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Lengua y emigración: Dos factores aceleradores del desplazamiento de la lengua gallega en Buenos

Aires
Author(s): Eva Gugenberger
Source: Iberoamericana (1977-2000), 24. Jahrg., No. 4 (80) (2000), pp. 43-67
Published by: Iberoamericana Editorial Vervuert
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Accessed: 01-03-2016 20:15 UTC

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Eva Gugenberger

Lengua y emigración: Dos factores acelera-


dores del desplazamiento de la lengua ga-
llega en Buenos Aires
1. Introducción

Si nos planteamos el tema de la relación entre lengua y emigración, nos encon-


tramos frente a una temática compleja en la que hay que considerar muchos
factores que varían según el caso concreto y que influyen en la lengua y en el
comportamiento lingüístico de los emigrados. Para el caso de Argentina y con-
cretamente el de los inmigrantes gallegos en Buenos Aires a tratar aquí, prime-
ro se puede constatar lo siguiente:
Al mirar las estadísticas de los españoles residentes en el extranjero se ve
que hasta el día de hoy Argentina aparece en primer lugar, seguido de Francia,
Alemania y Venezuela. Según las cifras oficiales, en 1980, 373.984 personas
nacidas en España vivían en Argentina, lo cual representa la mitad de todos los
españoles que viven en Sudamérica y casi el 20% de todos los inmigrantes re-
sidentes en Argentina (Feldmann / Golbert 1990: 7). El porcentaje de los galle-
gos de la totalidad de la inmigración española (en Gran Buenos Aires, donde
reside un 69% de los inmigrantes españoles) oscila, según Feldmann / Golbert,
entre el 62 y el 72%, según la época en la que llegaron. La colectividad gallega,
por lo tanto, constituye numéricamente el segundo grupo de inmigrantes en el
Río de la Plata después de los italianos. De acuerdo a estas cifras, se podría su-
poner una alta presencia de los idiomas italiano y gallego en Argentina. Sin
embargo, al comparar las dos colectividades más grandes con otras colectivi-
dades de inmigrantes en Argentina, llama la atención que el desplazamiento de
la lengua inmigrante ha sido bastante acelerado, en el caso del gallego prácti-
camente de una generación a otra1 .
Para acercarse a las razones que han llevado a esta situación, primero cabe
mencionar una serie de factores extralingüísticos que actuaron en contra del

1 Para el caso del italiano véase sobre todo los trabajos de Fontanella de Weinberg (1979) y (1996) así co-
mo de Fontanella de Weinberg et al. (1991).

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mantenimiento del gallego en la emigración: el proceso de urbanización (los
gallegos de Buenos Aires provienen en su inmensa mayoría de zonas rurales),
el carácter masivo pero sin embargo individual de la emigración gallega (no
emigraron como grupo), la relativa juventud de los emigrantes (la mayoría lle-
gó bastante joven a Argentina), la lejanía del país de origen, la poca posibilidad
de retorno (si bien el porcentaje de retornados es más alto de lo que se podría
pensar, la mayoría de los entrevistados ya fue a Argentina con la - muchas ve-
ces vaga - idea de quedarse), el entorno laboral (muchos de los gallegos empe-
zaron a trabajar en negocios en los que obligatoriamente tenían mucho contacto
con gente de habla castellana), la política inmigratoria del Estado argentino (en
el fondo asimilista), el papel de la escuela pública, etc.2
Pero, a mi entender, a esta lista de condiciones generales de la emigración
gallega hay que agregar dos factores específicos que me parecen decisivos para
el acelerado desplazamiento del gallego en la emigración y en los que quiero
indagar en las siguientes páginas: el contacto y conflicto lingüístico entre el
gallego y el castellano ya en el país natal así como la proximidad entre las dos
lenguas en cuestión. Seguidamente deseo corroborar la hipótesis que tanto la
situación particular del gallego como lengua desprivilegiada en la época de la
emigración, como el hecho de que en el caso de las dos lenguas en contacto se
trate de dos sistemas lingüísticos similares (un factor que comparte con el ita-
liano) ha contribuido a acelerar el proceso del abandono de la lengua materna
por parte de los emigrantes gallegos. Me referiré sobre todo a datos tomados de
entrevistas con gallegos de la segunda oleada emigratoria3, es decir de la mi-
gración que empezó en los años de Posguerra (con la nueva afirmación de un
contrato entre España y Argentina en el año 1948) y que terminó a principios
de los años 60 cuando Argentina perdió poder de atracción para los emigrantes
gallegos en favor de los países centroeuropeos.

2 Estos factores los analicé más detalladamente en otros trabajos; véase Gugenberger (2000) y Gugenberger
(en prensa).
3 Los datos son tomados de mi estudio realizado en Buenos Aires en los años 1997 y 1998. La muestra
consiste en 75 entrevistas intensivas con gallegos de primera y segunda generación. Todas las citas en este
artículo son tomadas de entrevistas con emigrantes e hijos de la segunda etapa de emigración masiva: 23
emigrantes (12 hombres, 1 1 mujeres) y 20 hijos de emigrantes (10 hombres, 10 mujeres). Esto se debe a
que de la primera oleada desde finales del siglo pasado hasta principios de los años 30 quedan pocas per-
sonas que todavía viven y que tienen competencia en su lengua materna. Al principio de cada entrevista
pregunté a la persona en qué lengua preferiría hablar, dándole también la opción de cambiar de lengua du-
rante la entrevista si así lo quisiera; es decir, los entrevistados mismos eligieron la lengua. Cabe mencio-
nar que la competencia del gallego para mí no fue un criterio de selección de los informantes, para no te-
ner una sobrepresentación del grupo minoritario de gallegos que mantenía y cultivaba su lengua en la
muestra. Mediante este procedimiento, en cuanto a los entrevistados de la segunda oleada emigratoria, se
presentó la siguiente situación: de las 23 entrevistas a los emigrantes 1 1 están en gallego o parcialmente
en gallego. De los 20 hijos sólo 2 eligieron el gallego como lengua de la entrevista. Las demás entrevistas
se realizaron en castellano.

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2. Uso y desuso del gallego en Buenos Aires

Como punto de partida quisiera mencionar - de manera breve y general - algu-


nos datos referentes al uso del gallego en el grupo estudiado. La gran mayoría
de los inmigrantes entrevistados señala el gallego como la primera lengua
aprendida en su niñez y la lengua habitual usada en el núcleo familiar en Gali-
cia antes de emigrar. Cabe mencionar que el gallego que hablaban en Galicia
ya se caracteriza por una fuerte influencia del castellano debido a la situación
lingüística y sociolinguística en Galicia a la que me referiré en el próximo
apartado. Es el gallego de los años cincuenta, muchas veces dehominado un
»gallego chapurrado« por los propios entrevistados debido a su gran cantidad
de castellanismos, y al que posteriormente en Argentina se le incorporarían to-
davía más elementos del castellano, concretamente del castellano ríoplatense,
una variedad regional que tiene unas características bien peculiares a nivel lé-
xico, morfológico y fonético-fonológico frente al castellano hablado en la Pe-
nínsula Ibérica e incluso frente al castellano hablado en las demás regiones de
América Latina4.
En cuanto al uso del gallego hoy en día en Buenos Aires, la gran mayoría
de los entrevistados señala no usar el gallego como lengua habitual en la fami-
lia (aunque muchos se casaron con personas igualmente de origen gallego). Si
todavía usan el gallego, lo hacen parcialmente en algunas ocasiones, que pue-
den ser reuniones en casa con otros paisanos o conversaciones con personas
determinadas (por ejemplo con su cónyuge u otra persona cercana).
También en las numerosas asociaciones gallegas en Buenos Aires la prime-
ra lengua de comunicación es el castellano. Las veces que se puede escuchar
gallego en conversaciones informales no son frecuentes y menos aún en los
discursos formales (excepto raras veces algún invitado de Galicia). Nótese que,
si en el discurso informal se usa el gallego, a veces ocurre que sólo lo usa una
de las dos personas que dialogan, o que las dos alternan los códigos continua-
mente o que el gallego sólo aparece en frases cortas intercaladas en el discurso
en castellano. También ocurre que se dicen las fórmulas de saludo en gallego,
por ejemplo ¿Cómo che vai?, como señal de mutuo reconocimiento de la iden-
tidad, que afirma el origen cultural común, para seguir la conversación en cas-
tellano.
El gallego no se transmite a las siguientes generaciones en forma activa
(con excepción de algunas palabras). Si es que muchos hijos todavía tienen
competencia pasiva del gallego es porque lo han escuchado en casa y también

4 Hay numerosos estudios sobre las características del español americano que incluyen capítulos sobre las
variedades del Cono Sur; véase por ejemplo Fontanella de Weinberg (1992) y Lipski (1994).

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por el parentesco lingüístico con el castellano. Dos citas de entrevistas con per-
sonas de la segunda generación deben dar ejemplo aquí de la práctica lingüísti-
ca de los padres. Una mujer de 34 años, cuyos padres son de Camariflas (pro-
vincia de A Cornila) y que llegaron en 1947 y 1957 respectivamente, indica lo
siguiente5:
No, mi mamá no habla así en gashego directamente conmigo, pero
cuando me tiene que decir cosas así que está apurada es muy de de-
círmelo en gashego. Y aparte, bueno, este, siempre en las reuniones
familiares son más de hablar en gashego que en casteshano.
El único hombre de la segunda generación que habla gallego por haberlo estu-
diado de adulto cuenta que sus padres hablaban gallego entre ellos, pero no con
sus hijos:
Na miña casa falábao meu pai e a miña nai, falaban galego. A miña
mai - porque como en Lugo se di mai - falaban galego entre iles, pero
ti sabes que o que fala galego ten isa, isa, isa historia de que o galego é
unha persona bruta, torpe, que non ten escola. Entón o que tiñas que
falar era castelán, non galego. Non entendían, bueno, eu escoitando,
escoitando. Iles, entre iles falaban galego, falaban, bah, non sei se fala-
ban galego. Falaban esa mistura do galego e o castelán. Iles falaban ...
E cando falaban comigo tentaban falar o castelán. Moitas veces, claro,
meu pai decía algunhas cousas en galego e miña mai corrixíao: »Por-
que non falas ..., porque despois non te entende ...« Eu non iba enten-
der, porque toda a vida estaba escoitando eso e eu o fim escoitando, es-
coitando cando sa, xantaban cos outros, coa miña tía, coa outra xente e
a escoitar e escoitar e vai, vai quedando, vai quedando. Pero nunca fa-
lei galego hasta os, ata os non sei, vinte anos, vinte e tantos.
En esta cita también se hace referencia a la mezcla de las dos lenguas en la
práctica comunicativa, a la cual me dedicaré en el apartado 4 de este artículo.
Resumiendo este punto se puede decir que la lengua gallega, hasta cierto
punto, ha mantenido su función simbólica para la identidad de los inmigrantes,
pero en gran medida ha perdido su función como lengua comunicativa entre
los gallegos, más todavía en los espacios públicos y entre las diferentes gene-
raciones.

5 Las entrevistas fueron transcritas, por lo general, según las convenciones escriturarias corrientes. Para
destacar algunas particularidades del habla de los informantes, están marcadas algunas características fo-
néticas como el seseo (por ejemplo: sona), la gheada (por ejemplo: ghato ) y el zeismo (por ejemplo: sho,
shorar), fenómenos que se explicarán en el lugar de su aparición. »E« significa »entrevistadora«, xxx,
xxxx indican partes incomprensibles de diferente extensión, ... indican pausas, [...] señalan partes no cita-
das.

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3. £1 gallego - lengua estigmatizada

El primer factor a analizar aquí se ubica dentro de la sociolingüística: es el he-


cho de que los gallegohablantes ya vivieron en una situación de bilingüismo
diglósico (entre el castellano y el gallego) en su país de origen. El contacto de
lenguas ya existió en Galicia, siendo el gallego la lengua dominada durante si-
glos de convivencia con el castellano. El hecho de que en el gallego actual
exista un muy elevado número de castellanismos se debe tanto a razones de
tipo lingüístico como extralingüístico, como bien señala Graña Núñez (1991:
70):
Ademais da similitude e mesmo coincidencia en numerosas voces dos
vocabularios das dúas linguas, non podemos esquece-la acción devas-
tadora dunha situación diglósica que se mantén durante séculos,
enxendrando unha ampla gama de complexos e prexuízos, que a ma-
neira dun cancro foron minando os cementos do noso patrimonio léxi-
co.

Siguiendo a Graña Núñez (1991: 69 y 1993: 19-23), las causas que pueden
considerarse básicas para explicar el estado actual del gallego se pueden resu-
mir de la siguiente manera:
- La situación de contacto lingüístico ininterrumpido durante 5 siglos

- Las similitudes de las estructuras lingüísticas a nivel fonético, léxico,


morfológico y sintáctico

- La situación de conflicto lingüístico permanente en el que el caste-


llano vino desplazando al gallego en grandes áreas hasta convertirse
en lengua de implantación

- La condición de lengua exclusivamente oral en la que el gallego se


hundió durante siglos

- La ausencia de instituciones valedoras del gallego que velasen por su


pureza, cohesión, unidad y prestigio durante siglos
Todos estos factores siguieron o incluso se acentuaron en el país de inmigra-
ción. La gran mayoría de los emigrantes llegó siendo bilingüe en mayor o me-
nor grado a Argentina, llevando en su maleta el estigma de su lengua materna
frente al castellano que también será el idioma oficial del país receptor.

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La estigmatización de la lengua gallega tiene una larga trayectoria6. Des-
pués de su auge como lengua de prestigio en la literatura de la Edad Media (Al-
fonso el Sabio fue un gran promotor de la lengua gallega en la poesia lirica),
posteriormente fixe desplazada por el castellano en todos los dominios impor-
tantes. A partir de la segunda mitad del siglo XVI se dejaron de escribir docu-
mentos públicos en gallego; el idioma de la nobleza, el clero, las clases altas de
la sociedad era el castellano, mientras que los estratos humildes, primordial-
mente labriegos y marineros, seguían hablando gallego. Galicia siempre fue un
país eminentemente rural y pobre, con excedentes de población que buscaban
ocupación en tierras ajenas (Porto, Lisboa, Madrid). Ya en aquella época (a
partir del siglo XVII) los gallegos realizaban los oficios más bajos en la emi-
gración, de tal manera que el gentilicio »gallego« fue adoptando la connota-
ción de »pobre, miserable« (cf. Santamarina 1993: 250). En la literatura caste-
llana del Siglo de Oro ya aparece la descualificación del gallego. Para los por-
tugueses ya desde el siglo XVI la lengua gallega es algo arcaico y provinciano,
el gallego es un personaje de burla en el teatro portugués hasta el siglo XIX. En
otras palabras, el estereotipo del gallego »bruto, paleto« y, como consecuencia,
la lengua gallega como sinónimo de lengua baja, inferior, se fue estableciendo
mucho antes de la emigración gallega hacia América.
Después de la época del llamado Rexurdimento y el nacionalismo de los
principios de este siglo, la dictadura de Franco, defensora de un centralismo
lingüístico que reprimía los derechos de las regiones autónomas (el Estatuto de
la Autonomía de Galicia, en el cual se estableció la cooficialidad del gallego y
del castellano para la región, se había aprobado en las vísperas de la Guerra
Civil) reforzó nuevamente el desprivilegio y la estigmatización del gallego sin
necesidad siquiera de prohibir por ley hablar gallego.
La gente había asumido que el gallego era la lengua familiar que se hablaba
en la aldea entre la gente »humilde«, pero al dirigirse a una persona de estatus
social alto, se partía de la base de que se tenía que usar el idioma dominante,
como lo expresa una mujer de 62 años de Cambados (provincia de Ponteve-
dra), un pueblo en la costa de Galicia, que llegó a Buenos Aires en 1951 a la
edad de 15 años:

Y siguiendo con lo mismo de hablar gallego, yo, a pesar de que no tuve


colegio, que yo no tuve colegio, pero cuando yo hablaba ... castellano,
si era con médicos, si era con una persona que era rica, gente de otra ...
eh ... otro estado social, este hablábamos castellano. [...] Si entendé-

6 La lista de los trabajos sociolinguísticos referentes a la historia social del gallego resultaría muy larga. Por
eso me limitaré aquí a mencionar la monografía más reciente y quizás más amplia al respecto: Monteagu-
do (1999).

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molo castellano, porque toda a vida fa ... toda a vida se falou gallego e
castellano. Porque na escola era castellano, co médico era castellano,
cun avogado era castellano, cunha xente de alta ... era castellano. O sea
que, o gallego est ... falaba, era màis ben un dialecto para entre casa,
para falar así entre nós, entre nós.

Era como que lo tenías asumido, era como que o tifiamos asumido que
ó andar na escola, a maestra era como si fixera unha cousa de unha ca-
tegoría màis ... que no había que falar gallego, o co médico, con xente
que eu conosía, eh, que era xente de la aristocracia, así, xa falaba, au-
tomaticamente xa falabas castellano. Ti sentías que falaban gallego e
seguías, e falabas gallego. Pero si eles che falaban e ti, preguntábanche
unha cousa pola túa nai, polo teu pai, o, o unha cousa, e falábanche en
castellano e contestábamos castellano. Pero nunca notei a diferensia de
a prohibisión, non a sentín. Nunca me dixeron: acá non se pode falar
gallego, nunca, eu non sentín.

Otro informante de 64 años, oriundo de Santiago de Compostela, llegado en


1953 a la edad de 25 años, indica lo siguiente:
Todo dependía del círculo donde estabas. Si estabas en el círculo del
colegio en castellano, si era en un círculo por ejemplo de ... ibas al ci-
ne, castellano. Porque las películas estaban, estaban, dobladas el caste-
llano. Ahora si vós salías, y te hablaban ... Ibas a un pueblo, y, y te ha-
blaban en gallego, o ibas a algún barrio y te hablaban en gallego, vós le
respondías en gallego, ¿me explico?
Al plantear al mismo informante el tema del estigma del gallego, él contesta de
la siguiente manera:
F - Mira, evidentemente ahí tocastes la, la, pusiste el dedo en la llaga.
Evidentemente porque ... tanto en los diarios, incluyendo hoy en día,
como los chistes gallegos, todos e ... eran hablados en gallego. Enton-
ces era como si fuera que te llamaran ignorante, porque en realidad, el
gallego medio era ignorante. Muchos de ellos no sabían leer y escribir.
Este ... tenemos que pensar que estamos hablando del año mil nove-
cientos cuarenta, en Galicia el porcentaje de analfabetismo era altísi-
mo. [...] Entonces si vós hablabas gallego, evidentemente, quiero decir,
xxxxxx que es, que es analfabeto. Y aparte que había, esto lo escuché,
había en Madrid, por ejemplo, ese decir gallego era decir mala palabra
... Ya, aparte de, de, de ignorante, era decir mala palabra. Y, muchos,
muchos, de eso, pasó acá en la Argentina. Porque lo primero que pin-
taba un gallego era, era, era, un rectángulo, un cuadrado.

E - ¿Todavía en la época cuando llegaron?

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F - Sí, cuando llegué yo. Llegaba un gallego, e, no ... cabeza al cua-
drado. Te decían así ... Yo, ojo, que nunca fui, discriminado para nada
ni nunca me sentí para nada incómodo. Ni, nunca me ofendí porque me
llamaran gallego, al contrario. Me decían eso, español. No, soy galle-
go.

En este pasaje se manifiesta bastante bien cómo se transmitió o se prolongó el


sentimiento de la inferioridad de la propia lengua en la emigración.
Además, hay que tomar en cuenta la evaluación por parte de los migrantes
de la variedad gallega que hablaban. A menudo indican que lo que hablaban en
la aldea natal no era »el verdadero gallego«, ya que no lo estudiaron, y que ha-
blaban un »gallego chapurrado« mezclando mucho con el castellano. En esta
auto-percepción se refleja la ideología diglósica, es decir la alta valoración de
la lengua dominante y la desvalorización de su propia lengua, muchas veces
asumidas por los hablantes de una lengua desprestigiada. Debido a la norma
lingüística dominante los hablantes llegan a la conclusión de que su propia ma-
nera de hablar es »incorrecta« y »fea«, lo que lleva a una actitud negativa
frente a su propia conducta lingüística (cf. Neu-Altenheimer 1987-89: 32-33) 7.
En la opinión de muchos entrevistados, lo que hablaban ellos en Galicia era
un dialecto. Ellos establecen una diferencia entre el gallego que hablan y una
norma culta a la que se atribuye el criterio de ser »el verdadero gallego«. A la
pregunta de cuál sería este último o quién hablaba entonces el verdadero galle-
go, se nombra por ejemplo a Rosalía de Castro, Alfonso Castelao o »los que lo
estudiaron«. Los emigrantes saben generalmente que el estatus legal del galle-
go en Galicia ha cambiado desde la época en la que emigraron. La introducción
de la cooficialidad con el castellano mediante la nueva constitución (1978)8
después de la muerte de Franco y su posterior concretización en el Estatuto
galego (1980) y en la Lei de Normalización Lingüistica (1983) hace ascender
el gallego de un dialecto a un idioma ante los ojos de muchos entrevistados,
como se muestra en la siguiente cita tomada de la entrevista con un hombre de
la provincia de Lugo que emigró a los 20 años en 1958:

7 Conviene indicar aquí que la actitud negativa hacia su propia lengua como consecuencia de la adopción de
la ideologia lingüistica dominante se observa en muchos casos de comunidades lingüisticas minorizadas,
fenómeno estudiado en numerosos trabajos sociolingüisticos. Véase por ejemplo los trabajos de los socio-
lingüistas catalanes, reunidos en Kremnitz (1979); los aportes de la sociolingüistica occitana reunidos en
Kremnitz (1982), Oksaar (1987), Ammon (1990), Fernández Rei / Santamarina (1999). También referen-
tes a las lenguas indígenas de América Latina frente a los idiomas oficiales dominantes hay una cantidad
de estudios de caso, por ejemplo para México Hamel (1988); de mi propia autoría es un estudio sobre los
quechuahablantes en Perú en el que se observa el mismo fenómeno (Gugenberger 1995a, 1997 y 1999).
8 Como es sabido, a partir de esa fecha se ha realizado una valiosa labor de planificación lingüística en
Galicia que - si bien hay muchas polémicas y críticas - ha traído muchos resultados positivos en cuanto a
la normalización del gallego; véase por ejemplo Monteagudo (1995) o Montero (1990). Para un panorama
global de la temática, véase por ejemplo González González (1993).

50 24. Jahrgang (2000) Nr. 4 (80) IBEROAMERICANA

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Es más prolijo éste. El nuestro era más mezclado. Éste es más prolijo.
Como ya la gente lo lee en el colegio, ya la gente lo escribe, no es un
dialecto de pueblo.
Al llegar a Buenos Aires, a la conciencia de hablar »un dialecto inferior«, se
sumó el estereotipo del gallego ignorante (también vigente en Argentina prime-
ro en los saínetes y después en los chistes gallegos). Sin mucha formación es-
colar, el recién llegado se instalaba en las escalas más bajas de la sociedad ar-
gentina, trabajando como mucama, mozo o en oficios parecidos. Estas condi-
ciones fomentaron la voluntad de los emigrantes de asimilarse rápidamente a la
lengua del país receptor. Un vistazo a la situación de lenguas inmigratorias en
Argentina que tenían prestigio internacional y/o en sus países de origen, como
el alemán, el francés o el inglés, parecen sustentar este supuesto, como también
lo señala Fontanella de Weinberg (1996: 445) al comparar el acelerado despla-
zamiento lingüístico del italiano (lengua que no poseía mucho prestigio inter-
nacional) con el mantenimiento relativamente largo de colectividades de habla
inglesa o francesa en Argentina, a pesar del peso numérico de los italianos.
Igual que el italiano, el gallego se asociaba con las condiciones de vida sufridas
en Europa, lo que constituía un elemento favorable al cambio de la lengua.

4. El gallego y el castellano: dos sistemas lingüísticos afines en contacto

Como consecuencia del contacto entre las dos lenguas durante siglos bajo la
hegemonía del castellano, el gallego se había corrompido, es decir, habían en-
trado muchos elementos del castellano, y - como ya vimos arriba - se había
creado la conciencia entre los hablantes de hablar incorrectamente el gallego, o
incluso, que el gallego era un dialecto del castellano, como destaca Santamari-
na:

A situación subalterna en que vivirá o galego durante séculos creara


entre os falantes a mala conciencia de que falaban incorrectamente o
seu propio idioma, cousa que é equiparable co que ten ocorrido noutras
partes aínda que se falen linguas distanciadas [...]. Entre nós, que fala-
mos unha lingua afín á hexemónica, sometida na borrowing scale de
Thomason9 (1988: 74 e 100) ós últimos graos de presión cultural (»5.
Very strong cultural pressure: heavy structural borrowing Structure»),
e moi penetrada por tanto polas interferencias unilaterais do castelán, a
consciência de que se falaba unha lingua corrompida {castrapo, chapu-
rreado, ou no mellor dos casos gallego) era extremada, mesmo entre
aquelas elites do Rexurdimento. (Santamarina 1995: 55-56)

9 Santamarina se refiere aqui al trabajo de Thomason ( 1 988).

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Las circunstancias históricas colocaron el gallego, según Monteagudo (1995:
158), en la situación de idioma cubierto con respecto al castellano, techo lin-
güístico que se impuso en Galicia como lengua oficial y formal exclusiva:
No estudio dos fenómenos que se producen nos casos de tutela lin-
güística, é sumamente importante ter en conta o grao de proximidade
interlingüística que existe entre a variedade teito e a variedade idioma
cuberto : se esta proximidade é moi estreita, é probable que a comuni-
dade tutelada sinta que ambas e dúas sexan variedades da mesma lin-
gua, espezializadas pola función social que cumpren. Así, a comunida-
de pode pensar que o teito é a variedade alta do seu idioma cuberto, va-
riedad e baixa. No caso galego, parece claro que a consciência social,
durante os séculos de dominio exclusivo do castelán (ss. XVI - XVIII)
chegou a concibi-lo galego como unha simple variedade baixa do cas-
telán.10

Esto, como afirma el mismo autor, tiene como consecuencia la elevada fre-
cuencia y la relativa profundidad de los fenómenos de interferencia lingüística
entre el gallego y el castellano, especialmente desde el segundo hacia el prime-
ro. Es el fenómeno llamado erosión, deturpación o deterioro lingüístico por los
lingüistas gallegos. Así por ejemplo escribe Graña Núñez en su trabajo titulado
Vacilacións, interferencias e outros »pecados« da lingua galega:
Das linguas románicas presentes e oficializadas hoxe no ámbito lin-
güístico peninsular, é a galega a que ofrece un maior grao de deterioro
no seu sistema a tódolos niveis (fonético, morfosintáctico, léxico e se-
mántico). (Graña Núñez 1993: 19)"
De todo lo dicho se puede concluir que los emigrantes gallegos llegaron a Bue-
nos Aires ya con un gallego deteriorado hasta cierto punto, que en la sociedad
receptora, la argentina, tiende a percibirse como un »castellano mal hablado«.
La proximidad de las dos lenguas en contacto, junto con la adquisión del caste-
llano en la escuela en Galicia antes de la emigración facilita la adaptación
idiomática al nuevo ambiente también castellanohablante y, al mismo tiempo,
fomenta una vez más la mezcla y la confusión entre las dos lenguas. Lo que
señala Fontanella de Weinberg referente a la »erosión« de los límites entre el
castellano y el italiano, vale más aún para el contacto entre el castellano y el
gallego:

10 Para la comparación entre el castellano y el gallego véase por ejemplo Montero (1966) o Diez / Morales /
Sabin (1980).
1 1 Aparte de los trabajos de Graña Núñez (1991) y (1993), hay una serie de estudios acerca de las interferen-
cias lingüísticas entre el gallego y el castellano, entre otros García (1985), Kabatek (1996), Lorenzo
(1990), Monteagudo / Santamarina (1993), Noia Campos (1982), Parga Valiña (1997), Silvia Valdivia
(1991a) y (1991b).

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Otro aspecto lingüístico importante es la proximidad entre el italiano y
el español, que favoreció una relativamente rápida comprensión de la
nueva lengua por parte de los inmigrantes, facilitando su aprendizaje y
la comunicación con el resto de la población. Por otra parte, la cercanía
entre ambos sistemas lingüísticos erosiona los límites entre ambos y
favorece una transición gradual de una a otra. (Fontanella de Wein-
berg 1996: 444)
A la misma conclusión llega Cichon al comparar la actitud lingüística de los
inmigrantes de habla italiana y de habla alemana en Argentina. El destaca co-
mo factores responsables del acelerado desplazamiento lingüístico del italiano
la semejanza entre el italiano y el castellano, junto con una conciencia norma-
tiva poco desarrollada entre los italianos, los que, en su gran mayoría, eran ha-
blantes de variedades dialectales con un conocimiento frecuentemente limitado
del estándar italiano:

Respecto a la conciencia lingüística interna, los italófonos más que los


germanohablantes tienen una conciencia normativa poco desarrollada:
la semejanza lingüística entre el italiano y el español, que coincide con
un conocimiento frecuentemente limitado del estándar italiano por
parte de la mayoría de los inmigrantes, dificulta la delimitación entre
las lenguas. En general son de una capa social baja y rural, ya han ve-
nido con un subestándar del italiano, sobre todo el veneciano, región
originaria en su mayoría. Además, siendo muchos analfabetos, no do-
minan el sistema gráfico del italiano; lo que explica, por qué los practi-
cantes del cocoliche, a pesar de tener prácticas interlinguales, a menu-
do consideran esta interlengua español. A propósito, el cocoliche es
una variante meramente transitoria. Al contrario, los inmigrantes ger-
manohablantes de la primera generación tienen un idioma completa-
mente diferente del español; provienen con frecuencia de la capa so-
cial media y siendo en su mayoría protestantes, tienen niveles más al-
tos de alfabetización, por consiguiente tienen más facilidad que los
italófonos de identificar y distinguir las variantes lingüísticas con las
que viven.

Más que los alemanes, los italianos conocen y usan desde su país de
origen diversos registros lingüísticos, que son formas del subestándar y
del estándar o variantes dialectales. Así los inmigrantes italianos ya
tienen el hábito de la mezcla de variantes lingüísticas, lo que les hace
tolerar la diversificación lingüística a nivel del español americano. (Ci-
chon 2000: 1 14)
Algo parecido que en el caso del italiano ocurre en el del gallego. Los gallegos
también hablaban variedades dialectales sin tener como referencia una norma

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estándar que recién se ha elaborado en las últimas décadas. La similitud y par-
cial identidad del gallego y del castellano, entre las cuales hay un alto grado de
intercomprensión, hace que fácilmente se preste de la otra lengua o se cambie
continuamente hasta confundir las dos en la práctica comunicativa. En algunos
casos incluso parece que los hablantes no siempre tienen la conciencia clara de
cuál es la lengua que están hablando. En otros casos la mezcla se considera ya
una característica propia y natural de la comunicación diaria que ya no se per-
cibe la diferencia. En la siguiente cita un informante12 describe muy bien este
proceso de deterioración y de la decreciente conciencia de hablar una lengua
diferente y la similitud de las dos lenguas enjuego:
Se ti non tes conciencia do, conciencia de, de, de pobo xxxx, xa falas
mal porque misturas o castelán co galego e ... Claro, é difícil, é unha,
unha lengua tan ... Unha é irmá da outra, o mismo, as dúas derivan do
latín, é así, e teñen moitos puntos en común unha coa outra e bue, Es-
paña tamén, a influencia do español no galego é moita, e mais misturan
moito un co outro. E como ti non podes diferenciar un do outro, claro,
ó remate deso moitas palabras en castelán. Dis unha palabra en galego
e moitas en castelán. E aquí é todo castelán. Así está.

5. Consecuencias del contacto lingüístico


5.1. Los préstamos del castellano en el gallego

En el contacto de lenguas, según Thomason y Kaufman (1988: 37-39) hay que


distinguir diferentes tipos de transferencias: el préstamo {borrowing) y la inter-
ferencia (i interference ). El primero es la incorporación de rasgos externos a la
lengua materna por los hablantes de ésta. Los primeros elementos externos que
van a ingresar en la lengua son palabras, elementos léxicos. En una situación
diglósica los hablantes de una lengua estigmatizada muchas veces integran pa-
labras de la lengua dominante en su discurso como signo de prestigio, y no
sólo términos que no existen en su propia lengua, sino también palabras de las
que su lengua no carece. Si hay una fuerte presión por parte de los hablantes de
la lengua prestadora y si el contacto entre las lenguas dura mucho tiempo, la
influencia de la lengua dominante también se manifiesta a otros niveles de la
lengua, en la morfología y en la sintaxis.
Este proceso descrito aquí se ha dado en el caso del gallego, y no recién en
la emigración al entrar en contacto con el castellano argentino, sino que más
bien - como ya se indicó arriba - comenzó mucho antes en el país de origen. El
resultado de este proceso es el surgimiento del ya mencionado »gallego chapu-

12 El único hijo varón entrevistado que habla gallego, ya citado anteriormente.

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rrado«13. Seguidamente quiero resaltar algunos préstamos del castellano, sobre
todo de tipo léxico14, distinguiendo dos tipos según el momento de su incorpo-
ración en el gallego hablado por los gallegos en Buenos Aires: por un lado, los
préstamos ya integrados en el gallego hablado en Galicia (los que seguida-
mente marcaré en cursiva), y, por otro lado, los argentinismos, es decir, los
préstamos recién incorporados al gallego en Argentina (los que a continuación
marcaré en negrita), debido al contacto con la variedad castellana argentina, y
más específicamente, con el castellano porteño, es decir, con el castellano de
Buenos Aires.

Nivel léxico

Muchas palabras de la vida moderna ya se habían incorporado del castellano al


gallego en Galicia. Un gallego, cuando iba a la ciudad, ya compraba escobas y
no vasoiras, y cuando iba al médico, ya en Galicia le dolía la garganta y no la
gorxa (ejemplos tomados de García 1994: 29). Otros ejemplos de castellanis-
mos ya introducidos en la Península Ibérica que se escuchan muchas veces
tanto en el gallego de los habitantes de Galicia como del de los emigrantes son:
siglo en vez de século; ochenta en vez de oitenta; pulpo en vez de polbo; calle
en vez de rúa; escuela en vez de escola; sencillo en vez de sinxelo; eres en vez

13 El fenómeno opuesto sería la creación del llamado »castrapo« (castellano con influencia gallega). Ambos
términos llevan connotación negativa. Cabe mencionar aquí que en algunos informantes se nota conside-
rablemente la influencia del gallego cuando hablan castellano, es decir, se observa interferencias de la
lengua materna en la lengua meta. Así por ejemplo hay personas que todavía hablan castellano con ghea-
da , que es la realización del oclusivo velar sonoro /g/ como fricativo aspirado, mayormente faringal, pero
no como fricativo velar sordo /x/ como en castellano (por ejemplo mujer). Así por ejemplo se pronuncia
amigho , g ha to, ghalo , aghradable , algho , cheghar (cf. Fernández Rei 1991: 53ss). La gheada es el fenó-
meno más estudiado en las últimas décadas de la lingüistica gallega, no sólo por ser una de las caracterís-
ticas fonéticas más llamativas de las variedades de la franja occidental de Galicia, sino también por la car-
ga social que lleva, es decir, el ser considerado comunmente un rasgo grosero en el habla que dio motivo a
la burla durante mucho tiempo, y no sólo en Galicia, sino también en Argentina, como se puede constatar
en algunos de los famosos chistes gallegos. La estigmatización de su habla es un factor más que fomenta
la asimilación lingüística de los inmigrantes gallegos en Buenos Aires. Hay una gran cantidad de estudios
sobre las interferencias del gallego en el castellano de Galicia, pero, según mis informaciones, todavía
queda por hacer un análisis respecto a la temática en un país hispanófono receptor de inmigrantes galle-
gos. (Suárez Albán ha trabajado sobre interferencias del gallego en el portugués hablado por inmigrantes
gallegos en Salvador de Bahía, Brasil; véase Suárez Albán (1979), (1983) y (1984)) Como el objetivo del
presente trabajo no es mostrar las interferencias del gallego en el castellano de los inmigrantes gallegos,
sino más bien el deterioro del gallego por el castellano, lo que lleva a un desplazamiento lingüístico acele-
rado del gallego al castellano, no analizaré aquí el castellano y sus interferencias del gallego de los inmi-
grantes gallegos en Buenos Aires, sin querer quitarle su relevancia sociolingüística.
14 Al tratar el tema de los castellanismos, es decir, la incorporación de elementos del castello al gallego,
Graña Núñez (1991) distingue los siguientes tipos según el nivel lingüístico: 1. castellanismos de tipo lé-
xico, 2. castellanismos de tipo morfológico, 3. castellanismos fonéticos, 4. castellanismos de tipo semánti-
co, y 5. castellanismos de tipo sintáctico.

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de es; sea en vez de sexa; tuven 15 en vez de tiven; usted en vez de vostede;
hasta en vez de ata; si en vez de se; mismo en vez de mesmo; decir en vez de
dicir.
Si se quisiera nombrar todos los préstamos léxicos, daría como resultado
una lista muy larga. En la emigración a esto se suma una serie de castellanis-
mos americanos o argentinos que introducen los gallegos incluso cuando ha-
blan gallego; algunos de ellos son: plata en vez de cartos; agarrar en vez de
coller; vos en vez de ti; lindo en vez de bonito; acá en vez de aquí; bárbaro
(para expresar asombro, admiración, extrañeza); re- (para dar enfásis; por
ejemplo: re-capaz).
En lo siguiente citaré algunos argentinismos, incluso del lenguaje coloquial
de Argentina o del lunfardo, en las entrevistas con los inmigrantes:
E él, transa vai e transa veñe, y eu non quería transar nada. ( transar
[lunfardo]: acción de los enamorados de llegar el uno al otro o copular)
Aquí todas teãen un filio de solteira e despois rajan ( rajar [lunfardo]:
huir de) os homes, escapan e quedas ahí.
Porque a galega é galega, a galega que é ben galega é re-viva, é re-
piola.

Nivel morfosintáctico

Por la larga duración del contacto la influencia del castellano no se nota sola-
mente a nivel léxico, sino también a nivel morfosintáctico e incluso a nivel fo-
nético-fonológico. Así por ejemplo, aparece tanto en el gallego peninsular co-
mo en Buenos Aires la colocación del pronombre objeto átono según el modelo
castellano:

Me parece que en vez de paréceme que


Al otro lado, también se dan casos de hipercorrectismo como:
o problema do instituto é que manéxase políticamente no sentido de
quei6 en vez de o problema do instituto è que se manéxa políticamente
no sentido de que

15 Tuven se ha formado en base a la raíz castellana tuv-, pero morfológicamente corresponde al modelo
conjugacional gallego. Lo mismo ocurre en el caso de estar en pretérito indefinido.
16 Ejemplo tomado de Soto Andión (1999).
17 El pronombre átono en gallego en las cláusulas subordinadas generalmente está en posición proclitica,
mientras que en las cláusulas no subordinadas está en posición enclítica, salvo en ciertos casos, como son
la negación, etc. (véase Álvarez / Regueira / Monteagudo 1998: 183-204).

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Se usan formas verbales compuestas que no hay en gallego como: había feito
en vez de fixera. Es frecuente escuchar la preposición a en la perífrasis ir + in-
finitivo como:

vaise a facer en vez de vaise facer


En el tratamiento, algunos emigrantes utilizan vos en lugar de ti (o tu como
variante regional del gallego o castellanismo ibérico), a veces incluso junta-
mente con la forma verbal propia del castellano ríoplatense:
vos gardabas hoxe e mañá sacábanche catro ceros ó peso18
así que mirá cómo se foi un pa baixo19

Nivel fonético-fonológico

En gran parte de los gallegos en Buenos Aires se observan rasgos fonéticos por
influencia del contacto de lenguas en la emigración: según el modelo del seseo,
vigente en Argentina, muchos ya no distinguen entre el fricativo sordo inter-
dental /0/ y el fricativo sordo apicoalveolar /s/. Si bien este fenómeno también
se da en algunas zonas de Galicia en el gallego, se puede observar en algunas
entrevistas que el seseo se debe a la influencia del castellano americano, ya sea
porque el entrevistado no es de una zona seseante de Galicia, o porque es de un
área lingüística gallega que se caracteriza por un seseo predorsodental, mien-
tras que el seseo americano es apicoalveolar20.
Otro rasgo fonético frecuente por contagio del castellano porteño, es decir,
del castellano de Buenos Aires, es la aspiración de la s implosiva, otro rasgo
característico de esta variedad:

pehca, dehpois, oh pais, fóhforos, seih

Finalmente es digno de mencionar que en la mayoría de los entrevistados en


Buenos Aires se nota en mayor o menor grado la tonada porteña en el gallego
que hablan.

1 8 Ejemplo tomado de Soto Andión ( 1 999).


1 9 Ejemplo tomado de Soto Andión ( 1 999).
20 Hay que distinguir entre el seseo explosivo o prenuclear, es decir, la inexistencia de /6/ en posición inicial
de sílaba (por ejemplo: sinco, sapato, faser por cinco, zapato, facer), y el seseo implosivo o postnuclear,
cuando se da la neutralización de /s/ y /0/ en posición final de sílaba (por ejemplo: des, crus por dez, cruz).
En las zonas en las que aparece en inicial de sílaba, también se registra en posición final (seseo total: sinco
y des). En otras áreas sólo aparece en posición final de sílaba. Especialmente en posición explosiva son
claramente distinguibles dos tipos de seseo: el seseo apicoalveolar (el ápice de la lengua se apoya en los
alveolos superiores, quedando la lengua en posición cóncava) y es seseo predorsodental (el predorso de la
lengua roza los incisivos superiores, mientras el ápice baja contra los incisivos inferiores, quedando la
lengua en posición convexa)(cf. Fernández Rei 1991: 189-190).

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5.2. El habla de los gallegos en Buenos Aires: algunos ejemplos

Para dar algunos ejemplos de la »erosión« de los límites entre el gallego y el


castellano quiero citar aquí algunas partes de tres entrevistas en las que los in-
formantes hablaban gallego. Se observan muchas transferencias léxicas del
castellano así como una frecuente alternancia de código (code-switching)21. El
primer ejemplo es de la entrevista con una mujer de Cambados ya citada ante-
riormente (tenía 15 años al llegar a Buenos Aires en el año 1951):
Papá tamén, papá iba moito, seghún22 me contaba mamá, porque eu
eso non me acordo, iba moito ó mar, á pehca, iba moito ó mar e despois
se dedicou a ser carpinteiro, peluquero, viste, tivo moitos ofísios
dehpois.
[•••]
No, el emigrou, el emigrou porque o pai del estaba acá, cada viaxe que
iba a España fasía un filio e de pois víñase, pero eses catro fillos é se-
páralos todos. Cando meu pai estaba de novio con mamá, seghún co-
mentarios, miña abuela se tuvo que vir para acá para Buenos Aires
porque a reclamou meu abuelo, díxoñe que se viñera eos fillos e papá
non se quixo vir, papá quíxose quedar porque se casaba con mamá,
entonces ela xa He firmou ... como era menor, el tiña vinte anos, enton-
ces xa deixou firmado no ashuntamiento e na ighlesia xa o casamento
deles. Eles viñeron creo que en disiembre, os abuelos, do ano vinte, e
mamá con papá se casou en enero do ano vinteún, enero do ano vin-
teún, o vintenove de enero se casaron eles, xa os deixou casados e
mamá se casou na ighlesia de Vilariño, más alá de Amodia, unha
ighlesia pequeniña que hai e no azhuntamìento de ... no sivil de Cam-
bados.
[...]
El traballou primeiro nunha fundisión de bronse e despois traballou fa-
sendo fóhforos, fasendo fóhforos hasta que se jubilou fasendo fohforos.
Como segunda muestra citaré algunos ejemplos de la entrevista a un hombre
oriundo de un pueblo de Ourense; llegó a Buenos Aires con 13 años de edad en
el año 1950:
P - No, el era de ai de pueblo, habíase casado ai con unha señora de ai
do pueblo e ... vivía ai e non era de ai, oriundo era doutro ..., éste era de
un pueblo que se llamaba Touro, pertenece ó ashuntamento de Gome-

21 Las palabras en negrita son argentinismos, las palabras en cursiva corresponden a castellanismos que
existen también en Galicia, como ya indiqué arriba. Las partes subrayadas son partes totalmente en caste-
llano (< code-switching ). Tómese en cuenta que con frecuencia no se puede decidir si alguna palabra o parte
de una frase está en gallego o castellano por coincidir en las dos lenguas.
22 El digrafo gh marca la gheada, característica fonética descrita arriba.

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sende, e el era doutro pueblo que era da parte de Bande, creo que está
aí a dos quilómetros da misma provincia de Orense. E bueno despois,
este ..., âí aprendín, enseñoume bacante ben dentro do que se podía
aprender eí, pero era un bo maestro.
[-]
E - A túa nai por exemplo sempre falaba en galego.
P - Si, si, e mais miña abuela, meu pai, todos e os vecifios porque ten
en conta que nós vivíamos nunha aldea, no era como otros casos, en las
ciudades por ai falábase castellano , pero nas aldeas falábase todo ga-
llego.
E - A túa nai tamén traballarla no campo.
P - Claro, ela traballaba na terra e na casa porque meu pai tifia o seu
tallerciño eí na mfma casa, tifia as súas cortes pró gando, os animales,
oh porcos, ah galifias, ah vaca' un pouco de todo.
[...]
P - Si, si. Eu cheguei aiquí e prácticamente o meu tío, que é o que nos
trouxo tifia un almasén, tifia un bar, ahí en la sona de Cohtitusión. e a
miña tía, a irmán dil tifia un almacén tamén, pero en Avellaneda, xa na
provinsia i ó outro día que chegamos aiquí, bueno, despois da festa e
todo, tódolos veciños, o parente11 que estaban aiquí fóronnos a buhcar
ó barco, bueno, unha cousa moi bonita. E ó outro día eu marcheime
solo con trece anos e medio, tomeime un ómnibus desos e fìinme
hasta Avellaneda, sin preguntar nada, o sea, preguntando, pero che-
guei á casa da miña tía sin problema, o sea que tenía como un conosi-
miento de los pueblos porque vo va sabía que ela vivía ai na Avellane-
da e fun solo.

Y por último, veremos el habla de una mujer de 61 años, oriunda de Vila


Means de Tebra, Tui, provincia de Pontevedra, que todavía habla gallego con
frecuencia en Buenos Aires. Sin embargo, llama la atención la cantidad de ar-
gentinismos, incluso lunfardismos, en su habla:
E acá noutro país, son doutro país, eles son galegos pero o que hai aí
non é deles, non é auténtico, no o sinten deles, i eles ven crecer os seus
árboles, ven crecer os seus frutales e ven envejecer os seus pais. Pero
os que están lejos como van a ver todo eso, como non van a sentir to-
do, como no lo vamos a sentir, como non nos imos a sentir, e arrancar-
nos da piel todo eso.
[...]
E bueno, e despois que estaba acá o meu tío que había ido a pasear alá,
e a min parecíame lindo vir á Arxentina, veu a miña irmán, e eu tiña un
rapaz, estaba moi enamorada dese rapaz, facíame unha vida de perro.
[...]

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Queres que te23 poña acá meu nombre ? ¿No me vas a escrachar, non?
[...]
Era unha romería eso de ir a lavar todas xuntas, cada unha iba co seu
tacho da roupa, pero xa íbamos, como se di, a cantar e bailar. Estába-
mos deseando volver a lavar. O día de ir a lavar no río para volver a
cantar. Pero ahora como teñen lavarropas, quen baila (risas)
[...]
M - Porque non entenden cuando lie falaches o que lie tiñas que decir
que fagha ben as cousas, anda, ven, entende por xoo. Porque a vida di-
lle ¡xoo! Para aí. I eso é o que me pasou a min por eso eu non é que
cante con el pico, sino que siento con el cuero24, siento las cosas en el
cuero, las de la vida. Sov golpeada, sov sufrida. Entonces la tía se reía,
esa tía se reía de mi.
E - ¿Qué significa eso de proceder como un galego?
M - Proceder correctamente .... Honrar á terra de un .... no ser trampo-
so .... ser una persona legal, una persona amable ... cordial

lario .... una persona que .... hace quedar bien a su tierra .... que siem-
pre está dispuesto pa

cia, onde se fala de Galicia, todo eso. E tamén, un poquiño preparado


pa aparecer diante da xente e falar e poderlle decir. -«Mirá. estás
equivocado porque en Galicia no somos así como dicen ... v todo eso

23 En la mayoría de las hablas gallegas existe una diferencia entre el dativo che ( deiche o libro ) y el acusati-
vo te (vinte na festa), pero hay algunas regiones de cheismo (che en ambos casos) y otras de teismo (te es
dativo y acusativo)(cf. Fernández Rei 1991: 76). En el presente caso, siendo la informante de una zona de
teismo , no considero el te para dativo una influencia del castellano, sino más bien una variante regional
del gallego.
24 Hay una copla tradicional porteña, ya registrada en el siglo XIX, que dice:
Soy del barrio e Montserrat
Ande relumbra el acero
Lo que digo con el pico
Lo sostengo con el cuero, (información personal de Antonio Pérez Prado)
Es probable que la informante, conociendo la copla, se nutriera en ella, lo que la motivó a hacer una alter-
nancia de código.

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5.2.1. Préstamos castellanos incorporados en Galicia

Los préstamos de tipo léxico ya incorporados al gallego en Galicia que apare-


cen en los tres ejemplos corresponden casi todos a lo que Graña Núñez (1991:
76) llama castellanismos plenos. Según él, éstos son castellanismos que, debi-
do a la fuerte presión del castellano durante siglos han llegado a suplantar to-
talmente la forma autóctona, haciéndola desaparecer en muchos casos de la
lengua de las últimas generaciones de hablantes. Aunque mucho de este léxico
pudo recuperarse y figura en los diccionarios modernos, la gran mayoría de la
población sigue utilizando espontáneamente los castellanismos. Éste también
es el caso de los gallegos emigrados en los años 50, los que, si es que conocen
las formas gallegas normativas, mayormente las conocen sólo mediante la tele-
visión gallega que muchos de ellos ven en Argentina a través de la televisión
por cable. A continuación recojo los castellanismos léxicos que aparecen en los
tres ejemplos, poniendo entre paréntesis la forma autóctona gallega:

Nivel léxico

Sustantivos: abuelo / abuela (avó / avóa); disiembre 25 ( decembro ); enero (j to-


rnirò)-, pueblo (aldea, si se refiere al mundo rural o una entidad de pobla-
ción de pocos habitantes; pobo, si se refiere a la colectividad humana);
maestro (mestre)-, novio (noivo); perro (cari); árboles (àrbore, pl. árbores),
frutales (froital, pl.froitais); piel (pel); peluquero (perruqueiro)
Verbos regulares: jubilou (xubilou, morfológicamente adaptado al gallego);
pertenece (pertence); envejecer (envellecer); enseñoume (ensinoume, mor-
fológicamente adaptado al gallego)
Verbos irregulares26: decir (dicir); tuvo (tivo); iba, íbamos (ia, íamos); o sea
(ousexa)
Adjetivos: castellano (castelári); bueno (como marcador discursivo, bo); mis-
ma (mesma); solo (só)
Adverbios: lejos (lonxe); ahora (agora); cuando (cando, aunque cuando tam-
bién es una variante regional del gallego)
Preposiciones: sin (sen); hasta (ata)
Numeral: dos ( dous )27

25 La s en disiembre marca el seseo, ya que la hablante es de una zona seseante de Galicia.


26 En el caso de los verbos irregulares se observa con frecuencia que la influencia del castellano afecta sólo
una parte del paradigma conjugacional, así por ejemplo en el verbo tener el pretérito indefinido, en el ver-
bo ir el pretérito imperfecto, etc.
27 Aunque en el caso concreto es raro registrar el castellanismo dos, en general, en los numerales se encuen-
tran con frecuencia las formas castellanas (ejemplos: ochenta en vez de oitenta , quinientos en vez de cin-
cocentos, etc.).

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Nivel morfológico

animales : La raíz animal coincide en castellano y gallego, pero el plural en ga-


llego sería animais.
se casaba, se casou, se casaron, habíase casado: este verbo no es reflexivo en
gallego. La forma reflexiva introducida del castellano se utiliza con mucha
frecuencia tanto en Galicia como entre los inmigrantes gallegos en Buenos
Aires. En el caso de habíase casado también hay que señalar que el gallego
carece de formas compuestas, la forma autóctona sería casara. Lo mismo
vale para había ido en vez de fora.

Nivel sintáctico

En elianto a la utilización de la perífrasis verbal ir + infinitivo, que sería la


construcción gallega, se registra muchas veces el uso de la construcción con la
preposición a según el modelo castellano, como ya mencioné arriba. Los ejem-
plos que aparecen en las tres muestras son: van a ver, van a sentir, imos a sen-
tir, ir a lavar, íbamos a cantar .
Como ya se indicó arriba, aparece con frecuencia el pronombre átono en
posición proclitica en casos en los que en gallego estaría en posición enclítica:
e despois se dedicou a ser carpinteiro; miña abuela se tuvo que vir; e mamá
con papá se casou; o vintenove de enero se casaron eles; e mamá se casou.

Nivel fonético

Aquí se puede constatar que en algunos casos ya no se articula la n velar, un


fonema propio del gallego que no existe en castellano. Como resultado se des-
velariza pronunciándose como una nasal alveolar: /T|/ > /n/, por ejemplo en el
caso unha la realización [una] en vez de [ut|a] (cf. Graña Núfiez 1991: 80). Pa-
recido es el caso de no que aparece en mi corpus: se elimina la n velar final (en
gallego sería [noT|]), quedando así la forma castellana no.

5.2.2. Americanismos

Sustantivos:

papá, mamá : El uso de las formas afectuosas dadas al padre y a la madre se


usan raras veces, tanto en el gallego como en el castellano de Galicia. Por
lo tanto, considero el frecuente uso de mamá y papá una influencia del
castellano argentino donde aparece asiduamente.

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ashuntamiento / azhuntamiento: Si bien en el gallego normativo el término se-
ría concello, en Galicia se usa muy frecuentemente ayuntamiento. El zeis-
mo, es decir, la realización de los fonemas /y/ y /X/ como fricativo prepala-
tal, se debe a la influencia del castellano argentino. Aquí la hablante la pro-
nuncia con zeismo, una vez en su variante sorda, aquí marcada con sh, y
otra vez en su variante sonora, aquí marcada con zh.
fósforo : Aunque el término fósforo (sinónimo de misto) también existe en ga-
llego, probablemente la variante castellana más usada en América fósforo
sustituya aquí la variante castellana peninsular cerilla, también usada como
préstamo en el gallego de Galicia.
lavarropas: El término más moderno existente en castellano como en gallego
para una máquina de lavar ropa es lavadora. Lavarropas es un préstamo
americano, ya que en algunas partes de América, entre ellas también en Ar-
gentina, aún es de uso frecuente.
tacho : La palabra tacho se utiliza para un cubo para fregar los suelos o una va-
sija para lavar la ropa.

Verbos:

tomeime un ómnibus : En Galicia la forma usual sería collin un autobus ( ómni-


bus se utilizaba antiguamente). El hecho de que la traducción de la palabra
gallega coller al castellano coger tenga connotación sexual en Argentina,
pudo haber motivado a los gallegos a sustituirla por tomar o también por el
americanismo frecuentemente usado agarrar.
escrachar : Este verbo es un lunfardismo que significa 'publicar aspectos in-
convenientes de una persona sin la debida autorización'.
viste : Este marcador de discurso muy frecuente en Argentina es utilizado bas-
tante por los gallegohablantes, a veces incluso en su forma traducida al ga-
llego viches.
mirá : Lo que caracteriza esta forma imperativa del verbo mirar como argenti-
nismo, es la acentuación en la última sílaba según el modelo conjugacional
argentino.

Adjetivo:
lindo : Este adjetivo es de uso frecuente en América Latina y corresponde a
hermoso (gallego: fermosó) o bonito, como ya indiqué anteriormente.

Adverbio:

acá : Si bien en el gallego existe el lexema acá, llama la atención el uso fre-
cuente del mismo en el habla, también en contextos en los cuales en gallego

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solamente se utilizaría aquí o eiquí (por ejemplo: vir para acá pero no o pai
del estaba acá).

Pronombre demostrativo:

este: Esta partícula de apoyo que marca una pequeña pausa entre dos enuncia-
dos, mientras que el hablante busca las palabras adecuadas, es muy fre-
cuente en el castellano americano (cf. Soto Andión 1999: 870).

Si bien esta pequeña muestra está lejos de ser un análisis exhaustivo del asunto,
espero, sin embargo, haber logrado el objetivo de este apartado: mostrar la
fuerte influencia del castellano, tanto peninsular como argentino, que conside-
ro uno de los causantes de la rápida asimilación lingüística de los inmigrantes
gallegos en Buenos Aires.

6. Observaciones finales

En forma de resumen se puede decir que en general los inmigrantes gallegos en


Buenos Aires muestran una disposición bastante alta a adaptarse a la sociedad
hispanófona argentina, aún a costo de su lengua materna. Comparando la situa-
ción del gallego con la de otras lenguas inmigratorias en Argentina, llama la
atención la sustitución bastante acelerada del gallego, juntamente con el italia-
no, aunque estas dos son las lenguas mayoritarias entre los idiomas de inmi-
grantes en Argentina.
Aparte de otros factores extralingüísticos que la comunidad gallega com-
parte con otros grupos inmigratorios en Buenos Aires, en el caso del gallego
hay dos condiciones específicas que pueden explicar su desplazamiento acele-
rado lo que he pretendido mostrar en este artículo: la situación sociolinguística
del gallego como lengua estigmatizada, por un lado, y la proximidad de las dos
lenguas en contacto, por otro.
En lo que se refiere al primer factor mencionado, he mostrado cómo la pre-
sión del idioma dominante en Galicia actuó en contra del gallego, de manera
que, en parte, el proceso de asimilación a la sociedad dominante de habla cas-
tellana ya había tenido lugar en Galicia. Los gallegos ya llegaron a Buenos Ai-
res con el estigma de su lengua en mente, signo de ignorancia. A esto se sumó
la valoración étnico-social negativa del gallego en Argentina, el estereotipo del
»gallego bruto«, vigente en la Argentina de aquella época. Por lo tanto, era fre-
cuente que un gallego tratase de ocultar su origen lo que motivó el desplaza-
miento lingüístico.

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En cuanto al segundo determinante tratado en este trabajo, partí del con-
cepto de deterioro lingüístico formulado por Grafia Núfiez o de la erosión de la
lengua, como lo llama Fontanella de Weinberg. Al ya no poder definir clara-
mente los límites entre el gallego y el castellano pudo haber traído como con-
secuencia que el gallego hablado por los inmigrantes en Buenos Aires se perci-
biera como una mezcla entre las dos lenguas que se estaba acercando al caste-
llano o, en último caso, como »un castellano mal hablado«. Esto, en una situa-
ción de presión lingüística, en la cual los inmigrantes debían integrarse en una
sociedad castellanohablante, puede haberlos motivado a los hablantes gallegos
a asimilarse lingüísticamente con más velocidad que otros grupos de inmi-
grantes en Argentina.

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