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Introducción a la Epístola del

Apóstol San Pablo a Tito


¿Por qué debemos estudiar este libro?
La carta de Pablo a Tito, como sus cartas a Timoteo, contiene consejo temporal
del apóstol Pablo a un líder local de la Iglesia. Pablo escribió que “la esperanza
de la vida eterna” la “prometió [Dios] desde antes del principio de los tiempos”
en la vida preterrenal (Tito 1:2). Él enseñó que los santos debían tener la mira
puesta en la “esperanza bienaventurada” de la exaltación y la Segunda Venida
(Tito 2:13). Pablo también escribió a Tito en cuanto al “lavamiento de la
regeneración y la renovación por el Espíritu Santo”, haciendo alusión a la
ordenanza del bautismo y al efecto purificador de recibir el don del Espíritu
Santo, siendo ambos preparatorios a ser “hechos herederos según la esperanza de
la vida eterna” (Tito 3:5, 7). Al estudiar el consejo inspirado de Pablo a Tito, los
alumnos pueden aumentar su fe en que las doctrinas y las ordenanzas del
Evangelio traen la esperanza de la vida eterna.
¿Quién escribió este libro?
Pablo escribió el Libro de Tito (véase Tito 1:1).
¿Cuándo y dónde se escribió?
Es probable que Pablo escribió la epístola a Tito entre el tiempo que escribió 1 y
2 Timoteo, alrededor de 64–65 d. C. (véase la Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Pablo, Epístolas de”, scriptures.lds.org). Pablo escribió la epístola a
Tito después del primer encarcelamiento de Pablo en Roma. Pablo no indicó
dónde se encontraba cuando escribió la epístola a Tito.
¿Para quién y por qué se escribió?
Pablo escribió la epístola a Tito, a quien Pablo se refirió como “verdadero hijo en
la común fe” (Tito 1:4). Tito era griego (Gálatas 2:3) y el mismo Pablo lo había
convertido al Evangelio (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Tito”).
Después de su conversión, Tito trabajó con Pablo para difundir el Evangelio y
organizar la Iglesia (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras “Tito”). Él
ayudó a reunir donaciones para los pobres en Jerusalén (véase 2 Corintios 8:6,
16–23) y también acompañó a Pablo al concilio de Jerusalén (véase Gálatas 2:1).
Pablo confió en Tito para que llevara la primera epístola de Pablo a los santos
que vivían en Corinto (véase 2 Corintios 7:5–15). Pablo escribió a Tito para
fortalecerlo en su asignación de dirigir y cuidar la rama de la Iglesia en Creta a
pesar de la oposición (véase Tito 1:5, 10–11; 2:15; 3:10).

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