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Facultad de Derecho y

Ciencias Políticas

La Tipificación de la sanción contra el


órgano acusador ante la vulneración del
principio acusatorio en un presunto delito
de Lavados de Activos

Autores:
DIAZ OTINIANO, Marita Nataly Derecho y Ciencias Políticas
TRUJILLO LESCANO, Marjory Lizet Derecho y Ciencias Políticas
SALAZAR RODRIGUEZ, Leidy Diana Derecho y Ciencias Políticas

DOCENTE LUPERDI GAMBOA, Ricardo Martín

TRUJILLO – PERÚ

2019

1
ÍNDICE GENERAL

Dedicatoria………………………………………………………………………...1
Resumen ..................................................................................................................... 2

Abstract ...................................................................................................................... 7

CAPITULO I .INTRODUCCION

1.1 Realidad Problemática .................................................................................... 9

1.2 Formulación del Problema .......................................................................... 11

1.3 Objetivos ....................................................................................................... 9

1.3.1 Objetivo General ...................................................................................... 11

1.3.2 Objetivos específicos ............................................................................. 13

1.4. variables de investigacion ……………………………………… …12

CAPITULO II . MARCO TEORICO

2.1.Antecedentes…………………………………………………………………15
2.2BasesTeóricas………………………………………………………………....17
2.3: Pincipio Acusatorio ........................................................................................ 19

2.3.1. Concepto ........................................................................................ 21

2.3.2. Finalidad ........................................................................................ 25

2.4. Lavado de Activos ..................................................................................... 27

2.4.1. El Bien Jurídico ............................................................................ 29

3 : DECRETO LEGISLATIVO N° 1106 ................... Error! Bookmark not defined.

3.1. .................................................................................................. 31

3.2. .................................................................................................. 35

4. Derecho de presunción de inocencia………………….……………….37

2
5. LAVADOS DE ACTVIOS SUCEPTIBLES DE CERO OBJETO
MATERIAL……………………………………………………………………………39

5.1. Dinero……………………………………………………………………...43
5.1.2. :ADMINISTRACIÓ DE JUSTICIA…………………………… .……53
Bibliografía………………………………………………………………………54

3
Dedicatoria

Dedicamos esté presente trabajo a Dios, a nuestros padres quienes nos


apoyan con un sustento de vida y al docente; quien nos instruye
académicamente para la comprensión de la materia y de esa manera
sobresalir en nuestros estudios con esfuerzo de cada uno de nosotros
durante el transcurso del presente ciclo y también en los posteriores.

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Resumen

El órgano acusador (Ministerio Publico) como tal debe cumplir una noble labor
en el ejercicio de su profesión, debe actuar guiado por la ética y la verdad, con
fiel sujeción a las leyes, en síntesis, debe ser el auxiliar de la administración
de justicia. Pero como es popularmente sabido el mencionado ideal no se
refleja en la realidad y desde esa perspectiva es que se ha desarrollado la
presente investigación, con la finalidad de determinar en qué manera la falta
de regulación la falta de regulación de la sanción contra el órgano acusador
ante la vulneración del principio acusatorio en un presunto delito de Lavados
de Activos incide en la correcta administración de justicia.

Es por ello que ha sido necesario observar la realidad problemática


sustancialmente y advertir la existencia de la falta de regulación de la sanción
contra el órgano acusador en las leyes penales peruanas, así como las
consecuencias que dicha situación genera en el proceso y en la resolución
judicial.
Por el principio acusatorio para alcanzar la mayor independencia y equilibrio
del juez, sin que éste pueda anular o sustituir las funciones atribuidas al
Ministerio Fiscal o a las partes ofendidas o interesadas en ejercer la acusación

Asimismo, es menester mencionar que para el desarrollo de la presente


investigación se ha empleado el tipo teórico – legal con el método descriptivo,
el cual prescinde de la experimentación.
Es así como se procedió a la redacción de las bases teóricas del marco teórico,
las cuales se han dividido en cinco capítulos los cuales se denominan Capítulo
1: Principio Acusatorio.
2: Lavados de Activos.
3: Decreto legislativo 1106
4: Derecho a la presunción de Inocencia
5: Relación de Lavados de Activos con otros delitos

5
6: Administración de Justicia.
Seguidamente, se planteó una hipótesis y se desarrollaron los materiales y
métodos utilizados para la posterior obtención de resultados y discusión de los
mismos. A partir de ellos, se redactaron las conclusiones de la presente
investigación.

Palabras Clave: Sanción contra el órgano acusador – Administración de


Justica – Principio Acusatorio-Lavados de Activos.

6
Abstract

The accusing body (Public Ministry) as such must perform a noble task in the
exercise of their profession, must act guided by ethics and truth, with faithful
subjection to the laws, in short, must be the auxiliary of the administration of
justice . But as it is popularly known that the aforementioned ideal is not
reflected in reality and from that perspective is that the present investigation
has been developed, with the purpose of determining in what way the lack of
regulation the lack of regulation of the sanction against the accusing body
Faced with the violation of the accusatory principle in an alleged offense of
Money Laundering, it affects the correct administration of justice.

That is why it has been necessary to observe the problematic reality


substantially and to warn the existence of the lack of regulation of the sanction
against the accusing body in the Peruvian criminal laws, as well as the
consequences that this situation generates in the process and in the judicial
resolution .

For the accusatory principle to achieve greater independence and balance of


the judge, without it can nullify or replace the functions attributed to the
prosecutor or parties offended or interested in exercising the accusation

Likewise, it is necessary to mention that for the development of the present


investigation, the theoretical - legal type has been used with the descriptive
method, which dispenses with the experimentation.

This is how the theoretical bases of the theoretical framework were drafted,
which have been divided into five chapters which are called Chapter
1: Accusatory Principle; Chapter

7
2: Money Laundering; Chapter
3: Regulation according to the Penal code; Chapter
4: Right to the Presumption of Innocence and Chapter
5: Relationship of Money Laundering with other crimes; Chapter
6: Administration of Justice.

Next, a hypothesis was raised and the materials and methods used for the
subsequent obtaining of results and discussion of them were developed. From
them, the conclusions of the present investigation were written.

Keywords: Sanction against the accusing body - Administration of Justice -


Accusatory Principle - Money Laundering.

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CAPITULO I

INTRODUCCIÓN

1.1. Realidad Problemática:

El Ministerio Público es el organismo autónomo del Estado que tiene


como funciones principales la defensa de la legalidad, los derechos
ciudadanos y los intereses públicos, la representación de la sociedad
en juicio, para los efectos de defender a la familia, a los menores e
incapaces y el interés social, así como para velar por la moral pública;
la persecución del delito y la reparación civil.

También velará por la prevención del delito dentro de las limitaciones


que resultan de la presente ley y por la independencia de los órganos
judiciales y la recta administración de justicia y las demás que le
señalan la Constitución Política del Perú y el ordenamiento jurídico
de la Nación.

Además, la investigación del delito destinada a ejercitar la acción


penal del Ministerio Público deberá obtener los elementos de
convicción necesarios para la acreditación de los hechos delictivos,
así como para identificar a los autores o partícipes en su comisión.
Con la finalidad de garantizar la mayor eficacia en la lucha contra el
delito.

Es así cono un fiscal debe realizar su función de manera correcta, sin


embargo, en la actualidad nos damos cuenta de que su ejercicio es
errónea en el aspecto de pruebas produciendo vulnerabilidad ante
una presunción de inocencia, es ahí donde queremos enfocarnos. Si
bien es cierto el principio acusatorio, resguarda el principio de

9
presunción de inocencia por cuanto corresponde al Ministerio Público
la función persecutoria de los delitos y la obligación (carga) de
buscar y presentar las pruebas que acrediten la existencia de éstos,
es decir el acusado no está obligado a probar la licitud de su conducta
cuando se le imputa la comisión de un delito, en tanto que el acusado
no tiene la carga de probar su inocencia, puesto que el sistema
previsto por la Constitución Política le reconoce, a priori, tal estado,
al disponer expresamente que es al Ministerio Público a quien
incumbe probar los elementos constitutivos del delito y de la
culpabilidad del imputado.

Otro significado, en orden al onus probandi, es que la necesidad de


afirmar la certeza de los cargos objeto de acusación recae
materialmente sobre el Fiscal, en cuanto titular de la acusación
pública.

Es el Ministerio Público quien habrá de reunir aquella suficiente


necesaria actividad probatoria para destruir la presunción de
inocencia; por ello se define a la presunción de inocencia como un
derecho reaccional. Por lo demás, acreditada la imputación del
Fiscal, corresponde al imputado, en caso lo sostenga, probar los
hechos impeditivos, extintivos o excluyentes de la responsabilidad
penal.

En un principio los jueces no tenían reglas, manuales o leyes que


limitaran su actividad jurisdiccional, tampoco existen registros que
nos permitan apreciar mediante qué métodos o preceptos se
valoraba en aquel entonces las pruebas aportadas al proceso,
entonces podemos inferir que aquel juzgador utilizaba su razón para
fallar a favor de quien más pruebas haya presentado o más

10
convicción le haya generado mediante su testimonio o la aportación
de pruebas al proceso.

Varios han sido los ejercicios incorrectos de los fiscales al admitir


poca pruebas y hacer que el acusado fomente sus propias pruebas
favoratorias.

De este modo, bien afirma Gálvez Villegas: “En este sentido, en el


proceso penal, el imputado no tiene ninguna obligación o carga
probatoria y, para atribuirle responsabilidad penal, el órgano
acusador (Ministerio Público), deberá presentar la prueba suficiente
capaz de desvirtuar la presunción de inocencia que le asiste en
calidad de derecho fundamental. Consecuentemente, al no haber
cargas probatorias en el proceso penal, tampoco podrá presentarse
ningún caso de inversión de la carga de la prueba”.

Es evidente entonces, desde el principio acusatorio, que es el Fiscal


quien debe recabar todos los elementos de prueba necesarios para
la formulación de la hipótesis incriminatoria, por ende, no puede
confundirse el uso de prueba indiciaria con la imposición de la carga
de la prueba.

1.2. Formulación del Problema:

 ¿De qué manera la falta de tipificación de la sanción


contra el órgano acusador ante la vulneración del principio
acusatorio en un presunto delito de Lavados de Activos
incide en la administración de justicia?

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1.3. Objetivos

1.3.1 Objetivo General:

 Determinar de qué manera la falta de tipificación de la


sanción contra el órgano acusador ante la vulneración del
principio acusatorio en un presunto delito de Lavados de
Activos incide en la administración de justicia.

1.3.2 Objetivos Específicos:

 Presentar los alcances del Principio Acusatorio


 Mostrar los efectos de la falta de tipificación de la sanción
contra el órgano acusador.
 Analizar los aspectos del delito de Lavado de Activos.
 Observar la correcta realización de la administración de
justicia.

1.4. Variables de Investigación

 Variable Independiente: La falta de Tipificación de la sanción


contra el órgano acusador ante la vulneración del principio
acusatoria en un presunto delito de lavados de activos.
 Variable dependiente: Administración de Justicia.
 Presentar la delimitación conceptual de la administración de
justicia.

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1.4.1. Operacionalización de Variables

Objetivo General:

Determinar de qué manera la falta de tipificación de la sanción


contra el órgano acusador ante la vulneración del principio
acusatorio en un presunto delito de Lavados de Activos incide en la
administración de justicia.

Objetivos
Variable Dimensión Indicadores
Específicos
Mostrar los
efectos de la
falta de
La falta de
tipificación de La falta de Estudio de la
tipificación de
la sanción tipificación de lesividad del
sanción contra el
contra el sanción contra órgano
órgano acusador
órgano el órgano acusador.
ante un delito de
acusador. acusador ante
lavado de activos
un delito de
afectando el P,
Analizar los lavado de Análisis de la
Acusatorio
aspectos del activos. repercusión de
delito de Lavado la ausencia de
de Activos. tipificación de
sanción contra

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el órgano
acusador ante
un delito de
lavado de
activos
afectando el
Acusatorio
La delimitación Análisis de la
Conceptual de la delimitación
Presentar los
administración de conceptual de
alcances del
Justicia en la la
Principio
Doctrina administración
Acusatorio
La de justicia en
administración la doctrina
Observar la de Justicia
correcta Análisis de los
realización de Mostrar los los alcances
la alcances del del
administración P,Acusatorio. P,Acusatorio ,
de justicia.

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CAPITULO II. MARCO TEORICO

2.1. Antecedentes:

Un primer trabajo corresponde Gálvez Villegas: “En este sentido, en el


proceso penal, el imputado no tiene ninguna obligación o carga
probatoria y, para atribuirle responsabilidad penal, el órgano acusador
(Ministerio Público), deberá presentar la prueba suficiente capaz de
desvirtuar la presunción de inocencia que le asiste en calidad de
derecho fundamental.
Consecuentemente, al no haber cargas probatorias en el proceso penal,
tampoco podrá presentarse ningún caso de inversión de la carga de la
prueba”.

Es evidente entonces, desde el principio acusatorio, que es el Fiscal


quien debe recabar todos los elementos de prueba necesarios para la
formulación de la hipótesis incriminatoria, por ende, no puede
confundirse el uso de prueba indiciaria con la imposición de la carga de
la prueba. Lo que en realidad se propugnó en la Convención de Viena
de 1988, en el artículo .17 fue una inversión de la carga de la prueba,
pero para casos de decomiso, es decir, a situaciones vinculadas a lo
que actualmente se conoce como “riqueza emergente”.
El citado texto señala: “Cada una de las Partes considerará la
posibilidad de invertir la carga de la prueba respecto del origen lícito del
supuesto producto u otros bienes sujetos a decomiso (...)”. Esta política
va a irradiar sus alcances a varios sistemas jurídicos, bajo la
denominada “explicación razonable del origen ilícito”, lo cual sí es
exigido al momento de la imputación de operaciones de lavado de

15
Dinero:

El segundo trabajo corresponde Manzini Vicenza nos dice:” la


presunción de inocencia establece la calidad jurídica de no culpable
penalmente, es inherente a la persona. Su pérdida debe ser acreditada
con elementos empíricos y argumentos racionales, por los órganos que
ejercen la función represiva del Estado, cuando un individuo lesiona o
pone en peligro los bienes jurídicos que la sociedad estima valiosos,
dignos de protección por la potestad punitiva de aquel.”

El tercer trabajo que nos hablan la presunción de inocencia, a través de


la prueba según Binde nos dice que: que nadie tiene que construir su
inocencia; que sólo una sentencia declarará esa culpabilidad
jurídicamente construida que implica la adquisición de un grado de
certeza. Presupone, además, que nadie puede ser tratado como
culpable, mientras no exista una declaración judicial, es decir, que toda
persona se considera inocente hasta que no sea reconocida como
responsable del ilícito penal, mediante una decisión que es adoptada
por el órgano competente para ello; y que no puede haber ficciones de
culpabilidad ya que la sentencia absolverá o condenará.”

Mientras tanto, en el cuarto trabajo el concepto de estado de inocencia,


según Nogueira Alcalá señala:” como un principio informador del
procedimiento penal. Le da una nueva perspectiva a partir de dos
presupuestos que son inherentes a todo sistema procesal penal. El
primero es el de la carga y valoración de la prueba, elementos
necesarios para formar la convicción del juzgador. El segundo es el de
la sentencia fundada o motivada, que le exige contar con razonamientos
o consideraciones, en torno al establecimiento de los hechos por los

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medios de pruebas existentes en el proceso como la invocación de la
aplicación al caso de las normas decisoria de la litis.”

2.2. BASES TEÓRICAS

2.3. Principio Acusatorio

2.3.1. Concepto:

El principio acusatorio, que se respeta en nuestro sistema judicial de


una forma sagrada, exige que exista una correlación entre la acusación
y la sentencia.

De la misma forma, este mismo principio acusatorio establece que no


se puede continuar con un proceso judicial si las partes no mantienen
la acusación. Por partes, entendemos al fiscal, a la acusación particular
y a la acusación popular.

El fiscal, a quien le corresponde la defensa de la legalidad en nombre


del pueblo, puede retirar la acusación si estima que no hay base para
seguir adelante. Y lo mismo ocurre con las acusaciones particulares y
populares, que como saben, son abogados contratados por personas
para actuar a guisa de fiscales privados.

También puede ocurrir lo contrario, que en el curso de una investigación


el juez estime que hay base para continuar con la instrucción y que tanto
el fiscal como las acusaciones piensen lo contrario. En esos casos, las
partes pueden recurrir al tribunal superior y pueden conseguir, como así

17
ha ocurrido recientemente, que el juez de instrucción reabra la
investigación.

El principio acusatorio deriva del derecho fundamental al proceso


debido y a la tutela judicial efectiva, contemplado en el artículo 24 de la
Constitución.

Estas expresiones, que se asemejan a arcanos mágicos sólo


comprensibles para iniciados, forman parte esencial de nuestro Estado
de Derecho. Impiden que la administración de Justicia sea manipulada
y utilizada de forma torticera e interesada en beneficio de los poderosos
o de los influyentes.

La igualdad ante la Ley, el derecho al juez predeterminado por la Ley y


no a ningún otro colocado por interés, el derecho a ser asistido por un
abogado, a un proceso con todas las garantías y sin dilaciones, a utilizar
todos los medios de prueba para la defensa, a no declarar contra uno
mismo y a la presunción de inocencia son el corazón de nuestro sistema
judicial.

Por ello, el representante jurídico del acusado, el abogado, tiene la


oportunidad de alegar, proponer pruebas, participar en su práctica e
interrogar, tomando parte en los debates, conociendo de antemano, y
con tiempo suficiente, los cargos presentados contra su cliente.

De esta forma garantizamos la defensa de nuestros derechos y


nuestras libertades. Unas reglas que se aplican a todos por igual sin
distinción de poder económico, político o social.

18
El principio acusatorio, que se respeta en nuestro sistema judicial de
una forma sagrada, exige que exista una correlación entre la acusación
y la sentencia.

De la misma forma, este mismo principio acusatorio establece que no


se puede continuar con un proceso judicial si las partes no mantienen
la acusación. Por partes, entendemos al fiscal, a la acusación particular
y a la acusación popular.

El fiscal, a quien le corresponde la defensa de la legalidad en nombre


del pueblo, puede retirar la acusación si estima que no hay base para
seguir adelante. Y lo mismo ocurre con las acusaciones particulares y
populares, que como saben, son abogados contratados por personas
para actuar a guisa de fiscales privados.

También puede ocurrir lo contrario, que en el curso de una investigación


el juez estime que hay base para continuar con la instrucción y que tanto
el fiscal como las acusaciones piensen lo contrario. En esos casos, las
partes pueden recurrir al tribunal superior y pueden conseguir, como así
ha ocurrido recientemente, que el juez de instrucción reabra la
investigación.

El principio acusatorio deriva del derecho fundamental al proceso


debido y a la tutela judicial efectiva, contemplado en el artículo 24 de la
Constitución.

Estas expresiones, que se asemejan a arcanos mágicos sólo


comprensibles para iniciados, forman parte esencial de nuestro Estado
de Derecho. Impiden que la administración de Justicia sea manipulada
y utilizada de forma torticera e interesada en beneficio de los poderosos
o de los influyentes.

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La igualdad ante la Ley, el derecho al juez predeterminado por la Ley y
no a ningún otro colocado por interés, el derecho a ser asistido por un
abogado, a un proceso con todas las garantías y sin dilaciones, a utilizar
todos los medios de prueba para la defensa, a no declarar contra uno
mismo y a la presunción de inocencia son el corazón de nuestro sistema
judicial.

Por ello, el representante jurídico del acusado, el abogado, tiene la


oportunidad de alegar, proponer pruebas, participar en su práctica e
interrogar, tomando parte en los debates, conociendo de antemano, y
con tiempo suficiente, los cargos presentados contra su cliente.

De esta forma garantizamos la defensa de nuestros derechos y


nuestras libertades. Unas reglas que se aplican a todos por igual sin
distinción de poder económico, político o social.

Pero que no exista un proceso bajo el sistema acusatorio “puro” no


significa que no pueda hablarse del principio acusatorio, en tal sentido
puede afirmarse que las notas que configuran este principio acusatorio
son las siguientes las mismas que son aplicables para el caso peruano:
a.- Acusación pública popular, monopolio de la acusación por un órgano
extra poder. Al ejercicio de la acción y el sostenimiento de la pretensión
están llamados, por el Ministerio Público, en algunas latitudes como
España Ministerio Público Fiscal también lo puede hacer el ofendido e,
incluso el ciudadano que, sin ser sujeto pasivo del delito, decidiera
convertirse en acusador público. (procesos de querella en Perú) .

El Principio ne procedat iudex ex oficio y nemo iudex sine actore en el


proceso penal debe ser entendido no tanto como prohibición terminante
de que pueda el órgano jurisdiccional iniciar un proceso, como cuando

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le esté vedado sostener la pretensión penal. En el caso peruano el
ejercicio de la acción penal publica lo monopoliza el Ministerio Público,
no hay otra forma de inicio de un proceso penal si el Ministerio Público
no ejerce acción penal en los delitos perseguibles de oficio.

A) Atribución de la instrucción y del juicio oral a dos órganos distintos.


Debido a que la función instructora comporta una labor inquisitiva de
descubrimiento del delito y participación de sus autores, a fin de
evitar el prejuzgamiento, dicho Instituto de Ciencia Procesal Penal
actividad ha de ser encomendada a un órgano jurisdiccional al que
se le ha de impedir expresamente la posibilidad de conocer el juicio
oral.

B) Relativa vinculación del tribunal a los hechos y a las pretensiones


de las partes. La afirmación de que el ius puniendi corresponde
exclusivamente al Estado es en el proceso penal acusatorio una
verdad que requiere ciertas explicaciones.

Es totalmente cierta en cuanto de que el Estado tiene el monopolio de


la imposición de penas y que la ejecución penal, a diferencia de la civil
es forzosamente necesaria, correspondiendo al Estado su ejecución ex
oficio. Sin embargo, el mismo principio no establece y no puede
interpretarse en el sentido de que sea el Estado el dueño absoluto en
la aplicación o individualización de la pena, sin que puedan las parte,
mediante la determinación de los hechos o mediante sus pretensiones
y resistencia establecer unos límites a la actividad decisoria del
Tribunal.

2.3.2. Finalidad:

21
El principio acusatorio es aquel principio inspirador del proceso penal
según el cual el Juez no puede actuar de oficio en el ejercicio de la
acción penal, en la determinación del objeto del proceso (hechos y
personas contra las que se dirige) y en la aportación de hechos y
pruebas de estos.

El principio acusatorio se concreta en varias manifestaciones:

a) Acusación por persona ajena al órgano sentenciador.

Dentro de la primera de las notas caracterizadoras del principio


acusatorio deben distinguirse, a su vez, dos aspectos:
- Existencia de una acusación explícita. El principio acusatorio exige que
la pretensión punitiva se exteriorice para que el imputado pueda
contestarla, rechazarla o desvirtuarla.

- Y, por otra parte, también exige que esa acusación sea mantenida por
alguien distinto al órgano sentenciador.

b) Prohibición de condena por hechos distintos de los que han


sido objeto de acusación o a persona diferente de la acusada.

El hecho con apariencia de delito o falta (objeto del proceso penal) se


identifica tanto de forma objetiva (realidad histórica) como de forma
subjetiva (la persona de su autor). De esta forma, el Juez no puede
condenar ni a persona diferente de la acusada ni por hechos distintos a
los acusados y, en caso contrario, infringiría el principio acusatorio.

c) El Juez o Tribunal sentenciador no puede aportar hechos al


proceso.

22
Esa aportación solamente puede ser realizada por las partes.

En el proceso ordinario por delito, el artículo 729.2º de la Ley de


Enjuiciamiento Criminal admite que en el juicio oral se practiquen las
"diligencias de prueba no propuestas por ninguna de las partes que el
Tribunal considere necesarias para la comprobación de cualquiera de los
hechos que hayan sido objeto de los escritos de calificación".

d) Un mismo órgano judicial no puede realizar las labores de


investigación en una fase preliminar o instrucción y después las de
enjuiciamiento.

23
2.4. LAVADO DE ACTIVOS

2.4.1. CONCEPTO:

El lavado de activos (LA) busca ocultar o disimular la naturaleza, origen,


ubicación, propiedad o control de dinero y/o bienes obtenidos ilegalmente.
Implica introducir en la economía activos de procedencia ilícita, dándoles
apariencia de legalidad al valerse de actividades lícitas, lo que permite a
delincuentes y organizaciones criminales disfrazar el origen ilegal de su
producto, sin poner en peligro su fuente.

Generalmente se identifica el narcotráfico como el principal delito base del


lavado de activos. No es el único: el LA también se puede originar en la venta
ilegal de armas, la trata de personas, las redes de prostitución, la
malversación de fondos públicos, el uso malicioso de información privilegiada,
el cohecho, el fraude informático y el terrorismo, entre otros delitos. Todos ellos
producen beneficios y ganancias mal habidas, que crean incentivos para que
se intente legitimarlas.
Entre los riesgos que involucra el lavado de activos destacan los:

 Sociales: al favorecer indirectamente la criminalidad, permitiendo al


delincuente legitimar el producto del delito.

 Económicos: al producir distorsiones en los movimientos financieros


e inflar industrias o sectores más vulnerables.

 Financieros: al introducir desequilibrios macroeconómicos y dañar la


integridad del sistema financiero.

24
 Reputacionales: por la pérdida de prestigio, crédito y/o reputación tanto
de entidades financieras como no financieras y de sus profesionales.

2.4.2. El Bien Jurídico:

El concepto jurídico del ‘bien jurídico protegido’ por una norma penal, se
define como “aquellos bienes vitales imprescindibles para la
convivencia humana en sociedades que son, por tanto, merecedores de
protección a través del poder coactivo del Estado representado por la
pena pública”.

La ausencia de un bien jurídico que preservar despoja a la norma penal


de todo contenido material, como también de toda legitimidad. De este
modo, se puede afirmar que cualquier tipificación resulta imposible o
bien arbitraria si no se construye sobre la base de un bien vital para la
sociedad o el individuo. El Derecho penal no crea los bienes jurídicos,
sino que los identifica, pondera su importancia y actúa sobre ellos
tutelándolos. Otra particularidad digna de ser destacada es que, en
general, el tipo penal no menciona en forma expresa al bien jurídico
protegido.

En consecuencia, aquel debe ser descubierto a través de una labor


interpretativa. Sin embargo, muchas veces se observa que esto no
resulta suficiente debido a que algunas normas penales, pese a su
ubicación sistemática, lesionan un bien jurídico distinto al que aparece

25
enunciado en el título o capítulo. Respecto del contenido del bien
jurídico protegido por la norma penal, se ha cuestionado la inclusión de
los llamados bienes jurídicos colectivos o de contenido amplio, a raíz de
la vaguedad de sus formulaciones y el recurso frecuente a figuras de
peligro abstracto para su configuración. En defensa de la protección de
los bienes jurídicos colectivos o difusos, se ha dicho que ellos son
admisibles en función de las actuaciones necesarias de tutela de las
sociedades democráticas, es decir, atendiendo a determinadas
exigencias de política criminal.

26
CAPITULO III

3.1. DECRETO LEGISLATIVO N° 1106

Lavado de Activos:

El lavado de activos es un delito autónomo tipificado en sus distintas


modalidades en los artículos del 1, 2, 3 y 4 del Decreto Legislativo N°
1106, Decreto Legislativo de lucha eficaz contra el lavado de activos y
otros delitos relacionados a la minería ilegal y crimen organizado.

En términos sencillos, es el proceso por el cual se busca introducir, en


la estructura económica y financiera de un país, recursos (dinero,
bienes, efectos o ganancias) provenientes de actividades ilícitas
(delitos precedentes), con la finalidad de darles apariencia de
legalidad. Son delitos precedentes del delito del lavado de activos, los
delitos contra la administración pública, tráfico ilícito de drogas,
terrorismo, minería ilegal, trata de personas, tráfico de migrantes,
tráfico de armas, secuestro, proxenetismo, delitos tributarios,
extorsión, robo, delitos aduaneros u otro que genere ganancias
ilegales (excepto el artículo 194 del Código Penal). A través del lavado
de activos, se pretende hacer parecer como legítimos, los fondos o
activos obtenidos a través de actividades ilícitas e integrarlos o
introducirlos al sistema económico-financiero.

3.2. Características

Lo que identifica, de manera especial, a estas operaciones de


sustitución y legalización de bienes y capitales, a la vez que les

27
asegura la configuración de una sólida apariencia de legitimidad, se
relaciona con dos aspectos. Uno, referido al modus operandi que
emplea el agente; y el otro, en función de los vínculos entre el agente
del lavado y el origen ilegal del dinero que se lava.

La primera característica del lavado es que los actos que lo


materializan se ejecutan observando siempre todas las formalidades y
procedimientos usuales y regularmente exigidos por cualquier negocio
jurídico o financiero. Y la segunda de las características mencionadas,
implica que en los actos de lavado sólo intervienen como autores
personas ajenas, totalmente, a los actos generadores del capital o
bienes ilegales. Vale decir, el agente no debe estar directa ni
indirectamente vinculado con la ejecución de los delitos de tráfico
ilícito de drogas que propiciaron el capital ilegal.

3.3 Función

A partir pues de estos conceptos y características podemos señalar


que la función del lavado de dinero no es otra que la de propiciar e
implementar mecanismos económicos o financieros que permitan que
los ingresos provenientes de una actividad ilegal, como lo es el
narcotráfico, sean absorbidos y mimetizados en movimientos de
intermediación financiera o de contabilidad general por el Producto
Nacional Bruto. O, en términos menos complejos, que las ganancias
de la droga pasen a ser exponentes de capital legítimo, cotizable y
debidamente registrado.
Otros autores que han estudiado este delito también aluden a
conceptos funcionales similares al expuesto, y que resultan
primordiales para poder identificar y entender la dinámica de los actos
que configuran legalización de capitales. Así, por ejemplo, DIEGO
GOMEZ señala que: “Por blanqueo de dinero debe entenderse aquella

28
operación a través de la cual el dinero siempre ilícito (procedente de
un delito grave) es ocultado, sustituido y restituido a los circuitos
legales, de tal forma que puede incorporarse a cualquier tipo de
negocio como si se hubiere obtenido de forma lícita” ( Cfr. Diego J.
Gómez Iniesta. Medidas Internaciones contra el Blanqueo de Dinero y
su Reflejo en el Derecho Español, en Luis Arroyo Zapatero - Klaus
Tiedemann. Estudios de Derecho Económico. Ediciones de la
Universidad de Castilla - La Mancha. Cuenca, 1994, p. 141)

Asimismo, algunas agencias de Control Penal han adoptado nociones


semejantes y que se reproducen en sus directivas o políticas
institucionales. Este es el caso, en el Perú, del Manual 3 Operativo de
Investigación y Diligencias Especiales del Ministerio Público. En él se
precisa que constituyen lavado de dinero: Las “actividades que tienen
por finalidad darle apariencia lícita a los dineros que se derivan del
tráfico ilícito de drogas”.

3.4. Volumen del lavado y eficacia del control

Ahora bien, para tener una somera idea de lo que representa el lavado
de dinero como actividad económica ilegal, lo cual, a su vez nos
permitirá reconocer los grados de eficacia que registra el Sistema Penal
frente a dicho delito, cabría mencionar las siguientes estimaciones
correspondientes al último lustro.

Según los estudios existentes, se estima que el volumen anual de


dinero ilegal que se lava a nivel mundial se sitúa alrededor de los
CUATROCIENTOS MIL MILLONES DE DOLARES. Lo cual,
obviamente, aparece como un dato crítico que denuncia la escasa
eficacia y oportunidad de las estrategias penales para el control de los
actos de legalización de capitales. Cabe anotar, sin embargo, que el

29
porcentaje del volumen de dinero que es objeto de lavado varía
notoriamente, de país a país, en función, sobre todo, de la posición que
se ocupe dentro del denominado “ciclo de la droga”. Vale decir, que los
registros de lavado son distintos en los países que se vinculan con la
producción de drogas; con el tránsito de las mismas; o con el consumo
de las sustancias adictivas. Naturalmente en los países vinculados al
consumo se realiza mayor porcentaje de lavado de dinero. En ese
sentido, por ejemplo, se estima que en países típicamente productores
de materia prima o de manufactura primaria como el Perú, el registro de
lavado de dinero suele ser mínimo, calculándose en un promedio anual
de 450 a 500 millones de dólares. En cambio, en los países de tránsito
y de consumo relativo como España la cifra del lavado de dinero llega
a alcanzar los 5,000 millones de dólares. Por su parte, Colombia, que
es un país ligado al refinamiento y distribución de drogas, así como a la
gestión del narcotráfico internacional, alcanza un promedio anual mayor
de lavado de dinero y que bordea los 10,000 millones de dólares.
Finalmente, en los Estados Unidos de Norteamérica, país que se
constituye en un centro de consumo masivo de drogas, se estima que
la legalización del dinero ilegal es del orden de los 300,000 millones de
dólares por año.

3.5. Tipificación y técnica legislativa

Para la tipificación del proceso del lavado de dinero en la ley penal, el


legislador ha desarrollado una técnica legislativa que procura relacionar
las diferentes etapas del lavado con conductas concretas, que permitan
identificar la tipicidad de tales etapas y de las acciones que en ellas
tienen lugar. Al respecto, los tipos penales suelen referirse a cuatro
conductas típicas, de naturaleza predominantemente de comisión, y
que son las siguientes:

30
a. Los actos de conversión de bienes y capitales y que corresponden a
las conductas relativas a la etapa de colocación.
b. Los actos de transferencia de bienes y capitales, que involucran los
supuestos vinculados a la etapa de intercalación.
c. Los actos de ocultamiento y tenencia de bienes y capitales, con los
que se alude a las formas de la etapa de integración.

Es de señalar que las características del lavado de dinero, sobre todo


su dinámica y modus operandi, han promovido que en muchos países
como España o Italia se le asimile a una forma de receptación impropia
o sustitutiva. De allí que se ubique sistemáticamente al lavado de dinero
junto al delito de receptación patrimonial. Ello ocurre con el artículo 301º
del Código Penal Español de 1995, que reproduce el texto del artículo
301º del Proyecto de 1994; y con los artículos 648º bis y 648º ter del
Código Penal Italiano vigente.

Ahora bien, otros países como el caso del Perú y Francia optan,
siguiendo las recomendaciones de la Convención de Viena, por
considerar al lavado de dinero como un delito específico pero
relacionado exclusivamente con el narcotráfico, de modo que se le
incluye sistemáticamente dentro del capítulo que sus códigos dedican
al delito de tráfico ilícito de drogas. Así aparece en los artículos 296ºA y
296ºB del Código Penal Peruano de 1991 y en el artículo 222-38 del
Código Penal Francés de 1992.

En cuanto a la tipicidad subjetiva, el delito de lavado de dinero suele


tipificarse como una infracción dolosa. Y es frecuente que el legislador
opte por admitir, de modo expreso o implícito, la posibilidad del dolo
eventual. Esto se aprecia, por ejemplo, en el caso del artículo 25º de la
Ley Argentina 23.737 de 1989 que trata del delito de tráfico de drogas
y en el artículo 305º bis del Código Penal Suizo.

31
Cabe anotar, sin embargo, que algunos países han optado también por
incluir una estructura culposa, para sancionar los procesos de lavado
que tienen lugar por una falta de diligencia en la verificación o
realización de operaciones financieras o comerciales. Esta posibilidad
culposa se observa en el inciso quinto del artículo 261º del Código Penal
Alemán.

3.6. DERECHO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA

 Noción:

Consiste en el derecho de toda persona acusada de la comisión de un


delito, a ser considerada como inocente en tanto no se establezca
legalmente su culpabilidad, a través de una sentencia definitiva.

La presunción de inocencia se ha considerado como uno de los pilares del


ordenamiento jurídico de todo estado democrático, al establecer la
responsabilidad penal del individuo, únicamente cuando este debidamente
acreditada su culpabilidad.

 Ratio Legis:

La razón de ser de la presunción de inocencia es la seguridad jurídica, la


necesidad de garantizar a toda persona inocente que no será condenada
sin que existan pruebas suficientes que destruyan tal presunción; esto es,
que demuestren su culpabilidad y que justifiquen una sentencia
condenatoria en su contra.

32
 Presunción de inocencia e indubio pro-reo.

“Tanto el principio de presunción de inocencia como el indubio pro reo son


manifestaciones del favor rei pues ambos inspiran al proceso penal de un
Estado democrático y su actuación de éstos se realiza en diversas formas”.

Sin embargo, muchas veces la presunción de inocencia, bajo una inexacta


interpretación ha sido aplicable sólo ante la duda, es decir bajo el indubio
pro-reo, es por ello que me permito hacer algunas aclaraciones al respecto.

La presunción de inocencia como derecho fundamental es un logro


del derecho moderno, mediante el cual todo inculpado durante el
proceso penal es en principio inocente sino media sentencia
condenatoria. La sentencia condenatoria sólo podrá darse si de lo
actuado en el proceso penal se determina con certeza que el sujeto
realizó los hechos que se le imputan. De no probarse que lo hizo o
ante la existencia de duda, debe resolverse conforme lo más
favorable al acusado (indubio pro reo). “Para que pueda aceptarse
el principio de presunción de inocencia es necesario que de lo
actuado en la instancia se aprecie un vacío o una notable
insuficiencia probatoria, debido a la ausencia de pruebas, o que las
practicadas hayan sido obtenidas ilegítimamente.”

El indubio pro reo actúa como norma de interpretación. La Constitución de


1993 en su artículo 139.11, dice: "la aplicación de lo más favorable al reo
en caso de duda o de conflicto entre leyes penales"; igualmente dicho
postulado es recogido por el artículo 6º del Código Penal. Así, debe
aplicarse el principio del indubio pro reo donde exista duda acerca de la
culpabilidad del acusado. Pero, debemos de añadir que cuando existe
absolución en determinados delitos, sean actos graves o leves, no siempre
se satisface a la opinión pública. Esto pone muchas veces en tela de juicio,

33
la imparcialidad de los encargados de administrar justicia (Jueces o
Fiscales), pero es preferible, a nuestro parecer, soportar las críticas de un
fallo errado, que condenar a un inocente, que sufriría prisión indebida con
el consecuente deterioro personal, moral y familiar.

Como corolario se puede señalar que la presunción de inocencia es


una garantía fundamental, por el cual se considera inocente al
procesado mientras no exista medio de prueba convincente que
demuestre lo contrario; mientras que el indubio pro reo actúa como
elemento de valoración probatoria, puesto que en los casos donde
surja duda razonable, debe absolverse. Es decir, la presunción de
inocencia opera en todos los procesos. El indubio pro reo, solo en
aquellos en que aparezca duda razonable.

 Fundamento Constitucional:

El artículo 2°.24. e) de la Constitución Política configura a la presunción o,


mejor dicho, estado de inocencia, como un derecho fundamental. Así
señala: “Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personales.

En consecuencia, toda persona es considerada inocente mientras no se


haya declarado judicialmente su responsabilidad”. Esta norma crea en
favor de las personas un verdadero derecho subjetivo a ser consideradas
inocentes de cualquier delito que se les atribuya, mientras no se presente
prueba bastante para destruir dicha presunción, aunque sea mínima.

34
3.6.1 El derecho a la presunción de inocencia desde un punto de vista
constitucional

3.6.2 La finalidad del proceso sancionador y su relación con el


derecho a la presunción de inocencia:

La finalidad de los procesos penales y, en general, sancionadores


consiste en determinar si al acusado le corresponde la sanción que
el órgano acusador exige que se le imponga por haber cometido una
infracción. Como presupuesto a la imposición de la sanción, el Juez
debe determinar si el acusado cometió, o no, la infracción que se le
imputa.

El mecanismo institucional que han creado los ordenamientos


jurídicos para determinar si una persona cometió una infracción es
el proceso, en el cual se realizarán una serie de actos y actividades
que permitirán determinar si el acusado es responsable de los
hechos que se le imputan.
Si bien el proceso sancionador tiene como objetivo determinar si el
acusado cometió, o no, la infracción que se le imputa, las reglas que
regirán el proceso deben respetar los derechos del acusado, en
especial, el derecho a la presunción de inocencia hasta que no se
demuestre, más allá de toda duda razonable, su responsabilidad en
la infracción que se le imputa.

El derecho a la presunción de inocencia (en adelante, DPI) es un


derecho complejo que abarca una serie de posiciones jurídicas
básicas que funcionan como límites a cualquier actuación que
puedan efectuar los órganos estatales, ya sea pare regular el
proceso penal o en el funcionamiento mismo de un proceso. Antes

35
de ingresar a determinar cuáles son el conjunto de posiciones
jurídicas básicas que integran el DPI, estudiaremos cuál es el
fundamento de este derecho, toda vez que ello nos permitirá,
posteriormente, deducir las posiciones jurídicas básicas antes
señaladas.

4. Fundamento del derecho presunción de inocencia

El DPI tiene como objetivo que ninguna persona inocente debe ser
sancionada, lo cual se funda en el principio de dignidad del ser
humano. El principio de dignidad (PDIG) es un principio que sirve
como criterio rector acerca de cómo deben ser tratados los seres
humanos por ser tales. Una de las características de este principio es
que las personas deben ser tratadas de acuerdo con las decisiones,
intenciones o declaraciones de voluntad que hayan tomado en su vida.
Las personas sólo deberían ser merecedoras de un beneficio o un
perjuicio en virtud de sus decisiones o actos, más aun, en el caso de
la imposición de sanciones donde el Estado le privará de su libertad u
otro derecho fundamental por la comisión de una infracción.

En virtud de lo anterior, sólo se debe castigar a una persona cuando


ésta haya cometido una infracción, porque es lo que le correspondería
por los actos que ha realizado. El mecanismo institucional para
determinar si una persona ha cometido la infracción que se le imputa
es el proceso, en el cual sólo se podrá condenar al acusado si
efectivamente cometió la infracción imputada. Desde este punto de
vista, se derivaría el estándar probatorio que debe servir como criterio

36
decisor para condenar a una persona, que consistiría en que sólo se
pueden condenar a una persona cuando su responsabilidad en los
hechos es la única explicación posible de los hechos del caso. Más
adelante desarrollaremos en qué consiste este estándar y cómo se
aplica a los casos concretos.

Cabe señalar que el estándar probatorio de que la acusación se


encuentre probada más allá de toda duda razonable no es pacífico,
sino que en ocasiones se plantea que la seguridad puede justificar el
sacrificio de un inocente si es que con ello se puede condenar a los
responsables de un delito.
Suele suceder que ante el incremento de la violencia o de ciertos
delitos, la sociedad pide que se castigue a los presuntos culpables de
un delito, así las pruebas no demuestren la culpabilidad del acusado
más allá de toda duda razonable. Se diría que ese es el precio que hay
que pagar por la seguridad. La vida o seguridad de la población
justifica el error que se puede cometer sancionando a un inocente.
Algo de esto se vivió en la época del terrorismo en la década de los
90, período en el cual se condenó a mucha gente inocente, lo cual fue
justificado por la inseguridad que vivía el país en ese momento. Ante
la duda, era mejor condenar a un acusado por terrorismo, que
absolverlo; así ello signifique la condena de inocentes, pues de ese
modo se salvarían la vida de otros inocentes. Sin embargo, este
razonamiento vulnera el principio de inviolabilidad: las personas no
pueden ser sacrificadas en aras de un bien colectivo.

Ese razonamiento se basa, además, en la falacia del falso dilema. O


se rebajaba el estándar de la prueba o no se podrían condenar a los
terroristas. Sin embargo, la lucha contra el crimen no se tiene por qué
sustentar rebajando los estándares de pruebas, sino que se pueden
mejorar los mecanismos de investigación de los delitos, se puede

37
otorgar mayores recursos a los órganos encargados de combatir el
crimen, mayores facultades de investigación, entre otros elementos
que podrían contribuir a una más eficaz lucha contra el crimen, sin que
ello signifique violentar los derechos de las personas.

De otro lado, si se sanciona a un inocente, el verdadero delincuente


todavía se encuentra libre, quien podría cometer nuevamente otros
delitos. En vez de garantizarse la seguridad de las personas, sólo se
está violentando el derecho de las personas. Ello, además, supone
que no todas las personas son tratadas de acuerdo con los actos y
decisiones que tomaron en un momento determinado. En efecto, si no
estamos seguros de que una persona cometió el delito que se le
imputa, no sabemos si es merecedor de la sanción que se le imputa.

Por ello, el Ministerio Público sólo debe acusar a una persona cuando
tiene todas las pruebas de su responsabilidad en el delito que le
imputa, y el Juez sólo debe condenar al imputado cuando su
responsabilidad ha sido demostrada más allá de toda duda razonable.

Desde nuestro punto de vista, el derecho a la presunción de inocencia


se sustenta en la premisa de que sólo las personas que han cometido
una infracción deben ser sancionadas. La cuestión estará en cómo
sabemos si el acusado es, o no, culpable de la infracción que se le
imputa. Eso lo veremos más adelante.

4.1. Determinación de las posiciones jurídicas contenidas en el derecho


a la presunción de inocencia

38
¿En qué consiste la presunción de inocencia?

El literal e) del numeral 24 del artículo 2 de la Constitución Política


establece que toda persona es considerada inocente mientras no se
haya declarado judicialmente su responsabilidad. De este texto se
puede extraer la siguiente norma:

N1: Si un Juez no ha declarado la responsabilidad de una persona


de la infracción que se le imputa, entonces ésta es considerada
inocente.

La norma N1 contiene explícitamente una regla sobre cómo debe


ser tratado el imputado por una infracción mientras no se declare su
responsabilidad: inocente, esto es, como si no hubiera efectuado la
infracción que se le imputa.

N1 También establece implícitamente que un Juez es el competente


para declarar la responsabilidad de una persona, lo cual debe ser
concordado con lo establecido en el numeral 10 del artículo 139 de
la Constitución, que establece el principio de no ser penado sin
proceso judicial.

Ahora bien, ¿es correcto considerar a una persona inocente


mientras no se pruebe el delito que se le imputa? Desde un punto de
vista lógico, no. El hecho que no se haya probado que una persona
cometió el delito que se le imputa no significa que efectivamente no
lo haya cometido por las siguientes razones:

 El proceso tiene como objeto probar que el acusado es responsable


de los delitos que se le acusa en función a la evidencia existente en

39
el proceso. El proceso no tiene como objeto probar la inocencia del
acusado sobre los delitos imputados. Además, esto último podría
resultar, en muchos casos, o imposible o de muy difícil probanza,
porque constituye la probanza de un hecho negativo: ¿Cómo pruebo
que no he cometido el delito que me imputan?

 La probanza de la responsabilidad del acusado se tiene que realizar


dentro de ciertos límites impuestos por el ordenamiento, motivo por
el cual si una prueba no ha sido producida, admitida o actuada de
acuerdo a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico, ésta no se tendrá
por válida. Por ello, pueden existir medios probatorios que
demuestren la responsabilidad del acusado; sin embargo, al no ser
válidas, no podrá ser utilizada para condenar al acusado.

 El estándar de prueba exigido es el que la acusación se demuestre


más allá de toda duda razonable, lo cual significa que, en ciertos
casos, si la hipótesis de la defensa es razonable, no se podrá
condenar al acusado, pese a que la hipótesis de la acusación sea
más creíble.

Desde un punto lógico, resulta más preciso afirmar que el derecho a


la presunción de inocencia consiste en que no se tratará como
culpable a una persona mientras no se demuestre su responsabilidad
en la comisión de los hechos imputados.

Si lo anterior es cierto, ¿por qué se considera al acusado como


inocente en vez de no culpable?

Ello se debería al estigma o perjuicio que tiene en la reputación e


imagen de las personas el ser sometido a un proceso penal. En

40
efecto, a la sociedad no sólo le interesa tratar como no culpables a
las personas, sino que también su reputación no se vea mellada.
Debido al estigma que tiene el ser acusado por un delito, y las
consecuencias que tiene en la vida del imputado, la sociedad prefiere
tratar como inocentes a las personas, al menos jurídicamente, sin
dejar atisbo alguno sobre su responsabilidad de los hechos que le
imputaron, así no estemos seguros de que no han cometido el delito.

Si ello es así, el ordenamiento debería plantear algunas limitaciones


para que la investigación de un delito se mantenga en reserva hasta
la etapa de la acusación, a efectos de no perjudicar ilícitamente la
reputación de una persona frente a la sociedad. De esta manera, se
puede aminorar en cierta medida la condena social de una persona
antes del debido proceso, la cual puede tener graves repercusiones
en la reputación, autoestima y condena social de los acusados.

Efectos procesales de la presunción de inocencia:

Tal como se ha visto, un Juez sólo puede condenar a una persona


luego de un proceso judicial. Y para que haya un proceso judicial es
necesario que existan dos partes: una, el acusador; y la otra, el
acusado.

Del texto del literal e) del numeral 23 del artículo 2 de la Constitución


Política se puede deducir que el acusador tiene la carga de probar que
el acusado es culpable del hecho que se le imputa.

41
Además, éste tiene que demostrar que su hipótesis es la única
explicación posible de los hechos del caso. Ello, a efectos de no
vulnerar el principio de dignidad recogido en el artículo 1 de la
Constitución que, como hemos visto, dispone que cada persona debe
ser tratada por el Estado en función a sus actos e intenciones. Si ello
es así, entonces no podemos castigar a una persona si es que tenemos
duda de que ella ha cometido el acto que se le imputa. Esta es una
concepción aceptada en nuestro ordenamiento como veremos a
continuación.

A nivel legislativo, el artículo II del Código Procesal Penal establece


que toda persona imputada de la comisión de un hecho punible es
considerada inocente, y debe ser tratada como tal, mientras no se
demuestre lo contrario y se haya declarado su responsabilidad
mediante sentencia firme debidamente motivada. Para estos efectos
se requiere de una suficiente actividad de cargo, obtenida y actuada
con las debidas garantías procesales. En caso de duda sobre la
responsabilidad debe resolverse a favor del imputado.

Según Perfecto Andrés Ibañez, el derecho a la presunción de


inocencia es una regla que garantiza lo siguiente:

 El tratamiento que debe recibir el acusado durante el proceso,


esto significa que el acusado debe ser tratado como inocente
sin que pueda imponérsele algún tipo de medida que afecte
esa condición hasta que el Juez declare su culpabilidad
respecto de los hechos imputados; y,

 Las reglas probatorias que deben seguirse en un proceso


para determinar cuando una persona puede ser considerada

42
como culpable del delito que se le imputa, lo cual significa que
el Juez sólo podrá condenar al imputado cuando la acusación
ha sido demostrada más allá de toda duda razonable.

Mercedes Fernández López señala que la presunción de inocencia


encuentra las siguientes formas de expresión en el proceso penal.

 La presunción de Inocencia actúa como criterio o principio


informador del proceso penal de corte liberal.

 El tratamiento que debe recibir el imputado durante el


procedimiento.

 La presunción de inocencia constituye una importante


regla con efectos en el ámbito de la prueba y, desde este
último punto de vista, si bien se suele estudiar
conjuntamente, la presunción de inocencia desempeña
dos importantes funciones que serán analizadas de forma
separada.

 Exige la presencia de ciertos requisitos en la actividad


probatoria para que ésta pueda servir de base a una
sentencia condenatoria (función de regla probatoria).

 Actúa como criterio decisorio en los casos de


incertidumbre acerca de la quaestio facti (función de
regla de juicio).

43
Juan Igartua Salaverrya señala que la presunción de inocencia cumple
las siguientes funciones en el proceso penal:

 para asignar la carga de la prueba (al acusador


corresponde probar la culpabilidad del acusado); y,

 para fijar el quantum de la prueba (la culpabilidad ha de


quedar probada más allá de toda duda razonable).

 De acuerdo con lo señalado, el derecho a la presunción


de inocencia abarca las siguientes posiciones jurídicas
concretas:

 El derecho a que la carga de la prueba recaiga en el


acusador; y,

 El derecho a no ser condenado si es que existe una duda


razonable sobre su responsabilidad en el delito imputado.

Lavado de Activos susceptibles de ser objeto material

El objeto material del delito de lavado de activos en el D Leg. 1106, el


legislador previó que constituyen objeto material de los actos de lavado
de activos tanto el dinero, bienes, efectos o ganancias (artículos 1 y 2),
como los títulos valores (artículo 3).

Con relación al valor económico del objeto material, el DLeg. 1106


establece por primera vez en nuestra legislación penal su relevancia
para constituir una circunstancia atenuante de la responsabilidad penal

44
(artículo 4, tercer párrafo) o una agravante (artículo 4, primer párrafo,
inciso 3).

En efecto, en la primera norma citada, se dispone que la pena será


privativa de la libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años...
cuando el valor del dinero, bienes, efectos o ganancias involucrados no
sea superior al equivalente a cinco (5) Unidades Impositivas Tributarias.
En la segunda, se prevé que la pena será privativa de la libertad no
menor de diez ni mayor de veinte años…cuando el valor del dinero,
bienes, efectos o ganancias involucrados sea superior al equivalente a
quinientas (500) Unidades Impositivas Tributarias»

De acuerdo con lo previsto en nuestra actual legislación, los actos de


lavado de activos recaen sobre dinero, bienes, efectos o ganancias
(artículos 1 y 2) y títulos valores (artículo 3). Esto se proyecta sobre
objetos de contenido económico que, a su vez, constituyen elemento
objetivo del tipo legal, siendo su determinación objeto de investigación
y prueba. Sobre el valor de los montos involucrados en todas estas
expresiones del objeto material, se determinará su naturaleza de
circunstancia atenuante o agravante.

5.1 Dinero

El objeto material prevista en los artículos 1 al 3 del DLeg. 1106, puede


ser incluido el denominado dinero electrónico que, de acuerdo con lo
previsto en el artículo 2 de la ley 29985 (la denominada ley que regula
las características básicas del dinero electrónico como instrumento de
inclusión financiera, del 17 de enero de 2013), constituye:

45
[…] valor monetario representado por un crédito exigible a su emisor,
el cual tiene las siguientes características: a) Es almacenado en un
soporte electrónico. b) Es aceptado como medio de pago por entidades
o personas distintas del emisor y tiene efecto cancelatorio. c) Es emitido
por un valor igual a los fondos recibidos. d) Es convertible a dinero en
efectivo según el valor monetario del que disponga el titular, al valor
nominal. e) No constituye depósito y no genera intereses

De acuerdo con lo previsto en el artículo 1 del reglamento de la ley


29985, aprobado por DS 090-2013-EF (del 13 de mayo de 2013), se
considera dinero electrónico al «valor monetario almacenado en
soportes electrónicos diseñados para atender usos generales y no
aquellos para usos específicos, tales como tarjetas de compra, tarjetas
de telefonía, tarjetas de socio, tarjetas de transporte público, vales de
alimentación, vales de servicios y otros similares». En suma, tanto la
moneda digital o criptodivisa el bitcoin como el dinero electrónico, con
sus características, pueden ser abarcadas por el concepto legal de
«dinero» al que alude, como objeto material, el legislador en los tipos
penales de lavado de activos.

5.2 Bienes

El concepto de bienes se establece la expresión más genérica de los


activos susceptibles de constituir objeto de las conductas de lavado. Su
extensión se desprende tanto de las normas con rango de ley (civil,
comercial, mercantil, bancaria o financiera como de las derivadas de los
convenios internacionales que aprobó nuestro Estado

46
la convención de Viena de 1988 en el artículo 1 literal (q) , se sostuvo
que por bienes se entiende los activos de cualquier tipo, corporales o
incorporales, muebles o raíces, tangibles o intangibles, y los
documentos o instrumentos legales que acrediten la propiedad u otros
derechos sobre dichos activos.
Como puede observarse el concepto de bien debe abarcar con
amplitud suficiente a todos los objetos (materiales o inmateriales)
susceptibles de ser tanto valorados económicamente como
incorporados en el tráfico económico. Los presupuestos que configuran
a un bien como objeto material depende:

 que sea capaz de ser valorado económicamente

 que pueda ser incorporado a un derecho transmisible, es decir,

que pueda ser objeto de derecho

 que, además, sea susceptible de tráfico mercantil de carácter

lícito

 Consecuentemente, quedan excluidos los objetos que solo

tengan valor afectivo, sentimental o que carezcan de valor

económico alguno; por tanto, que sean inidóneos para ser

incorporados en el tráfico económico por no tener valor cambiario

en el mercado.

5.3 Efectos

47
Los objetos o activos que son producidos directa e inmediatamente por
la realización del delito son los denominados efectos. La doctrina
entiende por efectos a los objetos producidos mediante la acción
delictiva (producta sceleris) , distinguiéndolos de las ganancias al ser
estas las utilidades o valor económico que se obtienen mediata o
indirectamente por el delito.

5.4 Ganancias

Las ganancias son las ventajas patrimoniales o utilidades conseguidas


a través del delito, cualesquiera que fueran las transformaciones que
hubieran podido experimentar. Como establece un sector doctrinal,
corresponde diferenciar entre las ganancias que se pueden obtener al
derivarse del delito, de aquellas otras que se obtienen por el delito; es
decir, aquello que constituye precio o recompensa de carácter
económico que una persona entrega a otra para que cometa una
infracción delictiva. Por lo tanto, ganancia es tanto el beneficio
económico cuantificable que reporta o produce el delito como por
ejemplo, el valor del dinero ,objeto de la sustracción , en el hurto como
el precio , La promesa como sucede en los delitos de cohecho , que
obtiene quien lo ejecuta .

5.5 Títulos valores

Con la emisión del D.Leg. 1106, en nuestra legislación se hizo


referencia a los títulos valores como objeto material de los ulteriores
actos de lavado sin tener en cuenta que esta noción es aglutinada por
el concepto de bienes. Los títulos valores son documentos mercantiles
que materializan valores cuyas características más resaltantes son

48
tanto la representación en su contenido de derechos patrimoniales,
como su aptitud para ser objeto de circulación en el tráfico económico.

6. LOS DELITOS FUENTES DE LAVADO DE ACTIVOS

Según Hinostroza (2009) el delito de lavado de activos se origina en la


comisión de un delito fuente, es decir , procede o proviene de un ilícito
penal cuyo objeto material genera ganancias ilegales .También se le
denomina delito grave en otras legislaciones.

6.1La relación entre el delito fuente y el delito de lavado de activos

6.1.1En torno a la autonomía del delito de lavado de


activos

Según Hinostroza (2009) la naturaleza de la relación entre el


delito previo o fuente en las figuras de lavado de activos ha
girado en la discusión del derecho comparado, en torno a dos
ideas principales : por un lado el lavado de activos se trata de
una figura accesoria con relación al delito fuente (como una
forma de aprovechamiento , favorecimiento receptación , y en
general encubrimiento del delito principal ) cuyos beneficios
económicos se reintroducen ilícitamente al sistema económico
licito y, por lo tanto , indirectamente protege el mismo bien
jurídico ;y por otra parte , el lavado de activos es una figura
autónoma , con un objeto jurídico de protección diferente .

Hinostroza cita a Pinto y Chevalier,( 2001) , lo que se reside


analizar si el lavado de activos es una mera forma de

49
encubrimiento calificado y un agotamiento del delito fuente , o
bien un delito que merece ser imputado en concurso con el
delito base , por cuanto la acción tiene otro desvalor y no
afecta solamente la administración de justicia , sino el orden
socioeconomía del estado.

Según el DLeg. 1106 las actividades que expresan al


elemento objetivo origen ilícito de los bienes (artículos 1 al 3 )

Tal como ha sido expuesto, según el artículo 10, primer


párrafo, son las: […] «actividades criminales» como los delitos
de minería ilegal, el tráfico ilícito de drogas, el terrorismo, los
delitos contra la administración pública, el secuestro, el
proxenetismo, la trata de personas, el tráfico ilícito de armas,
tráfico ilícito de migrantes, los delitos tributarios, la extorsión,
el robo, los delitos aduaneros o cualquier otro delito con
capacidad de generar ganancias ilegales, con excepción de
los actos contemplados en el artículo 194 CP.

Los bienes objeto del lavado son de «origen ilícito» (como


contempla nuestra legislación) porque proceden de la
«actividad criminal» (o delictiva).

6.2 Prueba del delito fuente

Mendoza, (2014) menciona que la acreditación de los elementos


objetivos del lavado de activos (entre estos, el delito fuente) depende
en buena medida del empleo de prueba indiciaria. En esta clase de
actividades delictivas, fundamentalmente vinculadas al crimen
organizado, la prueba indiciaria es idónea y útil para suplir las carencias
de la prueba directa. La existencia de los elementos del tipo legal de

50
lavado de activos, fundamentalmente el delito fuente, deberá ser
inferida sobre la base de un razonamiento lógico inductivo, apoyado en
reglas de inferencia que permiten establecer conclusiones a partir de
premisas determinadas de los datos externos y objetivos acreditados.

Señala Prado Saldarriaga, (2013) que el delito fuente o precedente


adquiere relevancia normativa y probatoria. En efecto, solo para la
configuración de esta agravante específica de segundo grado o nivel,
constituye presupuesto o requisito indispensable la conexión directa o
indirecta de los bienes objeto de los actos de lavado... con cuando
menos uno de los delitos que de modo taxativo señala el párrafo tercero
del artículo 4. Por lo cual, igualmente, la prueba sufIciente de esa
relación se convierte en una exigencia procesal ineludible […]

Entre las diversas consecuencias de la autonomía procesal reconocidas


por el artículo 10 del D Leg. 1106, el legislador señala que, para la
investigación o procesamiento del lavado de activos, no es necesario
que las actividades criminales que produjeron el objeto material hayan
sido previamente objeto de prueba o de sentencia condenatoria
(resaltado nuestro). Debe aclararse que cuando sostenemos que el
origen delictivo de los activos la actividad criminal que los produce debe
ser incorporado en el objeto de prueba postulado en la acusación del
lavado, no se está proponiendo una interpretación contraria al texto
legal; sino, por el contrario, es compatible con el mismo tenor

Si la finalidad del derecho penal es proteger bienes jurídicos


respetando las garantías constitucionales y esenciales del debido
proceso, no encontraríamos reparo alguno en argumentar a favor de la

51
autonomía del delito de lavado de activos en los supuestos en que el
delito fuente se comprueba a partir de indicios que o permitan afirmar
;según las reglas de la sana critica que el dinero o los activos que se
hayan secuestrado provienen de un delito en ultima instancia , no existe
reparo inconstitucional o legal alguno para impedir esta postura

6.2.1Prueba indiciaria

Según Mendoza,(2014) señala que la acreditación de los elementos


típicos del lavado de activos exige cuando menos la concurrencia de
indicios sólidos y concluyentes que permitan inferir, más allá de toda
duda razonable, la procedencia delictiva de los bienes, la intervención
del imputado en los hechos atribuidos como conductas típicas de lavado
y los elementos subjetivos derivados del tipo de injusto. En los
supuestos más simples, aunque menos frecuentes, las «actividades
criminales» precedentes al lavado de activos (el delito fuente) pueden
encontrarse probadas mediante sentencia previa, aunque ello no
constituye una exigencia procesal de carácter prejudicial que se derive
de nuestro derecho positivo o del hard o soft law

La garantía de la presunción de inocencia, en su contenido de regla de


prueba, exige que el Ministerio Público asuma la carga procesal de
postular y probar la procedencia delictiva de los bienes (o delito fuente),
al tratarse esta de un elemento típico incorporado en los artículos 1 al
3, concordados con el artículo 10, del DLeg. 1106.

Al probar que esos bienes son activos del crimen, no debe ser necesario
que una persona sea condenada por un delito determinante». Esta
última disposición evidencia con claridad la necesidad de probar la
procedencia criminal de los activos

52
Dado el perfeccionamiento del objeto procesal en la acusación, durante
la fase de investigación el fiscal tiene el deber de postular (aunque no
en la misma dimensión que la exigida para formular un requerimiento
acusatorio) la procedencia delictiva de los activos. No se trata de
presentar al delito fuente en la más absoluta plenitud de detalles y
calificación jurídica; sino que, al tratarse de un elemento típico (por
tanto, objeto de investigación y de prueba), existe la obligación de
acreditar —al menos con prueba indiciaria la concurrencia de los
aspectos generales del delito fuente en el propio proceso penal por
lavado de activos que permitan sostener la atribución del carácter
delictivo a los bienes.

6.2.2Determinación legal del delito fuente

Nuestro legislador, coherente con las propuestas de incriminación del


lavado de activos dirigidas por los instrumentos internacionales, así
como con las directrices
emitidas para su ulterior reforma, fue convenientemente ampliando el
delito fuente más allá de los actos de narcotráfico.

En nuestro ordenamiento penal, el legislador no ha empleado un


sistema taxativo (o de numerus clausus) que determine legalmente un
catálogo de posibles delitos fuente, tampoco criterios de remisión a una
determinada categoría (por ejemplo, que el delito previo solo pueda
estar constituido por delitos graves o únicamente vinculados al crimen
organizado) ni un sistema mixto (que combine ambos criterios), aunque
se aproxima a este último.

6.2.3Grado de realización y relación de integración

53
El hecho precedente sobre el cual se conecta el lavado de activos debe
ser una actividad criminal, siendo fundamental el análisis de su grado
de realización a fn de determinar si corresponde atribuirle el carácter
delictivo suficiente para constituirse en delito previo. Esto es, si basta
que el mismo se encuentre en fase preparatoria, o se requiera la
tentativa delictiva o que el hecho se haya consumado. (Mendoza, 2014)

Los actos constitutivos del lavado de activos tienen como regla la


realización de comportamientos consumados de delitos capaces de
generar bienes de origen ilícito.

7. PRUEBA DEL DELITO FUENTE Y EL RESPETO DEL PRINCIPIO


DE PRESUNCION DE INOCENCIA

Hinostroza cita a Cordero (1999) dice que la presunción de inocencia


requiere probar que los bienes supuestamente blanqueados provienen
de un delito previo. Caben dos posibilidades para acreditar su comisión
:o bien extinguir una sentencia firme de un juez o tribunal que determine
la comisión de un hecho típico y antijurídico, o bien dejar al juez que
juzga el blanqueo que determine si ha existido previamente el delito.

En el supuesto, del lavado de activos, el estado puede comprobar el


origen ilícito de los bienes a partir de actos que no son congruentes con
la vida económica que el sujeto ha reportado a las autoridades por
ejemplo , si un acusado tiene empresas que no tiene actividad comercial
conocidas y en alas cuentas bancarias de estas sociedades se realizan
grandes operaciones de dinero , o si el sujeto se implica en la

54
introducción de dinero de baja denominación en forma furtiva y otro
actos irregulares que no se condicen con su actividad comercial , puede
sostenerse que existen indicios de un supuesto de lavado de activos (
siempre considerando las particularidades del caso).

Rubio, (2005) menciona que en este tipo de casos la prueba indiciaria


permite comprobar el origen ilegal de bienes y dentro de este contexto,
no es necesario una condena o resolución judicial de un delito previo,
por cuanto el lavado de activos es una figura autónoma cuyo objeto
puede ser probado sin que exista reparo constitucional.

Según Hinostroza cita a Lamas,(2004) Que la determinación del delito


fuente no queda librada como había venido aconteciendo hasta la fecha
a un sistema casuístico o enunciativo de los ilícitos que se señalan en
la ley, debido a que esta técnica casi siempre resultaba arbitraria e
insegura. a efectos probatorios. actualmente resulta más adecuado
aludir a la procedencia ilícita del bien convertido o transferido, sin
necesidad de calificar el caracter penal de la conducta previa.

: LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

8.1.1Concepto

Según Bernal (2017), la administración de Justicia es una actividad


judicial destinada para actuar y procurar que la verdad del Derecho
prevalezca por encima de todo.

55
Por otra parte, Cancela (2018) nos comenta que “la administración de
Justicia es un servicio público básico esencial para el normal
funcionamiento de la sociedad y el ciudadano”, dicho servicio es
ejercido de forma exclusiva por el poder judicial en la resolución de los
conflictos con relevancia jurídica que se presentan ante el.

Por otro lado, es menester resaltar que uno de los conceptos más
conocidos de administración de justicia lo dio Ulpiano en el Derecho
romano en donde afirmo que “la justicia es la constante y perpetua
voluntad de dar a cada uno su propio derecho” cuyo aforismo
equivalente en latín es “Suum cuique tribuere”.

Por todo ello, consideramos de forma sintética que la administración de


justicia en vía jurisdiccional es el acto de juzgar conforme a las leyes o
los dispositivos legales aplicables al caso, sometiéndose a la verdad de
los hechos, la razón, la equidad y la moral.

La Administración de Justicia como bien jurídico en la legislación


penal española.

En el ordenamiento jurídico español, la administración de justicia es un


bien tutelado Penalmente debido a que incide significativamente en los
derechos del litigante y el desarrollo efectivo del Proceso.

Es por ello, que en los capítulos VI y VII del Código Penal Español,
específicamente en los artículos (458,459,460,461,462,463, 464, 465,
466, 467, etc) se encuentran tipificados como delitos aquellas
conductas que obstruyen la correcta administración de justicia tales
como la deslealtad profesional y el falso testimonio.

56
La Administración de Justicia en la Legislación Penal Boliviana

En la legislación Penal boliviana, también se considera como bien


jurídico a la administración de justicia, pero con diferente
denominación, de hecho en el país andino se le denomina a este
bien como actividad judicial y se lo tutela en el Título III del Código
Penal Boliviano, específicamente en los artículos 166° (Acusación y
denuncia falsa), 169° (falso testimonio), 170° (soborno), 171°
(encubrimiento), 173° (prevaricato), 174° (consorcio de jueces y
abogados), 175° (abogacía y mandato indebido), 176° (patrocinio
infiel), 177° (Negativa o retardo de Justicia), 179° (Desobediencia
Judicial).

1.7.1 Concepto

Según Bernal (2017), la administración de Justicia es una actividad


judicial destinada para actuar y procurar que la verdad del Derecho
prevalezca por encima de todo.

Por otra parte, Cancela (2018) nos comenta que “la administración de
Justicia es un servicio público básico esencial para el normal
funcionamiento de la sociedad y el ciudadano”, dicho servicio es
ejercido de forma exclusiva por el poder judicial en la resolución de los
conflictos con relevancia jurídica que se presentan ante el.

Por otro lado, es menester resaltar que uno de los conceptos más
conocidos de administración de justicia lo dio Ulpiano en el Derecho

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romano en donde afirmo que “la justicia es la constante y perpetua
voluntad de dar a cada uno su propio derecho” cuyo aforismo
equivalente en latín es “Suum cuique tribuere”.

Por todo ello, consideramos de forma sintética que la administración de


justicia en vía jurisdiccional es el acto de juzgar conforme a las leyes o
los dispositivos legales aplicables al caso, sometiéndose a la verdad de
los hechos, la razón, la equidad y la moral.

La Administración de Justicia como bien jurídico en la legislación


penal española.

En el ordenamiento jurídico español, la administración de justicia es un


bien tutelado Penalmente debido a que incide significativamente en los
derechos del litigante y el desarrollo efectivo del Proceso.

Es por ello, que en los capítulos VI y VII del Código Penal Español,
específicamente en los artículos (458,459,460,461,462,463, 464, 465,
466, 467, etc) se encuentran tipificados como delitos aquellas
conductas que obstruyen la correcta administración de justicia tales
como la deslealtad profesional y el falso testimonio.

La Administración de Justicia en la Legislación Penal Boliviana

En la legislación Penal boliviana, también se considera como bien


jurídico a la administración de justicia, pero con diferente
denominación, de hecho en el país andino se le denomina a este
bien como actividad judicial y se lo tutela en el Título III del Código
Penal Boliviano, específicamente en los artículos 166° (Acusación y

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denuncia falsa), 169° (falso testimonio), 170° (soborno), 171°
(encubrimiento), 173° (prevaricato), 174° (consorcio de jueces y
abogados), 175° (abogacía y mandato indebido), 176° (patrocinio
infiel), 177° (Negativa o retardo de Justicia), 179° (Desobediencia
Judicial).

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Bibliografías

 tondini, b. (2006). blanqueo de capitales y lavado de dinero: su concepto,


historia y aspectos operativos.

 castillo, m. (2007) el principio de presunción de inocencia,


sus significados.

 decreto legislativo de lavado de activos


 http://www.icnl.org/research/library/files/peru/lavadodeactivosdecreto.pdf

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