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a
CLAUS ROX1N
Profesor de Derecho Penal en la Universidad de Munich
LA IMPUTACIÓN OBJETIVA
EN EL DERECHO PENAL
411PJF4'
IDEMSA
LIMA - PERU
Traducción del Libro:"Strafrecht.
Allgemeiner Teil" (extracto de los
capítulos 11 y 24). Editorial C. H. Beck
Munich 1994.
A MANERA DE PRESENTACION:
NOCIONES PRELIMINARES
CAUSALIDAD E IMPUTACIÓN OBJETIVA EN EL DE-
RECHO PENAL(*)
sión doctrinaria : Mediante este criterio puede negarse la' imputación ob-
Se reconoce a la "teoría de la condición" como la única jetiva en los casos de desviación de un resultado grave,
teoría válida de la causalidad. que haya llevado a producir uno leve. Ejemplo: A y B pa-
La relación causal sigue siendo elemento del tipo obje- sean por la calle ; al pasar debajo de un edificio, A se da
tivo, pero constituye presupuesto de la imputación objetiva. cuenta de que está a punto de caer un macetero sobre la
cabeza de B. Rápidamente A empuja a B, evitando que le
Se reconoce la necesidad de elaborar criterios que limi- caiga el macetero en la cabeza, pero ocasionando, al mis-
ten la relevancia jurídico-penal del gran número de accio- mo tiempo, que le caiga en el brazo, donde éste sufre lesio-
nes típicas, exigiendo que, además de la causalidad de la nes. Obviamente habría aquí una dismin„ción del riesgo
acción para la realización del resultado, también exista una
de lesión corporal, por lo cual procede negar la imputación
"relación de riesgo" entre ambas 10 . objetiva.
3.1.- Los criterios de la imputación objetiva Mayores problemas se presentan cuando los bienes ju-
rídicos en cuestión son distintos (p. e. se evita la muerte,
En la doctrina penal, entre aquellos que admiten la teo-
pero se provoca lesiones), ya que si bien se ha disminuido
ría de la imputación objetiva, la discusión se viene dando
el riesgo para un bien jurídico, se ha creado al mismo tiem-
po un riesgo para otro. Aquí caben dos soluciones: o bien
19
GIMBERNAT ORDEIG, "¿Qué es la imputación objetiva ?, en Estudios penales y
criminológicos, X, 1987, p. 178. TORÍO es de la misma opinión, p. 399. 21 MIR PUIG, p.249.
OCTAVIO DE TOLEDO / HUERTA TOCILDO. p. 99 y ss. 22 LARRAURI, p.239 y ss., 1989.
28 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares
29
Sin embargo, esto presupone el abandono, una vez más, proporciona droga a otra persona, la cual muere después
del marco del tipo objetivo, pues se incluyen elementos sub- de una sobredosis. Igualmente podría pensarse en los ca-
jetivos23 . sos que también podrían ser resueltos mediante la acepta-
Por eso ROXIN ya no refiere este criterio de "imputa- ción de la causa de justificación del "consentimiento" : el
ción objetiva" al resultado dentro del tipo objetivo en sus masoquista que sufre graves lesiones por parte de quien él
más recientes publicaciones, sino lo trata dentro de la "im- aceptó como compañero de sus "juegos eróticos".
putación al dolo". El ejemplo problemático es solucionado
ahora dentro del tipo subjetivo (bajo la rúbrica criticada del g) Otros criterios
"dolus generalis"). Aquí la doctrina dominante verifica de
manera general la existencia de una desviación no rele- Como la teoría de la imputación objetiva es una teoría
vante del curso causal ; para otros la desviación causal es en plena elaboración, todavía es posible que se encuen-
relevante y por lo tanto existe sólo una tentativa y, even- tren nuevos criterios. Por lo pronto, el autor de esta teoría
tualmente, un concurso real de tentativa de delito doloso en su versión moderna ya ha incluido nuevos criterios o ha
con un delito culposo consumado, mientras que Roxin dife- sistematizado mejor los ya conocidos (v. al ' respecto el artí-
rencia en dos grupos de casos 24 : cuando el resultado final culo de dicho autor en este libro). Particularmente destaca
del desvío causal estaba cubierto por el dolo del autor (en el criterio de la "atribución a un ámbito de responsabilidad
ese caso : irrelevancia del desvío causal por realización del ajena" y los casos de "daños subsecuentes" y de shock en
plan del autor y existencia de consumación) y cuando no lo los delitos imprudentes 25.
estaba (el desvío sería relevante y sólo habría tentativa). El
primer caso es el del ejemplo arriba propuesto. No ocurre 4. Crítica a la Teoría de la Imputación Objetiva
-
f.- "Esfera de responsabilidad de la víctima" En Alemania, los seguidores más estrictos del finalismo
la consideran superflua porque muchos de los problemas
Un resultado grave no debe ser imputado a quien dio que pretende solucionar podrían ser resueltos mediante una
inicio al curso causal, si el peligro de su producción fue correcta (extensiva) conceptuación del dolo y una mejor in-
libremente aceptado por la víctima. El peligro de cesión ha terpretación de los elementos del tipo objetivo. Así, p. e.
entrado en la esfera de responsabilidad de la víctima. Se cuando un médico proporciona un medicamento a un mori-
niega, en este criterio aquellos casos en que p. e. alguien bundo para que éste pueda vivir el tiempo suficiente y así
21' BUSTOS, "Manual de Derecho Penal", p. 188 y ss 199 y s. V. t. para los delitos 31 BUSTOS. Imputación objetiva, p. 140 y ss.
culposos 1995, p. 63 y ss., esp. nota 44. 32 ROXIN, 1994, p. 301, n. marg. 42.
33
3° BUSTOS. "Imputación objetiva", p. 132 y ss. LUZÓN PEÑA, "Derecho penal de la circulación", 1985,p. 275 y ss.
.1111111~--
11
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares
34 35
extremistas de derecha. Días después, estas personas fue- al autor. Para la ley no realiza el tipo cualquier persona que
ron asesinadas por miembros de la ETA. Vinader fue en- causa previsiblemente el resultado, sino sólo aquellas a las
tonces procesado y condenado como autor de homicidio que, además, puede serles imputado el hecho como su
propia obra37.
culposo, porque se consideró dada la causalidad entre la
publicación de los informes y los asesinatos. El Tribunal Finalmente JAKOBS, con una concepción funcionalista
Supremo confirmó esta sentencia". del Derecho Penal, desconoce las virtudes del concepto
En este caso, la causalidad podría resultar por lo me- "bien jurídico" y lo reemplaza por "las expectativas de com-
nos dudosa (in dubio pro reo), ya que no era realmente portamiento socialmente exigibles al autor" (lesión del de-
seguro que los asesinos habían leído los informes perio- ber en vez de lesión de bienes jurídicos). Se convierte así a
todos los delitos en delitos de omisión. En la tipicidad co-
dísticos. Pero, aún si se hubiera podido probar la causalidad,
no debió haberse considerado al periodista como autor de rresponde, consecuentemente, verificar si el autor tenía una
homicidio culposo. Para ser autor mediato de un delito (los posición de garante y si su omisión de comportamiento so-
autores directos en el caso serían los directores del diario cialmente esperado le es imputable objetivamente, en cuan-
donde trabajaba el periodista) se requiere un "dominio po- to él haya creado un riesgo jurídicamente désaprobado que
tencial del hecho", es decir, en el caso concreto, el imputa- se ha realizado en el resultado". Esta posición ha mereci-
do debió haber podido controlar objetivamente los aconte- do fuertes críticas, no por su especial concepción de la im-
cimientos con una conducta cuidadosa. Como ello no fue putación objetiva, sino por su alejamiento del principio de
así, a Vinader sólo podía acusársele de participación en un protección de bienes jurídicos".
delito imprudente, la cual, como se sabe es impune".
Opinión parecida comparte MIR PUIG. Para él, la rela- 6.- Ubicación sistemática de la imputación objetiva
ción de autoría es parte de la imputación objetiva. Se basa,
para ello, en una interpretación particular del art. 14 del La mayoría de los autores ubica la imputación objetiva
anterior Código Penal español (similar al vigente art. 28 del dentro de la tipicidad. Sin embargo, aquí también hay di-
C. P. español de 1995) 36 . Afirma MIR que tanto el inductor vergencias : mientras para unos forma parte del tipo objeti-
(instigador) como el partícipe necesario, si bien constitu- vo, para otros debe funcionar como un correctivo de la ac-
yen causa del resultado, no son sus autores, hayan podido ción típica (después de afirmada la tipicidad objetiva y sub-
preverlo o no ; ellos solamente son equiparados por la ley jetiva, pero antes de pasar a la antijuricidad).
37
MIR PUIG, p. 250.
34 Sentencia del Tribunal Supremo de 29-01-83.
35 LUZÓN PEÑA, p. 281. " Véase JAKOBS, STRAFRECHT A.T., Berlín 1991, p. 44 y ss. también véase Yesid
Según el Art. 14 del C. P. español, son considerados como autores aquellos que : 1- REYES : '`Fundamentos teóricos de la imputación objetiva" ADPCP, Madrid 1992,
36
p. 959 y ss.
Participen directamente en la realización del hecho ; 2- Obliguen o induzcan directa-
39
mente a otro a su realización ; y 3-Contribuyan con una acción a la realización del Véase, entre otros, la crítica que hace Arthur KAUFMANN : "Subsidiaritiitsprinzip
hecho, sin la cual éste no se hubiera producido. und Strafrechi", en Festschrift für Heinrich Henkel, Berlín-New Yorx 1974, p. 101 y s.
36 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares
40
LARRAURI, 1989, p. 245.
81 ROXIN, 1994, p. 282 y s.; JESCHECK/WEIGEND, Lehrbuch des Strafrechts, AT,
1996, p. 277 y ss.; JAKOBS, 1993, p. 184 y s.: WESSELS, Strafrecht, AT, 1990, p.
52 43 MIR PUIG, p. 249.
42 V. PAZ DE LA CUESTA AGUADO, c. más ref., Causalidad de los delitos contra el
" OCTAVIO DE TOLEDO/HUERTA TOCILDO, p. 91. Observación : el C.P. español
medio ambiente, Valencia. 1995, p. 26 y s. contiene delitos de desobediencia (art. 369 a 372).
38 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 39
de la causalidad de la tipicidad), BUSTOS amplía la utiliza- la imputación debido a la falta de realización del riesgo per-
ción de la imputación objetiva a todos los delitos. La limita- mitido, pese a haberse dado una infracción de la "norma de
ción de esta teoría a los delitos de resultado, dice Bustos, cuidado" y existir un resultado típico". Por otro lado los prin-
es producto de una concepción que parte del resultado cipios político-criminales de "exclusiva protección de bie-
causado, con lo cual no habría impedimento para encon- nes jurídicos" y de no represión ante la falta de "necesidad
trar cualquier criterio de imputación "normativa" referida a de pena" permitirían decidir cuándo, pese a la existencia
éste". También JAKOBS llega a una aplicación amplia de de causalidad y de una realización del riesgo creado en el
la imputación objetiva, como ya se vio antes. resultado, no debe imponerse sanciones penales. Esto se
TORÍO va más lejos cuando afirma que la imputación reflejaría especialmente con el "principio de intensificación"
objetiva es un principio superior metódico, el cual se ex- (del peligro para bienes jurídicos) para solucionar proble-
tiende a todos los campos del sistema penal. Sólo queda- mas de cursos causales hipotéticos, excluyendo la imputa-
rían fuera aquellos casos irregulares como los delitos de ción cuando el resultado no es abarcado por el "fin de pro-
peligro y la tentativa inidónea. Así, p.e., en la inducción de- tección de la norma de cuidado", y en los diferentes su-
bería verificarse que la conducta contenga el peligro de con- puestos de relevancia del "radio de accióri del tipo penal",
tradecir la norma de prohibición correspondiente". en los que la imputación se desvía hacia la víctima o terce-
En todo caso parece ser que el trasfondo de la proble- ros los cuales asumen la responsabilidad por los sucesos
ocurridos".
mática de la imputación objetiva está desbordando los fi-
nes por los cuales fue incluida, al principio, para solucionar
problemas en la tipicidad. 8. Conclusiones:
-
prudencia Penal Peruanas En los comentarios del nuevo Código Penal tampoco
se observa un mayor desarrollo de este tema. Entre los
Para finalizar, veamos brevemente cuál es la atención
que los últimos desarrollos doctrinarios de la imputación
objetiva han merecido en nuestro medio.
5.6
HURTADO POZO, Derecho Penal, p. g., Lima 1987, p. 342.
57
V. ídem, p. 346.
58
Comp. ROXIN, 1994, p. 45 y S. Comp. HURTADO POZO, "El principio de legalidad, la relación de causalidad y la
54
V. el mismo ROXIN, 1994, p. 299, n. marg. 38. En el mismo sentido PAZ DE LA culpabilidad: reflexiones sobre la dogmática penal", Nuevo Foro Penal N° 39, p. 27
55
CUESTA AGUADO, p. 29. al 32, Bogotá 1988; "Método de resolución de casos penales", Nuevo Foro Penal N°
26. p. 167 y ss., Bogotá 1992.
44 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal A manera de presentación: Nociones Preliminares 45
autores hay que destacar a VILLAVICENCIO, quien, no obs- En otros casos, los Tribunales peruanos han adoptado
tante, sólo menciona a la imputación objetiva en cuanto a la teoría de la "causalidad adecuada", la que en realidad,
sus vinculaciones con la "teoría de la causalidad adecua- como se ha visto antes, forma parte de la "imputación obje-
da", señalando acertadamente que ésta forma parte de tiva". Así, se ha considerado como "causa verdadera y úni-
aquella". ca" a aquellas acciones infractoras de las reglas de tráfico
La jurisprudencia nacional se ha topado con muchos o del deber de cuidado que previsiblemente, según el cur-
casos problemáticos, idóneos para incorporar la teoría de so ordinario de las cosas, pueden provocar accidentes. Ello
la imputación objetiva, deslindándola de la causalidad. Sin ocurrió en el caso del conductor X, quien al principio inva-
embargo, los jueces, en los pocos casos de motivación dió antirreglamentariamente el lado derecho de la vía, obli-
doctrinaria de las sentencias, se han limitado a aplicar la gando al chofer Y, que venía en sentido contrario a desviar-
causalidad, la adecuación social (previsibilidad) o incluso a se hacia el lado izquierdo ; al retomar X el lado correcto de
reconocer un "versari in re ilicita". la vía se produjo un choque con Y. La Corte Suprema negó
la "causalidad"61 . En otro caso, M. Ch. dejó pn la vía pública
Así, cuando X y Y persiguen a Z, quien había dado muer-
a una yegua chúcara, la cual se encabritó al pasar un ca-
te a M. G., y en su huida Z cae al río y perece, X y Y no
mión y, levantándose sobre las patas traseras golpeó en el
deberían ser responsables por homicidio, pese a lo resuel-
cráno a D. L., quien viajaba en el camión. Aquí, por el con-
to por el Tribunal Correccional basándose en la afirmación
trario, la Corte Suprema declaró fundada la sentencia con-
de la causalidad". HURTADO POZO, ya había citado este
denatoria, admitiendo que la causa del resultado fue la
caso, dando a entender que se necesita algo más que la
omisión de cuidado y que el resultado "conforme al desa-
causalidad, es decir criterios normativos, para delimitar la
rrollo normal de las cosas, muy bien podía suceder" (previ-
responsabilidad penal (la culpabilidad, el abarcamiento del
sibilidad) 62 .
curso causal por el dolo, la previsibilidad del resultado en
los delitos culposos). Es claro que siguiendo la moderna Como se observa, en la solución de estos casos, la Corte
teoría de la imputación objetiva se hubiera tenido aquí que Suprema ha empleado un concepto de "previsibilidad" tan
afirmar la causalidad y negar la imputación objetiva por de- amplio que, por lo menos teóricamente, nunca hubiera po-
lito doloso consumado (ausencia del aumento del peligro) dido excluir la "causalidad", pues, en resumidas cuentas,
o falta de realización del peligro en el resultado y discutir todo parece ser previsible. Precisamente estos errores (fa-
quizás el homicidio imprudente. Lo que ha hecho la Corte tales para el procesado) demuestran claramente lo acerta-
Suprema no es más que reconocer una "responsabilidad da que es la crítica de ROXI N al criterio "previsibilidad" (y a
objetiva".
" Comp. VILLAVICENCIO, Código Penal, Lima, 1992, p. 83. Ejecutoria suprema de 09-10-1935, en Anales Judiciales, 1935, p. 264 (citada por
Hurtado Pozo, p. 345).
ñ c) Caso citado por HURTADO POZO, p. 345 ; ejecutoria suprema del 2-04-1964, en
(>2 Ejecutoria Suprema citada por Hurtado Pozo, 17-08-1936. Revista de los Tribunales
Revista de Jurisprudencia Peruana 1964, p. 1194.
1936, p. 283.
111
A manera de presentación: Nociones Preliminares 47
46 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
cia, acostumbrada por lo demás a una escasa fundamen-
otros criterios tradicionales del tipo objetivo de los delitos
tación doctrinaria en sus fallos, hasta ahora no ha tomado
imprudentes), por su vaguedad y por ofrecer menos garan-
noticia de estos desarrollos conceptuales. Es de esperar
tías en la solución de casos prácticos ; es más seguro esta-
que en algún momento se manifieste al respecto.
blecer dicha "previsibilidad" mediante los criterios jurídicos
de la imputación objetiva'. Después de este ligero repaso por el estado actual de
la teoría de la imputación objetiva, cuyo más amplio y fun-
En otros casos, la Corte Suprema a llegado a resulta-
damentado desarrollo es realizado a continuación, debe
dos más justos, aunque la fundamentación siga siendo de-
haber quedado claro lo mucho que falta por hacer en la
ficiente. Así se llegó a ordenar la absolución del acusado
doctrina nacional.
por accidente de tránsito "cuando está de manifiesto la im-
prudencia de la víctima', y cuando el choque de vehículos Obras como las del maestro CLAUS ROXIN no sólo
con muerte de la víctima se produjo "debido a la rapidez e son útiles a nivel teórico, sino también ayudan en la solu-
imprevisibilidad de los acontecimientos" 65 . ción de casos penales y en la fundamentación de las reso-
luciones judiciales.
En un caso muy interesante, el procesado, reunido en
un restaurante con varios amigos, y sin estar en estado de Precisamente, animados por el deseo de contribuir al
ebriedad, quiso levantarse de la silla, pero la cartuchera de perfeccionamiento y a la actualización jurídica de los alum-
su revólver se trabó en el respaldar del asiento. Al querer nos de Derecho penal y de todos los interesados, hemos
destrabar el arma de manera violenta y rápida, se produjo emprendido la tarea de traducir esta importante parte de su
un disparo que impactó en la frente de una mujer que com- Manual "Strafrecht. Allgemeiner Teil", bajo la autorización
partía la mesa. Aquí se llegó a aplicar el "in dubio pro reo" expresa del profesor ROXIN. Igualmente se incluye, como
en favor del acusado de homicidio imprudente, ante las introducción, la valiosa contribución de la profesora espa-
dudas sobre el carácter "imprevisible" de los hechos y de ñola PAZ DE LA CUESTA AGUADO, amiga nuestra, de
las posibilidades de evitación del resultado 66. reconocida trayectoria en la investigación doctrinaria referi-
da a la problemática de la causalidad e imputación objetiva
En resumidas cuentas, la doctrina nacional, y con mu-
en el Derecho Penal.
chas limitaciones, sólo se ha referido brevemente a la pro-
blemática de la imputación objetiva. Nuestra jurispruden- Esperamos que este esfuerzo genere un efecto
multiplicador y motive a otros colegas tan o más capaces
que nosotros a colaborar de manera similar en la forma-
ción de una doctrina penal peruana mejor elaborada, ac-
tualizada y capaz de responder a los desafíos del mundo
moderno. Nosotros, por nuestra parte, seguiremos empe-
ROXIN, 1994, p. 893 y s., n. marg. 13 ; v. también "La doctrina ...", p. 33 in fine y s. ñados en hacerlo.
Ya antes de manera parecida ver la crítica de HURTADO POZO a la teoría de la
"causalidad adecuada", p. 345.
"
65
Ejecutoria Suprema del 28-10-1942, publicada en "El Peruano" de 32-01-1943. Lima, 15 de abril de 1997
Ejecutoria Suprema de 22-08-1958, Revista del Foro 1958, N° 3, p. 669-670.
Ejecutoria Suprema de 28-12-1987, Anales Judiciales, tomo LXXV (1987), Lima, Dr. Manuel A. Abanto Vásquez
1993, p. 143.
INTRODUCCIÓN
(*) Dra. Paz Mercedes de la Cuesta Aguado
Profesora Titular de Derecho Penal
Universidad de Cádiz
1.- Introducción
1■■
50 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 51
su sistema a partir de las aportaciones de PUFFENDORF - El término atribución debe entenderse aquí como rela-
al que supuestamente, sin embargo, superaba- y el propio ción por la cual la conducta humana y su resultado se
WELZEL no inventó ex-novo su concepto de la acción fi- subsumen en un tipo penal y como consecuencia de tal
nal, sino que por el contrario, la característica fundamental subsunción se decide la exigencia (o no) de responsabili-
de la finalidad del actuar humano ya había sido afirmada dades penales5 .
por FILANGHERI 2 o IHERING 3.
No deja de ser paradójico el hecho de que algunos au-
Por otro lado, buena parte de los esfuerzos doctrinales tores reclamen -en los últimos años- la vuelta a
desde BINDING hasta nuestros días se han dirigido a la PUFENDORF, responsable del primer intento sistematiza-
búsqueda y delimitación teórica de los requisitos y exigen- dor del concepto de delitos. La preeminencia del concepto
cias que debe cumplir un comportamiento humano para causal-natural ístico u ontológico de acción', como concep-
poder ser relacionado con la producción de un resultado to genérico comprensivo de la «atribución» en el presente
prohibido por el ordenamiento jurídico 4 . siglo, ha demostrado su incapacidad para resolver satis-
Efectivamente, no es necesario recordar cómo la evo- factoriamente los problemas dogmáticos que se le han ido
lución del concepto de delito ha ido perfilándose de la mano planteando. Y el delito doloso de acción ha dejado de ser,
de distintas concepciones filosóficas que daban lugar a de hecho, el paradigma y el más representativo de las «for-
nuevos planteamientos y formas de comprender el signifi- mas» de delitos, en cuya estructura se basaba la teoría del
cado del actuar humano en el delito. Esta evolución no sólo
no ha acabado, sino que están adquiriendo fuerzas nuevas
-o tal vez no tan nuevas sino «recicladas»- teorías que a
partir siempre de la cuestión básica de la atribución inten- 5
En este sentido, siguiendo a PAREDES CASTAÑON, J.M., El riesgo permitido en
tan realizar nuevas interpretaciones, cada vez más norma- Derecho penal (régimen jurídico-penal de las actividades peligrosas), Madrid, 1995,
tivas del concepto y de los elementos del delito. p. 50, debemos distinguir entre «juicios descriptivos», «juicios valorativos» y «jui-
cios de atribución». Juicios descriptivos son aquellos en los que se atribuye al objetode
la acción una cualidad verificable empíricamente ((juicio de peligrosidad o de
causalidad, según este autor). Los juicios de valoración y de atribución no son
verificables empíricamente, pero mientras el juicio de atribución «supone un acto de
otorgamiento de sentido a fenómenos (descritos mediante juicios descriptivos)»; el
juicio de valoración es la comprobación entre el hecho realmente ocurrido y la pauta
2 Para FILANGHERI, C., «Será pues acción voluntaria la que depende la de determi- ideal de sucesos (o aplicado a las conductas humanas: entre conducta ideal y conduc-
nación de la voluntad, precedida de los estímulos del apetito, y del conocimiento del ta real) y la consiguiente toma de posición sobre aquél por parte del juzgador» (p.
fin y de las circunstancias de la acción, y será involuntaria la acción que procede de 52).
violencia ó de ignorancia», Ciencia de la Legislación, T. IV trad. por Juan Rivera, 6 SAMUEL PUFENDORF, fue el primero en desarrollar la idea de que la acción libre es
Madrid 1821, p. 93. contemplada como perteneciente al autor. Puede verse en JESCHECK, H.H. Tratado
3 VON IHERING, R., El fin en el Derecho, Buenos Aires, Argentina, (sin fecha), pp. de Derecho Penal, parte general. trad. MANZANARES SAMANIEGO, J.L. 4' ed. alemana,
11 y 12 («obrar y obrar con un fin son términos equivalentes»). Granada 1993, p. 378.
Gráficamente afirma CUELLO CONTRERAS que «causalismo, finalismo y norma- 7
«Durante mucho tiempo el tipo penal fue concebido de tal manera que prácticamente
tivismo constituyen paradigmas que, utilizados con las debidas cautelas permiten consistía y se agotaba en la causación del resultado tipico por una acción>,
resumir lo que ha sido objeto de un vivo debate en los últimos cincuenta años de (GIMBERNAT ORDEIG, E., «El sistema de Derecho penal en la actualidad» en
Dogmática Penal», CUELLO CONTRERAS, J., «Prólogo a libro Teoría del delito Estudios de Derecho Penal, 2' cd., Madrid 1980. p. 139.). El tipo penal consiste «en
imprudente (Doctrina general y regulación legal, de SERRANO GONZALEZ la descripción de la conducta prohibida y su fin es el de motivar -mediante la amena-
MURILLO, J.L., Madrid 1991, p. 17. za con una pena- para que dicha conducta no se corneta» (p. 145).
52 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Teoría de la Imputación Objetiva
53
delito. Efectivamente, la realidad social reclama, cada vez
más, nuevas formas delictivas tipificadoras de la impruden- Que el tipo objetivo es el primer elemento del análisis
que ha de desembocar en el juicio global de responsabili-
cia y la omisión (o de la omisión imprudente), que empujan
de nuevo a la doctrina a las raíces teóricas de las cuales dad penal, es cuestión que cobra adeptos en la doctrina. El
surge la teoría del delito, en búsqueda de nuevas solucio- tipo objetivo constituiría el primer paso para analizar, con
nes que expliquen y formulen la esencia y el contenido de posterioridad, el tipo subjetivo; y la teoría de la imputación
aquél, desde el reconocimiento de la importancia que ac- objetiva intenta determinar, con carácter general, las pro-
tualmente adquieren en la dogmática y en la realidad los piedades objetivas que han de concurrir en un comporta-
fenómenos de la imprudencia y de la omisión. miento para que éste sea imputable'° a un autor para, a
partir de esta atribución, iniciar el análisis de la exigencia
Estas dos categorías de delitos, relegadas tradicional- de responsabilidades penales.
mente a un segundo plano; a ser consideradas expresa o
implícitamente «formas minuciadas de la actividad huma- Pero para ello la doctrina es consciente de que tiene
na» o «formas imperfecta del delito doloso» 8 empiezan a que resolver dos cuestiones de carácter y trascendencia
general.
ocupar parcelas importantes del núcleo de la problemática
jurídico penal como consecuencia de los avances sociales 1.- Las condiciones o presupuestos, que, en concreto,
que han convertido a nuestra sociedad en una sociedad de han de cumplirse para poder atribuir a un autor un
riesgos. Es decir, una sociedad donde el cuidado y el cum- comportamiento.
plimiento exacto de las normas técnicas 9 en amplios secto- 2.- La ubicación sistemática, dentro del concepto de,
res de la vida cotidiana, se convierten en única garantía de delito, de tales presupuestos o condiciones.
inmunidad de valores básicos en nuestra sociedad como
son la vida y salud de las personas, por no decir el medio 2.- La Relación de Causalidad.
ambiente.
La comprensión y el análisis de estas nuevas circuns- Sistemáticamente la constatación de una relación entre
tancias y necesidades de regulación han motivado, sin duda, acción y resultado debe situarse, en los delitos dolosos de
el replanteamiento de viejas cuestiones y son motor, o como resultado, en la tipicidadll como presupuesto previo a la
mínimo importante aliciente, para la revisión del significado atribución de la conducta a su autor mediante la aplicación
de elementos importantes del delito: aquéllos que forman de los criterios de la imputación objetiva 12
. La constatación
parte de la exacta definición de la premisa menor en el ejer-
cicio lógico de subsunción del hecho en la norma. O dicho
de otro modo, los elementos objetivos del tipo de injusto.
carácter natural, para ser sustituida por criterios de proba- La teoría de la condición conceptúa la relación causal
bilidad limitada normativamente. como relación material entre acción y resultado, pero iden-
tifica causalidad con necesidad: de ahí que la única funda-
El concepto y sistema causal sufren en el ámbito penal
mentación posible de la relación entre acción y resultado
un hundimiento en tres frentes:
sea la que deriva de una ley de carácter necesario proce-
1.- Se abandona el concepto de «acción» como cate- dente de la experiencia o de la ciencia". Pero si abandona-
goría a priori y piedra angular del sistema, que tien- mos esta arcaica terminología, que no responde ni a las
de a convertirse en la «acción típica» con funciones necesidades ni a los conocimientos actuales y concebimos
clara y estrechamente delimitadas. la relación de causalidad como una relación lógico-formal,
2.- Las teorías causales se restringen a la teoría de la podremos, en el ámbito jurídico penal, dar explicación teó-
condición, de carácter ontológico, con un campo de rica satisfactoria a las situaciones que, de hecho, exigen
aplicación muy estricto y a un momento previo y no fundamentar dicha relación lógico-formal con otros crite-
necesario en todo caso a la imputación objetiva del rios diferentes a los científico-naturales de carácter nece-
resultado por medio de criterios normativos. En este sario cuando éstos no puedan ser de aplicación, bien por
sentido una de las más importantes aportaciones de razón del objeto, bien por razón del conocimiento 25 .
la teoría de la imputación objetiva ha sido delimitar
perfectamente los ámbitos de actuación de criterios
3.- Los Criterios de Imputación y la Teoría de la
ontológicos (relación acción típica-resultado como
Imputación objetiva
antecedente necesario-consecuencia) y normativos
(delimitación de la acción típica).
1.- Para constatar la existencia de nexo causal entre
Así, la función de la causalidad entendida como for- acción y resultado se ha de realizar por el juzgador un juicio
ma lógica de conocimiento y explicación de relacio- ex-post de carácter naturalístico. Es decir, el juzgador que
nes antecedente necesario-consecuencia consiste, se encuentra con todos los acontecimientos desarrollados
en sentido negativo, en excluir aquellos anteceden- en el mundo exterior los ordena -atendiendo al principio
tes no necesarios o no suficientes del análisis jurídi- lógico de la causalidad y constata una relación exterior y
co penal. Y en sentido positivo, en delimitar la mate- objetiva entre un comportamiento humano que actúa como
ria sobre la que ha de versar el juicio normativo, afir- causa y unas consecuencias derivadas de ella, que res-
mando la condición de antecedente de uno o varios ponderán a las características del resultado típico. Pero aún
comportamientos respecto a un resultado. el juzgador no ha efectuado ningún juicio de carácter nor-
3.- La función de designación del comportamiento an-
tecedente respecto del resultado se atribuye a la
causalidad, concepto actualmente afectado por la
crisis del determinismo en el ámbito científico y filo-
sófico. El indeterminismo pugna por introducirse 24 DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Causalidad de los delitos contra el medio am-
como posible fundamentador de la relación de biente, cit., pp. 80 ss.
25 DE LA CUESTA AGUADO, PAZ M. Tipicidad e Imputación objetiva, cit.. pp. 122 ss.
causalidad junto a la ley necesaria.
60 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Teoría de la Imputación Objetiva
61
mativo. La constatación de tal relación entre acción y resul-
tado - cuando se requiera- será el requisito previo para, a ye al Derecho penal y a las normas penales (prevención).
continuación, investigar si de tal relación de acontecimien- El sistema del cual se deriva esta concepción es, pues, un
sistema «funcional) , o «teleológico-racional»27.
tos puede generarse una responsabilidad penal. El siguiente
paso será comprobar que un comportamiento es imputable La teoría de la imputación objetiva se impuso en Ale-
a su autor como productor de un resultado. Para ello la mania a partir de los años 70 gracias al giro hacia una dog-
doctrina ha arbitrado una serie de criterios orientativos ten- mática penal fundada político criminalmente 28 , que ha per-
dentes a excluir aquellos comportamientos que, pese a ser mitido la superación del antiguo dogma causal". Para ello
causales no pueden ser imputables ya desde un punto de ROXIN parte de la justa observación de que «la construc-
vista objetivo -antes de pasar al tipo subjetivo-. Estos crite- ción sistemática y conceptual penal, conforme a la tradi-
rios de carácter normativo y derivados del fin del Derecho ción continental europea (y sobre todo alemana) ha sido
penal han sido agrupados y sistematizados por la denomi- dependiente siempre de las tendencias filosóficas y no de
nada teoría de la imputación objetiva, como criterios de las tendencias político criminales. Para superar los incon-
imputación.
venientes de abstracción excesiva y alejamiento de las so-
Inicialmente, la teoría de la imputación objetiva surge luciones ofrecidas de las necesidades reales, ofrece dos
de la evolución de las teorías causales que intentaban res- vías de solución: «En primer lugar, los problemas dogmáti-
tringir el amplísimo concepto de causa de la teoría de la cos cuya solución no tiene influencia en la punibilidad, pue-
equivalencia de condiciones, aportando argumentos para den y deben ser dejados de lado. Y en segundo, el sistema
explicar por qué determinadas acciones que desde el pun- jurídico penal ha de ser de tal modo concebido que los co-
to de vista natural eran causa no podían sin embargo ser nocimientos obtenidos a través de él, no requieran de co-
consideradas típicas, sin necesidad de acudir al correctivo rrección posterior. Para la obtención de estos fines es ne-
de la culpabilidad (dolo o culpa) que quedaba demasiado cesario dos cosas: los conceptos jurídicos de la parte ge-
lejos. Recuérdese que en sus orígenes la teoría de la impu- neral tienen que ser determinados desde sus consecuen-
tación objetiva es defendida por autores que comparten la cias jurídicas y su conexión sistemática tiene que originar-
estructura neoclásica (causal) del delito 26 se en criterios directrices político-criminales»".
.
No es exagerado afirmar que la teoría de la imputación La mayoría de los seguidores de esta postura, históri-
objetiva se encuentra en una fase de expansión y purifica- camente la primera, conciben los criterios de la teoría de la
ción doctrinal. Se encuentra en fase de expansión, porque imputación objetiva básicamente como criterios teleológi-
de sus presupuestos iniciales, formulados por los clásicos co-interpretativos que posibilitan la restricción normativa del
LARENZ o HONIG, se han derivado nuevos principios apli- concepto de causa de la teoría de la condición. Por esta vía
cables a nuevos supuestos (ROXIN). No existen aún, ade- y en base a estos criterios, se intentan resolver, sin mani-
más coincidencia doctrinal en la ubicación en el sistema de pular el concepto de «causa» -de carácter ontológico, en el
la teoría del delito de los criterios de la imputación objetiva. sentido de fundamentado en conocimientos nomológicos
Así, mientras algunos autores apuestan por su inclusión en de carácter empírico-, aquellos supuestos en los que la mera
la antijuridicidad 33 , parte importante de la doctrina se incli- aplicación de la teoría de la condición ajustada a las leyes
na por ubicarla en la tipicidad, siendo esta última la postura de la naturaleza producía soluciones insatisfactorias desde
que aquí se defiende. La doctrina tampoco es unánime a la el punto de vista jurídico penal.
hora de considerar la extensión de los principios y criterios La teoría de la imputación objetiva debe sus presupues-
de la imputación objetiva. Ciertamente, tales criterios, res- tos inicialmente a la teoría de la causación adecuada y a la
trictivos originariamente de una desmesurada causalidad teoría de la relevancia36 , por lo que esta formulación estric-
natural, surgen para su aplicación en el ámbito de los deli- ta de la teoría de la imputación objetiva es básicamente de
tos imprudentes. No obstante la bondad de sus afirmacio- aplicación a los delitos de resultado (no a los delitos de
nes -y sobre todo de los efectos a que conduce- ha incitado
a algunos autores a propugnar su extensión, no sólo a los
delitos dolosos de resultado sino a intentar una teoría ge-
neral aplicable a todas las modalidades típicas 34 .
obra de Armin Kaufmann» en Nuevo Foro Penal 55 (1992) p. 11) «es la relación
entre teorías de la causalidad y teorías de la imputación objetiva, un problema en el
que lo que verdaderamente se plantea es la relación entre planos ontológicos y planos
normativos a la hora de verificar la imputación de un determinado resultado al autor
de una acción (u omisión).
31 ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal, cit., p. 46. 35
Más ampliamente REYES ALVARADO, Y., Imputación objetiva. Santa Fe de Bogo-
32 ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal, cit., p. 47. tá 1994, p. 78. .
33 BUSTOS RAMIREZ, J./ HORMAZABAL MALAREE, H., «Significación social y 36 Más ampliamente MUÑOZ CONDE, F/ GARCÍA ARÁN, M., Derecho Penal. Parte
tipicidad» en Estudios penales y criminologícos V (1989-81), p. 41. general. Valencia 1996, p. 245.
34 En definitiva, como afirma MUÑOZ CONDE, F., («De lo vivo y de lo muerto en la
64 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 65
mera actividad) y en especial, a los delitos imprudentes, responsable al culpable por una lesión de la validez de la
donde realmente el problema causal puede plantear pro- norma (Sich-schuldhaft-zustándig-Machen für einen
blemas (que en los delitos dolosos podrían ser soluciona- Normengeltungsschaden) en definitiva no es más que un
dos por la inexistencia del dolo, como elemento subjetivo concepto material de delito.
del tipo).
Junto a ello se observa una tendencia a sustituir crite-
Esta corriente goza de gran aceptación en España, pri- rios hasta ahora considerados «seguros» (ontológico-nor-
mero, porque soluciona problemas prácticos evidentes; se- mativos de carácter científico natural) por criterios lógico-
gundo, porque se encuadra muy bien en el esquema im- valorativos o jurídico-normativos (también valorativos).
puesto desde VON LISZT y BELING y, tercero, porque su-
Hago esta distinción entre criterios ontológicos y nor-
pone un punto de encuentro entre partidarios de la estructu-
mativos, porque, en ocasiones, la doctrina no distingue entre
ra causalista y partidarios de la estructura finalista del delito. lo propiamente ontológico y lo nomológico. A estos efectos
Y en definitiva no trastoca profundamente los presupuestos
es preciso matizar que el conocimiento de la ley científico-
fundamentales de los que tales concepto del delito partían.
natural es un conocimiento nomológico, y eri ese sentido,
b.- Amplia: Desde otro punto de vista, sin embargo, la normativo. Ahora bien, este conocimiento normativo (y con-
teoría de la imputación objetiva se enmarca en una secuentemente la aplicación de un criterio normativo basa-
visión funcionalista del Derecho penal y responde a do en dicho conocimiento) de carácter científico-natural (o
unos parámetros que trascienden el ámbito del tipo basado en las leyes de la naturaleza) es distinto a un cono-
objetivo y se manifiestan en todas las categorías del cimiento (y al criterio en él fundamentado) lógico-valorativo
delito37 . Esta corriente asigna a la teoría de la impu- o jurídico. El conocimiento jurídico, también normativo, a
tación objetiva una mayor implicación en la determi- nuestros efectos tiene una diferencia fundamental con el
nación del concepto de delito, desde una visión fun- conocimiento normativo o nomológico científico natural y
cionalista y normativista del Derecho penal". es que en aquél tiene una importancia el elemento valorati-
Esta postura conlleva el riesgo de caer en la tentación vo del cual carece el científico-natural. En el ámbito de la
de convertir de nuevo la tipicidad en el estudio de la «ac- teoría del delito a ambos criterios se les ha asignado fun-
ción». Recuérdese por ejemplo el concepto ultranormativo ciones y ubicaciones distintas: los criterios científico-natu-
de acción propuesto por JAKOBS y certeramente criticado rales fundamentarían la imputación (a través de la relación
por SCHÜNEMANN". La acción definida como «el hacer de causalidad) y los criterios jurídico-valorativos interven-
drían para limitarla. Ahora bien, posteriormente se ha podi-
do constatar cómo los criterios supuestamente ontológicos
del principio de causalidad no son de aplicación generali-
37
DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Tipicidad e imputación objetiva. cit., p. 131.
38 En España, en parte porque no se comparten mayoritariamente los presupuestos de
los que parte y, sobre todo, porque son rechazados algunos de los resultados a los que
conduce, cuando se produce una excesiva normativización del concepto de delito,
esta postura tiene menos adeptos, sobre todo en sus versiones más extremas. sión en Alemania» en Omisión e imputación objetiva en Derecho Penal, de
39
SCHUNEMANN, B., «Sobre el estado actual de la dogmática de los delitos de omi- GIMBERNAT/SCHÜNEMANN/WOLTER (ed.), Madrid 1994, p. 12.
66 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 67
zada40 . Pero, y sobre todo, que tal relación de causalidad, El normativismo del que hace gala parte importante de
no es más que un relación de carácter lógico, una forma de la doctrina más actual a partir de la revisión del concepto
pensamiento humano, según el cual a una acción ha de de imputación resulta atractivo en la medida en que abre
suceder un resultado. Se trata entonces de la emisión de nuevas vías de investigación para la resolución de los pro-
un juicio basado en conocimientos de diverso contenido y blemas planteados por las nuevas necesidades de inter-
origen, que pueden ser de carácter ontológico, nomológi- vención penal derivadas de una sociedad estructuralmente
co, y en ciertos casos incluso valorativo o jurídico-normati - basada en el riesgo 42 . En parte porque intenta construir
vo, en el sentido de fundamentadores racionales y explica- definitivamente un concepto de delito que pueda abarcar
tivos de un consecuente necesario no materializado ni cons- sin desajustes, acciones y omisiones dolosas o impruden-
tatable (delitos de peligro). En definitiva, por tanto, este pri- tes, en parte porque construye (o al menos lo intenta) un
mer momento de la imputación se ha convertido en un «jui- tipo objetivo que definitivamente admita tanto conductas
cio de pronóstico», en unas ocasiones contrastable median- dolosas como imprudentes 43; y, en parte, porque vuelve a
te un mecanismo de «falsación» o comprobación posterior dar importancia vital e inspiradora a las normas de valora-
(delitos de resultado material) y en otros casos solo ción y determinación. No obstante en ocasiones puede adi-
contrastable con argumentos lógico-formales. El abando- vinarse que tras los nuevos conceptosse encuentra un cierto
no del carácter ontológico de la relación de causalidad abo- «baile de etiquetas».
ca, por un lado, a la necesidad de extender los criterios
Este problema ya ha sido detectado por la doctrina, y
limitadores (ahora ya fundamentadores) de la imputación
SCHÜNEMANN advierte textualmente que «la subsunción
objetiva a todas las modalidades típicas de la teoría del
delito y, por otro, a desdibujar los perfiles de distinción en-
tre el primer momento de la imputación (relación de
causalidad o juicio lógico formal basado en criterios cientí-
fico-naturales) y el segundo (aplicación de los criterios jurí-
dico-normativos de la imputación objetiva) 41 . Se acude entonces a la teoría de las condiciones en su fórmula de condición ajustada
a las leyes de la naturaleza. Si según estas leyes el juez puede emitir un juicio según
el cual el resultado es causa de la acción del autor, podremos continuar adelante.
Aquí todavía no hay ningun juicio de reproche, pero el juzgador sí realiza una valo-
ración que da lugar a la manifestación de un conocimiento, con los medios de cono-
cimiento nomológicos (leyes de la naturaleza); ontológicos (circunstancias que se
dieron en el caso concreto) y lógicos (de la relación lógica entre acción y resultado).
40
No lo son ni a los supuestos de causalidad hipotética, ni en los delitos en los que no El fruto de esta valoración es la constatación o no del nexo causal, de la relación entre
hay un resultado materializado independiente de la propia acción. acción y resultado.
41
Por otro lado, una cosa es describir realidades sobre las que se va a desarrollar el 42 Véase BARATTA, A., «Funciones instrumentales y simbólicas del derecho penal:
juicio normativo y otra el propio juicio normativo en sí. Para la descripción de la una discusión en la perspectiva de la criminología crítica» en Pena y estado ] (1991),
realidad hay que tener en cuenta todo lo que se produce históricamente (partiendo pp. 45 y ss. SGUBB I, F., 11 reato come rischio sociale, Bolonia, 1990, passim. Tam-
del resultado y conociendo todas las circunstancias). En este sentido la posición del bién el breve comentario de LARRAURI, E., La herencia de la criminología crítica,
juzgador ha de ser indudablemente ex-post, en la medida en que se encuentra con Madrid 1991, p. 229.
posterioridad a unos hechos. Una vez que se ha determinado la existencia de una 43 Más aún: «la teoría moderna de la imputación objetiva abarca todo el sistema del
serie de circunstancias y resultado en el delito de lesión, se intentará relacionar el derecho penal» (WOLTER J., «La imputación objetiva y el sistema moderno de De-
resultado producido con un autor a través de una conducta. Para ello, el primer paso recho Penal» en Omisión e imputación objetiva en derecho penal, de G1MBERNAT/
será buscar un fundamento que a nuestra lógica parezca suficiente (relación causal). SCHÜNEMANN/WOLTER (ed.), Madrid 1994, p. 65).
68 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 69
presupone una desnormativización anterior y suficiente de imputación extraordinaria, junto a la actio libera in causa.
los conceptos jurídicos, lo que tiene lugar reconduciendo En estos supuestos la imputacion ordinaria del hecho ha
los conceptos jurídicos a un lenguaje coloquial, con los que quedado excluida a causa de la ausencia de conocimiento,
se determina el suceso real y a través de los cuales debe y sin embargo se hace responsable a su autor precisamen-
surgir finalmente el comportamiento vital concreto por me- te por haber desconocido las circunstancias fácticas 4e.
dio de definición o sub-definición de un ámbito de significa-
Para el causalismo, la diferencia entre el delito doloso y
do cada vez mayor para que la subsunción tenga lugar. El
el imprudente había de ser analizada en la culpabilidad, de
concepto de delito altamente normativo y altamente com-
forma que la tipicidad era idéntica en uno y otro caso. El
plejo propagado por JAKOBS debe, por lo tanto, también
finalismo, pese a sus esfuerzos tampoco logró nunca des-
ser desglosado en su categorías particulares y ser desnor-
pegar de la inicial consideración de la imprudencia como
mativizado todo lo posible». Pero esta afirmación genérica
una «forma minuciada de actividad humana», como «dolo
puede tener dificultades prácticas cuando el lenguaje «co-
defectuoso» y ni explicar razonablemente la estructura de
loquial» al que debe ser reconvertido el término jurídico (ju-
la imprudencia. Aunque es cierto que ésto tampoco lo ha-
rídico-normativo- valorativo, diría yo) no existe como tal,
bía hecho la teoría causal. Sin embargo, el finalismo sí que
sino que se trata de una realidad semificticia construida a
consiguió extender la idea de que se podía distinguir ya en
partir de percepciones derivadas de juicios de pronóstico
la tipicidad entre delitos dolosos y delitos imprudentes, si
nomológico-natural (cuando la perturbación" del bien jurí-
bien se encontró con grandes dificultades para definir de
dico se constate a partir de un juicio de pronóstico sobre la
forma autónoma la tipicidad imprudente.
probabilidad de lesión efectiva del objeto de la acción y/o
del bien jurídico protegido). El agotamiento de las tesis del finalismo y la necesidad
de acabar con la lucha de escuelas y unificar el concepto
II.- Se ha acusado a la Teoría General del delito de par-
de delito, impulsó a la doctrina, bajo el influjo del funciona-
tir del delito doloso, relegando a un segundo papel al delito
lismo neokantista, a profundizar en aquellas cuestiones que
imprudente. Pero históricamente las acciones imprudentes
habían sido admitidas tanto por finalistas como por neoclá-
no tenían la trascendencia lesiva que hoy en día, en el ámbito
sicos en un importante esfuerzo superador de las diferen-
de una sociedad de riesgos lo que explica que la punición
cias doctrinales acerca del concepto y estructura del delito.
de la imprudencia fuera una excepción.
Se impulsa de esta forma la teoría de la imputación objeti-
Por ello, a partir de la teoría de la imputación del dere- va como uno de estos puntos de encuentro, la cual, anali-
cho canónico, recogida y sistematizada por PUFFENDORF, zada bajo el prisma normativista y globalizador imperante 47,
los autores de la teoría clásica 45 formulan su concepto de
delito, considerando a la imprudencia como una forma de
46
Véase en HRUSCHKA, «Reglas de comportamiento y reglas de imputación» en Cau-
sas de justificación y de atipicidad en Derecho penal, de LUZÓN PEÑA/MIR PUIG,
(coor.), Pamplona 1995, p. 181.
44 LAURENZO COPELLO, P, El resultado en Derecho Penal, Valencia 1992, p. 180. 45 Véase muy interesante SILVA SÁNCHEZ, J.M., «Introducción» en El sistema mo-
45 Un análisis somero de la cuestión puede verse en WELZEL, H., Derecho penal ale- derno del Derecho penal: cuestiones fundamentales, Madrid 1991, p. 19. Del mis-
man. cit., pp. 182 ss. mo, Aproximación al Derecho penal contemporáneo, Barcelona 1992, pp. 63 ss.
bar
70 La Teoría de la Imputación Objetiva
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal 71
inicia un movimiento expansivo para extenderse a todas Ahora bien, aplicar los mismos criterios de imputación
las formas de delito englobando unitariamente y sistemati- tanto a los delitos dolosos como a los imprudentes, a los de
zando en una única construcción todos los criterios norma- acción y a los de omisión, origina duplicidades y complica-
tivos fundamentadores de la tipicidad en cualquiera de sus ciones innecesarias, lo que constituye el punto más critica-
formas -pero que actuarían también en sentido negativo do de la formulación de la teoría de la imputación objetiva.
casi como las causas de justificación- y que posteriormen-
te, continuarían afectando a la propia estructura y concep- 4.- Acción e imputación
to de delito. En este sentido, el esfuerzo sistematizador de
la teoría de la imputación objetiva ha sido muy importante Aunque la discusión acerca del concepto general de
para clarificar y desarrollar el contenido de la acción de la acción ocupó durante mucho tiempo a la doctrina y las dife-
tipicidad objetiva", que hasta esta teoría no había roto, de rencias entre las diversas posturas (sobre todo entre cau-
hecho, con un concepto de acción de origen causalista, salistas y finalistas) parecían irreconciliables 52, en la actua-
puesto que los finalistas mayoritariamente seguían admi- lidad, la discusión en torno al concepto de acción ha perdi-
tiendo un concepto general de acción delimitado por la teo- do virulencia y la doctrina intenta reconducirla a términos
ría de la condición -en muchos casos, además como ele- más modestos, pero más prácticos. Por ello, la acción ha
mento previo al concepto del delito- 49 . Pero la teoría de la pasado, para muchos autores de ser un elemento previo a
imputación objetiva logra impulsar definitivamente el desa- partir del cual se definía el delito, a ser el primer elemento
rrollo conceptual de algunos elementos que se encontra- de la tipicidad. A la doctrina penal actualmente no le intere-
ban ya en el concepto germinal de accións° previo a VON
LISZT, para intentar reexplicar la tipicidad objetivas'.
11~
76 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 77
da con calor en las doctrinas alemanas y española, sobre estos criterios han de ser valorados también en el tipo de
todo en cuanto a su esquema estructural que diferencia injusto doloso. A mi modo de ver, sin embargo, éstas son
tres niveles de imputación 63: categorías específicas del injusto imprudente que no sólo
1 .- La creación de un riesgo jurídico-penalmente rele- no sirven, sino que desvirtuan la tipicidad en los delitos de
vante o no permitido. resultado doloso, ya sea este resultado de lesión o de peli-
2.- La realización del riesgo imputable en el resultado. gro (sin perjuicio de que para determinar el concepto y el
3.- El fin de protección del propio tipo penal infringido o contenido del resultado de peligro sea preciso recurrir a
alcance del tipo penal. criterios de probabilidad, previsibilidad y cuidado).
A grandes rasgos los criterios de imputación en cual- Desde mi punto de vista, la previsibilidad objetiva no
quiera de las modalidades de delito tendrían idéntica finali- puede ser elemento del tipo objetivo del delito doloso",
dad o fundamento próximo, pero habrían de presentar par- puesto que en éste la concurrencia del dolo obliga a que lo
ticularidades según se tratase de tipicidad dolosa o impru- importante sea la previsibilidad subjetiva. En el tipo doloso
dente. En este sentido, cabría hacer las siguientes consi- no importa para nada que objetivamente la producción del
deraciones: resultado fuera previsible, sino que subjetivamente lo fue-
ra.
a) En el ámbito de la creación de un riesgo no per- Se plantea algo similar con el caso THYREN: Una per-
mitido sona inexperta en el manejo de armas, dispara con inten-
I) Parece admitido que la determinación del riesgo per- ción de matar a un hombre que se encuentra a una distan-
mitido ha de hacerse para cada caso concreto, sin que sea cia tal que incluso a un tirador experto le hubiera resultado
posible generalizar, ni siquiera entre supuestos similares. difícil dar en el blanco. ¿Se puede imputar a quien realizó la
Para ello habrán de valorarse en primer lugar las normas acción dolosa la producción del resultado objetivamente
administrativas de control de la actividad, si es que existen, ((poco previsible» o, incluso, imprevisible?. Desde mi punto
así como las normas técnicas, escritas o consuetudinarias, de vista esta pregunta es innecesaria. La previsibilidad no
deontológicas o de la experiencia que rigen la actividad, debe jugar aquí ningún papel. Aunque, quizá este supues-
etc. Por ello este criterio tiene especial importancia en el to tampoco sea imaginable de forma imprudente, pues «im-
ámbito de los delitos imprudentes y desarrolla en éste, cri- prudentemente» no se dispara contra nadie, todo lo más,
terios especiales que han de ser incluidos en el tipo objeti- se dispara a otro sitio (o a otra persona) y se da a la vícti-
vo del injusto imprudente (previsibilidad objetiva y diligen- ma, de tal forma que querer equiparar el trato entre con-
cia debida). Parte importante de la doctrina considera que
64 En este sentido se pronuncia también MIR PUIG, S., Derecho penal. Parte general,
63 Siguiendo la formulación del WOLTER, J., «La imputación objetiva y el sistema cit., p. 247, quien prefiere «entender que en los tipos dolosos basta un mínimo de
moderno del Derecho penal» en Omisión e imputación objetiva en Derecho penal, riesgo». Explícitamente ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal,
cit , p.68. cit., p. 51: «Abstractamente previsible y evitable lo es, en efecto, casi todo».
La Teoría de la Imputación Objetiva 79
78 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
ducta dolosa e imprudente puede ser distorsionador, por- pudieran ser el tráfico rodado o los delitos contra el medio
que el fundamento por el que una y otra se castigan es ambiente, el sujeto actúa sin tener en cuenta las posibles
esencialmente distinto 65 . actuaciones dolosas o imprudentes de terceros, que suma-
das a la propia, podrían dar lugar a la producción del resul-
Algo similar puede alegarse respecto al criterio de la tado típico. Así no sería imputable el resultado total produ-
diligencia debida. Pretender que para fundamentar el tipo cido a quien actuó confiando en la actuación correcta de
doloso han de haber sido infringidos los deberes de diligen- los demás. Pero este mismo principio se puede entender y
cia es poco útil, y sobre todo, innecesario, pues quien dolo- aplicar en sentido contrario, y así lo ha hecho la Jurispru-
samente realiza una acción conducente a producir un re- dencia española para fundamentar la responsabilidad de
sultado típico, evidentemente está infringiendo las reglas los cargos directivos y mandos intermedios que incumplie-
de prudencia que pretenden garantizar la indemnidad de ron sus deberes de vigilancia «confiando» en que los tra-
dicho bien jurídico. Sin embargo, estos dos factores cum- bajadores cumplirían las medidas de cuidado". En el ámbi-
plen su función importante en la imprudencia, por lo que to de los delitos contra el medio ambiente, la atribución al
serían elementos del tipo imprudente pero no del doloso. autor de los efectos parciales no constitutivos de delito de-
En el ámbito del tipo imprudente podría también tener rivados de su acción individual implicará la impunidad en
sentido el principio de confianza". El principio de con- muchos casos en los que de hecho existe una transgresión
fianza excluye la imputación en la imprudencia cuando quien de los límites del riesgo permitido. De forma que debe abs-
actuó conforme a derecho lo hizo confiando en que los de- tenerse de actuar quien realiza una actividad peligrosa a
más también lo harían y, como consecuencia de su con- sabiendas de que su actividad es peligrosa y conociendo o
ducta confiada, se produjo un resultado típico. Se trata de debiendo y pudiendo conocer que en determinadas circuns-
supuestos de conflictos de intereses en los que el resulta- tancias otros sujetos pueden actuar -legal o ilegalmente-
do es fruto de una conducta errónea, ilícita o imprudente de de forma que los efectos de la acción propia unida a los
un tercero 67. efectos de las acciones externas pudieran -al interactuar
conjuntamente- producir resultados típicos 69 .
Este principio puede tener significado para excluir la
imputación en los supuestos de autoría accesoria. En es- II) Esta postura, según la cual las modalidades típicas
tos supuestos, muy corrientes en ámbitos de riesgo, como serán distintas según se trate de un delito doloso o impru-
dente, y consecuentemente los requisitos para la imputa-
ción (y los criterios) han de ser diferentes -si bien con una
fundamentación similar- conlleva el problema de que con
65
Véase DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Tipicidad e imputación objetiva, Valencia
1996, p. 134.
66 También ROXIN, C., Política criminal y sistema de Derecho penal, cit., p. 51: «Ins-
73
CORCOY BIDASOLO, M., «Imputación objetiva en el delito imprudente» en Cau-
salidad e imputación objetiva, Madrid 1994, p. 49, distingue entre un «primer juicio
de antijuridicidad (o sea, la tipicidad); «2) el propio juicio de antijuricidad...» y «3) de imputación» denominado Presupuesto de imputación: «en él se trata de determi-
la imputación en el segundo nivel de imputación por la que se imputa el hecho
nar, de acuerdo con criterios teleológicos, la existencia de la creación de un riesgo
antijurídico a la culpabilidad» (p. 185).
típicamente relevante como consecuencia de la infracción de la norma de cuidado».
71 DE LA CUESTA AGUADO, P.M. Tipicidad e imputación objetiva, cit., p. 133.
72 Por todos, BACIGALUPO, E., «El consentimiento del lesionado en el Dereco penal y
En un segundo momento «se trata de probar la relación de riesgo y en este caso sí que
estamos frente a un juicio estrictamente objetivo y ex post sobre la existencia de un
la dogmática españoles» y MAIWALD, M., «El consentimiento del lesionado en el nexo normativo entre conductas y relatado, al que denomina imputación objetiva en
Derecho y en la dogmática penal alemanes» en Justificación y exculpación en Dere- sentido estricto. En esta línea puede verse PAREDES CASTAÑÓN, J.M., El riesgo
cho penal, cit., pp. 109 ss. permitido en Derecho Penal. cit. pp. 51 ss.
1110111k
a) Si el resultado es consecuencia de la realización de Según la teoría del incremento del riesgo, formulada
otro riesgo distinto al creado por el comportamiento del autor. por ROXI N, la conducta imprudente ha debido incrementar
Este criterio intenta explicar por qué no se imputan los el riesgo de producción del resultado 75. Para averiguar si
resultados producidos por cursos causales anómalos o se ha producido tal incremento del riesgo, habrá que reali-
desviaciones del curso causal. Pero, en los delitos impru- zar una comparación entre el riesgo real creado y el que
dentes, tiene además una manifestación específica cuan- hubiera generado el comportamiento correcto. Si de tal
do el resultado producido es consecuencia de otro riesgo análisis resultara que el riesgo no se ha incrementado res-
distinto al riesgo creado por la infracción de la norma de pecto a la conducta alternativa hipotética adecuada a dere-
cuidado y que ésta trata de proteger (incremento de riesgo cho, el resultado no será imputable. De esta forma, si se
en relación con el fin de la norma de cuidado lesionada). comprueba, que si el empresario en el caso de los pelos de
cabra o el anestesista del caso de la cocaína hubieran ac-
Se trata de supuestos en los que se lesiona el deber tuado correctamente también se hubieran producido los
objetivo de cuidado -falta la diligencia debida- y se produce resultados lesivos, éstos no les serían imputables.
un resultado, pero este resultado no es fruto del riesgo contra
el que la norma de cuidado intenta proteger. Alguna doctrina considera, sin embargo, que no deben
tenerse en cuenta posibles conductas alternativas hipotéti-
b) Si no existe incremento del riesgo de producción del cas76 conforme a derecho, sino que habría que equiparar
resultado en relación con la conducta real. estos supuestos a aquéllos en los que el resultado produci-
Se analizan bajo este epígrafe aquellos supuestos en do es consecuencia de otro riesgo distinto al creado por la
los que el resultado se hubiera producido igualmente aun- infracción de la norma de cuidado y que ésta trata de prote-
que quien actuó infringiendo la norma de cuidado, hubiera ger (incremento de riesgo en relación con el fin de la norma
actuado conforme a derecho. Para solucionar estos casos de cuidado lesionada).
gran parte de la doctrina, siguiendo a ROXIN 74 acude a la De este breve resumen se deduce que también los cri-
denominada teoría del incremento del riesgo terios de este segundo nivel de imputación funcionan cuando
(Risikoerhohungslehre). Para este autor el comportamien- no existe un elemento subjetivo tal como el dolo, es decir,
to imprudente tiene que haber creado un riesgo mayor que que el autor no persigue con su acción el resultado típico. Y
el permitido, incrementando la probabilidad de producción funcionan en la imprudencia precisamente porque ya sa-
del resultado. Para averiguarlo, se llevará a cabo una com- bemos que no existe dolo. Es decir, que el conocimiento
paración entre el riesgo real creado y el que hubiera gene- inicial del carácter no doloso ya lo conocemos antes de rea-
rado el comportamiento correcto. Para ello se tendrán en
cuenta no solo los factores reconocibles ex ante, sino los
conocidos una vez producido el resultado.
75 .ROXIN, C., Problemas básicos del Derecho penal, Madrid, 1976, pp. 167 y ss.
76 En igual sentido MARTÍNEZ ESCAMILLA, M., La imputación objetiva del resul-
tado, cit., p. 234 ss. Véase también, crítico, SERRANO GONZÁLEZ DE MURILLO,
J.L., Teoría general del delito imprudente (doctrina general y regulación legal),
MARTÍNEZ ESCAMILLA, La imputación objetiva del resultado, cit., pp. 193 ss. Madrid 1991, p. 110.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Teoría de la Imputación Objetiva 87
86
lizar el juicio objetivo. Argumento que viene a ratificar aquél romper con dicha estructura no acaba de configurarse algo
de que la imputación objetiva no es tan objetiva, pues los realmente distinto, sino más bien un aglomerado en el que
criterios a aplicar dependerán de la modalidad de la con- elementos propios de la culpabilidad vuelven a formar par-
ducta en atención al elemento subjetivo. te del concepto de acción que tiende a engullir la tipicidad y
la antijuridicidad -para volver a un concepto de delito sinté-
c) En cuanto al criterio del alcance del tipo penal. tico como la acción culpable-.
Bajo este epígrafe se trata un innumerable número de Pero quizá el mayor mérito de la obra de ROXIN y de la
casos en los que no existe imputación en base a diferentes teoría de la imputación objetiva sea el haberse mostrado
consideraciones normativas que sirven a la interpretación sensible a una realidad social nueva y haber intentado de-
del tipo en cuestión77 . Pero quizá su ubicación sistemática finir conceptos que permitan describirla correctamente en
como tercer criterio o nivel de imputación, no sea muy co- el seno del Derecho penal y del concepto dogmático del
rrecta, pues en realidad se trata de introducir criterios de delito. En nuestra sociedad actual, efectivamente, surgen
política-criminal en la interpretación de los tipos, lo cual ha nuevas situaciones que exigen respuestas cada vez más
de realizarse, supuesto por supuesto, en la parte especial, valorativas y normativizadas (jurídicas, convencionales). El
sin que puedan darse criterios genéricos aplicables a todos riesgo -como expresión normativa del conflicto social- im-
los tipos penales. plica una nueva concepción del bien jurídico como criterio
de solución al conflicto resuelto en la pauta de conducta
6.- Conclusiones contenida en la norma primaria.
77 MARTÍNEZ ESCAMILLA, M., «La imputación objetiva del resultado. Una primera
aproximación» en Causalidad e Imputación objetiva, cit., p. 343.
LA IMPUTACIÓN ULTERIOR AL
TIPO OBJETIVO
(cap. 11, a. marg. 36 al 112, p. 298-336)
la muerte de B, sino también se ha realizado un pe- Siguiendo la línea aquí expuesta han trabajado de manera especialmente fructífera :
Burgstaller, 1974 ; Rudolphi, JuS 1979, p. 549 y ss. ; SK - Rudolphi ed.), com.
ligro causado por A en la muerte de B. A pesar de
prev. art. 1, n. marg. 38 al 81 a : Schünemann, JA 1975, p. 435, 511, 575, 647, 715,
ello, A no ha cometido una acción punible de homi- 787 ; Stratenwerth, LH a Galias, 1973, p. 227 ; Wolter, 1981 ; el mismo, 1984, p.
103 ; W. Frisch, 1988 : Castaldo 1992.
94 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 95
recepcionada por la literatura de manuales y comentarios. imputación del resultado el que el autor haya creado un
Goydke (1992, p. 8 y ss.) trata sobre la influencia de esta riesgo desaprobado y cuán lejos vaya el radio de acción del
teoría en la reciente jurisprudencia. Otros autores tienen tipo, sino de la conducta típica, mientras que a la teoría de
concepciones parecidas a la aquí desarrollada : Jakobs con la imputación le corresponde "solamente la relación causal
su teoría del "peligro modelo" [Modellgefah1 62c , Otto con el y la relación de realización entre el riesgo fundamentador
principio de la "capacidad de dirección" [Steuerbarkeit] 62 d y de la conducta típica y la producción del resultado" 63. Al
Toepel con el criterio de la "capacidad de planificación ra- hacer esta separación no se considera que finalmente siem-
cional" [rationale Planbarkeit] 62 e Kratzsch trata problemas pre se trata de imputación o de no-imputación del resulta-
de imputación objetiva, en su monografía sobre "La direc- do. Al causante no se le imputa el resultado cuando el cur-
ción de conductas y la organización en el Derecho penal" so causal ha sido particularmente irregular. Desde el punto
(que investiga sobre todo la teoría del injusto y de la de la concepción aquí representada también se opone a
tentativa) 62f , recurriendo a modelos explicativos del siste-
esta separación de "conducta típica" e "imputación del re-
ma de la teoría cibernética y de la teoría de la organización. sultado" el hecho de que el desvalor de la acción y el
Reyes refleja "Los fundamentos teóricos de la imputación desvalor del resultado están unidos inseparablemente (más
objetiva" (remitiéndose mayormente a Jakobs) de manera al respecto cap. 10, nota marginal 96 y ss. [del Manual]) :
instructiva 1329 . Bajo el aspecto ulterior del Derecho penal
sin un resultado de muerte y su imputación no hay una ac-
en la sociedad de riesgo (comp. el cap. 2, nota marginal 23 ción homicida y ninguna "conducta típica" (sino máximo una
b de este libro [se refiere al Manual]) Prittwitz 62h explica la tentativa de acción homicida, pero que también presupone
creación de riesgos como criterio de imputación. un resultado de tentativa). Por lo demás, la separación em-
[301->j prendida por Frisch no tiene importancia esencial para la
concreta resolución de problemas. Bustos Ramírez" de-
En su amplia monografía sobre "La conducta típica y la 42
clara, de manera más amplia, que la imputación objetiva
imputación del resultado" W. Frisch emprende,
"no tendría lugar a nivel de la tipicidad", que ella más bien
correspondientemente con el título de su libro, pero en con-
tendría "su ubicación sistemática en la antijuricidad". Los
tra del procedimiento seguido aquí y en la doctrina domi-
criterios que desarrollo a continuación son considerados
nante, una separación entre "la conducta típica" y "la impu-
por dicho autor como "claramente válidos", si bien solamente
tación del resultado". Según esto, no es una cuestión de la
"como criterios de atribución de una situación en el tipo".
62c
Jakobs, 1972.
bm Otto, LH a Maurach, 1972, p. 92 y ss. ; el mismo JuS 1974, p. 705 y SS.
62e Toepel, 1992, p. 197 y ss.
62f
Kntzsch, 1985 ; comp. también el mismo, LH a Oehler, 1985, p. 65. 63W. Frisch, 1988, p. 67.
62g Reyes, ZStW tomo 105 (1993), p. 108.
62h Prittwitz, 1993, p. 335 y ss.
" Bustos Ramírez, LC a Armin Kaufmann, 1989, p. (de acuerdo al orden de las citas
efectuadas :) 235, 236, 229.
96 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 97
2. CREACIÓN DE UN RIESGO PROHIBIDO
Por supuesto, la situación es distinta cuando alguien no 44
debilita un peligro existente, sino lo reemplaza por otro, cuya
a) La exclusión de la imputación cuando hay dismi- 43
realización es al final menos dañina para el autor que lo
nución del riesgo
que hubiera sido la realización del peligro original. P. e. al-
Se produce desde el principio una falta de creación del guien arroja a un niño desde la ventana de una casa que se
riesgo y con ello de imputabilidad cuando el autor modifica está incendiando, lesionándolo considerablemente, pero sal-
un curso causal de tal manera que disminuye un riesgo ya vándolo de esa manera de morir durante el incendio ; o
existente para la víctima; es decir cuando mejora la situa- alguien encierra a otro sin poder explicarle que no hay otra
ción del objeto de la acción. Quien no puede interceptar solución que "sacarlo de circulación" para preservarlo de
una piedra que ve volar amenazadoramente hacia la cabe- un secuestro. Aquí el autor realiza acciones típicamente
za de otro, pero puede desviarla hacia una parte del cuerpo delictivas que tienen que imputárseles como realización del
que peligra menos 65 , no comete un delito de lesiones pese tipo ; pero él puede justificarse mediante un consentimien-
a su causalidad. Lo mismo ocurre con el médico que sólo to presunto o mediante el art. 34 [estado de necesidad jus-
puede retrasar la muerte inevitable del paciente (n. marg. tificante'. Naturalmente, en el caso concreto puede ser
17). Casos de este tipo no son raros y no pueden ser re- difícil la delimitación entre la disminución de un mismo pe-
sueltos mediante la teoría de la adecuación (n. marg. 31- ligro y su reemplazo por otro. No obstante, el principio de
34), pues el curso causal que modifica el resultado es ple- diferenciación no es cuestionado por ello, pues esta dificul-
namente predecible por el actor y, a menudo, incluso queri- tad coincide con el problema previo general de la separa-
do por él. Sin embargo, una imputación del resultado debe ción entre tipo de delito y excepción, entre tipicidad y
ser excluida porque no tendría sentido prohibir acciones antijuricidad.
que no empeoran la situación del bien jurídico protegido,
sino la mejoran. Ciertamente, según la doctrina tradicional
b) La exclusión de la imputación en ausencia de la
podrían solucionarse los casos de disminución del riesgo
creación de un peligro
bajo el punto de vista de la antijuricidad, aceptando un es-
tado de necesidad justificante (art. 34). Pero, esto supon- También debe rechazarse la imputación al tipo objetivo 45
dría, en primer lugar, que se considere la disminución del cuando el autor, si bien no ha disminuido el riesgo de una
riesgo como lesión típicamente delictuosa del bien jurídico, lesión para el bien jurídico, tampoco lo ha elevado de ma-
lo cual precisamente falta. Así, [302 >] también se ha im--
prev. art. 1, n. marg. 58 ; Schonke/Schroder/Lenckner (24 ed.), com. prev. art. 13, n.
marg. 94 ; Stratenwerth, D. P., p. g. (3' ed.), n. marg. 224 ; Wessels, D. P., p. g. (23'
ed.), cap. 6 11 5 ; OLG Stuttgart NJW 1979, p. 2573 ; Schlüchter, JuS 1976, p. 519 y
65 Comp. al respecto Roxin, LH a Honig, 1970, p. 136 ; E. A. Wolff, 1965, p. 17, 23. s. ; Puppe, ZStW 92 (1980), p. 883 y ss. rechaza, desde su punto de vista, incluso una
ee causación. Sobre la discusión con el diferente punto de vista de Armin Kaufmann
Comp. solamente Jescheck, D. P., p. g. (4' ed.), cap. 28 IV 1 LK (1 1' ed.)-Jescheck,
comp. Roxin, en : LC a Armin Kaufmann, 1989, p. 237 y ss.
com. prev. art. 13, n. marg. 94 ; Otto. NJW 1980, p. 422 : SK (5' ed.)-Rudolphi, com.
67
Igualmente Wessels, D. P, p. g. (23' cd.), cap. 6 11 5 ; Otto, NJW 1980, p. 422.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 99
98
nera jurídicamente considerable. Es aquí donde debe ubi- ya hace décadas por Larenz 69 y Honig 70 . Una conducta que
carse el ejemplo ya mencionado de la tormenta (n. marg. no hace peligrar de manera relevante a un bien jurídico
36), y también cualquier otra inducción a realizar activida- protegido legalmente, sólo casualmente puede vincularse
des cotidianas jurídicamente irrelevantes, como el ir a pa- con resultados, así que estos no pueden ser producidos,
sear por la gran ciudad, el subir escaleras, bañarse, esca- en este contexto, de manera final. Por eso también rige la
lar montañas, etc. Aun cuando estas conductas pueden lle- prognosis posterior-objetiva (n. marg. 32) al momento de
var a accidentes en situaciones excepcionales, al Derecho juzgar la cuestión de la creación del peligro, de igual mane-
no le interesan los riesgos mínimos adecuados socialmen- ra como se ha impuesto en la teoría de la adecuación. Esto
te y vinculados a aquellas, de tal manera que una causa- significa : todo depende de si un observador razonable an-
ción del resultado derivada de estas conductas no es impu- tes del hecho (ex ante) había considerado que la conducta
table desde el principio. Puesto que la ejecución de una respectiva era riesgosa o incrementaba el riesgo. Para esto
conducta socialmente normal y generalmente no peligrosa también se tiene que premunir a dicho observador con los
no puede ser prohibida, también falta una acción homicida conocimientos especiales del autor concreto (comp. n. marg.
típicamente delictuosa cuando, excepcionalmente, tal ac- 32). Entonces, cuando alguien aconseja a otro dar un pa-
ción se vuelve causal para una lesión de un bien jurídico. seo, sabiendo que un asesino acecha en el camino, tiene
Lo mismo ocurre cuando un peligro ya existente es incre- por supuesto que afirmarse la creación de un peligro ; si el
mentado de manera no mensurable. Entonces, el antiguo paseante es muerto, se producirá la punición por asesinato
problema universitario de la punibilidad por delito de inun- (art. 211) u homicidio (art. 212). (Cuando el actor inmediato
dación (art. 313) de aquél que vacía una jarra de agua en no está relacionado con el que dio maliciosamente el con-
las aguas marinas que están a punto de romper el dique de sejo, ambos son punibles como autores accesorios inde-
contención [303->] debe ser resuelto en ese sentido: si bien pendientes de un delito de homicidio).
puede afirmarse la causalidad debido a la modificación del Los problemas prácticos que resultan en el juicio de la 47
resultado (así sea extremadamente pequeña) (n. marg. 17), creación no permitida de riesgos, se presentan sobre todo
en todo caso, esta conducta no puede ser imputada al tipo en acciones no dolosas. Por ello estos problemas serán
del art. 313 como la realización de una inundación, pues examinados con más detalle recién con relación a los deli-
los peligros que esta disposición penal quiere prevenir no tos imprudentes (cap. 24, n. marg. 14 y ss.).
son incrementados agregando una mínima cantidad de agua68.
El principio de imputación de la "creación y aumento del 46 c) Creación de peligros y cursos causales hipotéticos
riesgo" se corresponde en lo esencial con la teoría de la Recientemente ha adquirido mayor atención 71 el pro- 48
adecuación (nota marg. 31 y ss.) y con el principio de la
"finalidad objetiva" [objektive Bezweckbarkeit] desarrollado
69 Larenz, 1927.
70 Honig, LH a Frank, 1930, tomo 1, p. 174 y ss.
71 V. también la monografía de Samson sobre "Cursos causales hipotéticos en el Dere-
" Comp. sobre todo esto Roxin, LH a Honig, 1970, p. 136 y ss. cho penal", 1972.
100 La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 1 01
blema de si, y eventualmente en qué medida deben consi-
en tales casos arguyendo que el objeto típico de protección
derarse cursos causales hipotéticos en el juicio sobre la
de todas maneras estaba perdido, es decir, no podía peli-
creación o la elevación de un riesgo. Como sabemos, para
grar más mediante el autor. El peligro realizado es la reali-
la causalidad, en los delitos de comisión, los cursos causales
zación de un peligro creado únicamente por el autor, y esto,
hipotéticos son irrelevantes (n. marg. 19, 30) ; no obstante,
según el motivo explicado, sólo puede ser considerado bajo
esto no impediría atribuirles un efecto excluyente de la im-
aspectos normativos. Tampoco un autor imprudente puede
putación. En este campo todavía hay mucho que aclarar.
hacer valer el argumento, tal como un autor doloso, de que
Sin embargo, hay consenso por lo menos en cuanto al caso
la lesión del bien jurídico causada por él, de no haberse
más importante : la imputación de una realización típica
producido mediante el hecho imprudente, también la hu-
antijurídica no puede ser descartada cuando estaba dispo-
biera causado otro (BGHSt tomo 30, p. 228 ; comp. nota
nible un reemplazante que hubiera asumido el hecho en
marg. 19).
caso de que el actor se hubiera retirado (principio de asun-
ción) 72 . Todo esto también tiene que valer cuando el autor re- 50
[304->] emplazante habría actuado de conformidad con el Dere-
cho'''. Luego, siempre es punible por delito de daños quien
Entonces, cuando durante una guerra se fusila de ma- 49 tala un árbol ajeno, pero que el propietario mismo también
nera antijurídica a alguien, el autor no puede liberarse re- había querido talar, o quien mata una vaca ajena que de
curriendo a criterios de imputación (respecto a la causalidad todas maneras habría tenido que ser sacrificada por moti-
comp. n. marg. 19) y defenderse diciendo que en caso de vos sanitarios. Igualmente debe condenarse por homicidio
negativa otro hubiera realizado el fusilamiento. Quien roba en el caso típico de aquél particular que (estando en vigen-
una cosa no puede invocar que, en caso contrario bajo las cia la pena de muerte) ocupa el lugar del juez ejecutor y
circunstancias dadas otro hubiera tomado sin duda la cosa ; pone en funcionamiento él mismo la silla eléctrica. Pues
es decir, ésta habría estado perdida de cualquier manera cuando el legislador solamente permite una acción típica a
para el propietario. Esto resulta de la idea teleológicamente determinadas personas o funcionarios, esta restricción sólo
obligatoria de que el ordenamiento jurídico no puede retirar puede imponerse cuando se mantiene estrictamente la pro-
sus prohibiciones por el hecho de que otro estaba dispues- hibición frente a otros. Llevaría a situaciones intolerables
to a infringirlas 73 . De lo contrario se produciría la impunidad que cualquiera pueda "arrestar" impunemente a otros, pese
sólo porque en lugar de una sola persona decidida a come- a las reglas legales sobre competencia y jurisdicción, sólo
ter el hecho había varias -un resultado evidentemente irra- por el hecho de que la Policía ya estaba facultada para ello
cional. Por ello no debe discutirse un aumento del peligro por un mandato judicial. No constituye ninguna excepción
72
El término proviene de Sarnson comp. Samson, 1972, p. 129-151.
73
Comp. sobre todo Samson, 1972, p. 137 y ss. SK-Rudolphi, com. prev. art. I, n. 74 En contra de Samson, 1972, p. 142 y s. De la misma manera que aquí, no obstante,
marg. 60 Stratenwerth. D. P., p. g., n. marg. 228: Knhl, JR 1983, p. 34. Schrinke/SchrOder/Lenckner (24' ed.), com. previo art. 13, n. marg. 98 : Jescheck, D.
P. p. g., cap. 28 IV 2 W. Frisch. 1988, p. 565 y ss.
La Imputación Objetiva en el Derecho Penal
La Imputación Ulterior al Tipo Objetivo 103
a esta regla 75 el que quede impune quien, en una situación
de legítima defensa, emprende en su defensa una acción autor, al ser valorada socialmente 78 , no aparece como un
lesionadora que cualquier otro hubiera realizado, puesto homicidio independiente . Si el actor ha querido dañar más
que aquí el actor tiene el mismo motivo de justificación (auxi- a la víctima mediante su intervención (p. e. ha acelerado su
lio necesario) que el que hubiera tenido el reemplazante. muerte o incrementado su lesión), entonces sólo queda la
[305->] posibilidad de la punición por tentativa, cuando sólo consi-
gue producir una modificación no dañina del resultado. La
Por el contrario, la imputación es excluida allí donde el 51 solución también puede ser trasladada al caso en que un
autor solamente modifica una causalidad natural, sin em- curso causal proveniente de una persona ha abandonado
peorar en general la situación de la víctima. Samson 76 pro- su ámbito de dominio. Así es impune quien desvía un pro-
pone el siguiente caso : yectil de tal manera que alcanza a la víctima en otra parte
F conduce un vagón por un tramo de dos vías, pero del cuerpo, pero con la misma intensidad y sin aumentar el
daño79 , o es solamente punible por una tentativa según el
este tramo está obstruido por un derrumbe, por lo cual F no
podría frenar oportunamente y se estrellaría contra una roca. art. 223a, cuando quería empeorar la lesión.
A cambia las agujas de tal manera que el vagón pasa de la Por otro lado hay dudas contra una exclusión de la im- 52
vía izquierda a la derecha, la cual también está bloqueada putación cuando alguien no solamente modifica una
por el derrumbe. F perece en esta otra vía. causalidad natural, sino la reemplaza por una acción autó-
En constelaciones de este tipo no son válidos los moti- noma, p. e. disparando a la víctima de un derrumbamiento
vos que excluyen la consideración de causas humanas de (n. marg. 51) en el momento de la colisión mortal. También
reemplazo (nota marg. 48-50). Puesto que cuando hay la en tales casos, que por cierto casi nunca tendrán importan-
disminución del riesgo (nota marg. 43) los cursos causales cia práctica, se niega a menudo una imputación porque la
hipotéticos son de todas maneras relevantes para la impu- situación de la víctima no ha sido empeorada 80 . No obstan-
tación, hay buenos motivos para imputar la modificación de te, el reemplazo de una causalidad natural mediante una
causalidades naturales solamente cuando mediante ellas
se aumenta o se anticipa temporalmente el daño ; es decir
cuando se le intensifica (principio de la intensificación) 77.
Pues bajo el punto de vista de la protección del bien jurídi-
co da lo mismo que la víctima muera en la vía izquierda o
en la derecha, y la simple modificación de un suceso, que
fatalmente se pone en marcha independientemente del Igual que aquí Schónke/Schr6der/Lenckner, com. prev. art. 13, n. marg. 98 ; E. A.
Wolff, 1965, p. 22 ; en sus resultados también Samson, 1972, p. 96 y ss. ; SK-Rudolphi,
com. prev. art. 1, n. marg. 59 y s. ; Stratenwerth, D. P., p. g., n. marg. 228 y s ; pero en
sentido contrario Jescheck, D. P., p. g., cap. 28 IV 2.
79 Así también Samson, 1972, p. 144 y s.
80
Así sobre todo Samson, 1972, p. 110 y ss., y siguiendo su posición, SK-Rudolphi,
75
Pero aparentemente sí lo es para SK-Rudolphi, com. prev. art. 1, n. marg. 61. com. prev. art. 1, n. marg. 59 y s. ; Stratenwerth, D. P., p. g., n. marg. 228 y s.; pero
76 Samson, 1972, p. 98. diferentemente y de igual manera que aquí Schónke/Schróder/Lenckner, com. previo
77 Samson, 1972, p. 96 y ss.
art. 13, n. marg. 98 ; E. A. Wolff, 1965, p. 22 ; Jescheck, D. P., p. g., cap. 28 IV 2 ; W.
Frisch, 1988, p. 567.