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Lengua y Literatura
4

Te rc e r C i c l o d e E d u c a c i ó n G e n e ra l B á s i c a p a ra Ad u l t o s

MODALIDAD SEMIPRESENCIAL
Lengua y
Literatura
4
Lengua y
4
Literatura
Tercer Ciclo de Educación
General Básica para Adultos
MODALIDAD SEMIPRESENCIAL
Ministro de Educación de la Nación
Prof. Dr. Hugo Oscar Juri

Secretario de Educación Básica


Lic. Andrés Delich

Subsecretario de Educación Básica


Lic. Gustavo Iaies

infopace@me.gov.ar

Material elaborado por los


Equipos Técnicos del Programa de
Acciones Compensatorias en Educación
del Ministerio de Educación.

Ministerio de Educación de la Nación. Santa Fe 1548. Buenos Aires.


Hecho el depósito que marca la ley 11.723. Libro de edición argentina.
ISBN 950-00-0263-9. Primera Edición. Primera Reimpresión.
Índice

Introducción ......................................................... 5

¿Qué es la literatura? ............................................... 7

Para comprender los mensajes estéticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11


Narrador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
¿Qué es un tema principal? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Tema principal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Temas secundarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

Los textos narrativos extensos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

Expresar y representar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

Texto literario y contexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30


La literatura: una forma de conocer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Diferencias entre cuento y novela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

La opinión del autor en los textos literarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38


Otra función de la literatura: modificar la realidad . . . . . . . . . . . . . 39

El poema narrativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

La novela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
La literatura y la sociedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
La generación del 80 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
El realismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
El naturalismo de Sin rumbo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54

El texto lírico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
El contexto de un texto lírico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Versificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
Recursos de estilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Introducción

A nte cada nueva situación de la vida cotidiana, se puede optar


por narrar, describir, explicar o argumentar una información que
se quiere transmitir. Del mismo modo, a veces como oyente, y a
veces como lector, usted comprende lo que otra persona le comu-
nica mediante el lenguaje y con qué intenciones.

Consulte en los Módulos 1 y 2 del área de Lengua acerca


de los diversos modos de narrar (contar hechos o sucesos),
y de reconocer cuentos. Es decir, aquellas narraciones que:
• son inventadas por alguien y luego circulan de boca en boca
a través de los años (cuentos tradicionales, leyendas, fábulas);
• son inventadas intencionalmente por un autor, para emo-
cionar, entretener, crear suspenso y brindar conocimiento a
otras personas, los lectores.

Al leer, aprender, divertirse o sumergirse en estas “historias inventa-


das”, se aborda un uso del lenguaje que forma parte del arte. Porque
estas narraciones tienen una intención estética: ser bellas, emocio-
nantes. Y le proponen al lector un mundo de libertad, pluralidad de
sentidos e imaginación.

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Jorge Luis Borges, uno de los escritores argentinos de mayor re-
nombre internacional, nació en Buenos Aires en 1899 y falleció en
Ginebra, Suiza, en 1986. En cierta ocasión, mientras dialogaba con
el público durante una conferencia cuyo tema eran los libros y la
literatura, Borges afirmó: “Yo he dedicado una parte de mi vida
a las letras, y creo que una forma de felicidad es la lectura”.

El arte que utiliza las palabras como materia para crear y expresar
un mundo imaginario se llama literatura. Y sus obras se llaman
textos literarios.

En este libro usted leerá textos literarios que, por ser el producto de
la imaginación de sus autores, se denominan textos de ficción. Aquí
conocerá la relación entre los textos literarios y la época en que fue-
ron creados por sus autores y comprenderá qué función cumplieron
en la sociedad en la que fueron publicados. Podrá reflexionar sobre
ellos, los relacionará con otros y tomará notas para estudiar.

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¿Qué es la literatura?

C uando una persona elabora un texto para descubrir y dar a co-


nocer a otros sus ideas y emociones decimos que es un emisor que
se está expresando. Y su producción tiene una función poética.

Sin embargo, un texto no forma parte de la literatura sólo porque


alguien se exprese en él. Es necesario que tenga una forma literaria
determinada y valores propios.

Finalmente, un texto se convierte en literario cuando uno o varios


lectores o una comunidad de personas (los receptores) tienen acce-
so a su lectura, cuando el texto se conoce, y “circula”. Es decir,
cuando los lectores valoran que un autor comunique su particular
concepción de la vida, de la gente y del mundo. Cuando el texto,
además, presenta un estilo de autor, decimos que tiene una inten-
ción estética. ¿Por qué? Porque ha sido escrito con varias finali-
dades: buscar nuevos sentidos, dar placer a los lectores, etc.
Entonces, pasa a formar parte de las expresiones artísticas.

Resumiendo: un texto es literario porque tiene una función poética, Manuel Puig un gran escritor
desaparecido recientemente,
porque llega a sus lectores, y porque tiene una intención estética. en 1990, (muy leído, a través
de sus novelas Boquitas Pin-
tadas, El Beso de la Mujer Ara-
ña, y otras), nació en Coronel
Villegas, provincia de Buenos
Aires en 1932. Definía a la lite-
ratura como “el imperio de la
imaginación y del estilo”.

Tener un libro de cuentos, de poemas o una obra de teatro permite acceder a otro mundo, para
soñar, para aprender, para mirar las mismas cosas, pero con otra mirada.

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Por último, existe otra cualidad muy importante propia de la literatu-
ra y sus obras. En los textos literarios no importa si los episodios son
verdad o mentira, si los personajes existieron o no. Porque los lectores
no buscan en ellos la verdad que esperan de una crónica periodística o
de un texto histórico. Los lectores no cuestionan en un escrito literario
si las cosas sucedieron o no, sino si tienen sentido, en ese caso disfru-
tan de la propuesta imaginaria del autor. Esto quiere decir que aceptan
una especie de pacto: “si leo literatura, sé que entro en un mundo na-
rrado que es un mundo imaginario”, y que allí todo está permitido.

Actividad Nº1
a Lea el siguiente cuento del autor jujeño Héctor Tizón. Esta
obra literaria forma parte del libro de cuentos El gallo blanco.
Luego responda el siguiente cuestionario.

H E C T O R T I Z Ó N

Ciego en la resolana

A hora está el ciego otra vez sentado al sol al promediar la mañana. De él se dice
que no siempre fue ciego y era fama también que, al no alternar sus ojos las sombras y la
luz, dormía menos que un pájaro. Cualquiera que subiese al viejo y abandonado campanario
de la iglesia podría contemplarlo allí, en medio del parque que rodea la casa. En eso consis-
tía, precisamente, el gran desquite de su cónyuge, mujer obesa y rubia, de blancura impre-
sionante, en cuyos brazos bailoteaban innumerables pulseras. Ella, canturreando muy quedo
un aria en su lengua materna, empujaba la silla rodante del ciego hasta detenerla en un lugar
no muy distante, donde crecían unos mimbres agobiados por plantas trepadoras. Así quedaba
el ciego, aislado, en la suave y luminosa resolana, mudo, aterrorizado por las serpientes que

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C i e g o e n l a r e s o l a n a

pudieran deslizarse en el jardín; temor subyacente aun en los instantes en que ella, asomada
al gran ventanal y ensayando unos gorgoritos alentadores, lo azuzaba para que cantase la
dulce tonada que él nunca llegó a saber cuándo había aprendido.
Enseguida del almuerzo, el ciego volvía a su mecedora, en la galería, aguardando la llegada
del otro, cuando su mujer se ocultaba en la interminable pausa de la siesta. Allí no hacía más
que esperar alguna señal, sin que se le escapara el mínimo ruido porque todo el poder de sus
ojos se había trasladado a sus oídos. Luego armaba cuidadosamente el ingenioso aparato
que reproducía el vaivén de su cuerpo en la silla: una piedra de peso adecuado puesta en el ex-
tremo del arco de la mecedora y en el otro una cuerda elástica amarrada a una estaca entre los
trípodes de los innumerables maceteros, que se ocupaba en disimular. Con tal mecanismo la
mecedora no interrumpía su balanceo cuando él se incorporaba cautelosamente para pegar su
mejilla contra la puerta de la habitación. Entonces transcurrían momentos tensos para el ciego
-horas, a veces-, tiempo controlado por él mismo con su vieja maestría para calcularlo, de
acuerdo al ritmo de sus pulsaciones (seiscientas pulsaciones divididas en grupos de veinte).
Era testigo así de jadeos, voces ahogadas, quejidos, pequeñas risas silenciadas de pronto
por inaudibles advertencias; a veces, por ciertos estrépitos sofocados, parecían rodar cuer-
pos en el suelo; o surgía el silencio y sólo se escuchaba el crepitar del reseco maderamen
de la mecedora en la galería, moviéndose, vacía, en perpetuo vaivén. Pero cuando eso ocu-
rría ya el ciego estaba impaciente y sintiendo el frío del picaporte en sus mejillas mojadas
por las lágrimas gritaba dando feroces golpes en la puerta.
Desde el interior la mujer gorda trataba de calmarlo, gritando con voz dulce: - ¿Qué pasa?
¡Ya voy, chiquitín!
Al oírla, el ciego cesaba de golpear y rápidamente regresaba a su mecedora, desanudaba el
cordón elástico, ocultaba la piedra y permanecía en espera, distraídamente, con la mirada en
sus ojos hueros en dirección de las montañas.

Posdata
El borrador de este cuento, -si lo es- data de unos veinte años atrás, y apenas si admitió un retoque.
Siempre me han fascinado las mujeres jóvenes y gordas que cantan. Generalmente las mujeres
que cantan son gordas. Las mujeres gordas me han parecido siempre tiernas e irresponsables.
Además, las mujeres gordas siempre mueren jóvenes y son así las verdaderas heroínas románticas.
En provincia no hay mujeres gordas que valgan la pena, porque en provincia no hay ópera.
Pero estos personajes han sido mis vecinos y vivían al otro lado, donde el río hace una curva
pronunciada. De niño, yo solía llevarle a la dama, de vez en cuando, una cesta con frutillas que
le enviaba mi padre. Ella entonces me daba unos besos exagerados pero normales. Era húnga-
ra o algo así, o lo había sido. Su marido aún no estaba ciego. En realidad, nunca lo estuvo.

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b ¿Qué quiere decir posdata? Si es necesario consulte un diccionario.

c ¿Qué nos dice en la posdata, el autor Héctor Tizón sobre sus


personajes?

d El autor usa la posdata (un recurso que no es común en las obras


literarias) para explicarle al lector cómo “inventa” sus historias.
¿De qué hechos reales se enteró usted como lector de la posdata?
¿De qué hechos “inventados” se enteró como lector del cuento?
e ¿Qué opina usted que sucede en los textos literarios? ¿Cómo
le parece que están hechos?

Actividad Nº2
a Lea los textos que presentamos a continuación.
Texto 1
Rubén Tomasi, Mi cigarrillo
“El cigarrillo”,
Doblo la esquina. Busco en mis bolsillos. Tomo un cigarrillo.
Revista Puro Cuento.
No tengo fósforos, tampoco encendedor. Veo una sombra cer-
ca. Toco su espalda.
-Disculpe -le digo muy amable-. ¿Me da fuego?
El dragón, complaciente, me fulmina en una llamarada.

Texto 2
Toque timbre y espere. Mire para atrás al bajar. Sea prudente.

Texto 3
Sagitario (23 de noviembre - 21 de diciembre)
No tendrá problemas de dinero en las próximas semanas. Pero
no se deje estar, continúe buscando tareas dentro de su oficio.
En el amor, soplan vientos de ventura; encontrará esa alma ge-
mela que tanto necesita. Aproveche: salud, dinero y amor.

b ¿Cuál de todos estos textos se puede considerar un texto literario?


Recuerde que tiene que cumplir con las siguientes condiciones:
• Tiene una función poética.
• Tiene una comunidad de receptores.
• Tiene una intención estética.
• Constituye un mundo imaginario.

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Para comprender
los mensajes estéticos

S iempre es necesario comprender la información que brinda la pa-


labra escrita. Cuando se inicia este proceso en textos literarios (cuya
finalidad es estética) contamos con una serie de estrategias que nos
permiten comprender cada vez con mayor profundidad. Ellas cons-
tituyen lo que denominamos análisis literario.

Estas estrategias le permitirán comprender mejor las obras y quizás


contribuyan a formar un hábito de lectura, en el que usted será un
lector activo, que identifica y jerarquiza ideas, comprende, valora
positiva o negativamente ideas ajenas, y disfruta de la ficción. Si
comprende mejor lo que lee, más posibilidades tendrá de elegir los
textos literarios que más le gusten.

Actividad Nº3
Lea el siguiente cuento. Observe si ocurre algo raro.

M A N U E L M U J I C A L A I N E Z

La galera
(1803)

¿C uántos días, cuántos torturadores días hace que viajan así, sacudidos, zangolotea-
dos, golpeados sin piedad contra la caja de la galera, aprisionados en los asientos duros?
Catalina ha perdido la cuenta. Lo mismo puede ser cinco que diez, que quince; lo mismo
puede haber transcurrido un mes desde que partieron de Córdoba arrastrados por ocho
mulas dementes. Ciento cuarenta y dos leguas median entre Córdoba y Buenos Aires, y
aunque Catalina calcula que ya llevan recorridas más de trescientas, sólo ochenta separan en
verdad a su punto de origen y la Guardia de la Esquina, próxima parada de las postas.
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L a g a l e r a ( 1 8 0 3 )

Los otros viajeros vienen amodorrados, agitando la cabeza como títeres, pero Catalina no
logra dormir. Apenas si ha cerrado los ojos desde que abandonaron la sabia ciudad. El co-
che chirria y cruje columpiándose en las sopandas de cuero estiradas a torniquete, sobre
las ruedas altísimas de madera de urunday. De nada sirve que ejes y mazas y balancines
estén envueltos en largas lonjas de cuero fresco para amortiguar los encontrones. La galera
infernal parece haber sido construida a propósito para martirizar a quienes la ocupan. ¡Ah pe-
ro esto no quedará así! En cuanto lleguen a Buenos Aires la señorita se quejará a don Anto-
nio Romero Tejada, administrador principal de Correos, y si es menester irá hasta la propia Vi-
rreina del Pina, la señora Rafaela de Vera y Pintado. ¡Ya verán quién es Catalina Vargas!

La señorita se arrebuja en su amplio manto gris y palpa una vez más, bajo la falda, las bolsi-
tas que cosió en el interior de su ropa y que contiene su tesoro. Mira hacia sus acompañantes,
temerosa de que sospechen de su actitud, mas su desconfianza se deshace presto. Nadie se fija
en ella. El conductor de la correspondencia ronca atrozmente en su rincón, al pecho el escudo
de bronce con las armas reales, apoyados los pies en la bolsa de correo. Los otros se acomoda-
ron en posturas disparatadas, sobre las mantas con las cuales improvisan lechos hostiles cuan-
do el coche se detiene para el descanso. Debajo de los asientos, en cajones, canta el abollado
metal de las vajillas al chocar contra las provisiones y las garrafas de vino.

Afuera el sol enloquece el paisaje. Una nube de polvo envuelve a la galera y a los cuatro
soldados que la escoltan al galope, listas las armas, porque en cualquier instante puede
surgir un malón de indios y habrá que defender las vidas. La sangre de las mulos hostiga-
das por los postillones mancha los vidrios. Si abrieran las ventanas, la tierra sofocaría a
los viajeros, de modo que es fuerza andar en el agobio de la clausura que apesta a olor a
comida guardada y a gente y ropa sin lavar.

¡Dios mío! ¡Así ha sido todo el tiempo, todo el tiempo, cada minuto, lo mismo cuando cru-
zaron los bosques de algarrobos, de chañares, de talas y de piquillines, que cuando vadea-
ron el Río Segundo y el Saladillo! Ampía, los Puestos de Ferrerira, Tío Pugio, Colmán,
Fraile Muerto, la esquina de Castillo, la Posta del Zanjón, Cabeza de Tigre... Confúndense
los nombres en la mente de Catalina Vargas, como se confunden los perfiles de las estan-
cias que velan en el desierto, coronadas por miradores iguales, y de fugaces pulperías don-
de los paisanos suspendían las partidas de naipes y de taba para acudir al encuentro de la
diligencia enorme, único lazo de noticias con la ciudad remota.

¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Y las tardes que pasan sin dormir, pues casi todo el viaje se cumple
de noche! ¡Las tardes durante las cuales se revolvió desesperada sobre el catre rebelde del
parador, atormentados los oídos por la cercana de los peones y los esclavos que desafina-
ban la vihuela o asaban el costillar! Y luego, a galopar nuevamente... Los negros se afir-
maban al estribo, prendidos como sanguijuelas y era milagro que la zarabanda no los des-

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M A N U E L M U J I C A L A I N E Z

pidiera por los aires; las petacas, baúles y colchones se amontonaban sobre la cubierta.
Sonaba el cuerno de los postillones enancados en las mulas, y a galopar, a galopar...

Catalina tantea, bajo la saya que muestra unos tonos de mugre como lamparones las bes-
tias uncidas al vehículo, los bolsos cosidos, los bolsos grávidos de monedas de oro. Vale la
pena el despiadado ajetreo, por lo que aguarde después, cuando las piezas redondas que
ostentan la soberana efigie enseñen a Buenos Aires su poderío. ¡Cómo la adularán! Hasta
el señor Virrey del Pino visitará su estrado al enterarse de su fortuna.

¡Su fortuna! y no sólo esas monedas que se esconden bajo su falda con delicioso balanceo: es
la estancia de Córdoba y la de Santiago y la casa de la calle de las Torres... Su hermana viuda
ha muerto y ahora a ella le toca la fortuna esperada. Nunca hallarán el testamento que destru-
yó cuidadosamente; nunca sabrán lo otro... lo otro... aquellas medicinas que ocultó... y aque-
llo que mezcló con las medicinas... Y ¿qué? ¿No estaba en su derecho al hacerlo? ¿Era justo
que la locura de su hermana la privara de lo que se le debía? ¿No procedió bien al protegerse,
al proteger sus últimos años? El mal que devoraba a Lucrecia era de los que no admiten cura...

El galope... el galope... el galope... Junto a la portezuela traqueteante baila la figura de uno


de los soldados de la escolta. El largo gemido del cuerno anuncia que se acercan a la Guar-
dia de la Esquina. Es una etapa más.

Y las siguientes se suceden: costean el Carcarañá, avizorando lejanas rancherías disemina-


das entre pobres lagunas donde bañan sus trenzas los sauces solitarios; alcanza a India Muer-
ta; pasan el Arroyo del Medio... Días y noches, días y noches. He aquí Pergamino, con su fuer-
te rodeado de ancho foso, con su puente levadizo de madera y cuatro cañoncitos que apuntan
a la llanura sin límite. Un teniente de dragones se aproxima, esponjándose, hinchando el bu-
che como un pájaro multicolor, a buscar los pliegos sellados con lacre rojo. Cambian las mu-
las que manan sudor y sangre y fango. Y por la noche reanudan la marcha.

El galope... el galope ... el tamborileo de los cascos y el silbido veloz de las fustas... No ce-
sa la matraca de los vidrios. Aun bajo el cielo fulgente de astros, maravillosos como el man-
to de una reina, el calor guerrea con los prisioneros de la caja estremecida. Las ruedas se
hunden en las huellas costrosas dejadas por los carretones tirados por bueyes. Ya falta poco.
Arrecifes... Areco... Luján... Ya falta poco.

Catalina Vargas va semidesvanecida. Sus dedos estrujan las escarcelas donde oscila el oro de su
hermana. ¡Su hermana! No hay que recordarla. Aquello fue una pesadilla soñada hace mucho.

El correo real fuma una pipa. La señorita se incorpora, furiosa. ¡Es el colmo! ¡Como si no bas-
taran los sufrimientos que padecen! Pero cuando se apresta a increpar al funcionario, Catalina

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L a g a l e r a ( 1 8 0 3 )

advierte dentro del coche la presencia de una nueva pasajera. La ve detrás del cendal de hu-
mo, brumosa, espectral. Lleva una capa gris semejante a la suya, y como ella se cubre con un
capuchón. ¿Cuándo subió al carruaje? Podría jurar que no fue en Pergamino, la parada pos-
trera. Entonces ¿cómo es posible?

La viajera gira el rostro hacia Catalina Vargas, y Catalina reconoce, en la penumbra del ata-
vío, en la neblina que todo lo invade, la fisonomía angulosa de su hermana, de su hermana
muerta. Los demás parecen no haberse percatado de su aparición. El correo sigue fumando.
Más acá el fraile reza con palmas juntas y el matrimonio que viene del Alto Perú dormita y
cabecea. La negrita habla por lo bajo con el oficial.

Catalina se encoge, transpirando de miedo. Su hermana la observa con los ojos desencaja-
dos. Y el humo, el humo crece en bocanadas nauseabundas. La vieja señorita quisiera gritar,
pero ha perdido la voz. Manotea en el aire espeso, mas sus compañeros no tienen tiempo
de ocuparse de ella, porque en ese instante, con gran estrépito, algo cede en la base del ve-
hículo y la galera se tuerce y se tumba entre los gruñidos y corcovos de las mulas sofrena-
das bruscamente. Uno de los ejes se ha roto.

Postillones y soldados ayudan a los maltrechos viajeros a salir de la casilla. Multiplican las ex-
plicaciones para calmarles. No es nada. Dentro de media hora estará arreglado el desperfecto y
podrán continuar su andanza hacia Buenos Aires, de donde les separan cuatro leguas.

Catalina vuelve en sí de su desmayo y se halla tendida sobre las raíces del ombú. El resto rodea
al coche cuya caja ha recobrado la posición normal sobre las sopandas. Suena el cuerno y los
soldados montan en sus cabalgaduras. Uno permanece junto a la abierta portezuela del carrua-
je, para cerciorarse de que no falta ninguno de los pasajeros a medida que trepan al interior.

La señorita se alza, mas un peso terrible le impide levantarse. ¿Tendrá quebrado los hue-
sos, o serán las monedas de oro las que tironean de su falda como si fueran de mármol, co-
mo sí todo su vestido se hubiera transformado en bloque de mármol que la clava en la tie-
rra? La voz se le anuda en la garganta.

A pocos pasos, la galera vibra, lista para salir. Ya se acomodaron el correo y el fraile francis-
cano y el matrimonio y la negra y el oficial. Ahora, idéntico a ella, con la capa de color de ce-
niza y el capuchón bajo, el fantasma de su hermana Lucrecia se suma al grupo de pasajeros.
Y ahora lo ven. Rehusa la diestra galante que le ofrece el postillón. Están todos. Ya recogen el
estribo. Ya chasquean los látigos. La galera galopa, galopa hacia Arrecifes, trepidante, bambo-
leante, zigzageante, como un ciego animal desbocado, en medio de una nube de polvo.

Y Catalina Vargas queda sola, inmóvil, muda, en la soledad de la pampa y de la noche,


donde en breve no se oirá más que el grito de los caranchos.
Nota: El cuento La galera presenta muchas palabras que usted tal
vez desconozca porque son propias de la época colonial (el texto
sitúa sus acciones en 1803), o porque son específicas de las ca-
rretas y el sistema de correos colonial que se llamaba Correo de
Postas. Por esta razón se vuelve necesario que usted consulte un
diccionario.

a Subraye en el texto todas las palabras que no conoce o que le


imposibilitan entender lo que ocurre en el cuento.

b Búsquelas en el diccionario y a continuación haga un listado


de definiciones.

Actividad Nº4
a Numere los párrafos del cuento La galera.

b
Realice una secuencia narrativa, es decir, establezca una ora-
ción que resuma cada párrafo (puede revisar este tema con-
sultando el Módulo 3).

c
Antes de presentar el trabajo, revise la redacción y la ortogra-
fía de su texto.

Después de leer el cuento La galera de Manuel Mujica Lainez y rea-


lizar su secuencia narrativa, habrá observado, sin duda, que se tra-
baja con el discurso narrativo. Es decir, con textos donde se cuen-
tan hechos. En este caso, se trata de un texto que narra hechos in-
ventados, que pertenecen a la ficción. Es un texto literario.

Este libro de cuentos concentra una serie de relatos sobre la ciudad, a través de diferen-
tes épocas. Manuel Mujica Lainez, su autor, se destacó por ser un escritor cuidadoso,
preocupado por las historias prolijas y llenas de detalles.

15
Actividad Nº5
Señale con una cruz cuál es la acción fundamental de este cuento.

Catalina mezcló algo en las medicinas de Lucrecia y la mató para quedarse con la herencia.
Catalina viaja desde Córdoba hacia Buenos Aires.
El fantasma de Lucrecia se sube a la galera.
Catalina queda sola y abandonada en la pampa.

En la actividad anterior usted acaba de identificar un episodio na-


rrativo. En un episodio siempre hay una acción, es decir que algo
sucede y modifica la situación anterior. En un cuento se da un nú-
mero variable de episodios narrativos. Identificarlos (detectar qué
sucede) contribuye a la comprensión del texto.

A su vez, algunos episodios generan una complicación que exige


una resolución.

Vamos a analizar un episodio del cuento. Observe el razonamiento


que seguimos, ya que más adelante va a utilizarlo.

Actividad Nº6
a Lea el siguiente análisis de un episodio. Luego señale con una
cruz cuál es la resolución que propone el cuento.

episodio complicación resolución

Catalina viaja desde viaja incómoda, casi Catalina se queja ante el cochero y los postillones.
Córdoba hacia desvanecida de cansancio Catalina se baja de la galera y toma otro transporte.
Buenos Aires (segundo párrafo) Catalina soporta la incomodidad porque sueña con su fortuna.

b Ubique en qué párrafos está la resolución que ha señalado.

16
Consulte en el Módulo 2 las características del cuento de autor. Observe que siempre que
se identifica un cuento, ya sea en la tapa de un libro o en una ejercitación, se habla de una
narración donde se cuentan hechos que les suceden a los personajes (en un chiste o en
una anécdota también sucede eso, pero no se trata de textos literarios). Por eso decimos
que un cuento pertenece a la literatura y en especial al discurso narrativo, pues resulta
fundamental que se cuente lo que pasa con los personajes. Un ejemplo es el cuento La
galera del autor Manuel Mujica Lainez.

Para comprender qué sucede en un cuento es muy útil reconocer su


estructura: introducción, nudo y desenlace. Al hablar de estructura
queremos decir que el autor pensó, reflexionó, ordenó las acciones
de su cuento antes de sentarse a escribir, y por lo tanto estructuró
su cuento con:

Un punto de partida, presentación de personajes, lugar, tiempo. introducción

Una acción o episodio fundamental, otros episodios, complicaciones y resoluciones. nudo

Una resolución del episodio fundamental. desenlace

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Actividad Nº7
Se presentan de manera desordenada seis viñetas (cuadros de
historieta) que ilustran algunos párrafos del cuento La galera.

P l a n S o c i a l E d u c a t i v o
a Colóquelas en orden, adjudicando un número a cada viñeta.

b Complete el siguiente cuadro con los números de las viñetas.


¿Cuáles coinciden con la introducción, cuáles con el nudo?,
¿y con el desenlace?

números de viñetas
introducción
nudo
desenlace

c Vuelva al cuento La galera y marque con un lápiz de color


desde dónde hasta dónde se extiende la introducción. Marque
también el nudo y, por último, el desenlace.

Actividad Nº8
a Identifique qué personajes del cuento La galera necesariamen-
te tienen que estar para que el cuento exista.

b
Elija el que considere más importante y escriba una descripción.

c ¿Qué otros personajes actúan, pero son menos importantes?


Establezca una jerarquía: de mayor a menor importancia. Es-
criba el listado de los personajes, y defina qué función cum-
ple en el cuento cada uno de ellos.
Por ejemplo:
5º lugar: el postillón. Función: dirige los caballos de la galera.

El lazarillo de ciegos caminantes, obra escrita alrededor de 1775, narra las peripecias de dos
viajeros. El asturiano Alonso Carrió de la Vandera y su secretario peruano Concolorcorvo
recorren el sistema de Postas de Correo que existía entre Montevideo y Lima.

19
Narrador

En las obras del discurso narrativo siempre encontraremos un narra-


dor. El narrador de un cuento no es el autor de un cuento. El autor es
una persona real que inventa y escribe el cuento. Por ejemplo: Ma-
nuel Mujica Lainez. El narrador es una categoría del discurso narrati-
vo, no existe como persona real. El autor inventa un narrador para
que se ponga a contar. Es una voz dentro del texto que va contando.

A veces es uno de los personajes, y narra en primera persona. Otras


veces es un narrador en tercera persona que da a los lectores una
sensación especial: parece que sabe todo lo que ocurrió en el pasa-
do y también todo lo que va a ocurrir en el futuro. Parece conocer
a fondo las emociones y las ideas de los personajes. Por último, pa-
rece “sobrevolar” los lugares donde suceden las cosas que cuenta,
porque las describe perfectamente como si las viera desde afuera.

Este tipo de narrador tan especial se llama: narrador en tercera


persona omnisciente. Esta palabra un poco extraña se usa muy a
menudo en literatura, quiere decir que ese narrador “lo sabe todo”.

Aquí damos un ejemplo de narrador en primera persona: Martín


Fierro, quien abre su canto afirmando “Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela...”.

20
Actividad Nº9
Señale con una cruz quién narra los episodios del cuento.

El personaje Catalina. (Narrador en primera persona.)


El autor Manuel Mujica Lainez que vivió lo que cuenta.
El narrador externo que ve el mundo que cuenta como
si supiera todo. (Narrador en tercera persona omnisciente.)
Manuel Mujica Lainez nació en
1910 en Buenos Aires, y murió
en 1984 en Córdoba donde
pasó largas temporadas; tam-
bién residió en el exterior.

¿Qué es un tema principal?

Mediante su narrador y las historias que cuenta, un autor quiere


transmitir muchas cosas a sus lectores, por eso se vale de la litera-
tura. Formando textos literarios tiene libertad para decir y propo-
ner su visión del mundo sin tener que basarse en teorías o en la
ciencia. Cuando los lectores leen obras literarias saben que hay de-
senlaces o episodios que no pueden anticipar y que van a sorpren-
derlos. Saben también que la información de las obras literarias es
muy numerosa y a veces difícil de entender.

Porque existe esta dificultad de perderse en la historia contada,


confundir algunos hechos o no entender, usted tendrá dos herra-
mientas del análisis literario que le permitirán comprender y dis-
frutar de los textos de ficción.

La primera es la identificación del tema principal y la segunda de


los temas secundarios.

21
Tema principal
La idea más importante que quiere transmitir un autor está presen-
te a lo largo de todo su texto narrativo, y el lector debe identificar-
la reconociéndola en el tema principal. La definición más común
de tema principal dice: “es el asunto del que trata una obra”.

Una vez identificado ese asunto, usted, como lector, formulará la


idea principal teniendo en cuenta que:

• se manifiesta en una sola oración;


• esa oración debe ser corta y clara;
• no debe contener los nombres de los personajes;.
• debe nombrar la idea principal que el autor quiere transmitir
al lector mediante su “historia inventada”.

Actividad Nº10
a Observe las situaciones cotidianas que presentamos a continuación.

¿De qué trataba


la película?

La película hablaba
del amor.

22
-Este libro te va a
interesar porque
habla de las pasiones
humanas.

¿Qué escribiste en ¿Sobre qué fue la


esa carta? conferencia?

El tema principal es Giró en torno a la


nuestra discusión del alimentación sana.
otro día.

Para entender lo que nos ocurre en diferentes situaciones, an-


te diferentes mensajes y en toda comunicación, es necesario
identificar el tema principal.

b Identifique el tema principal del cuento La galera de Manuel


Mujica Lainez. Escríbalo en su carpeta.

23
Temas secundarios

El mismo nombre que se da a estos temas indica su característica. Un


tema secundario es accesorio con respecto al principal que usted ya
ha identificado. Un tema secundario puede sacarse, puede no hablar-
se de él, y sin embargo el cuento seguirá teniendo sentido.

Por ejemplo, el tema principal de La galera se podría desarrollar en


otro lugar y en otro tiempo, sin temas secundarios.

Actividad Nº11
Redacte un cuento usando el tema principal de La galera.
• Utilice otros personajes.
Ubique las acciones en el mundo contemporáneo.
• Debe colocar una introducción, un nudo y un desenlace.
• Antes de entregarlo a su profesor, revise su redacción y
ortografía.

Actividad Nº12
Agrupe los siguientes temas secundarios según correspondan
al cuento La Galera, o a la película o conferencia que apare-
cen en las viñetas de la Actividad Nº10.

• El funcionamiento de los transportes durante la colonia.


• Los valores nutricionales de las legumbres.
• La posibilidad de la amistad entre el hombre y la mujer.
• El despoblamiento de la campaña argentina.
• La incomunicación entre los pasajeros.
• Las relaciones entre padres e hijos.
• La adopción.
• La búsqueda del reconocimiento y la fama.
• La buena digestión.

24
Actividad Nº13
a Vuelva al cuento La galera. Observe y subraye en qué lugar y
en qué tiempo se desarrollan las acciones que se cuentan.

b Transcriba a continuación algunas expresiones del cuento


que le permiten reconocer el lugar y el tiempo en que se de-
sarrollan las acciones.

Llamamos a las frases u oraciones del cuento que expresan


tiempo o lugar, índices (viene del verbo indicar) de tiempo e
índices de lugar, respectivamente.

c ¿Cuánto tiempo (pueden ser minutos, horas, días, años) ha trans-


currido desde la introducción hasta el desenlace del cuento?
Una ayuda: revise los índices temporales.

Actividad Nº14
Al presentar el cuento La galera le indicamos que prestara
atención sobre un posible hecho raro. Identifique el hecho so-
brenatural que presenta el texto.

Cuando en un cuento, que se desarrolla en un lugar que podría


existir en la realidad, y entre personajes que también podrían exis-
tir, ocurre un hecho inexplicable, se dice que ese cuento es fantás-
tico. ¿Por qué? Porque un episodio sobrenatural irrumpe en la vi-
da cotidiana de los personajes. En el caso del cuento La galera, es-
te hecho trastornó la vida de Catalina.

25
Ser un buen lector exige tener tiempo, paciencia y curiosidad para saber cosas que están
más allá de las tareas que realizamos todos los días. Los libros que cuentan historias de fic-
ción encierran muchas ideas y situaciones que pueden asombrarnos y que podemos dis-
frutar. Pero para lograr entretenernos con la lectura, tenemos que practicar. De ese modo,
aquello que parece oscuro puede volverse útil y cotidiano si insistimos en la lectura. Lo
que en un primer momento parece aburrido, puede tornarse beneficioso si nos damos la
oportunidad de releer. Las catorce actividades resueltas hasta aquí no podrían realizarse
sin su deseo de extraer más datos del cuento La galera, y sin la relectura que usted hizo. El
éxito de sus respuestas también depende de los conocimientos que usted tenía y que fue
aplicando. Por eso es tan importante que vuelva atrás cuando lo necesite, que repase y que
consulte a su profesor. Muchos de los pasos y procedimientos que ejercita en este módulo
podrá aplicarlos a la lectura y estudio de otras materias.

Jorge Luis Borges decía en una conferencia sobre el libro: “Debemos leer únicamente lo
que nos agrada, un libro tiene que ser una forma de la felicidad. Le debemos tanto a las
letras. Yo he tratado más de releer que de leer, creo que releer es más importante que
leer, salvo que para releer se necesita haber leído”.

26
Los textos narrativos extensos

A partir de aquí trabajará con textos narrativos más extensos


que tendrá que consultar en la biblioteca de la escuela o pedir en
préstamo. Es importante que se acostumbre a trabajar con libros y
que maneje con soltura los datos que ellos le brindan. En el Módu-
lo 3, bajo el título “Los Libros” podrá consultar y revisar el para-
texto. Es decir, toda la información que rodea al texto narrativo.

Le mostramos cómo tiene que pedir formalmente un texto en una biblioteca, para que el bibliotecario
sepa exactamente qué libro tiene que entregarle. Los datos deben escribirse en el siguiente orden:

Echeverría, Esteban El matadero Buenos Aires Losada 1996

autor obra lugar de edición editorial fecha

Esta formulación denominada cita bibliográfica se debe mantener para pedir cualquier libro, ya sea
de historia, geografía, matemática, etc. Y también se usará cuando usted haga un trabajo escrito y
tenga que aclarar qué libros utilizó como fuente de información. En ese caso, citará cada libro al fi-
nal de su trabajo, bajo el subtítulo: Bibliografía.

La tapa y la contratapa de un
libro contienen los primeros
datos que el lector necesita
saber para interesarse por su
contenido.

La portada y el índice también


son parte del paratexto y or-
ganizan la lectura.
Expresar y representar
Otras formas de los textos literarios

H emos dicho que la imaginación es una cualidad propia de los


textos literarios y que las historias que imaginan los autores son
textos de ficción que pertenecen al discurso narrativo, porque en
ellas se cuentan hechos.

Más adelante, en este mismo módulo, y también en el Libro 6 de Li-


teratura, usted podrá trabajar con otro tipo de textos literarios y ob-
servará que algunos de ellos no son predominantemente narrativos.

Éste es el caso de los poemas y de las obras de teatro.


• en los primeros es importante reconocer cómo el poeta expresa
sus emociones y sensaciones, cómo combina palabras y crea
hermosas imágenes que movilizan al lector;
• las segundas, son historias creadas por el autor con el fin de
ser representadas por actores en un escenario, y ante el público.

Antes de entrar en acción (representar), los actores leyeron y ensayaron el texto de sus
personajes, es decir la obra de teatro escrita por el autor. Las obras de teatro se denomi-
nan dramáticas, porque drama quiere decir representación.

28
Poema

Confundidos
s
cuerpos y labio
ería
yo no me atrev
mbra:
a decir en la so
mía.
Esta boca es la

tia.
eta mexicano Xavier Villaurru Los poemas se denominan textos líricos, ya que cuando
Del po los hombres empezaron a crear versos para expresar sus
emociones, acompañaban sus palabras con un instru-
mento musical de cuerdas llamado lira.

En estos tipos de textos literarios lo más importante ya no es con-


tar hechos, son:

• textos literarios líricos: expresar;


• textos literarios dramáticos: representar.

29
Texto literario y contexto

S i bien usted ya ha trabajado con otras posibilidades del texto li-


terario, hasta ahora sólo profundizó, a través de las actividades, el
análisis de textos narrativos literarios.

Observó cómo se cuentan acciones, la estructura de introducción,


nudo y desenlace. Reconoció temas principales y secundarios, na-
rradores y personajes.

Es decir que usted conoce los instrumentos necesarios para analizar


cuentos y novelas, y también para analizar fábulas, leyendas, etcétera.

Actividad Nº15
a Lea el texto completo de El matadero de Esteban Echeverría.

b Lea los textos de apoyo que se presentan a continuación, que


le facilitarán la comprensión de la obra literaria.

El romanticismo en la literatura del Río de la Plata


El movimiento romántico fue una de las más fecundas revo-
luciones estéticas. En la América hispana de principios del si-
glo XIX, este cambio en el modo de pensar y de escribir no
sólo apuntó a la transformación literaria, sino también a la
transformación política. Para esa época, los territorios ameri-
canos ya habían decretado su independencia de España, y esa
separación exigió, además, la independencia cultural. Algu-
nos jóvenes literatos ven en Francia una nueva guía intelec-
tual y artística. El romanticismo se originó en Europa y pro-
puso la libertad creadora y la rebelión frente a las normas de
composición literaria. La pasión es, en los textos literarios ro-
mánticos, más importante que la razón. El escritor romántico
manifiesta, mediante su obra, sus conflictos con el mundo
real y su interés por la naturaleza y los temas populares. Es-
tas nuevas ideas llegaron a América de la mano de hombres
como Esteban Echeverría, el autor de El matadero.

30
El movimiento romántico tuvo una primera manifestación en
el Río de la Plata entre los años 1830 y 1860. Esteban Eche-
verría viajó a Francia en 1825 a los veinte años, para ampliar
sus estudios. Allí conoció las cualidades de este nuevo modo
de pensar y escribir. La obra El matadero presenta muchos
rasgos románticos. Algunos de ellos son: a) interés por los
personajes del pueblo; b) descripción de un ambiente típica-
mente popular y americano; c) la pasión que caracteriza las
acciones de esos personajes; d) la pasión que acompaña las
opiniones del narrador.
El romanticismo coincidió en la Argentina con las incesantes
luchas de la época de Juan Manuel de Rosas, y los escritores
de este período eligieron la literatura para expresar sus ideas
adversas a la forma de gobierno, y reflexivas sobre el destino
del país que se estaba formando. Por su elevado tono crítico
El matadero se publicó mucho más tarde de que fuera com-
puesto: en 1874.

c Responda las preguntas.


¿Dónde se origina el movimiento romántico y con qué objetivos?
¿Por qué El matadero es considerada una obra romántica?

Si usted sólo hubiera leído la obra literaria El matadero, sin saber


cuándo fue publicada, con qué propósito, cuáles eran las ideas del
autor, muchas cualidades de la obra se habrían perdido o, incluso, la
obra en sí misma le resultaría poco atractiva, confusa y hasta inútil.

Nunca se debe pasar por alto que una obra literaria -perteneciente
a la esfera del arte, y por lo tanto libre y creativa- tiene una íntima
relación con el lugar y el tiempo en que fue elaborada por su autor.
Con las preocupaciones cotidianas de la gente que convivió o co-
noció a ese autor, y también con los problemas económicos y polí-
ticos, con todas las inquietudes de esa sociedad. Recordemos ade-
más que esa sociedad contemporánea constituye la comunidad de
lectores que aceptará o no la obra, admirará o no a su autor y, fi-
nalmente, manifestará su acuerdo con él o lo criticará sobre la ba-
se de diferentes ideas y fundamentos.

31
Es imprescindible para su estudio y para la comprensión profunda
de los textos literarios que usted conozca el contexto de la obra,
que -cómo ya dijimos- incluirá los datos culturales, económicos,
políticos e históricos que rodean a la obra, a su autor y a sus lecto-
res. En términos más cotidianos podemos denominar al contexto:
el espíritu de la época.

Piense, por ejemplo, en un ciudadano del Uruguay que durante el


año 2345 quiere leer un cuento escrito por usted. ¡Cuánto se perde-
rá de la obra!, cuántas cosas no podrá estudiar o comprender si no in-
vestiga sobre el contexto en que fue escrito y publicado su cuento.

Otro ejemplo ideal para reflexionar sobre la necesidad de conocer


el contexto es La galera.

Actividad Nº16
Responda a las siguientes preguntas:

a ¿Qué datos necesitó obtener para facilitar su comprensión


lectora del cuento La galera?

b ¿Cómo y dónde obtuvo esos datos (profesores, libros, biblio-


teca, módulos, etc.)?

El quehacer literario trabaja constantemente con otros libros y con


otras fuentes de datos. En este sentido, el área Ciencias Sociales es
especialmente útil para obtener información. A su vez, las obras li-
terarias le aportarán claridad sobre los procesos históricos y socia-
les que usted estudie en esa materia, porque le mostrarán de una
manera “viva” cómo se desenvolvían y cómo pensaban los hom-
bres de una época determinada.

32
La literatura: una forma de conocer

Ahora que ya ha leído El matadero ¿se imagina algunos aspectos de


la ciudad de Buenos Aires y su gente durante la década de 1830?
¿Imagina cómo se vestían, cómo vivían y actuaban los hombres de
los dos grupos de ideas políticas opuestas? Seguramente usted cuen-
ta con una mirada sobre la problemática política de la época. Y deci-
mos una mirada, ya que no debe olvidar que esa concepción sobre la
zona del matadero porteño y su gente es el punto de vista del autor
(Esteban Echeverría) con el que puede estar de acuerdo o no.

De este modo, usted, como lector, puede apreciar su obra o criticar-


la. Sin embargo, puede afirmarse que la lectura de este texto litera-
rio es una forma más de conocer: costumbres, lugares, personas,
ideas, sentimientos, oficios, y mucho más.

El matadero se denominaba de la Convalecencia, por estar cerca de un hospital que


llevaba ese nombre, y también era conocido como del Alto, porque así se llamaba la
zona que actualmente forma el barrio de Constitución en Buenos Aires.

Actividad Nº17
a Haga un resumen breve con fechas y eventos importantes acer-
ca del primero y segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas.
Incluya en él datos sobre los aspectos sociales y culturales de la
época. Puede consultar el Módulo 4 de Ciencias Sociales. Revise
su producción antes de presentarla a su docente.

La indagación llevada a cabo para confeccionar el resumen le


servirá para comprender cómo era la sociedad en la que vivió
el autor Esteban Echeverría.

33
Actividad Nº18
Escriba un texto literario que pertenezca al discurso narrati-
vo. Más precisamente un cuento. Para ello considere las cos-
tumbres, paisajes, ideas y otros datos del lugar donde vive.

Primero organice en su mente lo que va a contar:


• Ubique el cuento en un lugar y en una época.
• Imagine situaciones y acciones entre dos o tres personajes
(recuerde, por ejemplo, de dónde sacaba sus personajes el
autor Héctor Tizón).
• Tómese su tiempo. Las ideas pueden surgir mientras trabaja,
viaja, o conversa o le cuentan algo.

En segundo lugar, realice un plan textual en una hoja aparte:


Héctor Tizón, el autor de Ciego • Piense cuál será su tema principal.
en la resolana nació en 1929 y
desde Yala, en su provincia de • Imagine una escena y enuncie una oración para introduc-
Jujuy, escribe apasionantes ción, otra para nudo y otra para desenlace.
historias. Fue boxeador, diplo-
mático y escritor por encargo.
• Cuando todo eso esté claro y usted tenga un cuadro que lo
Hoy es juez de la Corte Supre- guíe, empiece a escribir.
ma de Jujuy.
• Por último, corrija su cuento (ortografía y redacción) y páselo
en limpio para entregarlo a su docente. Sería muy bueno que,
además, se lo muestre a su familia o a sus amigos.

Diferencias entre cuento y novela

El texto literario que usted acaba de escribir, así como La galera de


Mujica Lainez o Ciego en la resolana de Héctor Tizón son cuentos
porque narran hechos. Pero además porque, básicamente, tienen
una sola complicación fundamental y una resolución, presentan
pocos personajes y se trata de narraciones cortas.

Al leer El matadero de Esteban Echeverría nos enfrentamos a una


complejidad mayor. La narración es mucho más extensa y se dan más
episodios narrativos con sus complicaciones y resoluciones. Pense-
mos, por ejemplo, en el episodio del degüello del niño, en la veda de
carne en la ciudad de Buenos Aires, o en el episodio del gringo.
34
Más información, y más complicaciones, suponen más personajes.
Por esta razón vemos en El matadero la estructura de una obra litera-
ria que se acerca a la novela, y aunque afirmemos que esta obra de
Echeverría es un cuento evolucionado y extenso, tenemos que aclarar
que tiene coincidencias con textos que veremos en este libro y que se
denominan novelas.

A diferencia de un cuento, una novela presenta un número mayor


de personajes, narraciones accesorias que se desarrollan paralela-
mente a la narración principal, y una división en capítulos debido
a su extensión narrativa, notablemente superior a la de un cuento.

En este mismo Módulo, usted comprobará estas diferencias al leer


y analizar la novela Sin rumbo del autor Eugenio Cambaceres.

Actividad Nº19
Ordene la siguiente secuencia narrativa de El matadero.

• Una copiosa lluvia anega los caminos y el ganado no puede


ingresar al matadero.
• Matanza de animales.
• Degüello del niño.
• Violencia de los federales y muerte del unitario.
• El gobernador Juan Manuel de Rosas exige que se lleve ga-
nado al matadero para sustento de la población.
• Discusión sobre la apariencia -toro o novillo- de un animal.
• Apresamiento del unitario.

35
Actividad Nº20
En el texto El matadero se dan muchas oposiciones entre dos
grupos que tienen costumbres y opiniones diferentes. Colo-
que todas las características que se establecen a continuación,
en dos grupos enemigos.

• "Los abastecedores, por otra parte, buenos federales, y por lo


mismo, buenos católicos…"

• "Era éste un joven como de veinticinco años, de gallarda y bien


apuesta persona…"

• "Los libertinos, los incrédulos, es decir, los unitarios…"

• "¿No le ven la patilla en forma de U? No trae divisa en el fraque


ni luto en el sombrero."

• "Una comisión de carniceros [ofreció] su adhesión ilimitada al


Restaurador y su odio entrañable a los salvajes unitarios…"

• "Formaban […] el más grotesco y sobresaliente grupo, varios pia-


ladores y enlazadores […], la cabeza cubierta con un pañuelo
punzó y chaleco y chiripá colorado…"

Actividad Nº21
a ¿Cómo le relataría a un amigo el argumento de El matadero?

b Haga una versión escrita.

36
Te cuento el argumento: un hombre que vive en
la selva es picado por una víbora yacaracusú. Toma una canoa para ir hasta el
Entonces, se dirige primero a su casa y le pide pueblo de Tacurú Pucú.
ayuda a su mujer, pero se da cuenta de Todo va de mal en peor y
que su estado empeora. finalmente muere en su canoa
sin llegar a destino.

¿ Y entonces...?

En las conversaciones cotidianas, en las pelícu-


las, en los diarios, al contar anécdotas o histo-
rias transmitimos su argumento.
99 • SUR • Es
pectáculos • 15
viem bre de 19
omingo 21 de no Le presentamos dos argumentos a manera de
ejemplo: el del cuento A la deriva, de Horacio
Quiroga, y el de la película El pasado negro.

E S E Nn P pA N T At LaLl Al a
N O V E D A D s e a n
Novedade

••• El pasado negro


a, la pro-
pe lícula El pa sado negro, Lucí
En la . Cada día
go nista, es tá in felizmente casada
ta e la entris-
ella una rutina qu
representa para la calle con
se encuentra en
tece. Pero un día partir de allí
no vio de su adolescencia. A
un cuperan la
den y ambos re
las citas se suce do antes.
que habían vivi
historia común cía, empie-
e, el marido de Lu
Hasta que Cosm esarle su pa-
a so sp ec ha r y ella debe conf
za discusión,
o de una terrible
sado negro. Lueg
rarse de Cosme.
Lucía decide sepa

37
La opinión del autor
en los textos literarios

E l mundo imaginario que un autor crea en una obra literaria se


relaciona con determinadas condiciones individuales (sus ideas, su
concepción del arte literario) y también sociales (el contexto).

Sólo a partir de la combinación de estas informaciones sobre el au-


tor y el espíritu de su época, podemos tener una abarcativa com-
prensión del texto literario para luego poder sacar nuestras propias
conclusiones como lectores.

ideología: conjunto de A estas variables que debemos tener en cuenta debemos sumarle
ideas que caracteriza el otra que funciona como una especie de puente o nexo entre la in-
pensamiento de una per-
sona, colectividad o época, dividualidad del autor y lo que ocurre en su época, pues esta nue-
de un movimiento cultural, va variable teñirá de ideología la obra literaria.
religioso o político.

La llamaremos, para comprenderla de una manera sencilla, inten-


ción del autor. Con este concepto pretendemos indagar el por qué
de una obra literaria, con qué función fue concebida por su autor,
para qué pensó él que podía servir darla a conocer a la sociedad, ya
sea publicándola o haciéndola circular para que todos la lean.

Siempre se debe tener cierto reparo al hablar de la intención del au-


tor, porque como la literatura forma parte del arte, en muchos casos
el autor no controla racionalmente la totalidad de su obra, que está
guiada por sus emociones y sus deseos más profundos, imposibles de
ser ordenados racionalmente. El lirismo y la belleza de las obras lite-
rarias nace, generalmente, de ese “derroche” de sueños y fantasía.

Estando prevenidos sobre este tema, podemos utilizar el concepto


de intención del autor para analizar la función que cumplió una
obra en su momento histórico de aparición. Por ejemplo, si obser-
vamos el cuento El ciego en la resolana de Héctor Tizón, se puede
afirmar que actualmente esa obra funciona para dar placer a sus
lectores, para hacerlos soñar con un paisaje, unos personajes y una
historia simple pero perfectamente desarrollada, para entretener o
para transmitir el placer de contar.

38
En cambio, si observamos El matadero de Esteban Echeverría, se
puede identificar la abierta crítica que el narrador de este extenso
cuento vuelca sobre diversos temas, instituciones y personajes.

Le proponemos realizar una actividad, mediante la cual usted descu-


brirá la intención crítica y de denuncia que ejerció El matadero direc-
tamente sobre el régimen existente en la época en la que fue escrito,
el gobierno de Rosas (1820-1853). Tal vez por eso, su autor decidió
no publicarlo en vida.

Cuando descubrimos frases, oraciones o párrafos de un texto que


presentan la intención de establecer una opinión, decimos que se
está evaluando y llamamos a este procedimiento evaluación.

Actividad Nº22
a Identifique en el texto literario El matadero las partes en las que
el narrador expresa su evaluación de los hechos. Si el libro es
suyo márquelo con lápiz. Si lo pidió en la biblioteca de su escue-
la o alguien se lo prestó, tome apuntes en una hoja aparte.

b A continuación sintetice la opinión del narrador sobre estos temas:

Iglesia, Federales, Rosas, Justicia, Chusma, Unitarios.

Otra función de la
literatura: modificar la realidad

Hemos comentado conceptos acerca de la libertad y la propuesta


imaginaria que nos ofrece la literatura, pero hasta ahora no habla-
mos de la intención transformadora que puede asumir un autor a
través de sus obras.

Un texto literario es leído por muchas personas, y como sucede con


todas las ramas del arte, incide directamente en sus ideas y sus

39
emociones. Desde ese lugar, la literatura puede transformar mu-
chas cosas, empezando por modificar las ideas o los sentimientos
que las personas tienen sobre determinadas cosas del mundo real.

una mirada desde la alcantarilla


puede ser una visión del mundo

la rebelión consiste en mirar una rosa


hasta pulverizarse los ojos

Alejandra Pizarnik

Actividad Nº23
Marque con una cruz el tipo de narrador de la obra El matadero.

Un personaje que participa de la acción y dialoga con otros personaje.


(En primera persona.)

Un narrador externo que lo sabe todo.


(Narrador en tercera persona omnisciente.)

Un narrador que es testigo de todas las acciones, pero que no participa de ellas.
(Narrador en primera persona testigo.)

El personaje Matasiete.
(Narrador en primera persona.)

Cuando un narrador se expresa a través de la primera persona de-


cimos que se acerca a un punto máximo de fusión con su autor. Ca-
si como si el autor se disfrazara de ese narrador, que él inventó y al
que pone a contar. Pero, además, si ese narrador en primera perso-
na emite muchas evaluaciones sobre lo que está contando, puede
estar expresando directamente la opinión del autor.

40
En El matadero, podemos decir que su autor Esteban Echeverría in-
venta un narrador que cuenta una historia de ficción (la obra lite-
raria) para criticar los acontecimientos reales de su época.

Observe a través del siguiente gráfico el “ida y vuelta” que puede produ-
cirse entre el mundo real y el mundo imaginario de las obras literarias.

MUNDO REAL
• Sociedad de la década de 1830
• Gobierno de Rosas
• Autor Esteban Echeverría M U N D O I M AG I N A R I O
• El narrador
• La narración de los episodios
de El matadero
• Difusión de la obra literaria
El matadero
• Crítica del régimen rosista
MUNDO REAL

Los escritores que se oponían al régimen de gobierno de Rosas fueron perseguidos por los fe-
derales, y muchos de ellos tuvieron que huir. En general, lo hicieron hacia Montevideo, cruzan-
do el río por la noche. Desde allí continuaron escribiendo contra el gobierno de Buenos Aires.

El descenso de los pasajeros de los barcos que


llegaban al puerto de Buenos Aires era muy
dificultoso y se hacía con grandes carretones.

41
Actividad Nº24
Como la información que tiene sobre la obra literaria El mata-
dero y su contexto ha aumentado notablemente, usted está en
condiciones de reflexionar sobre ella y emitir una opinión.

Relea el texto. Explique por qué no pudo ser publicado El mata-


dero inmediatamente después de que su autor lo escribió.
Escriba su respuesta.

Actividad Nº25
Elija y una con flechas el término literatura a las afirmacio-
nes con las que usted está de acuerdo y tache las otras opcio-
nes. El resultado será su opinión.

Los textos literarios son una forma que tenemos las


personas para expresar todo lo que llevamos dentro.

Los textos literarios son creaciones más o menos


inútiles que podríamos no conocer.
Literatura
Muchos mundos pueden ser revelados por las palabras.

Arte que emplea como instrumento la palabra

Entretenimiento, diversión y conocimiento.

42
El poema narrativo

L e proponemos ahora leer una obra difícil de clasificar porque


tiene características del discurso narrativo, pero también del texto
literario lírico. El Martín Fierro de José Hernández, obra considera-
da como una de las más importantes de la literatura nacional.

Tenga en cuenta para su apreciación y su comprensión los datos


contextuales que a continuación le daremos.

"Cielito, cielo que sí,


guárdense su chocolate.
Acá somos todos indios,
y sólo tomamos mate."

Cielito compuesto por el iniciador de la poesía gauchesca


en el Río de la Plata, Bartolomé Hidalgo.

Martín Fierro es considerada la obra cumbre de la literatura gau-


chesca. Así se denominan las obras literarias que se compusieron a
ambos lados del Río de la Plata, tanto en la Argentina como en el
Uruguay, durante todo el siglo XIX. Inicialmente fueron hechas en
verso, luego algunas de ellas en prosa.

Podemos resumir muchas de sus características en dos leyes bási-


cas que las obras deben respetar para ser consideradas gauchescas:

• presencia del gaucho como personaje protagónico;


• presencia de la lengua gaucha, con sus modificaciones de pronun-
ciación, creación de palabras, barbarismos, etc., que reproducen
el habla del gaucho.

43
José Hernández vivió durante su infancia en la estancia donde trabajaba su
padre y se crió entre hombres de campo, a los que aprendió a conocer y valo-
rar. Fue testigo de las injusticias a que eran sometidos los gauchos por las le-
yes implementadas desde los sucesivos gobiernos liberales. El modo de vida
del gaucho, libre, lejos de la organización de las ciudades y sin trabajo fijo no
se adecuaba a las prioridades de organización y control que quería imponer el
gobierno nacional. Por eso fueron perseguidos, enviados a la frontera para lu-
char contra los indios, casi hasta ser exterminados.

Las obras de la literatura gauchesca, y por supuesto el Martín Fie-


rro, presentan muchos rasgos de la literatura del romanticismo tal
como usted lo conoció en este mismo Módulo. Por lo tanto volve-
rá a encontrar:

• interés del narrador por los personajes del pueblo y sus costumbres;
• interés por la descripción del paisaje americano;
• predominio de la pasión sobre la razón;
• una obra literaria que ingresa en el debate político de la época.

La obra de José Hernández está organizada en dos partes, El gaucho


Martín Fierro (compuesta en el año 1872) y La vuelta de Martín Fie-
rro (compuesta en 1879). Con el correr del tiempo y a medida que el
texto se hizo famoso pasaron a identificarse como La ida y La vuelta.
Usted observará que estas denominaciones sintéticas se relacionan
con el argumento de la obra y los desplazamientos del protagonista.

Entre ambas partes, transcurrieron siete años, en los que José Hernán-
dez cambió algunas de sus antiguas ideas a causa de acontecimientos
políticos y sociales que se dieron en Buenos Aires y principalmente
44
en las provincias del litoral. Esas modificaciones incidieron en la
composición de La vuelta de Martín Fierro. Las dos partes de la obra
manifiestan claramente las diferencias ideológicas de su autor.

El Martín Fierro fue un éxito absoluto entre el paisanaje porque era un libro vivo, que refle-
jaba y denunciaba lo que ocurría con los gauchos verdaderos. Se vendía en las pulperías y
se leía en público, ante mucha gente que no estaba alfabetizada.

Al leer la obra deberá tener en cuenta la figura del gaucho paya-


dor, pues el narrador de esta obra lleva adelante todos los episodios
narrativos a través de sus versos.

Para aclarar este cruce entre lo narrativo (contar) y lo lírico (expre-


sar), organizaremos los siguientes datos:

• El payador canta acompañado por su guitarra y por lo tanto


necesita formular versos que respondan a una métrica (la
cantidad de sílabas) exacta.
• El payador (narrador de esta obra) no se dedicará sólo a expresar
emociones, sino que se dedicará sobre todo a narrar.

Por estas características consideramos Martín Fierro como un poema


muy especial, ya que es sumamente extenso, está dividido en capítu-
los que se llaman cantos, y narra. Se denomina: poema narrativo.

Analizaremos al narrador y todas las cualidades del texto narrati-


vo literario.
45
Actividad Nº26
Antes de comenzar la lectura realice un informe con los datos
históricos más importantes del período que va desde 1862 a
1880. Puede consultar el Módulo 4 de Ciencias Sociales, don-
de se desarrolla extensamente todo el período señalado.
Para orientarse observe la siguiente línea de tiempo:

Actividad Nº27
a Busque la obra Martín Fierro, de José Hernández, en la biblioteca
de su escuela o en una biblioteca pública y léalo por su cuenta.

b Realice una síntesis de su argumento para entregar a su pro-


fesor. Recuerde que no deberán faltar los episodios narrativos
fundamentales para que la acción se desarrolle.

46
Actividad Nº28
a Haga un cuadro y asigne a cada parte de la obra Martín Fie-
rro (La ida o La vuelta), las características que las diferencian:

• Protesta por las injusticias que soporta Martín Fierro.


• Inclusión del gaucho en el orden de la civilización.
• Defensa de las costumbres y modo de vida del gaucho.
• Vida sedentaria.
• Alzamiento del gaucho contra la autoridad.
• Sometimiento del gaucho al orden y a las leyes de las autoridades.
• Aventura y acumulación de experiencias.
• Reflexión y consejos por la experiencia adquirida.
• Crítica a algunas costumbres del gaucho, cambio de hábitos.
• Vida nómada del gaucho.

b Compare los rasgos de cada parte de la obra. Redacte una


conclusión que establezca por qué las ideas de Martín Fierro
se transformaron.

Actividad Nº29
Resuelva el siguiente cuestionario de análisis.

a ¿En qué persona se expresa generalmente, no siempre, el na-


rrador de la obra?

b ¿Qué complicaciones ha experimentado el protagonista du-


rante La ida? ¿Cuáles fueron las resoluciones?

c ¿Qué episodio narrativo de La ida encontrará su resolución


durante La vuelta?

d ¿Cuál es el tema principal de la obra?

e ¿Cómo es el gaucho Martín Fierro? Descríbalo.

47
Actividad Nº30
Elija una de las siguientes afirmaciones para elaborar un tex-
to donde se refleje su opinión:

• Durante el siglo XIX el gaucho fue víctima de grandes injusticias.


• Durante el siglo XIX el gaucho debió mudar sus costumbres para
adaptarse a las reglas de una sociedad que se transformaba.

Para redactar su fundamentación, tenga en cuenta la infor-


mación contenida en las obras literarias y emplee sus conoci-
mientos de Ciencias Sociales. Establezca una conclusión.

48
La novela

E l primer contacto con la lectura y comprensión de las obras li-


terarias que se abordaron en este módulo se produjo desde el discur-
so narrativo, ya que el contar historias es una práctica de nuestra vi-
da cotidiana. Poco a poco se fueron incorporando categorías de aná-
lisis como el reconocimiento de la estructura, el narrador, personajes
y temas; y hasta opinión y evaluación cuando los textos demostraron
ser, en su contexto, activas herramientas de actuación social.

Como usted ya conoce las herramientas de análisis del discurso na-


rrativo literario, le proponemos en esta sección la lectura de una no-
vela. Comentaremos las particularidades de este tipo de narración y
trabajaremos su análisis en relación con su contexto de aparición.

Le proponemos la lectura de la obra Sin rumbo de Eugenio Camba-


ceres, que usted podrá solicitar en la biblioteca de su escuela o en
una biblioteca pública. Esta obra es una novela porque reúne las
siguientes cualidades:

• está compuesta en prosa;


• narra episodios de acción entre personajes;
• posee una estructura de introducción, nudo y desenlace;
• está dividida en capítulos;
• es extensa (más extensa y compleja que un cuento);
• presenta una complicación fundamental con su resolución,
pero simultáneamente varias complicaciones accesorias con
sus respectivos desenlaces.
• intervienen más personajes;
• crea un “mundo imaginario” que puede desarrollarse en
un mayor número de lugares y en diferentes tiempos.

A diferencia de lo que ocurre con un cuento, a usted le llevará un


tiempo completar la lectura de Sin rumbo, por eso será convenien-
te que antes de emprenderla conozca los datos contextuales que le
ofrecemos, a fin de aprovechar más los contenidos que la ficción le
brinda. Luego sí, lea la novela como una obra literaria, es decir in-
gresando a la ficción y disfrutándola. Cuando haya terminado, po-
drá comenzar a reflexionar sobre ella, a través de las actividades.

49
Eugenio Cambáceres (1843 -1888) perteneció a una clase social sin problemas
económicos. Mente lúcida y espíritu sensible, cultivó -como muchos de su épo-
ca- un desencanto cínico: descreía de las bondades ilimitadas del progreso y de la
pujante economía de 1880, observaba con meticulosidad las diferencias sociales
que generaba el proyecto liberal en la Argentina y afirmaba mediante su hiriente
humor de aristócrata que en la sociedad nada estaba tan ordenado como parecía.

La literatura y la sociedad

Ya habrá tenido oportunidad de observar que muchas de las obras


literarias propuestas en este módulo van siguiendo los pasos de la
formación del Estado Nacional Argentino. Afirmamos esto, ya que
se comprueba en la lectura y el análisis que la función de la litera-
tura argentina, en estos casos, está absolutamente ligada al devenir
del país, y “dialoga” con los proyectos de nación que se proponen
desde algunos sectores. Por ejemplo:

• en El matadero se critica el gobierno de Juan Manuel de Rosas;


• en Martín Fierro se denuncia el cumplimiento del proyecto
sarmientino y sus consecuentes injusticias sobre los gauchos.

Esta literatura toma de la realidad datos crudos, sumamente pro-


blemáticos para su época e “inventa” ficciones que luchan con las
ideas sociales y políticas de sus sociedades contemporáneas. A no-
sotros, lectores de fines del siglo XX, nos deja la posibilidad de re-
construir en la lectura la efervescencia de nuestro pasado.

Si hasta aquí hemos analizado la línea: Esteban Echeverría, El ma-


tadero; José Hernández, Martín Fierro, que va desde el gobierno de
Rosas hasta fines del siglo XIX, le proponemos ahora una obra que,
escrita en 1882, pone en juego un nuevo conjunto de transformacio-
nes, pues su contexto es la Argentina pacificada de la década del 80,

50
aquella que bajo el lema “paz y administración” del general J. A. Ro-
ca unifica el territorio nacional, aboliendo sus fronteras interiores,
decretando el terrible exterminio del indio y llevando a cabo el pro-
yecto del pensamiento liberal.

En 1876, el presidente Nicolás Avellaneda impulsó mediante una ley que creaba consulados la inmigración que habían apoyado desde
1853 Urquiza, Alberdi y Sarmiento. Se organizaba un país que no contaba, lamentablemente, con los gauchos y los indios.

Aquí se observa a los repre-


sentantes de la clase que go-
bernaba al país. Entre ellos, el
segundo de la derecha es el
presidente Julio A. Roca.

51
La generación del 80

A esta nueva Argentina llegan los capitales extranjeros y los


inmigrantes, pero su costo es socialmente muy alto y quedan
relegados frente al progreso económico y científico los ciuda-
danos nativos del país. Buenos Aires dirige los destinos del
país entero; y culturalmente un grupo de hombres letrados,
(abogados, médicos u hombres de carrera militar), con sus
ojos puestos en las modas europeas, se dedican a escribir. Son
los hombres de la generación del 80. Su práctica literaria es
un pasatiempo, un buceo en la nostalgia de la infancia, y en
una Buenos Aires que se transformó en una de las capitales
del mundo. Miguel Cané, Eduardo Wilde, Lucio V. Mansilla
son algunos de estos autores, que eligieron el realismo para
comunicarse con su época y su sociedad.

Bolsa de Comercio
La ciencia es la fe de la época y las creencias religiosas
son desplazadas por una sociedad que cree alcanzar su
bienestar a través del dinero; el progreso de cada indivi-
duo dependerá de su trabajo. La ambición, la falta de soli-
daridad y la especulación fueron parte de la época y la li-
teratura retrató esos cambios, a través de obras como La
Bolsa de Julián Martel.

52
El realismo

La forma de representar literariamente este paisaje dominado por


la ambición de bienes materiales fue el realismo, que pintará la so-
ciedad y sus costumbres de la manera más idéntica posible al deve-
nir de la vida misma; las obras realistas que produjo la generación
del 80 fueron básicamente narrativas, mientras la poesía (obra im-
productiva según la mirada de estos escritores) no encontraba fun-
ción en una sociedad donde su clase alta se dedicaba al ocio, los
placeres, la moda y el dinero.

A los escritores realistas les interesó:

• observar y describir las personas y escenas que los rodeaban


(ideas, hombres, costumbres, cosas, problemas);

• utilizar sus obras con funciones extraliterarias, es decir como


un bien útil para la reflexión o para aprender; así desterraron
todo rasgo fantástico o poético;

• evitar la pasión, sus personajes accionan de acuerdo a sentimien-


tos medidos y un predominio de la racionalidad.

Actividad Nº31
Lea la novela Sin rumbo de Eugenio Cambaceres.

En el siguiente cuadro aparecen algunas complicaciones que se


presentan en la vida de Andrés, el protagonista, y algunas resolu-
ciones. Complete con los datos adecuados los espacios vacíos.

53
complicación resolución

Andrés se aburre.

Donata va a tener un hijo.

Andrés conoce a Marietta.

Andrés regresa al campo.

Andrea comienza a vivir con su padre

Suicidio de Andrés.

El naturalismo de Sin rumbo

Las cualidades del realismo se exacerbaron cuando las novelas em-


pezaron a verse como el campo de experimentación de las ideas, y
sus desenlaces como una especie de comprobación científica de
determinada hipótesis inicial.

Esto significa que algunas obras y sobre todo las de Eugenio Cambace-
res, influenciadas por la fe ciega que se tenía en la ciencia, copiaron
una forma de escribir que se denominó “novela de tesis”, y que fuera
introducida y practicada por un escritor francés llamado Emilio Zola.

Este tipo de escritura era una prolongación exaltada del realismo y


como su nombre -naturalismo- lo indica introdujo el método cien-
tífico en la creación artística. De este modo una novela de tesis
planteaba un conflicto inicial, experimentaba sobre sus posibles
consecuencias y elaboraba una conclusión. Su objetivo era corre-
gir algún vicio o error de la sociedad. La novela Sin rumbo de 1885
es un ejemplo de novela de tesis.

54
Actividad Nº32
Relacione el título de la obra con su contenido. Sobre la base
de su lectura, una con flechas las posibilidades entre título y
contenido que le damos a continuación.

El mundo ha perdido sentido.

El protagonista tiene fe, y el resto de la sociedad, no.

El protagonista es un insatisfecho.

La gente tiene malas intenciones.


Sin rumbo
Andrés no encuentra salida a su situación.

Donata rechaza a Andrés, porque ella es egoísta.

El nacimiento de Andrea alegra a Andrés.

La sociedad se volvió materialista, egoísta


y los hombres no creen en nada.

55
Actividad Nº33
Responda a las siguientes preguntas:

a ¿A qué género literario pertenece la obra? ¿Por qué?


¿Por qué afirmamos que Sin Rumbo es una novela?

b ¿Cómo es el personaje Andrés? Descríbalo.


¿Cuál es el tema principal de la novela?
¿Cuáles son los temas secundarios?

c Realice una síntesis del argumento.


Identifique el desenlace de la novela.
¿Que episodios narrativos incluye?

d Piense otro desenlace posible. Escríbalo y preséntelo a su profesor.

56
El texto lírico

A hora analizará las obras literarias que no se especializan en con-


tar, sino en expresar sensaciones y sentimientos, que pertenecen
profundamente a la sensibilidad del hombre o de la mujer, y que
un autor (al que llamaremos poeta) se encarga de volcar en su es-
critura. Percibirá la diferencia entre un texto narrativo y un texto
lírico, porque en este último observará una estructura nueva, de-
terminada por la presencia del verso y la imagen poética.

"…la actividad poética, en virtud de su carácter creativo,


posee una inspiración sobrenatural o confiere al autor
una cualidad casi divina…"

Definición de poesía del crítico literario Jaime Rest

La poesía
extraña
lo que hay
delante.

Poema de Alberto Muñoz

57
Actividad Nº34
Lea el siguiente poema. Luego resuelva los puntos que le pre-
sentamos.

Cultivo una rosa blanca,


en julio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca


el corazón con que vivo
cardo ni ortiga cultivo:
cultivo una rosa blanca.

Este poema pertenece a un libro del poeta cubano


José Martí llamado Versos Sencillos

a ¿Qué diferencias encuentra con respecto al texto narrativo La


galera de Manuel Mujica Lainez? Enumérelas.

b ¿Qué es un verso? Si es necesario pregunte e investigue para


precisar el concepto.

c Señale el inicio y el fin de cada verso en el poema de José Martí.

d Además, este poema tiene dos estrofas, ¿Cuáles son? Márque-


las en el texto.

58
Todos somos capaces de expresar nuestras sensaciones y el modo
en que la realidad, las cosas del mundo y los seres nos conmue-
ven. La forma sintética, podríamos decir “concentrada” que tiene
la poesía para emocionar a sus lectores, hace que las palabras di-
gan mucho más que sus simples definiciones de diccionario, y que
el hecho de combinarlas de maneras especiales, relacionadas con
la interioridad de cada persona, despierte placer (y una identifica-
ción de sensaciones) en el lector.

Entre sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas


dotado de corazón singular y sueños funestos,
precipitadamente pálido, marchito en la frente
y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
ay, para cada agua invisible que bebo soñolientamente
y de todo sonido que acojo temblando,
tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría,
un oído que nace, una angustia indirecta,
como si llegaran ladrones o fantasmas,
y en una cáscara de extensión fija y profunda,
como un camarero humillado, como una campana un poco ronca,
como un espejo viejo, como un olor de casa sola
en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios,
y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores,
-posiblemente de otro modo aún menos melancólico-,
pero, la verdad, de pronto, el viento que azota mi pecho,
las noches de sustancia infinita caídas en mi dormitorio,
el ruido de un día que arde con sacrificio
me piden lo profético que hay en mí, con melancolía,
y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos
ay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso.

Arte poética . Poema del poeta chileno Pablo Neruda ¡Cuántas comparaciones
con el mundo se hacen para reflejar lo que ocurre en el alma!

59
Hacer versos, crear imágenes que nacen de la realidad y de la fan-
tasía son una forma de arte muy antigua, que se inició -tal vez-
con las primeras preguntas del hombre sobre aquellos fenómenos
naturales que no alcanzaba a comprender desde su razonamiento.

Pues cómo se explicaría, en la Antigüedad, cuando aún el hombre


no había desarrollado la física ni la astronomía, qué era el sol. Si
no era, por ejemplo, con una personificación como: “el sol es un
hombre rubio con cabellos incendiarios”; o la muerte de un niño, si
no fuera con la metáfora que usa el gran poeta español Federico
García Lorca (1898-1936):

“Por el cielo va la luna


con un niño de la mano.”

La poesía es el reino de la imaginación y el campo de la libertad ex-


presiva. Un lugar donde se pueden experimentar muchas emociones
y donde se encuentra mucha sabiduría, aunque no podamos terminar
de precisar de qué manera comprendemos, ya que en la lectura de la
poesía - así como cuando escuchamos canciones - primero aparecen
nuestras emociones y luego es nuestro intelecto el que responde.

Sin embargo, en las próximas actividades aprenderá a reconocer


una serie de características propias de los textos líricos (como las
ya mencionadas y ejemplificadas: personificación y metáfora) que
le permitirán disfrutar más de la poesía y ejercitar su capacidad de
percepción estética.

60
Actividad Nº35
A continuación presentamos imágenes poéticas contenidas en
poesías de diferentes autores, o sea, frases que no describen la
realidad de una manera informativa, sino que le agregan nues-
tras impresiones de color, forma, olor, sonido, sabor, textura. En
la poesía, quien escribe participa del mundo con sus sentidos:
vista, olfato, oído, tacto y gusto, y con sus emociones.

Identifique las imágenes poéticas y clasifíquelas, según el sentido


que las originó, en visuales, auditivas, olfativas, táctiles o gustativas.

"…y la luna llena


por los cielos azulosos, infinitos y profundos, esparcía su luz blanca…"
José Asunción Silva

..............................................

"Perfuma el poleo como un alma buena.


Del monte regresan tardos leñadores."
Leopoldo Lugones

..............................................

"La princesa está triste… ¿qué tendrá la princesa?


Los suspiros se escapan de su boca de fresa…"
Rubén Darío

..............................................

"Temblabas y eras mía bajo el follaje espeso;


una errante luciérnaga alumbró nuestro beso,
al contacto furtivo de tus labios de seda…"
José Asunción Silva

..............................................

61
Actividad Nº36
A continuación trabajará con el Poema V de la obra Versos
sencillos de José Martí.

Si ves un monte de espumas


es mi verso lo que ves:
mi verso es un monte, y es
un abanico de plumas.

Mi verso es como un puñal


que por el puño echa flor:
mi verso es el surtidor
que da un agua de coral.
Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido:
José Martí (1853-1895) fue
el jefe del Partido Revolu- mi verso es un ciervo herido
cionario Cubano y militó y que busca en el monte amparo.
murió por la causa de su
nación. En 1890 dice en el
prólogo de su libro Versos Mi verso al valiente agrada:
sencillos: “Mis amigos sa-
ben cómo se me salieron mi verso, breve y sincero,
estos versos del corazón... es del vigor del acero
A veces ruge el mar, y re-
vienta la ola, en la noche
con que se funde la espada.
negra, contra las rocas del
castillo ensangrentado: a
veces susurra la abeja me-
rodeando entre las flores...” Poesía V. Este poema pertenece al libro del poeta cubano
Poeta y militar revoluciona- José Martí llamado Versos sencillos, fue escrito en 1891.
rio, esa imagen lo convirtió
en héroe nacional cubano.

a Identifique imágenes visuales (por lo menos tres).

En esta poesía le hemos señalado la presencia de una metáfora,


es decir la unión en una misma imagen de dos elementos que
pertenecen a dos campos del conocimiento y de la lengua dife-
rentes: de un lado el verso y del otro un monte. Sin embargo,
ambos forman una imagen nueva: “Mi verso es un monte” gra-
cias a la correspondencia que permite entre ambos el verbo ser.

62
b ¿Qué otras metáforas presenta esta poesía de José Martí? Em-
piece por reconocer otra metáfora en los versos de José Asun-
ción Silva, antes citados.

Anteriormente, hablamos de narrador en 1ra. persona en los


textos narrativos literarios, y acordamos que, cuando emitía
opiniones, se encontraba muy cerca del autor real. Algo similar
ocurre en el texto lírico, cuando la 1ra. persona expresa sus
conceptos e imágenes del mundo. Y lo denominamos yo lírico.
En el poema que acaba de leer el yo lírico aparece varias veces
a través del pronombre de 1ra. persona: mi.

c Relea el poema. Luego responda: ¿Qué transmite esta obra


acerca del valor de la poesía?

El contexto de un texto lírico

Una vez más, le recordamos que sólo se puede abarcar con con-
fianza y comprender en todos sus matices una obra literaria, si co-
nocemos en qué época fue producida, si sabemos quién y cómo era su
autor, si reconstruimos cuál fue la relación de éste con los conflictos
de su sociedad y con el gusto y la sensibilidad de sus lectores.

Junto a los datos que conoceremos sobre José Martí, usted descu-
brirá la sensibilidad de un tiempo (fines del siglo XIX y dos prime-
ras décadas del XX) y una forma especial de componer poesía,
pues este autor fue un precursor del Modernismo americano.

Las ciudades se transformaron vertiginosamente ante el impulso dado por el dinero,


producto de las transacciones comerciales y la producción capitalista. Nuevos materia-
les comenzaron a utilizarse en arquitectura, el hierro y el vidrio invadió las enormes
construcciones de la modernidad. La gente se sentía rara ante los cambios.

63
El materialismo, la confianza en el progreso y los avances
científicos rechazaron a aquellas personas que -mediante la
poesía- empezaron a señalar la otra cara de la modernidad:
los marginados, los explotados, y la pobreza. En Francia na-
cía el “arte por el arte” para contrarrestar el avance capitalis-
ta, y los poetas se proponían hacer un arte puro.

Actividad Nº37
Usted sabe reconocer el tema principal en los textos narrati-
vos literarios. Utilice, con el poema, el mismo método.
¿Cuál es el tema principal de la Poesía V de José Martí? (Si es
necesario regrese al subtítulo ¿Qué es un tema principal? de
este libro.)

Esa imagen de hombre sencillo y de la poesía como arma y como


naturaleza, que el yo lírico construye en la Poesía V de José Martí,
corresponde a la imagen que este autor constituyó, a lo largo de su
obra poética, sobre el hombre latinoamericano. Este hombre natural

64
y espiritual, de versos sencillos y llenos de pasión y energía es, para
José Martí, el hombre que se opondrá al avance materialista de la
modernidad, una concepción ideológica y una transformación de las
sociedades americanas que no tenía en cuenta ni a los poetas, ni a la
poesía ni a los valores humanos no mercantilistas porque considera-
ba que eran inútiles.

Canal de Panamá.
En 1898 España pierde en una rápida guerra que sostiene con los EE.UU. sus últimas colonias americanas, y Cuba y Puerto Ri-
co quedan bajo la tutela norteamericana. Este avance de los EE.UU. sobre la América Latina se conocerá con el nombre de neo-
colonialismo. Otro ejemplo de la poderosa presencia económica de este país en la zona central de América es la construcción
del canal de Panamá, que EE.UU. finaliza en 1914; desde entonces su presencia y la dependencia que genera empiezan a crecer
y alimentan su imagen de nación imperialista y enemiga.

Así imaginó el uruguayo José Rodó a América en su obra Ariel:


“hospitalaria para las cosas del espíritu, y no tan sólo para las mu-
chedumbres que se amparen en ella; pensadora sin menoscabo de
su aptitud para la acción; serena y firme… resplandeciente con el
encanto de una seriedad temprana y suave".

65
Versificación

La presencia del verso es una cualidad importante del texto lírico.


Escribir en verso implica tener en cuenta la medida que ellos ad-
quieren, y que está determinada por el número de sílabas. Usted
puede observar que muchos versos tienen una medida exacta
cuando escucha o lee la letra de una canción. ¿Cómo podría una
frase coincidir con una melodía musical si ambas no tuvieran la
misma longitud en el tiempo?

Prestar atención a un ejemplo de este tipo es la mejor manera de


comprender cómo los versos contienen una medida. Observe el si-
guiente fragmento de la letra de la zamba La pomeña del poeta sal-
teño Manuel J. Castilla:

Eu/ lo/ gia/ Ta/ pia-en/ La/ Po/ma


al/ ai/ re/ da/ su/ ter/ nu/ ra,
si/ pa/ sa/ so/ bre/ la-a/ re/ na
y/ va/ pi/ san/ do/ la/ lu/ na.

El trigo que va cortando


madura por su cintura,
mirando flores de alfalfa
sus ojos se azulan

En la primera estrofa las barras verticales separan en sílabas el verso


para poder contar cuánto mide. La regularidad en la medida de los
versos genera un ritmo que hace su lectura agradable y armónica.

66
Actividad Nº38
a ¿Cuántas sílabas tiene cada verso de la primera estrofa de La
Pomeña?

b Separe en sílabas los versos de la estrofa siguiente. Observe cómo


en la estrofa anterior algunas sílabas finales de una palabra se
unen a la sílaba inicial de la otra (esta unión se llama sinalefa).

c Analice y responda: ¿Por qué se unen dos sílabas dentro de


un verso?

Una ayuda: observe si ocurre lo mismo en la estrofa siguiente.

A veces, en un verso, correspondería marcar una sinalefa, sin embargo, el poeta elige se-
parar esas sílabas y provoca un hiato. Por ejemplo, en el verso “Me he detenido” hay un
hiato entre Me y he para crear un verso de seis sílabas.
La sinalefa y el hiato son licencias poéticas, es decir “permisos” que el poeta se toma al
componer sus versos. Teniendo en cuenta sinalefas e hiatos el poeta encuentra la medida
exacta de sus versos.

La versificación, además de la medida y el ritmo de los versos, tiene


otra cualidad: la rima. Ésta se logra cuando hay cierta coincidencia
de las sílabas finales de los versos. Los versos de cada estrofa pueden
rimar entre sí, para intensificar el mensaje y hacerlo más lindo.

Un payador también necesita que sus versos res-


peten una medida para poder hacerlos canción. 67
Actividad Nº39
Vamos a regresar a los poetas modernistas, seleccionando una
estrofa de la Poesía V de José Martí.
Observe la sílaba final de cada verso y marque con el mismo co-
lor las que coinciden entre sí. Luego vuelva a la poesía entera de
la Actividad Nº36 y haga lo mismo a lo largo del texto.

Mi verso al valiente agrada:


mi verso, breve y sincero,
es del vigor del acero
con que se funde la espada.

En este caso, la rima es consonante, porque entre esas sílabas que


marcó con el mismo color coinciden las vocales y las consonantes.

En cambio, en la próxima estrofa que presentamos la rima es aso-


nante porque sólo coinciden las vocales.

En este caso tomamos un ejemplo del modernista Rubén Darío,


quien en su poesía Sinfonía en gris mayor expresa:

Es viejo ese lobo. Tostaron su cara


lo rayos de fuego del sol del Brasil;
los recios tifones del mar de la China
le han visto bebiendo su frasco de gin.

68
Recursos de estilo

Usted ha trabajado ya con las imágenes sensoriales y con las metáfo-


ras, ambos recursos de estilo. Ahora va a trabajar sobre un recurso
que ya se desarrolló en el Módulo 5, cuando se explicó la descripción.
Hablamos de la comparación, ya que un gran enriquecimiento de las
impresiones poéticas se logra cuando comparamos un objeto con
otros, reales o imaginarios, que le suman sus características.

Actividad Nº40
Lea la siguiente poesía del modernista José Martí.

a Marque las imágenes en que un elemento se compara con


otro a través de un nexo comparativo: como o cual.

b Busque en el diccionario las palabras que desconoce.

En el alféizar calado
de la ventana moruna,
pálido como la luna,
medita un enamorado.

Pálida, en su canapé
de seda tórtola y roja,
Eva, callada, deshoja
una violeta en el té.

Las comparaciones tienen algún parecido con las metáforas porque


en ambos casos siempre hay dos elementos que se relacionan. Eso sí,
una comparación tendrá sus dos términos presentes y conectados
mediante un nexo comparativo.

69
En cambio, una metáfora tendrá sus dos términos conectados por el
verbo ser, y muchas veces, incluso, uno de los términos no estará,
porque el otro directamente lo sustituirá y se quedará en su lugar.
Observe el siguiente proceso:

1- Comparación “Gardel canta como un zorzal”

2- Metáfora “Gardel es un zorzal criollo”

3- Metáfora “El zorzal criollo es un mito nacional”

En el tercer caso la metáfora perdió uno de sus términos porque el


otro lo sustituyó. El zorzal ha ocupado el lugar de Gardel.

Hemos tomado un tiempo para explicar este caso especial de metáfo-


ra, porque es un recurso de estilo que usted encontrará a menudo en
la poesía, y que exige un mayor grado de atención de su parte, ya
que, generalmente, le quedará a usted -como lector- la función de re-
cuperar el otro término que ha desaparecido para poder comprender
de qué habla la metáfora.

Actividad Nº41
Le presentamos el poema Muerte de Antoñito el Camborio del
poeta español Federico García Lorca, donde destacamos en
negrita una metáfora en especial.

Voces de muerte sonaron Lo que en otros no envidiaban


cerca del Guadalquivir. ya lo envidiaban en mí.
Voces antiguas que cercan Zapatos color corinto,
voz de clavel varonil. Medallones de marfil
Les clavó sobre las botas y este cutis amasado
mordiscos de jabalí. con aceituna y jazmín.
En la lucha daba saltos -!Ay, Antoñito el Camborio,

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jabonados de delfín. digno de una Emperatriz!
Bañó con sangre enemiga Acuérdate de la Virgen
su corbata carmesí, Porque te vas a morir.
pero eran cuatro puñales -¡Ay, Federico García,
y tuvo que sucumbir. llama a la Guardia Civil!
Cuando las estrellas clavan Ya mi talle se ha quebrado
rejones al agua gris, Como caña de maíz.
cuando los erales sueñan
verónicas de alhelí, Tres golpes de sangre tuvo
voces de muerte sonaron y se murió de perfil.
cerca del Guadalquivir. Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
-Antonio Torres Heredia, Un ángel marchoso pone
Camborio de dura crin, su cabeza en un cojín.
moreno de verde luna, Otros de rubor cansados
voz de clavel varonil: Encendieron un candil.
¿Quién te ha quitado la vida Y cuando los cuatro primos
cerca del Guadalquivir? Llegan a Benamejí,
-Mis cuatro primos Heredias, Voces de muerte cesaron
hijos de Benamejí. Cerca del Guadalquivir.

¿Cuál es el término que ha desaparecido en esta metáfora


porque el término moneda lo ha sustituido?

La metáfora es el centro del lenguaje poético: com-


prender qué se dice tras los velos fascinantes de una
imagen construida por la fantasía.

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Actividad Nº42
a Indique el tema principal de la siguiente poesía de José Martí.

b Identifique las metáforas y explique qué quieren decir.

Yo quiero salir del mundo


por la puerta natural:
en un carro de hojas verdes
a morir me han de llevar.

No me pongan en lo oscuro
a morir como un traidor:
yo soy bueno, y como bueno
moriré de cara al sol.

El Modernismo siguió triunfando en América y evolucionó a través


de diferentes poetas, pero fue sin duda Rubén Darío, quien a partir
de 1888 consolida el triunfo de esta forma de escribir poesía. En
este año el poeta presenta un libro de cuentos en Chile que se lla-
ma Azul, sus breves relatos condensan las cualidades modernistas
y son identificados como prosa lírica por su gran cantidad de me-
táforas y otros recursos de estilo propios de la poesía.

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Las poesías de Darío se alejan un poco de la simplicidad del poeta
José Martí, pues aunque este poeta atraviesa el mismo período de
cambio que ya describimos, su escritura se vuelve más artificial,
más plagada de objetos e imágenes exóticas, más difícil de entender
por el gran público, pues Darío pensaba que el mundo sólo reconoce-
ría su trabajo si él conseguía demostrar que su oficio exigía un talen-
to especial, y si la gente lograba entender que no cualquiera podía ser
poeta. En esta primera época fue acusado de poeta encerrado en su
“torre de marfil”, pero más tarde en una segunda etapa su arte se fue
abriendo a una mirada más simple y de temática americanista.

En 1905, Rubén Darío (1867-1916) escribía en el prólogo a su obra Can-


tos de vida y esperanza, “Yo no soy un poeta para las muchedumbres.
Pero sé que indefectiblemente tengo que ir a ellas.” Años antes -en
1890- José Martí decía “Y porque amo la sencillez, y creo en la necesidad
de poner el sentimiento en formas llanas y sinceras”. Dos concepciones
sobre la poesía absolutamente diferentes.

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Actividad N º43
Lea la poesía Melancolía de Rubén Darío.

A Domingo Bolívar

Hermano, tú que tienes la luz, dame la mía.


Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas,
ciego de ensueño y loco de armonía.

Ése es mi mal. Soñar. La poesía


es la camisa férrea de mil puntas cruentas
que llevo sobre mi alma. Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía.

Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;


a veces me parece que el camino es muy largo,
y a veces que es muy corto...

Y en este titubeo de aliento y agonía,


cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?

a Marque las imágenes sensoriales y clasifíquelas.

b Marque las comparaciones.

c Señale las metáforas.

d Identifique cuántas estrofas forman este poema.

e Observe el tipo de rima en cada estrofa y luego establezca si


es asonante o consonante.

f Establezca el tema principal y elija dos temas secundarios.

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Después de la lectura, la reflexión y el trabajo sobre las actividades que
este libro le ha propuesto, usted accedió a nuevos conceptos y se acer-
có a la escritura de muchos autores.

Sin embargo, todavía quedan muchas más obras que esperan ser des-
cubiertas y disfrutadas. Tal vez le ha leído a alguna persona querida
un poema o un fragmento que le ha impactado. Pero seguramente
necesita seguir buscando más literatura para disfrutar y conmoverse,
para transmitirles experiencias a los demás y para conocer a fondo la
cultura y el arte de su provincia.

75
Material de distribución gratuita
Lengua y Literatura
4

Te rc e r C i c l o d e E d u c a c i ó n G e n e ra l B á s i c a p a ra Ad u l t o s

MODALIDAD SEMIPRESENCIAL
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