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1. Comunicación supuesta.
Muchas parejas suponen y hasta dan por sentado que varios temas que
conciernen a la pareja y la vida del hogar ya está definida. Al respecto José Luis
Martines nos ofrece algunos ejemplos:
1. “La pareja supone que está de acuerdo en los asuntos importantes del
matrimonio y nunca lo discuten en detalles por temor de ofender al otro.
2. La pareja sabe que no está de acuerdo en algunas cosas, pero no le da
importancia y no saben hasta que punto está en desacuerdo. No puede
resolver sus diferencias porque nunca hablan de ello.
3. La pareja pretende estar de acuerdo el uno del otro, cuando en realidad no
lo están.
4. Ambos piensan que después del matrimonio lograrán convencer el uno al
otro en cuanto a sus puntos de vista.
5. Ambos creen que el gran amor que se tienen vencerá todos los obstáculos
y dificultades y que al fin y al cabo esos son temas del futuro” (1)
Cuando las parejas actúan así, están engañándose así mismas. Están
presentando una cara de su relación y de su comunicación que no es real ni
verdadera. Dan la apariencia de acuerdo en la superficie, pero tal armonía no
existe en el fondo porque no se ha manejado una buena comunicación. Sin
embargo, tarde o temprano ya en la vida matrimonial de una u otra manera, se
verán obligados a comunicar estos asuntos. Lo triste es que cuando sus
esperanzas no se cumplan se sentirán profundamente desilusionados. Es muy
importante que la pareja haga uso correcto de la comunicación y dialogue
seriamente sobre lo que cree, supone y espera el uno del otro como marido y
mujer. (2)
2. Dimensiones de la comunicación
La comunicación efectiva es un importante punto de partida para una relación de
matrimonial exitosa. La comunicación es siempre un fenómeno doble vía. Esto
significa que debe haber por lo menos dos personas dispuestas a participar en el
proceso. Exige la existencia de alguien que envíe mensajes suficientemente claros
para que quien los reciba pueda entenderlos y responder a ellos de manera
eficiente. Requiere que el receptor tenga la disposición de prestar atención (3)
cuidadosa a las palabras y a los mensajes no verbales. (4)
Para corrobar con la comunicación efectiva, Guillermo Goff nos dice: que hay dos
conceptos preliminares que forman las bases para una buena comunicación. Ellas
son, “primeramente, todas las buenas relaciones se forman dentro de un marco de
confianza y aceptación. La experiencia nos ha enseñado que cuando el nivel de
confianza y aceptación es alto, casi cualquier esfuerzo para comunicarse es
exitoso. Al contrario, cuando el nivel es bajo, la comunicación normalmente se
tuercen y malentiende, no importa cuan inteligente sea quien está hablando. La
aceptación es la afirmación incondicional de la otra persona como valor, sin tomar
una posición de juicio contra El. Recordemos la aceptación engendra aceptación y
la confianza también es contagiosa. Por confiar en otros, una base de confianza se
destruye” Un segundo concepto es la actitud de templanza. Esta actitud le ayudará
a crear líneas para una buena comunicación efectiva...” (5)
2.1 La comunicación es tridimensional
Para poder corroborar con lo anterior, el apóstol Pedro dedica un breve párrafo – 1
Pd 3: 7 – para hablar al esposo, por lo general ellos son muy sexista y machista.
Este párrafo da consejos muy valiosos para las relaciones matrimoniales. En
realidad, Pedro da tres principios para mejorar las relaciones matrimoniales. (15) El
primer principio, el esposo debe ser comprensivo. Esto significa que debe
escuchar de buen grado la opinión de su esposa. Ha de pensar con ella. Mostrarse
sensible a su carácter, sentimientos e ideas. Aquí vemos cuán importante es la
conducta generosa, tanto en el hombre como en la mujer. El segundo principio,
trate a su esposa con respeto, amor y consideración y la protege de situaciones
perjudiciales. Y tercero, Pedro dice a los maridos que recuerden que sus esposas
tienen derechos espirituales idénticos a los suyos. Uno y otra son coherederos de
la gracia de Dios. Dios ama a las mujeres tanto como a los hombres. ¿Qué ocurre
si los esposos y esposas no siguen las instrucciones de 1 Pd 3? Pedro explica una
consecuencia significativa. Dice: “De lo contrario, no podréis orar”. En otras
palabras, si sus relaciones no son buenas con los otros tampoco lo serán con Dios.
Una primera razón por las cuales se podrían romper el compromiso matrimonial,
es que se pierda el interés el uno por el otro. Muchos de los compromisos se
hacen en épocas de adolescencia. Los adolescentes cambian y maduran con tanta
rapidez, que los consideraban el compañero o compañera de su vida a los 18
años, a los 22 años consideran que no es el compañero(a) ideal para su vida.
Cuanto más joven sea la pareja en el tiempo del compromiso, tanto más probable
es que cambien las actitudes del uno hacia el Otro, y tanto mayor es la
probabilidad que se rompa el compromiso. La segunda razón es que uno o ambos
consideren que todavía no están preparados para el matrimonio. A medida que los
novios avanzan en edad y madurez comprenden que han hecho un compromiso
antes de estar preparados para la vida conyugal. La tercera razón es que no son
compatibles. En el compromiso los novios pasan más tiempos juntos.
Cuando más dure el periodo de compromiso, tanto más oportunidad tendrán que
evaluar su compatibilidad. Numerosos compromisos entre personas de etnias
diferentes no sobreviven al contraste de sus ambientes familiares y culturales. La
reacción de la familia y los amigos a esos compromisos también tiene su peso en
el rompimiento de las relaciones. Un compromiso roto causa aflicción, pero no es
tan penoso como un matrimonio deshecho.(21) Finalmente, se debe tener especial
cuidado con un joven o una joven que tiene una historia de compromisos rotos.
Eso podría ser evidencia de inmadurez, impulsividad, costumbre de jugar con los
sentimientos ajenos o tendencias de usar a otros con propósitos egoístas y
engañosos sin intención de llegar al matrimonio.
Una joven escribió a su consejero: “casi cada semana tengo riñas con mi pareja,
pero me da igual, yo lo quiero, y sé que El va a cambiar. Sea como sea nos vamos
a casar...” Surge cuestionarnos ¿Podrían edificar una familia sólida y armoniosa en
una pareja donde se pelean con tanta frecuencia? ¿Dónde podrían vivir felices si
no tienen afinidad ni compatibilidad de caracteres? Para evitar las desavenencias y
asegurar la felicidad, primeramente deberá estar presente el amor – véase de
nuevo el capitulo dos de esta disertación -, pero, además una cuota elemental de
afinidad que lleve a la pareja a vivir unidos y en paz. La afinidad engendra la
comprensión, acrecienta el amor y promueve la convivencia social, familiar y
religiosa. Ya en sus días el profeta Amós se había preguntado: “¿Andarán dos
juntos, a menos que se pongan de acuerdo?”(3:3) .(22)
El primer paso es retirarse. Si usted tiene la tendencia a ver los conflictos como
algo inevitable y sin esperanza, sobre todo lo cual tiene poco control, quizá ni
intente probar. Norman Wright, nos dice “que el conflicto forma parte del
matrimonio y que debe ser solucionado, no oculto o ignorado.”(26) Se retira
dejando la escena física o psicológicamente. Si se siente que sus intereses son lo
primero o que su autoestima peligra en un conflicto, usted va elegir ganar por
encima de todo. No importa el costo, lo que importa es ganar. Dominar es lo
primero, las relaciones ocupan un segundo lugar. El segundo paso es ceder. Es la
actitud del que no quiere arriesgarse a la confrontación directa. El tercer paso es
avenirse. Es ceder un poco para ganar un poco. Esta persona considera que no se
puede ganar siempre, pero tampoco quiere que el Otro gane siempre. El cuarto
paso es resolver. Esta manera de enfrentar los conflictos, la situación, la actitud y
el comportamiento cambian mediante la comunicación abierta, directa y honesta.
El quinto paso es ganar. Esta forma de enfrentar los conflictos, la persona alcanza
la meta, pero sacrifica las relaciones. Recordemos que conservar las relaciones en
la pareja es más importante que lograr las metas. Por ende, aconseja José Luis
Martínez, que la forma que posee los más altos valores es el de resolver los
conflictos.( 27) Esta forma permite fortalecer las relaciones – matrimoniales,
profesionales, etc.-, el mutuo beneficio (28) y lograr las metas. Una joven le
preguntó al Dr. David Augsburger: “Tengo que enfrentarlo abiertamente. No hay
otro modo de salir de este embrollo. Pero ¿Como lo hago? El sugiere cinco
alternativas, que tienen relación con las de James Fairfield. Ellas son: 1. Lo
pescaré, 2. Saldré de la sociedad, 3. Cederé, 4. Le encontraré a mitad de camino,
o 5. Amo lo suficiente como para enfrentar, son las opciones básicas que se
ofrecen ante la mayoría de las situaciones conflictivas.
Conclusión
Esperamos que este artículo sobre la comunicación y los conflictos en la pareja le
hayan servido para mejorar las relaciones conyugales, familiares, etc. También,
que las técnicas de una u otra manera les ayuden a enfrentar los problemas.
Finalmente, reconocer la importancia de la recreación y el ejercicio como un medio
para fomentar el diálogo, la unidad familiar y mantener buenas relaciones con los
suegros, parientes políticos para obtener una mejor comprensión y estabilidad
conyugal.
APENDICE # 1
NOTAS PARA EL OTRO (33)
Esto significa que no podemos abandonar el recinto, darnos por vencidos o dejar
de hacer un esfuerzo hasta llegar a un acuerdo. Acordemos aceptar los
sentimientos de ira y frustración durante la charla, si es necesario, y perseverar
aunque deseemos desistir.