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CONTRATO AGRARIO EN EL PERU

DEFINICIÓN:

El contrato agrario se puede definir como: “la relación jurídica convencional que
consiste en el acuerdo de voluntad común, destinado a seguir los derechos y
obligaciones de los sujetos intervinientes en la actividad agraria, con relación a
cosas o servicios agrarios “, más claro aún con relación a la actividad agraria o
empresarial.
El contrato se individualiza y se define a través del esquema legal que lo disciplina
o bien por las reglas que establecen las partes como ordenamiento propio. En
principio este contrato se le conoce como tal, distinto al contrato civil o mercantil,
aunque tenga su origen en el contrato general, pero cuando surge el Derecho
agrario a este contrato además de ejercer el goce y disfrute de la tierra, se le une
al poder de gestión de los medios de producción.
Los contratos agrarios poseen elementos estructurales comunes e
individualizables, a pesar diferencias que presenta entre ellos. La efectividad, la
consensualidad, y tipicidad, la comunidad de fin o fin común, y la duración de
alguno de sus elementos.

El hecho de que la voluntad de las partes constituya el elemento fundamental de


las convenciones, de donde se sigue que la convención forma ley entre las partes,
y las obligaciones conforme a las disposiciones que contiene, este principio es
reconocido por los romanos como de derecho natural, y por lo tanto admiten que
toda convención no reprobada, hace nacer una obligación natural entre las partes
contratantes, pero para que la obligación tuviese fuerza ejecutoria en el derecho
de los quirites, era preciso que además tuviese una causa civil. Estos eran los
contratos (contractus).
Clasificación de los contratos:

Los contratos pueden clasificarse de la siguiente manera:

Contratos unilaterales y bilaterales, según nazca obligación para una de las


partes, como en el mutuo; o que engendraban obligaciones para ambas partes,
como ocurre en la compra venta. Los contratos bilaterales son también llamados
sinalagmáticos, y entre estos, se distinguen los perfectos o aequales de los
imperfectos o inaequales. Los primeros eran los que desde el momento mismo de
su conclusión, engendraban obligaciones para todas las partes contratantes. Los
segundos eran aquellos que al concluirse el contrato, solo nacían obligaciones
para una de las partes contratantes, pero que luego, por circunstancias posteriores
y eventuales, podían engendrarlas también para la otra parte, por ejemplo: el
comodato: el contrato al concluirse no engendraba obligaciones sino para el
comodatario (cuidar la cosa prestada y devolverla al vencimiento del término);
pero si él realizaba gastos extraordinarios para su conservación, nacía a cargo del
comodante la obligación de reembolsarlos.

En los contratos bilaterales, no se admite que una de las partes pueda exigir la
prestación de la otra mientras esta no haya satisfecho la propia.

Son contratos de buena fe:


la compra venta, la locación, la sociedad, la prenda, el depósito y el comodato,
entre otros.
Contratos gratuitos y onerosos, según que dieran a uno de los otorgantes alguna
ventaja no contra prestada, como el mutuo, y onerosos cuando las partes hicieran
sacrificios o desembolsos recíprocos, como en la compraventa. Los contratos
onerosos se podían dividir a su vez en conmutativos, cuando contenían
prestaciones ciertas, y aleatorios, cuando aquellas quedaban supeditadas al azar.

Contratos principales y accesorios, los primeros tenían existencia propia con


independencia de toda otra convención, como la locación; los segundos,
dependían de uno principal al que estaban vinculados.

Los Contratos Consensuales:

Son aquellos para cuya validez no se requiere la observancia de una forma, sino
únicamente el consentimiento de las partes, presentes, ausentes, y ya lo
manifiestan de modo expreso o tácito.

Son la compra-venta, el arrendamiento, la sociedad y el mandato de los contratos


consensuales, dominados por el principio de la buena fe, libres de formalidad,
accesibles a los extranjeros y nacidos dentro de la corriente ius gentium.

El Derecho Romano en su progresiva evolución se vio precisado a tutelar,


mediante acciones especiales, ciertas convenciones que no se formalizaban por la
palabra, la escritura o la entrega de la cosa, apareciendo así los contratos que no
requerían solemnidades para su celebración, pues donde bastaba el simple
acuerdo de las partes para que quedaran perfeccionados, admitiéndose que la
voluntad sea expresada entre ausentes (carta o un intermediario).
CONTRATO DE BOLSA DE PRODUCTOS

DEFINICION DE BOLSA DE PRODUCTOS


Las bolsas de productos de físicos o denominado también de contado, o cash, o
entrega inmediata, o de disponible, son mercados en que se realizan operaciones
de compra/venta, mediante la descripción de productos de origen destino
agropecuario, minero, pesquero o industrial que serán entregados y recibidos en
forma efectiva en una fecha y lugar acordados. Para el presente trabajo
incidiremos en el sector agropecuario, siendo el Perú un país con características
predominantemente agrícolas, pero sin dejar de lado que las bolsas de Productos
pueden ser mecanismos utilizables en cualquier sector productivo.

El periodo de vida de los productos agrícolas condiciona la comercialización,


exigiendo que esta se haga en el menor tiempo posible para conservar la calidad.
Esto determina que los productores, una vez que han cosechado sus productos,
se encuentren, con cada minuto que pase, con menor capacidad competitiva pata
fijar los precios.

A medida que el tiempo transcurre, el productor pierde capacidad de negociación,


dad la presión que la pérdida de calidad ejerce sobre el precio.
Asimismo, en la medida en que un producto tiene que ser transportado en busca
de un mercado, el vendedor pierde capacidad de negociación, por efecto de la
presión que ejercen sobre el los costos adicionales en que debe incurrir por el
transporte (los fletes).

ASPECTOS LEGALES EN EL PERU

Mediante Ley Nº 26361, de fecha 30 en setiembre de 1994, el gobierno promulgo


la ley sobre Bolsas de Productos con la finalidad de que se organice y se
desarrolle un mecanismo centralizado de negociación para productos, que ofrezca
condiciones de transparencia, liquidez y seguridad en las negociaciones de bienes
de origen o destino agropecuario, pesquero, minero e industrial y servicios
complementarios, así como de títulos representativos y contratos sobre estos
bienes.

En diciembre de 19997, fue aprobada por resolución CONASEV Nº 723-97-


EF/94.10, el reglamento de operaciones de rueda de productos de la bolsa de
productos de Lima, que contemplaba las diferentes modalidades de operaciones
con productos inscritos en el registro público del mercado de valores, y en julio de
1998 se aprueba el reglamento de la cámara arbitral de la BPL.

VENTAJAS Y BENEFICIOS PARA UNA BOLSA DE PRODUCTOS

La importancia de una bolsa de productos en nuestro país está dada por varios
factores como son: la estandarización de los productos; la fijación de precios por la
oferta y la demanda, formándose de manera transparente; una información
oportuna para las decisiones de los agentes económicos; reducción del número de
intermediarios mejorando el margen de ganancia de los productores;
financiamiento a los productores y acopiadores; asegura el cumplimiento de las
operaciones; oportunidad en la entrega; solución ágil de controversias; y , creación
de nuevos instrumentos financieros.

a) Beneficios para el sector agropecuario:

En el Perú, las transacciones en el sector agropecuario se llevan a cabo sin un


orden establecido y sin la información adecuada, lo que hace que este mercado
sea muy imperfecto. En ese sentido, existen agentes de mercado que obtienen
grandes ganancias, mientras que otros obtienen utilidades reducidas y en otros
casos pérdidas, ya que no llegan a cubrir sus costos.
La bolsa de productos, por lo tanto, nace de la necesidad de modernizar las
transacciones comerciales de productos en los diferentes sectores de nuestra
economía entre en el ámbito bursátil a través de este nuevo mecanismo de
negociación.

· Proporcionar la información de precios, cosechas y costos al mercado. Los


productores actualmente no cuenta con la información adecuada que les permita
programar sus futuras cosechas, esto trae como consecuencia una
superproducción o escasez de determinados productos, lo cual hace que los
precios varíen significativamente perjudicando muchas veces a los productores
que no pueden recuperar sus costos de producción.

· Lograr que los precio se formen adecuadamente, lo cual es característica de un


mercado organizado y competitivo. Este precio debería incluir toda la información
disponible de tal manera que todos los agentes del mercado cuenten con la
información adecuada. Actualmente son pocos los agentes del mercado que
cuentan con esta información, la cual es utilizada para obtener mayores utilidades.

· Reducir el gran número de intermediarios que no otorgan al producto valor


agregado.
En la actualidad, la cadena de comercialización es muy larga, lo cual hace que los
precios al consumidor final sean elevados en comparación a los precios de chacra.

· Dar la posibilidad de crear nuevos instrumentos en función a las necesidades del


mercado de productos. Es así que el reglamento de operaciones de rueda ha
incluido las operaciones de entrega a plazo. De entrega diferida, así como tres
modalidades de fijar precios como son con prima, franja y parámetro de referencia.

· Lograr que actividades complementarias también se desarrollen y organicen


adecuadamente como son el transporte, la clasificación y empacado, el
almacenamiento, la certificación de calidad, el acopio y la distribución.

· Mejorar los márgenes de ganancias para los productores, obteniendo por sus
productos precios acorde con el mercado, programando su producción y
obteniendo el financiamiento que necesita.

b) Ventajas comparativas para los agentes intervinientes en la Bolsa de


Productos:
Productores:

COMERCIO TRADICIONAL BOLSA DE PRODUCTOS

Existe una incertidumbre al momento de la cosecha sobre la colocación de la


producción. No se cuenta con la información relevante, estando en desventaja con
los comerciantes quienes están mejor informados. El productor puede programar
el momento más oportuno para realizar la venta al disponer de mayor información.
Vende de acuerdo a una calidad definida y reconocida recibiendo un mejor pago
por sus productos. Oportunidad de Venta
Generalmente son transacciones informales con muy poca garantía.
Se trata de operaciones supervisadas y garantizadas. Seguridad en la
Transacción
Normalmente los precios no reflejan las fuerzas del mercado y no se premia la
calidad. Precios son formados según las condiciones de oferta y demanda,
haciéndose públicos. La calidad de los productos es reconocida. Precios y calidad
Genera con frecuencia modalidades informales de financiamiento no siempre
convenientes para los productores. Facilita la integración entre el sector productivo
y financiero, ampliándose las modalidades de financiamiento del agro mediante las
diferentes operaciones. Financiamiento

TEORIA GENERAL DE LOS CONTRATOS AGRARIOS

Interesa desarrollar una teoría general de los contratos agrarios, por cuanto la
teoría de los contratos en general, desarrollada en el derecho civil, no explica la
especialidad de este subconjunto de contratos, tampoco desarrolla el concepto de
“agrariedad”, insito en esta clase de vínculos jurídicos que se dan en este sector
de la actividad económica.
Creemos, tal como lo expresara el Dr. Eduardo Pigretti, que “los contratos agrarios
constituyen un reflejo cierto de lo que está pasando en el campo. De ahí su
enorme valor como fuente del derecho agrario, ya que las leyes van
oportunamente a regular estas relaciones jurídicas nacidas de las reales
necesidades de los productores agropecuarios.
Y también nuestros jueces deberán resolver sobre ellos, teniendo en cuenta no
sólo la legislación sino también las costumbres y usos rurales, a los cuales las
normas agrarias asignan una especial validez, por cuanto son fruto espontáneo
del trabajo y de la libertad, en el marco del quehacer de agricultores y ganaderos
que por ellos se obligan.”

Autores argentinos; como Fernando Brebbia que ha desarrollado y propuesto un


anteproyecto de Ley General de los Contratos Agrarios, o Domingo Viale quien ha
analizado exhaustivamente los contratos agrarios, tratando de establecer su
especificidad, entre otros juristas interesados en este tipo de convenciones, han
investigado el tema, más no se pronunciaron acerca de una teoría general de los
contratos agrarios.

Los contratos no son agrarios porque tengan la misma causa genérica, sino
porque es posible delimitar denominadores comunes, objeto de tutela jurídica,
como por ejemplo los intereses de la producción agropecuaria, que es en definitiva
lo que les concede a todos una misma causa.
Por ello interesa desarrollar la hipótesis de especialidad de los contratos agrarios,
a fin de encontrar principios y caracteres propios, que los agrupe como un
subconjunto de relaciones convencionales, independientemente de las
coincidencias de caracteres comunes a toda relación contractual.

DESARROLLO
A partir de este análisis, se demuestra la existencia de otros requisitos esenciales
de existencia, pero sólo presentes en los contratos agrarios, lo que permite
confirmar la hipótesis de la especialidad, por cuanto los contratos agrarios
formarían un subconjunto, en el marco de los contratos en general.

Este ámbito propio, del cultivo o cría de animales y vegetales que constituye la
producción agraria, es en definitiva la finalidad de estos contratos. En el ámbito del
derecho privado, estamos en presencia de la absoluta libertad de acuerdos
posibles entre las partes.

En cambio en el ámbito de los contratos agrarios, hay una preocupación por


proteger al productor, agricultor o ganadero, quizás no fundado ya en razones de
su supuesta inferioridad económica, sino hoy en día, en principios de desarrollo
sustentable. Esto se traduce concretamente, en que en el ámbito de los contratos
en general, el consentimiento es la gama de ofertas o propuestas posibles de
expresar por una de las partes y ser aceptada por la otra parte.

En el ámbito del derecho agrario, el principio de la autonomía de la voluntad


sustentado en la supuesta igualdad de las partes, sufre condicionamientos en aras
de proteger a una parte considerada más débil, o proteger los recursos naturales
objeto de estas convenciones, por cuanto su desmanejo afecta el bienestar
general.

En cuanto a la duración de los contratos en general el Código Civil se limita a


brindar parámetros, en el marco de los cuales las partes fijan sus convenciones.

En materia de contratos agrarios regulados, el plazo en los mismos va


directamente vinculados a la duración del ciclo agrario o ciclo biológico, al que la
empresa agrícola está ligada desde un punto de vista natural. El tiempo en los
contratos agrarios, define las prestaciones de las partes, toda vez que habrán de
respetar el tiempo que va desde las tareas preparatorias de la actividad, hasta la
cosecha o recolección de los frutos o productos. Este ciclo varía entre cada
especie de cultivo, de cría de animales, incluso depende de la región en donde la
actividad se lleve a cabo. El ciclo biológico influye de modo tal, que la norma ha
dispuesto que el plazo extintivo de un contrato, no obstante podrá extenderse
hasta el levantamiento total de la cosecha. O la norma refiere también a lo que se
conoce como “año agrícola”, que nos está indicando un período mínimo o un ciclo
de producción, que no refiere al año calendario.

También se tiene en cuenta los períodos máximos factibles, a fin de no convalidar


el transcurso del tiempo en la adquisición o modificación de derechos. En la
actividad agraria, y por ejemplo en la actividad forestal, se puede requerir plazos
máximos, por arriba de los 10 años, contemplado como máximo posible para los
contratos civiles. Estamos hablando de plazos de 20 años o más según las
regiones y la especie a cultivar.

Otro aspecto particular, lo constituye el precio en el contrato agrario, que en más


de una oportunidad puede no consistir en dinero, sino en una parte de los frutos,
Podría consistir también en mejoras o transformación del producto o mejoras o
inversiones en el fundo. No obstante ello, la norma pone ciertos límites a este tipo
de acuerdos, prohibiendo como retribución una cantidad fija de frutos, donde
claramente se advierte a quien se protege.

Los cánones de este contrato se aplican en un ámbito determinado: fuera del


ámbito urbano de las ciudades o pueblos; surge claramente el ámbito rural como
sede de las actividades de producción, como regla. Como excepción, las
actividades urbanas que se considerarán agrarias están expresamente
reconocidas como tal en las normas, por cuanto el ámbito excluye a este tipo de
actividad.

En cuanto a los sujetos, al menos a uno de ellos, mientras se trate de un contrato


agrario, se le exigirá cierta calidad especial, cierta idoneidad técnica. En nuestro
derecho puede recibir el nombre de “productor”, “productor agropecuario”,
“empresario”, pero en otros derechos, como por ejemplo el español, se habla de
cultivador personal o profesional de la agricultura. Se considera cultivador
personal a quien lleve la explotación por sí o con la ayuda de familiares que con él
convivan, sin utilizar asalariados más que para tareas estacionales.

La evolución que sufrió el concepto de contrato agrario, partiendo de un concepto


unitario, hacia figuras específicas, podríamos reiterar que inicialmente estos
contratos fueron vinculados al uso y goce de un fundo, para evolucionar
actualmente el concepto hacia criterios más relacionados con la causa.

A efectos de anticipar la variedad de contratos reconocidos como agrarios, vamos


a citar los mismos en los intentos de agruparlos, clasificándolos de acuerdo a sus
características comunes.

tenemos entonces, la clasificación que comenta el Dr. Ángel Sánchez Hernández


atribuyéndole a Galloni, quien alude a la tradicional división entre contratos de
estructura cambio o conmutativos (en los que una parte concede a otra un bien
productivo para la utilización en el ejercicio de la empresa) y contratos de
estructura asociativa, que subdivide en bilaterales (mezzadria, colonia parziaria y
soccida) y plurilaterales (sociedades cooperativas agrarias y la sociedad por
acciones en agricultura). En el primer caso una parte está en frente de la otra
parte, las prestaciones son contrapuestas, sólo una de las partes asume el riesgo
de la actividad de producción, en cambio en los contratos de estructura asociativa,
las partes están una al lado de la otra, las prestaciones son convergentes, el
interés es común y ambas partes asumen los riesgos para conseguir el beneficio.
El ejemplo típico de contratos conmutativos lo constituye el contrato de
arrendamiento y el más común para los asociativos es el contrato de aparcería.

A esta tendencia respondió el maestro Antonio Carroza afirmando que esta


postura resultaba insuficiente y equivocada, porque no resulta posible incluir la
variedad de contratos agrarios que utiliza el empresario para la realización de la
actividad.

Por último y como consecuencia de los cambios tecnológicos que inciden en la


modalidad agropecuaria, es factible agrupar contratos agrarios de estructura
asociativa, como contratos de integración vertical cuando es un acto de
colaboración empresarial que vincula al productor con un industrial o procesador
por ejemplo, tal como se ve en el contrato de maquila.
Y contratos de integración horizontal, cuando se da en un mismo sector
productivo o de la misma actividad, que se unen para así facilitar la realización de
las actividades agrarias, tal como el contrato asociativo de mediería fruti hortícola.

Lo cierto es que la gama de contratos agrarios es bastante amplia y cabe


examinar en la investigación no sólo aquellos muy conocidos y regulados como lo
son el arrendamiento, la aparcería, sino también los de más reciente sanción
normativa como lo son el contrato de maquila, el contrato asociativo de
explotación tambera y el contrato de mediería

fruti hortícola; sin dejar de recorrer tal análisis por los contratos agrarios atípicos,
no regulados, como por ejemplo los contratos accidentales o de breve término o
algunos contratos forestales, entre otras convenciones de utilización cotidiana en
el sector.

RÉGIMEN LABORAL AGRARIO EN EL PERÚ

en el Perú, al momento de contratar a un trabajador dentro del Régimen laboral


Agrario deberá tenerse en cuenta que éste se encuentra sujeto a la LEY Nº 27360
Ley que aprueba las Normas de Promoción del Sector Agrario. Se debe tener en
cuenta 9 aspectos al contratar bajo este Régimen Laboral.
Los beneficiarios de la Ley de Promoción del Sector Agrario, son las personas
naturales o jurídicas que desarrollen cultivos y/o crianzas, que realicen actividad
agroindustrial, siempre que utilicen principalmente productos agropecuarios, fuera
de la provincia de Lima y la Provincia Constitucional del Callao.

Los beneficios de la Ley se extienden hasta el 31 de diciembre del 2021.

Los contratos de trabajo podrán ser por período indeterminado o determinado,


pudiendo utilizarse los siguientes sistemas modales de contratación:

- Contratos de naturaleza temporal (contrato por inicio o lanzamiento de una nueva


actividad; contrato por necesidades del mercado; contrato por reconversión
empresarial);

- Contratos de naturaleza accidental (contrato ocasional, contrato de suplencia,


contrato de emergencia).

- Contratos de obra o servicio (contrato específico, contrato intermitente, contrato


de temporada.

La duración de los contratos dependerá de la actividad agraria por desarrollar,


pudiendo establecerse jornadas de trabajo acumulativas en razón de la naturaleza
especial de las labores, siempre que el número de horas trabajadas durante el
plazo del contrato no exceda en promedio los límites máximos previstos por la
Ley. Los pagos por sobretiempo procederán sólo cuando se supere el referido
promedio.

Estos contratos deberán presentarse ante la Autoridad Administrativa de Trabajo,


el último día hábil de cada semestre calendario.

la remuneración del trabajador agrario

La remuneración del trabajador agrario se calcula en función de una remuneración


diaria (RD) no menor a S/. 39.19.00 nuevos soles (a diciembre del 2018), siempre
y cuando laboren más de 4 (cuatro) horas diarias en promedio, incluyendo dicha
remuneración a la Compensación por Tiempo de Servicios y las gratificaciones de
Fiestas Patrias y Navidad. Dicha remuneración se actualizará en el mismo
porcentaje que los incrementos de la Remuneración Mínima Vital.

la compensación por tiempo de servicios y gratificaciones

La CTS y gratificaciones están incluidas en la remuneración diaria

Cuántos días corresponden al empleado por vacaciones

El descanso vacacional será de quince días calendario remunerados por año de


servicio o la fracción que corresponda, salvo acuerdo entre trabajador y empleador
por un período mayor.

seguro de salud el trabajador agrario

El trabajador agrario recibe todas las prestaciones del Seguro Social de Saludos.
El aporte es de cargo del empleador en caso de trabajadores dependientes y
equivale al cuatro por ciento (4%) de la remuneración mensual. Tratándose de
trabajadores independientes, el aporte es de cargo del propio trabajador y será de
cuatro por ciento (4%) de la Remuneración Mínima Vital.

¿El trabajador agrario puede afiliarse a algún sistema pensionario?

Pueden afiliarse a cualquiera de los sistemas, público o privado (AFP), pudiendo


optar por su incorporación o permanencia en los mismos.

El trabajador agrario debe comunicar al empleador, dentro de los diez (10) días
siguientes a su ingreso, su decisión de Incorporarse al Sistema Privado de
Pensiones o al Sistema Nacional de Pensiones; o en cualquier momento durante
la vigencia de la relación laboral, podrá comunicar a su empleador su decisión
detrasladarse a otra AFP, o en el caso de estar afiliado al Sistema Nacional de
Pensiones, solicitar su traslado al Sistema Privado de Pensiones.
la indemnización por despido arbitrario

La indemnización por despido arbitrario es equivalente a 15 remuneraciones


diarias por cada año completo de servicios, con un máximo de 180
remuneraciones diarias, las fracciones diarias se abonan por dozavos.

CONCLUSIONES
El desafío es, desarrollar adecuadamente el desarrollo de estas figuras
contractuales que acompañan los cambios en las voluntades negóciales, que se
dan en el sector agrario. Este recorrido nos dará la conformación de fuertes
perfiles actuales en las convenciones que serán incluidas.

Por cuanto estamos seguros que los contratos agrarios se constituyen como una
verdadera categoría jurídica, que la legislación incluso refleja consagrándolos
normativamente.

Es seguro que el factor unificador de esta categoría de contratos podría verse a


través de los intereses agrarios involucrados y protegidos, cuya presencia es
insoslayable en cualquier acuerdo negocial del sector, no insistiendo únicamente
en la búsqueda de una única causa genérica, que limitaría la inclusión de la
variedad de figuras contractuales ya existentes, como lo pudimos advertir al hablar
de las varias clasificaciones posibles.

El material resultante de la investigación será útil no-solo al profesional interesado,


sino a los alumnos de leyes, a quienes se brindará un panorama completo de los
contratos agrarios que dan sustento a la explotación agropecuaria.

El estudio profundizado de estas figuras contractuales, nos permitirá obtener un


trabajo unitario de análisis, cumplimentando al mismo tiempo el objetivo terminal,
de fundamentar debidamente la especialidad de los contratos agrarios, en el
marco contractual del derecho común.

AUTOR:
MANUEL RISCO CH.
palolo_@hotmail.com

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