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BUENOS VECINOS,
MALOS POLÍTICOS
Moralidad y política
en Buenos Aires
Sabina Frederic
Frederic, Sabina Andrea
Buenos vecinos, malos políticos: moralidad y política en Buenos
Aires / Sabina Andrea Frederic. – 1a ed. – Temperley: Sabina
Andrea Frederic, 2017. Libro digital
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-42-5603-4
1. Antropología Cultural. 2. Antropología Política. I. Título.
CDD 301
ISBN: 9789874256034
Buenos vecinos, malos políticos
Mensaje al lector........................................................................... 11
Prefacio a la edición digital........................................................ 13
Prólogo ............................................................................................ 17
Agradecimientos........................................................................... 21
Introducción .................................................................................. 25
1. Crisis y salvación...................................................................... 73
2. De la periferia al centro........................................................ 109
3. El Proyecto Uriarte................................................................ 137
4. Militantes políticos y militantes sociales ........................ 177
5. Ignorantes y traidores........................................................... 219
6. Politización de una muerte y responsabilidad pública 263
7. Escándalo en el Honorable Concejo Deliberante ......... 297
Conclusión ................................................................................... 339
Bibliografía ................................................................................... 365
9
Mensaje al lector
11
Prefacio a la edición digital
13
14 • Buenos vecinos, malos políticos
La moral y la política
17
18 • Buenos vecinos, malos políticos
Eduardo P. Archetti
Agradecimientos
21
22 • Buenos vecinos, malos políticos
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26 • Buenos vecinos, malos políticos
4 Desde hace una década, los análisis periodísticos sobre la cuestión así como
los análisis de cientistas políticos y sociales publicados en la prensa argenti-
na ilustran esta mirada, casi sin excepción. El predominio de esta idea alcan-
zó su auge con los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001 que
terminaron con la renuncia del entonces presidente de la nación Fernando
de la Rúa. Al respecto pueden consultarse los editoriales y notas de opinión
de los diarios La Nación, Clarín y Página/12.
Buenos vecinos, malos políticos • 29
14 Entre 1976 y 1983 se sucedieron tres juntas militares que, a partir del golpe
de Estado de marzo de 1976, instaurarían un régimen totalitario autodeno-
minado Proceso de Reorganización Nacional. A su término, el primer presi-
dente democrático fue Raúl Alfonsín, candidato del Partido Unión Cívica
Radical, quien gobernaría entre diciembre de 1983 y julio de 1989.
Buenos vecinos, malos políticos • 41
15 En Sratagems and spoils: a social anthropology of politics (1980), uno de los pri-
meros trabajos de Frederick Bailey, desarrolló preliminarmente esta dife-
renciación weberiana, como una distinción entre reglas alternativas de la
competencia política.
Buenos vecinos, malos políticos • 45
24 Cabe destacar que la antropología abordó con mayor frecuencia los proce-
sos de globalización destacando procesos tales como: cambio cultural, vio-
lencia étnica, movimientos nacionalistas, entre otros; mientras que el neoli-
beralismo, uno de los componentes de ese proceso, fue tardía y
secundariamente incorporado al debate académico.
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31 Gavin Smith (1999) discute esta cuestión desde el punto de vista de las imá-
genes de sociedad e individuo que sostienen el compromiso antropológico,
antes que desde las consecuencias que los antropólogos creen posee su
conocimiento sobre el mundo estudiado. El autor analiza la relación entre la
concepción de la sociedad y el individuo, y el compromiso asumido por los
cientistas sociales. Por esta razón se interesa en el modo por el cual las per-
sonas asocian sus experiencias personales con las colectividades relevantes
en las que se encuentran implicadas y al mismo tiempo se diferencian de
esas colectividades específicas (1999:35).
32 En los años ’80 pasaría a ser un símbolo político del exilio, la tortura y la
represión (Guber 2002:11), y yo agregaría también en los años ’90. Es decir
sustituyó el valor militante de la producción científica por su valor testimo-
nial. Si bien la producción intelectual fue más significativa en el primer
período que en el segundo, subyace a ambas cierta indiferenciación del cam-
po científico y el político.
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Crisis y salvación
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13 Sigo aquí la distinción hecha por Sherry Ortner (1984:152) entre la impor-
tancia del deseo de convertirse en una cierta clase de persona, persiguiendo
algún ideal, antes que la de la motivación fundada en el deseo de ganar.
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19 Cabe destacar que uno de estos autores, el economista Rubén Lo Vuolo, fue
el candidato a ocupar el cargo de ministro de Economía de una de las oposi-
toras al modelo neoliberal, con mayor caudal electoral en la elección presi-
dencial de marzo de 2003 en la Argentina, la diputada Elisa Carrió.
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23 Para un análisis de la distribución del ingreso hasta fines de la década del ‘80
véase Luis Beccaria (1993).
24 La Ley 8912/76 fue diseñada para darle un marco legal a la urbanización
conocida como countries.
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La política y su umbral
De la periferia al centro
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11 En un uno de los barrios villeros del Cuartel IXº de Uriarte, más específica-
mente en el que aquí llamamos El Faro, se desarrolló parte del trabajo de
investigación del equipo dirigido por la doctora Ester Hermitte (1983).
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El Proyecto Uriarte
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4 Sigo la perspectiva de Anthony Giddens, para quien no hay tal cosa como
una ideología sino aspectos ideológicos de sistemas de símbolos (1986:187).
Estos aspectos pueden subyacer a un nivel discursivo, consciente y manipu-
lado, como a un nivel subyacente, de la experiencia vivida. Esta distinción es
válida siempre y cuando contemple la posibilidad de que un relato, una jus-
tificación o un discurso esté estructurado por creencias como modos de
existencia vividos.
5 Como señala Bourdieu: “...los discursos políticos producidos por los profe-
sionales son siempre doblemente determinados y afectados por una duplici-
dad que nada tiene de intencional dado que resulta de la dualidad de los
campos de referencia y de las necesidad de servir al mismo tiempo a los fines
esotéricos de las luchas internas y a los fines exotéricos de las luchas exter-
nas” (2001:177).
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9 Duhalde era uno de los candidatos firmes del Partido Justicialista a suceder
al presidente Menem, ya en 1991 cuando se convirtiera en gobernador de la
provincia de Buenos Aires. Posibilidad que se convirtió en hecho durante las
elecciones presidenciales de 1999, aunque fue derrotado por el candidato
aliancista Fernando de la Rúa.
10 La carrera política de Mauro Villegas después de la última dictadura militar
fue la siguiente: primer concejal de 1983 a 1987, intendente interino de
Uriarte 1985 a 1987, diputado nacional de 1987 a 1991 y, por último, inten-
dente de Uriarte de 1991 a 1999.
11 A partir de la última dictadura militar, la carrera política de Eduardo Duhal-
de fue la siguiente: intendente municipal de 1983 a 1985, diputado nacional
de 1985 a 1987, vicepresidente de la nación de 1989 a 1991, gobernador de
la provincia de Buenos Aires de 1991 a 1999 y presidente interino de la
nación –elegido en Asamblea Legislativa– desde enero del 2002 hasta mayo
del 2003.
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con más poder del Palacio Blanco (el municipio) –y aun con
un mandato ocasional y corto, Mauro Villegas tomó con-
tundentes medidas apuntando a privilegiar la participación
de las instituciones intermedias y los vecinos” (Noticias de
Uriarte, abril 1991:11).
problema con los “comandos” era que los abrían los can-
didatos sólo para las elecciones, reduciendo su función a
la suma de votos y dinero. La construcción de sí mismo
como “buen político” ratificaba y contestaba la bendición
de Duhalde. El Proyecto Uriarte era su proyecto de gobierno
que, independientemente de Duhalde, permitiría devolverle
algún sentido a la política uriartense.
El descreimiento de la política y de los políticos, la con-
sabida “crisis de credibilidad”, serían así enfrentados por el
Proyecto Uriarte. La distancia entre los políticos y la gente,
un problema reconocidamente transnacional, se expresaba
localmente en quienes, habiendo perdido el sentido de la
política, quedaban presos de intereses materialistas, y asu-
mían el papel de “gerentes de la política”. La política no era
el mercado, señalaban Villegas y sus más íntimos seguido-
res, en ella no podía regir el interés material egoísta, sino
el del “bien común”. El altruismo y la generosidad eran los
principales valores de la política.
17 A los encuentros más íntimos del equipo del Proyecto recién me incorpora-
ron al término de mi trabajo de campo, luego del cual me ofrecerían dar un
curso en la Escuela de Promotores Comunitarios.
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21 Como muestra Adrián Gorelik la conformación del barrio es más que una
definición jurisdiccional como la que puede expresar el vecindario, por el
contrario estuvo sujeta, en la ciudad de Buenos Aires, a cierto momento de
su historia a mediados de la década del ‘30, en el cual el barrio suburbano
moderno, como fenómeno social y cultural se convierte en un espacio públi-
co local que reestructura la identidad de los heterogéneos sectores popula-
res (1998:273). Al destacar la importancia cultural del “dispositivo barrio”
Gorelik toma distancia de la interpretación que llama memorialista, que ali-
menta anacrónicamente el mito comunitario, inclinándose por la idea del
barrio como un “lugar político” un espacio público históricamente confor-
mado (1998:276). No obstante, como intento mostrar aquí la historicidad de
esta construcción la hace tan voluble como finita, así lo demuestran las vici-
situdes que atravesará el peronismo uriartense para hacer del barrio un
espacio políticamente significativo en los ‘90.
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5 Esta triple distinción sólo se asemeja en parte a la efectuada por Frank Ste-
wart entre el honor, como relación entre mis cualidades verdaderas y la
valoración correspondiente; el honor objetivado, como lo que el mundo
cree son mis cualidades y la valoración correspondiente; y el honor subjeti-
vado, como lo que yo creo son mis cualidades y la valoración correspon-
diente (1994:16). Por un lado, porque para el reconocimiento, tal como se
expresa en la política uriartense, “el mundo” son ciertos personajes, como
los dirigentes políticos que, por su condición y poder, pueden ejercer mayor
manipulación sobre la definición de “las cualidades” reconocidas. Por el
otro, porque esta manipulación vuelve más evidente la distancia entre reco-
nocimiento deseado y alcanzado, sobre la cual se producen las luchas de
reconocimiento.
6 Para una discusión sobre la importancia de reconocer el espacio privado
menos como lugar, sitio o localidad que como estándares de comportamien-
to relativos e históricamente producidos véase Norbert Elias
(1998b:351-365).
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15 El Plan Vida era una política provincial, y estaba dirigida por la esposa del
gobernador de Buenos Aires Eduardo Duhalde. Hilda “Chiche” Duhalde era
el “referente máximo” de las mujeres que participaban de este plan, conoci-
das como manzaneras. Para la oposición política, como el Frepaso y la
Unión Cívica Radical, así como para muchos científicos sociales, eran el
prototipo del clientelismo político practicado por el peronismo con los sec-
tores populares. Por esta razón, suscitó muchas críticas, pero también des-
pertó la curiosidad científica. Respecto de su carácter de práctica clientelar
véase Javier Auyero (1997a, 1997b, 2001); para un análisis del género como
dimensión despolitizadora véase Laura Masson (2004).
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18 En homenaje a Eva Perón, primer esposa del general Juan Domingo Perón;
fue una figura crucial para el peronismo tanto como para su oposición polí-
tica la que, como demuestra Julie Taylor (1981), contribuyó ampliamente a
la reproducción mítica de su figura.
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19 Para una perspectiva sobre la relación entre espacio público y privado como
círculos concéntricos véase (Elias 1998c).
20 Como señala en su análisis la antropóloga Marilyn Strathern, al respecto de
la relación entre identidad local y clases sociales, la desigualdad puede oscu-
recerse por la apelación al localismo propiciado por el modelo de la aldea
atrapado en un idioma de la comunidad como una comunidad de intereses
(1992:251)
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Ignorantes y traidores
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Un barrio desplazado
ban, de barrio a ciudad, cuyo reconocimiento no podía ser otro que oficial,
era un modo de jerarquización de sí mismos a través de la jerarquización
del lugar. Esta jerarquización permitía mejorar la competitividad respecto
de candidatos de otros lugares ya reconocidos como ciudad. Es decir que el
proceso ampliaba las posibilidades de acceso a cargos de candidatos de la
periferia, pues les permitía poner mayor distancia de las connotaciones polí-
ticamente negativas de la pertenencia a la villa (ver capítulo III). La tenden-
cia era la de parecerse al centro urbano, al menos formalmente, es decir en
los papeles, otro modo de incorporación al establishment político local.
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3 Como señalé en el capítulo II en las proximidades del río Matanza, las ciu-
dades de Avellaneda y Lanús contaban con áreas industriales pujantes hasta
fines de los años ’70 cuando se inició el proceso de desindustrialización en la
Argentina, acelerado en los ’90 (Kosacoff 1989; Schvarzer 1996).
4 Véase capítulo II.
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6 Las manzanas suelen ser unidades cuadradas de cien por cien metros, sus
lados se denominan cuadras.
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“Yo milité mucho, pero siempre trabajé para otros: para Rive-
ra, para El Faro, siempre para otros, pero nunca para noso-
tros. Ahora con Artemio tenemos una esperanza de que sea
concejal del barrio”.
a las más jóvenes. A fines del 2001 después de la recesión económica desata-
da en 1996 la Argentina entró en una fase de depresión económica de la
cual comenzaría a salir a comienzos del 2003. Hasta 1996 se caracterizaban
por la estrategia de “reconversión” de los trabajadores según los nuevos
parámetros de la empresa competitiva, moderna y eficiente.
19 En este año comienzan los despidos y el índice de desempleo empieza un
lento y progresivo ascenso. Asimismo es la fecha a partir del cual el Ministe-
rio de Trabajo pagó el seguro de desempleo a los trabajadores despedidos,
durante el gobierno del presidente Menem.
20 Colimba es la contracción de la expresión corra, limpie y barra, tareas a las
que se destinaba a los reclutas del ejército argentino durante el servicio mili-
tar obligatorio. En 1997 luego de largas discusiones sobre el papel del ejérci-
to y la muerte de un recluta por maltratos en la provincia de Neuquén acele-
raron la decisión del presidente Menem de profesionalizar el servicio
militar eliminando la obligatoriedad.
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“Yo trabajé mucho y ahora veo a ésos, por los que yo trabajé,
sentados en un sillón, y cuando vas a pedirle algo no te cono-
cen, directamente no te conocen; ni te miran, ni te saludan.
Da bronca”.
“Yo no voy con otra gente que no sea el pibe de acá, trabajo
para él, no en política. Lo que más me importa es que le den
al barrio… A veces, ni Duhalde me interesa –decía Alfredo.
Pero está Artemio, y yo voy a ir con él”.
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5 Para una discusión del sentido amplio e incluso ambiguo que cobra el senti-
do del honor una vez que se incorporan las relaciones entre superiores e
inferiores, o verticales, y se lo toma como una entre otras tantas formas de
obtener respeto, véase Frank Stewart (1994:63).
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9 Como señala Norbert Elias los desplazados tienden a expresar la pérdida del
auto control como reacción a la estigmatización permanente que sufren por
parte de los establecidos. Pero como bien aclara Elias, no se trata de que
poseen una moralidad diferente, objetivamente acuerdan en las ideas del
bien y del mal, el punto es que estas coincidencias se desconocen (1998b).
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Escándalo en el
Honorable Concejo Deliberante
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298 • Buenos vecinos, malos políticos
1 El diario El Pregón fue fundado a fines del siglo XIX y permanece desde
entonces sin interrupciones como el principal diario de la zona sur del Gran
Buenos Aires. La sede se encuentra en Uriarte. Algunos rumores señalaban a
comienzos de los noventa que había sido comprado por Duhalde. Durante la
última década, de hecho, fue considerado el matutino de perfil oficialista,
respecto tanto de la gobernación provincial como de la intendencia local.
2 A fines de 1996 la política nacional entraba en un proceso semejante. El ex
ministro de Economía Domingo Cavallo, autor del Plan de Convertibilidad
Monetaria (véase capítulo II) poco tiempo después de renunciar al cargo que
le había asignado el presidente Menem efectuó varias denuncias por
corrupción contra el presidente y algunos de sus principales colaboradores.
Al igual que en Uriarte, la rivalidad política se dirimía judicialmente, eran
posiciones legales más que políticas las que adquirían relieve.
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5 En este sentido las denuncias por corrupción, ni son sólo “discurso” (Gupta
1995) ni tampoco pueden acotarse al reverso de un discurso sobre la accoun-
tability como responsabilidad (Herzfeld 1992:47; Gupta 1995:388), pues
otros estándares morales también juegan en la orientación de los políticos
en estos contextos.
6 En la Argentina las banderas de la “transparencia de la política” han sido
principalmente enarboladas por una fundación dirigida por uno de los ex
fiscales del juicio a las juntas militares que integraron la última dictadura
militar, el abogado Luis Moreno Ocampo. Su fundación, Poder Ciudadano,
una de las más afamadas Organizaciones No Gubernamentales de la Argen-
tina es la que coordina las acciones que la organización Transparency Inter-
national exige para medir índices de corrupción y transparencia. Véase por
ejemplo Transparencia Internacional (1997), “TI Corruption Perception Index
1997”, www.transparency.de/press/1997.31.7.cpi.html.
7 Véase al respecto el análisis de Strathern (1997).
302 • Buenos vecinos, malos políticos
8 Por ello cuando Adam Kuper intenta mostrar la validez universal de la com-
prensión racional de la política formulada por Maquiavelo en El Príncipe,
aplicándolo al caso de los Zulú y los Basotho en Sudáfrica en el siglo XIX,
está sobreentendiendo que el éxito depende de una suerte de guía rectora de
la política que es la realpolitik, “la guía” más universal de la política
(1995:12). Entiendo que la aplicación del criterio de “evaluación racional de
las opciones disponibles” a los políticos des-historiza el análisis de la rela-
ción entre moral y política.
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11 “Favores por Votos” es el título con el cual Javier Auyero titula una compila-
ción de artículos sobre clientelismo político en América Latina (1997a,
1997b).
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14 Así es como se denomina a los bastiones políticos de los dirigentes. Los que
coinciden con la extensión geográfica del municipio, o algunos de sus
barrios.
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La judicialización de la política
“Sí, debe haber sido muy lindo –dijo–. Pero es una lástima
que la banda sólo toque en el centro de Uriarte. Lindo
era antes, cuando la banda tocaba en los barrios. Cuando
yo coordinaba los asentamientos culturales llevábamos los
espectáculos a todos los barrios. Eso no se puede hacer más…
Pero tampoco lo podés decir… Antes discutía, le decía a Mau-
ro (Villegas), pero ahora es imposible”.
“Es digno de destacar frente al hecho que nos ocupa, que hay
un vacío de nosotros la clase dirigente, porque no hay una
verdadera planificación urbana que impida estar corriendo
a resolver problemas que están ahí. El Estado debía hacerse
cargo de estos problemas… Quiero destacar que aquí hay
una real necesidad de las familias. Se puede observar que no
hubo politiqueo, que las familias necesitan… pero es nece-
sario planificar”.
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2 Como señala Charles Taylor (1994:27) hasta entrada la década del ’90 la
democracia liberal tendió a promover una política de reconocimiento igua-
litario homogeneizadora, sustituyendo la noción de honor por la moderna
noción de dignidad. Sin embargo, actualmente prima una tendencia dife-
rente en las democracias del capitalismo avanzado a un reconocimiento por
la diferencia cultural, también denominado multiculturalismo. El autor
intenta construir una alternativa a las consecuencias que ambas entrañan
(Taylor 1994).
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Periódicos consultados
La Nación
Clarín
Página 12
El Pregón
Noticias de Uriarte