Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Palabras clave: Adquisición del lenguaje, lenguaje en la primera infancia, procesos de adquisición del lenguaje.
E ste texto pretende responder a la pregunta citada en el título, a partir del análisis de cuatro
documentos, el primero titulado: “Bebé nace hablando, describe el cielo” de Pinker, y los
tres restantes de Karmiloff: “Más allá de la modularidad”, los capítulos: “La percepción del
habla dentro y fuera del útero “y “El aprendizaje del significado de las palabras” del libro: “Hacia el
lenguaje, del feto al adolescente”.
Valeria tiene 4 años de edad, y sí efectivamente habla como un adulto, su uso del lenguaje es
particularmente hermoso, aprende palabras cada día y las usa efectivamente, no tiene dificultad
alguna en expresarse, sorprende, como a la neuróloga, que por su profesión de médica y su
conocimiento acerca del desarrollo del cerebro, no debería sorprenderse tanto.
Pues bien, la pegunta es ¿cómo los niños llegan a adquirir el lenguaje y a usarlo tan
maravillosamente, al punto que asombran?. Se analizan dos posturas teóricas referidas a los
estudios de los autores Karmiloff y Pinker.
Pinker (1999) señala un proceso muy interesante de adquisición del lenguaje, él se inclina hacia
lo innato, es decir, hacia mecanismos innatos específicos de dominio que orientan a fortalecer el
sistema lingüístico del bebé. Para empezar, él expone que los bebés son dotados de un sexto
sentido al cual denomina “la percepción del habla”, sentido referido a la capacidad de distinción
de los sonidos, independientemente de la lengua que estén escuchando.
En el texto leído para la elaboración de este documento, Pinker expone ejemplos de estudios
acerca de la adquisición del lenguaje en bebés y niños que no superan los 3 años de edad, y a
partir de ellos, establece las siguientes ideas, a las que llamo “las ideas fuerza de la teoría de
Pinker”:
1. Este autor señala que esta “percepción del habla” tiene lugar como hasta los 10 meses
de edad y luego simplemente desaparece, para dar lugar al “análisis del habla” extremo
inicial del sistema que permite aprender el vocabulario y la gramática. Al parecer esa
desaparición de la “percepción del habla” no es una limitante, por el contrario permite que
el cerebro del niño se conecte con su lengua materna de manera que avance hacia la
configuración de un vocabulario y gramática, que, aunque no puede expresar o producir,
sí puede comprender. Pinker (p. 290).
2. El niño de 3 años es un “genio lingüístico” (p.302), ¿cómo consigue serlo?. Pinker dice que
no es suficiente atribuirle esas capacidades lingüísticas a la inteligencia general, sino que,
parece razonable suponer que la organización básica de la gramática se encuentra
representada en el cerebro del niño y su tarea consiste en reconstruir los detalles de la
lengua que hable.
3. “Sean cuales fueren las habilidades gramaticales innatas, éstas son demasiado
esquemáticas para generar por sí mismas habla, palabras y construcciones gramaticales”
(p, 303) se requiere de interacción con otro sujeto dominante de la lengua, para que
el niño adquiera la gramática de la misma. En ese sentido Pinker aclara que aunque los
genes especificaran el diseño básico del lenguaje (innatismo), tendrían que contener
además los rasgos de la lengua que se habla en el entorno del individuo, para estar
“sincronizado con el lenguaje de los demás individuos de su grupo” y además esto por
encima de la unicidad genética de cada individuo. Mejor dicho, se trataría de bebés que
nacen programados para hablar tal o cual lenguaje.
6. El uso de categorías gramaticales, los niños van asignando palabras a cada una de
las categorías, por ejemplo a los verbos, lo nombres.
7. El uso de la estructura sintagmática X-barra, de la cual dice que “podría ser innata” (p.
311), que los niños podrían estar “programados para buscar determinados tipos de
sintagmas” y de esta manera adquirir de forma automática la capacidad de producir
un sin número de oraciones.
9. Establece que la adquisición del lenguaje tiene relación con un período madurativo del
cerebro, es decir, que se va dando al ritmo que el mismo desarrollo del cerebro lo permita,
por ejemplo el balbuceo, las primeras palabras y la gramática requieren de un nivel mínimo
de masa cerebral y sinapsis locales, especialmente en los centros lingüísticos del cerebro.
De allí que plantea “la edad” como un aspecto fundamental para la adquisición del
lenguaje, en especial la primera infancia como un período crítico.
Por su parte Karmiloff (1994), a quien le interesa como investigadora basarse en la perspectiva
del desarrollo para estudiar la mente humana desde la perspectiva de la ciencia cognitiva, en
particular cómo funciona la mente: comprender la arquitectura preestablecida de la mente humana,
las restricciones del aprendizaje y cómo cambia el conocimiento progresivamente a lo largo del
tiempo; reconoce que al niño recién nacido se le pueden atribuir predisposiciones y la importancia
del contexto físico y sociocultural, e incluso tiene en cuenta la plasticidad cerebral.
Pero, para contar con algún nivel de detalle, estas son “las ideas fuerza de la teoría de Karmiloff”:
1. Considera que es poco probable que en la adquisición del lenguaje sea necesario postular
la existencia de restricciones innatas, dado que se apoya más en ideas relacionadas con
el desarrollo, es decir, la adquisición del lenguaje como un proceso de interacción
entre la mente y el ambiente.
4. Explica que antes de la comprensión del lenguaje, los bebés tienen sofisticadas
capacidades de percepción del habla, lo que les ayuda a segmentar las entradas
auditivas, construir representaciones lingüísticas de lo que oyen e ir identificando palabras
de su propio idioma (p. 85), lo que introduce un plano comunicativo al proceso de
adquisición, con lo cual se comprende que las diferencias individuales dependen de
contextos de comunicación.
5. Karmiloff (2005), aunque está de acuerdo con el maternés como preparación para
participar en el diálogo posterior, afirma que no es una “pieza fundamental para la
adquisición del lenguaje” pues en muchas culturas el maternés no existe, los adultos no
les hablan a los niños hasta que los consideran capaces de entender y establecer un
diálogo, y sin embargo los niños son capaces de adquirir el lenguaje.
8. Frente a como construyen los niños el significado de las palabras, Karmiloff plantea tres
hipótesis:
“Las restricciones lingüísticas”, referidas a las pistas que da la misma lengua para
determinar el significado de las palabras. Por ejemplo en el caso de la palabras
funcionales (artículos, demostrativos, preposiciones), así como los morfemas. Los
niños prestan a tención a las terminaciones de las palabras nuevas para determinar su
significado y establecer relaciones entre ellas.
Conclusiones:
Los autores presentan coincidencias en:
Al niño recién nacido se le pueden atribuir predisposiciones innatas. Pinker afirma más que
Karmiloff, pero ambos comparten ideas base como el que los bebés al parecer tienen una
programación innata para facilitar su proceso de adquisición del lenguaje.
Ambos autores reconocen la importancia del contexto físico y sociocultural, como uno de los
aspectos clave y de apoyo para retroalimentar al niño durante su proceso de adquisición del
lenguaje.
Incluso ambos autores tienen en cuenta la plasticidad cerebral como elemento para
aprovechar durante los primeros años de vida, en pro de la adquisición del lenguaje.
Aunque los autores plantean diferentes formas para la construcción del significado de las
palabras, coinciden en que los niños usan diferentes mecanismos o dispositivos para Pinker,
restricciones innatas, para Karmiloff, restricciones cognitivas, sociales y lingüísticas. Esos
mecanismos ayudan a los niños a construir la gramática de la lengua, siempre y cuando se
encuentren inmersos en interacción dinámica con otros sujetos que dominan la lengua.
Es posible decir que Karmiloff, asume una postura mediadora entre los enfoques innatistas y
constructivistas argumentando que no son excluyentes sino complementarios. Mientras que
Pinker, se inclina más por el innatismo, afirmando a nivel general que la gramática viene en
la mente de los niños pero que para poderla expresar se requiere de interacción con otros.
Con todo, la compleja adquisición del lenguaje por parte de los niños, es sin duda uno de los
logros más maravillosos del hombre como especie, basta con repasar una de las
conversaciones sostenidas con Valeria:
Tomando como referentes las posturas de los autores leídos, y buscando un equilibrio entre
lo que plantean, se trata entonces, de comprender que los niños en sí mismos cuentan con
un cerebro tan complejo que viene programado para aprender muchas cosas, una de ellas, el
lenguaje, pero como todas las otras cosas por aprender, para que esa programación innata
se potencie exponencialmente, se requiere de un contexto enriquecido, con personas que
aporten principalmente mediante la retroalimentación en el proceso de adquisición del
lenguaje.
BIBLIOGRAFÍA
- Karmiloff-Smith, A. (1994). Mas allá de la modularidad. Madrid, España: Alianza Editorial.
- Karmiloff, K. & Karmiloff-smith, A. (2005). La percepción del habla dentro y fuera del útero. en:
Karmiloff, K. & Karmiloff-smith, A. (2005) hacia el lenguaje. Del feto al adolescente. Morata, Madrid.
Cáp. III.
- Karmiloff, K. & Karmiloff-smith, A. (2005). El aprendizaje del significado de las palabras. en:
Karmiloff, K. & Karmiloff-smith, A. (2005) Hacia el lenguaje. Del feto al adolescente. Morata, Madrid.
Cáp. IV.
- Pinker, S. (1999). El Instinto del Lenguaje: Cómo el lenguaje crea la mente: Versión de José Manuel
Igoa González. Madrid: Alianza Editorial.
L
os niños disponen, desde su nacimiento, la capacidad de reproducir todos los tipos de
sonidos usados en las lenguas del mundo. Y también para aprender todos los tipos de
gramática, aunque, lógicamente, sea el idioma que hablen sus padres o cuidadores el
que cada niño aprenda.
Algunos estudiosos consideran que la adquisición de la estructura y del significado del lenguaje,
por parte de los niños, es el mayor reto intelectual de su vida. Si es así hemos de sentirnos algo
bien, pues parece bastante obvio que ese reto se solventa de una manera no tan fácil, sino incluso
agradable.
Puede que ese difícil reto, como hablan algunos, no sea sino una respuesta natural a la capacidad
de adquirir el lenguaje, como una más de las características genéticas propias del ser humano. En
todo el mundo, los niños comienzan a aprender a hablar a una edad bastante similar: alrededor
de los doce o trece meses los niños empiezan a nombrar algunos objetos; a partir de los dieciocho
o veinte meses pueden disponer de una especie de palabra clave con la que sustituir toda una
frase, es decir, que dicen “leche” en lugar de “dame un vaso de leche” o “fuera” en vez de “vamos
fuera a dar una paseo”.
Las evidencias nos enseñan que los niños adquieren el concepto de una palabra como un todo, y
aprenden secuencias de sonidos que son fuertes o que están al final de las palabras (puede que
antes de “jirafa”, aprenden a decir “rafa”). Incluso los niños con deficiencias auditivas, que
aprenden el lenguaje de signos, aprenden a utilizar esos signos de la misma forma.
En todo el mundo, los niños tienden a progresar sirviéndose de oraciones de dos palabras, cuando
tienen entre dieciocho y veinticuatro meses. Se expresan entonces de manera telegráfica, usando
palabras con nombres y verbos, pero dejando aparte las palabras menos importantes, las que no
portan significado. Así, empezarán a decir “más leche”, en lugar de “dame más leche”, “zapatos
fuera”, en vez de “quítame los zapatos”.
Además, tienden a dar más importancia a expresar las frases en su correcto orden gramatical, que
a no equivocar los significados. Puede que el niño no distinga bien entre palabras que suenan
parecidas, pero sabe bien la diferencia entre decir “papá comer” y “comer papá”, por ejemplo.
Si es cierto que existe una gramática elemental impresa en la mente humana, no hemos de
sorprender por el hecho de que los patrones del lenguaje de los niños sean tan similares en las
distintas lenguas.
Por lenguaje, se considera a los procedimientos realizados por cualquier animal con el fin de
comunicarse. Esto incluye al ser humano, quien posee el lenguaje más sofisticado entre los
animales. Sin embargo, hay escuelas lingüísticas que consideran al lenguaje como único del
hombre. Lo importante, más allá de definiciones, es saber que hay importantes diferencias entre
nuestro lenguaje y el de los demás animales.
Existen unos requisitos mínimos que debemos cumplir para que se de el lenguaje. Estos factores
indispensables son de tipo fisiológico, gramatical y semántico: debemos tener los medios físicos
para emitir sonidos o gesticulizar lo que queremos decir, necesitamos generar una estructura
donde se ampare nuestro discurso, y tenemos que ser capaces de entenderlo.
LOS TIPOS DE LENGUAJE
A pesar de su aparente homogeneidad, el lenguaje puede subdividirse en tipologías, atendiendo
a sus características. Considerando el grado de artificialidad y convencionalidad que interviene en
la construcción de símbolos o signos del lenguaje, éste puede ser, únicamente, natural o artificial.
El lenguaje natural, también llamado lenguaje ordinario, es el que utiliza una comunidad
lingüística con el fin primario de la comunicación y se ha construido con reglas y convenciones
lingüísticas y sociales durante el período de constitución histórica de esta sociedad. Es el lenguaje
que hablamos todos. El individuo, por el hecho de nacer en sociedad, acepta normativamente el
lenguaje de su propia comunidad lingüística; el influjo que el individuo puede ejercer sobre el
lenguaje, pasa únicamente por el hecho de hablarlo, por el habla.
Son ejemplos de lenguaje natural el castellano, el Aymara, Quechua, Portugués, en Sud América,
y cualquier otro idioma que se hable en alguna parte del mundo. El lenguaje natural se considera
un instrumento sumamente adaptado a la comunicación de la vida ordinaria, pero ambiguo y vago
si hemos de atender al punto de vista de la comunicación científica.
El lenguaje artificial, en oposición al natural, tiene como finalidad evitar -justamente- los
inconvenientes de ambigüedad y vaguedad de los lenguajes naturales u ordinarios y, por ello,
presenta un grado de artificialidad y convencionalidad mucho mayor por lo que se refiere a la
construcción de símbolos y al significado que se les asigna. Símbolos y significados no pertenecen
a ninguna comunidad natural de hablantes, sino a grupos de hablantes relacionados por objetivos
científicos o técnicos. El lenguaje artificialmente construido se divide en técnico y formal.
Utiliza el lenguaje natural, pero previamente definido en gran parte de sus términos, de
manera que las palabras adquieren técnicamente un significado propio y adecuado a los
LENGUAJE fines de la comunidad que las utiliza. Así, el lenguaje técnico de la física, por ejemplo, define
TÉCNICO: el sentido en que utiliza términos, también propios del lenguaje ordinario, como son fuerza,
masa, velocidad, espacio, etc., y el lenguaje técnico de la medicina, oscuro para los
profanos, es sumamente útil para la práctica médica.
Estimulación y
Desarrollo del
Lenguaje
L
a mayoría de los niños comienzan a hablar alrededor de los 10 ó 18 meses de edad. Sin embargo,
su comprensión de palabras comienza mucho antes. Escuchar el sonido de las palabras estimula
el crecimiento del cerebro de los niños para poder recordar y repetir esos sonidos. Los niños
también comienzan a entender el ritmo y los patrones del lenguaje.
Los niños empiezan a dominar el lenguaje cuando escuchan, observan y participan en el mundo que
les rodea. Sus experiencias en el entorno del cuidado infantil son una parte importante en el desarrollo
de la lengua. Un entorno interesante y enriquecido son una gran ventaja. Existen muchas cosas que
puede hacer para ayudar a los niños a formar unos cimientos sólidos y duraderos de auto expresión.
4. Describa y dé Nombres
Introduzca nuevas palabras de una forma significativa, como hablando sobre lo que están viendo y
haciendo. Haga que los niños describan y nombren cosas, anímeles a que hagan sus propias
conexiones. Por ejemplo, de les a probar azúcar y sal, y haga que describan la diferencia entre
ambos sabores. Use objetos reales para enseñar nuevas palabras, y permita a los niños tocar los
objetos cuando los nombre.
6. Pensar en Orden
Enseñe a los niños que las cosas se hacen a menudo en cierto orden. “¿Qué pasaría si nos
pusiéramos los zapatos antes que los calcetines?” También puede pedirle a los niños que hagan
cosas en orden, como “Fernando, por favor empuja tu silla, pon los desperdicios en la basura y
lávate las manos.”
Recuerde que hay mucha variedad respecto a cuándo y cómo empiezan a hablar los niños. El
lenguaje se puede desarrollar suave y continuamente, o a brincos y chorros. Y debido a que el
desarrollo del lenguaje varía, es importante no comparar el desarrollo lingüístico de un niño con el
de otro. Si sospecha que un niño está sufriendo un retraso en la comprensión o el uso del lenguaje,
hable de sus inquietudes con los padres del niño y anímeles a hablar con el médico de la familia.
El médico podría examinar al niño o mandar a la familia a otros profesionales que se especializan
en la evaluación del habla y del lenguaje. Los padres también pueden ponerse en contacto con su
distrito escolar local para solicitar una evaluación del habla y del lenguaje del niño.
Recursos
- Honig, A.S. (1989) Talk, read, joke, make friends: Language powers for children. Day Care and Early
Education, 16(4), 14-17.
- Brazelton, T. Berry. (1992). Touchpoints: Your Child’s Emotional and Behavioral Development. Reading,
MA: Addison-Wesley Publishing Company.
- Martin, Katherine L. (1997). Does My Child Have a Speech Problem? Chicago, IL; Chicago Review Press,
Inc. Golinkoff, Roberta M. and Hirsh-Pasek, Kathryn. (1999)
- How Babies Talk: The Magic and Mystery of Language in the First Three Years of Life. New York, NY;
Dutton/Plume Publishing.
por Mardi Lucich, MAEd (07/03)
California Childcare Health Program • 1950 Addison Street, Suite 107 • Berkeley, CA 94704-1182
Telephone 510–204-0930 • Fax 510–204-0931 • Healthline 1-800-333-3212 •
www.ucsfchildcarehealth.org-