Está en la página 1de 6

LA INDUSTRIALIZACIÓN DE PRUSIA/ALEMANIA: ¿UN REZAGADO CON ÉXITO?

Las condiciones previas para el auge industrial de Alemania eran muy desfavorables a
comienzos del siglo XIX, en comparación con los otros Estados de Europa Occidental. A
pesar de que la industrialización tuviera lugar relativamente tarde en Alemania, a partir de su
unificación y la consecuente fundación del Imperio en 1871, el retraso fue corregido por un
proceso de recuperación extraordinariamente dinámico. Con el cambio de siglo Alemania no
sólo había alcanzado a los pioneros -Gran Bretaña y Bélgica- sino que los había superado en
algunos aspectos.

El crecimiento de la economía alemana en el siglo XIX


El proceso de crecimiento económico alemán puede rastrearse a través tablas estadísticas
que se confeccionaron en aquellos tiempos. A partir de 1840 se evidencia un crecimiento
estable y sostenido del producto social alemán graficado cada cinco años. Las tasas anuales,
sostiene el autor, ofrecen una imagen del transcurso del proceso mucho menos uniforme de
lo que la tabla indica. El impulso está dado en la parte manufacturera industrial de la unión
aduanera; encuentra un fin abrupto como consecuencia de la revolución de 1848. Esta
situación fue superada en 1852 cuando se instaló un proceso dinámico de expansión, seguido
por las inversiones en construcción de los ferrocarriles y en la industria pesada. El cambio de
décado -1860- estuvo marcado por una coyuntura más débil, hasta el auge de 1867
denominado “boom de los fundadores.”
Aunque la economía siguió creciendo, este período fue llamado “la gran depresión”
atendiendo a la valoración negativa de los contemporáneos.
Recién a partir de 1890 y hasta 1913 la economía alemana se erigió como una economía
industrial moderna. Nuevos sectores cobran importancia -Industria, manufacturas y
prestación de servicios- mientras que otros sectores tradicionales -agricultura- decaen. La
importancia de la producción agrícola disminuyó durante el siglo XIX, a pesar de que
aumentara su valor absoluto, pues el sector industrial creció con mucha mayor intensidad que
la agricultura, igual que las prestaciones de servicios. Estos cambios conllevaron a una
transformación general del empleo; la artesanía y el trabajo a destajo se mantuvieron
dominantes durante el primer tiempo - la artesanía mucho más- y no cedieron lugar hasta
1870 a la industria. A largo plazo, sin embargo, la industria resultó ser el claro ganador de la
evolución.

Integración de los mercados y desarrollo de la economía nacional alemana en el S. XIX.


Sectores y regiones:
En principios de S. XIX Alemania necesita crear un espacio económico único para instaurar
una economía nacional, lo que se hizo desde 1815 en etapas hasta formar la unión aduanera
alemana en 1834. Hasta fines del antiguo imperio fronteras adentro Alemania contaba con
más de 1800 aduanas, lo que frenaba el dinamismo económico. En 1818 la ley prusiana de
aduanas marca el camino hacia el futuro: Se eliminan todas las aduanas interiores y establece
un sistema de aduanas exteriores para el estado Prusiano. Otros estados también
modernizan sus aduanas; en los territorios ocupados estaba vigente el derecho francés, lo
que también dio impulsos positivos.
La fundación de la unión aduanera alemana fue la condición previa necesaria para la
creación de una única región económica alemana. Aunque sus efectos directos en la
economía son difíciles de determinar, a causa de que no se puede separar de otros
desarrollos, como la unificación de la moneda. Los diferentes estados alemanes mantuvieron
sus monedas después de 1815, lo que generó enormes confusiones en el sistema monetario
y elevó los costes de las transacciones económicas. A partir de 1837 se comenzó a unificar
la moneda mediante convenios (en 1838 se crean dos tipos de cambio fijos-tálero y gulda- y
se acuñó una moneda de la unión aduanera (aunque no tuvo gran difusión). En este convenio
se incluye a Austria en 1837, aunque salió en 1867 luego de perder la guerra. Así, la unidad
monetaria dominada por Prusia se cerró con la introducción del marco y la fundación del
banco del imperio o Reichsbank.
La penetración de la agricultura en la economía de mercado, su comercialización y
capitalización suponen un paso en superación de las relaciones económicas pre-modernas.
En 1807 comienzan en Prusia las reformas agrarias, que además de la emancipación de los
campesinos, se refería a una nueva determinación de los derechos de propiedad de la tierra
y mejora en los cultivos. Esta redefinición del derecho a la tierra, supuso un proceso
extremadamente complejo, que demoró medio siglo, y se encargó de la repartición de las
tierras comunes de las aldeas y una dispersión parcelaria. La agricultura se organizó con
principios capitalistas de la economía de mercado, lo que transformó la constitución social del
país y el campesino se convirtió en el largo plazo en empresario agrícola. Estos cambios en
las formas de producción tradicionales, sumados a la creación de un mercado interior único
con la unión aduanera y la unificación monetaria, contribuyó decisivamente a la renovación
del sistema productivo alemán a partir de 1840. La expansión económica siguiente no fue
pareja, sino que se apoyó en pocas ramas y, al principio, en algunas pocas regiones.
Al igual que en otros países, en Alemania el auge se hizo notar primero en la industria textil,
que en sus inicios estaba ligada a la agricultura, ya que la materia prima (lino,lana), la fuerza
de trabajo y la forma de producción (en el hogar) eran propias del campo. La producción de
lino a principios de S. XIX cayó, ya que los hilados y tejidos mecanizados de algodón en
Bélgica e Inglaterra eran superiores a los trabajos manuales alemanes, y el algodón era mejor
que el lino.
La industria lanera también estaba relacionada a la agricultura, y la mayoría de la lana
producida era exportada como materia prima hasta entrado el S. XIX. Y la mecanización del
hilado y el tejido de lana fue lento e incompleto en Alemania, y perdió importancia durante el
S. XIX
La industria algodonera, sin embargo, tuvo un papel notable en la industrialización alemana.
Pero por los estudios realizados por Gunter Kirchhain, la industria del algodón no puede ser
considerada, a diferencia de lo que sucede en Inglaterra, como un sector rector de la
industrialización. Más allá de que la producción del algodón tuvo grandes procesos de
productividad y se expandió fuerte su capacidad, su contribución al conjunto de la economía
fue muy modesta. Y los efectos que causó en otros sectores fueron escasos, de modo que
no constituye los criterios de un sector rector.
La minería de carbón si fue un sector rector de la industrialización alemana, según
Carl-Ludwig Holtfrerich. Debido a las innovaciones técnicas de métodos de construcción
subterránea, el sector alcanzó tasas de crecimiento muy por encima de las obtenidas por la
economía global en promedio, logrando un exceso de capacidad que dio origen a la baja de
precios. El sector del carbón represento un porcentaje importante del conjunto dela economía,
tanto por la creación de valor como por el número de obreros que empleaba. El beneficio de
sus precios reducidos se extendió por diferentes ramas, como ferrocarriles, y las industrias
del hierro y el acero)
Otro investigador, Rainer Fremdling, estudia el sector de los ferrocarriles, y observa una
expansión de la producción y de la creación de valor de este sector con precios claramente
decrecientes. El peso de los ferrocarriles ya era fuerte en 1850 y siguió creciendo. Su
productividad tuvo creció sobre las bases de una producción masiva, de innovaciones
tecnológicas y de grandes rebajas de tarifas en el transporte por ferrocarril.
Se puede identificar así, un complejo de sectores que fueron rectores en Alemania:
construcción del ferrocarril, minería del carbón, industrias de hierro y acero o la construcción
de maquinaria pesada. No un sector único como fue en el caso de Inglaterra (algodón) sino
una serie de sectores íntimamente conectados entre sí. La construcción de ferrocarriles se
adelantó en el tiempo, y hacia 1840 ya era impulsor del desarrollo; este desarrollo se apoyó
al principio, ampliamente en la importación de mercancías comerciales belgas e inglesas.
Hasta 1850 no hubo proceso de sustitución de importaciones, lo que originó una
modernización del sistema de producción tradicional alemán, que resultaría con éxito en la
industrialización alemana.
En 1860 las importaciones perdieron importancia y comenzaron los primeros éxitos de los
sectores de importación, crece poderosamente el transporte de carbón por ferrocarril y los
altos hornos se convierten en clientes importantes para la minería de carbón.
Ya que la industrialización alemana se dio en un sistema de estados independientes, se
puede observar diferencias regionales en su evolución. La comparación de los desarrollos de
los distintos estados muestra que los más grandes marcan un modelo de crecimiento
uniforme del conjunto de la economía. Una diferenciación sectorial en el nivel de los distintos
estados no indica tampoco que la evolución fuera dispar. Por ejemplo para 1910, se extraía
de Prusia el 94% de todo el carbón. Dentro de las propias regiones prusianas hubo también
una diferente participación.
Esta interpretación se corresponde con la idea de que los estados no se industrializan, en
términos generales, de manera única en su totalidad, sino en unas regiones, casi siempre
pocas.
Sidney Pollard, y Humbert Kieseweter realizan una crítica sistemática del proceso de
industrialización desde el punto de vista de economía nacional, ya que regiones muy limitadas
forman el espacio para este proceso, que se extiende desde esas regiones hacia el interior y
el extranjero. Según esta mirada en concepto de estado nacional resulta demasiado extenso,
primero porque la industrialización no se cumple en la totalidad del estado. Y segundo porque
los procesos regionales de desarrollo pasan por encima las fronteras del estado. Las
diferencias regionales siguen creciendo con el correr del siglo, y autores como Borchardt lo
justifica basándose en el número de médicos y alumnos en las escuelas.
Las denominadas regiones de industria pesada en Prusia, el Sarre, la Alta Silesia y la región
del Rhur, se desarrollaron de manera muy distinta en el S. XIX
El Ruhr fue la 1° región productora de carbón y por la magnitud de la cuenca y sus
yacimientos, pero su expansión por sobre la media llegó después de 1850.
La Alta Silesia, con tradición en industria pesada, tuvo una revolución técnica (S. XVII) en la
fabricación de hierro, que incluía un proceso de recuperación del metal. La gran expansión
de la recuperación del zinc después de 1815, generó una demanda intensa de carbón mineral,
y paralelamente se extiende desde 1830, la industria del hierro para la fabricación de
ferrocarriles. Sin embargo su ubicación poco estratégica le impidió desarrollar todo el
potencial de crecimiento que tenía debido a cuestiones de logística.
En la región del Sarre el desarrollo se dio más lentamente que en las otras cuencas
prusianas. La unión aduanera alemana abrió nuevas zonas de ventas en el sur, a partir de
1834.
Las tradiciones manufactureras de las tres regiones eran muy diferentes y condicionaron la
evolución de cada caso. En la alta Silesia, jugó un papel importante las relaciones de
propiedad, por la cual los magnates feudales tuvieron gran influencia en el desarrollo. La
capacidad financiera de los industriales tradicionales del hierro limitó también en el Sarre la
velocidad de expansión. Únicamente en el Ruhr se pudo lograr una expansión sin trabas, por
esto pudo tomar pronto la delantera, seguido por la alta Silesia y en último lugar el Sarre,
debido también a las distintas condiciones locales, los costes de producción, y la calidad de
los productos.

POTENCIAL ECONÓMICO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN ALEMANA


Eran necesarias nuevas posibilidades económicas para generar y sostener el crecimiento.
Tienen un papel decisivo las condiciones naturales y los factores de producción ya existentes,
entre los cuales dominaba la agricultura.
Se produjo una fuerte expansión de la producción y productividad agraria; resulta evidente
que el auge de principios del siglo XlX , en la producción agrícola de Prusia y Alemania fue
posible por el incremento de la superficie cultivada, el aumento de la fuerza laboral y en menor
medida por un progreso de la productividad.
Surgieron nuevas formas de cultivo, se aumentó el número de peones, de acuerdo al modelo
capitalista, aunque los progresos de mecanización fueron muy modestos la primera mitad del
siglo, fueron muy importantes las medidas en pro de cultivos intensivos, paso a el cultivo por
amelga trienal, y la cría selectiva de ganado, mejora de los piensos, aumento de la cantidad
de abono y técnicas de laboreo modernizadas en gran medida, lo que permitió la posibilidad
de explotación paralela, ej.: Cerveza, licores y azúcar de remolacha.
La primera parte del siglo XlX, especialmente, la época posterior a las guerras Napoleónicas,
trajo consigo un crisis en la agricultura alemana, imposibilidad de exportación a Inglaterra,
ejerció presión sobre los precios, luego fue superado por buenas cosechas que dieron como
consecuencia la caída dramática de los precios. La depresión duradera en la agricultura
alemana que fue combatida con medidas proteccionistas.
La reorganización y la expansión de la agricultura alemana en los primeros años del siglo XlX,
mostraron efectos que estimulaban directa o indirectamente la expansión económica general
y con ella el crecimiento Industrial, la formación del capital en la agricultura.
La enorme expansión del potencial laboral del campo contribuyó también al desequilibrio
estructural en el mercado laboral interregional, presionó sobre los salarios, y facilitó el
reclutamiento de trabajadores industriales después de 1850.
El sector agrícola fue hasta los años 1850 el consumidor principal de productos de la industria
del Hierro, los hogares constituían la demanda también de productos textiles, particularmente
la industria algodonera; no puede negarse el efecto positivo de la expansión agrícola en el
crecimiento industrial de Alemania.
La población alemana se triplicó en el transcurso de un siglo, la causa de este exorbitante
crecimiento de la población de Alemania fue el cambio en la conducta reproductiva de la
población, mortalidades decrecientes y tasas de natalidad crecientes o estables.
Los asalariados se convirtieron en el grupo más importante entre las personas ocupadas y la
actividad laboral medida por el mercado pasó a ser señal dominante del trabajo en sociedad
contribuyeron a este proceso además del crecimiento poblacional, la liberación de la fuerza
laboral campesina de carácter feudal, la crisis de la artesanía, el incremento de la industria
fabril y la incorporación de mujeres y niños al trabajo entre otros.
El exceso de población se convirtió en emigración hacia las ciudades o emigración hacia
territorios de ultramar, en un principio los asalariados se hallaban en las fábricas y en las
minas pero, más tarde, también en la agricultura y en todas las ramas de los sectores de la
economía.
En 1850 el número de trabajadores potenciales creció mucho más rápidamente que los
puestos de trabajo disponibles, el crecimiento encontró un desequilibrio y la consecuencia fue
la gran infra ocupación, un ejército industrial de reserva como dijo Carlos Marx, lo que produjo
salarios reales en descenso, largas horas de trabajo, e inestabilidad en las relaciones
laborales determinaban el día a día del asalariado. El desequilibrio estructural del mercado
de trabajo no fue superado hasta que se impuso la industria y creció con fuerza superando la
economía durante la segunda mitad del siglo XlX, para 1870 se observa también un descenso
del promedio semanal de horas de trabajo.
La industrialización presupone una formación ascendente del capital, el crecimiento de la
economía permite una amplitud de inversiones a partir de la mitad del siglo XlX, en la industria
y en los transportes; inversiones en agricultura y en la edificación y solo al final del siglo la
inversión en instalaciones que llegó a ser una parte importante en la formación del capital,
está formación del capital lleva implícito el progreso técnico.
La industria siderúrgica, tuvo una modernización parcial y en progreso, un amplio abanico de
máquinas- herramientas, tuvieron una importancia decisiva durante la industrialización, pues
eran necesarias para la fabricación de todas las otras máquinas.
A finales del siglo XlX establecieron y desarrollaron la industria química, los empresarios
alemanes contribuyeron en gran medida y pusieron los fundamentos de su posterior fama
mundial, se fundaron numerosas fábricas químicas , ascendió la industria farmacéutica
alemana; la industria eléctrica se convirtió en el otro sector más importante dentro de la
segunda revolución industrial en Alemania.
Alemania a finales del siglo XlX pasó a ser una de la s naciones exportadoras más importantes
y a tener una creciente rivalidad con los demás países industriales, sobre todo con Inglaterra.
A comienzos del siglo XX empezaron a extenderse paulatinamente las inversiones directas
en el extranjero hechas por empresas alemanas.

El Estado y los empresarios en la industrialización Alemana:

En la historiografía de la industrialización de Alemania se encuentran numerosas opiniones


que aluden al especial papel del Estado en la industrialización de Prusia y de otros Estados
alemanes. Se cita la unificación política mediante la creación de la Unión Aduanera.
Esta contribuyó como condición previa necesaria, aunque fué sujeto de gran controversia si
estimuló y si fué el objetivo principal de las iniciativas estatales.
Freidrich List, afirmó que la Unión Aduanera fue en 1841 un gran progreso en cuanto al
desarrollo económico y ofreció así los primeros motivos para la formación prusiana de la
leyenda de la unidad alemana, aunque esto parece excesivo. Las consecuencias fueron más
bien escasas, los principios de la expansión de la producción manufacturera de mercancías
se remontan antes de 1834. La agricultura se había recuperado desde 1825 y por ninguna
parte se puede observar una extensión dramática de los flujos comerciales interalemanes
después de 1833. El éxito de la Unión Aduanera es considerado por la literatura alemana
como creación del imperio alemán, se ha valorado en exceso.
Nuevas investigaciones han demostrado que con la fundación de la Unión Aduanera, se puso
en marcha una dificultoso proceso de desarrollo pero que sus efectos se notaron muy
paulatinamente.
Fué un éxito muy contundente en el aspecto fiscal, permitió a los Estados adheridos elevar
considerablemente los ingresos arancelarios en el transcurso de pocos años. Descendieron
fuertemente los costes más bajos fue, la clave del éxito de la Unión Aduanera alemana, les
fué posible a los Estados pequeños mantener bajos los impuestos directos y contrarrestar la
potestad de los parlamentos respecto a los presupuestos.
No se reconoce un estrecho nexo causal entre la fundación de la Unión Aduanera y la
industrialización alemana. Lo mismo vale para la política manufacturera, la libertad
manufacturera entre los distintos Estados alemanes no ejerció influencia alguna sobre la
industrialización. Los estudios más recientes han demostrado que estos arreglos
institucionales no solo son cosa del Estado, tal y como se supone a menudo en la valoración
tradicional del papel del Estado en el proceso de industrialización del siglo XIX, sino que se
fijan en un complejo proceso de intereses contrapuestos, en el que está, naturalmente, el
Estado. De ello resulta la formación de una estructura económica liberal puede ser descrita
como el conflicto persistente entre intereses manufactureros regionales, en este caso, entre
los muy distintos intereses de la siderurgia de los Estados vencedores, el lino de Westfalia
oriental y la minería del Ruhr, y las ideas liberales de la burocracia estatal prusiana.
Estas disputas de décadas condujeron a resultados no unitarios, no pudo imponerse en
ninguna parte un orden económico modélico de inspiración liberal.
Se ha hecho una valoración igualmente escéptica, de la política estatal de innovaciones. Se
adelantó allí ya a finales del siglo XVIII con la introducción del moderno método inglés de
fundición con coque, la instalación temprana de una máquina de vapor moderna, Pero apenas
ejercieron influencia inmediata en la industrialización y en el crecimiento de esta región. La
fundición con coque no tenía todavía en esta época ninguna importancia económica.
Con el aumento de la demanda se fue aprovechado sin ningún apoyo estatal. Las
innovaciones técnicas son utilizadas y difundidas mediante otros mecanismos e impulsos
distintos de los de la política tecnológica del Estado. El papel del Estado en el proceso de
industrialización del siglo XIX ha sido, cuando más, uno de acompañamiento y apoyo. ¿quien
puso en marcha y mantuvo con vida este poderoso desarrollo?
la respuesta es terminante, la empresa privada o sea el empresario en particular. La era de
la industria moderna parece ser también la era del empresario, del mismo modo un tipo nuevo
de economía, así apareció en el horizonte un nuevo tipo social.
Los empresarios industriales no vinieron de la nada, sino que nacieron en su mayoría dentro
del círculo de la élite económica preindustrial, porque en ella estaban las experiencias, la
riqueza y los contactos necesarios para una carrera empresarial.
Es difícil definir un tipo de empresario industrial, por las peculiaridades de su lugar de origen,
la rama y la época. Comerciantes que solapaban cada vez más su ámbito de negocios con
el de las industrias textil y metalúrgica. Muchas empresas salieron de propias manufacturas
tradicionales. Se puede constatar que procedían de familias de las capas medias y
superiores.
Al progresar la industrialización y crecer el tamaño de las empresas, se situó necesariamente
en el centro, y desplazó comerciantes y banqueros. Se concentraron en las regiones
industriales florecientes, procedían de manufacturas llevadas de forma autónoma, contaban
con una buena formación con experiencia profesional práctica, denotan el reclutamiento, en
gran medida, dentro de los propios grupos empresariales principales.
Con el crecimiento de la gran empresa aumentaron las exigencias y la capacidad de
liderazgo. Los managers, fueron cada vez más importantes y se difundieron también en un
principio de la administración minera prusiana, como asesores destacados de la industria
privada y más tarde, como graduados de las escuelas técnicas y universidades cualificadas.

También podría gustarte