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a comunicación de la pareja en la etapa de noviazgo no debe centrarse sólo en

temas románticos del momento. Las conversaciones no pueden limitarse


exclusivamente a tratar asuntos afectivos y sentimentales.

El método de los cinco pasos para mejorar


las relaciones matrimoniales
La comunicación de los futuros esposos debe alcanzar el grado de madurez que le
resulte natural y agradable para dialogar asuntos prácticos y de temas específicos
de la vida cotidiana. Es conveniente que la pareja hable de temas de religión,
cultura, arte, política, familia, salud, trabajo, finanzas, educación, deportes,
decoración y otros que se pueden añadir a esta lista. También deben abordar
temas más específicos como la organización del futuro hogar, si la esposa
aceptará algún empleo para ayudar con las finanzas del hogar. O si ella quiere
seguir una carrera o quiere dedicarse al hogar, si prefiere vivir cerca del hogar de
los padres del uno del otro, o deciden vivir un poco distantes. La etapa de noviazgo
y compromiso proporciona no solamente la oportunidad de considerar ciertos
problemas, sino también ciertos acuerdos concernientes al manejo del futuro
hogar. Esta parte de la comunicación y diálogo de los novios sobre temas de
interés para ellos, es atractivo, emocionante y a la vez se presta para ver cómo
piensa y reacciona cada uno frente a diferentes desafíos y circunstancias. Este es
un medio de lograr un acondicionamiento de actitudes de la pareja, que de otra
manera tendrían que producirse después de la ceremonia del matrimonio.

1. Comunicación supuesta.
Muchas parejas suponen y hasta dan por sentado que varios temas que
conciernen a la pareja y la vida del hogar ya está definida. Al respecto José Luis
Martines nos ofrece algunos ejemplos:

1. “La pareja supone que está de acuerdo en los asuntos importantes del
matrimonio y nunca lo discuten en detalles por temor de ofender al otro.
2. La pareja sabe que no está de acuerdo en algunas cosas, pero no le da
importancia y no saben hasta que punto está en desacuerdo. No puede
resolver sus diferencias porque nunca hablan de ello.
3. La pareja pretende estar de acuerdo el uno del otro, cuando en realidad no
lo están.
4. Ambos piensan que después del matrimonio lograrán convencer el uno al
otro en cuanto a sus puntos de vista.
5. Ambos creen que el gran amor que se tienen vencerá todos los obstáculos
y dificultades y que al fin y al cabo esos son temas del futuro” (1)

Cuando las parejas actúan así, están engañándose así mismas. Están
presentando una cara de su relación y de su comunicación que no es real ni
verdadera. Dan la apariencia de acuerdo en la superficie, pero tal armonía no
existe en el fondo porque no se ha manejado una buena comunicación. Sin
embargo, tarde o temprano ya en la vida matrimonial de una u otra manera, se
verán obligados a comunicar estos asuntos. Lo triste es que cuando sus
esperanzas no se cumplan se sentirán profundamente desilusionados. Es muy
importante que la pareja haga uso correcto de la comunicación y dialogue
seriamente sobre lo que cree, supone y espera el uno del otro como marido y
mujer. (2)

2. Dimensiones de la comunicación
La comunicación efectiva es un importante punto de partida para una relación de
matrimonial exitosa. La comunicación es siempre un fenómeno doble vía. Esto
significa que debe haber por lo menos dos personas dispuestas a participar en el
proceso. Exige la existencia de alguien que envíe mensajes suficientemente claros
para que quien los reciba pueda entenderlos y responder a ellos de manera
eficiente. Requiere que el receptor tenga la disposición de prestar atención (3)
cuidadosa a las palabras y a los mensajes no verbales. (4)

Para corrobar con la comunicación efectiva, Guillermo Goff nos dice: que hay dos
conceptos preliminares que forman las bases para una buena comunicación. Ellas
son, “primeramente, todas las buenas relaciones se forman dentro de un marco de
confianza y aceptación. La experiencia nos ha enseñado que cuando el nivel de
confianza y aceptación es alto, casi cualquier esfuerzo para comunicarse es
exitoso. Al contrario, cuando el nivel es bajo, la comunicación normalmente se
tuercen y malentiende, no importa cuan inteligente sea quien está hablando. La
aceptación es la afirmación incondicional de la otra persona como valor, sin tomar
una posición de juicio contra El. Recordemos la aceptación engendra aceptación y
la confianza también es contagiosa. Por confiar en otros, una base de confianza se
destruye” Un segundo concepto es la actitud de templanza. Esta actitud le ayudará
a crear líneas para una buena comunicación efectiva...” (5)
2.1 La comunicación es tridimensional

La primera dimensión es la profundidad. Tiene que ver con el grado de intimidad


que dos personas logran comunicarse. Esta dimensión de profundidad, se puede
mezclar con lo que dice Goff “... la pericia menos utilizada por la mayoría y, en un
sentido la más importante, es la de escuchar a fondo lo que está diciendo el otro.
Esta atención intensiva que se presta al interlocutor consiste en percibir sus
palabras y el valor que hay detrás de ellas; o sea la emoción que las acompaña,
porque la comunicación es tanto verbal como no verbal...”(6)

La segunda dimensión es la habilidad. Tiene que ver con las destrezas o


habilidades necesarias para comunicarse en forma efectiva. Y la tercera dimensión
es la calidad. Tiene que ver con las características personales necesarias para
lograr una comunicación genuina. (7) Para tener éxito en las relaciones
matrimoniales y familiares, es importante estar dispuesto a pagar el precio
necesario para lograr en la pareja comunicación de calidad. No es fácil. Algunas
personas tienen dificultades para escuchar, les es más fácil decir lo que sienten y
piensan, pero a menudo monopolizan la conversación. Otras, en cambio, son
expertas en el arte de escuchar pero tienen serias dificultades cuando se trata de
hablar. El Dr. Norman Wright, en su libro Comunicación clave de la felicidad
conyugal, nos da algunas normas para la comunicación en el matrimonio y la
familia, que compartiremos en breve:

1. Esté dispuesto a escuchar y no replique hasta que su interlocutor haya


cesado de hablar. Pro. 18: 13
2. Hable de tal manera que la otra persona pueda comprender y aceptar lo
que dice. Prov. 15:23.
3. Diga siempre la verdad, pero con amor. No exagere. Col 3: 9.
4. No emplee el silencio para decepcionar a su interlocutor. Explique por qué
duda en hablar en esta ocasión.
5. No se complique con querellas. Prov. 17: 14.
6. No replique con ira. Responda suave y amablemente. Prov. 14: 29.
7. Evite machacar al otro. Prov. 10: 19.
8. Cuando esté equivocado, admítalo y pida disculpas. Prov. 17: 9.
9. No critique al prójimo. Por el contrario: anime..., edifique..., Rom. 14: 13.(8)

Una de las habilidades de la comunicación es transmitir mensajes claros precisos y


congruentes. Pareciera que a menudo muchos en el matrimonio actúan según el
lema “si me amara, adivinaría lo que quiero” (9), en vez de hablar con claridad;
hacen a su cónyuge declaraciones o preguntas ambiguas que no transmiten el
mensaje que desea enviarse. Otros cónyuges desarrollan un patrón de
comunicación confusa que deja a su compañero(a) en completa oscuridad acerca
de sus verdaderas intenciones. Para superar y evitar los problemas matrimoniales,
es necesario que la pareja aprenda a comunicarse con la mayor claridad posible.
Otra habilidad de la comunicación es la de saber escuchar atentamente. Dice una
de las epístolas del N.T., Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea
diligente para oír, y tardo para hablar. (Santiago 1: 19). Afortunadamente un buen
número de parejas hacen lo contrario. Son más a menudo prontos para hablar y
tardos para escuchar. Esta costumbre o circunstancia hace que muchas veces
mientras uno de los cónyuges habla, el otro, en vez de escuchar atentamente el
mensaje, utilice ese tiempo en forma simultánea para pensar en lo que va a
contestar enseguida. Si esto ocurre, se produce un corte en la comunicación.

Otro problema frecuente en la comunicación lo ocasiona el hábito de interrumpir.


Muchas veces uno de los cónyuges comienza a decir algo, y el otro lo completa. A
menudo acierta, pero en ocasiones lo que dice no tienen relación con lo que el otro
cónyuge quería decir. A veces esto causa impaciencia y el cónyuge dice: “si ya
sabe lo que voy a decirte, entonces no es necesario que yo lo diga”. Como es
natural, esto hiere al otro cónyuge, bloquea la comunicación y dificulta la relación.
(10).

3. Algunas normas eficaces para mejorar la


comunicación en el matrimonio
El objetivo de estas normas como dice Dwight Small indica, no debemos idealizar
demasiado el poder mágico de la comunicación. Small advierte: “...que ningún
caudal de comunicación puede hacer perfecto el matrimonio, y, por consiguiente,
no debemos esperarlo así. Dios es perfecto, el ideal del matrimonio cristiano es
perfecto, y los medios que Dios dispone a disposición de las parejas cristianas son
perfectos. Sin embargo, no hay matrimonio perfecto ni comunicación perfecta en el
matrimonio. La gloria del matrimonio radica reside en aceptar el plan de divino para
la pareja, permitiéndole que El nos guié y nos capacite”.(11)
1. Elija el momento oportuno para comunicarse con su pareja. Puede ser que
usted haya elegido un tema apropiado pero no el momento oportuno. No
haga la comunicación si su pareja acaba de llegar a casa [...] Elija un
momento cuando su pareja pueda responder en forma placentera.
2. Desarrolle un tono de voz agradable. Lo que importa en muchos casos no
es lo que usted dice sino la forma como lo dice. Resulta reconfortante
encontrarse junto a personas que habla con voz suave y calmada. Si ud,
quiere que su pareja disfrute del diálogo, asegúrece que le resulte fácil
escucharlo.
3. Sea claro y específico. Muchos malos entendidos surgen de una
comunicación confusa. Procure pensar mientras habla y exprésese
claramente.
4. Actúe en forma positiva. En muchos hogares el 90 % de toda la
comunicación es negativa. Están familias se acostumbraron a escuchar
criticas, reproches, y abrir juicios contra otros que ese comportamiento llega
a convertirse en algo normal. Es necesario actuar en forma más positiva y
manifestar aprecio.(12)
5. Sea cortés y respete la opinión del Otro. Usted puede hacer esto aun
cuando no este de acuerdo. Debe preocuparse por el bienestar del Otro
como del suyo. Norman Wright, aconseja a las parejas a atacar el problema
y no ataque a la persona, nos advierte: “Haga lo posible por mantener la
discusión en el terreno impersonal. Muchas parejas, en vez de atacar el
problema, se atacan mutuamente con reconvenciones duras o sarcásticas..
.”(13)
6. Tome en cuenta las necesidades y sentimientos de su pareja. Desarrolle la
paciencia y sensibilidad al responder a lo que dice su pareja. Si está
afligido, usted puede comprender su aflicción y aun afligirse con El. Así
mismo. Si su pareja esta contento por alguna razón, comparta su alegría
con El.
7. Desarrolle el arte de la conversación. La conversación es un arte, por lo que
debiera dedicarse el tiempo suficiente para desarrollarlo. El intercambio
verbal sobre temas interesantes enriquecen la relación matrimonial. (14)

Para poder corroborar con lo anterior, el apóstol Pedro dedica un breve párrafo – 1
Pd 3: 7 – para hablar al esposo, por lo general ellos son muy sexista y machista.
Este párrafo da consejos muy valiosos para las relaciones matrimoniales. En
realidad, Pedro da tres principios para mejorar las relaciones matrimoniales. (15) El
primer principio, el esposo debe ser comprensivo. Esto significa que debe
escuchar de buen grado la opinión de su esposa. Ha de pensar con ella. Mostrarse
sensible a su carácter, sentimientos e ideas. Aquí vemos cuán importante es la
conducta generosa, tanto en el hombre como en la mujer. El segundo principio,
trate a su esposa con respeto, amor y consideración y la protege de situaciones
perjudiciales. Y tercero, Pedro dice a los maridos que recuerden que sus esposas
tienen derechos espirituales idénticos a los suyos. Uno y otra son coherederos de
la gracia de Dios. Dios ama a las mujeres tanto como a los hombres. ¿Qué ocurre
si los esposos y esposas no siguen las instrucciones de 1 Pd 3? Pedro explica una
consecuencia significativa. Dice: “De lo contrario, no podréis orar”. En otras
palabras, si sus relaciones no son buenas con los otros tampoco lo serán con Dios.

3.1. Algunas normas para aprender a escuchar

1. “Mire a su pareja a los ojos y dedíquele toda su atención. Apague el


televisor o el computador, o deje el diario que está leyendo.
2. Demuestre interés en lo que escucha asistiendo con movimiento de cabeza,
cambiando la expresión de la cara, sonriendo e incluso inclinando el cuerpo
hacia delante.
3. Haga de vez en cuando intervenciones adecuadas para demostrar acuerdo,
interés y comprensión. Su pareja desea saber si usted comprende lo que El
o ella está diciendo.
4. Haga preguntas oportunas bien formuladas. Anime a su pareja haciendo
preguntas que demuestren su interés.
5. Mantenga su atención durante unos treinta segundos adicionales después
de que su pareja haya terminado de hablar.
6. Enfoque su atención sobre sus propios defectos y no sobre los de su
pareja.”(16)

3.2. ¿Cómo va la comunicación entre ustedes?

La mayoría de los consejeros matrimoniales coinciden en que la mala


comunicación es en la más de las veces la causa primera de las dificultades
matrimoniales. Por lo general, se reconoce que una comunicación defectuosa trae
resultados desastrosos. Los conflictos y los malos entendidos se perpetúan. Las
ideas y conceptos equivocados quedan sin corregirse. Las barreras se hacen cada
vez más elevadas. La unidad y la intimidad se dificultan. Los problemas
permanecen sin resolver. La atención de buscar a alguien que nos comprenda
aparece con mayor insistencia.
Si usted piensa que su comunicación con su pareja es satisfactoria, no cante
victoria ni se duerma en los laureles. Muchas parejas que afirmaban que entre
ellos no existían secretos que gozaban en compartir, que resolvían bien sus
desacuerdos, que se escuchaban el uno al otro. De pronto se encuentran con que
ha desaparecido la comunicación y no sabe lo que pasa. Cuando hablan terminan
invariablemente discutiendo. Ya no se entienden. El resultado es que la relación se
deteriora. La intimidad va desapareciendo, la pareja se distancia y el rompimiento
esta quizá golpeando en la puerta. Dentro de unos años probablemente no
recuerden casi nada de lo que están leyendo, pero, si recuerdan algo, quiero que
sea lo siguiente: “el grado en que su matrimonio triunfe o fracase estará
directamente relacionado con su habilidad para comunicarse el uno con el otro y
de comprender y ser comprendido.” (17).

4. Los conflictos en la pareja


4.1. Desavenencias durante el noviazgo

El noviazgo con un compromiso matrimonial pocas veces transcurre sin altibajos y


no siempre proporciona la perfecta armonía y felicidad que se esperaba. La razón
es sencilla. “A medida que la relación aumenta y los novios pasa más tiempo
juntos, desaparecen las formalidades y pueden comenzar los desacuerdos,
desavenencias y hasta peleas. Dos terceras partes de las parejas comprometidas
informan que han experimentado tensiones antes de la boda.” (18) Los
desacuerdos más frecuentes se centran en modales y convencionalismo, valores y
filosofías de la vida y manera de tratar con la familia del uno y del otro. La pareja
puede hacer frente a esos problemas en forma directa.

Si hacen frente a un problema directamente y lo resuelven en forma constructiva,


entonces sabrán que podrán hacer frente a las dificultades durante el matrimonio y
encontrar una solución adecuada a los problemas. Los problemas resueltos en
esta forma fortalecerán su relación mutua. Al respecto Diana González en su
articulo titulado: “Claves en las relaciones interpersonales” , nos dice que “las
relaciones humanas positivas se construyen cuando se busca el bienestar de la
otra persona y se desea ver que ella sea recompensada por todo el bien que ha
hecho en el servicio de Cristo.”(19) Pero, en los casos cuando las discusiones y los
conflictos aumentan en número e intensidad, la pareja debería reconsiderar la
conveniencia o inconveniencia de llegar hasta el matrimonio.
“Algunos investigadores nos dicen que cerca del 50% de las parejas
comprometidas informaron que albergan algunas dudas acerca de si están
efectuando la elección correcta. Cerca de la mitad de estas parejas quisieran no
haberse comprometido y en una ocasión han pensado seriamente en romper el
compromiso. De las parejas comprometidas, entre una cuarta y una tercera parte
rompen el compromiso por lo menos temporalmente.” (20) No sólo es imprudente
continuar con los planes de matrimonio después de haber descubierto que no
desea pasar el resto de su vida con esa persona, sino también es una
irresponsabilidad. Unirse con alguien a quien no se ama o a quien se ama pero
que se descubre que no podrán vivir bien juntos, es un acto cruel, y traer hijos a
ese ambiente puede considerarse casi un delito.

Si en cualquier momento durante el periodo de compromiso tiene serias dudas


acerca de la conveniencia de realizar el matrimonio, es mejor que no continúe con
los planes. Es muy posible que una pareja llegue a conocerse mejor durante el
compromiso y comprenda que no se encuentran tan bien adaptados, que no es el
uno para el otro como habían pensado. Por lo que mejor deciden romper su
compromiso de matrimonio. Seria mejor romper la promesa antes que realizar un
matrimonio que podría terminar en divorcio.

4.2. Algunas razones por las cuales se podría romper el


compromiso matrimonial

Una primera razón por las cuales se podrían romper el compromiso matrimonial,
es que se pierda el interés el uno por el otro. Muchos de los compromisos se
hacen en épocas de adolescencia. Los adolescentes cambian y maduran con tanta
rapidez, que los consideraban el compañero o compañera de su vida a los 18
años, a los 22 años consideran que no es el compañero(a) ideal para su vida.
Cuanto más joven sea la pareja en el tiempo del compromiso, tanto más probable
es que cambien las actitudes del uno hacia el Otro, y tanto mayor es la
probabilidad que se rompa el compromiso. La segunda razón es que uno o ambos
consideren que todavía no están preparados para el matrimonio. A medida que los
novios avanzan en edad y madurez comprenden que han hecho un compromiso
antes de estar preparados para la vida conyugal. La tercera razón es que no son
compatibles. En el compromiso los novios pasan más tiempos juntos.

Ahora se pueden ver y conocer en más situaciones de la vida real. El puede


observar que su novia no es muy aplicada y responsable en su propio hogar y que
esta falta de diligencia es un rasgo de su personalidad. Tal vez ella pueda ver que
aunque su prometido la ha tratado siempre con gran cortesía y consideración,
muestra poca consideración por su madre y sus hermanas. La cuarta razón es que
se descubran hábitos y tendencias de comportamiento que sean una amenaza
para el Otro y para el hogar. Los hábitos y tendencias de comportamiento se
revelan con el tiempo. La pareja que pasa tiempo suficiente compartiendo diversas
actividades, podrá determinar las actitudes de la persona amada acerca de los
objetivos, preferencias y las actitudes, como también sus valores, carácter y sus
intereses.

Cuando más dure el periodo de compromiso, tanto más oportunidad tendrán que
evaluar su compatibilidad. Numerosos compromisos entre personas de etnias
diferentes no sobreviven al contraste de sus ambientes familiares y culturales. La
reacción de la familia y los amigos a esos compromisos también tiene su peso en
el rompimiento de las relaciones. Un compromiso roto causa aflicción, pero no es
tan penoso como un matrimonio deshecho.(21) Finalmente, se debe tener especial
cuidado con un joven o una joven que tiene una historia de compromisos rotos.
Eso podría ser evidencia de inmadurez, impulsividad, costumbre de jugar con los
sentimientos ajenos o tendencias de usar a otros con propósitos egoístas y
engañosos sin intención de llegar al matrimonio.

4.3. La compatibilidad y su importancia en la pareja

Una joven escribió a su consejero: “casi cada semana tengo riñas con mi pareja,
pero me da igual, yo lo quiero, y sé que El va a cambiar. Sea como sea nos vamos
a casar...” Surge cuestionarnos ¿Podrían edificar una familia sólida y armoniosa en
una pareja donde se pelean con tanta frecuencia? ¿Dónde podrían vivir felices si
no tienen afinidad ni compatibilidad de caracteres? Para evitar las desavenencias y
asegurar la felicidad, primeramente deberá estar presente el amor – véase de
nuevo el capitulo dos de esta disertación -, pero, además una cuota elemental de
afinidad que lleve a la pareja a vivir unidos y en paz. La afinidad engendra la
comprensión, acrecienta el amor y promueve la convivencia social, familiar y
religiosa. Ya en sus días el profeta Amós se había preguntado: “¿Andarán dos
juntos, a menos que se pongan de acuerdo?”(3:3) .(22)

Eso es precisamente compatibilidad o afinidad, llevarse bien, estar de acuerdo. Y


esto será posible sólo cuando entre los novios haya más coincidencias que
divergencias, más madurez que caprichos y más amor que egoísmo. El tiempo
actual se caracteriza por el tipo de hogares tensionados y cargados de diversos
problemas. Tales problemas producen infelicidad y ruina en muchas familias
colombianas. ¿Dónde radica casi siempre el comienzo o la causa de semejante
cuadro familiar? La causa radica por lo general en las parejas mal constituidos, mal
entendidos y mal desarrollados. (23) Formas de enfrentar los conflictos, Jaime
Fairfield, experto en soluciones de conflictos matrimoniales sugiere las cinco
maneras de enfrentar los conflictos.( 24) El autor de esta disertación lo llama: el
método de los cinco pasos para mejorar las relaciones matrimoniales,
profesionales, interpersonales, etc. También Norman Wright sugiere diez principios
para enfrentar a los conflictos. Estos son: (25)

1. No evite el conflicto con el tratamiento del silencio.


2. No ahorre cupones emocionales.
3. Si es posible, prepare el terreno para la desavenencia.
4. Ataque el problema, no se ataquen entre si.. respalde sus acciones con
hechos. Recuerde que debe olvidar. No incluya a parientes, aspectos de su
pareja.
5. No arroje sus sentimientos como piedras.
6. No se aparte del asunto.
7. Ofrezca soluciones con sus críticas.
8. No diga: tu nunca... Baje el tono de voz, no exagere.
9. No trate de manipular al Otro diciendo irónicamente es culpa mía, pero no
se rescate de decirlo seriamente cuando lo sea.
10. Sea humilde...., puede estar equivocado.

4.3.1. El método de los cinco pasos para mejorar las


relaciones matrimoniales

El primer paso es retirarse. Si usted tiene la tendencia a ver los conflictos como
algo inevitable y sin esperanza, sobre todo lo cual tiene poco control, quizá ni
intente probar. Norman Wright, nos dice “que el conflicto forma parte del
matrimonio y que debe ser solucionado, no oculto o ignorado.”(26) Se retira
dejando la escena física o psicológicamente. Si se siente que sus intereses son lo
primero o que su autoestima peligra en un conflicto, usted va elegir ganar por
encima de todo. No importa el costo, lo que importa es ganar. Dominar es lo
primero, las relaciones ocupan un segundo lugar. El segundo paso es ceder. Es la
actitud del que no quiere arriesgarse a la confrontación directa. El tercer paso es
avenirse. Es ceder un poco para ganar un poco. Esta persona considera que no se
puede ganar siempre, pero tampoco quiere que el Otro gane siempre. El cuarto
paso es resolver. Esta manera de enfrentar los conflictos, la situación, la actitud y
el comportamiento cambian mediante la comunicación abierta, directa y honesta.

El quinto paso es ganar. Esta forma de enfrentar los conflictos, la persona alcanza
la meta, pero sacrifica las relaciones. Recordemos que conservar las relaciones en
la pareja es más importante que lograr las metas. Por ende, aconseja José Luis
Martínez, que la forma que posee los más altos valores es el de resolver los
conflictos.( 27) Esta forma permite fortalecer las relaciones – matrimoniales,
profesionales, etc.-, el mutuo beneficio (28) y lograr las metas. Una joven le
preguntó al Dr. David Augsburger: “Tengo que enfrentarlo abiertamente. No hay
otro modo de salir de este embrollo. Pero ¿Como lo hago? El sugiere cinco
alternativas, que tienen relación con las de James Fairfield. Ellas son: 1. Lo
pescaré, 2. Saldré de la sociedad, 3. Cederé, 4. Le encontraré a mitad de camino,
o 5. Amo lo suficiente como para enfrentar, son las opciones básicas que se
ofrecen ante la mayoría de las situaciones conflictivas.

De estas cinco alternativas, la que más aconseja él es la quinta, porque es la


posición: quiero la relación pero también quiero integridad, honestidad. Aquí se ve
el conflicto como neutral – ni bueno ni malo – y natural – que no debe ser evitado
ni puesto en cortocircuito. – Es de lo más útil resolver las diferencias dando
mensajes claros de amo y quiero, que a la vez amen y enfrenten. Véase el capitulo
uno Enfrentando con amor: La senda creativa a través del conflicto. Pp., 9 – 22.
(29)

Otro autor, experto en la resolución de conflictos, en su libro titulado: Cómo pasar


del conflicto al acuerdo, nos sugiere un método en cuatro etapas para poner fin a
las relaciones conflictivas en la vida familiar, privada y profesional. A continuación
compartiremos en breve: El primer paso: buscar tiempo para conversar. Buscar
tiempo para dialogar usted le está pidiendo al Otro que se unan en un Diálogo
encaminado a buscar un acuerdo basado en las reglas cardinales: no retirarse y no
recurrir al juego de poder. La hoja de Notas para el Otro [vea apéndice # 1] es para
tenerla a mano. Haga fotocopia para el Otro a fin de ayudarle a comprender el
propósito de usted. El segundo paso: planificar el contexto. El contexto es el lugar
y la hora para el Diálogo del tercer paso. El propósito de planificar el contexto es
establecer un ambiente adecuado para la comunicación sea eficaz. En la segunda
parte del libro, en especial el capitulo 9 describe los aspectos del contexto que se
deben tomar en consideración. Ellos son: el sitio, la comodidad física, la duración,
la reserva, las interrupciones, el momento apropiado y ¿quién más debe estar
presente? (30)

El tercer paso, dialogar. Reunirse para conversar es el ingrediente fundamental del


método de los cuatro pasos. Los pasos 1 y 2 hacen posible la reunión, pero
cuando se ponen en práctica las dos tareas dentro de la estructura y el contexto
recomendados, se libera la energía que ha estado atrapada en el conflicto. Esto
hace que haya un cambio de actitud: pasan del enfrentamiento a la cooperación.(
31)

La estructura. La reunión constara de cuatro partes: la introducción, la invitación, el


diálogo y el desarme. Veamos en breve cada una de las piezas de esta armazón,
con ejemplos sobre cómo proceder en cada caso: La introducción. Aquí usted
debe manifestar su aprecio: le agradezco que haya aceptado reunirse conmigo
para hablar de esto. Manifieste optimismo: tengo la esperanza de que podamos
llegar a una solución que nos beneficie a ambos. De algunas Pautas:
convengamos en que, para esta reunión, no vamos a recurrir a Juegos de Poder
para derrotar al Otro. Busquemos soluciones que ambos podamos aceptar. ¿Está
bien? Ahora plantee el problema: para mí, el problema estriba en que tenemos
puntos de vistas diferentes respecto de la función que debo asumir en el proyecto
familiar.

La invitación: por favor dígame cómo ve usted la situación. El diálogo. Durante la


conversación, el cual se prolongará durante la mayor parte del tiempo, usted debe
cumplir dos tareas: primera no se aparte del proceso esencial, y segunda reforzar
los gestos conciliatorios. Y finalmente, el cuarto paso: establecer un convenio, si es
necesario. El desarme, durante el cual la actitud de las partes: yo contra ti, se
transforma en nosotros contra el problema, una oportunidad para establecer un
convenio. Una vez ocurrido el desarme, un convenio especifico de comportamiento
permite: “tomar decisiones conjuntas sobre los problemas que exigen consenso”,
“crear planes mutuamente aceptables para las actividades que exijan la
participación de ambas partes” y finalmente, para “mejorar la confianza
interpersonal.” (32).

Conclusión
Esperamos que este artículo sobre la comunicación y los conflictos en la pareja le
hayan servido para mejorar las relaciones conyugales, familiares, etc. También,
que las técnicas de una u otra manera les ayuden a enfrentar los problemas.
Finalmente, reconocer la importancia de la recreación y el ejercicio como un medio
para fomentar el diálogo, la unidad familiar y mantener buenas relaciones con los
suegros, parientes políticos para obtener una mejor comprensión y estabilidad
conyugal.

APENDICE # 1
NOTAS PARA EL OTRO (33)

Deseo pedirte que busquemos juntos unas soluciones mutuamente aceptables


para ciertos asuntos sobre los cuales no estamos de acuerdo, y que tratemos de
construir unas mejores relaciones entre los dos. Para ello debemos buscar tiempo
para hablar sin que nos interrumpan, hasta que podamos llegar a algún acuerdo.
Para que este proceso tenga éxito, los dos debemos aceptar dos Reglas
cardinales.

Primera regla cardinal:


No abandonar la comunicación, sea por frustración y desesperanza o para
desquitarse.

Esto significa que no podemos abandonar el recinto, darnos por vencidos o dejar
de hacer un esfuerzo hasta llegar a un acuerdo. Acordemos aceptar los
sentimientos de ira y frustración durante la charla, si es necesario, y perseverar
aunque deseemos desistir.

Segunda regla cardinal:


No utilizar el juego de poder para “vencer” en una lucha de fuerza mediante
amenaza, ultimátum, coacción o fuerza física contra el Otro. Esto significa que no
será aceptable ninguna solución que implique que uno de los dos debe aceptar
contra su voluntad las exigencias del otro. Debemos insistir hasta que hallemos
una solución aceptable y favorable para ambos. Si el tema de nuestra
desavenencia exige una decisión de común acuerdo o una actividad en que ambos
debamos participar, debemos establecer un convenio, el cual, para que sea
apropiado, debe ser:

1. Específico, en cuanto al comportamiento, lo cual significa que podremos


muy en claro QUIEN deberá hacer QUE, CUANDO, durante CUANTO
TIEMPO, en qué CONDICIONES, etc.
2. Equilibrado, para que ambos consideremos que es justo.
3. Por escrito, para que podamos recordar los detalles del convenio en el
futuro.

Gracias por interesarte lo suficiente en nuestras relaciones como para trabajar


conmigo en esto.

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