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Así llega la información táctil desde los

dedos al cerebro

Pilar
Quijadael 06 abr, 2014
El tacto quizá sea el sentido en el que menos reparamos pero no el
menos importante. ¿Se ha preguntado alguna vez cómo las yemas de
sus dedos pueden reconocer una moneda en el fondo del bolsillo? ¿O
cómo sus dedos son capaces de distinguir el límite entre dos teclas del
ordenador y accionar la que corresponde con precisión? Estas
habilidades forman parte del llamado tacto fino, el encargado de
proporcionarnos detalles sutiles sobre la forma de los objetos sin
necesidad de que intervengan otros sentidos, como la vista, para saber
qué estamos tocando.

Hasta ahora se pensaba que esta precisión en el tacto residía


exclusivamente en las terminaciones nerviosas sensoriales que llegan a
la piel y transmiten estas sensaciones al cerebro con gran celeridad.
Pero cada vez más indicios apuntaban a que otros tipos de células
distintos de las nerviosas podían jugar un papel importante en la
percepción del tacto.

En concreto, la atención se centraba en las llamadas células de Merkel,


descritas por primera vez en 1875, que se localizan en la epidermis,
fundamentalmente en las áreas desprovistas de vello, y que transmiten
los estímulos mecánicos a las neuronas sensoriales cercanas. Hasta
ahora se pensaba que eran meros filtros mecánicos pasivos, análogos a
la membrana basilar de la cóclea, que descompone sonidos complejos
en tonos que son transmitidos por la células ciliadas.

Ahora un equipo de investigadores literalmente “ha arrojado luz” sobre la


cuestión de si estas células Merkel tenían un papel activo o pasivo, que
dividía a los neurocientíficos. Y al parecer el debate ha terminado en
tablas. Ambos bandos tenían razón.

Luz en las células


Para “iluminar” esta debatida cuestión investigadores de la Universidad
de Columbia han utilizado una técnica relativamente nueva,
la optogenética, que permite activar y desactivar las neuronas mediante
la luz. Es la primera vez que esta técnica se utiliza en las células de la
piel para determinar cómo funcionan y se comunican entre sí.

*Este estudio
modifica esta creencia
Y el resultado ha sido muy clarificador: aunque no son neuronas
propiamente dichas, las células de Merkel se comportan como si lo
fueran y trabajan codo con codo con las terminaciones nerviosas
adyacentes para lograr que percibamos los detalles finos de los objetos
que tocamos, como bordes y texturas. Al menos es lo que ocurre en
roedores.

“Esta la primera prueba directa de que las células de Merkel pueden


convertir la presión que se ejerce sobre la piel en señales nerviosas que
transmite información al cerebro sobre los objetos del mundo que nos
rodea”, explica Ellen Lumpkin de la Universidad de Columbia, que ha
dirigido el trabajo.

Sus resultados se publican en “Nature” y prometen importantes


aplicaciones. Y es que patologías como la diabetes y algunos
tratamientos de quimioterapia, así como el envejecimiento normal,
reducen la sensibilidad del tacto. “Las células de Merkel comienzan a
desaparecer a partir de los 20 años, al mismo tiempo que la agudeza
táctil comienza a declinar. Nadie ha probado si la pérdida de células de
Merkel es la responsable de este declive en la percepción del tacto.
Podría ser una coincidencia, pero es un interrogante que nos interesa
responder”, asegura Lumpkin.
Prótesis inteligentes
En el futuro, estos resultados podrían ser útiles para el diseño de prótesis
“inteligentes” que restauren la sensación del tacto en miembros
amputados, así como introducir nuevas dianas tarapéuticas para el
tratamiento de enfermedades de la piel, como el picor crónico, auguran
los investigadores.

Este trabajo se ha llevado acabo de forma conjunta con otro realizado en


el Instituto Scripps, que también aporta nuevos datos para entender en
detalle cómo se genera el tacto fino. Dirigido por Ardem Patapoutian, del
Instituto Médico Howard Hughes, este otro grupo de investigación ha
averiguado que el importante papel de las células de Merkel para la
detección del tacto se debe a una proteína llamada Piezo2.

Incrustada en la membrana celular, esta proteína se comporta como una


compuerta -o canal- que se abre con la presión sobre la piel, dejando
pasar iones positivos que provocan una corriente eléctrica que se
transmite a las terminaciones nerviosas y viaja en forma de impulso
nervioso hasta el cerebro a la nada despreciable velocidad de 70 metros
por segundo. De hecho, se había observado con anterioridad que las
células de Merkel establecían contactos parecidos a las sinapsis con las
fibras nerviosas y que también tienen neurotransmisores.

Estos hallazgos pueden ayudar a comprender mejor y a tratar algunos


síndromes en los que las sensaciones táctiles ligeras, como el roce de
una prenda de vestir sobre la piel o de una sábana, desencadenan un
dolor intenso, un fenómeno que se conoce como alodinia. Y es que, el
tacto y el dolor están íntimamente relacionados.

Alta precisión táctil


Estos nuevos hallazgos destacan el papel de estas células de Merkel, de
las que hasta hace poco se desconocía su función exacta en la
formación de las sensaciones táctiles. Ahora pasan a ocupar un papel
destacado, ya que son esenciales para iniciar y mantener la transmisión
del impulsos en las terminaciones nerviosas de la piel y al parecer son
las responsables de la alta precisión de las sensaciones táctiles finas.

En concreto se encargarían de transformar la presión en estímulos


eléctricos que puedan viajar al cerebro. Estas células receptoras de la
piel forman un “equipo” inseparable con las terminaciones nerviosas que
hacen posible que las yemas de nuestros dedos o nuestra boca, dos
zonas ricas en células de Merkel, tengan una sensibilidad tan acusada y
precisa.

Además abre nuevas vías de investigación, ya que otro tipo de células de


la piel especializadas en la percepción del dolor y el tacto también
podrían desempeñar papeles importantes hasta ahora insospechados. Y
la optogenética, una prometedora herramienta, puede servir para
sacarlos a la luz.

Corteza auditiva primaria


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Corteza auditiva primaria

Áreas 41 y 42 de Brodmann en el cerebro humano

Es parte de Lóbulo
temporal (cerebro)
Sistema auditivo central

Arterias Arteria cerebral media


Arteria temporal
posterior

Sinónimos

Área de Heschl (1905)


Áreas 41 y 42 z(1909)
Áreas TC y TB (1925)
Área auditiva A1 (1997)
Áreas KAm y KAlt (1980)
Área Te1.0 (2001)

Enlaces externos

Gray pág.824
MeSH D001303

NeuroNames Primary auditory cortex

FMA 226221

[editar datos en Wikidata]

La corteza auditiva primaria o A1 es la región del cerebro humano responsable del


procesamiento de la información auditiva. Se localiza en el lóbulo temporal, concretamente
en las circunvoluciones transversas o área de Heschl..12 Aproximadamente, se
corresponde con las antiguas áreas de Brodmann 41 y 42.
Además de recibir la información que le llega desde los oídos y los centros basales del
cerebro, la corteza auditiva primaria también devuelve señales hacia estas áreas.3

Índice

 1Estructura
o 1.1Macro-estructura
o 1.2Micro-estructura
 2Función
 3Áreas 41 y 42 de Brodmann
 4Relaciones con el sistema auditivo
 5Desarrollo
 6Disfunción
 7Véase también
 8Referencias

Estructura[editar]
La corteza cerebral auditiva primaria (A1) se localiza en el lóbulo temporal. Su ubicación y
estructura exacta varían entre los primates. Fueron necesarios estudios estructurales y
funcionales para su completa caracterización.
Macro-estructura[editar]
Se ubica sobre la parte posterior de la circunvolución temporal superior, dentro de las
denominadas circunvoluciones temporales transversas, concretamente, en el área de
Heschl.4
En los cerebros humanos, cuando está presente solamente un área de Heschl, el núcleo
visual se limita a esta área y ocupa sus tercios medial y central.
La corteza auditiva primaria (A1) ocupa aproximadamente la mitad del volumen total del
área de Heschl.5 6
El grosor de la corteza sensorial humana en la superficie del giro temporal transverso,
puede ser mayor de 3 mm en la corteza auditiva primaria (A1).7
Micro-estructura[editar]
Cito-arquitectura
El núcleo auditivo A1, se diferencia por ser una zona altamente celular de aspecto granular
llamada koniocorteza. 8 9
La corteza auditiva primaria (Al) presenta las capas II y IV densas y uniformes. Este núcleo
tiene una capa celular IV bien desarrollada, debido a una aferencia densa de la parte
auditiva del tálamo. La capa celular III del núcleo auditivo se caracteriza por la presencia
de células piramidales de tamaño pequeño a mediano.
Quimio-arquitectura
La corteza auditiva primaria A1, se caracteriza por presentar una alta actividad de
acetilcolinesterasa (AChE) y citocromooxidasa (CO). 8 La citocromo oxidasa o
la Dihidrolipoil deshidrogenasa (NADH diaforasa) se concentran en la capa IV de las áreas
sensoriales primarias, incluida la A1. 7
Mielo-arquitectura
Se ha utilizado el estudio de la densidad de localización de las fibras de mielina como
indicador de ubicación de A1. Las áreas que reciben las grandes proyecciones sensoriales
están fuertemente mielinizadas, y la mielinización disminuye con la distancia de estas
áreas.
El área auditiva primaria se puede identificar en imágenes de resonancia magnética (RM)
debido a su alto contenido de mielina. La imagen de IRM estructural in vivo ya se está
utilizando para distinguir entre el área auditiva primaria con sus altos niveles de mielina en
las capas profundas y áreas adyacentes como LP, que tienen niveles mucho más bajos de
mielina. 7 En el área de Herschl medial, las secciones de Vogts-Hopf 146, 148 y 151
reflejan la corteza visual primaria (PAC) humana.10

Corteza auditiva: Núcleo, a la izquierda (core) con el sector A1 y el sector R. Zona del cinturón
interno (belt) en el centro. Zona de la faja externa (parabelt) a la derecha.

En los primates, se pueden identificar tres sectores principales en esta corteza, que
generalmente se denominan núcleo (core), cinturón interno (belt) y faja externa (parabelt).4
En la corteza auditiva primaria humana se sugieren dos sectores dentro del núcleo (core):
el sector A1 y el sector R (rostral).5
Varios campos menos granulares rodean al núcleo auditivo primario. En estos campos
periféricos el empaquetamiento de células es menos denso que en el núcleo, y las células
piramidales en la capa III son más grandes y más numerosas. Un área con una estructura
granular reducida llamada parakoniocortex, con grandes neuronas piramidales en la capa
IIIc se ha informado en el "cinturón externo" (parabelt). 7
Existen otras áreas de la corteza cerebral involucradas en el procesamiento del sonido, en
el lóbulo frontal y el lóbulo parietal. Se han realizado estudios con animales que indican
que las zonas auditivas de la corteza cerebral reciben un input ascendente procedente
del tálamo auditivo. Estas zonas están interconectadas entre sí y con las del hemisferio
cerebral opuesto. Así, la corteza auditiva se compone de diferentes zonas que se
diferencian tanto por su estructura como por su función.11
Función[editar]
Al igual que ocurre en otras áreas de la corteza primaria sensorial, las sensaciones
auditivas solamente desencadenan el proceso de percepción sonora si son recibidas y
procesadas en una zona de corteza cerebral. Este fenómeno se ha comprobado
mediante estudios de lesiones en pacientes humanos que presentaban daños importantes
en áreas corticales, debidos a un tumor cerebral o un accidente cerebrovascular.
También se han realizado experimentos con animales a los que se les
desactivaban determinadas áreas corticales mediante técnicas de enfriamiento, o
la aplicación local de fármacos.
En los seres humanos, los daños en la corteza auditiva primaria provocan una pérdida
de conciencia del sonido, aunque se conserva la capacidad de reaccionar de forma
refleja a los sonidos, ya que existe una gran cantidad de procesamiento subcortical
que tiene lugar a nivel del tronco del encéfalo y del mesencéfalo

Mapa tonotópico en la corteza auditiva del macaco. Las zonas en colores (a la izquierda)
indican las frecuencias a las que responden las neuronas.

Las neuronas de la corteza auditiva están organizadas según la frecuencia de los


sonidos a los que responden con mayor eficacia. Las neuronas situadas en un
extremo de la corteza auditiva responden mejor a las frecuencias bajas (2 Hz), y las
ubicadas en el otro extremo, responden mejor a las frecuencias más altas (128 Hz).12
Existen múltiples áreas auditivas, que pueden distinguirse anatómicamente, y que
conforman un completo "mapa de frecuencias".13 El propósito de este mapa de
frecuencias (conocido como mapa tonotópico) es desconocido, y parece reflejar el
hecho de que la cóclea está organizada asimismo para responder selectivamente ante
las diferentes frecuencias sonoras. La corteza auditiva está implicada en tareas como
la identificación y diferenciación de "objetos" auditivos, así como en la localización
espacial de un sonido.
Algunos estudios realizados mediante técnicas de escáner cerebral han mostrado que
una pequeña región periférica de esta área cerebral se activa al intentar identificar
la altura de un sonido. Las células individuales son excitadas consistentemente por
determinados sonidos emitidos a unas frecuencias específicas.
La corteza auditiva es una parte importante, aunque ambigua, del proceso auditivo. No
está totalmente claro lo que ocurre exactamente cuando los impulsos sonoros llegan a
la corteza. El músico y científico James Beament escribió al respecto: «La corteza es
tan complicada que lo máximo a lo que podemos aspirar es a conocerla
superficialmente, dado que las pruebas de que disponemos en la actualidad sugieren
que no existen dos cortezas que actúen exactamente del mismo modo».14
En el proceso de audición se reciben múltiples sonidos simultáneamente. El papel del
sistema auditivo es el de decidir qué componentes conforman el sonido y desdeñar el
resto. Se ha sospechado que la unión de estos sonidos relevantes se basa en la
localización de la procedencia de los sonidos; no obstante, existen numerosas
distorsiones de los sonidos cuando rebotan en diferentes medios, lo que hace de esta
teoría algo poco probable. Una teoría alternativa es que la corteza auditiva agrupa los
sonidos basándose en otro tipo de información más fiable. Por ejemplo, en lo que a
percepción musical se refiere, influirían la armonía y la altura de los sonidos, entre
otros factores.15

El número de zonas varía según las especies; desde las dos de los roedores hasta las
15 del mono rhesus. El número, localización y organización de las áreas de la corteza
auditiva humana no se conoce exactamente a día de hoy. Todo lo que se conoce
acerca de la corteza auditiva humana proviene de los estudios realizados
con mamíferos, incluyendo primates. Estos datos se usan para interpretar los estudios
realizados mediante tests electrofisiológicos técnicas de neuroimagen funcional con
seres humanos.
Cuando cada instrumento de una orquesta sinfónica o de una banda de jazz tocan la
misma nota, las características de cada sonido son diferentes, aunque los músicos
perciban que todas ellas tienen la misma tonalidad. Las neuronas de la corteza
auditiva son capaces de responder ante una tonalidad determinada. Se han realizado
estudios con monos que muestran que las neuronas que responden específicamente
ante determinadas tonalidades se localizan en una región cortical cercana al borde
anterolateral de la corteza auditiva primaria. Recientemente, se ha podido encontrar
este mismo tipo de neuronas específicas de tonalidad en seres humanos, mediante
técnicas de neuroimagen funcional.1617 La corteza auditiva primaria se ve modulada
por numerosos neurotransmisores como la norepinefrina, que reduce la excitabilidad
celular en todas las capas de la corteza temporal. La norepinefrina reduce el potencial
excitatorio postsináptico glutamatérgico en los receptores AMPA mediante la
activación de los receptores adrenérgicos Alfa 1.18

Áreas 41 y 42 de Brodmann[editar]
En la investigación, un primer enfoque fue dividir la corteza en áreas anatómicas
pequeñas de acuerdo con su microestructura histológica, como las áreas de
Brodmann.5
El área de Brodmann 41 también se conoce como área temporal transversal anterior
41. Es una subdivisión de la superficie dorsal del lóbulo temporal de la corteza
cerebral. Esta comprendida en el giro temporal transverso anterior de la circunvolucion
temporal superior. El área 41 de Brodmann está unida por su parte medial (interna) al
área parainsular 52, y por su parte lateral (externa) al área 42, (áreas de Brodmann,
1909).

Área 22

El área 42 también se conoce como área temporal transversal posterior. Es una


subdivisión de la región temporal, localizada junto al surco lateral, en la superficie
dorsal del lóbulo temporal. El área 42 está unida por su parte medial (interna) al área
temporal transversal anterior (41), y por su parte lateral (externa) está unida al giro
temporal superior (área 22) (Brodmann, 1909).
Relaciones con el sistema auditivo[editar]

Distintas áreas en la superficie lateral del hemisferio cerebral. Área motora en rojo, área de
sensaciones generales en azul, área auditiva en verde y área visual en amarillo.

La corteza auditiva es la unidad cerebral de procesamiento de sonidos más


organizada. Esta área cortical es crucial para la audición, y en los seres humanos,
también para el lenguaje y la música. La corteza auditiva se divide en tres partes
diferenciadas: las cortezas auditivas primaria, secundaria y terciaria. Estas estructuras
se disponen de manera concéntrica, encontrándose la corteza primaria en el centro, y
la terciaria en la periferia.
La corteza auditiva primaria está tonotópicamente organizada, lo que significa que las
células de la corteza que son vecinas entre sí, responden a frecuencias similares.19
Esta propiedad se manifiesta a lo largo de la mayor parte del circuito de audición. Se
cree que la corteza auditiva se encarga de identificar los elementos básicos de la
música, como el volumen o el tono. Esta hipótesis es la más lógica, dado que es el
área que recibe un input directo del núcleo geniculado medial del tálamo. Se ha
indicado que la corteza auditiva secundaria está implicada en el procesamiento de
patrones rítmicos, melódicos y armónicos. Por último, se supone que la corteza
auditiva terciaria es la encargada de integrar toda la información hasta crear la
experiencia global de la percepción musical.20
Klinke et al. realizaron un estudio de respuestas evocadas sobre gatos con ceguera
congénita para medir la plasticidad de la corteza auditiva. Los gatos eran estimulados
y comparados con un grupo control de gatos cogénitamente ciegos que no recibían
estimulación, y otro grupo control de gatos sanos. Los potenciales medidos de los
gatos artificialmente estimulados fueron mucho más fuertes que los obtenidos en el
caso de los gatos sanos.21 Estos resultados concuerdan con los obtenidos por Eckart
Altenmuller en un estudio en el que observó que aquellos estudiantes que recibían
clases de música mostraban una mayor activación cortical que aquellos que no las
recibían.22
La corteza auditiva muestra un extraño comportamiento en cuanto a las frecuencias
de ondas gamma. cuando los sujetos se exponen a tres o cuatro ciclos de 40 hertzios,
aparece un pico anormal en el electroencefalograma que no se observa durante la
presentación de cualquier otro estímulo. Este pico en la actividad neuronal asociado a
una frecuencia determinada no está restringido a la organización tonotópica de la
corteza auditiva. Se ha teorizado que existe una "frecuencia de resonancia" para
ciertas áreas del cerebro, y parece afectar igualmente a la corteza visual.23 Se ha
encontrado una activación de la banda gamma (entre 20 y 40 hertzios) durante la
percepción de eventos sensoriales, y durante el proceso de reconocimiento. Kneif et
al., en un estudio del año 2000, presentaron a los participantes ocho notas musicales
de canciones muy conocidas, como Yankee Doodle y Frère Jacques. La sexta y la
séptima nota eran omitidas al azar, y se empleó un electroencefalograma y
un magnetoencefalograma para medir los resultados neuronales. Más concretamente,
se medía la presencia de ondas gamma inducidas por la tarea auditiva. La respuesta a
la omisión del estímulo (ROE) se localizó en una posición ligeramente diferente.
Además, las grabaciones de la ROE fueron más bajas, en comparación con las
obtenidas durante la ejecución completa del conjunto de las notas musicales. Se
asumió que las respuestas evocadas emitidas durante la sexta y la séptima notas
omitidas fueron imaginadas, y eran característicamente diferentes, especialmente en
el hemisferio derecho.24 La corteza auditiva derecha se ha mostrado más sensible a la
tonalidad, mientras que la izquierda parece responder en mayor medida a las
diferencias secuenciales que se presentan en el sonido, como por ejemplo durante el
transcurso de un discurso.
Se ha comprobado que las alucinaciones producen oscilaciones paralelas (aunque no
exactamente iguales) al rango de frecuencia gamma. Sperling demostró en un estudio
realizado en el año 2004 que las alucinaciones auditivas producen bandas formadas
por ondas entre el rango de 12,5 a 30 hertzios. Estas bandas aparecían en la corteza
auditiva izquierda de sujetos esquizofrénicos. Estos resultados concuerdan con los
obtenidos en investigaciones realizadas con sujetos a los que se les pedía que
recordaran mentalmente una canción. En estos casos, los sujetos no percibían sonido
alguno, pero experimentaban mentalmente la melodía, el ritmo, y en suma, la
experiencia global del sonido. Cuando los esquizofrénicos experimentan
alucinaciones, se activa la corteza primaria auditiva. Este fenómeno es
característicamente diferente de recordar un estímulo sonoro, que solamentelo
produce una débil activación de la corteza auditiva terciaria.20
La percepción de la característica musical del tono no solamente tiene lugar en la
corteza auditiva; existe un área especialmente interesante a este respecto: la corteza
prefrontalrostromedial.25 Janata et al., en un estudio realizado en el año 2002,
exploraron las áreas cerebrales que se activan durante el procesamiento de la
tonalidad, mediante la técnica de imagen por resonancia magnética funcional. Los
resultaron mostraron la activación de varias áreas que usualmente no se consideran
parte del proceso auditivo. La corteza prefrontal rostro medial es una subsección de
la corteza prefrontal medial, que se proyecta hacia la amígdala, y se cree que ayuda al
proceso de inhibición de las emociones negativas.26 La corteza prefrontal rostromedial
es sensible a la tonalidad, lo que significa que se ve activada por los tonos y
frecuencias producidos por los sonidos y la música.

Desarrollo
Organización de los receptores gustativos[editar]

Localización de las papilas gustativas


Los receptores del sentido del gusto son botones gustativos, agrupados en las papilas
gustativas. Se encuentran unidos (cerrados) por tight junctions impidiendo la entrada de
sustancias disueltas. En su parte apical encontramos microvellosidades en contacto con la
saliva, encargadas de la recepción de moléculas. En la parte basal hay fibras nerviosas
eferentes gustativas.
Histológicamente, vemos como los botones gustativos son estructuras ovaladas y que en
su interior está formado por células gustativas y sus tentaculares, que ayudan a percibir el
sentido del gusto. Cada célula presenta una serie de microcilios que se proyectan hacia
una cavidad, y son sensibles a las sustancias que ingresan a la lengua y nasofaringe.
Cada tipo de botón gustativo responde a uno de los estímulos primarios del sabor.

Mecanismo de transducción[editar]
La membrana de la célula gustativa está cargada negativamente en el interior con respecto
al exterior. Una sustancia con sabor hace que se pierda relativamente el potencial negativo
despolarizando la célula. El primer estímulo gustativo hace que las fibras nerviosas
alcancen una velocidad de descarga máxima, pero después regresa a un nivel bajo y
estacionario. El nervio gustativo transmite una señal inmediata potente y una señal
continua más débil durante el tiempo en el que dure el estímulo. La variación del potencial
de la célula gustativa es el potencial receptor para el gusto.
Existen básicamente dos tipos de mecanismos:

 Receptor ionotrópicos: Para sabor salado y ácido (Na e H+), uno receptor específico
para cada receptor. Si estos iones entran en la célula receptora en cantidad suficiente,
esta se despolariza. La despolarización abre canales de calcio, que provocan la
liberación de neurotransmisores, iniciando así la transmisión nerviosa. La
despolarización específica de un tipo determinado de receptor se interpreta en
el cerebro como un sabor (salado en el caso del Na y ácido en el del H+), ya que en
cada receptor, sólo un estímulo determinado provocará su despolarización.

 Acoplados a proteína G: También pueden ser receptores acoplados a proteína G, que


por vía del AMPc abre los canales de calcio y se liberan neurotransmisores. Son los
sabores amargo, dulce y umami. Es un caso similar al anterior, sólo que en este caso
no es la molécula "causante" del sabor la que entra en la célula, siendo así la
presencia del ion el culpable directo de la despolarización. En este caso, la "molécula
de sabor" activa unos receptores externos de membrana que la reconocen
específicamente, iniciando en el interior de la célula la despolarización. Esto es lo que
se conoce en bioquímica como mecanismo de segundo mensajero.
Bien porque entre directamente por un canal del receptor ionotrópico o bien porque un
mecanismo de segundos mensajeros (Inositol trifosfato) active un canal en la célula, el
resultado es el mismo: en la célula entra sodio iónico, lo que lleva a la despolarización
celular y la entrada de calcio que posibilita la exocitosis de vesículas contenedoras de
neurotransmisores en la hendidura sináptica.

Qué es la corteza olfativa?


October 20
Redes sensoriales en el cuerpo generalmente tienen áreas correspondientes en el ce
rebro dedicada a ellos. La corteza olfativa es el área responsable, en muchos animal
es, para recibir y relacionados con el olor de procesamiento, o olfativa, de entrada. S
ituado cerca del sistema límbico, justo debajo del cerebro, esta región es el sitio don
de se procesan la mayoría de las señales relacionadas con el olfato. Su propósito y l
a ubicación contribuyen a algunos de los síntomas que se observan en los estados d
e enfermedad que afectan al cerebro, que es el mayor área del cerebro.

Con otros sentidos, las señales son procesadas por primera vez en el tálamo, pero la
corteza olfativa recibe información directamente de los receptores. Los receptores ol
fativos en la nariz envían señales a los bulbos olfatorios cercanas, justo debajo de lo
s lóbulos frontales del cerebro, y estas transmisiones se retransmiten a la corteza olf
ativa, o lóbulo. La información puede ser procesada, y las proyecciones enviar estos
datos a la tálamo, donde se puede integrar con la información de otros sentidos co
mo la visión. Muchas de las proyecciones de esta corteza ir a otro lóbulo, llamada la
corteza insular, donde las neuronas se integran señales olfativas con las relativas al s
entido del gusto. Esta área representa la estrecha relación entre los dos sentidos.

Otras conexiones neuronales enlazan la corteza olfativa a la amígdala, una parte del
sistema límbico implicada en la percepción de las emociones, así como la memoria.
Asociaciones sólidas entre el olfato y los recuerdos pueden ser el resultado de esta r
ed en particular. Además, las reacciones emocionales y conductuales para oler están
vinculados a las proyecciones que permiten que esta corteza para interactuar con la
amígdala y el tálamo. Cuando se detecta un olor desagradable, los escáneres cerebr
ales han revelado que aumenta el flujo sanguíneo a estas áreas, lo que demuestra q
ue se están procesando activamente información.

A veces, las condiciones médicas pueden surgir que están estrechamente vinculados
a las acciones y la posición única de la corteza olfativa. Ciertos compuestos químico
s, así como señales eléctricas, son capaces de causar convulsiones debido a la prese
ncia de una zona de gatillo, llamado el uncus, que se encuentra en esta región. A me
nudo, la actividad convulsiva que se inicia en esta área puede comenzar con un indi
viduo alucinando un olor aversivo. Los tumores que ejercen presión sobre el Uncus t
ambién pueden causar esta región para presionar contra ciertos nervios craneales; e
sto puede conducir a una variedad de consecuencias para la entrada sensorial y el m
ovimiento, en una condición llamada hernia uncal.

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