para reducir las ansiedades del
desempeño sexual.
Otro elemento importante para generar poder sexual es la fantasía sexual.
Pueden ocurrir durante la masturbación, soñar despierto o el sexo. Excitarse
con una fantasía no es un signo de desadaptación en la mayoría de los casos.
Estas fantasías pueden ayudarte a sobremanera en tu vida sexual. Y si es
posible trasladar más tarde esas fantasías sexuales a la práctica en vivo y a
todo color, mucho mejor.
Parte
III
¿Pero qué le digo?
Las mentiras sobre la chica de tus sueños
¿A qué hombre no le gustaría rodearse de mujeres hermosas? La
publicidad en las comunidades de seducción no ha cambiado demasiado:
lígate a la más guapa, consigue a la mujer de tus sueños. Y cada gurú de
seducción tiene fotos o videos de las mujeres con las que ha estado como su
currículum. De modo que he presenciado cómo van menospreciando a varias
mujeres hasta encontrarse con la más guapa. En muchas ocasiones, ésta no
llega y terminan yéndose del lugar sin haber disfrutado un solo momento.
También observo que, a menudo, los hombres piden demasiado sin ser
demasiado. Es decir, para rodearte de mujeres de calidad, debes ser un
hombre de calidad. Muchas veces juzgamos sin vernos primero al espejo ni
mirar sinceramente hacia nuestro interior. Tal como se enuncia en Mateo 7:2,

“Porque de la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la


misma medida que ustedes usen para los demás, será usada para ustedes.”

No pretendo ser un predicador de la moralidad aquí, de hecho, es de


carácter obligatorio acercarte a la mujer que más te gusta. Empero, de las
cosas que no me agradan de la mentalidad de los grupos de seducción, es
minimizar a las mujeres por su apariencia física. Me sentiré sumamente
decepcionado si sé que cualquiera que lea este libro, tenga la impresión de
que el éxito de un hombre se mide sólo por la cantidad o calidad de mujeres
que conquista. No obstante, las mujeres representan un factor importante en
el éxito, pero el hombre no es otra cosa que un ser mortal.
No se puede negar el hecho de que ellas también te evalúan de acuerdo
con tu manera de comportarte con las mujeres y las personas en general,
independientemente de quién seas o lo que puedas hacer. No es nada
agradable saber que se te juzgará por muchas cosas, pero es cierto. Todos
tenemos la misma tendencia a juzgar a las personas en cierta medida, tanto si
lo reconoces como si no. La ventaja es que ―con todo y las diferencias
culturales―, el contacto físico aplica para las mujeres en general sin importar
su apariencia. Este es tu momento: si te gustan las gordas, adelante, llévatelas
a la cama sin fijarte en la aprobación de los demás. Así como en la película
de Amores Perros (2000), cuando Ramiro le dice a su cómplice,
“¿Alguna vez te has cogido a una gorda como esa? ¡Yo sí y es bien
chingón!”

Lo que sí hay que tomar en cuenta es que, si quieres ser atractivo para un
tipo de mujer, debes ser atractivo para las mujeres en general. El dilema es si
tratar a las mujeres por igual o según sus cualidades. Se me ocurre algo
mejor: la solución es valorar las personalidades de cada persona tratándolas
de acuerdo a sus valores. Es tonto no halagar a una mujer por su físico. Es
como decorar tu casa para una fiesta y cuando llegan los invitados nadie dice
nada.
Antes de pedir algo más, pregúntate, ¿estoy creciendo como ser humano?
Sólo así dejarás de aceptar menos de lo que mereces. Si le inviertes más a tu
vida, te comprometes, te apasionas, atraerás a quien sea.

En contraste, está el hecho de que habrá mujeres a quienes les gustes


aunque digas puras burradas, y otras que no te harán caso ni aunque te
prendas fuego. No importa si eres una súper estrella, o cuán experimentado
seas, o si eres un principiante. Como te puede hacer caso la más guapa del
lugar, como te puede rechazar la gorda del grupo; o viceversa, ahí dependen
tus gustos. Así como tú defines a tu chica ideal y evitas a las que no se
ajusten a tus estándares, así también lo hacen ellas. Para las dos partes es
válido. Eso es un hecho. Así que no llegues maldiciendo a una mujer con tus
amigos porque es, según tú, una mamona. Sí tú vas a estar de exigente con las
mujeres que te parezcan poco agraciadas, ellas también serán así. Si no les
gustas. Adiós.
Siguiendo esta misma noción, existen los buenos y los malos días. Si el
lunes te sale todo a pedir de boca, el martes puede sucederte lo peor. No hay
forma de escapar a esto. No puedes predecir tus resultados y no puede irte
bien con todas todo el tiempo; una verdad que a tus gurús favoritos no les
gusta aceptar.

Tampoco entres por la puerta trasera. No hagas listas de las mujeres que
crees podrás conquistar con menor esfuerzo o que crees que te van a hacer
caso. Pon en tu lista únicamente mujeres que despierten tus pasiones; y que te
gusten, claro. ¿A quién no le gustará poseer a la mujer que uno considera la
más guapa del mundo? Si un hombre considera a determinada mujer, la más
guapa de un lugar, obviamente es bajo su propio criterio, por lo tanto debe
respetarse. Así que no te engañes creyendo que no te gustan las mujeres
guapas. Sabemos que el interior es mejor que el exterior, pero debes ir con las
mujeres que te gustan físicamente. Ir con las mujeres que te gustan más o
menos o que no te gustan, con el pretexto de que importa más el interior, es
sólo eso, un pretexto. Y por cierto, ¿quién dice que sólo las feas son las más
puras en el interior? No creas mitos. Y si al final decides que te gusta cierto
tipo de mujeres, será porque ya has salido con muchas otras mujeres, y no
porque le hiciste caso a tu papá cuando te dijo, “¡Las mujeres feas son las
mejores en la cama!”
No quisiera decirlo, pero por muchas razones, las mujeres que valen la
pena, son las más complicadas. No me refiero a que necesites mejores
historias, que debas ser más interesante, rico o guapo. Me refiero a que
necesitarás desarrollar rasgos en tu personalidad adecuados, pero no
apuntando desde una posición de escasez, que sería creer que “tienes que ser
alguien” para atraer mujeres hermosas. La posición es que no atraerás a una
mujer con cualidades valiosas si tú no las desarrollas. Una mujer con una
personalidad sólida no buscará un hombre que tenga miedo a las críticas, por
ejemplo.

No desperdiciarás tu tiempo persiguiendo mujeres aparentemente


imposibles. Asistirás a la escuela y ellas serán tus maestras. Ahora conocerás
todos los argumentos que una mujer puede plantear para rechazarte. Y hablo
de argumentos sensatos. Y además de eso, entrenarás la confianza en ti
mismo. Cuando eliges a las mujeres que crees que serán difíciles,
comprenderás que, de su resistencia obtendrás las cualidades necesarias. No
sigues el camino de la menor resistencia. No juzgues a las mujeres
inicialmente por ser guapas o con cara de mamonas, comprueba tus hipótesis
y verás que siempre te vas a equivocar.
Lo más importante es que no debes permitir que eso te detenga. La
persona promedio se va con la cola entre las patas desapareciendo del
escenario o sin volver a intentarlo en mucho tiempo, lo que limita sus
posibilidades a ninguna. Las mujeres siempre opondrán resistencia, así que, si
quieres tener éxito, debes aprender a dejar de enfocarte en los signos de
aprobación.
A menos que sepas aplazar la gratificación, serás inconsecuente en la
práctica. Intentar obtener resultados rápidos sin un compromiso a largo plazo,
te hará sufrir una infinidad de sinsabores. Aplazar la gratificación también te
ayudará a aprender de la experiencia. Al no enfocarte en el resultado podrás
centrarte en el proceso y la retroalimentación. Pierdes la rigidez y te vuelve
flexible.
Dominar una habilidad se consigue a través de pequeños pasos. No te
desesperes, considera que son los pequeños pasos los que nos llevan a escalar
grandes montañas. Evita renunciar sólo porque no encuentras un atajo o las
famosas pócimas de “marca el abdomen en 3 semanas”. Sólo la constancia en
la práctica te dará resultados. Disfruta el simple hecho de presentarte a la
práctica. No porque vayas a tener grandes progresos, sino por amor a estar en
el campo de batalla.
El verbo no mata ni una mosca
Mi intención no es hacerme el gracioso, pero esto es literal, no puedes
matar a ninguna mosca con las palabras. Claro, un hombre que sabe hablar y
capturar la imaginación de una mujer puede maravillar a cientos. La mayoría
de las creencias populares no se basan en la verdad, sino en creencias de
origen dudoso. Es decir, en películas, novelas, incluso canciones en donde un
pseudoseductor tiene la frase perfecta para todo. En la realidad, estos
estereotipos no son los que más parejas sexuales tienen, sobre todo a falta de
un elemento muy importante: la intimidad. El punto cumbre del contacto
físico es el sexo. Al sexo le puede faltar una interacción hablada, más nunca
le puede faltar el contacto físico. Nunca he escuchado un, “¡Tuvimos sexo
pero nunca nos tocamos!” Y más de una vez he escuchado, “¡Tuvimos
relaciones, ni la saludé, es más, ni siquiera sé su nombre!”
Muchos hombres pueden hablar y hablar, y nada de nada. Los veo todo el
tiempo. Tener contacto físico con ella demuestra más que las palabras y los
cuentos. Esa necesidad de hablarles por horas sin acción alguna es el claro
ejemplo de que no saben qué hacer para pasar al siguiente nivel. Los hombres
que no saben establecer contacto físico no tienen relaciones sexuales. El
contacto físico acelera el proceso de intimidad como ninguna otra cosa. Esto
no sólo lo podrás probar por ti mismo, también lo verás en todas las
interacciones cada una de las veces.
No tienes por qué esperar a que ella se sienta atraída hacia ti antes de
establecer contacto físico, pues es el mismo contacto físico es el que genera la
atracción, entre muchas otras cosas porque ésta se asume desde el principio.
Hay una frase que me gusta mucho que se puede relacionar con el Kino
Brutal, el arte de establecer contacto físico con las personas:

“Lo que oyes lo olvidas, lo que ves lo recuerdas, lo que haces lo


entiendes”.

Algunos hombres piensan que pueden tener sexo usando sólo el juego
verbal. Su creencia se puede comparar con la intención de aumentar masa
muscular levantando pesos ligeros. Hay muchas personas que saben hablar,
pero que simplemente no van a tener sexo a menos que inviertan en un
componente físico en sus interacciones. Algunos hombres están felices con
sólo hacerlas reír y hablar con ellas. Eso sólo es una ilusión de la atracción.
Muchas veces, los hombres son sólo animadores. Usualmente prenden el
boiler para que otro se meta a bañar. Ellos hacen que ellas se diviertan a
veces sacrificando su propia diversión. Les suben el ánimo para llegue otro y
las haga suyas. Si eres de esa clase de hombres, tarde o temprano lo
resentirás. Si noche tras noche sólo vas a entretener y ser aprobado por las
mujeres, mientras no obtienes resultados tangibles, te decepcionarás y
sentirás que no has logrado nada.
Algunos hombres creen que si ellas los aprueban, no tienen que liderar.
Se engañan a sí mismos al pensar que si las mujeres se ríen de sus bromas, no
tendrán que hacer cosas incómodas que puedan arriesgar la aprobación de las
mujeres. Por ejemplo, acercarse más y ser sexual. Sin embargo, si no diriges
físicamente, no tendrás sexo nunca.
Por otro lado, no podrás liderar si tienes miedo de lo que puedan pensar de
ti. Debes arriesgarte.

Hablar demasiado puede aburrirla. Sin acción no hay decisión. Los


hombres creen que pueden convencer a una mujer verbalmente para poder
llevársela a casa. Puedes seguir intentándolo si no te importa perder tu
tiempo. Si estás hable y hable sin ningún tipo de contacto físico, notarás que
empezará a voltear su cabeza, a preguntar por a sus amigas y a buscar otro
estímulo ―usualmente es el tipo que está parado a unos metros esperando a
que te vayas o te rechace. Hay hombres muy buenos en eso. Cuando ven que
una chica está oponiendo resistencia hacia un hombre o cuando ven que ella
está respondiendo a su contacto físico, no dudarán en aparecer como su
salvador. Lo más común es que, si sus amigas la ven aburrida, ellas se
acercarán y te la quitarán inmediatamente.
Los hombres débiles son buenos en tener conversaciones banales o
interesantes con las mujeres, pero no pueden hacer nada más. Algunos
pueden obtener sus teléfonos, incluso caerles bien. Pero nada más. No pueden
cortar la conversación y llevárselas a casa. Viendo de cerca, notarás que gran
parte de los hombres tiene miedo a establecer contacto físico con las mujeres.
Las interacciones sólo son habladas y no van a ningún lado. Al no tener un
componente físico, la conversación decae porque pierde interés. No puede
esperar para siempre para que al señorito se le ocurra hacer un movimiento.
Para que algo suceda, debes tomar riesgos.
¿Por qué los hombres estancan sus interacciones? ¿Por qué dejan pasar la
oportunidad para hacer contacto físico? Simple: porque tienen miedo al
rechazo.
Alusiones sencillas para generar conversaciones
¡Esos malditos silencios! ¿Quién no ha recurrido al modo entrevista bajo
esas circunstancias? Cuando hacemos pregunta tras pregunta es una clara
señal de que estamos dando patadas de ahogado. Por dentro sabemos que la
hemos perdido.
― ¡Oye, tengo que ir con mis amigas! ¡Mucho gusto!
¡Bang! Las mujeres sí que saben cómo rompernos el corazón.
Independientemente si son amables o groseras. En definitiva, no hay que
culparlas. Ya han pasado por ese martirio y es entendible: ¿a quién no le daría
flojera?
Evítate la pena y comienza a hacer declaraciones, entre más
controversiales, mejor, puedes generar más platica. Habla lo que quieras, lo
que te inquieta. Si lo haces bien, harás que empiece una retroalimentación.
Sólo calla y deja que solitas hablen. Y así te la puedes llevar, haciendo
declaraciones. En lugar de preguntarle, “¿Sabes bailar?”, dile, “¡Tienes
cuerpo de bailarina, apuesto a que me darás un infarto cuando empieces a
bailarme!” Procura platicar de cosas que te acerquen adonde quieras que vaya
la interacción. Muéstrale emoción por lo que hablas, explica por qué y vende
la idea. ¿Aún no sabes qué hacer o decir? Siéntete cómodo con el silencio y
mírala a los ojos. Los silencios también son una forma de comunicación y
expresión. Incluso sirven para generar tensión sensual. Una de las cosas más
comunes que los hombres hacen es tan pronto están en una conversación con
una mujer es llevar los silencios a las conversaciones basadas en el nervio.
Cuando hay una pausa en la conversación por cualquier razón, ellas notan
cuando desesperadamente avientas una pregunta o comentario con la
intención de no hacer torpe el silencio. Este es un comportamiento poco
natural, tú no llenarías los silencios cuando sales con tus amigos. No lo hagas
con ellas.
Algo de lo que yo puedo hablar y a la mayoría de las mujeres les interesa
es sobre la cerveza. En un determinado punto de la conversación les digo,
“¡Yo me dedico también a elaborar cerveza artesanal!” Ellas de principio no
me la creen y a continuación les digo cómo es el proceso, lo apasionante que
es. También les cuento un poco sobre la historia de la cerveza y ellas me
escuchan todo el tiempo. Te parecerá raro, pero de repente me encuentro
hablando sólo de mí, de la cerveza y mi afición por ella. Prácticamente les
digo: soy un borracho. Y de repente me encuentro besándolas. Estoy
hablando de un tema que no se relaciona aparentemente en nada con lo que
quiero conseguir y aun así puedo sobrellevarla y obtener un beso suyo o algo
más.
Esta conversación puede ser tanto apasionada como lógica, algo linear y
aburrido. Aburrirla con esta conversación se logra si yo pensara demasiado
en sus reacciones, en cómo impresionarla. Contar el proceso de la cerveza en
un tono apasionado abarca más emociones. Hablar con pasión provoca que la
otra persona en un santiamén empiece a relacionar sus pasiones con mi
historia. Si incluso hablar de mi afición a embriagarme transmite cosas
positivas, es porque me estoy comunicando a través de emociones y no estoy
pensando en qué decir para impresionarla, simplemente las ideas vienen a mi
cabeza naturalmente. Estoy relajado, no estoy esforzándome para
impresionarla, sino en compartirle un poco de mi vida.
La clave es expresarte y no tratar de impresionar. Querer aparentar es
contraproducente, porque cabe la posibilidad de que esas personas no den un
peso por ti, y de cierta forma te estás menospreciando. Cuando buscas una
reacción en particular, te haces dependiente del resultado. Todo tu repertorio
se queda atrapado en ciertas reacciones en particular, y si no las obtienes, te
sentirás cada vez peor. Terminarás yéndote a casa como todo un perdedor.
Por el contrario, expresarte tal como quieres sentirte, te otorgará poder sobre
ti mismo y tus interacciones.
Otra forma de tener buenas conversaciones con las mujeres incluso
cuando no estés familiarizado con lo que te están platicando es a través de las
preguntas abiertas e inteligentes, preguntas que no se puedan responder con
un simple “sí” o un “no”. En vez de preguntar, “¿Te gusta tu carrera?”,
formula mejor la pregunta, “¿Qué es lo que más te gusta de tu carrera?”
“¿Cómo decidiste que esa iba a ser tu vocación?” Eso las obligará a que
encuentren una respuesta igual de inteligente e inviertan en la conversación.
Empieza a calibrar, entre más hablen contigo y entre más abran sus
emociones a lo que te platican, más oportunidades tienes de que se sienta
atraída.
El punto clave es saber que deben tomar tiempo para invertir esfuerzo en
la conversación, y mientras más esfuerzo le ponen a la conversación más
estarán invirtiendo emocionalmente, y por lo tanto más probablemente van a
querer permanecer contigo. La manera más fácil es a través de la calificación
mediante preguntas. Logra que ella intente probar los puntos de lo que platica
frente a ti. Formúlale preguntas bien hechas, y se encontrará a sí misma
intentando convencerte por qué tú deberías sentirte atraído hacia ella. Esto
parecerá un poco manipulador, pero es algo que la gente hace naturalmente
sin darse cuenta. Es una forma común para demostrar nuestra posición en la
sociedad preguntándoles a otros sus motivos, habilidades, deseos. La persona
que está haciendo las preguntas, casi siempre está en una posición de más
valor, y por lo tanto generan atracción. La persona tratando de probarse a sí
misma está tratando de construir confort buscando aprobación y por lo tanto
invirtiendo en la situación.
También te servirá como indicador de qué tan bien va la
conversación ― mientras más se prueben hacia ti, más les importa lo que
piensas sobre ellas. Por supuesto que debes ser más sutil al principio y con el
tiempo subir la dificultad de las preguntas. No preguntes cosas mundanas,
mejor pregunta sobre sus expectativas, sueños y aspiraciones. Tú bien debes
saber lo que buscas en una mujer. Por ejemplo, si buscas una mujer
aventurera, puedes preguntarle, "¿Cuál es la cosa más loca que has hecho en
tu vida?" Si tienen dificultades en responder es porque no han invertido lo
suficiente en la conversación. Con cada pregunta y respuesta debes intentar
llegar a un nivel cada vez más profundo.
Si tienes una verdadera aceptación de ti mismo, no querrás algo de la
conversación más que la experiencia. Hay muchos temas de conversación que
fluirán naturalmente. Realmente hay una cantidad infinita de temas de
conversación. Puedes hablar de cosa superfluas, de cosas profundas y hacer
muchas preguntas. Pero como todo, lleva su ritmo y su momento.
A pesar de las respuestas y los temas de conversación, no te dirán la
verdad sobre sí mismas. En mayor parte una mujer no te dirá la verdad que
hay en ella, en vez de eso dejan pistas. Sutilmente te darán pistas de su
personalidad, lo que les gusta y lo que no.
Quizá no seas un gran conversador, pero cuando hablas de lo que
realmente te apasiona, inmediatamente la persona con quien hables sentirá lo
que estás sintiendo. No es sobre el tema o las palabras, es sobre la energía
detrás de ella, es sobre compartir una experiencia, aprender de las personas a
un nivel más profundo. No podrás expresarte si sientes vergüenza o te
preocupa la impresión que estás transmitiendo.
Entrénate a no buscar una respuesta específica de las mujeres. Aprende a
estar bien cuando no sabes qué decir o cuando tienes una mala interacción.
Mientras más pronto aprendas a estar bien al verte mal, más cómodo te
sentirás al socializar. Si notas que tienes miedo es debido a las metas
conflictivas. Pregúntate qué es lo que hace que te dé miedo. Deja ir el querer
y siéntete bien en no tenerlo. Cuando ya no estás en un estado de querer algo
te liberarás y harás lo que te plazca a pesar de lo que pase o crees que pueda
pasar. Básicamente necesitas aprender a darte permiso de hacer lo que quieras
a pesar de lo que otros puedan pensar.
¿Pero qué le digo?
Ésta es la pregunta más común. Por lo regular viene de la necedad de
impresionar. De ahí la dudosa frase: “¡La primera impresión es lo que
cuenta!” Se cree que se debe decir algo divertido o inteligente, algo para
hacer que ellas se fijen en uno. No quieras hablar de aquello que piensas que
quieren escuchar. Querer impresionar es una perspectiva pobre. Es más,
cuando un hombre logra llamar su atención con una frase ingeniosa, muchas
veces pierde esa buena impresión por no tener otros argumentos que la
soporten. Lo veo todo el tiempo. Esta conducta es fácil de percibir y provoca
un gran desencanto. Asimismo le transmites que no la mereces, que no eres
suficiente. Ésta es una de las razones por la cual te quedas sin nada qué decir,
pierdes autenticidad y haces que todas tus conversaciones se vayan a la ruina.
Encima de todo esto, nada te dará más ansiedad que ver que ella no está
respondiendo positivamente. En resumidas cuentas, todos los escenarios que
derivan de esta mentalidad, son lastimosos.
Abúrrela. Sí, como lo oyes. Sólo se trata de una simple misión ―no vayas
a querer hacerlo todo el tiempo. Ve y abúrrela. Es necesario que dediques un
solo día de tu práctica, uno nada más, para acercarte y enfocarte en
fastidiarlas. Ese día o más de práctica te ayudará a liberarte de la necesidad
de entretener, impresionar, ser inteligente, divertido o bienhablado. No quiere
decir que no deba importarte lo que ella siente, el objetivo es que no te cause
ansiedad, que no te sientas indigno, o que quieras abandonar la misión si en
un momento dado las desesperas o las haces bostezar. Con un solo día de
práctica puedes quitarte un gran peso de encima para siempre jamás. Y
gracias a que después te sentirás más relajado en tus interacciones, las chicas
también van a empezar a relajarse en tu presencia. Ya no existe la presión
para obtener un resultado. Todo adquirirá un tono más colorido cuando, al
estar relajado, eres capaz de tomar mejores decisiones.
Acostúmbrate a lo esencial. Si ves a una chica que te gusta: acércate y
deja que pase lo que tenga que pasar. Como puede derretirse por ti, como
puede disgustarse contigo. Si bien no es una tarea sencilla, la dinámica debe
ser simple. Habla sobre ti, pregunta cosas que quieras saber de ellas.
Aventúrate. Escala.
En la comunidad, para superar la ansiedad de aproximación y de paso el
“¿Qué le digo?,” se adoptó “la regla de los tres segundos,” en donde tenías
que acercarte a una mujer al poco tiempo de verla y evitar toda clase de
pensamientos, pues entre más tiempo dejes pasar, más pretextos te vas a
inventar y más ansiedad vas a experimentar. Esto me recuerda a un capítulo
de Dragon Ball Super, donde Wiss aconseja a sus alumnos, Goku y Vegeta,

“Pensar demasiado para actuar le pone un límite a la velocidad. Les cuesta


mayor tiempo a las señales para pasar de tus sentidos a tu cerebro y de tu
cerebro a tu cuerpo. Es mejor que cada parte de tu cuerpo sea capaz de tomar
decisiones independientemente.”

Mientras que la regla de los tres segundos puede funcionarte para vencer
tu ansiedad de acercamiento y te ayuda a darte cuenta que puedes hacer bien
las cosas sin pensar en qué decir, sobre todo cuando vas caminando por la
calle o viajas en transporte público y tienes que tomar decisiones en cuestión
de segundos o la chica se te va, una noche mi cumpa me presentó una mejor
forma de hacer las cosas.
Mi cumpa y yo salimos una noche a un lugar llamado Classico ―un lugar
fantástico que creo ya no existe―, e inmediatamente empecé a acercarme a
las chicas como si ya las conociera y como si yo fuera el dueño del lugar
haciendo caso a esta regla de los tres segundos. Para serte sincero, las cosas
no iban nada bien. Al ver lo que estaba pasando, mi cumpa me dijo,
“Espérate tantito. Deja que lleguen, se diviertan y se pongan un poco peditas.
Vamos a ver el lugar, nos tomamos un whisky, y ya después te acercas si
quieres.” En la comunidad un consejo así puede generar desacuerdos
agresivos, yo por ejemplo pensé, “¡Este cabrón tiene miedo!” Por un
momento creí que eran excusas. Como venía con él y es alguien a quien
aprecio mucho, le hice caso. La verdad es que no nos esperamos ni media
hora y ya estábamos besando a un bombón, pero el mensaje fue sencillo:
relájate, nadie te está correteando.
Esta postura no es ni ansiedad de acercamiento, ni pretextos, ni flojera. La
decisión ya está tomada: vas a acercarte. La decisión ya la debes haber
tomado desde que sales de tu casa. Es una y una. No siempre puedes aplicar
esta regla, como tampoco puedes siempre analizar las situaciones. Sin
embargo, funciona de maravilla llegar a un lugar y evaluarlo, sobre todo
cuando pretendes algo más que acercarte y calentar. ¿Con quién vienen?
¿Están tomando? ¿Se divierten? ¿Cómo se comportan? ¿Parecen estudiantes
o se nota claramente que ya trabajan y viven solas? ¿Voltean a su alrededor
buscando valor? ¿Hacen contacto visual contigo?
Si bien es cierto, acercarte desde el principio puede subirte la energía,
como también puede disminuírtela. Quizá sí necesites bastante experiencia
para concentrar tu energía positiva como si ya hubieras calentado y te hubiera
ido de ensueño en el momento preciso en que decides acercarte a la mujer
que más te gusta.
Por otra parte, hay veces en las que te aconsejan que te acerques
rápidamente para no perderla. Unos segundos de vacilación y la chica se va.
¿Pero qué tal si tiene novio y sólo fue al baño? Sí, yo he besado, he explorado
debajo de las faldas, y he tenido sexo con chicas cuyos novios se descuidaron
unos momentos y cuando regresaron, vieron que todo estaba justo en su
lugar. Lo digo tajantemente porque no es algo que deba presumirse y le
puede pasar a cualquiera. Es más, a lo mejor te pasó y tú ni en cuenta; las
mujeres son diabólicamente discretas ―a veces, claro. Entonces, ¿para qué
hacerle la maldad a alguien?
También puede ser que sus amigos se aburran y el líder ―el homosexual
o el que trae coche―, dice, “Ay, mejor vámonos a otro lugar. Aquí está de la
hueva.” Y así, amigo mío, me han dado úlceras de coraje. Mi chica y yo
estamos pasándola genial y se la llevan. Incluso me las han arrancado de mi
boca cuando nos estamos besando apasionadamente. Por muy bueno que
seas, ellas no arriesgarán su amistad, ni la seguridad de que sus amigos la
llevarán a casa sana y a salvo, o hay veces en las que los amigos deben
prometerles a los papás de la chica que la van a regresar a casa a cierta hora.
Tiene que ser una chica muy independiente y asertiva para decirles a sus
amigos, “¡Bye, yo me quedo!” Y aun así, no la tienes segura. Esto te quita
energía y tiempo que pudiste haber aprovechado mejor con el simple hecho
de observar y esperarte unos minutos. Claro, uno nunca sabe a simple vista si
las chicas se van a ir. Más tarde hablaremos sobre la logística.
Por último, que te esperes, que analices y observes, no quiere decir que no
estés ejerciendo ninguna acción. Por el contrario, puedes hacer cosas muy
buenas desde “lejitos”. Insisto, la decisión ya está tomada. Te vas a acercar.
¿Pero no sería fantástico acercarte sin temor ni riesgo al rechazo? Es decir,
acercarte cuando las condiciones ideales ya las has creado, y sólo tener que
acercarte y decir, “Hola, soy Sacarías, ¿qué planes tienes para esta noche?” O
si es en otro momento, “Hola, tengo muchas ganas de conocerte, ¿tienes
planes para este fin de semana?” O bien, “Hola, ¿cómo te llamas?” Nunca
nadie en el mundo te dirá, “¡Ah, eso ya me lo habían dicho!” Entrar a un
lugar o pasar por la calle y establecer contacto visual, te revelará en pocos
segundos si tienes la luz verde. Sonreír y que te sonrían de regreso, te
permitirá acercarte y tener una base para superar cualquier rechazo inicial.
Brindar desde lejos es otro signo contundente. Decirles “¡Hola!” con una
seña. Tocarles los hombros cuando pasas cerca de ellas para que te den
permiso de pasar y cuando volteen, saludarlas es otra manera efectiva de
acercarse.
Tal y como lo manifestó Sun Tzu en su filosofía de la guerra:

“Por lo tanto, el peleador habilidoso se sitúa en una posición en la cual la


derrota es imposible, y no deja pasar la oportunidad de vencer al enemigo.
Por lo tanto en la guerra el estratega victorioso sólo busca la batalla después
de que la victoria ha sido conseguida, mientras que el que está destinado a la
derrota primero pelea y después busca la victoria.”

Como ya te diste cuenta. Hay seis millones doscientos cuarenta y un mil


setecientos sesenta y cinco maneras de acercarte. Las mismas circunstancias
te revelarán la mejor forma de hacerlo. Quizá te exigirán que lo hagas en un
instante o que te esperes unos minutos. Recuerda que la decisión ya está
hecha: la vas a abordar. No estás esperando el momento perfecto, ya lo estás
creando desde que sales de tu casa, desde que entras a un lugar, desde que
sabes que te toparas con al menos un par de bellezas en el camino a tu
escuela o trabajo y de regreso a casa.
Si hay veces en las que tendrás una luz verde, por más tenue que sea,
también habrá veces en las que no tengas absolutamente nada. En esos
momentos, si no hay nada que te pueda poner en riesgo, debes acercarte y
jugar las cartas que tengas. No terminarás en la cama con todas las que te den
entrada; no estarán cerradas a ti todas las que no te voltean a ver ni aunque te
encueres. Prueba tu suerte y tus habilidades, y a ver de a cómo te toca.
Otro de los consejos que la comunidad utiliza es entrar a un lugar con
energía, saludando a todos, gritando, hablando fuerte. Lo que no saben es que
ese es sólo un tipo de energía y no es más fuerte que entrar a un lugar
calmado y tranquilo. Uno es más escandaloso que el otro, así de sencillo. Un
tipo de energía positiva no necesariamente tiene que ser más fuerte que la
otra, simplemente son diferentes. Una definición de la energía que es más
personal, y que sin duda a ti también te funcionará dice más o menos así:
“La energía es tu nivel de capacidad para realizar una actividad. Es la que
te dará el combustible para realizar esa actividad lo más eficientemente
posible. La capacidad de utilizar tus atributos requeridos hacia dicha acción.
Transformar tus valores, creencias y conocimientos en un comportamiento
consistente. Generar un campo de fuerza que sea capaz de contagiar e
influenciar a terceros.”

Y gracias a esta definición, que por cierto no es científica, comprenderás


que tener la energía alta nada tiene que ver con brincar, saltar o gritar. Eso
que en la comunidad se recomienda para subirte la energía antes de salir a
conocer mujeres, v.g., escuchar tú música favorita, gritar, bailar. No sirve de
mucho si en tu vida diaria no te sientes bien. Además, las actividades o
cambios fisiológicos te pueden ayudar a aumentar tu energía, pero pueden
agotarte demasiado pronto si no la canalizas y la concentras en las actividades
necesarias para lograr el efecto deseado.
¡Ahorita voy!
Hacer esto prueba por mucho una mentalidad fatal en la práctica. Es
permanecer en la zona de confort y no abrazar lo desconocido. Uno debe
reconocer que no habrá un momento perfecto para acercarse a una chica, para
besarla, para llevártela a casa. Debes adentrarte en el hábito de no importarte
el resultado de una interacción y hacerlo cuando las circunstancias no
parezcan ideales. La rapidez de ejecución es clave y debe haber una total
indiferencia por el resultado de tus acciones. Las mujeres pueden elegir o no
hablar contigo. Tu trabajo es ejecutar. Analizar demasiado una situación es
fútil. Adéntrate en el hábito de hablarles en las situaciones más incómodas
para que lo comprendas mejor. Es mejor no hacerlo correctamente que no
hacerlo del todo.
Todo tu curso que implique acción puede ser riesgoso, sin embargo, la
prudencia no está en evitar el peligro, lo cual es imposible, sino calcular el
riesgo y actuar decisivamente. Comete errores por ambición y no errores de
pereza. Desarrolla la fuerza de hacer cosas grandes, no la fortaleza de sufrir.
Sólo porque tienes que admitir que no eres bueno con las mujeres, o peor
aún, porque temes que tus amigos se enteren de que lees un libro de
seducción, no quiere decir que debas vivir en el ostracismo social el resto de
tu vida. Toma la decisión ahora. Si dejas que el orgullo te pare, o lo que sea
que sientes, odiarás la vida 5, 10 y 20 años después por las mismas razones.
Ahora que ya estás metido en esto, el orgullo es estúpido.
Tú puedes decirme, “Pero, no entiendes mi situación. Es complicado.”
¿Lo es realmente? No confundas lo complejo con lo difícil. Muchas
situaciones son simples —muchas son sólo emocionalmente difíciles para
actuar sobre ellas. El problema y la solución son usualmente obvios y
simples. No se trata de que no sepas qué hacer. Claro que lo sabes. Sólo
sientes temor de que puedes terminar peor de lo que estás ahora. Te lo voy a
decir: si estás en este punto, no vas a estar peor. Revive el miedo y corta el
cordón.
Miles de hombres, muchos de ellos menos capaces que tú, conquistan
mujeres preciosas todos los días. No es ni poco común ni fatal.

1. ¿Es más probable que conquistes a una mujer en tu situación actual o en


otra realidad?
2. Si todas las mujeres te rechazaran, ¿cómo le harías para cambiar esa
situación?
3. Si tuvieras una novia y te dejara, ¿cómo le harías para conseguir otra?

En la vida hay muchos hombres que quieren seducir a una chica, pero
pocos lo hacen. No basta con querer. Debes emprender la acción. Quizá, aquí
no hay algo que no sepas, pero este es un recordatorio de lo que ya sabes y un
empujón para llevarlo a cabo.
Se vuelve claro que el gran riesgo en la vida no es cometer errores, sino el
arrepentimiento: dejar pasar oportunidades. No podrás regresar y recapturar
años desperdiciados en hacer algo que no te gusta o permanecer en el mismo
lugar.

Aprovecha el poder que otorga tomar decisiones. Te presento cinco claves


rápidas para cambiar tu curso en cada momento:

1) Recupera el verdadero poder de la toma de decisiones. En el instante en


que tomas una nueva decisión, pones en marcha una nueva causa, efecto,
dirección y destino en tu vida. Tu vida cambia a través de las decisiones.
Cuando empiezas a sentirte abrumado, sin alternativa o cuando parezca que
las cosas no están sucediendo, puedes cambiar eso si te detienes y decides
hacer las cosas de otro modo. Una verdadera decisión se mide por el hecho de
haber emprendido una nueva acción. Si no hay acción, quiere decir que no
has decidido realmente.

2) El paso más duro para conseguir algo consiste en el verdadero


compromiso, en tomar una verdadera decisión. Haz decisiones de forma
inteligente, pero tómalas con rapidez. No racionalices. Las personas exitosas
toman decisiones con rapidez porque tienen claro cuáles son sus valores y
qué desean realmente para sus vidas. También son personas renuentes a la
hora de cambiar sus decisiones ― si es que lo hacen. Por otro lado, los
hombres débiles hacen lo contrario: tomar decisiones con lentitud y cambian
de opinión con rapidez, en un continuo proceso de retroceso y avance.
Simplemente, decide. Sabrás que has tomado una verdadera decisión cuando
existe una acción inmediata. Nunca abandones un escenario de una decisión
sin haber emprendido antes una acción específica hacia su realización.
3) Toma decisiones constantemente. Mientras más tomes decisiones, más
fácil será tomarlas. Puedes empezar con las decisiones que has estado
posponiendo.

4) Aprende de tus decisiones. A veces te sentirás derrotado, no importa lo


que hagas. Pero en lugar de ponerte a llorar, aprende. El fracaso es una
lección invaluable si aprendes de él y mejoras. No enfoques tu atención en
los infortunios a corto plazo, aprende lecciones que te hagan ahorrar tiempo,
dinero y dolor, y que te garanticen el éxito a largo plazo.

5) Disfruta tomando decisiones. Una decisión puede cambiar tu vida para


siempre. Una persona, una llamada, un riesgo o un libro pueden hacer que se
te abran las puertas de todas las cosas que has estado esperando. Si quieres
que tu vida sea apasionada, vive con esa actitud positiva.

Todo lo que hayas leído en este libro no servirá y no significará nada a


menos que decidas utilizarlo. Tomar una decisión y comprometerte con ella,
es un poder que tienes a tu disposición en cualquier momento, siempre y
cuando decidas utilizarlo. Toma una o dos decisiones que has estado
posponiendo, una fácil y otra más difícil. Demuéstrate que puedes hacerlo.
Emprende esas dos decisiones hasta su realización.
Bien sabes que se te presentarán desafíos, pero si has decidido trascender,
puedes vencerlos o encontrar nuevas alternativas. Ningún obstáculo resiste la
fuerza de una persona que decide superarlo. El espíritu humano es
inconquistable. Cuando decidas que tu vida ya no se verá dictada por las
circunstancias, sino sólo por tus decisiones, entonces tu vida cambiará para
siempre y estarás capacitado para hacerte cargo del control.
¡Sólo vine a echar desmadre!
Tal vez este aspecto generará muchos desacuerdos, aun así, me atrevo a
exponer el tema porque considero que tiene buenos argumentos. Cuando
comencé a salir a bares y antros, lo hacía apenas con lo justo para mi
transporte de ida y de regreso, no más. Bueno, para terminar pronto, lo único
que tenía era el deseo de conocer mujeres. Entonces no me podía dar el lujo
de decir: “¡Sólo vine a divertirme con mis amigos!” No porque divertirme
con mis amigos fuera malo. La verdad es que el “¡Sólo vengo a divertirme!,”
sólo es un comentario, aparentemente inofensivo, para cubrir inseguridad,
ansiedad, conformismo.
Este tipo de apatía me enfurecía a más no poder. ¿Invertir tanto tiempo,
dinero y esfuerzo sólo para “divertirte”? Insisto, no está mal, lo que sí lo está,
se encuentra en el hecho de que esa diversión, no es como tal. Es decir, el
cien por ciento de las veces después de escuchar esta declaración ―oh… si te
contara cuántas veces la he escuchado―, en ningún momento los veo
divirtiéndose en el sentido literal de la palabra. Además lo dicen como si
hablarle a una mujer no fuera divertido. Quizá tengo una mente muy cerrada
en este sentido, pues yo me pregunto, ¿para qué salir a bares y antros si no es
para conocer mujeres? Digo, por mí está bien si quieres ir con tu grupo de
cinco amigos a bailar formando una ruedita al estilo “ladies night” sólo que
sin mujeres al lado. Hazlo. Disfruta tu momento. Sólo te informo que es una
excelente forma de repeler mujeres.
Para todo hay tiempo y lugar. Más allá de estar apegado al resultado, es
cuestión de valorar tu tiempo y tus prioridades. Si sólo quieres tomarte unas
cervezas y estar sólo con tus amigos, hay otros lugares. Nada más no me
digas que “quieres estar sólo con tus cuates” en un antro donde hay cientos de
chicas, donde ni siquiera se puede caminar o tener una buena conversación.
Eso sería incongruente. De cualquier forma, ¿de qué otra manera puedes
divertirte más que conociendo mujeres maravillosas? Como dice la canción,
“Mujeres Divinas” de Martín Urieta:

“Las horas más hermosas de mi vida, las he pasado al lado de una dama.”

En oposición, se encuentra la perjudicial tendencia a pensar que lo más


importante es tener sexo. Andar de calenturiento y en consecuencia querer
manipular a las mujeres para tener sexo es uno de los principales motivos por
los que las mujeres huyen despavoridas. No pretendo persuadirte para que
aplaques tu deseo sexual, sólo quiero que lo dejes al último siguiendo este
sistema: enfócate en el proceso, disfrútalo. Tus objetivos llegarán por sí solos
cuando muestres al mundo tu verdadera esencia. Tener fines ocultos y querer
esconderlos a base de engaños, te delatará antes de cumplir tu cometido. Te
hará pasar como alguien necesitado y desesperado. Las personas no son
tontas, ellas pueden ver a través de ti. Controlar el comportamiento a base de
intrigas sólo te perjudicará.
Para ser sinceros, salir a divertirte no te hará tener sexo. Aunque se piense,
diga o defienda lo contrario. Una clave más certera que divertirse es estar
siempre encendido. Preparado. Lo esperes todo o no esperes nada. La
preparación debe estar ardiendo dentro de ti esperando actuar. El éxito es
amante de la preparación, y la práctica es lo único que te prepara, no la
diversión. No todo es un arcoíris, colores luminosos, juegos y risas. Aunque
te digan lo contrario. Aun aburrido y cansado tendrás que practicar y jalar del
gatillo cuando el blanco haga su aparición. Los mejores se forjan con la
práctica y saben que no todo es diversión. Si no me crees a mí, pregúntale a
todo deportista que ama su deporte.
Creo que todos queremos poseer a la mujer que nos gusta. No hay nada
inmoral en ello. La diferencia es el cambio de procedimiento. Muéstrales
aquello que tú posees que nadie más tiene y haz que ellas muestren lo mejor
que tienen. Algo nuevo. Por breve que sea. No necesitarás estratagemas, ellas
solitas se entregarán a ti.

Estás aquí para ligar, no para divertirte. A divertirte al circo. ¿Por qué lo
digo? Mira, debes divertirte en la persecución de las mujeres, si no te divierte,
no deberías hacerlo. La afirmación principal es porque algunos oportunistas
ponen de pretexto el “¡Sólo vengo a divertirme!,” sólo para no actuar. Cubren
su miedo o su ineptitud con un pretexto que es muy bueno, pero que no
justifica el no hacer nada. Así que para la otra no hables con las mujeres si no
quieres, pero al menos admite que te da miedo o te sientes incapaz. No te
justifiques con pretextos baratos.
La estrella y el espectador
Hay hombres que salen sólo para estar de holgazanes y posponen la
acción indefinidamente. Claro, encuentran más fácil no acercarse, quedarse
parados y mirar. Algunos lo racionalizan diciendo: “¡Voy a ver las
interacciones sociales y aprender!”, o “¡Yo te veo primero!”, o “¡Me espero a
que los demás empiecen a socializar!” Hay mil maneras de justificar el estar
en la zona de confort. Cuando caigas en la pasividad, necesitas entender por
qué estás siendo un espectador y no tomas acción. Puede que se te dificulte
acercarte, o tuviste un par de malos acercamientos, donde te rechazaron y
estás tomando un descanso. Estas pausas son fatales. No sólo te oprimirás
más, sino también empezarás a ponerte a racionalizar. No retardes las cosas,
toma acción inmediata a pesar del resultado. Lo haces sólo para ganar
momentum. Lo haces por ti. Considera parte de tu trabajo darte cuenta de
esto e interrumpe el patrón.
Lo que te debería doler es que, al estar en modo espectador estás buscando
constantemente que otras personas se lleven la gloria. Ves películas para ver
cómo el perdedor se liga a la chica más popular de la escuela, ves los partidos
de tu equipo favorito para ver que ellos se lleven la gloria, ¿y tú para cuándo?
Hay personas que llegan al punto en donde ya no quieren la gloria, y sólo
quieren sentarse a ver a los demás llevársela. Los hombres débiles no viven
sus propias vidas. Todo esto pasa porque es más sencillo ver a los demás
triunfar, que destacar y obtener el triunfo tú mismo. Apaga la computadora o
la televisión, cierra este libro y sal a obtener la gloria. Si hay algún programa
que te guste, si le vas a un equipo o si quieres aprender de alguien,
obsérvalos, está bien. El punto es que debes dejar de inventarte excusas y
perder el tiempo mirando a los demás.
Tenemos energía y tiempo limitado, no tiene caso desperdiciarlos siendo
el espectador. ¿Recuerdas cuando eras niño y pensabas que ibas a vivir 100
años? Bueno, quizá ahora te des cuenta que sólo vas a vivir setenta o sesenta
años. ¿Qué tan rápido se fueron esos años de vida que tienes? Pasaron
volando. Así que apresúrate a hacer lo que tengas que hacer.
Los medios masivos de comunicación te impiden, a veces, pensar por ti
mismo. Una cosa es leer artículos o programas de televisión que te gusten o
que te instruyan en algo, otra cosa es simplemente llenarte de basura. De aquí
viene el síndrome del espectador, ya no quieres ser la estrella que todos
quieren mirar, ahora prefieres simplemente quedarte viendo cómo los demás
tienen éxito. Si te gusta leer libros sobre desarrollo personal, me parece
genial, pero no lo tomes como excusa para no tomar acción. Tú eres la
estrella de tu vida. Actúa como tal.
Otro síntoma del síndrome del espectador es querer ganar u obtener las
cosas a base de suerte. Piensas que la solución a tus problemas es un billete
de lotería o unos cuantos millones en tu cuenta bancaria. Algo que de repente
caiga del cielo y de un día para otro mejore tu vida.
Haz más excitantes los lugares a los que vayas simplemente porque estás
ahí. Toma cualquier oportunidad para brillar y emanar tu efecto superestrella
aprovechando las oportunidades que se te aparezcan. Es la habilidad de hacer
lo inesperado. El coraje de hacer algo contrario a las expectativas de los
demás, los estereotipos. Tener esa habilidad te hace superestrella.
Una estrella, en lugar de observar, es excelente actuando frente a una
audiencia, especialmente cuando tienen que desempeñar la misma
presentación o show una y otra vez. Es quien atrae la atención, haciendo lo
que sabe hacer mejor y a veces lo monetiza. Es capaz de redirigir la atención
a su causa o compañía.
Parte
IV
Técnicas de contacto físico
Que sonrían y abran su cuerpo
El primer lugar que debes notar para darte cuenta si una sonrisa es genuina
son las líneas de expresión al lado de los ojos. Las sonrisas falsas sólo
conforman la boca. La sonrisa y la risa son consideradas como un signo de
felicidad. El llanto o la ira pueden llamar la atención, pero una sonrisa hace
que las personas se queden contigo. Al sonreír demuestras amistad y una
disposición a conectar a un nivel más íntimo. Una sonrisa también es
contagiosa, causa una necesidad de correspondencia. Las neuronas espejo en
el cerebro activan la parte responsable que reconoce las cara y expresiones, lo
que provoca una reacción de imitación. Incluso puede suceder a un nivel
inconsciente: automáticamente copiamos las expresiones que vemos. Una
sonrisa no debe ser con los labios cerrados o apretados, como si guardaras un
secreto y no lo quisieras compartir. Si sonríes así y no estás ocultando nada,
quizá lo que tratas de ocultar son tus dientes chuecos ― un tratamiento de
ortodoncia solucionará esto. Una sonrisa sarcástica no demostrará otra cosa
más que sarcasmo, a menos que por cuestiones fisiológicas, no puedas sonreír
de otra forma. Una sonrisa sarcástica es una sonrisa chueca: un extremo de tu
boca punta hacia arriba, mientras que el otro apunta hacia abajo. La sonrisa
que siempre gana es una genuina y expresiva ―incluso una fingida pero bien
practicada―, la cual puede servir para coquetear, agradar, convencer.
Sonreír y reírte, incluso cuando las cosas no van bien, hará que te sientas
mejor y esa emoción se esparcirá hasta los que te rodean. ¿Cuándo fue la
última vez que te reíste hasta llorar? Reírte con las personas va más allá de
contar chistes o contar anécdotas divertidas, sino de construir relaciones. Es
más fácil que empieces a hablar contigo mismo en voz alta que empezar a
reírte cuando estás solo. Por el contrario, es más fácil que te rías cuando estás
con tus amigos; no vas a estar hablando solo. La risa es más común en
situaciones sociales que en soledad. Es importante que sepas esto para que no
te vayas a lo común y pienses que para hacerlas reír tienes que ser un payaso
contando chiste tras chiste. La habilidad de hacerlas reír es un rasgo
dominante. Tú controlas las emociones. Si tienes un buen sentido del humor,
ya tienes la batalla ganada, sin embargo, el coqueteo funciona como un
poderoso sustituto. Ahora bien, no debes preocuparte si las mujeres no se ríen
contigo. No obstante, es importante que consideres esta habilidad dentro de
tus prioridades por todos los beneficios que tendrás. Finalmente, recuerda
siempre que la risa deja una expresión de felicidad en el rostro, del mismo
modo que la depresión y el enojo dejan una expresión de tristeza y molestia.
Depende de ti qué sentimientos quieres transmitir.

Aprovechando este apartado, quiero hablar sobre otras técnicas que, como
la sonrisa, vuelven a las personas más receptivas. Una táctica sencilla pero
efectiva de hacer que una mujer deje de cruzar sus brazos es darle una razón
para que deje de hacerlo, v.g., darle un objeto, enseñarle una imagen o video
de tu celular, pedirle sus manos para bailar, pedirle sus manos para enseñarle
algo, darle un abrazo. También puedes ser directo y decirle, “Te noto un
poquito cerrada, ¿quieres que platiquemos de otra cosa?” “Te noto un poquito
cerrada, ¿quieres que vayamos a otro lugar?” Si quieres ser coqueto, puedes
decirle, “Noto que cruzas mucho los brazos, si tienes frío, nos podemos
abrazar y calentarnos un poco.” O si quieres subir un poquito más de tono la
interacción, puedes hacerlo de dos maneras. El único requisito es que ella
tenga los senos más grandes que el promedio, sobre todo porque dentro de las
posibilidades, está que ese cruzar de brazos pueda ser un coqueteo de su
parte.

1) “Debe ser muy incómodo para ti que cuando hables con los hombres
miren más hacia tu escote que a tus ojos. Lo digo porque cuando te cruzas de
brazos, resaltan más y es muy difícil mirarte a los ojos y ponerte atención”;
2) “Yo sé que se ve muy bonito tu escote. Demasiado incitador, diría yo.
Pero yo creo que se vería igual de bien si dejaras de cruzar tus brazos. Tienes
que ayudarme a concentrarme en tus ojos, que considero muy bonitos y no
ofrecerme otras tentaciones.”

Estas declaraciones “sexualmente inocentes” funcionan de lo lindo. En


primer lugar, ya estás hablando de sus senos, lo que puede generar una plática
más íntima. En segundo lugar, estás situándola en la posición en donde ella es
la que te está provocando y lo siguiente que haga, funcionará a tu favor: si
sigue haciéndolo, la situación puede tornarse más sexual, y si deja de hacerlo,
estará corporalmente más abierta. En tercer lugar, te sirve para calibrar la
interacción y saber si es el momento de avanzar, de esperar otro poco o
buscar en otro lado. Si ella se ofende y se va, probablemente no iba a pasar
nada en absoluto. Si ella actúa sonrojada o apenada, incluso si se ríe, las
cosas se pueden darse a pedir de boca.
En general, sobre todo si todavía no te consideras tan aventurado, no es
buena idea proceder con otra cosa si la chica sigue cerrada corporalmente.
Puede ser una chica callada y reservada, y aun así tener un lenguaje corporal
receptivo. Así que abrir y relajar su postura es un factor clave para la
interacción. Las mujeres tienen objeciones secretas que se te pueden pasar
por alto si no lees su lenguaje corporal. Cuando puedes ver que su respuesta
es un “no” antes de que te lo digan, puedes intentar una aproximación
diferente. Que las mujeres se presenten incómodas al principio, no quiere
decir que debes permanecer alejado todo el tiempo. Avanza y retrocede las
veces necesarias hasta que cedan. Debes tomar en cuenta que el hombre
despreocupado que saluda a todos calurosamente y hace contacto físico
constantemente, causa disgusto secretamente, lo cual no te debe importar en
absoluto. Imagina todo el esfuerzo y tiempo que vas a desperdiciar al querer
agradarles a todos. Aunque hagas las cosas bien todo el tiempo, las personas
te odiarán por una u otra razón. Esta es otra razón por la que debes aplicar
contacto físico: para acercar a quienes te aprecian y alejar a la gente que
guarda su hostilidad secretamente.

Mientras más lejos del cerebro está una parte del cuerpo, menos
consciencia tenemos de sus movimientos. Lo que significa que las piernas y
los pies son una fuente importante de información sobre la actitud de las
personas, esto debido a que pocas veces toman en cuenta estas señales y
mucho menos se toman la molestia de fingir los gestos de los pies y las
piernas como lo harían con una sonrisa. Recuerda que las señales pueden
significar varias cosas. Una mujer puede verse relajada y en control mientras
que su pie puede estar golpeando rápida y repetitivamente el piso o se puede
estar moviendo frenéticamente en el aire. Esta señal puede significar que ya
se quiere ir o que la estás desesperando o simplemente que la estás poniendo
nerviosa, o en su defecto, que es una persona con tics nerviosos. Eso sí, debes
tomar en cuenta que cuando los movimientos de las piernas aumentan, algo
más está sucediendo. No te desanimes a la primera, sigue empujando. Lee las
señales, tómalas en cuenta, pero que no influyan demasiado en tus propósitos.
Todo obstáculo puede ser vencido.
Debido a que las piernas están diseñadas para caminar y correr
principalmente para ir hacia donde deseamos y alejarnos de lo potencialmente
peligroso, la forma en la que una persona utiliza sus piernas te indica hacia
dónde quiere ir. Muestran la disposición a irse o quedarse. Cruzar o abrir las
piernas puede ser sólo una costumbre, lo que puede indicarte muy poco. Sin
embargo, cuando estas posturas son demasiado pronunciadas o se adoptan
cuando acabas de hacer un comentario o en un momento determinado de la
interacción, te indicarán qué tanto o qué tan poco le interesas a la chica. Si
todavía tienes oportunidad de hacerla cambiar de parecer, ingéniatelas para
que dejen de tener una posición cerrada. Un movimiento sutil que les puedes
sugerir, puede ser una invitación a levantarse por una bebida, ir a otro lugar,
levantarse a bailar o pedirle que se acerque un poco más. Mantener la
interacción dinámica sigue siendo clave. Las posiciones de las piernas y los
pies pueden ser variadas y en diferentes contextos pueden significar algo
diferente. No obstante, hay algunas señales claves que debes notar en tus
interacciones:

1) Si tiene una posición neutral con las piernas juntas significa que está
escuchando y no tiene una intención aparente de irse. Es más común en las
mujeres.
2) Si tiene una posición relajada con las piernas abiertas ocupando mayor
espacio sin ninguna intención a marcharse, es una muestra de dominio,
confianza y masculinidad, por eso es más común en los hombres.
3) Si el peso de su cuerpo está recargado más hacia el costado de la
cadera, lo cual deja un pie apuntando al lado u otra dirección que no sea a ti,
puede significar una muestra de estilo, de costumbre o que por el momento
no tiene intenciones de quedarse.
4) Si tiene los pies y los brazos cruzados y está situada a mayor distancia
de ti puede ser una posición de incomodidad debido a que no te conocen bien
o algo raro está pasando y adopta una posición defensiva o sumisa. Es posible
que ella no piense irse, pero tampoco se encuentra abierta. Algunas personas
claman que cruzar brazos y piernas es una posición cómoda y puede ser
cierto, aunque es más cierto que sea una posición cómoda cuando están
inseguras o a la defensiva: empareja su estado emocional. Si ella está en otro
grupo y tiene esta posición, es posible que no conozca a todos y que tienes
que llegar a salvarla.
5) Cuando ella está sentada con los brazos y piernas cruzadas y recargadas
en el respaldo, es probable que se encuentre emocionalmente ausente y puede
ser muy difícil persuadirla.
6) Como las mujeres usan faldas o vestidos tienen que cerrar sus piernas
por razones obvias y apremiantes. A través de los años y los hábitos, las
mujeres siguen adoptando esta posición aunque utilicen pantalones. Por esta
y otras costumbres, nunca hay que quedarse con la primera impresión que
proyecten las mujeres.

Cuando conoces a una mujer por primera vez, necesitas evaluar


rápidamente si reaccionan positiva o negativamente hacia ti. Y una de las
formas para hacerlo es ponerlas a prueba para ver si te siguen la corriente. La
sincronía promueve un sentimiento de reciprocidad y aceptación. Reflejar lo
que hace la otra persona está programado en nuestro cerebro porque la
cooperación lleva a obtener beneficios sociales y de sobrevivencia. Si eres
capaz de contagiarles emociones similares a las que tú tienes o si eres capaz
de ponerte en sintonía con ellas, es muy probable que generes una
compenetración mutua. Lleva a cabo el cortejo bajo una sincronía, como si
estuvieras bailando con ella. La intención no es que tú la imites a ella, ni
tampoco que ella te imite a ti. El objetivo es que los dos se vean reflejados
realizando una actividad. Eso hará el cortejo más efectivo que si sólo te
limitaras a copiar sus gestos o lenguaje corporal. Empero, imita su lenguaje
poniéndote a su nivel, v.g., si ella está sentada, siéntate; si ella está parada,
párate; si tú estás incómodo y ella cómoda, busca un mejor lugar o una mejor
postura. No sólo su cara debe estar frente a ti, sino todo su lenguaje corporal.
De esta forma crearás la ilusión de que el único lugar en donde ella quiera
estar, es contigo. Si es necesario que muevas tú mismo su lenguaje corporal,
hazlo hasta que los dos queden cara a cara, cuerpo a cuerpo.

Cuando una mujer quiere atraer al sexo opuesto, lo hacen poniendo


énfasis en las diferencias sexuales. Para desanimar a los hombres se
frivolizan o esconden esas diferencias. Aprende a ubicar a las mujeres cuyo
lenguaje corporal indique que están dispuestas y responde con tus propios
gestos para cortejarla. Si tienes buen ojo, ellas responderán con otros signos
que te darán la luz verde para avanzar. Una habilidad que propulsará tu juego
al siguiente nivel es ser capaz de leer las señales de las mujeres. Carecer de
esa habilidad hará que se te dificulte demasiado encontrar parejas sexuales.
Las mujeres tienen dificultades en atraer a los hombres, pues estos son tan
torpes que no interpretan bien los signos. Aprovéchate de esta situación y no
seas parte de ellos.
Los hombres creen que son los primeros que hacen un movimiento en el
cortejo, la verdad es que las mujeres inician el cortejo la mayoría de las veces
enviando una serie de señales con la mirada, el cuerpo y su rostro a los
hombres que le gustan. Esto me recuerda a la Ley de Briffault que dice,

“La mujer, no el hombre, es la que determina las condiciones de la


familia. Si la mujer no puede obtener un beneficio de la asociación con un
hombre, dicha asociación no sucede.”

Mientras que puedes tener éxito sin que recibas estas señales, tu rango de
rechazos será muy alto, puesto que no te invitaron en primer lugar, o bien, te
puede llevar más tiempo. Simplemente estás haciendo uso del juego de
números. Los hombres de élite tenemos que ser buenos en ambos tipos de
juego.

Las primeras impresiones, de las que tanto hablan los libros sobre
lenguaje corporal, están sobreestimadas. Una buena primera impresión se
puede ir a la borda si no se sustenta, y una mala impresión puede mejorarse a
través de las acciones. De hecho, una mala impresión puede actuar a tu favor.
Además, ¿qué es lo que define una buena impresión? Una buena impresión es
ambigua y subjetiva, lo que para una mujer puede parecerle positivo, para
otra puede parecerle pedante. Por otra parte, ¿quién realmente está preparado
todo el tiempo para lograr las mejores impresiones? Es verdad, no tienes la
posibilidad de hacer una primera impresión. Lo que pasó, pasó. Sin embargo,
puedes mejorar tu imagen a través de las acciones, como ya dije. No se trata
de corregir algún tropezón en la interacción, sino mejorar su percepción
acerca de ti. Si llegara a ser tan decisiva una primera impresión en
determinada persona, es muy probable que estés tratando con las personas
incorrectas. No tienes que fingir nada, es decir, si te sientes nervioso, no
intentes parecer confiado. Créeme, se notará. En vez de eso, acepta tu
nerviosismo y actúa a pesar de él. Practicar los ejercicios que vienen en este
libro, te ayudará a ganar confianza y certeza a la hora de abordar, pero como
ya dije, no puedes estar preparado para todo, todo el tiempo. Por ejemplo, en
los libros sobre lenguaje corporal te darán varios consejos para provocar las
mejores impresiones, desde tu forma de hablar y caminar, hasta la forma en la
que debes vestir, pero, ¿qué pasaría si acabas de salir a correr, estás sudado,
cansado, oliendo mal y de pronto ves a una chica bien arreglada y oliendo a
perfume y no puedes aguantarte las ganas de abordarla?
Te acercas con la voz entrecortada, tartamudeas, derramas sudor y
proyectas un olor a “hombre”. Según lo que predican los expertos sobre
lenguaje corporal, vas a provocar una mala impresión. ¿Adivina qué? Lo he
hecho decenas de veces y tuve la oportunidad de crear relaciones muy
placenteras. Ahora te pregunto a ti, ¿vas a dejar que la necesidad de la, dizque
importancia de causar buenas impresiones te detenga en los momentos
aparentemente inoportunos?

La mayoría de los hombres cuando miran hacia una mujer, pueden mirar
su rostro, su escote, sus piernas, su trasero, pero los detalles reveladores los
pasan por alto, aunque estos sean muy obvios.
Si puedes cambiar tu lenguaje corporal y el de los demás, puedes cambiar
muchas cosas en tu vida. Puedes alterar tu estado emocional, sentirte más
confiado, ser agradable, persuasivo y convincente. Manejar el lenguaje
corporal te hará interactuar diferente con todas las personas y ellas, en
respuesta, responderán a ti.
Cuando empieces a mejorar tu consciencia sobre el lenguaje corporal
probablemente te sientas incómodo cuando notes ciertos gestos negativos en
tu actitud, o que notes que te están mintiendo, o tendrás la noción de que los
demás también lo están notando. Al principio puedes sentirte extraño al
adoptar un lenguaje corporal confiado y mantener contacto visual cuando
toda tu vida has caminado cabizbajo y con las manos en las bolsas. No te
abrumes tampoco si sientes que cuidar tu lenguaje corporal y notar el ajeno.
En realidad, notar varias señales a la vez, es fácil. Lo único que tienes que
hacer es leer los mensajes.
Las manos
Una palmadita en la espalda, una caricia en el brazo ―estos son gestos
cotidianos incidentales que normalmente damos por sentado ― , se realizan
con nuestras manos increíblemente hábiles. Gracias a toda la experiencia de
primera mano que he tenido a lo largo de los años, puedo decirte que todo
contacto físico tiene un significado más profundo de lo que creemos: es
nuestro lenguaje primordial y un medio primario para transmitirlo. Cada vez
que me voy adentrando más en el tema, los beneficios del tacto se van
sumando descomunalmente. Todo sugiere que el tacto es realmente
fundamental en la comunicación del ser humano, la unión y la salud. De
hecho, las personas no sólo pueden identificar sentimientos a través del tacto
sino también pueden diferenciar entre cada tipo de tacto, algo que no puede
realizarse tan eficientemente con el rostro, ni siquiera con las palabras.
Tenemos unas manos increíbles que nos han permitido realizar cosas
sorprendentes, v.g., herramientas, signos, lenguaje, comportamiento.
Las manos son una parte del cuerpo que está permitido tocar en casi
cualquier situación, sin embargo, tomar la mano de alguien tiene un
significado poderoso. De los primeros movimientos que busco hacer cuando
inicio la interacción con una mujer es tocarle sus manos. En la calle, en la
escuela o donde esté, por lo regular me aproximo por su espalda y toco su
brazo para que se volteen. Me encanta romper el hielo de este modo. Voltean
sorprendidas, se espantan, reaccionan como si lo hubieran estado esperando.
Más tarde, cuando las veo otro día y nos ponemos a recordar, no falla que me
digan, “Me acuerdo muy bien de la primera vez que me hablaste porque…”
En fin, una vez que voltean les digo, “Hola, ¿cómo te llamas?” Cuando
me dicen su nombre, invariablemente me presento yo, les extiendo mi mano
y les digo, “¡Hola, yo soy Ken!” Hay veces en las que les doy su apretón de
manos y la retiro. Por lo regular es así cuando ellas se dirigen hacia un lugar.
Si están paradas esperando o sólo pasando el rato, no les suelto la mano y
comienzo a comentarles el motivo por el cual me acerqué. Mantengo su mano
apretada con la mía hasta que ellas decidan separarse. Tú te estarás
preguntando, “¿Y qué, eso es todo?” Y yo te responderé, sí, lo es todo. Mira,
al sostenerles la mano les transmito mi buena vibra y establezco la pauta para
que ellas se sientan más cómodas cuando yo escale hacia otra parte de su
cuerpo.
Si ellas se dirigen a un lado y las noto receptivas, simplemente les digo,
“Se ve que tienes prisa, te acompaño, pero toma mi mano como si fuéramos
dos novios enamorados.” Ellas sólo se empiezan a reír y comienzan a
hacerme preguntas. Si no, seguimos platicando de otras cosas. Si noto que
ellas me dan la mano de forma floja, les digo, “Pero apriétamela bien, que sea
vea cuánto me quieres.” Todo el tiempo estoy buscando que ellas me tomen
la mano hasta que ellas lo hagan por iniciativa propia.
Cuando no quieren darme la mano, les digo, “Bueno, está bien, toma mi
brazo. El chiste es que se vea que estás protegida.” Es más fácil que ellas
tomen mi brazo, sin embargo, aun así busco salirme con la mía y pongo mi
otra mano encima de la suya. No importa el modo ni la forma, siempre busco
tomar su mano. Después de que ellas aceptan darte la mano, será más fácil
escalar hasta darle un abrazo, el cual, también tiene que durar el mayor
tiempo posible.
Si se trata de una fiesta, un bar o cualquier otro centro nocturno, el
acercamiento es un poco diferente. Pueden hacerse las cosas tal y como las
describí arriba, sin embargo, la noche se presta para hacer algo más atrevido.
Aquí puedo acercarme tanto de frente como por atrás, no importa.
Generalmente son lugares donde hay música, por lo que es necesario
hablarles al oído. Entonces cada vez que les digo algo al oído, tomo su
cintura con las dos manos ― es que es para no caerme hacia delante. De su
cintura puedo bajarme fácilmente hasta sus manos. Cuando se las tomo, hago
dos movimientos. En el primero, con mis manos apretadas con firmeza a las
suyas, las muevo hacia atrás de su cuerpo justo arriba de sus nalgas ― puede
ser en sus nalgas. Aquí yo aparento ser yo el agresor, pero también deja su
postura abierta y mi pecho puede estimular los suyos. Luego, el segundo
movimiento lo alterno constantemente con el primero, es decir, ahora dirijo
nuestras manos hacia atrás de mis nalgas para que ahora ella aparente ser la
agresora y aun así, continúo estimulando sus pechos con el mío.
Aunque no sea directamente con las manos, hago que ellas rodeen mi
cuello con sus brazos mientras yo las tomo de la cintura. Si ella baja sus
brazos, los vuelvo a acomodar alrededor de mi cuello. Esto lo hago
constantemente hasta que ellas lo hagan por iniciativa propia.
Como ves, el objetivo es que ellas comiencen a hacerlo por iniciativa
propia o hasta que se acostumbren a estar muy cerca de ti. La verdad es que
no importa si es de día o de noche, a veces no importa siquiera que estés en
una situación social en la que no encaje ser tan atrevido. La creatividad de
cada quien, juega un papel muy importante. Puedes alternar los movimientos
tanto en el día como en la noche, el único requisito es saber crear el momento
para que el contacto físico suceda.
El saludo
No siempre será posible presentarte con un movimiento atrevido con todas
las mujeres que quieres conocer. Eso no quiere decir que no puedas sacarle el
provecho a cada ocasión. Siempre hay una oportunidad para dejar tu sello
personal. Cada vez que te presenten o te presentes con la chica que te gusta, y
les digas o te digan su nombre. Dales la mano, diles que es un gusto
conocerlas y no las sueltes. Mantén el apretón de manos tanto como te sea
posible. Con una sonrisa amigable continúa conversando cómoda y
normalmente. Cuando lo hagas suficientes veces con éxito, puedes
evolucionar tu presentación hacia algo más caluroso. Si con tu mano derecha
sigues sosteniendo su mano, con tu brazo izquierdo puedes rodear sus
hombros y quedar incluso más cerca de ella. También puedes tomar con tu
mano izquierda todo su brazo derecho. Siempre compórtate lo más
calurosamente posible. Tu posición no será agresiva, ya que te posicionarías a
un costado de ella. Además, los saludos calurosos están permitidos en casi
todas las situaciones sociales. De ahí, para poner la atmósfera más ardiente,
puedes pasar de un saludo de manos a un abrazo y de igual manera, quedarte
así el mayor tiempo posible. “¡Mucho gusto en conocerte!” Ese es siempre el
mejor pretexto. En cualquiera de los tres saludos puedes seguir platicando
con toda normalidad, si bien, las últimas dos te permiten estar más cerca de
ella.
Bajo ninguna circunstancia, a menos que de plano seas ajeno a las señales
sociales, esto no puede ser considerado como una agresión ni te verán como
un hombre impulsivo. “¡Eres muy cariñoso!” Así es como te describen
usualmente. “¡Eres muy empalagoso!” Es de lo peor que me han dicho, pero
dime, ¿tienes algún problema en aceptarlo? De ahora en adelante así va a ser
tu forma de ser, o al menos, la forma en que saludas a la gente. Existen las
personas frías y las personas calurosas. Prefiere ser del segundo tipo. La
única condición es que tú te lo permitas. Sólo así podrás aprovechar cualquier
situación a tu favor y empezar a acercarte a ella. Si ella te dice, “¡Me gustan
los deportes!”, respóndele, “No lo puedo creer, a mí también. ¡Chócalas!”
Las chocas con ella y la abrazas después. Si ella luce deslumbrante ese día
puedes mencionarle, “¡Hoy te ves espectacular!”, tomas su mano y le das una
vuelta. Si ella es muy guapa, puedes decirles, “Nunca me imaginé que una
mujer tan guapa como tú fuera tan amigable. ¿O sólo es conmigo?” Si no
quieres hacer declaraciones, la lucha de pulgares les es irresistible.
Simplemente no se puede terminar sin una sonrisa después de una ardua
lucha con los pulgares. Nadie sospecha que este inocente juego es para
empezar a acercarte a ella físicamente.
Es difícil que ellas se resistan a esta vibra tan afectuosa, y sí, te
encontrarás a mujeres frías de tanto en tanto. No te inquietes. Permanece
firme. Cuando suceda esto, tanto como en los saludos, en los abrazos y
demás, con mucho tacto, diles, “¡Pero así no, que se te vea el entusiasmo de
verme!”, y haces que te abracen o saluden otra vez. En aquellos días en los
que yo estaba empezando, aplicaba una rutina en la que les decía: “Dicen que
la forma en que abrazas habla mucho sobre tu forma de hacer el amor. ¿Tú
que calificación le pondrías a tus abrazos?” Funcionaba magníficamente. De
ahí puedes bromear poniéndoles un 5 y mostrarles cómo se abraza.

Utilizar abrazos como una forma de recompensar su buen


comportamiento, funciona maquiavélicamente de lo lindo. Cada vez se
sentirá más apegada a ti. Te darás cuenta cuando vas por buen camino si
después ella es la que comienza el contacto físico. No por el
condicionamiento de reflejos al estilo Pávlov ―es un tema en el que no
quiero profundizar―, sino por la simple costumbre de estar en cierta cercanía
contigo. ¿A qué mujer no le gusta sentirse apreciada? No importa si les
muestras aprecio con un abrazo, les agradará tanto la idea que ellas mismas lo
harán ver tan natural que ellas mismas comenzarán a propiciarlo.
Es de vital importancia que no te detengas, que lo mantengas dinámico.
Tocarlas no es suficiente. En realidad con esto todavía no has hecho lo
necesario. Este tipo de comunicación no se trata de hacerlo por siete minutos
y después tener todo listo. Si quieres besarla lo más pronto posible, tienes que
tener un contacto continuo y dinámico con ella. Necesitas darle vida a tu
nueva relación con pequeños movimientos hasta el final.
¿Qué significa ser dinámico en tu juego? Primero debemos saber lo
contrario. Ser estático es no hacer nada y ser dinámico es estar en
movimiento. Cuando escalas físicamente, por ejemplo, no te quedas dos
horas tocando su hombro. No, lo que haces es tomarle las manos, darle varias
vueltas para admirar su cuerpo y su modo de vestir, la tomas de la cintura, le
hablas al oído, y todo eso de forma dinámica. Y para escalar no tienes que
estar todo el tiempo jalándola hacia ti, también debes alejarla y dejarla
respirar, dejar que extrañe el calor de tu cuerpo. Cuando la vuelves una
interacción dinámica, implantas la pauta para escalar más rápido y para
vencer las resistencias, solamente tienes que darles su espacio.
Observa cómo son sus expresiones faciales y todo su lenguaje corporal
todo el tiempo. Si notas que ella mantiene su rostro tranquilo y alegre, así
como también un lenguaje corporal abierto y relajado, sabrás que ya ha
adoptado una actitud sumisa. Por el contrario, si su rostro y su cuerpo los
mantiene rígidos, necesitas cambiar de estrategia.
Abrir la pista de baile
La pista de baile te ofrece una excusa para empezar a escalar físicamente
bajo el pretexto de estar bailando. Si le pareces atractivo, te dará la
oportunidad de acercarte a ella. Si no le pareces atractivo, ella empezará a
sentirse atraída por ti si eres capaz de acercarte en una manera confiada. Esto
funciona porque al llevártela a la pista de baile, la estarás aislando y podrás
comenzar a crear la Burbuja del Amor.
Evita ser el clásico tipo que sólo las invita a bailar… sólo eso. Funciona
mejor si te acercas con otros motivos y después la sacas a bailar. Puedes ser
el mejor bailarín, puedes subirle su energía con tus finos pasos de baile, pero
aun así no pasará nada si no escalas. Esto lo he notado miles de veces: tan
pronto como termina la pieza de baile, ella te dirá el clásico, “¡Gracias!”, y
adiós. En dado caso, puede que se quede contigo porque sabes bailar, pero
eso no te garantiza nada. Incluso puede tomarte como sólo un amigo, una
compañía para no aburrirse y ya. Tienes que hacer algo más aparte de bailar.
No, no necesitas ser un excelente bailarín. Eso sí, es mejor si sabes unos
cuantos pasos de baile, incluso si no te gusta bailar. Aprende a bailar o te
verás limitado. El simple hecho de darles vueltas te abre un mundo de
posibilidades.
Sigue los mismos principios cuando te acerques a la pista de baile. Existen
diferencias, pero son meramente contextuales. Por ejemplo, el estado
emocional y mental de las personas se levanta debido al baile. Así que si te
acercas con baja energía, no te pondrán atención. Aunque eso depende mucho
de la chica y otros factores. Lo más recomendable es estar, al menos, al
mismo nivel de energía. Si eres una persona con una energía alta, entonces no
tendrás tantos problemas. Lo más importante aquí es enfocarte en la diversión
― ahora sí. Si las chicas están bailando, acércate de lado mientras bailas.
Trata de chocar caderas con ella. O puedes chocar con ellas espalda con
espalda, lo cual también es efectivo. Una vez que ella responda, debes
tranquilizarte un poco y no apresurarte a agobiarla. Que los dos se sientan
cómodos bailando juntos. Una vez que ella se sienta cómoda, intenta platicar
con ella acercándote. Esto te permitirá rodearla con tu brazo, abrazarla y estar
frente a frente. No hables demasiado, están en la pista de baile. Mantén las
cosas dinámicas porque el estado en la pista de baile se eleva y baja a la
misma velocidad.
No es tan importante que conformes tu energía con la de ella en el baile,
sino que te hagas notar y no llegues demasiado tímido.
Lo que nunca debes hacer es quedarte inmóvil al lado del grupo tratando
reunir el coraje para acercarte. Hacer eso es lo mismo que si las estuvieras
asechando, el problema es que ellas lo notan. Activarás demasiados escudos y
serás rechazado al instante. Acercarte con baja energía te convertirá en una
sanguijuela que absorbe energía. Ellas no quieren que les robes toda la
diversión. La clave es no ser pasivo. Eso sí, no te quedes todo el tiempo
bailando. Avanza.
¿Cómo acercarte a esa mujer hermosa que está bailando y robándose la
atención de todos los hombres? La música es ruidosa, ella se mueve sensual y
todos la miran, ¿cómo hablas con ella? Hay varias formas de construir niveles
masivos de atracción con este tipo de mujeres. Basándonos en estándares
superficiales, ella es la mujer más deseable y de alto valor del lugar. Esto le
da una realidad fuerte de que ella es el premio. Tu trabajo, entonces, es tener
una postura igual de fuerte. Tu energía, tu deseo e intensidad juegan una parte
importante. La clave es tener la misma intensidad con un toque de
sensualidad, no sólo un hombre débil que apenas se armó de valor con el
único fin de decirles a sus amigos, “¡Ya me acerqué!” ¿Te acuerdas del
concepto de tener una intención congruente? Ésta no es la excepción. No
esperes a que dejen de bailar. Aprovecha la oportunidad de generar valor.
Ve directo hacia ella. Camina sintiéndote seguro de que ella va a bailar
contigo. Eres el tipo con más agallas del lugar, camina como tal. No importa
qué tan sensual baile, si hay cinco hombres musculosos a su alrededor o si
sus amigos la están bloqueando del exterior, tienes que ir directo hacia ella.
No te preocupes en ganarte a los amigos, ya habrá tiempo para ello. Lo que
importa es dar la primera impresión y construir atracción masiva. Sin vacilar
en un solo instante, toma su cintura o su cuello y haz que deje de bailar. No
importan las palabras, pero será mejor si eres directo. Acércate a su oído y
dile. “Eres hermosa. Bailas bien. Eres sexy como el demonio.” Declárale el
motivo por el que estás hablando con ella.
Aquí es en donde llega el momento para decidir quién tiene la realidad
más fuerte. Te recomiendo que no bailes en el acercamiento inicial. Párate y
detenla. Ella lentamente seguirá tu liderazgo, dejará de bailar, se quedará ahí,
y hablará contigo. Esto demuestra muchas cosas correctas: eres único, sigues
tus ambiciones, tomas lo que quieres, y no tienes miedo de decir lo que
quieres ni te preocupa lo que piensen los demás. También aplicas un contacto
físico dominante. Tú estás tomando las riendas desde el principio. De ahí en
adelante, dependerá de ella darte las gracias y seguir bailando sola o dirá que
también eres sexy y bailará contigo.
La gloria de esto es que no tienes que decir mucho para mantener la
conversación. Usualmente se te quedará viendo y puedes intercambiar
intermitentemente frases cortas. Baila un poco, dale vueltas. Tendrás muchas
oportunidades de aplicar contacto físico, empezar a restregarle tu artillería en
su trasero, y tocar sus caderas. Luego dale su espacio. También es fácil ir por
el beso. Después habla con sus amigas. Es clave para que sean tus
animadoras, para que te ayuden al final de la noche. Dile que te presente a sus
amigas. También puedes bailar con ellas. Que vean tus cualidades por las que
tanto has trabajado, no sólo un tipo raro que se quiere aprovechar de su
amiga. Luego aíslala. Conversa y escala. Sólo los mejores hacen eso.

Lo más común es que las situaciones sean un poco menos intensas. Para
que tú también lo puedas realizar, te diré entonces, qué es lo que
normalmente hago para que, en primer lugar, acepten bailar conmigo, y en
segundo lugar, evitar el tan temido, “¡Gracias!” después de la canción,
mientras las ves marcharse de tu vida para siempre.
Yo sólo bailo salsa, no me agrada bailar otra cosa. Si llego a un lugar y no
hay salsa, empiezo a hacer contacto visual con las chicas que me gustan.
Luego me acerco y me presento, después les digo, “¡Cuando toquen salsa voy
a venir por ti!,” y continúo examinando el lugar. Cuando llega el momento de
bailar salsa, ya tengo todo listo.
Si no es posible, me acerco a la chica que me gusta cuando empiezan a
tocar salsa y nunca, bajo ninguna circunstancia les pregunto, “¿Quieres
bailar?” Además de que eso es lo que todos dicen y es una petición que
implica también un “¡Es que no sé bailar!,” o, “¡Mejor la siguiente!,” o un
simple, “¡No, gracias!” Se me hace una pregunta tan tonta como ir al estadio
y preguntarle al de al lado, “¿Vienes a ver el partido?”
Me acerco a la mujer que me gusta, toco su brazo para que se voltee y le
extiendo mi mano para que me dé la suya o simplemente tomo su mano y me
la llevo a la pista de baile. Si todo sale bien, cuando está frente a ti, lista para
bailar, le puedes preguntar y decir lo que quieras, pero ya está contigo. Yo
elijo preguntarle su nombre y presentarme. Si sabe bailar, pues empiezo con
los movimientos, si no sabe bailar, me quedo platicando con ella en medio de
la pista y de tanto en tanto le dizque enseño unas vueltas de baile.
Ahora, lo que sigue es crucial: antes de que acabe la canción, les digo,
“¡Quédate conmigo!” Ellas sólo ríen, pero no me dicen nada. Cuando
aceptan, les digo lo siguiente, “Es más, te voy a dar una razón: tú y yo somos
tan buena pareja que cuando bailamos, los demás hacen un círculo alrededor
de nosotros.” ¿Qué sería del Kino Brutal sin la Burbuja del Amor?
Discúlpame si no te lo puedo explicar, pero siempre logro hacer que hagan un
círculo alrededor de nosotros incluso en los lugares apretados de gente.
Siempre debes ofrecerles un motivo por el cual quieran quedarse después
de que termina la canción. De hecho, la primera canción no la bailo por
completo. Haz lo mismo. Empieza a bailar con ella en la segunda o en la
tercera canción. Déjale claro que tú no eres de esos hombres débiles que
sacan a bailar a una chica poniendo toda la fe en su suerte para ver si la chica
se queda con ellos. No, tú no eres como los demás. Aclárale que tú quieres
conocerla, que buscas algo más. Toma firmemente las riendas de la
interacción. De este modo, tú serás quien le diga, “¡Gracias!” si no te
convence o si aparece una chica que te gusta más.
Disminuye sus opciones
Hay un punto que quiero aclarar. Las comunidades de seducción han
vendido equívocamente la cualidad de ser “Alfa” ― u otros terminajos que
sinceramente me da flojera nombrar ― , al punto de llevar a los principiantes
a una preocupación obsesiva en la que constantemente se están preguntando
si lo que están a punto de hacer es alfa o no lo es. Esta actitud llega a ser
contraproducente. Lleva a los hombres a comportarse de una forma mucho
más patética de cómo se comportaban antes. Cuando alguien quiere sacar a
bailar a una chica, yo le aconsejo que no le diga, “¿Quieres bailar?”, sino que
simplemente tome su mano y se la lleve a la pista. Siempre están de acuerdo.
No obstante, su enfoque es distinto. Si pregunto, ¿por qué? Me responde,
“¡Porque no les tienes que pedir permiso!”
Esta respuesta me hace querer soltarles un zape durísimo en la nuca. ¿En
qué momento se empezó a considerar que pedir permiso es algo negativo? La
cortesía no te quita masculinidad, no resta tu atractivo, no merma tu cualidad
de ser dominante. Estoy de acuerdo en que en ocasiones la asertividad juega
un papel extremadamente importante en el cortejo. El problema es cuando se
le ve desde la perspectiva incorrecta.
La razón por la que se empezó a implementar esto fue para que los
hombres perdieran el miedo a ir por aquello que querían alcanzar u obtener.
Para que no se dejaran pisotear por lo demás. Un ejemplo claro es cuando un
individuo quiere emprender. Se le dice, “¡Ve y cumple tus sueños, no pidas
permiso!”, para que no busque la aprobación de sus padres, familiares,
amigos, en el sentido de que ellos no van a vivir la vida por ellos, de que ellos
no le pagarán esos viajes que quiere realizar, que no le comprarán esos
“juguetes” que quiere tener.
En este caso, se implementa para perder el miedo a escalar físicamente,
para ir por el beso y para llevarlas hasta la intimidad. Muchos de nosotros
hemos experimentado la situación en donde tuvimos que poner nuestros
deseos y ambiciones a un lado por otras personas. Tuvimos que esperar hasta
que alguien nos diera permiso para comer. Tuvimos que levantar nuestra
mano para preguntar si podíamos ir al baño. Los viejos
paradigmas ― modelos o reglas de la realidad ― , o estructuras y reglas de
nuestras creencias ya no son relevantes en este período de nuestra vida. Hoy,
la única autorización que vas a obtener es la que te darás a ti mismo. Sé
consciente de lo que quieres y adónde vas y toma el primer paso y ve por
ello. Disfruta estar vivo. Preocúpate primero por ti. Si tienes problemas para
creer esto, no te preocupes. Si practicas una cosa las veces suficientes,
eventualmente empezarás a creerlo.
Prefiero presentarte una mejor perspectiva. Tiene que ver con el dominio
― o si le quieres llamar liderazgo, llámalo así ―, y las opciones. Si nosotros
queremos evitar el quieres, puedo, te gustaría es para disminuir su tiempo de
decisión y su cantidad de opciones. Si queremos sacarlas a bailar o llevarlas a
otro lado, funciona mejor decirles, “Ven, vamos a…”, tomarlas de la mano y
caminar junto con ellas. No les estamos dando ni opciones ni tiempo de
responder. De este modo, es más fácil que acepten. La Ley de Hick, que ya
habíamos visto antes, lo expresa muy bien:

“El tiempo que le toma a una persona para tomar una decisión es el
resultado de las posibles elecciones que se le presentan: mientras más
opciones existan, mayor es el tiempo de decisión.”

Cuando la atención de una persona que está tomando una decisión es


limitada, sus decisiones dependen de la cantidad de opciones en las que se
enfoca. Esto puede darte un incentivo para manipular no sólo la sustancia de
la comunicación y su disponibilidad, sino también la asignación de su
atención en la toma de decisiones. Mientras menos opciones le proporciones,
o mientras le quites la responsabilidad de decidir, tendrás a una linda chica
aceptando tus sugerencias. Ahora, por otro lado, te presentaré una evidencia
de por qué es mejor sacarlas a bailar o llevarlas a algún lado simplemente
liderándolas con el contacto físico:

Algunos estudios particularmente provocativos han examinado el efecto


del tacto en el cortejo. Uno de esos estudios (Guéguen, 2007, Experimento 1)
tomó lugar en un centro nocturno de Francia. Durante las canciones
románticas de ritmo lento, un hombre atractivo de 20 años se acercaba a las
chicas y les decía, “Hola. Mi nombre es Antoine. ¿Quieres bailar?” Cuando
hacía estas peticiones, o les tocaba ligeramente sus antebrazos o se abstenía
de hacerlo. Mientras que el 43% de las mujeres que no eran tocadas
aceptaron la invitación, 65% de las mujeres que eran tocadas, aceptaban
bailar. Aunque hace falta ver las habilidades del sujeto, está claro que este
tipo de estudios, que probablemente no tienen nada que ver con el cortejo en
sí, nos permiten saber que el contacto físico es un poderoso acelerador para
las relaciones románticas.

Regresando al tema, cuando vuelvas a escuchar la frase, “No pidas


permiso, pide perdón”, ya sabes que es para perder el miedo e ir por tus
objetivos, no porque pedir permiso sea malo. No siempre es posible tomar las
cosas y ya, a veces se necesita un poco de tacto. De cualquier forma estás
yendo por ello, si no, también hay cualidades como la perseverancia y la
insistencia. Lidera con firmeza ―si lo haces dudando, mejor olvídalo. No es
cuestión de sexo débil y sexo fuerte, pues esto aplica para todo tipo de
personas. Siempre seguiremos al liderazgo bien sustentado.
No hay que olvidar el sentido común o tu conocimiento del mundo. Estos
son más difíciles de explicar y enseñar. Eso ya depende de la experiencia de
cada individuo. Una cosa es un “¡No!”, en forma de, muéstrame más, y otra
un “¡No!”, en forma de, o te vas o estarás en graves problemas. Yo creo que
la mayoría sabe diferenciar más este último que cualquier otra forma de
resistencia. Si somos un poquito perspicaces, un poquito nada más, podemos
darnos cuenta si podemos seguir o mejor buscar por otro lado. En casi todos
los casos, el rechazo se sentirá diferente. Aunque el contacto físico es vital en
las interacciones sociales y ayuda a generar conexión, las personas pueden
enojarse cuando te vuelves demasiado familiar. Por lo tanto, los beneficios
del tacto deben materializarse en las situaciones adecuadas o más bien, de
una forma adecuada. No me des ninguna razón para sentirme mal, si las cosas
no se ven nada bien, mejor no le busques y ponte a salvo, por favor.
¿Por qué tan rápido?
Muchos hombres se van a lo seguro. Esperan que la chica les dé algún
tipo de señal para realizar el siguiente movimiento. Ser pasivo no te llevará a
conseguir lo que quieres en la vida. Establecer un contacto físico explícito,
les transmitirá que no estás ahí para entretenerlas, sino para entrar a un plano
amoroso. Si ellas te permiten estar cuerpo a cuerpo, tendrás mínimo un beso.
Asumir la responsabilidad de la evolución del cortejo te hace ser atractivo.
Hacer que ellas se dejen llevar, sobre todo cuando sabes hacia dónde vas, es
un alivio para ellas y te lo agradecerán con su absoluto consentimiento. Por
esta razón, no te olvides de seguir escalando.
Siempre trata de escalar, pero hazlo paso a paso. Llegando a cierto punto,
no te quedes estancado, avanza un paso más. Si ella se queda contigo, es muy
probable que ya sepa qué está pasando y espera el siguiente movimiento. Ella
tiene esperanzas de que, en cierto momento, vas a ir por más. No la
defraudes. Si ella está atraída te abrirá las puertas, y una vez que se cierren,
ya no podrás hacer nada.
Si aplicas contacto físico todo el tiempo con todas las mujeres, habrá
muchas mujeres que van a estar encantadas contigo. Pero esa ventana no
estará abierta para siempre. Cuando una mujer está sobre ti, tienes un tiempo
limitado para cerrar el trato. Y tienes ahora que lidiar con la logística, sus
amigos e incluso amigos o novios celosos.
Seré un poquito crudo al describir la realidad: algunas mujeres sólo
quieren eso. Sólo quieren tener una aventura y decirte, “¡Me la pasé muy
bien!” al siguiente día. Nunca más las vuelves a ver. Los motivos pueden ser
variados, v.g., quieren vengarse de su novio, quieren reponerse de una
ruptura, les gustan los hombres. No las juzgues, simplemente dales lo que
necesitan o alguien más va a hacerlo. Ten en mente que no podrás darles lo
que ellas quieren si te mueves muy lento y no eres capaz de leer sus signos.
Algunas mujeres tienen que trabajar o estudiar al día siguiente y cuentan con
poco tiempo. Por si no lo sabías: el tiempo es oro. En mi experiencia, sé que
vas a arrepentirte más de no haber actuado rápidamente que de apresurar las
cosas.
Las caricias
Principalmente una caricia es el acto de establecer un contacto sutil,
generalmente con la palma de la mano o con la yema de los dedos ―aunque
puede ser con tu antebrazo, tu hombro, etcétera―, sobre la piel de otra
persona, o incluso sobre ti mismo ―si de plano te sientes muy solo―, y
suele ser una señal de afecto o de amor a pesar de que no siempre sea el
sentimiento compartido o con propósitos positivos. Según el análisis
transaccional, que es un sistema de psicoterapia individual y social que se
engloba dentro de la psicología humanista propuesto por el psiquiatra Eric
Berne en los 50’s, una caricia es cualquier tipo de manifestación de una
persona que implique el darse cuenta de la existencia de la otra persona. Son
formas de reconocimiento de los demás y son vitales para sobrevivir tanto
física como psicológicamente, y si son insuficientes en cantidad o calidad,
pueden surgir trastornos graves (J. Oller Vallejo, 1994).
Las caricias pueden ser condicionales: se manifiestan en sentimientos,
pensamientos o acciones; e incondicionales: por el mero hecho de existir. En
cualquiera de las dos formas, más en la primera que en la segunda, pueden
ser tanto positivas como negativas. Tan importante es la necesidad de caricias
que las personas, a falta de caricias positivas y antes de no tenerlas de ningún
tipo, prefieren buscar y recibir caricias negativas. Es decir, que es mejor ser
maltratado, antes que ser ignorado. Esto lo puedes ver todo el tiempo, ¿te has
encontrado con una mujer que prefiere estar en una relación destructiva a
quedarse sola? Yo sí, y tengo que aceptar que son encuentros casuales muy
satisfactorios. Y no lo digo de broma.
El cuerpo humano es toda un área de juegos. Se tiene que jugar con
sensualidad. Contrario a nosotros los hombres, las mujeres tardan un tantico
más en estar suficientemente excitadas. No te puedo decir exactamente
cuánto tiempo, lo importante de esto es que, precisamente por este largo
inconveniente, tenemos que empezar a jugar con su cuerpo desde el principio
o, en su defecto, lo más rápido posible. Ya depende mucho tu habilidad para,
aparte de las manos, usar tus labios, tu lengua o una que otra mordida.
Lamentablemente no podrás aprovechar muchas zonas clave, empero, sólo es
al principio, no te me desilusiones. Ahora bien, en lo que ella se va
preparando, es necesario que te entretengas con las áreas de su cuerpo. Entre
más zonas, puede que sea mejor. ¿En qué zonas? Bueno, básicamente en todo
lo que esté cubierto con piel. No me enfocaré esta vez en las zonas íntimas,
pero no te decepciones, el cuerpo de una mujer tiene zonas permitidas que
provocan mucha excitación y poca resistencia:

1. Pies. Obviamente no le vas a quitar sus zapatillas para acariciarlos, ni


mucho menos hincarte para besarlos, a pesar de que no sería una mala idea.
Por ejemplo, yo tengo un parcialismo de pies ―como todo hombre de gustos
refinados debe tenerlo―, y les platico sobre esto. Luego justifico mi plática
diciéndoles que tienen unos pies hermosos. Es más fácil hacer esto cuando
están sentados. En seguida ya estarás satisfaciendo tus necesidades
podofílicas y adentrándote en las maneras del Kino Brutal.

2. Tobillos. En teoría, es lo mismo que los pies. Si ella es tímida en cuanto


a sus pies o si su calzado te impide tocarle sus pies, sus tobillos son una
excelente opción. Se prestan perfectamente para que tus caricias sean sutiles
y circulares. Eso sí, no me digas que prefieres los tobillos porque no te gustan
los pies, pues si es así, me harás perder la fe que tengo en la humanidad.

3. Detrás de las rodillas. Sí, es muy sensible ese lugar y también es una
zona para el Kino Brutal. Debido a que es una parte muy sensible a los toques
sutiles, no permite las caricias bruscas. Si puedes besar esta parte, qué mejor.
Acariciar esta zona con los dedos, en su defecto, no resta su poder.

4. Muslos. ¿A quién no le encantan los muslos de una mujer? Muchas


mujeres no toleran los mordiscos en esta zona, pero no están prohibidos.
Puedes acariciarlos a través de ligeros masajes o simplemente dejar ahí tu
mano mientras platicas. No es factor fundamental el hecho de que use falda o
vestido, o si usa jeans, pants o leggins. Tampoco es fundamental si tu mano
está más cerca de su rodilla o si está más cerca de su vagina. Eso ya depende
de ti si quieres probar qué tan cómoda se siente contigo.

5. Abdomen. O como es más común: su lonjita. Si su lonja no se asemeja


a una cangurera, te garantizo que es tan sensual como la mismísima
incitación del demonio. Esta es una de las zonas que más les acompleja a las
mujeres. Sin embargo, esto no es impedimento para que uno pueda atascarse.
Yo siempre les digo que la lonja de una mujer es lo más sensual que existe.
Los gorditos bien proporcionados es uno de los relieves más sublimes del
cuerpo de una mujer. Tengo que admitir que muchas veces me he hincado
frente a ellas para besar, lamer y soplar sus bellos estómagos. Es cuestión de
tus habilidades para vender tu fascinación por su vientre y lograr que se
levanten la blusa. Tomarlas de la cintura o su cadera mientras hablas con ellas
es una gran opción para empezar a escalar, incluso de forma verbal. Por
ejemplo, yo les digo, “Me encanta tu cintura, tiene el molde perfecto para que
pueda manipularte cuando estés arriba de mi haciendo el amor.”

6. Espalda. Por costumbre, es la primera zona que empezamos a masajear.


Puedes aplicarle masajes o recorrer suavemente su espina dorsal.
Generalmente es la zona de transición. Es decir, escalamos del brazo a la
espalda. Esta parte del cuerpo es bastante receptiva. Si quieres aplicar un
contacto que requiera más presión, opta por el masaje, si quieres ser más
sutil, opta por las caricias.

7. Manos. Si te dijera que las manos es un punto clave para establecer


conexión, ¿me creerías? Puede ir desde una caricia, un masaje o un tierno
apretón de manos. Es esencial tomarla de la mano para llevarla de un lugar a
otro. Las manos también son muy receptivas. Querer tomarla de la mano es
algo que aparentemente es muy sutil, pero comunica muchas cosas
poderosas. Usualmente no implica una agresión o un tabú. Ya que si te
llegara a costar trabajo tomarle la mano, puedes empezar con una “inocente”
lucha de pulgares. Es muy difícil que no sonrían con esto.

8. Muñecas. Definitivamente aquí tienen que ser caricias, besos y lamidas


suaves. Es muy fácil escalar de la mano a la muñeca. Así como con las
manos, no desprecies esta zona por su accesibilidad.

9. Cuello. Por lo regular, cuando ya estás escalando hasta el cuello, es


porque ya la besaste. Si quieres acariciarlas, la mejor opción es deslizar tu
dedo en su curvatura lateral, o mejor aún, la parte trasera del cuello. Si
quieres tocarlas, un masaje es una excelente idea. Los besos pueden ser en
cualquier lado. Las mordidas, preferentemente sutiles, deben realizarse en los
lados. En cuanto a las lamidas, sabemos que son extremadamente sensuales,
aunque no completamente recomendables en todos los casos. Es decir, si está
sudando, la sal que atrapas en tu lengua no es agradable para todo mundo, ni
para ti ni para ella, pues besarla después y pasarle ese sabor tan peculiar
puede no ser una experiencia del todo agradable.

10. Orejas. Los besos no son muy recomendables, pues el sonido que
emiten puede lastimarlas. Recorrer su relieve con tus dedos, en cambio, es
placentero. A mí me encanta morderles el oído. Ya que si quieres encender
un poco más las cosas, debes optar por lamer sus oídos.

11. Cabeza. Sin que ella se dé cuenta, puedes hacer que caiga en un estado
de relajación. Masajear sus sienes o su nuca funciona de maravilla. O como
una adorable chica me dijo un día: estimular sus folículos del cabello para
que le crezca más rápido. Es decir, hacerle masajes circulares en su cabeza
con las yemas de tus dedos.
La gorda del grupo
Tú éxito se deberá en gran parte a qué tan bueno eres manejando los
obstáculos. La prevención tiene que ver con la temprana identificación de
amenazas comunes, por ejemplo, el líder del grupo. Lo o la reconocerás por
cómo maneja al grupo y cómo se comporta dentro de él. Por experiencia,
quien lleva al grupo resulta ser la gorda, la fea o una combinación.
Ocasionalmente también es el amigo homosexual. La presión de sus amigos
puede hacer que una mujer te rechace incluso cuando le gustas. El grupo hará
lo que le líder diga. Quien domina al grupo puede decidir si puedes
permanecer en el grupo o no, o incluso darte la luz verde para dormir con su
amiga. Vas a necesitar ganarte a la gorda del grupo. Nada más ten cuidado de
no prestarle mucha atención, si no, ya no se te va a querer despegar. Puedes
hacer todo bien: acercarte al grupo, ganártelos, aislar a la chica, besarte con
ella, llevarla de regreso, convivir con el grupo, pero fracasar porque la gorda
decidió que mejor van a ir a otra fiesta. Eso duele, sobre todo cuando todo iba
tan bien y te quedas sólo con un teléfono que puede que sea falso o no te
conteste. La vida se resume a sólo unos instantes. Enfócate únicamente en las
personas que tengan la palabra en el grupo. A las demás las puedes excluir.
Dirígete a esas personas problemas de manera puntual y antes que a nadie.
No tengas miedo de los grupos grandes. Parafraseando una frase que
escribió F. Scott Fitzgerald en su novela The Great Gatsby,

“Me gustan las fiestas grandes. Son tan íntimas. En las pequeñas fiestas no
hay privacidad.”

Aunque parezca paradójico, en un sentido es verdad. En reuniones


pequeñas, así como en grupos pequeños se espera que contribuyas más a la
conversación y hablar con todos los presentes incluso cuando no quieres
hacerlo. En las fiestas grandes y en los grupos grandes, por otra parte, puedes
hablar con las personas o las mujeres de tu preferencia, ya que es
virtualmente imposible y hasta raro hablar con todos. Así que no es una
expectativa social que lo hagas. A menos que seas “Don Chistes,” y quieras
llamar la atención de todos. Si de plano es muy necesario hablar con todos
sus amigos, tienes que hablar con ellos para aligerar asperezas y después
disculparte y decirles, “Perdón, es que realmente me gustó su amiga y
quisiera hablar unos momentos a solas con ella. ¿Se puede?”
Yo estoy en contra de hablar con todos los grupos y hablar con todos los
integrantes. Me da una flojera monumental. Todos tenemos una cantidad
limitada de energía. Hemos de apreciarla y utilizarla en lo que nos plazca y
nos lleve adonde queremos llegar. No necesitas calentar. La práctica y la
mentalidad de estar siempre encendido te hará saber qué y cómo hacerle para
hablarle a la chica que te gusta. Sin importar tu estado de ánimo, nivel de
energía o si tienes ganas. Hazlo de cualquier forma.
Salir con o sin amigos
Si vas a salir con tus amigos, asegúrate que en el grupo al menos haya más
de una mujer. Por alguna razón, las demás mujeres van a ver que hay mujeres
en tu vida y no eres como todos los demás raritos del lugar. Si te llevas bien
con una de las integrantes del grupo, puede ayudarte en momentos de
necesidad. Si no logras ligarte a una chica, puedes intentar algo con una de
las integrantes de tu grupo.
En la medida de lo posible, evita salir a una fiesta o a un centro nocturno
con puros hombres. Sin contar las excepciones, en casi todas las veces, salir
con puros hombres transmite exactamente todo lo que quieres evitar
aparentar. Es extremadamente penoso presenciar o formar parte de un círculo
de seis hombres que sólo van a “echar desmadre” mirando a todas las chicas
sin hacer nada. Lo peor llega cuando se ponen a bailar, y no contentos con
eso, se ponen a bailar entre ellos. También es común ver un grupo de tres o
cuatro hombres con las playeras pegadas y escotadas con una cerveza en
mano formando una hilera y tensando sus músculos para demostrar que
toman vitaminas y van al gimnasio. Igual no hacen nada. Un día, si no me
crees, ponte a observar: sucede todo el tiempo.
Para nuestra fortuna, hay un número mágico. He comprobado que es
efectivo todo el tiempo. ¿Listo? Es el número 2. Salir con un amigo o con una
amiga que también sepa relacionarse con personas desconocidas es, aunque
no lo creas, muy atractivo para las mujeres. No me preguntes por qué. Sólo
hazme caso. Si estás en un grupo de puros hombres, llévate a uno para que te
acompañe a conocer mujeres, o bien, ve tú solo y regresa al grupo si es
estratégico o si de plano te fue mal.
No importa si se trata de hablar con una sola chica o con un grupo grande.
Ir acompañado de un solo amigo es lo ideal. El número mágico también
aplica para las mujeres. Si notas que hay dos mujeres platicando, son el
complemento ideal para ustedes dos. Cosas mágicas pueden suceder. Algunas
veces, las dos mujeres son atractivas, otras veces sólo una es atractiva. Ni
modo, será momento de echar un volado, pero las cosas tienen que ser
parejas. Una y una. Hay veces en las que hay que alternar: a tu chica le gustó
más tu amigo y viceversa. O bien, a la única guapa le gustó tu amigo o
viceversa. En un gran equipo hay que sacrificarse por el otro. Sin rencores ni
berrinches.
Entre mejor te lleves con tu compañero de ligue, mucho mejor. Así las
cosas van a ser divertidas pase lo que pase. También es conveniente que tu
compañero sepa unos cuantos movimientos o que tenga más experiencia que
tú. No es nada agradable estar con un compañero que tenga miedo de seguirte
la corriente o que eche a perder las interacciones por su ineptitud. Tú
tampoco seas esa clase de tipos.

¿Pero qué pasa si no tienes con quién salir, si tu amigo tuvo otro
compromiso o si la actitud del grupo en el que estás es perjudicial para ti?
Salir solo es la respuesta. Los hombres que salen solos desarrollan mejores
habilidades. No necesitan a alguien que cubra sus espaldas. Desarrollan una
fuerte resiliencia en la práctica. Forjan su carácter.
Nunca nadie se va a burlar de ti por salir solo. Si algún payaso del grupo
donde está tu chica te dice, “¿Dónde están tus amigos?,” o si ella te pregunta,
“¿Con quién vienes?,” responderles con un “¡Vine solo!” Va a cerrarles la
boca y sentirán admiración. “¡Wow, yo nunca me atrevería a hacer eso!,” te
responderán. Hay tantas y tantas cosas que puedes utilizar a tu favor, que el
no tener con quién salir, no volverá a ser un impedimento.
Tengo que admitir que al principio será bastante duro. Sobre todo si te
empiezan a rechazar. Lo más pesado es saber qué hacer o dónde situarte
mientras encuentras a tu chica ideal. Nunca jamás te pares en medio del lugar
viendo a todas las chicas pasar, ni te vayas a la esquina del lugar. Eso es
incluso peor que ponerte a bailar con tus siete amigos en medio de la pista.
Lo que a mí me ha funcionado, y desde luego también te va a funcionar a ti
es comprar una bebida, conseguirte una mesa o ir a la barra. Ir a la barra te
asegurará encontrarte con muchas mujeres que van a ordenar sus bebidas y de
tanto en tanto voltear para ver qué hay sin verte tan mal como si estuvieras
parado en medio del lugar. Conseguirte una mesa te ofrece la oportunidad de
ver todo el lugar sin verte mal, de brindar con los de la mesa de al lado o
tener la suerte de que lleguen otras personas y te digan, “Disculpa, ya no hay
lugar, ¿podemos sentarnos contigo?”
Si de plano no se puede, ya no tiene ningún sentido querer verte bien.
Consíguete un grupo cuanto antes. Puedes incluso ir con el grupo de siete
hombres bailando en medio de la pista. Brinda con ellos, platícales un poco y
agárrate al que se vea más aventado y ve a ligar. Aquí corres el riesgo de que
te echen a perder las interacciones o que no te puedas quitar de encima al tipo
que te llevaste a ligar. La ventaja es que ya no estás solo y muchas veces
puedes tomar gratis.
Lo que normalmente hago es buscar un grupo de hombres, hacerme amigo
de ellos y desde ahí me dedico a observar y platicar. Cuando veo a una chica
que me gusta, les encargo mi bebida y voy a hablarle. Repito la dinámica
hasta que me quedo con una chica.

Si vas a salir a la calle, a una zona turística o a un centro comercial, haz lo


mismo. Busca un lugar estratégico donde puedas ordenar una bebida y
observar todo lo que está a tu alrededor. La verdad es que caminar tratando
de buscar chicas es muy tedioso y agota la energía. ¿Te acuerdas de la
eficiencia? Pues hazme caso y verás que conocerás mujeres atractivas sin
esforzarte.
Por último, hay ocasiones en las que de camino a tu trabajo, vas a
encontrarte chicas muy atractivas. Aquí sí aplica la regla de los tres segundos.
En cuanto veas a una chica, vas a ir inmediatamente. Te recomiendo que
salgas temprano de tu casa y te quede tiempo de hacer un par de
acercamientos. Generalmente sólo podrás hacerlo con una chica en cada
viaje, así que toma la decisión desde que sales a tu casa. Dirígete a tu destino
con la mentalidad de que te vas a encontrar una chica atractiva y le vas a
hablar. Insisto, la decisión ya está tomada, sólo espera a que tu chica ideal
aparezca, apunta y dispara.
Experto en el cierre
Un experto en el cierre asume atracción y se comporta en consecuencia.
Sabe que tiene todos los argumentos necesarios y reconoce que cualquier
mujer caerá rendida si le da una oportunidad. Como la famosa frase acuñada
por Mauricio Garcés:

“Sólo hay dos tipos de mujeres: las que quieren conmigo y las que no me
conocen.”

Una mentalidad así hará que te las lleves a la cama en un santiamén. Para
ayudarte a reforzar esta idea, piensa, ¿cómo me comportaría si supiera que
todas las mujeres quieren conmigo? En primer lugar, ya no buscarías
aprobación, lo que te haría sentirte relajado y empezarías a ofrecer los
mejores rasgos de tu personalidad.
Es la actitud de perseverar hasta sus últimas consecuencias. No te vayas
hasta haberlo intentado todo. Para que no te acobardes frente a esta postura,
simplemente evita marcharte ante el primer obstáculo que te topes. Procura
quedarte el mayor tiempo posible con ellas. Si una mujer no se aleja de ti, no
pares. El único indicio que sugiere que debes seguir intentándolo es si ella
permanece frente a ti. Si tú no desistes, ellas no perderán esperanzas en ti.
En general, un experto en el cierre es aquel que cada que lo intenta,
consigue al menosun “peor es nada” ― el teléfono de la chica ― , un beso,
un faje o sexo. Es todo hombre que consuma sus interacciones con
regularidad. Sin embargo, para ser más específicos, los cerradores parecen
hacer ciertas cosas en una base constante que los hace ser exitosos. Un
hombre que obtiene números, se lleva a las mujeres del lugar, las aísla de los
grupos, va por el beso, hace contacto físico, siempre será un vencedor. Si
intentas esas cosas, vez tras vez, serás un cerrador. A diferencia de una
técnica o truco sacado de la manga, terminas tu trabajo como un hábito.
Significa que terminas lo que empiezas. No sales a perder el tiempo.
El problema de muchos novatos está dentro de los 5-10 minutos de la
interacción. Muchas veces es por no escalar, no aprovechan las ventanas que
se abren, pero el inconveniente más grande es que tienen miedo de presionar
la interacción. Es como si estuvieran felices de sólo mantener una buena
conversación que no piensan en pasar al siguiente nivel. Se sienten tan felices
de estar con la chica que no quieren echarlo a perder, entonces se quedan así
todo el tiempo. Al final la conversación se desgasta y ella se excusa para irse.
Lo que pasa es que el novato juega a no perder. No empuja los límites de
la interacción. Para empujar esos límites es hablar como un hombre le habla a
una mujer, no como un amigo a una amiga. Las conversaciones de amigos no
van a ningún lado, y no entran en la excitación mutua. Una vez que se cierra
la ventana, todo está perdido. Así que nada de conversaciones amistosas.
Deshazte de la mentalidad de que si le muestras mucho a la mujer vas a
espantarla. No tengas miedo de perder a la chica. Es una mala mentalidad
para consumar la interacción. Entiende que si no es ella, va a ser otra igual o
más atractiva. No tengas miedo de echarlo todo a perder. De romper la
conexión y arruinar la excelente conversación. Si tienes miedo no serás capaz
de consumar tus interacciones constantemente. Si vas a tener mujeres vas a
perder a muchas más. Como cualquier jugador. Llega a la posición en donde
ya no te importa perder mujeres.
Debes pedir para tener. Sin embargo, muchos abandonan a la primera
negativa, muy pocos perseveran. Que no te domine el temor de “presionar
mucho.” Insistir puede ser extremadamente difícil si no tienes fe en ti mismo
o si no has hecho las cosas bien desde un principio, o si no tienes seguridad
para cerrar el trato. Muchas veces no pides porque no quieres escuchar un
“¡No!” También puedes perder la conquista cuando la das por sentado. La
consumación no está segura hasta que estés haciéndole el amor y ella quede
satisfecha. La consumación nunca fue segura hasta que terminó el acto.
El consejo más efectivo que te puedo ofrecer en este momento, es escalar
o hacer tus movimientos cuando mejor se la estén pasando. Llévate a la chica
a bailar, bésala, sácalas del lugar, invítala a tu departamento cuando se esté
riendo, cuando mejor se la esté pasando contigo, cuando te mire con los ojos
bien abiertos, cuando empiece a tocarte. Tendrás mejores posibilidades que si
lo haces en los momentos de poca energía. Tampoco quiero que con esto
esperes pasivamente. Si no te da los indicadores, hazlo de todos modos.

Se siente indescriptiblemente bien tener la mentalidad del tipo, “¡Hoy voy


a conocer a mi siguiente ex-esposa!” Con esta mentalidad sales sin prisas, sin
presiones, sin expectativas. Cuando te acercas a una mujer, asumes que ella
está atraída hacia ti y que al menos va a besarte apasionadamente. Asumir te
libera de pensamientos negativos y deja tu mente libre para que se enfoque en
las cosas que importan: ¿qué barreras debo vencer para que ella se venga
conmigo?
Para llegar a este punto, nunca abandones una interacción sin haber
intentado besarla. Nunca abandones una interacción hasta que tengas un
rechazo. No regreses con tus amigos, no regreses a tu mesa sólo porque ya no
se te ocurrió qué decirle. Regresa y lucha por lo que te mereces.
No obstante, cuando llegues a este nivel donde siempre tienes algún éxito,
no hay nada mejor que la discreción. Si quieres, no me hagas caso a mí, hazle
caso al maestro:

“El general que es habilidoso en la defensa se esconde en lo más profundo


de la tierra; el que es habilidoso en el ataque relampaguea de lo más alto del
cielo. Así, por un lado, tiene la habilidad de protegerse; por el otro, una
victoria que está completa. Ver la victoria sólo cuando está dentro del
conocimiento del vulgo no es la cumbre de la excelencia. Tampoco es la
cumbre de la excelencia si peleas y conquistas y todo el imperio dice, ¡Bien
hecho!” A veces, ocultar lo que sabes, es más importante que saberlo.”

Otra cualidad de un experto en el cierre es que, a medida que progresa


empieza a cerrar los tratos en menos intentos. Menos actividad con más
resultados indica un juego sólido. Significa que lo estás haciendo sin
esfuerzo. Estás en el camino de convertir tus aprendizajes en un
comportamiento natural mientras alineas tu personalidad con los principios
del cortejo. Aprender del Kino Brutal te ayudará a eliminar los malos hábitos:
abortar antes de tiempo, abrir a todas sin cerrar a ninguna, hablar sin actuar,
no sexualizar, irte al primer signo de rechazo, desmotivarte, no hablar con
nadie.
Muchos hombres se vuelven ansiosos y quieren pasar de un “¡Hola!” a la
cama. Las mujeres siempre van a responder diferente. Deja que las cosas
lleven su ritmo, si tiene que pasar dentro de 15 minutos, perfecto, si ellas
necesitan dos días, muy bien; si llevas más de un mes saliendo con ella y no
han tenido relaciones, no te desea nada.
Demuestra completo control sobre ti mismo, puedes tomarlo o dejarlo.
Proyecta el balance entre ver el sexo como algo increíble, pero que no
necesitas.
Nunca tienes que ser rudo, pero debes mantener un alto nivel de respeto
por ti mientras te diviertes. Debes creer y confiar en lo que dices y en ti
mismo para que lo que digas, tenga más poder.
¿Crees que si abortas vas a aprender algo? Por supuesto que no.
Si alguien te dice, "¡Hay millones de mujeres y no debes perder el tiempo
con una!", no le hagas caso, porque, en primera, qué te hace pensar que no
vas a darte por vencido a la primera ―como en esta ocasión― con las demás.
Y en segunda, aunque salgas diario a ligar, no tendrás la energía, el tiempo ni
los recursos suficientes para darte a todas ellas.
No te estoy invitando a una posición de escasez, sino a fructificar las
oportunidades cuando se presenten y aprender lo más rápido posible.
Por eso mismo, te invito mejor a que sigas la interacción hasta que de
plano te diga que no te quiere ver. Seguramente no te ha respondido por
cuestiones que nada tienen que ver contigo. No hagas historias mentales
ficticias e insiste hasta las últimas consecuencias.
No importa cómo lo hagas, pero es algo que debes aprender, ya que
cuando llegue una mujer que realmente te guste, no podrás conquistarla si
sigues dejando todo a medias y eres como los demás pretendientes que no
han podido tenerla entre sus brazos.
El beso
¿Has intentado besar a una mujer y ésta se voltea? Y no me refiero a esa
vez que te peleaste con tu novia y no te quería ni ver. Me refiero a esas veces
en las que por fin reuniste el valor para besarla y ella te rechazó. La razón
principal es que hay una distancia considerable en más de una forma, v.g.,
distancia física, emocional, íntima. El objetivo de este apartado es generar el
hábito de acercarte lo más posible a su boca de modo que el beso tenga que
ser irresistiblemente inevitable. Pasar de estar a una distancia mayor a 30cm
―difícil―, a estar a menos de 5cm ―fácil―, incluso si estás dudando.
Es difícil pasar de una interacción puramente verbal y sin nada de
contacto físico a un beso. Las mujeres te rechazarán cuando intentes besarlas
porque desde un principio necesitan estar cómodas con tu cercanía. Como
todo progreso natural, las cosas necesitan calentarse un poco aplicando
diferentes técnicas antes del beso. No te verás forzado porque ambos ya
estarán en contacto físico entre los dos y estará cómoda con que la toques.
Muchas técnicas de beso o intentos de beso fracasan por la falta de un
componente físico en la interacción. Sobre todo si hablas y no haces nada, o
si tu contacto físico es débil. Echarse para atrás es la reacción provocada por
tu falta de cercanía y contacto físico. Si sólo has estado hablando, cualquier
avance físico después de un período de pasividad será visto como algo raro.
Eso sí, si te rechaza, tranquilo, insiste las veces necesarias. Si vale la pena,
claro. Al menos ellas saben de lo que se va a tratar. Y si siguen ahí aceptando
tus intentos. Vas por buen camino.
No puedes planear un beso, pero tampoco el beso se da y ya. No habrá
ningún tipo de beso si no hay una interacción física que lo respalde. En el
mejor de los casos, será forzado. Lo más probable es que no se dé.

Un juego sólido es una práctica sólida. No hay tal cosa como juego
perfecto. Es imposible tener una interacción perfecta con cada mujer que
conoces. No creo que haya una estructura única para las interacciones
humanas. Cuando te acercas a una mujer las cosas pueden ir de una forma o
de otra muy diferente. Incluso si tienes una estructura, sólo está en tu cabeza.
Es decir, el cortejo no es linear, no hay un paso 1, 2, 3, 4… lo único que
tienes que hacer es seguir el ritmo y hacer que las cosas pasen. Puedes besar a
una mujer sin decirle algo o siquiera saber su nombre. ¿Cuál es el punto de
ponerle una estructura a la interacción humana? El punto es interactuar con
las mujeres lo mejor posible y verás que sabrás qué hacer en cada momento
sin la necesidad de una estructura. Sólo hay principios, pero esto puede
romperse todo el tiempo. No te quedes atrapado en esa mentalidad. Libérate
de cosas inservibles y vive el momento. Todo lo que estás leyendo te servirá
de ayuda, pero tienes que confiar más en tus facultades que en el libro,
porque el libro es sólo una herramienta más. Nadie más en el mundo te puede
dar una estructura para cada momento preciso. Pero también hay principios
inquebrantables como la seguridad, el liderazgo, el contacto físico, la
proximidad. Muchos de los principios inquebrantables son internos. Quizá un
día estás deprimido, y te ligas un bombón, pero eso no te servirá a largo
plazo. Los principios internos son inviolables. Si practicas muy seguido
siguiendo los principios, tendrás un juego inquebrantable, porque te alineas
con principios que son inquebrantables.

Si llegas esperando que no te vea como un animal extraño, eso es


exactamente lo que va a sentir. Si crees que es tonto, ella pensará que es
tonto. No todo el juego debe tener sentido. Tú llegas a cortejarla y eso debes
demostrar. Eso es atractivo, aunque quieras conocerla sin que te dé una razón
para hacerlo. Te gusta y eso es todo. Eres lo que eres y eres un sinvergüenza
admitiéndolo. A las mujeres les encanta ser conquistadas. Tienes que
sobresalir y hacer que eso pase. Nada de ambigüedad. Muchos hombres sólo
hablan, hablan, hablan y no comunican nada. Finalmente pierden a la chica.
Lo he visto miles de veces. Sólo están ahí para entretenerlas. Si quieres
besarla o algo más, no jalará porque no lo demostraste.
“¿Cómo puedo besarla sin parecer un pervertido o sin verme necesitado?”
Esta pregunta contiene una horrorosa creencia limitante: las mujeres perciben
a los hombres que intentan besar a las mujeres como unos pervertidos y unos
necesitados. Mientras tengas la idea de que si haces algún movimiento ellas
te verán como pervertido, vas a tener muchos problemas. De hecho, si no
intentas besarlas te verán como un marica. Y eso es exactamente lo que no
quieres. Las mujeres desesperan por un beso apasionado, y el beso es una
forma de ver si ella siente la misma pasión por ti.
Digamos que vas por el beso y ella te da la mejilla. La mayoría asume esto
como un rechazo. Creen que no está atraída o que hicieron algo mal. Lo ideal
sería que todas te besaran a la primera, pero eso no siempre sucede de ese
modo. Si te besa, pues qué bueno. Si te da la mejilla no es un rechazo,
simplemente no se siente preparada, es muy rápido, no confía lo suficiente.
Significa cualquier cosa, menos un rechazo. Cuando te rechazan simplemente
se van. Entonces, mientras no se vayan, puedes continuar cuantas veces sea
necesario. ¿Cuántas? Hasta que te bese o se vaya. Si después de mil intentos
no te besa, pero sigue ahí, haz otro intento. No te enojes, no te desesperes,
simplemente sigues conversando y después de unos momentos vuelve a
intentarlo. Persiste, eso es lo que hará la diferencia.
Para besar más rápido. Sé físico desde el principio. Empieza por los
hombros, luego la cintura, luego abrázalas y tómales su mano. Pégate a ella,
no estés tan lejos. Que tu pecho toque su pecho. Que sus bocas estén a unos
pocos centímetros. Siempre que sientas que ya es hora de besarla, bésala.
Cuando te lanzas por el beso, puede que te rechace y se quede ahí, si se queda
ahí aun cuando te rechaza, retrocede y vuelve a intentarlo. Usualmente sólo
tocarán tus labios con sus labios y se separarán después, no hay problema.
Inténtalo hasta que sea un beso más apasionado. No lo hagas un momento
serio, mientras más te diviertas menos forzada es la situación. Cuando hables
con ella, háblale de un oído al otro, luego pasa muy cerca de sus labios, si los
puedes rozar, mejor. Si no se mueve, ve por el beso. También puedes intentar
el beso de esquimal. Es mejor hacerlo en un lugar donde estén solos. No le
digas lo que tiene que hacer, pero hazlo con ella, con tu cuerpo. Si ella está
tensa y cerrada, levanta sus brazos arriba de su cabeza y bésala. No sólo le
digas que se abra, ábrela tú, físicamente, con tu cuerpo.
Puede ser difícil de creer, pero si estás con una mujer y quieres besarla,
ella lo sabe. Y si no sabes qué o cómo hacerlo, y te empiezas a poner
nervioso, probablemente no te regrese el cumplido. Claro que no siempre vas
a saber qué hacer. Es inevitable. Pero lo que sí se puede evitar es ponerse
nervioso. No lo dudes, hazlo. Lo que tenga que pasar, va a pasar. Quítate esa
carga y no te veas nervioso. La duda puede surgir en cualquier momento,
pero no debes resistirte, admítelo, déjala pasar y ten éxito.
A veces no tienes que pasar todos los procesos para besarte con ella, fajar,
o tener sexo. Simplemente debes ir de acuerdo con el flujo de la interacción.
¿Para qué preguntarle sobre su vida si ya está lista para irse contigo? Esa es la
incongruencia del flujo. Haz sólo lo necesario, ¿para qué hacer de más? Esto
no aplica en todo, pero cuando las cosas son emocionales, haz lo necesario,
no sobresatures.
Básicamente, la receptividad de las mujeres cambia a lo largo de la
interacción. Esto es bueno desde la perspectiva de la calibración porque
cambia tu estrategia mientras la interacción evoluciona. Date cuenta que las
mujeres que acaban de llegar a cierto lugar, no están listas para irse. Y tiene
mucho sentido. Acaban de llegar, ¿para qué tratar de besarla o llevarte a casa
a la primera mujer que te encuentras? Por eso hay una etapa para ser social al
principio de los eventos. Todo se trata de ir con el ritmo. Esto lo hará fácil
porque no estarás actuando como desesperado. Calienta los motores mientras
la noche avanza. Ataca cuando las mujeres estén más receptivas.

Ya tienes la confianza y la abundancia, tienes muchas mujeres a tu


alrededor, pero esas dos cualidades por sí solas, no te llevarán a ningún lado.
La pieza perdida es la habilidad de escalar sexualmente, v.g., el coqueteo
juguetón, besarlas en la mejilla, abrazarlas, tener la confianza de salir con
ellas y hacer algo al respecto, y mientras sales con ellas decirles tus
intenciones y avanzar.
El otro error es no hacer un movimiento declarado. Quieres hacer un
movimiento, pero lo único que sabes es besarla. Y parece que no encuentras
el momento adecuado. Siempre hay personas alrededor, no puedes aislarla,
no puedes acercarte lo suficiente o algo termina arruinando el momento. Si
tardas mucho tiempo, ella va a pensar que te da miedo hacer un movimiento.
Obviamente esto destruye toda la atracción que siente por ti. Ella sabrá que
nunca harás ese movimiento. Incluso si ella se deja que la toques, ella nunca
dejará que la seducción sea mutua. Cuando eres el único que hace contacto
físico, la situación es que ella es no está poniendo ningún esfuerzo de su parte
y tú eres el único que está excitándose. ¡Qué pérdida de tiempo!
Lo que puedes hacer es provocarla. Termina los besos antes que ella, deja
de abrazarlas por un momento y luego continúa cuando menos se lo esperen.
Dale probadas de lo que sabes. Si la besas, sólo toca sus labios y déjala con el
piquito parado. Es tan delicioso el momento cuando las dejas queriendo más
y te separas dejándolas con los ojos cerrados, la boca abierta y su lengua
buscando la tuya. No uses todo tu repertorio a la vez ni lo hagas muy
frecuente. Una probada les dará la experiencia do lo que puedes ofrecer, pero
no les ofreces toda la experiencia. Si sabe bueno, va a querer más.

Cuando tengas incertidumbre si es adecuado besarlas o no, pon a prueba


tus dudas. Si crees que la cagaste en algo, si piensas que todo está perdido,
compruébalo. No te quedes sólo con esa mueca de disgusto de la chica, o el
hecho de que se haya echado para atrás. Sigue intentándolo hasta que
realmente estés seguro de que no le atraes y no hay nada más que hacer. Si
crees que te faltó hacer contacto físico, para la otra aplica más contacto físico.
Si crees que te faltó hacer que ella se sintiera cómoda contigo, haz que se
sienta cómoda. Si crees que debiste besarla, intenta ir por el beso. Sea como
sea, con el conocimiento que tengas.
Es más probable que te rechacen por no escalar, que por escalar. Si te
rechazan por escalar, es porque lo haces con miedo, o porque la chica no está
lista, inténtalo más tarde. Ve por el beso, la escalada por sí misma es lo que
va a causar atracción. No esperes indicadores, porque a veces no los vas a
encontrar. ¿Cuántas veces debes intentarlo? Si se queda platicando contigo,
puedes intentarlo hasta cien veces. Sí, ya entendí que las cosas van bien entre
tú y ella, hay química entre los dos y no quieres arruinarlo. Nada más déjame
decirte una cosa: lo vas a arruinar de todos modos si no escalas.

Besar a una chica o llevarla a la cama son las partes más penosas de un
novato. Se sienten renuentes a proseguir. Se quedan paralizados y pierden su
sensación de control sobre la interacción. A ellas también les pasa lo mismo.
Se ponen nerviosas a medida de que ese momento de cerrar el círculo
amoroso se acerca. La idea de perder a la chica por intentar dar ese paso
audaz es insoportable. Tanto trabajo bien hecho para cagarla en un segundo.
Tampoco es para tanto, es un simple temor al rechazo. Espera lo mejor,
prepárate para lo más difícil y corona tus esfuerzos.
Avanzar y retroceder
Toca y retírate. No sólo se trata de atascarse. Eres, principalmente, quien
hace los movimientos y el que retira el contacto. En la medida de lo posible,
debes quitarle la posición de rechazarte; debes adelantarte a sus objeciones y
resistencias. Además debes hacerlo como si no estuvieras consciente. Usa tus
dos manos y toca sus hombros, luego muévela un poco y al final suéltala. Tú
eres el único que controla el proceso. Cambia el tipo de tacto dependiendo lo
que dices y cómo lo dices. Es cuestión de calibrar. No sabemos lo que
tenemos hasta que lo perdemos.
Cuando estás entrenando o haciendo ejercicio, es necesario darte un
espacio para descansar y relajarte antes de continuar con el otro ejercicio. De
otro modo, quemarías tus músculos demasiado rápido. Lo mismo sucede
cuando estableces contacto físico con las mujeres. Debes presionar unos
instantes y después dejarlas respirar. Si continúas la escalada sin darle ni un
minuto de respiro, corres el riesgo de llegar hasta sus límites demasiado
rápido.
Escala la interacción progresivamente. Todo lleva un ritmo. Hay
momentos para escalar y otros para retroceder. Usualmente los retrocesos se
dan cuando empiezas a platicar de algo con ella y dejas de escalar
físicamente. Tampoco quiere decir que dejes de establecer contacto físico
con ella, ni que te alejes lo suficiente como para que estés a un metro de ella.
Por ejemplo, si están sentados, puedes dejar una mano en sus muslos y
dejarlo ahí mientras dura la conversación y pasas a algo más.
No abuses de las cosas que ella adora de ti. Aprende cuándo dejar de
hacerlo para que ella lo desee cada vez más. Hay dos factores que amplifican
la atracción de una mujer y son la tensión y la anticipación. La tensión es
cuando dejas de respirar por un momento y la anticipación es el sentimiento
en tu pecho cuando sabes que algo excitante podría pasar en cualquier
momento. Hazlo deliberadamente.
Es comunicarles, “Sé que puedo hacer algún movimiento ahora mismo,
pero elijo no hacerlo. Te dejaré esperando. Me puedo controlar siempre que
quiera.” Termina los besos, deja de abrazarlas por un momento y luego
continúa cuando menos se lo esperen.
Para hacer que invierta en ti, haz declaraciones para que se califique ante
ti. Puedes decirle, “Se ve que no sales mucho de tu casa”, y ella te
responderá, “No, yo salgo todos los fines de semana”. Y para profundizar
puedes usar, “¿En serio? No lo parece. Tendrás que demostrármelo” Sé el que
aprueba las cosas, si dice algo que te gusta, halágala, si dice algo que no te
parece, voltea hacia otro lado. Luego haz que hable más sobre lo que te gusta
que hable. No hay necesidad de ser dramáticos. También dale espacio, si
estás haciendo contacto físico durísimo, de pronto suéltala y haz que ella se
incline hacia ti.
No debe haber un gran momento para que hagas un gran movimiento. El
contacto físico tiene que ser natural. Eres responsable de escalar, pero
también debes ser responsable de dejar de hacerlo y darle espacio. No le des
atención a tu escalada física, haz que ella se enfoque en otras cosas como en
tu conversación o en el baile. Si es algo natural, no debes hacer las cosas
mecánicas. Que se vea movimiento cuando la tocas. Las interacciones son
dinámicas, no estáticas. Es parte de la naturalidad del contacto físico.

Si, por otro lado, ella se resiste, puedes aplicar el famoso método: un paso
atrás, dos adelante. Si ella se resiste a tomar tu mano, a dejarse abrazar o no
accede a algún tipo de contacto físico, retrocede sin demostrar ninguna clase
de enojo o desesperación. Sigue platicando, sigue añadiendo valor a la
interacción e inténtalo de nuevo. Haz que tus movimientos aumenten de
intensidad a medida que ella vaya cediendo. Si vuelve a resistirse, retrocede.
Nunca la fuerces o se va a ir. Si te digo que retrocedas, tampoco quiero decir
que dejes de tocarla. Puedes situar tus manos en sus hombros por unos
segundos y después pasar a sus manos, por ejemplo.
Toda mujer que vale la pena debe resistirse de uno u otro modo. Es tu
deber lidiar con esas resistencias y vencerlas. Mantén la calma y usa los
movimientos que describo en este libro.

Incluso, el Kino Brutal también abarca la ausencia del contacto físico con
el fin de crear un efecto deseado. No siempre es malo evitar el contacto
físico. La habilidad de entender el Kino Brutal es saber atraer mujeres con o
sin contacto físico. Las posibilidades son infinitas si sabes el porqué, el cómo,
el cuándo y dónde. El conocimiento es poder.
Contacto a la inversa
Los conceptos de la intimidad y la Burbuja del Amor, partes elementales
del Kino Brutal, están incompletos si ella no establece contacto físico
contigo. Las mujeres también están obsesionadas con el cuerpo de los
hombres. Quieren tocar tu cara, tu pecho, tus brazos, tus nalgas, tus piernas,
tu abdomen y tu miembro masculino. El cortejo no avanza si ella no empieza
a tocarte por iniciativa propia.
Ellas también son tímidas. Les da pena iniciar el contacto físico, “¿Qué es
lo que va a pensar de mí?,” ellas se preguntan también. Tu trabajo es
ayudarlas a quitarse esa pena y que empiecen a disfrutar tocando tu cuerpo, y
por supuesto, tú también lo disfrutarás.
Incluso pueden excitarse mucho más tocándote que cuando tú las tocas.
De hecho, puede que ella no deje que metas tus dedos a su vagina y sí puede
aceptar que dirijas su manita hacia tu pene. Hay veces en las que van a
empezar a gemir aunque tú no las toques. El cuerpo de las mujeres es divino,
pero el cuerpo de los hombres también tiene lo suyo. Es musculoso, es más
fuerte, la piel es más gruesa, la carne es más rígida, tiene vellos, las venas
resaltan más, y no olvidemos su virilidad máxima: el pene.
Aunque tener un cuerpo atlético es una herramienta muy poderosa, no te
pido que tengas músculos por todos lados, ni que tengas el estómago de
lavadero, tampoco que tengas unas nalgas de jugador de fútbol americano.
Sin embargo, es necesario que hagas ejercicio. Los beneficios son numerosos,
pero tener algo que enseñar y más tarde presumir cuando estés en la
intimidad con ella, funciona muy bien para el contacto a la inversa.
Lo principal es hacer que te tome de la mano con firmeza. En su defecto,
haz que te toque los brazos cuando se dirijan hacia un lado. Si tus bíceps son
grandes y fuertes, a ellas les va a encantar. Buscar el contacto con su mano es
lo primero que debes buscar hacer. Ya discutí cómo hacerlo, así que
continuemos con las demás partes.
Lo segundo que debes buscar es hacer que te abrace. Puede ser tu cintura
o tus dorsales. Si tienes una espalda ancha, a las mujeres les va a encantar
agarrar tus dorsales cuando te abrazan. Si no, puedes hacer que te abrace
rodeando tu cuello con sus brazos. Los apretones de mano y los abrazos son
los tipos de contacto que son socialmente permitidos en casi todo el mundo.
Por lo tanto, son los más fáciles de manipular. No se ve nada agresivo tomar
sus manos y hacer que te abrace. Si la chica es de baja estatura, puedes hacer
que acurruque su cabeza contra tu pecho mediante un abrazo. Mientras más
amplio, fuerte y prominente sea tu pecho, más encantada va a estar.
El estómago es un poquito más difícil, pero si tienes un estómago de
lavadero, puedes maravillarlas y hacer que babeen. A las mujeres les gustan
los oblicuos marcados, esos músculos que normalmente conocen como las
“pistolas” o “la marca del calzón.” Con respecto a esta parte del cuerpo, sí
tienes que ser un poco más exhibicionista y arrogante para hacer que vean y
toquen tu estómago. Pero te apuesto que una vez que lo vean y lo toquen, no
van a dejar de hacerlo. Incluso cuando descubren por “casualidad” que tienes
el abdomen marcado y fuerte, van a darte un cumplido y no dejarán de
tocarte.
Cuando estén sentados, un movimiento sugerente puede ser situar sus
manos en tus piernas. Hacerlo es relativamente fácil. Tómale su mano
mientras están sentados y le estás platicando. Si quieres jugar un poco,
primero deja descansando ambas manos en una de sus piernas, si puedes,
descánsalas muy cerca de su vagina. Una vez que ella se sienta cómoda,
dirige ambas manos hacia tu pierna, pero esta vez, haz que extienda su mano
y la sitúe en tu pierna. Igual, si puedes, haz que la sitúe cerca de tu pene. Para
que ella no quite su mano y se sienta más cómoda, descansa tu mano encima
del lomo de su mano. Es un movimiento con mucha maña, pero también
funciona de lo lindo.
Cuando la vibra ya haya subido de nivel de excitación, ahora siguen tus
nalgas… bueno, eso se lee mal, por eso voy a incluir un poco de contexto. Si
ella y tú ya están besándose, y ella es receptiva y también te besa con pasión.
Agarra sus manitas y ponlas en tus nalgas con las palmas extendidas. Cuando
yo hago esto, prefiero poner mis manos en su cintura para que se vea como si
ella fuera la atascada y yo no. Prefiero que ella se empiece a excitar más que
yo.
Por último, debes hacer que ella toque tu pene. Es de carácter crucial que
para eso, ustedes estén solos y tú ya estés tocando sus senos y sus nalgas. Lo
más adecuado es que tengas tu pene bien erecto. Este es un movimiento que
puede requerir recorrer mucha distancia, por lo que es más fácil llegar ahí si
haces que empiece a recorrer con sus manos tu pecho, tu estómago y tus
muslos hasta llegar hasta tu pene. Es preferible que al principio sea por
encima de tu pantalón. Déjala imaginarse cuál es su forma y tamaño.
En fin, ya te di una idea de cómo hacerlo. Lo que te dejo a ti es hacerlo
según tu creatividad, estado físico y preferencias. Como podrás haberte dado
cuenta, tú eres quien la está dirigiendo con tus manos. Ella sólo se está
dejando llevar. Sabrás que vas bien si ella no quita sus manos, si ella empieza
a explorar por sí misma y empieza a apretar y a acariciar tu cuerpo por más
tiempo. Si rehúye, ya sabes: un paso atrás, dos adelante. Pero sabrás que ya
has vencido sus barreras cuando ella, por iniciativa propia, es decir, sin que tú
la dirijas, empiece a tocar tu cuerpo. Cuando lo haga, básicamente tienes el
permiso de meter tu mano donde quieras. Es más, ya debiste habértela
llevado a tu casa desde que empezó a tocar tus piernas y tu trasero. Entonces
sí, ya tienes permiso de introducir tu pene en cualquiera de sus orificios.
Que no se la lleve nadie más que tú
Otra de las ventajas ―las cuales siguen sumándose a la causa del Kino
Brutal― de tener a la chica muy cerca abrazándote y besándote, es que verás
una reducción significativa en la cantidad de las interrupciones que mengüen
tu interacción. Por ejemplo, ¿te ha pasado que estás hablando con una chica,
todo parece ir por buen camino y de repente llega su amiga y se la lleva?
¡Qué desesperación, qué crueldad, qué desdicha! Y lo peor es que pasa muy
seguido.
Las probabilidades de que las gordas de sus amigas se las lleven,
disminuirán cuando ellas vean que los dos están muy felices abrazándose. Se
verán como dos locos enamorados. Eso hará que cualquier intervención
parezca agresiva. De hecho, hasta sus amigas te echarán porras o la animarán
para que se quede contigo, incluso cuando tiene novio ― más seguido que
nunca, las amigas odian al novio.
La competencia tampoco tendrá oportunidad. La mayoría de ellos
desistirán al notar una presencia masculina dominante. Y es exactamente lo
que transmitirás: una presencia dominante.
Lo que yo recomiendo es que la aísles, es decir, que te la lleves a un lugar
donde ustedes puedan estar en un lugar más privado o que no esté a la vista
de sus amigos, una vez que ya la besaste. Como ya debiste darte cuenta, el
Kino Brutal acelerará el proceso de aislamiento. La clave es moverla
físicamente y a otros lugares. La intimidad ya está creada gracias al contacto
físico, así que llevarla a un lugar más íntimo será un poco más fácil. No tiene
que ser un cambio grande. Puedes empezar llevándola a la pista, a la barra,
que te acompañe afuera para fumar un cigarrillo.
Anteriormente ya te había sugerido que siempre intentes besar a la chica.
Cuando logras hacerlo en una base constante, o bien, cuando ya hayas besado
a la chica, lo segundo que debes intentar siempre es dominar el arte de
llevártelas a otro lado. Como experto en el cierre, debes convertirte en un
artista de llevarte a las chicas a otros lugares. No importa el lugar donde
conoces a la chica, si es en el día o en la noche. De hecho, a veces no es
posible besarla antes de que la situación requiera que te la lleves a otro lugar.
No importa si se trata de llevártela a un lugar que esté a tres metros, a un
restorán o a tu casa, busca llevártela a otro lugar en la primera oportunidad.
Una mujer aislada será más vulnerable a tu influencia. Debes alejarla de
las personas que son su conciencia y le impiden expresarse ― amigos y
familia. Borra de su mente sus problemas, otros hombres, etcétera. Las
mujeres son vulnerables, pero sus amigos, familia y rutinas diarias le dan
seguridad y control. Mueve ese tapete y ella actuará distinto. Llévala a
lugares que no conoce, y con tu presencia constante, aléjala de su mundo.
Haz que haga cosas que nunca ha hecho. El aislamiento debe ser gradual y
disfrazado con el placer de conocerse mejor. No lo dejes al azar.
Para hacer un aislamiento, dile a la chica en varios momentos de la noche
que planeas llevártela a otro lado. Debes venderle la idea haciendo alusiones
al tema. Así que cuando se termine el ambiente en el lugar, o cuando lo creas
conveniente, tú ya tienes la excusa perfecta para llevártela. Entre más
“inocente” el pretexto, mejor. Las mujeres no son tontas ellas saben que si
van contigo a “otro lado”, significa que van a tener sexo o al menos que algo
más va a suceder. Por esta razón, no tienes que cumplir los pequeños
pretextos que utilizaste, y puedes llevártela adonde quieras. Sin embargo
siempre tienes ese pretexto bajo la manga si la situación comienza a
complicarse. Por ejemplo, si le dices que hay un boliche a la vuelta de tu casa
y en un momento dado ella no quiere pasar a tu casa, puedes llevarla al
boliche para crearte una segunda oportunidad.
Siempre te puede salir por la tangente con un, “¡No te preocupes, todo va
a estar bien!”, a cualquier pregunta. Sigue platicando con ella todo el tiempo
y asume que ella ya aceptó irse a casa contigo ―que es la clave para
llevártela. Mantenla ocupada hablando de algo más mientras van hacia tu
casa. Créeme, ella ya lo sabe.
Las cosas se pondrán complicadas antes de que se te haga la buena. Te
sentirás un poco vacilante al principio para convencerla de que suba al taxi,
pelearte con sus amigas al final de la noche, convencerla de que deje plantado
al novio. Considera el asilamiento como una transición hacia la intimidad
sexual. Es el momento que si superas, tus posibilidades de hacerla tuya
aumentan considerablemente. Repetir este drama en todas tus interacción te
volverá un artista en el arte de aislar a las mujeres.
Tienes que cometer muchísimos errores de principiante lo más rápido
posible para que puedas moverte hacia los problemas de un maestro. Para
tener éxito tendrás que intentar llevarte a cada mujer que conozcas.
Alternativamente, puedes decirle a una chica que quieres ir a caminar un
poco para tomar aire. Que todo se vea como una obra de la casualidad. Ellas
lo saben, sin embargo, le das un contexto para excusarse más tarde.
La extracción simple de “¡Vámonos!”, por otro lado, significa que no das
explicaciones. Sólo la tomas de la mano y le dices, “¡Ven, acompáñame!”
Ella preguntará dónde, y tú respondes que no se preocupe, que será divertido.
Y sigues jalándola del brazo. No seas específico sobre tus intenciones, sólo
lidérala firmemente. Espera un poco de resistencia y ponte listo para lidiar
con ello. No hables demasiado y sé cortante. Sin embargo, cuando haces esto,
necesitas haber calibrado muy bien a la mujer para saber si este tipo de
asilamiento funciona con ella. Si eres bueno leyendo las señales, ella caerá en
el hábito de seguirte.
Llevártelas a otro lugar, involucra una gran cantidad de confianza por
parte de la chica. Ella tiene que estar emocionada de irse del lugar contigo. A
menos que ella confíe en ti, el aislamiento no podrá efectuarse. No trates de
verte bien, sólo consíguelo. Fallar no te cuesta nada y tiene lecciones
invaluables. Errar indica que te estás aplicando y empujando tus límites.
Si vienen dos mujeres juntas, éstas son las más fáciles si te ganas a la
amiga. También, probablemente sólo una de ellas esté en busca de un poco de
acción. Lo ideal sería que las dos estén buscando acción y se vayan cada
quien por su lado, pero eso raras veces sucede. Tu responsabilidad es hacer
un buen trabajo tanto con tu chica como con la amiga, y no cometer
estupideces. Esa es casi la única manera de concluir algo. Si es necesario, no
ignores a la amiga. Dirígete a ella de tanto en tanto. No querrás tener a su
amiga como tu enemiga. Ella no quiere quedarse sola ahí como una tonta. Es
incómodo para las dos. Si la amiga ve que su amiga está bien contigo, se
excusará para ir al baño o para ir por una bebida. No hay ningún sentimiento
tan bonito como éste. Ella te dará bastante tiempo de hacer un trabajo sólido.
Mejor cierra el trato en ese pequeño espacio. Sólo asegúrate que después de
que vuelva, las dos estén cómodas contigo. Al final, la amiga actuará como tu
aliada. O quién sabe, quizá termines con las dos esa misma noche.
Si estás en una fiesta o en un centro nocturno, una variante puede ser
agarrarte a cualquier perdedor y presentarlo con la amiga. Esto puede ser
riesgoso, pues si el tipo la desespera, terminarás perdiendo tú también. No
obstante, puede hacer un buen trabajo y mantenerla entretenida mientras tú
haces tu trabajo. Puede ser un ganar-ganar. Por un lado le estás presentando
a una chica a alguien que no tiene muchas habilidades. Algunos estarán tan
agradecidos que hasta te comprarán bebidas; lo malo es que otros no se te
despegarán toda la noche. La amiga también gana, al menos ya tiene alguien
con quien platicar mientras tú haces lo tuyo. Lo mismo aplica si tú vienes con
un amigo.
Cuando la chica, por alguna razón, ya está atraída y lista para irse contigo,
ya no necesitas hacer más que liderarla. A veces es mejor callarte la boca. El
proceso ya está hecho. Olvida ser gracioso, es hora de cerrar. Incluso puedes
parar el contacto físico. No quieras hacer cosas que están de más con tu
necedad de querer hacer un juego “sólido”. Tener sexo con una mujer en 15
minutos, no te hace ser un buen seductor, pero demuestras que sabes cuándo
consumar la interacción. El juego sólido es práctica sólida. Significa que
haces lo necesario, ya sea de forma simple o compleja. Juego sólido es tener
experiencia. Llevártela lento no es más sólido. No hace la relación mejor. La
seducción lenta no es sinónimo de solidez. La única diferencia es que tú
decides si lo haces rápido o lento.
Logística
No importa qué tan bueno seas abordando a las mujeres. No importa qué
tan rápido puedas besarlas y escalar físicamente. No importa qué tan bueno
seas ganándote a las amigas. No importa qué tanto practiques. Nada de lo que
hagas tendrá importancia si no tienes la logística para poder llevar mujeres y
tener intimidad sexual. Siempre estarás destinado a fallar a largo plazo. La
logística es, por mucho, el pilar más importante, no sólo del Kino Brutal, sino
de una vida sexual activa y saludable.
Verás: cuando los hombres llegan a las comunidades de seducción o bien,
cuando deciden que ya es hora de tener una vida sexual, llegan preguntando
cuáles son las palabras correctas para que una mujer se derrita, preguntan
cuál es el movimiento adecuado para empezar a hablarle a esa mujer que
tanto desean. Preguntan cuál es la frase más indicada para romper el hielo. En
fin, preguntan todo, menos lo que realmente importa: la logística.
Luego, a medida que van adentrándose en las comunidades de seducción,
compran la idea de que lo fundamental de “la seducción,” se encuentra en el
interior. Es decir, empiezan a meterse en filosofías como vivir el momento, el
desapego al resultado, la autoestima, encontrar su pasión en la vida, o
tonterías que son tan ambiguas como incompletas como el “ser tú mismo.”
Cuando empiezan a creer en frases motivacionales y en filosofías cursis,
prácticamente son una causa perdida, sobre todo si no tienen los resultados
que desean. Cada vez se van alejando de lo que es la base fundamental de
toda seducción: la logística.
Está bien descubrir tus pasiones, tener autoestima y poseer unas cuantas
estrategias y técnicas bajo la manga, pero si no tienen la base de todo esto
que es el cortejo, es como si no tuvieras piernas: no irás a ningún lado de
forma eficiente. Tus gurús favoritos te van a decir que lo más importante es el
interior, que es la base de la seducción, y no es cierto. Quizá sea la base para
el bienestar, la felicidad, la salud; el amor, si quieres. Pero no es la base para
la seducción, como tampoco es la base de un deporte, de una habilidad o una
profesión. Nunca la va a ser. Trabajar en el interior es tan sólo una
herramienta más que puede mejorar tu desempeño y la forma en cómo te
percibes, pero no es la base. Entiéndeme: yo no pretendo traer la verdad al
mundo ni contradecir a los gurús que tanto idolatra la gente. Simplemente
estoy dándote un consejo como un buen amigo. Un amigo no es el más sabio,
el mejor o el que tiene la verdad absoluta. Un amigo es alguien que se
preocupa por ti y tu bienestar. Yo me preocupo para que tú también sepas lo
que es vivir muchas experiencias con mujeres atractivas. Por favor, hazme
caso, no eches este consejo en saco roto.

Sé que existe la creatividad, sé que existen los lugares públicos, sé que


puede haber una alternativa. Yo he tenido que hacer uso de la creatividad, de
los lugares públicos y de alternativas milagrosas para tener sexo. Por eso me
molesta que, cuando intento hablar sobre la importancia de la logística,
alguien me salga con tonterías como, “¡Es que hay que saber persuadirlas!,” o
el espontáneo comentario del tipo, “¡Para eso hay parques!” Yo ya he vivido
muchas experiencias de ese tipo, así que nadie puede contarme nada, pero yo
sí puedo decirte que ni la creatividad, ni los lugares públicos, ni hablarles
bonito, ni alternativas milagrosas pueden vencer a un hombre preparado que
ya sabe adónde va a llevarse a las mujeres para tener intimidad sexual. Del
mismo modo, nadie le va a ganar a un hombre preparado que puede llevarse a
las mujeres a nuevos lugares que no sean los baratos o los gratuitos. Brincos
dieras que las mujeres se conformen con eso. Tener encuentros casuales en
lugares públicos y citas en lugares “gratuitos” no es eficiente a largo plazo.
¿Sabes por qué? Porque no vienen de una posición en donde se tienen
opciones y se está preparado. Te puedo enlistar innumerables razones por las
que un hombre preparado siempre va a ganar a largo plazo. Además de que
tiene los recursos y el lugar para llevarse a las mujeres, también tiene la
creatividad, los lugares públicos y las alternativas milagrosas. Es decir, está
en una posición de abundancia. Tiene más opciones y más probabilidades de
tener éxito. Si no estás de acuerdo conmigo, bueno, nada más deja que los
resultados hablen por sí mismos.

Si sales constantemente, no va a ser difícil ligarte a una mujer, pero el más


grande obstáculo será la logística. ¿Vives cerca del antro o bar o lugar adonde
vas a ir? ¿Hay transporte para ir a tu casa? O si tienes un amigo que viva
cerca, ¿tienes la llave? ¿Cómo puedes llegar ahí? ¿Hay un cuarto aparte del
suyo? Si te hospedas en un hotel con unos amigos, no olvides tener tú la
llave. ¿Cómo planeas estar a solas con ella si no hay un cuarto por separado?
¿Tienes dinero para un hotel? ¿Se puede tener sexo en tu coche?
Con cada mujer que hables, investiga su situación. Incluso si es la mujer
más hermosa del mundo, es una pérdida de tiempo si ella vive con sus papás,
si ella maneja un carro y tiene que dejar a todos sus amigos a sus respectivas
casas. ¿Estudia o trabaja al día siguiente? ¿Sus amigos la sobreprotegen y se
la pasan juzgándola? Encuentra la logística rápidamente y retírate si no es
favorables.
Una vez que tienes su atención y atracción, enfócate en la logística.
Muévela tanto como sea posible. Necesitas construir mucha excitación y
confianza hasta el punto del final cuando esperas que ella se vaya contigo: un
completo extraño en un lugar privado en donde nunca ha estado. Construye
excitación y confort para que ella se acostumbre a seguir tu mando.
Opta por el camino de la eficiencia. En vez de hablar, preferirías tener
sexo. Temprano en la conversación pregúntales si viven con sus padres o
compañeros de cuarto. Si no cumple tus expectativas con respecto a la
logística podrías decidir si la quieres ver otro día o retirarte definitivamente.
No seas tímido preguntando, y si pregunta por qué lo preguntas, tampoco
seas tímido diciéndole el por qué. La logística es muy importante, siempre
investiga la logística. Ya si quieres verla otro día, está bien, pero si no, no
pierdas tu tiempo y ve a buscar otras mujeres, que hay muchas. En las
interacciones hay una luz verde, luz amarilla y luz roja. Siempre y cuando no
te den luz roja, que es cuando te dan la espalda, puedes seguir escalando. Si
te dan luz amarilla, que pasa la mayoría de las veces, no te desanimes, porque
eso significa que puedes seguir avanzando.
La logística es muy importante. Si no tienes logística, las probabilidades
de que tengas sexo son muy bajas.
Una buena herramienta para descubrir logísticas es preguntar, “¿Qué harás
al rato?” Cuando esté todo listo, dile, “¡Vámonos!”, después quédate en
silencio absoluto. No digas nada, no esperes una respuesta. Y entre menos
expresivo seas, mejor. Permite que el silencio aumente, porque el primero
que hable, pierde. Si te dice, “¿Adónde?”, dile “¡Vamos por un helado!” Y la
sigues liderando. No racionalices con ella, y entre menos hables del tema,
mejor. Una señal muy común es que ella te pregunte hacia dónde la vas a
llevar, o qué vas a hacer. Cuando te hagan esas preguntas de logística, hazle
otra pregunta que augure un cierre seguro. Si te pregunta adónde la llevas,
respóndele, “¿Te gusta el Vodka?” El chiste es que no racionalices. Otra
persona está hablando por ella. Sigue liderando. Asume el control.
Si de plano no quiere, no importa, no es algo personal. Puede haber
cientos de razones ajenas a ti. Unas se irán contigo, otras no. Así que no
importa. Hasta la próxima.
La mayoría de las veces tendrás que utilizar un pretexto para que ella se
vaya contigo. Puede ser una mascota exótica que tengas en tu casa, una lista
de reproducción de música, casi cualquier cosa puede funcionar. Por eso
tienes que hacer bien tu trabajo para sacar información valiosa de cómo es tu
chica en cuestión. Así podrás abordar mejor el momento que sea preciso
llevártela. Explora tus opciones. Entre más opciones tengas para poder
llevártela, mejor. Según su logística, piensa si es mejor llevarla a tu casa o ir a
su casa, si es mejor en un hotel o en tu auto, si puede ser en casa de un amigo
o de su amiga, y si se puede, pues en el baño, ¿por qué no? No todas van
querer arriesgarse ir hasta tu casa, sobre todo si vives lejos. No todas tienen
casa propia o rentan solas. No todas quieren ir a un hotel. No todas quieren
tener sexo en público, mucho menos en un baño. Por eso hago énfasis en las
opciones. Ni si quiera las creencias limitantes sobre ti mismo son tan
limitantes como las situaciones de logística. Puedes tener poca autoestima,
pero si tienes logística en una noche de suerte, ya la hiciste ― yo sé muy bien
lo que te digo. Puedes ser muy atractivo para las mujeres ― y no me refiero
únicamente al físico ― , pero si no tienes logística, te vas a tener que
conformar con tu besito de buenas noches, porque no va a pasar nada más.

Estoy consciente que no siempre se pueden tener opciones, sobre todo si


no cuentas con los recursos o una casa o departamento propio. A veces, no
tener la logística no es una excusa, sino una condición. Ni modo, a algunos
nos toca jugar así. No utilices tu condición para no emprender acción. Haz
todo lo que esté en tus manos y acepta lo que te toque. Presiona tus
interacciones hasta las últimas consecuencias, no te queda de otra. Sin
embargo, solucionar tu situación logística es apremiante. Trata de
solucionarlo rápidamente, si no, vas a tener que dejar ir muchas
oportunidades. Yo sé muy bien lo mucho que duele perder noches de pasión
por falta de logística y no deseo que tú también tengas que pasar por esa
situación o que sigas sufriendo de lo mismo. Es difícil, lo acepto, pero
opciones hay, y muchas, v.g., trabajar, convencer a tus padres, arreglar el
ático o el sótano, asociarte con un amigo, conseguir una camioneta, conocer
lugares solitarios, convencer a tu compañero de cuarto, excitar a la chica de
tal forma que no le importe tener sexo en el baño.
Parte
V
Abraza tus miedos
Entonces, ¿Por qué no lo haces?
Si perteneces al club de los mamados de balneario que salen de noche con
playeras escotadas y apretadas, que levantan el pecho para verse imponentes
y compran una cerveza sólo para dejarla calentarse porque sólo se paran a
observar desde lejos sin actuar, será entonces todo un reto quitarte esa
costumbre. Las malas costumbres suelen estar demasiado arraigadas.
Después de toda una vida de estar en modo espectador, será traumático salir a
cualquier lado y acercarte a la primera chica que veas, por no hablar del
contacto físico. Tus patrones pasados se interpondrán entre tú y tus
iniciativas. Con esa resistencia al cambio y con tantas situaciones incómodas
por las que tendrás que pasar, terminarás regresando a tu antiguo estado de
incompetencia. Las razones por las que no sales de ese oscuro lugar, son
infinitas, pueden ser creencias que te inculcaron en casa o en tu escuela, tu
cultura, algunos traumas de la infancia. Un pequeño rayo de esperanza es el
Efecto Hawthorne, que es una forma de reacción por la cual los individuos
mejoran un aspecto de su comportamiento que está siendo medido
experimentalmente, simplemente en respuesta al hecho de que están siendo
estudiados. Puedes mejorar con el simple hecho de tratar de corregir un
comportamiento que te ha limitado.
Otra de las causas por las que no haces nada es tu miedo a perderlas.
Digamos que has estado platicando con ella por un buen rato y te encanta. De
pronto, la idea de perderla por hacer un mal movimiento te paraliza. Como
dijo Alexander Graham Bell:

“Cuando una puerta se cierra, otra se abre; pero a veces miramos


demasiado tiempo y con tanto remordimiento la puerta que se cerró que no
vemos la que se ha abierto para nosotros.”

Debes saber que para ganar, debes arriesgarte a perder. Piérdela porque al
menos hiciste algo, no porque ni siquiera lo intentaste. Wayne Dyer lo
propuso muy bien:

“Raramente experimentarás remordimiento por algo que has hecho. Es lo


que no has hecho lo que te atormentará. El mensaje, por tanto, es claro.
¡Hazlo! Desarrolla una apreciación por el momento presente. Aprovecha cada
segundo de tu vida y saboréalo. Usarlos en cualquier forma contraproducente
significa que ya los has perdido para siempre.”

¿Y qué si no le parece? Hay una fila descomunal de mujeres esperando.


Una filosofía interesante para vivir es la simple afirmación, “Por qué no”.
Después de que tienes las bases del juego, lo único que te detiene son tus
excusas. En vez de ser un esclavo de tus especulaciones sobre qué es lo que
podría pasar, mejor inténtalo y ve que pasa. No veas el juego como algo para
verte bien. Porque de esa forma no estarás hablando con una mujer como un
hombre le habla a una mujer, sino como un amigo le habla a una amiga. No
puedes evitar verte mal. Los hombres débiles prefieren quedar bien que tener
sexo. Quieren evitar el rechazo y no arriesgar nada. Las mujeres no basan sus
elecciones en los hombres por qué tan buenos son con ellas. Eligen a los
hombres porque sienten una poderosa atracción por ellos. No trates de
convencer a una mujer para que sienta algo diferente por ti o para que te
quiera. Si no siente algo por ti, ¿cómo sentirá algo más tarde? Quizá creas
que tratas de comunicarle tus intenciones a una mujer, quizá con detalles o
palabras, pero lo que en realidad estás haciendo es tratar de manipularla. Pon
mucha atención y verás que hay algo que hace falta. No has sido totalmente
sincero y vulnerable como habías creído. Decirle a una mujer cuánto la
deseas, no es ceder tu poder, de hecho estás más en control sobre tus
sentimientos y no tienes miedo de expresarlos. ¿Quieres más control que eso?
Cuando dices tus sentimientos no esperas nada a cambio, no estás
manipulándolas ni tratando de convencerlas. Sólo te estás expresando y
dejando que ella tome una decisión. Puede ser difícil de creer, pero si estás
con una mujer y quieres besarlas, ellas lo saben. Y si no sabes qué o cómo
hacerlo, y te empiezas a poner nervioso, probablemente no te regrese el
cumplido. Claro que no siempre vas a saber qué hacer. Es inevitable. Pero lo
que sí se puede evitar es ponerse nervioso. No lo dudes, hazlo. Lo que tenga
que pasar, va a pasar. Quítate esa carga y no te veas nervioso. La duda puede
surgir en cualquier momento, pero no debes resistirte, admítelo y disfruta del
éxito.
Los mejores también son rechazados de vez en cuando. La diferencia es
que ya no les afecta ―mucho ojo, dije “afecta” no “importa”, pues que no te
“afecte” y puedas seguir con la misma sonrisa y energía, no quiere decir que
no te deba importar, ya que los rechazos te sirven de retroalimentación y te
dejan buenas enseñanzas sobre lo que estás haciendo mal. Además, pasar por
los rechazos quiere decir que estás actuando y estás rompiendo límites.
Continúa y serás recompensado. Entiende que la mayoría de las veces, las
mujeres no te rechazan a ti, a veces es solamente tu comportamiento, pueden
ser otras cosas ajenas a ti. Ellas no te conocen, así que no te lo tomes
personal.
Asimismo, el rechazo sólo es temporal, lo que significa “por ahora no” o
“todavía no”. Dales seguimiento. Actúa normal e inténtalo de nuevo.
¿Cuántas veces? Las veces que ella lo permita. La habilidad de recibir
rechazos, decepciones, caídas hará que tu nivel salga disparado hacia las
alturas.
Abraza tus miedos
Se desperdicia demasiado tiempo y energía pensando en cómo vencer el
miedo, querer destruirlo, pretender que no existe. Como si el miedo fuera tu
enemigo. La peor decisión que puedes tomar es querer aparentar ser alguien
que no tiene miedo, alguien sin debilidades, alguien que quiere aparentar
fortaleza cuando en realidad no la tiene. Si piensas demasiado encontrarás
que has hecho muchas cosas a pesar del miedo. No sólo eso, has cumplido tus
metas, aun con el miedo. La disciplina significa hacer algo que no va a ser
divertido. Soportar el rechazo no es nada divertido. Puede que no te agrade la
idea de ser rechazado, pero con el tiempo te afectará muy poco. Sin embargo,
el miedo a tal dolor, no el miedo mismo, te impide hacer un progreso. El
progreso significa actuar a pesar del miedo al rechazo, confrontarlo y
reconocerlo. Pararte en frente de una chica intentando hablar con ella,
reaccionar a su enojo, sentirás que el miedo te invade. Mientras actúes a pesar
de eso en vez de huir o esconderte, mirarás al miedo a los ojos, haciendo que
pierdas el respeto por él.
La acción es la respuesta para todo. Para vencer los miedos no es la
excepción. Hacer las cosas por el bien de hacerlas. No luches contra tus
miedos, no trates de desaparecerlos, reconoce su presencia, y hazlo a pesar
del miedo.

Tener un miedo específico es saber a qué le temes. Excepto por ese miedo
específico, no estás sufriendo de una distorsión grave de la realidad. No hay
ningún mal físico. Sin embargo, tus miedos están fuera de proporción con
respecto a la realidad, parecen inexplicables y van más allá de tu control
voluntario. Una pregunta lógica es por qué pasas tanto tiempo pensando en
amenazas vagas cuando existen tantos peligros reales por los cuales debes
preocuparte. Y es porque el grado de miedo no está ligado primordialmente al
grado de amenaza ―en términos de que ocurrirá en realidad―, ni al daño
que te imaginas que sucederá si ocurriera lo peor, sino al inquietante carácter
del acontecimiento en sí mismo. En la experiencia del miedo es crucial si
sientes que serás capaz de responder de manera eficiente a una situación, es
decir, si serás capaz de afrontarla. Este miedo, además de ser intenso,
interferirá con tus patrones de vida normales y, además, tienden a aumentar
de manera progresiva. Puedes crear maneras de reducir este miedo, por
ejemplo, evitar acercarte o disfrazarlo, o simplemente evitando esas
situaciones, o resignándote. Sin embargo, estos procedimientos no eliminan
tu miedo.

Los miedos, como otras formas de conducta desadaptada, no ocurren de


manera aislada. Por lo general están entrelazados con un conjunto de
problemas diferentes, v.g., falta de dinero, ser físicamente poco atractivo,
traumas infantiles. Estos miedos pueden no estar relacionados a un
condicionamiento basado en experiencias previas. Puede que nunca te haya
rechazado una mujer. Muchos hombres reconocen este miedo, y saben que es
irracional, pero continúan evitando la situación alarmante, a pesar de que la
evitación de las situaciones de miedo, la ansiedad anticipada y la angustia
causada por la situación temida crean problemas en las áreas de las demás
relaciones sociales, el trabajo y los hábitos. Un procedimiento efectivo es
asociar el estímulo atemorizante a experiencias libres de ansiedad y al mismo
tiempo reunir información y evidencia que contrarresten las creencias
equivocadas sobre los estímulos.

No es tan malo ser rechazado. La exposición al estímulo aterrorizante


contribuye a la superación de tus miedos específicos. Carecer de amistades
femeninas o experiencias con mujeres atractivas para compartir experiencias
aumentan el miedo a acercarte y cortejar a una mujer. La evitación de la
situación temida, la ansiedad anticipada y la aflicción interfieren
significativamente con tu vida personal e impiden que afrontes la situación
con eficacia.

A continuación, sugiero técnicas interpersonales de autoayuda para


superar el miedo a las interacciones sociales:

1. Responder a los síntomas de ansiedad mediante la aproximación y no el


retiro.
2. Saludar apropiadamente a las personas haciendo contacto físico y
visual.
3. Escuchar a las personas y elaborar una lista mental de posibles temas de
conversación.
4. Hablar sobre tu vida, deseos, metas y preguntarles lo mismo a las
demás personas.
5. Hablar con un tono más fuerte.
6. Practicar para sentirte cómodo durante los silencios. Saber estar en
silencio con otras personas.
7. Aprender a tolerar, aceptar y entender el rechazo. Enfócate mejor en
qué es lo que pudo haber fallado y en cómo mejorar la próxima vez.
8. No fuerces tus creencias ni las situaciones que te atemorizan. Empieza
poco a poco, pero subiendo la dificultad de los retos. Por el momento no des
pasos solo ―a menos que sea necesario―, busca apoyo en alguien con más
experiencia.
9. Visualízate en las situaciones que más te causen miedo y en situaciones
desconocidas. Visualízalas e inventa distintas formas de superarlas. Aquí sí
puedes ser rudo contigo mismo para ser más creativo en las situaciones
reales.

Lidia con el rechazo persistiendo, no buscando en otra parte. Si lo has


intentado y has fallado, no importa, si estás convencido de tu propósito,
inténtalo una y otra vez y falla las mismas veces. De cualquier modo,
asegúrate de que cada vez que falles, lo hagas con estilo.
El rechazo no es un juicio de tu valor. Recuerda que la mujer no sabe nada
de ti, así que si te rechaza, tiene que ver con su estado interno o tu forma de
acercarte, pero no puede ser sobre tu persona.
Si todavía te da miedo dar el salto, aquí está el antídoto. Escribe tus
respuestas, y ten en mente que racionalizar no será fructífero como
simplemente escribir lo primero que te llega a la mente. Escribe y no edites,
aquí es mejor la cantidad. Tómate unos minutos en cada pregunta:

1. Define tu pesadilla, lo peor que podría pasar si le hablaras a la mujer


que te gusta. Escribe las dudas, miedos y posibilidades. ¿Será el fin de tu
vida? ¿Cuál será el impacto permanente?
2. Si fallas, ¿qué harías para reparar el daño o de volver las cosas a la
normalidad? Quizá tener otra vez las cosas bajo control sea más fácil de lo
que imaginas.
3. ¿Cuáles son los resultados o beneficios de otros escenarios probables?
Ahora que has definido la pesadilla, determina cuales son los resultados
positivos, ya sean internos y externos. ¿Alguien en tu misma situación o
alguien más feo y con menos dinero que tú ha logrado lo que quieres hacer?
4. Si te rechazara la chica que te gusta, ¿cómo lo superarías? Si salieras de
tu zona de confort, ¿cómo revertirías los estragos si tuvieras que hacerlo?
5. ¿Qué es lo que realmente te aterra? Usualmente, cuando te da miedo
acercarte, es el momento ideal para hacerlo. Esa conversación, ir por el beso,
invitarla a salir, llevarla a tu apartamento, lo que sea. ¿Es eso lo que
realmente te horroriza? Define lo peor que podría pasar, acéptalo y hazlo. Tu
éxito será medido por la cantidad de veces que sales de tu Zona de Confort.
Trata de hacer algo que temas todos los días.
6. ¿Qué te está costando—financieramente, emocionalmente y físicamente
—posponer la acción? Si nunca intentas perseguir las cosas que te gustan,
¿qué pasará cuando te des cuenta que la vida ya te ha pasado? Si supieras con
seguridad que al final de tu vida experimentarás decepción y arrepentimiento
y si defines los “riesgos irreversibles” que podrían surgir, te darás cuenta de
que la inactividad es el peor de todos.
7. ¿Qué estás esperando? Si no puedes responder esto sin tener que
recurrir al pretexto de que no es el tiempo adecuado, la respuesta es una:
tienes miedo, como todo mundo. Date cuenta de las cosas buenas que te
podrías perder, la reparabilidad de cualquier traspié y desarrollar el hábito de
los grandes: la acción.
Cuestiones de personalidad
Los hombres que saben cómo llegarle a una chica te dirán que no es el
qué, sino el cómo ―en sus propias palabras, claro. Hoy en día, los apóstoles
del método “sincero” y “natural”, te dirán que usar rutinas, trucos y demás, es
lo peor. Que no estás siendo tú mismo. Eso es una exageración. Es la
tendencia a satanizar una corriente cuando creen que ha aparecido una mejor.
No es una ni la otra. Para aprender cualquier habilidad, es necesario contar
con bases, con material de apoyo para después pasar a la etapa de la
creatividad ―a esta etapa le llaman erróneamente como ser “natural”―, y
entrar a una especie de metaconocimiento ―concepto que refiere al
conocimiento que uno posee, y a la capacidad de controlar y regular la
aplicación de los conocimientos en un área determinada.

“Métodos hay millones, pero los principios son pocos. El hombre que
comprende sus principios puede elegir su propio método exitosamente.”

Cuando alguien hace referencia a ser “natural,” no quiere decir que deje
de aplicar ciertos métodos, rutinas y técnicas. Simplemente los reemplaza por
otros que se ajustan más a sus preferencias o necesidades. También quiero
que entiendas que las técnicas no son otra cosa que las acciones precisas para
llevar a cabo un método. El plano deportivo ilustra mejor este punto. Todos
los delanteros en el fútbol, por ejemplo, poseen técnicas, v.g., recortes,
disparos, fintas. Pueden ser habilidades espontáneas nutridas con la práctica o
conseguidas a partir de los arduos entrenamientos y éstas se utilizan en
función de un método, v.g., fatigar al adversario, confundirlo, engañar al
portero. En pocas palabras, en el método se organizan y estructuran las
técnicas que servirán para conseguir un objetivo determinado: ganar y anotar
muchos goles.
Para ilustrar esto, hablemos de un niño que quiere ser pintor. Si él aspira a
crear una obra de arte, necesita primero aprender a dibujar, mezclar pinturas,
conocer las diferentes corrientes artísticas, conocer los materiales, entre
muchas otras cosas. Ahora bien, si su maestro lo pone a dibujar bolitas y
palitos para que el niño entrene esa conexión entre cerebro-ojo-percepción-
mano, el niño no puede, o más bien, no va a decir: “Yo quiero pintar paisajes,
usted no me está dejando ser yo mismo. No me permite expresarme.”
Para aprender cualquier habilidad se tiene que empezar desde lo básico,
empezar con actividades, a veces aburridas y tediosas, que quizá no nos gusta
realizar. Se tiene que empezar con métodos probados que nos ayuden a
entender la esencia de lo que queremos dominar. Contrario a lo que la gente
argüendera opina en las comunidades de seducción, no dejamos nuestra
esencia, o bien, no dejamos de ser nosotros mismos al emplear rutinas que
nos ayudan en el proceso de aprendizaje para conocer mujeres. Así como
tampoco dejamos de ser nosotros mismos al decir una mentira o cuando nos
comportamos de manera diferente en los distintos contextos sociales. Cuando
se deja de ser “uno mismo,” es cuando hay una incongruencia con los valores
propios, lo que realmente se piensa, lo que se cree, lo que se siente, las
acciones y lo que sale de la boca de uno. Aplicar una técnica o seguir un
método no viola en ningún momento los valores, las creencias ni lo demás,
nunca dejarás de ser “tú mismo.”
El método es el camino o conjunto de procedimiento utilizados para
alcanzar un fin que requiera de habilidades o conocimientos específicos. El
método debe ser pertinente y aplicable a un objetivo. Las personas que están
dentro de los mejores en sus respectivas profesiones u oficios, aplican
métodos. Yo no creo que digan, “¡Ay, no voy a hacer tal cosa porque me
aleja de mi personalidad, no soy yo mismo!,” a menos, claro, que no estén
realizando lo que en verdad les gusta o lo que esté en contra de sus valores.
Todos tenemos bases, seguimos un método y aplicamos técnicas. Es obvio
que cada quien le imprime su esencia a dicho método o a las técnicas, pues es
lo que hace que unos destaquen y otros no. A los equipos de la NFL llega lo
mejor de lo mejor, los jugadores llegan lo mejor preparados posible, en el
mejor de sus momentos. ¿Qué es lo que hace entonces que de dos equipos
que tienen la misma calidad de jugadores, uno sea mejor que el otro? Bueno,
hay muchas razones, pero una de ellas es que un equipo sigue un método
mejor que el otro. No ves a los jugadores jugando a lo que se les pegue la
gana sólo porque el coach eligió un método que los aleja de ser “ellos
mismos” y no los deja jugar como ellos quieren jugar. Si llega a pasar eso, el
equipo entero decae. O bien, reemplazan a los jugadores estrella, por otros
jugadores del mismo nivel que sí sean capaces de trabajar en equipo y seguir
un método. Seguir un método no les impide a los jugadores de buena talla
destacar en un partido, “ser ellos mismos” ―ya me está hartando
escribirlo―, ni tampoco les impide jugar como ellos mejor saben hacerlo.
Y ni se diga de todos los métodos, rutinas y técnicas que ellos deben
repetir y practicar día tras día para alcanzar su nivel óptimo y entrar a la NFL
o a la NBA o a cualquier otra liga mayor de cualquier deporte. A este nivel,
¿tú crees que el talento o que sean “ellos mismos” es lo que separa a los
mejores del promedio? ¿En serio, crees eso? Todos tienen talento y todos son
“ellos mismos”, pero pocos realmente tienen una ética de trabajo.
Ahora bien, estoy de acuerdo en que, algunas veces, los modelos
adoptados sólo deben emplearse en las etapas de preparación, pues éstas no
reemplazan a la confianza o una verdadera ética de trabajo. Los modelos son
el medio, pero no la esencia. Sobre todo, no deben verse como “técnicas de
ligue”, porque éstas no te harán ser mejor ni son las que desvisten mujeres en
el sentido de que la comunicación humana va más allá de lo que se dice o se
hace.
Quiero hablar un poco sobre personalidad. La palabra personalidad se
origina del latín persona, que se refiere a una máscara utilizada en una obra
teatral por los artistas con el fin de proyectar diferentes papeles u ocultar sus
identidades, que por cierto, aunque parezca tonta la comparación, un actor no
deja de ser “él mismo,” sólo por hacerse pasar por alguien, de hecho, su
personalidad brilla en el papel que adopta, sea cual sea.
Hay diversas teorías sobre la personalidad, aunque una definición general
dice que la personalidad está conformada por patrones característicos de
pensamientos, sentimientos, comportamientos, procesos y necesidades
biológicas que hacen a una persona única y regular, y es relativamente
permanente. La personalidad se demuestra en más de un comportamiento,
tiene expresiones múltiples y pueden variar según el contexto.
En Lingüística se habla sobre el lenguaje y la lengua. A grandes rasgos, el
lenguaje es la capacidad de poder hablar una lengua; y la lengua es el medio
por el que nos comunicamos ―ya sea a través de una lengua hablada, escrita,
lengua de señas, sistema braille, lenguaje corporal. Es decir, todos tenemos la
capacidad de comunicarnos, así como tenemos la capacidad de aprender a
caminar o cualquier otra habilidad. Ya estamos programados para hacerlo. Si
hubieras nacido en Rusia, hablarías ruso. Si hubieras nacido en Holanda,
hablarías neerlandés. Es más, si hubieras nacido en un reino de otro planeta,
hablarías su determinado idioma. Somos como un recipiente esperando un
contenido, y ese contenido es arbitrario. No está bajo nuestro control. Y a
menos que sea bajo circunstancias específicas, no podemos desaprender o
eliminar el idioma con el que crecimos. Éste permanece toda nuestra vida.
Podemos hablar otros idiomas con fluidez, pero por mejor que lo hablemos,
no podrás eliminar las bases de tu lengua materna.
Lo mismo sucede con nuestra personalidad. Los rasgos más importantes
de nuestra personalidad que se arraigaron en nuestra niñez, permanecerán
estables durante toda nuestra vida. Algunos aspectos que sí podemos cambiar
son los niveles de ansiedad, amabilidad y el deseo por nuevas experiencias.
Así que si un mentecato te dice que no estás siendo tú mismo, deberías
acariciarle la nunca y decirle, ¡Sí, lo que tú digas!” Cuando entras a la vida
adulta, la personalidad ya estará completamente arraigada. Lo que cambia a
través de tu vida son los roles y los rasgos que influencian tu comportamiento
temporal. La personalidad no cambia, son los hábitos los que cambian, el
vigor y la salud, las responsabilidades y las circunstancias ―no la
personalidad básica.
Nuestros rasgos básicos poseen estabilidad con el tiempo, como la
extroversión. Aunque la misma persona puede ser extrovertida en algunas
circunstancias y no en las demás. Las situaciones determina más que la
personalidad sobre cómo las personas se comportan. La personalidad y la
situación tienen la misma influencia. La influencia de una situación u otra en
cómo una persona actúa crea la impresión de que la personalidad cambia más
de lo que es el caso. Los cambios aparentes de la personalidad reflejan más
bien la temporalidad de las circunstancias. Cualquier rasgo puede variar con
el momento. Por eso hay que observar a las personas en la mayoría de las
situaciones para tener una mejor evaluación de los rasgos.
El psicoanalista Sigmund Freud indicó que la personalidad se fijó en gran
parte a la edad de cinco años. El deseo de alterar nuestra personalidad es muy
común. Las personas tímidas desean ser más abiertas y extrovertidas. Las
personas agresivas desean tener mayor control emocional. Realizar cambios
puede ser extremadamente difícil. Cambiar los patrones de comportamiento,
enfocarte en el proceso de cambio, cambiar los hábitos, el sistema de
creencias y las metas que están bajo la superficie de la introversión o la
amabilidad es la verdadera clave del cambio de personalidad.

Quiero dejar bastante claro que yo no me meteré en definiciones


espirituales sobre ser tú mismo, que hay que quitar etiquetas, emociones,
dejar de impresionar a los demás. Yo no seré esa clase de hombres que creen
que porque leyeron un libro de budismo o de superación personal creen que
pueden decirte, “¡Para que una mujer te haga caso, tienes que ser tú mismo!”
En primer lugar, no es un consejo y carece de toda relevancia. No te dice
nada, y aun así, pasa de boca en boca. Lo mismo pasa con la frase, “¡Vive
hoy como si fuera el último día de tu vida!” Ser tú mismo, por sí solo, no te
ayudará a ser mejor guitarrista, mejor jugador de rugby, o a terminar tu
carrera.
Ya quiero ver que cuando llegues emocionado a contarle a tu amigo la
historia sobre la hermosa irlandesa con la que te acabas de acostar, él te diga,
“¿Qué crees? ¡No cuenta porque no fuiste tú mismo!”, sólo porque le
invitaste una bebida como estrategia para que se quedara contigo, que
intentaste ganarte a sus amigos pretendiendo ser amable cuando realmente
querías mentarles a madre, o cualquier otra cosa que para tu amiguito le
parezca que no fuiste tú mismo. Está pendejo si cree que puede arruinar tu
momento diciéndote cómo debes ser o actuar. Hay algo en ese consejo que,
de alguna manera, les otorga una superioridad intelectual imaginaria. La
verdad es que sufren del efecto Dunning-Kruger, que es un sesgo cognitivo
―efecto psicológico que produce un juicio inexacto de lo percibido― en el
que los individuos con escasa habilidad o pocos conocimientos sufren de una
superioridad ilusoria, considerándose más inteligentes o más capaces que
otras personas más preparadas, midiendo incorrectamente su habilidad por
encima de lo real. La mala evaluación a la que un individuo incompetente se
somete es una percepción errónea sobre sí mismo, mientras que la mala
evaluación del competente es una percepción errónea acerca de la capacidad
de los demás.

“Ser tú mismo”, como el vulgo dice, no te garantiza el logro de tus metas.


Es más, a veces ni siquiera el talento o la persistencia. Decir siempre la
verdad o ser siempre honesto, menos. En la vida, o más bien, en tu camino
para alcanzar tus metas, siempre vas a tener que hacer cosas que no te gustan.
Si quieres ser un atleta de alto rendimiento, tendrás que renunciar a muchas
cosas aunque no quieras. Si quieres construir una compañía, tendrás que
comportarte de ciertas formas con los clientes, socios, inversores, empleados,
que pueden no ser congruentes contigo mismo, pero que son necesarias para
tu compañía.
Cuando se habla de ser tu mejor versión, lo que realmente quieren decir es
la incorporación de nuevos rasgos de personalidad y nuevos hábitos que sean
ideales para la consecución de tus metas. Por eso, me enfocaré únicamente en
darte las herramientas para lograr estar en la intimidad con una mujer que te
gusta, en lugar de darte consejos pedantes. Quién seas, cómo te comportes,
para qué lo haces, cómo lo haces, no es de mi incumbencia. Sí, hay ciertas
conductas, maniobras y hábitos que debes adoptar para lograrlo, pero así es
esto. Del mismo modo en que para tocar la guitarra debes adoptar cierta
postura, incluso ciertas actitudes, así lo es en el cortejo. Esto no cambiará
quién eres, no irá en contra de tus principios, no te hará ningún hipócrita.
Simplemente tendrás que hacer cosas que quizá no sean de tu agrado o que
requieren un esfuerzo mayor y mucha práctica. Quizá te lleguen a causar
conflictos internos y mucha ansiedad. Al final de cuentas, no es para todos.
¿Cómo te percibes?
Haz lo que temes hacer y el temor morirá. El valor y la cobardía son
hábitos, no personalidades. Decídete a desarrollar la valentía exponiéndote a
tus temores.

El hecho de que te veas como un ‘ganador’ o un ‘perdedor’ determinará


instantáneamente a qué capacidades tienes acceso y aprovecharás los recursos
de comportamiento que encajen con esa identidad. Incluso la clase de persona
que los demás perciben de ti controla las conductas que salen de ti. Lo peor
es que a veces, tras haber efectuado un cambio positivo, los demás siguen
anclando viejos comportamientos e identidades a tu conducta. Lo bueno es
que posees el poder de escoger si te convienen o no.

“El mejor efecto de las personas exquisitas se siente después de haber


dejado de estar en su presencia.”

Actuarás de acuerdo con tu punto de vista acerca de quién eres realmente,


tanto si ese punto de vista es exacto como si no.

Aunque no te hayas dado cuenta, consideras inestable a una persona que


cambia constantemente de parecer, y confías en mayor medida en una
persona que es firme en su parecer. Por lo tanto, atribuyes dolor a la
inestabilidad y placer a la consistencia. Sin embargo, debes tener claro que
tener la firmeza de que eres un perdedor con las mujeres, por ejemplo, te está
perjudicando. No podrás cambiar si te sigues percibiendo como un perdedor
con las mujeres, incluso llegas al extremo de preferir quedarte atrapado en
esa creencia antes que ceder a tu necedad, y sólo por tener la sensación de
certidumbre.
Al vivir en un mundo cambiante, estás rodeado constantemente de nuevas
relaciones, se redefinen los papeles de tus trabajos, cambia el medio ambiente
en el que te hayas y se produce una corriente continua de información nueva.
Lo único con lo que puedes contar sobre una base constante es tu sentido de
identidad. Si empiezas a cuestionar quién eres, entonces no te quedarán
cimientos para comprender tu vida.
Si no sabes quién eres, no sabrás qué hacer, no podrás formular valores,
adoptar creencias o establecer reglas. Tampoco podrás juzgar si algo es
bueno, malo o indiferente. El mayor desafío que se te presenta al querer
cambiar tu identidad es responder la pregunta, “¿A qué otra cosa voy a
cambiar mi identidad?” Pero al desarrollar nuevas creencias acerca de quién
eres, tu comportamiento cambiará para apoyar la nueva identidad.
La única forma de crear un cambio duradero consiste en cambiar de
convicción a una nueva identidad, de lo contrario volverás a la vieja pauta.
Parece una simple manipulación semántica, pero se trata de una
transformación más profunda de la realidad personal. De hecho, un cambio
de identidad puede producir un cambio en todo tu sistema de creencias.
La forma en que identificas a cualquiera es por sus acciones. Por eso sabes
quién es tu amigo. Eres tú mismo el que determina quién eres mediante el
proceso de juzgar tus acciones. Antes de juzgar a alguien, echa un buen
vistazo a ti mismo. ¿Has elegido conscientemente tu identidad o ésta es el
resultado de lo que otras personas te han dicho, de acontecimientos
importantes ocurridos en tu vida y otros factores que se han producido sin tu
conciencia o aprobación? ¿Cuáles son los comportamientos que has adoptado
y que te ayudan a formar la base de tu identidad?
Tu identidad no es más que las decisiones que has tomado acerca de quién
eres y con qué has decidido fusionarte. Te conviertes en las etiquetas que tú
mismo te pones. Y la forma en que defines tu identidad es lo que define tu
vida.
Cuando actúas de forma inconsistente con respecto a quién crees ser,
preparas el escenario para una crisis de identidad. Cuando tu crisis estalla, te
sientes desorientado y empiezas a cuestionar tus convicciones anteriores. Tu
mundo da vueltas y experimentas mucho temor. Tener una identidad que se
vincule específicamente con la edad o con el aspecto que tienes, terminará
por producirte miseria porque esas cosas cambian. Si posees un sentido más
amplio de quién eres, tu identidad nunca se verá amenazada. Lo mismo pasa
con la riqueza o en este caso, con las mujeres, las cuales pueden pasar por
cambios drásticos.
No necesitas una crisis para comprender que puedes cambiar tu
comportamiento, aunque la perspectiva de cambiar tu identidad parece
amenazadora o imposible.
Tómate unos momentos para identificarte. ¿Quién eres? Tienes muchas
formas de definirte, puedes describirte por tus emociones, por tu profesión,
por tus títulos, por tus ingresos, tus papeles, comportamientos, posesiones, las
mujeres que has tenido, tus creencias espirituales, tu aspecto, tus logros, tus
amigos, tu pasado e incluso por lo que no eres.
La identidad que tienen tus amigos y compañeros tiende a afectarte
igualmente. El marco temporal que utilices para definir tu identidad también
es muy poderoso. ¿Miras al pasado, presente o futuro para definir quién eres
en realidad? Quizá tu pasado y presente no sean excitantes, así que fusiona tu
identidad con la visión de lo que quieres llegar ser. No tienes por qué
esperar; empieza a vivir como el hombre en el que te quieres convertir, ahora.
Entonces, al responder esta pregunta, es importante hallarte en el estado
de ánimo adecuado. Necesitas estar relajado y ser curioso. Si hay muchas
cosas que te distraen no vas a obtener las respuestas que necesitas. Deja que
tu mente trabaje, que no se preocupe, que no busque perfección ni nada en
particular. Sólo pregúntate quién eres, escribe la respuesta y luego vuelve a
preguntártelo. Cada vez que te lo preguntes, escribe aquello que surja en tu
mente y continúa probando hasta llegar más profundo y hasta que llegues a
una descripción convincente.
Si te plantean esta pregunta inesperadamente, sin haberte preparado antes
ni permitirte entrar en estado correcto, darás una respuesta en particular: una
mirada en blanco y una respuesta superficial, la cual es una técnica evasiva.
Por lo tanto, debes saber quién eres en todo momento. Tómate tu tiempo en
buscar tu definición, permite que la respuesta fluya sea cual fuere y anótala.
El beneficio de saber quién eres consiste en la habilidad que tendrás para
conformar todos tus comportamientos.
Tómate, entonces, un momento para contestar la pregunta ¿Quién eres?

Como clave, recuerda que la identidad simplemente es lo que te distingue


de todos los demás. Si tu nombre estuviera en el diccionario, ¿qué diría?
Échale un vistazo a lo que escribiste, ¿cómo te sientes al respecto? Si te
das cuenta de que tu identidad te produce dolor, te desagrada y te aleja de lo
que quieres, encuentra alivio al saber que tu identidad no es más que aquello
con lo que te has identificado y que eso es algo que puedes cambiar en
cualquier momento. Tras observar cómo evolucionan las identidades, tendrás
una oportunidad de expandir la tuya durante toda tu vida.
Siempre puedes redefinirte a ti mismo. Los cambios de identidad pueden
constituir las experiencias más alegres y liberadoras de la vida. Haz una lista
de todos los elementos de identidad que deseas tener. Deléitate con el poder
que tienes para cambiar simplemente redefiniéndote. Imagínate fusionándote
con esta nueva identidad, imagina cómo respirarías, cómo caminarías,
hablarías, pensarías y sentirías. Si quieres expandir tu identidad y tu vida,
entonces decide ahora mismo quién deseas ser. Luego, desarrolla un plan de
acción que puedas emprender y que te permita saber que estás viviendo
realmente con tu nueva identidad. Al hacerlo presta atención a tus
comportamientos, emociones y actitudes. ¿Refuerzan o destruyen la identidad
que estás creando? Comprométete con tu nueva identidad, dándola a conocer
a todos los que te rodean.

Vives en un mundo dinámico en el que tu identidad tiene que expandirse


continuamente para disfrutar de una mayor calidad de vida. Debes ser
consciente de las cosas que influyen en tu identidad, observar si te dan fuerza
o te limitan. Hazte cargo de todo el proceso. Necesitas ampliar tu punto de
vista sobre quién eres, estar seguro de que la percepción que tienes de ti
mismo te estimula a superarte, a convertirte en una mejor persona, porque
aquello con lo que empieces a identificarte será en lo que te convertirás.

La próxima vez que te veas diciendo “¡Jamás podré hacer eso!” o “¡Ese no
soy yo!”, tómate un momento para considerar el impacto de lo que estás
diciendo. ¿Has limitado el concepto de ti mismo? En tal caso, aprovecha
todas las oportunidades que se te presenten para expandir tu identidad. Ponte
a hacer las cosas que crees que no eres capaz de hacer y utiliza tus nuevas
acciones como una referencia que te proporcione una sensación de
certidumbre de que eres más de lo que crees ser.
Empieza a preguntarte: ¿Qué más puedo ser? ¿Qué más seré? ¿En qué me
estoy convirtiendo ahora? Si decides pensar, sentir y actuar como la clase de
persona que deseas ser, te convertirás en esa persona. Si te encuentras en una
encrucijada, es la oportunidad para tomar la decisión más importante. Olvida
tu pasado, no pienses quién has sido. Toma las decisiones conscientemente,
con cuidado, poderosamente.
No tienes que hacer todos los cambios que se encuentran en este libro para
transformar tu vida. Si cambias algunos aspectos, toda tu vida comenzará a
cambiar. Más para bien que para mal. Conseguir cada vez más evidencia de
lo que eres capaz de lograr, te proporcionará energía vital para acumular una
nueva experiencia acerca de quién eres.
Si te comprometes con tu código de conducta, ya no te sentirás controlado
por los acontecimientos; sabrás que, sin importar lo que ocurra a tu alrededor,
puedes mantener tu sentido de ti mismo y vivir la visión que te has creado.
Cada día serás tú quien determine cómo te sientes y quien te dirige hacia el
nivel más elevado. Recuerda que aquello que eres cada día, las pequeñas
acciones así como las grandes, son las que configuran tu carácter y forman tu
identidad.

Ten muchísimo cuidado con definir tu valor de acuerdo con tus resultados
con las mujeres, pues si llegas a caer en una mala racha, empezarás a
deprimirte, comenzarás a sentir que tienes que probarte a ti mismo que tú eres
el “todas mías,” y eso, a su vez, hace que te vuelvas dependiente del
resultado. Estás basando tu valor en cómo te va con las mujeres. No es
recomendable entrar en una crisis de identidad por esa razón. Si las mujeres
no te responden bien, entonces no debes valer mucho. En esa situación te
estás poniendo.
Siempre estás procesando el mundo a través de tu sentido de valor. Lo que
percibes, la forma en cómo respondes a los demás. Desde una perspectiva del
cortejo, puedes hacer todo lo que quieras. De ir a cualquier lugar, ver a una
chica y ligártela. Nada te está deteniendo. Tienes un concepto de cómo es un
hombre atractivo para las mujeres, pero pocas veces te darás permiso de ser
ese hombre si va en contra de lo que percibes de ti mismo. Lo único que te
detiene de ser ese hombre es la percepción que tienes de ti mismo.
Adivina qué, la mayor parte de los rasgos de tu personalidad son
totalmente arbitrarios. Se pueden desarrollar y cambiar de una forma u otra.
Muchos rasgos en tu personalidad son arbitrarios, y viene de la
retroalimentación social, sucede cuando interactúas con otras personas.
Sueles pensar, “Éste soy yo, no puedo cambiar. No nací para ser exitoso.”
Adivina qué, la esencia de quién eres nunca va a cambiar, siempre estará ahí.
No obstante, los rasgos en tu personalidad sí pueden ser desarrollados y
mejorados.
Sé la persona que quieras ser, si quieres cambiar tu estilo, si quieres
cambiar tu situación, hazlo. Si ves a alguien que sea interesante y piensas,
“¡Me gusta cómo es él!,” imítalo e incorpora sus cualidades a tu esencia. En
verdad puedes hacerlo. La esencia de quién eres siempre será la misma, pero
puedes evolucionar y nadie podrá impedírtelo.

No bases tu valor en cosas fuera de tu control o en situaciones externas a


ti. Digamos que te creas una identidad de ser un seductor. Tú y tus
admiradores van a darte validación gracias a esa identidad. El problema es
que las cosas se pueden ir para abajo. Tu inconsciente cree que para obtener
amor, respeto, éxito, debes seguir jugando ese papel para seguir mostrando a
todo mundo lo bueno que eres con las mujeres y seguir teniendo validación.
Cuando basas tu valor en las cosas fuera de tu control y, en general, algo
externo a ti, la percepción que tienes de ti mismo es inestable, incluso falsa.
Cuando te quedas en la mentalidad de seguir siendo un seductor y que la
gente te admirará por desempeñar ese papel, vas a estar alejándote de la
verdadera autoestima.
Puedes tener una pasión en tu vida, pero esa pasión no debe ser lo que te
dé valor. Por eso mucha gente se va a la ruina cuando esa pasión se frustra.
En caso de que no puedas desempeñar tu pasión, podrás seguir saliendo
adelante, porque sabes que tu pasión no define tu valor. No eres tu situación.
No eres lo que tienes.
Las traigo muertas
Cuando por fin los hombres logran vencer el miedo de acercarse, se topan
con otro problema, empiezan las conversaciones esperando que no los
rechacen o al menos no quedar mal para después irse a los tres minutos. Con
esta actitud tan débil, estás pidiendo a gritos que te rechacen. Mi palabra
favorita es “diferente”, puedes diferenciarte de los demás por las razones
correctas y volverte un hombre formidable. La manera más segura de ejercer
una buena impresión es acercarte demostrando tus intenciones aceptando
cualquier consecuencia. Exprésate. Deja que tus cualidades brillen. Esta
actitud te hará ser constante en tus resultados. Saber que lo tienes todo te
abrirá muchas puertas. Lamentablemente, o eres genial o no lo eres. No hay
cabida aquí para medias tintas. Si necesitas hacer cosas para ti para que
empieces a creer en ti, o mejor dicho, asumir que mereces estar rodeado de
abundancia, hazlas. No tiene nada de malo querer bajar de peso para estar
más presentable, o empezar a ganar más dinero para poder invitarlas a salir.
A estas alturas del partido, ya no importa si crees que necesitas tener algo o
ser alguien para sentirte merecedor. Lo que importa es que ya dejes de poner
pretextos y te des cuenta de una buena vez si eso que “te hace falta” es lo que
te está deteniendo para sentirte digno de lo mejor. De hecho, es recomendable
hacer otras cosas ajenas al cortejo para sentirte bien contigo mismo, aumentar
tu confianza y sentir que mereces tener lo que te propones, pero hazlo ya.
Haz lo que sea necesario, pero haz algo al respecto, de lo contrario estarás
perdiendo tu tiempo, porque los resultados no van a llegar. Las creencias se
fortalecen cuando los hechos se acumulan para sostenerlas. Que se vea en tu
vida algo que soporte tus creencias, de lo contrario se desvanecerán pronto.
Si crees que tu vida apesta, entonces estás perdido.
Las creencias, por otra parte, son ilusorias por definición. La forma en la
que te comportas depende mucho de cómo son tus creencias. Tus creencias y
tu comportamiento son los que definen tus resultados. ¿Cómo puedes hacer
algo que ni siquiera puedes imaginar o creer?
Si eres de esos hombres que aparentemente es adorado por las chicas y
aun así no se acuesta con ellas. Puedes estar dentro de la categoría de un
hombre débil. Los veo todo el tiempo. Siempre están rodeados de mujeres,
las hacen sentir bien y ellas los adoran, pero de ahí no pasan. De cualquier
forma es lo mismo que si no estuvieras rodeado de ninguna mujer. Si no
tomas riesgos, no habrá recompensas. Estos hombres se enorgullecen de ser
simpáticos para las mujeres, porque creen que esto los hace ser mejores y
diferentes a otros hombres. Por dentro son tan desdichados como cualquier
otro hombre que no tiene ninguna mujer a su lado. Sólo déjame decirte una
opinión: un hombre débil sacrifica sus deseos y su integridad por un poco de
validación.

El autosabotaje es una derrota por decisión propia. Quizá no lo creas, pero


algunas personas hacen todo lo posible para fracasar. Simplemente no
quieren tener éxito. Son de esos tipos que son rechazados en todas las
ocasiones, en los primeros segundos. Para un hombre débil, ganar requiere de
mucha responsabilidad, así que prefiere ser rechazado para no tener que lidiar
con eso. Los malos hábitos que te harán ser rechazado es hablar en un tono
bajo, no empujar la interacción hasta sus límites, no insistir cuando
encuentras resistencia, irte antes de haber intentado algo, quedarte parado
observando pasivamente. Si tienes excusas para irte demasiado rápido sin
establecer un esfuerzo de tu parte ―y esto aplica en todas la áreas―,
entonces es un patrón que te está hundiendo. Así lo escribió Edgar Allan Poe
en su cuento, El Demonio de la Perversidad:

“Se sigue que el deseo de estar bien debe ser excitado al mismo tiempo
por algún principio… pero en el caso de esto que llamamos perversidad, el
deseo de estar bien no sólo no se manifiesta, sino que existe un sentimiento
fuertemente antagónico… por esta simple razón la deseamos con más fuerza.
Y porque nuestra razón nos aparta violentamente del abismo, por eso nos
acercamos a él con más ímpetu. No hay en la naturaleza pasión por una
impaciencia tan demoniaca como la del que, estremecidos al borde de un
precipicio, pensamos arrojarnos en él. Si no hay ahí un brazo amigo que nos
detenga, o si fallamos en el súbito esfuerzo de echarnos para atrás, nos
arrojamos, nos destruimos… perpetramos estas acciones simplemente porque
sentimos que no deberíamos hacerlo… y podríamos en verdad considerar su
perversidad como una instigación directa del demonio.”

Otro de los grandes autosabotajes es cuando tratas de medirte con los


demás. No te veas a ti mismo a través de los ojos de los demás.
Probablemente creciste siendo medido y te hicieron sentir mal si no estuviste
a la expectativa. Ten el coraje de ser imperfecto. ¿Cuántos riesgos estás
dispuesto a tomar? ¿Cuántos estereotipos estás dispuesto a hacer pedazos
para mostrarle a todo mundo que te vale un carajo lo que ellos quieren que tú
seas?
Aún más traidoras, son las neuroasociaciones confusas, la fuente clásica
del autosabotaje. Si alguna vez has iniciado algo y luego lo destruyes, la
culpa habrá que dársela, en general, a las asociaciones mezcladas. Quizá tu
negocio haya estado sometido a altibajos, floreciendo un día y hundiéndose al
siguiente. ¿A qué se debe todo esto? Lo que pasa es que estás asociando dolor
y placer a la misma situación. Un ejemplo es el dinero. En esta cultura, la
gente tiene asociaciones increíblemente mezcladas con respecto a la riqueza.
No cabe la menor duda de que deseas tener mucho dinero. Crees que te
proporcionará mayor libertad, más seguridad, una oportunidad de contribuir,
viajar, aprender, expandirte, de marcar una diferencia. Pero al mismo tiempo,
nunca llegas a superar un determinado nivel económico porque en lo más
profundo de ti mismo asocias el tener demasiado dinero con muchas cosas
negativas. Lo asocias con la avaricia, el ser juzgado por los demás,
inseguridad, tensión, inmoralidad, falta de espiritualidad.
Para alcanzar alguna meta en tu vida, escribe las cosas positivas que
tendrás al alcanzarla, después anota las negativas. Luego, observa las
diferencias de intensidad entre las dos series de neuroasociaciones. Al final
decide cuáles juegan un papel más importante en tu vida.
Cuando se trata de decidir qué hacer, en el caso de que tu cerebro no
reciba una señal clara de lo que equivale al dolor y al placer, te encuentras
ante una sobrecarga y te sientes confundido. Como resultado de eso, pierdes
el impulso y el poder para emprender acciones decisivas que podrían
permitirte conseguir lo que deseas. Cuando le envías mensajes confusos a tu
cerebro, obtendrás resultados igualmente confusos.
Si logras lo que te propones, ¿sentirás dolor o placer? Lo importante no es
sólo el número de asociaciones que haya en cada lado, sino el peso que tenga
individualmente cada uno de ellos. Es posible que tengas asociaciones más
agradables que dolorosas con respecto al dinero, pero, si una sola de las
asociaciones negativas es muy intensa, esa falsa neuroasociación es capaz de
eliminar tu capacidad para tener éxito financiero.
Si elevas tus metas pero no te sientes capaz de alcanzarlas, ya te estás
saboteando. Ni si quiera lo intentarás. Tus creencias te dicen qué es posible y
qué es imposible, que puedes hacerlo y que no puedes hacerlo. Las creencias
limitantes configuran tus acciones, pensamientos y sentimientos. Entonces, si
no cambias tus creencias, puedes elevar las metas todo lo que quieras, pero
nunca tendrás la convicción de alcanzarlas. Cambiar tus creencias es esencial
para hacer cambios verdaderos y duraderos en tu vida. Desarrolla un sentido
de certidumbre de que puedes y quieres alcanzar tus metas antes de
emprender el viaje.
Si el éxito es tu valor principal y el rechazo tu valor a evitar, tienes un
problema. Si quieres lograr el éxito pero nunca ser rechazado, jamás
obtendrás éxito a largo plazo. Para alcanzar el éxito debes estar dispuesto a
ser rechazado. Si te provoca mucho dolor ser rechazado, concluirás que no
vale la pena pagar ese precio por el éxito; te sabotearás. Esto es un conflicto
de valores. No eres tú el que está decidiendo, has permitido que sean las
situaciones externas las que decidan por ti. Puedes empezar a cambiar ahora
mismo siguiendo dos pasos:

1) Sé consciente de cuáles son tus valores actuales para comprender por


qué haces las cosas. ¿A qué valores te sientes atraído, y de qué valores te
alejas? Al hacerlo comprenderás la fuerza de tu presente y futuro.
2) Toma decisiones conscientes de acuerdo con los valores con los que
quieres vivir para conformar la calidad de vida que realmente mereces.

Descubre tus valores contestando una pregunta sencilla: ¿Qué es lo más


importante para ti en la vida? Cambia tus valores y habrás cambiado tu vida.
Aunque te gusten tus valores, no son lo que eres. Sólo son para revelar qué
prioridades condicionan tu vida.
¿Cuáles son tus valores para crear tu destino, para ser mejor de lo que eres
ahora? ¿Qué otros valores tienes que añadir? ¿Qué valores deberías eliminar
para alcanzar tu destino? ¿Qué es lo que puedes lograr con los valores que
tienes ahora?
Hazte cargo del control de tus valores siguiendo tres pasos:

1) Descubre cuáles son tus valores actuales y anótalos por orden de


importancia. Esto te permitirá comprender qué es lo que más deseas
experimentar y qué deseas evitar.
2) ¿Cuáles tienen que ser tus valores para alcanzar el destino que deseas?
3) Usa tus nuevos valores como guía y no violes ninguno de ellos.

La vida tiene una forma de poner a prueba el compromiso que aceptas con
respecto a tus valores. Oh, sí, la vida te arrojará retos para poner a prueba tus
valores para que te des cuenta si realmente quieres lograr tus metas. No te
preocupes, recuerda que no hay nada en la vida que se compare con la
sensación de plenitud que experimentas al saber que has hecho lo que crees
más correcto.
También debes recordar que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Los
hombres débiles insisten en que necesitan saberlo todo antes de empezar.
Utilizan esa necesidad de preparación como excusa para no emprender la
acción. Afirman que necesitan saber todo lo que van a decir. Se sienten
impulsados a saber todo con respecto al cortejo. A esto se le llama
perfeccionismo innecesario. La peor manera de emplear el tiempo es querer
hacer muy bien lo que no hace falta hacer. No importa cuánto sepas, siempre
habrá algo nuevo en cada interacción. En lugar de irte porque no sabes qué
más decir, quédate con ella hasta las últimas consecuencias. Aprenderás más
de este modo y avanzarás más rápido. Sé que estás leyendo este libro porque
no sabes muchas cosas, pero adicionalmente te propongo lo que tienes que
hacer que ya sabías que tenías qué hacer. Al final, repasa este libro, notas tus
errores y lo que te faltó hacer y vuelve al campo. Eso lo aprendes estando
cara a cara con las mujeres, de otra forma sólo tendrás información inútil,
porque ni la estás poniendo en práctica, ni estás avanzando y sólo creas
confusión por el exceso de información sin referencias en la vida real.

Existe otra frase acuñada por Mauricio Garcés que más allá de ser cómica,
esconde un elemento muy importante en el cortejo. Ese elemento tan
importante es interpretar todo lo que hace y dice una mujer como si expresara
que te desea.

“¡Las traigo muertas!”

Creer eso también cambiará la manera en la que te comportas, y una vez


más, tendremos que recurrir al virtuoso libro de El Arte de la Guerra:

“Considera a tus soldados como tus hijos, y te seguirán hasta en el más


profundo de los valles; considéralos como tus adorados hijos, y ellos estarán
contigo incluso hasta la muerte. No obstante, si eres indulgente, pero incapaz
de hacer que se sienta tu autoridad; de buen corazón, pero sin ser capaz de
reforzar tus órdenes; e incapaz, además, de calmar el desorden: entonces tus
soldados pueden ser comparados a los niños mimados; son inútiles para
cualquier propósito práctico.”

El punto es tratar bien a las mujeres, pero que también sientan tu


autoridad. Las malas reacciones, por lo tanto, también deben ser interpretadas
como si fuera, de algún modo, una estrategia para coquetear contigo, pero
deben ser manejadas con autoridad. Puede ser ilusorio, pero te ayudará
bastante. Que sean bienvenidas todas las actitudes, ¿no lo crees? Este tipo de
mentalidad de no desistir y ver todo a tu favor, fortalecerá tu postura.
Mientras más lo sostengas, más elementos que la soporten vas a encontrar.
Muchos consejos, técnicas y estrategias parten de la postura en donde la
mujer no está atraída. De hecho, necesitar decir o hacer algo especial
significa que crees que necesitas hacer algo extra para hacer que las mujeres
te acepten. No importa que tan sorprendentes sean tus historias, estás
calificándote ante ellas. Si realmente creyeras que les gustas, harías la
atracción oficial y mutua desde el principio. ¿Cómo te acercarías a una mujer
que sabes que se muere por ti? Muchos hombres dicen que siempre asumen
atracción y aún así desperdician su tiempo queriendo impresionarlas y
temiendo ser rechazados. Incongruencia absoluta.
Deberías preferir estar con las mujeres que te quieren. ¿Por qué vas a
querer a una mujer que no te quiere? Muchos hombres no quieren aceptar que
habrá mujeres que no los van a querer y es debido a la maña que tienen de
caerles bien a todos. De complacer a todo mundo menos a sí mismos. Si ella
quiere estar contigo, es bienvenida. Si no, que se vayan.
Cuando un hombre desarrolla un modelo a seguir, trata de copiar sus
comportamientos, pero no se construyen una realidad. Si tu nuevo
comportamiento no tiene buenos cimientos, te derribarán con la primera
sacudida. Si tus creencias no están en armonía con tus comportamientos. No
habrá nada más. No puedes llegar a abrazar a una mujer y asumir que ella
está atraída hacia ti, si te sientes inseguro acerca de ti mismo. No son las
situaciones mismas las que definen nuestra realidad. Es el modo en que
vemos las cosas lo que define nuestra realidad. Y no podrás crear una nueva
realidad con las mismas creencias de siempre.
No aparentes, termina lo que empiezas
¿Así que quieres impresionar a los demás? Si te sientes sublime cuando
estás hablando con mujeres frente a los demás, estás en grandes problemas.
Yo sé que es difícil no sentirte bien, el problema es que puedes caer en la
trampa de estar al pendiente de los demás para elevar tu autoestima, ellos
empezarán a controlar tu comportamiento. Bajo la presión de querer
impresionarlos, te pondrás un peso extra sobre tus hombros, y esto te
destruirá en la práctica. No estarás dedicándote a la práctica, actuarás como
animal amaestrado pidiendo su recompensa después de realizar trucos.
Eliminarás toda retroalimentación porque no querrás fallar frente a ellos. El
concepto que tienes de ti mismo dependerá de cómo esos grupos te califican.
Buscar el reconocimiento no te ayudará a conseguir lo que estás buscando.
Ser un hombre sociable y hablar con las mujeres no puede ser considerado
como una competencia. Si piensas que así lo es, entonces las mujeres son tus
oponentes. Dependerás del resultado y te atraerás una cantidad tremenda de
ansiedad. Ninguna actividad puede proveer una serie constante de victorias.
Incluso los mejores pasan por períodos improductivos de cuando en cuando.
Los mejores permanecen tranquilos y superan los tiempos duros.

La confianza no depende de algo externo como una habilidad, aprobación


o situación. Viene de adentro. Actúa bajo tus propias intenciones y te darás
aprobación sin importar si fracasas o si tienes éxito. En otras palabras, no
necesitarás poner a prueba tu valor para sentirte digno. Debes desarrollar
confianza situacional para hacer lo que quieres hacer en todos lados con
quien quieras. La autosuficiencia viene de una fuerte autoestima que va más
allá de tu habilidad, la situación, la gente, el resultado. Viene de adentro y no
de fuera.
La gente te tratará dependiendo cómo te percibas. Si tu sentido de ti
mismo es pobre, no esperes demasiado de los demás. Ojo, no te estoy
diciendo cómo debes comportante, sino cómo valorar de nuevo la manera en
la que te percibes a ti mismo. En las comunidades de seducción se
recomienda muy a menudo una lista de películas donde aparecen personajes
masculinos: todos unos modelos a seguir. No estoy de acuerdo en varios
aspectos. Es válido querer emular a las personas que admiramos, aquellas que
han dejado una huella en nuestro interior. Sin embargo, muchas veces sólo se
aspiraría a ser una imitación insuficiente de una figura pública probablemente
ficticia. Se quiere copiar la forma en que la estrella de cine se desenvuelve
con arrogancia alrededor de las mujeres. Quizá en la película funcione por
cuestiones del libreto, no porque en la vida real funcione. No se puede
duplicar tan fácilmente cosas más importantes como la ética de trabajo de un
atleta profesional, por ejemplo. Una infinidad de veces se ha tratado de
emular los patrones de los protagonistas de series televisivas o películas sin
algo más sólido que soporte ese comportamiento. Así que se termina siendo
alguien falso.
Imagina dos pequeños vasos ―el tamaño de los mismos no es relevante
en este ejemplo―, la diferencia es que uno es de vidrio y el otro es de unicel.
En ellos vas a vaciar gasolina. ¿Cuál crees que se va a deshacer? Sí,
adivinaste ―eso espero―, el unicel se deshará al instante y el de vidrio
almacenará la gasolina por más tiempo, si no es que de manera indefinida
―las razones por las cuáles se derrite el unicel tampoco son relevantes para
este ejemplo. Y así sucede cuando intentas depositar una serie de
comportamientos en un contenedor de creencias incapaces de soportar el
contenido. Si tu interior es frágil, no importa qué tan buenas sean tus
creencias, qué tan sólidos sean los nuevos valores, ni la efectividad del
sistema de comportamientos que quieras adoptar, todo se derrumbará en un
instante.
Estilo de vida
Después de la logística, considero que el segundo pilar más importante es
el estilo de vida. Tener éxito cortejando mujeres no es cuestión de ser un
superhéroe cuando estás frente a una mujer y actuar como un perdedor en las
demás áreas de tu vida. Para ser constante, todos tus comportamientos,
creencias, actitudes deben reforzarse día a día en tu profesión, en tu familia,
en tu cuidado personal. Sería incongruente ser el que todo lo puede con las
mujeres y tener un trabajo que no te satisface, tener una mala relación con tu
familia o tener una baja autoestima. Todos los principios que vas a integrar a
en el cortejo, deben ser integrados en todas las áreas. Para mejorar tu vida
sexual, primero debes mejorar tu vida en general. No hay atajos, sino un
verdadero compromiso. El tomar riesgos, empujar los límites, no darse por
vencido, debe ser en todas las áreas de importancia.
¿Para qué tomarte la molestia de atraer mujeres si no puedes sentirte
orgulloso de presentarles tu estilo de vida? Al final de cuentas, no sólo
estamos aquí para conquistar mujeres. Vivir en abundancia no abarca sólo a
las mujeres. Si no tienes abundancia en otras áreas de tu vida, seguirás en las
mismas, no importa con cuántas mujeres te has acostado. Así tan bien como
suena, ser capaz de tener conversaciones, besar, pedir teléfonos, no significa
que estés derramando miel por todos lados. Seguirás siendo del montón.
También tienes otras necesidades que deben ser satisfechas.

Antes de seguir, te quiero informar que tener éxito en las demás áreas de
tu vida no te hará ser mejor con las mujeres. El mundo está lleno de personas
que creen que pueden aplicar sus éxitos de otras áreas y tener éxito con las
mujeres. Al contrario de un negocio, no harás transacciones aquí. El que
tengas un buen estilo de vida no quiere decir que ya sabes ligar. Aún así
debes aprender los principios. Aunque seas un excelente vendedor y estés
fogueado, y creas que todo será pan comido. Nada está más lejos de la
realidad. Aunque esos logros te pueden ayudar mucho, porque ya sabes lo
que se requiere para cumplir tus objetivos, las cosas son diferentes en cuanto
al cortejo. Los mejores en sus respectivas áreas también le tienen miedo al
rechazo de las mujeres como el que no tiene tanto éxito. Además, estos
hombres se ponen la misma presión para tener éxito en el cortejo tal como en
sus negocios. Empiezan a querer tener el control del resultado y de sus
interacciones ―sólo para darse cuenta que las interacciones lo están
controlando. Su presión para tener éxito los hace querer buscar aprobación, o
hacer que las personas se pongan a la defensiva o los vean como
manipuladores.
Carlos Castaneda, en su libro, El Segundo Anillo de Poder, escribió algo
maravilloso que deberías tener siempre en cuenta:

“Cuando uno no tiene nada que perder, se vuelve valiente. Sólo somos
tímidos cuando todavía hay algo a lo que nos aferramos.”

Cuando sabes lo que se requiere para tener éxito en tu negocio, sabes que
puedes aplicar algunos principios para tener éxito en el cortejo. Sin embargo,
en las comunidades de seducción se profesa que tener éxito en el cortejo es
una consecuencia de que estás haciendo lo que más amas en la vida. Suena
muy bonito y motivador, pero es una falacia. Es como decir, “¡Soy muy
bueno tocando el piano, por lo tanto seré bueno escalando montañas!” Hay,
claro, ciertos principios que adquiriste que puedes aplicar para tener éxito en
lo siguiente que quieres lograr, v.g., la constancia, la paciencia, el enfoque, la
asertividad. Estar familiarizado con esos principios y saber seguirlos,
aumenta tus probabilidades de tener éxito, pero eso no significa que tener
éxito en tu negocio, de repente te dé habilidades para poder llevarte a las
mujeres a la cama constantemente.
Si tienes éxito en tu profesión te genera un buen fundamento, pero puedes
seguir siendo malo para atraer a las mujeres. Por ejemplo, un hombre con un
estilo de vida sorprendente, pero malo para comunicarse, puede estar rodeado
de mujeres hermosas que no tienen sexo con él. Un hombre con buenas
habilidades de comunicación pero inseguro de su estilo de vida, rara vez
conocerá mujeres hermosas, pero las pocas veces que lo haga, capitalizará sus
pocas oportunidades.
Por otro lado, vivir el estilo de vida que tanto has soñado, te ayudará a
conocer mujeres interesantes. Muchos hombres dejan de salir a ligar mujeres
porque salen exclusivamente a eso. Y si no tienen resultados, la práctica se
volverá aburrida. En cambio, cuando sales a realizar actividades que te
apasionan y haces lo que te gusta hacer, podrás encontrarte muchas mujeres
que comparten tus mismos intereses. Sólo así encontrarás la motivación
constante.
Llega un momento en que salir a los centros comerciales y a los bares a
ligar mujeres se vuelve aburrido. Y es obvio, las mujeres no son la causa más
grande de todas. Es por eso que creo firmemente que, dentro de tu estilo de
vida, deben existir las mujeres y no al revés. De esta forma tienes dos grandes
ventajas, disfrutas de tu estilo de vida y disfrutas la compañía de mujeres que
comparten tus mismas pasiones.
Son muchos los que no saben lo que quieren hacer en su vida,
sencillamente porque nadie les ha enseñado a darse cuenta de ello. La pasión
es el ingrediente básico para construir una forma de vida exitosa. Es la fuente
de inspiración y creatividad. Refuerza la determinación, esperanzas y
aspiraciones.
No puedes vivir de verdad sin sentir pasión por lo que haces. Lo único que
le falta a tu vida es la oportunidad de descubrir lo que te apasiona y
monetizarlo, porque no sólo de pasión se vive, ¿cierto? Mira a tu alrededor.
Busca lo que quieres hacer. No lo encontrarás por arte de magia. Tienes que
ponerte en movimiento.
Muchas cosas en tu vida te han hecho descubrir lo que no quieres hacer;
quizá por ahí debes empezar.
Haz lo que quieras hacer sin importar las oposiciones, los peligros, lo que
pueda traer como consecuencia. Haz lo que tengas que hacer y espera lo
mejor. Nada puede salir mal, y en su defecto, acumulas buenas experiencias.
Empieza por hacer cosas que te llamen la atención. Empieza a aventurarte
y sacar conclusiones. Lo peor que te puede pasar es que descubras que no es
lo que te gusta, que te llenes de experiencias y que las posibilidades se vayan
reduciendo a lo que de verdad te apasiona. No te quedarás con las ganas,
conocerás gente nueva y empezarás a desarrollar una vida plena.
Cuando haces lo que te apasiona y tienes éxito en ello, demostrarás
cualidades atractivas y un estilo de vida atractivo que harán que las mujeres
quieran pasar más tiempo contigo y quieran invertir en ti.
Crear un estilo de vida atractivo requiere entender lo que quieres en la
vida. Si llevas una vida que no te gusta, entonces no importa lo que hagas, no
vas a encontrar éxito a largo plazo. Si tu verdadera pasión es pintar y trabajas
vendiendo seguros, entonces no estás viviendo honestamente. Sea la razón
que sea, has comprometido tus valores para adecuarte a los de otros. El estilo
de vida que llevas puede llegar a relacionarse directamente con la calidad de
mujeres que atraes.
Si no tienes ni un centavo en el bolsillo, si todavía vives con tus padres y
no tienes trabajo, te toparás con muchas dificultades a largo plazo, incluso
cuando seas capaz de atraer a las mujeres. Nada más procura no sacrificar tu
salud en pos de conseguir mucho dinero, porque después sacrificarás tu
dinero para recuperar tu salud.

La pregunta sobre dónde y en qué contexto conocer a una mujer es algo


que muchos ignoran. Es un poco ridículo ya que las interacciones dependen
del contexto y por lo tanto conquistar a las mujeres siempre es contextual. Un
hombre de 40 y otro de 20 tienen diferentes prioridades, experiencias,
personalidades, intereses, y por lo tanto la personalidad de las mujeres que
buscan, cambiará visiblemente. Este concepto es simple: lo similar se atrae.
Si eres un estudiante a quien le gusta tomar, estudiar y vestir bien, las
posibilidades de que te gusten mujeres similares a ti, son muy grandes.
Cuando no tienes cosas en común con una mujer, no va a pasar nada. Un
conflicto debido a las diferentes personalidades e intereses puede causar
mucha fricción. Es inevitable. Aquí no hay trucos para revertir la situación.
Ser guapo no cambiará nada. Ser rico no cambiará nada. Si ella odia lo que
amas y tú odias lo que ella ama, amigo, estás en el lugar equivocado. Si ella
dedica mucho tiempo a su apariencia para tener la atención de hombres con
mucho dinero, entonces no tendrás nada que hacer si no caes en la categoría
de lo que ella quiere conseguir. Lo mismo te pasará a ti, si buscas mujeres
que sepan bailar y que tengan un cuerpo que robe suspiros, no importa si la
gorda del grupo tiene una plática interesante, probablemente ella no logre
atraerte.
Esto explica por qué con unas mujeres sientes conexión inmediata, y casi
siempre las conoces en situaciones donde te diviertes y haces lo que amas. Si
enfocas todo tu tiempo y energía en conocer mujeres en situaciones en donde
es más probable que compartan valores, intereses y necesidades, entonces no
sólo vas a experimentar un alto grado de éxito, sino también disfrutarás más
su compañía. No te puedes ligar a todas, simplemente no se puede. Esto
parece un consejo muy obvio, pero verás que muchas veces no consideras
esta regla. Lo que te recomiendo es que antes de empezar a hablar con las
mujeres, te sientes y te formules estas tres preguntas:

¿Qué valoras en una mujer?


¿En dónde abundan las mujeres que valoras?
¿Qué es lo que más disfrutas? ¿Cuáles son los eventos a los que puedes
asistir y conocer mujeres similares?
Si no sabes cuáles son tus pasiones e intereses, toma unos minutos y
escribe las cosas que siempre has querido hacer pero que nunca te has dado la
oportunidad. Prométete hacerlas.
Claro que no todos tus pasatiempos serán compartidos con las mujeres. Si
te gusta el ajedrez, es difícil que encuentres una mujer que ame el ajedrez, y
más importante, que sea guapa. Pero estoy seguro que no sólo tienes una
pasión. Las posibilidades de que tengas un pasatiempo que sea practicado por
mujeres bonitas, son grandes.
Lo que no es tan obvio, pero que tiene mucha importancia, es cómo tus
creencias naturalmente filtran a las mujeres que entran en tu vida. Cuando
digo creencias, me refiero a las creencias sobre las mujeres, el sexo, las
relaciones y las creencias que tienes de ti mismo. La idea es que tus creencias
se vean reflejadas en tu comportamiento, y tu comportamiento determinará
qué mujeres estarán atraídas hacia ti. Por ejemplo, puedes creer que no
mereces mujeres hermosas, puedes creer que las mujeres no desean el sexo
tanto como tú, o puedes creer todo lo contrario.
Si crees que las mujeres disfrutan el sexo, entonces ellas se sentirán a
gusto expresando su sexualidad contigo. Sí, esto invitará a los rechazos, pero
recuerda, los rechazos te ayudan a filtrar a las mujeres que no son buenas
para ti. Los rechazos te hacen un favor. Muchos de los problemas de los
hombres, podrían ser fácilmente resueltos con un simple cambio de creencias.
Desafortunadamente, las creencias son difíciles de adoptar porque requieren
tiempo y referencias. Recuerda que primero debes ser completamente honesto
contigo mismo.

“Tu estilo de vida es lo que comunica de una manera más efectiva tus
cualidades atractivas que cualquier otra cosa que puedas decir verbalmente.
El trabajo restante lo hará la mente de la chica en cuestión”.

Quizá con la experiencia descubras que no te gustan las mujeres que


creías que te gustaban. Al final de cuentas, las mujeres no están aquí para
hacerte feliz ni completo. Vives en un mundo imperfecto, no esperes
perfección en nada, no pongas falsas expectativas a las personas y a las cosas.
Por eso seguiré insistiendo en que las mujeres deben ser una consecuencia
de tu estilo de vida. Ellas tienen que formar parte de tu estilo de vida como
una de las partes, pero no el centro de tu universo. Cuando sigas el estilo de
vida que tanto quieres, ya no tendrás que salir a ligar si no quieres, ellas
aparecerán en el camino.
A cualquiera le puedes decir arrogantemente que quieres una mujer
realmente hermosa. Pero eso es algo que dices solamente, no porque sea
cierto. Mira, muchos en verdad no quieren a una mujer hermosa, no porque
no la deseen o porque no les guste una mujer hermosa. Simplemente no están,
de cierta forma, preparados para ella. Imaginemos que estás con una mujer
hermosa y ella te responde bien. Ahora supongamos que ella, aparte de ser
hermosa, está acostumbrada a viajar por el mundo, tiene mucha cultura, es
inteligente y le gusta practicar deportes extremos. Sé que es mucho pedir,
pero puede pasar.
¿Te daría gusto invitarla a tu realidad? ¿Tu estilo de vida es igual de
interesante que el de ella? ¿Te sentirías orgulloso de presentarle tu mundo?
¿Crees que a ella le gustaría quedarse ahí?
Sabes que es hermosa, y que tiene una vida fascinante. Y por bueno o
malo que esto sea, ella acepta salir contigo a un bonito restaurante. No quiero
ser extremista, pero no me alejo mucho de la realidad. Supongamos que vas
al baño y se acerca un tipo guapo, famoso y rico. Digamos que es el cantante
de una banda de rock famosa. Y lo peor de todo es que ella se sonroja y
parece cautivada por él. Regresas del baño y en el camino descubres que él
quiere darle un beso, pero ella se aleja sonrojada y riendo nerviosamente.
¿Tendrías la confianza y carácter suficientes para mandar a volar a este
tipo sin verte mal frente a ella y aumentar masivamente la atracción que ella
siente por ti?

Para mejorar tu estilo de vida no necesitas trabajar más, necesitas trabajar


mejor. Trabaja duro, pero trabaja en lo que te dé energía y satisfacción. ¿Le
recomendarías a todo mundo el estilo de vida que estás llevando?
Todo está en cambiar la forma que pensamos sobre cómo y dónde pasas tu
tiempo productivo. Necesitas dinero para vivir. Sin embargo, el dinero por sí
mismo no tiene valor, el valor está en las cosas que quieres comprar con el
dinero. Muy pocos saben cuánto dinero necesitan realmente para hacer las
cosas que quieren. Sobrestiman y subestiman cuánto dinero necesitan para
tener su estilo de vida deseado. Perseguir la riqueza sólo por la riqueza no te
lleva a ningún lado. La relación entre el dinero y la satisfacción es nula. El
dinero es una herramienta para tener lo que quieres. El dinero no tiene ningún
valor si no vives la vida que quieres. Aquí es en donde entran tus valores. Si
no tienes valores, el dinero será tu único valor. Entender esto te evitará la
pena de tener dinero y sentirte insatisfecho.
Puedes hacer buenas cosas para ti y seguir haciendo del mundo un mejor
lugar. De hecho, la meta es encontrar una conexión entre estos valores. No
pongas a los demás por encima de ti y tus deseos. Tampoco se trata sólo de ti.
Busca el equilibrio. Aunque no debas comprometer tus ambiciones, no serás
feliz con una vida enfocada sólo en ti mismo. Tu vida será más significante
cuando combinas tus deseos con ayudar a los demás al mismo tiempo.
Planear por el futuro es bueno, pero no tiene que afectar tus decisiones de
hoy ni afectar tu calidad de vida. Tu tiempo es limitado, y si no empiezas a
vivir hoy, ¿qué te hace pensar que vivirás mañana?
Como regla general, es mucho mejor hacer algo que no hacer nada. No
siempre es el caso, pero tenderás a arrepentirte más de lo que no hiciste que
de lo que hiciste.

Despierta y busca las circunstancias que quieres, si no las encuentras,


créalas. Uno de los placeres de la vida es lograr lo que creías que no podías
lograr. Aquí viene la pregunta del “¿Por qué no?” Siempre que te encuentres
diciendo que algo es imposible, pregúntate cómo puedes hacerlo posible. Las
preguntas son las respuestas. Preguntas tontas, respuestas tontas.

Imagina tu día perfecto en detalle, empezando desde la hora en la que te


levantas hasta cada una de las horas de tu día. Mientras más detallado seas,
mejor. Empieza a hacer planes para ajustarte a tu día perfecto. Si tomas en
serio este ejercicio, aprenderás mucho sobre ti. Empezarás a tomar decisiones
más conscientes sobre cómo pasar tu día y en qué enfocarte.
No necesitas ser especialmente inteligente. De hecho, ser muy inteligente
puede ser una debilidad, porque la gente inteligente es buena en complicar las
cosas simples. Sin embargo, necesitar tener determinación, porque vives en
un mundo convencional, y hacer lo que amas puede ser muy difícil.
Tus prioridades no están en sintonía con tus sueños. Lo que tienes es lo
que deseas, que no te quepa la menor duda. Si hicieras tus sueños tus
prioridades, sólo sería cuestión de tiempo para que vivas la vida de tus
sueños. Dale seriedad a tus aspiraciones y notarás que lo que tienes es lo que
quieres. Pero no basta con desear una cosa, debes darle prioridad. No son tus
decisiones las que más importan, es el grado de compromiso por las que
empiezas a tomar decisiones. Puedes tener lo que quieras. Sólo prepárate para
trabajar por ello.
Una vez que empieces a tomar tus ambiciones seriamente, puedes cumplir
muchas cosas en menos tiempo de lo que esperabas.

Las personas que escogen estilos de vida poco convencionales, o que


desean cambiar creencias personales, se encontrarán en oposición a las
masas. Vuélvete creativo y encuentra una forma de cambiar las reglas del
juego. Rodea los obstáculos. Las personas que dicen que algo es imposible no
deberían interrumpir a las que hacen lo imposible. Vuélvete bueno en hacer
lo imposible. Si no estás contento con los métodos en los que se hace algo, no
tienes que aceptarlos.

Engrandecer tu estilo de vida es la mejor forma de hacer crecer tu círculo


social, esto te conllevará a más oportunidades de trabajo, relaciones, entre
otros beneficios. Hacer las actividades que te interesan y eliminar esas
actividades que te arruinan, te llevará naturalmente a conocer más gente que
compartirá cosas en común contigo. Las mujeres que conozcas serán más
apropiadas para establecer una relación. Agrandar tu círculo social y
desarrollar un estilo de vida significativo es mejor que salir a los antros y
ligarte a las más guapas ― aunque no suene tan mal. Para simplificarlo todo:
haz las cosas que amas, y luego conoce a otras personas que apunten igual de
alto que tú. Así de simple.
Sí, es el comienzo de algo nuevo, pero no de un nuevo método. Es el
comienzo de un nuevo estilo de vida diseñado exclusivamente por ti, que no
sabe de adjetivos ni fronteras; un estilo de vida que sólo sabe de libertad, del
crecimiento de tu potencial para alcanzar la paz interna. No se trata de la
persecución de algo externo a ti, sino vivir la pasión que ya vive en ti.

Quien te diga, “¡Vive tu gran estilo de vida y las mujeres vendrán solas!”
Te está mintiendo. Tener un estilo de vida interesante tiene una monumental
importancia para tu bienestar físico y emocional, pero aun así tendrás que
aprender unas cuantas maniobras.
Parte
VI
Por si no te sale a la primera
Las múltiples variantes en las interacciones
A pesar de que he establecido un énfasis en los métodos y técnicas, no
puedes ir por la vida con algún tipo de guión único para iniciar
conversaciones con las personas. La experiencia prueba que ninguna
interacción es igual. Puede haber ciertos patrones constantes y al mismo
tiempo estos se manifiestan de diversas formas, por ende, las relaciones
humanas no pueden ser previstas como para establecer un modelo funcional
único para cualquier contexto. Ninguna aventura que hayas tenido presentó
los mismos retos. Las teorías psicológicas aquí salen sobrando, el cortejo
puede tomar cualquier forma. El punto A no siempre sigue su secuencia hasta
el punto G, o puede variar, o pueden faltar puntos. Aparecerá cualquier
variación que a la situación le plazca.
Entonces, si las interacciones humanas no tienen una estructura fija sólo
puedes seguir un par de nociones. Debes actuar con un conocimiento general
que te permita maniobrar y fluir en la práctica para mejorar tus relaciones con
las mujeres. Si tienes una necesidad de poseer una estructura es sólo para
sentirte seguro al creer que tienes el control, lo cual únicamente se encuentra
en tu cabeza. Por el contrario, la flexibilidad, la asertividad y la acción serán
tu guía en el mundo caótico. Lo más grande en la vida es la libertad. Y no
puede haber una verdadera libertad sin un grado razonable de independencia
para actuar.

Sabes muy bien que hay muchas mujeres en este mundo. Sabes que si no
es con una, es con otra. ¿Pero qué pasa si deseas a una mujer en especial? Por
más escasez que esto pueda mostrar para los de mente pequeña, yo soy de la
opinión de que debes intentarlo con esta mujer aunque te pierdas de otras
oportunidades y te rechace. Y qué si sientes que tiene más valor que tú. Y qué
si te clavas con ella aun cuando no la conoces. ¿A quién le importa? Si
quieres a alguien, debes ir por la experiencia y la aventura, no importa el
método que utilices. Es lo mismo con las demás metas que te has propuesto.
Si quieres ser futbolista y te cuesta trabajo, no vas a decir, “¡Bien, hay
muchas otras profesiones, debería dejar ese sueño e intentar en otro lado!”
Eso es de perdedores. Son cosas diferentes, pero la conclusión de una meta
sin importar el método, de no darte por vencido, habla mucho de tu carácter.
Todas las mujeres que valen la pena, van a resistirse y si con todas tienes la
misma mentalidad, entonces no vas a conquistar a ninguna. Ir por una mujer
en específico no es escasez. La escasez viene cuando no vas ni por una ni por
otra, cuando no haces nada al respecto, o cuando, sabiendo que
definitivamente ella no está atraída hacia ti, sigues de perro faldero. Ve por lo
que quieres con toda la fuerza de tu intención. Si resultan las cosas, perfecto,
si no, sigue adelante. Pero si quieres ser capaz de obtener a esa chica, debes
ser capaz de obtener a las demás. No sólo ella está rodeada de pretendientes,
tú también te rodeas de admiradoras.

Siéntete libre y con todo el derecho de eliminar todo lo que no te sirva de


este libro, siempre y cuando lo hayas probado varias veces y lo hayas
intentado con la actitud correcta. Hay muchas cosas que me funcionan a mí
que no te van a funcionar a ti, o con las que definitivamente no te sentirás
cómodo. Y está bien. Pero tampoco quiero que confundas un “¡No quiero que
sea parte de mi estilo!” a un “¡No me siento cómodo con esto!” En otras
palabras, si se tratara de “¡No me siento cómodo con esto!”, ¿entonces no vas
a hablarle a la chica que te gusta porque no te sientes cómodo? Antes de
juzgar las técnicas y métodos, inténtalo. No te enfoques en lo que no te salga,
hay muchas otras formas en las que puedes realizar la misma técnica. Sin
embargo, todo lo que te estoy dando es una base muy básica, tú tienes que
crear tu propio estilo, tu propio método. Cuando finalmente encuentres algo
que te funciona, sigue usándolo y puliéndolo.
Si sigues haciendo algo que no funciona, haz entonces lo opuesto. Estas
técnicas están probadas por mí y lo he visto en un sinfín de ocasiones.
Créeme, mucho de lo que expongo aquí, se adaptará también a tu situación
específica, porque ciertas actitudes de los deportistas, artistas y empresarios
fueron la inspiración para escribir este libro, así que es muy probable que
alguna te funcione.
Al principio tienes que fingir un poco. Bueno, no fingir, sino empezar a
aprender conductas y adoptar rasgos de personalidad que no tienes hasta que
las domines. Les puedes decir a los gurús que tanto idolatran que estás a
salvo, que no vas a dejar de “ser tú mismo.” Recuerda que la timidez no es
una forma de ser, es un miedo. Ni siquiera la rebeldía es una forma de ser,
puede ser un signo de frustración.

Otro impedimento para tu proceso de la toma de decisiones, es tu temor a


tomar las decisiones erróneas. No cabe duda de que a lo largo de tu vida
tomarás decisiones equivocadas. Por esa misma situación, serás flexible,
observarás las consecuencias, aprenderás de ellas y utilizarás esas lecciones
para tomar mejores decisiones en un futuro. A veces, las experiencias
supuestamente malas son las más importantes. Cuando tienes éxito, sueles
regocijarte; cuando fracasas sueles reflexionar, y entonces empezarás a
establecer nuevas distinciones que aumentarán tu calidad de vida. Aprende de
tus errores en lugar de castigarte, de lo contrario estarás destinado a cometer
los mismos errores.
A pesar de la importancia de la experiencia personal, es valioso tener un
modelo a seguir, alguien que ya haya pasado por el camino que quieres
seguir. Esos modelos pueden ahorrarte años de dolor e impedir que termines
cayendo.
El tiempo que vas a tardar en dominar esas habilidades, dependerá mucho
del tiempo que le dediques a la práctica de las mismas. Por lo tanto, si
emprendes la acción diez veces al día y aprendes de la experiencia, mientras
que otros actúan una vez al mes o no actúan, no cabe duda de que llevarás la
ventaja, por lo que no tardarás en dominar esa habilidad. Entonces dominar
una habilidad no es cuestión de talento y suerte, sino de una práctica
consciente y constante.

Cuando eres flexible, posees la habilidad para cambiar de actitud. Las


emociones negativas son señales para ser más flexible. A lo largo de tu vida
habrá momentos en los que te encontrarás con situaciones que no podrás
controlar, pero la habilidad para ser flexible bajo tus propias reglas, el
significado que les das a las cosas y las acciones que emprendas,
determinarán tu éxito o fracaso a largo plazo, por no mencionar tu nivel de
alegría.
No siempre es adecuado actuar rígido o dogmático. La minoría que
mantiene la misma posición a pesar de la nueva información y una situación
distinta, no es tan eficiente como quien demuestra flexibilidad. Esto no
contradice a la firmeza en tus creencias y decisiones. Dentro de una simple
posición debes ser firme, pero cuando se presente una nueva evidencia o una
situación única, debes tomar el tiempo para considerarlo, sin despreciar. Ésta
es una actitud interesante que no siempre consideras. ¿Por qué no te tomas un
tiempo para determinar su mérito?
¡Ay, pinches viejas mamonas!
Cuando no quieres asumir responsabilidad, miras a tu alrededor y culpas a
todo por lo mal que te ha ido. Alguna vez has escuchado o dicho, “¡Ay,
pinche vieja mamona, ni que estuviera tan buena!” Te enfadas cada vez que
una mujer te ha rechazado. Nunca te pones a pensar que cabe la posibilidad
que la causa no seas tú, sino algo que no tiene nada que ver contigo.
Seguramente también te han dicho, “¡En ese lugar las viejas son bien
mamonas!” Esas son excusas. Cada vez que alguien busca razones por las
cuales no tiene éxito, trata de eximirse. No lo vuelvas a decir nunca, sé
hombrecito y acepta que no te puedes ligar a todas.

Tienes que estar preparado para saber cómo responder a las reacciones de
las mujeres y sus allegados en las distintas circunstancias o te verás aplastado
por ellas. No querrás ser la víctima de las eventualidades y que éstas dicten
cómo te comportas o cómo te sientes. Como dice el Teorema de Thomas
(1923):

“Si los hombres definen una situación como real, será real en sus propias
consecuencias.”

Las acciones se ven afectadas por las precepciones subjetivas de las


situaciones. No importa si es una definición objetivamente correcta, eso es
irrelevante para guiar tu comportamiento. Cualquier interpretación de una
situación influirá tu presente y tu personalidad. Siempre puede haber un
margen de error en las interpretaciones. La ventaja de esto, es que puedes
interpretar las situaciones a tu favor. Muchos hombres no saben cómo
reaccionar a los rechazos o a la hostilidad de la gente. En realidad puedes
crear tu propia respuesta por defecto en esas situaciones ―desde decirles que
fue un placer y despedirte con un abrazo, hasta mirarlas con extrañeza y una
sonrisa pícara. El estilo tú lo decides. Eso sí, nunca criticando, nunca con
violencia, nunca insultando. El objetivo es que tú ejerzas sobre la situación y
no al revés. Incluso es posible volver con la chica que previamente te ha
rechazado y encontrarla más relajada y dispuesta. Las posibilidades son
vastas.
Es difícil tener un plan de acción para todas las situaciones, a veces queda
mejor la improvisación, de cualquier modo, si cuentas con la confianza que te
da el saber cómo actuar, estarás listo para influenciar aquello que te rodea.
Bien sabes que en la vida no todo y no siempre saldrá bien, aunque cuentes
con un plan o cierta proactividad de tu parte, tu actuar se verá mermado
cuando las cosas no salgan según lo esperado. El éxito y la confianza son
amantes de la preparación. El precio, sin embargo, es la experiencia que se
gana con la práctica.
A veces las mujeres pueden llegar a ser hostiles haciéndote comentarios
del estilo, “¿Eres gay?,” o, “¿Dónde están tus amigos?,” o, “¡Tu playera no
combina!” O cuanta mierda quieran aventarte. Lo mejor que puedes hacer es
mantener tu postura y demostrar tu elegancia. Cualquier ataque hacia ti,
tómalo como cualquier otra cosa, o mejor aún, como un cumplido. Cuando yo
llegaba a salir solo a un bar y preguntaban por mis amigos, yo solía decir,
“¡No tengo amigos! ¿Quieres ser mi amiga?”, y en seguida las abrazaba como
si ya fuera un hecho. Cuando me preguntaban si era gay, les respondía, “¡No,
no te preocupes, tienes oportunidad conmigo!”, seguido de un abrazo. Los
silencios, los cambios de tema, las respuestas coquetas, todas funcionarán
sólo si mantienes tu compostura. Lamentablemente esto se logra con la
práctica, no antes.
Cuesta trabajo no ver las respuestas de las mujeres como una fuente de
buenas emociones para ti. Resiste un poco, ya que sentirte bien cuando te
responden positivamente y sentirte mal cuando te mandan al diablo, es un
lugar oscuro y peligroso. Por el contrario, si tú eres la fuente de buenas
emociones tanto para ti, como para ella es un camino de éxito y esperanza.
Ahora bien, por mi parte no recuerdo la última vez que recibí una ofensa
de ese tipo. Puede llamarse un avance o que no estoy arriesgando lo
suficiente, o simplemente no me doy cuenta. Hay que hacer notar, en
cualquier caso, que generalmente las declaraciones hostiles pueden darse
debido a una falta de congruencia de tu parte, reflexiona muy bien tus
interacciones. Incluso puede ser coquetería. Sin importar la fuente de los
comentarios, mantente firme y continúa construyendo atracción.
La total compostura siempre atrae buenos resultados. Perder la
compostura es una de las maneras más rápidas de perder a una mujer. Cuando
te enojas no es cómodo para ellas y revela tu inseguridad. Acepta las pruebas
que ellas te ponen, encántate por ello. Siéntete bien por ello. Toma la postura
de “¡No necesito esto y puedo irme cuando quiera!” Nunca te dejes
amedrentar por sus presunciones y sus actitudes chocarreras, sólo cállate y
actúa como, “¡Mmh, dime algo interesante, algo que no revele tu
inseguridad!” No te vuelvas una reacción de sus actos. Recuerda que debes
ser la causa, no la consecuencia.

Las mujeres siempre te pondrán a prueba para ver si pueden controlarte.


Pero nunca cedas tu poder, una vez que lo hagas, te perderán el respeto. La
idea es comunicar que no vas a ser parte del drama. No caigas en la
negatividad ni en sus caprichos. Estoy generalizando un poco y podría
parecer extremo, pero estoy tratando de dejar claro el punto. Hay una
distinción muy grande entre tratarla como una princesa que vive en tu
realidad, y actuar como si ella fuera el centro del universo. Además podrías
consentirlas, pero no actuar desde una posición en donde tú te percibes con
menos valor.

“¡No critique, no condene, ni se queje!”

Nos dice Dale Carnegie en su tan representativo libro, “Cómo ganar


amigos e influir sobre las personas.”

“En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de


imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y
más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la
bondad. Saberlo todo es perdonarlo todo.”

La superficialidad, además, está a su máximo esplendor en todos lados: se


visten para impresionar, muestran su riqueza para mostrar cierto estatus. Que
esto no te haga temblar, sólo es un adorno exterior. Trata a todos por igual,
pero siempre reconociendo sus diferencias y sus méritos, y calibrando su
personalidad. Nunca creas en lo que ves superficialmente y no asumas nada,
pues nunca será toda la verdad. Busca aprender, sé curioso e investiga.
Conócela más allá de su cara bonita y sus piernas espectaculares. Si te
enfocas en su atractivo, empezarás a buscar su aprobación. Enfócate en otras
cosas como sus pasatiempos, o bromea con ella. Cuando te enfocas en la
persona, no pondrás atención a los símbolos externos de valor. El valor de
una mujer puede ser muy relativo y subjetivo. Así que si no quieres verte
atrapado en la relatividad de este concepto, mejor no pienses en ello mientras
interactúas con las mujeres.
Ellas están rodeadas de puros papanatas
Sí, todo el tiempo. Por eso es importante que no caigas en el común
denominador frente a ellas. Una mujer siempre estará en un tipo de relación
con alguien. Muy rara vez se encuentran solas. Puede ser que tenga novio
―por el momento no hablemos de las casadas―, que esté saliendo con
alguien que la pretende, o lo más común, que tenga a su alrededor una bola
de huelepedos. A estos últimos te los puedes encontrar por doquier. Son el
tipo de hombres que tratan de ser “el siguiente afortunado”. Para este tipo de
individuos, más que para cualquier otro, ellas desarrollan un par de respuestas
y actitudes para deshacerse de ellos. Lo peor es que ellas han podido
practicarlo durante años sin tener que “ensuciarse las manos”. A veces esas
respuestas saldrán inconscientemente. Tú no te preocupes, siempre debes
esperar que opongan resistencia, como toda buena mujer debe hacerlo.
Aprende a divertirte en esta parte del cortejo. Si tú conservas tu postura, ellas
pronto se darán cuenta de que no eres del montón. Aquellos que abandonan la
misión, lo hacen porque no obtienen esa aprobación que les permite acceder a
la mejor parte de sí mismos. Es normal, por lo regular, ellas no mostrarán
interés a la primera. De hecho, asumir que una mujer siempre va resistirse,
lejos de ser un enfoque negativo, te deja en una mejor posición, pues no te
tomará por sorpresa y estarás mejor preparado.
Acercarte a las mujeres con una vibra encantadora y amigable, obligará a
que ellas hagan lo mismo. Las personas no pueden ser groseras con una
persona agradable. Nadie quiere ser el malo del cuento.
Si bien es cierto, nos gusta sentirnos queridos. Queremos gustarles a las
mujeres. Pero no hay que llegar a los extremos y buscar su consentimiento
para sentirnos valiosos. Para darte cuenta si has rebasado la delgada línea,
fíjate bien cómo actúas después de que te rechazan. Si comienzas a sentirte
mal, estás perdido. Tampoco pretendo que te sientas contento, lo que busco
es que no afecte tu actitud. Buscar aprobación agotará tus energías, pues estás
enfocándote en cosas fuera de tu alcance. No depende de ti obtener su
atención o aprobación. Mejor enfócate en lo que sí puedes controlar, como tu
actitud.

Ser realista te entorpece. No sé qué es lo que convence a los hombres de


que son incapaces de conquistar a una mujer radiante, que se conforman con
una mujer que quizá no les atrae tanto. Así como es superficial fijarse
solamente en el físico, también es superficial creer que sólo las feas son puras
de corazón. Todos hemos querido conquistar mujeres de belleza inigualable,
y no veo nada negativo en ello. Todos los principios que manifiesto en este
libro están proyectados para lo aparentemente inalcanzable, sencillamente
porque es más fácil tan sólo en cuestiones prácticas, y es por la tendencia
general a conformarse con lo que se percibe como alcanzable, donde hay
demasiada competencia. En cambio, debes ir por lo que acelera tu corazón, lo
más factible es que encuentres menos tránsito y tu empeño sea sobresaliente.
Resignarte a lo razonable no será inspirador para ti. Si la recompensa es
reducida, así serán tus esfuerzos. La inseguridad colectiva de los hombres
hace que sólo unos cuantos se lleven a los bombones a casa mientras que el
vulgo sigue tratando de encajar bien en el grupo de las feítas. En resumen, es
preferible inclinarse por las metas irracionales y poco realistas. Si no es algo
que te haga vibrar, estarás inseguro, y el resto del mundo también lo estará.
No sobreestimes la competencia ni te subestimes a ti mismo. Eres mejor de lo
que crees.

Para que las mujeres empiecen a seguirte, necesitas enfocarte en preguntar


y responder el porqué. El porqué se refiere a la pregunta que todos nos
formulamos cuando vemos a una nueva persona, compañía, libro o película.
La pregunta que tú deberías responder por ellas es: “¿Por qué debería
importarme él?” Ella está rodeada de miles de hombres. ¿Por qué ella debería
estar interesada en ti? Si pudieras devolver la jugada y mirarte con este tipo
de honestidad, verás rápidamente si eres una buena razón para que ellas se
interesen en ti. Y, por favor, no digas que simplemente porque eres tú. Eso no
basta para que ella quiera estar contigo. Si la respuesta es poco alentadora, no
te des por vencido. Sólo necesitas hacer unos cuantos ajustes en tu vida.

Los que persiguen lo mejor y lo consiguen, están solos en la cima. La


mayoría de la gente en el mundo está convencida de que son incapaces de
alcanzar grandes cosas, así que apuntan por lo mediocre. De lo que no se
quieren dar cuenta es que el nivel de competencia en lo mediocre es más
rudo. Paradójicamente es más desgastante competir por algo que todos
quieren. La pesca es mejor cuando pocos van, y la inseguridad colectiva del
mundo hace que sea más fácil conseguir lo imposible mientras que la
mayoría apunta por lo alcanzable. Hay menos competencia para las metas
más grandes. Eso quiere decir que ya has vencido al noventa por ciento de tus
contrincantes.
Se dice que hay más competencia para las mujeres más guapas. ¿Será
cierto? Todos compiten por las chicas de belleza promedio, y muy pocos van
por las mujeres más hermosas. Hay más competencia para la segunda clase
que para la primera clase. Los lugares de primera clase están vacíos. Tu modo
de ver la vida es la clave.

Los demás hombres no podrán ser tu competencia. No saben lo que ahora


sabes tú y no harán lo que desde hoy vas a hacer tú, ¿verdad?
La temporalidad del éxito y el fracaso
El éxito y el fracaso no son estados permanentes. Al hacer una rigurosa
introspección te darás cuenta de que hay algo más grande y profundo que el
cúmulo de tus éxitos y fracasos, pues ninguno dura para siempre. Todo el
tiempo se están intercambiando. Además, lo que para unos puede ser éxito,
para otros puede significar un rotundo fracaso. Cada quien define el éxito
según sus intereses. ¿Y a caso hay que darle demasiada importancia a algo
que no tiene forma ni es duradero? No. Enfócate en el proceso, que tu éxito o
tu placer estén enfocados en el proceso, no en los resultados. Si sólo te
enfocas en lo que vas a obtener, no te importará un carajo el proceso. Querrás
sólo tener sexo sin tomaren cuenta que debes acercarte ― lo queaún te da
miedo y no sabes qué decir ―; que debes mantener una conversación ― en
lo que todavíadesistes cuando ya no tienes nada qué decir ― ; que debes
establecer contacto físico ― cuando te sigue atemorizando ir por el beso.
Quieres llegar a la luna sin siquiera saber operar un cohete espacial.
Para destacar en el cortejo siempre hay obstáculos que superar. A esto se
le llama el período del dolor. Y sólo los que se empujan hasta el límite, los
que están dispuestos a enfrentarse a ese dolor, al agotamiento, a la
humillación, al rechazo, o a algo todavía peor, llegarán a tener éxito. Los que
no, están condenados a ver el partido desde el banquillo. Para llevarte a la
chica, para dejarle claro que vale la pena arriesgarse a decir que sí, tienes que
armarte de valor y poner en riesgo tu cómoda situación. Y para conseguir a
una mujer tienes que arriesgarte a perderla.
El dolor es temporal y siempre algo tomará su lugar: recompensa. Si
abandonas, durará para siempre. Si eres mimado, estás echado a perder.
Alguien más ha hecho las cosas por ti. No has hecho nada por ti mismo. Te
estás deteriorando. Cuando te metes en problemas alguien más tiene que
sacarte. Cada vez que haces algo para lo que no has entrenado, fracasas. No
estás entrenado para crecer. Cada vez que te lastimas y abandonas, estás
llamando a tu mamá para que lo haga por ti. Te reto a que no vayas a casa. Si
te sientes mal o cansado, pasa por encima. No vas a morir. El fin del dolor es
el éxito.
Diferencia el fracaso de la derrota temporal. La derrota temporal sólo hace
que vayas por otro camino mejor. El fracaso te da una lección duradera, y
suele ser una lección que no aprenderías de ninguna otra manera. Por eso
debes aprender del fracaso, beneficiarte de él. También debes aprender de los
errores de los demás.
En cualquier proyecto, tu tendencia a pensar en términos de ganar o
perder, éxito o fracaso, es peligrosa. Lo que necesitas es una perspectiva más
fluida de la vida. En realidad nada concluye; la forma en que pongas fin a
algo influirá e incluso determinará lo que hagas después. Esto te hará poner
énfasis en la calidad y estado anímico de la conclusión. Te hará decidir si
transformas a los contrincantes en victimas o en aliados. Así pensarás en las
sensaciones que dejas en la gente que se traducirá en deseos de volver a verte.
Al comprender que toda victoria o derrota es temporal, y que lo que importa
es lo que hagas con ellas, encontrarás fácilmente el equilibrio durante las
miles de conquistas que la vida acarrea. El único final es la muerte. Todo lo
demás es transición. O quizá la muerte también es una transición. Inicia cada
proyecto con una idea clara de cómo terminarlo. No se trata nada más de
terminar lo que comienzas, sino de terminarlo bien. Planea las consecuencias.
Las emociones negativas pueden arruinarte el buen trabajo que hiciste
previamente. No basta con planes brillantes y conquistas acumuladas. Puedes
ser la víctima de tus propios éxitos si dejas que te domine la ambición.
Desarrolla la capacidad de ver las consecuencias en el futuro mientras operas
en el presente, y de terminar tus acciones de forma que te sirva a los intereses
para la siguiente conquista. No tomes más de lo que puedes manejar. En
general, siempre es mejor terminar con energía y estilo.
La forma en que manejas la victoria y la derrota es lo que importa. Dado
que la derrota es inevitable, domina el arte de perder limpia y
estratégicamente. Siempre asimila positivamente la derrota. Es un revés
temporal, a lo que te despierta y enseña una lección. Así estarás preparado
para la siguiente ronda. Aprovecha la derrota para demostrar algo positivo en
ti. Mantenerte de pie, no mostrar signos de rencor o de verte a la defensiva. Si
la derrota es inevitable, retírate si es lo correcto, pero siempre con esperanza
en el futuro. La victoria y la derrota no son nada si no te beneficias de ellas.
Te han dicho que en la vida hay altas y bajas, yo te voy a decir algo más
poderoso: no te vayas sin pelear. ¿Cómo se ve mejor un equipo que va
perdiendo? ¿Luchando hasta el último momento tratando de revertir la
situación aunque la derrota sea inevitable? ¿O echándose para atrás para que
no les hagan más anotaciones?
Sí, vas a tener noches en donde ninguna mujer te va a hacer caso, pero
sigue intentándolo sin apego al resultado, simplemente para dar un buen
espectáculo. Haz eso en vez de quedarte sin hacer nada o regresarte a casa
para llorar en tu almohada.
Así es como hice pedazos mi ansiedad en los antros.

Podría ser que la fuerza viene del interior. ¿Pero quién realmente se
impulsa enteramente desde dentro? Si has leído filosofías cursis, seguramente
no estarás de acuerdo con lo siguiente, pero lo quiero exponer de todas
formas: nunca nadie puede sentirse bien si no se experimenta el éxito. Incluso
para sentirte validado internamente tienes que experimentar el éxito en
ello. No tener éxito nunca, sería insano. Hasta cierto nivel, sí dependemos del
resultado para saber en dónde estamos. Por ejemplo, si no tuvieras éxito
nunca con una mujer, ¿cómo podrías asumir que una mujer debe estar atraída
hacia ti y desapegarte del resultado? Experimentar el éxito, sin importar
cómo, es esencial para dar los siguientes pasos. Se dice que la seguridad es
independiente del resultado, pero si no tienes los resultados que soporten tu
seguridad, ¿cómo conseguirías entonces sentirte seguro de ti mismo? ¿Cómo
conocerías la seguridad? ¿Me explico? Es fácil para mí escribir y sustentar el
Kino Brutal porque ya he tenido éxito utilizándolo. Es fácil para mí hablar de
seguridad y desapego porque ya sé cómo se siente. Busca tus éxitos y
experiencias de referencia cuanto antes, no importa cómo.
Antes de conocer las comunidades de seducción, o mejor dicho, cuando
era virgen, tuve la siguiente conversación con un amigo que tenía más
experiencia que yo:

― ¡Wey, cógete a esa vieja! ― me animó sonriendo.


― ¡No mames, está bien fea! ― le dije ofendido.
― ¡No importa, es para que te entrenes!

Es más, si quieres te pongo otro ejemplo que ocurrió en The Fast and the
Furious (2001) cuando Dominic Toretto le dice a Brian O’Conner cuando le
gana la carrera:

“No importa si ganas por una pulgada o una milla. Ganar es ganar.”

Insisto, no importa cómo tengas éxito, lo importante es tenerlo cuanto


antes y puedas entender los conceptos que expongo en este libro. Somos
humanos, necesitamos validación para sentirnos bien, ya que vivimos en
sociedad. No le preguntes a los gurús que tanto idolatran, pregúntales a los
psicólogos, sociólogos, historiadores, antropólogos. Es más, en el Budismo
Zen, que tanto se puso de moda durante una temporada, no sería lo que es si
no se tuviera éxito en experimentar el sentimiento de liberación o de
iluminación. Si un budista tiene éxito en encontrar la iluminación, estará en
paz consigo mismo. Esa paz dependió del resultado de lograrlo. Por lo tanto
dependemos del resultado. Necesitamos tener éxito.
No obstante, depender del éxito es una realidad demasiado ambigua y
paradójica: si no logramos sentirnos nunca bien aunque no salgan las cosas,
no nos sentiríamos nunca bien entonces, porque necesitamos saber que nos
sentimos bien aunque no salgan las cosas para sentirnos bien. Lo cual, indica
que dependemos del resultado. Sentirse bien es un resultado. Cuando nos
sentimos bien dependemos del resultado para sentirnos bien. Dependemos del
éxito para sentirnos bien. La filosofía siempre maneja paradojas como esta.
Dicen, “¡Debes sentirte bien a pesar del resultado!” Pero si nos sentimos bien
a pesar del resultado, dependemos de saber que nos sentimos bien, para
sentirnos bien. Sentirnos bien es un resultado, y ese resultado es sentirnos
bien y nos hace sentir bien, por lo tanto dependemos del resultado para
sentirnos bien. ¿Ya te hice bolas?

Las altas y bajas matan a los más débiles. No seas del montón. Cultiva la
resiliencia, destaca del promedio, sé constante. El promedio se emociona
extremadamente cuando logran algo y se cortan las venas cuando todo sale
mal. Ellos sufren cuando pierden a una mujer al final de la noche después de
tanto trabajo bien hecho. Pensaron que “ya estaba puesta”, pero no lo estaba.
Se van a casa y no pueden dormir pensando qué pasó mal. La mayoría de las
veces nada fue mal, simplemente así es de impredecible esta actividad. Por
estas razones y muchas otras más, deja de calificar una noche como buena y
mala. Cierra tus noches con un sentimiento de victoria, como si todo hubiera
salido a la perfección. No importa si te llevaste a la mesera al baño o si todas
te miraron con asco. Permanece inmutable y entiende que los días pueden ser
buenos y malos.
Eso sí, sin metas orientadas a los resultados no tendrás dirección. Debes
medir tu progreso con hechos y resultados. Sin embargo, en la práctica debes
enfocarte más en el proceso. Se debe sentir bien. Se debe sentir como si no
tuvieras intenciones ocultas ni buscaras obtener algo de ellas. Tendrás mucho
tiempo al final de tu fecha límite para analizar tus resultados. Analiza tus
resultados, celébralos, mejóralos y aprende de ellos.
Pregúntate a quién elegirías: ¿Al novato que dice, “¡Oh sí, hay más
mujeres en este mundo; si no le gusto como soy, mal por ella!”, o al novato
que ve las reacciones y las críticas constructivamente, y trata de mejorar la
próxima vez?

Parte
VII
Una fuerza invisible
Magnetismo personal
Antes de empezar, quisiera ofrecer un especial agradecimiento a Theron
Q. Dumont, que si no fuera por él, estos capítulos no hubieran sido posibles,
mucho menos la divertida práctica del magnetismo personal.

¿Qué sería del Kino Brutal sin su componente esotérico? No quiero


engañarte ni convencerte de algo que ante los ojos escépticos es
incomprensible, de difícil acceso, que está oculto a los sentidos y a la ciencia.
Todo lo que voy a exponer en esta parte es una práctica en la que tengo poco
tiempo de experiencia y aunque tuviera mucha, es algo que no se puede
demostrar ni comprobar así como el comportamiento táctil y la Proxémica. Si
me atrevo a tratar el tema es porque ya lo he practicado con efectos positivos
y los he comprobado. Lamentablemente es una práctica cuya validez sólo
podrás experimentar internamente y no la podrás comprobar ante los demás
como lo puedes hacer con los efectos del contacto físico. La evidencia es
elusiva, quizá funcione como un efecto placebo o un proceso psicosomático,
y si la expongo en este libro es por los efectos en la confianza y en los
resultados cuando se pone en práctica excluyendo cualquier duda o
vacilación. Si eres de una mente muy cerrada y sólo te atienes a los hechos,
puedes saltarte esta parte y apegarte a lo demás que sí es comprobable, sin
embargo, te estarías cerrando a muchas posibilidades, a un mundo fascinante
y a un modo más interesante de ver el juego. La liberación y la expansión de
tu magnetismo personal es una explosión poderosa de energía que no quiero
que te pierdas por nada del mundo. Es más, te sugiero que lo intentes, ¿qué es
lo que puedes perder? No te vas a arrepentir.

La verdad es que todos y cada uno de nosotros estamos en posesión de un


cierto grado de magnetismo personal; cada persona puede incrementar su
grado y fortalecer su poder por el conocimiento y la práctica. Incluso la
persona menos magnética posee magnetismo personal en un grado
considerable, pero es generalmente tan ignorante de la naturaleza de la fuerza
de los medios de su empleo, que actualmente repele a otras personas en vez
de atraerlas. Pues, no debes olvidar que el magnetismo personal puede repeler
tanto como atraer ―tiene su lado positivo y negativo. Muchas personas
realmente repelentes están manifestando un alto grado de magnetismo
personal, sólo que de una forma negativa, y están alejando personas de ellos
de la misma manera que otras personas atraen a las personas. Todo es
cuestión del uso de su poder.
Las personas no sólo emanan y proyectan una cierta cantidad o grado de
magnetismo personal, adicionalmente, cada persona está constantemente
rodeada por un campo de influencia magnética personal. Esta atmósfera
personal afecta a un grado mayor o menor a otras personas que entran en
contacto con esa influencia.
La persona promedio tiene una atmósfera personal débil, que se extiende
tan sólo a una corta distancia, mientras que los grandes personajes están
rodeados por una atmósfera personal amplia de grandeza, poder,
especialmente cuando están impulsados por una gran emoción, sentimiento y
deseo.
Es probable que estés acostumbrado a pensar en el magnetismo personal
como un medio de positividad y atracción, que te parecerá extraño que te
digan que una atmósfera personal repelente es igual de magnética. No debe
maravillarte, cuando reconoces que incluso un magneto repele, bajo ciertas
circunstancias, tan fuerte como atrae. A su vez, existen individuos que
parecen no atraer ni repeler, pero esto no afecta la regla general. Estos
individuos neutros son usualmente de magnetismo débil, de un carácter débil
―es decir, no tienen motivaciones fuertes, metas o deseos, o algún rasgo
personal fuerte. Tiene facultades que se neutralizan por otras facultades de
igual fuerza, y el resultado es una condición neutral. Ellos simplemente
aburren a las personas con las que entran en contacto. ¿Te suena familiar?
A pesar de que todos y cada uno de nosotros estamos en posesión de un
magnetismo personal en cierto grado, es verdad que la mayoría de las
personas tiene una fuerza magnética débil, y muy a menudo en un carácter
negativo o indeseado. Y es un hecho que aquellos que dominan esto, que
incluso la persona más débil y negativa puede desarrollar su magnetismo
personal y gradualmente adquirir el mismo grado y magnetismo que posen
muchos individuos originalmente. Uno puede cambiar completamente el
carácter de su magnetismo personal, de negativo a positivo, de deseado a
indeseado, a través de un estudio y una práctica cuidadosa. Esto requiere, sin
embargo, determinación, practica constante hasta que el nivel sea alcanzado,
y una voluntad indomable. Esto demanda trabajo, perseverancia y paciencia,
es verdad, pero la recompensa es tan enorme que retribuye a cualquiera que
preste su atención y tiempo en ello. Los principios son muy simples, sólo se
requiere la determinación y una voluntad tenaz para alcanzar los resultados,
particularmente en los casos donde existieron condiciones totalmente
indeseadas. (William Walker Atkinson, 1900)
Polos mentales y físicos
Hay dos fases distintas o polos del magnetismo personal, el primero es el
mental y el segundo es el físico. No olvides este hecho, pues tu éxito
dependerá de la coordinación de la fuerza de ambos polos. Estamos
acostumbrados a escuchar enseñanzas que hablan que el magnetismo es un
fenómeno mental. Pero el otro componente también existe, y es igual de
potente que el mental. Un hombre es un organismo dual, con fases mentales y
físicas, cuerpo y mente, y están coordinados para manifestarse a través de
energía y crear efectos. Algunas personas tienen un mayor magnetismo
mental, mientras que otras personas tienen un mayor magnetismo físico, pero
el individuo que realmente manifiesta un nivel más alto de magnetismo
personal es el que ha desarrollado ambos polos.
El polo mental depende de su fuerza y energía sobre la habilidad de la
mente para crear ondas de pensamiento y proyectarlas más allá de los límites
del cerebro hacia la atmósfera personal del individuo, e incluso más allá de su
atmósfera personal cuando sea necesario. Cuando a éste le acompaña el
magnetismo físico generado por el otro polo de actividad magnética, este
magnetismo mental afecta fuertemente a otras personas que entran en el
campo de acción de estas ondas del pensamiento. Pero sin un buen suministro
de magnetismo físico, esas ondas mentales no tendrán el suficiente poder
para producir resultados. Pareciera que el magnetismo físico fuera necesario
para darle cuerpo o forma al magnetismo mental, así como el magnetismo
mental se necesita para darle color, carácter o alma al magnetismo físico.
La ciencia ha descubierto que el cerebro humano, en el proceso de
pensamiento, genera y usa una cierta cantidad de energía en el área cerebral.
La generación y empleo de esta energía produce calor e incrementa la
temperatura de las áreas del cerebro. Y como la electricidad o el magnetismo
ordinario, no se queda en el mismo punto en donde es generado, en vez,
puede ser, y es difundido a puntos más allá del lugar en donde se genera. En
otras palabras, la energía de los pensamientos del cerebro de un individuo se
extiende más allá de los límites del cerebro, crea una atmósfera de
pensamiento alrededor de él y registra un efecto sobre los cerebros de las
demás personas que entran en contacto con ese campo de energía. Cada
sustancia está irradiando energía. El cerebro humano es radioactivo, y
constantemente está enviando transmisiones de radioenergía.
Estamos acostumbrados a pensar que los nervios son parte del cuerpo de
la persona, y es de alguna manera difícil hacernos de la idea que el sistema
nervioso es más parte del cerebro que del cuerpo. Es como una extensión del
cerebro. De hecho, el sistema nervioso se compone casi del mismo tipo de
materia que el cerebro. El sistema nervioso genera energía de un tipo similar
a la que genera el cerebro. La ciencia, en este caso, considera que el cerebro y
el sistema nervioso son partes de la misma cosa, gobernados por leyes
generales, y conectados el uno con el otro. Por lo tanto, el sistema nervioso es
el polo físico y el cerebro es el polo mental. Así considéralo para hacer una
línea fácil para distinguirlos con el propósito de su enseñanza y estudio.
El sistema nervioso no sólo transporta mensajes de diferentes partes del
cuerpo al cerebro, también sirve para transportar la energía del movimiento a
varias partes del cerebro. En corto, no puede haber movimiento en ninguna
parte del cuerpo a menos que los impulsos lleguen a los nervios. Cuando los
nervios que gobiernan las partes del cuerpo se paralizan, la parte del cuerpo
carece de movimiento. Como ves, el sistema nervioso es parte del gran
sistema productor de energía del cuerpo. Recuerda esto, siempre, pues es una
de las claves de los secretos del magnetismo personal.
La fase mental
La fase mental del magnetismo personal depende de dos manifestaciones
coordinadas de poder mental:

1) Mantener estados mentales hasta que la atmosfera mental esté cargada


de vibraciones de un estado mental particular.
2) La proyección consciente de una corriente mental desde el cerebro, por
la acción de la voluntad del individuo.

El carácter de la atmósfera mental de cada individuo depende enteramente


del carácter de los estados mentales mantenidos por él. La atmosfera mental
del individuo esperanzado y expectante está compuesta de vibraciones de
esperanza, un carácter animado que tiende a impactar y afectar a otras
personas que están cerca del campo de actividad de su atmósfera personal.
Asimismo, la atmósfera mental del individuo deprimido está compuesta de
vibraciones de un carácter melancólico que impacta y afecta a los individuos
que entran en contacto con él.
Las impresiones no se deben a nada de lo que los individuos dicen, pues,
como todos sabemos, algunas de las personas más escurridizas a menudo son
las mejores en hablar bien; y algunas de las personas dependientes son muy
reticentes y cortas de discurso. La razón va más allá de las palabras. Es el
sentimiento que experimentamos cuando entramos en contacto con esas
personas. Y este sentimiento es causado por el registro sobre nuestro
organismo sensitivo del cerebro de las vibraciones del pensamiento de la
atmósfera personal de aquellas personas. No sólo esas cosas se notan en la
persona misma, sino también en las habitaciones y otros lugares frecuentados
por el individuo que también se ven afectados por la influencia continua de
sus vibraciones mentales de su atmósfera personal. Empieza a notar la
energía que emanan las casas de las familias. ¿Qué percibes? ¿Tristeza,
alegría, dicha, abundancia, escasez? Esto se puede notar desde el mismo
instante en que entras a la puerta. Un hombre puede esconder sus
pensamientos con palabras o expresiones faciales, empero, las vibraciones
mentales de su atmósfera personal dirán la verdad.
Son hechos que ya no necesitan más pruebas ―tu propia experiencia debe
ser prueba suficiente para satisfacerte, aunque ser consciente de esto te
ayudará a proceder con éxito. Muchas personas dejan sólo una pequeña
impresión sobre nosotros, por las razones de que sus estados mentales son
variados, inconstantes y breves que se neutralizan y fracasan para impartir
una definitiva onda de color a su atmósfera personal. Las atmósferas
personales más fuertes son de las personas de sentimientos fuertes, deseos y
emociones, tanto buenas como malas. De hecho, son tan fuertes que uno
puede percibir esa energía sin ningún problema. Por eso debes tener cuidado
y evitar albergar estado mentales que puedan inspirar sentimientos no
deseados en las demás personas. Y, al mismo tiempo, debes cultivar estados
mentales que despierten sentimientos de un carácter deseable para impartirlos
a las demás personas.
La segunda forma en la cual la fase mental del magnetismo personal
opera, v.g., la proyección consciente de las corrientes mentales por la acción
de la voluntad del individuo, también demanda trabajo por parte del
individuo que desea crear una atmósfera personal poderosa. El principio de la
segunda forma de la acción mental consiste en el uso de la voluntad en una
proyección consciente de las ondas del pensamiento. Esto es verdad en el
caso de la estimulación de la atmósfera personal y también en los casos
donde uno se empeña en producir un efecto sobre la mente de la otra persona.
El efecto de tales vibraciones mentales puede ser incrementado enormemente
por el uso de la voluntad en dirección de la proyección consciente. Los
estados mentales producen y crean la atmósfera mental, es verdad, sin
embargo la voluntad servirá para proyectarlos más lejos y fuerte, y energizar
la atmósfera e incrementar el efecto.
¿Logras ver el punto? Primero afectas a las personas por el efecto de tu
atmósfera personal vigorizada, y después justo cuando las personas están en
una condición propiamente receptiva les proporcionas una descarga psíquica
que les llega hasta el interior con enorme poder. Aunque al principio esto
puede ser un procedimiento extenuante, y uno que requerirá una gran
cantidad de fuerza de voluntad de tu parte, no lo será tanto, pues las ondas del
pensamiento son muy responsivas a la acción de la voluntad y la única tarea a
mantener firmemente, así las ondas del pensamiento fluirán por el canal. Es
como disparar una bala, sólo diriges el cañón y listo.
La fase física
La fase física del magnetismo personal depende de dos manifestaciones
coordinadas:

1) La generación de poder dentro del sistema nervioso.


2) La proyección consciente, por la voluntad, de esa fuerza del sistema
nervioso hacia la atmósfera personal e incluso a una gran distancia bajo
condiciones especiales.

La energía magnética se refiere a la forma de energía extraña y misteriosa


que controla todos los movimientos físicos, y todavía, al mismo tiempo,
parece ser algo más que físico. Es parecido a la electricidad o el magnetismo,
en su naturaleza real, y, como esas fuerzas, es difícil de definir. La energía
magnética es algo muy diferente a la materia de la que el sistema nervioso
está compuesto. El sistema nervioso, desde la médula espinal al filamento
nervioso más delicado, es en el mejor de los casos sólo un sistema de
cableados, redes, etcétera, sobre la cual la energía magnética viaja, o, en
donde la fuerza nerviosa se almacena. Como en el caso de la electricidad no
conocemos su verdadera naturaleza. Y por eso, el estudiante debe regresar a
los viejos escritores ocultistas de los años pasados para obtener el secreto.
Como lo escribió Guy de Maupassant en su cuento, El Horla,

“¿Acaso vemos ni la cienmilésima parte de lo existente? El viento es una


de las mayores energías de la naturaleza; combate al hombre, derriba los
edificios, arranca los árboles, levanta montañas de agua en el mar, arroja las
embarcaciones contra los escollos, silba, gime, ruge, mata, y, sin embargo,
¿lo ha visto usted alguna vez? ¿Puede usted verlo? Y tampoco puede usted
negar su existencia. Existe.”

Todos los ocultistas, de hace siglos o modernos, han reconocido la


existencia de una fuerza natural imperceptible y poderosa que es más potente
en sus efectos y actividades que desafían todo poder de análisis y definición.
Cualquier intento a la definición causará sólo una sonrisa en el rostro del
sabio. Sin embargo, los ocultistas han descubierto la fuente de su origen, y
nos han dado información invaluable.
La fuente de la energía magnética es la misma que de la fuente de la
electricidad, a saber, el éter universal que llena el espacio. Como la
electricidad, también, esta fuerza está disponible para las necesidades
humanas sólo cuando se asocian. La atmósfera está cargada de energía
magnética, que es absorbida por el sistema nervioso, y almacenada en sus
grandes reservas, de donde, en cambio, fluye sobre los nervios cuando se
requiere, por las necesidades mentales y físicas del individuo.
Esta fuerza se absorbe por medio de la respiración. El proceso de la
respiración, en todas sus formas, no sólo extrae oxígeno o los elementos del
aire, sino también extrae la fuerza magnética universal. Cuando se le
entiende, será más fácilmente entendible cuando los seres vivos mueren tan
pronto como el proceso de respiración es interferido. Antes de proceder al
proceso de absorción de la energía magnética de la atmósfera, tienes que
considerar otro aspecto, que es la proyección de la energía magnética más
allá de los límites del sistema nervioso. Cualquier persona que conozca la
electricidad sabe que la electricidad brincará de un cuerpo a otro ―brinca el
espacio en forma de una descarga― y luego se traslada por todo el nuevo
canal. Incluso sin la descarga, la electricidad y el magnetismo afectarán a
otros cuerpos por lo que se conoce como inducción, sin el contacto entre la
materia. Entonces esta energía no sólo brincará más allá de las barreras del
sistema nervioso, sino que afectará otros sistemas nerviosos por medio de la
inducción. Y como la mayoría de nosotros no somos estudiosos de la
electricidad ni todo este tipo de energías, sólo puede ser entendido a través de
tus propias experiencias.
Ciertas personas, que fluyen con una vigorosa fuerza magnética, irradiará
la energía con un simple apretón de manos, o incluso estando cerca de ellas.
Estos individuos irradian salud y vigor, y ejercen un efecto revitalizador y
vigorizante con todos los que entran en contacto. De una forma similar,
también se nota una falta de energía magnética por todos los desafortunados
que caminan inconscientemente absorbiendo energía, y, en caso extremos,
absorbiendo energía tal cual vampiros de aquellos que los rodean. ¿Quién no
ha conocido a este tipo de personas y ha notado qué tan deprimido y débil
uno se siente después de pasar tiempo con esas personas? La persona
promedio no necesita ninguna otra prueba en este caso.
Te puedes preguntar que, si la energía magnética está en todo el ambiente,
y se obtiene de la atmósfera, por qué no todas las personas poseen la misma
energía. La respuesta es porque los hábitos difieren, y así como alguien es
físicamente fuerte, otras personas son débiles y delicadas, así es en cuestiones
de energía. Además, un cambio en los hábitos resultará inevitablemente en el
cambio de la cantidad de fuerza magnética absorbida y retenida por las
personas. Y es precisamente el propósito de este capítulo. A medida que tu
magnetismo personal se incremente, descubrirás que al mismo tiempo tu
salud y vigor en general mejorarán.
En suma a la cantidad de fuerza magnética determinada por los hábitos del
individuo, es verdad que el individuo puede, a través de los ejercicios
adecuados, energizar su sistema nervioso que incrementará su grado de
actividad de su fuerza magnética y podrá proveer más según sus necesidades.
No es sólo cuestión de asegurar un suministro abundante de fuerza
magnética, sino también de tener la misma en una condición activa, y en tal
forma pueda estar disponible para los requerimientos de tu vida diaria.
Magnetismo físico
Recordarás que cuando has entrado en contacto con algún personaje
ilustre en cualquier ámbito de la vida ―predicadores, oradores, vendedores,
hombres de negocios― aquellos cuyo éxito depende sobre el efecto que
provocan sobre otras personas, has sido consciente de que irradian poder y
energía. Realmente sientes la fuerza que viene de ellos. Y no sólo sientes que
sea sólo un poder mental, parecería que también había una presencia física en
ello. Tan fuerte es este poder en las personas que poseen grandeza que es casi
ridículo ver la forma en cómo afectan a las demás personas.
Para que te des cuenta de la diferencia entre este poder y la pura habilidad
intelectual, tienes que recordar a las personas más “inteligentes” de tu clase, o
varias personas que conozcas que han desarrollado mucha sabiduría. Estas
personas, por lo general, no son magnéticas. No irradian fuerza, y el elemento
de magnetismo físico es casi nulo. Parecen ser el centro de pura energía
intelectual, nada más. No me refiero a las personas que tienen un balance
intelectual y físico, sino de las personas que sólo son intelectuales. Les falta
algo más para impresionar a las personas.
No importa tampoco el tamaño de la persona. No obstante, la persona
magnética nunca es la débil, flácida, aguada. ¿Alguna vez te has imaginado a
un gran líder que no transmita la idea de fuerza en el sentido físico? Yo creo
que no. El magnetismo físico, después de todo, no define tampoco a una
persona magnética. Hay muchas personas que irradian magnetismo físico que
no son personalmente magnéticas en el completo sentido de la palabra. La
combinación del magnetismo físico y el magnetismo mental se necesita para
producir el entero fenómeno del magnetismo. Cuando una persona fuerte
utiliza su voluntad, su fuerza magnética, aunado a su magnetismo mental,
puede dar serios golpes de energía a las demás personas. Aunque esto
permanezca invisible para el ojo humano.
Sin duda, también has escuchado a una persona que representa habilidad
intelectual y tiene pensamientos buenos, y aun así, la entrega parece muerta,
gris, sin vida, aburrida. Y viceversa, personas menos intelectuales pueden
irradiar más vida y fuerza en lo que hablan. Bien, esto representa la diferencia
entre las simples ondas de pensamiento, y las ondas de pensamiento
acompañadas por una poderosa fuerza magnética. Hay personas cuyas
palabras pueden golpear como balas, tan vital es su acción sobre las mentes
de los demás ―estas personas tienen una fuerza magnética activa utilizada en
compañía de sus corrientes mentales.
Los grandes líderes han desarrollado ampliamente esta fuerza y la
emplean activamente. Cuando hablan, las demás personas están casi
obligadas a seguir las órdenes de la persona fuerte. Cada persona que influye
acciones y reglas a otras personas, es un ejemplo digno de estudio. Deberías,
si es posible, entrar en contacto con esta clase de personas, para que puedas
ver o sentir, por ti mismo, el efecto de su poderío emanando a otros
individuos.
Hay quienes parecen absorber naturalmente, almacenar y efectivamente
usar su fuerza magnética. Ellos son muy afortunados, pues se han ahorrado el
problema de cultivar los procesos a los que me refiero. Pero aquellos que no
poseen el don, naturalmente, deben practicar y perseverar en el desarrollo.
No, es más, se puede eventualmente sobrepasar a los naturales, pues muchas
veces no entienden la fuente de la naturaleza de su poder, y puede negarlo o
abusar de él, mientras que los que la desarrollan por sí mismos, y con un
completo entendimiento, la tienen disponible, y siempre se puede recuperar.
El conocimiento es poder, y una facultad cultivada y desarrollada siempre es
más eficiente que la misma facultad adquirida inconscientemente, que no se
entendió y no se ha trabajado para obtenerla.
Generar fuerza magnética
El proceso de la generación de fuerza magnética consiste en dos fases
distintas y coordinadas, a saber:

1) La absorción de una cantidad extra de fuerza magnética de la atmósfera


a través de formas especiales de respiración.
2) La distribución de la misma a grandes centros del sistema nervioso que
actúan como un depósito de la fuerza magnética.

La primera fase de la generación de fuerza magnética consiste en que


todas las personas constantemente absorben fuerza magnética de la
atmósfera, en el ordinario proceso de respiración, la cantidad difiere del
individuo, o más bien, con los hábitos de respiración. Habrás notado que el
individuo vigoroso y fuerte casi siempre respira profundo, mientras que la
persona débil respira parcial e irregularmente. Hay una conexión cercana
entre la respiración profunda y regular y la salud y fuerza física general.
Sin enfocarte demasiado en las sutilezas de la psicología oriental, que son
formas complicadas de respiración para un desarrollo psíquico y espiritual,
debes empaparte un poco en este punto a la filosofía sustentando algunas de
las prácticas orientales de respiración, pues lo mismo se basa en buenos
principios científicos. La filosofía oriental enseña que el estado mental y
físico del individuo está representado por un ritmo especial de la respiración,
el rito y la condición siempre se encuentran juntos. La condición mental o
física invariablemente se manifestará en un ritmo de respiración particular,
que pertenece a él; y, asimismo ― y este es uno delos secretos de los
ocultistas ― la suposición deliberada de un ritmo particular de respiración
resultará aceleradamente en la manifestación de la condición física y mental
apropiadas.
Tendrás que considerar esto por un momento, ver que, por ejemplo,
cuando estás asustado o enojado, tu respiración es diferente que cuando estás
en tranquilidad. Cada emoción, arriba y debajo de la escala, tiene su propio
ritmo de respiración, que invariablemente se manifiesta al mismo tiempo. Por
lo tanto, actuar un ritmo de respiración en particular, resultará en la
experimentación de la emoción misma. Esto puedes comprobarlo tú mismo
en este momento.
Para no entrar en más detalles, digamos que,

1) Hay un ritmo de respiración que la naturaleza utiliza para restaurar la


fuerza magnética al sistema exhausto, después de una gran demanda sobre él
en la dirección de un esfuerzo mental o emocional, o después de un severo
esfuerzo físico.
2) Una actuación de un ritmo particular de respiración resultará en que
seas capaz de absorber rápidamente una buena cantidad de fuerza magnética
para el propósito de usarla en tu magnetismo personal.

¿Cómo respiras cuando te empiezas a recuperar después de un esfuerzo


emocional, mental o físico cuando superas los primero jadeos característicos?
Si lo consideras cuidadosamente, responderás que generalmente empiezas por
uno o dos suspiros ― incluso un bostezo ― , seguidos de una respiración
calmada, deliberada, lenta y profunda. Puede que no lo hayas notado, pero
estas últimas respiraciones están marcadas por un ritmo lento pero regular,
como la lenta oscilación del péndulo de un reloj. Te darás cuenta que este
tipo de respiración continúa por un tiempo hasta que te sientes revitalizado y
fortalecido, cuando la respiración se reduce en ritmo normal de todos los días
y la revitalización se termina.
Bien, este es exactamente el ritmo de respiración, que, si se recrea
propiamente, resultará en un suministro incrementado de fuerza magnética de
la atmósfera que te envuelve. Tampoco quiero que creas que puedes alcanzar
este gran poder en un intento. Primero debes adquirir gradualmente el ritmo
exacto ―pues no puedo hacer más que indicarte. No puedo decir, “Respira
en tantos segundos; mantén la respiración por otros tantos; y luego exhala por
otros cuantos,” ni nada de eso, como muchos maestros lo han hecho
―quienes tienen más conocimientos para esta materia. Cada persona tiene su
propio ritmo para respirar en esta instancia, la diferencia entra entre la
formación y características mentales o físicas.
La única regla es que verifiques primero el ritmo de respiración preciso
que la naturaleza te ha dado para usarlo en los momentos de recuperación
después de un esfuerzo mental, emocional y físico; y luego, practícalo
voluntariamente reproduciendo las condiciones mentales y físicas para
producirlo hasta que el ritmo se quede grabado en tu memoria para que
puedas fácilmente reproducirlo instintivamente cada que lo desees. Te costará
trabajo, pero debes dominarlo. Yo sé que serás capaz de conseguirlo a tu
manera y obtener el resultado si persistes y perseveras en tu esfuerzo.
El primer indicador de este ritmo de recuperación usualmente será un
suspiro largo seguido por un momento de descanso, que a su vez, le seguirá
una serie de respiraciones lentas, profundas y deliberadas a un ritmo perfecto,
y finalmente sentirás fuerza y vitalidad en tu mente y tu cuerpo. Es la
experiencia de alivio. Por ahora es lo único que tienes que hacer: aprender a
reproducir este ritmo de respiración y practicarlo hasta que puedas hacerlo
con facilidad y naturalidad, sin ningún esfuerzo, que sea casi instintivo.
Tampoco quiero que caigas en el ritmo artificial de respiración. No
cometas el error de intentar contar los segundos de la respiración; o hacer que
tu respiración se extienda sobre un tiempo en particular, ni exactamente hacer
que duren lo mismo; o retener la respiración por un tiempo en particular, ni
contar el tiempo entre la respiración, o nada de eso. Olvida todo sobre los
estándares artificiales, y sométete al sentimiento de alivio y recuperación
pacíficamente, el que la naturaleza te ha otorgado si creas las condiciones
ideales para manifestar su poder. No te fuerces. Es como tomar agua,
mientras que en algunas ocasiones sólo necesitas darle unos sorbos, otras
veces necesitas darle grandes tragos para satisfacerte. Sigue la naturaleza. No
seas artificial, deja que la naturaleza se encargue de todo.
No exageres. Es cuestión de crecimiento y desarrollo dentro de ti y no
debes apresurar las cosas demasiado rápido. Deja que la naturaleza proceda a
hacer el proceso instintivamente, no caigas en el error de jalar las raíces de la
planta para ver si ha crecido. Ésta crecerá. No temas. Tú sabrás cuando estés
en el camino correcto, y te darás cuenta de tu progreso, a razón de tu vigor
incrementado, vitalidad y energía.
Distribuye tu fuerza magnética
El proceso de la distribución de la fuerza magnética le sigue naturalmente
a la absorción de la fuerza magnética, las dos se coordinan para los procesos
de recuperación. Así como es el proceso del ritmo de respiración para
recuperarte, la forma de la naturaleza de restaurar al sistema nervioso un
suministro fresco de fuerza magnética que se utilizó en un esfuerzo mental
emocional y físico que le precedió, así es el proceso de la distribución de la
fuerza magnética absorbida a todas las partes del cuerpo, fortaleciendo y
vigorizando, revitalizando y estimulando todas y cada una de las partes del
cuerpo, y al mismo tiempo restaurar las grandes reservas del sistema nervioso
para los tiempos de futura necesidad.
Investigando el método de la naturaleza para distribuir el magnetismo
físico, encontramos que acompañando al largo y profundo suspiro y que le
precede el ritmo de respiración, y también, siguiendo a este es una tendencia
a estirar los músculos del cuerpo. No sólo notamos este fenómeno en tales
veces, sino también se observa cuando despertamos en la mañana con un
bostezo, seguido por un estiramiento instintivo de los músculos. Observamos
lo mismo después de que nos hemos desgastado escuchando, leyendo,
estudiando ―en todas las acciones que requieren una atención concentrada.
Siempre es el bostezo, el suspiro profundo, la respiración y finalmente el
estiramiento de los músculos.
Sé que a lo mejor te esperabas algo más. Sólo quiero que sepas, antes de
que te rías, que este estiramiento de los músculos es uno de los oficios de la
naturaleza más importantes. Si estás dispuesto a tomártelo en serio, examina
el significado del proceso e inteligentemente aplícalo en tu práctica de
incrementar tu magnetismo físico. Habrás ganado un importante secreto de la
naturaleza. Estirar es algo más que una manifestación de flojera o cansancio.
Es una acción instintiva que resulta del reconocimiento de la naturaleza por
una necesidad de un fresco suministro de fuerza magnética y se urge a
proveerse de tan necesitada energía.
Notarás, en casos de un estiramiento completo, lo siguiente:

1) extensiones; y
2) una tensión o contracción de los músculos en la dirección a las
extremidades de tu cuerpo.
Ambas nociones son formas de tensar o contraer los músculos. Los
movimientos de extensión resultan de la tensión o contracción del conjunto
opuesto de músculos. Los principales músculos del cuerpo se disponen en
conjuntos opuestos, uno se utiliza para expulsar y otro para atraer los
miembros o porciones del cuerpo. Siempre podrás contar con la presencia de
este conjunto opuesto de músculos. Cuando en el proceso de estiramiento
primero te extiendes y luego atraes los miembros, realmente estás tensando
ambos conjuntos sucesivamente.
El propósito de la naturaleza de tensar los músculos opuestos, parece ser
un “exprimir” algo de los músculos. Y eso es exactamente lo que hace:
exprimir algo. ¿Qué? La vieja, obsoleta y debilitada fuerza magnética. ¿Por
qué y con qué fin? Para darle cabida a la nueva, revitalizada y fresca fuerza
magnética. Aunque, para seguir avanzando, debes saber que el estiramiento
ordinario es simplemente una forma elemental de la distribución de la fuerza
magnética. Debo llamar tu atención a una extensión y mejora del método
elemental. Probablemente has escuchado de ello en la calistenia generalmente
conocida como ejercicios de tensión muscular. El sistema de tensión de la
calistenia se enseña con el propósito de ejercitar los músculos ―sólo esto y
nada más. Se ha descubierto que brinda grandes resultados y desarrolla
enormemente los músculos y beneficia el sistema en general. ¿Por qué?
Porque vigoriza el sistema entero, distribuyendo la fuerza magnética, y como
consecuencia produce la absorción de un suministro fresco a tu sistema
nervioso.
Entonces, al saber esto, tienes las siguientes ventajas:

1) Antecedes los ejercicios de tensión respirando rítmicamente para


llenarte de suministros de fuerza magnética.
2) Procedes sin prisa casi de forma perezosa con un estiramiento ―puede
ser estirar, torcerte y flexionar― opuesto a la idea de hacer un ejercicio
vigoroso.
3) Entiendes la verdadera razón de tensar y por lo tanto eres capaz de
aplicarla inteligentemente.

Todo esto implica estimular todas las partes de tu cuerpo, v.g., hombros y
pecho; brazos, muñecas y manos; piernas, pies y dedos; cuello.
Cuando sabes lo que estás haciendo, y sólo lo que deseas y esperas
obtener, entonces has ganado media batalla. Al faltarte este conocimiento,
desperdicias energía y esfuerzo, y haces más de lo que no necesitas hacer,
mientras que no haces lo que debes hacer. El conocimiento es poder.
Proyectar tu fuerza magnética
De todos los poderes mentales del individuo, la voluntad es la más
poderosa, y al mismo tiempo, la menos comprendida. Es difícil incluso
definir la voluntad. Para nuestro propósito es darse cuenta que es el poder
mental por medio del cual podemos hacer cosas. No sólo puedes hacer cosas
ordinarias en la vida por medio de la voluntad, sino también puedes hacer
cosas extraordinarias si aprendes cómo. Mediante el uso de la voluntad
puedes ser capaz no sólo de proyectar ondas de pensamiento desde tu mente,
sino también eres capaz de proyectar conscientemente tu fuerza magnética.
La persona promedio proyecta su magnetismo hacia su atmósfera personal
de forma más o menos inconsciente ―así como caminar o respirar. Has
adquirido naturalmente el hábito y no te preocupas por ello. La diferencia en
el grado de magnetismo físico que irradian tales personas está determinada
por la fuerza magnética generada por ellos. En el lado opuesto se encuentran
aquellos que han adquirido un buen conocimiento sobre la fuerza magnética
que puede proyectarse más allá de los límites de la mente y del cuerpo, y han
aprendido el arte de proyectarla usando la voluntad. En este grado, puedes
lograr que tu poder sea reconocido por los demás, y dejar esa impresión en
todos los que entran en contacto contigo.
Para proyectar tu fuerza magnética por medio de la voluntad consiste en
dos procesos:

1) creer y darte cuenta tu capacidad de proyectarla, y;


2) la voluntad u orden a la fuerza a ser proyectada.

La voluntad nunca se dirige a una dirección que la mente cree imposible.


Uno nunca intenta alcanzar la luna, porque su mente se niega a creer que
puede hacerlo. La incredulidad actúa como un freno para la voluntad. Aunque
la creencia no necesariamente representa el logro de la voluntad, sí remueve
las barreras de la incredulidad, la cual impide el éxito de la voluntad. Hay
demasiadas cosas que podrías ser capaz de hacer si sólo pudieras creer que
las puedes lograr. ¿Ves cuánto ha detenido la incredulidad los esfuerzos de tu
voluntad?
Sólo necesitas creerlo lo suficiente al menos para hacer un intento.
Después, cada vez que hagas un intento y percibas un resultado, la tarea
empieza a volverse más fácil las próximas veces. Y, al final, el sentimiento de
superación de la fuerza de voluntad se impregna sobre ti.
El segundo proceso, v.g., la orden por la fuerza de voluntad es
simplemente lo que las palabras pueden decir. ¿Cómo puedes ordenar a la
fuerza magnética para que se traslade a tu aura personal y energizarla? ¿Te
obedecerá? Por supuesto. La orden requiere el mismo esfuerzo que empleas
cuando instintivamente le ordenas a tu mano para que se levante. ¿Qué es lo
que hace que tu mano se levante? No tiene el poder o consciencia para
levantarse a sí misma, ni los músculos tienen tal poder sobre sí mismos. Sólo
cuando tú das la orden es que se empiezan a mover. La mera voluntad envía
una corriente eléctrica sobre los nervios y de aquí hacia los músculos y
finalmente la mano se levanta. Suena simple, ¿no es así? Y aun así es una de
las cosas maravillosas y misteriosas del mundo. Es sólo que lo has dado por
sentado que ya no te sorprende ni te preocupa entenderlo.
Obviamente no le dices a tu mano, “¡Levántate!” Haz el experimento con
tu propia mano sin ejercer voluntad para que se levante. No pasará nada. Es
sólo cuando acompañas la orden con la misteriosa fuerza de la voluntad que
el movimiento ocurre. Entiende bien estas palabras, porque aquí se encuentra
el gran secreto: yo no te puedo decir cómo muevas tu mano por voluntad.
Todo lo que te puedo decir es que debes querer levantarla, y entenderás
exactamente lo que quiero decir. Entonces, ordena a tu fuerza magnética a
que fluya hacia tu aura personal, así como lo haces con la mano. La magia
acontecerá.
El problema, si se le puede llamar así, es que puedes ver que tu mano se
mueve y saber que tu orden ha sido obedecida, mientras que no puedes ver tu
fuerza magnética fluir. Es cierto, empero, puedes sentir el magnetismo fluir, y
así estar seguro de ello. El flujo del magnetismo físico pronto se vuelve
aparente, y estarás seguro de sus irradiaciones. Es de las cosas que no pueden
ser explicadas, pero que son entendidas para quienes lo experimentan.
Practícalo, inténtalo, si no pasa nada continúa hasta que empieces a ser
consciente del flujo de fuerza magnética proyectándose desde ti hacia tu aura
personal a una distancia de varios metros alrededor de ti. Empezarás a ser
consciente de tu efecto sobre los que entran en contacto contigo. Serás capaz
de percibir las reacciones que tu fuerza magnética ocasiona y qué tanto
puedes influenciarlos. Ellos, a su vez, te harán saber inconscientemente que
sienten el poder de tu presencia y reconocerán tu poder. La gente volteará a
verte, tus conocidos reconocerán un cambio en ti. Personalmente te
recomiendo que no les comentes nada, pues esto generará descontento y
crítica, y provocarás que las personas se vuelvan defensivas contigo. Yo he
formulado algunos comentarios y aunque sean ciertos, genera demasiada
controversia pues son temas peligrosos y delicados. Evítate la pena y todos
serán felices para siempre.
También te darás cuenta del efecto curativo y revitalizador de tu fuerza
magnética sobre las personas con energía baja, tristes, enfermas que entren en
contacto contigo. Esas personas sentirán la fuerza de tu presencia y no les
gustará que te vayas. Puedes incluso tener dificultades para prevenir que se
apeguen demasiado a ti y que quieran vivir de tu magnetismo. Cuando
aprendas a usar tu magnetismo mental, podrás ser capaz de quitártelos de
encima cuando sea necesario. Mientras tanto, puedes hacer demasiado bien
dándoles a estas personas tratamientos magnéticos, dirigiendo
conscientemente una oleada de magnetismo hacia ellos ―usando la
voluntad― o con el uso de tu mano ―Kino Brutal. Tu magnetismo manará
libremente de tu mano, y revitalizará a los débiles. Un poco más de
experiencia y te volverás como un curandero… sólo si lo deseas.
En cuestiones de los saludos, notarás cosas extrañas. Las personas que
tomen tu mano serán impresionadas por algo extraño y poderoso sobre ti,
pues tu magnetismo fluirá sobre su cuerpo, a veces de una forma marcada,
aunque más seguido en una ligera corriente. Podrás también proyectar tu
magnetismo de una forma directa, incluso a distancia por el simple esfuerzo
de tu voluntad, sólo una vez que hayas aprendido los pequeños puntos de la
práctica a través de muchas repeticiones. No pierdas el tiempo sin practicar.
Ponte a trabajar y practica con tu fuerza magnética ahora, para que estés listo
cuando las cosas buenas lleguen. Planta tus pies firmemente en cada escalón
para que no te resbales cuando escales.
Radiación Mental
Será bueno para ti sentirte totalmente convencido de la realidad de este
fenómeno antes de que comiences a manifestar su poder. Esto no es sólo para
mantener constancia y honestidad mental de tu parte, sino también para que
te deshagas de cualquier duda o incredulidad en la materia, el resultado de esa
duda o incredulidad supone una barrera o freno sobre la voluntad. Cada ser
vivo es un enfoque dinámico. Un enfoque dinámico tiende a propagar el
movimiento que es propio de él. El movimiento propagado se transforma de
acuerdo con el medio que atraviesa. El movimiento tiende siempre a
propagarse a sí mismo. Por lo tanto, cuando ves que el trabajo de cualquier
tipo ―mecánico, eléctrico, nervioso o psíquico― desaparece sin un efecto
visible, entonces, una de dos cosas sucede: una transmisión o una
transformación. ¿Dónde termina el primero y dónde empieza el segundo?
En un medio idéntico sólo hay transmisión. En un diferente medio hay
transmisión. Envías una corriente eléctrica a través de un cable grueso. Tú
tienes la corriente, pero no percibes ninguna otra fuerza. Pero corta ese cable
grueso y conecta los extremos por medio de un cable delgado; el cable
delgado se pondrá caliente; habrá una transformación de una parte de la
corriente a calor.
Toma una corriente fuerte e interpón un cable más resistente, o una varilla
delgada de carbono, y el carbono emitirá luz.
Una parte de la corriente, entonces, se transforma a calor y luz. Esta luz
actúa en cada dirección, primero visiblemente como luz, luego visiblemente
como calor y corriente eléctrica. Sostén un imán cerca. Si el imán es débil y
maleable, en la forma de una aguja magnética, el rayo de luz causará que se
desvíe; si es fuerte e inamovible, en cambio causará que el rayo de luz se
desvíe.
Y todo esto se hace a cierta distancia, sin contacto, sin conductores
especiales.
Un proceso que es a la vez químico, físico y psíquico ocurre en el cerebro.
Una acción compleja de este rey se propago sobre la materia gris, como las
olas se propagan en el agua. Considerando su lado psicológico, una idea es
sólo una vibración, una vibración que se propaga, aunque tal no se distribuye
por un medio en el cual puede existir como tal. Se propaga tan lejos como las
otras vibraciones lo permiten. Se propaga más extensamente si lo asume el
carácter, que subjetivamente llamamos emotivo. Pero no puede ir más allá sin
ser transformado.
Sin embargo, como la fuerza en general, no puede permanecer aislado, se
escapa escondido. El pensamiento se queda en casa, como la acción química
de una batería permanece en la batería, se representa por su correlación
dinámica, llamado en el caso de la batería una corriente, y en el caso del
cerebro puede llamarse la dinámica correlativa del pensamiento. Y hay algo
más que eso; el universo no está muerto ni vacío.
Una fuerza que es transmitida se topa con otras fuerzas, y si se transforma
sólo poco a poco usualmente se limita a sí misma para modificar a otra fuerza
a costa propia, aunque sin sufrir perceptiblemente de ese modo. Este es el
caso con las fuerzas que son persistentes, concentradas, bien secundadas por
el medio. Este es el caso con el equilibrio psicológico, fuerza magnética,
fuerza psíquica, ideas, emociones, y tendencias. Estos modifican fuerzas del
ambiente, sin desaparecerse a sí mismas. Se transforman imperceptiblemente,
y, si el siguiente hombre es de una naturaleza excepcionalmente bien
adaptada a ellas, ellas ganan en acción inductiva.
Todos los estado del cuerpo y mente envuelven un cambio molecular y
químico constante. La sugerencia presenta que el cerebro, con sus millones
de células y sus inconcebibles cambios en sustancia, puede ser considerado
como una batería de transmisión y recepción. El cerebro siendo un tipo de
batería, y los conductores nerviosos de energía almacenada liberada a
diferentes partes del cuerpo, por un tipo de acción similar a las acciones de la
electricidad y el magnetismo, sugiere que, ya sea por medio del éter, o alguna
todavía más fina forma de materia, descargas de energía cerebral pueden ser
conducidas más allá de los límites del cuerpo. Generalmente hablando, tales
descargas se originarían en dos formas: por una acción mental directa, o por
estados mentales o físicos ―quizá una combinación.
No hay una buena razón para suponer que la materia es incapaz de tal
actividad intermediaria, o que tal actividad no pueda dar lugar a sensaciones
intermediarias, y el conocimiento que se gana a través de la experimentación
nos dice que el cuerpo humano es un mecanismo limitado e imperfecto.
Sólo espero que todos los hechos científicos hayan aclarado un poco tu
mente y que no te quepan dudas del tema. Puedes hacer las investigaciones tú
mismo.
Actitudes mentales
En primer lugar, estos estados mentales no son ningún sistema particular
de pensamientos, sino actitudes mentales fijadas en relación con uno mismo y
el mundo externo. La actitud mental de un hombre, si se define firmemente y
se sostiene con firmeza, impacta todo el alrededor. Su apariencia crece para
conformarla; su voz; su caminar; su apariencia en general; todo crece para
reflejar sus estados internos de la mente. Sin embargo, su atmósfera mental se
vuelve cargada con ciertas vibraciones que aquellos que entran en contacto
con el hombre de hecho sienten su actitud mental y se ajustan a sí mismos a
ella.
Debo urgirte hacia la importancia de que produzcas en ti mismo el tipo de
aura personal más deseable. Y, como lo he dicho, el aura personal es el
resultado directo de la actitud mental de la persona, y refleja lo mismo
inevitablemente. Claro, la actitud mental de la persona se compone de una
variedad de creencias, opiniones, puntos de vista, ideales, y debe, según la
necesidad, ser un tipo de carácter mixto. En el caso de la mayoría de las
personas, a su aura personal le falta fuerza y carácter por una falta de un color
mental en particular. En el caso de los individuos fuertes, se encontrará que
siempre tienen una actitud mental fija ―un fuerte deseo que colorea todo el
pensamiento; una ambición poderosa que da todo a todo el resto; o una
resolución firme que enciende todo el carácter mental. Esta fuerte vibración
se lleva a cabo en el aura personal, y su influencia se siente, y las personas
reaccionan al mismo.
De forma general, las actitudes mentales pueden dividirse en dos clases,
v.g., positivas y negativas. Es difícil, al principio, dar el fundamento de cada
una de estas dos clases de actitud mental, puede ser así: “Aquello que nos
vuelve fuertes, es positivo; aquello que nos vuelve débiles, es negativo.”
Adopta este adagio y mide tus actitudes mentales de acuerdo con ese
estándar.
Algo interesante sobre la cultivación de la actitud mental, es que no sólo
la actitud mental mejorada tiende a impactar a otros con los que entras en
contacto, sino también tiene a impactar sobre tu propia mentalidad, de modo
que gradualmente te vuelvas más y más inamovible en esa actitud mental.
Hay un hecho prometedor y alentador: una idea positiva tenderá a matar a la
negativa, así que verás a la naturaleza luchando de tu lado. Es como cuando
te enciendes.
Ahora veamos la lista de las principales actitudes mentales positivas y
negativas:

a) Positivas: valentía, maestría, actividad, iniciativa, pensamiento


dinámico, autoestima, asertividad, continuidad.
b) Negativas: miedo, servilismo, pereza, esperar órdenes, pensamiento
estático, desconfianza, retractarse, inconsistencia.

Esta lista se puede extender, lo importante era que tuvieras la idea. Haz
una lista de todas las actitudes mentales positivas que quieras alimentar. Sólo
recuerda: tu mente refleja aquello que le das de alimento, y por lo tanto,
debes alimentar tu mente con muchas buenas ideas, que quieres que tu actitud
mental refleje. Por ejemplo, si quieres una mentalidad de determinación,
éxito, debes leer historias en las que estos puntos se vean; también es
importante que frecuentes la compañía de estas personas; debes
constantemente mantener en tu mente el ideal de cosas que deseas desarrollar
en tu actitud mental, y encontrarás que naturalmente encontrarás en el mundo
externo las cosas materiales correspondientes. Y, aunque no necesito
decírtelo, te lo diré, evita lo contrario.
Es sorprendente lo rápido que la mente responderá a la inalterable idea
positiva, y el ambiente estimulante de cosas positivas. En poco tiempo, habrá
un instintivo hábito mental, que seleccionará las cosas positivas del ambiente
y rechazará las cosas negativas. Entrena a tu mente para que seleccione el
tipo correcto de comida, y pronto adquirirá el hábito de desempeñar este
trabajo instintivamente sin una supervisión especial de tu parte. Además, se
habrá desarrollado en tu mente el atractivo poder del pensamiento, que
significa que atraerás a ti mismo las cosas, personas, libros, etcétera, que te
proveerán con un tipo particular de alimento mental mejor ajustado a la idea
que tienes en tu mente. No hay que discutir este último y bello fenómeno,
pero te pido que recuerdes y apliques este hecho, pues es una gran fuerza de
la naturaleza.
El ejercicio es este: construye tu propio uso, un patrón ideal del que
deseas ser. Desarrolla bien las características que deseas que sean tuyas.
Luego imagina, en tu mente, que posees estas cualidades ―un modelo o
patrón que quieres ser. Luego mantel ese patrón o modelo constantemente en
tu imaginación. Velo siempre; piensa siempre en ello; velo desde dentro y
desde fuera; conócelo bien; identifícate. Y, gradualmente empezarás a crecer
como tu ideal. El ideal empezará a materializarse en tu propia personalidad y
en tu actitud mental serán ese de tu modelo.
No te saltes este paso, debido a su simplicidad y esoterismo. Te hará el
milagro si persistes con el plan, tu actitud mental será positiva y fijada y tu
aurora personal estará fuerte, positiva y te hará verte como todo un maestro.
Deja que esta idea sea tuya. Continúa leyendo y recuerda que sólo así tendrás
los resultados.
Atmósfera mental
Es la proyección consciente de la corriente mental desde los centros del
cerebro por la acción de tu voluntad.
Esta proyección consciente, en cambio, puede decirse que consiste en dos
formas de manifestación

1) La proyección a una atmósfera personal.


2) La proyección de una corriente directa, bajo circunstancias especiales,
en la mente de otra persona, por el propósito de una influencia directa sobre
ella.

Consideremos estas dos formas, por turno, comenzando con la primera.


En cuanto a la naturaleza del proceso por el cual uno puede proyectar sus
corrientes mentales en su atmósfera personal, diría que el método es casi
precisamente idéntico con el cual uno proyecta su fuerza magnética hacia su
aura personal.
Como en el caso del magnetismo físico, se encuentra que la persona
promedio colorea su aura personal por el carácter de sus estados mentales, o
más bien por el color predominante de su actitud mental, sin un esfuerzo
especial de su parte. Los grados del color ―no su tipo en particular, recuerda,
sino su grado de fuerza―, dependen del grado de la actividad mental de la
persona. La persona de pensamientos inactivos, ideas o sentimientos, tendrá
casi siempre un aura personal sin color, mientras que la persona de mente
activa demostrará un grado marcado de color mental en ella.
Encontramos aquí, la segunda clase de persona, que, mientras que no
entiende completamente la naturaleza del poder, o los procesos de
proyección, sin embargo manifiestan un alto grado de color de pensamiento y
poder en su aura persona. Este color fuerte y poder resulta del hecho que tales
personas son individuos usualmente con un alto grado de sentimiento o
idealismo ―que por decirlo, experimentan fuertes sentimientos, por un lado;
o tienen ideas mentales fuertes de algo en que ellos están interesados ―o
quizá ambos, un sentimiento y un idealismo fuertes.
El color y poder más fuertes manifestados por las personas de esta clase,
se encuentra en personas que tienen un gran interés en las cosas. Este fuerte
interés combina realmente los dos elementos de sentimiento y atención
respectivamente. Sentir es un elemento mental fuerte; y atención, recordarás,
es una aplicación diferente de la voluntad. Así, se sigue, que tales personas
deben proyectar fuertemente sus estados mentales hacia su aura personal,
aunque inconscientes del mismo, y sin un empleo deliberado de la voluntad
para este propósito.
Aquí, como en el caso del magnetismo físico, el efecto más fuerte y
poderoso se produce por los individuos que entienden el proceso, y quien
conscientemente y deliberadamente proyectan su pensamiento hacia su
atmósfera personal, donde se une y es vitalizado por su magnetismo físico,
así que su completo efecto se manifiesta sobre aquellos que estén dentro de
su campo de influencia.
El proceso de usar la voluntad en la dirección de proyectar el color del
pensamiento y el poder hacia la atmósfera personal es prácticamente idéntico
con el uso de la voluntad en el caso del magnetismo físico. En otras palabras,
consiste en dos fases:

1) Creer en el poder de uno mismo para proyectarlo.


2) La proyección de la voluntad. El uso de la voluntad en la materia de la
proyección, aquí también, consiste en la disposición o mandato de la cosa
misma.

Las corrientes mentales obedecen a la voluntad, de hecho, dependen casi


por entero sobre la fuerza de voluntad para moverse y actuar. Y, la voluntad
se mueve en gran parte por el deseo. Si desearas fuertemente que tu atmósfera
personal sea coloreada por la corriente de tu pensamiento, y al mismo tiempo
imaginaras las corrientes del pensamiento fluyendo hacia afuera y llenando tu
atmósfera personal, tendrás poco que hacer en la dirección del uso consciente
de la voluntad. Esto porque, en primer lugar, la voluntad opera naturalmente
junto con las líneas del ardiente deseo; y segundo, por la formación de la
imagen mental que resulta del uso de la atención, y la atención, como he
dicho, es una acción positiva y directa de la voluntad en la dirección de
enfocar su poder. Así que, siguiendo este plan, estás poniendo en operación el
poder de la voluntad misma, aunque no por una orden directa. Sin embargo,
puedes también usar la orden directa a la voluntad para proyectar las
corrientes de pensamiento, así como lo haces para levantar tu brazo o cerrar
tus ojos.
Hay otro punto importante, del cual debes tomar nota y emplearlo
activamente en tu trabajo de construir y mantener una atmósfera fuerte y
positiva. Aludo al proceso de entremezclar y combinar los dos elementos de
magnetismo personal, v.g., el magnetismo físico y el magnetismo mental.
Mientras que hay una combinación natural y entremezclada de estas dos, sin
un esfuerzo especial de tu parte, sin embargo, un efecto más grande será
obtenido por un proceso mental distintivo de tu parte, en el que el proceso de
combinar los varios usos de la voluntad. Este proceso especial consiste en
tres operaciones mentales distintas:

1) Debes seriamente desear la combinación de los dos elementos del


magnetismo personal, las fuerzas mentales y físicas. Debes crear el más
fuerte tipo de deseo para esta combinación. Este deseo debe ser más fuerte
que un simple querer ―debe ser avivado a la fase de un anhelo o deseo
vehemente por una combinación.

2) Debes usar la imaginación, activamente, en la dirección de formar una


imagen mental de la mezcla de las dos formas de magnetismo, así como
imaginarías la combinación de dos nubes, o dos corrientes de agua en un lago
fluyendo de diferentes direcciones. Mientras más fuerte y más vívido puedas
imaginártelo, más fuerte y efectivo será el resultado. He explicado que estas
imágenes mentales requieren del uso de la atención, y que la atención es
debido al uso directo y concentrado de la voluntad. Por lo tanto, la voluntad
se emplea activa y poderosamente en este proceso y el resultado
correspondientemente efectivo.

3) La orden directa de la voluntad misma, en la dirección donde las


corrientes de la disponibilidad se incorporan y combinan.

Estas tres fases del uso de la voluntad, combinadas, probarán


efectivamente en los nombres de la dirección. Un poco práctica te hará
desempeñar las tres, en una sola vez, casi automáticamente.

Verás, con un poco de pensamiento, que los procesos anteriormente


descritos, son prácticamente los que se usan cuando realizas un movimiento
del cuerpo. Por ejemplo: deseas levantar tu mano. ¿Qué procesos están
implicados? Tres, como sigue: 1) Deseo ―deseas levantar tu mano; 2)
imagen mental ―pues casi inconscientemente formas la imagen de tu mano
levantándose, y 3) la orden directa de la voluntad, que es el esfuerzo mental
final.
La combinación de las dos formas de magnetismo personal, el físico y el
mental, trabajan con dos líneas de acción, 1) el magnetismo mental le da
color y carácter al magnetismo físico; y 2) el magnetismo físico le da
vitalidad y fuerza activa al magnetismo mental. Puede decirse, casi, que el
magnetismo físico le da cuerpo y fuerza de movilidad a la combinación,
mientras que el magnetismo mental le da alma. Cada una redobla la eficiencia
de la otra por el poder de combinación.
Los ocultistas nos informan que la atmósfera personal está compuesta de
ciertos colores, dependiendo de la calidad particular de los estados mentales
que parecen ser predominantes en la combinación ―cada estado mental que
tenga su propio color. También nos informan que en el resultado de la
combinación de los dos elementos del magnetismo, el magnetismo mental
toma un color y tonalidad más profundos y pronunciados, y aparece también
para solidificar y ser más denso; y que el magnetismo físico parece ser
doblemente activo, su energía incrementada siendo evidenciada por pequeñas
chispas y átomos relucientes. Parece ser como la combinación de dos
diferentes químicos, cada uno tendiendo a incrementar la potencia y actividad
del otro, y las dos combinando en la producción de una nueva cosa potente y
activa.
Al hacer uso de esto, notarás que las demás personas empezarán a caer en
tu estado de ánimo y sentimientos generales, y que estarán en sintonía con tus
vibraciones mentales. Si te entusiasma todo, ellos empezarán a mostrar
entusiasmo. Mantén sólo los estados mentales que deseas que los demás
asuman.
Corrientes magnéticas
Deberías mantener tu atmósfera personal bien cargada todo el tiempo,
proyectando magnetismo varias veces al día. No hay un número especial de
veces, aunque debes utilizar tu propio juicio y sentimientos en este asunto.
Pronto aprenderás a sentir cuándo tu aura está débil, y cuándo está fuerte.
Estas cosas vienen con la práctica y experiencia, y no puede ser enseñada si
no es con la experiencia propia. Pronto aprenderás qué es sentir la condición
de tu magnetismo, así como cuando sientes calor o frío.
Si vas a estar en contacto con otros a quienes deseas influenciar; o, por
otro lado, si vas a estar en contacto con quienes quieren influenciarte; debes
cargarte bien con magnetismo ―que es, debes generar y proyectar hacia tu
atmósfera personal una gran cantidad de magnetismo, que así rendirá tu aura
fuerte y positiva, en vez de ser débil y negativa. El objetivo principal en la
batalla es estar preparado para cualquier emergencia, y esta regla se aplica en
el caso de los usos del magnetismo personal cuando tratas con otras personas.
Recuerda, entonces, combinar la idea e imagen del magnetismo
combinado cuando proyectes o te cargues de magnetismo personal.
Así que, verás, cuando estés conversando con otra persona, o dirigiéndote
a un número de personas, que realmente estés enviando hacia ellos una serie
de corrientes de magnetismo personal, las vibraciones en las que debes
afectar, a menos que sus propias vibraciones sean de una naturaleza más
positiva ―en ese caso no recibirán tu efecto. De hecho, muchos hombres de
fuerzas personales grandes, cuyo magnetismo personal puede ser sentido,
emplean la fuerza en esta forma, y hacen también uso de los métodos del
destello directo de fuerza magnética concentrada inmediata. Su almacén
general de magnetismo personal es tan grande que el mero contacto produce
el resultado. Todo apunta hacia el valor de la fuerza concentrada que el de
una energía dispersa.
El destello directo
Esta fase consiste en la proyección deliberada y consciente del
magnetismo personal hacia el aura de la otra persona, o personas; en la
atmósfera de un público. El destello directo es el método empleado para
proyectar una influencia positiva en la dirección de otros ―una orden mental
respaldada por la combinación del magnetismo mental y físico. El método es:

1) La formación en la mente de una orden directa acompañada por una


imagen mental de la acción deseada en la parte de la otra persona.
2) La recolección mental de las dos formas combinadas de magnetismo en
una sola fuerza.
3) La descarga deliberada del destello de la voluntad.

La clave del destello directo consiste en la acción deliberada de la


voluntad en proyectar hacia la mente de la otra persona ciertas declaraciones
directas y órdenes, respaldado por toda la fuerza magnética en ti. Esto se
volverá más fácil y rápido como resultado de la práctica. Y, además, puedes
practicar en privado, parándote frente al espejo hasta que adquieras la
facilidad mecánica mental, que es necesario.
Un ejercicio preliminar:

Párate frente al espejo; mira positiva y firmemente a tu propia imagen, así


como si miraras a otra persona. De hecho, deberías intentar imaginar que
estás mirando a otra persona. Entonces, envía a esa persona imaginaria el
siguiente mensaje: “¡Soy más fuerte que tú!”

No debes quedarte contento con meramente pensar o decir las palabras de


la orden magnética, debes cultivar y desarrollar la verdadera disposición de la
orden, así como si levantaras tu mano o apretaras tu puño. Será necesario que
cultives el poder de esta disposición, pues tu creencia no será coordinada con
tu voluntad al principio. No podrías disponer muy bien a que tu mano se
levante o que tu puño se apriete, a menos que primero creyeras que eso fuera
posible.

Para ilustrar esta creencia, hay un discurso motivacional dirigido por Les
Brown que habla sobre Roger Bannister, el primer hombre que logró
desmitificar la barrera de la milla ―1,609.34 metros― en 4 minutos, récord
que se estableció el 6 de mayo de 1954. Mitos como este, comienzan como
creencias universales, porque al intentar romperlas se fracasa. Y esto es en
general, cuando algo siempre nos pasa, empezamos a creer que así deben ser
las cosas, y así siempre serán. Aceptamos que no es posible, lo cual nos
impide creer que puede ser diferente. Luego llega alguien como Roger
Bannister y rompe todos esos paradigmas. Entonces, a partir de que alguien
desmitifica estos paradigmas, los demás ―los pocos que se lo proponen,
claro― empiezan a lograrlo también. ¿Qué es lo que cambia? ¿La física? ¿La
realidad? No, simplemente se establece una nueva creencia. Los que vuelven
a romper el récord sabían con anterioridad que era posible. Es como la frase
común,

“Si él puede, ¿por qué yo no?”

Si está al alcance de la vista, está al alcance de la mente. Lo que está a la


vista es lo que juzgamos de acuerdo con las apariencias; y lo que es la visión
mental es la interpretación de lo que vemos.
Los hombres siguen casi siempre el camino abierto por otros y se
empeñan en imitar las acciones de los demás. Y aunque no es posible seguir
exactamente el mismo camino ni alcanzar la perfección del modelo, todo
hombre prudente debe entrar en el camino seguido por los grandes e imitar a
los que han sido excelsos, para que, si no los iguala en virtud, por lo menos se
les acerque y hacer como los arqueros experimentados, que cuando tienen
que dar en un blanco muy lejano, y dado que conocen el alcance de su arma,
apuntan por sobre él, no para llegar a tanta altura, sino para acertar donde se
lo proponían con la ayuda de una mira tan elevada.
Algún torpe puede decir, “¡Esto no es para mí, las mujeres son
superficiales, me retiro del ligue!” Eso sí, le anuncia a todo mundo que se
retira del “ligue” porque su ineptitud no le quita la necesidad de querer llamar
la atención, pues, ¿qué le hace creer que puede salir o retirarse de un lugar
donde no ha entrado?
Yo sé que es difícil creer cuando te enfrentas con el rechazo una vez tras
otra por un tiempo indeterminado, y más si llega algún tipo y te habla sobre
el Kino Brutal y la fuerza magnética. Ya no quieres seguir ni creer. Llegas a
la conclusión de que el éxito, o al menos esto, no es para ti. En cambio, hay
hombres que a pesar de las circunstancias, a pesar de la superficialidad que
caracteriza a muchas mujeres, a pesar de los resultados, pueden lograrlo. Que
en el futuro, de alguna manera, lograrás que las mujeres se fijen en ti. Sigue
preparándote hasta que puedas hacerlo realidad.
Cuando quieres algo que vale la pena, se opondrán barreras que te
supondrán un sinfín de retos. Retos que te orillarán a querer darte por
vencido. Sobre todo cuando tienes que empezar todo de nuevo. Me refiero a
aquellos momentos en los que sufres una ruptura amorosa. Que después de
todas las promesas y palabras de amor, la relación se va a la basura o
simplemente no funcionó por tales y cuales razones. O cuando trabajas en
algo empeñando tu mejor esfuerzo y no funciona.
Estas cosas desmoralizan a cualquiera. Te impiden ver el tipo de hombre
en el que te has convertido en el proceso, que es, por mucho, más importante
que la meta. Es más importante ver el carácter que has forjado, el coraje que
has fomentado. Tu propia fe que comienza a volverse inquebrantable. Tienes
que aprovechar todas esas cualidades que has desarrollado dentro de ti para
hacer que las cosas sucedan. Tienes que asumir la responsabilidad. Creer en ti
mismo, tus capacidades, tus ideas, tus sueños. ¡Incuestionablemente!
Te aseguro que no sucederá tan rápido como crees. La Ley de Hofstadter
lo explica resumidamente,

“Siempre toma más tiempo de lo que esperas, incluso cuando tomas en


cuenta la Ley de Hofstadter.”

Ya sea en todas o en la mayoría de las ocasiones ―a veces es difícil


cumplir tu meta antes de lo planeado―, debes tomar en cuenta esta Ley para
cultivar el don de la paciencia. Las inconveniencias son de carácter
inminente. Te reto a que no busques justificaciones, te reto a que superes los
obstáculos uno tras otro, te reto a ir y conseguir aquello que deseas. Te reto a
creer.

Regresando al tema, resolveré una pregunta común, ¿de la misma forma


tendrás que desarrollar tu habilidad para usar tu voluntad deliberadamente en
la dirección deseada? Con una estable y seria práctica en el espejo, pronto
dominarás el mecanismo, el resto será cuestión de practicarlo con otras
personas.
Al mandar el mensaje, “¡Soy más fuerte que tú!” debes acompañarlo con
el esfuerzo de la voluntad ― por el cual envías la orden pensamiento ― con
una convicción mental fuerte de que eres más fuerte que la otra persona, y
también con la creencia de que será impactada por este hecho y aceptará tu
declaración. Debes adentrarte en la actitud mental de ordenar que ella acepte
tu declaración, no meramente que le pidas que lo haga. En esta forma de
influencia magnética no hay tal cosa como pedir ―es cuestión de una orden
insistente―, no lo olvides. Cuando meramente pides, usualmente tomas una
posición magnética secundaria, dándole a la otra persona la primaria. Y
cuando das una orden, en cambio, tomas la primera posición, recuerda esto y
empéñate en situarte en la primera posición. Sabrás que lo has hecho, por el
sentimiento peculiar de superioridad magnética que experimentas.
Después que hayas dominado ese ejercicio con satisfacción ―eso es
cuando hayas adquirido completamente el sentimiento de dominio y
superioridad magnética, cuando mandas un destello de orden―, debes
proceder a lo siguiente, que se basa sobre el primero y resulta de ello. Ahora
estás en una posición para practicar la segunda etapa de este ejercicio frente
al espejo. Sentirás querer empezar a intentar tu poder sobre otros, aunque
harías mejor si esperas a que hayas dominado el mecanismo de magnetismo
frente al espejo. Si no te sabes dominar a ti mismo, ¿cómo piensas dominar a
otros?
Esta segunda etapa del ejercicio en el espejo preliminar se resume en la
palabra de orden mental magnética, que diriges hacia la persona imaginaria
reflejada en el espejo, v.g., “¡Yo puedo hacerte actuar!,” esto, como verás,
por una cuidadosa consideración de las palabras, es realmente una
declaración tremendamente poderosa, y requerirá un gran ejercicio de tu
poder de creencia, e imágenes mentales, para que estés en el estado mental
adecuado, para que la voluntad pueda viajar fácilmente en su camino para
hacer cumplir la orden. Recuerda, que para que la voluntad sea capaz de
moverse sobre su canal, para que pueda alcanzar el objetivo, es necesario que
destruyas cualquier obstáculo que pueda permanecer en tu mente. Es
suficiente para la voluntad tener que pelear y romper los obstáculos en la
mente de la otra persona, como para ser llamada para combatir y superar los
obstáculos en tu propia mente. Así que, debes ponerte en estado mental
adecuado, antes de que esperes influenciar a otros.
Cuando envías la orden mental a la imagen reflejada, debes concentrar un
tremendo poder de significado a la declaración. La declaración de ser
acompañada por el total poder de tu propia convicción y creencia de que
puedes ordenar, y que serás obedecido. Y, para hacer esto, tendrás que
suscitar en ti la total consciencia de tu propia fuerza magnética, para que
puedas sentirla vibrando completamente alrededor de ti. Tendrás que releer
estas instrucciones muchas veces antes de que te quede perfectamente claro.
De hecho, tendrás que empezar a practicarlo, y releer entre ejercicios, antes
de que lo entiendas por completo. El significado gradualmente se desplegará
para tu entendimiento, mientras procedes con tu práctica. Es como cualquier
deporte, no entenderás el significado completo de las instrucciones hasta que
lo estés jugando. Y cada vez que vuelvas a este libro, un nuevo significado
de las palabras encontrarás.
No caigas en el error de suponer que esta práctica del espejo es sólo un
juego. Si lo haces, estarás cometiendo un grave error, pues no es nada
semejante a un juego o para matar el tiempo. Es un aprendizaje del
mecanismo del destello directo, antes de que empieces a hacerlo con las
personas. Es como un período de práctica preliminar en cualquier cosa, que
precede a un verdadero desempeño. Es el entrenamiento, que precede al
juego. No falles en desempeñarte fielmente en los ejercicios de ensayo, antes
de que empieces a manifestar tu magnetismo seriamente. Debes familiarizarte
con tu magnetismo antes de empezar a practicarlo en el campo.
Las siguientes órdenes pueden variar, claro, para adaptarse a tus gustos.
Todas deben ser dichas ante el espejo, en exactamente la misma forma en que
hemos acordado.

“¡Mírame!”
“¡Dame toda tu atención!”
“¡Ven aquí!”
“¡Aléjate de mí―déjame solo!”
“¡Tú me amas!”
“¡Quieres hacer todo lo que quiero que hagas!”
“¡Quieres complacerme!”
“¡Estarás de acuerdo con mi propuesta!”
“¡Te atraigo demasiado!”
“¡Te fascino!”
“¡Soy tu líder!”
“¡Harás lo que yo te diga!”
Ejercicios para el destello directo
Después de dominar los ejercicios en el espejo, estarás listo para
experimentar con las personas. Primero debes empezar con formas simples de
influencia magnética, antes de que puedas cumplir la más complicada de las
tareas. No pierdas en ningún instante lo que has ganado en el ejercicio del
espejo. Abraza fuerte y rápido la “técnica” que has adquirido, y no caigas en
ningún momento en el error de que debes empezar de nuevo. Lo que tienes
que recordar siempre, es que estás llevando el ejercicio del espejo a una
escala más alta, en un campo amplio. Y encontrarás mucho trabajo
interesante delante de ti.

Primer ejercicio. Consiste en hacer que una persona delante de ti, en la


calle, voltee como si le hubieras dicho su nombre. El proceso es muy simple.
Tendrás que caminar a una pequeña distancia atrás de la persona, en la calle o
cualquier lugar público. Concentra toda tu atención en la persona, mirando la
parte trasera de su cabeza ―incluso sin mirar a los ojos de la otra persona. Y
mándale un primer fuerte destello de fuerza magnética, seguido por la orden
directa de tu destello; “¡Hey, tú, voltea!” así como si de hecho le hablaras en
voz alta. Incluso puedes susurrar las palabras de modo que nadie te escuche,
sólo que con el tiempo tienes que dejar de necesitar eso. Al mismo tiempo
que envías la orden, debes de hecho querer que voltee en tu dirección.
También puedes hacerlo con varias personas a la vez, mientras van cruzando
tu camino. Pon toda la fuerza magnética dentro de ti en este esfuerzo.
En algunos casos verás que la persona volteará casi al instante, y que mire
inquisitivamente hacia tu dirección. En la mayoría de los casos, sin embargo,
tomará bastante tiempo. Puede que empiece a inquietarse y que empiece a
voltear a los lados, como buscando a alguien; entonces poco a poco volteará
su cabeza; después, finalmente te mirará de vuelta furtiva y sospechosamente.
Ninguna persona actúa precisamente igual en este aspecto; y después, la
misma persona actuará diferente bajo diferentes condiciones. Hay ciertas
veces en las que las condiciones serán más favorables que otras, por varias
razones, como lo descubrirás tú mismo.
Te darás cuenta, en este como en los demás ejercicios que los mejores
resultados serán obtenidos cuando la persona esté ociosa, sin que su atención
esté particularmente en una dirección.
Cuando su atención está libre, la mente está más abierta a otras
influencias. Cuando la atención de la otra persona está fijada en algo más,
será difícil influenciarla en un grado alto. Este es el resultado que requiere un
poco de sentido común, si una persona cuando está preocupada en un
profundo pensamiento, o con su alrededor, probablemente no escuchará tu
llamado, aunque bajo otras condiciones sería más receptiva.
En cualquier caso, cuando te vea, debes mantener la calma y mantener una
mirada neutra, como si fuera normal para ti. No es bueno que las personas se
hagan de la idea de que estás experimentando con ellas. No hay poder más
potente que el poder silencioso. Mantén tu propio consejo, y no debilites tu
fuerza parloteando con todos ―y menos si presumes. Hay ciertas razones
psicológicas y ocultas para la advertencia de mantener tu propio consejo y no
disipar energía hablando de él o revelándoselo a otros. Recuerda el viejo
refrán, “¡El poco hablar es oro, y el mucho hablar es lodo!”

Segundo ejercicio. En este experimento, ordenas a la otra persona que tire


su lápiz, paraguas, bolsa, etcétera. En síntesis, causas que la otra persona
haga un poco de acción muscular bajo el control de tu voluntad.

Tercer ejercicio. Después de haber dominado los anteriores ejercicios,


puedes proceder a una forma más grande de influencia magnética, y es la de
influenciar el discurso de la otra persona. Procedes en este caso de la misma
forma general como en los pasados ejercicios. Cuando una persona esté
hablando contigo, puedes “poner palabras en su boca” por una orden mental
fuerte, o destello magnético. No trates de que diga una oración entera ―al
menos al principio. En vez empieza esperando hasta que detenga su discurso,
y luego ordenarle una cierta palabra ―una palabra que naturalmente se ajuste
al discurso― y estará muy propensa a repetirla. Después de un poco de
práctica puedes hacer que repita una palabra absurda, o tartamudear, que se
detenga en su discurso si así lo quieres. Después de más práctica, puedes
hacer que repita toda una oración, o incluso más, que exprese los
pensamientos que están en tu mente; o que haga una pregunta que quieres que
pregunte.

Con esto y una práctica constante, resultará en la adquisición del poder de


influenciar a la otra persona a hacer muchas cosas, en respuesta a tu voluntad
y orden silenciosa. De hecho, un desarrollo constante hará que te desarrolles
tú mismo enormemente.
Sólo quiero advertirte, en este punto, contra usar este poder hacia
propósitos indignos. Esta advertencia no es meramente moral, sino por el
conocimiento de ciertas leyes psíquicas que causan una “reacción igual a la
acción”, y que te llevará a penosos resultados hacia ti si violas esta regla. Hay
ciertas leyes físicas y psíquicas que no deben ser corrompidas, y esta es una
de ellas. Haz sólo lo positivo.
Un aura positiva
Ahora que has dominado la técnica del mecanismo del destello directo,
estás listo para proceder a la actual demostración y contacto con el público
general. Y antes de pasar a esa fase, creo que está bien pedirte que consideres
la materia de la creación y mantenimiento del aura positiva. He pospuesto la
consideración de esta fase del tema, hasta que alcances un punto en particular
en la instrucción, pues, para que puedas crear y mantengas el aura positiva,
es necesario que entiendas el mecanismo y técnica del destello directo, pues
necesitarás manifestar el mismo poder en el caso del aura positiva. Ahora que
has dominado la técnica o mecanismo del destello positivo, estás listo para
recibir la instrucción del aura positiva.
Habrá momentos en los cuales te será de mucha necesidad ser capaz de
influenciar a un público en vez de mandar destellos directos a cada individuo
por separado. Claro, el público será influenciado por tu atmósfera personal,
sólo que ahora necesitas algo más positivo y más al punto, y el aura positiva
es lo que debes adquirir para satisfacer este requerimiento.
Para no quedarte mucho tiempo aquí, tú única tarea es encontrar tus
puntos débiles en tu atmósfera personal, y luego proceder a construir las
cualidades contrarias de mente y personalidad. Encuentra tus puntos
negativos de atracción, y luego procede a construir las cualidades positivas.
La orden directa
Es despedir una orden directa o demanda directa a la mente de la otra
persona, respaldada por el poder concentrado de tu magnetismo físico y
mental. Ahora ves por qué nos enfocamos en aprender primero a adquirir la
técnica por medio de la práctica del espejo, y luego aprendimos a generar y
mantener un aura positiva. El pensamiento del momento te enseñará que la
orden directa es realmente una combinación de los métodos de la práctica del
espejo, y el del aura positiva. La práctica en el espejo te enseña la técnica, y
la práctica otorgada por los métodos del aura positiva te han servido para
darte facilidad, confianza, un uso casi instintivo de los poderes magnéticos en
tu desarrollo de los ejercicios especiales con el destello directo.
La orden directa es realmente una representación más elevada del destello
directo, y es el método por el cual la última puede ser utilizada a su más alto
grado de efectividad. En la orden directa despides tu orden a la mente de la
otra persona mentalmente, claro, exactamente de la misma forma en que lo
harías con la orden directa con las palabras, si las condiciones lo admitieran.
Formas las palabras de la orden en tu mente, la transmites con una fuerte
imagen mental como la puedas crear, y luego mentalmente despides la orden
a la otra persona con tanta fuerza magnética con la que puedas reunir.
Es imposible darte una instrucción específica para llevar a cabo este
programa en casos especiales, pues cada persona tendrás sus requerimientos
específicos, lo mismo depende sobre las circunstancias especiales del caso.
Todo lo que puedo hacer es darte reglas generales para tus propios casos
particulares y requerimientos. Las reglas generales ya las tienes. Lo que yo te
recomiendo es que las uses individualmente o combinadas, o como un patrón
general sobre el cual puedas imponer tus ideas. Practica cada uno de los
ejercicios hasta que entiendas su espíritu, y no tendrás problemas en crear tus
propias órdenes con un buen estilo. Notarás la franqueza y lo positivo de cada
orden ―estos son las dos cualidades esenciales a ser observadas y utilizadas
en este trabajo de la orden directa.
El duelo magnético
Las leyes del magnetismo personal están de acuerdo con otras leyes de la
naturaleza en reconocer el hecho universal de que hay varios grados de poder,
y que, en todos ellos, el poder más fuerte prevalecerá sobre el más débil. Es
verdad que el individuo con un conocimiento superior del arte de la ciencia
de la defensiva y la ofensiva, pueden muy seguido triunfar sobre un grado
superior de fuerza en la otra persona. Este hecho es un verdadero magnetismo
personal así como la fuerza física. El individuo más avezado magnéticamente
puede superar a su adversario más fuerte, así como un boxeador habilidoso
puede superar a su rival más fuerte. Puede haber hombres más fuertes, más
inteligentes; pero es el que está poseído por la voluntad más fuerte quien
sobresale entre todos ellos ―el que puede hacer a través de un poder sutil
que otros lo obedezcan.
Siempre que dos personas se encuentren negociando, o en cualquier otra
relación en la vida, ya sea amorosa, ya sea laboral, siempre habrá una lucha
tomando lugar, comúnmente sin que haya una consciencia de la lucha. Hay
una idea sobre los resultados, pero no en los procesos. Se requieren años de
intimidad en un matrimonio para darse cuenta quién de los dos tiene el
dominio de la relación. El que sigue al carácter más fuerte, en todas las
apariencias tiene que someterse; es el elemento de la voluntad, que subyace
esta declaración,

“¡La carrera no siempre es para el rápido, ni la batalla para el más fuerte!”


Magnetismo corpóreo
Después de todas las cosas de carácter inverosímil, aquí es a donde quería
llegar. El magnetismo corpóreo es el alma del Kino Brutal. Todas las técnicas
descritas en los capítulos anteriores, son el medio, pero el magnetismo
corpóreo es el alma de estos medios. Aquí es donde he tenido la mayor
evidencia de que el magnetismo personal es como el aire: es invisible para el
ojo humano, pero su poder es incuestionable.

El magnetismo corpóreo es perteneciente al cuerpo. Es la transmisión del


magnetismo personal por medio del contacto físico, como, por ejemplo, tocar
las manos, labios, etcétera. En el magnetismo corpóreo no sólo se proyecta el
magnetismo físico, sino al mismo tiempo se proyecta el magnetismo mental.
En breve, el proceso entero de la proyección del magnetismo personal
combinado se realiza, y el magnetismo fluye a través de los canales físicos,
en vez del éter para alcanzar a la otra persona.
En todos lados podemos ver evidencia del fenómeno de esta fase del
magnetismo personal. En el saludo de la persona se transmite un tipo fuerte
de magnetismo personal―en el contacto de la mano se encuentra el tipo más
fuerte de vibraciones emocionales. En el beso, y el contacto de la mejilla,
también se encuentran las formas más activas de vibraciones emocionales,
como casi todos sabemos. En breve, con el simple contacto con el cuerpo
pueden ser transmitidas las formas más poderosas de magnetismo sexual ―y
otras formas de magnetismo.
Este conocimiento es muy común, todos lo conocemos, aunque pocos
entienden la verdadera naturaleza del fenómeno. Un hombre de pasiones
fuertes, pronto aprende que con un contacto físico cercano puede transmitir
vibraciones emocionales a las mujeres, y así excitar vibraciones recíprocas.
Al darle la mano a quien deseas influenciar, deberías saber que es una de las
formas más poderosas de magnetismo personal, física y mental, de acuerdo
con las reglas previamente señaladas. Cuando lo haces propiamente, te
servirá para que la otra persona esté exactamente en las condiciones psíquicas
adecuadas para recibir órdenes posteriores, y que se entregue a tu
magnetismo. Úsalo bien y la mitad de la batalla la tendrás ganada de un solo
golpe. Cuando des la mano a la persona que deseas influenciar, debes tirar
durante el apretón de manos la orden directa que deseas impactar sobre esa
persona. Si deseas que esa persona se sienta atraída, tu orden directa debe ser,
por ejemplo, un fuerte, “¡Te gusto!”
Estar más cerca de una persona puede tener un efecto magnético más
positivo que si estuvieras a distancia. El resultado de “corazón a corazón”
habla más de resultados por su cercanía. De la misma forma, los gestos de las
manos del hablante, en contacto cercano con la otra persona, sirve para
transmitir magnetismo, incluso cuando no se tiene contacto.
Las manos en particular, son instrumentos muy efectivos para el
transportador del magnetismo corporal, pues los nervios de los dedos son
muy sensibles, y fácilmente proyectan el magnetismo con una enorme fuerza
concentrada. El uso de los dedos del hipnotizador es sólo un ejemplo de este
hecho. También notarás que la mayoría de los oradores efectivos tienen una
forma de impresionar a sus audiencias. Estas personas por lo regular no son
conscientes de los efectos de sus gestos, los usan casi instintivamente, tras
haber adquirido estos movimientos a través del hábito. Los hechos
permaneces, sin embargo, y aquellos que aprenden el secreto de su fuerza y
empleo, y lo usan consciente y deliberadamente, tienen una gran ventaja
sobre los que no poseen este conocimiento. El conocimiento es poder. De ahí
esta enseñanza:

“Cuando se trata de disposiciones tácticas, el terreno de juego más alto


que puedes alcanzar es ocultarlas; oculta tus disposiciones, y estarás a salvo
de la intromisión del más sutil de los espías, de las maquinaciones del más
sabio de los cerebros. Cómo puede ser producida la victoria fuera de las
tácticas del enemigo ―eso es lo que la multitud no puede comprender. Todos
los hombres pueden ver las tácticas por las cuales conquisto, pero lo que
nadie puede ver es la estrategia por la cual la victoria evoluciona.”
Parte
VIII
Un compromiso de por vida
La persistencia gratifica
Las mujeres están programadas para poner resistencia a tus avances, y si
no persistes, nunca sabrás si en verdad quieren contigo. Reconoce la
resistencia, supérala, pero nunca desistas a causa de ella. Algunas personas
ven esto como una actitud de que te está poniendo a prueba, que quiere decir
que las mujeres deben probarte antes para ver si eres congruente. Puede ser
que lo hagan inconscientemente, ya que las mujeres no saben cómo sentirse y
comportarse cuando conocen a un extraño. En tan poco tiempo, a menos que
estén alcoholizadas, no se sienten seguras si tienen que besar a un extraño.
Entonces debes dirigirlas; debes tomar esa decisión por ellas. Cuando te
dedicas a este tipo de juego, vas a tener que tomar decisiones por ellas todo el
tiempo. A menos que tomes la iniciativa, ellas no se irán a casa contigo. Si te
adentras en el hábito de cerrar a pesar de sus reacciones, terminarás con
muchísimas mujeres, más de las que puedas manejar. Si no, te quedarás con
un montón de conversaciones sin sentido que nunca llegarán al sexo. Te
frustrarás.
En la mayoría de los casos, los novatos no quieren escalar porque no han
recibido “la señal”. Para escalar no necesitas señales, de hecho sólo necesitas
asegurarte que ella siga contigo. Los hombres débiles quieren crear atracción
antes de escalar. ¿Adivina qué? La escalada es lo que causa la atracción. Lo
que sientes, lo sienten ellas. Si denotas sexualidad, ellas empezarán a sentirse
sexys.
Digamos que vas por el beso y ella te da la mejilla. La mayoría asume esto
como un rechazo. Creen que no está atraída o que hicieron algo mal. Lo ideal
sería que todas te aflojaran a la primera, pero eso raras veces pasa. Si te besa,
bien; si te da la mejilla, no es un rechazo. Simplemente no se siente
preparada, es muy rápido, no confía lo suficiente, significa cualquier cosa,
menos un rechazo. Cuando te rechazan simplemente se van. Entonces,
mientras no se vayan, puedes continuar cuantas veces sea necesario.
¿Cuántas? Hasta que se vaya sin ti o se vaya contigo. Si después de mil
intentos no te besa, pero sigue ahí, haz otro intento. No te enojes, no te
desesperes, simplemente sigue conversando y después de unos momentos
vuelve a intentarlo. Persiste, eso es lo que hará la diferencia.
Busca la manera más eficiente de hacer las cosas. Con respecto al cortejo,
te animo a que busques la forma más rápida de tener intimidad con ellas. Me
preguntarás, “Si no hay prisa, ¿por qué hacerlo?” Bien, no vas a hablar con
una mujer por meses y años mientras la relación no va a ningún lado. Si eres
más directo y más agresivo—dentro de lo razonable—sabrás inmediatamente
si ella está en el mismo canal que tú. De esta forma no perderás tiempo e
invertirás ese tiempo con las mujeres que sí están interesadas en ti. Encuentra
a las mujeres con quienes tienes química.

A través de las pruebas de congruencia ella quiere saber si estás bien


plantado en tu realidad, quiere sentir que estás centrado y que estás
sustentando todo lo que dices y aparentas. ¿Estás dictando la energía o ésta te
está afectando?
Cuando una mujer prueba tu congruencia está haciendo dos cosas:

1) Probando que tan fuerte es tu realidad


2) Ver si eres capaz de asumir tu rol de hombre.

Harán que te justifiquen, te harán sentir inseguro, harán que te califiques,


te acusarán de ser alguien o intentar hacer algo.
Una prueba de congruencia también significa que le interesas. Si no le
interesaras, simplemente se iría. Si te pone a prueba significa que estás
haciendo algo bien, ella sólo necesita asegurarse. Y cuando pasas la prueba,
la atracción se incrementa. Habrás demostrado ser congruente.
Olvídate de las mujeres fáciles… bueno, no del todo, me refiero a que
pareciera que las mujeres aman poner a prueba tu capacidad de permanecer
congruente. Necesitan saber que eres confiable. Pueden ponerte a prueba en
forma de quejas, retos, cambios de opinión y humor, dudar de ti, distraerte.
Nunca dejarán de ponerte a prueba, ni empezarán a ser fáciles. Mejor
deberías agradecerles por poner a prueba tu fuerza, integridad y sinceridad.
A ella no le importa lo que digas, a menos que seas verdadero. Y si logra
sacudir tus emociones, no estás siendo completamente honesto. Ellas quieren
sentir tu fuerza. Quieren sentir que tu felicidad no depende de ellas, ni de un
factor externo. Quieren sentir que eres un hombre.
Puedes odiar esas pruebas, pero deberías agradecer que ellas lo hagan. Si
las mujeres son débiles, te pondrán pruebas fáciles. Pero si tienes enfrente
una mujer de calidad, no tolerará tus conductas infantiles y débiles. Puede
amar tu niño interior si está respaldado por cualidades sólidas; ella no quiere
al niño herido en su infancia. Quiere saber cuánto has crecido, quiere sentir al
hombre en el que te has forjado.
Ella puede o no saber por qué lo está haciendo… pero lo hará. Y a veces
golpeará tus puntos débiles, sin motivo alguno. Si te colapsas, habrás
reprobado. Estás dejando que una mujer te desaliente. Has demostrado tu
dependencia a su validación externa. Incluso si eres exitoso, eres un hombre
débil. No eres digno de confianza. Pero si permaneces fuerte, contento y
relajado, sin demostrar un signo de perturbación, has pasado la prueba, tanto
para ella como para ti. Tampoco cantes victoria, ella te pondrá a prueba de
nuevo, quizá dos minutos después.
El cortejo también se trata de superar las pruebas, y cada vez que superas
una prueba, la atracción aumenta. Conforme practiques, notarás que ellas te
ponen pruebas sutiles como no establecer contacto visual, ver su celular o
tener poca receptividad al principio. La mejor forma de responder es ser
permanecer inmutable y seguir haciendo lo que mejor sabes hacer.
Algunas mujeres no te dirán la verdadera objeción, y otras mujeres no la
conocerán. En ambos casos, sus sensaciones afectan sus decisiones. Quizá le
huelen los pies y su orgullo le dice que no está interesada en ti. Sus razones
no son lo suficientemente buenas, de modo que debes poner a prueba sus
objeciones. Una forma es suponer: dile “Si me conocieras, ¿te irías
conmigo?” Si puedes identificar la objeción real a través de estas preguntas,
tendrás las herramientas para seguir avanzando o mejor irte con otra chica.
Para lograr ser más congruente, mira tus acciones y palabras que les
diriges a las mujeres y mira las intenciones detrás de ellas. Esas intenciones
siempre hablan más fuerte que tus palabras. ¿Qué están diciendo? Si le
compras una bebida a una mujer para que se quede contigo, ¿qué estás
transmitiendo? Claro, necesidad. Nada atractivo. Un hombre que siente que
necesita comprar o robar la atención o afección de una mujer a través del
entretenimiento, dinero o superficialidades es un hombre inseguro con su
identidad y que no es atractivo. Por supuesto, habrá muchas mujeres que
quieran eso, pero también están inseguras con su identidad y no son
genuinamente atractivas.

Al final de cuentas, la persistencia es el recurso más valioso y efectivo,


incluso deja atrás al talento. No abandones cuando te encuentres a pocos
pasos de la meta; la perseverancia tiene sus frutos. Cambia tu aproximación
las veces necesarias, pero no abandones tu visión de fondo. La vida pondrá a
prueba tu nivel de compromiso constantemente, y las mayores recompensas
se hallan reservadas si demuestras un compromiso inquebrantable. No te
desvíes una vez que has fijado un objetivo.
Hábitos
Este día que has salido al campo de práctica, ¿qué ha sido lo primero que
has hecho? Toda tu vida no es más que un conjunto de hábitos
sistemáticamente organizados para bien o para mal, que te conducirán
inevitablemente hacia tu destino. La mayor parte las decisiones que tomas a
diario puede parecerte un producto de una forma reflexiva de tomar
decisiones, pero no es así. Son hábitos. ¿Quieres cambiar tus hábitos? Presta
atención a tus patrones y lo que haces automáticamente. Incluso una persona
que ha perdido la memoria, puede desarrollar hábitos complejos. Las
personas en general, desarrollan procesos neurológicos todos los días. Existen
mecanismos subconscientes que influyen una infinidad de decisiones que
parecen ser el resultado de un pensamiento bien razonado, pero que son una
influencia de impulsos que la mayoría no comprende ni es consciente.
Las conductas en las que confías todos los días, por más sencillas que
parezcan, como peinarte o bañarte, son de un carácter complejo. Algunos
otros hábitos son más complejos, como manejar una motocicleta a 290 km/h.
No obstante, realizas ambas cosas sin pensarlo siquiera. La rutina se produce
con el hábito. Una vez que empiezas a realizar un nuevo hábito, tu cerebro
puede relajarse e incluso pensar en otras cosas, pues tu cerebro siempre está
buscando la manera de ahorrar esfuerzo, es decir, busca ser más eficiente. El
cerebro busca formar hábitos para dejar de concentrarse en cosas sencillas o
banales y enfocarse en cosas importantes o trascendentales. Aunque a veces
pueda ser contraproducente. Como olvidarte de cosas importantes.
Ciertos hábitos son tan poderosos que superan tu capacidad para tomar
decisiones, y hay casos específicos en los que de verdad puedes decir que no
eres totalmente responsable de lo que haces. No obstante, los hábitos no están
escritos en piedra. Puedes elegir tus hábitos una vez que sabes cómo hacerlo.
La mayoría de tus hábitos se pueden cambiar si entiendes cómo funcionan y
qué los ha suscitado. Los hábitos, aunque son complejos, son manejables. Si
eres tímido, puedes actuar confiado. Si tu vida es un desastre, la puedes
transformar. Si eres antisocial, puedes atraer mujeres todas las noches. Lo
primero que necesitas es decidir cambiar esos hábitos. Debes aceptar que se
te avecina un período de arduo trabajo. Lo segundo que debes hacer es saber
que tienes el poder en tus manos y ser lo suficientemente consciente como
para identificar el problema. Y una vez que entiendes que los hábitos se
pueden modificar, tienes la libertad y la responsabilidad para reformarlos.

Los hábitos se componen, a grandes rasgos, de tres pasos:

1) Identificar una señal, la cual detona el hábito.


2) Una rutina, que son los pasos que sigues para realizarla.
3) La recompensa, que es lo que determina que un hábito permanezca o
no.

Estos tres puntos son inseparables. Lo que define entre ver a una mujer y
decidir resignarte o ir a hablarle. Ver una mujer es ansiar conocerla o alejarte,
cualquier decisión, será mera costumbre, no tanto una decisión consciente,
que, si no queda satisfecha, actuarás de formas inverosímiles. Me he topado
con hombres que huyen del antro cuando les pido que se acerquen a una
chica. Actúas sin importar que tus hábitos estén a tu favor o en tu contra.
Desconectarte de ese deseo, también puede hacerte actuar de formas
increíbles.
Los hábitos, sin embargo, no son tu cadena perpetua. Se pueden modificar
a tu antojo. El inconveniente es que cuando emerge un hábito, tu cerebro deja
de participar conscientemente en la toma de decisiones. A menos que tú
decidas conscientemente cambiar un hábito.
Tus hábitos te asecharán en cualquier momento. Sin embargo, tus hábitos
son una gran ventaja ―qué flojera tener que aprender todo de nuevo―, la
desventaja es que el cerebro no diferencia entre los buenos hábitos y los
hábitos destructivos. Este proceso puede ser tanto tu felicidad como tu
desdicha. Otra desventaja es que es posible que no recuerdes cómo
comenzaron tus hábitos, aunque si se introducen en tu vida, influirán tus
decisiones, incluso sin que te des cuenta. Por eso es que sigues atrapado en
los hábitos que te alejan de lograr tu cometido. Por eso es tan difícil crear o
cambiar tus hábitos. Una vez que has creado una rutina, esos patrones
permanecerán en tu cabeza. La habilidad es crear hábitos buenos que
destruyan, o más bien, desplacen los viejos y malos hábitos.
Aunque los hábitos puedan llevarte a la grandeza, pueden ser tu talón de
Aquiles. Pueden ser tanto conscientes como inconscientes. Recuerda siempre
la importancia de los hábitos: estos determinan tu destino. Te harán actuar a
favor o en contra de toda razón. Patrones del estilo "¡Sólo una vez y ya!",
llegan a convertirse en actitudes de todos los días. Al final tendrás un hábito,
para bien o para mal.
Todo hábito tiene su debilidad. Ciertos cambios significarán su fin. Gran
parte de tus rutinas se forman de forma arbitraria, es por eso que no te das
cuenta de su desarrollo, mucho menos de tu capacidad para controlarlos. Sólo
es cuestión de identificar las señales y las recompensas para así cambiar las
rutinas.

Si piensas cambiar tu vida, comienza por crear deseos. Los deseos son los
que mueven las señales y las recompensas. Los deseos son la base, reconoce
su influencia. Estos son los que construyen tus hábitos. Entiende esta
psicología del ser humano: encontrar las señales y saber cuáles son las
recompensas. Si quieres empezar a interactuar con las chicas que te gustan, es
necesario que elijas una señal, v.g., algo tan aventurado como creer que esa
mujer que acaba de pasar, te miró pidiéndote la aventura que nunca ha tenido.
Y tu recompensa será permitirte esa satisfacción que tendrás tras brindarle
eso que tanto desea, una señal de que tus acciones están funcionando. Es
probable que eso no sea suficiente como para desarrollar un hábito, pero poco
a poco tu cerebro comenzará a anhelar esa recompensa, no sin antes crear
rutinas para alcanzarla. Otra señal puede ser la de estar aburrido, y en vez de
ver la televisión, la recompensa puede ser salir y conocer mujeres. Y esto va
más allá de entenderlo como deseo, sino experimentarlo como una fuerte
sensación. Cuando empieces a amar esa sensación, empezarás a forjar un
hábito.
¿Quieres mejorar tu vida amorosa? Elige una señal, como ir a preguntarles
su nombre y su contacto a las chicas que provoquen tu atención ―entre otras
cosas que no hace falta mencionar―, y una recompensa, como escribir tus
experiencias, tomarte fotos con ellas en la intimidad o contarles tus
experiencias a tus amigos para solidificar tus grandes avances, y, por qué no,
incrementar tu confianza. O, ¿qué mejor recompensa que estar en la
intimidad con ellas? Permítete ansiar el momento en que se entreguen a ti sin
ropa, y entonces hablaremos de un estilo de vida. Como se trata del cortejo,
tienes que incluir la posibilidad del rechazo, lo cual te impedirá recibir
recompensas de vez en cuando, y digamos que de momento no la encontrarás
en decir, "¡Mi recompensa está en que lo intenté y sé que los fracasos no son
un retroceso, sino un paso adelante!", y menos si empiezas en el negocio del
amor. Lo que te sugiero es que pienses en lo que más te gratifique cuando te
acercas a quien te gusta más allá del "resultado final", v.g., el sentimiento de
adrenalina, ganar apuestas, sentirte atractivo, convivir con ellas. O si eres
alguien que se inclina más por las metas grandes y a largo plazo, en ese algo
que quieras alcanzar o ese alguien que quieres ser, piensa en algo que sea tan
fuerte que el simple hecho de pensar en desistir te cause dolor. ¿Quieres
volver a ver cómo alguien más se lleva a la chica que te fascina? ¿Quieres
que todo el tiempo te den la espalda sin tener siquiera la oportunidad de
presentarte? ¿Quieres que te dejen por otro? ¿Quieres que ese tipo que tanto
te cae mal las haga gritar de placer?

Para los que nunca se han dedicado a conocer mujeres activamente, todo
lo que un hombre experimentado realiza para llegar a la intimidad con ellas,
lo ven como algo imposible, extraordinario. La verdad, es un conjunto de
actos sencillos, que se realizan sin pensar, demasiado deprisa o
eficientemente para sacar el mayor provecho de cada interacción. Siguen los
hábitos que han aprendido. Ahora, en lo que quiero que te concentres no es
tanto en el cambio de hábitos, sino en cambiar tus malas costumbres, es decir,
si un hábito es un ciclo de tres pasos ―señal, rutina, recompensa―, lo que
quiero que cambies es la rutina.
Y pensar que la idiotez de los semigurús que idolatran ha orillado a la
comunidad a rechazar las rutinas impidiéndoles ver a los miembros de las
comunidades de seducción lo importantes que las rutinas son. Ya hemos
hablado sobre ello. Ya no le daré más importancia a esa gente idiota.
En fin, tu mala costumbre de escuchar tu lado inseguro y abandonar como
consecuencia cualquier intento de acercarte a esa linda chica, no va a cambiar
nada más porque yo te lo digo. Es más fácil adoptar una nueva conducta si
existe algo familiar en la señal y la recompensa.
Por lo general, la señal es sentir atracción por una mujer, y la recompensa
es sentirte bien después de obtener sus favores. El problema es que puede
hacerte sentir bien tanto abordarla como proteger tu frágil ego evitando
posibles rechazos y no hacer nada, aunque bien sabes, que sólo es un pretexto
y no se siente tan bien como hacerles el amor. En este caso, puedes mantener
la señal y la recompensa: sentir atracción por ella y sentirte bien por tomar
una decisión ―ya sea resignarte o abordarla. Sólo hay que cambiar la rutina,
lo de en medio. Si utilizas la misma señal y te proporcionas la misma
recompensa, puedes cambiar la rutina y crear un hábito poderoso. Puedes
transformar tu vida si la señal y la recompensa siguen siendo las mismas. Si
quieres cambiar un hábito, disfrázalo con tus viejos hábitos, envuélvelo en
algo que conozcas y que te guste. Si te gusta beber alcohol, puedes ir a beber
en los lugares donde haya muchas mujeres y puedas abordarlas. Si te gusta
hacer ejercicio, ve a parques o gimnasios donde haya muchas mujeres que
puedas abordar. Haz que la novedad resulte familiar. Es más fácil que así lo
asimiles. Al mismo tiempo, no podrás dejar de sabotearte a menos que
encuentres una actividad para reemplazar tu sentido de bienestar que se activa
cuando proteges tu ego debilucho y sólo las observas pasar. Y este es uno del
conjunto de viejos hábitos cuyo origen desconoces, pero que están ahí
jodiéndote la vida.

A diferencia de otras ansias que controlan tus conductas. En este caso no


tienes que sentarte a observarlas para entenderlas. Simplemente llevas toda
una vida dejando que tu miedo te domine y te mantenga inactivo. La
respuesta es lo que no has hecho todo este tiempo: emprender la acción. Sólo
quiero advertirte que crear una nueva rutina a veces no será suficiente,
necesitarás desarrollar una convicción. Todo este tiempo te han convencido
todas esas "razones" por las cuales las mujeres no se irán contigo. No son
razones, son suposiciones. No necesitas más conocimientos. No tienes que
memorizar cientos de técnicas. Basta con que aprendas unas cuantas
maniobras y lo harás muy bien. La perfección es difícil de alcanzar en las
relaciones humanas. Cualquier plan que tengas, alguna situación te lo
desbarata. Ya no es cuestión de físico, dinero o conocimiento, sino de
mentalidad. Te perjudicarás al dudar demasiado o a cuestionar tu valor.
Otro gran error en la comunidad es cuando se adoptó el axioma "¡No
pienses!" que adolece de limitaciones graves, no porque sea un mal consejo:
como ya habíamos visto, hay que reducir la cantidad de decisiones para
pensar en cosas importantes. Lo único que falta es saber por qué no hay que
pensar tanto y cuál es la base para no tener que hacerlo. La base es reconocer
tus hábitos y crear nuevas y buenas rutinas. Una rutina es un acto repetitivo,
así que si no has desarrollado una, ¿cómo diablos vas a saber qué hacer
cuando estés frente a una chica? Es por eso que las rutinas son importantes.
Si vas a practicar por primera vez un deporte, el entrenador no te va a decir
"¡Pues ponte ahí a hacer lo que Dios te dé a entender!" Entonces, si nunca
practicas, tendrás que adoptar ciertas rutinas aunque tú no las hayas creado. Y
es a partir de aquí, a través de la constancia, en donde podrás crear tus
propias rutinas, pero siempre a partir de unas ya establecidas.
Un deportista te puede decir que durante el partido no piensa, sólo actúa.
No obstante, llega a este punto porque es lo que entrena todos los días, ha
seguido rutinas y ha creado hábitos. Por eso ya no tiene que pensar en lo que
va a hacer, puede tomar decisiones en milésimas de segundos porque ya todo
lo tiene interiorizado. Algo que no tiene un principiante. Todavía éste
necesita desarrollar rutinas y forjar hábitos.
Las rutinas se empezaron a satanizar debido a que, a pesar de que se le
proporcionaba rutinas a un aprendiz y que éste lo hacía bien al principio, en
un momento crucial de mucho estrés o cuando cambiaba la dinámica social,
se desmoronaba y su ánimo se venía abajo. El principiante confiaba en un
sistema, pero en los momentos de incertidumbre y dificultad, la confianza se
desplomaba. Cambiar hábitos funciona muy bien hasta que las mujeres, la
vida o las circunstancias ponen a prueba tu realidad, v.g., una amiga celosa,
otro pretendiente, logística, falta de dinero, algunas inseguridades. Algo te
sobrepasa y pierdes el camino. Los nuevos hábitos se vuelven duraderos
solamente cuando van acompañados del acto de creer. Es esencial. Saber que
la práctica y la constancia te llevarán adonde quieres llegar y que tu situación
mejorará. La voluntad de creer es un ingrediente importante para generar un
cambio. Aunque tengas las mejores rutinas, éstas no remediarán la causa por
la que tu vida amorosa apesta. Llegará el momento en donde nada te salga
bien y ninguna rutina podrá contra ello. Lo que realmente puede cambiar las
cosas es creer que puedes afrontar los momentos difíciles sin tener que
echarte para atrás, regresar a tu zona de confort, a tus viejos patrones o huir
como un marica. Aquí es cuando las personas determinadas se dicen, "Si él
pudo, ¿por qué yo no?"
He conocido a tantos hombres tímidos que, aunque les ponga ejercicios de
confianza o les diga mil cosas, ellos sienten que no son ellos mismos. Para
mí, la timidez no es una personalidad que no cambie o que así es como debe
ser el individuo. Es sólo un rasgo de personalidad, un miedo que se ha
convertido en hábito ―aunque de una seria complejidad. Empieza a creer que
no eres tímido y dejarás de serlo. Así te lo demostrarás a través de la acción.
Este cambio ocurrirá cuando te juntes con otras personas que vayan al
mismo lugar que tú, no con el papanatas de tu amigo que te dice, "¡Nah, esa
vieja es bien pinche mamona!" Lograrás tus objetivos en compañía de un
grupo de hombres que han decidido romper con ese tipo de excusas y que te
enseñen a creer y ayudarte a cambiar. Por eso es tan importante la
comunidad. A pesar de ello, cuando tengas éxito, también habrá
innumerables razones por las que lo lograste, v.g., tuviste suerte, es tu
momento, tienes dinero, eres guapo, te topaste con las mujeres y personas
indicadas. Pero siempre estará el hecho de que creíste en el proceso, lo que
aprendiste y consolidaste, incluso en los peores momentos. Eso es lo que
hace la diferencia, incluso en la misma situación.
Alguna vez salí con un bato y fuimos con dos chicas que estaban solas. A
mí me fue bien y a él no. Cuando llegué con mi sonrisota, me dijo, "¡La que
me tocó era bien mamona!" Sí, debió ser por eso...
La misma mujer, el mismo día puede rechazar a un bato y hacerte caso a
ti. O al revés ―también te toca perder. Por ello, no existe una serie de pasos
específicos que les funcione a todos. Aunque si sustituyes tus hábitos por
otros mejores y tus rutinas son de calidad, tu vida cambiará por completo y
para bien. Como dijo el Lanista Batiatus en la serie de Spartacus (2011),

"Incluso el más diminuto de los hombres puede elevarse más allá de los
cielos cuando se le tienta con la recompensa adecuada."

Una de las ventajas de forjar un hábito, o más bien, un hábito importante,


es que puedes generar una acción en cadena, formando otros hábitos que
apoyen tu causa. Es decir, es mejor que te enfoques en un hábito importante y
definitivo para generar otros de la misma índole ―querer cambiar muchos
hábitos a la vez, impide que no se concrete ninguno de ellos. Estarás
iniciando un proceso que con el tiempo transformará tu vida. Para tener éxito
no tienes que controlar cada aspecto de tu vida, sólo necesitas establecer
prioridades y acciones clave que te sirvan como un estado mental y generarte
un impulso. Que siempre te encuentres en un estado tranquilo y alerta para
poder tomar las decisiones adecuadas que, como ya sabes, suelen ser
decisivas. ¿Por dónde empezar? En la práctica del Kino Brutal empezarás a
presentarte con todas las personas de manera calurosa y firme logrando una
mejor impresión o mejorándola con las mujeres que ya conoces. Con la
práctica empezarás a notar que en pocos minutos ya estarás besando a las
chicas o subiendo las ventas en tu compañía. Esto incrementará tu confianza
y se transmitirá en otras áreas de tu vida, empezarás a hacer ejercicio ―pues
claro, si las mujeres también te estarán tocando, que toquen un cuerpo
atlético―, aunque no tenga una relación directa. Y sólo con un hábito: tocar a
las personas.
Aunque a veces no lo parezca, tienes demasiada competencia y muy
fuerte. Por eso, es necesario utilizar cualquier ventaja, por mínima que sea.
Un simple movimiento puede significar una gran diferencia. Estoy seguro
que en tu día a día tienes demasiado tiempo muerto que bien puedes utilizar
para practicar. Sí, leíste bien, puedes practicar en ese tiempo muerto. Estés
donde estés. Sería ideal que pudieras conversar con una chica en esos
momentos, lamentablemente no siempre es posible. Sin embargo, visualizar
mentalmente "la conquista perfecta," funciona de maravilla. Visualízate
caminando hacia ella, lo que le vas a decir, la forma en que generas contacto
físico, la genialidad con la que manejas sus resistencias. ¿Cómo vas a
besarla? ¿Qué movimiento es mejor para llevártela a tu casa? ¿Cómo le harás
el amor? Entre más detalladas tus "conquistas" y más escenarios te inventes,
mejor. Incluso cuando en tus visualizaciones todo está bajo tu control, cuando
estés practicando en vivo y a todo color, serás capaz de manejar situaciones
imprevistas. Todo ya lo has vivido.
Estas prácticas imaginarias funcionan como hábitos básicos. Son pequeñas
victorias que aumentarán tu confianza y tu capacidad de tomar rápidas
decisiones en los momentos cruciales. Al lograr pequeñas victorias tendrás la
confianza de lograr la siguiente. Y así sucesivamente hasta formar una
creencia de que puedes lograr cosas más grandes. No entender esto lleva a
otro malentendido en las comunidades que dice,

"Sal al campo sin nada en mente y acércate sin pensar. Sal de tu cabeza."

Tiene mucho sentido, aunque el consejo está incompleto y logra más


confusión en los principiantes. Obviamente, un hombre experimentado en las
artes amatorias te va a decir que no piensa nada, que ni siquiera sabe lo que
va a decir o hacer. Pero no es cierto, sí lo sabe. Lo que ocurre es que sus
hábitos asumen el control. Cuando llega el momento de abordar a la mujer
que le gusta está varios pasos adelante debido a sus incontables prácticas,
tanto reales como imaginarias. Las reacciones surgen como las había
previsto. Sabe adónde llevarla si todo sale a pedir de boca, si no, sabe cómo
persuadirla para que cambie de parecer o verla otro día. Si aparece la amiga
celosa sabe cómo ganársela. Si aparece otro hombre sabe cómo bloquearlo.
Todos los hábitos básicos que ha construido hacen que las decisiones difíciles
sean fáciles y así superar los obstáculos más grandes u otros imprevistos.
Tener éxito, por lo tanto, es una consecuencia lógica.
Esto me recuerda otra conversación de Amores Perros (2000):
Octavio: ¿Y lo que planeamos juntos?
Susana: Tus planes. ¿Sabes qué decía mi abuela? ¿Quieres hacer reír a
Dios? Cuéntale tus planes.
Octavio: A Dios le puede dar mucha risa, pero yo voy a seguir con mis
planes.

Dedica tiempo para escribir un plan de acción cuando te encuentres en


dificultades en una interacción. Practica esos planes de acción una y otra vez
en tu mente para que se vuelvan automáticos. Así es como la fuerza de
voluntad se convierte en un hábito: escogiendo un tipo de conducta con
anticipación, y luego, siguiendo esa rutina hasta que llegues al punto de no
regreso. Cuando lleguen esos inevitables momentos, sabrás cómo actuar. Ésta
es una de las razones por las que debes valorar los momentos de crisis, los
fracasos, esos instantes donde no sabes qué hacer. No los desaproveches.
Esas experiencias te proporcionan la oportunidad de hacer cosas que jamás se
te hubieran ocurrido.
La autodisciplina tiene un peso considerable porque puede significar la
fortaleza o la debilidad de todas las habilidades o ventajas físicas y
económicas. La mejor forma de reforzar la autodisciplina, o bien, la fuerza de
voluntad, es a través del hábito. Los individuos que poseen este tipo de
autocontrol, lo hacen sin ningún esfuerzo porque lo hacen de forma
automática. El hábito es la diferencia entre tener fuerza de voluntad o dejar
las cosas para después. La fuerza de voluntad es una habilidad y un músculo,
por eso no permanece igual todos los días, porque se cansa cuando trabaja
duro y no le queda energía para hacer otras cosas. Es por eso que personas
exitosas sucumben a otras tentaciones tras un arduo día de trabajo, v.g.,
cigarro, alcohol, drogas, gula, infidelidades, apuestas. Si quieres hacer algo
que requiera de tu fuerza de voluntad ―como salir a conocer mujeres tres
veces por semana―, has de conservarla lo más fresca posible. Si desperdicias
tu voluntad en tareas tediosas que no tengan relevancia, estarás agotado y
aburrido, sin ganas de salir.
Si fortaleces tu músculo de la fuerza de voluntad, los buenos hábitos se
extenderán hacia las demás áreas de tu vida. Cuando empiezas a esforzarte
para abordar a las mujeres que te atraigan, lleva las interacciones hasta sus
últimas consecuencias y establece contacto físico, así empezarás a forjar tu
fuerza de voluntad en el cortejo. Aprenderás a controlar tus impulsos, a no
ceder ante la tentación de quedarte a "descansar" en casa. Y una vez
emprendiendo el vuelo, tu cerebro estará entrenado para concentrarse en tus
metas.

Un elemento significativo en el desarrollo de los hábitos, es crear


movimientos o hábitos sociales, planeando actividades con tus amigos,
allegados u otros hombres ―mujeres también, por qué no―, que tengan las
mismas metas que tú: mejorar su vida amorosa. Incluso puedes evitar
comentarles que te sabes unas cuantas maniobras de ligue, pues aunque tus
amigos sean similares a ti, salir a conocer mujeres puede tocar las fibras
inseguras de tus amigos y generar ciertos conflictos. Lo único obligatorio
sería emprender la acción, aunque esa acción la disfraces con otros motivos.
Estos hábitos sociales le darán perduración a tus hábitos personales porque se
crea un sentido de identidad y el noble sentimiento de pertenecer a algo. En la
amistad hay un instinto de solidaridad que los hará actuar como la mano
derecha del otro cuando éste se encuentre en dificultades, v.g., depresión a
causa de la ex-novia, la gorda del grupo, otro hombre que le quiere bajar a la
chica, que no tiene dinero para el cover del lugar, que no tiene un lugar para
tener sexo con la chica.
Quizá no tengas los suficientes amigos como para cambiar el mundo, pero
también puedes contar con “el amigo de un amigo,” el cual representa un
eslabón trascendental en tu vida social, aunque no esté directamente
conectado en tu círculo de amigos. Muy a menudo, notarás que “el amigo de
un amigo” te dará acceso a redes sociales a las que de otro modo no hubieras
podido acceder, o bien, te ayudará en momentos de necesidad. Haciendo
crecer tu red de amigos y “los amigos de unos amigos,” podrás aumentar tu
poder de influencia y afectarás a muchas más personas. Carecer de estos
eslabones perdidos no sólo te aislará de nuevas oportunidades de conquista,
sino que te colocará en una posición desventajosa en el mercado laboral,
donde tu progreso puede depender de “tengo una recomendación de fulanito
de tal.” Y quién sabe, a lo mejor el amor de tu vida o el sexo de tu vida es la
hermana de uno de ellos.

De lo individual pasa a lo social y se revierte a lo individual. Cuando en tu


vida social aprendes hábitos, tú mismo te autoalimentarás. Y no seguirás un
hábito porque te lo hayan enseñado, sino porque ya saldrá de ti. Ya no será
mérito de la sociedad en la que vives. Lo que realices en sociedad será en
gran medida lo que suceda el resto del tiempo en el que pasas a solas. Si te
adentras en una sociedad que te empodere, actuarás con hábitos de poder sin
necesitar una guía y un control constante. Tú mismo, a un nivel individual,
eres el que impulsa una idea social, porque la sociedad en la que te mueves
ya te ha proporcionado los hábitos que te ayudan a averiguar hacia dónde
debes dirigirte. Un movimiento social no surge porque de repente todos, de
un momento a otro, decidieron ir en la misma dirección. Todo se basa en
patrones sociales que empiezan como hábitos de amistad, pasan a formar
parte de comunidades más grandes y se mantienen a un nivel individual.

Los hábitos empiezan cuando realizas algo con dificultad la primera vez, y
mediante la repetición los empiezas a seguir mecánicamente hasta llegar al
grado de hacerlo inconscientemente. Cuando eliges quién quieres ser,
empezarás a desarrollarte del modo en el que te estás ejercitando, del mismo
modo en que el curso de un río siempre sigue el mismo canal. Traza un canal
diferente y el río seguirá otro curso. El río ―los hábitos y patrones― son las
actividades y las decisiones inconscientes que realizas a diario. El río sólo se
vuelve visible por el simple hecho de contemplarlo. Y cuando lo vuelves
visible, puedes tener control sobre él. Afortunadamente no te verás sometido
a la extenuante excavación de un canal para cambiar su curso, pero sí te
costará esfuerzo, dedicación, paciencia y tiempo.

Este será el esquema para cambiar los hábitos ― puedes aplicarlo en


cualquier otro hábito que quieras cambiar . E ntonces, queda como lo
siguiente:

1) Identifica la rutina.

Has intentado una y otra vez besar a una chica ―puede ser acercarte a ella
o invitarla a tu casa para ya sabes qué, sólo que prefiero tratar el momento del
beso, porque lo considero una transición de gran importancia en el cortejo―,
pero algo te frena. No obstante, aunque ella te dé todos los indicadores de
interés, decides hablar de otras cosas y aburrirla hasta llorar. Ella se excusa y
se va, dejándote solo y desamparado. Te prometes que para la próxima sí lo
vas a intentar. Al fin y al cabo, hay más mujeres. A pesar de todo, el hábito
vuelve a apoderarse de ti y dejas que le nueva chica también se vaya
decepcionada y aburrida. ¿Cómo diagnosticar tu ineptitud y erradicarla? En
este caso, la rutina que es el aspecto más evidente, es lo que quieres cambiar.
Tu rutina es salir en busca de chicas hermosas, encontrar una y acercarte.
Platicas con ella unos minutos y ya te está dando todos los indicadores de
interés que existen en el mundo. Te preguntas, “¿Será momento de besarla?”,
pero te das cuenta que te agrada y no quieres arruinar el momento. No te
avientas. Ella se harta de coquetearte para que la beses, piensa que sólo
quieres su amistad, se empieza a aburrir a falta de acción y se va. Tú agachas
la cabeza lamentándote.
¿Cuál es la señal para esta rutina? ¿Quieres siempre quedar bien? ¿Te
afecta mucho el rechazo? ¿No te sientes digno de una chica atractiva? ¿No
quieres arruinar el momento? ¿Te apesta la boca? ¿Le apesta a ella la boca?
¿No sabes besar?
¿Y cuál es la recompensa? ¿Divertirlas en lugar de hacerlas enojar?
¿Tener tu débil ego intacto? ¿Te sientes más cómodo con mujeres menos
atractivas?
Para averiguar esto, tendrás que profundizar y experimentar en diversas
situaciones.

2) Experimentar con recompensas.

Las recompensas son poderosas porque son las que satisfacen tus deseos.
Quizá no seas consciente de las ansias que desatan tus conductas. Los anhelos
son obvios cuando los ves en retrospectiva, pero muy difíciles de identificar
cuando estás bajo su poder. Para averiguar qué deseos te conducen a ciertos
hábitos, es útil experimentar con distintas recompensas. Esto puede llevarte
días, meses… durante ese tiempo, no debes sentirte obligado a hacer ningún
cambio definitivo ―aunque bien sabes qué debes hacer―, por el momento
estás en una etapa de introspección.
El primer día de tu experimento, aunque suene contraintuitivo, cuando
sientas el impulso de reprimir tus deseos de besarla, adapta tu rutina para que
te aporte otra recompensa. En este caso, aunque tengas miedo de besarla,
puedes decirle, “¡Quiero besarte, pero tengo miedo de que te vayas a
enamorar tan pronto!” Créeme, decirlo es menos atemorizante que hacerlo.
Además estás siendo juguetón y coqueto. Este tipo de declaraciones las suelo
utilizar no por miedo, sino para calibrar sus reacciones y actuar de acuerdo
con ellas en los momentos en los que tengo incertidumbre. También puedes
probar la técnica del “casi beso,” donde te acercas los más posible a su boca
sin besarla. Si logras acercarte hasta rozar sus labios o una de las comisuras
de su boca, tendrás más confianza para besarla. Será una pequeña victoria,
como si la hubieras besado.
El método que utilices para vencer el miedo a besarla no importa. La
cuestión es probar distintos acercamientos para determinar qué deseos te
están conduciendo a la rutina. Tras cada actividad, identifica cómo te sientes.
Pueden ser emociones, pensamientos, reflexiones. ¿Sigues sintiéndote
satisfecho conforme pasan los minutos? En caso de no sentirte satisfecho
después de besarla, puede significar que debes seguir avanzando, o que te
avergüenzas en la intimidad, la otra posibilidad no la quiero ni mencionar.
Al experimentar con distintas recompensas, puedes aislar lo que realmente
ansías, que es esencial para darles un giro importante a tus hábitos y a tu vida.
Cuando hayas descubierto la rutina y la recompensa, sólo te queda identificar
la señal.

3) Aislar las señales.

La razón por la que es tan difícil identificar las señales que desencadenan
tus hábitos es porque hay demasiada información que te está bombardeando
cuando manifiestas tus conductas. Pregúntate, ¿no la besas porque la ves
riéndose y no quieres arruinar el momento? ¿Porque se te hace muy guapa?
¿Porque piensas en tu ex-novia? ¿Qué es lo que ella hace para que decidas no
abrir esa boquita y pasarle tus babas?
Casi todas las señales encajan en una de estas cinco categorías:

Lugar
Tiempo
Estado emocional
Otras personas
Acción anterior inmediata (lo que precede a tu impulso o represión)

Con el tiempo se volverá obvio lo que está desencadenando tus hábitos.

4) Tener un plan.

Cuando ya has desenmascarado tus hábitos ―ya has identificado la


recompensa que te conduce a esa conducta, la señal que la desencadena y la
rutina―, puedes empezar a cambiar tu rumbo. Puedes mejorar tu vida
planificando las señales y eligiendo las conductas que te ofrezcan la
recompensa que estás ansiando. Ahora lo que necesitas es un plan de acción.
Un hábito es una fórmula que tu cerebro sigue automáticamente: cuando ves
una señal, seguirás una rutina a fin de obtener una recompensa. ¿Aún sigues
pensando que las técnicas y las rutinas son malas? Ahora sabes que las
rutinas fueron diseñadas para que los principiantes pudieran obtener una
recompensa, que ellos pueden adaptarlas a su medida y que pueden
descartarlas para crear otras rutinas para alcanzar su cometido. Si pude lograr
que comprendieras qué es un hábito y cómo funciona, serás capaz de saber
que, quien dice que no usa rutinas y se liga a las mujeres ―si es que lo
hace― siendo él mismo, está mintiendo inocentemente para venderte una
idea absurda.
Retomando el curso de este punto, para rediseñar un hábito, has de volver
a empezar a tomar decisiones. Y la manera ideal de hacerlo es tener un plan
de acción. Una estrategia reguladora en la forma de “si pasa X, entonces hago
Y” que puede llevarte a un logro más rápido de tus metas y como un apoyo
para modificar tu comportamiento.
Tu plan quedaría más o menos así: cuando estés platicando con una chica
y te surja la pregunta, “¿Es el momento adecuado para besarla?,” crearás la
situación para que el beso suceda aplicando tal maniobra.” Si no logra tu
cometido, hazle como Octavio: continúa con tus planes aunque a Dios le
causen mucha risa.

Para concluir este capítulo sobre los hábitos, quiero advertirte que no
debes suponer que ya has encontrado la fórmula para cautivar a las mujeres
en un instante. Se dice fácil, nada más quiero ver que lo intentes. No es que
este libro no pueda funcionar como una fórmula, sino que no hay una sola
fórmula para lograrlo. Hay miles. Todos los individuos y hábitos son
diferentes, por lo tanto, también la forma de tratarlos, de cambiar patrones, de
identificar situaciones, problemas, trastornos. Generar el hábito de hablarles a
las chicas que te parezcan atractivas variará de un individuo a otro, por no
mencionar los demás hábitos que se tienen que modificar. Es más, el hábito
de abordar mujeres en situaciones sociales responderá a distintos anhelos. Por
lo tanto, este libro no contiene un método. Mi intención, por el contrario, es
transmitir una forma diferente, o más bien, una forma olvidada o poco
utilizada para generar relaciones. Estoy seguro que les puede ayudar a todos,
desde el hombre más tímido hasta el más extrovertido. Sin embargo, sé que
para unos será un proceso más fácil, otros tendrán muchas dificultades y otros
nunca lo intentarán.
El camino hacia la maestría
Básicamente, dominar algo implica tres cosas:

1. Práctica
La mejora no llegará si no practicas. Ni siquiera este libro te
proporcionará todo lo que la práctica en el campo te puede dar.

2. Paciencia
Sin paciencia la práctica se vuelve tediosa. Abandonarás las cosas a la
primera. Sin paciencia, la práctica se vuelve inútil. Les hablarás a un par de
chicas y luego te irás a seguir con tu vida llena de resignaciones porque no
ves ningún progreso. Construir una habilidad es un constante de pruebas y
errores, la impaciencia te lleva a resultados discontinuos.

3. Tiempo
Necesitarás mucho tiempo para practicar. Debes hacer una agenda o no
entrenarás. Saldrás a conocer mujeres incluso si llueve. No hay de otra. Por lo
general, avanzarás dependiendo el tiempo que le inviertas. El dominio de una
habilidad te tomará menos años si aprovechas las horas que tienes cada día. Y
aunque no todos los intentos serán gloriosos, vas a aprender de la
experiencia, mejorarás poco a poco hasta alcanzar la maestría. En la vida no
hay fracasos, sólo resultados.

La maestría puede llegar a ser caótica. Sigue leyes cambiantes. Trae


grandes recompensas. Mira a la maestría como un proceso, un viaje, y no un
destino o una meta. Tu viaje será dominar el arte del Kino Brutal. La maestría
no está reservada únicamente para los talentosos o los afortunados. Está
disponible para los que están dispuestos a recorrer el camino y seguirlo —a
pesar de la edad o la experiencia.
El problema es que no has tenido un “Señor Miyagi” para guiarte en el
viaje y enseñarte las formas, ni siquiera te has topado con alguien que te
muestre cómo encontrar el camino. El mundo parece conspirar contra ti para
que no alcances la maestría. Te bombardean con promesas de “¡Marca el
abdomen en sólo 30 días!,” has visto las películas que recomiendan los gurús
que tanto idolatran en donde el protagonista pasa de ser un perdedor con las
mujeres a ser el más popular de la escuela en unos cuantos días. Eso te ha
llevado a buscar alivios temporales, a buscar atajos, a querer tener éxito
instantáneamente. De lo que no te quieres dar cuenta es que todo te lleva a la
dirección incorrecta.

El viaje empieza cuando decides aprender una habilidad —cómo


conquistar mujeres en este caso. Luego siguen los pequeños pasos. Tienes
que empezar aprendiendo lo más básico. Al principio te sientes torpe e
inconexo. Tienes que andar pensando constantemente, y pensar interfiere
entre la gracia, la fluidez, la congruencia y los movimientos espontáneos. Te
empiezas a impacientar. Esperas hacer algo más, pero la práctica no te
satisface. Quieres hacer más cosas, pero el maestro te dice que no deberías
pensar sobre eso en tu fase actual.
Aclaro que se debe aspirar a ser grande desde un principio. Puedes besar a
una chica en la primera noche que lo intentas de manera consciente, pero esto
apenas está comenzando. A lo que tienes que apuntar es a hacerlo en una base
constante, y corregir los errores sobre la marcha. No importa que lo hagas
imperfectamente, lo importante es hacerlo. Más adelante buscarás
perfeccionar tus técnicas. Para ilustrar este punto, te quiero presentar el
Efecto Pigmalión, que es un fenómeno por el cual, las altas expectativas que
se tiene de uno mismo, llevan a un incremento en el desempeño. Lo contrario
ocurre en el Efecto Golem, en donde las bajas expectativas llevan al
decrecimiento del desempeño.
Ambos efectos son una forma de profecía que se cumple a sí misma, que
es una predicción que directa o indirectamente se vuelve realidad por los
mismos términos de la profecía misma debido a la evidencia entre la
creencia, el comportamiento y los resultados. Al principio es una falsa
definición de una situación que evoca un nuevo comportamiento que hace
que tus falsas concepciones se vuelvan realidad. Esta superficialidad
plausible, pero incorrecta, tiene un margen de error muy amplio, sin
embargo, si se vuelve a cumplir, citarás el actual curso de eventos como una
prueba de que estabas en lo correcto desde el principio. La importancia es
independiente de si se cumple o no, sino la capacidad de generar una actitud
y una serie de comportamientos. Así que tú decides si esa profecía en la que
crees te hace más grande o más pequeño.

Cuando empiezas a cultivar una nueva habilidad, tienes que empezar a


perfeccionar solamente lo básico, también tienes que desaprender tus malos
hábitos y conductas. Quizá puedas acelerar un poco el proceso sabiendo que
aprendes más jugando con un profesional que con un amateur, o ponerte
actividades más desafiantes. Puedes manejar una moto sin saber andar en
bicicleta, por ejemplo. Entre más grande la meta y la competencia, más
aprendizaje. En un entrenamiento te enseñan a pegarle a la pelota, cuando
podrías ya estar jugando partidos oficiales. Por eso se dice que la mejor
escuela para los “madrazos,” es la calle, porque así te vas fogueado. Quizá no
tienes la técnica, pero tienes las ganas y la experiencia, y al final es lo que
cuenta, ¿o me equivoco? Tiene más probabilidades de ganar alguien que ya
se ha peleado 4 veces, que alguien que ha ido a entrenar 4 veces. Esa noche
en la que perdiste tu virginidad pudo haber sido torpe y terminaste a los 3
minutos, pero aprenderás más que si sólo te dijera que le hables a 10 mujeres
y les digas sólo “¡hola!” Gana la experiencia primero y después corrige tus
errores sobre la marcha.

Si eres de las personas que lo que más le importa es el resultado,


probablemente es lo que menos tienes. Sin embargo, gracias a tu
perseverancia, después de semanas de frustración, empiezas a ver la luz.
Ahora ya no tienes que pensar en lo básico. No te apresures tampoco, apenas
vas comenzando, todavía te faltan muchas cosas por descubrir, y volverás a
sentirte torpe cuando te topes con algo nuevo. Recuerda que hay períodos en
donde pasan los meses y sigues sin mejorar, parece que estás atascado, no
sales de la misma fase.
Puedes tener sexo en tu primera práctica, sí. Pero eso no significa que ya
hayas dominado el arte. Como dije anteriormente, falta la constancia, que es
el verdadero dominio de todas las técnicas. ¿Puedes hacerlo en una base
constante? Si no, no importa si has tenido sexo nueveveces ― con mujeres
diferentes, obviamente ― en este año, todavía no has alcanzado la maestría.
Eso sería una excepción, por supuesto, porque en la mayoría de los casos no
tendrás rápidas recompensas, esas que tanto soñaste. Hay un camino
interminable por delante con numerosos contratiempos y numerosos períodos
en donde no tendrás ningún avance, donde las horas de práctica no tienen un
progreso aparente.
Es por esa misma situación por la que debes empezar a fallar lo más
rápido posible. No es una predisposición al fracaso, sino una predisposición a
actuar lo más rápido posible aceptando las consecuencias y los tipos de
experiencia. Y claro, antes de empezar a practicar, busca ponerte metas más
grandes todavía. La maestría es un largo camino. Y claro que varía
dependiendo tu entusiasmo, tu esfuerzo, tus cualidades y tus circunstancias.
Empero, toma años, muchísimos años dominar algo realmente. Claro que
también obtendrás tus recompensas, pero habrá más cosas que necesitas
aprender. En el primer año puedes acostarte con diez mujeres, pero eso no es
el dominio. Te falta manejar círculos sociales, tener relaciones sólidas y
duraderas, en fin, te faltan muchas otras cosas. Quizá te falte hablarles a las
mujeres más atractivas en ambientes más caóticos. Piensa en esto: ¿cuántos
años llevas aprendiendo tu lengua materna? Y aun así, estoy seguro que
todavía no lo dominas. Incluso los profesionales siguen aprendiendo cosas.
Así que mejor disfruta tu camino, no pienses en el resultado, y verás que será
más fácil llegar a la maestría, porque te esperan muchos años.

No importa qué tan habilidoso o inteligente seas, habrá días en los que
aparentemente no lograrás nada o fallarás en todos tus intentos. El camino te
dará recompensas inesperadas y dolores de cabeza inesperados, y nunca
alcanzarás un destino final. Hay muy pocas cosas que se pueden dominar
completamente. Probablemente terminarás aprendiendo mucho de ti y de la
habilidad que buscas.
Aprender cualquier habilidad requiere de breves rachas de progreso, a
cada una le sigue un período linear, es decir, en donde no hay ningún
progreso. Para dominar las cosas, necesitas practicar diligentemente,
esforzándote por pulir tus habilidades, alcanzar nuevos niveles de
competencia. Pero mientras haces eso, también tienes que estar dispuesto a
pasar períodos en donde parece no suceder nada, pero seguir practicando
incluso cuando parece que no logras nada.
El dominio de una habilidad no es recto, no es una constante de progresos,
porque siempre habrá situaciones nuevas y nuevas habilidades que necesitas
aprender hasta que se quede bien grabado en tu memoria o hasta que puedas
hacerlo en piloto automático. Sin preocuparte cómo hacerlo. Por eso es de
vital importancia sólo enfocarte en la práctica y no en el resultado. Y con
respecto a las habilidades, ten en mente el Principio de Papert,

“Uno de los pasos más cruciales en el crecimiento mental no se basa


simplemente en la adquisición de nuevas habilidades, sino en adquirir nuevas
formas administrativas para usar lo que uno ya sabe.”
Cuando comiences a emprender una nueva habilidad, evita caer en una o
más de las siguientes tendencias:

1) Iniciar con enormes ánimos sólo al inicio. Amar la novedad que


involucra iniciar algo. Evita ser el tipo que se regocija al principio con todos
sus progresos, pero que a la primera caída sufre de un gran shock. Procura no
caer en la tendencia de desesperarte cuando no hay ningún progreso. Eso hará
que tu entusiasmo mengüe rápidamente, que empieces a perderte días de
práctica, a llenarte de racionalizaciones, que poco a poco te convenzas de que
lo que estás emprendiendo no es lo correcto para ti. Estas actitudes hacen que
quieras justificarte ante los demás diciéndoles que eso no era lo que buscabas.
No conforme con eso, te inclinas por aprender otra nueva habilidad donde
puedas empezar de nuevo diciéndote, “¡Esta vez será diferente!” En el cortejo
son los que saben contar historias, son divertidos, son sexuales, pero cuando
no ven ningún resultado, toda esa pasión empieza a enfriarse y empiezan a
buscar en otros lados. Es más fácil decir, “¡Me retiro del ligue, esto no es
para mí!,” que tomar riesgos.

2) Ser un hombre ambicioso que no se conforma con el segundo lugar, de


pensar que los resultados son lo que cuenta, y no importa cómo se consigan,
sino obtenerlos rápido. Si caes en esta categoría, eres el típico muchacho que
quiere ser el primero de la clase. Te quedas después de clases para hablar con
el profesor, preguntar qué libros o videos te pueden ayudar a mejorar más
rápido. Lo admirable es que eres de los que entrenan más duro y más tiempo.
Al principio mejoras bastante y más rápido que los demás. Pero cuando llegas
al período en donde el progreso no llega, no lo puedes soportar. Quieres
redoblar tu esfuerzo. Te presionas sin misericordia. Te niegas a aceptar el
consejo de la moderación. No entiendes la necesidad de los períodos de
desarrollo en donde aparentemente no hay progreso. Tus relaciones son
montañas rusas, con separaciones tormentosas y reconciliaciones
apasionadas. Un fracaso te duele en lo más profundo.

3) Evita caer en la trampa de conformarte con los períodos en donde no


hay progresos aparentes. Si caes en esta categoría, quiere decir que no te
presionas para superarte. Eres el tipo que no se preocupa por asistir a la
práctica, sólo haces lo suficiente, te vas a tiempo o más temprano, tomas cada
descanso, no te incomoda permanecer inactivo en lugar de hacer tu trabajo.
Lo peor es que más tarde, para hacerte la víctima, te preguntas por qué no te
va bien.

Que te quede muy claro que ser bueno en un área no significa que
automáticamente vas a ser bueno en otra cosa. Nada es una buena excusa,
nada. Si inicias algo y te sales, según porque no es lo tuyo, simplemente es
por falta de valores. Una incongruencia bastante notable. Es como si en tu
escuela te portaras como “el milamores,” y en el bar fueses inseguro. Nunca
empiezas algo sabiéndolo todo. ¿Eso harás con todo lo que emprendas?
Decir que algo no es lo tuyo simplemente porque no entendiste o porque
no tuviste resultados, no quiere decir que no sea para ti. Debes ser
brutalmente sincero contigo mismo y dejar de justificarte de una vez por
todas. Si eres bueno en tu trabajo, me da mucho gusto, pero también hay otras
cosas más allá de tu trabajo.
Cada vez que gastas tu dinero en la consecución de una habilidad, haces
una declaración sobre lo que valoras en la práctica; no hay otra indicación
más clara y directa. Fíjate en las revistas, en los comerciales, en toda la
propaganda. Si prestas atención, todo funciona a la perfección en los
comerciales. Las personas no trabajan duro, se vuelven ricos rápidamente.
Ningún problema es tan serio que no pueda ser resuelto con una píldora
mágica. Tu mayor fantasía puede ser realizada instantáneamente sin esfuerzo.
No hay períodos sin ningún progreso. Creen que de abajo hacia arriba sólo
describe una línea recta, v.g., aprendizaje sin esfuerzos, millonarios
instantáneos. Yo no voy a mentirte, dominar el Kino Brutal te costará mucha
dedicación, esfuerzo y años en el campo.
A la larga, lo que te dará la maestría es el camino de la paciencia, el
esfuerzo dedicado sin apego a los resultados inmediatos, es algo que no
puedes sustituir en tu camino hacia la maestría. No hay ningún atajo de la
noche a la mañana. Parafraseando la Ley de Amara,

“Tiendes a sobreestimar el efecto de la práctica a corto plazo y a


subestimar el efecto a largo plazo.”

Se nos enseña a valorar el producto, el premio, el momento cumbre, pero


después de ganar un campeonato, siempre habrá otro día, y otro. Para
alcanzar la maestría significa que pasarás una gran parte de tu vida en los
períodos donde no habrá ningún progreso aparente. Si no lo aceptas, un largo
camino la pasarás sin relajarte, estarás distante y harás intentos destructivos
para salir de esos períodos de no-progreso. Casi en ningún lado nos enseñan a
valorar estos períodos: la extensión larga de esfuerzo diligente que parece no
mostrar progreso alguno.
Digamos que para dominar cualquier cosa, hay intervalos entre cada fase.
Digamos que del nivel 1 al nivel 3, los progresos son más rápidos y los
períodos de estancamiento más cortos. Pero una vez que quieras pasar del
nivel 3 al nivel 5, los progresos serán menores y los períodos de
estancamiento serán cada vez más largos. Y a partir de aquí, ya no serán
progresos del nivel 5 al nivel 6, sino progresos de 5.3, 5.7 y conforme
avanzas, las mejoras se reducen.
Mejor date cuenta desde este punto que si tienes una excusa, mejor dejes
esta práctica y te quedes en tu casa masturbándote, porque una vez que hayas
terminado de leer el libro, ya no tendrás ninguna excusa para salirte de esta
práctica. Mientras pasas cada hoja y empiezas a practicar, más difícil será que
te salgas. Es como en las mafias, donde después de que entras, ya no puedes
salir. Si entras es porque te vas a quedar o morirás en el intento. Los que
alcanzan grandes cosas son los que están dedicados tanto en el proceso como
en la meta.
Las personas que sólo se preocupan por el resultado no son efectivas. De
hecho debemos disfrutar más el proceso y el trabajo en sí mismo, que el
resultado. La práctica, el camino de la maestría, existe sólo en el presente.
Amar los períodos de no-progreso, es amar el presente, porque en estos
períodos es donde pasarás la mayoría del tiempo de práctica. Disfruta los
progresos y los logros, y acepta los siguientes períodos de estancamiento que
te esperan a la vuelta de la esquina.

La vida es un constante aprendizaje. La clave número uno es la


instrucción. Hay habilidades que puedes aprender por tu cuenta, pero si
pretendes tomar el viaje de la maestría, lo mejor que puedes hacer es tener un
instructor de primera clase. Aparte de que tendrás el camino correcto, no
pasarás tu vida reinventando la rueda. No hay nada mejor que estar en las
manos de un maestro, ya sea uno o un grupo. Pero también hay libros, videos,
grupos de instrucción, clases, amigos que tienen más experiencia, consejeros,
o incluso los “donjuanes” que hay en tu barrio. Escoge a un maestro
calificado.
Para ver el tipo de maestro claramente, ve a sus alumnos. Ellos son su
trabajo. Pon atención a los estudiantes y en sus interacciones con el maestro.
¿El instructor procede con elogios o condenas? Los mejores dan muy pocas
alabanzas. Los elogios son una escaza comodidad que incluso un
asentimiento con la cabeza es muy gratificante. Pero tampoco funciona
destruir la confianza de los estudiantes al humillarlos. Incluso el maestro más
difícil debe mostrar respeto por el estudiante para que éste obtenga resultados
positivos.
El maestro apunta lo que el estudiante hace mal tan frecuente como apunta
lo que hace bien. Es un cincuenta-cincuenta entre reforzar y corregir, con
entusiasmo en ambos lados de la ecuación. El maestro no sólo debe enfocarse
en los mejores, también debe enfocarse en los principiantes. El conocimiento,
la pericia, la técnica, y las credenciales son importantes, pero sin la paciencia
y la empatía que establecen con los principiantes, esos méritos no son nada.

Los estudiantes más talentosos no necesariamente son los mejores en su


campo. A veces, por una extraña razón, aquellos que poseen un talento
excepcional tienen problemas en el camino hacia la maestría. Muchos de los
mejores atletas enfatizan entre el trabajo duro y la experiencia sobre el talento
sin refinar. Cuando aprendes fácilmente, te sientes con el derecho a no
trabajar duro, a no involucrarte en las actividades medulares de la práctica. El
mejor puede ser el peor. Y el peor puede ser el mejor si persevera.
Un problema con los libros o los videos es que aprender involucra
interacción entre el aprendiz y el maestro además del ambiente de
aprendizaje. La eficiencia se relaciona con la frecuencia, calidad, variedad e
intensidad de la interacción. Los libros son para lo cognitivo, pero siempre
dejarán dudas. Tampoco un maestro hablando frente a veinte alumnos, no es
el mejor ambiente para aprender.
Si parece que un maestro no es el indicado para ti, mira hacia adentro.
Puedes estar esperando más de lo que cualquier maestro puede darte. Los
estudiantes pueden ser flojos, excesivamente orientados a la meta,
indiferentes, o sólo ineptos. El maestro no debe ser tan distante de modo que
el alumno se someta a sus enseñanzas, pero si es demasiado familiar, se
pierde la perspectiva. Tiene que haber un balance entre el maestro y el
aprendiz.

Recuerda que el camino de la maestría nunca termina, siempre sigues


siendo estudiante.

Si estás en el camino hacia la maestría. La práctica será el camino en el


que viajas. Es algo que harás de manera regular como una parte integral de tu
vida, no para lograr algo más, sino por el bien de practicar. Si la práctica sólo
es una colección de logros, sólo para ganarte la vida, no es la práctica
maestra. Para la práctica, las recompensas son buenas, pero no son la
principal razón de su existir. La práctica y el camino hacia la maestría son
uno solo. No vas al gimnasio para conseguir un cuerpo atlético, para después
salirte y tener ese cuerpo para siempre. Lograr el cuerpo atlético sólo es un
paso de un largo camino, una licencia para continuar aprendiendo mientras
vivas.

Estás obsesionado con el logro de las metas. Las frases motivacionales


que dicen, “¡No importa cómo lo hagas, pero hazlo!,” “¡Ganar no lo es
todo… es lo único!” La devoción al viaje sin apego a las metas puede parecer
incomprensible si no es que absurdo. Pero detrás de lo que dicen los gurús
que tanto admiran en los discursos para motivar, hay una realidad profunda:
el maestro procede con puntajes y juegos ganados, pero secretamente valora
los juegos donde se suda la camiseta, los desempeños de fantasía, sin
importar si se gana o se pierde.
El maestro es el que se va hasta el último después de cada clase cada día.
El maestro de cada juego es generalmente el maestro de la práctica. Ojo,
porque esto no es apuntar a la perfección, sino de hacerlo lo mejor que
puedas, sin embargo, en el cortejo es importante que hacerlo lo mejor que
puedas no interfiera en tus intenciones con ella. Por ejemplo, si una mujer ya
está lista para que te la lleves a casa, no quieras sobrecompensar la rapidez de
su disponibilidad haciendo cosas de más en pos de un juego perfecto. Habrá
veces en la que sencillamente debes ser simple. No te desesperes, evita caer
en el error de no valorar tus resultados simplemente porque crees que no fue
perfecta tu conquista. Está bien que quieras mejorar la próxima vez, pero no
está bien que te estreses por eso. Recuerda que tienes que divertirte, disfruta
el hecho de estar presente en la práctica. El objetivo del cortejo es disfrutar de
ti mismo en tus interacciones. Simplemente practicas porque amas coquetear
con las mujeres.
Practicar regularmente, incluso cuando parezca que no mejoras, puede
parecer pesado al principio, pero eventualmente llega el día en que la práctica
se vuelve una parte preciada de tu vida. Te acomodas en ella despreocupado
del tiempo y tus problemas. Lo vas a seguir haciendo mañana, no irás a
ningún otro lado, nadie te la puede quitar, es tu forma de ser.
La única respuesta que te puedo dar para que sepas cuánto te tomará
dominar el arte del cortejo: te tomará toda la vida, porque no sólo seduces
mujeres. Si conviertes la práctica en tu estilo de vida te darás cuenta que es
un camino vívido, con altas y bajas, con retos y comodidades, con sorpresas y
decepciones, y con dicha incondicional. Te toparás con golpes y heridas,
corporales, mentales y de espíritu. Eventualmente te harán un ganador, si es
lo que estás buscando, y los demás te verán como un maestro. Pero lo
importante es saber que la maestría es estar en el camino. Practicar.

El coraje necesario para alcanzar la maestría, es tu voluntad de entregar


todo de ti. Es someterte a las enseñanzas de tu maestro. Es disciplinarte.
También significa someterte a tus competencias difícilmente ganadas
ocasionalmente para alcanzar una competencia más alta o diferente. Es casi
inevitable que te sientas tonto, que tengas trancazos literales o figurativos. No
hay forma de evitarlo. El principiante que se queda en su dignidad se vuelve
rígido, acorazado; el aprendizaje no puede comprimirse. No significa que
debas someter tu físico o tu moral o aceptar pasivamente enseñanzas que son
malas para ti. Es tiempo de una suspensión de tu incredulidad. Si tu maestro
te dice que debes salir a cortejar sin haberte bañado en tres días, y eso es algo
imperioso para tu aprendizaje, hazlo. Después de todo, aprender casi
cualquier habilidad significante involucrarte en ciertas humillaciones.
Significa que te van a batear enfrente de todos. ¿Estás dispuesto a
aceptarlo? Si no, olvídalo. ¿Ser rechazado es una buena razón para dejar de
ligar? ¿Qué hay de los desvelos, de los corazones que vas a romper, de que
saldrás varias veces con el corazón roto? Eso será parte de tu día a día, y ni se
diga de la pesadez: repetir lo básico una y otra vez. ¿Te estoy desmotivando
con esto? Entonces esto no es para ti.
De hecho, la esencia del aburrimiento se encuentra en la obsesiva
búsqueda de novedad. La satisfacción se encuentra en la repetición diligente,
el descubrimiento de un sinfín de variaciones en el mismo movimiento.

La literatura está llena de historias de maestro-aprendiz. Todas tienen el


mismo sentido general. Un joven aprende de un maestro que vive en un
pueblo lejano. Después de un largo viaje, se presenta el aprendiz en la puerta
del maestro y le pide ser su estudiante. El maestro le cierra la puerta en la
cara. A partir de entonces, el joven aprendiz se sienta en el umbral,
simplemente esperando. Pasa un año y el maestro de mala gana le permite
hacer tareas alrededor de la casa—cortar madera, cargar agua. Los meses
pasan y una mañana sin advertencia, el maestro ataca al estudiante por detrás
y lo derriba. El maestro empieza a enseñarle el estado de alerta…
En un mundo en donde los éxitos de ventas son los productos titulados,
“¡Baje de peso con una simple píldora!,” esta historia no tiene sentido.
¿Esperarte un año en el umbral por nada? Y eso que someterte a tu maestro y
los fundamentos del arte es sólo el principio.
Quizá lo mejor que puedes esperar en el camino hacia la maestría es
cultivar tu mente y tu cuerpo desde el principio y en cada fase del camino.
Entregarte a la práctica significa que no hay expertos. Sólo aprendices.

Un cortejo exitoso es 50% visualización, 40% organización, y 10%


balance. Tiene el mismo poder que te visualices teniendo conversaciones con
las mujeres, pasarla bien, teniendo buen lenguaje corporal. Todo lo que se
habla aquí puedes imaginarlo en tu mente. ¿Por qué? Simple, porque estás
practicando en tu mente. Sin embargo esto es un complemento de la práctica
real, no un sustituto. Es verte claramente teniendo éxito con las mujeres. El
maestro es un maestro de la visión. Lo cual no significa vivir en el futuro.

La vida está llena de paradojas. Casi sin excepción, aquellos que saben
cómo los mejores están dedicados a los fundamentos de su vocación. Son
fanáticos de la práctica, conocedores de los pequeños e incrementados pasos.
Al mismo tiempo —y aquí está la paradoja—, ellos son precisamente lo que
retan a sus propios límites, tomar riesgos para mejorar su desempeño, e
incluso se obsesionan a veces en su persecución. Para ellos la clave no es una
u otra cosa sino ambas cosas.
El truco no sólo es probar tus límites, sino también caminar en la línea
delgada entre la práctica interminable y sin metas, y esas metas seductoras
del tipo “¡Haga que ellas se mojen los calzones con este simple truco!” que
aparecen a lo largo del camino. Eso es vivir al límite. Es vivir entre las líneas
paradójicas de la vida. El mundo sería gris si no existieran quienes superan
sus límites a un punto en donde parece un acto de estupidez. Pero antes de
considerar jugar al límite, debe haber años de instrucción, práctica, entrega e
intención. ¿Y después? Más entrenamiento, más tiempo estancado en una
fase: el camino de nunca acabar.

Decides hacer un cambio para mejorar en tu vida. Es un cambio


significativo e involucra estar en el camino de la maestría, desarrollar una
práctica regular. Lo platicas con todos. Logras cambiar. Tu vida mejora…
después te tropiezas y caes.
No quiere decir que seas un hombre débil que no tiene voluntad. Los
tropezones son una experiencia universal. Todos nos resistimos a un cambio
significativo, no importa si es para bien o para mal. Nuestro cuerpo, cerebro,
y comportamiento se construyeron con la tendencia a permanecer igual
dentro de sus límites reducidos y recuperarse cuando algo cambia. Y es algo
bueno, porque si tu temperatura sube o baja 10°C, estarías en serios
problemas. Lo mismo aplica para cualquier función de tu cuerpo. El
equilibrio, la resistencia al cambio son llamados homeostasis. Aplica en
cuestiones psicológicas y del comportamiento.
Digamos que es tu primer día en un centro nocturno, y de repente te
empiezas a sentir mal, tu corazón late más rápido, se te baja la presión, se te
corta el habla, te duele el estómago. Quizás eso sea algo insignificante
generalmente hablando, pero es una alarma homeostática diciéndote:
“Cuidado, cambios significativos en tus oídos, tu comportamiento, tu habla.
Cualquier cosa que estés haciendo, deja de hacerlo inmediatamente.”
Recuerda que la homeostasis no distingue entre los cambios buenos o los
cambios negativos. Durante años has evitado hablar con mujeres hermosas, y
ahora que lo haces, te sientes como si estuvieras enfermo. Te resistes al
cambio.
La resistencia al cambio es proporcional al tamaño y velocidad del
cambio, independientemente si el cambio es favorable o no. Para sobrevivir
necesitas estabilidad. Y aun así, el cambio ocurre todo el tiempo. La
homeostasis se reprograma aunque cause ansiedad, enojo o desequilibrio al
principio. La pregunta es, ¿cómo superas la homeostasis? ¿Cómo cambiar
fácilmente? ¿Cómo hacemos que dure?
Estas preguntas son importantes cuando empiezas el camino hacia la
maestría. Después de años de andar escondido en una esquina, decides ser un
donjuán. Toda tu vida cambiará y tendrás que manejar la resistencia. Pero
aunque creas que el cambio será en una sola faceta de tu vida, afectará las
demás. Tendrás síntomas psicológicos y físicos. Puedes sabotear tus
esfuerzos. Puedes encontrar resistencia en tu familia, amigos y otras
personas. Eso sin contar que caigas en las tres categorías antes descritas.
En última instancia tendrás que decidir si quieres ofrecer tu tiempo y
esfuerzos en quedarte en este camino. Si es así, lo siguiente te puede ayudar.
Porque si no es aquí, te servirá en las demás facetas de tu vida.

1. Sé consciente de cómo funciona la homeostasis. Espera resistencia y


tropezones. Cuando se despierte esta advertencia en tu interior, no
necesariamente significa que estás loco o eres flojo, o que has tomado una
mala decisión. De hecho puedes tomarlos como indicadores de que tu vida
está cambiando —justo lo que querías. Yo creo que este cambio es necesario,
así que no te espantes con el primer síntoma. Recuerda que el sistema tiene
que cambiar cuando una de sus partes cambia.

2. Negocia con tu resistencia al cambio. Simplemente no retrocedas, si


crees que estás haciendo lo correcto. Tampoco significa luchar internamente.
Cuando te ejercitas, usas el dolor no como un enemigo, sino como la mejor
guía para el desempeño. Mantén tus ojos y orejas bien abiertas para abrir
signos de insatisfacción o dislocación, entonces juega en el límite del
descontento, la inevitable compañía de la transformación. El arte de jugar al
límite involucra la voluntad de dar dos pasos adelante y uno atrás, o
viceversa. Exige determinación para seguir empujando, pero no sin
consciencia. Nunca sabes de dónde viene la resistencia, pero siempre
prepárate para negociarlo.

3. Busca ayuda. Puedes hacerlo solo, pero sirve de gran ayuda confiar en
alguien sobre las dichas y riesgos de lo que estás emprendiendo. El mejor
soporte viene de las personas que han pasado o pasan por el mismo proceso,
que te cuenten sus historias y escuchen las tuyas, que te den la mano cuando
te caigas y te den ánimos. El camino hacia la maestría, afortunadamente,
fomenta los grupos sociales. Si no se puede, al menos puedes contar con tus
seres más cercanos, y pedir algún tipo de consejo o ánimos.

4. Dedícate al aprendizaje toda tu vida. Aprender es más que un libro de


aprendizaje. Aprender implica cambiar. No tiene que acabar todo cuando
logres tu meta principal o a cierta edad, y para aprender mejor involucra
aprender a aprender —que es cambiar constantemente. El aprendizaje nunca
termina.
Si piensas que no tienes tiempo o energía para emprender el camino hacia
la maestría, considera el viejo adagio que dice que, “¡Si quieres que algo se
haga, pídeselo a una persona ocupada!” ¿Recuerdas esos días en los que
apenas podías abrir los ojos en tu clase de matemáticas, pero tuviste energía
para irte a jugar con tus amigos? Tu cuerpo es una máquina que se desgasta
por la falta de uso. Hay límites, claro, y necesitas descanso y relajación, pero
la mayoría de las veces ganas energía usando energía. Uno de los mejores
remedios para el cansancio son las actividades aeróbicas. No puedes tener
energía si no te mueves.
Por más traumáticos que sean tus vivencias en las escuela, que te ponían
apodos, que tu maestra te decía que no ibas a lograr nada en la vida, que las
chicas te despreciaban, necesitas eliminar todos esos condicionamientos,
porque esas vocecitas siguen resonando en tu cabeza.
Te encuentras extrañamente atraído hacia los hombres que hacen lo que
quieren, hacia los villanos de las películas, precisamente porque expresan lo
que no reconoces en ti mismo.
Reconoce lo negativo y acentúa lo positivo. Tendrás más energía, porque
te sentirás vital. No toleres las cosas negativas. No vivas en ese estado. Lo
malo y las enfermedades no son más que una ilusión que da comodidad y
lleva a la persona a tener una negativa y venenosa realidad e insensibilidad
hacia las injusticias del mundo.
Quién sabe cuánta energía tenemos en la parte más recóndita de nuestra
personalidad. De niños somos una fuente de energía que irradiaba en todas
direcciones. Pero los padres y figuras autoritativas no quisieron ciertas partes
de esa fuente. Para tener aprobación, ponemos esa energía en una caja fuerte,
nos quedamos con los enojos, reprimimos todos esos sentimientos. Y así
hasta que tenemos cierta edad, y sólo queda la sombra de esa energía.
Antes de soltar tu energía, debes saber qué vas a hacer con ella, en qué la
vas a invertir. Reduce tus opciones, porque si tienes varias, será difícil que te
decidas por una, elige la más productiva y la que más te guste. La indecisión
lleva a la inacción, que te lleva a una más baja energía, depresión y
desesperación. Más energía guardada. No puedes hacer todo, pero puedes
hacer una cosa a la vez. En términos de energía, es mejor hacer una mala
elección que ninguna. Esto aplica muy bien en el campo. Sin abrumarte,
enlista todo lo que quieres hacer, ya sea hoy, mañana o en un futuro más
lejano y empieza a dar pasos, a hacer lo básico. Establécete prioridades.
Es fácil iniciar el camino de la maestría, el reto es quedarse en él. Todos
tienen dificultades y recompensas en el camino. No puedes evitarlas, pero es
bueno que sepas que estarán ahí. El camino no va solo, a veces interfiere con
otras obligaciones, placeres, relaciones. El viajero cuyo camino hacia la
maestría coincide con su carrera y sustento, es afortunado; otros deben
encontrar espacio y tiempo fuera de sus horas de trabajo para practicar. La
clave es ser realista, ¿podrás balancear tu trabajo con tu camino hacia la
maestría? Antes de entrar en el viaje, debes revisar tu vida. Luego considera
la posibilidad de que vas a vivir el resto de tu vida en términos de maestría y
sus principios. Sin embargo, de que hay tiempo, lo hay.

Cuando escales una montaña, sé consciente de que la cima está lejos, pero
no pienses todo el tiempo en ella. Mantén tu mirada en el camino. Y cuando
alcances la cima de la montaña, busca otra montaña más alta.
Recuerda que para recibir buenas instrucciones, no depende siempre del
maestro, sino de ti.
La competencia por otra parte, agregará sabor a tu vida; es sólo cuando
ese sabor se vuelve tu única dieta que te enfermas. La competencia es
motivadora. Toma la competencia como una oportunidad para afinar tus
habilidades. Si no juegas de corazón con una voluntad de ganar, degrada el
juego e insulta al oponente. Ganar es un elemento esencial en el viaje, pero
no es lo único. Ganar gentilmente y perder con la misma gracia son marcas
de un maestro.
Si ganar lo es todo, ¿la práctica, la disciplina, el acondicionamiento, y el
carácter no son nada? El criterio de ser siempre el número uno crea más
perdedores que ganadores. Lo importante es cómo juegas el juego.
La mejor forma de alcanzar una meta es estar presente durante el proceso.
Romper límites requiere negociar con tu cuerpo, no ignorarlo y tener una
lesión o un desequilibrio importante. La negociación involucra conciencia.
El excesivo uso de motivación externa puede disminuir tu desempeño o
hacerte abandonar tu viaje. Los niños del kínder que recibían estrellitas
aumentaban la velocidad de su aprendizaje, pero después su progreso
disminuía, incluso cuando incrementaban su número de estrellas. Cuando
dejan de dar estrellas, su progreso cae más bajo que esos grupos de niños que
no recibían estrellas en primer lugar. Y en los deportes se deja de mejorar
cuando se establece un récord, o ganan una copa importante. Como es el
premio lo único que quieren, una vez que lo tienen, su rendimiento cae.
Quizá nunca sepamos cuán largo puede ser el camino, cuánto puede lograr el
ser humano, hasta que nos damos cuenta que la máxima recompensa no es
una medalla sino el camino en sí.

La vanidad es un obstáculo. Es posible que al iniciar el camino de la


maestría era verte bien. Pero aprende algo: incluso cuando tienes años de
práctica, tendrás reveses. Los mejores jugadores fallan frente a millones. Pero
si siempre piensas en las apariencias, nunca podrás alcanzar un estado de
concentración que es necesario para un aprendizaje efectivo y un desempeño
de ensueño.
No te lo tomes todo en serio. Ríete, diviértete, incluso disfruta no ir al
entrenamiento. Todo eso te relajará, te dará un tiempo fuera, y cuando
regreses serás más creativo y tendrás más energía.
La práctica constante es la marca de un maestro. La continuidad en el
tiempo y espacio cuando es factible, puede establecer un ritmo que te anima,
y te lleva a la grandeza. Encuentra dicha y valor en repetir los mismos
rituales favoritos antes, durante y después de la práctica. Esto hará que estés
enfocado. Escucha una canción, respira profundo, incluso tómate una
cerveza. Pero sé flexible y cambia de estrategias para ver qué es lo mejor para
tu práctica. La constancia es la esencia, pero la tonta constancia es el coco de
las mentes pequeñas.
No te impongas estándares que quizá ni tú ni nadie pueda alcanzarlos.
Nada es más destructivo para la creatividad que eso. La maestría no es sobre
la perfección, es sobre el proceso, es un viaje. El maestro es el que se queda
en el camino día tras día, año tras año. El maestro es quien está dispuesto a
intentarlo, a fallar, e intentar de nuevo mientras viva.

Preocuparte por las metas, los resultados y el éxito instantáneo te ha


separado de tus propias experiencias. De forma más cruda, te ha robado
incontables horas de tu valiosa vida. Te despiertas tan apurado para bañarte
que no disfrutas el baño; desayunas a las prisas y no saboreas tu desayuno;
corres hacia el trabajo o la escuela y el viaje no lo valoras. Nada estás
valorando debido a que siempre te enfocas en las metas. En el cortejo no
cuenta estar en la intimidad sexual con una mujer si no valoras el cortejo y
sólo piensas en tener sexo. Todo el tiempo que te tomó llegar a tu meta nunca
contó. Escalar la montaña toma horas y estar en la cima dura poco.
Si vas a conocer mujeres, el camino es largo, toma ese camino como una
oportunidad para practicar con maestría. Harás las cosas de forma consciente,
apreciarás todo lo que sucede en tu camino. Cada detalle. Y no sólo cuando
tienes sexo, todos los días debe ser un culto a la práctica.
La vida está llena de oportunidades para practicar lo extraordinario, el
ritmo apacible de la maestría, que se enfoca en el proceso en vez del
resultado, paradójicamente, siempre termina por crear más y mejores
resultados en un tiempo corto que el ritmo apresurado y orientado a los
resultados. La persona que cumple sus metas sin perder su compostura, sigue
equilibrado, centrado y enfocado en el proceso en vez de presionarse
impacientemente por el logro. Es una persona que sabe como caminar el viaje
de la maestría.

Así como en los deportes tienes que practicar, también tienes que practicar
diligentemente para alcanzar el dominio en tus relaciones. Habrá altas y bajas
y largos períodos de estancamiento. Descubrirás eventualmente, en todas las
áreas de tu vida, que el aprendizaje y el desarrollo toman lugar durante tu
tiempo de estancamiento. El tiempo o el viaje no es un obstáculo entre tus
metas y tú, es una práctica espiritual. Dalo todo y no esperes nada.

Gana energía y fuerza de los golpes inesperados. No importa que tan bien
lo planees, la vida incluye golpes repentinos. Puede ser la pérdida de bienes
materiales como de seres queridos, puede ser una lesión grave, ser despedido
o que te deje tu pareja. A veces luchamos infructuosamente contra tus
infortunios, que sólo les da poder adicional sobre tu vida. A veces niegas el
dolor, lo que tiende a bloquear tus sentimientos y hace imposible que saques
algo positivo de la experiencia.
Estar relajado, no significa ser flojo. Tu cuerpo está lleno de vida y
energía. Siente desde el centro de tu cuerpo un campo de energía que crece y
se extiende unos pocos metros más allá de tu cuerpo, de modo que puedan
caber varias personas en él. Este juicio subjetivo es correcto. La relajación es
esencial para la completa expresión de tu poder. De esta forma te darás
cuenta que puedes ser más poderoso en cualquier cosa que hagas sin sentirte
tenso o rígido. Hay tanto potencial que no has utilizado. Es tu deber usarlo y
seguir aprendiendo toda tu vida. No es fácil, pero es una aventura en la que
vale la pena permanecer toda tu vida. Tendrás muchos logros, pero así como
vienen, se van, pero el camino continúa. Nunca termina. Mientras vivas,
tendrás la oportunidad de empezar.
Tener sexo con una mujer en promedio dura una hora. Pero hay miles de
horas en el campo de práctica. En realidad, todo es tan valioso siempre y
cuando estés presente en el momento.

Para ser un aprendiz, tienes que estar dispuesto a ser ignorante. Por
ignorante no me refiero a ser estúpido o no pensar, sino como alguien que no
lo sabe todo, porque es así. Por eso las personas jóvenes aprenden más rápido
que las personas mayores. Y es porque siempre están dispuestos a ser
ignorantes y los viejos no, porque creen que con su experiencia lo saben todo.
Es como tratar de llenar un vaso de agua, una vez que llega a su límite, no le
cabe más agua. ¿Estás dispuesto a ser siempre el aprendiz?

Tatúate las siguientes frases en tu mente y actúa de acuerdo a ellas, de lo


contrario sólo serán unas frases cursis para reunirse al montón:

- “¡Si lo que hiciste ayer parece grande, es porque hoy no has hecho
nada!”
- “¡Si tienes miedo a perder, no mereces ganar!”
- “¡El que piensa todo antes de actuar, nunca deja una huella que seguir
después!”

Observa tu alrededor, tus amigos, tus parientes, tus compañeros de


trabajo, toda la gente que conoces. ¿Cómo pasan sus días? Muchos de ellos
trabajan. También hacen muchas otras cosas, juegan deportes, tocan música,
tienen hobbies. Ahora pregúntate honestamente: ¿qué tan bien hacen lo que
hacen? La respuesta más probable es que lo hacen bien. Lo hacen lo
suficientemente bien para seguir haciéndolo, para seguir disfrutándolo. Pero
raramente alguien lo hace realmente bien. ¿Por qué no lo hacen como los
mejores del mundo? Después de todo, son personas buenas, aplicadas y
trabajan diligentemente. Lo han hecho por muchos años. La dura verdad es
que virtualmente nadie ha alcanzado la grandeza o se ha acercado, y sólo
pocos lo harán, o ninguno.
Esto es tan común, pero casi no lo notas, aunque es críticamente
importante para el éxito o fracaso, se presta para inventar excusas diciendo
que tus pasatiempos no son tan importantes, ¿pero qué hay de tu trabajo? La
preparación duró tantos años y a pesar de esos años, sólo lo hacen… bien. Lo
más aterrador es que la gente deja de hacerlo mejor. Los años de práctica no
importan, no lo hacen mejor de lo que empezaron a hacerlo. De hecho, se
vuelven peores. Poner años en algo no es de mucha ayuda para alguien que
quiere tener un excelente desempeño. La aspiración a la grandeza no se trata
de tener un don. Y si se cree que no se tiene un don, no se aspira a algo más
grande. Las habilidades innatas son mera ficción. Nadie nace siendo el mejor
vendedor, el mejor cirujano. Así que lo que sea que haga especiales a estas
personas, no depende de habilidades sobrehumanas.
El factor que parece explicarlo todo es la llamada práctica intencionada.
Definitivamente no es lo que muchos de nosotros hacemos en el trabajo o en
la escuela todos los días, lo que empieza a explicar el gran misterio del
trabajo: estamos rodeados de personas que han trabajado duro por décadas
pero nunca se han acercado a la grandeza. La práctica intencionada no es lo
que muchos hacemos cuando pensamos que practicamos natación o cualquier
otro interés. La práctica intencionada es difícil. Duele. Pero funciona. Mucho
de eso iguala el gran desempeño.
La práctica intencionada es un concepto extenso, y decir que lo es todo
sería simplista. Te vendrán preguntas como, ¿qué se necesita practicar?
¿Cómo? ¿Qué habilidades deben ser adquiridas? Una de las preguntas más
difíciles sobre la grandeza rodea la dificultad de la práctica intencionada. El
límite principal es mental, a pesar del campo —incluso en los deportes, en
donde pensamos que la exigencia física es la más difícil. La concentración es
tan intensa que es exhaustiva. Si la práctica intencionada es tan difícil,
¿entonces por qué algunas personas pasan por eso día tras día por años,
mientras que otros no? ¿De dónde viene la pasión necesaria?
Antes de empezar, quiero aclarar que en todos lados, todos tenemos que
desempeñarnos al más alto nivel, y después mejorar continuamente, sólo para
ser competitivo. El gran desempeño se vuelve cada vez más imperativo. No
es que unos sean mejores que otros, simplemente entrenan de una forma más
eficiente. El contenido intelectual de los materiales es el mismo, y los
cerebros de todos no son diferentes. En vez de eso, los estándares en lo que
hacemos con lo que tenemos se han levantado tremendamente. Ahora se ha
aprendido a desempeñarnos mucho mejor. Haz mucho más con lo que tienes.
Muchas cosas que quieres hacer son difíciles. Así es la vida. Te
encontrarás problemas, desánimos, y decepción. El conocimiento sobre lo
que te hace mejor en las cosas que haces, puede ser usado no sólo para
enriquecerte sino también para ser feliz.
Resulta que todos nos equivocamos sobre el concepto de talento. Si crees
que si no tienes un talento en particular para una actividad, nunca serás
bueno, o al menos nunca serás competitivo frente a los que sí tienen talento,
entonces te alejarás de muchas actividades.
Ten en mente que tus puntos de vista sobre el talento, son
extraordinariamente importantes para el futuro de tu vida, de tus hijos, tu
compañía y las demás personas. Entender el talento es muy importante. No lo
compares con el gran desempeño. Cuando tus creencias acerca del talento
afectan el curso de tu vida, tienes que hacer algo al respecto. Miras al talento
como una habilidad natural para hacer algo mejor que otros. Puede ser
identificada tempranamente, antes de que la habilidad se exprese
completamente. Es innato; naciste con eso, si no, no puedes hacerlo.
Por esta definición, muchos de nosotros creemos que el talento existe en
cada área. Si a un tipo le va bien con las chicas, crees que nació para eso.
Estás seguro de que el talento existe, pero no significa que hayas pensado
bien sobre eso.
El talento no significa nada de lo que piensas, de hecho no significa nada.
La existencia del talento no es evidencia válida. Muchos de los mejores no
mostraron evidencia tempranamente. Y no es factor determinante. No prueba
que el talento existe. Y si existe, es irrelevante. Una vez que la práctica
comienza, supones que el talento se mostrará por sí mismo, después de tres
clases. Esto no sucede. Los signos espontáneos de hecho pueden ser
problemáticos. Hay muchas historias en donde se dijo que los niños
empezaron a mostrar talento desde muy temprano, pero siempre se descubre
otra cosa: los padres estaban profundamente inmiscuidos en el desarrollo y
estímulo del niño. Dada esa cercanía entre padres e hijos, es difícil decir cuál
es el factor determinante, aunque la respuesta parece obvia. Si un niño pinta
algo en una hoja, los padres deciden alimentar esa experiencia de cualquier
forma. No es de esperarse que las biografías de los “genios” no tengan
información exacta de lo que realmente sucedió. Más bien son historias
alteradas. Es más bonito decir, “¡Mi hijo nació para ser un ganador!,” que
decir, “¡Me senté a practicar con mi hijo tres horas diarias durante años!”
Todo es arbitrario: si dicen que naciste para ganar, ganas, si no, pierdes.
Quizá el niño hizo un garabato sin sentido, pero sus padres vieron talento o
una figura imaginaria y desde ahí comenzaron a alimentar eso. Funciona
como todo el condicionamiento social: lo aprendes de tu entorno. Si desde
niño te hubieran dicho que serías el mejor seductor de la historia, y diario te
lo hubieran repetido, te apuesto a que ahorita no estarías leyendo este libro,
más bien, tú lo estarías escribiendo. ¿Es una teoría descabellada? No lo creo.
Además todo requiere práctica y trabajo duro. No hay otra forma. ¿Sigues
creyendo en el talento? Yo creo que el talento se desarrolla. Algunos
requieren más tiempo, otros menos, pero requiere desarrollo.
Necesitas reestructurar tus puntos de vista sobre el talento innato. No
necesitas ser absolutista. Lo importante es saber que el talento no es tan
importante como creías. Incluso cuando admites que la creencia sobre el
talento es débil, sabes que un gran logro requiere de habilidades
excepcionales. No alcanzas el nivel más alto sin habilidades sólidas. Examina
tus creencias, por mejor argumentada que estén.
Nada ha indicado que has alcanzado tu límite. Es muy difícil decir hasta
dónde llega tu límite con la práctica adecuada. Lo que sea que midan en las
pruebas de inteligencia, no miden todas las capacidades. No necesitas ser
especialmente inteligente, como se piensa tradicionalmente. Ya que hay
diferentes tipos de inteligencia: inteligencia lingüística, musical, lógica-
matemática, espacial, corporal-kinestésica, emocional, intrapersonal,
interpersonal, naturalista. La inteligencia no implica sólo lo académico. Nada
de esto sugiere que ser inteligente sea malo si quieres tener éxito,
simplemente no debe usarse como pretexto. Y en última instancia no se trata
de las habilidades con las que naciste, sino que las pongas en práctica en
áreas que sean productivas.
Algunas dimensiones de la personalidad encajan con el éxito en ciertos
tipos de trabajo; sí, los vendedores tienden a ser extrovertidos, por ejemplo.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta lógica: ¿Sigues atascado con los rasgos
personales que tienes? Investigaciones sugieren que las dimensiones
personales no varían mucho sobre el curso de la vida de una persona. Pero
eso, por supuesto, no necesariamente limita los logros de una persona; sólo
limita los campos en los que una persona puede destacar. En adición,
sabemos que en un campo dado, las personas exitosas han cambiado sus
personalidades en formas significativas. Pero no es tanto que cambies tu
personalidad, sino que cambies tu comportamiento para anular algunos
rasgos de tu personalidad y adoptes otros. Y no hay necesidad de discutir. Lo
que importa es que no estás limitado por tu personalidad.

A este punto ya no podrás evitar preguntarte si hay, entonces, otro rasgo


que haga la diferencia entre si tienes un desempeño extraordinario o si
fracasas. La respuesta es: sí, por supuesto. En realidad sí existen factores en
lo que no hay mucho que hacer, v.g., problemas de salud, mentales y
psicológicos, trastornos que no entendemos del todo. Pero haciendo esos
casos a un lado, y considerando a las personas en general, las limitaciones
son sólo físicas. Si eres muy bajo de estatura, probablemente no serás
basquetbolista. El físico sí es algo innato, los luchadores de sumo
probablemente no serán velocistas.
De eso no hay duda. Lo que es sorprendente es que cuando se trata de lo
innato, los límites que los adultos saludables pueden superar, todavía están en
disputa. Se tiende a pensar que estamos limitados para siempre de todas las
formas de éxito debido a los rasgos con los que nacemos o no nacemos. Pero
el rango de casos en los que esta creencia es verdad es algo demasiado
estrecho, más de lo que creemos. El 90% de las barreras que te impones, son
imaginarias. Lo que realmente necesitas saber, no es lo que te detiene o no,
sino lo que hará que vayas más lejos que los demás. Ya no se trata de lo que
hace que destaques, sino lo que hace que no destaques.
No es la experiencia. No sólo estás rodeado de gente con gran experiencia
que no es peor ni mejor que tú. También hay evidencia de que en muchos
campos mucha gente empeora con los años en su trabajo. Ya no se trata de
tener habilidades. Las habilidades no determinan la excelencia. Hay
excepciones para cada caso. Por esa misma razón, haz que tu caso sea una
excepción.

Supongamos, en el mejor de los casos que sales a conocer mujeres tres


días a la semana cuatro horas cada día, pero, ¿cuánto tiempo practicas? El
trabajo duro hace la diferencia, pero no siempre lleva al desempeño
extraordinario. Diseña tu práctica a trabajar en tus necesidades específicas.
No necesitas hacer todo bien, sólo necesitas hacer bien ciertas cosas.
Enfócate en practicar exactamente en esos requerimientos. Entiende
exactamente lo que necesitas para ser dominante en tu campo. Enfócate en
esas cosas y no en otras que pueden parecer generalmente deseables. No hay
nada de bonito en desvelarte para ir a bares a conocer chicas y ser rechazado
más que el hombre promedio, pero si es necesario para tus fines y superar a la
competencia, es importante.
A pesar de los maestros, las clases, las horas de práctica, la edad en la que
empezaste, el factor clave es practicar por cuenta propia. Muy pocos lo saben,
todavía menos lo hacen. Este hallazgo se vuelve más rico en significado
cuando consideras otros aspectos de la práctica. Justo como los pocos que
saben que es la actividad más importante, tienen claro que es difícil y no es
divertido. Es más difícil que hacerlo por diversión o con otros. La práctica es
tan difícil que hacerla requiere que arregles tu vida en formas particulares. Y
además, mucha práctica requiere de mucha recuperación: dormir más y
comer más. Si practicas solo, puedes hacerlo casi sin límites. Aunque no lo
consideres fácil o divertido, tienes mucho tiempo para practicar.
Las implicaciones son incluso más fuertes de lo que parecen. Sí, más
práctica está poderosamente asociada con el mejor desempeño. Pero si no
empiezas desde ahora, tendrás cada vez más responsabilidades con el tiempo
que pase. Y si en verdad quieres ser el mejor, necesitarás doblegar tu tiempo
de práctica. Un cambio significativo en tu vida debe hacerse, y quizá no sea
el más divertido.
Hallazgos indican que se necesitan al menos diez años para ser bueno en
algo. En matemáticas, ciencia, música, literatura, nadie, ni el más talentoso se
ha vuelto grande sin al menos diez años de buena preparación. Excelente
desempeño, excelente práctica, no hay más. Puedes seguir mejorando
después de rebasar tus límites. Puedes mejorar sabiendo cómo. Simplemente
los períodos de estancamiento son más largos. Siempre hay algo que mejorar.
Tu trabajo es hacerlo posible.
Se dice que el trabajo duro es la clave, no necesariamente. El problema es
que la definición de la práctica es vaga. La realidad va más allá de “¡La
práctica hace al maestro!” Más bien, se basa en un concepto específico de
práctica intencionada. Esto es críticamente importante. No significa lo que
muchas piensan. Su entendimiento te llevará a un camino de grandes logros
en cualquier campo.

No es lo que todo mundo hace cuando practica. Hay práctica que puede
darte resultados más rápido y hay práctica que no te dará los resultados
deseados. La práctica puede extraviarte. La práctica intencionada se
caracteriza por muchos elementos dignos de examinarse. Está diseñada para
mejorar y muchas veces con la ayuda de un maestro. Puede constar de miles
de repeticiones, retroalimentación, demanda mental, demanda física, y no es
tan divertida.
La clave es diseñar tu propia práctica, y ésta sólo puede ser diseñada por
un experto. Aunque muchas veces puedes desarrollar las habilidades
suficientes para desarrollar tu propia práctica, es mejor hacerlo con un
maestro. Los deportistas de élite siguen teniendo maestros. El soporte va más
allá del maestro por sí solo, sino que ellos tienen la habilidad de ver lo que
haces en formas que no puedes verte a ti mismo. Es muy difícil ser bueno sin
la ayuda de un maestro. Ellos estarán ahí para exigirte ir más allá de tus
habilidades actuales. Puede ser obvio, pero pocos lo hacen en las actividades
que practican. No pretendas hacer lo mismo siempre y esperar mantener o
superar tu nivel de desempeño. La práctica intencionada requiere que
identifiques ciertos elementos tremendamente definidos de tus habilidades
que necesiten mejorarse, y trabajar atentamente en ello. Esto también es una
habilidad importante.

Existen tres círculos en tu progreso para progresar. Uno es la zona de


confort, el segundo es la zona de aprendizaje y el tercero es la zona de
pánico. Sólo escogiendo las actividades que estén en tu zona de aprendizaje
puede proporcionarte un progreso. Son las habilidades que apenas están fuera
de tu alcance. No puedes progresar en tu zona de confort porque son
actividades que haces fácilmente, mientras que en la zona de pánico son tan
difíciles que ni siquiera sabes cómo hacerle y te desalientas por lo mismo.
Identificar la zona de aprendizaje, que no es simple, y luego fuérzate para
estar ahí continuamente conforme va cambiando. Es decir, tu zona de
aprendizaje va evolucionando poco a poco. Estas son las características
principales de la práctica intencionada.

Repetir una actividad específica una y otra vez es lo que llamamos


práctica, aunque para muchos de nosotros no es especialmente efectiva.
Después de todo, estás repitiendo algo en el campo de práctica. Pero hay
cosas que separan la práctica intencionada que de lo que haces normalmente.
Una es la elección de una actividad propiamente demandante en la zona de
aprendizaje, como ya discutimos. La otra es que tu práctica puede ser
inservible si no te enfocas en nada en particular. La otra es la cantidad de
repeticiones. Los mejores repiten su práctica a una extensión sofocante.

Practicar sin retroalimentación es como jugar con los ojos vendados. Al


trabajar la técnica que quieras, pero sin ver sus efectos, dos cosas pasan: no
mejorarás y dejará de importarte. Las dificultades vienen cuando los
resultados requieren de una interpretación. Puedes creer que lo hiciste bien,
pero si eres un aprendiz no puedes confiar en tu propio juicio. Si necesitas
evaluación sobre tu práctica, tu opinión no cuenta. En el cortejo tu
retroalimentación serán las mujeres, pero aun así, necesitas evaluación aparte
de las mujeres.
La práctica intencionada está en el esfuerzo, el enfoque y la
concentración. Buscar continuamente exactamente esos elementos de tu
desempeño que son poco satisfactorios y luego intentar cosas difíciles para
mejorar, implica una enorme habilidad mental. El factor que limita tu tiempo
de práctica es tu habilidad de sostener la concentración.
Hacer las cosas que sabes cómo hacerlas es disfrutable, y es exactamente
lo opuesto a lo que la práctica intencionada demanda. En vez de hacer las
cosas que haces bien, busca insistentemente las cosas en las que no eres
bueno. Constantemente estarás buscando esas actividades dolorosas y
difíciles que te harán mejorar. Después de cada repetición, te forzarás a ver o
que te digan exactamente lo que estás haciendo mal para que puedas repetir
las partes más dolorosas y difíciles de lo que has hecho. Continuarás el
proceso hasta que estás cansado mentalmente. Eso es lo que tiene que
hacerse, sólo puedes consolarte en ese hecho. Eso separa a los mejores de los
demás. Si no, todos lo harían. Además, el hecho de que sea difícil es una
buena noticia. Significa que muy pocos lo harán. Así que tu voluntad te
distinguirá de los demás.

Aun así, la práctica intencionada y practicar el doble tampoco es todo. La


vida real es muy complicada para aventurarse a eso. Estás afectado por
muchas circunstancias. Necesitas un ambiente que te soporte. Juntarte con las
personas correctas, no tener accidentes… en sí, habrá muchos factores fuera
de tu control. En otras palabras, también necesitas suerte. Es difícil de aceptar
pero así es. Hay muchas diferencias entre la práctica de persona a persona.
Esto puede variar por la calidad de los mentores. La práctica puede diseñarse
bien o mal. También depende de tu autoestima y tu esfuerzo. La intensidad,
tus estados de ánimo, problemas familiares. En el exterior todos hacen lo
mismo, pero en el interior suceden cosas muy diferentes.
Simplemente no puedes ser el seductor más grande de toda la historia,
porque dependes de muchos factores, no porque no sea posible. Al menos
tendrías que pasar por el mismo camino o por uno mucho mejor que el
seductor más grande de toda la historia, y eso es imposible. No es creencia
limitante, es la realidad. ¿Pero para qué quieres ser mejor que todos? Por eso
necesitas dar simplemente lo mejor de ti y no basarte en resultados externos.
Sino en dar lo mejor de ti. No hay mejor recompensa. No te desanimes. Malo
si eso te desanima. Todo es un factor, pero ninguno es el determinante. Y
como ningún factor es determinante, siempre puedes ser la excepción a la
regla.

Es probable que estar en el camino de la práctica intencionada en forma


extensiva no te haga ser el mejor de todos los tiempos, empero, te hará
superior en tu campo. Así como hablaba de las circunstancias, puede que un
seductor consumado pueda tener sexo con una mujer que opuso resistencia
mientras que un aprendiz pudo haberse frustrado por lo mismo. Parece que
los mejores han entrenado tanto durante tanto tiempo que parece que lo hacen
automáticamente. Pero de hecho, lo que han alcanzado es la habilidad de
evitar hacerlo automáticamente.
Es decir en primer lugar, hay tres etapas cuando haces algo nuevo. La
primera estación demanda mucha atención a todo lo que haces, aprendes las
reglas, y todo eso. En la segunda etapa coordinas todo tu conocimiento,
fluyendo un poco más, mezclas tu conocimiento con cada la situación. Y la
tercera etapa es cuando parece que lo haces automáticamente, y con eso, tu
aprendizaje disminuye dramáticamente y eventualmente se detiene. No
necesitas más para tener una vida cómoda. Y es bueno, porque te divertirás
un poco más y el resto del tiempo te preocuparás por otras cosas más
importantes. Pero cuando ocurre algo inesperado, es cuando caes.
En segundo lugar, por el contrario, los que viven de sus habilidades, no
tienen permitido alcanzar el modo automático. Ese es el efecto de la
constante práctica intencionada. Evitar hacerlo automáticamente. Hacer las
cosas que no puedes hacer cómodamente hace que el comportamiento
automático sea imposible. Es obvio que necesitan poner menos pensamientos
en ello que un novato, pero el desempeño es siempre consciente y controlado,
no automático. Y evitar el modo automático es un indicador de que siempre
estás mejorando, y por esa misma razón puedes estar en los mejores niveles
por mucho tiempo.

Aunque la práctica intencionada es clave, existen dificultades si no se


entiende por completo qué es lo que sucede, y no puedes darle un buen uso a
menos que sepas cómo funciona. Los factores internos, son los que cambian.
A este punto la evidencia de que la práctica correcta puede hacer que alguien
sea excepcional es fuerte. Pero seguirás preguntándote cómo sucede. Hasta
que no entiendas eso, el marco teórico no puede ser enteramente persuasivo,
y no podemos aplicarlo de la forma más efectiva. Sabemos que un motor
mueve a un carro, pero no te servirá de nada si quieres que tu carro sea más
rápido o corra de forma eficiente.

En general, la práctica se trata de empujarte más allá de tus límites. Ahora


tienes que saber qué sistemas, físicos o mentales, los mejores explotan y
construyen. Todo esto te permitirá percibir más, saber más y recordar más
que los demás. Eventualmente los efectos van más allá de eso. La práctica
intencionada cambia el cuerpo y el cerebro con el tiempo. Por eso los mejores
operan desde un plano diferente. No empiezan de ese modo y la
transformación no sucede por sí misma.
La importancia no es literalmente lo que ves, sino lo que percibes. La
percepción se extiende más allá de la vista. Se oye mejor cuando se escucha y
se siente más cuando se toca. Con los años de práctica se perciben todavía
más cosas. Aprende a notar la información nada obvia para los ojos comunes,
que es lo que más cuenta. Probablemente no serás capaz de hacer mucho con
esta información la próxima vez que estés practicando porque no has pasado
miles de horas aprendiendo cómo leer los sutiles gestos de los demás.
Necesitas practicar para que esto te sirva de ayuda.
Cuando anticipas lo que va a pasar, estás literalmente viendo tu futuro.
Anticipando, te preparas para desempeñarte mejor. Puede ser sólo un
segundo, pero ese segundo hace la diferencia. Una cosa es prolongarte y otra
cosa es anticipar las respuestas. Una cosa es vivir en el momento y otra cosa
es estar racionalizando en tu cabeza. Mucho sobre el poder de mirar en el
futuro viene del simple acto de elevar tu mirada y tener una nueva
perspectiva y usarlo como práctica intencionada. Las consecuencias en el
futuro siempre cuentan, y mirar hacia adelante —racionalmente—, siempre
es una ventaja.

Nunca tenemos la suficiente información como quisiéramos. Tener


información empuja a dos limitantes que todo mundo enfrenta: toma tiempo y
cuesta dinero. Hacer decisiones importantes rápidamente a un bajo costo es
una ventaja competitiva en todos lados. Los mejores, a través de la práctica
extensiva, aprenden esta habilidad para tomar decisiones que son críticas en
el campo. Una diferencia de segundos puede significar ganar o perder.
Parece obvio que los mejores saben más que los promedio; pero no es tan
obvio como parece, y de hecho hay veces en las que no es verdad. Un poco
de lo que ellos creen probablemente reside en lo que muchos de nosotros
pensamos. Los mejores no vienen de un conocimiento superior pero sí de
métodos superiores de razonamiento y poder de razonamiento. No necesitas
realmente saber mucho sobre un campo si saben las mejores formas de
analizar un problema y reflexionar sobre él. Sin embargo el ingrediente más
importante es que el conocimiento nunca te va a perjudicar. Simplemente no
es un pretexto ni un factor determinante. En el cortejo alguien que no sabe
sobre esta teoría puede ser extremadamente bueno, pero si tú practicas
constantemente y de la mejor forma y tienes este conocimiento, sin duda
tendrás una ventaja importante. Construir y desarrollar conocimiento es una
de las cosas que la práctica intencionada logra. Extender constantemente tus
habilidades en un campo requiere amasar conocimiento adicional, hacer esto
por años desarrolla las conexiones críticas que organizan todo ese
conocimiento y lo hacen útil. Seguido de la acción, claro está. Debes notar,
por cierto, que la importancia central del conocimiento para el gran
desempeño elimina por completo la teoría del talento innato, pues nadie nace
con un conocimiento vasto sobre nada.
Por otro lado, el conocimiento no te servirá de nada si no puedes
recordarlo. La respuesta, que me ha servido mucho es anotar e implementar
rápidamente lo que he anotado. Porque ya no tienes que recordar, sino
interiorizar. Y la memoria se alcanza durante años de práctica intencionada.

Al estudiar a las personas verdaderamente exitosas, no podrás encontrar


una forma de relacionar tu propio desempeño con lo que ellos hacen; no
podrás imaginar un camino concebible que te lleve de donde estás adonde
ellos están. Es por eso que caes en el error de describir a esas personas como
de otro planeta; que son superhombres; que son increíbles. Es verdad que son
fundamentalmente diferentes. Sus cuerpos y mentes son diferentes al tuyo en
formas profundas. Tienen cualidades que no posees. Pero haces mal en
pensar que el desempeño excepcional es un misterio eterno o un resultado
predestinado desde que naces. Es, más bien, el resultado de un proceso, los
elementos generales que ya son claros. Y hay un camino para llegar a esos
niveles, incluso superarlos. Pero el camino es muy largo y demandante, y
sólo poco lo seguirán hasta el final. No importa qué tan lejos sea, el viaje
siempre es benéfico. Empieza al aplicar los elementos del proceso. La
pregunta es, entonces, ¿cómo?

Los mejores escritores o músicos no se sentaron y dijeron, “¡Voy a hacer


una obra maestra!,” nada más porque se les ocurrió de repente. No. Trabajan
día tras día en aspectos específicos que necesitan mejorarse. Ya sea con
retroalimentación a por medio de prueba-error.
Las demandas para alcanzar un desempeño excepcional son tan grandes y
se extienden durante muchos años, que nadie podrá alcanzarlas sin un total
compromiso. El primer reto para diseñar un sistema de práctica intencionada
es identificar los pasos inmediatos a seguir. Sin embargo, en muchas carreras,
y en los escenarios avanzados, no hay un currículum establecido, ningún
material específico a ser estudiado o dominado. Para decidir qué habilidades
hay que trabajar, y cómo hacerlo, tienes que usa tu sentido común. Pero como
estás poco calificado, necesitas ayuda. Encontrar esas personas no es tan
fácil, pero siempre es posible perseguir el principio general: en todas las
prácticas es valioso tener los puntos de vista de los que más saben sobre lo
que deberías trabajar y hacer. Afortunadamente en el cortejo, las mujeres te
dan constante retroalimentación. Y los obstáculos que se te presentan te dan
la idea de lo que debes estar trabajando. Y como cada situación es única y no
corres prácticamente ningún riesgo o pérdida, puedes empezar a confiar más
en tu sentido común. Pero siempre ten en mente que la retroalimentación es
crucial en la práctica efectiva, y la gente tiende a olvidar lo que pensaron en
el pasado. Una excelente forma es escribir tus desempeños. Así tendrás una
práctica más metódica y mejorarán tus resultados. Tendrás una base más
sólida. Teoría-Práctica-Reporte.
La práctica no tiene ningún valor sin una buena retroalimentación sobre los
resultados. La práctica no te hará ningún bien si no la evalúas después. A
éstas se les llama autoevaluaciones. No son evaluaciones de, lo hice bien o
mal, más bien es juzgarte de acuerdo al estándar que es relevante para lo que
estás intentando alcanzar. Puede ser comparar tu desempeño con tu mejor
marca o la mejor marca de alguien más. Obviamente esa comparación debe
empujarte más allá de tus límites. El equilibrio está en buscar estándares no
tan altos como para que no te desanimes o sea destructivo, y estándares no
tan bajos como para que no te motives y no avances. La evaluación de tu
desempeño no debe ser afectada por factores externos como el clima, otros
competidores u otras circunstancias, sólo tu desempeño. La práctica
intencionada es tan demandante que nadie puede sostenerla por mucho
tiempo sin una fuerte motivación.

Pocos lo hacen bien, y muchos no lo hacen; mientras más rápido


empieces, mejor. Pocos quieren ser grandes. Esa es la dura verdad. Para
aquellos que realmente quieren serlo, los principios de grandeza muestran
claramente lo que toma para llegar ahí. Un comienzo tempranero en el
desarrollo crea ventajas considerables.

Demasiada experiencia dentro de un campo puede restringir la


creatividad, porque conoces tan bien cómo deben ser hechas las cosas que
eres incapaz de escapar y tener nuevas ideas. Y tienes muchas razones para
pensar esto. Si quieres una solución creativa a un problema, te convendría
encontrar alguien que sepa un poco de la situación pero no demasiado. Por
eso insisto en la retroalimentación, en exponerte a nuevos pensamientos,
actualizarte, y buscar la forma más eficiente de hacer las cosas. El logro
creativo no viene de repente. La creatividad se logra después de un período
de trabajo duro. Es buscar nuevos límites y nunca estancarse. El
conocimiento es un estorbo si no buscas ampliar sus horizontes. Mira a tu
carrera como un campo en donde es importante innovar. La creatividad es
adaptarse y extender lo que ya existe. Alguien que diga que alcanzó la
creatividad de la noche a la mañana, es una persona de origen cuestionable.
Otro aspecto muy importante de la innovación es que se dice, “¡Hay que
ser innovadores!”, pero nadie entiende claramente lo que significa. Indecisos,
no llegan a ningún lado. Si quieres innovar, te beneficiarías sabiendo qué tipo
de innovación será más valiosa. Porque esperar la iluminación no funcionará.
Se cree que las personas son más innovadoras cuando no se les ofrece
recompensas extrínsecas; ofrecerles una recompensa puede, de hecho, reducir
su creatividad. No todos estarían de acuerdo, pero el punto es intuitivamente
plausible: la gente que está validada internamente para crear, es más creativa
que quienes sólo lo hacen por el dinero. Y como ya te habrás dado cuenta, el
dinero nunca está en la cima de los motivadores. Una evidencia clara
demuestra la conexión entre el pensamiento creativo y los valores
ampliamente inferidos —el compromiso de una persona y sus aspiraciones.
La creatividad es un esfuerzo intencional. Querer alcanzar la maestría en un
campo, comprometerte a un largo y arduo trabajo para alcanzarla, y luego
intentar innovar. Así es como sucede. La creatividad está disponible para
todos. El límite es la voluntad de hacer el trabajo difícil.
Es importante empezar temprano y continuar hasta el final. Empezar
temprano tiene más ventajas que se vuelven menos disponibles más tarde.
Más tarde tendrás más responsabilidades y menos tiempo, mientras que de
joven podrás hacer actividades que cuestan dinero en vez de tener que ganar
dinero para sobrevivir. Empieza antes de que tengas que hacer cada vez más
sacrificios.
También es muy importante que te inmiscuyas en ambientes y con
personas que soporten tu área. Muchos encuentran dificultades en esto, pero
es importante, porque es mejor pasar tiempo con quienes te apoyan y te
fuerzan a empujar tus límites y alcanzar metas, en vez de pasar el tiempo con
personas que están cuestionándote y presionándote.
Esto tampoco interfiere ni obscurece los factores entre la edad y el logro.
Incluso cuando los jóvenes se desempeñan excepcionalmente, usualmente se
desarrollan más tarde. En muchas áreas, la edad no interfiere con el
desempeño. La vejez es un estado mental que puede afectar lo físico y
espiritual. La clave es no ponerlo como pretexto ni como limitante. Es cierto
que la edad avanzada disminuye la velocidad y destreza en las habilidades en
general como a todo mundo le pasa, excepto en su campo de experiencia.
Después de todo, hemos visto repetidamente que el gran desempeño no viene
de habilidades superiores en general, sino de habilidades específicas que han
sido desarrolladas de una forma en particular en un largo período de tiempo.
Además, siempre puedes desarrollar estrategias para compensar la rapidez y
la fuerza. Si disminuye tu desempeño muchas veces se da por factores
específicos como la falta de práctica, la motivación, que ya no sigues ciertos
regímenes, que ya no empujas tus límites. Es mejor estar muerto que no
seguir hacia adelante. No es que tu cuerpo se detenga, es que has decidido
dejar de exigirle.

Es obvio que los practicantes regulares pasan más tiempo trabajando en


las cosas que ya pueden hacer, mientras que los excepcionales pasan más
tiempo trabajando en lo que no pueden hacer. Del lugar de los constantes
reveses, es de donde vienen los mejores. Esto despierta la pregunta de por
qué alguien preferiría pasar por eso en la búsqueda de una recompensa que
está muchos años en el futuro. Esto es una pregunta profunda. Es una
pregunta sobre lo que la gente decide hacer con sus vidas y qué tipo de pasión
las maneja.
La pregunta central sobre la motivación para alcanzar un gran desempeño
es si es intrínseca o extrínseca. Mira al asunto desde cualquier perspectiva y
el resultado parece ser siempre el mismo.

Las personas con una motivación intrínseca alta, dominan sus tareas, pero
buscan retos más grandes y pretenden alcanzarlos con mejores habilidades
para seguir experimentando flujo. Es el equilibrio entre la práctica
intencionada y empujar los límites. Son las personas que se excitan con los
nuevos problemas y encuentran recompensas no sólo en la solución sino
también en el proceso de buscar soluciones. Los motivadores no deben ser
extrínsecos. Cuando empiezas a ganar más dinero, cuando conquistas más
mujeres, lo único que permanece es un conductor intrínseco. Aunque la
competencia y la motivación ofrecen mucho placer, demasiada motivación
extrínseca se vuelve perjudicial. Además, la motivación interna creará
motivación externa, lo que reforzará la motivación interna. En otras palabras,
si estás desapegado al resultado y lo que queda es la motivación interna,
paradójicamente tendrás buenos resultados, los cuales no te harán ningún
daño, sino todo lo contrario. Es lo que externamente andas buscando, y es un
reflejo de qué tan motivado estás internamente.
Los motivadores externos, que son los resultados, te sirven para comparar
resultados y si debemos cambiar o continuar el trabajo. La práctica
intencionada se beneficia de los motivadores extrínsecos, especialmente en
las primeras fases. Con la aprobación de los maestros y otras fuentes
externas. Ambas cosas te sirven de mucho, pero la motivación externa
siempre debe estar sustentada por la motivación interna. La motivación
interna es para seguir empujando límites y la motivación externa es para darte
cuenta si estás progresando, que es lo que quieres al final de cuentas.
La pasión no te acompaña en este mundo, más bien, como las habilidades,
se desarrolla. Los mejores están motivados a mejorar, pero muchos de ellos
no empezaron de esa forma. Una pequeña ventaja en algún campo puede
despertar una serie de eventos que producen ventajas más grandes. Un niño
más rápido que los demás puede motivarse por eso y desarrollar sus
habilidades de modo que sus ventajas serán mucho más notorias. Esa
satisfacción conduce a practicar más. Es el efecto multiplicador, que muchas
veces, es totalmente arbitrario. Y aquí es donde la genética no se puede negar,
aunque sea una ventaja muy pequeña. Lo curioso es que esa mínima ventaja,
se multiplica si se le alimenta. Sobresalir a determinada edad es una excelente
forma de atraer atención y elogios, alimentando el multiplicador, en cualquier
tipo de habilidad innata. Incluso, puede ser falsificado. Se puede alimentar
habilidades que no existen realmente, por lo que comprueba la importancia
de la motivación externa.

Al final, no puedes llegar al corazón de todo esto, no puedes explicar


completamente y generalmente por qué ciertas personas empujan sus límites
y eventualmente se vuelven de clase mundial. Es cuando debes dejar a un
lado las investigaciones superficiales y buscar en el único lugar que queda,
que es dentro de ti mismo. ¿Qué causará que te vuelvas excelente en lo que
estás haciendo? La respuesta depende de dos preguntas básicas: ¿Qué es lo
que realmente quieres? ¿Y qué es lo que realmente crees?
Lo que realmente quieres es fundamental porque la práctica intencionada
es una inversión bastante fuerte. Así que, ¿qué te tomará para que aceptes
todo eso en la persecución de tu meta? ¿Qué querrías tanto que te
comprometerías el trabajo necesario, duro e interminable, sacrificando otros
intereses? Lo que sea que los mejores quieren, es qué tanto lo quieren.
Y profundizando más, pasamos a lo que realmente crees. ¿Crees que
tienes elección en este asunto? ¿Crees que si haces el trabajo, propiamente
diseñado, con enfoque intenso por horas al día y años, tu desempeño crecerá
dramáticamente y eventualmente alcanzarás los mejores niveles? Si
realmente lo crees, entonces hay una oportunidad de que harás el trabajo y
alcanzarás grandes desempeños. Pero si crees que tu desempeño estará
siempre limitado por la falta de un don específico, o por la falta de
habilidades generales a un nivel que piensas que es necesario, entonces no
hay oportunidad de que puedas lograrlo.
Por eso es que esta creencia es trágicamente limitante. Todos los que han
alcanzado el mejor nivel se han encontrado con terribles dificultades sobre el
camino. No hay excepciones. Si ves los contratiempos como evidencia de que
te faltan cosas, te darás por vencido, no lograrás nada. Lo que realmente crees
se convierte en los cimientos de todo lo que alcanzarás. Esas creencias
pueden ser extremadamente asentadas. Esta evidencia no ofrece una garantía
fácil. Muestra que el precio del logro es extraordinariamente alto. Es
inevitable no encontrarte a muchas personas que eligieron no pagar el precio.

Podrás encontrar evidencia de que muy pocos se vuelven grandes. Con


esto entenderás que no cualquiera puede ser el mejor. No es para todos, es
para quien decide hacerlo y creerlo. Los puestos más altos no están
reservados para los predestinados. Hay un lugar disponible para ti cuando
decidas hacerlo y creerlo. ¿Lo tomas o lo dejas?
Conclusión
Una petición
En la introducción incluí la historia del porqué comenzó todo esto. Ahora,
en la conclusión, incluiré la historia con la que me di cuenta de que el Kino
Brutal estaba consolidándose, cuando fortalecí todo lo que había aprendido
en la práctica y en la teoría. Recuerda que mi intención no es la de hacerme
pasar como el que todo lo puede. Así como en mi primera historia fui
brutalmente honesto, también lo seré esta vez. Las mejores historias se dan
cuando menos lo esperas y éstas no son las perfectas, sino las que te dejan
una gran enseñanza, una aventura para contar y un buen sabor de boca.

Abraxas me citó en su departamento a las cuatro de la tarde. Me


había hecho la idea de que haría una comida y una borrachera con los
amigos de siempre. Por lo tanto, no tenía la mentalidad de ir a ligar,
aunque iba preparado para cualquier cosa. Llegué al cuarto para las
seis y me encontré amigos que no esperaba ver: Clemente, Gibrán
― una cara nueva ― , Germán y a Ryu. Al ver que solamente
estaríamos nosotros, me imaginé que sucederían tres cosas: a)
Aconsejaríamos a Gibrán sobre aspectos importantes en el ligue
causándome la tendencia a beber de más; b) Saldríamos al Pata
Negra para presionarlo a que hablara con las chicas; c) Las dos
anteriores.

Bebí de más y nos dirigimos al Pata Negra no sin antes recoger a


la novia de Abraxas.

No tuve un buen inicio de noche. Le hablé a una mesera que me


pareció atractiva y terminó ignorándome; pedí una cerveza no sé por
qué razón y con esto se me ocurrió una línea que me pareció graciosa
y se la dije a una chica de un grupo de tres mujeres que consideré la
más dispuesta. Estaba bonita, pero no necesariamente era la más
guapa. Curiosamente, la más atractiva fue la que me dio indicadores
de interés, pero ya era demasiado tarde para cambiar de objetivo, y la
chica con la que hablé inicialmente quiso hacerse la graciosa y
terminó por fastidiarme; quise también sacar a bailar a una chica que,
por más que le rogué, no quiso bailar conmigo.

Probablemente mi noche hubiera seguido siendo catastrófica, pero


Abraxas apareció para ponerme en el camino correcto, con unas
palabras que nunca olvidaré.
― ¡Wey, ya es la segunda vez que te pasa! No mames, hay viejas
más buenas por allá.
Me quedé sentado platicando con Germán sin hacer otra cosa que
observar a las mujeres que estaban en el recinto. Las palabras fueron
un balde de agua fría, pero de alguna manera decidí esperar sentado
hasta ver a una chica que me atrajera. Afortunadamente no tuve que
esperar mucho tiempo, porque llegó una chica preciosa y sexy en
muletas. Entre bromeando y hablando en serio le dije a Germán, “¡Le
voy a decir que si quiere bailar!” Nos empezamos a reír, pero yo
sentí la necesidad de hacerlo. No me dejé otra opción más que
acercarme y decírselo. A ella y a sus amigas les pareció una broma
cruel pero graciosa.
Guardé sus muletas y le dije que yo sería ellas ― o sea las
muletas ―, toda la noche. Y lo hubiera hecho con todo gusto,
porque esta chica tenía un lindo rostro y buen trasero. A estas alturas
me parece justo mencionar que ella tenía unas copas de más porque
en todo momento se estuvo balanceando y no fue precisamente por
su discapacidad. También me pareció muy extraño que en varias
ocasiones metiera su mano en mi bolsillo del pantalón en donde tenía
mi celular. Desconozco si era una señal similar a la que me mandaba
cuando ella tocaba mis nalgas o cuando trataba de besarme, o si
quería llevarse mi celular. De todas formas terminamos besándonos y
no me quitó el celular.
En este tiempo en el que he usado brackets, encuentro muchas
dificultades para poder besar cómodamente a la mayoría de las
mujeres, pero cuando lo consigo me enamoro de la mujer en
cuestión. Y así fue con ella. Pude besarla cómodamente y estuve
enamorado de ella todo el tiempo, hasta que conocí a su amiga. De
inmediato supe que yo le había agradado, porque aceptó bailar
conmigo y todo lo que implica bailar conmigo ― es decir, la
aplicación del Kino Brutal. Por si fuera poco, empezó a calificarse
ante mí, pero también supe que andaba de un humor chocante. Ignoro
cuál haya sido el motivo por el que me quitó a Andrea ― que así se
llamaba mi chica ― , pero por su culpa ya no volví a verla.
Regresé con mis amigos sin sentirme mal por ello. En ese
momento me di cuenta de que Clemente estaba afuera porque, según
él, se sentía mal, cuando era obvio que tenía miedo de hablar con una
chica. Salí junto con Gibrán para convencerlo de que se animara y se
metiera, pero sus excusas y su egoísmo me parecieron patéticos. Y
antes de que me contagiara de su vibra, volví a entrar. Cuando estuve
ausente pasaron dos cosas: me encontré a Liliana, la mujer ardiente
que meses atrás había besado e intentado deshonrar en los baños del
Pata Negra. Estaba bailando con un tipo, pero cuando pasé junto a
ella, los interrumpí:
― ¡Yo te conozco!
― ¡Yo a ti también!
Eran buenas noticias, se acordó de mí y mostró un ligero destello
de emoción. No dije más y me dirigí a la mesa en donde estábamos.
Le pregunté a Ryu qué había sucedido en mi ausencia y me dijo que
había bailado con una chica. Cuando me la señaló noté que era
bastante atractiva y que venía con una amiga cuyos rasgos físicos
despertaron, en el momento que la vi, mis más bajos instintos. Para
ser más precisos: mis parcialismos. Mi devoción por la piel blanca y
el cabello rubio. Considero que, en cuanto a mujeres se refiere, tenía
la estatura perfecta: un metro setenta. Pero sus tacones le hacían
medir más de un metro ochenta.
― ¡Ve a bailar otra vez con ella y yo bailo con la amiga! ―le di a
Ryu casi una orden no sin sentirme beneficiado.
― ¡Mejor ve tú!
― ¡Ay, no mames! Si ya le hablaste antes, es más fácil que te
vuelva a aceptar.
Fuimos los dos al mismo tiempo. Él fue con su chica y yo fui con
la mía. Me agradezco a mí mismo por haber tenido sentido común y
haber iniciado la plática en español pasando por alto sus rasgos
impropios de los mexicanos. No estoy seguro de sus orígenes, pero
hice bien porque hablaba español.
Me acuerdo muy bien de su primer nombre, pero no lo pondré,
simplemente porque siempre la recordaré como Raquel. La tomé de
las manos y empecé a bailar con ella al ritmo de la música de la
Sonora Dinamita. Ella mostraba interés en mí y una disposición a
bailar conmigo toda la noche; yo tenía dificultades en decidir si
seguir con ella o regresar con Liliana, quien estaba bailando con otro.
― ¿Me disculpas un momento? Voy a ir a saludar a una amiga
―le dije a Raquel.
― ¡Sí, claro!
Me acerqué a Liliana y ella me recibió con una sonrisa y un par
de halagos. No recuerdo con precisión qué le dije, pero sí recuerdo
que inmediatamente empecé a sudar. Desde luego, la causa era el
calor, pero su presencia, que es muy sexual, contribuyó a ello. Si
estás con ella, no puedes pensar en otra cosa más que en desnudarla,
porque, por si fuera poco, se viste para matar. No la desnudé, pero le
dije que regresaría para bailar con ella y que esta vez me la llevaría a
mi casa, porque Raquel sólo era mi acompañante. Según.
La química que tenía con Raquel era muy diferente a la química
que tenía con Liliana. Y supongo que decidí quedarme con Raquel
por motivos totalmente arbitrarios. Claro, todo se iba dando poco a
poco entre ella y yo, y aunque no había mucha plática, no parábamos
de bailar ni de pasarla bien. Además noté un interés decisivo cuando
sacó su celular y empezó a tomarse fotos conmigo. A pesar de eso,
decidí darme una escapadita y cumplir mi promesa con Liliana.
Aproveché que Ryu estaba al lado y le dije que bailara con Raquel, a
quien ya le había dicho que iba a bailar con mi dizque amiga.
Liliana me hizo volver a sudar. Ya no se encontraba dentro de mis
planes de la noche, me estaba arriesgando a perderla, y si eso sucede
me voy a sentir muy mal, pero no me voy a arrepentir. Mi única
intención era aprovecharme de ella lo más que se pudiera sin echar a
perder mi vínculo con Raquel, quien estaba bailando con Ryu a un
metro de nosotros. Empecé a bailar con ella y noté que había
mejorado mucho. Cuando lo consideré menos arriesgado, la tomé de
la cintura y arrime sus nalgas contra mí. Me pregunto qué hubiera
pasado si la hubiera elegido a ella. También me pregunto si el motivo
por el cual me comportaba como un ser irracional frente a ella se
debía a su poderosa vibra sexual. Lo menciono porque no podía dejar
de ver sus senos y de un momento a otro no pude evitar restregar mi
cara contra, o más bien, dentro de ellos. Después de ese evento me
fui, no sé con qué pretexto.
Regresé a bailar las últimas canciones de la Sonora Dinamita con
Raquel. Al término de la última canción, fue un momento crucial.
Cualquier error, me hubiera sacado de la jugada. Le dije que quería
estar toda la noche con ella. No pudo estar más de acuerdo.
― ¡Me están saliendo callos por bailar, pero vale la pena! ― me
dijo enseñándome sus lindos pies en sus lindos tacones.
― ¡Te presto mis tenis y yo me pongo tus zapatillas! ― no sé por
qué se lo propuse.
Cuando hicimos el intercambio que no duró mucho, dejó al
descubierto unos pies hermosos. Esa mujer ya había invocado todos
mis parcialismos. Le regresé su zapatilla y ella mi tenis. Yo me puse
mi tenis y ella se quitó la otra zapatilla. Al hacerlo se paró frente a mí
y me dijo:
― ¡Ya ves, estás más alto que yo!
― ¡Ahora sí te puedo besar! ― le contesté.
Mis brackets no fueron un impedimento para que pudiera besarla
apasionadamente. Cuando terminamos nuestra sesión de besos llegó
su amiga para presentarle a un japonés alto y bien parecido que había
conocido. Fue en ese momento cuando ella, no yo, tomó la iniciativa
de cambiar de lugar. Fuimos a la parte trasera del Pata Negra, en
donde las cosas evolucionaron y en donde me gané a su amiga. Los
bailes fueron más sexuales, tanto, que incluso su amiga se excitó
también conmigo, cosa que el japonés no estaba aprovechando. Para
fijar el rumbo de la noche, tomé a Raquel de los muslos y la cargué
para hacer movimientos sexuales. Su amiga nos tomó una foto.
Las cosas, por sí solas, nos indicaban que la noche era joven y
que todo podía suceder, pero a pesar de todo, ninguno de los dos
decíamos algo al respecto. Todo se trató de vivir el momento y dejar
que las cosas sucedieran, momento en el que Abraxas vino a darme
otra llamada de atención.
― ¿Vas a cerrar?
Sabía lo que podía suceder, pero no me puse a pensar en un plan
para que sucediera. De hecho, no sentía urgencia por ello. Pero tuve
qué decidir rápido y decirle a Abraxas que sí, pero el problema era
que ella no aceptaría si veía con cuánto cabrón veníamos. Entonces
hicimos un trato, yo manejaría mi asunto y Abraxas manejaría el
otro. Él se fue, yo me dediqué a lo mío.
― ¿En dónde vives? ― le pregunté.
― En la Colonia del Valle.
― Yo vivo muy lejos, pero me estoy quedando con mi amigo. Él
vive cerca de aquí. Podemos ir.
― ¡Está bien! ― aceptó inmediatamente.
― ¡Nada más va a dejar a su novia y ahorita regresa! ― le
prometí.
Me callé la boca, seguí bailando y besándola. Pero surgió un
lapso de tensión y riesgo cuando me preguntó:
― ¿Cuántos años tienes?
― Veintiuno ― le contesté orgulloso.
― No puede ser, eres mucho más joven que yo. ¿Cuántos crees
que tengo yo?
― ¿Veintinueve? ― traté de adivinar.
― ¡Treinta!
Después se dirigió a su amiga y le comentó lo que había tomado
lugar. Su amiga sólo empezó a agarrarme la cara. En ese momento
me quedó clara la importancia de ganarte a la amiga. Después de eso,
esperamos la llegada de Abraxas como si nada hubiera pasado.
Cuando llegó, me preguntó si traía condones. La respuesta era obvia:
no traía. Se fue. Mientras tanto, le indiqué a Raquel que era hora de
irnos. Le preguntó a su amiga si quería venir con nosotros, pero nos
dio a entender a todos que no iba a coger esa noche. Entonces nos
despedimos. Me pregunto si el japonés se repuso de aquel duro
golpe.
Cuando me tocó despedirme de mis amigos, Abraxas colocó un
condón en mi bolsa, cortesía de Germán. Después Clemente colocó
otro en mi bolsillo. Tengo que reconocer que sin ellos tres, no
hubiera sido posible. En el camino al carro estuve mintiendo sobre
mi vida, cosa que siempre me he reprochado pero que sigo haciendo.
Lo más probable es que ella se dio cuenta. Por eso mismo, en el
camino al departamento ya no dije nada. Cuando llegamos, supe que
Raquel y yo teníamos un malentendido: ella quería hacerlo en su
casa, y yo quería hacerlo en el departamento de Abraxas. Todo lo
resolvió Abraxas magistralmente:
― ¡Sólo va a pasar por unas cosas!
Llegamos al departamento, bebimos agua y pasamos cada quien
al baño. Yo quería hacer un poco más de tiempo, porque sentía que
no iba a tener una erección, pues estaba tomando en cuenta que no
había comido en diez horas, y todos los desvelos y borracheras en los
días pasados. Pero no fue posible aplazar más las cosas. La tomé de
la mano sólo para enfrentar un contratiempo muy pequeño.
― ¿Traes todo lo que necesitamos?
― ¡Sí! ―le respondí y me agradecí por no haber dicho ningún
chiste.
― ¡Eres un cabrón!
Llegamos al cuarto y cuando todo parecía ocurrir, me di cuenta
que ella no iba a dejar que le quitara su sostén como si fuera playera.
Me tardé treinta segundos en desabrocharlo y continué con lo demás.
También supe que no iba a dejar que me la diera, sin antes
dedicarnos a una serie de caricias y besos, hasta que por fin lo dijo:
― ¡Ya méteme la verga!
Me costó un poco de trabajo entrar en ritmo, pero finalmente lo
logré. He aquí las ventajas de todo el ejercicio que estoy haciendo,
que tras no comer y después de todos los desvelos y todas las
borracheras, todo siguió duro y funcional. Gracias a esto, ella
empezó a hablar sucio. Yo quise entrar a su juego.
― ¡Qué rico me metes la verga! ― me dijo casi suspirando.
― ¡Desde que te vi quise hacerte esto! ― le dije la verdad.
― ¿Me querías meter la verga, verdad, cabrón?
A pesar de lo bien que le estábamos poniendo y de mis buenas
condiciones, tuve que pagar la crápula de los últimos días: me cansé.
Tomamos una pausa para tomar agua e ir al baño. Mi recuperación
fue bastante rápida porque la vi caminando desnuda y noté que todo
estaba en su lugar y en buena forma. Regresamos a la cama, se puso
de espaldas hacia mí y me preguntó si quería tener sexo anal. Mi
poca experiencia me obligó a tener miedo y decirle que nunca lo
había hecho. Lo compensé siendo más duro en mis arremetidas hasta
que me vine, no sin antes asegurarme de que terminara diciendo,
“¡Ay, wey!” durante dos minutos.
― ¡Abrázame! ―me dijo casi sin aliento.
La abracé. Siete minutos después ya tenía entumecido mi brazo
que le servía de almohada. Decidí ignorar los calambres y el hecho
de que se había quedado más del 70% de las cobijas, porque vivir lo
que estaba viviendo es algo incomparable. Era la segunda vez que
amanecía al lado de una mujer. Toda mi vida me había preparado
para estos momentos.
En la mañana se despertó, y después de una serie de abrazos, le
marcó a un hombre. Alcancé a ver su nombre y su apellido en su
celular, pero no me molesté en memorizarlos. Aplazó la hora de la
reunión hasta mediodía, él estuvo de acuerdo con la hora. Yo no le di
importancia y volví a abrazarla.

Si pones en práctica lo más elemental que expongo en este libro, pronto te


encontrarás en el mismo dilema que yo, “¿Por quién me decido, por Raquel o
por Liliana?” Lo mejor hubiera sido llevarse a las dos y tener un trío, pero a
veces no se puede tener todo en esta vida. Lo que quiero es que pongas a
prueba todos los principios antes de juzgarlos. Date la oportunidad y dame el
beneficio de la duda de que el Kino Brutal paga con creces todos los
esfuerzos. Yo quiero que tú también vivas este tipo de experiencias.

Tú te preguntarás, “¿A poco sí te preocupa que yo tenga días como


estos?” La respuesta es simple: lo deseo con todas mis fuerzas. ¿Por qué?
Verás, en las comunidades de seducción se ha puesto como el pináculo del
juego tener múltiples parejas sexuales, cada una con el nombre de un día de
la semana y que todas ellas, sepan de la existencia de las otras.
Desgraciadamente, éste es un sueño utópico por varias razones.
En primera, si lo que tú quieres es buscar una mujer atractiva y con una
mentalidad y autoestima fuertes, no va a aceptar que la desplaces por otras.
Ella se respeta y sabe que puede tener algo mejor.
En segunda, si se trata de una mujer atractiva, vas a tener mucha
competencia. Para que una relación crezca, se necesita de tiempo y energía, y
si alguien más le dedica más tiempo y energía, te desplazará a ti.
En tercera, tener a varias mujeres a la vez, requiere de tiempo, esfuerzo,
energía y recursos. ¿Los tienes para todas ellas? Recuerda, el que mucho
abarca, poco aprieta. Eventualmente ellas van a exigir más cosas de ti. Si no
se las das, adiós.
Cuarta, con las exigencias de la vida actual, nadie tiene los suficientes
recursos, el suficiente tiempo y la energía suficiente para mantenerlas a todas
contentas.
Quinta, no podrás quererlas a todas por igual, eventualmente, te agradará
estar más tiempo con una y ella, al mismo tiempo, exigirá más de ti. Si la
descuidas, la perderás.
Sexta, si de por sí con una apenas te das abasto para mantenerla contenta,
imagínate con “las siete,” y aparte hay que contar el agotamiento, si con
una…

No creo tampoco que sea imposible, lo que sí creo es que no es


duplicable, es decir, no creo que si hubiera una estructura para lograrlo,
pueda ser lograda por todos. Entonces no valdría mucho la pena. Si eso es lo
que quieres, pues hazlo.
En fin, es por esa misma razón por la que quiero que tengas éxito. Me
siento triste no poder hablarles a todas, quererlas a todas y quedármelas a
todas ellas. Cada cinco minutos me estoy encontrando con un nuevo amor.
Nunca me daré abasto. Lo que me consuela es que si te gusta este estilo de
juego, serás como una extensión mía y podrás querer a las mujeres que por
cuestiones de recursos, tiempo y energía no pude querer. Lamentablemente
caerás en la misma disyuntiva que yo: tendrás tantas opciones que no podrás
quererlas a todas ellas.

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