Está en la página 1de 214

CORE ENERGÉTICA

Una psicoterapia corporal y espiritual

Mirna Luz Molina Ramos


Elaboración de Libro de texto para IUCR.

Responsable: Ma. Julia Serrano V. Directora de Investigación.

Elaborado por Mirna Luz Molina Ramos.

Edición: DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, Puebla.

Este material ha sido elaborado con propósitos didácticos, sin fines lucrativos.

Se reservan los derechos de uso para IUCR, Puebla.

D.R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


I

Índice

Introducción IX
Características del curso X
Organización de los contenidos XI
Relación con otras asignaturas XII
Orientaciones didácticas XIII
Sugerencias para la evaluación XIV
Propósitos generales XIV
Organización por capítulos XV
Capítulo 1. Introducción a la Core Energética XV
Objetivo general XV
Objetivos específicos XV
Contenido XV
Bibliografía XVI
Capítulo 2. Amor, Eros y Sexualidad XVII
Objetivo general XVII
Objetivos específicos XVII
Contenido XVII
Bibliografía XVIII
Capítulo 3. Niveles de personalidad humana XIX
Objetivo general XIX
Objetivos específicos XIX
Contenido XIX
Bibliografía XX
Capítulo 4. Niveles de conciencia XXI
Objetivo general XXI
Objetivos específicos XXI
Contenido XXI
Bibliografía XXII
Capítulo 5. Caracterología XXIII
Objetivo general XXIII
II

Objetivos específicos XXIII


Contenido XXIII
Bibliografía XXIV
Capítulo 6. La intervención corporal en Core Energética XXV
Objetivo general XXV
Objetivos específicos XXV
Contenido XXV
Bibliografía XXVI
Capítulo 7. El proceso en Core Energética XXVII
Objetivo general XXVII
Objetivos específicos XXVII
Contenido XXVIII
Bibliografía XXVIII
1. Core Energética: Una psicoterapia corporal y espiritual 1
Introducción 1
Objetivo general 2
Objetivos específicos 2
Mapa conceptual 3
1.1 Core Energética 4
1.2 El Core 7
1.3 Antecedentes de la Core Energética 8
1.3.1 Psicoanálisis 8
1.3.2 Trabajo reichiano 9
1.3.3 Análisis bioenergético 10
1.3.4 Valores humanistas 12
1.3.5 Psicología transpersonal 13
1.3.6 Acerca de la energía 14
1.3.7 El método Pathwork 17
1.3.8 Energía y conciencia 19
1.3.9 Campo y centros de energía 27
1.3.10 La espiral 29
III

1.3.11 John C. Pierrakos 31


Conclusiones 35
Resumen 36
Cuestionario 37
Ejercicios reflexivos 37
Dinámicas corpo-energéticas 38
Ejercicio I 38
Ejercicio II 38
Sugerencias para el facilitador 38
Bibliografía 39
2. Amor, Eros y Sexualidad 40
Introducción 40
Objetivo general 40
Objetivos específicos 40
Mapa conceptual 41
2.1 Eros: La fuerza de la transformación 42
2.2 Sexualidad: la fuerza creativa 44
2.3 Amor: la fuerza unificadora 48
Conclusiones 51
Resumen 52
Cuestionario 53
Ejercicios reflexivos 53
Dinámicas corpo-energéticas 54
Ejercicio I 54
Sugerencias para el facilitador 53
Bibliografía 55
3. Niveles de personalidad humana 56
Introducción 56
Objetivo general 56
Objetivos específicos 57
Mapa conceptual 57
IV

3.1 Cuerpo 58
3.2 Emociones 61
3.3 Mente 62
3.4 Voluntad 65
3.5 Espiritualidad 66
Conclusiones 67
Resumen 67
Cuestionario 69
Ejercicios reflexivos 69
Dinámicas corpo-energéticas 70
Sugerencias para el facilitador 70
Bibliografía 72
4. Niveles de conciencia 73
Introducción 73
Objetivo general 73
Objetivos específicos 73
Mapa conceptual 74
4.1 Máscara 75
4.2 Ser Inferior 80
4.3 Ser Superior 88
Conclusiones 91
Resumen 91
Cuestionario 92
Ejercicios reflexivos 93
Dinámicas corpo-energéticas 94
Ejercicio I 94
Ejercicio II 94
Sugerencias para el facilitador 95
Bibliografía 96
5. Caracterología 97
Introducción 97
V

Objetivo general 97
Objetivos específicos 97
Mapa conceptual 98
5.1 Caracterología 99
5.2 Carácter esquizoide 104
5.2.1 Etiología 104
5.2.2 Energía y conciencia 105
5.2.3 Cuerpo 106
5.2.4 Emociones 108
5.2.5 Mente 109
5.2.6. Voluntad 110
5.2.7 Espiritualidad 111
5.2.8 Máscara 111
5.2.9 Ser Inferior 111
5.2.10 Ser Superior 112
5.2.11 Core 112
5.2.12 Tarea de vida 112
5.3 Carácter oral 112
5.3.1 Etiología 112
5.3.2 Energía-conciencia 113
5.3.3 Cuerpo 114
5.3.4 Emociones 115
5.3.5 Mente 117
5.3.6 Voluntad 118
5.3.7 Espiritualidad 119
5.3.8 Máscara 119
5.3.9 Ser Inferior 120
5.3.10 Ser Superior 120
5.3.11 Core 120
5.3.12 Tarea de vida 120
5.4 Carácter masoquista 121
VI

5.4.1 Etiología 121


5.4.2 Energía y conciencia 121
5.4.3 Cuerpo 122
5.4.4 Emociones 123
5.4.5 Mente 124
5.4.6 Voluntad 126
5.4.7 Espiritualidad 126
5.4.8 Máscara 126
5.4.9 Ser Inferior 127
5.4.10 Ser Superior 127
5.4.11 Core 127
5.4.12 Tarea de vida 127
5.5 Carácter psicopático 127
5.5.1 Etiología 127
5.5.2 Energía y conciencia 128
5.5.3 Cuerpo 129
5.5.4 Emociones 130
5.5.5 Mente 131
5.5.6 Voluntad 132
5.5.7 Espiritualidad 133
5.5.8 Máscara 133
5.5.9 Ser Inferior 133
5.5.10 Ser Superior 134
5.5.11 Core 134
5.5.12 Tarea de vida 134
5.6 Carácter rígido 134
5.6.1 Etiología 134
5.6.2 Energía y conciencia 135
5.6.3 Cuerpo 137
5.6.4 Emociones 138
5.6.5 Mente 140
VII

5.6.6 Voluntad 141


5.6.7 Espiritualidad 141
5.6.8 Máscara 142
5.6.9 Ser Inferior 142
5.6.10 Ser Superior 143
5.6.11 Core 143
5.6.12 Tarea de vida 143
5.7 Core Energética y caracterología 144
Conclusiones 145
Resumen 146
Cuestionario 146
Ejercicios reflexivos 147
Dinámicas corpo-energéticas 147
Sugerencias para el facilitador 148
Bibliografía 149
6. La intervención corporal en Core Energética 150
Introducción 150
Objetivo general 150
Objetivos específicos 150
Mapa conceptual 151
6.1 Lectura corporal 152
6.2 Movimiento 154
6.3 Respiración 155
6.4 La respiración de staccato 157
6.5 Arraigo 158
6.6 Rodillo 161
6.7 Masaje 163
6.8 Raqueteo 164
6.9 Meditación 165
6.10 Sanación espiritual 166
Conclusiones 166
VIII

Resumen 167
Cuestionario 169
Ejercicios reflexivos 169
Ejercicios corpo-energéticas 170
Sugerencias para el facilitador 170
Bibliografía 171
7. El proceso en Core Energética 172
Introducción 172
Objetivo general 173
Objetivos específicos 174
Mapa conceptual 174
7.1 Etapas del proceso 174
7.1.1 Penetrando la máscara 175
7.1.2 Liberando al Ser Inferior 177
7.1.3 Centrándose en el Ser Superior 180
7.1.4 Plan de vida 181
Conclusiones 182
Resumen 183
Cuestionario 183
Ejercicios reflexivos 184
Sugerencias para el facilitador 184
Bibliografía 184
IX

Introducción
La Core Energética, método psicoterapéutico con enfoque corporal y
transpersonal, es un sistema de enseñanza-aprendizaje que abarca al ser humano
en su totalidad: su cuerpo físico, su mente, su alma y su espíritu, en lo más
interno de su esencia. Esta propuesta, desarrollada en Estados Unidos a partir de
los años 70 por el Dr. John C. Pierrakos, se ha expandido a diferentes países del
mundo en un proceso de evolución constante. Es así como en 1989 Pierrakos
inicia en México el primer grupo de entrenamiento, coordinado por la Mtra. Ilse
Kretzschmar, quien más tarde se convirtió en la Directora del Instituto Core
Energética de México.

Las tesis fundamentales que dan soporte a la Core Energética son:

1. La persona es una unidad, una entidad psicosomática y espiritual.

2. La fuente de curación y la capacidad de amar están dentro del ser y no


en agentes externos.

3. Toda existencia forma una unidad que se dirige hacia una evolución
creativa. En la entidad humana, dicha evolución consiste en la transformación
profunda de los aspectos negativos de la personalidad hacia una totalidad
creativa, a ser uno con su propio Ser interno. En un movimiento de trascendencia
que parte de lo individual para, finalmente, abarcar la conciencia de unicidad con
el todo.

Por otra parte, es preciso destacar que la Core Energética es un proceso


profundo que trabaja a través de las dimensiones de energía y conciencia en
constante movimiento, con el fin de desarmar y transformar el sistema de defensa
individual y llegar al núcleo esencial o core, que es el nivel de conciencia más
profundo del corazón. Es más que una psicoterapia, es una filosofía y un camino
de trabajo personal, que fomenta la expansión de la conciencia y la Verdad, el
Amor y la Compasión, cualidades a desarrollar todos los días, y que ayudan a
descubrir el propósito principal de nuestra vida.

De este modo, el mérito de la Core Energética es el trabajo intenso y


profundo a nivel corporal y energético de nuestros aspectos oscuros, negativos y
destructivos, para así descubrir el potencial creativo de nuestra verdadera
naturaleza, a través del sentir, de la vivencia, de pulsar en ello. De este modo,
representa una de las principales propuestas de la Psicoterapia Humanista,
privilegiando el trabajo con el cuerpo y la energía y fomentando los valores de
libertad, responsabilidad, respeto y amor por la vida, trabajando para la expansión
de la conciencia y la conexión con el Ser interior, para así crear un mundo mejor,
X

centrado en la intención positiva de cultivar el amor a nosotros mismos, al


conocimiento, a lo que nos rodea.

Características del curso


La clase Psicocorporal III (o Core Energética) pretende servir de modelo
introductorio para dar a conocer al estudiante este enfoque psicoterapéutico
corporal, sus bases, fundamentos teóricos e históricos y su filosofía, así como
lograr relacionar los conceptos y principios teóricos de las asignaturas
precedentes, para vincularlos con las innovaciones metodológicas de dicho
enfoque.

A partir de la lectura del libro de texto, el análisis de los contenidos, la


discusión abierta intergrupal y la práctica vivencial, se intenta que los alumnos
pueda incorporar los conceptos, familiarizarse con los objetivos del proceso
psicoterapéutico e integrar la noción de conciencia y energía al trabajo
psicocorporal y espiritual. El curso se orienta a ofrecer una experiencia teórico
vivencial del proceso individual y grupal en Core Energética, utilizando como punto
de referencia los trabajos personales que se lleven a cabo durante la sesión para
ejemplificar la práctica y el método. Así mismo, se modelará el uso de los recursos
físicos terapéuticos para el trabajo integrativo corporal, tomando como apoyo la
demostración a partir del uso del colchón, la raqueta y en su caso, del rodillo.

Los contenidos y las actividades que forman parte de la materia están


diseñados para brindar la posibilidad al estudiante de asimilar, comprender y
analizar los fundamentos y principios de la Core Energética. Durante la
presentación de los temas (explicados en los capítulos de este libro) se revisarán
todos los aspectos técnicos y teóricos que están relacionados con el cómo del
proceso en Core Energética, que a su vez serán integrados como herramientas de
trabajo, muy útiles en la conformación profesional del futuro psicoterapeuta
humanista.

En esta materia, los estudiantes analizarán, en sus dimensiones teóricas y


vivenciales, cada uno de los temas descritos. Se pretende involucrarlos
terapéuticamente para que reconozcan en su propio proceso la veracidad de la
propuesta de la Core Energética. A través de este trabajo terapéutico profundo,
se intenta contribuir a depurar su historia de conflictos y asuntos inconclusos,
apoyando el desarrollo de su potencial humano.
XI

Organización de los contenidos


El presente libro abarca, desde los orígenes y eventos históricos que precedieron
a la creación de la Core Energética, hasta la forma en que se lleva a cabo el
proceso en Core, todo esto dividido en siete capítulos.

En el capítulo 1, “Introducción a la Core Energética”, se expone cada uno


de los enfoques psicológicos y psicoterapéuticos que antecedieron, influyeron y
aportaron sustento epistemológico al desarrollo del tema de estudio, y que son las
bases de trabajo, con el fin de que el alumno cuente con un marco teórico sólido
de referencia. Para ello, se revisa el Psicoanálisis, el trabajo Reichiano, el análisis
Bioenergético, los valores humanistas, la psicoterapia transpersonal, temas
relacionados con la energía y la conciencia, el Pathwork y se presenta una breve
biografía de John C. Pierrakos.

En el capítulo 2, “Amor, Eros y Sexualidad”, se presenta y se amplía la


información sobre las dimensiones de la fuerza de la vida, que se manifiesta en
estos tres aspectos diferentes, conociendo su valía y riqueza, las formas en que el
individuo se defiende de experimentarlas (o cómo las bloquea) y las
consecuencias de esta situación.

En el capítulo 3, “Los niveles de la personalidad humana”, se profundiza en


el estudio de los cinco niveles descritos por John C. Pierrakos, que incluyen el
conocimiento de la manifestación y expresión corporal, la importancia del trabajo
con las emociones, tanto negativas como positivas, el sistema de creencias y las
formas recurrentes de pensamiento, así como la discriminación entre la voluntad
activa o del ego versus la voluntad receptiva o del corazón, la relevancia de la
conexión espiritual y la trascendencia de conocer el sentido de la propia vida.

Las apariencias y falsedades de la personalidad se verán enfrentadas con


la verdad asumida y abierta de los alumnos, en la medida que también puedan
aceptarse, expresarse y manifestarse los aspectos más oscuros de sí mismos y
con ello poder experimentar la realidad más sublime, amorosa y profunda del ser
superior, todo ello revisado, analizado y comprendido en el capítulo 4: “Los niveles
de conciencia”, diseñado para confrontar a los alumnos de manera que perciban
cómo se relacionan consigo mismos, con los seres humanos que les rodean, con
el mundo espiritual, con la naturaleza y con todo lo vivo, y al mismo tiempo, que
reflexionen sobre los posibles efectos o consecuencias de vivir instalados en un
determinado nivel de conciencia.

De igual manera, conocer los mapas caracteriales de la personalidad,


descritos en el capítulo 5, “Caracterología”, es un aspecto de vital importancia para
poder realizar la intervención psicoterapéutica corporal. Aquí se exponen las
XII

implicaciones etiológicas, el manejo de la energía y la conciencia, las


manifestaciones físicas, emocionales y mentales del ego y la espiritualidad, así
como las formas específicas de la máscara del Ser Inferior y la tarea de vida del
Ser Superior. Se estudian, además, las cinco caracterologías descritas por el
trabajo psicocorporal de W. Reich, de la Bioenergética y los aportes de la Core
Energética. Dichos patrones, o sistemas de defensa caracterial, corresponden a
un determinado tipo de estructura (esquizoide, oral, masoquista, psicopática o
rígida).

En el capítulo 6, “Intervención psicocorporal y energética”, se ahonda en los


aspectos importantes del manejo del arraigo, la respiración, el uso del rodillo, los
beneficios del masaje y la guía y práctica de la meditación. Se pretende que el
alumno pueda reflexionar que es una entidad integrada, de manera que al
momento de trabajar energéticamente con su cuerpo, tenga la posibilidad de
hacerse más consciente su respiración y también de reconocer emociones y
pensamientos inconscientes. Al salir a la luz estos aspectos, se liberará del
pasado y podrá vivir con más plenitud en su presente y con mayor conciencia.
Aquí se detallarán, además, los usos, precauciones y pertinencias para realizar la
intervención corporal.

El capítulo siete, “El proceso en Core Energética”, busca que los alumnos
integren, incorporen y asimilen toda la información recibida y puedan contar con
pistas, estrategias y recomendaciones para conocer paso a paso el proceso en
Core Energética. Es importante resaltar que esto no les autoriza a ser llamados
terapeutas en Core, pero sí les permite que conozcan el procedimiento que se
sigue durante el trabajo corporal.

Relación con otras asignaturas


Como parte de la currícula de la Maestría en Psicoterapia Humanista, existen tres
asignaturas previas que dan sustento, fundamentación y secuencia a la materia
que nos compete en esta ocasión: Psicología de Gestalt, Vegetoterapia
Caracteroanalítica o Psicocorporal I y Bioenergética o Psicocorporal II.

La Gestalt le aporta a los alumnos datos importantes, como la


autoregulación organísmica, la teoría de figura-fondo, el ciclo de satisfacción de
las necesidades, los mecanismos defensivos, el revivir en el presente para
resolver el pasado, el privilegiar la experiencia en lugar de la mente y la confianza
en el ser interno para salir de sus atolladeros, neurosis o juegos falsos.

La Vegetoterapia Caracteroanalítica permite que los alumnos estudien la


relación mente -cuerpo, la conexión psicosomática, la bioenergía, el análisis de las
XIII

resistencias, los segmentos del cuerpo, la conformación de la coraza muscular y


su correspondiente psicológica; los actings neuromusculares, sus cuidados y
precauciones.

La Bioenergética contribuye al estudio de temas relevantes como son el


principio del placer, el principio de realidad, las estructuras de carácter y sus
implicaciones físicas, etiológicas, psicológicas y emocionales, así como el arraigo,
la respiración, el contacto y los ejercicios bioenergéticos.

Con base en estas tres materias, el alumno podrá tener un panorama


amplio de cómo ha ido evolucionando el método psicocorporal, sus orígenes, sus
principales autores, conceptos y teorías, así como sus métodos innovadores y
estrategias terapéuticas. Además, le permitirá familiarizarse con un lenguaje
común, así como revisar la importancia del papel que juegan los terapeutas y las
destrezas a desarrollar para realizar el análisis del carácter o neurosis, siendo todo
esto la finalidad de dichos enfoques.

Orientaciones didácticas
El curso se apoya en el presente libro de texto, que al final de cada capítulo ofrece
las respectivas referencias bibliográficas que pueden servir de guías, tanto para el
facilitador como para los participantes, para lograr profundizar en cada uno de los
temas. Incluye, además, cuestionarios, actividades reflexivas y ejercicios
vivenciales, que favorecen la apropiación de los conceptos y prácticas de la Core
Energética.

Asimismo, el propósito de esta asignatura es que el estudiante de la


Maestría en Psicoterapia Humanista:

1. Se introduzca en el conocimiento de esta propuesta psicoterapéutica.

2. Conozca y aplique algunos de los recursos terapéuticos que se enseñan


durante el curso.

3. Desarrolle habilidades para trabajar con el cuerpo y realice el análisis


caracterológico y de los niveles de conciencia humanos para enriquecer su
práctica terapéutica.

4. Asimile y evalúe las aportaciones específicas de la Core Energética a la


Psicoterapia Humanista.
XIV

5. Considere esta contribución psicoterapéutica en el alivio del sufrimiento humano


y en el desarrollo trascendente de la persona a diversos niveles: individual, en
familia, 1en su sociedad, con la naturaleza y el universo.

Sugerencias para la evaluación


Los criterios y procedimientos de evaluación del curso serán los descritos en la
planeación didáctica de esta materia, considerando si el estudiante ha adquirido
los conocimientos teórico-prácticos que fundamenten el enfoque de la Core
Energética, así como si han desarrollado las habilidades de comprensión y análisis
de las distintas temáticas desarrolladas.

Es pertinente aclarar que este un curso da a conocer a los estudiantes la


propuesta de la Core Energética como psicoterapia corporal y espiritual dentro del
programa de la Maestría en Psicoterapia Humanista, pero que bajo ninguna
circunstancia los capacita para desarrollar el trabajo de un psicoterapeuta corporal
deliberadamente entrenado para ejercer la práctica clínica.

Propósitos generales
A partir del desarrollo de los temas y los ejercicios propuestos en el contenido del
presente trabajo, se pretende que los estudiantes:

1. Se introduzcan en el conocimiento de la teoría de la personalidad propuesta por


la Core Energética.

2. Comprendan y evalúen el aporte específico de la Core Energética a la


Psicoterapia Humanista.

3. Desarrollen habilidades para trabajar con el cuerpo para enriquecer su práctica


psicoterapéutica.
XV

Organización por capítulos

Capítulo 1. Introducción a la Core Energética

Objetivo general
Dar a conocer los antecedentes, fundamentos teóricos y los conceptos básicos de
la propuesta psicoterapéutica corporal y espiritual de la Core Energética.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

1.1 Se introduzca en el nuevo paradigma que ofrece la visión psicocorporal y


espiritual de la Core Energética y en su enfoque, integrador de todos los niveles
de existencia.

1.2 Reconozca el trabajo corpo-energético de la Core Energética y que clarifique


el proceso psicológico, somático y transpersonal del enfoque.

1.3 Estudie, aprenda y diferencie el enfoque psicoterapéutico de la Core


Energética de otras formas de psicoterapia.

1.4 Conozca que la intervención psicoterapéutica se da a niveles psicodinámicos,


de análisis caracterológicos, de trabajo corporal, energético y espiritual en la
búsqueda de soluciones, de salud, bienestar y realización de la persona que
desea sanación y crecimiento personal.

1.5 Descubra en sí mismo, a través de ejercicios vivenciales y prácticas


psicocorporales, su ser energía, su pulsación de vida y las corrientes de vida.

Contenido
• Introducción
• Core Energética
• El Core
• Antecedentes
• John. C. Pierrakos
• Conclusiones
• Resumen
• Cuestionario
• Ejercicios reflexivos
• Dinámicas corpo-energéticas
• Sugerencias para el facilitador
XVI

Bibliografía
Boyesen, G. (1984). Entre psyché et soma. Francia: Payot.

Brennan, B. A. (1993). Manos que curan. México: Roca.

Chopra, D. (2007). Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo. México: B.

DeMeo, J. (1996). Manual del acumulador de Orgón. España: Publicaciones


Orgón.

Gaueko, B. (2004). http://www.druidnetwork.net

Gribbin (2004). Física cuántica. México: Planeta.

Grof, S. (1994). La mente holotrópica. España: Kairos.

Kretzschmar, I. (2007). “Comunicación personal”. Primer Congreso Nacional de


Core Energética.

Lowen, A. (1987). Bioenergética. México: Diana.

Lowen, A. (1993). La espiritualidad del cuerpo. México: Paidós.

Molina, M. L. (2007). Sí a la vida tal como es. México: ACD.

Pearls, F. (1986). El enfoque gestáltico y testimonios de terapia. Chile: Cuatro


Vientos.

Pierrakos, E. y Thesenga, D. (2000). Encontrando a Dios en mi interior. México:


Pax.

Pierrakos, J. (1990). Core Energetics. U.S.A: Life Rhythm.

Pierrakos, J. (1992). Comunicación personal en la formación de Core Energética.


México.

Pierrakos, J. (1997). Eros, Love & Sexuality. USA : Life Rhythm.

Raknes, O. (1991). Wilhelm Reich y la ergonomía. España: Publicaciones Orgón.

Reich, W. (1991). La función del orgasmo. México: Paidós.

Reich, W. (2001). Análisis del carácter. (2da. ed.). México: Pax.

Serrano, X. (2001). Al alba del siglo XXI. España: Publicaciones Orgón.

Vaughan, F. (1997). Sombras de lo sagrado. España: Gaia.


XVII

Capítulo 2. Amor, Eros y Sexualidad

Objetivo general
Contribuir a la reflexión, comprensión y reconocimiento de las fuerzas del Amor, el
Eros y la Sexualidad.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

2.1 Discrimine cada una de estas tres fuerzas de vida.

2.2 Tenga conocimiento y claridad de las consecuencias de reprimir, negar y


distorsionar estas fuerzas, así como las consecuencias positivas de permitirse
descubrirlas, vivirlas e integrarlas como parte de sí mismo y de su sentido de vida.

2.4 Establezca la diferencia que hace el ser consciente de la influencia de estas


tres fuerzas durante el trabajo de acompañamiento psicoterapéutico.

Contenido
• Eros: la fuerza de la transformación
• Sexualidad: La fuerza creativa
• Amor: La fuerza unificadora
• Conclusión
• Resumen
• Cuestionario
• Ejercicios reflexivos
• Dinámicas corpo-energéticas
• Sugerencias para el facilitador
XVIII

Bibliografía
Buber, M. (2002). Yo y tú. Argentina: Nueva Visión.

Osho. (1992). Tantra: la suprema sabiduría. España: Tomo II.

Pierrakos, E. (1993). Del miedo al amor. México: Pax.

Pierrakos, J. (1986) Core Energetics. U.S.A.: Life Rhythm.

Pierrakos, J. (1997). Eros, Love & Sexuality. U.S.A.: Life Rhythm.

Reich, W. (1991). La función del orgasmo. México: Paidós.

Sartre, J.P. (2007). El existencialismo es un humanismo. México: Quinto sol.

Vaughan, F. (1997). Sombras de lo sagrado. España: Gaia.

Wilber, K. (1997). El proyecto Atman. España: Kairos.


XIX

Capítulo 3. Niveles de personalidad humana

Objetivo general
Conocer, aprender e integrar al conocimiento previo la visión holística en los
fundamentos y la intervención psicoterapéutica de la Core Energética.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

3.1 Discrimine y reconozca cada nivel de personalidad en el ser humano, en su


humanidad.

3.2 Descubra (intelectual y vivencialmente) la unicidad psicosomática que cada ser


humano es.

3.3 Aprenda a identificar las perturbaciones y necesidades de cada nivel de


personalidad.

Contenido
• Introducción
• Cuerpo
• Emociones
• Mente
• Voluntad
• Espiritualidad
• Conclusiones
• Resumen
• Cuestionario
• Ejercicios reflexivos
• Dinámicas corpo-energéticas
• Sugerencias para el facilitador
XX

Bibliografía
Reich, E. (1999). Bioenergética suave. España: Abraxas.

Shapiro, D. (1991). Cuerpo-mente: la conexión curativa. España: Robin Book.

Baumgardner, P. (1982). Terapia Gestalt. México: Pax.

Brennan, B. A. (1994). Hágase la luz. México: Roca.

Dalai Lama. (2006). El universo en un solo átomo. México: Grijalbo.

Pierrakos, J. (1990). Core Energetics. U.S.A.: Life Rhythm Publication.


XXI

Capítulo 4. Niveles de conciencia

Objetivo general
Obtener, a partir de este mapa de la conciencia, los elementos teóricos y la guía
para lo vivencial y terapéutico, que permitan reconocer y trabajar la falsedad, la
negatividad y asumir la belleza y poder interior.

Objetivos específicos
Que el alumno:

4.1 Discrimine correctamente y trabaje sobre el efecto de su máscara en su vida


diaria.

4.2 Reconozca su ser inferior a nivel mental, emocional y vivencial.

4.3 Redescubra y vivencie el potencial de sanación, realización y trascendencia


que vive dentro de sí mismo en su ser superior.

4.4 Conozca las formas de trabajo del método terapéutico en Core, para
acompañar a otros en su autoconocimiento, sanación y transformación.

Contenido
• Introducción
• Máscara
• Ser Inferior
• Ser Superior
• Conclusión
• Resumen
• Cuestionario
• Ejercicios reflexivos
• Dinámicas corpo-energéticas
• Sugerencias para el facilitador
XXII

Bibliografía
Baumgardner, P. (1982). Terapia Gestalt: teoría y práctica. México: Árbol.

Dethlwefsen, T. (1983). La enfermedad como camino. España: Plaza & Janés.

Jung, C.G. (1984). El hombre y sus símbolos. España: Coralt Editor.

Kretzschmar, I. (2007). Memorias del Primer Congreso Nacional de Core


Energética. México.

Molina, M. (2007). Sí a la vida tal como es. México. ACD.

Naranjo, C. (2004). Cambiar la educación para cambiar el mundo. España: La


Llave.

Pathwork. “Del ser y la imagen idealizada”. Conferencia No. 83.

Pathwork. “La conexión entre el ego y el poder universal”. Conferencia No. 152.

Pierrakos, J. (1996). Comunicación personal. Formación de Core Energética.


México.

Pierrakos, J. (1990). Core Energetics. U.S.A.: Life Rhythm Publication.

Pierrakos, J. (1997). Eros, love and sexuality. U.S.A.: Life Rhythm Publication.

Thesenga, S. (1994). Vivir sin máscaras. México: Pax.

Tuby, M. (1984).The shadow. U.S.A: Guild of Pastoral Psychology.

Vaughan, F. (1997). Sombras de lo sagrado. España: Gaia.

Zweig, C. (1999). Vivir con la sombra. España: Kairos.


XXIII

Capítulo 5. Caracterología

Objetivo general
Ofrecer una guía de caracteres que permita, desde el exterior de la persona,
introducirlo en los patrones de vida que se han observado desde el trabajo
psicocorporal de W. Reich, de la Bioenergética y las aportaciones de la Core
Energética.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

5.1 Conozca, a partir de la exposición y explicación, la teoría de la formación del


carácter según la Bioenergética.

5.2 Profundice en la conformación psicodinámica de cada estructura de carácter o


patrón defensivo.

5.3 Describa la etiología, las emociones, la mente, la voluntad, la máscara, el Ser


Inferior y el Ser Superior de cada estructura defensiva.

Contenido
• Introducción
• Carácter esquizoide
• Carácter oral
• Carácter masoquista
• Carácter psicopático
• Carácter rígido
• Conclusiones
• Resumen
• Cuestionario
• Ejercicios reflexivos
• Dinámicas corpo-energéticas
• Sugerencias para el facilitador
XXIV

Bibliografía
Brennan, B. A. (1993). Manos que curan. México: Roca.

Fisher, R. (2006). El caballero de la armadura oxidada. México: Obelisco.

Jhonson, S. (1994). Character Styles. U.S.A.: Norton New York.

Lowen, A. (1985). El lenguaje del cuerpo. España: Herder.

Lowen, A. (1987). Bioenergética. México: Diana.

Lowen, A. (1993). La espiritualidad del cuerpo. España: Paidós.

Molina, M. (2007). Sí a la vida tal como es. México: ACD.

Pierrakos, J. (1990). Core Energetics. U.S.A.: Life Rhythm Publication.

Pierrakos, J. (1994). Comunicación personal; entrenamiento de Core Energética.


México.

Reich, W. (1987). Análisis del carácter. México: Paidós.


XXV

Capítulo 6. La intervención corporal en Core Energética

Objetivo general
Dar a conocer los recursos básicos corporales y energéticos que se utilizan en el
contexto psicoterapéutico de la Core Energética.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

6.1 Conozca y experimente algunas de la técnicas psicocorporales de la Core


Energética.

6.2 Valore el potencial de sensibilización, depuración, liberación y sanación de


este proceso.

6.3 Aprenda cómo usar las técnicas a través del modelaje que realice el maestro-
facilitador de la materia.

6.4 Practique en parejas y/o subgrupos los ejercicios y la lectura corporal, con el
fin de desarrollar estas habilidades para su trabajo como psicoterapeuta.

Contenido
• Introducción
• Lectura corporal
• Movimiento
• Respiración
• Repiración de stacatto
• Arraigo
• Rodillo
• Masaje
• Raqueteo
• Meditación
• Sanación espiritual
• Conclusiones
• Resumen
• Ejercicios reflexivos
• Dinámicas corpo-energéticas
• Sugerencias para el facilitador
XXVI

Bibliografía
Lowen, A. (1983). Bioenergética. México: Diana.

Boadaella, D. (1993). Corrientes de vida. México: Paidós.

Domínguez, A. (1996). Rebirthing. España: Libsa.

Grof, S. (1994). La mente holotrópica. España: Kairós.

Molina, M. (2007). Sí a la vida tal como es. México: ACD.

Navarro, F. (1993). La somatosicodinámica. Valencia, España: Publicaciones


Orgón. Escuela Española de Terapia Reichiana.

Kretzchmar, I. (2001). “Comunicación personal. Arraigarse en el ser superior”.


Conferencia Magistral en el Congreso Internacional de Core Energética,
Konocti Harbor, California, 2001.

Lowen, A. (2000). Ejercicios de bioenergética. México: Sirio.

Reich, W. (1987). Análisis del carácter. México: Paidós.

Rolf, I. (1994) Rolfing. España: Urano.

Rimpoché, Y. M. (2008). La alegría de vivir. Colombia: Grupo Editorial Norma.

Frank, V. (1999). El hombre en busca del sentido. España: Herder.


XXVII

Capítulo 7. El proceso en Core Energética

Objetivo general
Que el estudiante de la Maestría en Psicoterapia Humanista conozca e incorpore a
su formación las fases del proceso psicoterapéutico de Core Energética.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

7.1 Conozca los aspectos que involucran cada fase del proceso y el compromiso
del terapeuta involucrado en ello.

7.2 Dentro del tiempo correspondiente a la materia, atraviese vivencialmente cada


fase, para que así tenga más claro el proceso.

7.3 Realice un reporte personal que integre tanto lo teórico como lo vivencial y dé
cuenta en él de los conocimientos teórico-prácticos que haya adquirido.

Contenido
• Introducción
• Penetrando la máscara
• Liberando el Ser Inferior
• Centrándose en el Ser Superior
• Plan de vida
• Conclusiones
• Resumen
• Cuestionario
• Ejercicios reflexivos
• Dinámicas corpo-energéticas
• Sugerencias para el facilitador

Bibliografía
Horney, K. (2003). El proceso terapéutico. España: La Llave.

Molina, M. (2007). Sí a la vida tal como es. México: ACD.

Pierrakos, J. (1986). Core Energetics. U.S.A: Life Rhythm Publication.


Core Energética 1

1. Core Energética: Una psicoterapia corporal y espiritual

Introducción
A lo largo de la historia, la humanidad ha buscado los medios que le ayuden a
evitar, eliminar o suprimir el sufrimiento, para alcanzar el bienestar, la salud, la
felicidad y así entender el sentido de la vida y de la conexión con el todo; de este
modo, el siglo pasado ha sido relevante en el desarrollo de diversas corrientes
psicológicas como el conductismo, el psicoanálisis, el humanismo, el análisis
transpersonal, etcétera.

El trabajo creativo e integrador de John C. Pierrakos M.D. da como


resultado, durante la década de los 70, la creación de la Core Energética,
disciplina que nace con el objetivo de desarrollar la capacidad de sanar y
trascender todo aquello que nos hace sufrir, y así comprender el sentido que tiene
estar en este mundo. El origen de la Core Energética nos remonta a tradiciones
de autoconocimiento y medicina muy antiguas, al psicoanálisis, al trabajo de
Wilhelm Reich, a la Bioenergética, al Pathwork y a variados caminos de
autoconocimiento y sanación. Su tesis básica es que somos energía y que nos
movemos en el mundo como una unidad somato-psicológica-espiritual, pero los
desafíos de la vida y las circunstancias adversas contribuyen a nuestra
fragmentación interna, y por ende, a nuestra separación del exterior. Las
corrientes de vida pueden verse detenidas, obstruidas, dificultando el desarrollo
adecuado y sano, bloqueando la expresión de las capacidades inteligentes,
sensibles y sabias que poseemos para enfrentar las adversidades, inhibiendo la
expresión genuina, natural, espontánea y creativa del core, de nuestro ser.

El objetivo de la Core Energética es desarmar los obstáculos, ayudar a


corregir las distorsiones mentales acerca de nosotros mismos y del mundo,
transformar nuestra negatividad en energía vital, conectar con los valores de
nuestra esencia y recuperar la capacidad de amar, en un cuerpo arraigado,
vibrante, que manifiesta la verdad de sus sentimientos, de sus pensamientos y
que es uno con su campo de energía. El ser humano es cuerpo-emociones-mente-
y espíritu con un core, que es el centro esencial de donde emana toda su fuerza
de vida y desde donde se conecta y es uno con el todo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 2

Objetivo general
Dar a conocer al estudiante los antecedentes, fundamentos teóricos y conceptos
básicos de la propuesta psicoterapéutica corporal y espiritual de la Core
Energética.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

1.1 Se introduzca en el paradigma que ofrece la visión psicocorporal y espiritual


de la Core Energética y en su enfoque, que integra todos los niveles de la
existencia.

1.2 Reconozca el trabajo de la Core Energética y lo clarifique como un proceso


psicológico, somático y transpersonal.

1.3 Estudie, aprenda y diferencie el enfoque psicoterapéutico de la Core


Energética de otras formas de psicoterapia.

1.4 Reflexione que esta intervención psicoterapéutica se da a niveles


psicodinámicos, de análisis caracterológicos, de trabajo corporal, energético y
espiritual, y que se encamina a la búsqueda de soluciones, de salud, bienestar y
realización de la persona que desea sanación y crecimiento personal.

1.5 Descubra, a partir de ejercicios vivenciales y prácticas psicocorporales, su


ser- energía, su pulsación y sus corrientes de vida.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 3

Mapa conceptual

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 4

1.1 Core Energética


La Core Energética es una psicoterapia corporal y espiritual. Como psicoterapia
corporal posee un sustento teórico que proviene del psicoanálisis, la teoría y
metodología psicocorporal reichiana y las aportaciones teóricas y metodológicas
de la bioenergética. Su propósito espiritual se sustenta en los valores humanistas,
en la psicología transpersonal, en el proceso Pathwork, en las enseñanzas de
culturas antiguas, en consistentes investigaciones acerca de la energía y en las
propuestas de la física cuántica.

La Core propone un tratamiento y un proceso psicológico emocional que


busca apoyar al individuo a resolver su angustia interna, que involucra desde los
conflictos de su infancia hasta los problemas del presente, de manera que éste
logre liberar y aprender a manejar sus emociones reprimidas, así como trascender
pautas o patrones neuróticos que le impiden tener una existencia satisfactoria y
realizada consigo mismo y en su relaciones familiares, interpersonales y sociales,
además de fortalecer su Yo y aprender a vivir ubicado en el principio de realidad.

El aspecto corporal tiene qué ver con la visión de la unidad mente-cuerpo


de los seres humanos; de este modo, el Yo se concibe como corporal. La
intervención psicoterapéutica se realiza en el cuerpo y en la movilización de la
bioenergía que corresponde a cada individuo: la manera en que cada persona ha
manejado su energía en las diferentes circunstancias de su vida se revela en su
cuerpo. La historia asimilada y los asuntos no concluidos se pueden leer en él.

El trabajo corporal suave o fuerte estará enfocado a movilizar la energía-


sentimientos-emociones-impulsos-expresiones que han sido reprimidos y
retenidos en tensiones-bloqueos corporales. Lo valioso del trabajo psicocorporal
es que este llega a recuperar y resolver memorias más allá de lo verbal,
memorias celulares, corporales (desde la concepción) que afectan la existencia
del individuo. El contacto ha de ser puro e impecable para llegar a ello.

El proceso psico-emocional tiene el propósito de integrar aquellos aspectos


excluidos de la conciencia que “hacen ruido” en la existencia, que perturban y
enferman al individuo y sus relaciones con el mundo. Integrar sus demonios y sus
bondades negadas. Ser uno con su ser interior, asumiendo que somos cielo y
tierra, lo mundano y sagrado, oscuridad y luz:

Nosotros mismos creamos nuestras vidas a través del uso que le damos a nuestra
energía: hacia dónde queremos ir con ella, hacia dónde la dirigimos. Una persona
es vulnerable a las circunstancias únicamente cuando la sobrevivencia dependa
de ella, como durante la infancia. En la madurez, tenemos la capacidad de elegir
entre fusionar nuestra energía internamente o bloquearla o moverla desde adentro
u obtenerla del mundo externo (Pierrakos, 1986, p.246).

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 5

La visión espiritual nos conduce a ir más allá de la resolución de nuestros


conflictos internos y de nuestra neurosis, de resolver nuestra existencia personal,
nos lleva a reconocer que somos parte de un proceso evolutivo humano, colectivo
y cósmico.

Al descubrir que somos vibración energética visible e invisible, que somos


cuerpo, centros y campos de energía, con un núcleo central que llamamos Core,
que pulsa y es uno con el corazón del universo, podemos reconocer que estamos
interconectados con todos y con el todo, en una comunicación intersistémica,
verbal, no verbal, sutil, interdependiente de todas nuestras acciones, co-creadores
en intención y acción de todo lo que nos sucede. Alineados en nuestro Core, la
conciencia se expande para percibir y conectar con dimensiones más sutiles de la
existencia y con los valores espirituales esenciales del amor en todas sus
expresiones, que nos integran, incluyen, unifican, dan paz, armonía, belleza y
permiten la realización y evolución de todos hacia un mundo mejor: “La paz en
nosotros mismos, en nuestras relaciones, en nuestra sociedad y en el mundo,
vendrá no de reglas, leyes, tratados y armamentos defensivos, sino del deseo de
alcanzar una paz vibrante en nosotros mismos” (Pierrakos, 1986, p. 249).

Es claro que la Core Energética es un proceso que se propone dar alivio al


sufrimiento humano a través del autoconocimiento, así como ofrecer un camino
evolutivo de aceptación de nuestra naturaleza buena, de poderes intrínsecos
ilimitados que yacen en nuestro interior, que estamos destinados a realizar a
través de la misión de nuestra alma.

El concepto de hombre o ser humano se entreteje en las tres tesis base de


la Core Energética, las cuales indican que: 1) el ser humano es una unidad
psicosomática; 2) la fuente de sanación está dentro del ser, no en un agente
externo o en un médico, Dios o las fuerzas del cosmos y 3) que la existencia forma
una unidad que se mueve hacia la evolución creativa, tanto en el todo como en
cada uno de sus incontables componentes (Pierrakos,1986).

Ahora bien, la Core Energética es de naturaleza holística, porque nos


ofrece una visión de la totalidad de la persona, de su unidad en sus diferentes
dimensiones, con todo lo que le rodea. Es optimista porque confía profundamente
en las fuerzas internas del Core y en las posibilidades de transformar la
negatividad en el mundo: “Lo que bloquea nuestra vida no es la fuerza negativa,
sino la negación del ser creativo, del ser superior. El estancamiento se produce no
por rechazar una específica pulsación de energía, sino por negarse a reconocer
las energías positivas” (Pierrakos, 1986, p. 258). Un ejemplo es el del asesino, que
apegado a su rencor y deseo de venganza, se niega a reconocer y conectar con el

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 6

amor que yace en su interior, lo cual fue posible para algunos transgresores de la
antigüedad, que se convirtieron en santos posteriormente.

Asimismo, La Core Energética es fenomenológica, ya que trabaja con lo


que sucede, tal como aparece en el aquí y ahora, arraigando al presente al
individuo que participa en el proceso. Tal como diría Fritz Perls: “Ktrabajando con
el pasado continuado, encarnado en el cuerpo, expresado en los patrones
defensivos, en creencias y actitudes viejas” (1986, p.47).

Se explora la psiquis humana no sólo a través de lo que se dice, sino de


cómo se dice. La exploración busca descubrir los bloqueos físicos y emocionales
como aparecen expresados en la apariencia externa de la persona. Por ejemplo,
la expresión facial, la forma de la mandíbula, que pueden indicar coraje o
sentimientos reprimidos:

El color y el tono de la piel, la rigidez de las articulaciones y la flexibilidad de los


músculos proporcionan al ojo experto las claves del estado interno de la persona.
Más importante aún, la observación y el diagnóstico de la pulsación de la energía
del aura, que indican el tipo y la vitalidad de los movimientos energéticos de la
persona (Pierrakos, 1986, p.265).

La salud es el resultado de que la corriente de energía vital fluye sin


obstáculos, del Core hacia el exterior y del exterior hacia el interior del Core,
manifestándose en la persona de una manera relajada, espontánea, natural, vivaz,
con sentido de vida, presente y confiada. La enfermedad, entonces, es el
estancamiento de la fuerza vital, el bloqueo, la desconexión del Core, del ser
interno y de las fuerzas sanadoras que allí residen. El estancamiento de las
expresiones naturales del ser interno, con el tiempo, degenera en enfermedades
físicas, emocionales y mentales, así como en una desconexión espiritual.

El significado inherente de la enfermedad es aceptar y trascender la


desconexión que existe con nosotros mismos, con nuestra verdad, con nuestro
Core. La enfermedad nos dice: “Recupera la conexión con tu interior, con lo que
necesitas recibir o dar, con el amor”. Enfermedades graves como el cáncer están
relacionadas con el resentimiento y rencor que una persona puede haber retenido
en su interior. Si bien esto puede ser cierto, lo lamentable es que el individuo se
niegue a conectar con el amor abriendo su corazón al perdón y a la compresión
profunda de lo que ha vivido. Es el amor detenido lo que realmente nos enferma.
Un amor no expresado a nosotros mismos y a los que son significativos para
nosotros.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 7

El amor es la fuerza vibratoria más poderosa que nos ayuda a sanar y se


traduce en un estado de compasión, ternura, comprensión, calidez, generosidad,
paciencia, empatía, respeto, cuidado.

Imaginemos las aguas contaminadas o sucias de un estanque o lago a las


que ciertos técnicos aplican un método científico para purificarla y lo logran. La
tendencia de nosotros será decir que es muy útil el procedimiento. Lo real es que
si esa agua no tuviera inherentemente la capacidad de purificarse, ningún
tratamiento lo lograría. De la misma manera, ningún tratamiento médico sería
efectivo si no existiera el poder de sanación en el interior de la persona enferma.
El propósito en Core Energética es justamente despertar, liberar las fuerzas
sanadoras que todos poseemos en nuestro interior. Como personas que
acompañamos a otros en su proceso de autoconocimiento, sanación y
trascendencia, debemos transmitir el amor por la salud.

1.2 El Core
Aquello que pulsa expansiva y concentradamente en nuestro interior es más que
un “yo” interno, un sí mismo, es lo que los budistas llaman la naturaleza intrínseca
de la mente, la mente natural, la naturaleza profunda y vacía de la mente, es lo
que llamamos Core, núcleo, centro esencial del que fluye nuestro misterioso
potencial, el vacío de totalidad desde donde emergen todas las posibilidades para
ser, es el lugar del Ser. Es lo que los físicos cuánticos, con sus estudios
microscópicos, llaman el vacío fértil de infinitas posibilidades (Gribbin, 2004).

Deepack Chopra (2007) expone que este vacío está misteriosamente


impreso con información, aún antes que se exprese información alguna. Así como
en la memoria existen, silenciosamente, miles de palabras sin que se pronuncien,
así el campo cuántico contiene el universo entero de forma inexpresada.

La materia esencial del universo, incluido el cuerpo, es no-materia


pensante. El vacío que existe dentro de cada átomo palpita con inteligencia
invisible. En la experiencia nuclear del core no hay división, fragmentación,
exclusión, escisión, polaridades, todo allí es integración, todo allí es Unidad, es
Totalidad.

La aspiración de la Core Energética, al igual que la de la psicoterapia


humanista y transpersonal, es que el ser humano recupere la conexión y la
expresión del Ser en todas sus manifestaciones, físicas-mentales-espirituales, que
trascienda a través de vivir la experiencia de su ser superior o la expresión de los
valores esenciales de sabiduría, belleza, libertad, poder interno, creatividad, amor,
gozo, confianza, vitalidad, compasión.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 8

Ahora bien, lo que Core Energética llama Ser Superior es uno de los
conceptos del Pathwork con el que se designa la expresión positiva e
inherentemente buena de nuestra esencia, de nuestro core: las expresiones
generosas, sanadoras, bondadosas, de inteligencia emocional e intelectual, la
fuerza y capacidad de poder mirar y tratar las fuerzas negativas de nuestro interior
y las fuerzas amenazantes del exterior, la capacidad de asimilar las experiencias
de la vida, dolorosas y gratas; es conciencia expandida, la expresión de sentido de
vida que se manifiesta en un sí a la vida tal como viene.

Cuando permitimos la expresión de las fuerzas del core, cuando fluimos y


somos uno con nuestra esencia, estamos en salud, armonía, amor. Es hermoso
ver a los niños, porque ellos manifiestan la viveza, la luz, el juego y la belleza del
amor. El proceso de la Core Energética trabaja para recordar y reintegrar estas
cualidades a nuestra vida de adultos o prevenir que los jóvenes o menores la
extravíen:

Entre tú y yo hay un proceso de humanizarnos nosotros mismos, que consiste en


contribuir en lo que podamos con el otro. Tengo un ser inferior y tengo una
máscara y a veces te uso o te rebajo, o me alejo de ti y rechazo tus dones. Pero
no es por eso que estamos aquí, en el mismo universo y en nuestra específica
relación. La afirmación de tu core es la recepción de mi core, de modo que
literalmente, tú eres sustancia vital para mí y yo para ti (Pierrakos, 1986, p. 262).

1.3 Antecedentes de la Core Energética

1.3.1 Psicoanálisis
Esta disciplina es difundida por Wilhelm Reich, expsicoanalista, quien fuera uno
de los más jóvenes colaboradores de Freud, promotor importante del Primer
Movimiento Psicoanálitico de Viena y de Berlín y presidente de la Sociedad
Psicoanalítica de Viena. Su visión e intervención psicoterapéutica unificadora del
ser humano como mente-cuerpo lo llevan a ser considerado el Padre de la
psicoterapia corporal.

En este aspecto, será importante reconocer la dimensión consciente e


inconsciente de las experiencias de vida, destacar la importancia de hacer
consciente lo inconsciente, de llevar la luz de la conciencia a los aspectos oscuros,
ocultos, rechazados, que yacen en nuestro interior. Observar las resistencias del
paciente durante el proceso de su vida y durante la terapia, así como a través de
las diferentes etapas psicosexuales, reconocer las heridas narcisistas que este ha
padecido y que son origen del desarrollo de sistemas defensivos, que más tarde
se configuraron en su personalidad como estructuras de carácter.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 9

1.3.2 Trabajo reichiano


Wilhelm Reich nos hereda una visión unitaria mente-cuerpo, en la que el individuo
es reconocido como una unidad psicosomática. El teórico afirma que existe una
energía universal y cósmica (el orgón) que en el ser humano se manifiesta como
bioenergía. Si esta energía no fluye de manera correcta, se detiene crónicamente
en forma de bloqueos horizontales en el cuerpo, creando subdesarrollo y
alteraciones funcionales orgánicas, distorsiones en la percepción, distorsiones
mentales, complejos emocionales e incapacidad para fluir en el placer orgiástico y
el placer de vivir.

La manera en que el individuo aprenda a manejar su energía desde


pequeño en un orden social, moral, económico, político, religioso, que domestica
la fuerza vital y la utiliza al servicio del poder, determinará su forma de vivir, que se
verá reflejada en patrones defensivos caracterológicos, que se observarán en su
expresión psicológica y en su expresión somática o coraza muscular.

El ser humano acorazado no puede fluir y necesitará desactivar esas


defensas también en su correspondiente mental. En este caso, es necesaria y
valiosa la fina observación de las resistencias del paciente al cambio, a madurar, a
confiar en su fuerza vital y espontaneidad, a confiar en sí mismo, a ser más
consciente y responsable, de reconocer los aspectos que le llevan a vivir de
manera infantil y subdesarrollada en sus capacidades y potencialidades:

Reich fervientemente defendió que la miseria humana y la enfermedad mental


eran, en parte, la consecuencia de las condiciones sociales, y que estas debían
ser cambiadas si se quería prevenir la neurosis. Defendió la necesidad de reformar
las leyes concernientes al tratamiento abusivo de los niños y la condición
económica de las mujeres. Formó un movimiento social y político que impulsó
reformas en las leyes que restringían el divorcio y el acceso a la contracepción, los
cuales eran por entonces ilegales. Defendió el derecho de los jóvenes a una vida
sexual sana fuera del matrimonio y abogó por la debilitación del poder de la figura
del padre en el seno de la familia. A causa de sus escritos sobre la genitalidad y
sus actividades anti-fascistas, Reich fue expulsado del Círculo de Freud y también
de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Finalmente, fue incluido en las listas
de muerte de Hitler y de Stalin en los años 30 y tuvo que huir a Escandinavia y
más tarde a los Estados Unidos. Sus escritos fueron condenados a las llamas,
tanto en Alemania como en Rusia (De Meo, 1996, p.3).

En Estados Unidos, la actividad experimental de Reich fue muy productiva.


Realiza sus investigaciones sobre la energía orgónica, la cual, considera, existe
tanto en seres vivos, plantas, animales, en lo inorgánico, en la atmósfera, en el
cosmos; explicó que dicha energía podía ser acumulada en aparatos especiales

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 10

donde se podía observar, sentir y medir, y posteriormente, ser usada en beneficio


de los seres humanos y de la vida.

Reich considera que no sólo es importante liberar las fuerzas reprimidas en


la persona, sino también reeducar el proceso de autorregulación organísmica del
paciente. Crea un método terapéutico cara a cara. Más allá de escuchar la historia
del paciente, lee esa historia en el cuerpo, e interviene no sólo interpretando y
confrontando la resistencia, sino también trabajando con la respiración, con mano
en cuerpo y proponiendo posturas y ejercicios neuromusculares para abrir los
bloqueos y permitir la abreacción de sentimientos y afectos reprimidos,
procesando con ello escenas de vida congeladas o bloqueadas en el cuerpo-
mente del individuo.

El objetivo de su terapia es que la persona en proceso recupere la


capacidad orgiástica y desarrolle la habilidad de entregarse plenamente a los
movimientos involuntarios y espontáneos de su cuerpo.

Del psicoanálisis al análisis de la resistencia del carácter, pasa al proceso


vegetoterapéutico y más tarde a la orgonterapia, esto es, va de un proceso
psicoterapéutico muy mental a otro psicosomático. El Yo no es sólo entidad
psicológica, sino también corporal. El ser humano, arraigado y fluyendo en su
propia energía vital, sexual, amorosa, productiva, será un ser que se autorregule a
sí mismo, difícil de domesticar y libre para ser quien es, responsable de construir
su vida y desarrollar su placer de vivir: “W. Reich fue pionero del cambio de
paradigma. Su perspectiva cósmica y su concepción holística y dinámica del
mundo superaban con mucho la ciencia de su tiempo y no fueron apreciadas por
su contemporáneos. El funcionalismo orgonómico coincide perfectamente con el
pensamiento de procesos de nuestra moderna visión de sistemas” (Serrano, 2001,
p. 10).

Los principios, teorías y metodologías psicoterapéuticas desarrolladas por


Reich son sustento y base para la Core Energética, que se considera una
propuesta neoreichiana. John Pierrakos, como discípulo y paciente de Reich,
queda profundamente impactado e influenciado por él.

1.3.3 Análisis bioenergético


La Bioenergética es creada inicialmente por Alexander Lowen y John Pierrakos
(después de la muerte de W. Reich) y desarrollada más tarde sólo por A. Lowen.
Es la forma de psicoterapia corporal más conocida en el mundo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 11

Tanto Lowen como Pierrakos fueron discípulos de W. Reich. Lowen, de


manera sencilla, explica nuestra naturaleza primaria y secundaria, que es una
alteración de la primera. La gracia, la flexibilidad, la naturalidad, la espontaneidad,
la belleza y la armonía de una persona están inhibidas, bloqueadas en tensiones
crónicas distribuidas a lo largo del cuerpo, según la etapa en que haya sido herida.
El Yo es un yo corporal prisionero de sus propias ataduras.

Se configuran entonces cinco diferentes estructuras de carácter (las


analizaremos a detalle más adelante), que son patrones mentales, emocionales y
conductuales defensivos que el individuo crea para sobrevivir y que lo enajenan de
su ser interior, de su naturaleza primaria, la cual necesita recordar y recuperar
para poder ser feliz.

En este sentido, para A. Lowen:

Kel objeto de la bioenergética es ayudar al hombre a reconquistar su naturaleza


primaria, que es la condición de la libertad, el estado de gracia y la calidad de la
hermosura. Libertad, gracia y belleza son los atributos naturales de todo
organismo animal. La primera consiste en la ausencia de trabas internas a la
expansión, y la belleza es la manifestación de la armonía interior que engendra
dicha expansión. Son valores que denotan y evidencian un cuerpo sano, y por
tanto, una mente sana también (1987, p. 42).

El proceso corporal y energético tiene como objetivo central desarrollar el


arraigo; a través de éste se tendrá la fuerza para sostenerse y abrir experiencias
dolorosas o enojosas que han quedado sin asimilar en el cuerpo, emociones que
necesitan ser aceptadas, liberadas e integradas al sí mismo.

El arraigo, desarrollado por Alexander Lowen (1993) se relaciona con la


capacidad de tener bien plantados los pies en la tierra, estar en el presente,
enraizado en el sentir corporal, sensible, en contacto con una sexualidad sana,
consciente, en contacto con la realidad interna y externa, en el aquí y ahora. Para
lograr el arraigo, Lowen desarrolla una serie de ejercicios respiratorios, ejercicios
físicos, masaje y posturas corporales de stress, aunados al análisis
caracterológico y la lectura corporal.

Ahora bien, en Core Energética es esencial, antes de un proceso profundo


emocional y de transformación, trabajar y conectar con el arraigo personal, el cual
permitirá sensibilizar el cuerpo al movimiento energético y a la fuerza de la vida
que hay en su interior, que da la capacidad de aceptar la realidad tal como es,
abre la conciencia a las posibilidades de cambio y permite sentir la carga de
energía suficiente para orientarse en la intención de transformar lo que está
provocando el sufrimiento, tanto mental como corporal y espiritual.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 12

Las cinco estructuras caracterológicas serán también las guías básicas en


el proceso que ofrece la Core Energética a las personas que buscan la sanación y
recordar quiénes son en realidad, cuáles son los anhelos de su alma, qué
necesitan para aceptarse, amarse y volver a amar.

La respiración, el movimiento, el sonido, son las vías para movilizar la


energía, crear más conciencia y sentir la vida. Se trata, por un lado, de recuperar
la nobleza de ser un yo cuerpo, y al mismo tiempo, de prepararse físicamente para
las experiencias de vida excluidas y la experiencias infinitas de ser que fluyen
naturalmente desde el interior, desde el core, y sentir la fuerza para relacionarse
con las circunstancias de la vida y con aquellos que forman parte de la persona en
proceso de autoconocimiento.

1.3.4 Valores humanistas


Tras la Segunda Guerra Mundial, el individuo gira sobre sus propios pies hacia sí
mismo y centra su mirada en la manera en que vive su existencia, en recuperar su
capacidad de auto-dirigirse, auto-determinarse, trascenderse y auto realizarse en
una constante auto-actualización de su sí mismo.

Según la postura humanista, todo individuo tiene la capacidad de resolver


sus existencia, haciéndose presente, consciente en el aquí y ahora. Se trata
entonces de vivir en el presente de manera profunda, libre y responsable de sí
mismo y de sus actos con los demás, de construir un mundo diferente, más
humano.

Las psicoterapias que emergen con Carls Rogers, Fritz Perls y Maslow,
propusieron, como base del trabajo psicoterapéutico, la relación entre terapeuta-
paciente como un encuentro muy vivencial que privilegia el trabajo emocional de
las personas, el sentir humano y la expansión de la conciencia, recuperando
valores universales y espirituales de amor y aceptación incondicional, empatía,
compasión, confianza en la humanidad, en su ser esencial.

Cada uno de los conceptos y valores mencionados son parte y todo de la


filosofía y metodología de la Core Energética. De esta manera, podemos decir que
ésta también es una psicoterapia existencial, que contribuye a que el individuo
recupere la dignificación de su existencia y la fe en su capacidad de lograr una
vida plena. Así, como una psicoterapia fenomenológica y holística, centrada en el
presente, en los recursos del paciente en el aquí y ahora: “Kel terapeuta es
llamado a servir de maestro y guía más que como clínico, sabe que cada persona
posee dones únicos y está destinada a una vida única. El terapeuta ha de entrar
en contacto con el paciente desde su propio core” (Pierrakos, 1986, p. 189). En

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 13

este sentido, puede afirmarse que la relación terapéutica viene a ser, en realidad,
un encuentro de almas.

Asimismo, el arraigo, vital en el trabajo de Core Energética, implica vivir en


el aquí y el ahora, así como expandir la conciencia. Es la posición vertical y
radicada en la vida, que aspira a la evolución y trascendencia de nuestro ser sin
despegar los pies de la tierra.

Tanto la Core Energética como la psicoterapia humanista (de la


psicoterapia Gestalt), con sus diferentes métodos de intervención, implican un
viaje hacia la totalidad de la persona, que supone el restablecimiento del equilibrio
perdido y la expansión de la conciencia a través de la reintegración de lo que haya
sido negado, reprimido o excluido. Implican una integración de las polaridades y
una unificación con el Ser.

1.3.5 Psicología transpersonal


La psicología transpersonal integra dimensiones que trascienden los puntos de
vista habituales del conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista. Es
transpersonal (más allá de la persona) y transhumana, pues va más allá de las
necesidades y los intereses humanos, de lo psicodinámico, de la identidad, de la
individualidad, del ego (la identificación de la persona con una imagen idealizada,
simbólica de sí misma, que contrapone a su cuerpo mortal, a la conciencia de la
muerte inevitable). Su estudio se centra en las metanecesidades, experiencias
cumbres, el éxtasis, la conciencia de unicidad, experiencias místicas, los estados
alterados de conciencia, de reverencia y trascendencia del sí mismo, de
espiritualidad, de reconocer que somos parte y uno con el todo, que somos todo y
nada.

Stanislav Grof (1994) formula una definición práctica de las experiencias


transpersonales: “Kson aquellas en que se da una expansión de la conciencia
más allá de los límites habituales del ego y de las limitaciones ordinarias del
espacio; experiencias que representan un aspecto esencial del ser”.

La psicología transpersonal es una con el camino espiritual. A través de


los tiempos, en las diferentes culturas, se han señalado senderos, experiencias
chamánicas y disciplinas para el desarrollo espiritual de nuestra humanidad. Una
de las prácticas más generalizadas es la meditación, que proviene del Oriente y
actualmente es muy difundida (aunque poco entendida) en Occidente.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 14

El camino lleva a la expansión de la conciencia y da cuenta de que la


espiritualidad existe, tanto dentro como fuera de las tradiciones religiosas, en la
mente y el corazón de todo hombre y de toda mujer:

La auténtica espiritualidad implica tomar conciencia de quiénes somos como


seres humanos integrales –algo que incluye al cuerpo, las emociones, la mente, el
alma y el espíritu- insertos en una red de relaciones interdependientes con la tierra
y con el cosmos. La auténtica espiritualidad nos proporciona una sensación de
libertad, paz interior, amor, servicio y responsabilidad con el mundoK constituye
un factor decisivo en el proceso de curación y cambio social (Vaughan, 1997, p.
25).

Asimismo, Vaughan afirma que la conciencia es:

Una vivencia de lo transpersonal, una sensación del Misterio profundo, algo que
trasciende la sensación de identidad separada, que nos afecta a todos y a cada
uno de nosotros y que nos libera de nuestro yo angustiado y perecedero, de
nuestra reducida espiral; que nos emancipa de nosotros mismos y nos deposita
amablemente en las manos de lo atemporal y lo Divino, un lugar en el que la
apertura funde las defensas y las relaciones se asientan en la cordura, en donde la
compasión enternece el corazón endurecido y el cuidado eclipsa la esperanza
(1997, p. 32).

El camino profundo de autoconocimiento de la Core Energética va más allá


del trabajo con el ego y con nuestras neurosis, es un camino espiritual para
descubrir los dones y las joyas del alma para lograr transitar por la vida, el transitar
del héroe, que al atravesar las pruebas que se le presentan, descubre la misión
de su alma más verdadera, que es abrir el corazón, trascenderse a través del
amor y descubrir que “Yo soy tú y tú eres yo”; que en estado amoroso, mi bien es
el bien de los demás. Ya no hay separación.

1.3.6 Acerca de la energía


John Pierrakos fue un estudioso de la energía universal y la bioenergía. Para
apoyar sus investigaciones se basó en la Teoría energética de los chinos (1000
años a. de C.), que introducen el principio del Yin y del Yang como fuerzas polares
con que se expresa la energía universal y el organismo humano, las cuales se
encuentran en constante conflicto, y al mismo tiempo, forman un todo que
simboliza armonía y equilibrio.

Ying y Yang representan la ley del cielo y la tierra, de todas las cosas
vivientes, y son la base del cambio. Están expresadas en la inhalación y
exhalación, en el dormir y el despertar, en la buena o mala salud, según sean las

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 15

fluctuaciones de estas dos fuerzas, que, balanceadas, indican que el organismo


está sano, que la energía chi fluye adecuadamente. El Tao, o ley de la naturaleza,
indica cuál es el balance de estas fuerzas, y al mismo tiempo, regula el desarrollo
de todos los fenómenos de la vida. Al principio se recurrió a cambios estratégicos
en el ritmo de la respiración para tensar o aflojar los músculos y también para
producir cambios en el organismo, luego se descubrió que el chi, la energía
básica del organismo, fluía por meridianos e interconectaba los órganos, y que la
alteración de ese fluir, en excesos o deficiencias, produce enfermedad. Los
sanadores chinos descubrieron además que presionando o punzando algunos
puntos del cuerpo se logra aliviar el dolor. En este sentido, su intención profunda
fue la de recuperar el balance, fluir, dar salud y armonía, de acuerdo a la
naturaleza y equilibrio del universo.

Así mismo, Pierrakos se apoyó en la teoría energética de los hindúes, la


cual desarrolló, entre otras, el ayurveda o la ciencia de la longevidad, la teoría del
prana y el sistema del yoga. Todas las escuelas de yoga consideran al prana
como una energía universal, más básica que la energía atómica: todo lo que se
mueve, trabaja o tiene vida, es una expresión del prana.

El prana está alrededor de nosotros, en envolturas sutiles y en nuestro


cuerpo físico. Inhalamos y exhalamos prana, circula por medio de la respiración y
está presente en cada célula y molécula de los organismos vivientes. La envoltura
sutil posee siete chakras, a través de los cuales se intercambia la energía entre la
persona y la esfera cósmica:

Kserá importante mantener este intercambio energético, así como despertar la


energía especial de la kundalini, asentada en la base de la columna vertebral, y
que se eleve hasta la parte alta de la cabeza, para así tener salud, beneficios
psíquicos y fundirse con la conciencia universal. En el tantrismo hindú la unión
sexual es considerada un acto religioso, ya que une los principios de energía
estática femenina y dinámica masculina. La experiencia de la piel conduce a lo
divino. El hombre que descubre la verdad del cuerpo puede entonces conocer la
verdad del universo (Pierrakos, 1987, p. 29).

Desde esta perspectiva, puede asegurarse que: “Core Energética tiene


bases que datan de hace más de 3000 años” (Pierrakos, 1987 p. 23). El guía fue
muy claro en reconocer y honrar lo que otras culturas realizaron y hereda dicho
conocimiento a las presentes generaciones interesadas en aliviar el sufrimiento
humano y en conocer su naturaleza. Si consideramos el tiempo lineal, tendríamos
que decir que avanzamos lentamente en la expansión de nuestra conciencia y en
la conexión con nuestra espiritualidad.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 16

Las escuelas orientales de tradiciones antiguas mantienen una visión de


unidad, mientras en occidente la visión es dualista, la cual desune y polariza el
conocimiento del ser. Pierrakos estudia el pensamiento antiguo de los griegos
acerca de la unidad de todas las cosas, como el de los pitagóricos, que
consideraron que la unión de los opuestos es el Universo. La “Y” para ellos
significa elección, el lado izquierdo representa la parte baja, que llevaría a la
locura y el lado derecho el camino del trabajo, la sinceridad y la integridad.
Hipócrates sostenía que es la naturaleza y no el médico el que cura al paciente,
por lo que el médico debe aliarse con esas energías internas todo-sanadoras.

Por otro lado, para realizar sus trabajos con auras, Pierrakos emplea
algunas de las técnicas de Walter J. Kilner (1847-1920) para lograr mirar las
emanaciones de energía del cuerpo, el color, la textura, el volumen y apariencia
general del campo energético, hasta que pudo observarlos sin ayudas visuales.
Asimismo, estudia el trabajo de Eeman, referido a la curación de grupos, que
evidencia el movimiento de la energía vital de una persona a otra. Analiza el
trabajo de Edgar Cayce, que era capaz de leer la naturaleza de la enfermedad,
basándose en la apariencia del aura. Revisa los trabajos de Pierre Teilhard de
Cardín, que sostiene que el movimiento de la materia es espiral en todas las
etapas de la evolución y que la masa cósmica, agitándose en un vórtice, ha
reproducido cada cosa viviente y considera que la torsión involutiva da por
resultado el despertar de la conciencia (la conciencia es co-extensiva con la vida).
Cardín concluye además (lógica y empíricamente) que la energía universal debe
ser una energía pensante.

Con Wilhelm Reich aprendió y encontró el ritmo y la presencia del orgón.


Reich dedujo que el orgón está presente no sólo en todos los seres vivientes, sino
en todo el cosmos, incluyendo el vacío, como una energía preatómica universal
que forma toda la materia y es el medio o sustratum para las fuerzas magnéticas o
gravitacionales. Su movimiento es continuo y contrario a la ley de la entropía. El
orgón no se dispersa, sino que es atraído en concentraciones de sí mismo. La
forma de espiral del movimiento del orgón es visible en las auras humanas y en la
envoltura azul que se encuentra alrededor del planeta.

Reich considera que el intercambio de energía se da en cualquier lugar


donde se encuentre un organismo, en el espacio galáctico o dentro de una
persona, en una pareja, familia, en las unidades sociales, culturales, que también
crean su propia armadura. Basó su tratamiento en la convicción de que:

K la salud de toda la masa energética, ya sea de una entidad cósmica o una


persona o una diminuta partícula de vida, se encuentra en la liberación de su
bloqueoK seguidores psiquiátricos y muchos enfoques del movimiento del

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 17

potencial humano deben su orientación básica a la orgonomíaK todos nosotros


nos seguimos enfocando en el sistema nervioso autónomo, guiando al paciente
tanto con técnicas psicoanalíticas como a través del movimiento físico, para liberar
la energía y resolver las actitudes del carácter congeladas en el cuerpo y la
personalidad (Pierrakos,1987, p. 47).

Pierrakos (1987) realiza diversos experimentos y filtros para observar el


campo áurico y los niveles de pulsación energética en vegetales, plantas, cristales,
objetos, lugares como el mar y la playa, diferentes ambientes físicos, en personas,
revisa también el impacto del clima en el aura. Observa que los organismos
vivientes son sistemas de resonancia que responden a las vibraciones de otros y
que los patrones rítmicos de una persona afectan a quienes están a su alrededor;
de este modo, en sesiones donde se expresa mucho coraje (u otras poderosas
emociones negativas), el campo de la planta cercana a la cabeza de la persona se
encogerá y permanecerá contraído hasta que la persona se haya ido, entonces se
abrirá y volverá a pulsar normalmente.

Imaginemos el impacto de una violenta pelea de los padres sobre un niño o


niña. Si esta acción se repite frecuentemente, ya no habrá posibilidad de abrirse,
el o la menor quedará crónicamente contraído (a). Un aspecto muy significativo
que Pierrakos descubrió, es que se necesita dejar a un lado la incredulidad para
poder ver el campo de energía únicamente con los ojos. Las emanaciones de
energía no pueden ser detectadas por unos ojos de mirada dura y sometidos a
stress, o cuando el cuerpo está tenso y en actitud de reserva.

1.3.7 El método Pathwork


Este método aborda el aspecto espiritual que interviene en el crecimiento
personal. Es un proceso que nos ayuda a penetrar en nuestro ser interior y nos
lleva a descubrir nuestro centro divino, asumiendo que el proceso implica
atravesar capas, conceptos erróneos, imágenes falsas, ilusiones, negatividades y
defensas, así como experimentar lo no experimentado para llegar a nuestro ser
real y así transitar el camino de regreso a casa, a la verdad de nuestro ser en
nuestro cotidiano vivir. Para el path (al igual que para la visión transpersonal),
cada experiencia de vida tiene un sentido en la dinámica de aprendizaje del ego y
del alma, que nos lleva a descubrir nuestra tarea del alma.

De este modo, se asegura que el Pathwork es:

Kun camino que va de lo conocido hacia las regiones desconocidas del ámbito del
alma humana en una búsqueda similar a la que se narra en los cuentos de hadas.
El héroe o heroína abandona ingenuamente el mundo familiar de todos los días

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 18

motivado por el anhelo de encontrar una vida más rica que la rutina ordinaria de
una existencia limitada. En el camino se encuentra con situaciones amenazantes y
pruebas de todos los tipos. Si pasa las pruebas encuentra la felicidad. La
búsqueda interior, si se toma de manera seria, requiere de valor, ya que atraviesa
regiones oscuras y lleva a la madurez (“El guía”. Comunicación personal.
Conferencia No. 204).

Los niveles de conciencia con los que solemos relacionarnos en la vida -la
máscara, el ser inferior y el ser superior, así como la esencia divina- son los
fundamentos elementales que provienen del proceso Pathwork y se aplican
también en Core Energética.

El método Pathwork da a la Core Energética su sustento espiritual más


importante. Pierrakos nos lo explica a partir del siguiente testimonio:

Después de muchos años de trabajo bioenergético, llegué a la conclusión de que


algo estaba faltando. Aunque la bioenergética dio un hermoso enfoque clínico para
resolver los bloqueos, dificultades y síntomas neuróticos, carecía de una filosofía
fundamental debido a que no incluía la naturaleza espiritual del ser humano. En
este punto, conocí a mi ahora difunta esposa Eva Broch Pierrakos, quien estaba
haciendo un trabajo específico llamado “El Pathwork”. Este trabajo estaba basado
en 258 lecturas que fueron transmitidas a través de Eva por un guía espiritual. Las
lecturas presentan una visión cósmica de la psicología, la medicina y la religión.
Por sí mismas, las lecturas proporcionan una fusión conceptual de energía y
conciencia; incorporan y unifican todos los aspectos de la energía vital y la
conciencia a la mayor profundidad posible para los seres humanos en esta etapa
nuestra evolución. De esta fusión he desarrollado el enfoque de la Core
Energética (1986).

La tarea principal, tanto del Pathwork como de la Core Energética, es


vencer la motivación del pequeño ego de dominar, distorsionar la verdad, la
realidad, de mantener una intencionalidad negativa y fomentar una división en
nuestra percepción y experiencia de vida.

Se trata de realizar un proceso profundo de conocimiento de nuestras


máscaras, de nuestro ser inferior y nuestro ser superior, donde el ego recuerde y
se alinee para estar al servicio del ser, de la naturaleza sabia que yace en nuestro
interior, y pase de una conciencia infantil a una conciencia madura, que viva en el
eterno presente.

La Core Energética, a través del movimiento, el trabajo y la lectura corpo-


energética, potencializa el proceso profundo que ofrece el Pathwork; la
psicoterapia en Core fusiona los recursos de todos los enfoques antes
mencionados. La diferencia es que comenzamos a partir de una psicoterapia muy

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 19

corporal y concluimos con un proceso muy espiritual o transpersonal. Es relevante


en el proceso sanar las heridas y fortalecer el “yo” hasta acceder a ser una
instancia que contribuya a transformar y recuperar en forma vital los aspectos
inferiores y oscuros de nuestro actuar y que sirva de puente a la expresión de
nuestro Ser.

El proceso continúa para abrir la conciencia a las dimensiones energéticas


y a la comunicación intersistémica que se da a través de ella; para reconocer un
centro esencial, fuente de donde emerge todo lo visible y lo invisible, cada uno de
nosotros y de todos los demás, de donde surgen las sensaciones, sentimientos,
emociones, impulsos, acciones. Es necesario descubrir esa fuerza superior dentro
y fuera de nosotros, que es Dios. La intención es regresar a casa, distinguir lo
mundano y lo sagrado, o mejor aún, reconocer que somos cielo y tierra, lo
mundano y sagrado, lo terrenal y espiritual; que como esencia espiritual, nos
manifestamos de forma visible y macro en nuestro cuerpo, y de modo invisible y
micro en las vibraciones elevadas del amor.

Uno de los principales objetivos es ayudar a los pacientes a conectar con su


realidad espiritual, en un estado de amorosa presencia, de paz y tranquilidad, de
confianza profunda, de armonía. Se realiza de manera práctica, subiendo por la
escalera cuyos peldaños inician desde la realidad básica, a partir de una
humanidad física, pasando por los niveles de la personalidad, el campo de
energía, la intencionalidad, hasta llegar a la divinidad presente en cada uno, el ser
esencial.

1.3.8 Energía y conciencia


En Core Energética se asume la premisa de que somos energía y conciencia,
sabiendo que ambos son expresión de nuestro ser individual, de nuestra esencia,
que es la misma del universo y de la naturaleza. Toda la creación procede de
dicha condición: el cosmos, nuestro planeta, la naturaleza, nuestro cuerpo físico,
nuestro campo de energía, nuestras emociones, sentimientos, intenciones,
pensamientos, cada órgano, cada célula y cada átomo de nuestro ser.

De manera que todos, a través de esta realidad básica de energía y


conciencia, estamos interconectados, somos interdependientes unos a otros,
conformando una realidad holística:

La energía es la materia prima de nuestra constitución. A un nivel microscópico, a


los científicos les ha resultado imposible distinguir entre materia y energía.
Dependiendo de la perspectiva que se tome, las cosas parecen ser ondas de
energía o partículas de materia. Nuestro cuerpo, y todo nuestro ser están

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 20

compuestos por una energía radiante, una energía tan poderosa que emana un
aura visible alrededor del cuerpo. Esta energía no se puede destruir, pero se
puede acelerar, desacelerar, alterar o distorsionar (Pierrakos, 1997, p.18).

Los seres vivos experimentamos la vida a través de un movimiento


constante de energía y conciencia. La energía, como ya nos decía Reich, es
universal y está por todas partes, ocupa todo el espacio, pero se manifiesta en
concentraciones diferentes, según su naturaleza vibratoria; en el organismo es
sustancia y fuerza vital en constante movimiento, y se evidencia tanto en nuestro
campo de energía como en nuestro cuerpo físico. Las principales características
de la energía son la pulsación, la movilidad, el ritmo, la abundancia y la flexibilidad
que poseemos en nuestro interior, pero que también existen en el mundo externo.
Recordemos que, siendo energía, compartimos un tejido interconectado, creando
con ello la vida, según la visión holística; en este sentido, las características
mencionadas se consideran dones: poderes internos y posibilidades que todos
poseemos.

La conciencia (la propia y la que reside en todos los organismos vivos),


desde lo microcósmico hasta lo macrocósmico, es escultora de las energías
plásticas y abundantes de los campos energéticos, de nuestro cuerpo, de nuestras
vivencias, de nuestras experiencias: “Es un saber esencial que moldea y da
dirección a la energía” (Molina, 2007, p. 22). Podemos observar esta inteligencia
implícita en el movimiento asertivo del espermatozoide, en el desarrollo del óvulo
fecundado por el espermatozoide, en cada célula de la mórula, que guarda la
misma información, que de forma individual crea las diferentes partes del cuerpo;
lo vemos en el desarrollo preciso de cada semilla que se convierte en un árbol
particular: si se siembra mango, se obtendrá mango y no otro fruto. Hay una
intención clara y precisa, ya sea de manera consciente o inconsciente, también, en
cada uno de nosotros, y dará un resultado preciso, que puede ser de salud o
enfermedad, de relaciones gratas o ingratas:

La conciencia es prácticamente infinita, pero nosotros le imponemos límites al


relegarla únicamente a la mente. El cuerpo tiene su propia conciencia, su propia
sabiduría, cuando corremos peligro respondemos instintivamente con un ritmo
natural autorregulado. Los sentimientos también tienen conciencia, surgen y fluyen
espontáneamente, conscientes de la naturaleza de nuestra realidad interna.
Nuestro ser espiritual posee la mayor conciencia (por su elevada vibración
energética); puede elegir entre miles de posibilidades, es expansión sin límites, es
amor (Pierrakos, 1997, p. 20).

De este modo, necesitamos preparar nuestro cuerpo físico para una


experiencia de un gran nivel de conciencia. Sólo así podremos sostenerla por más

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 21

tiempo en el nivel terrenal. Asimismo, se debe considerar que energía y conciencia


no están separadas, y que aunque son una sola, pueden distorsionarse.

Cuando somos niños, esta energía-conciencia se manifiesta unida,


congruente, espontánea en nuestra vida, entonces vamos aprendiendo (a través
de lo que experimentamos en nosotros mismos y con los otros) quiénes somos.
Pero este conocimiento de nosotros mismos se distorsiona por la influencia de la
conciencia distorsionada de quienes nos rodean y no pueden leer cuál es la misión
característica de nuestra energía, ya que por lo regular no la entienden, les asusta
e intentan cambiarla.

Nuestra conciencia (influida y distorsionada) trata de dar forma a nuestra


energía según los requerimientos de los demás. Es lo que llamamos perder
contacto con lo que realmente somos, vivir separados –separación energía y
conciencia- de nosotros mismos, la mente separada del cuerpo; vivimos
separados de nuestros propios órganos, de las partes de nuestro cuerpo físico y
de su significado primordial, separados de nuestras emociones, sentimientos,
pensamientos, de nuestro campo de energía y del sentido de nuestra presencia en
este mundo. Podemos vivir como entes aislados, separados del mundo, de la
naturaleza, y por supuesto, enajenados de lo profundo de nosotros (en cuerpo y
mente), pero no ser sólidos, y desde esta condición estar muy conectados con
todo y todos los demás. Así las cosas, contribuimos a nuestro daño personal y al
de nuestro medio ambiente; entonces la enfermedad aparece como un ente
externo que penetra en nuestro cuerpo. Difícilmente asumiríamos que nosotros la
hemos creado y que es una llamada urgente para unificarnos como órganos, como
sentimiento, como acto, como presencia física, energética y espiritual.

Al respecto, Pierrakos comenta cómo los científicos y los filósofos tienden a


limitar la conciencia a la mente y la energía al cuerpo. Esta creencia estrecha el
entendimiento y restringe la creatividad. Las religiones occidentales atienden al
espíritu, pero ignoran al cuerpo y subestiman los sentimientos, mientras que las
disciplinas orientales, como el yoga, se enfocan más en el cuerpo y la
espiritualidad, pero niegan los sentimientos. Estas fisuras no sólo fragmentan
nuestra vida personal, sino también nuestra percepción de la realidad. La
tendencia general es separar, fragmentar, excluir grupos sociales, étnicos,
costumbres. Por género, por opción sexual, por educación, por color, por
creencias.

Es importante resaltar que esta conciencia-energía, que es nuestra


totalidad, no será totalmente afectada, ni siquiera en medio de las crisis, las
enfermedades, la neurosis, la fragmentación, la locura o el mundo ilusorio.
Tenemos como ejemplo a aquél que cree que por irse lejos de la casa de sus

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 22

padres ya no pertenece a esa familia, o nada de ella le afectará, o la ilusión de


aquellos padres que abandonan o no reconocen a los hijos, y por ello creen que
estos dejan de ser sus hijos, o aquellos que piensan que olvidar o negar un evento
traumático les evita efectos negativos en su manera de vivir, o aquel que cambia
su apariencia y su posición social creyendo que así borra las huellas de su origen,
que inevitablemente se reflejan en su presencia y movimientos corporales.

Aún con esas distorsiones, en el interior permanecen las semillas de lo que


realmente somos y lo que estamos destinados a ser y hacer, esperando por las
condiciones que nosotros percibiremos y estamos destinados a buscar o tomar
para florecer. Cuando una persona (consciente o inconscientemente) se considera
bella, su movimiento y expresión se verán bellas, su presencia se percibirá
agradable. Cuando logramos experimentar que merecemos amor, aunque los
padres hayan sido poco o nada amorosos, se transmitirá el mensaje: “Puedes
amarme”, pero cuando no estamos en paz mentalmente, nuestro cuerpo mostrará
desesperación, nerviosismo, falta de sueño, temor. Si alguien se rechaza por su
color, manifestará, de forma no verbal y vibracional, corrientes negativas que
invitarán a los demás a rechazarle. En pocas palabras: “Cuando te amas y crees
en ti, los demás creen en ti”.

El proceso vivencial de los diversos enfoques humanistas y de la Core


Energética están orientados a recuperar la unificación de ser energía-conciencia,
la unificación mente-cuerpo, comenzando con la nosotros mismos en todos los
niveles, integrándonos en nuestra individualidad, para luego recuperar la
conciencia de unificación con todo y todos los que nos rodean, los que han estado
antes y los que vendrán, esto es, la conciencia expandida de ser uno con el
cosmos y el universo, de ser uno en el tiempo. Sólo de esta manera podremos
salir de este egocentrismo fragmentado de la totalidad de nuestro ser: “La
autoconciencia y autodirección holística es innata en todos, sólo necesitas
empezar a descubrirlo, puedes ser capaz de saber momento a momento quién
eres y tener la capacidad de elegir y dirigir tus pasos a lo que necesites o desees”
(Molina, 2007, p. 23).

La conciencia es un recipiente vacío para toda nuestra experiencia vital.


Cuando asumimos a través de esa experiencia que somos energía y conciencia,
que tenemos el poder de dirigir, moldear nuestra energía, crear nuestra existencia,
podemos hacernos responsables de lo que surge de nosotros, podemos confiar
nuestra salud y nuestra prosperidad a las capacidades que tenemos en nuestro
interior; podemos asumir nuestra individualidad, singularidad y tarea de vida, como
un color dentro del prisma que todos juntos componemos:

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 23

Hoy en día, continuamente vemos cómo numerosos grupos e individuos buscan


unificar energía y conciencia en diferentes tipos de prácticas terapéuticas y
espirituales. Muchos seres humanos están tratando de encontrar la fuente de
sanación de sus enfermedades y malestares dentro de ellos mismos, aunque
muchos buscan quién los ayude: gurús, médicos, guías, maestros, compañeros de
búsqueda. También la fuerza de los acontecimientos va paralela y forma parte de
los cambios de la conciencia humana. Necesitamos, desde una energía-conciencia
integrada, dar la cara a las manifestaciones fragmentadas y oscuras de nuestra
humanidad: la violencia, el miedo, los crímenes a nuestros compañeros de viaje y
a la tierra. Necesitamos recuperar el centro unificador de nuestro corazón para
cuidar, respetar y amar lo que somos (Pierrakos, 1986, p. 263).

De este modo, podemos resumir que:

1. La conciencia y la energía se estimulan mutuamente.

2. La conciencia sin energía se vuelve abstracta.

3. La energía sin conciencia se vuelve mecánica.

4. La vida es forma y movimiento, es energía y conciencia.

Bárbara Brennan (1993), tomando como base su propio trabajo e


investigaciones, asegura que la influencia más importante en nuestra salud es
nuestra conciencia, expresada en intenciones (tanto conscientes como
inconscientes) que se expresan en nuestros pensamientos, sentimientos y
acciones. De este modo, cualquier problema físico no es más que una
manifestación somática de la auténtica enfermedad que se halla dentro de la
conciencia, que establece el planteamiento materializado de la enfermedad. Ahora
bien, la intencionalidad positiva fluye del ser superior, que es una corriente
correcta de las fuerzas del core, y nos da la posibilidad de un estado de bienestar
físico y mental. En contraparte, la intencionalidad negativa es una corriente de
energías distorsionadas del core, que al estancarse en el organismo, termina por
desembocar en enfermedad. La salud está en nuestras manos, nuestra intención
de vida debe alinearse a la fuente de la vida, del amor y la sabiduría.

La Ley de reciprocidad se manifiesta tanto en nuestro organismo como en


el cosmos. Cada ser vivo existe a través de grandes movimientos de expansión y
contracción, de la misma manera que el movimiento pulsatorio del universo:
centrífugo (hacia fuera) y centrípeto (hacia adentro). La vida pulsa en nosotros de
adentro hacia fuera y de afuera hacia adentro. Este movimiento (o ciclo de
pulsación) tiene tres fases:

1. Receptividad.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 24

2. Expresión o asertividad.

3. Asimilación de la experiencia.

Tres aspectos naturales que nos remiten a la Fórmula de la economía


energética de Reich: tensión mecánica-carga bioeléctrica (contracción)-descarga
bioeléctrica y relajación mecánica -expansión (Raknes, 1991); o el ciclo vasomotor
de Gerda Boyesen (1984) impulso-tensión-carga (energía roja)-descarga-
relajación-recuperación -energía azul- o el ciclo de la experiencia de la
psicoterapia Gestalt: sensación-formación de figura- movilización de energía-
acción-contacto-postcontacto- reposo. Cada uno, a su manera, expresa lo que es
un ciclo natural y autorregulador en nuestro organismo, que de cumplirlo, nos
lleva a un estado de armonía y bienestar, conectándonos con el impulso natural
para sanar y expresarnos por nosotros mismos, tarea nada fácil en el mundo
contemporáneo.

Ahora bien, este ciclo natural se altera, generalmente:

Kcuando suprimimos o reprimimos nuestra vida emocional, hasta llegar al punto


de inhibir la sensibilidad del cuerpo físico, o al mantener las experiencias
traumáticas en el campo de energía. Casi todos los individuos experimentan la
expansión como placer y la contracción como incomodidad. En alto grado la
contracción es experimentada como dolor –sobre todo cuando nos resistimos a lo
que ocurre-. Sin embargo, la contracción es un movimiento natural. El dolor es
producido por la lucha del organismo por rechazar la contracción, para mantener la
expansión placentera. Pero una expansión continua finalmente conduciría a la
fragmentación, ya que el organismo necesita la contracción para consolidad las
ventajas y aprendizajes de la expansión (Pierrakos, 1986, p.267).

Cuando tenemos experiencias muy gratas, generalmente queremos


perpetuarlas y es entonces cuando empezamos a falsearlas. Debemos reconocer,
en este caso, que cada experiencia tiene un principio y un fin, que luego dará
inicio a otra experiencia, tal como el movimiento natural pulsatorio. Si nos
oponemos a esta realidad, que no está bajo nuestro control, comenzamos a dar
espacio al sufrimiento.

La energía (que se mueve en forma de 8 en el interior) queda atrapada, ya


sea en la parte superior, inferior o en todo el cuerpo. La prisión, creada por la
misma energía estancada, se transforma en bloqueos mentales y corporales; el
corazón tiende a cerrarse, a no confiar, a no recibir o expresar, todo esto en contra
del placer natural de permitir el ciclo de cada experiencia, donde uno recibe y da,
da y recibe, dentro de un orden natural.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 25

En cada encuentro terapéutico seguramente descubriremos ciclos no


terminados, alterados, que se perpetúan, a los que terminamos adaptándonos o
volviéndonos adictos, porque es lo único que, por el momento, conocemos. No
sabemos dar o no sabemos recibir, o hay confusión entre ambos. Estos ciclos se
evidencian en la respiración, en la cualidad del inhalar y exhalar, en el movimiento
peristáltico, en la alimentación, en los procesos de defecación, en el latido del
corazón, en los ciclos de vigilia y sueño, en las experiencias que vivimos y no
queremos abandonar, en las relaciones humanas a las que nos apegamos.

En contraparte, el ciclo pulsatorio nos recuerda que todo es temporal, la


impermanencia de la vida, nuestra mortalidad. Si permitiéramos el paso de la
sensación, de la emoción, del pensamiento asociado a nuestras experiencias,
estaríamos fluyendo, sin oponernos a la vida. Comenzamos la resistencia desde
muy pequeños, por ello por nuestra pequeñez y vulnerabilidad, pero nos
quedamos trabados en el impulso, fijados en una conciencia infantil y
reaccionando al mundo de forma inmadura, porque lo percibimos desde una
mente-energía inmadura.

El trabajo del psicoterapeuta core consiste en apoyar con nuestra presencia


y recursos a desbloquear y destrabar la pulsación de la vida. Estar atento a
observar el balance o desbalance en el cuerpo, la respiración, la energía, lo no
verbal, la actitud, el cómo dice, lo que dice, lo que se transmite a un nivel más
sutil. Todo trastorno (mental, físico, emocional, espiritual) estará determinado por
un desbalance en la pulsación, en terminar una experiencia, en asimilar una
experiencia de vida: el resentimiento, conflictos con la autoridad, desamor de los
padres, crisis de ansiedad, depresiones, violencia, enfermedades crónicas,
dificultades de pareja, en el trabajo, etc.

Cuando uno conecta los movimientos de las emociones a través del cuerpo
puede restablecer la realidad interna, esto es, liberar las emociones percibidas
como negativas (coraje, rabia, hostilidad) que resultan en llanto y dolor. Este dolor
liberado se encarga de restaurar el movimiento pulsatorio de la fuerza vital.

El llanto y la liberación del dolor llevan a la expansión, y la expansión lleva


al placer de vivir. Para lograrlo, hemos de pasar por encima de creencias
introyectadas del mundo, que se oponen a la vida real y natural, hemos de
cambiar las conclusiones distorsionadas a las que alguna vez llegamos. Concluir
un ciclo de contracción- expansión, es fluir amorosamente en la vida. ¿Qué
reprimes? ¿Qué ocultas? ¿Qué detienes? ¿Qué guardas? Más allá del dolor,
seguramente el impulso vital y amoroso que alguna vez tuviste.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 26

Recuperar este impulso, este ritmo vital, es recuperar la verdad de quiénes


somos. El proceso enfocado a recuperar la pulsación de la vida da lugar a integrar
tanto las funciones voluntarias como involuntarias del organismo, que son
movimientos pulsatorios de energía de vida que corren por todo el cuerpo, como
sensaciones de calidez y hormigueo. Dejarlas fluir, como en el orgasmo, da la
experiencia de vibración y resonancia en todo nuestro organismo, permitiendo
integrar lo consciente con lo inconsciente, cuerpo y mente:

Nuestros movimientos pulsatorios internos y nuestras percepciones dieron a


nuestros ancestros y nos dan a nosotros experiencias del ser y la conciencia de
nuestra persona. Estos movimientos pulsatorios son la suma total del proceso de
la vida humana, de todas las energías metabolizadas interna y externamente.
Estas energías crean un campo energético y el cuerpo vive dentro de ese campo
(Pierrakos, 1986, p. 127).

Las fases del movimiento de pulsación están relacionadas directamente con


la expresión asertiva o expansiva y a la actitud receptiva o restrictiva; la
asertividad es el uso deliberado de las fuerzas internas, es un hacer activamente
hacia una condición de cambio. Es también llamada el principio masculino. Por su
parte, la receptividad consiste en permitir a las fuerzas internas tomar su curso, es
moverse dentro de las condiciones existentes y recibir el cambio. Es llamada el
principio femenino.

Comenzamos la vida en brazos de nuestra madre en una actitud receptiva y


confiada. Durante las primeras etapas de desarrollo humano, la vida se trata sólo
de recibir, nutrirnos, fortalecernos para después dar de nosotros, hasta encontrar
el equilibrio maduro de dar y recibir en el encuentro con otros. Todo hombre y toda
mujer tienen la tarea de tomar conciencia de su feminidad y su masculinidad e
integrarlas como parte de su ser. De no hacerlo, se polarizan los principios en los
géneros de hombre o mujer:

Nuestra cultura contiene ejemplos tanto de hombres como de mujeres con


patrones idénticos de falsa actividad (agresión, hostilidad, violencia) y de falsa
receptividad (pasividad, servilismo, sumisión). La primera atrapa demasiado poder
y responsabilidad, la segunda niega la auto-responsabilidad. La auto-realización
no es posible a menos que cada persona se convierta en un hombre o una mujer
completos en el más profundo sentido posible (Pierrakos, 1987, p. 148).

Los conflictos entre hombres y mujeres, según Pierrakos, son la causa de


las guerras en el mundo, ya que hay fuertes distorsiones en la manera en que se
expresan los principios femeninos y masculinos.

Estos principios se ven mejor expresados en la vida sexual del hombre y la


mujer, donde puede darse la entrega mutua: “La autoentrega del hombre se da al

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 27

entregar verdaderamente a la mujer su acción y su hombría, lo que da a ella la


libertad de sentir y expresar su femineidad y su propia fuerza sin sojuzgarse al
hombre” (Pierrakos, 1987, p.149). Lo cierto es que existen muchos conflictos
debido a una falta de conocimiento profundo y real de estos principios femeninos-
masculinos que yacen dentro de nosotros. Necesitamos integrar y asumir dichos
aspectos para comprender y reconciliarnos con el sexo opuesto.

Se debe reconocer que representa una labor profunda e intensa trabajar


los temas en grupo, pero cuando cada integrante ha podido dar movimiento,
expresión y voz a todo lo negativo y distorsionado que hay en él, llega la
vulnerabilidad y el anhelo de respeto, de compartir sus vidas.

1.3.9 Campo y centros de energía


Como hemos mencionado anteriormente, el cuerpo físico se encuentra dentro de
un campo de energía, de adentro hacia fuera y de afuera hacia adentro. Cuerpo
físico y campo de energía están interconectados y al mismo tiempo son uno,
somos nosotros mismos, desde las vibraciones de energía densas de lo físico
hasta las formas sutiles de energía del aura.

Para John Pierrakos, apasionado en el estudio del campo energético -y


poseedor de una gran sensibilidad para verlo y leer a través de él-, la historia de la
persona es importante, ya que la fuerza vital básica que compone el cuerpo físico
de un individuo, el aura y la energía absorbida, son una misma sustancia, aunque
difirieren en las frecuencias vibratorias y formas de cohesión, ya que la velocidad
de las pulsaciones del aura es muchísimo más rápida que la del cuerpo,
telegrafiando con precisión todo lo que está pasando dentro del organismo en
todos sus planos de funcionamiento: el fisiológico, el emocional, el mental y el
espiritual. También proveen con mayor claridad el movimiento recíproco de la
energía: cómo se contrae y expande el campo áurico. La severa contracción,
palidez y oscuridad del aura cuando la persona tiene miedo, y la esplendorosa
expansión, matizada de vivos colores, cuando siente placer y amor.

Asimismo, el campo energético puede mostrar la historia de privación o


satisfacción de la persona, la enfermedad física o salud, el conflicto emocional o la
armonía interna o en sus relaciones, la pobreza espiritual o la plenitud amorosa.
Así también, es posible mirar sus dones, talentos, capacidades y fuerza especial.
De este modo se asegura que:

La vida está llena de descubrimientos y retos estimulantes para el alma. El


proceso de encarnación dura toda la vida. Es un movimiento del alma orgánica por
el cual se irradian en dirección descendentes vibraciones o aspectos espirituales

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 28

más elevados de campos aurales sutiles hasta el cuerpo físico. Estas energías son
utilizadas por el individuo para crecer, realizando elecciones espontáneas en su
proceso vital y de crecimiento. Al crecer, el individuo amplía su capacidad a niveles
más altos de vibraciones/energía/conciencia hacia y a través de sus vehículos, sus
cuerpos aurales y sus chakras (Brennan, 1993, p.89).

Por lo regular, cada nueva generación es capaz de soportar vibraciones


más altas que las precedentes, de manera que la humanidad se desplaza en un
plano evolutivo hacia vibraciones más altas y realidades más expandidas. Eva
Pierrakos (2000) afirma que el alma que se va a encarnar se reúne con sus guías
espirituales para planificar la vida futura. En esta reunión, el alma y sus guías
estudian las tareas que necesita la primera para lograr el crecimiento, el karma
que debe encontrar para asociarse y los sistemas de creencias negativas que
requiere para pasar por la experiencia. Por ejemplo, alguien puede necesitar
desarrollar su liderazgo, otro su capacidad de ayudar. Al cumplir la tarea personal,
uno está preparado para hacer lo propio con la tarea en el mundo. Así, la tarea
personal libera el alma, dejando escapar las energías que se emplean para
realizar la tarea en el mundo.

El campo energético humano (o aura) se compone de siete niveles de


energía. Cada nivel presenta pautas de energía variables, que vibran con la fuerza
vital. Cada nivel está integrado por vibraciones más altas que aquél que rodea e
interpenetra, y cambia, además, con la salud, la enfermedad y el proceso de la
muerte.

El campo energético humano no es sólo un campo de energía. Es la


persona. De hecho, es más la persona que el cuerpo físico. Los niveles del
campo energético humano son, en realidad, cuerpos de energía. Nosotros somos
energía. Los tres niveles inferiores del aura son los que mantienen el cuerpo físico
en su lugar y se disuelven en el proceso de la muerte.

Chakra es una voz sánscrita que significa rueda, los chakras son vórtices y
conductos de energía. Funcionan como órganos de toma de energía vital
universal. La energía absorbida y metabolizada por estos centros es enviada a las
distintas partes del cuerpo. En la tradición oriental, esa energía recibe el nombre
de prana o chî. Si un chakra deja de funcionar correctamente, la toma de energía
se resiente, debido a que los órganos no reciben un suministro necesario. En el
primer chakra, la conciencia está fundamentalmente ligada a la supervivencia. En
el segundo, la conciencia está orientada hacia el sexo y las relaciones
personales. En el tercero, ubicado en el plexo solar, está asociada al poder. Estos
tres niveles, que implican niveles de realidad cada vez más abarcadores, pueden
concebirse respectivamente como conciencia “yo”, conciencia “tú y yo” y
conciencia “nosotros”.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 29

En términos psicológicos, el despertar de los tres primeros chakras se


corresponde con las distintas etapas de desarrollo del ego. Por ello, es probable
que la persona o cultura que sólo haya evolucionado hasta el nivel del tercer
chakra, no se preocupe por otra cosa que no sea el dinero, el sexo y el poder.

El cuarto chakra, ubicado a la altura del corazón, está asociado con el amor
y el despertar de los valores espirituales; en este:

La conciencia alcanza el nivel del corazón, el amor se convierte en un impulso


ineludible y en la más poderosa de las motivaciones, y en este punto el interés por
el bienestar ajeno puede llegar a predominar sobre los deseos personales. En el
quinto y sexto, la conciencia se expresa a través de la creatividad y la visión
espiritual. Finalmente, en el séptimo chakra, ubicado en la coronilla y más allá de
ella, la conciencia individual se disuelve en el Espíritu o conciencia universal
(Vaughan,1997, p.34).

Los centros (o chakras mentales) son: el 7º, ubicado en el centro de la


corona, el 6º en la frente (el tercer ojo) y en la parte posterior, que dan la
posibilidad de desarrollar las ideas.

Los centros o chakras volitivos son: el 5º, ubicado en la base del cuello (el
yo social), el 4º, entre los omóplatos (la voluntad hacia el mundo), el 3º, posterior
al diafragma (de curación), el 2º en el sacro (es energía sexual), el 1º, coccígeo,
es la energía física y la voluntad de vivir.

Los centros sensibles son: 5º, al frente (tomar-asimilar), 4º, ubicado en el


centro del corazón (amor a los seres humanos, a la vida), 3º, en el plexo solar,
(placer, fuerza, poder personal en conciencia universal), 2º, púbico (calidad del
amor y sexo, dando y recibiendo a todos los niveles).

Como se podrá observar, el tema es extenso, por lo que en este texto se


concretará a revisar aquellos aspectos relevantes que van de la mano de la Core
Energética.

1.3.10 La espiral
Cuando nos adentramos en el mundo espiritual nos encontramos con elementos
que lo representan: los símbolos. Del latín simbolum, el símbolo es la forma de
exteriorizar un pensamiento, concepto o idea más o menos abstracta, que es
perceptible por medio de al menos uno de los sentidos. En las religiones
semíticas, asirias, fenicias, hindúes, grecolatinas, prehispánicas, impera el símbolo
como representación de los fenómenos de la naturaleza, que muchas veces
terminan encarnando los valores morales de la sociedad: la estatua de la

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 30

independencia, la de la libertad, etc. Cualquier objeto, natural o no natural,


podemos revestirlo de un valor simbólico, como piedras, frutos, animales, formas
geométricas, números.

De este modo, los símbolos representan aspectos recónditos de nuestro


subconsciente o inconsciente, conceptos arquetípicos. Según Jung (1984):

K el símbolo no es ni una alegoría ni un simple signo, sino más bien una imagen
para designar lo mejor posible la oscura naturaleza, apenas sospechada del
espíritu, una imagen que concentra las producciones religiosas, éticas y estéticas
del hombre, y que confiere vivacidad y dinamismo a las actividades intelectuales,
imaginativas y emotivas del individuoK el símbolo no explica, sino que se
proyecta mas allá de sí mismo, hacia un sentido aún en el más allá, inasible,
apenas presentido, que ninguna palabra de la lengua que hablamos lo expresar de
forma satisfactoria (p. 48).

El símbolo que toma John Pierrakos para representar a la Core Energética


es la espiral. Este símbolo no es obra humana, pertenece a la naturaleza;
podemos observarla en los fósiles, moluscos prehistóricos, tornados. Las fuerzas
gravitatorias giran sobre un centro, al cual llegan y del cual emergen.

La espiral es uno de los tres símbolos que definen al druidismo, y es


importante mencionarla para comprender el sentido profundo en el trabajo que se
realiza el el proceso de la Core Energética. Para los druidas:

Kel triple camino druídico, el camino de la ascensión celta, viene dado por estos
elementos: Naturaleza, Verdad y Conocimiento. A través de estas tres nociones
podemos acercarnos al corazón del camino druídico, cada uno de esos conceptos
se relaciona con un símbolo, así pues, podemos relacionar a la Naturaleza con la
espiral, el Laberinto con la verdad y el conocimiento con la triple espiral, con el
Triskel (Bele, 2006, párr. 4).

La naturaleza, entonces, es una espiral, desde lo más grande que


conocemos, las galaxias, nuestra Vía Láctea, hasta el ADN, con su triple espiral.
Lo macrocósmico, lo microcósmico, lo atómico, es una espiral. La manera de
descubrir la naturaleza es conocer el universo y lo intrínseco del ser humano.

Es a través de la espiral como un druida se acerca a la naturaleza y a


través de esta naturaleza a la misma esencia del Todo, del Increado. La Fuente de
Todo está representada en esa espiral. La vida, la existencia del hombre, no son
fenómenos tan simples, son como una espiral, se retuercen y se complican,
formando un laberinto. Para recorrer el laberinto, comprender nuestra vida y llegar
al centro de nuestra esencia, se necesita estar en la Verdad, alejados de artificios,
de apariencias. A través de la Verdad uno desentraña el Laberinto de la Vida. Se

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 31

camina a veces alejándose y otras acercándose al centro, siempre alrededor,


observando y anhelando estar en ese centro de la Verdad, del Todo:

El Triskel es la sublimación de la espiral, donde no hay una realidad sino tres: el


mundo físico, el mundo psíquico y el mundo espiritual. Para llegar al centro han de
recorrerse los caminos de estos tres mundos. Sólo así se adentra a un
conocimiento completo, a un conocimiento holístico de la existencia de sí mismo y
el Todo (Bele, 2006, párr.12).

La espiral, en Core Energética, representa las curvas de un camino, un


proceso evolutivo, atravesando y transformando las formas aparentes y retorcidas
de nuestra existencia, expandiendo nuestra conciencia hasta el reconocimiento de
que somos una unidad cuerpo-mente- espíritu. La base del trabajo, a través del
conocimiento, la verdad y la compasión, es reconocer, sanar, depurar, preparar
nuestra dimensión finita, nuestro cuerpo físico, para abrir corazón y mente al
conocimiento y experiencia más profundas y sutiles, en la Verdad de que somos
totalidad, que somos uno con todo, que nuestra esencia es infinita y es la fuente
de todas las posibilidades, para poder ser felices; es darnos cuenta que es posible
aliviar el sufrimiento humano, que es posible vivir en el presente.

1.3.11 John C. Pierrakos


La Core Energética fue creada y desarrollada por John C. Pierrakos a finales de
los años 60 en Estados Unidos. De origen griego, el guía nace en la pequeña
población de Neón Oitylon, a las orillas del Mediterráneo, el 8 de febrero de 1921.
Crece entre mujeres: sus hermanas, su madre, primas y tías. Su padre viajaba
constantemente, por lo que la relación de ambos era distante. Al respecto
Pierrakos relata:

Él era un patriarca, muy serio y muy disciplinado; nunca jugó conmigo, nunca me
dijo que me quería. Yo le tenía miedo, temía que se diera cuenta de mi creciente
interés por el sexo con algunas de las chicas que me rodeaban. En cambio mi
madre era totalmente lo opuesto, me abrazaba y expresaba su amor (1997, p.139).

En Atenas, a los 15 años de edad, lee por primera vez un artículo de W.


Reich y se pregunta ¿Qué significa “energía de vida”? Posteriormente, en 1939,
viaja a Norteamérica, a instancias de una de sus hermanas, poniendo distancia a
la guerra que se avecinaba en Europa. Ahí estudió medicina y psiquiatría. En los
años 40 lee el libro La función del orgasmo, quedando fascinado por el trabajo de
Reich. Apoyado por una amiga, y reuniendo coraje, contacta a Reich e inicia su
aprendizaje con él:

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 32

Kme sentí intimidado por su autoridad, por su gran cara y su gran voz –era como
la de mi padre-. Me sentí inferior y esto provocó que sacara mi enojo y todos mis
problemas con la autoridad masculina. Durante las sesiones, él hacía que
estuviera sólo en shorts y acostado en el sillón y me decía “¡No estás respirando!”
Claro que no respiraba, estaba muerto de miedo. Luego me preguntaba de mi vida
sexual mientras observaba mi cuerpo. De vez en cuando ponía su mano sobre
alguna zona de bloqueo –en el abdomen o en el pecho- y me decía que respirara
rápido o me hacía mover la energía poniéndome a patear o sacudir los brazos
(Pierrakos, 1997, p. 140).

A finales de los años 40 se separa de Reich, pues se siente amenazado


por la falta de cuidado de sus seguidores y por las dificultades de este con la Ley
y la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA). Comenta Pierrakos (1997):
“Kyo no quería poner en riesgo mi licencia médica por un motivo que se estaba
haciendo insoportable, así que decidí retirarme. Me afectó mucho irme en ese
momento, porque Reich había sido una parte crucial en mi vida; era muy
apasionado, eso fue lo que me conectó con él” (p. 141).

En 1953, ya casado y con dos hijas, termina su residencia psiquiátrica en el


Kings County Hospital. Cuando decide renunciar, establece su consultorio en
Greenwich Village y se asocia con Alexander Lowen. Partiendo de su aprendizaje
con Reich, ambos desarrollan nuevos conceptos y técnicas para el trabajo
psicocorporal. En 1956 surge formalmente el Instituto de Análisis Bioenergético:

Durante los siguientes 12 años Lowen y yo desarrollamos lo que sería conocido


como Bioenergética, que estaba basada en lo que habíamos aprendido acerca de
las defensas de la energía y del carácter durante nuestro trabajo con Reich. Fue
muy emocionante experimentar con nuevas técnicas y conceptos. Trabajamos de
pies a cabeza, fundamentando la personalidad en lo energético y mental. Sin
embargo, al paso de los años, yo empecé a sentir que algo estaba faltando en el
trabajo y en mi vida (Pierrakos, 1997, p. 142).

En su último libro, que es su autobiografía, Alexander Lowen menciona


algunos aspectos de su relación con John Pierrakos:

Mi terapia con Pierrakos duró casi tres años. Su calidad era completamente
distinta de mi trabajo con Reich. En la primera mitad de la sesión trabajaba yo
conmigo mismo, describiendo a Pierrakos mis sensaciones corporales. En la
segunda, él operaba con sus manos calientes sobre mis músculos tensos,
masajeándolos y relajándolos para que pudiesen producirse las corrientesK Él y
yo teníamos similitudes, pero nuestras personalidades eran opuestas de
muchas maneras. Aunque éramos de la misma altura, él tenía un cuerpo más
fuerte y sólido, característico del hombre griego. Yo necesitaba estar más
arraigado y procuré alcanzar una conexión con la tierra. Él necesitaba una

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 33

conexión con la luz y los aspectos del aire en la vida y alcanzar el cielo (2004, p.
38).

La relación con Lowen no prospera. Pierrakos, separado de su esposa y en


proceso de divorcio, insatisfecho con su trabajo, continúa en su búsqueda
personal. Le recomiendan contactar a Eva Broch, canal espiritual desde 1957. Lee
las conferencias que Broch dicta y se acerca a ella: “Ksupe que tenía que
conocerla porque ella estaba transmitiendo lo elementos que yo sentía que hacían
falta en mi trabajo (K) Su guía evaluaría mis esfuerzos creativos. A través de ella,
se me hablaba de formas para integrar y personalizar mi lucha, mi trabajo”
(Pierrakos, Comunicación personal, 1992).

El encuentro con Eva Broch y con el trabajo que desarrollaba contribuyeron


profundamente en la creación una nueva forma de psicoterapia:

Kella despertó mi interés por la dimensión espiritual de la conciencia y yo le di al


Pathwork la dimensión de la energía, como es que ésta conecta el cuerpo y la
personalidad con el ser espiritual. A partir de la Psiquiatría, de Reich, de la
Bioenergética, de la guía de Eva, del Pathwork, surgió la Core Energética. El
trabajar con Eva me hizo cambiar el énfasis de mi trabajo, de las defensas a lo
creativo, al ser espiritual. Ahora, puesto que tengo profundo respeto y amor hacia
la gente, mis intervenciones pueden traspasar sus defensas de una manera rápida
y precisa. En mi corazón sé lo que estoy haciendo y porqué lo estoy haciendo. Mi
ego no está presente en el trabajo como estaba antes y sigo trabajando en mis
propios conflictos. Cuando nos conocimos, sus ojos oscuros mandaron rayos de
alma hacia la mía; era vibrante, hermosa, era un ser magnífico (K). Los años con
Eva fueron los más felices de mi vida. Ella era artista y bailarina (K). Nuestro
trabajo nos unió mucho. Esta integración dio pie a que nuestro trabajo floreciera y
lo realizamos hasta que Eva murió en 1979. Nuestro amor era precioso, era
hermosa la forma en la que nos preocupábamos por el otro. Había una conexión
profunda, nos rendimos totalmente. Ella era mi alma gemela y yo la suya
(Pierrakos, 1992, p. 144).

De este modo, el encuentro con Broch fue mucho más profundo. Ambos se
casaron, no tuvieron hijos. Junto con sus seguidores fundaron el Centro de
Pathwork en Phoenicia, cerca de la ciudad de Nueva York.

En los 70, Pierrakos es fundador y director del Institute for New Age Man,
que más tarde se convierte en el Institute of Core Energetics de Nueva York, el
primero en establecerse. Viaja por todo el mundo enseñando su terapia y poco a
poco se van creando más institutos que transmiten las enseñanzas de Core
Energética.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 34

En 1987, Ilse Kretzschmar conoce a John Pierrakos en uno de sus talleres


al sur de Francia. En el mismo año, Pierrakos viaja a México para asistir al
Congreso Internacional de Psicoterapia Corporal, y un año después, Kretzschmar,
junto con Patricia Estrada, organizan el taller “Amor, Eros y Sexualidad”. Para el
año siguiente se inicia el Primer Entrenamiento Internacional en Core Energética
de México. Ilse Kretzschmar relata: “Kme impactó su manera de trabajar, fuerte y
suave a la vez, yendo al grano del asunto y sin rodeos; su impecable don de
confrontación desde una actitud profundamente amorosa y comprensiva” (2007).

En septiembre de 1993, Pierrakos asiste muy entusiasmado a la


inauguración del Instituto de Core Energética de México y el Centro Yollocalli,
dirigido por la Mtra. Kretzschmar. Posteriormente, en 1998, durante la graduación
del postgrado, Pierrakos (con ayuda de Kretzschmar y otros maestros del
entrenamiento) autoriza inaugurar el Centro de Core Energética en la ciudad de
Puebla:

Qué sorpresa, qué felicidad, qué responsabilidad, que bien tomé, asumí y sigo
asumiendo. Después de un ir y venir apasionado en el amor y desamor, en el
encuentro y desencuentro, en cerrarme y abrirme, entre la transferencia y la
contratransferencia, la negatividad y el ser superior, la verdad amorosa nos
reconcilió. Pude atravesar mi idealización hacia él y ver su humanidad, su ser real,
su ser sólo mi maestro.

El 24 de septiembre de 1999, Ilse Kretzschmar realiza en Casa Tonalli


(ubicada en el Estado de México), una entrevista acerca de la vida de John
Pierrakos, y el 20 de septiembre del 2000, Pierrakos ofrece su última conferencia
en México en el Centro Yollocalli, organizada por Kretzschmar, en la Cd. de
México, de la que se recupera el ideal del maestro: “Anhelo ver que la Core
energética florezca para ayudar a unificar la separación que hay entre la
psicología, la religión, la ciencia y la vida personal. Mi trabajo es alcanzar la
profundidad de la entidad de una persona, ayudar a esa persona a abrirse, a
transformarse, ¡a moverse!” (p. 145).

Aunque la sociedad entre Pierrakos y Lowen no termina bien y durante


muchos años pierden contacto, ambos intentan en varias ocasiones reconciliarse.
En palabras de Pierrakos: “Kfaltaba asumir muchas verdades, aún había dolor y
resentimiento” (Comunicación personal, 1992). Afortunadamente, uno o dos años
antes de morir, Pierrakos comparte contento y conmovido que habían resuelto su
conflicto, se habían encontrado. Su corazón estaba tranquilo y en paz por ello. El 1
de febrero del 2001, fallece John Pierrakos, en la Cd. de Nueva York, dejando un
importante legado para nuestro proceso de vida, para transmitirlo a quienes nos
rodean y a las futuras generaciones. Lowen asiste al funeral y ofrece las
palabras de despedida.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 35

Por su parte, Kretzschmar, en honor al maestro, al guía, al ser humano que


aporta a sus semejantes un camino hacia la Verdad y el Amor, comenta:

John nos inspiró y nos sigue inspirando con su incansable vitalidad, con su
constante empuje a entrar en el ser inferior y con su voluntad amorosa de no
dejarse vencer por las negatividades más escondidas y espantosas. Su lema era
el amor, que prende el fuego en el corazón, que confronta las diferencias, que
pelea por los más altos valores y que es compasivo donde hay inconsciencia,
ignorancia e inmadurez (Comunicación personal, 2007).

Pierrakos sólo escribió dos libros; el primero: Core Energética.


Desarrollando la capacidad de amar y sanar, y el segundo: Amor Eros y
Sexualidad. Las fuerzas que unifican al hombre y a la mujer. Su don y su placer
fue transmitir su conocimiento, su sabiduría a través de su trabajo y su presencia.
Su interés se centró en ver, revelar y energetizar los pensamientos, las actitudes y
las acciones negativas para poder transformarlas y reintegrar la energía al flujo
natural de la vida, que a su vez son los ejes temáticos del enfoque core-
energético.

Conclusiones
La Core energética es una forma de psicoterapia que tiene antecedentes
históricos lejanos y cercanos a nuestra época, y si bien atiende el proceso
psicodinámico de una persona, pareja o familia, en orden de atender una
problemática existencial y ayudarlas a fortalecerse e identificarse con ella (os)
misma (os); va más allá, proponiendo una filosofía y un camino de encuentro
espiritual con la propia esencia y con la de otros seres humanos, la naturaleza y el
cosmos. Su tarea es apoyar la expansión de la conciencia de un individuo,
reconociendo que es energía, una unidad psicosomática espiritual, una vida sana
que pulsa armoniosamente en un ritmo de expansión-contracción-asimilación,
respetando la ley de mutualidad de dar y recibir en todas las experiencias de vida
y en todos los encuentros humanos.

La realidad es que vamos librando desafíos de vida, perdiendo en muchos


momentos la conexión con nosotros mismos, entonces necesitamos recuperar esa
conexión y responsabilizarnos de la manera en que manejamos nuestra energía,
la vida que fluye en nosotros y trascender la victimización y falsedad, que sólo son
autoengaños. Reconocer nuestro core es reconocer la fuerza, la sabiduría para
enfrentar y disfrutar la vida. Cada ser humano tiene el poder interno para resolver
su existencia y descubrir y expresar su esencia.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 36

Resumen
La Core Energética es una psicoterapia corporal y espiritual que se enfoca en el
core del individuo, en sus cualidades únicas y positivas. Es un proceso evolutivo
que nos permite, a través de una labor profunda y energética, reconocer nuestra
individualidad y nuestra unicidad con el todo.

Los fundamentos teóricos y prácticos de la Core Energética provienen de


disciplinas milenarias que indagan en el autoconocimiento; del psicoanálisis, del
trabajo reichiano, del análisis bioenegético, de la psicoterapia humanista, de la
psicología transpersonal, de trabajos e investigaciones energéticas, del pathwork.
Evidencian que somos una unidad energía-conciencia. La energía como sustancia
esencial y la conciencia como el escultor de esa energía. Nosotros mismos
tenemos la posibilidad de hacernos responsables de nuestra existencia, de vivirla
y disfrutarla con todos los desafíos y experiencia que se nos presenten.

Asimismo, existe un movimiento pulsatorio en nuestro interior, una


capacidad para autorregularnos, un ritmo personal. Todo el tiempo fluimos en un
movimiento masculino-femenino de expansión-contracción, de dar y recibir.
Cuando el movimiento, el fluir de la energía dentro del cuerpo y en las relaciones,
se estanca o se bloquea, se crean patrones rígidos para vivir y aparece la
enfermedad. Nuestro campo de energía, nuestro cuerpo, nuestra mente son uno,
somos nosotros mismos. Vivimos en un constante intercambio energético, de
contacto físico, de emociones, sentimientos, ideas, pensamientos. A través de
nuestros chakras nos abrimos para recibir la energía circundante del universo.

Es importante recordar que somos una unidad psicosomática, que


poseemos en nuestro interior la capacidad para sanarnos; los agentes externos
sólo son catalizadores que despiertan ese potencial si transitamos por el camino
evolutivo del despertar de nuestra conciencia, de trascendernos a través de ser
uno con nuestra esencia. El proceso de la Core Energética es profundo,
trabajando a todo los niveles de nuestra existencia. El proceso terapéutico
conlleva que el individuo trabaje psicodinámicamente, observando sus pautas y
reacciones caracterológicas, para que descubra cómo se enmascara y se vuelve
un ser negativo y vengativo, y así reconozca cómo puede transformarse y
descubrir su poder para crear una nueva vida, más consciente, más creativa, más
plena. El ser humano necesita moverse, física, energética, emocional y
mentalmente, pues como dijo Einstein:”Si quieres tener una vida diferente,
entonces debes hacer cosas diferentes y positivas”.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 37

Cuestionario
1. ¿Qué es la Core energética?

2. ¿Qué es el Core?

3. Explica las tres tesis de la Core Energética.

4. ¿Cuáles son las influencias de la Core


Energética?

5. Explica qué es el movimiento pulsatorio de la


vida y anota algunos ejemplos.

6. ¿De qué manera impacta en ti la propuesta


de que somos energía?

7. ¿Cuál es el objetivo psicoterapéutico de la


Core Energética?

Ejercicios reflexivos
Haz una pausa en silencio y reflexiona mirando hacia atrás cómo has ido
desarrollando tu individualidad, cómo has pretendido verte como alguien separado
de los demás, desde cuando y qué y a quienes has necesitado para ello. Haz una
pausa en silencio, mira cómo es tu experiencia como un ser individual, con una
identidad personal y separada y observa si has tenido alguna experiencia de
unicidad o de estar conectado con el todo y ser uno con todos. Reflexiona si has
tenido, en momentos de enfermedad, de conflicto, de dificultades en diferentes
áreas de tu vida, la experiencia de sentir que la fuerza de sanación o de
búsqueda de soluciones está dentro de ti o si esto es nuevo para ti, crea un nuevo
paradigma para responder a la vida. Permítete unos momentos en silencio, cierra
los ojos y sé un buen observador de ti mismo, de tus pensamientos, de tus
sensaciones, de tus emociones, de tu cuerpo.

Tú eres tu cuerpo y tu mente, no hay división, lo que ocurre en tu mente


ocurre en tu cuerpo al mismo tiempo. Eres unidad mente-cuerpo-espíritu, tu
verdadera y profunda naturaleza es espiritual, en la conciencia del ser, de tu
profunda esencia, que es inconmensurable, es algo más grande de lo que crees
que es y que te conecta con la esencia de todas las cosas. En esa identidad
profunda no estás separado de nada, ni de ti mismo ni del mundo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 38

Dinámicas corpo-energéticas

Ejercicio I
Camina por el espacio lentamente, tomando conciencia de tu cuerpo, qué siente,
cómo camina, cómo se siente energéticamente, anímicamente. A continuación,
camina más rápido, corre, brinca, detente y sacude el cuerpo, con menos control,
sin control, con los pies bien pegados a la tierra, liberando la voz.

Luego debes irte deteniendo. Ya de pie, arraigado a la tierra, percibe cómo


pulsa tu cuerpo, cómo pulsa la vida. Luego, observa tus sentimientos, cómo fluye
su energía, qué cambió en tu ánimo, cómo está tu mente. Acércate a otro u otra
compañera, ponte de frente, cierra los ojos y recibe la presencia física de esa otra
persona, abre los ojos y recibe en su mirada la expresión de su alma, aquí y
ahora, reconociéndose, percibiendo cómo es la energía entre ambos. Al final,
permítanse expresar lo que sientan o piensen en ese momento. Por último,
agradece la experiencia a tu compañero (a).

Ejercicio II
En parejas:

A) Permanece de pie, cierra los ojos y mantente quieto y en silencio.

B) Imagina el campo de energía de tu compañero (a) y mueve sus manos


alrededor percibiendo su campo de energía, acariciándolo suavemente, de la
cabeza a los pies, atrás y adelante.

C) Abre los ojos y comenta a tu compañero lo que sentiste.

D) Escucha lo que tu compañero percibió en ti.

E) Compartan en ronda general la experiencia.

Sugerencias para el facilitador


El facilitador necesita estar entrenado en Core Energética, y además, debe haber
participado en un proceso personal semejante. De esta manera, podrá reconocer
que la enseñanza no sólo es teórica, sino vivencial, además de que realizará
ejemplos y modelaje de cómo se trabaja en Core Energética.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 39

Bibliografía
Boyesen, G. (1984). Entre Psyché et soma. Francia: Payot.

Brennan, B. A. (1993). Manos que curan. México: Roca.

Chopra, D. (2007). Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo. México: B.

DeMeo, J. (1996). Manual del acumulador de orgón. España: Publicaciones


Orgón.

Gaueko, B. (2004). http://www.druidnetwork.net

Gribbin (2004). Física cuántica. México: Planeta.

Grof, S. (1994). La mente holotrópica. España: Kairos.

Kretzschmar, I. (2007). Comunicación personal. Primer Congreso Nacional de


Core Energética.

Lowen, A. (1987). Bioenergética. México: Diana.

Lowen, A. (1993). La espiritualidad del cuerpo. México: Paidós.

Molina, M. L. (2007). Sí a la vida tal como es. México: ACD.

Pearls, F. (1986). El enfoque gestáltico y testimonios de terapia. Chile: Cuatro


Vientos.

Pierrakos, E. y Thesenga, D. (2000). Encontrando a Dios en mi interior. México:


Pax.

Pierrakos, J. (1990) Core Energetics. U.S.A: .Life Rhythm.

Pierrakos, J. (1992). Comunicación personal en la formación de Core Energética.


México.

Pierrakos, J. (1997) Eros, Love & Sexuality. U.S.A : Life Rhythm.

Raknes, O. (1991). Wilhelm Reich y la ergonomía. España: Publicaciones Orgón.

Reich, W. (1991). La función del orgasmo. México: Paidós.

Reich, W. (2001). Análisis del carácter. (2da. ed.). México: Pax.

Serrano, X. (2001). Al alba del siglo XXI. España: Publicaciones Orgón.

Vaughan, F. (1997). Sombras de lo sagrado. España: Gaia.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 40

2. Amor, Eros y Sexualidad


Introducción
En Core Energética, energía y conciencia son dimensiones de la fuerza de la vida
que se manifiestan en tres corrientes diferentes: Amor, Eros y Sexualidad; cuando
estas fluyen libremente se experimentan como si fuera una sola y conducen
inevitablemente al placer. El placer, el bienestar son nuestros derechos, los
merecemos como legado natural. Cuando fuimos pequeños, durante algún tiempo
disfrutamos el placer de vivir sin muchas restricciones, cuando estas aparecieron,
entramos en el principio de realidad, que involucra aprender a posponer la
satisfacción y el placer. No fue fácil aceptarlo ni comprenderlo con las guías que
tuvimos. Heridos en nuestro movimiento expansivo, surgió el dolor, y con ello, el
miedo al placer, erigimos defensas para protegernos de estas fuerzas internas y
del rechazo externo. El proceso psicoterapéutico y evolutivo se enfoca a recuperar
la capacidad de expresar estas tres corrientes de vida que hay en nuestro interior:
nuestro eros, nuestra sexualidad y nuestro amor.

Objetivo general
Contribuir a que los estudiantes reflexionen, comprendan y reconozcan las fuerzas
del amor, el eros y la sexualidad.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

2.1 Discrimine cada una de estas tres fuerzas de vida.

2.2 Reconozca las consecuencias de reprimir, negar y distorsionar estas fuerzas


de vida, así como las consecuencias positivas de permitirse descubrirlas, vivirlas e
integrarlas como parte de sí mismo y de su sentido de vida.

2.3 Establezca la relación dinámica del amor, el eros y la sexualidad en su


individualidad e interacción con los demás.

2.4 Integre en su práctica terapéutica estas tres dimensiones de las fuerzas de


vida para acompañar a sus pacientes/consultantes y ayudar a liberarlas en ellos.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 41

Mapa conceptual

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 42

2.1 Eros: La fuerza de la transformación


El eros es una fuerza poderosa que le da vivacidad a nuestro cuerpo y a nuestra
existencia. Exalta con vivos colores nuestras emociones y los campos energéticos;
estimula y abre nuestra conciencia hacia la expansión, nos despierta a la vida.
Eros es una fuerza que nos impulsa a la creatividad, a reinventarnos, a disfrutar la
experiencia de sentirnos dignos, que nos amamos y merecemos ser amados tal
como somos. Promueve nuevas formas de ir hacia la vida, ya que nos brinda un
sentimiento eufórico de que ésta vale la pena, con todo y las contradicciones y
dificultades que presenta. Da la sensación de estar bien, de que podemos amar.
Impulsa nuestra curiosidad hacia los misterios. Es juego, es espontaneidad, es
coquetería, es atracción. Todo en los niños es eros, pues están descubriéndose y
descubriendo el mundo.

Eros es una fuerza que hace vibrar nuestro cuerpo. La sangre fluye, los
movimientos son gráciles, los ojos brillantes. Cambia las imágenes del pasado,
los pensamientos rígidos. Llegan nuevas ideas, nuevas percepciones, para, por
algún tiempo, contar nuestra historia de otra manera; es la chispa, las llamaradas
de la fogata que ilumina momentáneamente la posibilidad de cambios importantes
y de abrirnos al amor. Es el puente entre el amor y la sexualidad donde el
encuentro íntimo se potencializa en éxtasis. Nos inspira a revelar nuestra verdad y
escuchar la del otro. Es alegría y gratitud de existir:

Eros entra con tal fuerza que rompe las defensas más rígidas. De repente, sin
aviso, sacude las defensas y proporciona movimiento, vida y esperanza; la
manifestación última, fundamental del eros es la de ponernos en contacto con la
fuerza de la creación (sentimos a Dios en nosotros). El eros nos transforma de
débiles a fuertes, de duros a suaves (Pierrakos, 1997, p. 52).

Cuando esta fuerza erótica ha sido inhibida, criticada y rechazada en la


infancia –porque asusta a nuestros padres, que han perdido la capacidad de vivirla
y saber canalizarla y expresarla- se crean defensas a todos los niveles para no
ser heridos, para no vivir el dolor de dejar de ser quienes somos. Cuando eros
vuelve a sacudir la existencia, también emergerá el dolor original, el miedo y el
enojo.

Es el momento de trabajar con estos pendientes, revisar los


condicionamientos, las viejas creencias acerca de la alegría de vivir, de expresar
nuestra sensualidad, revisar los patrones culturales de lo que es ser hombre y lo
que es ser mujer, de lo que es ser uno con el otro, de lo que es ser femenino y
masculino, de cómo vivir el placer y el amor y hacer cambios fundamentales,
unificando lo femenino y masculino en nosotros para así relacionarnos con la

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 43

pareja y con otras relaciones interpersonales, con más claridad de qué es lo que
nos toca dar y qué merecemos recibir. Ahora bien:

Las diferentes personalidades o tipos de carácter se relacionan con Eros de


distintas maneras. Cada manera es una forma de esquivar a las poderosas fuerzas
unificadoras del amor, eros y sexualidad. La gente que teme a las emociones se
resiste a Eros porque no quieren sentir las emociones asociadas con la soledad,
el dolor y el aislamiento. Luchan con la fuerza erótica porque no quieren dar. La
gente que es muy emotiva, por otro lado, busca la belleza de hombres y
mujeresKsólo quiere la excitación de Eros, pero no el trabajo que representa
cruzar su fuente hacia el amorK Eros debe contar con la voluntad de la persona
para moverse hacia el amor (Pierrakos, 1986, p. 238).

El problema es que eros tiene corta duración; para que no se apague hay
que mantener un actitud de aventura y curiosidad, una intención de ir hacia el
amor, una apertura a aprender a amar y a revelarse al otro. Cuando falta el eros,
la relación sexual sufre eventualmente, y eso ocurre frecuentemente en los
matrimonios. ¿Cómo desaparece? La respuesta son los hábitos, la familiaridad,
que se han convertido en un círculo vicioso: “En el momento en que piensas que
ya has descubierto todo lo que se puede encontrar, y que has revelado todo lo que
tienes que revelar, el eros se irá” (Pierrakos, 1993, p. 50).

Lo real es que somos un enigma para nosotros mismos y para el otro. La


pareja es un misterio a descubrir día con día, pero podemos confundirnos por los
patrones repetitivos de ser. Vivir en pareja es una gran oportunidad para mirarnos
en un espejo que día a día revela algo nuevo de nosotros. Una oportunidad para
ser espejo del otro y reflejar aspectos de uno mismo. Es una experiencia para
purificarse juntos y aprender a mirar en las profundidades del alma del otro,
ayudarse a madurar, a salir de los patrones infantiles que nos mantienen unidos
al sistema familiar, nos permite caminar como adultos hacia el misterio, la
impermanencia de la vida.

Cuando no se ha aprendido a vivir el eros como un puente, como una


experiencia que ilumina la posibilidad de unión, de amar, entonces éste se
distorsiona en una búsqueda de excitación constante, por lo que no será posible
establecer una relación profunda y perdurable; se transitará por la vida de pareja
en pareja. Una vez consumada la excitación y el entusiasmo por una persona, el
individuo se dirigirá a la conquista de otra, sin embargo, se debe reconocer que:

Detrás de la institución del matrimonio se encuentra una intención divina y su


propósito no es únicamente la procreación, ese no es más que un detalle. La meta
espiritual de matrimonio es permitir que el alma se revele y que pueda estar
siempre en la búsqueda del otro para poder eternamente descubrir nuevos

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 44

paisajes en él o ella. Mientras más suceda esto, más feliz será el matrimonio
(Pierrakos, 1997, p .61).

Mantener el eros es un compromiso personal de apertura, algo que surge


momento a momento en el ser, a mantenerse despierto y dispuesto a descubrir
quién soy en esta vida; es un compromiso de transformar formas viejas, oscuras,
rígidas y hasta enfermas de vivir, en expresiones más apasionadas del sentir.
Transformar la rabia en coraje para vivir, la tristeza en alegría, la crítica destructiva
en retroalimentación asertiva, el sadismo en un contacto amoroso, descongelar el
odio y transformarlo en cálida ternura y amor.

Por su parte, Ken Wilber (1998) resume que Eros: “Kopera en el dominio
de lo biológico como responsable de la unión de los cuerpos; en el dominio de la
mente como responsable de la unión de las personas y las ideas mediante la
comunicación y en el ámbito de lo espiritual como responsable de la búsqueda de
la unidad con el universo” (p.58).

2.2 Sexualidad: la fuerza creativa


La sexualidad es una fuerza tremenda que lleva al individuo a un estado de
unificación con otro ser humano. Ejerce una fuerza de atracción irresistible.
Sexualidad y vida son lo mismo, la especie se ha perpetuado a través de ellas y
nos ofrecen el legado de todas las generaciones que han existido antes que
nosotros. Somos sexualidad. La energía sexual que fluye crea una vibración de
placer, desde la periferia de nuestra piel hasta la sinapsis celular, así entonces,
somos estimulados por ella todo el tiempo. Tiene el poder, a través del orgasmo,
de hacernos trascender en el tiempo, el espacio y la dualidad. Reich (1991) afirma
que abandonarse a los movimientos involuntarios y ondulantes en el reflejo del
orgasmo, y mejor aún, en el orgasmo mismo, nos mantiene en salud. Todos
mantenemos un anhelo de fusión, a través de la sexualidad, como el que vivimos
con nuestra madre, y anhelamos ser uno con la pareja.

Desde la niñez persiste un impulso natural que nos empuja a explorar


nuestro cuerpo, a experimentar con diversas sensaciones y descubrir nuevo
placer. La adolescencia transforma el cuerpo de niño (a) a hombre o a mujer;
explota con fuegos artificiales y es necesario expresarla, compartirla, vivirla, pero
en el camino del desarrollo de nuestra sexualidad recibimos restricciones y
creencias negativas acerca de ella. Los padres, la familia, la sociedad (a través de
los siglos transcurridos y a la fecha) dificultan aceptarla e integrarla como parte de
nuestro ser, con la misión de vivirla, no sólo para la continuación de la especie,
sino también como la experiencia de fusión, de placer y de encuentro profundo de

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 45

dos almas que se permiten vibrar en el cuerpo, en su emoción, en su corazón, y


vivir un momento de éxtasis, de realización espiritual, como bien lo ha señalado el
tantra (Osho,1992).

La consecuencia de esta falta de contención y guía es vivir en la ignorancia,


con miedo a los misterios de la fuerza sexual, con rechazo a impulsos que
aparecen, con negación, culpa, miedo al castigo, vergüenza retenida, acumulada,
reprimida en el interior, pero que no se destruye, sino que busca salidas a través
de fantasías o acciones perversas y dañinas. Pero no hay expresión grotesca que
no contenga en su interior un impulso genuino, auténtico. Por lo tanto, el
psicoterapeuta ha de dar la bienvenida a estos aspectos de la persona, que
necesitan ser reconocidos y trabajados a profundidad, para descubrir el dolor de
no haber sido recibidos en el impulso original, para luego dar paso al mismo
impulso con conciencia, con un sentido de posesión de nuestra sexualidad.

Las investigaciones y descubrimientos científicos, así como los cambios


sociales al respecto, han favorecido y permitido una vida sexual más abierta.
Vemos en diversos espacio de nuestro entorno más expresiones sexuales o
amoroso-sexuales entre hombres y mujeres, que aún siguen asustando al interior
de la familia y a aquellos que han frenado o bloqueado su sexualidad; pero el que
parezca que hay una sexualidad más abierta no significa que en la intimidad haya
realmente un abandono y entrega a la excitación y a las potentes corrientes de la
energía sexual; qué decir del orgasmo y de la entrega en la relación con la pareja.
Consciente o inconscientemente, siguen apareciendo imágenes, mandatos,
juicios, exigencias de lealtad a la familia o a una cultura.

En el colectivo persisten las conclusiones distorsionadas a las que llega el


niño cuando le castigaron por explorar su cuerpo o por sus juegos erótico-
sexuales con otros niños. La ignorancia de unos lleva a la ignorancia de otros.
Pero con decía Reich (1991), al orden social le interesa que vivamos sin
conocimiento y sin conexión con nosotros mismos.

En Core Energética se da énfasis al trabajo psicocorporal, relacionado con


los bloqueos a todos los niveles, con el fin de permitir el redescubrimiento y la
conexión, no sólo instintiva sino espiritual, de esta potente fuerza sexual, que es
la vida misma, así como reconocer e integrar la manifestación femenina y
masculina de la sexualidad.

Todos hemos llegado a esta existencia a través de la sexualidad. No le


pertenece a nadie, es nuestra para compartirla no sólo a través de la intimidad,
sino en cada encuentro con otros y con lo que hacemos, es expresar que hay vida
en nosotros.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 46

La fuerza sexual reprimida o bloqueada se ubica principalmente en la pelvis


y las piernas. Esta éstasis sexual es una fuerza poderosa, la podemos observar en
nuestro afán de posesividad, nuestro control, desconfianza, frialdad, en los celos,
en la demanda excesiva, en el placer de sentir poder sobre el otro, en el abuso,
en la violación, en la crítica destructiva, en la exclusión, en la negación y el miedo
al amor, en la vergüenza de nosotros mismos, en la amargura, en el deseo de
venganza, en la culpa. Entonces hay guerra, competencia, sumisión, arrogancia,
crueldad, no hay perdón.

La ignorancia y la mala fe, advierte Sartre (2007), llevan a no tomar


responsabilidad de las enfermedades que se adquieren, así como de los hijos
que por uno o muchos encuentros sexuales sin amor llegaron a este mundo;
hombres y mujeres que, irresponsables, no aman, no cuidan, no protegen, no
respetan su creación. En todo esto persiste el odio, no se quiere abrir el corazón,
no se quieren expresar los mejores sentimientos, no se quiere dar amor:

El nivel emocional expresa “no quiero amar”, lo cual indica la presencia de un odio
negado. El nivel mental puede decir “debo amar, y si no lo hago soy malo y no
obtengo placer. Así que debo forzarme a amar”. Otro nivel mental puede estar
diciendo al mismo tiempo “no me sirves para nada, eres malo”. El nivel físico-
sexual puede decir: “quiero poseerte para obtener placer” (Pierrakos, 1990, p.
243).

Se habla, pues, de nuestro lado oscuro, nuestro ser inferior de la


sexualidad. Aspectos de inmadurez, de apego a imágenes del pasado, de una
conciencia infantil que se niega a crecer. Hay necesidades primarias insatisfechas,
frustraciones tremendas, dolor y rabia profunda. Más allá de todo ello hay un
anhelo de encuentro y fusión, de amor a nosotros mismos como seres sexuales,
que pueden respetar a los otros: “La frustración sexual puede contribuir a
aumentar nuestra ira y nuestra agresividad, mientras que la represión puede
propiciar el embotamiento emocional o la muerte psíquica, que hace que la
persona se sienta muerta internamente” (Vaughan, 1997, p.82).

Una sexualidad infantil demanda satisfacciones a nivel de un bebé, de una


niña, de un niño; queremos sólo recibir mimos, afecto, ternura, amor y atención
exclusiva; que todo sea a nuestra manera y en el momento que queremos.
Controlamos el encuentro sexual-genital, lo evadimos, lo usamos para sentir poder
sobre otros o usamos al otro para descargar nuestra tensión o conectar un poco
con nuestro cuerpo; hacemos responsables a los demás de nuestra salud y
bienestar, de nuestra felicidad e infelicidad, pasamos factura por lo que no
recibimos de nuestros padres en casa. Vivir así nuestras relaciones, es vivir en
los azares de una frustración perpetua. Necesitamos hacernos cargo de ello, con
la intención de madurar.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 47

Una sexualidad madura está conectada no sólo con la ternura, con lo


suave, sino también con la aceptación y disfrute de la sexualidad genital, que
sostiene la fuerza vibratoria y excitación de la energía sexual, que atraviesa todo
el cuerpo y permite la descarga completa. El sentimiento aquí es el de ser un
adulto que puede con la sensibilidad y vulnerabilidad de la experiencia íntima y las
consecuencias de ello: “Para el adulto la cercanía puede ser consumada de
manera satisfactoria sólo cuando la experiencia es mutua, cuando los dos
participantes van de manera activa en busca del otro, dan, sostienen, alimentan,
reciben y toman” (Pierrakos, 1990, p. 223).

Se ha de estar dispuesto a trabajar a profundidad, de manera física,


emocional y mental; reconocer si vivimos aparentando una sexualidad que no es,
transformar nuestras negatividades, atravesar las resistencias internas que
aparecen en el camino y permitirnos sentir y dejar ir el dolor guardado, estar
dispuestos a perdonar y perdonarnos y a retomar el poder de nuestra propia vida.

De este modo, según Pierrakos (1986), la expresión positiva de nuestro ser


superior en el aspecto sexual significa:

• Reconocer que la fuerza de la sexualidad es.


• Asimilarla como parte de nuestra naturaleza.
• Comprender que es una en nuestro cuerpo físico, emociones, mente y
espiritualidad.
• Mostrarnos como seres sexuales con dignidad y honrar la de los demás.
• Asumir el deseo y encuentro con el otro, en apertura para ser descubierto
físicamente y a recibir físicamente al otro tal como es.
• Estar dispuesto (a) al intercambio emocional real con el compañero o
compañera, disolviendo fantasías o expectativas acerca de ellos.
• Permanecer mentalmente abierto a la comprensión y entendimiento de la
pareja con sus propias ideas y pensamientos, buscando el intercambio de
ello y la creación de intereses mutuos.
• Arriesgarse a revelar las secretas fantasías que se tienen y apoyar a
realizarlas o transformarlas (si ponen en riesgo la relación o dañan a la
pareja).
• Tener la voluntad de caminar hacia el amor.
• Aceptar tanto lo positivo como lo negativo de la otra persona, que de esta
manera se convierte en alguien real. Es necesario dejar de idealizar y de
idealizarse.
• Con la chispa del eros, distinguir que cada momento es único, nada puede
repetirse, y que esto es una promesa de descubrir algo nuevo en nuestra
pareja y en nosotros mismos.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 48

• Reflexionar que hemos nacido de la sexualidad, y que la sexualidad, siendo


vida, nos conecta con la muerte, la cual es inevitable.

El mejor retrato-espejo de cómo nos manejamos en la vida se refleja en


nuestra intimidad, observémonos en ella: ¿Nos permitimos abandonarnos a la
exquisita experiencia de compartir nuestro cuerpo y nuestra alma con el otro?

2.3 Amor: la fuerza unificadora


El amor es la fuerza vibratoria más elevada del universo que fluye en nosotros. El
amor incluye, no niega nada, abre la conciencia. Es la expresión de un corazón
abierto. Es la fuerza que une cada célula, cada órgano, cada tejido de nuestro
organismo, une a la pareja, a la familia, a los pueblos, nos une a todos con la
naturaleza y con el cosmos. Martín Buber afirma que lo que media entre el Yo y
el Tú o el Yo con Dios es el amor. Que el ser humano habita en el amor (2002).

El amor es el motor del universo, es la fuerza suprema de Dios que


mantiene todo unido, la chispa divina que todos llevamos en nuestro corazón.
Cuando fluye, penetra nuestras defensas, contiene y transforma nuestra
negatividad, ilumina nuestras sombras, nuestra oscuridad. Produce una vibración
muy luminosa cuando estamos en el vientre materno, es lo que nos permite
crearnos, crecer y manifestar el milagro de la vida en nosotros. El amor nos hace
humildes para aceptar lo que ocurra, superar los momentos difíciles y comprender
el sentido que tienen en nuestra existencia, aunque generalmente olvidamos esos
momentos y no concentramos en los sucesos negativos.

Ahora mismo, rememora algún momento en que, contento y amoroso,


pudiste atravesar una experiencia difícil. O recuerda a alguien a quien amas y
con quien no tienes ninguna complicación. Seguramente tu ánimo cambia, tu
respiración cambia, tu sensación de fuerza cambia, tus pensamientos cambian
positivamente, aunque no lo percibas de manera consciente.

A continuación, desde este estado, analiza lo que tienes que hacer y con
toda seguridad tendrás una actitud más amable contigo y con la circunstancia que
estás viviendo, resistiéndote menos a la situación. Se debe considerar, con base
en este ejemplo-experiencia, que si pudiéramos permanecer más tiempo en ese
estado, enfrentaríamos la vida de una manera diferente, aceptándola y haciendo lo
mejor posible en cada momento.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 49

El amor une las dualidades; al no sentirnos polarizados, no hay


ambigüedades, dilemas o conflictos, si aparecen posibilidades de elección,
podemos elegir con más confianza. En amor nos sentimos más inteligentes, con
una conciencia más expandida, más intuitiva y segura. En amor no sentimos
amados y amando, sin condiciones, sin garantías, abundantes y queriendo dar,
compartir. El eros fulgurante nos da una visión de posibilidades, el amor crea y
realiza con esas posibilidades (Pierrakos, 1997).

El eros permite vernos, reconocernos, redescubrirnos y observar que hay


alguien más con quien compartir, unirse, el amor consolida, cultiva el proceso de
la revelación mutua, para decir quiénes somos, qué sentimos, dejarnos ver y ver,
descubrir al otro. El eros nos hace reconocer momentáneamente las cualidades
de nuestra pareja, el amor nos permite ver sus aspectos positivos, lindos y sus
aspectos negativos (e incluso crueles) y aceptarla imperfecta, en proceso de
desarrollo, y compartir juntos el camino para aprender y realizarnos. El eros nos
conecta con las heridas del pasado, nos hace ver los anhelos de nuestra alma, de
cuando éramos niños, que aún no hemos realizado, el amor nos contiene y da la
fuerza para atravesar el dolor, sanar, perdonar y perdonarnos, dirigirnos a la
realización de nuestros anhelos o soltar sueños irrealizables.

El eros nos despierta repentinamente y quiere mantenernos en vigilia, el


amor nos mantiene en conciencia. El eros nos hace recordar que somos cuerpo y
podemos vibrar de emoción y de vida, el amor integra al cuerpo como uno solo
con la mente y el espíritu, lo reconoce como su templo en la tierra, a través del
cual va a expresarse, lo toma con sus limitaciones y capacidades. El eros hace
cimbrar los condicionamientos del sistema simpático, los estados de hiperstress y
los bloqueos físicos y emocionales, el amor fluye con la actividad del sistema
parasimpático, en la relajación profunda.

El eros despierta y estimula generosamente la sexualidad, el amor fusiona y


consume el momento sexual de forma plena y profunda, en un encuentro de
almas. El eros pone luz en asuntos pendientes de trauma y violencia sexual, el
amor drena el profundo dolor, apoya el regreso al cuerpo, a arraigarse y reactivar
las fuerzas instintivas que habían estado frenadas y que devuelven la confianza y
la paz en la persona. El eros, por un tiempo, rompe con esquemas, con creencias
que ya no sirven, el amor ofrece nuevas percepciones, conclusiones en el
continuum de la experiencia que acontece, fluye con el momento presente. Mueve
un sentido de celebración por la vida, de entrega, el amor da un sentido profundo
a la vida y a la muerte, nos invita a conocernos y conocer al otro, nos da la fuerza
para seguir conociéndonos, dar nuestra verdad y recibir la del otro. Una verdad
que va apareciendo mientras se avanza en el misterio de quiénes somos, en el

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 50

desconocido que somos. El eros saca de control al ego, el amor lo rinde a sí


mismo.

En el camino, la expresión de nuestro amor ha sido lastimada, el estado de


amor ha sido alterado, y cerramos el corazón con la intención de protegernos para
no volver a ser heridos. Al mismo tiempo, estrechamos nuestra conciencia, pues la
creencia de que volveremos a ser lastimados si nos mostramos como somos es
poderosa. El ego pone condiciones imposibles para abrir el corazón.

Hay dolor en el interior, no se quiere volver a sentir, al mismo tiempo hay


resentimiento, se recrean una y otra vez las imágenes de haber sido herido. El
cuerpo bloqueado, desenergetizado, congelado, entumido, acorazado, se protege
y anula la posibilidad de sentir confianza y mostrarse amoroso una vez más. Las
pseudo-expresiones amorosas son muy controladas, planeadas, estratégicas y
convenientes.

Si bien no se tuvieron las condiciones para ser libre de expresar el amor por
estar vivo, expresarlo a los padres como emergía, lo que enferma no es el haber
carecido de esas condiciones, sino el amor que esta atrapado aún sin expresar.
Generalmente, en este proceso de sanación y búsqueda, giramos en círculos
viciosos alrededor de la imagen de lo que no fue, o de la condición excesiva: “lo
que me hicieron”, “lo que no me hicieron”, “lo que dejaron de hacer”; pero tanto
terapeutas como pacientes pierden de vista que el mal está en no expresar el
amor que guardamos en nuestro interior.

No sólo se trata de disolver las corazas y defensas para dejar salir lo


reprimido, sino para abrir los canales que permitan el amor, lo auténtico, lo
espontáneo, la generosidad, la dulzura, la palabra sabia, los abrazos, los besos, el
movimiento vibrante, la mirada viva, amorosa, el cuidado. Se necesita voluntad
para volver a amar. Tomar el valor de mirar nuestro desamor, nuestro odio o
rencor a los demás, a la vida, a Dios. Revisar que en ese desamor-defensa
impedimos que nos puedan amar, y que, paradójicamente pretendamos alcanzar
el amor a través de nuestras máscaras, de una manera inauténtica de vivir. La
fuerza amorosa está estancada en el bloqueo de nuestro pecho, inhibiendo la
expresión de los brazos, la boca, la palabra y nuestros ojos. La rigidez, sobrecarga
o debilitamiento de esa área parece decir: “no quiero amarte”, “no creo que me
ames”, “no merezco que me ames ni merezco amar”.

El rechazo severo a nuestro impulso amoroso, que fluía hacia la periferia de


nuestro cuerpo, dice Lowen (1997), puede crear graves problemas en el corazón,
pues el impulso regresa violentamente hacia sí mismo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 51

Por otra parte, la fuerza del amor, de acuerdo a Pierrakos (1997):

Kes tan poderosa, que una persona que ama, permanece en un estado de salud,
excitación, vibración. Los músculos están entonados y la respiración se abre, las
mejillas están sonrosadas, la circulación sanguínea corre sin obstáculos, el
corazón late armoniosamente. Todas estas reacciones biológicas son obviamente
diferentes en un rostro con odio. La persona que odia luce pálida, ojerosa, sin
energía, gris, acobardada o contrafóbica (p. 239).

Hay personas egocéntricas que dicen amarse mucho, cuando en realidad


tratan de compensar el desamor hacia sí mismos y hacia los demás. Otros se
disminuyen a sí mismos, presentan una estima baja, se autoagreden, son adictos
a la conmiseración y a provocar el rechazo de los demás.

Para recobrar el sentimiento amoroso hay que ser honestos con nosotros
mismos, mirar el patrón de desamor, la coraza, las máscaras que usamos para
protegernos y trabajar el oscuro ser inferior que se resiste a confiar en el amor;
sanar el dolor de haber sido heridos para conectar con el anhelo de amar, con la
fuerza del core. Se necesita creer que la fuente de sanación y amor está dentro de
nosotros. A través de Core Energética activamos profunda y enérgicamente el
cuerpo, para conectar al final con las sensaciones y emociones cálidas que yacen
en nuestro interior. Trabajar los recuerdos negativos, las imágenes del pasado,
las creencias que vienen de una conciencia infantil, es darnos cuenta de que
percibimos el mundo distorsionadamente, a través de los filtros que otros dejaron
o que nosotros creamos en el pasado.

Vivimos apegados a creencias negativas acerca de los hombres y de las


mujeres, del mundo, adictos a la lucha y al conflicto, con dificultades para mirar
profundamente quiénes somos como hombres, como mujeres, cómo son los otros
como hombres y mujeres, cómo es el mundo. El amor sólo puede fluir en la verdad
de lo que es, en la aceptación de lo que es aquí y ahora. Vivir en el pasado,
recordando una y otra vez lo difícil y doloroso, es vivir en el infierno. Despedirse
de ello y vivir en el presente, es el paraíso en la tierra.

Conclusiones
Recuperar las tres fuerzas vitales: amor, eros y sexualidad, es un compromiso
existencial, personal, familiar, social, con la naturaleza y el planeta. Compromiso
con nuestros niños, con las generaciones presentes y con las que vienen. Si
podemos reflejar la alegría de nuestro eros, el placer de nuestra sexualidad y la
comunión y compasión de nuestro amor, nuestros niños sabrán que estamos con
ellos, con la verdad de su ser erótico, sexual y amoroso, y no tendrán que buscar

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 52

otro tipo de compensación artificial para obtener satisfacción y realización; vivirán


y transmitirán el placer de ser lo que son en sus circunstancias. Con esas fuerzas
cada individuo podrá enfrentar mucho mejor la vida.

Al mantener estas tres fuerzas en expresión y desarrollo constante,


podemos transmitir los principios femeninos y masculinos inherentes en nosotros,
lo que es ser hombre y lo que es ser mujer, que la fuerza para vivir está en su
interior, el sentido de vida profundo está en ser lo que realmente se es, que la vida
se vive en nuestras relaciones.

El facilitador o psicoterapeuta ha de manejar bien el tema, para impartir la


enseñanza y transmitir a los estudiantes o los pacientes, con su sola presencia,
que practica estas fuerzas de vida en él o ella, sus aspectos oscuros y luminosos,
que reconoce que el camino de autoconocimiento y transformación es un proceso
que dura toda la vida.

Resumen
En Core Energética, energía y conciencia son dimensiones de la fuerza de la vida,
que se manifiestan en tres corrientes diferentes: amor, eros y sexualidad.

El eros es una fuerza poderosa que le da vivacidad a nuestra existencia, es


la chispa de la vida; le da vivacidad a nuestro cuerpo, exalta con vivos colores
nuestras emociones y nuestros campos energéticos.

La sexualidad es una fuerza tremenda que lleva al individuo a un estado de


unificación con otro ser humano. Ejerce una fuerza de atracción irresistible.
Sexualidad y vida son lo mismo, la especie se ha perpetuado a través de ellas y
nos ofrecen el legado de todas las generaciones que han existido antes que
nosotros.

El amor es la fuerza vibratoria más elevada del universo que fluye en


nosotros. Esta fuerza incluye, no niega nada, abre la conciencia. Es la expresión
de un corazón abierto. Une cada célula, cada órgano, cada tejido de nuestro
organismo, a la pareja, a la familia, a los pueblos, nos une a todos con la
naturaleza y con el cosmos. Martín Buber afirma que lo que media entre el Yo y el
Tú o el Yo con Dios es el amor. Que el ser humano habita en el amor. El amor es
estimarnos y confiar en nosotros mismos. Si estimamos, cuidamos las relaciones
con los demás. Nos da la conciencia más elevada de que no estamos solos en
este mundo y que necesitamos cuidar de nuestro entorno.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 53

Cuestionario
1. ¿Cuáles son las fuerzas internas de una persona, que integran su fuerza de
vida? Describe cada una de ellas.

2. Explica cómo se relacionan estas fuerzas en la vida cotidiana.

3. ¿Qué efectos puede producir en la vida individual, familiar y social permitirse


vivir libremente estas fuerzas de vida?

4. ¿Qué efectos individuales, familiares y sociales puede ocasionar reprimir,


bloquear e inhibir la expresión de estas fuerzas de vida?

5. ¿Qué dificultades y facilidades observas hoy en día en lo familiar y social para


expresar la vida y nuestro ser, tan libre e intensamente como es?

6. Anota ejemplos de problemas o trastornos emocionales, conductuales,


cognitivos y corporales ocasionados por de la represión del eros, del amor y de la
sexualidad.

Ejercicios reflexivos
Analiza qué tanto conoces tu eros, qué tanto te permites vivirlo, expresarlo.
¿Cómo lo sientes en tu cuerpo? ¿Hacia qué cosas, personas o experiencias lo
diriges? ¿Recibes el eros de los demás? ¿Recuerdas si en algún momento
dejaste de expresarlo o a no reconocerlo en ti? ¿Admites algún dolor o resistencia
a vivirlo?

Revisa cómo te sientes como un ser sexual, desde cuándo tienes


conciencia de la fuerza de tu sexualidad y si recibiste apoyo y guía para expresar
esto libremente. ¿Te has sentido herido (a) en tu sexualidad, tu género, tu
identidad psicosexual, en tu integridad física sexual? ¿Guardas resentimientos
hacia alguien o temores al respecto? ¿Te castigas o tienes deseos de venganza?
¿Estás dispuesto (a) a perdonar y perdonarte por lo que hayas creído que fue tu
responsabilidad? Si has experimentado la intensidad de tu fuerza sexual ¿Le
temes o te reconoces en ella? Recuerda que la vida surge de la sexualidad, la
sexualidad es la vida y quien la niega o reprime no vive, no puede sentir el placer y
la gratitud de estar vivo (a).

Por otra parte, ¿has experimentado las vibraciones elevadas del amor?
Recuerda cuando eras pequeño (a): ¿A quién amabas tan libremente que podías
expresar con tu cuerpo, tus abrazos, tus palabras, tus canciones, tu amor?
¿Sientes amor por ti? ¿Permites que te amen? ¿Sientes amor por alguien?

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 54

¿Expresas tu amor? ¿Recibes el amor que se te da? ¿Das amor sin poner
condiciones para ello? ¿Crees en el amor? ¿Puedes reconocer que el amor sana
y nos une?

Dinámicas corpo-energéticas

Ejercicio I
Para el grupo:

A partir del empleo de música de tambores, invitar al grupo al movimiento libre,


siguiendo la música, luego comenzar a golpear con los pies el suelo, con la
música, ir creando su propia danza, fluyendo con todo el cuerpo, luego ir con otra
persona crear juntos una danza-juego, luego con otra persona y luego con otra.

A manera de reflexión, compartir en ronda: ¿Qué tan fácil o difícil es


moverse, expresarse con todo el cuerpo, con su sensualidad, con la alegría, con
su creatividad? ¿Qué tan fácil o difícil fue sentir el contacto cercano o físico de los
compañeros? Relacionar con la expresión del eros.

¿Qué cambios observaron en su respiración?

¿Hubo cambios de sensaciones en su cuerpo? ¿Era agradable o desagradable


sentirse?

¿Hasta dónde se permitieron moverse, expresarse? ¿Había algún juez mental?

¿Qué descubrieron sobre su capacidad de jugar, disfrutar, acercarse, alejarse,


mirarse?

Sugerencias para el facilitador


Se sugiere un trabajo corpo-energético intenso, sobre todo en los primeros tres
chakras inferiores, arraigar profundamente, enfatizando un movimiento fuerte y
suave en la pelvis, y luego avanzar a los segmentos superiores, abriendo el
sonido, de manera que los estudiantes tomen conciencia de lo que ocurre en su
cuerpo y se permitan expresarse. Por su parte, el facilitador debe dar contención,
seguridad y estar listo a auxiliar al grupo cuando sea necesario, también debe
retroalimentar la experiencia de cada uno de sus miembros. Al final, se le
recomienda organizar rondas para revisar el tema, considerando experiencias
para comentarlas con los participantes, de modo que todos puedan trascender o
aclarar asuntos pendientes en relación con su sexualidad, amor y eros.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 55

Bibliografía
Buber, M. (2002). Yo y tú. Argentina: Nueva Visión.

Osho. (1992). Tantra: la suprema sabiduría. España: Tomo II.

Pierrakos, E. (1993). Del miedo al amor. México: Pax.

Pierrakos, J. (1986). Core Energetics. U.S.A .: Life Rhythm.

Pierrakos, J. (1997). Eros, Love & Sexuality. U.S.A.: Life Rhythm.

Reich, W. (1991). La función del orgasmo. México: Paidós.

Sartre, J.P. (2007).El existencialismo es un humanismo. México: Quinto Sol.

Vaughan, F. (1997). Sombras de lo sagrado. España: Gaia.

Wilber, K. (1997). El proyecto Atman. España: Kairos.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 56

3. Niveles de personalidad humana


Introducción
La Core Energética, en su postura holística, abarca la totalidad del ser humano en
sus dimensiones de cuerpo físico, emocional, mental, de voluntad y espiritualidad.
Promueve una visión y un tratamiento integrador en los aspectos biológico,
psicológico y espiritual. No se trata de dar sólo espacio a la palabra, al proceso
mental, a lo que se dice y cómo se dice consciente o inconscientemente, o de
privilegiar lo emocional, lo vivencial, lo existencial o de sólo desarrollar una
disciplina espiritual desconectada de lo emocional y mental, o relacionarlo con uno
u otro: se trata de sumar a todo lo anterior el trabajo profundo con el cuerpo y la
energía.

Asimismo, en Core Energética se considera que la movilización de la


energía en el cuerpo, el arraigo en nuestra propia carne-cuerpo físico, poner los
pies sobre la tierra y desbloquear o liberar las tensiones crónicas que hay en el
cuerpo físico, dan la base energética y vegetativa para trabajar con todo lo que
está estancado, detenido, oculto, guardado. Al mismo tiempo, se están moviendo
emociones, sentimientos, confrontando creencias y distorsiones mentales que han
permanecido en un status quo. Sabemos que estamos abriendo el camino para
sanar experiencias dolorosas y también experiencias sensibles y espirituales,
experiencias de espontaneidad, autenticidad y naturalidad.

El trabajo corporal es delicado y contra todo tabú. En él, se reconoce que


cada mínimo territorio físico guarda toda la historia de la persona y también su
potencial a liberar; es reeducativo; trata de fortalecer el yo corporal para sanar lo
pendiente y sentir el poder de dar la cara y disfrutar la vida. Implica un proceso
analítico, emocional, espiritual, inherente en todo momento. De este modo, el
psicoterapeuta en Core Energética ha de prepararse para observar y acompañar a
sus pacientes a todos los niveles desde su corazón, su cuerpo físico, su energía,
sus emociones, su voluntad y su espiritualidad, por lo que el encuentro con su (s)
consultante (s) será profundamente humano, un encuentro de almas.

Objetivo general
Que el estudiante conozca, aprenda e integre a su conocimiento, la visión
holística en los fundamentos y la intervención psicoterapéutica de la Core
Energética.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 57

Objetivos específicos
Que el estudiante:

3.1 Discrimine y reconozca cada nivel de personalidad en el ser humano.

3.2 Descubra, intelectual y vivencialmente, la unicidad psicosomática que cada ser


humano tiene.

3.3 Avance en la identificación de las perturbaciones y necesidades de cada nivel


de personalidad.

Mapa conceptual

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 58

3.1 Cuerpo
Toda nuestra existencia se manifiesta en nuestro cuerpo, vehículo a través del
cual se expresa el alma y la mente, espacio por donde discurren las emociones y
pulsan las sensaciones, donde se observan nuestras integraciones biológicas. En
él se refleja toda nuestra historia, la heredada, la captada, la vivida para bien o
mal; ningún momento está fuera de su registro, cada una de sus células posee
toda esta información. En él habitan nuestras más grandes satisfacciones, y en él
podemos perpetuar nuestras carencias. Puede ocultar nuestras más excelsas
virtudes y nuestras más tremendas aberraciones.

Con el cuerpo podemos tocar a nuestros padres, nuestra familia, a otros y


dejarnos tocar para confirmar que existimos, para nutrir nuestras necesidades
físicas o afectivas; podemos avanzar y alcanzar lo que queremos o mantenernos
en una postura ante la vida o ante un desafío; podemos retroceder, o huir cuando
nuestra integridad está en peligro real o imaginario; podemos abrazar, golpear o
mantenernos estoicos para soportar una agresión física, mental o emocional;
podemos, de la piel para adentro, llevar a cabo una extraordinaria odisea de
funciones, interconexiones, relaciones, integraciones biológicas para vivir o
sobrevivir; allí adentro, bajan y se cultivan, en carne y movimiento, los impulsos
de la fuerza vital. A través de él damos voz, signo, escritura, arte o expresión
directa a nuestra psique, a lo inconsciente y lo consciente.

Nuestro cuerpo da forma a nuestras intenciones, a pensamientos positivos,


bellos, negativos o tortuosos, a nuestro de deseo de dar amor o a nuestro deseo
de venganza; muestra, a pesar de nuestro esfuerzo por aparentar, nuestro amor o
nuestra culpa, nuestro rechazo u odio a nosotros mismos. Se pone de todos tonos
y colores para evidenciar la verdad emocional o afectiva que se genera en el
interior. Responde a todos los estímulos, más o menos sensibles, más o menos
intensos, nos demos cuenta o no. Refleja, con una precisión impresionante,
nuestro nivel de conciencia, si insistimos en aparentar algo que no está surgiendo
del interior.

El cuerpo es nuestro templo, visible, presente, expuesto a todas las


vicisitudes de la vida. Se expresa en todos los lenguajes, los verbales, no
verbales, energéticos, actitudinales, metafóricos. Es imposible no comunicar y es
imposible no ser impactados por lo que sucede dentro y fuera de él. Podemos no
lograr integrar todo lo que ocurre y anestesiar nuestra conciencia, no sólo para no
percibir lo que pasa, sino para alterar nuestra percepción y enajenarnos de ser
cuerpo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 59

Por lo general, a causa de experiencias traumáticas, se bloquean las


corrientes de vida en el interior; por rechazo a ellas, por castigo de poseerlas, por
prohibiciones familiares, morales, religiosas, ocurre que el cuerpo físico se
contrae, pues entra la alerta del sistema nervioso simpático. Surge el miedo,
aparecen tensiones musculares como protección, se crean los bloqueos físicos
(hay que bloquear la expresión de las corrientes del amor, el eros y la sexualidad),
se crea la coraza, se crea la estructura caracterológica. El movimiento natural es
detenido, algunas funciones corporales, como las sensaciones, son alteradas, el
desarrollo del organismo, la capacidad de autorregulación y la percepción se
alteran, los pensamientos repetitivos, el ego-mente controlador toma lugar,
tratando de dominar el instinto natural y el medio ambiente. Ahora bien, es
importante resaltar que:

K las sensaciones son expresión de la energía vital que fluye en el cuerpo.


Músculos tensos y con ello acorazados hacen que la energía vital se interrumpa y
deje de fluir: la percepción y la experiencia del cuerpo se pierden entonces, la
conciencia ya no está en el “aquí y ahora”. Esto ocasiona una disociación, una
escisión entre la conciencia y el cuerpo (Reich, 1999, p. 36).

En nuestro organismo existe un flujo de energía, una circulación. Nuestra


energía vital circulante nos vincula o conecta a la tierra y a la energía cósmica.
Por ello, una sensación no es una idea o una representación mental, es un suceso
energético en el cuerpo. Hay algo que fluye en nosotros. Cuando nos alegramos,
nos extendemos hacia el mundo, por lo contrario, cuando tenemos miedo, nos
contraemos hacia nosotros mismos.

El cuerpo físico puede enfermar, puede manifestar síntomas; desde la


visión psicosomática, encontramos una conexión entre los síntomas y conflictos
internos no resueltos, estados emocionales ocultos, sentimientos y pensamientos
negativos, que pueden estar en nosotros desde la infancia, o conflictos, presiones,
experiencias más o menos recientes que giran en nuestro interior. Médicos de la
antigüedad, al igual que recientes investigadores, muestran que el stress, la
desesperación, la ira, la desesperanza, la depresión, la preocupación y el miedo
son factores que afectan al sistema inmunológico, que terminan desencadenando
la enfermedad física, que en realidad es también del alma, pues, como afirma
Debbie Shapiro (1991): “Kel pensamiento, que es intencional en su propósito,
dirige la energía; por consiguiente, la energía sigue al pensamiento. Donde quiera
que se fije el pensamiento, en ese punto empezará a concentrarse la energía” (p.
21).

Cuando experimentamos negatividad, la energía asociada a esta debilita la


zona del cuerpo que la refleja y la hace vulnerable y susceptible de sufrir daño o
enfermedad. Las enfermedades físicas son, en realidad, una advertencia de que

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 60

tenemos un conflicto de emociones y pensamientos que amenazan la


sobrevivencia, por lo que se convierten en tremendos desafíos y oportunidades de
crecimiento; son mensajes a los que debemos prestar atención, para corregir el
camino e intentar regresar a nuestro centro. Será muy importante hacernos
preguntas: ¿Algo cambió recientemente? ¿Hubo alguna desgracia inesperada?
¿Hay acumulación de ira o de frustración? Lo que sea que fuese, lejano o
cercano, se debe trabajar aquí y ahora.

Cada uno de nosotros, en nuestro cuerpo, poseemos cualidades internas,


cualidades del core, de plasticidad, transformación, recuperación, flexibilidad y
belleza; sólo necesitamos convencernos de que la sanación está en nuestro
interior, que la salud es posible. En Core Energética, como en toda psicoterapia
corporal, sabemos que necesitamos aceptar la situación en la que estamos, liberar
nuestros bloqueos físicos y mentales, abrir espacio para la liberación emocional,
para la toma de conciencia, y recuperar la libre circulación de nuestra energía,
decir sí a la vida que se nos ha dado. Se trata de cuidar nuestro cuerpo, nuestros
pensamientos, y atrevernos a tener fe en el poder de sanación que hay dentro de
nosotros.

Debemos, pues, reconocer que no estamos en nuestro cuerpo físico;


nuestro cuerpo físico es nosotros; por lo tanto, la base de nuestro trabajo es lo
más denso: nuestro cuerpo. Es preciso para ello:

• Analizar lo que sí se recibió de los padres, del ambiente.


• Reconocer lo que no se recibió. Las carencias, las heridas y la respectiva
resistencia, no consciente, a resolverlas.
• En su conjunto, visualizar la contrapartida corporal del carácter que
desarrollamos.
• Permitir la expresión de lo reprimido, de lo misterioso y natural del ser
respirando, movilizando, tocando, masajeando, en posturas de stress, en
un espacio seguro de liberación, integración, experimentación y
descubrimiento, dando límites y contención amorosa.
• A partir del conocimiento de que somos una unidad psicosomática y
espiritual, traducir lo que el cuerpo, en sus formas, movimientos, posturas,
sonidos, colores, energía, síntomas agudos o crónicos, nos dice de sí
mismo físicamente y de lo que hay en nuestra mente y lo que ocurre con
nuestras emociones y nuestro espíritu. Observar que cuando decimos sí a
la vida, nuestro cuerpo luce vibrante, cálido, con buen color, flexible, con
brillo, presente, despierto.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 61

3.2 Emociones
Los sentimientos negativos son los que provocan más problemas en nuestra
existencia. La energía y la conciencia, asociadas y apegadas a dichos
sentimientos, poseen una naturaleza opuesta a la vida. Empeoramos las cosas
manteniendo esa energía-conciencia inmóvil, al no permitir el flujo de nuestras
emociones negativas –patrón que aprendimos de pequeños-. Esto rebaja la
frecuencia vibratoria a una vibración inferior a la que sostiene la salud, provocando
un estancamiento de energía en los primeros niveles áuricos, bloqueando más
tarde el flujo de energía vital del cuerpo físico.

Lo que generalmente hacemos al inmovilizar, reprimir o negar estas


energías negativas, es transferir parte de su energía-conciencia al nivel de la
mente, convirtiéndolos en autocrítica, que contribuye a detener más los
sentimientos. La energía en movimientos cargará y brindará conciencia y una
experiencia emocional que permitirá a la persona profundizar más en sí misma,
llegar a la raíz del problema y finalmente, a la esencia del ser. Es necesario incitar
y apoyar a expresar los sentimientos, pues son necesarios, ya que el sentir
disuelve lo estancado. El hecho de fluir energéticamente recarga el campo de
energía saludable.

Si vivimos experiencias de hostilidad durante las etapas primarias de


desarrollo, nos contraemos como mecanismo de protección. La motilidad natural
de una criatura puede ser una de las primeras expresiones afectadas, y con ello
su emocionalidad y sensibilidad, pues al empezar a inhibir y cancelar emociones,
como el llanto (asociado al dolor), el enojo o la tristeza (asociado a la frustración),
se inhibe la conciencia del miedo y el placer. Cuando perdemos la conexión con
nuestras emociones o sentimientos, con nuestra sensibilidad, perdemos la brújula
que nos guía, con mayor efectividad, por el camino de la vida, la cual, sin
emociones ni afectos, es una existencia más bien muerta, carente de sensibilidad
en las relaciones humanas.

La expresión emocional devuelve al cuerpo y al campo de energía su


estado natural, experimentando las vibraciones sutiles de la aceptación del amor:

Las emociones son uno mismo, nuestra energía básica y las motivadoras de
nuestra conducta. Los sentimientos estimulan el movimiento corporal, las
emociones tienen componentes musculares. Cuando se permite el proceso
natural, la experiencia interna y la emoción ocurre y moviliza los músculos, lo que
lleva es a una conducta observable. Ese movimiento se vuelve parte de la
experiencia de otros y conduce a tomar elementos del mundo (Baumgardner,
1982, p. 41).

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 62

Desde pequeños llegamos a diversas conclusiones, como la de que


debemos esforzarnos por ser “perfectos”, “muy buenos” o “razonables” para
obtener amor. Este esfuerzo se enfocó en mostrar una imagen ideal para merecer
amor. Al tomar conciencia de ello, es inevitable sentir dolor de tanto esfuerzo
realizado para “comprar amor”, mientras internamente se sentía no merecerlo,
anhelando obtenerlo sin tener que hacer nada en especial. Hay dolor no sólo por
lo que otros nos hicieron, sino por lo que nos hemos hecho a nosotros mismos,
tratándonos cruelmente, con la exigencia de ser lo que no somos y en criticarnos
por no lograrlo.

Crecer significa aceptarnos, permitir la expresión de lo que realmente


somos y sentimos, crecer significa aceptar nuestro niño (a) interno (a) y abrir el
camino para que este exprese sus emociones, sus sentimientos, su vitalidad, su
capacidad de asombro y su alegría de vivir. Implica llevarlo de la mano por el
camino del principio de realidad: importa él, ella e importan los demás, importa el
mundo en que vive.

Respecto a las emociones, el guía Eyoan nos propone:

Dejad que el miedo sea vuestro aliado. El miedo tiene mucho que enseñaros. El
miedo es la experiencia de estar desconectado de quiénes sois en realidad; es lo
contrario del amorK “tengo miedo” se convierte en “siento miedo”. Esos
sentimientos se basan en un gran número de supuestos de lo que podría ocurrir.
La mayor parte del miedo no procede de lo que ocurre ahora. Así pues, cuando
vosotros tenéis miedo no estáis en la realidad. Si sois capaces de permanecer en
el momento presente, el miedo no os encontrará (citado en Brennan, 1994, p.69).

Tres emociones primarias:

• Rabia. Fluye a los músculos (nos defiende).


• Miedo. Fluye a los órganos internos (nos avisa).
• Placer. Fluye a la piel (nos relaja).

3.3 Mente
A medida que vamos creciendo, nuestra psique se va desarrollando. Las
experiencias vividas, que son lo que vamos mirando y escuchando, así como la
demandas de quienes nos dicen cómo debemos de ser, van configurando nuestro
pensamiento, nuestras creencias acerca de nosotros mismos, del mundo, de
nuestra relación con él, de lo que merecemos o no merecemos, de lo que

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 63

debemos ser, hacer, de lo que debemos o podemos recibir y dar, de qué aspectos
vitales podemos a manifestar y cuáles no.

La psique, en su aspecto consciente, representa, en mayor medida, lo que


debemos de ser, según lo que nos dijeron o lo que concluimos correcta o
distorsionadamente; en su dimensión inconsciente, oculta aspectos rechazados,
que fueron difíciles de asimilar en el momento de vida que sucedió (estamos
hablando de cuando fuimos pequeños), que fueron inaceptables para la
conciencia individual o familiar, como dolor, rabia, miedo, placer en sus diferentes
matices.

Desde entonces, la capacidad inherente de protegernos ante el peligro y la


amenaza levantó defensas mentales y corporales para sobrevivir. El ego, que
estaba creándose, distorsionó su función, y en lugar de ser el mediador entre la
expresión de lo espontáneo y auténtico de nuestro ser, de nuestro instinto, de la
energía natural y el medio ambiente, cede a cancelar mucho de lo interno,
controlando y falseando lo real y tratando de manipular, dominar, complacer el
ambiente, a través de ser lo que el mundo externo quiere que se sea.

Cuando el instinto, lo intuitivo, la sensibilidad, se suprime, se exacerba


entonces el pensamiento. Conclusiones mentales que se hicieron cuando éramos
pequeños pueden seguir dominando nuestra existencia y nuestra relación con el
mundo. Es un ego infantil que ha perdido contacto con las necesidades internas,
necesidades de recepción y necesidades de expresión. En palabras de John
Pierrakos: “Kes ver cómo el niño, que está fabricando su máscara de fingimiento
(parte de su ego), está generalizando todos los sucesos de la vida, desde el punto
de vista infantil” (1990, p. 121).

Esta generalización, que con frecuencia se efectúa muy temprano en la


vida, es hecha y rápidamente enterrada en la mente inconsciente. En cierto modo,
el niño crea impresiones, representaciones mentales o imágenes de situaciones
donde no están permitidos ciertos sentimientos, por lo tanto, estas impresiones o
imágenes enterradas siguen reproduciéndose una y otra vez en la vida adulta.

Hay una compulsión inconsciente por recrear el trauma originado en la


niñez. Se ha formado un ego no sano. Cuando se ha generalizado que el mundo
es hostil, el ego toma un cauce negativo, disminuyéndose, evidenciándose
temeroso o contrafóbico, actuando contra el mundo, desconectándose de la
energía y conciencia del core, así como de los buenos sentimientos, como la
confianza y el amoroso interés por descubrir el mundo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 64

Cuando el ego se alía al ser inferior, a las emociones negativas primarias


de rabia, miedo, deseo de venganza, se fortalecen las defensas y estas dejan
encerrada la fuerza del core y la persona queda más atrapada en la máscara. El
ego idealizado que presentamos al mundo teme la interacción con la fuerza vital,
individual y universal; evitará rendirse a la fuerza de la gravedad, se inflará, pues
teme que la personalidad se derrumbe por lo suelos y sea convertida en nada. En
la entrega sexual, al fluir en el orgasmo pierde su poder controlador y cede a la
voluntad de la energía vital sexual, o de la misma manera, siente que pierde
cuando reabre su corazón al perdón, a la compasión, al amor. El ego se apega a
su individualidad, se separa del todo, perpetúa el aislamiento, la desconfianza y la
lucha, va por el logro por encima de sí mismo y de los otros:

El ego en un estado de salud se convierte en el ojo del core, percibe, sintetiza y


dirige el flujo de energía de y hacia el core. Como servidor del core, el ego se hace
a un lado y permite que toda fuerza del core emerja. Si ignora el core y se
convierte en amo, el ego funciona negativamente, distorsionando en fluir de la
energía (Pierrakos, 1990, p. 107).

Los bloqueos físicos y emocionales tienen qué ver con creencias que son
parte de un ego desconfiado, no sano. Una persona puede pensar que la vida es
injusta, quejarse, pelear, provocando reacciones agresivas, que le servirán para
confirmar sus falsas creencias. Otra persona puede pensar que tiene que
esforzarse mucho para prosperar, pues así es como se mueve el mundo; su
percepción de la realidad está alterada y no recibirá nada fácilmente, ya que su
ego se adapta de forma negativa.

Pierrakos (1990) propone contemplar al ego tan sólo como una partícula de
la gigantesca conciencia del universo de la persona, a menos que se integre con
la gran conciencia. Convirtiéndose en sirviente en vez de amo, el ego perdería su
grandiosidad excelsa, quedando disminuido, sin dar lugar a su ser interno, a sus
necesidades. En ese cambio, se reconoce que no se trata de forzarse a amar,
sino que cuando surja el afecto, el amor, el ego oriente su voluntad hacia acciones
positivas que le beneficien.

Cada estructura de carácter, que se llega a configurar a partir de las


conclusiones y de una dinámica familiar y social, ha desarrollado un ego particular,
una visión estrecha de sí mismo y del mundo, que en un proceso de desarrollo,
sanación y transformación, habrá de ser trascendido hacia una conciencia más
amplia de sí y del mundo material y espiritual. El ego no sano es un paradigma
viejo, caduco, una posición muy controladora sobre la biología, lo instintivo, lo
emocional, lo espiritual.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 65

De este modo, los pensamientos generalizados llevarán siempre a las


mismas experiencias. Pensar diferente lleva a prácticas diferentes. De este modo,
si pensamos positivamente sobre nuestras relaciones, estas irán mejor, pero
dichos pensamientos tienen que ser genuinos. La felicidad comienza por pensar
que la felicidad es posible para nosotros y para los otros. Se requiere de disciplina
para centrarse en el interior, para descubrir y acceder a algo mucho más grande y
profundo dentro y fuera de nosotros. Esto requiere no sólo un trabajo profundo y
sanador de viejos dolores, heridas y creencias, sino también de una reeducación
que nos permita comenzar a pensar con el corazón.

En Core Energética se invita a desarrollar al observador interno y separar


los apegos de la individualidad, se confronta esta parte egoísta y se conduce a
movilizar y trabajar profundamente para recuperar la verdad de nuestro niño (a)
interno (a), de nuestro hombre y mujer, de nuestra sabiduría interna, e integrar en
nuestro saber, cada vez más, lo que fue rechazado, encubierto, excluido de esa
conciencia, descubrir posibilidades donde se creía que nos las había, así como
nuevas y mejores maneras de vivir.

3.4 Voluntad
Cuando hablamos de voluntad, nos referimos a la dirección de nuestras
intenciones, hacia dónde dirigimos nuestras energías y qué pretendemos lograr
con ello. Las intenciones del corazón o intenciones del ego no miran al interior,
pues el ego es voluntarioso, y ha de querer que las cosas se hagan a su manera:
“Que me ame, como yo quiero que me ame, quien yo quiera que me ame, cuando
yo quiera que me ame”. Va por sobre el logro que mantenga en alto la imagen
idealizada de sí mismo. La voluntad del ego usa en exceso las energías
masculinas y tiende a negar las energías femeninas.

En este movimiento voluntarioso están implícitos sentimientos y


pensamientos negativos. Podemos creer o sentir que no lograremos cambiar, pero
nos falta reconocer el apego a la negatividad; esto se llama intencionalidad
negativa, y se traduce en: vivir con miedo, desconfiar del mundo, tener adicción a
drogas, mantener relaciones de violencia, no prosperar, no realizarse, mantenerse
en la queja constante, dominar a otros, ser codependiente, no creer en el amor.

Por lo contrario, la intencionalidad positiva tiene qué ver con la conexión


interna, con los valores esenciales de la vida y la relación armoniosa con los
demás y la naturaleza. Está relacionada con moverse en la vida con la voluntad
del corazón, pues en este caso, el ego está al servicio de la empatía, de la unión,
del bienestar, del fluir de lo espontáneo, verdadero y genuino de nuestro ser.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 66

Obviamente, es una expresión del ser superior, que dirige su movimiento en pro
de la vida, de la búsqueda de los recursos que nutran al organismo, de los afectos
que alegren el alma, de los pensamientos que den entendimiento, significado y
sentido profundo a nuestra existencia, en todas las circunstancias, gratas y no
gratas. En la intencionalidad positiva prevalece la intención de amar, de cultivar
relaciones de amor con otros y todo lo que nos rodea. Cuando nuestra voluntad
emerge del corazón, podemos dar y podemos recibir, entonces es fácil respetar la
ley de mutualidad, ser asertivos y receptivos.

Nuestro trabajo se enfoca en descubrir nuestras negatividades, nuestros


apegos a ella, ver qué podemos cambiar, transformar esas pautas internas y
externas, descubrir que tenemos otros saberes, otros poderes que nos pueden
llevar a la felicidad y a la capacidad de vivir la vida como es.

3.5 Espiritualidad
La espiritualidad es un paso más allá de la individualidad que nos conecta con lo
divino, con lo sagrado, y al mismo tiempo con lo más simple de la vida. Nos
permite descubrir lo más sutil de nuestra existencia, la esencia espiritual que nos
circunda y está en el interior de nosotros:

Kes un viaje hacia los recursos internos del ser humano, que se propone
comprender quiénes somos en el sentido más profundo de nuestra existencia y
descubrir cómo debemos vivir de acuerdo con el ideal más elevado posible. Aquí
también se trata de la unión de la sabiduría con la compasión (Dalai Lama, 2006,
p.243).

La motivación del pequeño ego es la de dominar y distorsionar la verdad, de


crear intencionalidad negativa y de fomentar la división en nuestra percepción, en
nuestras relaciones y experiencias de vida. El camino espiritual conduce a vivir en
la verdad de lo que somos realmente, en la verdad de nuestro potencial y nuestros
dones para enfrentar la vida y hacer algo bueno con ella. El camino espiritual
implica reconocer y cultivar el amor, pero puede ser un camino difícil cuando nos
hemos alejado de nuestro ser interno.

Cuando entablamos conexión, nuestra sensibilidad se abre y podemos


percibir más profundamente otras dimensiones energéticas y la certeza de que
existe el Gran ego, ante el cual no tenemos que ser nada en especial, sólo ser.

El camino espiritual es un camino de amor. El proceso de Core tiene el


propósito de abrir paso al corazón, al perdón, a la reconciliación, a la unificación.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 67

Conclusiones
La Core Energética trabaja de forma sistemática con los cinco niveles de
personalidad del ser humano, que son el cuerpo, las emociones, la mente, la
voluntad y la espiritualidad. Cada nivel representa un espectro del conocimiento
sobre el uso de la energía y la toma de conciencia; el proceso psicoterapéutico
comienza trabajando intensamente con el cuerpo, a partir de ejercicios corporales
y musculares que ayudan a poner en evidencia la estructura de carácter o sistema
de defensa.

Al trabajar con el cuerpo, las emociones reprimidas saldrán a la superficie,


haciendo manifiestas las distorsiones mentales que las sostienen y que han
reforzado la estructura defensiva. Es importante reflexionar sobre la forma de
pensar, sentir y actuar, pues con ello se podrá conocer la capacidad de elección,
es decir, por lo que el individuo está optando y si sus decisiones tienen qué ver
con la voluntad de su ego o con la voluntad de su corazón.

En este sentido, es importante destacar que para la Core Energética es de


suma importancia reconciliar a la persona con lo supremo, con lo espiritual, con lo
divino, pues de esta manera logrará sentir su trascendencia y podrá hallar el
sentido y misión de su vida.

Resumen
Las cinco dimensiones de la personalidad que nos plantea la Core Energética
permiten llegar a una comprensión más amplia de todo lo que interactúa en cada
individuo, y que hace que cada persona sea única e irrepetible. Mente, cuerpo,
emociones, alma y voluntad se conjugan e interrelacionan para conformar la
identidad total del ser humano. No sólo somos cuerpo, no sólo somos mente, no
sólo somos espíritu: somos un todo que se armoniza y que nos sirve de vehículo
para manifestarnos como alguien que siente, anhela, sueña y ama.

El cuerpo es nuestra morada, nuestro lugar personal, nuestro espacio


terreno. Gracias a él podemos ser vistos, reconocidos, sentidos, tocados y
percibidos. Nos permite materializarnos y con ello gozar de dichas y placeres,
pero también de dolencias e incomodidades. A través de él tenemos un límite o
frontera de contacto, mientras que a la vez, puede hacernos experimentar la total
fusión con otros seres humanos y con el universo. Es un templo sagrado donde se
acumulan las experiencias de vida, los aprendizajes, las enseñanzas, las
fortalezas, así como las debilidades, las flaquezas y las carencias. Es un archivo
histórico de todo lo que nos ha sucedido a lo largo de nuestra vida.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 68

Las emociones, tanto positivas como negativas, dan vida y vitalidad al


cuerpo. Sólo quien ha muerto deja de experimentar las tremendas corrientes
energéticas que acarrean las emociones, y aunque hagamos muchos esfuerzos
por no experimentarlas, sin ellas nuestras vidas carecerían de sentido, armonía y
vivacidad; nos volveríamos acartonados, tiesos, secos, inamovibles e inaccesibles.
Sólo cuando recuperamos el río de las emociones y nos confiamos a ellas, la vida
puede tomar un nuevo curso, una nueva esperanza, una nueva fe, una nueva
sabiduría.

Al dejarnos llevar sólo por lo que creemos que es ”lo correcto”, nuestra
conciencia queda muy reducida, y con ello la capacidad de deleite y placer en
nuestra vida. La mente, que tiene como aliado al ego, tiene una función esencial:
discriminar; puede decir: “esto en negro”, “esto es blanco”. Sin embargo, cuando
se emplea para afirmar que una categoría es mejor que la otra, se hace un mal
uso de ella y de su función divina.

En todas las creencias que se van construyendo a lo largo de la vida se han


realizado distorsiones, las cuales han surgido de las limitaciones de la conciencia
infantil del niño (a) que fuimos y que siguen, en el momento presente,
queriéndonos explicar, con argumentos viejos, el por qué de los acontecimientos o
sucesos de nuestras vidas. Entonces intentamos explicar de una forma lineal la
consecuencia de nuestros actos, perdiendo la visión holística de que somos una
entidad psicosocial, emocional y espiritual. Es la mente quien tiende a separar, a
calificar, a desunir; utilizarla para su fin divino: comprender, conciliar, unificar,
integrar, es la mejor forma de sacarle provecho.

Al mantener como aliada a la mente, se favorece la sabiduría del cuerpo y


la fuerza de las emociones. El ego aprenderá a fortalecerse para dirigir el actuar
hacia conductas llenas de sensibilidad e inteligencia, a despertar la voluntad del
corazón, que no desea actividades egocéntricas y fatuas, es aprender a dirigir la
energía hacia comportamientos más perceptivos, cálidos, intuitivos y espirituales.
Todo este proceso y camino se emprende con el fin de abandonar el egocentrismo
y recordar lo esencial del ser espiritual, que es nada, pero a la vez es todo. Es
recordar que así como somos, está bien, que no hay a quién demostrarle nada y
que no se tiene que aparentar nada. No se tiene que ser ni el mejor, ni el peor; ni
el más exitoso ni el más fracasado, ni el más bueno ni el más malo; simplemente
hay que ser, estar.

A nivel espiritual, nadie ni nada podrá herirnos y tampoco se tendrá deseos


de dañar. Se sabrá, con plena conciencia, que la vida nos sostiene, que
simplemente se tiene que estar, vivir y respirar. Se sentirá que el universo está
satisfecho con uno, porque se es parte de su creación, y que se está hecho de

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 69

cierta manera, porque así es como se necesita, pues todo corresponde a un plano
superior y divino.

Cuestionario
1. ¿A que se refieren los niveles de la personalidad según la Core-Energética?

2. ¿Qué implica hacer un trabajo sistemático y por niveles?

3. Explica por qué se dice que somos una entidad psicosomática.

4. ¿Por qué es importante trabajar con las emociones negativas?

5. Explica cómo las creencias distorsionadas afectan la forma de conducirse o


comportarse.

6. Describe cuándo un ego es sano y cuándo no.

7. Enlista ejemplos de cómo y cuando actúa la voluntad del corazón.

8. ¿Qué tiene que sucederle al ego para poder acceder a lo espiritual?

9. ¿Qué sucede cuando una persona reconecta su saber espiritual?

Ejercicios reflexivos
Toma un tiempo para considerar: ¿En qué momentos sientes más presente tu
cuerpo? ¿Qué sensaciones puedes experimentar con claridad en tu cuerpo?
¿Puedes notar temperaturas, vibraciones o espasmos? ¿Hay partes de tu cuerpo
que no puedes percibir o que necesitas tocar para reconocer que ahí están?

Elabora una lista de cuáles son las emociones que más frecuentemente
experimentas en tu vida diaria. Menciona qué tipo de emociones rechazas,
desapruebas o niegas en ti. ¿Has podido establecer una relación o conexión entre
los mensajes de tu cuerpo y sus estados emocionales?

Reflexiona cuáles son tus creencias sobre el mundo, sobre la humanidad,


sobre los hombres, sobre las mujeres, sobre la naturaleza y sobre Dios.

Analiza cómo afectan estas creencias la forma en que te relacionas con los
demás, como usas tus emociones para recrear estas ideas y cómo terminas
actuando conforme a ellas, sin darte un espacio para pensar diferente.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 70

Desarrolla al observador interno y desde fuera, permítete hacer un análisis


de: ¿Cuántas cosas eliges desde tu ego inflado, para demostrar algo tuyo y
cuántas cosas haces desde tu corazón? ¿Cuántas cosas haces porque te
conviene y cuántas por impulso natural? ¿Cuántas veces tus deseos de unión,
cercanía y reconciliación, son detenidos por tu ego negativo que dice: “no voy a
perdonar”?

Permítete respirar hondo y profundo, adopta una postura cómoda y desde


ahí, con los ojos cerrados, imagina a Dios ¿Qué imagen te viene? ¿Es un Dios
amoroso, dulce y comprensivo? ¿Es un Dios duro, castigador e injusto? Si
puedes, dibuja esa imagen. Después analiza cómo, dependiendo de la imagen
que de él tienes, existe una correspondencia con tus creencias y forma de actuar
en el mundo.

Dinámicas corpo-energéticas
Retoma las frases más comunes con que te
críticas o recriminas, tales como: “No
debería haberK” o “Debería haber
hechoK.”

De pie, mueve tu cuerpo


enérgicamente, abre tu boca y garganta y
expresa algunos sonidos. Ahora, intenta
expresar el sentimiento que está debajo de
esas expresiones como “estoy enojado”, “te
odio”. Estás movilizando sentimientos
estancados, al permitirlos, estos
inevitablemente te llevarán a decir “me
duele”; permite que fluya tu dolor y tus
lágrimas. Estás haciendo una limpieza que
te llevará a sentir cuánto amor necesitas; termina abrazándote en un acto
amoroso. Prueba a decir: “me quiero”. No es necesario que lo digas, ya lo estás
sintiendo.

Sugerencias para el facilitador


Se recomienda que se inicie con un trabajo de arraigo corporal, de suave y lento a
intenso y fuerte, con el fin de ayudar a distinguir los beneficios particulares de
cada estilo de movimiento. Al trabajar físicamente, pedir a sus alumnos que vayan

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 71

expresando en voz alta todas aquellas ideas que les vengan a la mente, para así ir
escuchando las falsas creencias, distorsiones, negaciones o ideas locas, que el
facilitador pondrá a trabajar corporalmente para ajustarlas con el principio de
realidad, verdad y sabiduría. Durante todo el trabajo psicoterapéutico, el facilitador
deberá incluir la conciencia de todos los niveles de la personalidad y ayudará de
forma compasiva y comprensiva a sus alumnos a identificarlos.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 72

Bibliografía
Reich, E. (1999). Bioenergética suave. España: Abraxas.

Shapiro, D. (1991). Cuerpo-mente: la conexión curativa. España: Robin Book.

Baumgardner, P. (1982). Terapia Gestalt. México: Pax.

Brennan, B. A. (1994). Hágase la luz. México: Roca.

Dalai Lama. (2006). El universo en un solo átomo. México: Grijalbo.

Pierrakos, J. (1990). Core Energetics. U.S.A: Life Rhythm Publication.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 73

4. Niveles de conciencia
Introducción
El fundamento teórico de los niveles de conciencia de la Core Energética nos
ofrece una guía para comprender desde qué perspectiva se relacionan los seres
humanos con ellos mismos, con el mundo físico y el mundo espiritual, con la
naturaleza y con el cosmos, y al mismo tiempo establecer las consecuencia o
efectos de vivir desde esa conciencia. Los niveles de conciencia son tres: la
máscara, el ser inferior y el ser superior, que en su centro pulsa el corazón del
mismo Core, mencionados de afuera hacia adentro. La conciencia de la periferia
puede estar muy enfocada al exterior y poco conectada con el interior.

La conciencia del ser inferior, como energía reprimida, se ha distorsionado;


tiene que ver con lo rechazado, oculto, sentimientos, emociones, conductas
grotescas y dañinas. Conserva una conexión con el centro interior, impidiéndole
salir, y una conexión con la conciencia externa, que puede usar a su conveniencia
para ocultarse. El ser superior recibe directamente impulsos de vida del core y se
manifiesta como lo bueno y positivo que tiene la persona, es una expresión
espiritual, amorosa de la vida. Se habla y se escribe de ellas como si tuvieran vida
propia, pero no es así, son maneras en que una persona piensa, siente y actúa.

Será necesario desarrollar a un observador interno que apoye nuestro


proceso psicológico y espiritual y que nos permita reconocer nuestra falsedad y
negatividad, para su transformación, que permita la salida de los rayos de nuestro
ser superior, de valores humanos y espirituales que velen por la paz y el bienestar
de todos.

Objetivo general
Que el estudiante obtenga, a través de este mapa de la conciencia, los elementos
teóricos y la guía para lo vivencial y terapéutico, los cuales le permitirán reconocer
y trabajar su falsedad y negatividad, para lograr asumir su belleza y poder interior.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

4.1 Discrimine correctamente y trabaje el efecto de su máscara en su vida diaria.

4.2 Reconozca su ser inferior a nivel mental, emocional y vivencial.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 74

4.3 Redescubra y vivencie el potencial de sanación, realización y trascendencia


que vive dentro de sí mismo, en su ser superior.

4.4 Aprenda las formas de trabajo del método terapéutico Core, para poder
acompañar a otros en su proceso de autoconocimiento, sanación y
transformación.

Mapa conceptual

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 75

4.1 Máscara
Es la periferia de nuestro ser, la cara que generalmente mostramos al mundo, que
esconde aspectos positivos y negativos, conscientes e inconscientes de nuestra
personalidad, de nuestra psique y cuerpo. Es nuestro ser falso, exageración de lo
que alguna vez fue natural y se perpetuó en sonrisas, gestos, actitudes,
pensamientos, conductas caducas ante situaciones nuevas de la vida, que
sabotean las expresiones auténticas y frescas de nuestro ser real, y que se va
conformando desde que somos pequeños:

El niño o niña vulnerable se siente herida por agresiones directas o indirectas por
el ambiente conflictivo en el que vive, se siente herido en su autoestima y si intenta
rebelarse es rechazado. Concluye, distorsionadamente, que hay alguna falla en él
o ella y, así, para evitar vivir el dolor y el rechazo busca una pseudo-solución, se
construye una imagen ideal, perfecta de sí mismo, una manera de ser que le
brinde una pseudo-confianza y pseudo-autoestima que presenta ante los demás
(Pierrakos, 1990, p. 83).

A través de esta pseudo-solución, el individuo se niega a ver sus fallas, sus


errores y su simple humanidad, además de que vive con el miedo de que ésta
emerja y sea descubierta. Esta situación generalmente tiene qué ver con la
máscara de la familia ante el mundo; la máscara individual es un movimiento
colusivo: no ver, no atender, no integrar todo aquello que por generaciones ha sido
rechazado en el sistema familiar.

Con la máscara que va desarrollando el niño (a) cree que no será lastimado
y podrá ganar aceptación, aprobación y amor. Su energía estará enfocada a no
cometer errores, a evitar a toda costa las expresiones espontáneas; puede
actuarlas, pero no sentirlas. Su objetivo es estar en control, ser perfecto, pues
cree que sólo así puede evitar el sufrimiento, ese que vivió en algún momento o
que percibió a su alrededor: “El miedo al dolor crea un problema básico. El método
más importante al cual recurre la gente en la falsa creencia de que podrá evitar la
infelicidad, el dolor e incluso la muerte, es la creación de una imagen idealizada de
uno mismo” (Pierrakos,1990; p. 43).

Se ha necesitado escuchar las demandas verbales y no verbales de los


padres para ser y no ser de una manera; ver una realidad desagradable, que
decepciona y se rechaza; sufrir el dolor de no ser aceptado a pesar de la
necesidad que se tiene de ello; concluir tempranamente que como se es, no es
bueno y ser influenciado por el medio social para ir construyendo una imagen
“perfecta”, ideal e inconsciente, que supere la realidad interna y logre la felicidad,
el amor, la aprobación de ser; hay un “deber ser” introyectado y asumido.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 76

Los sentimientos, emociones, impulsos naturales, pensamientos y


necesidades reales, son negados, excluidos, reprimidos en la psique y en el
cuerpo. El pequeño yo va adaptándose a lo que cree que es conveniente para
salvarse, para no sufrir; ya sea agradando o coludiéndose con la máscara familiar
y social. De ese momento en adelante, la energía y conciencia -ya distorsionadas-
van tomando forma corporal. Los músculos son forzados a reprimir, contener y
ofrecer una cierta apariencia. Las tensiones frenan los impulsos y someten a los
huesos a crear una estructura que presente una imagen de lo que no se es.

La necesidad real ya no es percibida, se superponen las necesidades falsas


de la máscara de impresionar a los demás, de ser especial, de reconocimiento, de
éxito, de aprobación y de ser glorioso, con las necesidades adquiridas y
compradas a la sociedad que nos rige y que nos promete gloria, placer y felicidad.
La imagen idealizada nos exige con tiranía alcanzar esas metas; las cuales, con
esfuerzo, es posible que se consigan, lo que no podría conseguirse es la
satisfacción y la paz real. ¿Por qué? Porque no se están satisfaciendo las
necesidades verdaderas.

Al vivir en la máscara, lo hacemos predominantemente en un plano dualista:


somos de una manera, pero no somos lo otro. Vivimos en un polo de la existencia,
el polo que reconocemos apropiado para evitar el sufrimiento y el dolor; así nos
aferramos o apegamos a esa imagen que tenemos de nosotros y del mundo. A
partir de ello, creamos nuestros propios valores, los que son sintónicos con
nuestro ego, nuestra imagen y nuestra personalidad. De este modo, excluimos
todo lo que no sea afín, lo diferente se convierte en nuestro enemigo, motivo por el
cual viviremos en un conflicto interno, donde corrientes forzantes tironean
constantemente.

Las defensas nos protegen de tomar conciencia del conflicto, de modo que
vivimos entumecidos, anestesiados. Por ejemplo, la persona que dice: “Mi forma
de ser es la mejor”, necesita que así sea; de otra manera, se derrumbaría su torre
existencial. Y por supuesto que la vida, como es, confrontará nuestras máscaras.
Aparecerán personas que no caerán seducidas, que no permitirán que las
controlemos, las que nos negarán su aprobación. El resultado será un berrinche
fenomenal, trataremos de exigir, los criticaremos o los ignoraremos, los
responsabilizaremos de nuestro sufrimiento.

La máscara que empleamos es nuestra identidad, que depende


absolutamente de los demás, su sentido de vida es lograr que los otros le den lo
que necesita. Y dependemos de ellos porque estamos separados de nuestra
esencia, que nos da el real y profundo sentido de existir.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 77

Cada vez más, las personas que llegan a consulta, por el problema que
sea, invocan la frase: “Quiero ser yo mismo”; esto es porque intuyen, saben que
hay algo, alguien más adentro. Dentro de esa máquina hay un ser vivo, que
anhela emerger. Y por supuesto que lo hemos visto, con aspectos luminosos y
también oscuros, que cuando se asoman asustan, y cuando se dejan ver, liberan
parte de la verdad del ser. Sí, porque ocultamos aquello que consideramos
indeseable para nuestro egocentrismo. Asimismo, la máscara:

Oculta a nuestra conciencia, la sombra no forma parte de la imagen de nosotros


mismos. Pero, aunque parezca irrumpir de la nada – evidenciamos un abanico de
conductas que van desde los chistes groseros hasta la agresividad abiertamente
destructiva- su presencia nos recuerda a un visitante inesperado cuya visión nos
avergüenza y nos llena de humillación (Zweig, 1999; p. 15).

La ansiedad, el miedo, la vergüenza, son señales de que está funcionando


nuestra imagen idealizada. Mostrándonos desde la máscara, somos repetitivos,
creamos hábitos, somos compulsivos. La máscara es lo predecible, el ser
condicionado que se resiste a ir a su interior y conocer al desconocido que es y
espera por él. El ego no quiere perder el control ante la verdad interior. Puede
servir más a la negatividad que ha estado encubriendo. En nuestras relaciones
vivimos siendo lo que no somos, dando lo que no tenemos a quien no es y no se
lo merece, lo que damos y recibimos es tan poco auténtico y real, tan falso, que no
es posible gozar de una profunda satisfacción en nuestros encuentros humanos,
detrás hay miedo de ser lo que realmente somos.

Por lo general, las personas se sienten insatisfechas, frustradas, enojadas,


estresadas, cansadas sin saber por qué. Y es que se agota la energía de tanto
aparentar, tratando de vivir en control, de controlar, de agradar, de ganar,
impresionar, seducir, manipular; queda poco vigor para ser. Es común desde
nuestra máscara acusar, culpar a otros o al exterior por nuestra insatisfacción, que
se manifiesta en frases como: “me exigen demasiado”, “no me dejan ser”, “me
critican”, “no me apoyan”.

John Pierrakos (1986) enfatiza que aunque la máscara puede distorsionar


de forma tanto positiva como negativa, con frecuencia incorpora más fácilmente lo
negativo que lo positivo. Hay muchas razones para esto. Una es que los
movimientos del core son mucho más intensos; su energía tiene el ritmo pulsatorio
más alto del organismo. Por lo tanto, la persona percibe que las emociones del ser
superior son mucho más amenazantes que las del ser inferior.

Al vivir desde la máscara nos negamos a enfrentar la realidad tal como es.
A través de una imagen idealizada pretendemos perpetuar la vida en el principio
del placer, con la fuerza del ser inferior, tratamos de forzar a la vida a que nos dé

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 78

lo que queremos. Esta imagen (máscara) ha sido una adaptación que de


momento salvó la situación, pero que en otro, se convertirá en una prisión. La
publicidad, la mercadotecnia, nos incitan constantemente a alimentar la vanidad
de nuestras máscaras y a la enajenación de nuestro verdadero ser.

En realidad, nuestras máscaras son exageraciones de nuestras cualidades


divinas de amor, de poder y serenidad. Las lecturas del Pathwork nos ofrecen esta
tipología, que nos sirve en el proceso de la Core Energética. Pierrakos (1990)
señala que, desde la máscara, no se quiere escuchar al amor ni a la verdad del
core, y se mantiene el ser superior encadenado en su calabozo, como si fuese un
dictador que teme que su régimen sea derribado por esta fuerza unificadora; el
dictador puede escuchar a su prisionero rogando por ser liberado, o quizá las
paredes del calabozo sean tan gruesas, que la voz del core no le llegan, y puede
fingir a sí mismo y al mundo que ahí no hay nadie.

La armadura aparece originalmente en respuesta a eventos externos, pero


en la edad adulta, éstos ya no configuran nuestras vidas, y aceptamos nuestras
propias percepciones sin ninguna base real. La capacidad de arriesgarse está
contenida, o simplemente la persona es incapaz de concebir alguna otra forma de
reaccionar, entonces selecciona sus acciones equivocadamente. Necesitamos,
por tanto, reconocer que no somos víctimas de nadie, aunque invertimos gran
cantidad de energía en sostener esta convicción. Nos victimizamos a nosotros
mismos, mantenemos prisionero a nuestro propio core y nos aferramos
desesperadamente a esa idea.

Desde la conciencia estrecha que da la imagen idealizada o máscara, nos


resistimos al cambio, preferimos lo conocido. Jung (1984) señala que la conciencia
de un individuo se resiste a todo lo inconsciente y desconocido: “El hombre
civilizado reacciona ante las ideas nuevas, levantando barreras psicológicas para
protegerse de la conmoción que le produce enfrentarse a algo nuevo” (p. 27).

Por su parte, Susan Thesenga (1994) describe tres tipos de máscaras:

a) La máscara del amor. A través de ella intentamos obtener amor


aparentando ser amorosos, forzando a los demás a satisfacer nuestras
necesidades de amor, aprobación, seguridad y autoestima. Con esta máscara, la
persona cree que siendo débil, desamparada o sumisa, más de lo que en realidad
es, se logrará lo que quiere.

b) La máscara del poder. Es un intento por controlar la vida y a los demás.


La seguridad y la autoestima dependen de ser el ganador en todas las situaciones,
negando las necesidades y debilidades humanas. Se idealiza el poder, se rechaza
el amor y el contacto. La vida se traduce en una lucha por alcanzar el dominio y

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 79

escapar de la vulnerabilidad de la infancia. Se basa en la apariencia de ser


completamente competentes, agresivos, controladores, independientes, pero
incapaces de relajarse, de aceptarse y de aceptar a la vida tal cual es.

c) La máscara de la serenidad. Es la apariencia de ser absolutamente


serenos. Con ella se trata de escapar a las dificultades y a la vulnerabilidad de la
vida. Esta máscara se escoge cuando no funcionaron ni la del “amor” ni la del
“poder”. La distorsión de la serenidad es el retraimiento, la indiferencia, evasión de
la vida, falta de compromiso; es un cínico y falso desapego espiritual que trata de
ocultar que, en el fondo, el individuo se siente desgarrado e inseguro. Ni el amor
ni la autoafirmación están a su disposición, por lo que busca retirarse por encima
de su tormenta interior. Cree que los problemas desaparecerán si los niega.

En general todas las personas, de acuerdo a nuestra circunstancia de vida,


hemos desarrollado una de las tres máscaras como protección. Asimismo, en un
individuo puede haber una combinación de las tres, lo que, generalmente, le crea
más confusión: se somete, se vuelve dependiente, tranquilizador y negador de sí
mismo, con la esperanza de garantizar y comprar amor. Suprime el resentimiento
y la amargura. Esconde sus imperfecciones originales y sus fuerzas.

Claudio Naranjo (2004) analiza los falsos amores y cómo estos representan
una interferencia para el amor verdadero, pues constituyen una malversación de
la energía psíquica, comparable al fenómeno que ocurre en la nutrición y la
energía biológica: el de un organismo alimenta a un parásito, pues el que “ama”
sólo a costa de permanecer ciego a su autoengaño, perpetúa su propia mentira y
su inconsciencia, que son obstáculos para que goce una vida amorosa auténtica.

Si a través de la máscara se busca el triunfo, se está condenado al fracaso,


pues es falsa. Podríamos obtener muchos bienes materiales, reconocimientos,
que serían compensaciones a la “falla” de no haber sido perfectos y no haber
obtenido lo que necesitábamos de pequeños.

Vivir en la máscara es vivir en el efecto, pues es el resultado de las


experiencias penosas que se tuvieron en el pasado. Su base prejuiciosa es: “Si
muestro mis sentimientos me van a lastimar”, “si muestro mi poder me van a
aniquilar”, “si digo lo que pienso se burlarán de mí”. Nuestra imagen ideal está
también enfocada al futuro: “si logro tener éxito mi padre me amará”, “si soy
amable me van tratar bien”, “si comprendo lo que pasa estaré tranquilo”. Todo en
términos de totalidad; la vida, los otros tienen que darme esto, al cien. Y qué
terrible ansiedad si no estoy teniendo éxito, si hoy no quiero ser amable, si no
entiendo lo que pasa. Están de por medio expectativas muy elevadas,
perfeccionistas, imposibles de llenar.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 80

Para salir de esta situación necesitamos ir a las causas, sanar las heridas
del pasado, enfrentar nuestro ser inferior, permitirnos sentir el dolor y aceptarlo, no
aferrarnos a obtener a cualquier precio todo lo que deseamos, reconocer que la
vida tiene un 50/50 de dolor y de placer, de felicidad y de infelicidad, que morimos
a cada momento en lo que hemos sido y que renacemos en el siguiente instante.

Cuando la imagen idealizada se activa, nos exige perfección,


reaccionamos con vergüenza, culpa, enojo, tristeza, confusión. Debemos darnos
cuenta de la prisión y tortura que representa nuestro perfeccionismo: “Una
sensación de fracaso, de frustración o de compulsión, así como de culpa y
vergüenza, son los indicadores más sobresalientes de que su ser idealizado está
trabajando. Estas emociones de todas las que yacen escondidas, son las que se
sienten conscientemente” (Pathwork. Conferencia no. 83).

Las vibraciones energéticas, producto de vivir con máscaras, oscurecen la


luz, son más indirectas y difíciles de detectar, se manifiestan en medias verdades
o verdades aparentes, que suenan bien, pero que evidencian que algo anda mal,
son dobles mensajes, una verdad pervertida que no da real seguridad.

La curación consiste en apartar el velo entre nuestra personalidad y nuestro


núcleo divino interno; entre quiénes creemos que somos y quiénes somos en
realidad, entre la vida y la muerte. La persona mejora a través de ampliar su
conciencia de quién es, no importa si muere o no.

Por supuesto que en esta dimensión terrenal y humana es imposible no


crear máscaras, pero lo que sí es posible es reconocer que las usamos, desde
cuándo y para qué, tomar conciencia de con qué hemos estado identificados, en la
creencia de que sólo somos aquello que se asoma desde nuestra apariencia
externa. Es importante disolverlas a través de la aceptación, movilizarlas y permitir
desvelar la expresión de lo que ocultan, y a través de ello, transitar en un camino
de constante autodescubrimiento y evolución.

4.2 Ser Inferior


A través del tiempo hemos escondido sentimientos, emociones, pensamientos y
acciones negativas: odio, rencor, crueldad, celos, egoísmo, envidia, miedo,
desprecio, arrogancia, sadismo, lujuria, ira, ambición, codicia, culpa, venganza,
deseos de dañar a otros. Tratamos de ocultarlos no sólo de los demás, sino de
nosotros mismos, para ello nos enfrascamos en presentar una fachada totalmente
opuesta a estos sentimientos. Nos engañamos y engañamos a los demás. Lo que
ponemos a la sombra de la máscara es una parte de nuestra verdad.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 81

Cuando entramos a esta fase del trabajo, estamos levantando la cortina de


nuestras defensas y descubriendo la verdadera gran resistencia de ir hacia la vida,
de recibir el amor. Desde este nivel, que es mucho más inconsciente, vivimos en
soledad, separados de la fuente de nuestro ser y separados del mundo. En la
negación del amor, no confiamos en nadie ni en nada, sólo nos crecemos en
nuestra negatividad como una manera de tener poder sobre todo lo demás.

La sustancia del ser inferior (o nuestra negatividad) es la misma de nuestro


core o nuestro ser, pero profundamente distorsionada, es todo lo que fuimos
reprimiendo. Nos sentimos heridos y prometimos que nadie volvería a hacerlo. Es
una promesa tan antigua que la hemos olvidado. ¿Qué juramento pudimos
habernos hecho? Que nadie volvería a abandonarnos y ahora abandonamos a los
demás o los torturamos con sentimientos de culpa. Que nadie volvería a burlarse
de nosotros, y nos convertimos en seres que se dedican a aplastar a los otros.
Prometimos que nadie nos subestimaría y nos hemos preparado intelectualmente
para ofender a los demás con nuestros conocimientos. Que nadie nos insultaría
nunca más y entonces ahora ignoramos, castigamos con desprecio: “No me
escucharon cuando los necesitaba, ahora nunca van a saber nada de mí. No
comprendiste mi dolor, ahora no me conmuevo con nadie, porque nadie lo hizo
conmigo” (Molina, 2007).

Y ¿qué observamos? que actuamos esta negatividad no sólo con quien nos
lastimó, sino con otros, principalmente con los que están más cerca de nosotros.
Vivimos detrás de la máscara defendiéndonos, desconfiando en la vida y de los
demás, en una resistencia a aceptar el mundo espiritual, empeñados en no creer
que existe realmente algo bueno en el interior.

Por medio de las máscaras podemos evitar complicaciones con el ambiente


que nos rodea. Cuántas personas hay que van a la iglesia, hacen oración y
colaboran con acciones humanitarias tratando de creer en lo que escuchan, pero
en el fondo, hay dolor y desesperación en su alma porque no logran sentir a Dios.
Más aún, no logran creer que Dios pueda existir realmente; su cabeza gira y gira
en racionalizaciones que no les llevan a nada, porque siempre terminan en el
mismo lugar, sintiéndose solos en su humanidad; quieren ser buenos pero en el
fondo sienten que no lo son.

Y es que muchos no han intentado preguntarse quiénes creen que son.


Para los que se han atrevido, la respuesta es contundente: son personas malas.
Cuando declaran esto, con todo el dolor y la ansiedad que les provoca, están
atreviéndose a mirar de frente esa ilusión, se sienten malos porque desde
pequeños sintieron enojo, rabia, deseos de muerte hacia sus padres y hermanos,
envidia y egoísmo; sentían gusto cuando a los demás les iba mal, porque tuvieron

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 82

ganas de golpearlos, porque les hicieron algún daño confesado o no confesado,


se sienten malos y no se pueden perdonar; se sienten malos porque no saben
cómo acallar esos sentimientos.

Lo anterior se da en un nivel consciente. Cuando es inconsciente, ni


siquiera pueden decir que se sienten malos, pero no se sienten en paz, no
experimentan sentimientos amorosos ni compasivos, y si hay una búsqueda por
tratar de verse buenos, se pueden dar unas y otras racionalizaciones de que algún
día lo sentirán. Pueden ser hombres y mujeres que han alcanzado logros
importantes o una posición socioeconómica muy buena, pero no están en paz.
Internamente se sienten separados del mundo espiritual, de la dimensión del
amor, son como almas en pena que no encuentran cobijo aunque se los ofrezcan.

De una manera u otra, este estado de desesperación interna es un grito del


alma, que clama por sentirse unida y contenida amorosamente, perdonada por
haber blasfemado en contra de Dios, del amor, de los padres que le dieron la vida.

Es difícil emprender el camino a solas. Hay quienes buscarán la confesión


en la iglesia, en terapia de Alcohólicos Anónimos u otras corporaciones o grupos.
Cuando llegan a psicoterapia, si tienen identificadas sus “culpas” ya hay un cierto
avance; pero ¿Qué ocurre, por qué no se sienten en paz? Parece que hay más,
hay algo más inconfesable que tendrá que irse develando. Cuando sólo llegan con
su desesperación, hay que empezar a cavar hacia abajo, al interior. Revelar y
tomar conciencia de tantos sentimientos negativos que pueden surgir hacia sí
mismo y hacia otros puede dar una cierta liberación; lo que tiene que hacerse a
continuación es trabajar el perdón.

La semilla, aunque descubierta, aún no ha sido cultivada, se necesita darle


espacio y contención para revelar la sustancia de la que está hecha, conocer de
frente los fantasmas y los pensamientos distorsionados que la activan, darles voz
y movimiento, permitirles la expresión -sin dañar a nadie, sin dañarse a sí mismo,
sólo para abrir el sistema y permitir la descarga de lo reprimido. En cada persona,
la cualidad del trabajo será única, conociendo sus motivaciones y deseos en un
ambiente seguro sin mostrarles miedo, sino el amor que da firmeza, contención,
aceptación y guía.

Tarde que temprano, según sean las resistencias a soltar el apego a esta
negatividad, que ha sido compañera en su soledad, el individuo tocará la herida
original, el dolor primario que originó su falta la fe en el amor de los que cuidaban
de él, y su llanto y sus lágrimas irán limpiando sus pecados, su enajenación de sí
mismo, del daño que hizo y se hizo; le dolerá el dolor no dolido que ha traído a su

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 83

presente, irá sanando sus heridas; enfrentará el duelo de la ilusión de ser alguien
despreciable, de seguir en ese pasado.

Acompañar, estar, hacer presencia, ser testigo de un momento sagrado de


sanación, no hay más qué hacer que estar en el silencio que nos contiene a
ambos, a nuestra humanidad, a la humanidad entera. La elaboración vendrá
después.

El proceso de tomar conciencia y profundizar en nuestro ser inferior no es


fácil, vamos sanando, despertando poco a poco a la realidad espiritual que incluye
y transforma esta parte de nosotros mismos. ¿Y qué más puede haber para no
liberar nuestro ser inferior? Porque todos los sentimientos y pensamientos
negativos nos dan la sensación del poder que no sentimos cuando fuimos heridos,
cuando confiábamos en nuestros padres o quienes cuidaron de nosotros.

Esa vulnerabilidad no se quiere volver a sentir, aunque el precio sea muy


alto. Soltarlo es como la muerte, hay miedo, sí, en este demonio hay miedo,
¿Cómo quedarse sin protección, sin ser nadie? Porque la ilusión es que nadie
estará allí para acompañarlo, así como lo percibió y lo vivió la primera o las
primeras veces.

Se da entonces la sobre-identificación; nuestro ego está identificado con


esa parte oscura de nosotros, esa es la razón de ser tan negativos todo el tiempo.
¿Cómo podrían tener poder afirmaciones positivas si se ciernen sobre capas del
infierno? Porque vivir en el pasado es vivir en el infierno, repasando consciente o
inconscientemente los daños recibidos, para dar fuerza al rencor, para alimentar la
venganza que quizá ni siquiera hemos reconocido. ¿Por qué estoy mal? ¿Por qué
me va mal? ¿No es acaso el resultado de vibraciones, energías densas y oscuras
en nuestro interior que atraen las personas y aspectos negativas a nuestra vida?

Y no sólo se trata de energía; decimos, hacemos, expresamos negatividad


y esa negatividad es una enorme resistencia a que las cosas vayan bien, aunque
conscientemente se diga lo contrario:

Kahí donde hay orgullo, donde hay voluntarismo y donde hay miedo, tiene que
haber un estado de tensión. La estructura del ego se aprieta y se vuelve rígidaKel
ego no tendría tanta importancia si no existiera la falsa creencia de que el ser
aniquilado en cuanto deja de ser el único gobernante de la vida humanaKdice sólo
mi ego cuenta. Es todo lo que tengo, así que no puedo abandonarlo, pues si lo
hago dejaré de existir (Pierrakos, 1986, p. 106).

La esencia de la intención negativa es permanecer separado, no volver a


confiar, no necesitar y erigirse como dueño y señor de la vida. El demonio no está
afuera de nosotros, está adentro. La defensa contra el gran dolor es este ser

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 84

inferior que adormece sus emociones y se desconecta de la esencia del ser, y


como no lo asumimos, lo proyectamos en los demás y ese otro se convierte en un
enemigo para nosotros, pues ante nuestras máscaras, nos reflejan nuestras fallas,
lo que nos ocultamos a nosotros mismos y que tiene un gran poder de
destructividad.

La creencia es que podemos vivir escindidos, separados de los demás, de


la familia, de la pareja, de los hijos, de los amigos, de los compañeros de trabajo,
de los compañeros de la escuela, separados de la totalidad, de lo que somos
realmente, sin reconocer aspectos de nuestro ser superior y eso es, también, una
ilusión. Mientras no asumamos que el ser inferior es nuestro y lo rechacemos
como bastardo de nuestra imagen, mientras nos enojemos porque nos enojamos,
nos odiemos por odiar, nos lastimemos por lastimar, nos insultemos por insultar a
los demás, el círculo se potencializa.

Necesitamos tomar estos aspectos negativos como lo que son: hijos


nuestros, que necesitan amor: “Nos cuesta mucho trabajo dejar ver y expresar los
sentimientos negativos de nuestro ser inferior sin juzgarnos y culparnos porque
nos sentimos avergonzados de él, sentimos que si mostramos ese lado
acabaremos con nuestros atributos positivos dejando solamente la negatividad del
ser inferior” (Thesenga, 1994, p. 234).

En el inicio del proceso de terapia, la mayoría de los pacientes se niegan a


ver y asumir su negatividad, aún cuando sus conflictos tengan la carga oscura,
insisten en proyectar; los responsables de su infelicidad son otros, tienen miedo
de su propio rencor y odio. Cuando se permiten trabajarlo, es una liberación, ya
que les permite comprender por qué se han repetido sus dificultades.

Lo reprimido necesita emerger, pero si nuestra conciencia no accede a ello,


nos lo hará patente de otra manera, a través de la enfermedad. Y hay quien puede
odiarse por enfermarse en lugar de escuchar que es lo que la enfermedad tiene
qué decirle. La sombra produce la enfermedad, y el encararse con la sombra cura.
Esta es la clave para la comprensión de la enfermedad y la curación. Un
síntoma siempre es una parte de la sombra que se ha introducido en la materia.
Por el síntoma se manifiesta aquello que falta al ser humano; a través del síntoma
se experimenta aquello que no ha querido enfrentar conscientemente.

Al respecto, Pierrakos (1996) nos dice que se debe transformar el ser


inferior para que podamos desarrollarnos. Cuando logramos estar conscientes del
ser inferior, de aceptarlo como parte de nosotros, cuando tenemos el valor de
decir: “soy cruel, quiero lastimarte, quiero castigarte”, entonces ha empezado gran
parte del proceso de transformación.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 85

Por su parte, Dethlefsen (1983) afirma que:

Parsifal, en su viaje, se ha enfrentado valerosamente con su sombra y ha


descendido a las oscuras profundidades de su alma hasta maldecir a Dios. El que
no tenga miedo a este viaje por la oscuridad será finalmente un auténtico salvador,
un redentor. Por ello, todos los héroes míticos han tenido que luchar contra
monstruos, dragones o demonios y hasta contra el mismo infierno, para ser salvos
y salvadores (p.157).

Sólo enfrentando cara a cara a nuestra sombra, sin dejarnos hechizar por la
sensación de poder que nos ofrece, al darle voz y movimiento, sacarla a la luz de
la conciencia en un espacio seguro, es posible transformarla y regresarla a su
naturaleza original, recuperando la enorme cantidad de energía vital que posee y
dirigirla hacia la vida. Originalmente fue un sentimiento, un impulso, una emoción
que no fue bien vista por quienes nos cuidaban. Fue enojo, frustración, dolor,
placer, alegría, fue la rebeldía a entrar en el principio de realidad, reconocer que el
mundo era imperfecto. Esa imperfección es la que aún en el presente nos
resistimos a tolerar, crecidos en la arrogancia, nos resistimos a reconocer que la
vida es un camino de desengaños; construimos ilusiones que se tendrán que
eliminar hasta que seamos capaces de soportar la verdad de nosotros mismos.

Los patrones de negación según Thesenga (1994) son el orgullo, el


voluntarismo y el miedo:

Cuando el orgullo dice: “yo soy mejor que tú” puede haber un
individualismo extremo. En el caso contrario: “soy peor que todos, no valgo”, crea
un abismo entre el individuo y los demás y hay una elevada importancia personal,
sentirse muy especiales, a través de la razón, ponerse por encima de los otros
manifestando prejuicios y discriminaciones severas.

El voluntarismo dice: “quiero tener lo que quiero cuando lo quiero”. No hay


libre albedrío, se trata de controlar a los demás y a la vida. Hay impaciencia,
exigencia, irritabilidad, asusta a los que lo rodean. Exige obtener lo que se desea,
en el momento que se quiere y como se quiere. Se justifica el egoísmo.

El miedo dice: “no voy a confiar”, “si no soy especial y no logro que las
cosas se hagan a mi modo, entonces, algo terrible sucederá”. Como el individuo
quiere protegerse, justifica defenderse, no puede confiar en nadie y no puede
abandonarse y disfrutar.

El odio, la culpa, el rencor, el desprecio, la crueldad y nuestras acciones


llenas de maldad absorben mucha de nuestra energía. Este ser inferior se expresa
indirectamente en nuestra personalidad, a través de la máscara, y lo hace

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 86

directamente en momentos de crisis, cuando nos sentimos amenazados y fuera de


control.

El ser inferior es un aspecto de nuestra dualidad, el otro es nuestro ser


superior. El ser inferior es peligroso, emocionante y repulsivo. Es el lado oscuro de
la fuerza vital. Es energía esencial, poderosa y creativa. Crea el sufrimiento y la
negatividad que sentimos en la vida. Se proyecta en nuestros sueños, en nuestras
fantasías sexuales, en la lectura amarillista, en las películas de violencia y
pornografía, en la crítica a los demás, en nuestras bromas pesadas, en síntomas
físicos, en tensiones terribles y a través del arte y de nuestros secretos personales
y familiares. Porque la cualidad de nuestro ser inferior se relaciona con el ser
inferior de nuestra familia. El ser inferior hace todo lo posible por que nada salga a
la luz.

En el ser inferior hay un niño herido, profundamente resentido, hay un


adulto que quiere venganza. Trabajar con el ser inferior es trabajar con las voces
que hemos silenciado, con lo reprimido, con lo inconsciente y hacerlo consciente,
es energetizarlo para su liberación, es confrontar la intencionalidad negativa,
porque un aspecto es reconocer que existe la negatividad en mí, y, otro, no querer
cambiarla; allí es donde se encuentra el mal, en el apego a la negatividad.

Con regularidad, los pacientes o alumnos se enojan porque no cambian, no


avanzan, porque no logran reconocer su intencionalidad negativa. El trabajo con el
ser inferior es un proceso profundo; implica que el facilitador ya ha trabajado estos
aspectos en sí mismo. Vamos tan lejos con nuestros pacientes como nosotros
mismos hemos llegado.

De este modo, el trabajo con las fuerzas destructivas es esencial en el


proceso con Core Energética, pues como nos explica Ilse Kretzschmar:

Ksi no asumimos, energetizamos y expresamos todos nuestros sentimientos y


pensamientos negativos, no se abre el camino hacia el amor y las demás virtudes,
porque la energía tan grande retenida del ser inferior en el cuerpo no permite que
la luz divina entre y se expanda. Para que el ser superior pueda crecer y tomar su
lugar dentro de nosotros, tenemos que “limpiar la casa”, crear transparencia, dar
salida a la sombra, llevar la conciencia hacia los rincones más oscuros de nuestra
alma creando espacio y disponibilidad para que se hagan presentes nuestras
cualidades más bellas y más deseadas. Muy en el fondo de nuestro ser inferior se
descubren las heridas, protegidas por él y por la máscara, que nos dejan
vulnerables, sensibles y abiertos a nuestro ser superior y nuestro core (2007).

El proceso comienza con aprender a identificar la intencionalidad negativa


cuando aparece en nuestra cotidianidad, sin juzgarnos ni culparnos,
relacionándonos amorosamente con ese aspecto de nosotros; se trata de llevar

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 87

todo lo negativo a la luz de la conciencia, donde inevitablemente pierde poder. Es


tolerar el dolor de darnos cuenta de que hemos hecho daño, para que ese dolor en
la conciencia de nuestro ser superior nos indique cuál es el camino para encontrar
el perdón y la paz con aquellos que hemos lastimado.

Este proceso es tarea de una vida, necesitaremos mantenernos en la


intención positiva de estar en la verdad, de gran paciencia, de un instinto agudo,
de una discriminación sutil y de seguir el modelo de compasión del Buda. Tolerar
que no somos perfectos, tolerar nuestras fallas y aprender a vivir en el misterio, en
el aquí y ahora eterno.

En el proceso de parar de hacernos daño y hacer daño, necesitamos


desarrollar el observador interno, que es una cualidad de nuestro ser superior,
para vernos sin crear juicios de nosotros mismos. “La verdad os hará libres”, dijo
Jesús. Y nuestro ser inferior es parte de esta verdad, que necesita ser iluminada.

Existen seis modalidades descritas por la psicoanalista inglesa Molly Tuby


(1984) para descubrir la sombra en nuestra vida cotidiana:

1. En los sentimientos exagerados respecto de los demás. “¡No puedo creer que
hicieras tal cosa!” “¡No comprendo cómo puedes llevar esa ropa!”

2. En el feedback negativo de quienes nos sirven de espejo: “Es la tercera vez que
llegas tarde sin decírmelo”.

3. En aquellas relaciones en las que provocamos de continuo el mismo efecto


perturbador sobre diferentes personas: “Luis y yo creemos que no has sido sincero
con nosotros”.

4. En las acciones impulsivas o inadvertidas: “No quería decir eso”.

5. En aquellas situaciones en las que nos sentimos humillados: “Me avergüenza


su modo de tratarme”.

6. En los enfados desproporcionados por los errores cometidos por los demás:
“¡Nunca haces las cosas a su debido tiempo!” “Realmente no controlas para nada
tu peso”.

Asimismo, existen tres niveles de maldad:

a) Realmente ser destructivo y matar.

b) Materialismo sin Dios.

c) Confusión.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 88

Estos niveles, como vibraciones energéticas, son energías activas,


confusas y ásperas, lacerantes, dolorosas. Son pasividad, dependencia,
estancamiento y negación de la vida. Sus colores son oscuros y siniestros, pero
dan más alivio que el que ofrece la máscara.

La transformación requiere tiempo, ya que más que una experiencia súbita


de conversión, suele tratarse de un proceso de reorientación gradual. De este
modo, para convertir, por ejemplo, el impulso destructivo de la ira en un
compromiso creativo, o el dolor y el sufrimiento en acción compasiva, debemos
cultivar y ejercitar la paciencia. La transformación duradera del temor en amor o
del egocentrismo en altruismo, exige por lo general esfuerzo y práctica.

4.3 Ser Superior


El Ser Superior es nuestra verdadera identidad, es nuestro ser compasivo,
amoroso, creador, poderoso y sabio, de donde surgen los impulsos de ir hacia la
vida, los afectos cálidos, las emociones suaves y apasionadas, los pensamientos
positivos, la sexualidad vivida, las acciones que nos realizan y dan servicio a los
demás, es la real confianza:

Es el centro donde se integra lo falso y lo oscuro de nosotros mismos, es el


corazón que no excluye nada de su conciencia, es la fuerza que nos sana, que nos
permite mirar sin miedo y con seguridad; es aquello que nos acompaña en las
batallas de cada día, en la celebración de cada momento. Podemos
experienciarlo cuando arrullamos a nuestros hijos, cuando acariciamos a nuestra
madre y a nuestro padre, cuando damos una mirada amorosa a nuestro
compañero de amor, aceptándolo como es, sabiendo que lo que sea que haga y
pueda no gustarnos, no es personal, cuando sonreímos al que cuida los autos en
la calle, cuando aceptamos nuestro enojo o miedo y respetamos el de los demás,
cuando asentimos a la verdad de los demás y respetamos la manera en que
quieren vivir, cuando nadie es menos ni más que nosotros, cuando reconocemos
que todos somos hijos de la espiritualidad, todos somos hijos de Dios. Y Dios es
eso que es más grande dentro y fuera de nosotros que está Aquí y Ahora (Molina,
2007, p. 80).

Por su parte, Vaughan (1997) relata la experiencia de Stephen Mitchell,


reconocido traductor de textos espirituales, a quien su maestro zen le enseñó una
serie de pasos para su crecimiento personal. El primero consiste en matar a Buda;
esto significa dejar de lado todo concepto acerca de un ser iluminado superior,
separado y ajeno a sí mismo. La segunda enseñanza consiste en matar a los
padres, lo cual significa que estos se deben aceptar tal como son, sin pedirles

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 89

nada en especial. “Tu tercer trabajo –agregó el maestro- consiste en matarme a


mí” (p.49).

Matar parece ser una metáfora un tanto violenta; alude al hecho de


renunciar a cualquier tipo de identificación. Sin embargo, matar el deseo
egocéntrico de que los demás respondan de una determinada manera, posibilita la
renuncia a todo sufrimiento personal innecesario. Por muy sublime que pueda
parecernos, cualquier idealización de una imagen, de los padres, de los maestros,
constituye un serio obstáculo para la liberación.

El ser espiritual reconoce que la única realidad es este presente, tal como
es, tal como somos en este momento. La espiritualidad es el Eterno Presente que
acoge para su transformación las ilusiones del pasado y el futuro.

Cuando el alma despierta, se abre paso hasta la culminación del camino,


regresa al mundo con una nueva percepción que se hace transparente al Espíritu,
entonces no hay lugar alguno dónde ir y tampoco hay otra cosa qué hacer sino
asistir a los demás a su propio viaje.

En este punto, es preciso reconocer que el Core es nuestro centro


espiritual:

Kes el centro del amor. Todas las manifestaciones del amor se pueden percibir
como la conexión con nuestra espiritualidad. Cuando le abrimos las puertas, el
ritmo y la energía ilimitada del Core impregnan nuestro ser por completo. Aquí en
nuestro ser radiante, es donde se lleva a cabo la unificación completa de la
dualidad de la vida; aquí es donde residen la omnisciencia, la continuidad y la
sabiduría. Nuestro trabajo en Core Energética es transformar y superar los
obstáculos que nos impiden experimentar nuestro Core (Pierrakos, 1997, p. 22).

Cuando logramos experimentarlo, porque hemos superado algún dolor o


cerrado algún asunto esencial, sentimos que algo grande y a la vez simple ha
sucedido, hay una renovación de energías y de sentido de vida. Todo aquél que
empieza a reconocer estas fuerzas y energías también comienza a percibir cada
vez más claramente la presencia de una inteligencia inspiradora, que parece ser
mucho más vasta de lo que jamás ha conocido con su intelecto exterior, esa
inteligencia, esencialmente es su “mejor yo”; se manifiesta como inspiración, guía
y como una forma nueva de intuición, que llega no como una sensación vaga,
sino, en palabras concisas, en un conocimiento preciso, aprehensible y traducible
a la vida diaria (Pathwork. Conferencia no. 152).

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 90

Las tres cualidades esenciales del Ser Superior son:

1. El Amor (emoción con corazón).

2. El Poder interno (ego sano que sirve a la voluntad del corazón).

3. La Sabiduría y Serenidad (la razón con corazón).

Cada persona desarrolla (en especial) uno de estos tres poderes


esenciales, de acuerdo a sus experiencias de vida. Ahora bien, el proceso de
despertar es una experiencia superior, de nuestro Ser Superior; se ilumina y
expande nuestra conciencia, es recordar quiénes somos, es recobrar la libertad de
ser dentro del principio de realidad de lo que se es, es lo que llamamos “el camino
de regreso a casa”, es regresar a nuestra verdad interna, donde bien y mal,
masculino y femenino, luz y oscuridad, vida y muerte son uno, de reconocer que
desde nuestro ser real, podemos decidir ser negativos y dañarnos y dañar a otros,
o decidir ser más amables, positivos, compasivos y amarnos y ayudar a otros,
respetando su camino. Es trascender nuestro ego individual. De este modo, se
nos explica que:

Todos los opuestos, todas las alternativas mutuamente excluyentes que causan
tanto sufrimiento al hombre empiezan a tomar su legítimo lugar cuando el ego se
conecta con la vida universal. Cuando hablo de soltar el ego, no me refiero a su
aniquilamiento, restarle importancia o desecharlo. Lo que quiero decir es que
aquello que se ha formado como parte separada de esa vida universal que ha de
encontrarse en lo más profundo del ser, se conecta ahora con su origen. Cuando
el ego se vuelve lo suficientemente fuerte para correr el riesgo de confiar en otras
facultades y no sólo en las conscientes y limitadas, encuentra una nueva
seguridad que hasta ahora ni siquiera había soñado (Pathwork. Conferencia no.
152).

Podemos reconocer entre tantas tres de las capacidades más significativas


de nuestro Ser Superior: Crear, Amar y Ser Libre. Cuando estas capacidades se
expresan, es inevitable dejar ver la belleza que reside en nuestro interior y de
reconocer la expresión de la belleza de todos los seres humanos. La fealdad que
podamos ser capaces de mostrar se convierte entonces en una defensa para
ocultar lo bello que hay en nosotros.

A nivel personal, es apertura al amor y la verdad, a nivel transpersonal es


el maestro interior, guía espiritual o alma inmortal; a nivel del ego es observador
y compasivo. En el cuerpo, es placentero flujo de energía, como el aliento y la
circulación sanguínea, que pulsan en los ritmos vitales. En la intimidad, es una
expresión singular de la conciencia humana universal, de unicidad.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 91

En la naturaleza es unidad con la vida, que se crea en movimiento eterno;


en meditación, o momentos de inspiración, es percibir la esencia de nuestro ser
superior como seres arquetípicos de la sabiduría, el amor, la serenidad y la
belleza. En un nivel más profundo, es la sensación de que nuestro ser superior se
disuelve en la Conciencia cósmica y que somos uno con ella. A nivel de
vibraciones energéticas, son sensaciones placenteras, tranquilas y reales. Nos
vigorizamos, revitalizamos y renovamos. Es un movimiento armonioso, de
confianza, amoroso, que da calma y seguridad personal, que no pone en duda
nuestra bondad; así, al participar en ceremonias rituales podemos reconocer que
todos los seres humanos son nuestras hermanas y hermanos.

Conclusiones
De acuerdo al nivel de conciencia con el que nos relacionemos con el mundo,
será nuestro estado de satisfacción, de bienestar o sufrimiento en la vida. La
conciencia de la máscara, de la imagen idealizada, es estrecha; se mueve en el
mundo de la ilusión, del samsara, desde una conciencia infantil, se evalúa la vida
interna y externamente con creencias y respuestas viejas. El ego aquí ilusamente
quiere controlar la naturaleza humana y la del mundo.

Lleva tiempo (a veces mucho) mirar, reconocer, trascender las corazas, las
resistencias, las fijaciones mentales y los torbellinos o congelamientos
emocionales. Lo real y auténtico detrás de las máscaras conlleva lo que mucho
habita en la sombra, lo oscuro y nefasto de nosotros, así como muchos aspectos
luminosos, generosos e inteligentes.

La Core Energética ofrece un contexto y una presencia psicoterapéutica


que permite ir desactivando los patrones defensivos de nuestra falsedad,
iluminándonos hacia la aceptación y transformación del ser inferior, de nuestra
conciencia infantil, trabajando profundamente en las heridas, apoyando en la
sanación y la apertura a fuerzas inteligentes, amorosas, sabias, para hacer la vida
más plena, satisfactoria, ubicada en el aquí y ahora, en el principio de realidad,
desde lo más auténtico y real de nuestro ser.

Resumen
El fundamento teórico de los niveles de conciencia de la Core Energética nos
propone una guía para comprender desde qué nivel de conciencia se relacionan
los seres humanos con ellos mismos, con el mundo físico y el mundo espiritual,
con la naturaleza y el cosmos, y al mismo tiempo, reconocer las consecuencias o

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 92

efectos de vivir en alguno de los niveles de conciencia, que son: la máscara, el ser
inferior y el ser superior. La máscara es exactamente nuestro ser falso, que
sabotea las expresiones auténticas de nuestro ser real y se va conformando desde
que somos pequeños. Existen tres tipos:

• Máscara de amor.
• Máscara de poder.
• Máscara de serenidad.

En el Ser Inferior es donde hemos ocultado sentimientos, emociones,


pensamientos y acciones negativas: odio, rencor, crueldad, celos, egoísmo,
envidia, miedo, desprecio, arrogancia, sadismo, lujuria, ira, ambición, codicia,
culpa, venganza, deseos de dañar a otros.

El Ser Superior es nuestra verdadera identidad, es nuestro ser compasivo,


amoroso, creador, poderoso y sabio, de donde surgen los impulsos de ir hacia la
vida, los afectos cálidos, las emociones suaves y apasionadas, los pensamientos
positivos, la sexualidad vivida, las acciones que nos realizan y dan servicio a los
demás, es la real confianza.

Estos niveles de conciencia son similares a las capas de la neurosis que


propone Fritz Perls: “Kel lugar común, el cómo si, impasse, implosión, explosión y
vida” (citado en Baumgardner,1994, p. 48), donde analítica, emocional, corporal y
energéticamente, realizamos el proceso personal de transformación desde los
aspectos periféricos y rígidos de nuestra personalidad; disolvemos introyecciones
familiares, generacionales, sociales, los “como siK” de nuestra existencia,
atravesando muchas veces la llamada noche oscura del alma, hacia la afirmación
de la vida, que encontramos en aquello que podemos llamar el potencial amoroso
original, que tiene relación con el potencial amoroso de nuestro ser superior, de
nuestro core.

Cuestionario
1. Con base en lo aprendido explica qué es un nivel de conciencia.

2. ¿Cuáles son los niveles de conciencia con los que trabaja la Core Energética?
Define cada uno de ellos.

3. Ofrece ejemplos de cómo se vive en cada uno de esos niveles de conciencia.

4. Describe cuál es el origen de la máscara y del ser inferior.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 93

5. ¿De qué manera este conocimiento te ayudará a acompañar a otros en su


proceso de autoconocimiento, sanación y transformación?

6. ¿De qué manera el trabajo corporal y energético puede ayudar a atravesar el


nivel de la máscara, transformar el ser inferior y hacer conexión con nuestro ser
superior?

Ejercicios reflexivos
1. Escribe quince demandas perfeccionistas que cotidianamente te haces,
iniciando la frase con “tengo queK” o “debería deK”. Escoge de esa lista cinco
demandas que sean similares y luego busca un título que las represente y dé una
idea de qué personaje vas representando en la vida. Revisa qué esperas lograr
con ello y qué evitas vivir. Observa cuando fallas cómo te tratas, cómo te sientes
y cómo impacta esto en tus relaciones. Observa más profundamente qué ocultas
detrás de estas pretensiones. Analiza si esas demandas son las mismas que te
exigieron tus padres. Observa tu dificultad para ser espontáneo.

2. Busca entre tus relaciones una en la que padezcas dificultades,


conflictos, crisis, enfermedad física o mental. Encuentra y reconoce tus
sentimientos, actitudes, pensamientos y conductas negativas, cómo surgen en ti el
miedo, la rabia, la hostilidad, la crítica, la crueldad, la actitud arrogante y
despreciativa, la indiferencia o el deseo de venganza hacia la persona con quien
tienes el conflicto. Revisa cuánta energía está implicada y el placer negativo que
llegas a sentir por ello.

Cuando eso sucede es más difícil cambiar, pues hay apego a cierta
experiencia excitante de vida. Observa cómo te provocas y provocas sufrimiento
por eso. Hacer esto ya es conectar con parte de tu ser superior, atreverte a mirar
ese aspecto de ti. Descubre qué hay detrás de la defensa dominante de tu ser
inferior, qué necesidad no se atreve a admitir y busca si puedes sentir el potencial
de transformación e ir a sanar lo que duele y salvar la cualidad oculta de tu ser
superior.

3. Recuerda una ocasión en la que hayas experimentado tu ser superior (no


hay nadie que no lo haya hecho). Ya que lo reconozcas, puedes buscar en tu
interior y hacer una lista de cualidades y virtudes y los momentos y personas con
quienes los has vivido. Descubre el placer que has experimentado en ello,
probablemente una sensación de expansión y de paz o alegría. Revisa si aparece
en ti alguna dificultad o vergüenza de aceptar esas cualidades de tu ser superior y
observa la traición que te haces a ti mismo negándolas como parte de ti. Sigue
observando si ello tiene qué ver con el rechazo, crítica o falta de amor a esa

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 94

expresión tuya, de alguno de tus padres y ve qué tan dispuesto estás a abrir tu
corazón, a aceptarte con esas cualidades y a compartirlas con los que te rodean.

Observa los momentos y contextos en que a solas o acompañado (con


personas de tu mismo sexo o el opuesto) te sientes en apertura, relajado,
confiado, real, espiritualmente bien, conectado con tu corazón y descubre que
tienes el potencial dentro de ti, para ti y con otros.

En meditación, oración o ritual invita a tu ser superior a que te guíe hacia la


sanación de lo que duele, la comprensión a lo que te resistes, a liberar lo que esta
bloqueado dentro de ti, a tener más compasión, dejar atrás del pasado y vivir en el
presente. O sólo guarda silencio en quietud y permítete sólo estar. Pequeños
momentos de iluminación son pasitos valiosos en el camino de regreso a casa, a
nuestra sencilla, natural y real casa.

Dinámicas corpo-energéticas

Ejercicio I
Haz una lista de por lo menos diez demandas perfeccionistas. Ahora ve
leyéndotelas en voz alta, de manera exigente y demandante, poniendo al principio
la frase “debo o tengo que”. Siente qué experimentas en tu cuerpo, tu respiración,
tus sentimientos. Ahora repite la demanda exigente hacia ti mismo con mayor
énfasis y mayor volumen en tu voz. Revisa otra vez qué experimentas en todos los
niveles. Ahora ponte de pie, empieza a caminar e imagina que a cada paso te vas
convirtiendo en todas esas demandas perfeccionistas. Observa como caminas
ahora, que postura muestras y empieza a establecer contacto visual con los
compañeros. Empieza a caminar más rápido mientras vas repitiendo en voz alta
las demandas. Ve haciendo pruebas de ir aumentando la velocidad y el ritmo
hasta que corras por todo el salón persiguiéndote a ti mismo para cumplir con el
“deber”. En cada pausa, date tiempo para observar que va sucediendo en tu
cuerpo, tu respiración, tus emociones, tus emociones, tus pensamientos.
Reflexiona cómo es vivir intentando satisfacer siempre estas exigencias.

Ejercicio II
Con base en la experiencia del ejercicio anterior, a continuación, sobre una hoja
de cartulina, plasma la representación de tu imagen idealizada o tu máscara.
Píntala, dale color, forma y diséñala para que puedas colocártela en la cara. Ya
con la máscara elaborada y puesta, interactúa con los demás y contesten en pares
las siguientes preguntas: ¿Qué aparento? ¿Qué pretendo lograr? ¿Qué oculto?

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 95

¿Qué sentimientos o acciones no me permito mostrar? ¿Cuál es mi sufrimiento?


Compartan la experiencia.

Sugerencias para el facilitador


Será esencial que el facilitador reconozca en sí mismo estos tres niveles de
conciencia o maneras de estar en la vida, y no sólo que maneje el discurso
teórico, para que pueda acompañar eficazmente a los estudiantes en la vivencia y
el probable trabajo personal que se atrevan a vivir. Del mismo modo, ha de
promover un fuerte e intenso trabajo corporal con ejercicios en parejas o pequeños
grupos, no sólo para movilizar la energía y el cuerpo, sino con la intención de
reconocer inicialmente sus máscaras.

Se sugiere que los estudiantes compartan al grupo con qué tipo de máscara
se identifican, que la hagan y revisen cómo viven con ella en su cotidianidad. De
la misma manera, se ha de promover el movimiento corporal, con el fin de que
este ayude a desbloquear los segmentos o áreas bloqueadas, para luego
intencionar el movimiento hacia la expresión de sentimientos, emociones y
pensamientos negativos reprimidos. No se trata sólo de catarsis, se necesita saber
qué retroalimentar cuando están tocando realmente su ser inferior y trabajar con
ello. De la misma manera, es necesario saber retroalimentar, recibir y dar espacio
a la expresión del dolor, del anhelo y del ser superior, promoviendo afirmaciones
que den solución, luz y una nueva manera de mirarse y de mirar y tratar el mundo.

Asimismo, se recomienda promover experiencias intergrupo, de contacto y


conexión amorosa, después de un buen trabajo de limpieza y depuración
emocional, corporal y energética. Estas generalmente pueden visualizarse como
una continuidad de las que ya se han trabajado.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 96

Bibliografía
Baumgardner, P. (1982). Terapia Gestalt: teoría y práctica. México: Árbol.

Dethlwefsen, T. (1983). La enfermedad como camino. España: Plaza y Janés.

Jung, C.G. (1984). El hombre y sus símbolos. España: Coralt Editor.

Kretzschmar, I. (2007). Memorias del Primer Congreso Nacional de Core


Energética. México.

Molina, M. (2007). Sí a la vida tal como es. México. ACD.

Naranjo, C. (2004). Cambiar la educación para cambiar el mundo. España: La


Llave.

Pathwork. “Del ser y la imagen idealizada”. Conferencia No. 83.

Pathwork, “La conexión entre el ego y el poder universal”. Conferencia No. 152.
Pierrakos, J. (1996). Comunicación personal. Formación de Core Energética.
México.

Pierrakos, J. (1990). Core Energetics. U.S.A.: Life Rhythm Publication.

Pierrakos, J. (1997). Eros, Love and Sexuality. U.S.A.: Life Rhythm Publication.

Thesenga, S. (1994). Vivir sin máscaras. México: Pax.

Tuby, M. (1984). The Shadow. U.S.A: Guild of Pastoral Psychology.

Vaughan, F. (1997). Sombras de lo sagrado. España: Gaia.

Zweig, C. (1999). Vivir con la sombra. España: Kairos.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 97

5. Caracterología
Introducción
El estudio de las estructuras caracterológicas es una importante guía en toda
intervención terapéutica que se precie de ser psicocorporal, y por ende, esta guía
le compete a la Core Energética.

A principios del siglo pasado, Sigmund Freud, con base en sus estudios de
psicoanálisis, venía configurando algunas clasificaciones caracterológicas, pero
es a través de W. Reich que estas se van definiendo más claramente en su
contrapartida psicológica y corporal. Posteriormente, Alexander Lowen y John
Pierrakos aportan observaciones y puntos de vista que enriquecen la visión y
comprensión de estos patrones defensivos caracterológicos que todos creamos
en nosotros mismos para defendernos del dolor, de la angustia, y que nos hacen
pagar un precio muy alto: vivir alejados de nuestra verdad, de nuestro ser interno,
de nuestra esencia.

Este capítulo pretende llevar de la mano al lector para que conozca de


forma básica dichas estructuras caracterológicas con base en el esquema de la
Core Energética, que es un método, una filosofía, un proceso evolutivo que nos
invita a trascender, a ir más allá de las pautas de sufrimiento y acceder a conectar
con nuestro core, con la fuente de sanación, fuerza, alegría y conciencia.

El propósito primordial de este apartado es el de reconocer el carácter y


coraza que cada uno ha creado, las ventajas y desventajas de ello, y sobre todo,
revisar por dónde comenzar un proceso de profundo autoconocimiento de uno
mismo y de quienes acompañemos en su proceso en psicoterapia. Recorrer ese
terreno será siempre una aventura, un misterio a descubrir momento a momento,
en cada encuentro que vivimos.

Objetivo general
Ofrecer una guía de caracteres que permita, desde el exterior de la persona,
introducirla en los patrones de vida que se han observado a partir del trabajo
psicocorporal de W. Reich, la Bioenergética y de la Core Energética.

Objetivos específicos
5.1 Explicar, exponer y detallar la formación del carácter según la teoría del
análisis bioenergético.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 98

5.2 Ahondar en la conformación psicodinámica de cada estructura de carácter o


patrón defensivo.

5.3 Conceder espacio para la descripción de la etiología, las emociones, la mente,


la voluntad, la máscara, el ser inferior y el ser superior de cada estructura
defensiva.

Mapa conceptual

Que el alumno pueda descubrir los rasgos de carácter con los cuales se identifica
mejor y así conocer y ampliar la conciencia de sí mismo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 99

5.1 Caracterología
John Pierrakos (1990) explica que durante la infancia y la niñez cada ser humano
desarrolla estrategias para evitar el dolor y el sufrimiento y ejercer su voluntad,
esto para tratar de lograr lo que considera que no puede obtener siendo lo que
realmente es. Desarrollamos un carácter, una manera fija de ser en el mundo. El
carácter es una estructura organizada por el sí mismo de la persona, que se inició
con una respuesta natural e instintiva del organismo para protegerse del dolor y
terminó configurándose como un patrón defensivo psicológico, un sistema de
creencias, un complejo de imágenes del pasado y una coraza muscular, que
terminan siendo contraproducentes para la libre expresión de la energía vital del
organismo, la expresión de la esencia.

Del mismo modo, Lowen (1985) afirma que:

Freud en 1908 postulaba que en cierto modo es posible dar una composición de
un carácter dado a partir de sus rasgos constitutivos. Los rasgos de carácter son la
perpetuación inalterada de los impulsos originales, la sublimación de estos o bien
las reacciones contra ellos. Más tarde, Reich, como psicoanalista dentro de la
Sociedad Psicoanalista de Viena, investiga profundamente las resistencias del
paciente en el proceso psicoanalítico, descubriendo que además de las
resistencias al material inconsciente estaban las resistencias constantes y
formales del carácter, llamándoles “resistencias caracterológicas”, es decir,
repetidas expresiones de cordialidad, sonrisas, complacencia, excesiva educación,
altanería y seriedad entre otras (p. 25).

Ante la negación, el rechazo, el abandono, el daño al organismo, al yo en


formación, Reich (1987) comenta que:

Kla defensa narcisista encuentra en la coraza caracterial su expresión concreta


crónica, con la cual se identificará enajenándose de la expresión vital de su ser, de
sus corrientes de vida, que quedan bloqueadas y reprimidas en su interiorK La
función del carácter es la de evitar el displacer, de establecer y mantener un
equilibrio psíquico –por neurótico que sea- y por último, absorber la angustia y las
energías reprimidas. El carácter representa el modo de ser de un individuo. Una
expresión de la totalidad de su pasado, de tal manera que cada rasgo individual
del carácter requeriría de años para su formación. Se constituye como un
mecanismo de protección psíquica y una coraza protectora del yo contra el mundo
y contra los impulsos inconscientes en la vida cotidiana y en la terapia. Los
patrones caracterológicos, construidos como un sólido muro protector contra la
experiencia de la angustia infantil ante las circunstancias adversas de su expresión
vital, han ayudado al individuo a sobrevivir pero también se ha pagado un precio,
pues se han desarrollado a expensas de gran parte de felicidad (pp. 70 y 95).

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 100

Es importante resaltar la aportación de Reich al enfatizar que lo específico


de la resistencia caracterial no es lo que el paciente dice o hace, sino cómo habla
y actúa. Contribución que vemos manifestada claramente en la psicoterapia
Gestalt, desarrollada por Fritz Perls, que fue paciente de Reich.

Para Reich, el ser humano es un sistema de energía unificado mente-


cuerpo. El patrón defensivo caracterológico tendría su contrapartida psicológica y
su contrapartida corporal –tensiones y rigideces musculares-. La represión del
impulso sexual (o energía vital) crearía una éstasis energética que conformaría
entonces una serie de bloqueos en forma horizontal que impedirían el libre flujo de
la energía en vertical.

De este modo, según Reich, la fuente de los síntomas neuróticos es la


éstasis o energía sexual acumulada y reprimida en el interior. El impulso sexual
busca ser liberado mediante la descarga hacia el exterior y lo hace en forma de
perversión o enojo, que es el resultado de la represión y de la coraza formada por
dicha energía, que no pudo salir de forma natural y sana.

La intervención terapéutica psicoanalítica se transforma, así, en una


intervención analítica del carácter y una intervención somática basada en una
relación cara a cara, con ejercicios respiratorios, posturales, de mano en cuerpo y
ejercicios neuromusculares, de la Vegetoterapia y más tarde de la Orgonterapia,
para recuperar el funcionamiento adecuado del sistema nervioso vegetativo, que
permitan la emergencia inicial de emociones e impulsos reprimidos y después la
expresión natural de la energía vital del individuo, para recuperar así la capacidad
orgiástica, la espontaneidad, la confianza en los movimientos voluntarios e
involuntarios, la capacidad de autorregularse y manifestarse como un ser libre.

Para Reich, lo ideal es desarrollar un carácter genital, que implica un


carácter permeable a las energías que fluyen en el interior y la energía del
exterior, que se orienta al placer dentro del principio de realidad, donde motivo,
objetivo y acción guarden armonía, que sea enfocada a la realización social.

Más allá del egocentrismo, se lucha por un mejoramiento de las condiciones


de vida de uno mismo y de los demás: “El objetivo de una futura prevención de las
neurosis sólo podrá cumplirse creando estructuras de carácter que permitan la
movilidad social y sexual necesaria para una buena economía psíquicaKdebemos
tratar de comprender los resultados de toda negación instintiva en el niño (Reich,
1987, p. 140).

La constitución física, la herencia, el orden familiar, socioeconómico, moral


y educativo contribuyen a la formación específica del carácter de cada persona.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 101

Los siguientes factores, tomando en cuenta el conflicto implícito esencial entre los
padres y el niño (a), determinarán el resultado de la formación caracterológica:

1) El momento en el cual se frustró un impulso (desde el vientre de la madre, la


etapa oral, anal y fálica principalmente).

2) El alcance y la intensidad de la frustración.

3) Contra qué impulsos se dirigió la frustración central.

4) La relación entre la tolerancia y la frustración.

5) El sexo de la principal persona frustrante.

6) Las contradicciones de las frustraciones mismas (Reich, 1987, p. 163).

De este modo, Reich nos hereda una línea de trabajo respecto a la génesis,
dinámica y clínica del análisis del carácter y de la intervención terapéutica
psicosomática, así como una visión clara de que somos una entidad mente-
cuerpo. Es claro que los cambios sociales, climatológicos, tecnológicos,
científicos, etc., que actualmente vivimos están aportando nuevas características a
los patrones caracterológicos y hemos de estar atentos a observarlos para
acompañar de mejor manera a las personas a recuperarse a sí mismas.

Para Lowen, discípulo de Reich: “Kel carácter es la expresión unitaria del


funcionamiento del individuo, tanto a nivel psicológico como somático. Su
comprensión requiere un conocimiento detallado del la psicología del yo y del
concepto de energía” (1985, p. 30).

Lowen observa cómo los niños, a lo largo de su desarrollo, van perdiendo la


gracia, flexibilidad, espontaneidad y armonía de sus impulsos cuando se les
obliga a amoldarse a las expectativas externas, a los mandatos paternos. Mientras
el niño llore o exprese su enojo aún no ha reprimido sus impulsos, cuando lo haga
tendría que ejercer un control sobre sí mismo. El teórico afirma que: “Kmuchas
veces lo que se toma en cuenta no es lo mejor para el niño, sino lo mejor para el
progenitor. A menudo el conflicto se convierte en una lucha de poderes. Ya se
someta o se rebele el chico, la unión afectuosa entre padre e hijo se rompe” (1993,
p. 30).

El carácter es un modelo de comportamiento o una tendencia habitual,


respuestas fijas, congeladas o estructuradas que se configuran en una cualidad
característica, en un sello distintivo de la persona. De acuerdo con Lowen, toda
estructura de carácter es patológica. Observa que mientras no le represente
conflictos, el individuo no se cuestionará, si fracasara en su actuación, este
seguramente desconfiaría de las exigencias del medio ambiente.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 102

Pero cuando los fracasos son reiterados y se vive una profunda


insatisfacción, esta situación nos lleva a dudar sobre nuestra manera de actuar. La
naturaleza secundaria que encubre la naturaleza primaria de nuestro ser entra en
cuestionamiento: “¿Qué he hecho yo para que esto me suceda?” Se abre un portal
al camino interior, a la búsqueda personal, a la satisfacción verdadera.

Asimismo, Lowen (1985) opina que el carácter es una actitud psíquica


protegida por un sistema de negaciones, racionalizaciones, proyecciones,
polarizado hacia el ego ideal; una formación neurótica que limita e interfiere en las
funciones vitales del yo, es un endurecimiento del yo; es un patrón económico-
energético que describe el manejo y funcionamiento energético del individuo; es
una actitud fundamental con una significación existencial para enfrentar la vida. En
su aspecto somático, se conforma de tensiones musculares crónicas e
inconscientes, que bloquean y limitan los impulsos hacia fuera, son bloqueos en
el centro y sobre todo en la periferia del cuerpo, que actúan inhibiendo la
posibilidad de alcanzar lo que se necesita y la capacidad de contactar de manera
más realista con el mundo.

Por su parte, Stephen Johnson (1994), quien integra el conocimiento de la


psicología del “yo” y la teoría de las relaciones objetales, observa el paso de la
relación narcisista de la niña hacia la relación objetal con la madre o con ambos
padres, y concluye que entonces el carácter es un intento de resolución de un
tema o reto existencial básico que queda congelado y estructurado como una
estrategia de reacción frente a una respuesta traumática del medio ambiente
parental.

Pierrakos (1986) añade a dichas estructuras caracterológicas la dimensión


espiritual. Propone que el ser humano crea un carácter y una coraza muscular,
inicialmente como un mecanismo de protección, que se contrae ante un peligro
externo, y más tarde se convierte en un patrón defensivo para evitar vivir el dolor
que se ha recibido en las diferentes etapas de formación y desarrollo, así como
también evitar volver a ser herido.

A nivel físico, Los bloqueos se forman de rigideces esqueleto-musculares, a


nivel mental, son conclusiones distorsionadas que el individuo hace desde niño, a
partir de los mandatos de los padres y de sus experiencias dolorosas, que se
convierten en creencias a través de las cuales evaluará su vida y determinará su
manera de percibir y actuar en el mundo.

A nivel energético se crean perturbaciones en el funcionamiento de los


centros de energía o chakras y del campo áurico, que reproducen exactamente las
condiciones restrictivas del organismo. A nivel espiritual, al estar separado de la

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 103

esencia, el ser humano vive enajenado del amor real y profundo hacia sí mismo y
hacia el mundo.

Hay trastornos en la pulsación de vida, por lo que el intercambio energético


con el ambiente se ve afectado, el movimiento natural de la energía de vida es
trastocado, así como la manera de relacionarse consigo mismo y con el mundo. A
nivel espiritual, el carácter señala la tarea del alma de cada individuo, lo que ha de
aprender y la misión que ha de realizar, ya que: “La persona no es un tipo de
carácter o estructura, es un ser humano cuyo funcionamiento se ha desviado y
cuya alma tiene una belleza y una brillantez sin nacer y la terapia ha sido creada
para liberarla” (Pierrakos, 1986, p. 93).

La liberación implica una confrontación al carácter, al patrón defensivo,


trabajar con la resistencia y abrir los bloqueos que permitan la aceptación,
expresión y reeducación del potencial reprimido y destructivo que hay en el
interior, permitir que la energía congelada o estancada fluya para dar paso a lo
más hermoso del ser humano, a sus fuerzas sanadoras de amor y de realización.

El ser humano es mucho más que una manera fija de pensar, más que un
comportamiento habitual o compulsivo, que una manera estereotipada de
reaccionar emocionalmente, mucho más que una configuración de bloqueos y
tensiones en su cuerpo. Hay mucho más que un ¡no! a las corrientes plasmáticas
y amorosas de la vida. Hay un misterioso potencial de ser, que existe para ser
descubierto.

Nuestro cuerpo somos nosotros mismos, es nuestro yo corporal que


conserva y refleja todas las experiencias de vida que hemos tenido, es nuestra
memoria corporal. Lo consciente y lo inconsciente viven en él, sin olvidar que
somos una unidad psicosomática mente-cuerpo. El grado de bloqueo y
acorazamiento reflejará el grado de vida y salud que tenga una persona, así como
su capacidad para el placer y para experimentar un amor maduro y abierto.

Es importante puntualizar las cinco necesidades que se reconocen en las


diferentes etapas de desarrollo del niño, las cuales permitirán entender mejor
hacia dónde se dirige el trabajo de Core Energética:

La primera necesidad. De ser bienvenido: “Te amo porque existes”, dando


la seguridad de que se tiene un lugar y se pertenece a este mundo, a una familia.

La segunda necesidad. De ser nutrido, cuidado. Significa que está bien


necesitar y que el mundo sí tiene para darle a él, a ella.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 104

La tercera necesidad. De ser reconocido y aceptado de manera


esencial, personal, como se es. Ser aceptados y respetados los talentos y
características del niño(a).

La cuarta necesidad. De separación-autonomía. Respetar el proceso de


libertad y de la manera de fluir del niño(a).

La quinta necesidad. De desarrollar una identidad sexual propia. Es


recibir el apoyo y la aceptación para desarrollarse como mujer u hombre.

A partir de estas necesidades surgen, naturalmente, los siguientes


derechos, que en el proceso de sanación y afirmación en la vida necesitan ser
integrados de manera experiencial en la persona:

1. El derecho a vivir, a existir y ser bienvenido.


2. El derecho a necesitar ser nutrido, cuidado y atendido.
3. El derecho a ser visto como un individuo, a ser respetado tal como es.
4. El derecho a ser libre.
5. El derecho a amar y ser amado. A poder expresar su amor-sexual.

A continuación se presentan las principales características de las


estructuras de carácter que se estudian en Core Energética, identificadas como
guías o mapas que pretenden acercarnos al territorio personal y existencial del
paciente. Es importante reconocer que la persona no es un carácter, es un ser
humano con un gran potencial por desarrollar.

5.2 Carácter esquizoide

5.2.1 Etiología
La reacción defensiva puede surgir antes del nacimiento, en el vientre materno,
durante el parto o poco después del nacimiento. El niño (a) vive una experiencia
primaria de miedo, inseguridad, amenaza a su integridad física, una experiencia
de muerte, ya sea porque la madre no lo deseaba, porque intentó impedir que
naciera, porque tuvo sentimientos de odio hacia la criatura, por un nacimiento
traumático en el que estuvo entre la vida y la muerte, porque fue separado
violentamente de la madre o puesto en una incubadora o por nacer en
circunstancias externas de gran violencia.

La madre pudo ser muy hostil, fría, abusiva, cruel: “El mundo entonces es
percibido peligrosoK el bebé, que espera ser acogido en un ambiente simbiótico,

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 105

sentirse unido cálidamente con su madre, lo que recibe es un rechazo a su


existencia” (Molina, 2007, p. 79).

Queda una memoria corporal y energética que parece decir “Hay algo malo
en mí”, “no soy bienvenido, no quiero estar aquí”. El vínculo energético madre-hijo
no se establece. La experiencia de sentirse odiado, rechazado, rompe con su
unidad mente=cuerpo. El yo biológico no encuentra apoyos para crear una
identidad psicosomática, por lo que el individuo se fragmenta, su yo es muy débil,
entonces se mantiene junto a sí mismo, protegiéndose del quiebre a todos los
niveles. Se defiende primitivamente contrayendo y congelando su energía vital en
el centro de su ser, negando con ello su necesidad de contacto, desde la mirada
hasta el abrazo, el toque que nos lleva a reconocer nuestra corporeidad y la del
otro. Su tema de vida será la seguridad, encontrar sentido a su presencia en este
mundo, a pertenecer a la familia humana.

5.2.2 Energía y conciencia


La energía-conciencia, en el caso del
temperamento esquizoide, va a ser
desplazada fuera del cuerpo. Es un
carácter que se está subcargado
energéticamente, que parece decir:
“No es seguro estar en este mundo”.
“Es mejor permanecer frío que
sintiendo”. “Sentirme vital es exponer
mi vida”. “Con poca energía no soy
visible”. Retirada la energía vital hacia
el núcleo de su ser, el campo
energético de la persona con defensa
esquizoide presenta discontinuidades
y rupturas.

Fluye mínima energía hacia la


periferia de su cuerpo (cara, brazos,
piernas), que se mantiene con un
color pálido, frío y con poca energía
para el movimiento y la expresividad. Castiga su propia energía vital para evitar
ser aniquilado. Usa toda su energía para conservar su identidad y mantener el
autosostén a costa de una mínima interacción con el ambiente: “Sólo yo puedo
cuidarme” “Mantenerme lejos es mantenerme a salvo”. Los centros de energía
abiertos son el 7º. de la coronilla, el 6º, que le da una brillante visión interna e

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 106

intuición, el 3º. del plexo solar, de la voluntad y el 2º, posterior a la sexualidad,


pero estos no funcionan de forma equilibrada (Brennan, 1993). La energía-
conciencia, con los tres centros inferiores cerrados, parece decir: “No quiero
arraigarme a esta tierra”. “No confío en este mundo”. “No voy a vincularme con la
madre tierra”.

Con los dos superiores abiertos, su energía se desplaza hacia el cielo, al


mundo espiritual o intelectual, de esa manera, la posibilidad de fusión cósmica es
excesiva. Con los centros de energía cerrados, drena más energía hacia el
exterior y se resiste a tomar energía de entorno. Tiene un bloqueo energético en el
cuello, cerca de la base del cráneo, por donde la energía se escapa a chorros.
También sufre fugas de energía en la espina dorsal, en la parte baja del diafragma
y las articulaciones:

Kla baja energía del aura frontal se puede ver por el aspecto inexpresivo y
“huidizo” que frecuentemente se aprecia en el esquizoide. Por lo general dirige su
energía hacia arriba de la espina dorsal para salir por la parte posterior de la
cabeza, en la región occipital, creando el bulto energético hacia la parte posterior
de ésta. Es una forma de evitar el contacto aquí y ahora en el plano físico
(Brennan, 1993, p. 114).

Con la energía-conciencia distorsionada, el temperamento esquizoide


niega y rechaza la realidad física en sí mismo y la realidad material del mundo.
“Existir significa morir”, el mundo puede hacerle daño, sentir es tocar un dolor muy
primario, el dolor de entrar a esta vida, donde percibe los aspectos más oscuros
de la madre y el entorno que le rodea. Aunque parece querer escapar de las
energías muy negativas, oscuras, destructivas que le acompañan, termina
absorbiéndolas e identificándose con ellas.

Si bien hay una reacción hostil, con su precario desarrollo al ambiente


agresivo, por esta vulnerabilidad, termina tomando energías oscuras que no son
suyas y que pertenecen a la madre y a su ambiente. Será esencial trabajar con
los tres primeros chakras, en trabajo corporal de arraigo, ejercicios, con danza,
respiración y sanación espiritual.

5.2.3 Cuerpo
Estas personas tienden a ser delgadas y altas, con un cuerpo estrecho y
contraído, aunque algunas pueden tener cuerpos gruesos. El tono muscular es
pobre y el tejido conectivo es flácido. La musculatura tiende a compactarse,
tensarse y hacerse fibrosa, manteniendo un estado de entumecimiento y
congelamiento del cuerpo para evitar sentir sus sensaciones.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 107

Los principales bloqueos están en los ojos, sacro y articulaciones. Su


cuello, largo y tenso, tiene un fuerte bloqueo, su cabeza (de lado) da la impresión
de estar separada de la línea central del flujo energético del cuerpo. La base del
cráneo posee tensiones profundas y aisladas. Los ojos permanecen carentes de
vitalidad y vivacidad, en estado de ausencia, de vacío, de frialdad.

Alrededor de los ojos persiste una fuerte tensión que impide ver la realidad
con claridad; la expresión facial como máscara, pálida y sin emotividad. Su
lenguaje es despersonalizado. La persona es débil en su estructura física genera.
El cuerpo, visto en totalidad o por segmentos, es asimétrico.

Por lo general, presenta desviación en la columna vertebral, la cual no se


mueve con libertad. Sus movimientos son rígidos y poco coordinados, aunque
puede haber personas muy elásticas y coordinadas, pero sin una conexión
sensible con su cuerpo.

Las articulaciones son rojas, débiles, con falta de vitalidad; no unen las
partes del cuerpo con eficiencia ni permiten la conducción adecuada de energía
entre el tronco y la periferia. La piel es fría, sin vida, opaca, con falta de calor.

Los hombros tienden a estar uno más arriba que el otro y parecen estar
pegados hacia adentro del cuerpo. Los brazos están colgados y no se mecen
libremente, tienen fuerza, pero el movimiento para golpear se haya escindido. Las
manos están frías. El cuerpo no interviene en la acción. Hay una profunda
contracción en el pecho que está expandido en la garganta. Tienden a tener voz
aguda e infantil. El diafragma tiene una fuerte contracción, así como severa
tensión alrededor del abdomen, que crea una escisión en el cuerpo, superior e
inferior. La pelvis esta contraída e inmóvil. La sexualidad se usa para hacer un
poco de contacto. Generalmente las piernas son largas y flacas. Las muñecas,
tobillos y pantorrillas son débiles. Los pies también, con arcos altos, fríos y
contraídos, con poco arraigo y contacto con el suelo. Viven en un estado de
entumecimiento corporal, desconectados de sus sensaciones. Cuando las
perciben, lo cual hacen muy sensiblemente, les da temor. El apoyo terapéutico
estará basado en acompañarles con gran sensibilidad y conocimiento a que poco
a poco las toleren y las integren como parte de sí mismos.

Debido a la fuerte contracción en el diafragma y abdomen, la respiración


es superficial, mínima y más bien torácica. Levantan el tórax y meten el abdomen
al inhalar y se observa un jadeo, que recuerda el estado de pánico.

Habitualmente no se paran de frente, temen exponerse y esconden el


cuerpo. El arraigo, que debió darse en la primera etapa de la vida de manera
horizontal, no se da, afectando el posterior arraigo de pie en la tierra, que es casi

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 108

nulo, pues cualquier intercambio energético con la tierra amenaza con desintegrar
al individuo. Con todo y la presión de la gravedad, jala hacia arriba, como
aspirando ir hacia el cielo. Al caminar, sus pies parecen estar despegados del
suelo.

5.2.4 Emociones
Las personas con defensa esquizoide son seres hipersensibles, con una fuerza
vital emocional intensa, genuina, brillante guardada en su interior. Poseen
sentimientos primorosos de amor y de ternura que no encuentran caminos de
seguridad para ser expresados. Sus emociones, tanto negativas como positivas,
están congeladas dentro de sí mismos. No saben cómo manejarlas, no las
conocen bien.

Cuando irrumpen en algún momento de su vida, entran en terror, se


fragmentan en medio de estallidos emocionales. Luego regresan a su retraimiento,
desde donde se vigilan y vigilan su ambiente: “Los límites del ego se tornan
frágiles y se colapsan fácilmente bajo el estrés de la vida, entonces hay
discordancia y discontinuidad en todo los niveles de operación de su vida”
(Pierrakos, 1990, p. 123).

El entorno familiar rígido y con dobles mensajes ha herido y castigado


profundamente las expresiones espontáneas, vitales, emocionales del niño (a),
que no entiende para qué existe, cuál es el sentido de su existencia. Le son
negadas las vibraciones amorosas de su madre o de su familia. El exterior no le
refleja el amor, la ternura, el cariño, el permiso para ser, mostrar su eros, su amor,
más bien parece decirle: “No tienes derecho a existir”. “No tienes derecho a
sentir”. El individuo crece entonces desconectado de su sabiduría emocional, de
la expresión sana de su agresión, de su amor y su sexualidad.

Se muestran con un aplanamiento, congelamiento y desapego afectivo. En


su interior persiste el terror, furia, resentimiento, odio hacia la madre y más
adentro, un gran anhelo de vinculación con ella. Rechazan el pánico y el miedo
primario que sintieron. La represión- negación de sus sentimientos y emociones
se vuelven retroflexivos, en contra de sí mismos, entonces se deprimen y llegan
a protagonizar actos autodestructivos. Un ejemplo son las tribus contemporáneas
denominadas “Darks”, “Emos”, etcétera, las cuales, como una metáfora viva,
reflejan no sólo la oscuridad anidada en su interior, sino la de una sociedad que se
niega a mirar lo que ella misma ha creado a través de la familia, que cada vez se
desvincula más del maternaje necesario para los niños que vienen a este mundo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 109

Su defensa principal ante el mundo es el miedo. Se protegen del tremendo


dolor que yace en su interior y no están seguros de poder tolerar: “Prefiero morir
antes que sentir dolor”. Temen tremendamente contextos o circunstancias donde
hay fuertes conflictos, agresividad o mucho dolor. Prefieren vivir alejados de
espacios donde se expresen muchas emociones, incluso las de alegría y placer,
pues también les asusta. Ahora bien, este carácter generalmente es empático al
miedo y al dolor del otro: “Su capacidad para los sentimientos espirituales, para la
ternura y para la simpatía es muy grande. Desgraciadamente, le resulta difícil
concentrar todo eso en un objeto del mundo material. Su falta de identificación del
yo y de control sobre su coordinación motora constituye un obstáculo (Lowen,
1985, p. 374).

Su queja al llegar a terapia es: “Me siento con miedo y ansiedad”. Vienen en
estado de depresión, con incapacidad de sentir a profundidad su cuerpo y sus
sentimientos, con dificultades para manejar la intimidad en la relación de pareja.
No se sienten unidos e integrados. No sienten seguridad básica y temen al
fracaso, a “no hacerla en la vida”. Esta crisis representa un camino de conexión
consigo mismo, de trabajar para aterrizar, arraigarse en sí mismo y en el mundo,
de paulatinamente experimentar, integrar, arraigar en su yo sus sentimientos y
emociones negativas y positivas. Aceptarse como un ser muy sensible. Aprender
a tocar y ser tocado.

5.2.5 Mente
Las personas con carácter esquizoide han desarrollado el “yo” más débil de todas
las estructuras. La herida temprana afecta el desarrollo biológico, fisiológico,
energético y psíquico del niño y no le permite configurar un ego que integre las
experiencias vividas en la infancia, las expresiones de su ser, sus sensaciones,
emociones, sentimientos, impulsos, su presencia en el espacio cotidiano y las
interacciones con su mundo. No logra una identidad biológica adecuada.

La experiencia de sentirse odiado rompe con la unidad mente-cuerpo,


entonces vive fragmentado, escindido en sí mismo. Para evitar la ruptura
emocional psicológica se mantiene junto a sí mismo, se retira, se disocia y
proyecta. El cuerpo es sólo una morada para su yo pensante. Al no tener un buen
contacto con la realidad, crea su propio mundo, en el nivel intelectual o espiritual.
Con un gran talento imaginativo y pensante, y con la negación de los
valores de la realidad material, no tienen obstáculos en su creatividad y pueden
desarrollar proyectos innovadores artísticos que les es difícil capitalizar en la
realidad, donde no están arraigados.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 110

La defensa principal de su ego es una fría superioridad, que los protege de


que otros se acerquen demasiado a ellos: “En situaciones de convivencia, se
mantienen fuera, les es difícil integrarse, tener un sentido de pertenencia e incluir
a los demás en su interior” (Molina, 2007, p. 85). En los grupos sociales suelen
ser percibidos como raros, ya que los demás no saben cómo acercarse,
comunicarse o relacionarse con ellos, pues por un lado, se siente su fragilidad y
por otro, se rechaza el aire de superioridad con que se presentan.

Su conflicto básico media entre la existencia y la necesidad. Necesitan, y al


mismo tiempo, temen ser aceptados, vistos, ser bienvenidos y tener un sentido de
pertenencia. Sus conclusiones distorsionadas o creencias son: “Puedo existir si
no siento”, “algo está mal conmigo”, “si permito sacar mi fuerza de vivir voy a ser
destruido”, “no tengo derecho a existir”, “el mundo es peligroso”, “no necesito de
nadie”, “yo estoy solo”. El ego dice que retirarse es mejor que atreverse: “El adulto
con esta defensa se protege de ser rechazado y del fracaso: “Si no te acercas, no
serás rechazado”, “si no pides no serás molestado”, “si no aspiras a nada no
fracasarás” (Molina, 2007 p. 81).

El proceso psicocorporal para mejorar la respiración, el contacto con el


suelo, el descongelamiento gradual de las sensaciones corporales y conectar con
el cuerpo, van contribuyendo a un proceso de contención, a integrar y fortalecer su
“yo”, para luego confrontar y drenar la rabia, el odio, el terror y el dolor. Es
necesario ayudarles a mirar su sensibilidad, intuición y gran creatividad, a
favorecer el proceso de transformación de los contenidos de su mente hacia
pensamientos positivos de sí mismos y del mundo.

5.2.6. Voluntad
En este carácter, la voluntad o fuerza del ego para ir hacia lo que se quiere en el
mundo terrenal, es precaria. Aunque estas personas pueden ser constructivas y
creativas, la falta de contención de su yo, así como la dificultad de mirar la realidad
como es, les impide alcanzar lo que quieren: “A veces el esquizoide actúa con
gran determinación, pero no es un comportamiento duradero. La agresividad no
queda atrapada en un atolladero emocional, simplemente desaparece” (Lowen,
1985, p. 373).

La voluntad o fuerza de su corazón, que son las fuerzas amorosas para


recibir y dar amor, también se inhiben, cortando el flujo de interacción y
comunicación con otras personas que son necesarias para realizar proyectos
humanos, materiales, intelectuales. El rechazo a las relaciones humanas y al
mundo material es una intención negativa que los deja solos y aislados, con lo

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 111

cual recrean su herida. Tomar su responsabilidad no será fácil, mas cuando lo


hacen, el proceso de abrirse a la verdad de su vida es hermoso y gratificador.
Prevalece a este nivel la intencionalidad negativa de no dar al mundo y no
recibirlo. Hay una decisión negativa de fragmentarse antes que unificarse.

Será un proceso profundo consigo mismo el que le ayude a observar cómo


se niegan y se apegan a la identificación negativa que tienen con el lado oscuro
de este mundo. Necesitan experimentar lo amoroso, el cuidado, la mirada, la
bienvenida de su ser, para reconocer que tienen un gran corazón y que está bien
vibrar con los sentimientos del amor.

5.2.7 Espiritualidad
La experiencia de no querer pertenecer a su propio cuerpo y su rechazo a
pertenecer al grupo humano es un ¡no! a ser uno con todo y todos. El afán común,
dado los dones que poseen, es que buscan integrarse a las grandes fuerzas de la
intelectualidad o espiritualidad, a Dios, sin haber aceptado su humanidad y su
camino por el mundo con humildad.

Necesita recuperar la fe, la confianza en su humanidad y la de los demás.


No traicionar su encarnación, encontrar y aceptar su lugar en este mundo,
descubrir su misión y ser leal a ella, aceptar la realidad material y terrenal, honrar
la vida.

5.2.8 Máscara
La máscara o apariencia con la que se presentan es la de seres aislados,
miedosos, que no se relacionan, la de superioridad moral, intelectual o espiritual.
Imagen idealizada de estar más allá del bien y del mal que prevalece en este
mundo, de recato y timidez. Acentúan su presentación ante el mundo como
alguien raro. Su ideal del yo o imagen idealizada es Ser Especial, que espera ser
descubierto por sus talentos. Se identifica con la máscara de la serenidad. Desde
el aspecto culpabilizador de la máscara, la persona dice: “Te rechazaré antes de
que me rechaces”.

5.2.9 Ser Inferior


Arrogancia y miedo. Negación del dolor y anhelo de ser sentido y amado. Rabia
asesina, odio, desprecio por lo humano. Miedo de aniquilación y deseos de
destrucción, de matar. Su intención negativa es a seguir experimentando el mundo

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 112

únicamente hostil. Pensamientos de autodestrucción, con intentos suicidas y


homicidas en casos extremos. Expresiones del ser inferior: “Tú tampoco existes”.
“No me vas a tocar”. “No te recibo ni estoy para ti”.

5.2.10 Ser Superior


Muy sensible internamente, intuitivo, creativo, genial, brillante pensador,
innovador, imaginativo, artístico, perceptivos de la energías sutiles. Con gran
espiritualidad, bondadosos. Tienen un sentido profundo de la existencia. Su
afirmación: “Soy real” “Me rindo a ser humano” “Soy un ser humano”.

5.2.11 Core
La sabiduría, la razón con corazón.

5.2.12 Tarea de vida


Aterrizar su humanidad en la tierra. Integrar su espiritualidad al mundo material.
Abrirse a dar y recibir. Transformar su ser inferior en energía, en fuerza vital para
decir sí a la vida y aprender de ella. Arraigarse a la tierra, a la vida, a su cuerpo.
Afirmar: “Tengo derecho a existir” “Es bueno sentir” “Me doy la bienvenida y le doy
la bienvenida a los demás”. Liberar su core y los dones espirituales que posee
para realizar su misión.

5.3 Carácter oral

5.3.1 Etiología
Es posterior al nacimiento, hasta los dos años, cuando el bebé necesita ser nutrido
física, emocional y energéticamente. Son los brazos, el calor, la mirada, la leche
materna, los aspectos esenciales para la nutrición y el crecimiento de una criatura.
La persona con carácter oral no recibió lo que necesitaba, o no recibió lo suficiente
de su mamá porque ella falleció, porque trabajaba, porque había otros hermanos
que atender, etc. La simbiosis necesaria en esta etapa se da insatisfactoriamente,
el vínculo con la madre se establece débilmente. La necesidad del individuo de ser
cuidado, atendido en sus necesidades, no fue cubierta. Lo deja con una memoria
de carencia, de vacío, de soledad, con una herida de abandono y privación. La
ansiedad más grande es de separación: ha conocido el paraíso y lo ha perdido.
Queda en un duelo que puede arrastrar toda la vida, una desilusión y frustración

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 113

oculta en la memoria del cuerpo. Para


protegerse del dolor y no volver a ser
herido, toma la decisión, en un nivel
muy infantil, de no necesitar.

5.3.2 Energía-conciencia
Con base en la experiencia de haber
sido privado de la satisfacción y
placer de llenar sus necesidades
físicas y emocionales, la persona
parece desarrollar la conciencia-
energía de que este mundo (madre)
no tiene para él, para ella. “El mundo
es un lugar donde no se recibe lo que
se necesita” “No hay suficiente para
mí, para que logre madurar”. La
persona con este carácter presenta
una energía baja, su cuerpo y su campo de energía están subcargados, débiles.
La energía principal está en la cabeza, inflando la energía 8 en la parte superior.

El centro energético de la corona y la frente están abiertos, lo que le da


claridad mental y espiritual: “El campo deprimido, el cuerpo restringido, la energía
late activamente alrededor de la cara y los lóbulos frontales. El centro de energía
de la frente está bien desarrollado y los ojos son brillantes y con fuerza, con
facultades intelectuales y de compresión” (Pierrakos, 1990, p. 123).

El centro sexual delantero puede estar abierto, mostrándose receptivo a las


relaciones y al contacto sexual y sensual, a través del cual intenta compensar sus
necesidades de contacto emocional. El resto de los chakras se encuentran
cerrados o desactivados.Se resisten a recibir alimento del entorno energético
visible y sutil y en todo él o ella hay una fuga considerable de energía. No
metabolizan bien la energía que reciben, de manera que no se nutren. Absorben
energía de los demás a través de los ojos y verborrea, cuando les prestan
atención, pero no la metaboliza en su interior.

En sus relaciones, sobre todo de pareja, se pegan al otro con excesivas


demandas de amor, de cariño, de atención, de contacto, que no ven ni reconocen.
Su aspiración es ser el centro de la vida del otro, tal como sintieron que no lo
fueron para su madre: “Kel compañero o la pareja suelen sentirse “chupados”
energéticamente por ellos, ya que aún en sus actitudes y conductas amorosas y

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 114

cálidas toman energía de la pareja, a la cual asustan por su gran necesidad de


afecto” (Molina, 2007 p. 98).

Necesitan activar los centros de energía cerrados y aprender a metabolizar


y cargar energía, para que puedan sentirse energetizados y con recursos para
crecer. Se consideran dos tipos de caracteres orales: el oral compensado y el oral
colapsado. El primero define su energía-conciencia como “No necesito” y el
segundo declara “Yo necesito”. Ambos niegan la necesidad real, por lo que no la
satisfacen.

5.3.3 Cuerpo
La persona con carácter oral tiene un cuerpo poco desarrollado, con rasgos
infantiles, delgado, con una musculatura con poco tono y flacidez, como dejándose
llevar por la debilidad. La energía fluye débilmente a lo largo del cuerpo. El
principal segmento bloqueado es el oral, que comprende la musculatura del
mentón, garganta, zona occipital, boca y lengua, a través del cual se recibe el
alimento, que carga de energía y es el medio para expresar y recibir la verdad de
otros. Habla mucho y no recibe. La cabeza, muy desarrollada, está echada hacia
adelante, buscando el alimento. El cuello es largo y tiene fuertes tensiones. Los
ojos del oral colapsado son de anhelo y súplica; en el oral compensado la mirada
vuelve a decir: “No te necesito”.

La mandíbula tiende a ir hacia adelante. La boca entreabierta, como en


anhelo. Labios grandes, llenos, que quieren alcanzar, labios delgados, resignados,
que ya no demandan. Los hombros, redondos hacia adelante, avanzan los brazos
largos y delgados subdesarrollados y débiles. Manos pequeñas. El tórax frío y
deprimido, es paralelo al hundimiento entre los omóplatos. Hay un bloqueo fuerte
en el diafragma, creado durante la lactancia. El abdomen hacia adelante, con un
estómago flácido. Hay bloqueo en la baja espalda. La pelvis es pequeña, con poca
excitación sexual, usa la sexualidad para establecer relaciones simbióticas. Las
piernas largas, de niña, con rodillas tensas y estiradas para atrás. Muy necesario
fortalecerlas y enseñar el arraigo. Los pies son planos y colapsados. El peso del
cuerpo está en los talones y hacia fuera. Al caminar parecen flotar. Su piel es muy
suave. Se paran de manera infantil, sin estar bien asentados en el suelo.

La respiración es entrecortada y pobre, no inhalan lo suficiente y con ello


evitan cargarse de energía, toman poco de la vida. Tienen poco arraigo, no toman
energía de la tierra, se estiran hacia arriba, en actitud de príncipe o princesa, que
flotan al caminar, de la misma manera que se separan de su principio de realidad.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 115

El carácter oral compensado tiende a tener un cuerpo más fuerte,


arrogante, dispuesto a pelear.

El proceso corporal de la Core Energética es valiosísimo y estará enfocado


a aumentar la capacidad respiratoria, movilizar y energetizar el cuerpo, bajarlo al
arraigo para promover fuerza y empoderamiento, que le permita expresar la rabia
y el dolor retenido en su interior y despierte el potencial de crecimiento y
maduración física y emocional. La contención ha de ser firme y la vez muy
amorosa, muy suave en algunos momentos. Hay que dar reeducación en cuanto a
la alimentación y el cuidado para sí mismos.

5.3.4 Emociones
La persona con defensa oral vive con desilusión y frustración, con dolor por la
privación y el abandono vividos. El vacío y la soledad son muy profundos, por lo
que trata de evitar experimentarlo acercándose a otras personas. Vive con mucho
miedo a ser abandonado. El oral colapsado se apega a la pareja y el oral
compensado mejor no se involucra. Guardan un profundo resentimiento y
amargura en su interior.

Como no fueron ayudados en la expresión de su agresión, ni cultivaron


energía para ello, tienen un sentimiento de poco poder personal e impotencia
para alcanzar lo que quieren, y pueden ser envidiosos de aquellos que lo logran.
Buscan a otras personas para que les den la fuerza que necesitan. El oral
colapsado se hace dependiente, demandando del otro la atención que necesita, y
aunque se la dé, no la toma, el oral compensado, que no quiere necesitar,
también es codependiente, aún cuando no lo acepte, pues al no soporta el
vacío y soledad, busca apoyar a otras personas, incluyendo a los padres.

Han suprimido sentimientos de furia, de rabia, de insatisfacción. “El mundo,


la madre le deben”, y mientras más sienta que no es satisfecho, más crece su
rabia. La demanda narcisista de amor, cariño, ternura es una expresión de su
enojo. No saben pedir, se lo tienen que dar: “La persona oral ha sufrido muchos
desengaños en la vida, muchos rechazos en sus intentos de tender la mano. Por
lo tanto, se convierte en un ser amargado y piensa que lo que consigue nunca es
bastante. No puede sentirse satisfecho, pues trata de satisfacer un añoranza
interior que él mismo niega, compensándola con otras cosas” (Brennan, 1993, p.
114).

El carácter oral es muy sensible, en el oral colapsado puede utilizar esta


sensibilidad para manipular los sentimientos de los que están cerca y demandar el
amor que siente que le deben. Cuando no logra que sus demandas narcisistas

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 116

sean satisfechas, arremete con ira hacia los demás y también lo hace contra sí
mismo, devaluándose y viéndose más incapaz de lo que es, se hace más triste y
amargo.

Por su parte, el oral compensado se agota cuando pretende aparentar más


fuerza de la que tiene, le enoja sentirse cansado, siente rabia de necesitar, se
retira, se agrede y retroflecta contra sí mismo, exigiéndose más.

Hay un berrinche narcisista, un voluntarismo duro, al interior, de que tienen


que ser nutridos, reconocidos, acompañados, mimados (como ellos dicen).
Desarrollan el arte de culpabilizar a los otros por lo que no les dan, por no ser
sensibles a su persona, por no reconocerles el apoyo que dan.

Se alegran hasta la euforia cuando algunas de sus necesidades son


satisfechas, idealizando a la persona comprometida con esa satisfacción. Como
toda euforia, están despegados de la realidad. Llegan a la terapia generalmente
porque sienten crisis de ansiedad, desajustes emocionales, inestabilidad anímica,
fatiga, depresión, miedo a no poder con la vida, soledad, vacío interior, conflictos
con la pareja, trastornos alimenticios.

A causa de la poca energía que metabolizan, sus emociones duran poco,


por intensas o tenues que sean. La expresión de su amor, eros y sexualidad tiene
buen arranque, pero pierden fuerza en poco tiempo, entonces tratan de tomar
energía del otro para continuar. Pueden ser cálidos y amorosos, empáticos a las
necesidades de las otras personas. Son individuos más bien tristes, como el oral
colapsado, o pueden tener chispa de alegría, como en los orales compensados.
Ambos necesitan integrar en su ser la tristeza y la alegría.

Es necesario cargarlos energética y físicamente para que se sientan más


fuertes y puedan enfrentar su rabia, su resentimiento, su amargura, su vacío, su
soledad, el miedo a ser abandonados, su dolor por lo que vivieron, que asuman
qué es lo que necesitan, y que al tomar, recibir y llevar a su interior lo que les dan,
puedan digerirlo, nutrirse, asimilarlo. Deben aprender a reconocer que lo que se
asimila empodera y ayuda a crecer y a madurar, y que madurar significa atender
sus necesidades reales, apoyando al niño interno y a las necesidades del
presente, implica también aprender a calibrar su expresión emocional.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 117

5.3.5 Mente
En el ego del carácter oral:

K los límites tenues se colapsan o se inflan fácilmente a los largo del organismo.
El core está debilitado debido a las privaciones de la infancia. El ego oscila
violentamente entre la grandiosidad y el colapso. Como le falta habilidad para
movilizar el core, esta persona cae con frecuencia en la rabia culpable o en el
optimismo sin límites. El ego no está suficientemente desarrollado para lidiar con la
energía del interior y las del exterior (Pierrakos, 1990, p.122).

La frustrada experiencia primaria de simbiosis, de ser el centro de atención


de la madre y de la familia, o de continuar siendo el centro de atención, el
“reyecito o la reinita” de la casa donde creció, lo conduce a fantasías
compensatorias de grandiosidad, mirándose como “príncipes” o “princesas”.
Cuando circunstancias de la vida los desinflan, caen en verdaderos vacíos y
depresiones. No hay puntos medios, o están arriba o están abajo. Viven
enajenados de una visión realista de sí mismos.

Por supuesto que el ambiente contribuyó a esto. Son familias con muchas
carencias económicas y/o afectivas, que se quejan de no recibir lo suficiente de la
vida, que Dios o el universo no es abundante para ellos. O en el que para los
padres, en un tiempo, el individuo era alguien maravilloso y en otro fue olvidado,
descalificado o lastimado, en el seno familiar de un progenitor que elogiaba y el
otro disminuía o en el que uno de los padres vivía engrandecido y el otro
disminuido. La niña, el niño internaliza en su psique esta dinámica y se identifica
con ella. Esta representa, a su vez, el desafío a trascender.

Fortalecer el ego implica ir más allá de la obsesiva persecución del placer


(porque el paraíso perdido está asociado al placer que se sintió al contacto con la
madre o quien haya dado el abrazo maternal) y aceptar el principio de realidad, al
cual el niño fue forzado a entrar muy tempranamente, cuando tenía los mínimos
recursos para enfrentarlo, al que tanto se ha resistido. Es preciso que observe que
ese principio de realidad también le ofrece placer, pero tiene que aprender a
posponer y a tolerar la frustración.

Para el oral colapsado, lo difícil será que comprenda que no sabe pedir, y
que su demanda es una acción agresiva exagerada, que provoca que los otros le
abandonen. Que está tan enfocado en exigir, que no ve cuáles son sus
necesidades reales, y que por lo tanto, lo que demanda generalmente no es lo que
necesita en el presente. Que es el niño interno necesitado y rabioso que exige que
le salden la cuenta pendiente.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 118

Para el oral compensado será complicado que reconozca que a través de


apoyar a otros está tratando de obtener amor, de satisfacer sus necesidades
afectivas, que por más que se niegue a necesitar, sí necesita, y mucho, que tiene
una deuda consigo mismo, la de atender sus verdaderas necesidades, que no
puede solo, que está bien pedir lo que realmente necesita. Su arrogancia no le
permite recibir, rechaza lo que otros le dan, pues se siente agredido en su
autosuficiencia e independencia. Provoca con ello que los demás se retiren, lo
dejen solo, que no lo apoyen. En el trabajo no sabría delegar, haciendo
“apoyando” lo que toca a los otros. El mensaje que envía es “Yo puedo solo (a)”.

El ego se prende en la búsqueda de relaciones para establecerse en


simbiosis. Aquel o aquella que llega a satisfacer una necesidad es glorificado,
mitificado, lo que le permite mitificarse a sí mismo (a), el ideal del yo o la imagen
idealizada es de ser alguien especial, realzar la ilusión narcisista y mirarse como
un ser amoroso y dadivoso. En el carácter oral hay una negación a aceptar las
experiencias de carencia y abandono que se tuvieron y la necesidad de hacer un
duelo por ello, de aceptar lo que fue y no continuar recreando esas experiencias.

La persona adulta con carácter oral vive dominada por una conciencia
infantil, no mira la realidad presente, se mueve con la conciencia de un pasado
continuado, la de un niño con carencias, tan resentido que no sabe pedir,
demanda que le sean satisfechas sus necesidades infantiles, entonces no puede
ser llenado, satisfecho, porque está enganchado en una ilusión del pasado y el
pasado no puede ser cambiado, sino aceptado. Sólo pueden ser cubiertas las
necesidades del presente. El dolor de lo que fue o no fue puede ser tratado,
sanado con el amor del presente. Hay que fortalecer al adulto para se haga cargo
de nutrir, cuidar, sanar su niño (a) interior.

5.3.6 Voluntad
El ego de estos individuos no tiene una fuerza sostenida para lograr lo que
quieren, para pedir con claridad lo que necesitan. Aunque son competitivos, les
cuesta sostenerse en la batalla. Viven con miedo de no poder y de fracasar. Su
conciencia y energía se mueven hacia el contacto humano, que les ayude a evitar
conectar con su vacío, su soledad y su necesidad real, para que les refuerce su
imagen idealizada.

El temperamento oral: “Tiene más abierto el corazón y por lo tanto está más
abierto a la relación y al intercambio amoroso. Promete una conexión más
sensible consigo mismo y con los demás. Los límites de autoconciencia y

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 119

autodirección son muy tenues y se colapsan o inflan con facilidad” (Pierrakos,


1990, p. 95).

El movimiento asertivo-receptivo, aunque tenue, fluye un poco más. El


proceso de asimilación e integración es el más afectado, por lo que necesitarán
trabajar más en ello. Deberán rendirse a sus necesidades, recibir, crecer,
empoderarse y ver que también pueden dar sin condiciones, también pueden
nutrir.

Su intencionalidad negativa radica en no permitirse recibir más de la vida,


perpetuando el abandono y la carencia de sí mismos. Se niegan a crecer y
persisten en mantenerse en estado infantil, apegados a las imágenes de la
infancia. Se aferran a ideas malsanas tales como: “El mundo me lo debe”. “Haré
que me lo den”. “El mundo-madre no me lo dio, ahora no lo quiero”. “No te
necesitaré”. “No recibiré lo que me dan”. “No me nutriré y no creceré”.

5.3.7 Espiritualidad
Está más abierto a su corazón, a las fuerzas de su core, sabe, intuye el poder de
sanación del amor; es más sensible a sí mismo que el carácter esquizoide, pero
debe mirar que la vida es abundancia y que puede tomar lo que necesite de ella.
Despertar la conciencia de que no está solo en el presente. Es necesario que no
se abandone y aprenda a acompañarse con el espíritu cálido que lleva en su
interior, a acercarse a la esencia amorosa que lleva en su interior, que aprenda a
dar sin esperar.

5.3.8 Máscara
En este aspecto, Molina (2007) explica que:

En el oral compensado presenta aires de grandeza y superioridad, aparenta que


tiene y es más de lo que realmente es y tiene. Es competitivo, generoso, sonriente,
complaciente, habla mucho y tiene sentido de autonomía. Exagera su sensibilidad
y la actitud de apoyo para los demás. En el oral colapsado se manifiesta con
pasividad, seudotristeza, impotencia, como víctima. Su plática vacía es un intento
de ganar afecto. La máscara dice: “No puedo, hazlo por mí” (p. 100).

El ideal del yo, o imagen idealizada, en el primer caso es: “Soy amoroso y
generoso”; en el segundo caso es: “Soy un ser muy sensible y necesitado”.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 120

5.3.9 Ser Inferior


En el oral colapsado persiste el: “Kmiedo y arrogancia, rencor, rabia insaciable,
voracidad: “Me lo debes”, “dame más”, “no dejaré de quejarme”. Hace sentir
culpable y deficiente al otro porque no le da suficiente” (Molina, 2007, p. 100). Es
como un precipicio sin fondo que quiere tragarse al otro. Envidia, se enferma,
padece, habla y se queja de su infelicidad para torturar a los demás. Se niega a
soltar el pasado doloroso.

En el carácter oral compensado hay más soberbia externa, el miedo está


más oculto. Se coloca por encima de los demás, los desprecia desde su pedestal
y los usa para sus necesidades no reconocidas. Hay una rabia ocultar por
necesitar: “No te necesito”. “Lo que me das no sirve”. ”Eres insuficiente, no vales
nada”. “Quiero que quieras quererme como yo quiero que me quieras, de otra
manera no me sirves”, ese es su voluntarismo.

5.3.10 Ser Superior


Son seres muy sensibles, humanitarios, empáticos y cálidos ante las necesidades
y carencias de los demás, son capaces de dar ternura, dulzura, cariño, ser
fraternales, poseen el don de servicio a los demás. Pueden ser intuitivos,
creativos, juguetones, espirituales, con una mente brillante: “La persona de
carácter oral puede hacer buen uso de su inteligencia en trabajos de tipo creativo,
siempre puede conectar lo que sabe con el amor directo del corazón” (Pierrakos,
1990, p. 95).

5.3.11 Core
Traducen la esencia de su ser en un amor-razón con corazón, inteligencia y
compasión.

5.3.12 Tarea de vida


Sanar sus heridas y no perpetuar más el abandono y la privación; amar su cuerpo
y empoderarse; integrar la energía agresiva a su vida. Liberar y transformar su
negatividad: su rabia, su sadismo oral, su rencor. Trascender el apego a la
carencia y aceptar la abundancia de la vida que hay dentro y fuera de sí mismo;
aceptar que la soledad, el vacío, el sufrimiento también son parte de la vida. Poner
los pies sobre la tierra y descubrir que puede hacerse cargo de sí mismo (a), ser

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 121

responsable de su vida, crecer y florecer sin separarse de los demás; liberar su


core y los dones espirituales que posee.

5.4 Carácter masoquista

5.4.1 Etiología
El carácter masoquista se crea alrededor de los dos y tres años, cuando el niño
está en la fase de separación e individuación y requiere autoafirmarse e
independizarse. Es un periodo trascendente, pues está desarrollando el ejercicio
de su voluntad, decidiendo qué hace, cómo, cuándo, con quién, según lo que
necesita. Es también el tiempo en que los padres introducen el control de
esfínteres, normas, reglas, pautas de comportamiento y creencias, tanto familiares
como sociales.

La herida se produce cuando el niño, la niña es humillado en la expresión


de su libertad y espontaneidad, así como cuando es sometida su capacidad
autorreguladora y de autodeterminación de su ser. Su reacción agresiva de
defensa también es controlada y reprimida.

El sometimiento del impulso vital se da de forma violenta, insultando o


golpeando su integridad física o a través del chantaje amoroso y la culpa. La
madre es dominante, inflexible, aplastante y el padre apoya su postura o está
ausente. El niño (a) se enajena de su ser y se alinea al deber para no perder el
amor.

El vínculo con la madre está muy presente y desde allí se hace difícil la
individuación. La persona se somete externamente y resiste internamente: “K uno
debe tener una identidad suficientemente desarrollada y el orgullo correspondiente
para producir la respuesta masoquista, tiene que haber una sensación consciente
de la integridad del ser, que necesita ser defendido de manera masoquista”
(Johnson, 1985, p. 96).

5.4.2 Energía y conciencia


La energía-conciencia del niño (a) construye una pared interna y externa para
resistir las tensiones de dentro y fuera, para contener la fuerza de la vida que
quiere emerger y para aguantar la invasión del exterior. Se crea entonces una
estructura defensiva sobrecargada. Un fuerte surgimiento de energía desde el
interior es percibido como una amenaza catastrófica. La energía-conciencia del
ser queda encerrada, la determinación ahora es mantenerla protegida y a la vez

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 122

encarcelada. La sobrecarga sofoca al


core. La energía al moverse, del core
a la periferia, está continuamente
retorciéndose (Pierrakos, 1990;
Brennan, 1993).

La energía interiorizada se
halla en ebullición, y atrapada
adentro produce ansia, pero dejarla
salir significaría la muerte. Es
preferible retroflectar el movimiento
energético que ser dañado por el
exterior. Y el mayor daño es perder el
amor de la madre. El objetivo es
aguantar y mantener su autonomía
en el interior. La persona con
carácter masoquista deja salir hilos
de energía a través de una
quejumbrosa voz, por la cual sabemos que existe alguien en el interior que parece
pedir auxilio.

El campo de energía del carácter masoquista está totalmente hinchado.


Los centros de energía que suelen estar abiertos son el de la frente y el plexo
solar, en ocasiones parcialmente abierto el centro sexual posterior, de manera que
los aspectos mentales, emocionales y volitivos de la personalidad funcionan. El
resto están básicamente colapsados. Si ocurre una invasión a su persona, el
tercer chakra se cierra:

El centro del corazón está activo pero ocluido, porque el centro de la garganta está
cerrado. Este último es el canal superior por donde podría liberarse el movimiento
interno y no es posible. Todos los centros de voluntad, el primero de arraigo a la
vida, tres receptivos y el séptimo de conexión espiritual están cerrados. Reflejan
con claridad cómo la persona ha rendido su voluntad y cerrado su sexualidad, su
corazón y su verdad. La tarea es abrirlos a través del trabajo corporal, emocional y
energético principalmente (Brennan, 1993 p. 119).

En el sometimiento impuesto, la persona está controlada en su carga y


descarga de energía.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 123

5.4.3 Cuerpo
Físicamente, la persona con defensa masoquista tiene una musculatura compacta,
sobre-desarrollada, generalmente con sobrepeso, con piel morena y con
vellocidad, baja de estatura, con hombros y espalda superior anchos y
redondeados, como cargando un peso. El cuello es corto, ancho y muy tenso. Es
común que tenga jiba. El rostro mantiene una expresión de inocencia o sonrisa
forzada y los ojos generalmente evidencian dolor y sufrimiento suavemente
disimulados.

Sus principales bloqueos están ubicados en el cuello-garganta, diafragma-


abdomen y el segmento pélvico. La cintura es corta y ancha, el abdomen
generalmente voluminoso. Los brazos gruesos, tensos y muy cargados, cuelgan
pesadamente. Se presentan fuertes tensiones en la cintura escapular y entre los
omóplatos, que contienen rabia y odio hacia quien somete. El pecho es abultado y
encogido. Hay tensión en las nalgas, que se mantienen comprimidas, frías y
jaladas hacia adentro, así como tensión en las pantorrillas para frenar el elevador
del ano, controlando la descarga.

El individuo se encuentra encerrado en dos tapones: la garganta y el ano-


genitales. La pelvis va ligeramente hacia adelante. El masoquista usa
generalmente la sexualidad para descargar su tensión o complacer al otro, pero no
se abandona al orgasmo. Es tal su energía sexual contenida, que suele sentirse
atraída por la pornografía.

Su estructura corpórea es pesada, con arraigo de plomo. Los pies parecen


enterrados, pegados a la madre-tierra, metidos en una ciénaga. Corporalmente
reflejan la aparente entrega y sometimiento a la madre. Asimismo, el cuerpo está
muy entumecido, para no sentir. Se necesita un movimiento intenso, enérgico para
que puedan recuperar las sensaciones. Se necesita mucha presión para hacerlos
estallar. La respiración es abdominal, corta y en ocasiones suspira con
desesperación. El movimiento es pesado, lento, apretando las nalgas,
desanimado, colgando de sí mismos. Su cuerpo expresa un constante ¡No! dentro
de sí, que va convirtiéndose en un ¡No! a vivir.

Es básico movilizar fuertemente su energía a través del movimiento, la


danza, sacar la voz, estiramiento, golpear, patear, cargar y descargar. Que
conecten con la sensación de liberación y relajación, con su capacidad de
aprender a contener y expresar su coraje, lograr descubrir en su cuerpo las
sensaciones de la risa y el placer.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 124

5.4.4 Emociones
La vivacidad, la creatividad, el placer y la expresión de la emoción de vivir están
suprimidas (o más bien enterradas) en una capa de negatividad y sometimiento,
capa donde se encuentran bloqueados fuertes sentimientos de rencor, hostilidad,
ira, furia asesina y miedo de estallar y destruirlo todo a su alrededor. Los
mecanismos defensivos más importantes son la negación, represión y retroflexión.

Todas las emociones negativas que tendrían que ir hacia el exterior las
encauzan contra sí mismos, de manera que se dañan emocional y físicamente,
provocándose muchas enfermedades psicosomáticas. La persona masoquista,
voluntariosa y orgullosamente, aguanta y aguanta hasta que su organismo, si no
explota emocionalmente, lo hace a través de síntomas físicos, los cuales le
permiten entrar en contacto con su cuerpo y sentir que algo está pasando en su
interior. Ha desarrollado la estrategia de resistencia pasiva: nadie como él o ella
en este tipo de lucha, que generalmente enoja a los demás. Los provoca, acepta
la agresión para luego permitirse expresar y desahogar su ira acumulada y relajar
un poco los músculos. Claro que no es consciente de su provocación.

La persona con carácter masoquista vive una sensación subjetiva y real de


sufrimiento y desesperanza, la vida es dura para ella, es un valle de lágrimas y
obstáculos: “Siempre me ocurre lo peor”, “no valgo nada”, “nadie sufre como yo”,
por lo cual “lleva su cruz” con humildad, una humildad no real, pues debajo de ella
borbotea la ira. Trata de ser muy bueno, lo cual provoca que otros, igual que sus
progenitores, saquen ventaja, confirmando con esto la creencia de que este
mundo no es confiable y abusa de él.

Hay un dolor y un sufrimiento real que sólo podrá ser atendido cuando
explote su rabia, su furia y su odio. Tienen que ir más allá de este sometimiento a
su objeto amoroso, para dejar salir de forma genuina su cariño, su generosidad,
sus sentimientos de solidaridad. En este proceso, es esencial movilizar su energía
una y otra vez, para promover la reconciliación e integración de su fuerza
agresiva, con una fuerza constructiva que les permita poner límites y hacerse
respetar, para sentirse dignos y libres.

5.4.5 Mente
Pierrakos (1990) comenta que: “El ego constantemente lucha, hace esfuerzos por
tener espacio para liberarse de sus propias defensas” (p. 90). Del mismo modo, se
afirma que el ego encerrado en sí mismo, sofocado por tanta sobrecarga:

K vive en el infierno de imágenes del pasado, de introyectos, de conclusiones


distorsionadas y de creencias negativas, de emociones que se retuercen en su

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 125

abdomen, sentimientos negativos, apego a esos sentimientos negativos.


Acorazado como está, física, emocional, mental y espiritualmente no puede mirar a
su interior (Molina, 2007, p. 111).

El ambiente familiar seguramente sigue el mismo patrón masoquista, la


expresión de la vitalidad, la agresividad constructiva, la alegría y el placer son
negados. La persona masoquista confluye y se colude con la cultura de
sufrimiento que prevalece. “Dios está con los que sufre”. “Hay que sufrir para
merecer el cielo”. La experiencia de vida transcurre desde un solo polo, el del
sufrimiento. El “deber” está por encima de su experiencia emocional y espiritual.
La autodeterminación y autodirección se extravían, son entregadas al poder del
otro. Entregados, inhibiendo su saber personal, necesitarán que el otro les diga
qué hacer y cómo hacerlo.

En el conflicto de voluntades “ganaron” sus padres y él, ella fue


“derrotado”. Su actitud dice: “Me rindo, pero no me tendrás”. De acuerdo a Molina
(2007), el carácter masoquista: “Crea un patrón de auto-derrota como pseudo
solución para preservar la voluntad y como un intento de rescatar cierto grado de
individualidad e integridad en un ambiente de abuso” (p. 109).

La autoridad, que ha humillado y aplastado, ya sea de manera violenta o


sutil, es interiorizada. La persona aprende a someterse de la misma manera por el
resto de su vida. Encontrarán personas que actúen como sus progenitores y
recrearán la dinámica, considerando que es mejor aceptar los malos tratos que
perder a la persona que se ama. Se muestran serviles, inofensivos, quejosos,
víctimas, con tal de obtener cercanía.

En este carácter prevalece la inconsciencia auto-restringiéndose, auto-


torturándose y auto-saboteándose. El conflicto básico es el de la necesidad de
cercanía vs. la de libertad. Si es libre, perderá a los que ama, y si está con los que
ama, ha de perder su libertad y autonomía. Es la distorsión más importante para
mantener este patrón de resistencia perpetua, donde ni es ni no es. Ha creado un
patrón de miedo y desconfianza del mundo, de la realidad. Cubre sus sentimientos
y emociones negativas con culpa y angustia.

El proceso terapéutico en Core Energética incluye trabajar con las


creencias que vienen de los padres, del ambiente y el linaje familiar, tomar
conciencia que con su actitud de autoderrota y resistencia pasiva, provoca y
recrea el abuso, confrontar su servilismo y victimización. El trabajo energético y
corporal ayudará a liberar lo que se ha bloqueado, ofreciendo un espacio de
contención y expresión del dolor por su herida. Hay que tener firmeza, compasión
y paciencia. No dejarse jalar hacia abajo, a la densidad del pantano que crea en
su vida:

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 126

Hay que obligar al paciente a afrontar sus deseos insatisfechos, su tristeza, su


dolor, nos arriesgamos a que se hunda en la desesperanza, sin embargo, la
aceptación de esa desesperanza es lo único capaz de romper el esquema de
esfuerzo, provocación, frustración y fracaso. Hay que reconocer que bajo la
desesperanza hay fe, bajo el dolor hay alegría y que bajo la base espástica de la
pelvis está el aparato genital y el camino a la libertad (Lowen, 1985, p. 243).

Mientras una persona pueda sentir y expresar su llanto, su enojo, su risa, su


miedo, su gozo, quiere decir que está viva y fluye.

5.4.6 Voluntad
La intencionalidad negativa es tremenda aquí. Su cuerpo, su actitud y sus
pensamientos parecen decir: “No me moveré”. “No me moverás”. Es un ¡No! al
cambio, un cierre de posibilidades, una conciencia estrecha para considerar que
hay otras maneras de vivir, que puede saltar su propia barrera y lograr su libertad.

No se da cuenta que auto-derrotarse, manteniéndose abajo, rumiando su


rabia y su dolor como una manera de sobrevivir, es más bien morir por no vivir;
que no puede derrotar a nadie derrotándose, se hunde cada vez más. Actitudes
negativas de duda y desconfianza se hayan profundamente arraigadas. Hay una
receptividad distorsionada, donde pretende aguantar y aguantar. No sabe recibir el
amor sin temer el sufrimiento. Hay un dar también distorsionado, en el acto
amoroso de someterse se traiciona a sí mismo. La pared que ha creado lo
mantiene separado de su ser interior.

5.4.7 Espiritualidad
Estar separado de su ser interior es estar separado de su espiritualidad. De la
misma manera que se sintió desprotegido, siente que Dios no lo mira, no es un
Dios compasivo, como tampoco lo fueron sus padres. Cultivar la compasión para
sí mismo es el mejor bálsamo para su sanación. Necesita reconectarse con su ser
interior, con experiencias que le lleven hacia adentro y hacia la apertura de su
conciencia, que observe que hay algo más grande dentro y fuera de él o ella, que
lo acepta sin condiciones y que le da la libertad de ser.

5.4.8 Máscara
Está representada por características de dependencia, docilidad, sumisión. Se
muestran complacientes, humildes, serviles, pasivos, resistentes, fuertes. A veces

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 127

bonachones. A través de estas actitudes intentan tener control de cercanía y


distancia en sus relaciones: “Estaré seguro sólo si te controlo”. “Yo te dejaré, si no,
tú me dejarás”. “No quiero tener contacto contigo, es demasiado”.

5.4.9 Ser Inferior


Respecto al ser inferior, Molina (2007) afirma que el temperamento masoquista:

Guarda una gran rabia y furia asesina, que se desplaza en la intención negativa de
profunda desconfianza, resentimiento, testarudez y soberbia oculta que sostiene
un sentimiento de superioridad, de desprecio y denigración hacia los demás. Hay
miedo, duda, vacilación interna, sadismo contra sí mismo, se daña y desprecia a sí
mismo; obsesión inconsciente de hacer sufrir a otros a través de quejarse de su
sufrimiento. Agresión pasiva (p. 112).

5.4.10 Ser Superior


En este aspecto, se afirma que:

Son personas de buen corazón, llenas de cariño hacia los demás, con capacidad
para comprender el sufrimiento de los otros, son cooperativos, confiables,
perseverantes, trabajadores, leales, maternales. Negociadores o conciliadores
naturales, capaces de profunda compasión y a la vez de diversión, alegría y
travesuras. Capacidad de dar contención y ternura (Molina, 2007 p. 113).

5.4.11 Core
“Soy libre”. “Tengo derecho a ser libre”. “Puedo amar y ser amado sin
condiciones”.

5.4.12 Tarea de vida


Auto-liberarse de la humillación y el sometimiento, dando rienda suelta a su
agresividad para ser, crear y disfrutar la vida. Establecer la conexión y expresión
de su fuerza vital, transformando sus patrones negativos corporales, emocionales
y mentales, así como sus distorsiones en el amar. Recuperar la confianza en sí
mismo, la confianza de que puede ser amado en libertad.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 128

5.5 Carácter psicopático

5.5.1 Etiología
Se configura entre los dos y cuatro años de edad. Cuando somos niños estamos
en la etapa de crecimiento y florecimiento de nuestro ser, por lo que necesitamos
del apoyo y la guía de nuestros padres, pues somos vulnerables y dependientes
de ellos. Su mirada de aprobación, la alegría y el respeto que puedan transmitir a
la expresión de nuestro ser y nuestros dones, la aceptación de nuestra grandeza y
vulnerabilidad, es esencial para la formación de nuestro yo, para la aceptación de
nosotros mismos tal como somos, para diferenciarnos de los demás.

Es en esta etapa cuando ocurre la herida narcisista. La madre, el padre o


ambos, actúan con sobrepoder y seducción, empujan hacia abajo al niño (a),
controlándole y haciéndole sentir muy pequeño. Le dicen: “No está bien que seas
quien eres”. “Si eres como quiero que seas, te amaré”. Los padres, por un lado, le
piden al niño (a) que sea más de lo que es, lo seducen para que se engrandezca,
pero por otro lado lo humillan y descalifican por lo que es.

El niño (a) sin poder es usado para las necesidades narcisistas de los
padres; se le ha engañado y traicionado por uno de ellos o ambos, en la promesa
de amor que se le hiciera, si se mostraba como ellos querían. Se abusa en sus
dones y se le abandona en su vulnerabilidad, como en el caso del el niño (a) que
cuida a los hermanitos, pero no es cuidado y protegido en su vulnerabilidad como
hijo (a) (Johnson, 1985; Pierrakos, 1990).

5.5.2 Energía y conciencia


La energía-conciencia renuncia al yo real y se esfuerza por crear una imagen, un
yo-imagen, un yo-concepto. Se desconecta de sus emociones y sentimientos
dolorosos y amorosos. La persona lastimada, traicionada, se jura no volver a ser
humillada ni usada; la energía-conciencia se mueve hacia la búsqueda del poder,
ahora es él, ella quien controlará, quién “ganará” usando sus propios dones y
atributos: “Nunca voy a enseñarte cuán lastimado estoy”. “Yo soy quien tiene el
poder”. “Ahora es a mi manera”. Su nivel energético es hiperactivo, lleno de
energía y brillantez en la parte superior y agotado en el fondo, deformando el
campo energético. Es significativo el abultamiento del cuerpo emocional en el
centro de voluntad a nivel de los omóplatos, que generalmente están muy
agrandados.

Los centros de energía abiertos son el frontal y el de la coronilla, muy


abierto y sobre-utilizado el centro volitivo, en la espalda, paralelo al corazón. El

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 129

resto de los centros volitivos y todos los sensitivos están cerrados. El centro
sexual posterior puede estar parcialmente abierto en ocasiones.

Tienen una extraordinaria fuerza mental e intelectual por la gran actividad


de sus lóbulos frontales (Brennan, 1993; Pierrakos, 1990). Se han encontrado dos
tipos de psicopatías: el impositivo y
el seductor. El primero muestra,
tanto en su campo de energía como
en su cuerpo, el desplazamiento de
su energía hacia arriba y muy
disminuido abajo, débil en su
conexión sensible y con la tierra. En
el segundo, su cuerpo se ve más
proporcionado, pero de igual manera
tienen debilidad inferior y poco
arraigo. En ambos hay bloqueo
energético entre la parte superior e
inferior del cuerpo. Están más
conectados con la fuerza agresiva
del padre y desvinculados con la
parte sensible de la madre, quien no
les nutrió lo suficiente. Con este
desplazamiento energético en la
parte superior se expresa su afán de poder, dominio y control, así como sus
dones para guiar y enseñar.

5.5.3 Cuerpo
El cuerpo del psicopático impositivo es asimétrico, más ancho y fuerte en la parte
superior y estrecho y débil en la parte inferior. La cabeza puede verse grande, está
muy tensa y sobrecargada energéticamente. Sufre un bloqueo ocular importante,
por lo que se mantiene con los ojos tensos, despiertos, con los que vigila
desconfiado, penetrante, invasivo, en control y dominio de todo. El cuello, que está
bloqueado, provoca un corte energético. La espalda superior y los hombros son
tensos, anchos y fuertes, con fuerza agresiva y rabia asesina reprimida. El pecho
inflado y cargado hacia adelante. El diafragma contraído y el abdomen apretado
mandan la energía hacia arriba y bloquean la circulación abajo. La pelvis estrecha,
delgada, fría y subcargada, igual que las piernas y los pies (orales) débiles,
inseguros, parece que flotan. Este carácter es más duro (Lowen, 1987; Pierrakos,
1990).

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 130

Por su parte, el cuerpo del psicopático seductor es más proporcionado,


regular, suave, no da la impresión de estar ampliado. La cabeza, más congruente
con el cuerpo, tiene una expresión plástica suave. Los ojos son más y seductores.
Los hombros, cuello, diafragma, abdomen también fuertes, tensos, se ven más
suaves, igual que las manos, la espalda es muy flexible. La pelvis permanece un
poco más amplia, sobrecargada, pero sin conexión sensible. Las piernas y los pies
también son débiles e inseguros (Lowen, 1987; Pierrakos, 1990).

En ambos, la tensión y bloqueo relevante se ubican del diafragma hacia


abajo, región inguinal, intestino, región lumbar; las rodillas están muy apretadas,
así como las nalgas. Hay obstrucción en codos y muslos. Las mujeres pueden
presentar desplazamiento hacia arriba, aunque generalmente es hacia abajo, con
una pelvis muy cargada y voluminosa y muslos hiperdesarrollados.

Hay bloqueo para descargar la energía sexual. Las relaciones sexuales se


usan para controlar a la pareja, son oportunidades para practicar su poder y
control, aunque no obtiene gran satisfacción con ellas: “Tú eres un objeto para mí
y yo soy un objeto para ti”. “No conectamos, no sentimos, no amamos. Somos
máquinas en el proceso mecánico de vivir” (Molina, 2007 p. 123).

Con la contracción en el diafragma, la respiración es torácica: inflan el


pecho y exhalan poco. Desconectados de la sensibilidad de su cuerpo,
generalmente abusan de él, pasando por encima de sus límites, lo que provoca
que se lastimen o enfermen.

Asimismo, lo importante es la apariencia; cuando ponen atención a su


cuerpo es porque quieren impresionar con él. Pretenden dar la imagen de ser más
fuertes y más sexual-amorosos de lo que son, la imagen de ser poderosos. Su
arraigo es precario, dando la impresión de que flotan. Se paran inflándose,
elevándose, mirando desde arriba, como diciendo: “Yo tengo el poder”.

El trabajo corporal y energético puede ayudarles a recobrar las sensaciones


de su cuerpo. Es importante trabajar inicialmente con la parte inferior, de manera
que logren más arraigo y puedan comenzar a abrir la coraza que mantienen en la
parte superior. Se debe también apoyar el movimiento fuerte para que expresen la
rabia y furia que guardan en la parte superior y posterior, entre los omóplatos.
Ayudarlos a relajarse, promover la confianza para que vayan abriendo el centro de
su corazón. Es esencial que conecten la respiración más abajo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 131

5.5.4 Emociones
Su mayor temor es sentir y dejar ver su vulnerabilidad, pues teme que podría ser
derrotado y controlado otra vez. La negación de sus sentimientos tiene como
objetivo principal alejarse del dolor y de la tristeza originada por la traición de sus
padres. Aguanta el llanto, frenando todo su cuerpo. Disocia su vida emocional. La
negación del sentimiento es básicamente la negación de su necesidad. Hace que
los demás lo necesiten a él para no tener que expresar su necesidad y no ser
vulnerable. El ego está en contra de su cuerpo y de sus sentimientos. En el interior
se siente poco importante, vulnerable, con baja autoestima y sentido de valor
personal, atrapado en la culpa en ocasiones, con dudas sobre sí mismo, inseguro.
Reprime y bloquea en su interior el miedo y la rabia profunda. Se vuelve
contrafóbico.

En estados de inestabilidad emocional, se caracteriza por expresiones de


pánico y furia. Puede llegar a la terapia con un sentimiento de derrota y crisis de
ansiedad, con dificultades para dormir y ordenar sus pensamientos. Es
dependiente de que lo necesiten, las separaciones o pérdidas también le producen
ansiedad, pues siente que no tiene control sobre ello. Puede sentir desintegración,
sentimientos de desamparo y caída al vacío interno.

El carácter psicopático impositivo niega el dolor, se impone con agresividad,


intimida y somete. Vive creyendo que el mundo es sólo hostil y agresivo. Puede
ser cruel, lo cual provoca hostilidad del ambiente hacia él o ella: “Mejor te asusto
yo, que tú a mí”. En contraparte, el carácter psicopático seductor es
“camaleónico”, niega la agresión, usa su energía sexual.

5.5.5 Mente
El tema de su vida es el poder. Se levanta de la humillación, el miedo y la traición
con una actitud poderosa- agresiva o sensual-amorosa. Cree que sólo dominando
y controlando a los demás está a salvo. “Tengo que controlar y dominar todas mis
relaciones”. “Te controlaré y lo haré a mi modo”. “Nunca me humillarás, yo lo haré
antes”.

El ego permanece inflado y sobrecontrolado. Al mismo tiempo es duro,


quebradizo y amenazante. Se encuentra en posición de ataque para impedir que
la defensa sea derribada y miren su vulnerabilidad. Se observa, sobre todo en la
parte inferior del cuerpo, sus sentimientos, su miedo y su dolor.

Siguiendo la exigencia de su ego puede abusar de sí mismo. Niega los


límites de su cuerpo no sintiendo. También puede abusar de otros como lo
hicieron de él. Desconfía de todo y de todos. Siente que no ha tenido una

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 132

autoridad real a quién respetar ni límites o normas precisas para seguir. Crea su
propia ley. Generalmente provoca problemas con la autoridad, la desafía y suele
mostrar conductas antisociales, agrede con cinismo, es poco sensible,
manipulador, miente, es fraudulento. Suele actuar impulsivamente, no toma,
arrebata. Para admirar a una autoridad tiene que idealizarla.

La persona psicopática está centrada en presentar una imagen ante los


demás. Es un yo imagen. Con una excesiva actividad mental que gira alrededor de
crear y vender su mejor apariencia, pasando por encima de su yo real, demanda
ser visto (a) y admirado (a).

Depende mucho de la opinión de la gente, por lo que procura crear


dependencia hacia él o ella. Se mantiene en el mundo como un pulpo que lanza
sus tentáculos a su alrededor para tomar apoyo y seguridad. Necesita sostenerse
de las personas, pues en su origen, sus bases son débiles. Realiza un rígido
control de la gente y las situaciones para asegurar su identidad poderosa y
seductora y así autosostenerse. Si llegara a relajar su ego, conectaría con sus
necesidades orales y simbióticas, lo cual significaría el fracaso y la muerte, contra
la cual lucha desesperadamente.

Hay en su interior un profundo sentimiento de inferioridad, que cubre con


una actitud de superioridad y desprecio. El ego dice: “No sentiré”, “no me rendiré”,
“estaré con otros sólo si me necesitan”, “yo puedo con todo”. Se ve a sí mismo
poseyendo un gran poder secreto.

En la relación humana lo importante es conquistar. Es característico de él o


ella la agresividad, la seducción, la prepotencia, el control, la egolatría, el cinismo.
Son desconfiados, endurecidos, camaleónicos, posesivos, invasores,
defraudadores, mentirosos, omnipotentes, temerarios, confrontadores,
chantajistas, rebeldes, sádicos, competitivos, sarcásticos, vengativos,
voluntariosos, carismáticos, aduladores, emprendedores, generosos, solidarios
con sus iguales. El psicopático seductor suele caer bien por suave y amoroso.

En el pasado se le ofreció un amor muy condicionado, se le hicieron


promesas que no le cumplieron, fue humillado en su ser real, se le exigió ser lo
que no era, se sintió pequeño y vulnerable. Se juró no volver a ser humillado ni
controlado. Se resiste a rendirse y mostrar sus sentimientos.

Los individuos de temperamento psicopático se mueven con desconfianza


de su propio proceso vital y con miedo de volver a ser indefensos como en la
niñez. No es fácil que lleguen a terapia. Será esencial en el proceso establecer
una relación de confianza y seguridad.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 133

5.5.6 Voluntad
Son, evidentemente, muy voluntariosos. Su intención negativa es mantenerse
apegados al control, al dominio, a la venganza, a destruir lo que creen que quiere
destruirlos: “Se hará mi voluntad”. “Tengo que tener la razón o me muero”.
Persiste la desconfianza hacia el mundo y a entrar en contacto con sus
necesidades. Su creencia negativa es que no hay nadie que pueda apoyarlos y no
lastimarlos. Se cierran a recibir, no creen en la bondad del mundo. Necesitarán
rendir su ego a la voluntad de su corazón y conectar con la fuerza del amor que
hay dentro de sí mismos para reconocer el amor en los otros.

5.5.7 Espiritualidad
Al estar enajenado de su propia esencia, permanece separado de lo divino que
hay en él. Identificado con el lado oscuro de sí mismo y de su ambiente, le dice
¡No! al amor. Necesitará desarrollar el perdón y la compasión, para sí mismo y
para los demás; en el proceso de autoconocimiento ha de descubrir que debajo
de su escudo y acorazado pecho está su gran corazón, su core.

5.5.8 Máscara
De acuerdo a Molina (2007), a través de la máscara:

Se muestran poderosos, protectores, encantadores y seductores. Pueden actuar


de forma camaleónica, ser lo que tú quieres que sean, así estás en sus manos.
Dominan el ego en su personalidad, muy racional, centrada en sí mismos,
idealizados. La máscara dice “yo tengo razón, tú estás equivocado”. En la relación
humana se manifiestan como “el que todo lo puede”, “el que salva”, “el héroe”. Su
imagen idealizada es ser poderosos, estar por encima de las debilidades
humanas, con poder para controlarlo todo (p. 125).

5.5.9 Ser Inferior


Aquí el poder está por encima del amor, no hay Dios, no hay autoridad, es
arrogante y voluntarioso. Vive para la venganza. Tiene rabia destructiva, odio,
desprecio y usa a los demás. No confía en el mundo y es indulgente con su
voluntarismo cruel. Le place lastimar. Hay negación de la conciencia, está sobre-
identificado con su negatividad y la negatividad del mundo, con la negatividad de
aquél o aquella que lo controló; se justifica con las siguientes falacias: “En este
mundo hay que controlar, someter, dominar”. “El uso del poder sobre otros es
necesario”. “Te doy lo que quieres y me perteneces, tu alma es mía”.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 134

5.5.10 Ser Superior


Siguiendo a Molina (2007), este se manifiesta si:

Posee un corazón grande y pletórico de amor, con grandes habilidades de


liderazgo, don de gentes, capacidad para convocar y dirigir gente, con excelentes
habilidades verbales y ejecutivas. Son carismáticos, creativos, generosos,
versátiles, sensibles a temas de injusticia, les inspira luchar por causas justas
(Molina, 2007, p. 126).

La expresión de su ser superior es: “Me rindo”. “Soy uno con Dios”.
Liberado su ser superior, muestra gran honradez e integridad, lo que le permite
ayudar a otros a encontrar su verdad y autoridad interna.

5.5.11 Core
Su esencia se manifiesta en la valentía y la autoridad de su corazón: “Su core es
poderoso, dotado de abundante energía, habilidad ejecutiva y maravillosos dones
de innovación y creatividad” (Pierrakos, 1990, p. 98).

5.5.12 Tarea de vida


Deberá rendir y desinflar la parte superior de su cuerpo y la tendencia a controlar a
otros, entregarse a sus sentimientos sexuales más profundos y trascender la
sobre-identificación con su negatividad. Mirar, reconocer e integrar su ser superior.
Fluir con la verdad de su ser y guiar a otros a través de la verdad sin ser ni más ni
menos que los demás. Rendirse a la voluntad de su corazón y a aquello que es
más grande que él mismo diciendo: “Hágase tu voluntad”.

5.6 Carácter rígido

5.6.1 Etiología
Desde el nacimiento, y durante el crecimiento, vamos madurando y creando
nuestra identidad biológica y nuestro Yo. La energía vital y sexual va anclándose y
desarrollándose poco a poco, de forma longitudinal, desde la cabeza hasta
nuestros genitales, entre los tres y siete años. Entonces es cuando el amor, el
eros y la sexualidad se expresan fusionados, con una fuerza apasionada, vivaz,
curiosa de nuestro cuerpo y de los otros, excitantes, vitales.

Si en los caracteres anteriores el progenitor más importante era la madre,


en el carácter rígido es más significativa la presencia, la energía del padre dentro

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 135

del triángulo amoroso. Los niños, niñas van hacia sus padres con toda intensidad,
en busca del encuentro, exploración y juego, sobre todo buscan al del sexo
opuesto, esperando ser apoyado
(a) por el progenitor del mismo
sexo.

Es interesante que en esta


etapa: “Kel niño entra en la tríada
amorosa a competir y rivalizar por
el amor, como parte de su
crecimiento, pues en la vida tendrá
que luchar por lo que quiere. La
contención de ambos padres sería
de gran beneficio para su
desarrollo. Un buen manejo del
conflicto le ayudaría en sus futuras
relaciones como joven y adulto”
(Molina, 2007, p. 133).

Lo que comúnmente ocurre


es que el padre o madre, que antes
recibía tan amorosamente al niño
(a), se asusta con este
acercamiento apasionado y lo (la) rechaza. El niño, la niña lo interpreta como una
traición, pues no lo entiende. Para compensar este rechazo, decide controlar los
sentimientos implicados (dolor, furia y buenos sentimientos) a base de
contenerlos.

En su herida, el dolor es profundo, la rabia de frustración es enorme, no


quiere más rechazo y no acepta que ha sido derrotado (a). Rompe con la
expresión total de sus sentimientos y divide el corazón de su sexualidad. Tratará
de recuperar el amor comportándose como él cree que sus padres quieren que
sea: “Seré como papá o mamá quieren y así no me rechazarán”. “Seré para él o
ella lo que quiere y así seré “especial”. Su tema será evitar el rechazo, negando su
autenticidad, la verdad de su ser (Johnson, 1994; Lowen, 1987; Pierrakos, 1990).

5.6.2 Energía y conciencia


La energía-conciencia de las fuerzas del amor, eros y sexualidad, que se
manifestaban naturalmente, se escindirán por un lado, y por otro, se pondrán al
servicio de portarse bien, tener logros, ser exitosos: “Si no me quieren de una

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 136

manera, me querrán de otra”, “no voy a rendirme”, “seré perfecto”. Todo ello
dentro de la dinámica triangular, lidiando con los pros y contras de uno y otro
progenitor, identificándose y aliándose con las necesidades y expectativas de un
progenitor en relación a su pareja, en lo que crea que es conveniente en el
conflicto que puedan tener sus padres (el denominado conflicto edípico): “La
dificultad o facilidad en la expresión de la sexualidad-amor y la agresión-
asertividad que los padres experimenten en el triángulo amoroso determinarán las
variantes defensivas” (Molina, 2007, p. 136).

La conciencia-energía se configurará en los siguientes subtipos de esta


estructura de carácter (Johnson, 1994; Pierrakos,1990; Pierrakos, 1996):

En la mujer:

1) El carácter histérico. Madre distante, autoritaria, competitiva. Rivaliza


con la hija y le niega la expresión de su agresión. El padre, antes seductor,
rechaza la sexualidad de la niña, que se inhibe.

2) El carácter masculino-agresivo. Madre compulsiva y severa, atiende a


la hija, pero le manifiesta pocos sentimientos. Insatisfecha en su relación de
pareja, favorece la agresión de la hija para que la defienda. Piensa que el padre
seductor que la rechaza, genuinamente la ama, pero tiene miedo. Inhibe su
sexualidad.

En el hombre:

1) El carácter pasivo-femenino. Padre autoritario, distante y ausente o,


por lo contrario, débil, que no promueve la agresión, por lo que no hay
identificación masculina. La madre, por ausencia del padre o porque su
personalidad es poderosa, fría, seductora, se apoya en el niño, el cual se identifica
con ella e inhibe su sexualidad.

2) El carácter fálico-narcisista. Padre autoritario y compulsivo. Se


compara con el hijo, haciéndolo reaccionar en competencia, permite la agresión.
La madre seduce y luego inhibe la sexualidad del niño, que busca recuperar a la
madre perdida y demostrar que es tan poderoso como el padre.

La estructura rígida: “Kes el tipo de carácter menos desunificado y también


el más resistente para el movimiento total recíproco, su core no ha sufrido la
reducción de otras estructuras” (Pierrakos, 1990, p. 99). La persona rígida es
hiperactiva, con gran carga energética, pues la energía de vida, sexual, fluye de la
cabeza a los genitales.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 137

Pero aún cuando su estructura se caracteriza por su equilibrio e


integración, su gran dificultad es la descarga energética de sentimientos,
emociones, expresiones verdaderas de su ser. Su aura es fuerte, brillante,
distribuida por todo el cuerpo, tiene forma de cuña que apunta hacia atrás, se
interrumpe en las lumbares y se condensa en la región inguinal y caderas. Los
chakras posteriores, mental, volitivo y sexual están abiertos. Vive con su mente y
su voluntad. La corona y el plexo pueden estar abiertos o no. El resto de los
centros sensitivos están cerrados. Su dificultad será la receptividad.

5.6.3 Cuerpo
De acuerdo con Molina (2007) este carácter está representado por una estructura
corporal:

K bien proporcionada, con armonía. La cabeza se sostiene hacia arriba, con


tensión en la frente y mandíbula fuerte y poderosa, contraída por rabia. La cara es
más bien dura y a la vez con mucha energía. Cuello tieso y recto, nuca rígida y
tensa. Ojos generalmente con brillantez, aunque con cierta tristeza en ocasiones.
Espalda rígida y tensa, que jala un poco hacia adelante, en algunos más suave y
angosta. Los hombros tienden a ser rectos y anchos. Los brazos bien formados,
en algunos más bien débiles, delgados y torpes. El pecho y la caja torácica
tienden a estar bien formados, endurecidos, no se mueven. El abdomen,
generalmente plano, en algunas personas es suave y redondo. La pelvis cargada,
espástica, jalada hacia atrás, y arriba, glúteos bien formados. Piernas fuertes, bien
formadas, pantorrillas tensas y duras. Espasticidad en casi todos los músculos.
Los pies son más fuertes, se plantan con más firmeza, pero sin sentir. Puede tener
dos tipos de bloques: la armadura en planchas de acero o la cota de mallas, como
un traje de tejido con cadenas (Molina, 2007, p. 139).

La característica más significativa de este carácter es la rigidez. Se protege


endureciendo toda la periferia de su cuerpo, creando con ello una armadura.
Físicamente se observa inflexible y tieso, falto de gracia, espontaneidad. Mantiene
la cabeza alta y la espina dorsal recta.

Su postura es digna, erguida. La gran tensión de los músculos, que se


extiende por todo el cuerpo, les dificulta la vida. Tienden a hacer ejercicios para
cuidar su imagen corporal y para tratar de eliminar las tensiones, que siempre
regresan mientras mantenga su sistema de creencias de sí mismos y del mundo
rígido, mientras sigan creyendo que sentir emocionalmente no es conveniente. Se
protegen con el endurecimiento, principalmente de sus sentimientos suaves y
amorosos.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 138

El hombre con carácter fálico-narcisista tiende a apoyar todo su cuerpo


hacia adelante, a tirar los hombros hacia atrás y a ahuecar la espalda. Mantiene
una presión constante en su cuerpo. La mujer con carácter histérico se siente
más empujada hacia atrás, a lo que responde contrayendo el pecho y
compensando con la pelvis. Su cuerpo se manifiesta en una separación entre la
pelvis y el tronco; la pelvis suele estar desarrollada con formas adultas y
femeninas, pero el tronco se ha quedado más estrecho, oral, infantil. Ahí arriba
está la pequeña niña herida que recibió poco de mamá, que ha buscado
compensarse con papá y que busca proteger su corazón.

La mujer con carácter masculino-agresivo se ve más armoniosa, fuerte, con


más estabilidad, firmeza, yendo hacia delante. El hombre pasivo-agresivo se ve
un poco más suave, con fuerte tensión interna, con ciertos rasgos e inclinación
postural masoquista. Existe también el carácter obsesivo-compulsivo, mucho más
duro, rígido, tieso, con movimientos más mecánicos, expresiones verbales y
corporales de robot y mucho menos conectado con sus sensaciones.

Aquí la respiración es reducida y más bien abdominal. El arraigo es mejor


que en los otros caracteres, de nivel medio, mantienen una mayor conexión con la
realidad. Se paran de forma estética y con buena coordinación. Su cuerpo está
cargado y en buena forma, sin embargo, la persona con estructura rígida vive
atrapada en su propia red.

5.6.5 Emociones
Ante el sentimiento de daño, el niño (a) crea un progresivo endurecimiento para
protegerse de la vulnerabilidad y de sus sentimientos, atrapando con ello la
intensidad de su fuerza amorosa, erótica y sexual, sus expresiones tiernas y
cálidas, su llanto, su temor, así como su fuerza agresiva. Por supuesto que en los
diferentes subtipos, algunos inhiben más lo amoroso, la capacidad de sentir
profundamente sensaciones, emociones, y otros inhiben más la expresión de su
agresividad o fuerza productiva, su capacidad de avanzar a lo que quieren, de
poner límites.

El niño (a) de cuatro a siete años de edad, más despierto y vital, está
expuesto a la dinámica afectiva-emocional de sus padres. Por un lado,
experimentando emociones y sentimientos hacia ellos y las circunstancias, y por
otro, teniendo que frenarlas, provocando con ello una enorme frustración en la
expresión natural, pues la “tuerce” con el efecto de complacer o controlar a los
padres. Esta frustración conlleva un gran dolor inicial, y posteriormente, un gran

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 139

rencor y odio por no sentirse visto y recibido. Internamente vive una ambivalencia
amor-odio a sus padres. De este modo:

Ante la frustración y el abuso, no se retira, más bien se endurece y resiste. Sufre


profunda y dolorosamente en soledad, y desde allí cultiva su odio y su rencor, que
niega en su conciencia. Él no se va, se queda, se portará bien y les demostrará
que es mejor que ellos, que puede con todo, que tiene todo para obtener lo que
quiera. El dolor y la pena permanecen en su interior, en desconexión con la
esencia de su ser, con la tristeza de una vida no vivida en sus sentimientos y
emociones auténticas. Los logros no sustituyen a la gratificación de sus
necesidades reales de contacto, de amor, de ternura, de suavidad, de sexualidad,
de sensualidad, de intimidad, de encuentro interno y profundo con otro ser
(Molina, 2007, p. 140).

Ni la sexualidad ni la agresión están profundamente inhibidas o reprimidas,


lo que están enterrado es el dolor y la desesperanza, que se niegan a re-
experimentar, o a experimentar en nuevas relaciones de compromiso: “Te daré
muchas cosas que quieras, pero no mi corazón, no volverán a lastimarme”. Se
niegan a recuperar su sensibilidad, suavidad, a ser receptivos. Ellos, ellas llevan el
control, dicen cómo, cuándo, dónde. La persona con estructura rígida está más
aterrizada en la realidad, la cual usa como una defensa contra su búsqueda de
placer. Se afana en tener éxito y lo logra, pero no tiene satisfacción a nivel
profesional, tampoco la obtiene en la relación sexual, pues al participar en ella
evita abandonarse a los movimientos involuntarios y a los sentimientos de su
corazón:

Detrás de su estructura defensiva, de su máscara, viven con miedo de ser


rechazados, de ser agredidos, de que los hagan sentir pequeños, con miedo al
abuso sexual, a depender de otros, a ser aplastados, a estar fuera de control,
miedo a que otros los controlen, a que les vuelvan a romper el corazón, miedo a
rendirse a su corazón, a dejarse ir en sus sentimientos. Se defienden de volver a
experimentar el anhelo de su corazón para no volver a sufrir. Más que una
hostilidad abierta es un desprecio narcisista por los otros, acompañado de una
actitud de aislamiento. El individuo sufre, se siente vacío, con falta de significado,
inadecuado, árido (Pierrakos, 1990, p.123).

Como se identifican tanto con su dureza, el proceso conlleva desestructurar


su defensa para que logre liberar tantas emociones negativas reprimidas, su dolor
original y se permita fluir con sus intensos sentimientos amorosos, suaves, de
juego y de gozo que posee. En todos los casos será importante acompañar sin
empujar, pues se endurecería más. Al mismo tiempo movilizar intensamente su
cuerpo, su energía, ejercicios de descarga, flexibilidad, de soltarse, abandonarse,
jugar, bailar, así como dar aceptación y paciencia a su ritmo en el proceso.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 140

5.6.5 Mente
En este temperamento, el ego: “K parece fuerte, pero aislado de los sentimientos
del corazón, del core. Externamente fuerte, el corazón no está abierto y las
relaciones con el sexo opuesto están llenas de egoísmo más que de verdadero
calor. Bajo la máscara de capacidad y satisfacción está una sensación de
incapacidad, sequedad y vacío” (Pierrakos, 1986, p. 123).

El ego dice: “Viviré sin amor”, “haré contacto con el mundo haciéndome
atractivo”. El ideal del yo dice: “Quiero más logros y ser más atractivo, así nadie
me rechazará”. Constantemente está activo: construye algo, soluciona problemas.
No hay descanso, no hay relajación, no hay un dejarse llevar, todo ha de estar
bajo control. La vida aquí es estar en el esfuerzo, la tensión y la consecución de
algo.

El individuo nunca está satisfecho, no se puede sentar y disfrutar de su


trabajo, persisten en su mente ideas del tipo: “Tengo que hacer más”, “puede
hacerse mejor”, “puedo y debo rendir más”. Quieren ser reconocidos, quieren ser
el, la primera, quieren agradar al padre, al mundo. Y es que seguramente el padre
nunca se mostró del todo satisfecho con ellos. La frase interna es: “No estoy bien
tal y como soy”. Han sido rechazados y se rechazan internamente a sí mismos, a
su niño interior. Su vida es un esfuerzo para ser ese alguien que no son, para ser
amados (as). No aprendieron a amarse a sí mismos y no lo ven. Todos sus
esfuerzos se encauzan a llenar las expectativas de los otros: “Yo sí puedo
hacerlo”. El ego está identificado con las demandas y exigencias recibidas en la
infancia y enajenado de su niño (a) interna, de su ser interno. Con la estrategia de
dar más y más desde pequeños, han intentado demasiado pronto ser un pequeño,
pequeña adulta y ser reconocidos como tales. Se exigen ser perfectos para
compensar su derrota sentimental.

La ilusión común es que son personas amorosas, cuyo amor no es


apreciado (lo era cuando fueron pequeños). Tienden a no sentirse suficientemente
reconocidos - principalmente por sí mismos-, aunque lo sean, sobre todo laboral y
socialmente. Los subtipos fálico-narcisista y masculino-agresivo son más tenaces,
y por lo tanto más productivos, lo cual les sirve como defensa para no abrir los
sentimientos suaves. Quieren, pero no aman. Proveen, pero no entregan. Están,
pero no hacen contacto profundo.

La rigidez e inflexibilidad corporal y mental son defensas para no rendirse a


sus sentimientos. Piensan, de forma distorsionada, que si lo hacen van a perder
su estabilidad, su poder. Tienen control sobre todo lo que sucede. Pueden captar
sensaciones, pero la cabeza controla todo. Siempre pretenden tener la razón y
para ello ha desarrollado una gran habilidad para crear argumentos. Desarrollan

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 141

una lógica que generalmente es una pared que se interpone en la relación con los
otros. Les es difícil reconocer que alguien haga las cosas mejor que ellos.

En estos casos, el ego se identifica con la razón y lo voluntarioso, una


combinación que les permite ser estratégicos y actuar con asertividad, tanto en lo
positivo como lo negativo, así que no actuarán impulsivamente en lo cotidiano,
aunque pueden llegar a explotar, sobre todo ante los errores de los demás. Este
ego duro puede rechazar lo sensible, como una polaridad negada que no saben
manejar y en muchos momentos les asusta, cuando aparece en ellos o en otros.
Las aguas de la emoción pueden fluir en su interior, pero su percepción está
bloqueada. La mente, los pensamientos dominan sus movimientos, sus relaciones
interpersonales y amorosas. Las parejas suelen quejarse de que todo está muy
bien, pero que falta más pasión, más sentimiento, sentir más su corazón.

El conflicto interno con ambos padres (principalmente con el padre), así


como involucrarse en los conflictos que como pareja presentan estos, les impide
separarse de ellos adecuadamente y avanzar hacia su propia individuación. En
varios casos recrean estos conflictos, generalmente en sus relaciones amorosas y
con la autoridad.

5.6.6 Voluntad
El ego sirve a la expectativa de su imagen ideal y no a su ser interno. Su
intencionalidad negativa es no confiar en el amor incondicional, su creencia es que
el amor sólo puede darse si se controlan y controlan a los otros y a las
circunstancias. Viven en un ambiente de acción muy tensa, perfeccionista,
estresante para sí y los demás. Hacer, hacer, teniendo que ser mejor cada vez. El
sentido de la vida para ellos está en los logros, el éxito, el reconocimiento.

Necesitan abrir sus centros sensibles para conectar su corazón con su


sexualidad y así experimentar la vida con más sentimientos, dejar fluir su dolor, su
suavidad y su ternura. También para abrirse a recibir y sentir el amor de los otros
hacia ellos para entonces trascender el miedo al rechazo y fluir en la intimidad.

5.6.7 Espiritualidad
Suelen tener este aspecto muy presente en la cabeza, a través de la razón. Por lo
regular, son personas bien intencionadas, que al llegar a ofrecer discursos de
carácter espiritual no transmiten vibraciones amorosas, por lo que no llegan al
corazón de los otros. En realidad, tienen fuertes dificultades iniciales para darse
cuenta de que no están teniendo una experiencia sensible de la vivencia y del

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 142

amor. Cuando se dan cuenta de ello, suelen perseguir la conexión espiritual como
si fuera un objetivo material, puramente físico, comercial o académico.

El camino espiritual, en estos casos, consiste en desarmar la armadura,


como nos muestra Fisher en su relato El caballero de la armadura oxidada. A
partir de abrir sus emociones y sus lágrimas, necesitan descubrir que la verdad es
sensible dentro de su ser, y que sólo a través de ella pueden experimentar el
amor a sí mismos, a los otros, al mundo, la naturaleza y al universo que les
rodean, en el presente mismo que viven.

5.6.8 Máscara
Está formada por expresiones de orgullo y voluntarismo. La persona sufre de
vacío, falta de significado, de inadecuación, la máscara niega todo esto y dice
“Tengo todo”. “Soy mejor que otros, puedo concluir acertadamente todo lo que
emprenda”. La actitud es de superioridad, protegiéndose de su vulnerabilidad. Su
imagen idealizada es de perfección.

En el carácter histérico, la persona enfatiza sus logros. Trata de presentar


una apariencia atractiva, sexy, coqueta, de llamar la atención, impresionar a los
hombres para que la admiren. Posee una sobre emotividad.

En el carácter masculino-agresivo, la persona se muestra competitiva,


como alguien que puede lograr lo que quiera, exitosa, dominante, que tiene el
poder y la fuerza, capaz de confrontar a quien sea. Se expresa de manera
agresiva y con confianza.

En el carácter fálico-narcisista, el individuo se muestra con gran confianza


en sí mismo, competitivo, rey, dominante, agresivo, seductor, conquistador,
alardea su potencia sexual. Busca ser admirado por las mujeres. Su imagen es de
ganador, determinado, “perfecto”.

En el carácter pasivo-femenino, el individuo que se muestra como un niño


bueno, que tiene excesiva cortesía, complaciente, elegante, obsequioso, suave, se
disculpa constantemente, tímido, amistoso y humilde. Trabajador, cumplido,
constante, responsable.

5.6.9 Ser Inferior


Todos los subtipos suelen mostrar arrogancia, desprecio hacia los otros,
descalificación: “tú no sabes”, “tú no entiendes”. Pueden ser muy crueles, actuar

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 143

con frialdad, sin sentimientos. No muestran empatía hacia los sentimientos de los
otros. Ocultan mucho odio y miedo en su interior. Hay en ellos gran cantidad de
rabia por el rechazo y la traición. Pueden experimentar envidia por no sentir. Sexo
sí, pero amor no. Amor sí, pero sexo no. Negación a la entrega, terror a la
intimidad. Son personas hábiles para ver los errores de los otros, señalárselos y
criticarlos hasta hacerlos sentir miserables. Están por encima de los demás. La
expresión más oscura de su persona es mantener cerrado el corazón. La intención
negativa desde su soberbia y voluntarismo es: “No me rendiré”. “No te amaré”.

5.6.10 Ser Superior


Más allá del carácter rígido de la persona, su ser superior contiene aventura,
pasión y amor. Su amor y su pasión por la vida pueden inspirar a los demás.
Tienen todo para ser líderes naturales en cualquier actividad que elijan, siendo
excelentes guías, líderes muy creativos que pueden apoyar a otros a realizar sus
proyectos y su misión. Son eficientes, disciplinados, responsables, confiables,
capaces de logros y habilidades ejecutivas excepcionales. Pueden ser empáticos,
nobles, comprensivos, capaces de ser leales, de establecer profundos contactos
con otras personas y con el universo, seres que disfruten plenamente la vida.

5.6.11 Core
Su esencia divina es manifestar el amor y la sexualidad integrados, en una
profunda entrega. Darse a sí mismos verdaderamente.

5.6.12 Tarea de vida


Recuperar su sensibilidad y rendirse a su corazón. Conectar con el amor y con
todos sus sentimientos. Unificar su corazón con su sexualidad. Encarar y
transformar su miedo, su rabia, su crueldad. Trascender el miedo de ser
rechazados y traicionados. Conectar profundamente con su esencia divina y
confiar en que está bien como son y no necesitan ninguna forma especial para ser
aceptados y amados. Comprometerse con su autenticidad, con la verdad de su ser
real. Aceptar su imperfección. Compartir sus sentimientos y abrirse a recibir el
apoyo, el afecto, el amor, fluir en la intimidad. Crear profundos contactos con otras
personas. Manifestar sus dones con corazón, con amor. Contactar con su
espiritualidad y las dimensiones sutiles de la energía amorosa dentro y fuera de sí
mismos, y así descubrir con humildad que son uno con toda la humanidad.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 144

5.7 Core Energética y caracterología


Como seres humanos somos mucho más de lo que nos hicieron creer, mucho más
de lo que hemos creído, mucho más que cualquier carácter que hayamos
desarrollado. De hecho, aunque hemos creado expresiones fijas, habituales,
crónicas, también día a día estamos mostrando dinámicamente expresiones de
nuestro verdadero ser.

La guía caracterológica es semejante al mapa de un territorio, que como


psicoterapeutas o acompañantes de un proceso de autoconocimiento, apenas
empezaremos a conocer. Con los ojos y el corazón abierto, desde nuestro ser
superior, hemos de mirar el ser superior de nuestro consultante, por muy mal que
llegue; si no lo hiciéramos, seducidos en su enredada existencia, no podríamos
acompañarle a ver las salidas, los caminos, sus enormes posibilidades de sanar y
amarse.

Será entonces importante establecer una relación terapéutica humana,


basada en un encuentro de almas y corazones que persiguen el bien mutuo y
humano. En cada expresión física, emocional, mental, espiritual del carácter,
podemos leer la victimización, la intención negativa de perpetuar el sufrimiento, el
¡No! a la vida, la conciencia infantil inherente a estos patrones defensivos, los
dones y el anhelo profundo del alma de esa persona. Y ese anhelo profundo es
nuestra mejor guía, si sabemos percibirlo: deseos de sentir amor, confianza, estar
en paz consigo mismos, con sus familias, con el mundo. Saber que está bien estar
y que sí pueden con la vida tal como es.

No hay caracteres puros. Atravesando las diferentes fases de nuestro


desarrollo puede haber heridas, afectaciones, interrupciones en una o dos etapas
más que en otras. Si las heridas fueron muy primarias, las siguientes etapas se
verán afectadas. Una persona puede tener un carácter rígido con rasgos
significativamente masoquistas, otra un carácter oral y rasgos esquizoides, u otra
carácter psicopático y rasgos de temperamento oral y esquizoide. Se trata de ver
las heridas, el desarrollo detenido, el movimiento que fue interrumpido, la carencia
real a atender, las fortalezas que hay que crear en el aquí y ahora, en el contexto,
las circunstancias y las relaciones que tiene en el presente, que son las que
desencadenan la crisis, que son la vía para resolver esos asuntos pendientes de
su existencia.

La guía caracterológica que revela el pasado inconcluso del individuo se


trabaja siempre en el presente y con la presencia del consultante. El proceso de
Core Energética ha de realizarse analítica e intensamente, a nivel corporal y
energético, de manera diferente, según cada estructura de carácter.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 145

De este modo, podemos ver que para una persona con carácter esquizoide
el trabajo analítico y corpo-energético será gradual, mientras va aceptando sus
sensaciones, sus emociones, configurando su yo, integrándose, uniendo su
cuerpo, a su mente y su espíritu, mientras que para el carácter oral será esencial
aterrizarlo en la realidad, con respiración y mucho trabajo corporal suave y fuerte,
pero sin llevarlo al colapso, con la finalidad de arraigarlo y empoderarlo para que
asuma aprender a cuidarse, madurar y crecer.

Por otra parte, para la persona con carácter masoquista es preciso cuidar
no activar su resistencia, pues con mucho trabajo corporal y emocional se le
apoya a explotar, expresar, liberarse. Para el carácter psicopático se trabaja
corporal y energéticamente con la parte inferior de su cuerpo, para arraigarlo y
fortalecerlo, de manera que logre desinflar la parte superior y poco a poco gane
confianza para rendirse a sus sentimientos suaves. Con la persona de carácter
rígido, si bien hay que moverlo mucho, también se trabaja de forma suave, con la
finalidad de “romperle el esquema” amorosamente y apoyarlo a centrarse en sus
vibraciones sensibles cuando surjan, pues hay que sacarlo de la dureza y el
control mental.

El objetivo primordial de este trabajo es que cada consultante reconozca


que en el presente posee capacidades y poderes internos para vivir y resolver su
existencia de manera más creativa, espontánea, libre, auténtica, consciente,
responsable; que puede realmente parar el sufrimiento y ser más feliz.

Conclusiones
Las variadas circunstancias adversas presentes en nuestro desarrollo primario
nos crearon dolor. Ante la dificultad infantil de enfrentar e integrar esas
experiencias, configuramos defensas a nivel psicológico, somático y espiritual,
para evitar el dolor y pretendidamente evitar volver a ser heridos, sin embargo,
esta pseudo-solución defensiva caracterológica resulta contradictoria, porque a
través de ella recreamos las heridas, permanecemos fijos en una conciencia
inmadura y vivimos en el pasado. Esta situación nos impide, además, ver la
realidad y nuestras relaciones tal como son, nos impide vivir en el presente, de
forma consciente y con responsabilidad de nuestros actos, de nuestra vida.

La Core Energética es un proceso psicoterapéutico que trabaja con la


totalidad de la persona, para contribuir a la transformación del sentimiento de
victimización implícita o explicita presente en cada carácter, para la liberación a
todos los niveles de la personalidad, de la negatividad reprimida, y transformarlas
en energía vital, abriendo el espacio para la sanación de las heridas, trascender el

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 146

dolor, el sufrimiento y conectar con sentimientos amorosos profundos que sanen el


alma y el cuerpo.

Resumen
La caracterología se refiere a los patrones conductuales repetitivos que sirven de
guía para hacer la intervención psicoterapéutica corporal, y que corresponden a la
estructura esquizoide, oral, masoquista, psicopática y rígida.

Los patrones defensivos permiten reconocer el carácter de la persona y la


coraza muscular que ha creado como medio de sobrevivencia.

El carácter es una estructura organizada por la persona, quien en su


infancia intentó con ella protegerse del dolor, y terminó conformando para sí
misma un patrón defensivo psicológico que ha venido empleando cotidianamente
a lo largo de su vida.

El carácter, según Reich, representa el modo de ser de un individuo. A


través de él se expresa todo su pasado, por ello, el teórico afirma que cada rasgo
caracterial lleva años de construcción. Estos rasgos, se conforman como un
mecanismo de protección psíquica y una barrera protectora del yo contra el mundo
y contra los impulsos inconscientes; en gran medida, el carácter se ha
desarrollado a expensas de la felicidad de la persona.

Para John C. Pierrakos, el carácter es la expresión unitaria del


funcionamiento del individuo, tanto a nivel psicológico como somático; también
señala cuál es la tarea de vida y la misión de la persona de acuerdo a la
configuración de su carácter.

La estructura del carácter resulta ser una pseudosolución, pues debido a


esta constantemente recreamos las heridas de la infancia, perpetuamos la
conciencia infantil, el pasado y nos impedimos vivir en el aquí y ahora, en la
realidad y en nuestras relaciones tal como son.

Core Energética, como proceso psicoterapéutico, contribuye con la totalidad


de la persona, trabajando con sus lados oscuros, ayudándole a transformar su
victimez, su negatividad reprimida y a pulir sus lados luminosos, para sacar a flote
sus virtudes y reconectarlo con la energía vital.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 147

Cuestionario
1. Explica qué es el carácter y cómo se forma (con base en los autores
mencionados al inicio de este capítulo).

2. Menciona cuáles son las cinco necesidades inherentes al desarrollo del ser
humano y los cinco derechos de la persona. Relaciónalos con sus caracteres
respectivos.

4. Explica cada estructura de carácter en los diferentes niveles en que fueron


expuestos.

5. Redacta tus reflexiones personales acerca de lo que es el carácter y de cada


estructura de carácter.

Ejercicios reflexivos
Revisa, tomando en cuenta la relación con tus padres, si no te sentiste bienvenido,
que pertenecías a las familia, si no te sentiste nutrido o abandonado por ellos, si
confiaste y sentiste que te traicionaron o te sentiste humillado, aplastado,
controlado, o no te sentiste aceptado tal como eras, o si te violentaron y lastimaron
amorosa y/o sexualmente.

Lee cuidadosamente cada estructura de carácter y ve señalando aquello


que pueda relacionarse con tu manera de ser y tu historia infantil. Mírate al espejo
desnudo e intenta reconocer en ti los rasgos de algunos de esos caracteres.
Analiza: ¿Cuál es el rasgo de carácter que más te representa? ¿Que guía recibes
para tu proceso personal? ¿Qué necesitas sanar y qué necesitas liberar?

Dinámicas corpo-energéticas
1. Se pide al grupo que se reúna en pares y que escojan su turno de trabajo. Uno
será A y el otro B. A continuación se describen las diferentes opciones para
trabajar:

a) A empezará a colocar sus manos por las diferentes partes del cuerpo de
B, mientras B en voz alta expresa: “no estoy”, “no siento”, “no existo”. Después de
15 minutos, deberán invertir el turno para que ahora sea A quien exprese. Se da
tiempo para que ambos expresen su “darse cuenta” de la experiencia.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 148

b) A se aferrará a una de las piernas de B, mientras le pide que no lo


abandone, que no lo deje, que no puede sin él/ella. B Intentará dejar a A
inventando pretextos.

c) A y B se mirarán a los ojos. A intentará convencer a B de “algo” utilizando


todas sus habilidades y destrezas, mencionará todo lo que puede ofrecerle,
intentará seducirlo por todos los medios para conseguir lo que A quiere. B se
resistirá al principio y accederá cuando así lo considere.

d) Con A en cuclillas y B de pie frente a A, B empezará a dar órdenes a A


de todo lo que “debe hacer”. B debe emplear un estilo autoritario, estricto y rígido,
impidiendo la espontaneidad o la rebeldía de A. A intentará rebelarse.

e) Con A mirando a B, B da la espalda a A. A le dice: “mírame, mírame,


mírame”, pero B intenta dar la espalda siempre. Se permite la interacción de la
pareja por 10 minutos y luego se solicita que cambien de turno.

f) A y B permanecen frente a frente. A va a arraigar golpeando al piso,


mientras expresa abiertamente a B que no lo amará, que nunca entregará su
corazón y que seguirá siendo autosuficiente.

En cada una de las opciones sugeridas, se recomienda auxiliar a los


alumnos para que identifiquen con qué persona o cuál situación de su vida se
relaciona la experiencia vivida con el compañero(a). Es importante la reflexión de
los sentimientos experimentados y las acciones realizadas durante la interacción.

2. Se realizarán lecturas corporales para identificar el carácter (guiados por


el maestro).

3. Se trabajará profundamente en parejas ejercicios de respiración, arraigo,


movimiento, con la intención de identificar el carácter, ablandar la coraza y
conectar con emociones, para reconocer que hay un espacio sensible y profundo
en el interior.

Sugerencias para el facilitador


Se le recomienda dirigir los trabajos psicocorporales con mucho cuidado y poner
énfasis en observar que la persona pueda ver más allá de las limitaciones de su
carácter, que pueda sentir compasión por sí misma y comprensión para su
sistema defensivo. El facilitador deberá hallar el sí en el no de la defensa y trabajar
para la unificación e integración de la persona. Se recomienda una actitud
sensible.a acompañar a los alumnos cuando toquen el dolor, ubicado atrás de la
defensa.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 149

Bibliografía

Brennan, B. A. (1993). Manos que curan. México: Roca.

Fisher, R. (2006). El caballero de la armadura oxidada. México: Obelisco.

Jhonson, S. (1994). Character Styles. U.S.A.: Norton New York.

Lowen, A. (1985). El lenguaje del cuerpo. España: Herder.

Lowen, A. (1987). Bioenergética. México: Diana.

Lowen, A. (1993) La espiritualidad del cuerpo. España: Paidós.

Molina, M. (2007). Sí a la vida tal como es. México: ACD

Pierrakos, J. (1990). Core Energetics. U.S.A . Life Rhythm Publication.

Pierrakos, J. (1994). Comunicación personal. Entrenamiento de Core Energética.


México.

Reich, W. (1987). Análisis del carácter. México: Paidós.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 150

6. La intervención corporal en Core Energética


Introducción
En Core Energética, como en toda psicoterapia corporal, la mirada al cuerpo y al
movimiento corpóreo es esencial para emprender el proceso de transformación de
la persona. A través de la lectura corporal podemos conocer su historia
cristalizada, lo que recibió, sus carencias, su actitud ante la vida, sus dones y los
recursos que ha desarrollado. Podemos ver cómo usa su energía, podemos ver
quién es. La propuesta psicocorporal y energética sostiene como tesis que el
movimiento genera energía y que la energía genera vida. Los ejercicios, posturas,
la intervención de mano en cuerpo y respiración, tienen como afán liberarnos de
las ataduras de los bloqueos físicos, fijaciones mentales y de nuestros complejos
emocionales, para lograr ampliar nuestra conciencia y asumir que somos
cuerpo-mente-espíritu, con un enorme potencial interior para enfrentar la
vicisitudes de la vida, con una gran fuerza y sensibilidad para decir sí a la vida con
todo nuestro ser, apreciando que estamos vivos y de paso por el mundo. La
invitación es a estar despiertos en cuerpo y alma, profundamente conectados a la
fuente de nuestro core y ubicados en el principio de realidad en cada circunstancia
que nos rodea.

En este capítulo se exponen algunos recursos de la lectura corporal y del


trabajo corporal y energético, que son de gran apoyo en la terapia individual y
una potencia impresionante dentro de los grupos de enseñanza y/o procesos
terapéuticos.

Objetivo general
Dar a conocer los recursos básicos corporales y energéticos que se utilizan en el
contexto psicoterapéutico de la Core Energética.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

6.1 Conozca y experimente algunas de la técnicas psicocorporales de la Core


Energética, valorando con ello su potencial de sensibilización, depuración,
liberación y sanación.

6.2 Aprenda a usar las técnicas de Core Energética a través del modelaje que
realice el maestro-facilitador de la materia.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 151

6.3 Practique en parejas y/o subgrupos los ejercicios y la lectura corporal, que le
permitan desarrollar algunas habilidades para su trabajo como psicoterapeuta.

Mapa conceptual

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 152

6.1 Lectura corporal


Alexander Lowen (1983) asegura: “Soy mi cuerpo y mi cuerpo soy yo”. Esto indica
que no existe una sola experiencia que hayamos vivido que nuestro cuerpo no
tenga registrada, impresa. El cuerpo manifiesta en cada curva, en la forma, en
cada músculo, herencias generacionales, nuestra historia con sus carencias,
heridas, pseudo-soluciones, bloqueos, recursos, talentos y capacidades. Evidencia
cómo enfrentamos las circunstancias de la vida pasada y presente. Su aspecto
físico, su forma y expresión revelan lo que está en nuestra mente y la manera en
que manejamos nuestras emociones, las decisiones que hemos tomado, cómo
usamos nuestra energía y cómo vivimos nuestra espiritualidad. Nuestro cuerpo
revela lo consciente y lo inconsciente.

La lectura corporal se define como la capacidad de leer en el cuerpo físico


la historia del individuo y la manera en que este maneja su energía en el presente.
Es a través de lo no verbal del cuerpo que el terapeuta realiza un diagnóstico
físico y psicológico de la persona. La lectura corporal es profundamente
reveladora, puede ayudar al consultante a descubrir aspectos de sí mismo que
han estado fuera de su conciencia: de carencias, de apoyos que recibió, de
recursos que ha desarrollado, por lo que puede ser muy confrontante para “el
cuento que se ha contado”, sobre todo cuando es de victimización.

Resulta una experiencia muy sensible y delicada, por lo que será necesario
ofrecer un contexto de seguridad, calidez, contención, aceptación y empatía, así
como también establecer una relación terapéutica de confianza, que nos ayude a
ser suficientemente receptivos a lo que nos dice el cuerpo de la persona en
sesión, y así ayudarle de manera eficaz a recibir la retroalimentación a partir de la
lectura corporal. Ahora bien, al ir haciendo la lectura, hay que observar el impacto
que produce en la persona lo que vamos diciendo, así como cuidar y no rebasar
los límites de su fuerza yoica, para ayudarle a integrar adecuadamente los
sentimientos y comprensiones que va teniendo.

Recordemos que desde el inicio de nuestra vida hemos tomado decisiones


(soluciones que en la etapa primaria fueron muy sensoriales y corporales, y a las
que en las siguientes etapas se sumó lo cognitivo) a partir de las circunstancias
que hemos enfrentado, y que estas se ven reflejadas en el cuerpo: encorvado,
doblegado para evitar más agresión frontal; una espalda y un cuerpo sobre-
desarrollados para aguantar las cargas emocionales de otros y detener las
propias; unos ojos asustados y hechizados por una experiencia aterradora,
pueden ser ejemplos relevantes.

Del mismo modo, los principales factores que influyen en la configuración


psicocomática del cuerpo son: la herencia, la actividad física, la nutrición, el ámbito

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 153

social, la dinámica familiar, el carácter de los padres, las experiencias o eventos


de vida, las conclusiones y las creencias que tenemos. El estudio de las
estructuras caracterológicas nos aclara en mucho acerca del por qué de las
decisiones, soluciones o pseudo-soluciones que hemos ido tomando. Para el
propósito de esta materia, el capítulo cinco, que aborda las estructuras
caracterológicas, es la guía para realizar y practicar lecturas corporales.

Para realizar una lectura corporal es importante considerar detalladamente


los siguientes puntos:

1. Hacer una impresión general del cuerpo físico: estrecho, contraído,


sobrecargado, armonioso, etc.

2. Considerar las asimetrías corporales: izquierdo-derecho, cabeza-cuerpo, arriba-


abajo, etc.

3. Detectar zonas de bloqueo muscular, debilidad y subdesarrollo físico y áreas de


fortaleza física.

4. Describir el patrón de movimiento: espontáneo, mecánico, desarticulado, etc.

5. Conocer el patrón general de respiración.

6. Detectar el patrón de arraigo.

7. Considerar el patrón de energía.

8. Proponer posturas (pueden ser de stress) y ver cómo responde el consultante.

9. Observar la actitud general y emocional de este durante la lectura.

10. Hacer partícipe del proceso a la persona que consulta; revisar con ella lo que
retroalimentamos.

Es necesario tomar en cuenta que al realizar la lectura estamos


acompañando a un ser humano sensiblemente, dándole contención. La mejor
manera es ir haciendo la historia de esa persona. En Core Energética es nuclear
leer las fuerzas de la personalidad, del ser superior, lo que necesita el alma y la
tarea de vida que cada individuo trae a este mundo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 154

6.2 Movimiento
Movimiento es energía, energía es movimiento, movimiento-energía es vida. La
conciencia da dirección a esta energía de vida. Energía y conciencia alineadas
son vida con sentido, son sentidos de vida. Por lo tanto, el proceso de la Core
Energética es de gran movimiento corporal. Si hemos acorazado, bloqueado
nuestro cuerpo (que es quedarnos fijados mentalmente en el pasado) a través de
rigidizar el movimiento, necesitamos movernos, liberar el cuerpo y el alma,
realizar nuevas conexiones neuronales, bioquímicas, recuperar conciencia
corporal, funciones, recuperar la salud emocional, la creatividad para movernos y
desplazarnos mental y físicamente por el mundo, conectar con nuestro yo interno,
abrirnos al misterio interior, al desconocido potencial interior para tener una mejor
actitud ante la vida, más abiertos al derecho natural de ser felices.

Ejercicios de respiración con movimiento, sacudir el cuerpo, saltar, correr,


girar, mover las extremidades sin coordinación o coordinadamente, abriendo y
cerrando el cuerpo, de pie o acostados, jugando
como niños, estirando el cuerpo, caminando hacia
atrás, hacia adelante, a los lados, abriendo la voz,
gritando, cantando, haciendo ruidos, tocando a
otros, dejándonos tocar, bailando, danzando, etc.

En todo caso, es cuestión de creatividad con


conocimiento del cuerpo, del impacto del
movimiento, de la intención de movimiento, para
obtener conciencia corporal, energetizar,
sensibilizar, mover la máscara, liberar tensiones,
hacer conciencia, estimular y expresar el ser
inferior o para sensibilizar o dar el espacio para la
conexión con el ser superior, para abrir nuestro
corazón y reconocer los nobles sentimientos que
hay en nosotros.

Para lograr este movimiento podemos


apoyarnos en los recursos creados por disciplinas
de ejercicios físicos, artes marciales, gimnasia, disciplinas orientales, danza,
movimientos tribales, movimiento auténtico, juegos de niños y adultos, etc., los
cuales se realizan a partir de un patrón establecido o de la improvisación basada
en la situación, el grupo o la persona. Es importante no olvidar la intención:
recuperar la vida del cuerpo, expandir la conciencia, lograr la conexión interna
para abrir el camino que permita expresar el alma aquí y ahora. Los ejercicios se
realizan de manera individual, en pareja, en grupos, según sea la intención, las

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 155

emociones que necesitan expresarse, por lo que es necesario indicar los


movimientos isomórficos convenientes.

Cuando estos ejercicios logran atravesar las resistencias individuales o


grupales puede haber una gran liberación emocional. Por supuesto que la
liberación más profunda es la que se da cuando se detienen después de haber
movilizado intensamente el cuerpo, entonces no hay que indicar nada, sólo
permitir, acompañar, contener (dando maternaje o sólo con presencia y el silencio
sagrado, que honra el momento de
reconciliación y conexión de la
persona con ella misma) y confiar en
el poder de sanación de la persona.
Uno está allí como testigo-
acompañante, en sintonía y asombro
del regreso del alma a su propio
corazón. Hay que conocer de
caracterología, pero es más
importante estar allí, presente,
consciente, arraigado, para saber
cuál o cuáles son los movimientos
que proceden en ese momento o
hasta dónde realizarlos. No se trata
de mover los cuerpos como si fueran
cosas, sino de invitar a seres
humanos a centrarse en ellos, a
recuperar el amor por su persona.

Para energetizar, sensibilizar, invitar al movimiento y recordar que somos


cuerpo, se sugiere movimientos o técnicas libres. Para centrar más en la
conciencia de bloqueos e ir abriendo segmentos se recomienda hacer el trabajo
corporal de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo.

6.3 Respiración
Respirar fue el primer acto individual y autosuficiente que realizamos al nacer;
entonces hicimos funcionar nuestros pulmones y expresamos un ¡Sí a la vida! ¡Sí
a vivir! El oxígeno entró, la sangre fluyó, la vida en nuestra pequeña individualidad
continuó, todo siguió funcionando, seguimos pulsando en la densa energía de
nuestro cuerpo respirando, dando alimento de vida, dando sensibilidad a nuestra
existencia a través de sensaciones, sentimientos, emociones, respuestas
vegetativas, color de vida. Lo primero que hicimos sabiamente cuando fuimos

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 156

pequeños, buscando defendernos del dolor y del miedo, fue contraer nuestra
respiración y nuestro diafragma, y esto fue separándonos momentáneamente de
la totalidad de la experiencia interna circunscrita a la circunstancia hostil que
pudimos vivir. Al quedarnos fijos en esa acción perpetuamos la defensa –
escondido el dolor y el miedo pasados-. De este modo, la respiración contraída y
la falta de confianza en la vida interna y externa se volvieron crónicas.

Se trata de no sentir, así, podemos inhalar y exhalar poquito, inhalar poco,


exhalar más, exhalar poquito; pueden ser respiraciones clasificadas como
paradójicas, atáxicas o temblorosas, todas ellas al servicio de nuestra neurosis: no
tomar suficiente de la vida, no respirar bien para no sentir, vivir insatisfechos, no
percibir las necesidades reales ni dónde se halla la satisfacción, no percibir que
estamos perdidos tratando de satisfacer necesidades de nuestra imagen
idealizada.

La forma en que respira una persona evidencia su estado emocional. El


cuerpo físico refleja los hoyos de la contracción diafragmática. La función de los
tres primeros chakras se ve afectada. Si seguimos respirando, seguimos vivos y la
calidad de vida puede mejorar si mejoramos nuestra respiración, desde nuestro
sistema inmunológico y la capacidad de disfrutar, hasta la posibilidad de entablar
una conexión espiritual con nosotros mismos y con el todo.

Durante el proceso de terapia individual o grupal es esencial tomar


conciencia de cómo estamos respirando y el efecto que ello tiene en nosotros; el
siguiente paso puede ser promover ejercicios de respiración, generalmente
suaves, respiraciones más profundas, posturas y movimientos en diferentes
segmentos (adecuados al bloqueo de la persona) para abrir la respiración, para
tomar más de la vida, para expresar la vida interna, para cargarnos de energía,
para cultivar la vida en el interior, para nutrir el core y dar energía al ritmo
pulsatorio del universo en nosotros: recibiendo-dando-integrando, realizando las
fases de la respiración adecuada.

Cuando inhalamos nos llenamos, contenemos, nos preparamos para la


acción y creamos la fuerza para expresar nuestras emociones. Al exhalar, nos
vaciamos, soltamos, nos rendimos, expresamos y vivimos el placer de la
descarga. Tenemos dos centros importantes a llenar y vaciar: uno es el torácico,
que tiene que ver con nuestros afectos, sentimientos y emociones, es el centro del
amor. El otro centro, es el abdominal, como centro energético de emociones, de
fuerza y de poder. Cuando el diafragma se tensa, la conexión entre ambos se
interrumpe y con ello la fluidez emocional; de este modo, puede quedar bloqueado
el centro del amor o el centro del poder. En esa escisión tenemos amor sin poder
o poder sin amor (Boadella, 1993).

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 157

Es inevitable que al abrir la respiración también se abran las emociones que


han estado reprimidas, pues la respiración permite que emerjan las defensas y
que cedan las resistencias. Se abre el camino a lo que se ha ocultado en el
interior. Cuando estas emociones fluyen, dan paso a las expresiones espontáneas
del ser, a los sentimientos reales que están en sintonía con el momento presente;
se está sanando el pasado encarnado, se está
despertando a la experiencia del aquí y ahora.

El trabajo con la respiración permite que la


persona se arraigue en su cuerpo, le ayuda a
cargar más energía, y al mismo tiempo, a soltar,
a rendirse y a dar. El renacimiento (Domínguez,
1996) y la respiración holotrópica (Grof, 1994)
son poderosas herramientas que se han
descubierto a partir del proceso de respiración a
nivel de limpieza profunda. Esta, en combinación
con la voz, es valiosísima para liberar
expresiones de enojo, de llanto, el grito y la
carcajada atrapadas, los sonidos del placer, el
¡No! afirmativo o el ¡Sí! a la vida.

6.4 La respiración de staccato


Es la preferida por Pierrakos y de las más usadas en nuestro trabajo. Se puede
practicar permaneciendo acostado (como siempre lo hacía el maestro) o de pie
(Molina, 2007). Acostado, con las rodillas flexionadas y los pies bien apoyados en
el suelo, se respira libremente. Después, hacer inhalaciones más profundas como
preparación, luego inhalar en 4 ó 5 tiempos, arqueando la cintura, con la pelvis y
los hombros pegados al suelo, sosteniendo la respiración; y luego se exhala
bajando la cintura-espalda, despegando y girando la pelvis hacia arriba, al mismo
tiempo que se saca la voz y se descansa. Luego se vuelve a empezar una y otra
vez. Una de sus variantes es que en una de las exhalaciones se golpea un rato
con los pies en el suelo; en un momento con las manos, y en otro con los pies y
las manos, explorando; hacerlo cada vez más fuerte. Finalmente se descansa y se
permite que fluyan los sentimientos.

Existen diferentes ejercicios de respiración que pueden ir acompañados de


movimientos de elasticidad, de fuerza o de expresión; en los de fuerza, sobre todo,
se exhala por la boca y se acompañan con el sonido “¡Aaaah!” u “¡Ooooh!”.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 158

Los ejercicios se realizan con movimientos femeninos y masculinos,


suaves, vigorosos o intensos. Algunos van de afuera hacia adentro y otros van de
adentro hacia afuera; estos tienden a ser más lentos y centrados en sí mismos;
van conectándose con el movimiento involuntario y la expresión emocional
espontánea. En algunos ejercicios se promueve trabajar con ciertas emociones,
enfocándonos en los segmentos correspondientes, con sonidos y a veces frases
que nos ayuden a conectar con la experiencia de determinada emoción;
particularmente con la hostilidad y la rabia.

6.5 Arraigo
Trabajar con el arraigo es esencial en la psicoterapia corporal, sin ello es como
arrancar en el proceso de transformación sin bases, sin cimientos, sin crear la
conexión de la persona con su propia fuerza. El arraigo permite confiar en que se
puede con la experiencia del propio ser. Implica, junto con la respiración,
comenzar a tomar conciencia de que somos un cuerpo físico, que somos espíritu
materializado. Al conectar con nuestra materia podemos conectar con nuestra
esencia espiritual.

Es a través del arraigo, de sentir y ser nuestro cuerpo, que nos podremos
dar cuenta de que en la vida hay experiencias dolorosas y placenteras, agradables
y desagradables, de gran estrés y profunda relajación, etc. Nos abre a la
conciencia del principio de realidad, al que tanto nos resistimos, pues tendemos a
desear sólo obtener placer inmediato.

Si bien es necesario desarrollar el arraigo en posición supina, tal y como se


practica en Vegetoterapia (Navarro, 1993), en Core Energética enfatizamos,
como en Bioenergética (Lowen, 1983), el arraigo de pie. La vertical del arraigo
implica estar en el presente, en el momento inmediato, entre el cielo y la tierra; es
la posición que permite la integración del pasado y la visualización del futuro;
implica la respuesta natural al instante que ocurre, en el Aquí y Ahora, en contacto
con el mundo interno y el mundo externo.

El arraigo permite el desarrollo de un ego sano, que funciona en las


fronteras del contacto, que facilita el encuentro de lo interno con lo externo, que en
una experiencia más profunda reconoce que pertenecemos a una red energética,
que somos uno con todo:

El arraigo es encontrarse sobre este planeta en un intercambio energético con él,


pararse y moverse en constante conexión con la tierra y con lo que nos rodea,
tener tierra debajo de nuestros pies y sentir que pertenecemos a ella, a este
mundo, estar “con los pies en la tierra” “bien parado en la tierra”K el arraigo

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 159

espiritual significa estar completo, conseguir totalidad, tener el valor de


confrontarnos a nosotros mismos, confiar en nuestro ser interno, ser capaces de
mostrarnos a nosotros mismos, alcanzar la parte divina que está dentro de
nosotros (Kretzschmar, 2001) .

Sin un trabajo importante con el arraigo, no confrontaríamos a la máscara ni


le daríamos espacio a la expresión, liberación y transformación del ser inferior. El
arraigo ofrece la fuerza del “yo” para sostener corrientes de sentimientos y
emociones profundas y nos posibilita para enfrentar los conflictos que se nos
presenten. Pierrakos expresa: “Tomen fuerza de sus emociones”, y para ello
tenemos que arraigarnos a nuestro propio cuerpo, aceptando, viviendo, siendo
nuestro cuerpo, fluyendo con lo que surge de él, con lo que surge de nosotros.
Arraigarnos a nuestra capacidad de pensar, de llegar a conclusiones importantes
sobre quiénes somos, cómo hemos vivido y qué pensamientos queremos cultivar.
Arraigarnos a nuestra voluntad interior, a lograr un equilibrio entre la voluntad del
corazón y la voluntad del ego.

Se trata de enraizarnos a nuestro origen espiritual, a nuestro origen


terrenal, que son nuestros padres. Trabajar para dejar de pelearnos con sus
imperfecciones, aceptarlos como son, para soltarlos y pararnos en nuestros
propios pies, arraigarnos a la familia que pertenecemos, a nuestra comunidad, a
nuestra cultura, a nuestra historia, a sabernos parte de la raza humana, lo cual
significa que, más allá del arraigo individual, está el arraigo social, con la
naturaleza y del ser uno con todos y con todo.

El arraigo abre la conciencia para reconocer que tenemos recursos para


pararnos en nuestros propios pies y avanzar con ellos hacia el mundo, que
podemos ser responsables de nosotros mismos, de
hacer con la energía-vida algo bueno para nosotros
y para los demás; despierta la conciencia de que
somos energía y podemos estar conscientes de
nosotros mismos y de nuestra existencia.

Asimismo, podemos utilizar todos los


ejercicios de bioenergética a través de posturas,
caminatas, correr, golpear. Con ellos se estimula la
circulación, la sensación, la vibración en toda la
parte baja del cuerpo, lo que, inevitablemente,
impactará al resto del cuerpo y nos permitirá
experimentarnos de una pieza (Lowen, 2000).

Lograr más arraigo es fortalecer nuestro “yo”


para:

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 160

1. Movilizar la energía y recuperar la conciencia del poder personal en el


cuerpo.
2. Confrontar e ir diluyendo la máscara.
3. Permitir el reconocimiento de nuestro ser inferior, de nuestras intenciones
autodestructivas y destructivas, darle movimiento y expresión para su
transformación.
4. Tolerar y permitir la liberación del dolor real, original negado, reprimido,
para su sanación.
5. Permitir la conexión y el reconocimiento de nuestros sentimientos positivos,
de nuestro ser superior.
6. Tener la experiencia de nuestro ser real; la conciencia de nuestra oscuridad
y nuestra luz.

La posición de arraigo es de pie, con las rodillas flexionadas, alineados los


talones, pelvis, hombros y cabeza, los brazos a los lados, mirando al frente y con
los ojos abiertos.

El arraigo en movimiento implica que se avanza con las rodillas


ligeramente flexionadas, con suave cadencia de la pelvis y los brazos con
movimiento gracioso, desde los hombros y el tronco, con ojos abiertos.

Como ejercicio, podemos trabajar con nuestros arraigo comenzando por


sentir los pies sobre la tierra; imaginar que somos un árbol y salen de nuestros
pies raíces que entran a la tierra, que firmes en ella nos elevamos, crecemos, nos
salen ramas, la copa de nuestro árbol se expande, se eleva al cielo, luego damos
flores y frutos. Es importante registrar la experiencia en nuestro cuerpo.

También podemos bajar y subir con el ritmo de la respiración, con la


atención en nuestros pies y piernas. Podemos caminar por el espacio en puntas,
en talones, con la parte externa del pie, con la parte interna del pie, con la
consiguiente flexión de las rodillas. De igual manera, podemos caminar con las
rodillas flexionadas con pasos largos, lo cual estimula el pie, la pantorrilla, los
muslos y la pelvis. Se puede caminar golpeando con los pies, expresando sonidos
o ruidos.

Una de las mejores formas para estimular el arraigo (que lleva a la


expresión de fuertes emociones) es trabajar con música de tambores, tal cual lo
han practicado desde épocas muy antiguas los grupos tribales, que arraigándose
a la tierra conectaron con lo espiritual. Los tambores llevan a esa conexión
necesaria con la tierra en nuestro cuerpo, y permiten cargar más energía, al

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 161

fortalecer las piernas para erguirse en una posición digna ante la vida o para
rendirse a la tierra, al mundo interior.

Ya sea en terapia individual o grupal, primero se invita a asentar los pies


sobre la tierra (pueden crearse visualizaciones que ayuden a ello); luego se invita
a ir golpeando suavemente y de muchas maneras con los pies, hasta que se
golpee con más fuerza, al tiempo que se abre la expresión de la voz, de la queja
por el malestar que provoca la resistencia a soltar las tensiones, palabras,
emociones, sentimientos. En la medida que se sienta más arraigo (obviamente de
la parte inferior) se invita a dar más movimiento a la parte superior del cuerpo
(tronco, brazos, cuello, cara, cabeza). Detenerse permitirá enfocar la percepción
de las sensaciones, drenar emociones y los líquidos del cuerpo físico, así como
sentir la vibración de la fuerza pulsatoria de la vida y el coraje para vivir.

De acuerdo al tipo de carácter que se ha desarrollado será la facilidad o


dificultad para experimentar el arraigo, por lo tanto, como todo en la vida, este
proceso lleva tiempo. Si tomamos conciencia de cuándo estamos arraigados y
cuándo no, así como de la experiencia iluminadora que representa, seremos
capaces de estar más dispuestos y ser más disciplinados en trabajar para ello, al
mismo tiempo que podremos acceder al derecho de estar bien parados en la
tierra.

6.6 Rodillo
El rodillo es un cilindro de aproximadamente 24 pulgadas de diámetro. Se
considera una de las herramientas más importantes en Core Energética (Molina,
2007). Es utilizado para trabajar con todos los segmentos del cuerpo, de pies a
cabeza, siempre coordinando con la respiración. La persona se sienta en el rodillo
y puede comenzar rodando suavemente la pelvis hacia atrás y hacia adelante; aún
cuando no se está atento a la respiración, esta se modifica. Se continúa
deslizando el cuerpo sobre el rodillo, apoyando los pies, con las rodillas en
escuadra y las manos sosteniendo la cabeza y luego deslizando el rodillo de la
pelvis a la parte superior de la espalda, inhalando y exhalando en el ir y venir,
estirando y recogiendo las rodillas. Este movimiento no sólo va abriendo y
extendiendo los músculos, sino que ayuda a abrir y alinear los chakras, y a
hacernos receptivos a la energía del universo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 162

Hay muchas variantes del trabajo con el rodillo. Este ayuda a arraigarnos, a
liberar bloqueos, a abrir la respiración y los chakras. Para cada defensa
caracterológica existen ejercicios específicos. Cuando se ha trabajado cuidadosa y
efectivamente con él, es posible ver cómo se expande el campo de energía de la
persona, en congruencia con su viveza y presencia corporal.

Es hermoso ver cuando la persona fluye sin obstáculos, cuando dice sí a


la vida sin pretensiones. El proceso energético siempre comienza con cargar
energía, poder contener la carga y posteriormente darle una salida asertiva a
través de la descarga, que permita la liberación con una sensación natural de
goce. En esto siempre confluyen el placer de la carga de energía y el de la
descarga, que deja un espacio para la integración de la experiencia y luego el
vacío para volver a la tensión-carga-descarga-relajación.

Cuando se realizan ejercicios intensos que movilizan las energías del


interior, es común para la descarga ponerse de pie, flexionando la cintura, con los
brazos y la cabeza colgando, las
rodillas ligeramente flexionadas,
inhalando por la nariz y exhalando por
la boca, o acostarse con las piernas y
brazos un poco abiertos y la
mandíbula relajada, entreabierta (para
exhalar). Otra posición es permanecer
acostado, con las piernas y brazos
hacia arriba, con los codos y rodillas
ligeramente flexionados y la planta del
pie en dirección al techo, exhalando
por la boca con la mandíbula relajada.

A partir del intenso movimiento corporal y energético que representan estas


posturas de descarga, generalmente surge la expresión de sentimientos, llanto y
vibraciones, que pueden atravesar todo el cuerpo, acompañados de una
sensación de placer. Cuando los bloqueos son muy severos y crónicos será clara
la batalla entre el impulso que quiere emerger y la defensa que dice ¡No! Se trata
de una guerra de músculos, ya que hay unos que pugnan por dejar salir y otros
que luchan por frenar el impulso, apoyados por la mente que no quiere ceder. En
esos casos hay un dolor inevitable, que implica atravesar o transformar la defensa
y la resistencia, hasta lograr un probable sí a las corrientes de vida que hay en el
interior. Uno puede observar en estas posiciones (que no deberían causar gran
esfuerzo), los gestos de la batalla interna, la rabia, el miedo, el dolor, la fuerza, el
placer, la batalla del no y el sí a la vida, que es lo que cotidianamente
experimentamos. No se tiene que llegar al sí. Al relajar la posición, puede que

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 163

surjan más sentimientos y alcanzar cierta relajación, soltarse más a la tierra, en


cómo estamos fluyendo en ese instante. No hay análisis, hay experiencia de la
vida en curso, sólo estar como se está. Hay que ser sensibles, creativos, para dar
espacio a la descarga y el espacio a la integración.

6.7 Masaje
Como tempranamente lo señaló Reich (1987), hoy sabemos que al presionar
algunos segmentos del cuerpo con severa tensión emergen sentimientos y
emociones reprimidas. En Core Energética la terapia consiste en dar masaje a
todo el cuerpo, de pies a cabeza, de la cabeza a los pies o a algunos segmentos
del cuerpo. Es común masajear los pómulos, a los lados de la mandíbula, a los
lados y atrás del cuello, los hombros, la parte superior de la espalda, entre los
omóplatos, el área diafragmática, a los lados del abdomen, el vientre, a los lados
de los muslos y donde veamos que es necesario; siempre, recordemos, cuidando
la manera de hacerlo, la presión y el tiempo. El propósito es diluir la tensión y
liberar el contenido emocional e histórico que la persona guarda en su interior, ya
que el tacto suave o fuerte puede despertar imágenes de asuntos del pasado y
provocar abreacciones de cargas emocionales que han estado reprimidas. Ida
Rolf (1994) nos explica que los traumas emocionales vuelven rígidos los tejidos
aponeuróticos del cuerpo, por lo que al lograr liberar los traumas crónicos de toda
una vida y volver a reconectar los flujos y equilibrios naturales del organismo se
incrementan la salud, la vitalidad y se alivian las tensiones y el funcionamiento del
organismo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 164

6.8 Raqueteo
El raqueteo (Molina, 2007) es quizá el movimiento por el cual la mayoría de las
personas identifican la terapia de Core Energética, a veces correctamente y otras
de manera distorsionada. Como siempre, se necesita estar allí, conocer el proceso
e involucrarse para descubrir más de él. Muchos también han copiado esta
práctica sin saber realmente cómo hacerlo y qué aspectos hay que cuidar, sin
saber que no estamos reforzando el
berrinche ni el acting-out, que no
sólo se trata de relajarse, soltar por
soltar.

La manera en que cada


persona golpea nos habla de su
carácter, de sus miedos y la
necesidad que tiene de recuperar la
fuerza de su agresión o de manejar
su agresión. El raqueteo va
vinculado a tomar carga y por
supuesto a expresar el ser inferior.
Es un movimiento que, si se entrega
a él con energía y conciencia
adecuada, logra desmantelar más a la máscara, ablanda la defensa; permite
trabajar con el miedo (la hostilidad negada retorna a la conciencia como miedo) la
hostilidad como tal, la rabia, la furia, el rencor y la venganza.

El movimiento desnuda al ser inferior, le da espacio para decir: “No quiero”,


“no”, “me resisto”, “te odio”, “haré que sufras”, “no creo en Dios” o “aquí mando
yo”. También da curso a experiencias de indignación y afirmación del yo, de quién
se es y lo que se quiere.

En la liberación se van eliminando obstáculos, expresando verdades


reprimidas, vociferando, gritando, gesticulando, todo esto abre el camino para
conectar con los sentimientos dolorosos, de vulnerabilidad, de vibración, y estos
terminan dando paso a los sentimientos compasivos y amorosos que han estado
detenidos y también en la sombra de la conciencia. Recordemos que ningún
impulso es originalmente negativo, sino que en la represión, la negación, la
exclusión de la conciencia, éste se distorsionó.

Es importante cuidar la posición de arraigo, golpeando en vertical, de atrás


hacia adelante, no de lado para no lastimar el cuerpo. Es necesario exhalar y
emitir sonidos, permitir la expresión de la voz, que también fue suprimida, primero
por los mandatos externos y luego por la misma persona. Se trata de recuperar el

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 165

derecho a expresar y reposeer la fuerza vital que ha habido en el ser inferior, y al


hacerlo, ganar fortaleza para sanar las heridas, para asumir el presente, dar la
cara a la vida y enfrentar de forma positiva la responsabilidad que se tiene por ella:

La energía de su core está a disposición del paciente en cualquier etapa de la


terapia para ayudarlo en los momentos difíciles y dolorosos de su crecimiento.
Aprende que nadie más que él o ella puede mover su energía. Que nadie provoca
sus emociones, éstas surgen de sus propias percepciones. Nadie, incluido el
terapeuta, puede integrarlo; esa es su tarea (Pierrakos, 1986, p. 219).

6.9 Meditación
La meditación es parte del camino. Más que una práctica, es un espacio necesario
para detenerse y mirar hacia el corazón, para escuchar a Dios en nuestro interior y
luego darnos cuenta que está dentro y fuera de nosotros (Molina, 2007).

Hemos movilizado lo estancado, expresado nuestra frustración, nuestros


reclamos, derramado nuestro dolor y nuestro llanto infantil, nuestro llanto de
arrepentimiento por lo que hemos hecho y nos hemos hecho. En el remanso, en la
quietud, en la receptividad podemos escuchar a Dios
de las mil y una formas que se manifiesta en nosotros.

Partimos del aspecto humano hacia la


dimensión más espiritual del ser. Para estar y para
ser. Aprender a estar en lo que se está: “Se necesita
encontrar un caminoK para poder llegar cada vez más
profundo como ser humano, para escucharse
internamente y para dejarse encontrar por el ser
interno en una actitud de serenidad, de placer, de
amor y de paz” (Kretzschmar, 2001).

En Core Energética se utiliza la meditación de


las tres voces, que son las voces del ego sano, ser
inferior y ser superior. Usando tres cojines, cada
aspecto se expresa y al final se ubica en la posición
del ego sano, que integra estas realidades humanas y accede a nuestro ser real
en este mundo.

La meditación puede ser activa (como la que utilizamos para el arraigo), con
el fin de conectar con la vibración de vida; también puede ser pasiva. El propósito
de esta última es abrir un espacio de quietud, sentados en posición de loto, digna,
arraigados a la tierra y con dirección hacia el cielo o acostados boca arriba,

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 166

arraigados en la parte posterior de nuestro cuerpo (como en el útero) y abiertos en


nuestro corazón y vientre a las energías divinas del cielo. La posición pasiva
podemos realizarla sin ninguna pretensión, sólo parar y permitir que fluya, o con
cierta pretensión guiando una visualización, con un tema para meditar, ir de la
conexión del cuerpo hacia la conexión del ser, reflexionar sobre lo trabajado.

Consideremos las palabras de Rinpoché (2008) al respecto de esta práctica


sanadora:

Durante tres días me quedé meditando en mi habitación, utilizando muchas


técnicas. Gradualmente, comencé a darme cuenta de cuán débiles y transitorios
eran en realidad los pensamientos y las emociones que me habían atribulado por
años, y cómo el dejarse obsesionar por problemas pequeños, los había convertido
en problemas mayores. Sólo con sentarme tranquilamente y observar cuán rápido
y en muchos sentidos ilógicamente mis pensamientos y emociones iban y venían,
me comencé a dar cuenta, de manera directa, de que no eran ni tan sólidos ni tan
reales como parecían. Y una vez que comencé a dejar de creer en el cuento
que parecían contar, empecé a ver al “autor” que hay más allá de estos
pensamientos y emociones: la consciencia infinitamente vasta e infinitamente
abierta que constituye la naturaleza de la mente (p. 22).

La meditación nos invita a rendirnos, a rendir nuestro ego, sólo así se


amplía nuestra conciencia, más allá de lo conocido, a una nueva comprensión del
misterio de la vida. Desde el arraigo podemos acceder mejor a esas nuevas
percepciones.

6.10 Sanación espiritual


Es la capacidad de canalizar energía amorosa para la sanación de las heridas
emocionales, las cuales provocan debilidad, desgaste físico y energético en el ser
humano. Cuando fluye el dolor original y hacemos presencia dando contención,
dando el abrazo sanador o poniendo nuestras manos en esa parte del cuerpo que
durante tanto tiempo ocultó la carga emocional negada, la energía amorosa puede
ayudar a sanar (liberando la historia congelada) y cicatrizar las heridas, de manera
que la vida vuelva a fluir. La sanación espiritual sólo puede darse cuando estamos
alineados con los sentimientos amorosos de nuestro corazón y deseamos el bien
para la persona.

Conclusiones
Es claro que los objetivos de Core y muchas otras prácticas corpo-energéticas
(por ejemplo la danza) son limpiar, drenar, purificar, recuperar lo más vivo que hay

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 167

en nosotros, expandir nuestra conciencia, permitir liberar la energía en nuestro


interior, fluir con el ambiente y con la vida. No se trata de dirigir ejercicios, sino de
compartir un camino que hemos recorrido y nos ha servido. Ahora bien, para
poder cuidar y enseñar o guiar adecuadamente en los ejercicios y los procesos
individuales, también es necesario aprender anatomía, fisiología y aspectos de la
integración postural, así como conocer líneas de cuidado y otros tratamientos que
podrían ser convenientes para el proceso de búsqueda de salud, de amor a sí
mismo y de la verdad del ser.

Una persona que ha logrado recuperar la libre pulsación energética muestra


una comunión de lo involuntario y voluntario, una expresión vivaz, su piel es
cálida, rosa, suavemente vibrante; tiene una respiración libre y completa,
abdominal y torácica, con un tono firme, cómodamente estirada, los ojos se ven
brillantes, con una actitud de confianza, una presencia bella y amorosa.

Estar vivo es sentir la vida, las vibraciones del alma. Entre más encerrada y
aislada sea la prisión del cuerpo, más tendremos que cavar para lograr la libertad
de ser lo que realmente somos. El camino a la sanación y la felicidad requiere de
trabajo personal, disciplina, paciencia y confianza en el proceso, para que después
de habernos alejado tanto, regresemos a nuestro centro interior.

Como E. Frank y Pierrakos nos proponen, se deben tener esperanzas para


vivir, no basadas en la llegada de una solución mágica, sino en la confianza en
nosotros mismos, considerando que tenemos una misión que descubrir. En el
primero y último de los casos, honrar el privilegio de la vida que se nos ha dado.

Resumen
Esencialmente, la intervención psicocorporal en Core Energética incluye:

La lectura corporal. Un recurso sensibilizador y diagnóstico que nos revela


la historia de la persona impresa en su cuerpo: heridas, carencias, fortalezas,
recursos y dones. El estudio de las estructuras caracterológicas es la guía más
eficaz para realizarla.

El movimiento. El sustento del trabajo psicológico, corporal y espiritual


está en la movilización de la energía en el cuerpo físico, pues desde allí se
trabaja con las emociones reprimidas, dando paso a los sentimientos reales, a la
transformación de conceptos equivocados, de creencias inútiles, a abrir y conectar
con la fuerza amorosa del corazón, que es la única capaz de dar un verdadero
sustento al sentido de vivir. Core Energética es energía en movimiento.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 168

La respiración. Es necesario tomar conciencia de cómo se respira y el


efecto positivo y negativo que ello tiene en nuestro cuerpo, en nuestra sensación
de vida. La intervención promueve ejercicios respiratorios con movimientos
corporales que ayudan a cargar energía, tomar conciencia corporal y emocional,
movilizar el cuerpo, apoyar la descarga emocional que se haya acumulado,
disolviendo tensiones agudas o crónicas.

Este aspecto es esencial para recuperar la conciencia de estar vivos,


conectar con la fuerza vital que hay en nuestro interior y asumir el deseo de vivir.
Sólo respirando podemos seguir en la vida, y entre mejor lo hagamos, más
posibilidades tenemos de atravesar el dolor y disfrutar el placer de la existencia.

El arraigo. Implica hacernos uno con nuestro cuerpo, sentirnos cuerpo y


carne, echar raíces hacia la tierra, sentir la fuerza de nuestros pies y piernas para
sostenernos, darnos seguridad y elevarnos hacia el cielo. Arraigarnos significa
estar entre el cielo y la tierra, estar en el presente, aquí y ahora.

El rodillo. Es un cilindro de aproximadamente 24 pulgadas de diámetro;


una de las herramientas más importantes en Core. Es utilizado para trabajar con
todos los segmentos del cuerpo, de pies a cabeza, siempre coordinando con la
respiración. El trabajo con el rodillo ayuda a arraigarnos, a liberar bloqueos, a abrir
la respiración, a abrir y alinear nuestros chakras.

El masaje. Reich descubrió que al mover con presión algunos segmentos


del cuerpo que presentan gran tensión, emergen sentimientos y emociones
reprimidas. Con conocimiento de lo que cada bloqueo corporal significa, aplicar el
masaje completo puede ser revelador, purificador y liberador de emociones. El
masaje contribuye a la disolución de imágenes negativas del pasado. Podemos
aplicarlo de manera fuerte o suave para movilizar la tensión, trabajar la resistencia,
apoyar la expresión. Es un recurso indispensable para Core Energética.

El raqueteo. Es quizá el movimiento por el cual nos identifican más


personas. Se utiliza para llevar a cabo la liberación. Mediante este se van
eliminando obstáculos, se expresan verdades reprimidas vociferando, gritando,
gesticulando. El raqueteo abre el camino para conectar los sentimientos
dolorosos, de vulnerabilidad, de vibración, dando paso a los sentimientos
compasivos y amorosos que han estado detenidos en la sombra de la conciencia.

La meditación. Es parte del camino. Más que una práctica, es un espacio


necesario para detenerse y mirar hacia el corazón, para escuchar a Dios en
nuestro interior y luego darnos cuenta de que está dentro y fuera de nosotros.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 169

Sanación espiritual. Es transmitir la fuerza amorosa que permite la


transformación de la persona, particularmente a partir de la contención corporal y
la imposición de manos, allí donde se necesita ayuda para sanar las heridas de
la batalla de vivir. La intención ha de ser canalizar amor para renacer a la vida.

Cuestionario
1. ¿Qué es la lectura corporal y para qué puede servir en un proceso terapéutico?

2. ¿Por qué es importante trabajar con la respiración?

3. ¿Qué es el arraigo y por qué es tan importante en Core Energética?

4. ¿Cómo se relaciona la respiración y el arraigo?

5. ¿Qué otros recursos son importantes en el trabajo psicocorporal de la Core


Energética?

6. ¿Cuáles son los recursos fuertes y cuáles son los recursos suaves y sutiles en
Core Energética?

7. Menciona cuáles son las técnicas masculinas y cuáles las femeninas.

8. Al revisar los recursos que utiliza la Core Energética, ¿qué diferencias


encuentras con otras formas de terapia que conozcas?

Ejercicios reflexivos
1. ¿Cuál consideras que es tu compromiso personal y profesional al trabajar con
el cuerpo físico de personas que solicitarán tus servicios como psicoterapeuta?

2. Analiza cuáles son los recursos que consideras te serían más complicados de
realizar entre todos los que se te proponen para utilizar en una sesión individual y
grupal de Core Energética. ¿Qué es lo que más necesitas trabajar?

3. De acuerdo a tu caracterología, haz una lista de actividades que podrían


ayudarte a mejorar tu respiración, tu arraigo, a sentir más tu energía, a sentir quién
eres. Proponte un tiempo para realizarlas y luego revisa cuál ha sido el beneficio
obtenido.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 170

Ejercicios corpo-energéticos
Practica acostado, sentado o de pie, la respiración completa, llenando abdomen y
tórax lentamente y vaciando pecho y abdomen de igual manera, con la pausa
natural que necesites. Te ayudará a tomar más conciencia de tu respiración. Al
final del día, date un tiempo para recordar cuántas veces estuviste atento (a) a tu
respiración y cuál fue el efecto.

Haz ejercicios de arraigo con música de tambores; deja que la música te


guíe poniendo atención a la parte inferior de tu cuerpo, particularmente pies,
piernas, pelvis. Estarás trabajando con ello los tres primeros chakras. Observa el
efecto inmediato durante la actividad y principalmente cuando te detengas.
Considera al final del día en qué te benefició esta actividad.

Dentro del grupo, reúnanse en parejas para movilizar energía empujándose


con la espalda y de frente con las manos. Tomados de las manos, apóyense para
bajar y ponerse en cuclillas y luego suban lentamente, quitándose un cojín, etc.
Dentro del grupo cada participante puede golpear con la raqueta respetando la
posición de arraigo.

Observa qué tan fácil o difícil es para ti permitir la descarga, el golpe y qué
sensaciones o emociones experimentas. Lo que fluya de ti, es tuyo, quizá te
sorprenda, pero es tuyo. Permite o permítanse parar y permanecer en silencio a
través de la meditación. Descubre qué fluye en tu interior.

Sugerencias para el facilitador


Con base en el proceso y conocimiento formativo que has obtenido, se te sugiere
guiar con claridad al practicar cada uno de los recursos mencionados aquí,
mostrando los detalles que sólo en la vivencia se pueden enseñar, tomando en
cuenta al individuo y al grupo de enseñanza.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 171

Bibliografía
Lowen, A. (1983). Bioenergética. México: Diana.

Boadaella, D. (1993). Corrientes de vida. México: Paidós.

Domínguez, A. (1996). Rebirthing. España: Libsa.

Grof, S. (1994). La mente holotrópica. España: Kairós.

Molina, M. (2007). Sí a la vida tal como es. México: ACD.

Navarro, F. (1993). La somatosicodinámica. Valencia, España: Publicaciones


Orgón. Escuela Española de terapia Reichiana.

Kretzchmar, I. (2001). “Comunicación personal. Arraigarse en el Ser Superior”.


Conferencia Magistral del Congreso internacional de Core Energética,
Konocti Harbor, California, 2001.

Lowen, A. (2000). Ejercicios de bioenergética. México: Sirio.

Reich, W. (1987). Análisis del carácter. México: Paidós.

Rolf, I. (1994). Rolfing. España: Urano.

Rimpoché, Y. M. (2008). La alegría de vivir. Colombia: Grupo Editorial Norma.

Frank, V. (1999). El hombre en busca del sentido. España: Herder.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 172

7. El proceso en Core Energética


Introducción
Como todas las terapias humanistas, Core Energética es un encuentro de almas
cara a cara, donde una de ellas, el psicoterapeuta, ha caminado en su búsqueda
personal y se ha preparado para acompañar con conocimiento y ética a la otra
persona (paciente, cliente, consultante) que llega con un síntoma, una queja, un
problema, un sufrimiento que quiere resolver. Es un encuentro donde ambos van
a crecer.

Desde ese primer encuentro y las subsecuentes entrevistas (o la sesión


individual en un grupo), sabemos que nuestros campos de energía entran en
contacto, que podemos resonar con lo que pasa en la persona que consulta, y que
será indispensable la empatía corporal, emocional y mental para apoyar su
proceso de profundo autoconocimiento, curación o búsqueda de soluciones que
hagan mejor su existencia; si estamos bien arraigados no habrá confusiones. El
objetivo (cualquiera que sea su problemática) se dirige a conectar con las fuerzas
de su core, que son las que le darán la sanación, la solución y el conocimiento de
quién es. El proceso estará todo el tiempo enfocado en atender todos los niveles
de la personalidad: cuerpo-emociones-mente-voluntad-espiritualidad.

El mapa para el proceso de terapia es muy claro:

1) Establecer la relación terapéutica, abiertos a recibir las impresiones del ser


superior de la persona que llegue a consulta.

2) Penetrar la máscara.

3) Sacar a la luz y liberar el Ser Inferior.

4) Asumir y centrarse en el Ser Superior.

5) Desarrollar un plan de vida.

A lo largo del proceso tendremos claro que el camino de trabajo personal


estará consciente y/o inconscientemente sostenido por las fuerzas del Ser
Superior.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 173

Mapa conceptual

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 174

Objetivo general
Que el estudiante de la Maestría en Psicoterapia Humanista conozca e incorpore a
su formación las fases del proceso psicoterapéutico utilizado en Core Energética.

Objetivos específicos
Que el estudiante:

7.1 Conozca los aspectos que intervienen en las fases de Core Energética y el
compromiso del terapeuta involucrado en dicho proceso.

7.2 Atraviese vivencialmente cada fase dentro del tiempo correspondiente a la


materia de manera que le sea más claro el proceso.

7.3 Elabore un reporte personal donde integre tanto lo teórico como lo vivencial y
dé cuenta de los conocimientos y experiencias que haya adquirido.

7.1 Etapas del proceso


El establecimiento de la relación psicoterapéutica es esencial en el inicio del
proceso de terapia. En Core Energética esta relación es un encuentro de almas,
de la humanidad del terapeuta core (que ha llevado un proceso personal y
formativo) y la humanidad de la persona que acude por guía para su
transformación.

El proceso implicará tres aspectos esenciales: la sanación de heridas que


ha sufrido en el camino; el encuentro de soluciones para su vida presente y que
yacen en su interior y la transformación de aquellas pautas mentales,
emocionales, corporales, crónicas, que abran camino a la reconexión con el
misterioso Ser interior, con la verdad interior, para a ir de regreso a casa, y vivir
desde su ser real.

El psicoterapeuta, desde el inicio de la relación psicoterapéutica, ha de ver


las cualidades del core de la persona-paciente a través de los conflictos,
problemática individual, familiar, social, económica, de las enfermedades físicas
(psicosomáticas), mentales, de aprendizaje, del sufrimiento humano. Reconocer
estas cualidades es reconocer las fuerzas internas de la persona para resolver su
existencia y encontrar un sentido profundo en su vida.

Es importante destacar que a lo largo del proceso emprendemos un viaje en


retrospectiva para así reconocer el pasado detenido y continuado en los patrones

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 175

de vida actuales de la persona: su conciencia infantil, el estado de inmadurez


emocional en que se encuentra (sin importar la edad que tenga), sus apegos, sus
motivos para responder a la vida de determinada manera y su resistencia al
cambio, a madurar, a asumir una actitud responsable y comprometida con su
propia vida. El objetivo primordial será ayudar a la persona-paciente a vivir en el
Aquí y Ahora, acorde con lo que es, enriqueciéndola con los recursos que ha
desarrollado a lo largo de su vida y con los que yacen en su interior, en su centro
esencial, en su core.

El análisis del carácter y el trabajo corporal, energético y espiritual son


herramientas compañeras del recurso más importante del terapeuta: su propio
ser, su presencia y acompañamiento en el proceso que fluye del interior de la
persona-paciente y en la relación que ambos crean.

El psicoterapeuta core va a desarrollar empatía corporal, emocional y


mental, firmeza y suavidad para contener el proceso de la persona-paciente, por lo
que cada sesión individual o grupal se acompañará del tema que trae la persona;
a partir de este vamos observando su personalidad, la dinámica explícita u oculta
que la conduce a sus conflictos, a recrear asuntos del pasado y a crear su
sufrimiento, y al mismo tiempo la acompañamos a iluminar el camino a su placer y
felicidad centrada en el principio de realidad.

Los materiales que se utilizan frecuentemente en las sesiones de terapia


son: una cama o un colchón, raquetas, rodillo, toallas, cojines fuertes, música, un
cesto de basura y pañuelos desechables. Asimismo, Las fases del proceso en
Core Energética son las siguientes:

7.1.1 Penetrando la máscara


Esta etapa se enfoca a lograr que la persona observe y reconozca sus creencias,
introyectos y conclusiones distorsionadas de sí mismo y del mundo, sus valores
rígidos y su conciencia estrecha para ver su problemática. Para ello tenemos que
observar sus patrones de comportamiento y sus hábitos, así como la manera en
que repite el círculo vicioso en el que se mueve (para mantener una imagen que
no le resuelve sus conflictos, sino que le crea sentimientos distorsionados) y sus
reacciones emocionales, que se relacionan con eventos del pasado y afectan sus
relaciones del presente.

Es necesario que la persona vea que a un nivel profundo no confía en sí


misma, y que por más que se enmascare o aparente no puede tener una
seguridad real, ya que su vida está basada en una falsedad. Lo que exige del
mundo no es lo que realmente necesita. Sus necesidades reales están eclipsadas

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 176

por la imagen ideal que da al mundo, por lo tanto, aunque parece satisfacer las
necesidades secundarias de su máscara, no satisface sus necesidades reales, por
lo que vive insatisfecho (a). En el miedo de ser descubierta, se mantiene a la
defensiva. Cuando esta manera de vivir y de resolver su existencia ya no le
funciona, necesita reforzar la desilusión que tiene de su máscara y apoyar la visión
de que dentro de sí está su verdad y las posibilidades de su core.

Como la persona se niega a escuchar la voz interior y se guía por una


conciencia auto-impuesta, voces externas que ha internalizado (“deberías”)
dominan su actuación en las relaciones y contextos donde se mueve. Hace crítica,
proyecta y se victimiza, negándose a ver que eso que rechaza es una parte de
ella misma que mantiene en la sombra, entonces no se hace responsable de sí y
de lo que crea. Por supuesto, todo este proceso es inconsciente. El resultado es
que no se hace cargo de las consecuencias de sus actos, de sus actitudes
negativas, de su resistencia a recibir o a dar, a sentir mutuamente, a compartir
realmente y con esto sólo recrea lo que quiere evitar: sus heridas.

Es necesario entonces que a través del intenso trabajo corporal y de


respiración se confronte a sí mismo, sienta y observe sus bloqueos y la estructura
defensiva con que se mueve en el mundo, que observe qué provoca en los demás
y cómo los provoca para no obtener lo que necesita.

A más trabajo corporal y análisis de su carácter, más va adentrándose en


sí mismo, experimentando emociones y sentimientos, experimentando el arraigo y
la expansión de su respiración; con ello se va dando cuenta de que hay otra
manera de estar en el mundo, empieza a descubrir quién es, a sentir su cuerpo y
a escuchar su alma.

Como desde su máscara la persona no sabe lo que realmente necesita,


aparece el miedo de dejar de ser quien es, de perder su “identidad”, así que
requiere ser testigo de la resistencia de sí mismo, de la resistencia de su ego a
cambiar. Quiere hacerlo sin pagar el precio, sin darse cuenta de que está
pagando otro mucho más alto, el precio de no ser. Necesita apoyarse en lo
positivo que ha ido experimentando y asumiendo, necesita atreverse, ir de manera
un poco más intensa y adentro, apoyando la conciencia de cómo se enmascara,
cómo oculta su real insatisfacción y lo que más rechaza de sí mismo y cómo
proyecta todo esto en los demás.

El proceso deberá seguir siendo muy corporal y energético para que el


individuo realmente pueda ir reconociendo y expresando emociones, sentimientos
y pensamientos inaceptables para su ego y para su imagen ideal. Por medio de él,
va experimentando mayor flexibilidad y vigor, realizando descargas emocionales

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 177

más intensas y expresando un poco más lo que realmente piensa, atreviéndose a


hacer movimientos que antes no se permitía. Adquiere mayor conciencia de su
sistema defensivo, de cómo se frena a ir más allá, de sus patrones comunes ante
la vida. Dependiendo de cada estructura de carácter, de sus circunstancias
presentes, de la manera en que percibe esa realidad y la entrega y el compromiso
con su proceso es como avanzará.

La lectura corporal no sólo retroalimentará sus defensas, sus heridas, la


manera en que ve su realidad, sino también le hará ver las cosas que se niega a
aceptar. Cada persona es única, y su unicidad se observa a partir de cómo se
mueve su energía y conciencia, los pasos que se atreve a dar.

Diluir la coraza de las máscaras que poseemos lleva tiempo. Dos


cualidades básicas a desarrollar son la paciencia y la confianza en lograr la
liberación interna y el autoconocimiento:

El trabajo en el perímetro defensivo cambia completamente a la persona, que


comienza a mirar hacia adentro, en vez de hacia fuera; a mirar que sus crisis están
localizadas en este límite de contacto con el exterior. El requisito en Core
Energética es que la persona vea cómo es su vida, no en términos acusatorios y
de culpar a otros, sino en términos de auto-negación de la realidad interior. En este
primer paso, se prepara a la persona para cambiar la negación de la vida por
una afirmación por la vida (Pierrakos, 1986, p. 279).

Es significativo observar que en la medida que se va disolviendo la ilusión


de ser lo que no se es, se entra en una crisis de identidad: “Entonces, ¿quién soy,
si no soy eso que he creído que soy?” La reacción que aparece es de miedo a
perder la identidad falsa mientras no se reconoce la verdadera identidad interna.

7.1.2 Liberando al Ser Inferior


Reconocer nuestro Ser Inferior es admitir que tenemos el corazón cerrado, que
insistimos en la intención de permanecer con el corazón obstruido. Es negarse a
dar lo más bello de nosotros a nosotros mismos, a los demás y al mundo. El
rencor, el resentimiento, el odio, la culpa, el miedo, la venganza, son expresiones
de vivir en el pasado rechazado, expresiones de un corazón cerrado que no confía
en la vida presente.

Cuando intensificamos el trabajo fuerte y suave del cuerpo se mueve más


la energía, se va expandiendo la conciencia y con ello se van aceptando
sentimientos cada vez más negativos. Se enfocan y evocan las negatividades

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 178

primarias: la rabia y el miedo. Se trabaja más vigorosa e intensamente para que


haya suficiente energía y fuerza para conectar con el ser inferior.

Es común que al hacer descarga golpeando aparezcan expresiones


histéricas, berrinches o enojos reales, que no representan al ser inferior. Enojarse,
indignarse es una expresión natural que nos sirve para afirmarnos, para poner
límites, y expresarlo es justamente sano, no reprimimos, no negamos, expresamos
una verdad (Molina, 2007).

El ser inferior es una carga de rabia y de furia acumulada, escondida, que


da vergüenza y se encubre con la máscara. El ser inferior es una fuerza oscura,
poderosa y muy vital que sostiene una intencionalidad negativa de no cambiar,
porque nos ofrece la experiencia de sentir poder. Con conciencia y trabajo
corporal nos energetizamos para reconocerlo, experimentarlo y le damos espacio
para que se exprese. Sólo de esa manera podemos darnos cuenta del poder
destructivo y auto-destructivo que posee, del poder para crear sufrimiento y
sabotear nuestra felicidad.

La aceptación y contención para no temer al ser inferior es esencial. Hay


que cargar para descargar, destapar, liberar lo que permanece en el bloqueo, la
resistencia.

La resistencia es el mismo mal, pues quiere negar su negatividad. El


trabajo con cada persona y su estructura caracterológica será diferente a este
nivel de liberación del ser inferior. A medida que la fuerza crece, también lo hace
la conciencia y entonces se está listo para tocar lo destructivo que hay en el
interior. El movimiento intenso y la intención positiva apoyan el momento de
expresar lo reprimido y trabajar la represión, la fuerza interna que se opone, la
resistencia a rendirse al corazón:

Lo que el paciente necesita es ayuda para ir sacando a los animales de su


reclusión y para domesticarlos. Es necesario que el paciente admita en su
conciencia instintos hasta entonces desconocidos con el fin de que pueda
afirmarlos, rechazarlos o sublimarlos. El muro que le impide el acceso a sus
deseos inconsciente es la resistencia, una resistencia que debemos ir
desarticulando ladrillo a ladrillo a través de un laborioso análisis al que el paciente
se resiste tanto con el yo consciente (que no desea admitir estos deseos infantiles
primordiales) como con el inconsciente (que no quiere abandonar la gratificación
derivada de la actividad de su vida instintiva (Horney, 2003, p.69).

Cuando se libera el ser inferior la gente puede vociferar el deseo de hacer


daño, de matar, destruir, de crear sufrimiento, se puede mirar la locura, el enorme
placer de destrucción, el poder diabólico que se manifiesta en la venganza, para
que los otros paguen por las heridas sufridas. Es un momento brutal, que

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 179

desactiva bloqueos y muestra una parte de la verdad de la persona. Se drena el


miedo y el mal reprimidos y se quitan los obstáculos para que fluya la energía. Se
expande la conciencia, se acepta que se es capaz de hacer daño, que hemos
hecho daño, que nos hemos hecho daño, incluso mucho más que lo que nos
hicieron.

La liberación del ser inferior es un momento sagrado, profundamente


espiritual, donde nos permitimos mostrar lo más vil, inhumano e insensible de
nosotros, para después sentir lo más sublime y amoroso del ser. Es exorcizar el
pecado de alejarnos de nosotros mismos a través del mal. Es un momento de
revelación y transformación primordial.

El espacio-tiempo que ofrece la Core Energética para trabajar con estos


aspectos oscuros y terribles de nosotros mismos es único –analítica, corporal y
energéticamente hablando-, dentro de las formas de psicoterapia. Para ello, se
requerirá como facilitador haber atravesado el nauseabundo territorio de nuestro
propio infierno, conocer las fuerzas de nuestro ser inferior, y en manos de nuestro
ego sano, respaldado por la conciencia de nuestro Ser Superior, para acompañar
y dar contención a otros para reconocer y trabajar su Ser Inferior.

Trabajar y liberar el ser inferior es conducirnos a recuperar la enorme


energía vital que poseemos para encontrar el coraje de vivir. El reconocimiento y
la vivencia a todos los niveles suele llevar a un dolor de arrepentimiento real, que
nos lleva a reconocer que no podemos solos, que necesitamos ayuda de aquello
que es más grande dentro y fuera de nosotros, que necesitamos la ayuda
espiritual, la ayuda de otros; que necesitamos recibir la guía, recibir amor; así es
como se inicia la verdadera transformación.

Liberar el ser inferior es liberar la energía estancada y putrefacta que yace


en nuestro interior, en nuestras tensiones crónicas, en nuestras enfermedades
físicas y mentales. Como toda enfermedad, es una señal de que necesitamos
cambiar nuestra manera de vivir y de amar.

La sesión en la que se libera el ser inferior nos acerca a conectar con


nuestra herida. La energía que fluye es el dolor no dolido que había quedado
enterrado en la psique y en el cuerpo, con la emoción congelada. Es sólo dolor y
la necesidad de ser acompañado, contenido, para dejar ir el dolor infrigido por
otros y por nosotros mismos. La liberación de energías de nuestro ser inferior y del
dolor original contribuyen a trascender diversos aspectos de nuestro carácter.

Cuando fluye el dolor se da paso al anhelo original de ir hacia el amor, la


conciliación, la unión. Es de nuevo abrir el corazón. Es recuperar en el más
profundo de los procesos la fortaleza de nuestra vulnerabilidad, es recordar la

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 180

intención original de confiar en el amor, que inevitablemente nos acerca unos a


otros, es recuperar la capacidad de amar.

7.1.3 Centrándose en el Ser Superior


Durante una sesión individual o grupal, la experiencia del ser superior se ha
manifestado en la persona al permitirse atravesar el camino descrito, y puede
mirarse en su expresión cálida, suave, amorosa, compasiva consigo misma y con
lo vivido, abierta a su Verdad de necesitar amor, de necesitar estar en paz; en el
cuerpo es visible la circulación sanguínea, en un color rosa del rostro, con ojos
brillantes, en un estado de relajación y paz, de integración de todo su cuerpo, con
una presencia notable, luminosa, arraigada, viva, que parece reflejar su expandido
campo de energía.

En algunas ocasiones es llegar al punto donde esta se rinde al dolor de su


corazón y se abre a recibir el afecto, el contacto, la contención del terapeuta o de
los compañeros del grupo, se rinde a nutrirse de lo que en ese momento la vida le
da. Entonces hay consuelo en el corazón, el llanto se va calmando y el alma se va
colmando de confianza y de amor. Internamente se va creando una red neuronal,
se liberan las sustancias bioquímicas que dejan impresa una nueva experiencia.
La energía fluye y los sentimientos surgen naturalmente en el momento presente.
Una imagen del pasado, la carga emocional reprimida, elaborada, son absorbidas
por el ser.

Centrarse en el Ser Superior es centrarse en las fuerzas y bondades de


nuestro interior, reconocer la parte luminosa, amable, bella, suave, agradecida,
gratificante, valiente, sabia, amorosa que poseemos. Es esa fuerza personal que
nos permite mirar y confrontar nuestras falsedades, enfrentar y reconocer nuestro
ser inferior y aliviar nuestro dolor. Por lo general, las personas con máscaras en
realidad están secretamente identificadas con su ser inferior, sintiendo que son
sólo negatividad. Se llevan su tiempo para genuinamente aceptar que hay algo
bueno y bello dentro de ellos, de ellas.

Es importante apoyar y ayudar a la persona que viene a terapia a reconocer


lo genuinamente bueno, natural, espontáneo y amoroso que hay en ella. La
máscara siempre se hace propaganda, habla o pretende hablar bien de nosotros
mismos. La expresión de nuestro Ser Superior como manifestación de nuestro
core sólo se trasmite con nuestra presencia amorosa; entonces deja sentir,
muestra nuestro poder interno, nuestra sabiduría, nuestro amor.

En esta dimensión terrenal existe una conciencia superior que nos orienta a
vivir a través de nuestro Ser Real, aquél que desde nuestro ego sano comprende

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 181

e integra el aspecto oscuro de nuestro ser inferior y el aspecto luminoso de


nuestro ser superior. Esta conciencia nos implica de manera diferente en el
mundo, sabemos que podemos hacer daño y hacer bien, podemos elegir, sin
negar ningún aspecto. Aun cuando hacia el exterior vivimos esta dualidad,
podemos integrar ambos aspectos en el núcleo de nuestro corazón.

Centrarnos en nuestro Ser Superior es centrarnos en una Conciencia


expandida que lo abarca todo. La experiencia de nuestro Ser Superior es de
pulsación de vida, que confía en lo involuntario, que acepta la vida como es,
haciendo lo mejor, es un despertar al equilibrio de dar y recibir, de ser en lo
femenino y masculino, es asumir la responsabilidad por nuestra existencia,
nuestras relaciones y nuestro gozo por vivir.

Es necesario saber que cuando se caen tantas máscaras se descubre y se


va transformando la auto-destructividad del ser inferior, por lo que habrá un
proceso de crisis, de duelo, de muerte, de falta de identidad. El renacimiento llega
cuando se reconoce el movimiento interno que fluye en el interior e ilumina una
nueva y mejor posibilidad de vivir. Lo real es que todo pasa y algún nuevo desafío
llegará.

Al respecto del proceso de evolución, Pierrakos (1986) opina que:

K es igualmente cierto que la autorrealización duradera es algo difícil de


conseguir. Creo que esto se debe a que no captamos que movimiento constante
significa cambio constante, tanto cualitativamente como cuantitativamente. Cada
entrada de energía puede expandir nuestra conciencia. Cada salida de energía
puede enriquecer nuestro contexto. No hay ningún misterio en el proceso de unir el
mundo interno con el externo, la pulsación asertiva y receptiva de un proceso de
vida. Las últimas etapas del tratamiento core energética, emplean numerosos y
concretos métodos de exploración y aprendizaje que llevan a la persona a
centrarse en su ser superior y a moverse en él. En esta tercera etapa, la práctica
fundamental es la meditación, la cual ayuda a reorientar la conciencia y la
intencionalidad de negativa a positiva (p. 278).

7.1.4 Plan de vida


La sanación que vamos logrando de muchos asuntos de nuestra vida nos
devuelve la confianza en nosotros mismos y en el mundo, es recibir un nuevo
impulso para vivir, y mucho más cuando cada vez confirmamos más que las
energías que nos sanan fluyen de nuestro interior, vienen de nuestro core.

El plan de vida esencial es el camino de regreso a casa, a nuestra Verdad


interior, que se refleja y se transmite a través de nuestra corporalidad. La fortaleza

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 182

personal que vamos adquiriendo tiene que ver con las lecciones que vamos
aprendiendo, y estas facilitan realizar nuestra misión en esta vida: vivir y transmitir
con nuestros dones que vale la pena vivir y estamos comprometidos a
desarrollarnos en beneficio personal y de todas nuestras relaciones, de la manera
que cada uno elija.

Es tarea de vida cuidar de nuestro cuerpo físico, depurar y mejorar nuestras


relaciones, caminar hacia nuestro mundo interno y ser uno con él, de encontrar a
Dios en nuestro interior. Este es un camino de revelación de nuestra verdad, de
quiénes somos genuinamente, de autoconocimiento, de limpieza, depuración,
integración y unificación.

Las fases del proceso en Core Energética pueden realizarse dentro y para
un grupo, tal como se pretende mostrar en esta asignatura. En el movimiento
corporal grupal, y sobre todo cuando se anima a experimentar y expresar el ser
inferior, se crea un movimiento sinérgico que Pierrakos llama ciclotrón, en el que el
movimiento intenso del grupo jala a todos los participantes a hacerse uno en la
expresión y conexión emocional. El ejercicio de mandala –todo el grupo en
círculos con la cabeza al centro- era también uno de los preferidos del guía.

Conclusiones
La felicidad y la infelicidad en buena medida están en nuestras manos. Como
individuo, pareja, familia, sociedad, somos corresponsables del mundo de
apariencias en que vivimos y del mundo subterráneo de nuestras negatividades,
con las cuales creamos tanta violencia y sufrimiento. No podemos confiar en una
solución mágica para ello, es necesario un camino de trabajo personal con nuestro
ser inferior, escuchar y atender nuestras necesidades reales para vivir más
satisfechos.

Debemos reconocer que el proceso de transformación y conexión espiritual


lleva tiempo.

El mapa de trabajo es una guía que ha de ajustarse al momento de la


persona y del grupo. El compromiso del terapeuta en esta forma de psicoterapia
es promover la salud y el bienestar de quienes asisten a terapia, así como
apoyarles a abandonar el estado de victimización y a asumir el poder interno para
lograrlo. Se necesita tener abierto el corazón para abrir otro corazón.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 183

Resumen
Core Energética, como las terapias humanistas, busca un encuentro cara a cara,
un encuentro de almas. El terapeuta core ha caminado en su búsqueda personal,
se ha preparado para acompañar con responsabilidad y ética a la otra persona-
paciente que llega con una queja, problemática y/o sufrimiento que quiere
resolver. Es un encuentro donde ambos van a crecer.

Las etapas del Proceso de Core Energética son:

1. Penetrar la máscara
2. Liberar el Ser Inferior.
3. Centrarse en el Ser Superior.
4. Plan de Vida.

Es tarea del terapeuta Core tener el conocimiento, la firmeza y la suavidad


para guiar, confrontar, apoyar, contener la fuerte expresión del ser inferior y del
dolor que pueda surgir, así como apoyar las manifestaciones de su ser superior.

Cuestionario
1. ¿Cuáles son las fases del proceso terapéutico en Core Energética?

2. ¿Para qué sirve el establecimiento de la relación terapéutica?

3. ¿Cuáles son los puntos importantes a trabajar en la etapa de penetración de la


máscara?

4. Del capítulo anterior ¿Qué recursos utilizarías para movilizar la máscara?

5. ¿Qué aspectos se deben cuidar cuando se trabaja con el Ser Inferior?

6. ¿Hacia dónde conduce a la persona tocar y liberar su Ser Inferior?

7. ¿Qué necesita el psicoterapeuta core para trabajar con el Ser Inferior?

8. ¿En qué consiste la fase o etapa del Ser Superior?

9. ¿Qué recursos materiales se necesitan para realizar la terapia en Core


Energética?

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 184

Ejercicios reflexivos
1. Después de leer con atención cada capítulo de este libro-guía anota todo lo que
necesitarías para ser un terapeuta en Core Energética.

2. De todas las fases del proceso ¿Cuál es la que más necesitarías trabajar?

3. ¿A qué reflexiones te lleva conocer estas cuatro fases o camino de


transformación en Core Energética?

Sugerencias para el facilitador


Se sugiere modelar con el grupo las cuatro fases del proceso, conduciendo a cada
uno de sus integrantes a reconocer y trabajar con sus máscaras, animándolos a
conocer esa parte de la verdad de su ser inferior, a partir de reflexiones y
dinámicas corporales en pareja, triadas o grupos pequeños. De la misma manera,
se les invita a trabajar con su Ser Superior. También se sugiere que se modele
con trabajos individuales frente al grupo.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.


Core Energética 185

Bibliografía
Horney, K. (2003). El proceso terapéutico. España: La Llave.

Molina, M. (2007). Sí a la vida tal como es. México: ACD.

Pierrakos, J. (1986). Core Energetics. U.S.A: Life Rhythm Publication.

D. R. © DPO, Instituto Universitario Carl Rogers, 2012.

También podría gustarte