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LA IMPUTAC ION OBJETIVA


EN EL DERECHO PENAL
Traductor y editor: Di MANUEL A. ABANTO VASQUEZ

(Incluye artículo introductorio de la Dra. PAZ M. DE LA


CUESTA AGUADO, Profesora Titular de Derecho Penal de
la Universidad de Cádiz)
LA IMPUTACIÓN OBJETIVA EN EL DERECHO PENAL /
CLAUS ROXIN
Traducción y edición: Dr. Manuel A. Abanto Vásquez
(Incluye artículo introductorio de la profesora española
PAZ M. DE LA CUESTA AGUADO).

a
CLAUS ROX1N
Profesor de Derecho Penal en la Universidad de Munich

LA IMPUTACIÓN OBJETIVA
EN EL DERECHO PENAL

Traductor y editor: Dr. MANUEL A. ABANTO VÁSQUEZ


Doctorado en la Universidad Albert-Ludwig de Friburgo
(Alemania)

(Incluye artículo introductorio de la Dra. PAZ M. DE LA


CUESTA AGUADO, Profesora Titular de Derecho Penal de
la Universidad de Cádiz)

411PJF4'
IDEMSA
LIMA - PERU
Traducción del Libro:"Strafrecht.
Allgemeiner Teil" (extracto de los
capítulos 11 y 24). Editorial C. H. Beck
Munich 1994.

Una traducción completa y anotada


del libro bajo el título "Derecho Penal
Parte General 1" ha sido realizada por
el profesor Diego Manuel Luzón Peña,
la cual será publicada próximamente
en España en la Editorial Civitas S. A.
La presente traducción ha sido reali-
zada con total independencia de aque-
lla y cuenta con la autorizacción del
autor y del traductor español.

ADVERTENCIA PARA UNA MEJOR


Derechos Reservados conforme a ley
Mayo 1997 LECTURA DEL TEXTO TRADUCIDO
IDEMSA
Importaciones y Distribuidora Editorial Se ha tratado, en lo posible, de hacer que el texto de la
Moreno S.A. traducción se corresponda exactamente con el texto origi-
nal de la versión alemana, no sólo en su contenido, sino
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("Strafrecht. Allgemeiner Teil") se trata de la página núme-
ro 100 a partir de la flecha.
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nica,. incluyendo el sistema de fotocopia, sin autorización
escrita de los editores y el autor
los números con los que el autor, siguiendo una técnica
muy empleada en Alemania, designa cada párrafo del tex-
to, con el objeto de facilitar la ubicación de las citas. Lo
mismo es aplicable para las notas al pie de página.
IMPRESO EN EL PERU Finalmente, se pone entre corchetes algunas aclaracio-
PRINTED IN PERU nes que el traductor ha creído conveniente incluir para evi-
tar confusiones.
ABREVIATURAS
ADPCP Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales
(España)
AG Juzgado de paz (letrado)
AIFO "Investigación sobre el Sida"
art. artículo
BayOLG Tribunal Superior del Land Bayern
BGH Corte Suprema
BGHSt Sentencias de la Corte Suprema (colección de)
cit. obra citada
cap. capítulo
AGRADECIMIENTO comp. compárese
Para la realización de la presente traducción com. prev. comentario previo a
ha sido importante el aliciente y apoyo pres- c. más ref. com más referencias bibliográficas
tado por mi amigo el profesor huancaino Cé- DAR "Derecho alemán del automóvil"
sar Paredes Várgas a quien quiero expresar P. Derecho Penal
mi sincero agradecimiento. DTJ Jornadas de Juristas Alemanes
ed. edición
esp. especialmente
GA "Archivos de Goldamm"
JA "Papeles jurídicos de trabajo"
JR "Panorama Jurídico"
Jura "Formación jurídica"
Jus "Instrucción Jurídica"
JZ "Periódico de los Juristas"
LC Libro conmemorativo
LH Libro Homenaje
LK Comentarios de Leipzig al Código Penal
MDR "Revista Mensual de Derecho alemán"
NJW "Nuevo semanario jurídico"
NStZ "Nueva Revista de Derecho Penal"
n. marg. número de margen
n. p. (nota) nota al pie de página
OLG Tribunal Superior del "Land"
p. página
p. e. por ejemplo
P. g. parte general
RG Tribunal (supremo) del Reich
RGSt Sentencias del Tribunal del Reich (colección)
"Revista suiza de Derecho penal"
INDICE
SchwZStr : N° N°
SK Comentario Sistemático del Código Penal Márgen Página
StrV Revista "Defensor penal" A MANERA DE PRESENTACIÓN: NOCIONES PRELIMINARES
V. ver - Manuel A. Abanto Vásquez
v. t. ver también 1.- Ubicación de la problemática 14
VKS "Recopilación del Derecho de tráfico" 2.- El problema de la causalidad en los delitos de
WK Comentarios Vieneses al Código Penal (austriaco) resultado 16
y s(s). y siguiente(s) 3.- La imputación objetiva 20
ZfRV "Revista de Derecho comparado" 3.1Los criterios de la imputación objetiva 20
ZStW "Revista para la toda las ciencias penales" a) La disminución del riesgo 21
ZVR "Revista del Derecho de tráfico" (Austria) b) Creación de un riesgo jurídicamente
relevante 22
c) Aumento del riesgo permitido 24
d) Ámbito de aplicación de la norma 26
e) Realización del plan 27
f) Esfera de responsabilidad de la víctima 28
g) Otros criterios 29
4.- Crítica a la Teoría de la Imputación Objetiva 29
5.- Concepciones especiales de la Imputación Objetiva 31
6.- Ubicación sistemática de la Imputación Objetiva 35
7.- Campo de aplicación de la Imputación Objetiva 37
8.- Conclusiones 39
9.- La Imputación Objetiva en la doctrina y
Jurisprudencia penal peruanas 42
N° N°
N" N"
Márgen Página
INTRODUCCION c) La exclusión de la imputación en resultados Niárgen Página
- Dra. Paz Mercedes de la Cuesta Aguado no cubiertos por el fin de protección de la
norma de cuidado 68 1I6
LA TEORÍA DE LA IMPUTACION OBJETIVA EN d) Conducta alternativa ajustada al derecho
LA TEORIA DEL INJUSTO EN ESPAÑA y teoría de la elevación del riesgo 72
49 119
1.- Introducción e) Acerca de la combinación de la teoría del
2.- La relación de causalidad 53 aumento del riesgo y la teoría del fin de
3.- Los criterios normativos de Imputación y la protección
59 83 128
Teoría de la Imputación Objetiva 4) El radio de acción del tipo
4.- Acción e Imputación 71 85 131
a) Participación en una propia puesta en
5.- La Teoría de la Imputación Objetiva en tres peligro dolosa
niveles 75 89 132
b) La puesta en peligro de otro consentida por éste 98 143
a) En el ámbito de la creación de un riesgo
76 c) La atribución a un ámbito de responsabilidad
no permitido
ajeno 104 151
b) Sobre la realización del riesgo imputable
83 d) Otros actos 112 158
en el resultado
c) En cuanto al criterio del alcance del tipo penal 86
6.- Conclusiones 86 LA IMPUTACIÓN OBJETIVA EN LOS
DELITOS IMPRUDENTES
- CLAUS ROXIN
I) De la forma de culpabilidad a la forma
LA ULTERIOR IMPUTACIÓN AL TIPO OBJETIVO de tipo efectivo 3 159
II) Los criterios de la conducta improcedente 8 162
I.- Delitos de Lesión 36 89 III) Acerca de la concreción de la creación
1.- Introducción 36 89 no permitida del peligro 14 166
2- Creación de un riesgo no permitido 43 96 1) Normas jurídicas 15 166
a) La exclusión de la imputación en caso 2) Normas del tráfico [comercial, profesional
de disminución del riesgo 43 96 y deportivo] 18 169
b) La exclusión de la imputación en caso 3) El principio de confianza 21 171
de faltar la creación de un peligro 45 97 a) En el tráfico callejero 21 171
b) En una actuación conjunta con
c) Creación de peligros y cursos causales
48 99 división del trabajo 25 173
hipotéticos c) En relación con los hechos delictuosos
d) La exclusión de la imputación en los dolosos de otros
casos del riesgo permitido 55 105 26 174
4) La figura mensurable diferenciada 32 179
3.- Realización del riesgo no permitido 59 109 5) Deberes de información y de omisión 34 180
a) La exclusión de la imputación cuando 6) La ponderación de beneficios y riesgo 37 181
no se realiza el peligro 59 109 IV) Acerca de la concreción del ámbito tipo
b) La exclusión de la imputación cuando de protección 39 183
falta la realización del riesgo permitido 63 112 Normas Penales Alemanas citadas 187
(*) Manuel A. Abanto Vásquez
Abogado. Profesor de Derecho Penal
Doctorado en la Universidad Albert-Ludwig
de Friburgo (Alemania)

A MANERA DE PRESENTACION:
NOCIONES PRELIMINARES
CAUSALIDAD E IMPUTACIÓN OBJETIVA EN EL DE-
RECHO PENAL(*)

Para quienes todavía no se han adentrado en los sen-


deros tortuosos de la dogmática penal, les parecerá extra-
ño que se dedique un libro a un tema tan específico y poco
conocido en nuestro medio como el de la "imputación obje-
tiva".
El penalista nacional, tradicionalmente "legalista" en el
sentido de aplicar la ley al pie de la letra, no entiende mu-
chas veces que la ésta no dice, no puede decirlo todo. Erró-
neamente se cree que la doctrina, no puede ser de mucha
utilidad en el trabajo práctico de dar o buscar solución a
casos penales. Nada más alejado de la verdad: si los fallos
judiciales no son motivados con explicaciones doctrinarias,
fácilmente puede caerse en la arbitrariedad. Si los jueces
pudieran "interpretar" y aplicar las leyes sólo basándose en
lo que ellos creen que ésta dice, se hace imposible contro-
lar su labor judicial.
Precisamente el tema de la "imputación objetiva" y la
discusión que ha motivado en la doctrina y en la jurispru-
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 15
14
dencia alemanas, demuestra palpablemente cómo pueden Es por eso que, desde hace algún tiempo y después de
y deben actuar teoría y práctica, doctrina y labor judicial, múltiples intentos por solucionar los problemas "manipu-
para tratar de dar una solución más justa a los problemas lando" la teoría de la causalidad, la doctrina ha venido con-
jurídico-penales concretos, así como para concretar el prin- siderando la necesidad de agregar una exigencia más de
cipio de legalidad reconocido no sólo por la leyes, sino tam- carácter normativo (no prevista expresamente en la ley)
bién por los "escépticos" de la doctrina. dentro de la tipicidad. Nos estamos refiriendo a la "imputa-
ción objetiva". Según esta teoría, "para que un determina-
A continuación, daremos una explicación inicial sobre
do comportamiento pueda ser entendido como que realiza
la problemática de la "imputación objetiva", la cual será de-
el tipo, no basta la realización material del mismo, sino que
sarrollada después in extenso, y con especial referencia al
es preciso que dicha realización material sea imputable ju-
derecho español por la Dra. DE LA CUESTA AGUADO con
rídicamente a aquel comportamiento" 2 . Es decir, no basta
respecto al derecho alemán, por el profesor CLAUS ROXIN.
p. e. con haber causado, dolosa o imprudentemente, una
muerte o una lesión corporal para que el sujeto activo haya
1.- Ubicación de la Problemática realizado el tipo; es necesario, además, que dicho resulta-
do típico pueda serle imputado objetivamente a él, con base
Como es sabido, los delitos pueden clasificarse en delitos en determinados criterios que serán explicados más ade-
de mera actividad, cuando el tipo solamente requiere la ejecu- lante.
ción de la conducta descrita (p. e. el allanamiento de morada, la
La "imputación objetiva" implica la admisión en la
violación, etc.) y delitos de resultado, cuando la parte objetiva
del tipo exige la causación de un resultado (p. e. el homicidio, tipicidad, en contra de la doctrina clásica, de un elemento
las lesiones, etc.). Se podría pensar, entonces, que una vez de valoración. Esto no es incompatible con la comprensión
realizada la acción típica, en el primer caso, y una vez ocasio- moderna de la tipicidad, pues se ha reconocido a ésta, am-
nado el resultado, en el segundo, tendría que afirmarse la pliamente un carácter de proceso de atribución valorativo 3.
tipicidad objetiva, para, luego de verificada la tipicidad subjetiva, La teoría de la imputación objetiva no solamente ha en-
cerrar el capítulo de la tipicidad y pasar a examinar la antijuricidad. contrado aplicación en los delitos dolosos de comisión. Su
La separación espacio-temporal entre la acción del ac- importancia es inclusive más evidente en los delitos de omi-
tor y el resultado lesivo final del bien jurídico permite, sin sión impropia (o de comisión por omisión), donde el tipo
embargo, muchas variantes e hipótesis. En muchos casos objetivo ni siquiera requiere una relación de causalidad pro-
se presentan dudas acerca de la razonabilidad y necesidad piamente dicha, sino solamente que al sujeto activo le sea
político-criminal de hacer responsable al autor por el hecho imputable objetivamente el no haber impedido el resultado
delictuoso causado por él. Se tiene que determinar de al- cuando debió haberlo hecho en virtud de su posición de
guna manera que el "causar" el resultado a través de la
conducta del actor es "jurídicamente esencial".

2 Santiago MIR PUIG, Derecho Penal, p. g., Barcelona 1990, p. 229.


3 BUSTOS, El delito culposo, Santiago de Chile, 1995, p. 30 y s.
JAKOBS. D. P., p. g Berlín, 1993, p. 184, n. marg. 4a.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 17
16
garante. En los delitos culposos o imprudentes la imputa- alemana y española estimaron que la acción y el resultado
ción objetiva alcanza tales ribetes que incluso algunos au- típico se vinculaban únicamente por una relación causal ;
tores sugieren que todo el tipo objetivo sería un problema cuando se daba esta relación, el tipo objetivo se tenía por
realizados.
de imputación objetiva, es decir ésta absorbería la proble-
mática de la infracción del deber de cuidado, la previsibili- Para poder explicar dicha relación causal se idearon
dad, la reconocibilidad o la evitabilidad del resultado, salvo muchas teorías. Al principio se aplicó la "teoría de la condi-
que el tipo legal prevea otros requisitos específicos 4 . ción", también llamada "teoría de la equivalencia de las con-
Finalmente, la imputación objetiva ha llegado a influen- diciones". Según ella, toda condición de la cual ha dependi-
ciar también en el concepto de autor, puesto que sólo pue- do la producción de un resultado es causa de éste, sin im-
de ser considerado autor del resultado típico aquél a quien portar su mayor o menor proximidad o importancia. Para
puede imputársele objetivamente tal hecho. reconocer las condiciones con carácter de "causa" se em-
pleaba la fórmula llamada de la "condicio sine qua non"
En el presente trabajo se procederá a exponer y analizar ("condición sin la cual" no se habría producido el resulta-
la teoría de la imputación objetiva desde el punto de vista do) : se suprimía mentalmente la conducta investigada, para
aplicativo de los delitos (dolosos) de acción. Esta decisión saber si el resultado hubiera acaecido de todas maneras o
no sólo se basa en el hecho de que se trata del grupo más no. En caso de que el resultado no se hubiera producido,
polémico, complejo e ilustrativo, sino también porque la teo- se consideraba que tal conducta había sido "causal" (si A
ría todavía no se encuentra tan desarrollada en los demás no hubiera disparado a B, éste no hubiera muerto. Conclu-
delitos como para poder hablarse de un consenso general. sión : la acción de A es causa de la muerte de B).
El problema de esta fórmula era que conducía a incluir
2. El problema de la causalidad en los delitos de
-
una cantidad infinita de causas del resultado, las cuales
resultado nada tenían que ver jurídico-penalmente con la situación
concreta. Así podría considerarse causa el hecho de fabri-
Durante mucho tiempo la doctrina y la jurisprudencia car el revólver o el cuchillo con los que alguien mató a otro,
o, como se decía llevando el ejemplo a la exageración, que
incluso Adán y Eva serían responsables penalmente por
4 Así ROXIN, Strafrecht, Allgemeiner Teil, Munich 1994, p. 892 y ss., esp. n. marg. 10 y todos los delitos cometidos hasta ahora, pues si se supri-
ss. Esta es, sin embargo una posición hasta ahora aislada. Mayormente se considera toda- miera mentalmente la acción de procreación que ellos efec-
vía en la tipicidad de los delitos culposos a la infracción del "deber de cuidado", delimi- tuaron, no habría descendencia humana y con ello no se
tando su relevancia jurídico penal con ayuda de los criterios de imputación objetiva. V.
entre otros MIR PUIG, D. P. p. g., Barcelona, 1990, p. 294 y ss. ; BUSTOS, 1995, p. 37 habría producido ningún delito.
in fine y s. V. al último autor críticamente contra Roxin, idem, p. 43, nota 28 y p. 63 y s.,
nota 44. En realidad, ambas posiciones son perfectamente atendibles, pues llevan a los Aparte de este inconveniente, la fórmula de la "condicio
mismos resultados dentro de la tipicidad; la diferencia se origina en la discusión teórica
sobre la primacía del desvalor del acto o del resultado. Sistemáticamente, sin embargo,
parece ser más coherente la posición de Roxin, pues la previsibilidad del resultado que
fundamente la infracción del deber de cuidado tiene que basarse necesariamente en la
"teoría de la adecuación" (v. expresamente el propio BUSTOS, idem, p. 44), la cual a su Luis ARROYO ZAPATERO, "La protección de la seguridad en el trabajo", Madrid,
1981, p. 95.
vez no es más que un criterio de la imputación objetiva.
18 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 19
sine qua non" lleva a resultados insatisfactorios en ciertos sas puestas en movimiento, pero una produce el re-
casos, negando la causalidad, cuando debería afirmarla, y sultado antes que la otra, la cual también lo hubiera
afirmándola cuando debería negarla: hecho. Ejemplo : A y B vierten, por separado, sen-
das cantidades mortales de veneno en la taza de
a) Casos de "desconocimiento de la virtualidad de la
condición supuesta". Aquí se desconoce el efecto café de C, pero el veneno de A actúa más rápido y
dañino de una sustancia para la salud de las perso- ocasiona la muerte de C. Aquí tendría que negarse
la causalidad de la acción de B y afirmarse la de A,
nas. P. e. se desconoce la propiedad de un medica-
mento para causar malformaciones en los fetos de pese a que el resultado también se hubiera produci-
las gestantes que consumieron el producto (caso de do, si se eliminara mentalmente la acción de este
último.
la "Talidomina" en Alemania). La causalidad tiene
e) Casos de "desviación del curso causal" o "cursos
que negarse, pues se ignora si el resultado se pro-
duciría de igual manera de no haberse ingerido el causales indirectos o mediatos". A hiere a B, pero
medicamento. Si se supiera que el resultado daño- éste muere recién debido a que la ambulancia que
so fue producido por el medicamento, pero se des- lo transportaba al hospital colisiona con otro vehícu-
conociera cuál de las sustancias que lo componen lo. Si se suprime hipotéticamente la conducta de A,
fue exactamente la causante, no habría problemas desaparecería el resultado, por lo cual éste tendría
para afirmar una "causalidad general". que ser considerado como el causante de la muerte
de B. Tal solución sería a todas luces insatisfactoria.
b) Casos de "causalidad hipotética". Estos se presentan
cuando otra causa, igual a la que se analiza, hubiera Todos estos problemas pusieron en duda las bondades
producido el mismo resultado, si la primera causa no de la fórmula de la "condicio sine qua non" y, con ello, a la
se hubiera realizado. El ejemplo clásico es el de A que "teoría de la condición", pese a que muchos de ellos po-
vierte veneno en el café de B, al cual C también hubie- dían ser solucionados con una adecuada reelaboración de
ra echado veneno, si A no lo hubiera hecho. O tam- la fórmula'.
bién cuando A dispara y mata a B, justo cuando C
Se pretendió, entonces, superar la teoría de la condi-
también se disponía a hacerlo. En ambos casos, si se
ción mediante otras teorías causales que, con formulaciones
suprimiera la conducta de A, el resultado no desapare- más restringidas, obtuvieran resultados convincentes. Apa-
cería, pues otra persona también lo hubiera causado. recieron así las teorías de la "causa eficiente", la "última
c) Casos de "causalidad cumulativa". Cuando el resul- condición", "la interrupción del nexo causal" (llamadas teo-
tado fue causado por dos o más condiciones, cada rías individualizadoras porque buscaban destacar una sola
una de las cuales era suficiente para producirlo, no condición) y la "teoría de la adecuación" 7 . Todas ellas trata-
serviría de nada suprimir mentalmente una de ellas, ron de otorgar carácter de causa únicamente a aquélla que
ya que el resultado se produciría de igual manera.
Ejemplo : A y B efectúan, al mismo tiempo, disparos
mortales contra C y causan su muerte.
d) Casos de "causalidad adelantada". Estos casos se 6 Consúltese la detallada exposición que realiza MIR PUIG, p. 232 y ss.
7 Se remite aquí a MIR PUIG, p. 241 y ss.
derivan de los anteriores. Aquí hay dos o más cau-
r

La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares


20 21
interesara al Derecho Penal. Sin embargo, puesto que es- en torno a los criterios propuestos por el alemán Claus
tas teorías utilizaban criterios normativos, no podían ser con- ROXIN. El principio general en el que se basan estos crite-
sideradas como teorías de la causalidad, ya que la rios exige, en principio, que la acción humana haya produ-
causalidad es un concepto naturalístico. El Derecho Penal cido un riesgo desaprobado legalmente, el cual además
no puede desconocer, o siquiera modificar, conceptos debe haberse realizado en el resultado y debe encontrarse
ontológicos ya dados 8 . Por otro lado, como ya se dijo, una comprendido por el fin de protección de la norma". Siem-
teoría pura de la causalidad no podía establecer un límite al pre que falte la relación causal, en el sentido de la teoría de
gran número de acciones que podían ser contempladas la condición, faltará también la imputación objetiva debido
como "causa". a la ausencia de la creación de un riesgo. Pero no toda
causa del resultado guarda una necesaria relación de ries-
3.- La imputación objetiva go con la acción correspondientel 2 .

Finalmente se llegó al siguiente resultado en la discu- a. La "disminución del riesgo"


-

sión doctrinaria : Mediante este criterio puede negarse la' imputación ob-
Se reconoce a la "teoría de la condición" como la única jetiva en los casos de desviación de un resultado grave,
teoría válida de la causalidad. que haya llevado a producir uno leve. Ejemplo: A y B pa-
La relación causal sigue siendo elemento del tipo obje- sean por la calle ; al pasar debajo de un edificio, A se da
tivo, pero constituye presupuesto de la imputación objetiva. cuenta de que está a punto de caer un macetero sobre la
cabeza de B. Rápidamente A empuja a B, evitando que le
Se reconoce la necesidad de elaborar criterios que limi- caiga el macetero en la cabeza, pero ocasionando, al mis-
ten la relevancia jurídico-penal del gran número de accio- mo tiempo, que le caiga en el brazo, donde éste sufre lesio-
nes típicas, exigiendo que, además de la causalidad de la nes. Obviamente habría aquí una dismin„ción del riesgo
acción para la realización del resultado, también exista una
de lesión corporal, por lo cual procede negar la imputación
"relación de riesgo" entre ambas 10 . objetiva.

3.1.- Los criterios de la imputación objetiva Mayores problemas se presentan cuando los bienes ju-
rídicos en cuestión son distintos (p. e. se evita la muerte,
En la doctrina penal, entre aquellos que admiten la teo-
pero se provoca lesiones), ya que si bien se ha disminuido
ría de la imputación objetiva, la discusión se viene dando
el riesgo para un bien jurídico, se ha creado al mismo tiem-
po un riesgo para otro. Aquí caben dos soluciones: o bien

8 GIMBERNAT ORDEIG. "Delitos cualificados por el resultado y relación de


II
causalidad". Madrid, 1966, p. 117 y ss. V. ROXIN, 1994, p. 299 y s., n. marg. 39 al 41 ; v. t. el mismo autor en "La doctrina
9 Elena LARRAURI, "Notas preliminares para una discusión sobre la imputación ob- de la atribución objetiva", Discurso de invstidura de Doctor h. c. en la Universidad
jetiva", ADPCP: Madrid, 1988. p. 717. de Barcelona del 15-06-1994, p. 23 in fine.
2 MIR PUIG, p. 245.
LARRAUR1, p 732 y ss.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 23
22
b. - "Creación de un riesgo jurídicamente relevante"
se acepta la imputación objetiva del riesgo creado para
negar después la antijuricidad por darse un caso de estado Este criterio se corresponde con la anterior teoría causal
de necesidad ; o bien se considera el riesgo creado como de la adecuación, con la diferencia de que ahora se aplica
un minus en relación al riesgo más grave desviado y se después de afirmada la causalidad. Según él, procede ne-
niega consecuentemente al imputación objetiva" gar la imputación objetiva (no la causalidad, como antes)
cuando la acción no ha creado el riesgo relevante de una
CEREZO MIR opina que estos casos deben ser trata-
dos como un problema del dolo o, si ello no bastara (el lesión al bien jurídico. La ausencia de este riesgo relevante
se comprueba mediante un juicio de adecuación, es decir,
actor quería el resultado más grave), resueltos afirmando
una causa de justificación como la legítima defensa. cuando el resultado no hubiera sido objetivamente previsi-
ble. Ejemplo :el sobrino heredero envía a su tío al bosque,
Para BUSTOS, este criterio no es objetivo, pues no pue- con la esperanza de que le alcance un rayo y muera. Aun-
de prescindir de elementos subjetivos, como la intención. que el riesgo de lesión del bien jurídico "vida" era deseado
En efecto, en la solución de los casos problemáticos resul- por el actor, éste no podía ser objetivamente, previsible. Tam-
ta decisivo saber si las desviaciones del golpe y sus conse- bién puede, de esta manera, darse solución a casos de des-
cuencias eran deseadas o no". viación del curso causal, como el del herido por una bala
TORÍO asume la (antigua) propuesta de Jescheck, en disparada por A, que muere a consecuencia del accidente
el sentido de que en estos casos debe aplicarse la causa que sufre la ambulancia que lo transportaba al hospital.
de justificación del riesgo permitido. ROXIN critica esta so- Aquí deben diferenciarse las causaciones del resultado
lución porque supone reconocer la tipicidad de una lesión "adecuadas" de las "inadecuadas". Las acciones inadecua-
corporal, pese a que en realidad la acción ha tendido a evi- das, o bien no suponen un riesgo para la lesión del bien
tar el riesgo (más grave) para la integridad física. Sin em- jurídico, o éste es mínimo. Se plantea como ejemplo el caso
bargo, la réplica de Torío es bastante acertada, cuando afir- de que un tirador inexperto da en el blanco (matando a
ma que hay que un paralelo entre la situación dada y la que quien quería matar), pese a que ex-ante tal resultado hu-
se presenta en las causas de justificación, en las cuales el biera sido juzgado como poco probable incluso para un ti-
autor intenta evitar una lesión al bien jurídico. Habría, en- rador experto. MIR PUIG afirma aquí la imputación objeti-
tonces, una doble utilización de este criterio si se le utilizara va, pero sólo para los delitos dolosos, pues la intención se
también en la imputación objetiva. Además no hay ningún manifiesta en una conducta dirigida a la lesión de un bien
elemento adicional que distinga este criterio con el estado jurídico que ha demostrado exteriormente ser peligrosals.
de necesidad 15
Para CEREZO MIR y TORÍO, en el caso dado tendría

13 MIR PUIG, p. 246. Solución parecida adoptan OCTAVIO DE TOLEDO/HUERTA


TOCILDO, Derecho Penal p.g., Madrid 1985, p. 99.
14
BUSTOS, "Imputación objetiva", en : Estudios penales y criminológicos, XI, 1989,
p.132 y ss. 16 MIR PUIG, p. 247 y ss. Véase también, con algunos matices OCTAVIO DE TOLEDO/
ls TORÍO LÓPEZ, "Fin de protección y ámbito de prohibición de la norma", en Estu-
HUERTA TOCILDO, p. 93 y ss.
dios penales y criminológicos, X,1987.
24 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 25
que excluirse el dolo. El actor, en realidad solamente "de- primer caso, el propietario de la fábrica de pinceles omitió des-
sea" el resultado, y este "desear" no es elemento del dolo. infectar los pelos de cabra que entregaba a sus trabajadores
Esta concepción es criticada por GIMBERNAT ORDEIG, para su manufacturación. Estos sufrieron serias infecciones,
quien niega la posibilidad de diferenciar entre "querer" y las cuales, sin embargo, también se hubieran producido, si el
"desear". En tanto el actor considere su acción como idó- propietario hubiera cumplido con su deber de cuidado, pues
nea para realizar el resultado, no se puede decir que sola- los desinfectantes disponibles en la época en que se produje-
mente lo ha "deseado"' 7 . ron los hechos no eran capaces de eliminar la bacteria pro-
ductora de la infección. En el segundo caso, un conductor
En las acciones adecuadas el actor utiliza actos lícitos
excede la velocidad máxima permitida y atropella a un ciclista
para realizar el resultado típico. Este sería el caso del so-
ebrio, el cual se desplazaba de manera tan descuidada por la
brino heredero que hace subir a su tío a un avión, a
carretera que también hubiera sido atropellado, si el conduc-
sabiendas de que en éste hay una bomba escondida que
tor hubiera respetado la velocidad preceptuada. Aquí, enton-
va a estallar durante el vuelo. Aquí procede la aplicación
ces, procede negar la imputación objetiva cuando la conducta
del criterio del "riesgo permitido" que se verá a continua-
del actor no ha significado una elevación delviesgo permitido
ción.
(el riesgo de que atropellen al ciclista y de que se infecten los
En resumen, la crítica a este criterio se basa en lo si- trabajadores ya estaba dado).
guiente: GIMBERNAT critica este criterio, dado que habría ca-
Hay un traslado a los delitos dolosos de elementos que sos en los que la conducta imprudente del actor presupone
constituyen el tipo culposo. una elevación del riesgo, pese a lo cual sería más justa la
Para los delitos culposos este criterio sería inútil, pues exclusión de la tipicidad. Ella no se lograría mediante el
los elementos de éste presuponen el injusto culposo. criterio del "riesgo permitido", sino con el del "ámbito de
protección de la norma". Ejemplo: el guardabarreras ferro-
Este criterio y el del "aumento del riesgo permitido" se
viario omite imprudentemente bajar las barreras al pasar
superpondrían, pues solamente cuando el actor ha sobre-
un tren, lo cual permite que un suicida se arroje a las vías y
pasado el riesgo permitido, elevando el riesgo de una le-
muera. Obviamente sería aquí injusto afirmar la imputación
sión, aparece éste como jurídicamente relevante'.
objetiva del resultado por haberse dado un aumento del
riesgo permitido. Por otro lado, con el criterio del "aumento
c.- Aumento del riesgo permitido
del riesgo permitido" también se llega a negar la imputa-
Con ayuda de este criterio se puede solucionar casos clá- ción objetiva allí donde debería afirmársele. P. e. un asesi-
sicos de cursos hipotéticos causales, como los de la jurispru- no va a una farmacia con la receta de un veneno que un
dencia alemana del "pelo de cabra" y del "ciclista ebrio". En el médico amigo le ha proporcionado, a sabiendas de lo que
iba a hacer con ella. Sin embargo, el actor no necesita
mostrar la receta del farmacéutico , pues éste no la exige.
El farmacéutico no aumentó el riesgo ; sin embargo, sería
GIMBERNAT ORDEIG, 1966, p. 150. a todas luces injusto negar la imputación objetiva de su
LARRAURR1, p. 748. acción. Por otro lado, tampoco el farmacéutico aumentó el
26 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 27
riesgo con su lesión al deber de cuidado. Además, este Sin embargo, MIR PUIG considera necesario recurrir a
criterio parece ser, más bien, un elemento constitutivo de este criterio, debido a la existencia de casos en los cuales
los delitos imprudentes, en los cuales no podría, por lo tan- el actor había contado con la producción del resultado, in-
to, ser utilizado como criterio de imputación objetiva". cluso accidentalmente. El ámbito de protección de la nor-
Por el contrario, OCTAVIO DE TOLEDO y HUERTA ma abarca la producción del resultado accidental, por lo
TOCILDO defienden la utilización de este criterio de impu- que se podría afirmar la imputación objetiva 21 .
tación objetiva y rechazan el del "ámbito de protección de 2.- Casos en los que, aunque el resultado es reflejo del
la norma". Con este último se llegaría a negar la protección riesgo producido, dicho resultado se sitúa fuera del
de bienes jurídicos prácticamente perdidos, pero a cuya ámbito de protección de la norma. Ejemplo: la ma-
lesión el autor ha contribuido. La comprobación del "au- dre de A muere de un infarto al corazón al enterarse
mento del riesgo" debería realizarse mediante una reflexión que su hijo fue muerto por B. La muerte de la madre
ex-post y, en caso de dudas, debería aplicarse el principio no podría imputarse a B.
in dubio pro reo 20 .
Se critica aquí que, cuando el actor quería precisamen-
d.- Ámbito de aplicación de la norma te el resultado ulterior, o cuando éste fue causado impru-
dentemente, es imprescindible recurrir a elementos subje-
Pese a haberse dado un aumento del riesgo, la imputa- tivos. Con ello la imputación objetiva dejaría de ser "objeti-
ción objetiva también puede ser negada, si el resultado acae- va"22 .
cido no era aquel que la norma quería evitar.
Los casos que se solucionan, con ayuda de este crite- e.- "Realización del plan"
rio, se pueden agrupar de la siguiente manera: Un criterio, relativamente nuevo, propuesto por Roxin,
1.- Casos en los cuales el riesgo no se realiza en el consiste en la "realización del plan" en los delitos dolosos.
resultado. P. e. en las desviaciones del curso cau- Según él, la imputación objetiva puede afirmarse sólo cuan-
sal: A muere, no a consecuencia del disparo de B, do el resultado corresponde al plan del autor. De esta ma-
sino por el accidente automovilístico cuando era lle- nera se comprende casos de aberratio ictus, dolo general y
vado al hospital. Para algunos autores, basta aquí desviaciones inadecuadas del curso causal. Así, cuando A
con una correcta utilización del concepto dolo. Así, apuñala a B y, creyéndolo muerto lo arroja a un río, donde
cuando se dé una desviación esencial del curso cau- éste recién encuentra la muerte al ahogarse, (caso de dolo
sal representado por el autor, tendría que excluirse general), no habría problemas al afirmar la imputación ob-
el dolo. jetiva, pues el plan del autor (muerte de B) se ha realizado.

19
GIMBERNAT ORDEIG, "¿Qué es la imputación objetiva ?, en Estudios penales y
criminológicos, X, 1987, p. 178. TORÍO es de la misma opinión, p. 399. 21 MIR PUIG, p.249.
OCTAVIO DE TOLEDO / HUERTA TOCILDO. p. 99 y ss. 22 LARRAURI, p.239 y ss., 1989.
28 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares
29
Sin embargo, esto presupone el abandono, una vez más, proporciona droga a otra persona, la cual muere después
del marco del tipo objetivo, pues se incluyen elementos sub- de una sobredosis. Igualmente podría pensarse en los ca-
jetivos23 . sos que también podrían ser resueltos mediante la acepta-
Por eso ROXIN ya no refiere este criterio de "imputa- ción de la causa de justificación del "consentimiento" : el
ción objetiva" al resultado dentro del tipo objetivo en sus masoquista que sufre graves lesiones por parte de quien él
más recientes publicaciones, sino lo trata dentro de la "im- aceptó como compañero de sus "juegos eróticos".
putación al dolo". El ejemplo problemático es solucionado
ahora dentro del tipo subjetivo (bajo la rúbrica criticada del g) Otros criterios
"dolus generalis"). Aquí la doctrina dominante verifica de
manera general la existencia de una desviación no rele- Como la teoría de la imputación objetiva es una teoría
vante del curso causal ; para otros la desviación causal es en plena elaboración, todavía es posible que se encuen-
relevante y por lo tanto existe sólo una tentativa y, even- tren nuevos criterios. Por lo pronto, el autor de esta teoría
tualmente, un concurso real de tentativa de delito doloso en su versión moderna ya ha incluido nuevos criterios o ha
con un delito culposo consumado, mientras que Roxin dife- sistematizado mejor los ya conocidos (v. al ' respecto el artí-
rencia en dos grupos de casos 24 : cuando el resultado final culo de dicho autor en este libro). Particularmente destaca
del desvío causal estaba cubierto por el dolo del autor (en el criterio de la "atribución a un ámbito de responsabilidad
ese caso : irrelevancia del desvío causal por realización del ajena" y los casos de "daños subsecuentes" y de shock en
plan del autor y existencia de consumación) y cuando no lo los delitos imprudentes 25.
estaba (el desvío sería relevante y sólo habría tentativa). El
primer caso es el del ejemplo arriba propuesto. No ocurre 4. Crítica a la Teoría de la Imputación Objetiva
-

lo mismo cuando, en un ejemplo citado por Roxin, el viola-


dor, con dolus eventualis, estrangula a la víctima para ha- Aunque la teoría de la imputación objetiva ha encontra-
cerle perder el conocimiento y violarla, pero la cree muerta do aceptación en la doctrina dominante de Alemania y Es-
y la entierra (arroja al río, etc.) donde efectivamente muere. paña, todavía hay posiciones minoritarias que la rechazan.

f.- "Esfera de responsabilidad de la víctima" En Alemania, los seguidores más estrictos del finalismo
la consideran superflua porque muchos de los problemas
Un resultado grave no debe ser imputado a quien dio que pretende solucionar podrían ser resueltos mediante una
inicio al curso causal, si el peligro de su producción fue correcta (extensiva) conceptuación del dolo y una mejor in-
libremente aceptado por la víctima. El peligro de cesión ha terpretación de los elementos del tipo objetivo. Así, p. e.
entrado en la esfera de responsabilidad de la víctima. Se cuando un médico proporciona un medicamento a un mori-
niega, en este criterio aquellos casos en que p. e. alguien bundo para que éste pueda vivir el tiempo suficiente y así

23 LARRAURI, p. 249, 1989.


ROXIN, refiriéndose a éste y a casos similares, 1994, p. 425 y ss. 25 v. ROXIN, 1994,p. 332 y ss. 904 y s.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 31
30
escribir su testamento, la acción del médico no sería típica, terios normativos que les permiten excluir las causas del
pues no habría "matado". No hay necesidad de recurrir a la resultado que no interesen al Derecho Penal. Por otro lado,
imputación objetiva (aumento de riesgo o ámbito de aplica- la solución del dolo es discutible, en cuando se extiende
ción de la norma o aumento del riesgo permitido), pues con demasiado su concepto. En efecto, el concepto de dolo re-
una correcta interpretación del verbo "matar", en el sentido conocido por la doctrina mayoritaria sólo comprende el "co-
de "acortamiento de la vida", quedaría claro que el médico nocer y querer" la realización de la situación objetiva des-
no ha cometido la acción típica ; lo que él ha hecho es "alar- crita por el tipo del injusto 28 . Quien dispara con la intención
gar la vida" del paciente 26 . Para la imputación objetiva sólo de matar, y a sabiendas de que su acción es suficiente para
habría lugar en los delitos culposos. causar el resultado de muerte, ya realizó el tipo subjetivo
de homicidio. Esta valoración no tendría que cambiar en
En España son los causalistas los que se oponen a la
nada, si la víctima no muere en seguida, sino después, por
teoría de la imputación objetiva. Para COBO DEL ROSAL y una causa distinta.
VIVES ANTÓN, bastaría la comprobación de una bien en-
tendida causalidad para solucionar los problemas presen- Finalmente, la solución que se busca, mediante la ex-
tados por los defensores de la teoría en cuestión. Esta clusión de la antijuricidad y de la culpabilidad sería, por
causalidad se afirmaría cuando las consecuencias de la un lado, sistemáticamente criticable, pues retrasa la so-
acción pudieron haber sido previstas por un espectador ima- lución de los casos, que pueden ser solucionados antes,
ginario que tuviera todos los conocimientos del autor y de en la tipicidad. Por otro lado, también serían evidentes
la humanidad. En los casos de cursos causales atípicos, la las consecuencias jurídicas negativas, ya que ello su-
solución estaría en el dolo, pues éste presupone vía el co- pondría admitir el injusto, con lo cual es posible la parti-
nocimiento del curso causal. No habría dolo, p. e., en el cipación punible en hechos que al final no ameritan san-
caso del herido de bala que muere en camino al hospital ción penal.
por un accidente de tránsito, porque el autor del disparo
actuó sin dolo al no haber podido conocer el curso causal 5.- Concepciones especiales de la imputación objetiva
completo. Por último, otros casos podrían ser contempla-
dos posteriormente a nivel de las causas de justificación y En la doctrina hay importantes autores que si bien acep-
de exculpación 27. tan la teoría de la imputación objetiva, le dan una connotatión
Contra esta crítica son posibles muchas réplicas. En pri- especial.
mer lugar resulta evidente que, tal como lo hacían las anti- Juan BUSTOS parte de una concepción puramente
guas teorías causales, los causalistas españoles no respe- valorativa, en la cual la causalidad, como concepto natura-
tan el carácter naturalístico de la causalidad, al utilizar cri- lístico, no tiene ninguna cabida. El contenido de la tipicidad,
desde la perspectiva de la norma de prohibición, está ne-

zs KAUFMANN, ¿Atribución objetiva en el delito doloso ?, ADPCP, Madrid


1985, p. 807 y ss.
27 COBO DEL ROSAL/VIVES ANTON, Derecho Penal, p. g. 1987, Valencia, p. 319 y
SS. MIR PUIG, p. 255.
32 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares
33
cesaria y lógicamente referido a valores, los cuales sola- mente, en los delitos de omisión, es suficiente el procedi-
mente se refieren a acciones y no a resultados. Si se consi- miento tradicional de la "inclusión hipotética" de la conduc-
dera globalmente el bien jurídico protegido y su efecto ma- ta preceptuada : (el resultado no se hubiera producido, si el
terial, tiene necesariamente que definirse a la tipicidad y a sujeto activo hubiera efectuado la conducta cuidadosa 31 .
la antijuricidad como dos niveles muy distintos de valora- Una posición parecida es defendida por Wolfgang FRISCH,
ción. Puesto que a la antijuricidad pertenecen todas las va- quien separa la imputación de la acción de la imputación
loraciones (aparte de las que pertenecen al Derecho Pe- del resultado, pero dentro de la tipicidad. Contra esta posi-
nal) que el bien jurídico extrae del ordenamiento jurídico ción (y también indirectamente contra la posición de BUS-
general, la "imputación del resultado" sólo podría ubicarse TOS) ROXIN objeta acertadamente que, en el fondo e in-
allí, mientras que en la tipicidad sólo habrá lugar para una dependientemente de los resultados similares a que se lle-
"atribución" objetiva de la acción, determinada en función gue con su concepción y con la de FRISCH, siempre de
de diversos criterios valorativos 29 . Entre otros criterios, pue- trata de imputación del resultado y que el desvalor de la
den emplearse, para esta "atribución objetiva", los criterios acción y por lo demás, el desvalor del resultado son inse-
de imputación objetiva propuestos por Roxin, a excepción parables a la hora de determinar una acción típica 32.
del de la "realización del plan", además de otros criterios
LUZÓN PEÑA afirma que muchos problemas pueden
generales y específicos (p. e. el error) 30. En la antijuricidad,
ser solucionados recurriendo a la teoría de la autoría y par-
h imputación objetiva del resultado tendrá la función de
ticipación, Sin necesidad de "sobrecargar" la imputación ob-
limitar las situaciones dadas a aquéllas que realmente afec-
jetiva. Así, no tendría sentido discutir sobre la imputación
tan un bien jurídico. Los criterios a utilizarse aquí depende-
objetiva cuando se puede comprobar que se había dado
rán de la estructura del tipo correspondiente. En los delitos
una simple participación en una autolesión no punible (lo
dolosos, el criterio de la "realización del plan", completado
cual lleva también a la impunidad de la participación), o
en el caso concreto por la teoría de la adecuación, podrá
cuando se trata de una mera participación en un delito im-
resolver los casos de "dolo general", aberratio ictus y error prudente (la que siempre es impune) 33 . Esto se puede apre-
in objecto y error in persona. En los delitos culposos, podrá
ciar claramente en un caso proveniente de la jurispruden-
aplicarse el criterio de los "dos cursos causales hipotéti-
cia española : el periodista Vinader había publicado a fines
cos", es decir, que se negará la imputación objetiva de la
de 1979 y principios de 1980, en una revista española de
situación típica, cuando la lesión o peligro concreto tam-
gran difusión, informes minuciosos sobre agrupaciones
bién hubiera ocurrido si la conducta, en vista de las cir-
antiterroristas, autores de atentados violentos en contra del
cunstancias, hubiera sido objetivamente cuidadosa. Final-
grupo terrorista ETA. En estos informes se habían dado a
conocer los datos personales y fotos de los supuestos

21' BUSTOS, "Manual de Derecho Penal", p. 188 y ss 199 y s. V. t. para los delitos 31 BUSTOS. Imputación objetiva, p. 140 y ss.
culposos 1995, p. 63 y ss., esp. nota 44. 32 ROXIN, 1994, p. 301, n. marg. 42.
33
3° BUSTOS. "Imputación objetiva", p. 132 y ss. LUZÓN PEÑA, "Derecho penal de la circulación", 1985,p. 275 y ss.
.1111111~--
11
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares
34 35

extremistas de derecha. Días después, estas personas fue- al autor. Para la ley no realiza el tipo cualquier persona que
ron asesinadas por miembros de la ETA. Vinader fue en- causa previsiblemente el resultado, sino sólo aquellas a las
tonces procesado y condenado como autor de homicidio que, además, puede serles imputado el hecho como su
propia obra37.
culposo, porque se consideró dada la causalidad entre la
publicación de los informes y los asesinatos. El Tribunal Finalmente JAKOBS, con una concepción funcionalista
Supremo confirmó esta sentencia". del Derecho Penal, desconoce las virtudes del concepto
En este caso, la causalidad podría resultar por lo me- "bien jurídico" y lo reemplaza por "las expectativas de com-
nos dudosa (in dubio pro reo), ya que no era realmente portamiento socialmente exigibles al autor" (lesión del de-
seguro que los asesinos habían leído los informes perio- ber en vez de lesión de bienes jurídicos). Se convierte así a
todos los delitos en delitos de omisión. En la tipicidad co-
dísticos. Pero, aún si se hubiera podido probar la causalidad,
no debió haberse considerado al periodista como autor de rresponde, consecuentemente, verificar si el autor tenía una
homicidio culposo. Para ser autor mediato de un delito (los posición de garante y si su omisión de comportamiento so-
autores directos en el caso serían los directores del diario cialmente esperado le es imputable objetivamente, en cuan-
donde trabajaba el periodista) se requiere un "dominio po- to él haya creado un riesgo jurídicamente désaprobado que
tencial del hecho", es decir, en el caso concreto, el imputa- se ha realizado en el resultado". Esta posición ha mereci-
do debió haber podido controlar objetivamente los aconte- do fuertes críticas, no por su especial concepción de la im-
cimientos con una conducta cuidadosa. Como ello no fue putación objetiva, sino por su alejamiento del principio de
así, a Vinader sólo podía acusársele de participación en un protección de bienes jurídicos".
delito imprudente, la cual, como se sabe es impune".
Opinión parecida comparte MIR PUIG. Para él, la rela- 6.- Ubicación sistemática de la imputación objetiva
ción de autoría es parte de la imputación objetiva. Se basa,
para ello, en una interpretación particular del art. 14 del La mayoría de los autores ubica la imputación objetiva
anterior Código Penal español (similar al vigente art. 28 del dentro de la tipicidad. Sin embargo, aquí también hay di-
C. P. español de 1995) 36 . Afirma MIR que tanto el inductor vergencias : mientras para unos forma parte del tipo objeti-
(instigador) como el partícipe necesario, si bien constitu- vo, para otros debe funcionar como un correctivo de la ac-
yen causa del resultado, no son sus autores, hayan podido ción típica (después de afirmada la tipicidad objetiva y sub-
preverlo o no ; ellos solamente son equiparados por la ley jetiva, pero antes de pasar a la antijuricidad).

37
MIR PUIG, p. 250.
34 Sentencia del Tribunal Supremo de 29-01-83.
35 LUZÓN PEÑA, p. 281. " Véase JAKOBS, STRAFRECHT A.T., Berlín 1991, p. 44 y ss. también véase Yesid
Según el Art. 14 del C. P. español, son considerados como autores aquellos que : 1- REYES : '`Fundamentos teóricos de la imputación objetiva" ADPCP, Madrid 1992,
36
p. 959 y ss.
Participen directamente en la realización del hecho ; 2- Obliguen o induzcan directa-
39
mente a otro a su realización ; y 3-Contribuyan con una acción a la realización del Véase, entre otros, la crítica que hace Arthur KAUFMANN : "Subsidiaritiitsprinzip
hecho, sin la cual éste no se hubiera producido. und Strafrechi", en Festschrift für Heinrich Henkel, Berlín-New Yorx 1974, p. 101 y s.
36 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares

En España, aparte de la particular posición de BUS-


En realidad, ambas posiciones no tienen por qué llevar
TOS, hay una tendencia importante a considerar a la impu-
a resultados diferentes, pues ambas aplican similares cri-
tación objetiva después de la verificación de la acción típica
terios de imputación objetiva dentro de una categoría penal
(GIMBERNAT ORDEIG, OCTAVIO DE TOLEDO/HUERTA donde lo objetivo y lo subjetivo están indisolublemente re-
TOCILDO, LARRAURI). Se argumenta que la utilización
lacionados. Por otro lado, si bien la postura de la doctrina
de la imputación objetiva en el tipo objetivo implica a veces
alemana dominante parece ser sistemáticamente la más
una duplicidad de elementos que normalmente fundamen-
correcta (un "correctivo" de la tipicidad implicaría un tercer
tan los tipos dolosos y culposos. Además, puesto que ella
nivel dentro de la tipicidad, difícilmente justificable), no se
tiene que tomar en cuenta las intenciones y conocimientos
puede tampoco desantender el hecho de que muchos ca-
del actor, sería dudoso su carácter "objetivo", contradicción
sos de imputación objetiva se refieren al tipo subjetivo. Es
que sería más evidente si se le ubicara en el tipo objetivo.
por eso que Roxin, consecuentemente, también prevé pro-
Por todo ello, a la imputación objetiva le corresponde- blemas tradicionales de "imputación objetiva" dentro del tipo
ría, más bien, el carácter de segundo correctivo, después subjetivo, con criterios propios para solucionar los casos
del tipo objetivo y del tipo subjetivo. Pero, además, los cri- problemáticos que allí se presentan (fundamentalmente las
terios a utilizar tendrían que diferenciarse según los delitos desviaciones de los cursos causales).
de los que se trate. En el marco de los delitos dolosos sólo
serían de aplicación la "previsibilidad objetiva", "la eleva- 7.- Campo de aplicación de la Imputación Objetiva
ción del riesgo permitido" y "el ámbito de protección de la
norma, pues los otros criterios ya forman parte de las ca- La doctrina tiende a extender la aplicación de la imputa-
racterísticas constitutivas de estos delitos". ción objetiva más allá de los delitos de resultado. Según los
La doctrina alemana dominante entiende, por el contra- autores, sería posible que en los delitos de mera actividad
rio, que la "teoría de la imputación objetiva" es un elemento se realicen acciones corporales que impliquen la realiza-
del tipo objetivo que reúne una serie de criterios normati- ción de la conducta típica, pese a que ello no hubiera sido
vos los cuales, luego de afirmada la causalidad en los deli- posible de predecir ex-ante". Éste sería el caso, p. e., de
tos de resultado, permiten afirmar o descartar la imputa- un empleado público que no cumple con un mandato legal.
ción de un resultado típico a la acción del sujeto activo'". La imputación objetiva tendría que negarse si posteriormen-
Esta posición es también la más usual y es defendida por te se comprueba que aquél no estaba objetivamente en
una parte de la doctrina española". condiciones de seguir la orden, incluso así él lo hubiera
deseado.'"

Debido a su particular punto de vista (la total exclusión

40
LARRAURI, 1989, p. 245.
81 ROXIN, 1994, p. 282 y s.; JESCHECK/WEIGEND, Lehrbuch des Strafrechts, AT,
1996, p. 277 y ss.; JAKOBS, 1993, p. 184 y s.: WESSELS, Strafrecht, AT, 1990, p.
52 43 MIR PUIG, p. 249.
42 V. PAZ DE LA CUESTA AGUADO, c. más ref., Causalidad de los delitos contra el
" OCTAVIO DE TOLEDO/HUERTA TOCILDO, p. 91. Observación : el C.P. español
medio ambiente, Valencia. 1995, p. 26 y s. contiene delitos de desobediencia (art. 369 a 372).
38 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 39
de la causalidad de la tipicidad), BUSTOS amplía la utiliza- la imputación debido a la falta de realización del riesgo per-
ción de la imputación objetiva a todos los delitos. La limita- mitido, pese a haberse dado una infracción de la "norma de
ción de esta teoría a los delitos de resultado, dice Bustos, cuidado" y existir un resultado típico". Por otro lado los prin-
es producto de una concepción que parte del resultado cipios político-criminales de "exclusiva protección de bie-
causado, con lo cual no habría impedimento para encon- nes jurídicos" y de no represión ante la falta de "necesidad
trar cualquier criterio de imputación "normativa" referida a de pena" permitirían decidir cuándo, pese a la existencia
éste". También JAKOBS llega a una aplicación amplia de de causalidad y de una realización del riesgo creado en el
la imputación objetiva, como ya se vio antes. resultado, no debe imponerse sanciones penales. Esto se
TORÍO va más lejos cuando afirma que la imputación reflejaría especialmente con el "principio de intensificación"
objetiva es un principio superior metódico, el cual se ex- (del peligro para bienes jurídicos) para solucionar proble-
tiende a todos los campos del sistema penal. Sólo queda- mas de cursos causales hipotéticos, excluyendo la imputa-
rían fuera aquellos casos irregulares como los delitos de ción cuando el resultado no es abarcado por el "fin de pro-
peligro y la tentativa inidónea. Así, p.e., en la inducción de- tección de la norma de cuidado", y en los diferentes su-
bería verificarse que la conducta contenga el peligro de con- puestos de relevancia del "radio de accióri del tipo penal",
tradecir la norma de prohibición correspondiente". en los que la imputación se desvía hacia la víctima o terce-
En todo caso parece ser que el trasfondo de la proble- ros los cuales asumen la responsabilidad por los sucesos
ocurridos".
mática de la imputación objetiva está desbordando los fi-
nes por los cuales fue incluida, al principio, para solucionar
problemas en la tipicidad. 8. Conclusiones:
-

La concepción más garantista hasta ahora sigue sien-


do la de su principal impulsor, el profesor Claus ROXIN. La inclusión en la tipicidad de criterios de imputación
Este autor trata de fijar los límites de la teoría de la "imputa- objetiva es producto de la necesidad de limitar la afirma-
ción objetiva", haciendo referencia a criterios político-crimi- ción de casos típicos que razonablemente deberían excluirse
nales, así como al "principio de culpabilidad". Así, el princi- desde el principio por carecer de relevancia jurídico-penal.
pio de culpabilidad se reflejaría ya a nivel de la tipicidad Sin embargo, se ha exagerado su importancia aplicativa,
(parte externa del principio de culpabilidad) para excluir las pues muchos problemas propuestos por la doctrina, pue-
"casualidades" del injusto mediante los criterios de la impu- den solucionarse sin tener que recurrir a la imputación ob-
tación objetiva 47, especialmente cuando se trata de excluir jetiva. Sobre todo puede llegarse a resultados satisfacto-
rios interpretándose correctamente los elementos del tipo

45 BUSTOS, "Manual de Derecho Penal", p. 117.


TORÍO, p. 47
47 V. al respecto ROXIN, "Culpabilidad y exclusión de la culpabilidad en el Derecho
48 V. ROXIN, 1994,p. g., p. 310 y ss., marg. 63 y ss.
Penal", Ponencia en el Congreso de Buenos Aires del 9 al 13 de setiembre de 1996, p.
49 Comp. ROX1N, 1994, p. g., p. 305, n. marg. 51, p. 312 y ss., n. marg. 68 y ss., p. 321
4y s.
y ss., n. marg. 85 y ss. V. también el mismo autor en "La doctrina ...", p. 45 y s
40 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 41
objetivo. También en los delitos culposos y omisivos hay infractor de las reglas de tráfico, quien no guardó la distan-
que distinguir aquellos "auténticos" casos donde se necesi- cia debida al adelantar a la víctima, pues se afirma que un
ta un correctivo normativo como la imputación objetiva, de conductor prudente tampoco hubiera podido evitar el resul-
aquellos otros, en los que bastan los elementos propios de tado ; otros afirman la imputación objetiva por "aumento
esos tipos de delitos. del riesgo"51 . Otros casos clásicos, pero de poca importan-
cia práctica, también han merecido diferente valoración entre
Por otro lado, si bien es comprensible la crítica en el
los autores : así unos afirman que debe excluirse la impu-
sentido de que la "imputación objetiva" tiende a una total
tación objetiva cuando una acción autónoma reemplaza la
subjetivización de la tipicidad, debido a que sus criterios
causalidad destinada a lesionar el bien jurídico ; p. e. cuan-
introducen muchos elementos subjetivos en el tipo objeti-
do se dispara contra a quien estaba a punto de ser muerto
vo, atentando contra el sistema, esta crítica no es decisiva.
por un derrumbe, mientras que otros anteponen el principio
ROXIN mismo responde a esta crítica argumentando que,
de "protección de bienes jurídicos"". Finalmente también
por un lado que el análisis de lo subjetivo, es decir de los
se llega a resultados totalmente opuestos en los casos en
conocimientos del actor en el caso concreto son indispen-
los que la infracción del deber de cuidado es causal para la
sables para determinar la imputación objetiva, pues influye
afección de bienes jurídicos durante las acciones de resca-
p. e. en la afirmación de la creación de un peligro ilícito (no
te. Así se discute si el constructor de una casa es respon-
permitido) o en el grado de autorresponsabilidad" de la víc-
sable por las lesiones o muerte de los bomberos llamados
tima. Por otro lado, es propio de las conductas humanas la
para apagar el fuego producido debido a las insuficiencias
inseparabilidad estricta entre lo objetivo de lo subjetivos°.
en la construcción. Unos afirman la realización del riesgo
Pero lo que sí puede ser criticado es la falta de seguri- no permitido en el resultado, y con ello, la imputación obje-
dad que en muchos casos ofrece la teoría de la imputación. tiva (Jescheck, Jakobs, Schónke/Schroeder/Cramer), mien-
Así se observa que incluso aplicando las reglas de la teoría tras que otros (ROXIN) excluyen la imputación por no in-
de la "imputación objetiva" puede llegarse a resultados to- cluirse los resultados lesivos dentro del radio de acción del
talmente opuestos, pues a la hora de aplicar el criterio res- tipo penal 53.
pectivo, no siempre se tiene la misma idea sobre sus al-
cances. P. e. para aplicar el criterio del "aumento del ries- La inseguridad se traslada entonces de la causalidad a
los criterios mismos de la imputación objetiva.
go", unos parten de una evitación del resultado en caso de
una conducta alternativa cuidadosa "con la probabilidad
rayana en la seguridad", otros aplican el "in dubio pro reo",
otros se contentan con la "posibilidad" de la evitación del
resultado, etc. Así, en el caso del ciclista ebrio unos niegan
la imputación objetiva del atropellamiento por el camionero
51
V. la exposición de las diferentes posiciones al respecto y con mas ejemplos
JESCHECK/WEIGEND (quienes comparten la opinión de Roxin), p. 584 y s. ; v.
también ROXIN, 1994, p. 314, n. marg. 72.
V al respecto e inclinándose por esta última concepción, ROXIN, 1994, p. 305, n.
marg. 51.
5° V. ROXIN, doctrina...", p. 37-39. V. ref. bibliográficas en ROXIN, 1994, p. 332 y ss., n. marg. 104 y ss.
42 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
A manera de presentación: Nociones Preliminares 43
Pero, entonces, ¿qué se puede decir de la validez de la
Si bien la doctrina peruana más autorizada no ha per-
teoría de la imputación objetiva después de la crítica ? El
manecido ajena a la teoría de la imputación objetiva, no le
mismo ROXIN ha dado los argumentos hasta ahora vigen-
ha dedicado hasta ahora toda la importancia que se mere-
tes para su legitimidad 54 : ce.
1.- La teoría de la "imputación objetiva" actúa descar- HURTADO POZO ha diferenciado claramente entre la
tando la responsabilidad penal en casos en los que
causalidad (cuestión empírica) y lo relevante para el Dere-
una aplicación ciega de los esquemas dogmáticos-
cho penal (cuestión jurídica), resaltando la necesidad de
penales la afirmaría. Es decir, mayormente actúa in
"determinar si el resultado (previsto en la ley como efecto
bonam partem. extremo y diferente de la acción) puede ser imputado al
2.- Sólo la teoría de la "imputación objetiva ofrece crite- autor como si fuera su obra 56 . Al principio había
rio "racionales" y por lo tanto "controlables" para la
recepcionado la nueva "teoría del riesgo", interpretándola
solución de casos problemáticos presentados.
en el sentido de que la creación o el aumento del peligro de
3.- En última instancia, su justificación está en una ne- realización del resultado haría que el comportamiento del
cesidad político-criminal de proteger los bienes jurí-
autor sea considerada como "causa", y no como criterio de
dicos en función del bienestar social y de la libertad una "imputación objetiva" 57 . En todo caso ya había adverti-
individual en un Estado de Derecho.
do acertadamente que el problema consistiría en señalar
Es en este sentido que la "imputación objetiva" resulta "la magnitud del riesgo que debe representar el acto del
una construcción útil y necesaria, aunque su ubicación sis- agente para poder considerarlo penalmente significativo".
temática y, por lo tanto, su legitimidad siga permaneciendo Como se ha visto, la doctrina moderna todavía no ha dado
en la oscuridad 55 . Ella lleva a resultados más razonables y, ninguna respuesta definitiva a este respecto, lo cual lleva a
dentro de su inseguridad, a resultados más seguros que soluciones diferentes dentro de los propios partidarios de
los basados en las teorías tradicionales vinculadas exclusi- la teoría de la imputación objetiva. Posteriormente, HUR-
vamente a la "teoría de la causalidad". TADO ha admitido con más énfasis la diferenciación entre
causalidad e imputación objetiva, integrando a esta última
a nivel de la tipicidad de todos los delitos 58.
9. La Imputación Objetiva en la Doctrina y Juris-
-

prudencia Penal Peruanas En los comentarios del nuevo Código Penal tampoco
se observa un mayor desarrollo de este tema. Entre los
Para finalizar, veamos brevemente cuál es la atención
que los últimos desarrollos doctrinarios de la imputación
objetiva han merecido en nuestro medio.
5.6
HURTADO POZO, Derecho Penal, p. g., Lima 1987, p. 342.
57
V. ídem, p. 346.
58
Comp. ROXIN, 1994, p. 45 y S. Comp. HURTADO POZO, "El principio de legalidad, la relación de causalidad y la
54
V. el mismo ROXIN, 1994, p. 299, n. marg. 38. En el mismo sentido PAZ DE LA culpabilidad: reflexiones sobre la dogmática penal", Nuevo Foro Penal N° 39, p. 27
55
CUESTA AGUADO, p. 29. al 32, Bogotá 1988; "Método de resolución de casos penales", Nuevo Foro Penal N°
26. p. 167 y ss., Bogotá 1992.
44 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 45
autores hay que destacar a VILLAVICENCIO, quien, no obs- En otros casos, los Tribunales peruanos han adoptado
tante, sólo menciona a la imputación objetiva en cuanto a la teoría de la "causalidad adecuada", la que en realidad,
sus vinculaciones con la "teoría de la causalidad adecua- como se ha visto antes, forma parte de la "imputación obje-
da", señalando acertadamente que ésta forma parte de tiva". Así, se ha considerado como "causa verdadera y úni-
aquella". ca" a aquellas acciones infractoras de las reglas de tráfico
La jurisprudencia nacional se ha topado con muchos o del deber de cuidado que previsiblemente, según el cur-
casos problemáticos, idóneos para incorporar la teoría de so ordinario de las cosas, pueden provocar accidentes. Ello
la imputación objetiva, deslindándola de la causalidad. Sin ocurrió en el caso del conductor X, quien al principio inva-
embargo, los jueces, en los pocos casos de motivación dió antirreglamentariamente el lado derecho de la vía, obli-
doctrinaria de las sentencias, se han limitado a aplicar la gando al chofer Y, que venía en sentido contrario a desviar-
causalidad, la adecuación social (previsibilidad) o incluso a se hacia el lado izquierdo ; al retomar X el lado correcto de
reconocer un "versari in re ilicita". la vía se produjo un choque con Y. La Corte Suprema negó
la "causalidad"61 . En otro caso, M. Ch. dejó pn la vía pública
Así, cuando X y Y persiguen a Z, quien había dado muer-
a una yegua chúcara, la cual se encabritó al pasar un ca-
te a M. G., y en su huida Z cae al río y perece, X y Y no
mión y, levantándose sobre las patas traseras golpeó en el
deberían ser responsables por homicidio, pese a lo resuel-
cráno a D. L., quien viajaba en el camión. Aquí, por el con-
to por el Tribunal Correccional basándose en la afirmación
trario, la Corte Suprema declaró fundada la sentencia con-
de la causalidad". HURTADO POZO, ya había citado este
denatoria, admitiendo que la causa del resultado fue la
caso, dando a entender que se necesita algo más que la
omisión de cuidado y que el resultado "conforme al desa-
causalidad, es decir criterios normativos, para delimitar la
rrollo normal de las cosas, muy bien podía suceder" (previ-
responsabilidad penal (la culpabilidad, el abarcamiento del
sibilidad) 62 .
curso causal por el dolo, la previsibilidad del resultado en
los delitos culposos). Es claro que siguiendo la moderna Como se observa, en la solución de estos casos, la Corte
teoría de la imputación objetiva se hubiera tenido aquí que Suprema ha empleado un concepto de "previsibilidad" tan
afirmar la causalidad y negar la imputación objetiva por de- amplio que, por lo menos teóricamente, nunca hubiera po-
lito doloso consumado (ausencia del aumento del peligro) dido excluir la "causalidad", pues, en resumidas cuentas,
o falta de realización del peligro en el resultado y discutir todo parece ser previsible. Precisamente estos errores (fa-
quizás el homicidio imprudente. Lo que ha hecho la Corte tales para el procesado) demuestran claramente lo acerta-
Suprema no es más que reconocer una "responsabilidad da que es la crítica de ROXI N al criterio "previsibilidad" (y a
objetiva".

" Comp. VILLAVICENCIO, Código Penal, Lima, 1992, p. 83. Ejecutoria suprema de 09-10-1935, en Anales Judiciales, 1935, p. 264 (citada por
Hurtado Pozo, p. 345).
ñ c) Caso citado por HURTADO POZO, p. 345 ; ejecutoria suprema del 2-04-1964, en
(>2 Ejecutoria Suprema citada por Hurtado Pozo, 17-08-1936. Revista de los Tribunales
Revista de Jurisprudencia Peruana 1964, p. 1194.
1936, p. 283.

111
A manera de presentación: Nociones Preliminares 47
46 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
cia, acostumbrada por lo demás a una escasa fundamen-
otros criterios tradicionales del tipo objetivo de los delitos
tación doctrinaria en sus fallos, hasta ahora no ha tomado
imprudentes), por su vaguedad y por ofrecer menos garan-
noticia de estos desarrollos conceptuales. Es de esperar
tías en la solución de casos prácticos ; es más seguro esta-
que en algún momento se manifieste al respecto.
blecer dicha "previsibilidad" mediante los criterios jurídicos
de la imputación objetiva'. Después de este ligero repaso por el estado actual de
la teoría de la imputación objetiva, cuyo más amplio y fun-
En otros casos, la Corte Suprema a llegado a resulta-
damentado desarrollo es realizado a continuación, debe
dos más justos, aunque la fundamentación siga siendo de-
haber quedado claro lo mucho que falta por hacer en la
ficiente. Así se llegó a ordenar la absolución del acusado
doctrina nacional.
por accidente de tránsito "cuando está de manifiesto la im-
prudencia de la víctima', y cuando el choque de vehículos Obras como las del maestro CLAUS ROXIN no sólo
con muerte de la víctima se produjo "debido a la rapidez e son útiles a nivel teórico, sino también ayudan en la solu-
imprevisibilidad de los acontecimientos" 65 . ción de casos penales y en la fundamentación de las reso-
luciones judiciales.
En un caso muy interesante, el procesado, reunido en
un restaurante con varios amigos, y sin estar en estado de Precisamente, animados por el deseo de contribuir al
ebriedad, quiso levantarse de la silla, pero la cartuchera de perfeccionamiento y a la actualización jurídica de los alum-
su revólver se trabó en el respaldar del asiento. Al querer nos de Derecho penal y de todos los interesados, hemos
destrabar el arma de manera violenta y rápida, se produjo emprendido la tarea de traducir esta importante parte de su
un disparo que impactó en la frente de una mujer que com- Manual "Strafrecht. Allgemeiner Teil", bajo la autorización
partía la mesa. Aquí se llegó a aplicar el "in dubio pro reo" expresa del profesor ROXIN. Igualmente se incluye, como
en favor del acusado de homicidio imprudente, ante las introducción, la valiosa contribución de la profesora espa-
dudas sobre el carácter "imprevisible" de los hechos y de ñola PAZ DE LA CUESTA AGUADO, amiga nuestra, de
las posibilidades de evitación del resultado 66. reconocida trayectoria en la investigación doctrinaria referi-
da a la problemática de la causalidad e imputación objetiva
En resumidas cuentas, la doctrina nacional, y con mu-
en el Derecho Penal.
chas limitaciones, sólo se ha referido brevemente a la pro-
blemática de la imputación objetiva. Nuestra jurispruden- Esperamos que este esfuerzo genere un efecto
multiplicador y motive a otros colegas tan o más capaces
que nosotros a colaborar de manera similar en la forma-
ción de una doctrina penal peruana mejor elaborada, ac-
tualizada y capaz de responder a los desafíos del mundo
moderno. Nosotros, por nuestra parte, seguiremos empe-
ROXIN, 1994, p. 893 y s., n. marg. 13 ; v. también "La doctrina ...", p. 33 in fine y s. ñados en hacerlo.
Ya antes de manera parecida ver la crítica de HURTADO POZO a la teoría de la
"causalidad adecuada", p. 345.
"

65
Ejecutoria Suprema del 28-10-1942, publicada en "El Peruano" de 32-01-1943. Lima, 15 de abril de 1997
Ejecutoria Suprema de 22-08-1958, Revista del Foro 1958, N° 3, p. 669-670.
Ejecutoria Suprema de 28-12-1987, Anales Judiciales, tomo LXXV (1987), Lima, Dr. Manuel A. Abanto Vásquez
1993, p. 143.
INTRODUCCIÓN
(*) Dra. Paz Mercedes de la Cuesta Aguado
Profesora Titular de Derecho Penal
Universidad de Cádiz

LA TEORÍA DE LA IMPUTACION OBJETIVA EN LA


TEORIA DEL INJUSTO EN ESPAÑA (*)

1.- Introducción

El problema de la imputación objetiva, uno de los más


fascinantes de los que se plantea actualmente la dogmáti-
ca penal, supone el replanteamiento de temas tan clásicos
como la propia estructura del concepto de delito, o la fun-
ción y eficacia del concepto de acción como elemento pre-
vio a la tipicidad. Ello no es más que fruto de la inercia de la
propia evolución de la dogmática jurídico penal que mues-
tra que los nuevos conceptos y los nuevos planteamientos
siguen profundizando en el análisis y la comprensión de
elementos que en teorías anteriores ya habían sido definí-
dos de forma germinal o incipiente. Así, de la misma forma
que el racionalismo que se impuso en el siglo XVIII había
bebido en las fuentes escolásticas', VON LISZT construyó

WELZEL, H., Introducción a la filo.sofía del derecho,


trad. de Felipe González Vicen,
Madrid 1974, p. I I I; La corriente continental que sucede al
ius commune desde
GROCIO y desemboca en la doctrina romanista o «pandectista» alemana del siglo
XIX, representa «la más absoluta proyección de un Derecho romano clásico» de los
principios y del sistema jurídico contemporáneo» (CLAVERO. B.,
cho: Derecho Común, Sevilla 1979, p. 209). Tenias de Dere-
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 51
su sistema a partir de las aportaciones de PU FFENDORF - El término atribución debe entenderse aquí como rela-
al que supuestamente, sin embargo, superaba- y el propio ción por la cual la conducta humana y su resultado se
WELZEL no inventó ex-novo su concepto de la acción fi- subsumen en un tipo penal y como consecuencia de tal
nal, sino que por el contrario, la característica fundamental subsunción se decide la exigencia (o no) de responsabili-
de la finalidad del actuar humano ya había sido afirmada dades penales5 .
por FILANGHERI 2 o IHERING 3 . No deja de ser paradójico el hecho de que algunos au-
Por otro lado, buena parte de los esfuerzos doctrinales tores reclamen -en los últimos años- la vuelta a
desde BINDING hasta nuestros días se han dirigido a la PUFENDORF, responsable del primer intento sistematiza-
búsqueda y delimitación teórica de los requisitos y exigen- dor del concepto de delito 6 . La preeminencia del concepto
cias que debe cumplir un comportamiento humano para causal-naturalístico u ontológico de acción', como concep-
poder ser relacionado con la producción de un resultado to genérico comprensivo de la «atribución> , en el presente
prohibido por el ordenamiento jurídico'''. siglo, ha demostrado su incapacidad para resolver satis-
Efectivamente, no es necesario recordar cómo la evo- factoriamente los problemas dogmáticos que se le han ido
lución del concepto de delito ha ido perfilándose de la mano planteando. Y el delito doloso de acción ha dejado de ser,
de distintas concepciones filosóficas que daban lugar a de hecho, el paradigma y el más representativo de las «for-
mas>, de delitos, en cuya estructura se basaba la teoría del
nuevos planteamientos y formas de comprender el signifi-
cado del actuar humano en el delito. Esta evolución no sólo
no ha acabado, sino que están adquiriendo fuerzas nuevas
-o tal vez no tan nuevas sino «recicladas»- teorías que a
partir siempre de la cuestión básica de la atribución inten-
En este sentido, siguiendo a PAREDES CASTAÑON, J.M., El riesgo permitido en
tan realizar nuevas interpretaciones, cada vez más norma- Derecho penal (régimen jurídico-penal de las actividades peligrosas), Madrid, 1995,
tivas del concepto y de los elementos del delito. p. 50, debemos distinguir entre «juicios descriptivos», «juicios valorativos» y «jui-
cios de atribución». Juicios descriptivos son aquellos en los que se atribuye al ohjetode
la acción una cualidad verificable empíricamente ((juicio de peligrosidad o de
causalidad, según este autor). Los juicios de valoración y de atribución no son
verificables empíricamente, pero mientras el juicio de atribución «supone un acto de
otorgamiento de sentido a fenómenos (descritos mediante juicios descriptivos)»; el
juicio de valoración es la comprobación entre el hecho realmente ocurrido y la pauta
2 Para FILANGHER1, C., «Será pues acción voluntaria la que depende la de determi- ideal de sucesos (o aplicado a las conductas humanas: entre conducta ideal y conduc-
nación de la voluntad, precedida de los estímulos del apetito, y del conocimiento del ta real) y la consiguiente toma de posición sobre aquél por parte del juzgador» (p.
fin y de las circunstancias de la acción, y será involuntaria la acción que procede de 52).
violencia ó de ignorancia», Ciencia de la Legislación, T. IV trad. por Juan Rivera, 6 SAMUEL PUFENDORF, fue el primero en desarrollar la idea de que la acción libre es
Madrid 1821, p. 93. contemplada como perteneciente al autor. Puede verse en JESCHECK, H.H. Tratado
3 VON 1HERING, R., El fin en el Derecho, Buenos Aires, Argentina, (sin fecha), pp. de Derecho Penal, parte general. trad. MANZANARES SAMANIEGO, J.L. ed. alemana,
11 y 12 («obrar y obrar con un fin son términos equivalentes»). Granada 1993, p. 378.
Gráficamente afirma CUELLO CONTRERAS que «causalismo, finalismo y norma- «Durante mucho tiempo el tipo penal fue concebido de tal manera que prácticamente
tivismo constituyen paradigmas que, utilizados con las debidas cautelas permiten consistía y se agotaba en la causación del resultado tipico por una acción»
resumir lo que ha sido objeto de un vivo debate en los últimos cincuenta años de (GIMBERNAT ORDEIG, E., «El sistema de Derecho penal en la actualidad» en
Dogmática Penal», CUELLO CONTRERAS, J., «Prólogo a libro Teoría del delito Estudios de Derecho Penal, 2' ed., Madrid 1980. p. 139.). El tipo penal consiste «en
imprudente (Doctrina general y regulación legal, de SERRANO GONZALEZ la descripción de la conducta prohibida y su fin es el de motivar -mediante la amena-
MURILLO, J.L., Madrid 1991, p. 17. za con una pena- para que dicha conducta no se corneta» (p. 145).

1■■
50 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 51
su sistema a partir de las aportaciones de PUFFENDORF - El término atribución debe entenderse aquí como rela-
al que supuestamente, sin embargo, superaba- y el propio ción por la cual la conducta humana y su resultado se
WELZEL no inventó ex-novo su concepto de la acción fi- subsumen en un tipo penal y como consecuencia de tal
nal, sino que por el contrario, la característica fundamental subsunción se decide la exigencia (o no) de responsabili-
de la finalidad del actuar humano ya había sido afirmada dades penales5 .
por FILANGHERI 2 o IHERING 3.
No deja de ser paradójico el hecho de que algunos au-
Por otro lado, buena parte de los esfuerzos doctrinales tores reclamen -en los últimos años- la vuelta a
desde BINDING hasta nuestros días se han dirigido a la PUFENDORF, responsable del primer intento sistematiza-
búsqueda y delimitación teórica de los requisitos y exigen- dor del concepto de delitos. La preeminencia del concepto
cias que debe cumplir un comportamiento humano para causal-natural ístico u ontológico de acción', como concep-
poder ser relacionado con la producción de un resultado to genérico comprensivo de la «atribución» en el presente
prohibido por el ordenamiento jurídico 4 . siglo, ha demostrado su incapacidad para resolver satis-
Efectivamente, no es necesario recordar cómo la evo- factoriamente los problemas dogmáticos que se le han ido
lución del concepto de delito ha ido perfilándose de la mano planteando. Y el delito doloso de acción ha dejado de ser,
de distintas concepciones filosóficas que daban lugar a de hecho, el paradigma y el más representativo de las «for-
nuevos planteamientos y formas de comprender el signifi- mas» de delitos, en cuya estructura se basaba la teoría del
cado del actuar humano en el delito. Esta evolución no sólo
no ha acabado, sino que están adquiriendo fuerzas nuevas
-o tal vez no tan nuevas sino «recicladas»- teorías que a
partir siempre de la cuestión básica de la atribución inten- 5
En este sentido, siguiendo a PAREDES CASTAÑON, J.M., El riesgo permitido en
tan realizar nuevas interpretaciones, cada vez más norma- Derecho penal (régimen jurídico-penal de las actividades peligrosas), Madrid, 1995,
tivas del concepto y de los elementos del delito. p. 50, debemos distinguir entre «juicios descriptivos», «juicios valorativos» y «jui-
cios de atribución». Juicios descriptivos son aquellos en los que se atribuye al objetode
la acción una cualidad verificable empíricamente ((juicio de peligrosidad o de
causalidad, según este autor). Los juicios de valoración y de atribución no son
verificables empíricamente, pero mientras el juicio de atribución «supone un acto de
otorgamiento de sentido a fenómenos (descritos mediante juicios descriptivos)»; el
juicio de valoración es la comprobación entre el hecho realmente ocurrido y la pauta
2 Para FILANGHERI, C., «Será pues acción voluntaria la que depende la de determi- ideal de sucesos (o aplicado a las conductas humanas: entre conducta ideal y conduc-
nación de la voluntad, precedida de los estímulos del apetito, y del conocimiento del ta real) y la consiguiente toma de posición sobre aquél por parte del juzgador» (p.
fin y de las circunstancias de la acción, y será involuntaria la acción que procede de 52).
violencia ó de ignorancia», Ciencia de la Legislación, T. IV trad. por Juan Rivera, 6 SAMUEL PUFENDORF, fue el primero en desarrollar la idea de que la acción libre es
Madrid 1821, p. 93. contemplada como perteneciente al autor. Puede verse en JESCHECK, H.H. Tratado
3 VON IHERING, R., El fin en el Derecho, Buenos Aires, Argentina, (sin fecha), pp. de Derecho Penal, parte general. trad. MANZANARES SAMANIEGO, J.L. 4' ed. alemana,
11 y 12 («obrar y obrar con un fin son términos equivalentes»). Granada 1993, p. 378.
Gráficamente afirma CUELLO CONTRERAS que «causalismo, finalismo y norma- 7
«Durante mucho tiempo el tipo penal fue concebido de tal manera que prácticamente
tivismo constituyen paradigmas que, utilizados con las debidas cautelas permiten consistía y se agotaba en la causación del resultado tipico por una acción>,
resumir lo que ha sido objeto de un vivo debate en los últimos cincuenta años de (GIMBERNAT ORDEIG, E., «El sistema de Derecho penal en la actualidad» en
Dogmática Penal», CUELLO CONTRERAS, J., «Prólogo a libro Teoría del delito Estudios de Derecho Penal, 2' cd., Madrid 1980. p. 139.). El tipo penal consiste «en
imprudente (Doctrina general y regulación legal, de SERRANO GONZALEZ la descripción de la conducta prohibida y su fin es el de motivar -mediante la amena-
MURILLO, J.L., Madrid 1991, p. 17. za con una pena- para que dicha conducta no se corneta» (p. 145).
52 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Teoría de la Imputación Objetiva
53
delito. Efectivamente, la realidad social reclama, cada vez
más, nuevas formas delictivas tipificadoras de la impruden- Que el tipo objetivo es el primer elemento del análisis
que ha de desembocar en el juicio global de responsabili-
cia y la omisión (o de la omisión imprudente), que empujan
de nuevo a la doctrina a las raíces teóricas de las cuales dad penal, es cuestión que cobra adeptos en la doctrina. El
surge la teoría del delito, en búsqueda de nuevas solucio- tipo objetivo constituiría el primer paso para analizar, con
nes que expliquen y formulen la esencia y el contenido de posterioridad, el tipo subjetivo; y la teoría de la imputación
aquél, desde el reconocimiento de la importancia que ac- objetiva intenta determinar, con carácter general, las pro-
tualmente adquieren en la dogmática y en la realidad los piedades objetivas que han de concurrir en un comporta-
fenómenos de la imprudencia y de la omisión. miento para que éste sea imputable'° a un autor para, a
partir de esta atribución, iniciar el análisis de la exigencia
Estas dos categorías de delitos, relegadas tradicional- de responsabilidades penales.
mente a un segundo plano; a ser consideradas expresa o
implícitamente «formas minuciadas de la actividad huma- Pero para ello la doctrina es consciente de que tiene
na» o «formas imperfecta del delito doloso» 8 empiezan a que resolver dos cuestiones de carácter y trascendencia
general.
ocupar parcelas importantes del núcleo de la problemática
jurídico penal como consecuencia de los avances sociales 1.- Las condiciones o presupuestos, que, en concreto,
que han convertido a nuestra sociedad en una sociedad de han de cumplirse para poder atribuir a un autor un
riesgos. Es decir, una sociedad donde el cuidado y el cum- comportamiento.
plimiento exacto de las normas técnicas 9 en amplios secto- 2.- La ubicación sistemática, dentro del concepto de,
res de la vida cotidiana, se convierten en única garantía de delito, de tales presupuestos o condiciones.
inmunidad de valores básicos en nuestra sociedad como
son la vida y salud de las personas, por no decir el medio 2.- La Relación de Causalidad.
ambiente.

La comprensión y el análisis de estas nuevas circuns- Sistemáticamente la constatación de una relación entre
tancias y necesidades de regulación han motivado, sin duda, acción y resultado debe situarse, en los delitos dolosos de
el replanteamiento de viejas cuestiones y son motor, o como resultado, en la tipicidadll como presupuesto previo a la
mínimo importante aliciente, para la revisión del significado atribución de la conducta a su autor mediante la aplicación
de elementos importantes del delito: aquéllos que forman de los criterios de la imputación objetiva 12
. La constatación
parte de la exacta definición de la premisa menor en el ejer-
cicio lógico de subsunción del hecho en la norma. O dicho
de otro modo, los elementos objetivos del tipo de injusto.

0 JAKOBS, G., Strafrecht. Allgemeiner Teil,


Berlín-Nueva York 1993, p. I84, número
WELZEL, H., Der allgemeine Teil des deutschen Strafrechts in seinen Grundzügen, marginal 3.
I
cd., Berlín 1940, p. 79 y ss. I Véase GIMBERNAT ORDEIG, E., «El sistema de Derecho Penal en la actualidad»,
9 cit., p. 139 y ss.
BOIX REIG, J.I ORTS BERENGUER, E./ VIVES ANTON, T.S.,
La reforma penal 12
de 1989. Valencia 1989, p. 81. En tal sentido, véase MUÑOZ CONDE, F., «De lo vivo y de lo muerto en la obra de
Armin Kaufmann» en Nuevo Foro Penal
(55) 1992, p. 12; JIMENEZ DE ASUA, L.,
54 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 55
de la relación de causalidad consiste en la aplicación a la otros donde la explicación de la producción del resultado
aparición de un resultado de principios explicativos lógicos se puede fundamentar en una explicación estadísticals.
que excluyen, antes de realizar una valoración jurídico-nor- En este orden de cosas, es preciso constatar previa-
mativa 13 , aquellos supuestos que no son en ningún caso mente cómo en la doctrina se viene confundiendo dos tér-
consecuencia de un actuar humano'''. En sentido positivo, minos distintos: necesidad y causalidad. Esta aclaración
consiste en la explicación -lógica- de cuándo un resultado puede ser importante a efectos de salir del círculo cerrado
fue consecuencia de una acción. Pero no siempre la pro- a que estas cuestiones pueden conducir'''. Y es importante
ducción del resultado tiene carácter necesario, pues se distinguir ambos conceptos porque aunque tradicionalmente
pueden enunciar supuestos donde la explicación de la rela- a la relación de causalidad le fuera atribuido por la doctrina
ción entre acción y resultado no es de naturaleza causal -al inspirada en la física clásica newtoniana carácter necesa-
margen de los delitos de omisión impropia-. Son los su- rio, o la propiedad de «necesidad», hoy habría quizá que
puestos de la denominada causalidad psíquica o aquéllos plantearse la desaparición de la identificación entre
causalidad y necesidad.
La consideración de la causalidad como una relación
lógico-formal conlleva la exigencia de abandonar criterios
de necesidad científico-naturales. La relación de causalidad
pasa, entonces, de ser un elemento imprescindible y prác-
Tratado de Derecho Penal, Tomo III, Buenos Aires, 1963, p. 499; HORN, E., «Co- ticamente el más importante de la tipicidad, a convertirse
mentario previo al parágrafo 1, número marginal 38» en Systematicher Kommentar
zum Strafgesetzbuch; WELZEL, H., Derecho Penal alemán. Parte general. Traduc- en un indicio prescindible, según la materia objeto de aná-
ción de la 11' ed. alemana por J. Bustos Ramirez y S. Yáñez Pérez, Santiago (Chile) lisis y según la estructura típica; a ser un presupuesto que
1976, p. 66; CORCOY BIDASOLO, M., El delito imprudente. Criterios de imputa-
ción del resultado Barcelona, 1989, pp. 590 y ss.; LAMPE, E.J., «Die Kausalitát und
permita la posterior atribución de la conducta a su autor, lo
ihre strafrechtliche Funktion» en Gedachtnisschrift für Armin Kaufmann, Colonia- que en definitiva habrá de realizarse a partir de la aplica-
Berlín 1989, p. 190 y ss; MAURACH, R./ ZIPF, H., Strufrecht. Allgemeiner Teil. ción de los criterios de la imputación objetiva.
Teilband 1, Heidelberg, 1992, p. 252, número marginal 36.
13 GOMEZ BENITEZ, J.M., Teoría jurídica del delito. Derecho Penal. Parte general,
En cualquier caso se presupone la posibilidad de acla-
Madrid 1988 (reimpresión), p. 172. GIMBERNAT ORDEIG, E., ¿Que es la imputa-
ción objetiva? en Estudios Penales y Criminológicos X (1985-86), pp. 175 y 179: rar «lógicamente» por qué una determinada acción huma-
«Para el viaje de explicar por qué lo que no es acción o no es causante del resultado na produjo un resultado típico. A la estructura lógico-formal
típico o no es doloso (en los tipos dolosos) o no es imprudente (en los tipos impru-
dentes) no es tampoco típico, no se necesitan las alforjas de la imputación objetiva.
que el conocimiento humano utiliza para explicar la rela-
Esas alforjas se necesitan para explicar por qué lo que es acción (dolosa o impruden- ción entre acción y resultado se le llama causalidad; y al
te) causante un resultado típico a veces y no obstante, tampoco es típico». En este
sentido se pronuncia también la Sentencia de 23 de abril de 1992 (caso de la colza)
cuando afirma que «la exigencia de causalidad natural no se ve afectada por la teoría
de la imputación objetiva a la que con frecuencia ha recurrido la jurisprudencia pues
los criterios que proporciona esta teoría no reemplazan, sino que limitan la causalidad
jurídico penalmente relevante». Véase también con los problemas que plantea 15 DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Causalidad de los delitos contra el medio am-
LARRAURI, E., «Notas preliminares para una discusión sobre la imputación objeti- biente, Valencia 1995, p. 43.
va» en ADPCP XLI (1988), p. 769. 16 Véase DE LA CUESTA AGUADO, PM.
14 Véase EBERT, U./ KÜHL, K., «Kausalitát und objektive Zurechnung» en JURA 1979,
Causalidad de los delitos contra el medio
ambiente, cit., p. 44.
pp. 561 y ss. y, posteriormente en JURA 1990, pp. 38 a 49.
56 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva
57
principio según el cual a cada resultado precede una causa designar el primer paso en el proceso de selección de con-
que lo origina, se le denomina principio de causalidadi 7.
ductas que ha de realizar el juez. La fórmula hipotética será
La doctrina que intentaba explicar desde un punto de aplicable aquí como método de «falsación» 21 o comproba-
vista jurídico penal los criterios y requisitos para la consta- ción posterior, pero no como fundamentación lógica a la
tación de la relación causal entre acción y resultado ha sido solución 22 .
principalmente la denominada teoría de la condición o teo-
Si esta relación es la que nos va a indicar quien es el
ría de la equivalencia de las condiciones". No creo nece-
autor, parece sensato pensar que debe integrar el tipo pe-
sario entrar a describir las serias y acertadas críticas que
nal. Ahora bien, si integra el tipo, será preciso -como efecti-
contra dicha teoría, sobre todo en su enunciación tradicio-
vamente se exige por la doctrina y la jurisprudencia- funda-
nal basada en la formula de la supresión hipotética (conditio
mentarlo. Esta fundamentación debe derivar de una argu-
sine qua non) se han realizado y que ha exigido a la doctri-
mentación lógica. A estos efectos, entiendo que cuando en
na una constante reformulación de la misma. Aún así, y
el ámbito jurídico penal se habla de «causa» no se hace en
pese a ello, es mayoritaria actualmente la doctrina que sus-
sentido filosófico sino en el del conocimiento espontáneo
tenta la constatación de la relación de causalidad entre ac- ordinario de todos los hombres 23 con un grado medio de so-
ción y resultado como paso previo para una posterior impu-
cialización, los cuales aplican el principio de causalidad y la
tación en la arriba enunciada teoría de la equivalencia de estructura lógico formal de la causalidad, como evidente e
condiciones. La razón de esta «fidelidad» doctrinal estriba inmediata, a la explicación de la producción de resultados.
en que, en última instancia, la teoría de la condición lo que
hace es excluir aquellas conductas que no han intervenido En los últimos años se asiste a una importante crisis del
en la producción del resultado y aún actualmente es acep- sistema causal en el ámbito filosófico que ha tenido crucial
tada con carácter general en la medida en que ofrece la trascendencia en el ámbito penal. De la misma forma que
fórmula más básica y elemental": entre acción y resultado las distintas concepciones filosóficas sobre la causalidad
tiene que existir una relación según la cual la acción ha han tenido reflejo y recepción en la doctrina jurídico penal,
debido intervenir como componente necesario de una con- la incapacidad del moderno pensamiento filosófico para
dición suficiente en la producción del resultado 20 . Por ello, superar la crisis interna entre determinismo e indeterminismo
actualmente la función principal que cumpliría la teoría de se manifiesta en la incapacidad, en el ámbito penal, de en-
la condición es la de servir de referente terminológico para contrar un concepto de relación causal que permita la su-
peración de los estrechos márgenes de la ley necesaria de

17 SENIK, A., «Causalidad y determinismo» en Gran Larousse Universal, p. 2558 21


18 TORIO LOPEZ, A., «Cursos causales no verificables en Derecho Penal» en
Véase DE LA CUESTA AGUADO, PAZ M. Tipicidad e Imputación objetiva, Valen- ADPCP
cia 1996, pp. 119 ss. XXXVI (1983), p. 232.
22
19 Véase en profundidad en SAMSON, E., Hypothetische Kausalverldufe im Strafrecht, Para la correcta comprensión de los términos aquí empleados puede ser muy intere-
Frankfurt a. M. 1972. sante la lectura del libro de ATIENZA, M., Tras la Justicia,
Barcelona, 1993, espe-
cialmente en sus páginas 119 a 128.
20 PUPPE, I., «Der Erforlg und seine Kausale Erkliirung im Strafrecht», cit., p. 911; 23
también en «Causalidad» en ADPCP XLI (1992), p. 691. Más ampliamente en DE LA CUESTA AGUADO, P.M.
Causalidad de los delitos
contra el medio ambiente, cit., pp. 30 ss.
58 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 59

carácter natural, para ser sustituida por criterios de proba- La teoría de la condición conceptúa la relación causal
bilidad limitada normativamente. como relación material entre acción y resultado, pero iden-
tifica causalidad con necesidad: de ahí que la única funda-
El concepto y sistema causal sufren en el ámbito penal
mentación posible de la relación entre acción y resultado
un hundimiento en tres frentes:
sea la que deriva de una ley de carácter necesario proce-
1.- Se abandona el concepto de «acción» como cate- dente de la experiencia o de la ciencia". Pero si abandona-
goría a priori y piedra angular del sistema, que tien- mos esta arcaica terminología, que no responde ni a las
de a convertirse en la «acción típica» con funciones necesidades ni a los conocimientos actuales y concebimos
clara y estrechamente delimitadas. la relación de causalidad como una relación lógico-formal,
2.- Las teorías causales se restringen a la teoría de la podremos, en el ámbito jurídico penal, dar explicación teó-
condición, de carácter ontológico, con un campo de rica satisfactoria a las situaciones que, de hecho, exigen
aplicación muy estricto y a un momento previo y no fundamentar dicha relación lógico-formal con otros crite-
necesario en todo caso a la imputación objetiva del rios diferentes a los científico-naturales de carácter nece-
resultado por medio de criterios normativos. En este sario cuando éstos no puedan ser de aplicación, bien por
sentido una de las más importantes aportaciones de razón del objeto, bien por razón del conocimiento 25 .
la teoría de la imputación objetiva ha sido delimitar
perfectamente los ámbitos de actuación de criterios
3.- Los Criterios de Imputación y la Teoría de la
ontológicos (relación acción típica-resultado como
Imputación objetiva
antecedente necesario-consecuencia) y normativos
(delimitación de la acción típica).
1.- Para constatar la existencia de nexo causal entre
Así, la función de la causalidad entendida como for- acción y resultado se ha de realizar por el juzgador un juicio
ma lógica de conocimiento y explicación de relacio- ex-post de carácter naturalístico. Es decir, el juzgador que
nes antecedente necesario-consecuencia consiste, se encuentra con todos los acontecimientos desarrollados
en sentido negativo, en excluir aquellos anteceden- en el mundo exterior los ordena -atendiendo al principio
tes no necesarios o no suficientes del análisis jurídi- lógico de la causalidad y constata una relación exterior y
co penal. Y en sentido positivo, en delimitar la mate- objetiva entre un comportamiento humano que actúa como
ria sobre la que ha de versar el juicio normativo, afir- causa y unas consecuencias derivadas de ella, que res-
mando la condición de antecedente de uno o varios ponderán a las características del resultado típico. Pero aún
comportamientos respecto a un resultado. el juzgador no ha efectuado ningún juicio de carácter nor-
3.- La función de designación del comportamiento an-
tecedente respecto del resultado se atribuye a la
causalidad, concepto actualmente afectado por la
crisis del determinismo en el ámbito científico y filo-
sófico. El indeterminismo pugna por introducirse 24 DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Causalidad de los delitos contra el medio am-
como posible fundamentador de la relación de biente, cit., pp. 80 ss.
25 DE LA CUESTA AGUADO, PAZ M. Tipicidad e Imputación objetiva, cit.. pp. 122 ss.
causalidad junto a la ley necesaria.
60 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Teoría de la Imputación Objetiva
61
mativo. La constatación de tal relación entre acción y resul-
tado - cuando se requiera- será el requisito previo para, a ye al Derecho penal y a las normas penales (prevención).
continuación, investigar si de tal relación de acontecimien- El sistema del cual se deriva esta concepción es, pues, un
sistema «funcional) , o «teleológico-racional»27.
tos puede generarse una responsabilidad penal. El siguiente
paso será comprobar que un comportamiento es imputable La teoría de la imputación objetiva se impuso en Ale-
a su autor como productor de un resultado. Para ello la mania a partir de los años 70 gracias al giro hacia una dog-
doctrina ha arbitrado una serie de criterios orientativos ten- mática penal fundada político criminalmente 28 , que ha per-
dentes a excluir aquellos comportamientos que, pese a ser mitido la superación del antiguo dogma causal". Para ello
causales no pueden ser imputables ya desde un punto de ROXIN parte de la justa observación de que «la construc-
vista objetivo -antes de pasar al tipo subjetivo-. Estos crite- ción sistemática y conceptual penal, conforme a la tradi-
rios de carácter normativo y derivados del fin del Derecho ción continental europea (y sobre todo alemana) ha sido
penal han sido agrupados y sistematizados por la denomi- dependiente siempre de las tendencias filosóficas y no de
nada teoría de la imputación objetiva, como criterios de las tendencias político criminales. Para superar los incon-
imputación.
venientes de abstracción excesiva y alejamiento de las so-
Inicialmente, la teoría de la imputación objetiva surge luciones ofrecidas de las necesidades reales, ofrece dos
de la evolución de las teorías causales que intentaban res- vías de solución: «En primer lugar, los problemas dogmáti-
tringir el amplísimo concepto de causa de la teoría de la cos cuya solución no tiene influencia en la punibilidad, pue-
equivalencia de condiciones, aportando argumentos para den y deben ser dejados de lado. Y en segundo, el sistema
explicar por qué determinadas acciones que desde el pun- jurídico penal ha de ser de tal modo concebido que los co-
to de vista natural eran causa no podían sin embargo ser nocimientos obtenidos a través de él, no requieran de co-
consideradas típicas, sin necesidad de acudir al correctivo rrección posterior. Para la obtención de estos fines es ne-
de la culpabilidad (dolo o culpa) que quedaba demasiado cesario dos cosas: los conceptos jurídicos de la parte ge-
lejos. Recuérdese que en sus orígenes la teoría de la impu- neral tienen que ser determinados desde sus consecuen-
tación objetiva es defendida por autores que comparten la cias jurídicas y su conexión sistemática tiene que originar-
estructura neoclásica (causal) del delito 26 se en criterios directrices político-criminales»".
.

La concepción mayoritaria actual de la teoría de la im-


putación objetiva ha abandonado la iniciales fundamenta-
ciones ontológicas de LARENZ y se basa en consideracio-
nes teleológico-normativas derivadas del fin que se atribu-
27 MA RTINEZ ESCAMILLA, M., La
imputación objetiva del resultado, Madrid 1992.,
p. 31.
28
ROXIN expresamente quiere fundamentar de nuevo el concepto de delito. ROXIN,
C., Política criminal y sistema de Derecho penal,
1972, p. 39. trad. de Muñoz Conde, Barcelona
2
29
" Con el advenimiento e implantación del concepto final de delito, algunos de estos ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal,
problemas se solucionaban ya en el ámbito de la tipicidad subjetiva gracias al correc- 3° ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal, cit., p. 52.
AMELUNG, K., cit.. p. 42. Al respecto,
tivo del dolo. Pero no así los problemas más importantes que solían referirse a con- «Contribución a la crítica del sistema jurídico-penal de orientación
ductas al menos parcialmente imprudentes. político criminal de Roxin» en
El sistema moderno del Derecho penal: cuestiones
fitndatnerales,
de SCHONEMANN, B. (ed.), Madrid 1991, pp. 94 ss.
-01
Pm`

La Teoría de la Imputación Objetiva 63


62 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
Según ésto se pueden distinguir, al menos, dos corrien-
El punto de partida para la construcción de este nuevo 35
tes :
sistema dogmático es la «configuración de sus principios
superiores en una teoría penal» 31 . A estos efectos el fin de a.- Restrictiva: Intenta sistematizar el conjunto de re-
la pena es exclusivamente la prevención, tanto la general glas existentes según las cuales se puede conside-
como la especial, entendiendo la general como prevención rar que una acción que produce un resultado es ob-
integradora positiva. «Pero en aras de la libertad ciudada- jetivamente imputable a su autor, con criterios de
na, el principio de culpabilidad constituye el límite absoluto carácter normativo complementarios y restrictivos de
de todos los objetivos preventivo generales y especiales 32 . la causalidad.

No es exagerado afirmar que la teoría de la imputación La mayoría de los seguidores de esta postura, históri-
objetiva se encuentra en una fase de expansión y purifica- camente la primera, conciben los criterios de la teoría de la
ción doctrinal. Se encuentra en fase de expansión, porque imputación objetiva básicamente como criterios teleológi-
de sus presupuestos iniciales, formulados por los clásicos co-interpretativos que posibilitan la restricción normativa del
LARENZ o HONIG, se han derivado nuevos principios apli- concepto de causa de la teoría de la condición. Por esta vía
cables a nuevos supuestos (ROXIN). No existen aún, ade- y en base a estos criterios, se intentan resolver, sin mani-
más coincidencia doctrinal en la ubicación en el sistema de pular el concepto de «causa» -de carácter ontológico, en el
la teoría del delito de los criterios de la imputación objetiva. sentido de fundamentado en conocimientos nomológicos
Así, mientras algunos autores apuestan por su inclusión en de carácter empírico-, aquellos supuestos en los que la mera
la antijuridicidad 33 , parte importante de la doctrina se incli- aplicación de la teoría de la condición ajustada a las leyes
na por ubicarla en la tipicidad, siendo esta última la postura de la naturaleza producía soluciones insatisfactorias desde
que aquí se defiende. La doctrina tampoco es unánime a la el punto de vista jurídico penal.
hora de considerar la extensión de los principios y criterios La teoría de la imputación objetiva debe sus presupues-
de la imputación objetiva. Ciertamente, tales criterios, res- tos inicialmente a la teoría de la causación adecuada y a la
trictivos originariamente de una desmesurada causalidad teoría de la relevancia36 , por lo que esta formulación estric-
natural, surgen para su aplicación en el ámbito de los deli- ta de la teoría de la imputación objetiva es básicamente de
tos imprudentes. No obstante la bondad de sus afirmacio- aplicación a los delitos de resultado (no a los delitos de
nes -y sobre todo de los efectos a que conduce- ha incitado
a algunos autores a propugnar su extensión, no sólo a los
delitos dolosos de resultado sino a intentar una teoría ge-
neral aplicable a todas las modalidades típicas 34 .
obra de Armin Kaufmann» en Nuevo Foro Penal 55 (1992) p. 11) «es la relación
entre teorías de la causalidad y teorías de la imputación objetiva, un problema en el
que lo que verdaderamente se plantea es la relación entre planos ontológicos y planos
normativos a la hora de verificar la imputación de un determinado resultado al autor
de una acción (u omisión).
31 ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal, cit., p. 46. 35
Más ampliamente REYES ALVARADO, Y., Imputación objetiva. Santa Fe de Bogo-
32 ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal, cit., p. 47. tá 1994, p. 78. .
33 BUSTOS RAMIREZ, J./ HORMAZABAL MALAREE, H., «Significación social y 36 Más ampliamente MUÑOZ CONDE, F/ GARCÍA ARÁN, M., Derecho Penal. Parte
tipicidad» en Estudios penales y criminologícos V (1989-81), p. 41. general. Valencia 1996, p. 245.
34 En definitiva, como afirma MUÑOZ CONDE, F., («De lo vivo y de lo muerto en la
64 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 65
mera actividad) y en especial, a los delitos imprudentes, responsable al culpable por una lesión de la validez de la
donde realmente el problema causal puede plantear pro- norma (Sich-schuldhaft-zustándig-Machen für einen
blemas (que en los delitos dolosos podrían ser soluciona- Normengeltungsschaden) en definitiva no es más que un
dos por la inexistencia del dolo, como elemento subjetivo concepto material de delito.
del tipo).
Junto a ello se observa una tendencia a sustituir crite-
Esta corriente goza de gran aceptación en España, pri- rios hasta ahora considerados «seguros» (ontológico-nor-
mero, porque soluciona problemas prácticos evidentes; se- mativos de carácter científico natural) por criterios lógico-
gundo, porque se encuadra muy bien en el esquema im- valorativos o jurídico-normativos (también valorativos).
puesto desde VON LISZT y BELING y, tercero, porque su-
Hago esta distinción entre criterios ontológicos y nor-
pone un punto de encuentro entre partidarios de la estructu-
mativos, porque, en ocasiones, la doctrina no distingue entre
ra causalista y partidarios de la estructura finalista del delito. lo propiamente ontológico y lo nomológico. A estos efectos
Y en definitiva no trastoca profundamente los presupuestos
es preciso matizar que el conocimiento de la ley científico-
fundamentales de los que tales concepto del delito partían.
natural es un conocimiento nomológico, y eri ese sentido,
b.- Amplia: Desde otro punto de vista, sin embargo, la normativo. Ahora bien, este conocimiento normativo (y con-
teoría de la imputación objetiva se enmarca en una secuentemente la aplicación de un criterio normativo basa-
visión funcionalista del Derecho penal y responde a do en dicho conocimiento) de carácter científico-natural (o
unos parámetros que trascienden el ámbito del tipo basado en las leyes de la naturaleza) es distinto a un cono-
objetivo y se manifiestan en todas las categorías del cimiento (y al criterio en él fundamentado) lógico-valorativo
delito37 . Esta corriente asigna a la teoría de la impu- o jurídico. El conocimiento jurídico, también normativo, a
tación objetiva una mayor implicación en la determi- nuestros efectos tiene una diferencia fundamental con el
nación del concepto de delito, desde una visión fun- conocimiento normativo o nomológico científico natural y
cionalista y normativista del Derecho penal". es que en aquél tiene una importancia el elemento valorati-
Esta postura conlleva el riesgo de caer en la tentación vo del cual carece el científico-natural. En el ámbito de la
de convertir de nuevo la tipicidad en el estudio de la «ac- teoría del delito a ambos criterios se les ha asignado fun-
ción». Recuérdese por ejemplo el concepto ultranormativo ciones y ubicaciones distintas: los criterios científico-natu-
de acción propuesto por JAKOBS y certeramente criticado rales fundamentarían la imputación (a través de la relación
por SCHÜNEMANN". La acción definida como «el hacer de causalidad) y los criterios jurídico-valorativos interven-
drían para limitarla. Ahora bien, posteriormente se ha podi-
do constatar cómo los criterios supuestamente ontológicos
del principio de causalidad no son de aplicación generali-
37
DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Tipicidad e imputación objetiva. cit., p. 131.
38 En España, en parte porque no se comparten mayoritariamente los presupuestos de
los que parte y, sobre todo, porque son rechazados algunos de los resultados a los que
conduce, cuando se produce una excesiva normativización del concepto de delito,
esta postura tiene menos adeptos, sobre todo en sus versiones más extremas. sión en Alemania» en Omisión e imputación objetiva en Derecho Penal, de
39
SCHUNEMANN, B., «Sobre el estado actual de la dogmática de los delitos de omi- GIMBERNAT/SCHÜNEMANN/WOLTER (ed.), Madrid 1994, p. 12.
66 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 67

zada40 . Pero, y sobre todo, que tal relación de causalidad, El normativismo del que hace gala parte importante de
no es más que un relación de carácter lógico, una forma de la doctrina más actual a partir de la revisión del concepto
pensamiento humano, según el cual a una acción ha de de imputación resulta atractivo en la medida en que abre
suceder un resultado. Se trata entonces de la emisión de nuevas vías de investigación para la resolución de los pro-
un juicio basado en conocimientos de diverso contenido y blemas planteados por las nuevas necesidades de inter-
origen, que pueden ser de carácter ontológico, nomológi- vención penal derivadas de una sociedad estructuralmente
co, y en ciertos casos incluso valorativo o jurídico-normati - basada en el riesgo 42 . En parte porque intenta construir
vo, en el sentido de fundamentadores racionales y explica- definitivamente un concepto de delito que pueda abarcar
tivos de un consecuente necesario no materializado ni cons- sin desajustes, acciones y omisiones dolosas o impruden-
tatable (delitos de peligro). En definitiva, por tanto, este pri- tes, en parte porque construye (o al menos lo intenta) un
mer momento de la imputación se ha convertido en un «jui- tipo objetivo que definitivamente admita tanto conductas
cio de pronóstico», en unas ocasiones contrastable median- dolosas como imprudentes 43; y, en parte, porque vuelve a
te un mecanismo de «falsación» o comprobación posterior dar importancia vital e inspiradora a las normas de valora-
(delitos de resultado material) y en otros casos solo ción y determinación. No obstante en ocasiones puede adi-
contrastable con argumentos lógico-formales. El abando- vinarse que tras los nuevos conceptosse encuentra un cierto
no del carácter ontológico de la relación de causalidad abo- «baile de etiquetas».
ca, por un lado, a la necesidad de extender los criterios
Este problema ya ha sido detectado por la doctrina, y
limitadores (ahora ya fundamentadores) de la imputación
SCHÜNEMANN advierte textualmente que «la subsunción
objetiva a todas las modalidades típicas de la teoría del
delito y, por otro, a desdibujar los perfiles de distinción en-
tre el primer momento de la imputación (relación de
causalidad o juicio lógico formal basado en criterios cientí-
fico-naturales) y el segundo (aplicación de los criterios jurí-
dico-normativos de la imputación objetiva) 41 . Se acude entonces a la teoría de las condiciones en su fórmula de condición ajustada
a las leyes de la naturaleza. Si según estas leyes el juez puede emitir un juicio según
el cual el resultado es causa de la acción del autor, podremos continuar adelante.
Aquí todavía no hay ningun juicio de reproche, pero el juzgador sí realiza una valo-
ración que da lugar a la manifestación de un conocimiento, con los medios de cono-
cimiento nomológicos (leyes de la naturaleza); ontológicos (circunstancias que se
dieron en el caso concreto) y lógicos (de la relación lógica entre acción y resultado).
40
No lo son ni a los supuestos de causalidad hipotética, ni en los delitos en los que no El fruto de esta valoración es la constatación o no del nexo causal, de la relación entre
hay un resultado materializado independiente de la propia acción. acción y resultado.
41
Por otro lado, una cosa es describir realidades sobre las que se va a desarrollar el 42 Véase BARATTA, A., «Funciones instrumentales y simbólicas del derecho penal:
juicio normativo y otra el propio juicio normativo en sí. Para la descripción de la una discusión en la perspectiva de la criminología crítica» en Pena y estado ] (1991),
realidad hay que tener en cuenta todo lo que se produce históricamente (partiendo pp. 45 y ss. SGUBB I, F., 11 reato come rischio sociale, Bolonia, 1990, passim. Tam-
del resultado y conociendo todas las circunstancias). En este sentido la posición del bién el breve comentario de LARRAURI, E., La herencia de la criminología crítica,
juzgador ha de ser indudablemente ex-post, en la medida en que se encuentra con Madrid 1991, p. 229.
posterioridad a unos hechos. Una vez que se ha determinado la existencia de una 43 Más aún: «la teoría moderna de la imputación objetiva abarca todo el sistema del
serie de circunstancias y resultado en el delito de lesión, se intentará relacionar el derecho penal» (WOLTER J., «La imputación objetiva y el sistema moderno de De-
resultado producido con un autor a través de una conducta. Para ello, el primer paso recho Penal» en Omisión e imputación objetiva en derecho penal, de G1MBERNAT/
será buscar un fundamento que a nuestra lógica parezca suficiente (relación causal). SCHÜNEMANN/WOLTER (ed.), Madrid 1994, p. 65).
68 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 69
presupone una desnormativización anterior y suficiente de imputación extraordinaria, junto a la actio libera in causa.
los conceptos jurídicos, lo que tiene lugar reconduciendo En estos supuestos la imputacion ordinaria del hecho ha
los conceptos jurídicos a un lenguaje coloquial, con los que quedado excluida a causa de la ausencia de conocimiento,
se determina el suceso real y a través de los cuales debe y sin embargo se hace responsable a su autor precisamen-
surgir finalmente el comportamiento vital concreto por me- te por haber desconocido las circunstancias fácticas 4e.
dio de definición o sub-definición de un ámbito de significa-
Para el causalismo, la diferencia entre el delito doloso y
do cada vez mayor para que la subsunción tenga lugar. El
el imprudente había de ser analizada en la culpabilidad, de
concepto de delito altamente normativo y altamente com-
forma que la tipicidad era idéntica en uno y otro caso. El
plejo propagado por JAKOBS debe, por lo tanto, también
finalismo, pese a sus esfuerzos tampoco logró nunca des-
ser desglosado en su categorías particulares y ser desnor-
pegar de la inicial consideración de la imprudencia como
mativizado todo lo posible». Pero esta afirmación genérica
una «forma minuciada de actividad humana», como «dolo
puede tener dificultades prácticas cuando el lenguaje «co-
defectuoso» y ni explicar razonablemente la estructura de
loquial» al que debe ser reconvertido el término jurídico (ju-
la imprudencia. Aunque es cierto que ésto tampoco lo ha-
rídico-normativo- valorativo, diría yo) no existe como tal,
bía hecho la teoría causal. Sin embargo, el finalismo sí que
sino que se trata de una realidad semificticia construida a
consiguió extender la idea de que se podía distinguir ya en
partir de percepciones derivadas de juicios de pronóstico
la tipicidad entre delitos dolosos y delitos imprudentes, si
nomológico-natural (cuando la perturbación" del bien jurí-
bien se encontró con grandes dificultades para definir de
dico se constate a partir de un juicio de pronóstico sobre la
forma autónoma la tipicidad imprudente.
probabilidad de lesión efectiva del objeto de la acción y/o
del bien jurídico protegido). El agotamiento de las tesis del finalismo y la necesidad
de acabar con la lucha de escuelas y unificar el concepto
II.- Se ha acusado a la Teoría General del delito de par-
de delito, impulsó a la doctrina, bajo el influjo del funciona-
tir del delito doloso, relegando a un segundo papel al delito
lismo neokantista, a profundizar en aquellas cuestiones que
imprudente. Pero históricamente las acciones imprudentes
habían sido admitidas tanto por finalistas como por neoclá-
no tenían la trascendencia lesiva que hoy en día, en el ámbito
sicos en un importante esfuerzo superador de las diferen-
de una sociedad de riesgos lo que explica que la punición
cias doctrinales acerca del concepto y estructura del delito.
de la imprudencia fuera una excepción.
Se impulsa de esta forma la teoría de la imputación objeti-
Por ello, a partir de la teoría de la imputación del dere- va como uno de estos puntos de encuentro, la cual, anali-
cho canónico, recogida y sistematizada por PUFFENDORF, zada bajo el prisma normativista y globalizador imperante 47,
los autores de la teoría clásica 45 formulan su concepto de
delito, considerando a la imprudencia como una forma de

46
Véase en HRUSCHKA, «Reglas de comportamiento y reglas de imputación» en Cau-
sas de justificación y de atipicidad en Derecho penal, de LUZÓN PEÑA/MIR PUIG,
(coor.), Pamplona 1995, p. 181.
44 LAURENZO COPELLO, P, El resultado en Derecho Penal, Valencia 1992, p. 180. 45 Véase muy interesante SILVA SÁNCHEZ, J.M., «Introducción» en El sistema mo-
45 Un análisis somero de la cuestión puede verse en WELZEL, H., Derecho penal ale- derno del Derecho penal: cuestiones fundamentales, Madrid 1991, p. 19. Del mis-
man. cit., pp. 182 ss. mo, Aproximación al Derecho penal contemporáneo, Barcelona 1992, pp. 63 ss.

bar
70 La Teoría de la Imputación Objetiva
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal 71
inicia un movimiento expansivo para extenderse a todas Ahora bien, aplicar los mismos criterios de imputación
las formas de delito englobando unitariamente y sistemati- tanto a los delitos dolosos como a los imprudentes, a los de
zando en una única construcción todos los criterios norma- acción y a los de omisión, origina duplicidades y complica-
tivos fundamentadores de la tipicidad en cualquiera de sus ciones innecesarias, lo que constituye el punto más critica-
formas -pero que actuarían también en sentido negativo do de la formulación de la teoría de la imputación objetiva.
casi como las causas de justificación- y que posteriormen-
te, continuarían afectando a la propia estructura y concep- 4.- Acción e imputación
to de delito. En este sentido, el esfuerzo sistematizador de
la teoría de la imputación objetiva ha sido muy importante Aunque la discusión acerca del concepto general de
para clarificar y desarrollar el contenido de la acción de la acción ocupó durante mucho tiempo a la doctrina y las dife-
tipicidad objetiva", que hasta esta teoría no había roto, de rencias entre las diversas posturas (sobre todo entre cau-
hecho, con un concepto de acción de origen causalista, salistas y finalistas) parecían irreconciliables 52, en la actua-
puesto que los finalistas mayoritariamente seguían admi- lidad, la discusión en torno al concepto de acción ha perdi-
tiendo un concepto general de acción delimitado por la teo- do virulencia y la doctrina intenta reconducirla a términos
ría de la condición -en muchos casos, además como ele- más modestos, pero más prácticos. Por ello, la acción ha
mento previo al concepto del delito- 49 . Pero la teoría de la pasado, para muchos autores de ser un elemento previo a
imputación objetiva logra impulsar definitivamente el desa- partir del cual se definía el delito, a ser el primer elemento
rrollo conceptual de algunos elementos que se encontra- de la tipicidad. A la doctrina penal actualmente no le intere-
ban ya en el concepto germinal de accións° previo a VON
LISZT, para intentar reexplicar la tipicidad objetivas'.

En este concepto de acción se analizan relación de causalidad y resultado. WELZEL


al concebir su nuevo concepto de acción final advierte que el dolo, -fin- pese a ser un
elemento de la acción debe ser ajeno sistemáticamente a ella y lo ubica en la tipicidad,
48
Puede achacarse, sin embargo, a la teoría de la imputación objetiva un excesivo celo que poco a poco se ha ido fortaleciendo reconociendo nuevos elementos e incluso
unificador y nonnativizador, que ha olvidado las diferencias esenciales entre las di- atribuyéndose elementos que inicialmente se ubicaban sistemáticamente en la anti-
ferentes modalidades típicas. juridicidad -elementos normativos, de valoración global, riesgo permitido...-
49 Véase WELZEL, H., Derecho penal alemán, cit., pp. 59 ss. A su vez, del concepto general de acción se empieza a desgajar el resultado, que se
5° Califico a la categoría de la acción así delimitada como «acción germinal» queriendo incluye como elemento típico, y después la relación de causalidad. Pero, la idea ini-
significar cómo en ella se encuentran ya en forma muy incipiente y desdibujada, cial de BELING, según la cual la tipicidad es fruto, manifestación o consecuencia del
muchos (o quizá todos) los elementos que posteriormente han ido desarrollándose principio de legalidad, no ha sido abandonado por todos, y en concreto, ha servido de
fundamentación al propio ROXIN (ROXIN, C., Política criminal y sistema de Dere-
conceptualmente por la doctrina hasta configurar los elementos que se ubican hoy en cho penal, cit., pp. 27 ss.)
día mayoritariamente en la tipicidad objetiva, tras un largo proceso de depuración 52
conceptual y el paso, a veces por otros elementos de la categoría del delito. Véase CEREZO MIR, J., «El delito como acción típica, evolución del concepto dog-
mático del tipo» en Libro homenaje al Profesor José Antón Oneca,
51 Antes de la construcción por BELING de la categoría de la tipicidad, todos los ele- Salamanca 1982,
pp. 163 a 177; del mismo, - «El concepto de la acción finalista como fundamento del
mentos que hoy incluirnos en ella estaban en la categoria de la acción. Para BELING sistema de derecho penal» en ADPCP XII (1959), pp. 561 y ss, y «El finalismo hoy»,
el tipo penal es el conjunto de elementos que caracteriza a un comportamiento como en ADPCP 46 (1993), pp. 5 a 19. También NOVOA MONREAL, E.,
contrario a la norma (Die Lehre vont Verbrechen, Tübingen 1906. Puede verse en Causalismo y
finalismo en Derecho penal, Bogotá, 1982.
JAEN VALLEJO, M., El concepto de acción en la dogmática penal. Madrid 1994).
72 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 73
sa un concepto a priori de acción, sino «la acción típica» 53 , gen el deber de actuar en un determinado sentido. Es de-
esto es, la acción seleccionada por el legislador en el tipo cir, la omisión típica. Esto incide en la idea de que el con-
de entre las conductas existentes en la realidad. cepto general de acción no es un elemento previo y autó-
Si partimos de que la acción es el comportamiento vo- nomo a la tipicidad, sino un conjunto de requisitos típicos,
luntario y final que, por ser elemento que ha de concurrir en que, eso sí, tienen que reunir una serie de caracteres para
todo tipo puede estudiarse con anterioridad al tipo54 pode- ser considerados humanos: en este sentido igual que cual-
mos llega a «la absurda conclusión de que los delitos de quier hecho no es considerado acción -positiva (acción en
omisión no precisan estar constituidos por ningún compor- sentido estricto)- humana; cualquier omisión tampoco será
tamiento humano» 55 . Para obviarlo se afirma que «los tipos considerada omisión humana (integrante entonces del con-
cepto de acción en sentido amplio).
omisivos requieren, tanto como los de comisión positiva,
un comportamiento humano, generalmente constituido por Mas radical es CEREZO MIR, para quien «la omisión
una actividad positiva. La no realización de la conducta exi- no es acción. Entre la acción y la omisión la única nota
gida por la ley tiene lugar casi siempre mediante la ejecu- común es la capacidad de acción y ésta no, permite elabo-
ción de una acción positiva distinta a aquella»...» Podría rar un concepto genérico de conducta. El concepto de ac-
decirse que en los delitos de omisión existen tantos com- ción finalista y el concepto de omisión a él referido pueden
portamientos (positivos) típicos cuantas posibles conduc- cumplir la función de elemento básico, aunque no unitario
tas distintas a la realización de la acción esperada» 56. Pero del sistema» 57 . Pero «la función de elemento básico no im-
esta postura es insostenible, pues la omisión no requiere plica... la necesidad de que pertenezcan a la acción o a la
una acción distinta, sino de la omisión de un hacer activo omisión todos los elementos del tipo de injusto». Basta con
ordenado y exigido. Ahora bien, del mismo modo que no que permita una interpretación satisfactoria de todos los
toda acción es jurídico penalmente relevante, toda omisión tipos de injusto".
tampoco lo es. Sólo lo son aquellas omisiones que infrin- Sin embargo, quizá siga siendo conveniente distinguir
un concepto general de acción (por utilizar una terminolo-
gía tradicional) del concepto de acción típica. En este sen-
tido el concepto general de acción cumpliría la función de
excluir aquellos actos o sucesos que no son fruto de un
53 SILVA SÁNCHEZ, J.M., «Introducción», cit., p. 15, describe como rasgos funda- actuar humano (actos de la naturaleza o de animales) o
mentales de la doctrina dominante: «en primer lugar, el concepto de acción tiende a
desdibujarse en favor del concepto de «realización típica»... en segundo lugar. el tipo
que siéndolo no son voluntarios (actos reflejos, etc) 59 .
se entiende fundamentalmente como expresión del contenido del injusto (material)
específico de una figura de delito. En tercer lugar, en lo que hace al injusto, se acoge,
como se ha dicho, la doctrina del injusto personal, integrándose desvalor de la acción
y desvalor de resultado».
sa MIR PUIG,S., Función de la pena y teoría de delito en el estado social y democrá- 57 CEREZO MIR, J., «El finalismo hoy» en ADPCP 46 (1993), p. 11 y 12.
tico de derecho, Barcelona 1979, p. 36. » CEREZO MIR, J., «El finalismo hoy», cit., p. 12.
59
55 MIR PUIG,S., Función de la pena y teoría de delito en el estado social y democrá- Aquí se ubicaría aquel concepto de «evitabilidad» de la conducta a que hacía refe-
tico de derecho, cit., p. 37 s. rencia MIR PUIG como elemento previo a la «antijuridicidad entendida como
56
MIR PUIG,S., Función de la pena y teoría de delito en el estado social y democrá- antinormatividad» MIR PUIG, S., «Antijuridicidad objetiva y antinormatividad en
tico de derecho, cit., p. 37. Derecho penal» en ADPCP XLVII (1994), p. 27
Ir-

74 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 75


El hecho real existe como premisa inicial lógica para el El concepto de acción típica ha de partir de una defini-
ejercicio del juicio de subsunción del hecho real en el su- ción de carácter normativo -que permita incluir tanto la ac-
puesto de hecho de la norma. El concepto general de ac- ción como la omisión- que posteriormente habrá de sufrir
ción en la tradicional definición del delito como «acción típi- un proceso de desnormativación para que en ella puedan
ca antijurídica y culpable» es la premisa inicial lógica -de subsumirse los comportamientos reales 61 . Mientras que el
descripción de lo acaecido en la realidad- que da lugar al concepto de «acción típica» ha de ir en relación con un
juicio de subsunción en la previsión típica. Su función en- determinado tipo penal, lo que se analizaría bajo el con-
tonces sería describir un proceso externo no jurídico (el cepto general de acción no sería la concreta tipicidad de la
hecho realizado) necesario para la existencia del delito. acción, sino si tal acción reúne los caracteres generales de
Pero, una vez que entran en juego criterios normativos ya toda conducta humana62 .
estamos en el ámbito de la tipicidad 6°.
Así pues, tres serían las variables que inciden en la im-
Así, el cada vez más simplificado concepto general de putación de una acción (en sentido amplio) y que requieren
acción tiene como función primordial la exclusión de aque- específicos criterios de imputación en el ámbito objetivo y,
llos movimientos corporales carentes del contenido míni- como consecuencia, en la estructura del tipo: acción, omi-
mo de voluntad, al menos respecto a la realización o abs- sión, imprudencia. El dolo no es una variable, porque es un
tención del comportamiento, que caracterizan la acción del elemento subjetivo, y actúa como criterio de imputación en
hombre como acción humana. Sólo este concepto mínimo el tipo subjetivo. La diferencia entre delito imprudente y delito
de acción puede aplicarse con carácter general a todas las doloso afecta según la doctrina tradicional al ámbito subje-
formas de tipicidad. Ésta, sin embargo, habrá de reunir ca- tivo. Pero la distinción entre acción típica dolosa y acción
racterísticas distintas según que se trate de una acción do- típica imprudente no se limita a la concurrencia o no de
losa, una acción imprudente, una omisión dolosa o una omi- dolo en el ámbito subjetivo, sino que la tipicidad objetiva de
sión imprudente. uno y otro presenta ya elementos diferenciadores. Y sobre
Junto a este elemento previo, que analizaría con carác- todo las reglas, requisitos y fundamentos de la imputación
ter general los requisitos esenciales del comportamiento para de una u otra conducta son esencialmente distintas.
ser calificado como humano y propio del sujeto que lo reali-
za, en el sentido de dependiente de su personalidad, se ana- 5.- La Teoría de la imputación objetiva en tres
lizaría, dentro de la tipicidad, la acción típica, que describiría niveles
el concreto comportamiento exigido por los tipos de la parte
especial, que se relacionaría con el resultado -en su caso La propuesta de ROXI N, más moderada, ha sido acogi-
mediante una relación de causalidad- y sobre la que se fun-
damentarían los demás elementos del delito.

61 SCHÜNEMANN, B., «Sobre el estado actual de la dogmática de los delitos de omi-


sión en Alemania» en Omisión e imputación objetiva en Derecho penal, Madrid
60 Pueden verse al respecto las consideraciones de MIR PUIG, S., Función de la pena y 1994, p. 13.
teoría de delito en el estado social y democrático de derecho, cit, p. 33. MIR PUIG, S Derecho penal. Parte general, Barcelona 1990. pp. 174 ss.

11~
76 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 77
da con calor en las doctrinas alemanas y española, sobre estos criterios han de ser valorados también en el tipo de
todo en cuanto a su esquema estructural que diferencia injusto doloso. A mi modo de ver, sin embargo, éstas son
tres niveles de imputación 63: categorías específicas del injusto imprudente que no sólo
1 .- La creación de un riesgo jurídico-penalmente rele- no sirven, sino que desvirtuan la tipicidad en los delitos de
vante o no permitido. resultado doloso, ya sea este resultado de lesión o de peli-
2.- La realización del riesgo imputable en el resultado. gro (sin perjuicio de que para determinar el concepto y el
3.- El fin de protección del propio tipo penal infringido o contenido del resultado de peligro sea preciso recurrir a
alcance del tipo penal. criterios de probabilidad, previsibilidad y cuidado).

A grandes rasgos los criterios de imputación en cual- Desde mi punto de vista, la previsibilidad objetiva no
quiera de las modalidades de delito tendrían idéntica finali- puede ser elemento del tipo objetivo del delito doloso",
dad o fundamento próximo, pero habrían de presentar par- puesto que en éste la concurrencia del dolo obliga a que lo
ticularidades según se tratase de tipicidad dolosa o impru- importante sea la previsibilidad subjetiva. En el tipo doloso
dente. En este sentido, cabría hacer las siguientes consi- no importa para nada que objetivamente la producción del
deraciones: resultado fuera previsible, sino que subjetivamente lo fue-
ra.
a) En el ámbito de la creación de un riesgo no per- Se plantea algo similar con el caso THYREN: Una per-
mitido sona inexperta en el manejo de armas, dispara con inten-
I) Parece admitido que la determinación del riesgo per- ción de matar a un hombre que se encuentra a una distan-
mitido ha de hacerse para cada caso concreto, sin que sea cia tal que incluso a un tirador experto le hubiera resultado
posible generalizar, ni siquiera entre supuestos similares. difícil dar en el blanco. ¿Se puede imputar a quien realizó la
Para ello habrán de valorarse en primer lugar las normas acción dolosa la producción del resultado objetivamente
administrativas de control de la actividad, si es que existen, ((poco previsible» o, incluso, imprevisible?. Desde mi punto
así como las normas técnicas, escritas o consuetudinarias, de vista esta pregunta es innecesaria. La previsibilidad no
deontológicas o de la experiencia que rigen la actividad, debe jugar aquí ningún papel. Aunque, quizá este supues-
etc. Por ello este criterio tiene especial importancia en el to tampoco sea imaginable de forma imprudente, pues «im-
ámbito de los delitos imprudentes y desarrolla en éste, cri- prudentemente» no se dispara contra nadie, todo lo más,
terios especiales que han de ser incluidos en el tipo objeti- se dispara a otro sitio (o a otra persona) y se da a la vícti-
vo del injusto imprudente (previsibilidad objetiva y diligen- ma, de tal forma que querer equiparar el trato entre con-
cia debida). Parte importante de la doctrina considera que

64 En este sentido se pronuncia también MIR PUIG, S., Derecho penal. Parte general,
63 Siguiendo la formulación del WOLTER, J., «La imputación objetiva y el sistema cit., p. 247, quien prefiere «entender que en los tipos dolosos basta un mínimo de
moderno del Derecho penal» en Omisión e imputación objetiva en Derecho penal, riesgo». Explícitamente ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal,
cit , p.68. cit., p. 51: «Abstractamente previsible y evitable lo es, en efecto, casi todo».
La Teoría de la Imputación Objetiva 79
78 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal

ducta dolosa e imprudente puede ser distorsionador, por- pudieran ser el tráfico rodado o los delitos contra el medio
que el fundamento por el que una y otra se castigan es ambiente, el sujeto actúa sin tener en cuenta las posibles
esencialmente distinto 65 . actuaciones dolosas o imprudentes de terceros, que suma-
das a la propia, podrían dar lugar a la producción del resul-
Algo similar puede alegarse respecto al criterio de la tado típico. Así no sería imputable el resultado total produ-
diligencia debida. Pretender que para fundamentar el tipo cido a quien actuó confiando en la actuación correcta de
doloso han de haber sido infringidos los deberes de diligen- los demás. Pero este mismo principio se puede entender y
cia es poco útil, y sobre todo, innecesario, pues quien dolo- aplicar en sentido contrario, y así lo ha hecho la Jurispru-
samente realiza una acción conducente a producir un re- dencia española para fundamentar la responsabilidad de
sultado típico, evidentemente está infringiendo las reglas los cargos directivos y mandos intermedios que incumplie-
de prudencia que pretenden garantizar la indemnidad de ron sus deberes de vigilancia «confiando» en que los tra-
dicho bien jurídico. Sin embargo, estos dos factores cum- bajadores cumplirían las medidas de cuidado". En el ámbi-
plen su función importante en la imprudencia, por lo que to de los delitos contra el medio ambiente, la atribución al
serían elementos del tipo imprudente pero no del doloso. autor de los efectos parciales no constitutivos de delito de-
En el ámbito del tipo imprudente podría también tener rivados de su acción individual implicará la impunidad en
sentido el principio de confianza". El principio de con- muchos casos en los que de hecho existe una transgresión
fianza excluye la imputación en la imprudencia cuando quien de los límites del riesgo permitido. De forma que debe abs-
actuó conforme a derecho lo hizo confiando en que los de- tenerse de actuar quien realiza una actividad peligrosa a
más también lo harían y, como consecuencia de su con- sabiendas de que su actividad es peligrosa y conociendo o
ducta confiada, se produjo un resultado típico. Se trata de debiendo y pudiendo conocer que en determinadas circuns-
supuestos de conflictos de intereses en los que el resulta- tancias otros sujetos pueden actuar -legal o ilegalmente-
do es fruto de una conducta errónea, ilícita o imprudente de de forma que los efectos de la acción propia unida a los
un tercero 67. efectos de las acciones externas pudieran -al interactuar
conjuntamente- producir resultados típicos 69 .
Este principio puede tener significado para excluir la
imputación en los supuestos de autoría accesoria. En es- II) Esta postura, según la cual las modalidades típicas
tos supuestos, muy corrientes en ámbitos de riesgo, como serán distintas según se trate de un delito doloso o impru-
dente, y consecuentemente los requisitos para la imputa-
ción (y los criterios) han de ser diferentes -si bien con una
fundamentación similar- conlleva el problema de que con

65
Véase DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Tipicidad e imputación objetiva, Valencia
1996, p. 134.
66 También ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal, cit., p. 51: «Ins-

tituciones jurídicas como el riesgo permitido o el principio de confianza, que se han


desarrollado al margen de las categorías sistemáticas, muestran el camino obligado 68 Véase en tal sentido CORCOY BIDASOLO, M., «Imputación objetiva en el delito
para la tipificación de los deberes, cuya elaboración sistemática únicamente puede imprudente», cit., p. 45.
dar a los tipos culposos la firme estructura que nos es evidente en los delitos dolosos». 69 Puede verse en DE LA CUESTA AGUADO, PM., La prueba en el delito ecológico,
67 JAKOBS, G., Strafrecht, A.T., cit., p. 209. ternos, Madrid 1995, p. 16.
80 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 81
anterioridad a la aplicación de los criterios normativos de la Un juicio de carácter normativo o imputación, que
imputación objetiva se debe haber realizado un juicio -aun- ya no sería propiamente objetiva, pero se podría
que sea meramente orientativo- sobre la concurrencia o no mantener esta terminología para distinguirla de la
de dolo, con lo que se estaría duplicando el juicio sobre el imputación derivada de la culpabilidad, que sería la
dolo, que es precisamente lo que se trata de evitar al esta- imputación subjetiva. En este momento trataríamos
blecer criterios o principios de imputación comunes en la de averiguar si un hecho doloso o imprudente pue-
tipicidad objetiva. de ser considerado imputable a su autor y como con-
Pero si los criterios de la imputación objetiva son reglas secuencia exigírsele responsabilidad por el mismo
normativas de imputación, cuya función es fundamentar un antes de analizar su antijuridicidad y culpabilidad.
juicio sobre la posibilidad de subsumir una determinada Otra solución más sencilla y práctica sería admitir que
conducta (productora de un resultado) bajo la descripción el juez o el interprete no pueden analizar conductas ni im-
típica; es decir, sobre la posibilidad de aplicar una determi- putar acciones o resultados de forma abstracta sino en re-
nada regla jurídica a una conducta, será preciso conocer lación a una norma concreta, con lo que el problema se
con anterioridad perfectamente el contenido y característi- reduciría a un problema de concurso de leyes. O dicho de
cas de dicha conducta, antes de intentar realizar el juicio otra forma, al juez no le quedará más remedio que plan-
de subsunción. Y para conocer cómo es una conducta se tearse la posible tipicidad dolosa y culposa, cuando la con-
deben tener en cuenta todos los elementos y circunstan- ducta realizada y el resultado producido puedan ser subsu-
cias, tanto objetivas como subjetivas, que concurren en la midos tanto en un tipo doloso como en un tipo culposo 70 .
realización de una acción y en la producción de un resulta-
En cualquier caso, y al margen de los problemas ante-
do.
En favor de este argumento se puede argüir que el Có-
digo Penal español de 1995 tipifica expresa y separada-
mente los delitos dolosos de los imprudentes, lo cual viene
a ratificar la postura aquí mantenida acerca de la diferen-
70
ciación entre ambas modalidades típicas ya en el ámbito Esta postura no es la admitida mayoritariamente por la doctrina -española o alemana-
pero podría ser admisible para quienes, como LUZÓN PEÑA, admiten la existencia
del tipo objetivo. de causas de exclusión de la tipicidad o causas de atipicidad en sentido estricto;
De ser esto así habría que realizar en el propio ámbito LUZÓN PEÑA, D. «Causas de atipicidad y causas de justificación» en Causas de
justificación y atipicidad en Derecho penal, cit., passim. De estas contradicciones se
de la tipicidad dos juicios distintos: percata, entre otros, HRUSCHKA, quien en su artículo «reglas de comportamiento y
reglas de imputación», cit., tras revisar la antígua teoría de la imputación concluye:
Un juicio de caracter naturalístico (no normativo) so- «queda así definida una estructura delictiva tripartita que resulta de la diferencia
bre el hecho_que constaría de: entre las reglas de comportamiento y reglas de imputación en ambos niveles. No vale
Una parte objetiva con los siguientes elementos: con- ciertamente el esquema postclásico «Tipicidad/antijuridicidad/ culpabilidad» ... Este
esquema descansa en un desconocimiento de las estructuras que le sirven de base».
tenido de la acción realizada, relación de causalidad, Pero, de hecho, la propuesta de este autor no abandona tampoco el esquema clásico
sujetos, objeto. diseñado por VON LISZT y BELING para volver al anterior diseñado por
Una parte subjetiva, que sería idéntica al tipo sub- PUFHaNDORF y perfeccionado por DARIES, sino que por el contrario distingue 1)
la imputación en el primer nivel de imputación por la que son imputados el hecho y
jetivo. las circunstancias del hecho que son relevantes para emitir eventualmente el juicio
82 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 83
riormente descritos, no puede obviarse la importancia de la desde luego no caben duplicidades); pero en cualquier caso,
delimitación como elemento típico del riesgo permitido, pues cuando el consentimiento deba ser analizado en la tipicidad
es instrumento fundamental para permitir la adecuación del ha de hacerse independientemente del riesgo permitido.
tipo a la evolución social, de forma que se constituye en Así, si analizamos el supuesto del deportista que acepta el
uno de los elementos más activos de acercamiento de la riesgo de lesión, consentimiento y riesgo permitido cum-
ley a la realidad'. Pero además, si el bien jurídico protegi- plen funciones distintas: el riesgo permitido delimita el ám-
do ha de cumplir alguna función limitadora del ámbito de la bito del consentimiento; o dicho de otra forma: el consenti-
tipicidad mediante la exclusión de conductas inócuas o le- miento del jugador no abarca -destipifica-cualquier lesión,
vemente lesivas (conductas de bagatela) o mediante la sino únicamente aquellas que han sido producidas dentro
aplicación del principio de insignificancia, estas funciones del riesgo permitido.
han de ser desarrolladas bajo el instituto del riesgo permiti-
do, pues éste permite describir perfectamente una realidad b) Sobre la realización del riesgo imputable en el
social compleja fundamentada en la existencia de ámbitos resultado
de riesgos que, pese a su potencial eficacia lesiva, son
Para que un resultado sea imputable es preciso que,
admitidos y reclamados por la sociedad.
además de la relación de causalidad exista una «relación
III) Problema distinto es el que plantea el consentimien- de riesgo», es decir, que como consecuencia del riesgo
to del sujeto pasivo. En la doctrina española, tradicional- creado por la conducta se produzca el resultado. Si no existe
mente se venía considerando que el consentimiento era esa relación de riesgo 73 , no se puede imputar el resultado,
una causa de justificación. La insatisfacción de tal solución aunque en algún caso pueda existir responsabilidad por
en algunos supuestos permitió que la doctrina mayoritaria frustración o tentativa. El juicio sobre la realización del ries-
optase -casi al hilo de la alemana- por distinguir entre un go en el resultado ha de realizarse ex post. Entonces, no
consentimiento que excluiría la tipicidad y otro que actuaría podrá imputarse la conducta:
como causa de justificación (diferencia entre acuerdo y con-
sentimiento) 72 . Desde mi punto de vista, sin embargo, el
consentimiento sólo puede ser analizado en la tipicidad (y

73
CORCOY BIDASOLO, M., «Imputación objetiva en el delito imprudente» en Cau-
salidad e imputación objetiva, Madrid 1994, p. 49, distingue entre un «primer juicio
de antijuridicidad (o sea, la tipicidad); «2) el propio juicio de antijuricidad...» y «3) de imputación» denominado Presupuesto de imputación: «en él se trata de determi-
la imputación en el segundo nivel de imputación por la que se imputa el hecho
nar, de acuerdo con criterios teleológicos, la existencia de la creación de un riesgo
antijurídico a la culpabilidad» (p. 185).
típicamente relevante como consecuencia de la infracción de la norma de cuidado».
71 DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Tipicidad e imputación objetiva, cit., p. 133.
72 Por todos, BACIGALUPO, E., «El consentimiento del lesionado en el Dereco penal y
En un segundo momento «se trata de probar la relación de riesgo y en este caso sí que
estamos frente a un juicio estrictamente objetivo y ex post sobre la existencia de un
la dogmática españoles» y MAIWALD, M., «El consentimiento del lesionado en el nexo normativo entre conductas y relatado, al que denomina imputación objetiva en
Derecho y en la dogmática penal alemanes» en Justificación y exculpación en Dere- sentido estricto. En esta línea puede verse PAREDES CASTAÑÓN, J.M., El riesgo
cho penal, cit., pp. 109 ss. permitido en Derecho Penal. cit. pp. 51 ss.
1110111k

84 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 85

a) Si el resultado es consecuencia de la realización de Según la teoría del incremento del riesgo, formulada
otro riesgo distinto al creado por el comportamiento del autor. por ROXI N, la conducta imprudente ha debido incrementar
Este criterio intenta explicar por qué no se imputan los el riesgo de producción del resultado 75. Para averiguar si
resultados producidos por cursos causales anómalos o se ha producido tal incremento del riesgo, habrá que reali-
desviaciones del curso causal. Pero, en los delitos impru- zar una comparación entre el riesgo real creado y el que
dentes, tiene además una manifestación específica cuan- hubiera generado el comportamiento correcto. Si de tal
do el resultado producido es consecuencia de otro riesgo análisis resultara que el riesgo no se ha incrementado res-
distinto al riesgo creado por la infracción de la norma de pecto a la conducta alternativa hipotética adecuada a dere-
cuidado y que ésta trata de proteger (incremento de riesgo cho, el resultado no será imputable. De esta forma, si se
en relación con el fin de la norma de cuidado lesionada). comprueba, que si el empresario en el caso de los pelos de
cabra o el anestesista del caso de la cocaína hubieran ac-
Se trata de supuestos en los que se lesiona el deber tuado correctamente también se hubieran producido los
objetivo de cuidado -falta la diligencia debida- y se produce resultados lesivos, éstos no les serían imputables.
un resultado, pero este resultado no es fruto del riesgo contra
el que la norma de cuidado intenta proteger. Alguna doctrina considera, sin embargo, que no deben
tenerse en cuenta posibles conductas alternativas hipotéti-
b) Si no existe incremento del riesgo de producción del cas76 conforme a derecho, sino que habría que equiparar
resultado en relación con la conducta real. estos supuestos a aquéllos en los que el resultado produci-
Se analizan bajo este epígrafe aquellos supuestos en do es consecuencia de otro riesgo distinto al creado por la
los que el resultado se hubiera producido igualmente aun- infracción de la norma de cuidado y que ésta trata de prote-
que quien actuó infringiendo la norma de cuidado, hubiera ger (incremento de riesgo en relación con el fin de la norma
actuado conforme a derecho. Para solucionar estos casos de cuidado lesionada).
gran parte de la doctrina, siguiendo a ROXIN 74 acude a la De este breve resumen se deduce que también los cri-
denominada teoría del incremento del riesgo terios de este segundo nivel de imputación funcionan cuando
(Risikoerhohungslehre). Para este autor el comportamien- no existe un elemento subjetivo tal como el dolo, es decir,
to imprudente tiene que haber creado un riesgo mayor que que el autor no persigue con su acción el resultado típico. Y
el permitido, incrementando la probabilidad de producción funcionan en la imprudencia precisamente porque ya sa-
del resultado. Para averiguarlo, se llevará a cabo una com- bemos que no existe dolo. Es decir, que el conocimiento
paración entre el riesgo real creado y el que hubiera gene- inicial del carácter no doloso ya lo conocemos antes de rea-
rado el comportamiento correcto. Para ello se tendrán en
cuenta no solo los factores reconocibles ex ante, sino los
conocidos una vez producido el resultado.

75 .ROXIN, C., Problemas básicos del Derecho penal, Madrid, 1976, pp. 167 y ss.
76 En igual sentido MARTÍNEZ ESCAMILLA, M., La imputación objetiva del resul-
tado, cit., p. 234 ss. Véase también, crítico, SERRANO GONZÁLEZ DE MURILLO,
J.L., Teoría general del delito imprudente (doctrina general y regulación legal),
MARTÍNEZ ESCAMILLA, La imputación objetiva del resultado, cit., pp. 193 ss. Madrid 1991, p. 110.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 87
86

lizar el juicio objetivo. Argumento que viene a ratificar aquél romper con dicha estructura no acaba de configurarse algo
de que la imputación objetiva no es tan objetiva, pues los realmente distinto, sino más bien un aglomerado en el que
criterios a aplicar dependerán de la modalidad de la con- elementos propios de la culpabilidad vuelven a formar par-
ducta en atención al elemento subjetivo. te del concepto de acción que tiende a engullir la tipicidad y
la antijuridicidad -para volver a un concepto de delito sinté-
c) En cuanto al criterio del alcance del tipo penal. tico como la acción culpable-.
Bajo este epígrafe se trata un innumerable número de Pero quizá el mayor mérito de la obra de ROXIN y de la
casos en los que no existe imputación en base a diferentes teoría de la imputación objetiva sea el haberse mostrado
consideraciones normativas que sirven a la interpretación sensible a una realidad social nueva y haber intentado de-
del tipo en cuestión77 . Pero quizá su ubicación sistemática finir conceptos que permitan describirla correctamente en
como tercer criterio o nivel de imputación, no sea muy co- el seno del Derecho penal y del concepto dogmático del
rrecta, pues en realidad se trata de introducir criterios de delito. En nuestra sociedad actual, efectivamente, surgen
política-criminal en la interpretación de los tipos, lo cual ha nuevas situaciones que exigen respuestas cada vez más
de realizarse, supuesto por supuesto, en la parte especial, valorativas y normativizadas (jurídicas, convencionales). El
sin que puedan darse criterios genéricos aplicables a todos riesgo -como expresión normativa del conflicto social- im-
los tipos penales. plica una nueva concepción del bien jurídico como criterio
de solución al conflicto resuelto en la pauta de conducta
6.- Conclusiones contenida en la norma primaria.

De la orientación teleológico funcionalista del Derecho


penal fundamentada en la prevención general positiva se
extraen importantes consecuencias para toda la Teoría
General del delito. Consecuencias que a partir de la norma
primaria considerada como norma de conducta
(Verhaltensnorm) y de la subsiguiente introducción de la
evitabilidad en el concepto de la acción suponen la revisión
de conceptos tradicionales e incluso de toda la estructura
del concepto de delito, pero conservando todavía los ele-
mentos tradicionales de aquél, a saber, tipicidad, antijuridi-
cidad (o tipo de injusto) y culpabilidad. Y cuando se intenta

77 MARTÍNEZ ESCAMILLA, M., «La imputación objetiva del resultado. Una primera
aproximación» en Causalidad e Imputación objetiva, cit., p. 343.
LA IMPUTACIÓN ULTERIOR AL
TIPO OBJETIVO
(cap. 11, a. marg. 36 al 112, p. 298-336)

[298 página original en el libro

1.- DELITOS DE LESIÓN

La dogmática antigua suponía que el tipo objetivo ya


36
estaba completo con la causalidad de la conducta del autor
para la producción del resultado. En los casos en los cua-
les aparecía inadecuada una punición, se trataba de liberar
de pena, en los delitos de comisión dolosos, negando el
dolo. Así se encuentra todavía en WELZEL 57 el "ejemplo
frecuentemente empleado" de aquél que " ante la proximi-
dad de una tormenta, envía a otro al bosque con la espe-
ranza de que le alcance un rayo". Si en contra de toda pro-
babilidad este resultado se produce, siguiendo la teoría de
la equivalencia, no hay por qué dudar de la causalidad del

Welzel, Derecho penal (D.P.), IP edición, p. 66.


90 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 91
aconsejador58 . Si con ello se considera completado el tipo
que debería afirmarse en todo caso, también presupone un
objetivo, entonces solamente se puede eludir una punición dolo de homicidio, solamente se puede negar el dolo con
negando el dolo. Esto también es efectuado por Welzel respecto al resultado concreto de muerte, si ya no se consi-
cuando opina que aquí sólo habría una esperanza o un de- dera más como "homicidio", en el sentido del tipo, la causa-
seo en el "hombre de atrás" [Hintermann], mas no una vo- ción de la muerte tal como ha ocurrido. Esta es una cues-
luntad poderosa de intervenir realmente en los hechos, tal tión de la imputación objetiva y no un problema del dolo.
como lo exigiría el dolo. Sin embargo, esta fundamentación
no convence : es indiscutible que el autor quería subjetiva- Luego, es primeramente tarea de la imputación al tipo
mente exactamente aquello que objetivamente ha causa- objetivo informar sobre los hechos que hacen de una causa- 38
do. El planeamiento y el curso real de los hechos se corres- ción (como frontera más lejana de una posible imputación)
ponden. Si a pesar de todo no queremos considerar co- una acción típica, es decir, por ejemplo de una causación de
rrecta una punición, esto radica en primer lugar en la ca- muerte una acción homicida jurídicamente relevante. La po-
sualidad objetiva de los hechos. Sólo porque objetivamen- sibilidad de imputar también al tipo subjetivo tal acción homi-
te juzgamos que la causación puramente casual de una cida y considerarla así como dolosa será tratada en el capí-
muerte no es homicidio en sentido jurídico, el dolo dirigido tulo siguiente (cap. 12) [capítulo que aquí no se traduce]. La
a éste no es un dolo homicida, sino uno dirigido a algo im- reactivación de la teoría de la imputación, que había caído
pune. completamente en el olvido en la segunda mitad del siglo 19
en el curso del pensamiento causal orientado en las Cien-
Algo parecido ocurre en el caso típico de que A dispare 37 cias naturales, recién ha sido efectuada a partir de los años
a B con dolo homicida, causándole solamente una lesión sesenta del presente siglo 59 . Sus resultados son por ello to-
leve, pero éste muere en un incendio del hospital al cual davía muy inseguros y no han sido recepcionados por la Ju-
había sido trasladado para su tratamiento médico. Hay con- risprudencia80 . Sin embargo, en la ciencia se impone cada
senso en que en tales constelaciones sólo debe aceptarse vez más la concepción de que la imputación al tipo objetivo
una tentativa de homicidio. [299 >] No obstante, cuando la
-
tiene que realizarse según dos principios relacionados entre
jurisprudencia y la doctrina (todavía) dominantes argumen- ellos61 :
tan que faltaría el dolo de homicidio porque éste tendría
que extenderse al curso causal, no se hace más que trasla-
dar el problema, otra vez y sin razón, al lado subjetivo. Pues
en el plano objetivo puede juzgarse que la muerte a través
del incendio en el hospital no es obra de A, de tal manera
que la consumación del hecho no tiene que excluirse re-
cién debido a la ausencia del dolo. Puesto que la tentativa,
59 Un libro pionero -relativamente poco atendido- es el de Hardwig : "La imputación.
Un problema central del Derecho penal", 1957.
6° Por el contrario, la teoría de la imputación objetiva ya se ha impuesto ampliamente
en la jurisprudencia austriaca, comp. Triffterer, en LH a Klug, 1983, p. 419.
58 Baumann/Weber, D.P., p. g., 9' ed., cap. 17 11 4a, pretenden establecer aquí una Esta comprensión fundamental casi no se discute hoy en día en la ciencia alemana.
"excepción de la teoría de la equivalencia" ; comp. allí también las demás soluciones Un rechazo global de la teoría de la imputación objetiva todavía puede encontrarse,
de urgencia adoptadas en la literatura. desde la perspectiva finalista, en Hirsch, LH a Colonia, 1988, p. 403 y ss.
92 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo
93
a) Un resultado causado por el actor sólo debe ser im- 3(
cidio. Pues si, según el Derecho [alemán] vigente,
putado al tipo objetivo cuando la conducta del autor
incluso es impune la inducción al suicidio, la simple
ha creado un peligro para el objeto de la acción no
inducción a un propio peligro o autopeligro (que es
cubierto por un riesgo permitido, y ese peligro se ha
de lo que se trata aquí) también tiene que ser impu-
realizado también en el resultado concreto. A mane-
ne. El radio de acción de los arts. 212, 222, 230 no
ra de ejemplo, en el caso mencionado al principio
se extiende entonces a acciones para impedir
(el caso de la tormenta) no hay un homicidio en el
autolesiones dolosas, de manera que, por ese moti-
sentido del art. 212 [del C. P. alemán] porque el en-
vo, el resultado no puede ser imputado al inductor.
viar al bosque no crea un peligro de muerte jurídica-
mente relevante. En el caso del incendio del hospi- Resumiendo se puede decir, entonces, que la imputa- 41
tal, el disparo del autor ha creado ciertamente un ción al tipo objetivo presupone la realización de un riesgo
peligro no permitido de muerte para la víctima ; pero creado por el autor, no cubierto por un riesgo permitido, y
el peligro proveniente de una lesión producida por que se encuentra dentro del radio de acción del tipo. Esta
un disparo no se ha realizado en el incendio del hos- concepción será explicada con mayor detenimiento a con-
pital, de tal manera que por este motivo el resultado tinuación.
no puede imputarse al autor como homicidio consu- La concepción que se expone luego ya había sido ex- 41a
mado. Mientras que la ausencia de la creación de puesta por vez primera, en lo fundamental, en mi libro "Ideas
un peligro lleva a la impunidad, la falta de realiza- sobre la problemática de la imputación en el Derecho pe-
ción del peligro en una lesión típica del bien jurídico nal" , y, en cuanto al problema del aumento del riesgo rela-
sólo tiene por consecuencia la desaparición de la cionado con la conducta alternativa conforme a la ley, en
consumación, de tal manera que, dado el caso, pue- mi trabajo "Lesión del deber y resultado en los delitos im-
de imponerse una sanción penal por tentativa. prudentes"62 . Incluso he tratado de manera especial el ra-
[300->] dio de acción del tipo, bajo el punto de vista del fin de pro-
tección de la norma 62 a . Desde entonces la concepción ha
b) Generalmente es imputable el resultado cuando 40
sido mejorada y desarrollada por muchos trabajos 62b . La
constituye la realización de un peligro creado por el
teoría de la imputación también ha sido crecientemente
autor, de tal manera que se completa el tipo objeti-
vo. Pero aun así puede excepcionalmente negarse
la imputación cuando el radio de acción del tipo no
incluye el impedir tales peligros y sus efectos. Cuan-
do, por ejemplo, A motiva a B a escalar el Himalaya,
y éste - tal como A lo había previsto- sufre un acci- Roxin, LH a Honig, 1979, p. 133 ; el mismo ZStW, tomo 74 (1962), p. 411 (ambos
también en : "Problemas fundamentales, p. 123, 147).
dente mortal, entonces A no solamente ha causado 52 a Roxin, LH a Galias, 1973, p. 241.

la muerte de B, sino también se ha realizado un pe- Siguiendo la línea aquí expuesta han trabajado de manera especialmente fructífera :
Burgstaller, 1974 ; Rudolphi, JuS 1979, p. 549 y ss. ; SK - Rudolphi ed.), com.
ligro causado por A en la muerte de B. A pesar de
prev. art. 1, n. marg. 38 al 81 a : Schünemann, JA 1975, p. 435, 511, 575, 647, 715,
ello, A no ha cometido una acción punible de homi- 787 ; Stratenwerth, LH a Galias, 1973, p. 227 ; Wolter, 1981 ; el mismo, 1984, p.
103 ; W. Frisch, 1988 : Castaldo 1992.
94 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 95
recepcionada por la literatura de manuales y comentarios. imputación del resultado el que el autor haya creado un
Goydke (1992, p. 8 y ss.) trata sobre la influencia de esta riesgo desaprobado y cuán lejos vaya el radio de acción del
teoría en la reciente jurisprudencia. Otros autores tienen tipo, sino de la conducta típica, mientras que a la teoría de
concepciones parecidas a la aquí desarrollada : Jakobs con la imputación le corresponde "solamente la relación causal
su teoría del "peligro modelo" [Modellgefah1 62c , Otto con el y la relación de realización entre el riesgo fundamentador
principio de la "capacidad de dirección" [Steuerbarkeit] 62 d y de la conducta típica y la producción del resultado" 63. Al
Toepel con el criterio de la "capacidad de planificación ra- hacer esta separación no se considera que finalmente siem-
cional" [rationale Planbarkeit] 62 e Kratzsch trata problemas pre se trata de imputación o de no-imputación del resulta-
de imputación objetiva, en su monografía sobre "La direc- do. Al causante no se le imputa el resultado cuando el cur-
ción de conductas y la organización en el Derecho penal" so causal ha sido particularmente irregular. Desde el punto
(que investiga sobre todo la teoría del injusto y de la de la concepción aquí representada también se opone a
tentativa) 62f , recurriendo a modelos explicativos del siste-
esta separación de "conducta típica" e "imputación del re-
ma de la teoría cibernética y de la teoría de la organización. sultado" el hecho de que el desvalor de la acción y el
Reyes refleja "Los fundamentos teóricos de la imputación desvalor del resultado están unidos inseparablemente (más
objetiva" (remitiéndose mayormente a Jakobs) de manera al respecto cap. 10, nota marginal 96 y ss. [del Manual]) :
instructiva 1329 . Bajo el aspecto ulterior del Derecho penal
sin un resultado de muerte y su imputación no hay una ac-
en la sociedad de riesgo (comp. el cap. 2, nota marginal 23 ción homicida y ninguna "conducta típica" (sino máximo una
b de este libro [se refiere al Manual]) Prittwitz 62h explica la tentativa de acción homicida, pero que también presupone
creación de riesgos como criterio de imputación. un resultado de tentativa). Por lo demás, la separación em-
[301->j prendida por Frisch no tiene importancia esencial para la
concreta resolución de problemas. Bustos Ramírez" de-
En su amplia monografía sobre "La conducta típica y la 42
clara, de manera más amplia, que la imputación objetiva
imputación del resultado" W. Frisch emprende,
"no tendría lugar a nivel de la tipicidad", que ella más bien
correspondientemente con el título de su libro, pero en con-
tendría "su ubicación sistemática en la antijuricidad". Los
tra del procedimiento seguido aquí y en la doctrina domi-
criterios que desarrollo a continuación son considerados
nante, una separación entre "la conducta típica" y "la impu-
por dicho autor como "claramente válidos", si bien solamente
tación del resultado". Según esto, no es una cuestión de la
"como criterios de atribución de una situación en el tipo".

62c
Jakobs, 1972.
bm Otto, LH a Maurach, 1972, p. 92 y ss. ; el mismo JuS 1974, p. 705 y SS.
62e Toepel, 1992, p. 197 y ss.
62f
Kntzsch, 1985 ; comp. también el mismo, LH a Oehler, 1985, p. 65. 63W. Frisch, 1988, p. 67.
62g Reyes, ZStW tomo 105 (1993), p. 108.
62h Prittwitz, 1993, p. 335 y ss.
" Bustos Ramírez, LC a Armin Kaufmann, 1989, p. (de acuerdo al orden de las citas
efectuadas :) 235, 236, 229.
96 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 97
2. CREACIÓN DE UN RIESGO PROHIBIDO
Por supuesto, la situación es distinta cuando alguien no 44
debilita un peligro existente, sino lo reemplaza por otro, cuya
a) La exclusión de la imputación cuando hay dismi- 43
realización es al final menos dañina para el autor que lo
nución del riesgo
que hubiera sido la realización del peligro original. P. e. al-
Se produce desde el principio una falta de creación del guien arroja a un niño desde la ventana de una casa que se
riesgo y con ello de imputabilidad cuando el autor modifica está incendiando, lesionándolo considerablemente, pero sal-
un curso causal de tal manera que disminuye un riesgo ya vándolo de esa manera de morir durante el incendio ; o
existente para la víctima; es decir cuando mejora la situa- alguien encierra a otro sin poder explicarle que no hay otra
ción del objeto de la acción. Quien no puede interceptar solución que "sacarlo de circulación" para preservarlo de
una piedra que ve volar amenazadoramente hacia la cabe- un secuestro. Aquí el autor realiza acciones típicamente
za de otro, pero puede desviarla hacia una parte del cuerpo delictivas que tienen que imputárseles como realización del
que peligra menos 65 , no comete un delito de lesiones pese tipo ; pero él puede justificarse mediante un consentimien-
a su causalidad. Lo mismo ocurre con el médico que sólo to presunto o mediante el art. 34 [estado de necesidad jus-
puede retrasar la muerte inevitable del paciente (n. marg. tificante'. Naturalmente, en el caso concreto puede ser
17). Casos de este tipo no son raros y no pueden ser re- difícil la delimitación entre la disminución de un mismo pe-
sueltos mediante la teoría de la adecuación (n. marg. 31- ligro y su reemplazo por otro. No obstante, el principio de
34), pues el curso causal que modifica el resultado es ple- diferenciación no es cuestionado por ello, pues esta dificul-
namente predecible por el actor y, a menudo, incluso queri- tad coincide con el problema previo general de la separa-
do por él. Sin embargo, una imputación del resultado debe ción entre tipo de delito y excepción, entre tipicidad y
ser excluida porque no tendría sentido prohibir acciones antijuricidad.
que no empeoran la situación del bien jurídico protegido,
sino la mejoran. Ciertamente, según la doctrina tradicional
b) La exclusión de la imputación en ausencia de la
podrían solucionarse los casos de disminución del riesgo
creación de un peligro
bajo el punto de vista de la antijuricidad, aceptando un es-
tado de necesidad justificante (art. 34). Pero, esto supon- También debe rechazarse la imputación al tipo objetivo 45
dría, en primer lugar, que se considere la disminución del cuando el autor, si bien no ha disminuido el riesgo de una
riesgo como lesión típicamente delictuosa del bien jurídico, lesión para el bien jurídico, tampoco lo ha elevado de ma-
lo cual precisamente falta. Así, [302 >] también se ha im--

puesto rápidamente la exclusión de la imputación en caso


de disminución de riesgos 66.

prev. art. 1, n. marg. 58 ; Schonke/Schroder/Lenckner (24 ed.), com. prev. art. 13, n.
marg. 94 ; Stratenwerth, D. P., p. g. (3' ed.), n. marg. 224 ; Wessels, D. P., p. g. (23'
ed.), cap. 6 11 5 ; OLG Stuttgart NJW 1979, p. 2573 ; Schlüchter, JuS 1976, p. 519 y
65 Comp. al respecto Roxin, LH a Honig, 1970, p. 136 ; E. A. Wolff, 1965, p. 17, 23. s. ; Puppe, ZStW 92 (1980), p. 883 y ss. rechaza, desde su punto de vista, incluso una
ee causación. Sobre la discusión con el diferente punto de vista de Armin Kaufmann
Comp. solamente Jescheck, D. P., p. g. (4' ed.), cap. 28 IV 1 LK (1 1' ed.)-Jescheck,
comp. Roxin, en : LC a Armin Kaufmann, 1989, p. 237 y ss.
com. prev. art. 13, n. marg. 94 ; Otto. NJW 1980, p. 422 : SK (5' ed.)-Rudolphi, com.
67
Igualmente Wessels, D. P, p. g. (23' cd.), cap. 6 11 5 ; Otto, NJW 1980, p. 422.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 99
98
nera jurídicamente considerable. Es aquí donde debe ubi- ya hace décadas por Larenz 69 y Honig 70 . Una conducta que
carse el ejemplo ya mencionado de la tormenta (n. marg. no hace peligrar de manera relevante a un bien jurídico
36), y también cualquier otra inducción a realizar activida- protegido legalmente, sólo casualmente puede vincularse
des cotidianas jurídicamente irrelevantes, como el ir a pa- con resultados, así que estos no pueden ser producidos,
sear por la gran ciudad, el subir escaleras, bañarse, esca- en este contexto, de manera final. Por eso también rige la
lar montañas, etc. Aun cuando estas conductas pueden lle- prognosis posterior-objetiva (n. marg. 32) al momento de
var a accidentes en situaciones excepcionales, al Derecho juzgar la cuestión de la creación del peligro, de igual mane-
no le interesan los riesgos mínimos adecuados socialmen- ra como se ha impuesto en la teoría de la adecuación. Esto
te y vinculados a aquellas, de tal manera que una causa- significa : todo depende de si un observador razonable an-
ción del resultado derivada de estas conductas no es impu- tes del hecho (ex ante) había considerado que la conducta
table desde el principio. Puesto que la ejecución de una respectiva era riesgosa o incrementaba el riesgo. Para esto
conducta socialmente normal y generalmente no peligrosa también se tiene que premunir a dicho observador con los
no puede ser prohibida, también falta una acción homicida conocimientos especiales del autor concreto (comp. n. marg.
típicamente delictuosa cuando, excepcionalmente, tal ac- 32). Entonces, cuando alguien aconseja a otro dar un pa-
ción se vuelve causal para una lesión de un bien jurídico. seo, sabiendo que un asesino acecha en el camino, tiene
Lo mismo ocurre cuando un peligro ya existente es incre- por supuesto que afirmarse la creación de un peligro ; si el
mentado de manera no mensurable. Entonces, el antiguo paseante es muerto, se producirá la punición por asesinato
problema universitario de la punibilidad por delito de inun- (art. 211) u homicidio (art. 212). (Cuando el actor inmediato
dación (art. 313) de aquél que vacía una jarra de agua en no está relacionado con el que dio maliciosamente el con-
las aguas marinas que están a punto de romper el dique de sejo, ambos son punibles como autores accesorios inde-
contención [303->] debe ser resuelto en ese sentido: si bien pendientes de un delito de homicidio).
puede afirmarse la causalidad debido a la modificación del Los problemas prácticos que resultan en el juicio de la 47
resultado (así sea extremadamente pequeña) (n. marg. 17), creación no permitida de riesgos, se presentan sobre todo
en todo caso, esta conducta no puede ser imputada al tipo en acciones no dolosas. Por ello estos problemas serán
del art. 313 como la realización de una inundación, pues examinados con más detalle recién con relación a los deli-
los peligros que esta disposición penal quiere prevenir no tos imprudentes (cap. 24, n. marg. 14 y ss.).
son incrementados agregando una mínima cantidad de agua68.
El principio de imputación de la "creación y aumento del 46 c) Creación de peligros y cursos causales hipotéticos
riesgo" se corresponde en lo esencial con la teoría de la Recientemente ha adquirido mayor atención 71 el pro- 48
adecuación (nota marg. 31 y ss.) y con el principio de la
"finalidad objetiva" [objektive Bezweckbarkeit] desarrollado

69 Larenz, 1927.
70 Honig, LH a Frank, 1930, tomo 1, p. 174 y ss.
71 V. también la monografía de Samson sobre "Cursos causales hipotéticos en el Dere-

" Comp. sobre todo esto Roxin, LH a Honig, 1970, p. 136 y ss. cho penal", 1972.
100 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 1 01
blema de si, y eventualmente en qué medida deben consi-
en tales casos arguyendo que el objeto típico de protección
derarse cursos causales hipotéticos en el juicio sobre la
de todas maneras estaba perdido, es decir, no podía peli-
creación o la elevación de un riesgo. Como sabemos, para
grar más mediante el autor. El peligro realizado es la reali-
la causalidad, en los delitos de comisión, los cursos causales
zación de un peligro creado únicamente por el autor, y esto,
hipotéticos son irrelevantes (n. marg. 19, 30) ; no obstante,
según el motivo explicado, sólo puede ser considerado bajo
esto no impediría atribuirles un efecto excluyente de la im-
aspectos normativos. Tampoco un autor imprudente puede
putación. En este campo todavía hay mucho que aclarar.
hacer valer el argumento, tal como un autor doloso, de que
Sin embargo, hay consenso por lo menos en cuanto al caso
la lesión del bien jurídico causada por él, de no haberse
más importante : la imputación de una realización típica
producido mediante el hecho imprudente, también la hu-
antijurídica no puede ser descartada cuando estaba dispo-
biera causado otro (BGHSt tomo 30, p. 228 ; comp. nota
nible un reemplazante que hubiera asumido el hecho en
marg. 19).
caso de que el actor se hubiera retirado (principio de asun-
ción) 72 . Todo esto también tiene que valer cuando el autor re- 50
[304->] emplazante habría actuado de conformidad con el Dere-
cho'''. Luego, siempre es punible por delito de daños quien
Entonces, cuando durante una guerra se fusila de ma- 49 tala un árbol ajeno, pero que el propietario mismo también
nera antijurídica a alguien, el autor no puede liberarse re- había querido talar, o quien mata una vaca ajena que de
curriendo a criterios de imputación (respecto a la causalidad todas maneras habría tenido que ser sacrificada por moti-
comp. n. marg. 19) y defenderse diciendo que en caso de vos sanitarios. Igualmente debe condenarse por homicidio
negativa otro hubiera realizado el fusilamiento. Quien roba en el caso típico de aquél particular que (estando en vigen-
una cosa no puede invocar que, en caso contrario bajo las cia la pena de muerte) ocupa el lugar del juez ejecutor y
circunstancias dadas otro hubiera tomado sin duda la cosa ; pone en funcionamiento él mismo la silla eléctrica. Pues
es decir, ésta habría estado perdida de cualquier manera cuando el legislador solamente permite una acción típica a
para el propietario. Esto resulta de la idea teleológicamente determinadas personas o funcionarios, esta restricción sólo
obligatoria de que el ordenamiento jurídico no puede retirar puede imponerse cuando se mantiene estrictamente la pro-
sus prohibiciones por el hecho de que otro estaba dispues- hibición frente a otros. Llevaría a situaciones intolerables
to a infringirlas 73 . De lo contrario se produciría la impunidad que cualquiera pueda "arrestar" impunemente a otros, pese
sólo porque en lugar de una sola persona decidida a come- a las reglas legales sobre competencia y jurisdicción, sólo
ter el hecho había varias -un resultado evidentemente irra- por el hecho de que la Policía ya estaba facultada para ello
cional. Por ello no debe discutirse un aumento del peligro por un mandato judicial. No constituye ninguna excepción

72
El término proviene de Sarnson comp. Samson, 1972, p. 129-151.
73
Comp. sobre todo Samson, 1972, p. 137 y ss. SK-Rudolphi, com. prev. art. I, n. 74 En contra de Samson, 1972, p. 142 y s. De la misma manera que aquí, no obstante,
marg. 60 Stratenwerth. D. P., p. g., n. marg. 228: Knhl, JR 1983, p. 34. Schrinke/SchrOder/Lenckner (24' ed.), com. previo art. 13, n. marg. 98 : Jescheck, D.
P. p. g., cap. 28 IV 2 W. Frisch. 1988, p. 565 y ss.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 103
a esta regla 75 el que quede impune quien, en una situación
de legítima defensa, emprende en su defensa una acción autor, al ser valorada socialmente 78 , no aparece como un
lesionadora que cualquier otro hubiera realizado, puesto homicidio independiente . Si el actor ha querido dañar más
que aquí el actor tiene el mismo motivo de justificación (auxi- a la víctima mediante su intervención (p. e. ha acelerado su
lio necesario) que el que hubiera tenido el reemplazante. muerte o incrementado su lesión), entonces sólo queda la
[305->] posibilidad de la punición por tentativa, cuando sólo consi-
gue producir una modificación no dañina del resultado. La
Por el contrario, la imputación es excluida allí donde el 51 solución también puede ser trasladada al caso en que un
autor solamente modifica una causalidad natural, sin em- curso causal proveniente de una persona ha abandonado
peorar en general la situación de la víctima. Samson 76 pro- su ámbito de dominio. Así es impune quien desvía un pro-
pone el siguiente caso : yectil de tal manera que alcanza a la víctima en otra parte
F conduce un vagón por un tramo de dos vías, pero del cuerpo, pero con la misma intensidad y sin aumentar el
daño79 , o es solamente punible por una tentativa según el
este tramo está obstruido por un derrumbe, por lo cual F no
podría frenar oportunamente y se estrellaría contra una roca. art. 223a, cuando quería empeorar la lesión.
A cambia las agujas de tal manera que el vagón pasa de la Por otro lado hay dudas contra una exclusión de la im- 52
vía izquierda a la derecha, la cual también está bloqueada putación cuando alguien no solamente modifica una
por el derrumbe. F perece en esta otra vía. causalidad natural, sino la reemplaza por una acción autó-
En constelaciones de este tipo no son válidos los moti- noma, p. e. disparando a la víctima de un derrumbamiento
vos que excluyen la consideración de causas humanas de (n. marg. 51) en el momento de la colisión mortal. También
reemplazo (nota marg. 48-50). Puesto que cuando hay la en tales casos, que por cierto casi nunca tendrán importan-
disminución del riesgo (nota marg. 43) los cursos causales cia práctica, se niega a menudo una imputación porque la
hipotéticos son de todas maneras relevantes para la impu- situación de la víctima no ha sido empeorada 80 . No obstan-
tación, hay buenos motivos para imputar la modificación de te, el reemplazo de una causalidad natural mediante una
causalidades naturales solamente cuando mediante ellas
se aumenta o se anticipa temporalmente el daño ; es decir
cuando se le intensifica (principio de la intensificación) 77.
Pues bajo el punto de vista de la protección del bien jurídi-
co da lo mismo que la víctima muera en la vía izquierda o
en la derecha, y la simple modificación de un suceso, que
fatalmente se pone en marcha independientemente del Igual que aquí Schónke/Schr6der/Lenckner, com. prev. art. 13, n. marg. 98 ; E. A.
Wolff, 1965, p. 22 ; en sus resultados también Samson, 1972, p. 96 y ss. ; SK-Rudolphi,
com. prev. art. 1, n. marg. 59 y s. ; Stratenwerth, D. P., p. g., n. marg. 228 y s ; pero en
sentido contrario Jescheck, D. P., p. g., cap. 28 IV 2.
79 Así también Samson, 1972, p. 144 y s.
80
Así sobre todo Samson, 1972, p. 110 y ss., y siguiendo su posición, SK-Rudolphi,
75
Pero aparentemente sí lo es para SK-Rudolphi, com. prev. art. 1, n. marg. 61. com. prev. art. 1, n. marg. 59 y s. ; Stratenwerth, D. P., p. g., n. marg. 228 y s.; pero
76 Samson, 1972, p. 98. diferentemente y de igual manera que aquí Schónke/Schróder/Lenckner, com. previo
77 Samson, 1972, p. 96 y ss.
art. 13, n. marg. 98 ; E. A. Wolff, 1965, p. 22 ; Jescheck, D. P., p. g., cap. 28 IV 2 ; W.
Frisch, 1988, p. 567.

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