Está en la página 1de 10

Cirujano General

Volumen Número Octubre-Diciembre


Volume 24 Number 4 October-Deccember 2002

Artículo:

Quistes hepáticos no parasitarios

Derechos reservados, Copyright © 2002:


Asociación Mexicana de Cirugía General, A. C.

Otras secciones de Others sections in


este sitio: this web site:

☞ Índice de este número ☞ Contents of this number


☞ Más revistas ☞ More journals
☞ Búsqueda ☞ Search

edigraphic.com
Cirujano General Vol. 24 Núm. 4 - 2002

ARTÍCULO DE REVISIÓN

Quistes hepáticos no parasitarios


Non-parasitic cysts of the liver
Dr. Jorge Ortiz González,
Dr. Noé Isaías Gracida Mancilla,
Dr. Raúl Sánchez Lozada,
Dra. Martha Patricia Reyes Segura

Resumen Abstract
Propósito: Efectuar una revisión bibliográfica de los Purpose: To review the main epidemiological and
principales aspectos epidemiológicos, fisiopatogé- physiopathogenic aspects, as well as the clinical
nicos, cuadro clínico, diagnóstico y tratamiento de course, diagnosis and treatment of non-parasitic he-
los quistes hepáticos no parasitarios. patic cysts.
Obtención de los datos: Revisión de la literatura inter- Data collection: Review of the international literature
nacional en idioma inglés (78 citas seleccionadas) y (78 selected references) and medical books on the
libros médicos relacionados (13 referencias). subject (13 references).
Selección de estudios: Se seleccionaron los artículos Selection of data: The most relevant biomedical articles
biomédicos más relevantes alusivos a quistes hepá- (78 references) and medical books (11 in English, 2
ticos no parasitarios (78 citas internacionales) y li- in Spanish) on the subject were chosen.
bros médicos al respecto (11 referencias en español Data extraction: A review of the literature published
y 2 en inglés). between 1965 and 2001 on the clinical-epidemiologi-
Extracción de datos: Se realizó una revisión de la lite- cal, imaging, and therapeutic aspects of the disease
ratura de 1965 a 2001 de los trabajos de investiga- was performed. The MEDLINE database was used to
ción de corte clínico-epidemiológico, imagenología locate and select the articles. Books on the medical-
y terapéutica de la entidad. Se utilizó la base de da- surgical profile, as well as those covering liver dis-
tos de MEDLINE para la localización y selección de eases and basic sciences, were consulted.
artículos. Se consultaron libros de perfil médico-qui- Results on data synthesis: It has been considered that
rúrgico, enfermedades del hígado y ciencias básicas. solitary hepatic cyst and polycystic hepatic diseases
Resultados de la síntesis de datos: Se ha considerado are two different manifestations of the same process.
que los quistes hepáticos solitarios y la enfermedad They are rarely diagnosed clinically, however, their
poliquística hepática son diferentes manifestaciones identification has increased with the systematic use
del mismo proceso. Raramente son diagnosticados of imaging studies. Surgery is indicated in those
clínicamente, empero su identificación se ha incre- highly symptomatic patients or in the presence of
mentado con el uso sistemático de la imagenología. complications. Biliary communication of the cyst and
La cirugía se indica en pacientes altamente sintomá- its neoplastic transformation are feasible.
ticos o cuando surgen complicaciones. Son posibles Conclusion: The incidence of this disease is undoubt-
la comunicación biliar del quiste y su transformación edly higher than reported in the literature. The review
neoplásica. of the literature demonstrated the need for an inte-
Conclusión: La incidencia de esta entidad es induda- grated surgical evaluation, requiring an adequate
blemente más alta de lo publicado. La revisión bi- identification of the type of cyst, location, and pre-

Departamento de Cirugía Oncológica del Instituto Nacional de Cancerología. México, D.F. Departamento de Cirugía General y Pediatría
del Hospital General de México, O.D. México, D.F.
Recibido para publicación: 10 de enero de 2002.
Aceptado para publicación: 15 de abril de 2002.
Correspondencia: Dr. Jorge Ortiz González: Calle Bamba No. 464, Colonia Benito Juárez, 57000. Ciudad Netzahualcóyotl, Estado de México.
Teléfono: (0155) 57 30 91 74.

326 Cirujano General


Quistes hepáticos no parasitarios

bliográfica demostró la necesidad de una valoración cise anatomical relations, to be able to establish the
quirúrgica integral, requiriendo un adecuado reco- appropriate treatment.
nocimiento del tipo de quiste, localización y relacio-
nes anatómicas precisas, con objeto de establecer
el tratamiento apropiado.

Palabras clave: Quiste hepático no parasitario-diag- Key words: Nonparasitic hepatic cyst, diagnosis,
nóstico-cirugía. surgery.
Cir Gen 2002;24: 326-334 Cir Gen: 2002;24: 326-334

Introducción embarazada.13,14 La enfermedad poliquística hepática


Se atribuye a Bristoe la primera descripción del quiste del adulto no asociada a poliquistosis renal tiene una
no parasitario del hígado en una comunicación publi- prevalencia de 0.05 a 0.13%.15
cada en 1856. Esta entidad es relativamente poco
común, su frecuencia mundial es baja por su carácter Clasificación
generalmente asintomático.1,2 Los quistes solitarios del Se han propuesto varias clasificaciones para la des-
hígado pueden ser quistes verdaderos (con revesti- cripción de los quistes hepáticos. Henson et al [1956]
miento epitelial) o quistes falsos (revestidos por tejido propusieron una clasificación para quistes hepáticos
fibroso). La enfermedad poliquística del hígado es un no parasitarios basada esencialmente en su etiología
término que se refiere específicamente a la presencia (Cuadro I).
de múltiples quistes en el parénquima hepático y co- Sherlock16 estableció que los quistes hepáticos por
múnmente se asocia a quistes en otros órganos.3 su origen pueden ser congénitos o adquiridos. Morino
La incidencia de los quistes hepáticos no parasita- et al17 clasificaron a la enfermedad poliquística hepáti-
rios (QHNPs) ha sido informada en 0.15-0.5% en ca en dos grupos:
necropsias. Actualmente, mediante el uso de técnicas Tipo I. Caracterizada por un número limitado de
de imagen, se ha revelado que los quistes hepáticos quistes hepáticos grandes, localizados predominan-
asintomáticos son comunes en la población general y temente en segmentos anteriores.
experimentan un incremento de su prevalencia con Tipo II. Caracterizada por pequeños quistes en el
respecto a la edad.2,4-6 hígado incluyendo los segmentos posteriores (“Que-
Es necesaria la valoración integral del paciente para so suizo”).
un adecuado tratamiento, iniciando con una historia
clínica completa. Se han empleado una gran variedad Embriología
de procedimientos y técnicas diagnósticas con resul- El hígado se desarrolla tempranamente en la octava
tados diversos. El tratamiento varía de acuerdo a la semana de gestación y es claramente visible en sec-
sintomatología y al tipo de quiste. Una identificación ción transversa al décimo quinto día. Este endodermo
deficiente de la localización y tipo de quiste hepático rudimentario aparece en forma de divertículo del in-
nos puede conducir a un tratamiento ineficaz y a se- testino primitivo; se desarrolla alrededor del mesoder-
rias complicaciones. Con base en las consideracio- mo, el cual a este nivel forma el septum transverso.18,19
nes anteriores, se realizó una revisión de la literatura El divertículo primitivo se divide en dos partes. Una
médica pertinente. es craneal, llamada pars hepática la cual se desarro-

Epidemiología
En 1944, Eliason y Smith identificaron dos pacientes Cuadro I
con QHNPs entre 211046 internamientos hospitala- Clasificación etiológica de los quistes hepáticos no
rios, mientras que 28 fueron detectados en 20000 parasitarios
necropsias. La incidencia de los quistes hepáticos fue
de 17 por 10,000 exploraciones abdominales en la A. Congénitos
Clínica Mayo.7 La incidencia exacta de los quistes he- - Solitario (unilocular o multilocular)
páticos congénitos es difícil de estimar ya que gene- - Enfermedad poliquística difusa
ralmente son asintomáticos; aunque se ha informa-
edigraphic.com
do2,8 una prevalencia del 2 al 7.81%. Son más frecuen-
tes en mujeres que en hombres, en proporción de 4:1
B. Traumática
C. Inflamatoria
- Específica
y pueden presentarse a cualquier edad, sin embargo, - Inespecífica
las décadas más afectadas son la cuarta y la quin- D. Neoplásica
ta.2,9 Los quistes congénitos son más frecuentes en - Benigna
niños y se han publicado casos diagnosticados en la - Maligna
etapa prenatal.10-12 Es frecuente su aparición en la

Volumen 24, Núm. 4 Octubre-Diciembre 2002 327


Dr. Ortiz

lla considerablemente invadiendo el septum transver- ño pueden ocasionar hepatomegalia, tumor palpable
so y termina formando el parénquima hepático. La pars que se mueve con la respiración,30 ictericia y sínto-
hepática también da origen a los conductos hepáticos mas de abdomen agudo por ruptura del quiste.9,29-32
derecho e izquierdo y a la parte proximal del conducto Los síntomas como saciedad temprana, sensación de
biliar principal. plenitud o pesantez abdominal, náusea y vómito son
La otra parte es caudal y se denomina pars cística atribuidos principalmente al crecimiento y compresión
y forma la vesícula biliar y el conducto cístico.20 del quiste. La compresión de la vena cava inferior pue-
Moschowitz, [1906] propuso que los conductos bi- de provocar edema bilateral de miembros inferiores.
liares aberrantes son formados durante la embriogé-
nesis y que los quistes son el resultado de la acumu- Enfermedades asociadas
lación de líquido, debido a la deficiente comunicación Algunos padecimientos como la enfermedad de Caroli
de esos conductos aberrantes con el árbol biliar. y el hamartoma biliar se asocian con quistes hepáti-
cos múltiples.13,33 La poliquistosis hepática es la mani-
Fisiopatología festación extra-renal más frecuente de la enfermedad
Von Meyenburg, [1918] especuló con la idea de que poliquística renal autosómica dominante. La enferme-
un desarrollo embriológico inadecuado podría condu- dad poliquística hepática se asocia a afección quística
cir a un número excesivo de conductos intralobulares de otros órganos (51.6%) como riñón, páncreas, bazo,
que progresivamente acumularían líquido, con la even- ovario y pulmones.9,34,35
tual consecuencia de la formación de quistes. Algu- La enfermedad poliquística hepática se puede
nos conductos aberrantes, que no se comunican con acompañar de prolapso de la válvula mitral, quistes
el árbol biliar, aumentan de tamaño y la formación esplénicos y aneurismas intracraneales.3,9 También
quística se atribuye a una hiperplasia inflamatoria con puede presentarse en el síndrome de Peutz-Jeghers,36
retención de líquido.1,21,22 Por estas razones, se ha en la enfermedad de Von Hippel Lindau, complejo de
considerado que los quistes solitarios y la enferme- esclerosis tuberosa, síndrome orofaciodigital tipo I3 y
dad poliquística del hígado son diferentes manifesta- enfermedad de Osler-Weber-Rendu.37
ciones del mismo proceso.23 La transformación maligna de los quistes es poco
Los síntomas tienen lugar cuando el quiste aumen- frecuente, la forma quística de las metástasis hepáti-
ta de tamaño (10–15 cm). El gran tamaño del quiste cas se presenta en el 4% de todas las lesiones me-
provoca distensión de la cápsula de Glisson y com- tastásicas. Se han informado casos de cistadenocar-
presión del sistema biliar o estructuras adyacentes. cinoma, carcinosarcoma biliar, carcinoma primario de
Esto puede provocar una compresión mecánica que células escamosas y carcinoma quístico de células
conduce a obstrucción del flujo venoso hepático y se epiteliales, en quistes que permanecen por más de
puede asociar a la formación de trombos en las pe- 10 años.38-44
queñas venas tributarias.24 La obstrucción al flujo ve-
noso hepático puede ser el mecanismo que explique Exámenes de laboratorio
la hipertensión portal sinusoidal que se manifiesta No existen pruebas diagnósticas de laboratorio y ha-
clínicamente como ascitis.25 Se ha descrito la forma- bitualmente no suelen revelar alteraciones, excepto en
ción de ascitis después de destechamiento de un quis- caso de compresión a estructuras adyacentes o com-
te 24. La bilis en el interior del quiste sugiere comunica- plicaciones. Cuando la infección está presente, puede
ción con el tracto biliar.6 ocurrir leucocitosis, incremento de la proteína C
Los QHNPs secundarios a lesiones inflamatorias, reactiva y velocidad de eritrosedimentación elevada.45
neoplásicas o traumáticas se presentan solo ocasio- La cuantificación de CA 19-9 en suero y en el líqui-
nalmente. Su formación está dada por obstrucción y do del quiste podría ayudarnos a distinguir entre una
aumentos del tamaño y la presión de los vasos patología benigna o maligna.38,46-51
linfáticos.21,26 Los quistes secundarios a trauma abdo-
minal son originados por hundimiento de tejido en la Pruebas inmunológicas
profundidad del parénquima hepático con preserva- Los estudios de imagenología no siempre establecen el
ción de la cápsula. diagnósitco diferencial entre los quistes hepáticos para-
Los quistes hepáticos tienen una composición sitarios y no parasitarios, por lo tanto es necesario reali-
electrolítica similar a la del plasma27 y concentracio- zar estudios complementarios como la intradermorreac-
nes de glucosa menores a 15 mg/100 ml.28 ción de Casoni y pruebas serológicas como la hemaglu-
tinación indirecta e inmunoelectroforesis en suero.
Cuadro clínico
La mayoría de los pacientes cursan asintomáticos. Imagenología
Solamente el cinco a diez por ciento de los quistes Radiología: La placa simple de abdomen revela un
son sintomáticos y el tiempo promedio de evolución agrandamiento generalizado de la sombra hepática y
del padecimiento es de seis meses.8,21,29 El dolor en el desplazamiento del colon hacia abajo y a la izquierda.
cuadrante superior derecho es el síntoma más frecuen- En algunas ocasiones es posible observar calcifica-
te y se puede desarrollar hipersensibilidad o dolor ab- ciones en los QHNPs. La telerradiografía de tórax pue-
dominal al inclinarse.13,22 Los quistes de mayor tama- de demostrar elevación de la hoja diafragmática.1,9

328 Cirujano General


Quistes hepáticos no parasitarios

Mediante punción percutánea se pueden obtener El ultrasonido endoscópico con color Doppler es utili-
radiografías con la introducción de medio de contraste zado para delimitar el quiste de las estructuras vasculares.
(Figura 1) para excluir comunicación con el árbol biliar Tomografía axial computadorizada: Ayuda a cono-
o extravasación a la cavidad peritoneal.20 De acuerdo a cer las características de las lesiones así como su lo-
la sintomatología, se justifica la realización de otros calización y medida precisa. El volumen del parénqui-
estudios como los baritados cuando se sospeche pa- ma hepático se preserva a pesar de la invasión masi-
tología gástrica o duodenal. La colecistografía oral y la va de los quistes.56
colangiografía intravenosa pueden revelar deformida- Los criterios tomográficos usados en el diagnóstico
des de la vesícula por compresión extrínseca. de quistes hepáticos simples incluyen una masa redon-
Ultrasonido: Los quistes simples hepáticos son deada, de bordes lisos, paredes finas, delgadas, defini-
vistos en el 4% de todos los ultrasonidos hepáticos. das y regulares, sin estructuras internas57 (Figura 3);
Ultrasonográficamente la forma de los quistes sim-
ples varía, pero usualmente están rodeados por una
pared delgada, regular y bien circunscrita (Figura
2). La lesión es totalmente anecoica con intensifi-
cación posterior.52 Con esta técnica es posible mos-
trar quistes desde 2 cm de diámetro. Los QHNPs
pueden medir de 0.15 hasta 30 cm con aumento del
volumen incluso hasta de 17 litros.33,53 Todas las le-
siones quísticas hepáticas que no presentan las ca-
racterísticas descritas son denominados quistes
complejos. Los quistes hidatídicos,52 abscesos, 34
hematomas,54 neoplasias y metástasis34,52,55 pueden
simular QHNPs.

Fig. 2. Rastreo ultrasonográfico que identificó una gran lesión


anecoica (flecha ), la cual correspondió a un quiste hepático
simple.

edigraphic.com
Fig. 1. Radiografía abdominal obtenida después de la intro-
ducción de medio de contraste en el interior de un gran quiste Fig. 3.Tomografía axial computadorizada de abdomen que mues-
hepático (flecha), mediante cateterización transhepática tra múltiples quistes hepáticos de tamaño variable en ambos
percutánea. lóbulos (flecha).

Volumen 24, Núm. 4 Octubre-Diciembre 2002 329


Dr. Ortiz

aunque en ocasiones es posible observar calcificacio- Tratamiento


nes periféricas.58 Habitualmente los quistes hepáticos Los quistes descubiertos incidentalmente no ameritan
tienen densidad de líquido con coeficientes de atenua- tratamiento alguno y los quistes pequeños con sínto-
ción cercanos a cero (0–10 unidades Hounsfield) y de- mas leves deben tener seguimiento sin tratamiento
ficiente captación de medio de contraste. quirúrgico.1 En pacientes con enfermedad poliquística
Resonancia magnética nuclear (RMN): Con estas hepática, el tamaño de los quistes varía y cuando son
imágenes es posible detectar lesiones hepáticas de sintomáticos pueden requerir diversas modalidades de
tan sólo 0.3 cm34 y hemorragias intraquísticas.59 Cuan- tratamiento. El tratamiento se dirige hacia los quistes
do se identifican diminutas y numerosas lesiones in- de mayor tamaño que son causa de la sintomatología.9
trahepáticas menores de 5 mm, de aspecto “quistoi- Basados en las teorías fisiopatogénicas, debemos te-
de”, se sugiere fuertemente el diagnóstico de comple- ner en mente que los procedimientos que no incluyen
jos de Von Meyenburg.60 La RMN no está ampliamen- destrucción del epitelio de revestimiento pueden te-
te disponible por su alto costo. ner alta frecuencia de recurrencia ya que la produc-
Gammagrafía: Este estudio demuestra zonas hi- ción de líquido en el interior del quiste continúa.
pocaptantes en el interior del parénquima hepático
por un defecto de captación del azufre coloidal-tec- Cirugía abierta
necio 99 m.1,34 Antes de decidir el tratamiento quirúrgico, se deberá
Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica: determinar el tipo, localización y las relaciones anató-
Es el método estándar para identificar posibles co- micas precisas del quiste en cuestión. Las principales
nexiones del quiste con el sistema biliar.45 indicaciones electivas para la cirugía son la presencia
Angiografía: La angiografía panhepática preopera- de síntomas obstructivos por compresión de estructu-
toria es esencial para demostrar la anatomía vascular ras adyacentes, y el tumor epigástrico doloroso. Con
local en todos los pacientes, en los cuales una resec- excepción de la ruptura, torsión y hemorragia intra-
ción hepática puede ser considerada para la extirpa- quística, el tratamiento de los quistes no parasitarios
ción completa de un quiste o tumor hepático.55 La arte- del hígado debe ser electivo, dependiendo del tama-
riografía celiaca selectiva señala desplazamiento y es- ño, localización y las condiciones generales del pa-
tiramiento de los vasos intrahepáticos causados por el ciente. Cuando el quiste se encuentra en la porción
quiste. En la fase venosa de la arteriografía celiaca, el alta de la cara superior o en la cara posterior del híga-
quiste se ve como un defecto de llenado avascular.44,61 do, deberá considerarse la cirugía abierta, ya que pu-
dieran lesionarse los vasos suprahepáticos y condu-
Diagnóstico diferencial cir a un accidente de graves consecuencias.29 Siempre
El diagnóstico diferencial suele hacerse con enferme- debe inspeccionarse la pared interna del quiste en
dad acidopéptica, colelitiasis, con colitis e inclusive con busca de tumores.
padecimientos que afectan el riñón derecho como li- Destechamiento del quiste: Fue descrita por Lin et
tiasis y pielonefritis. Los quistes benignos requieren la al [1968]. Se utiliza cuando el quiste es de gran tama-
diferenciación de lesiones neoplásicas (sarcomas, ño y consiste en la separación de su pared externa, la
cistadenomas, cistadenocarcinomas, metástasis, et- cual se deja adyacente al parénquima hepático, ex-
cétera), quistes traumáticos, abscesos piógenos y plorando su pared interna en busca de neoplasias.
amibianos, así como del quiste hidatídico.6,62 La dis- Requiere de estudio transoperatorio. Este procedimien-
tinción entre cistadenoma o cistadenocarcinoma to puede reservarse también para quistes inaccesi-
hepatobiliar y un quiste simple complicado con hemo- bles por laparoscopia y quistes en contacto con ra-
rragia intraquística suele representar dificultades en mas de la vena cava inferior.62,72 El procedimiento es
el diagnóstico, ya que en esta situación se pueden seguro y está asociado a una baja incidencia de com-
encontrar adherencias intraquísticas o septos.63 Se plicaciones y recurrencia.6
tomarán en cuenta otras lesiones como quistes Enucleación total del quiste: Está indicada en quis-
mesentéricos, mucocele de la vesícula biliar, quistes tes localizados accesiblemente en segmentos hepáti-
pancreáticos 1, quistes endometriósicos64-66 y el tumor cos anteriores. Puede ser relativamente atraumática
hepático quístico necrótico.57 La necrosis de la metás- si existe un plano de disección entre el quiste y el
tasis carcinoides hepáticas puede ser considerada aun parénquima hepático.6,29
en ausencia de síndrome carcinoide.67-69 Marsupialización del quiste con o sin colocación de
Cuando el complejo Von Meyenburg se asocia a la epiplón mayor en su interior: Es el tratamiento de elec-
enfermedad poliquística hepática, se debe diferenciar ción cuando se requiere de un drenaje externo pro-
de pequeñas metástasis hepáticas, carcinoma hepa- longado como en los quistes infectados. Esta técnica
tocelular primario difuso, abscesos, infiltración de gra- se asocia a menor morbilidad y mortalidad, aunque
sa nodular y equinococosis hepática en su variante sus desventajas son la recurrencia y elevada posibili-
alveolar.60,34 Otros diagnósticos diferenciales menos dad de infección de la herida quirúrgica. Es posible el
comunes son el cistadenoma del estroma mesenqui- desarrollo de un seno en el interior de la marsupializa-
mático,49-51 el quiste hepático ciliado, aparentemente ción o una fístula con drenaje permanente.1
originado del intestino primitivo anterior,70,71 y la linfan- Drenaje interno a través de un asa intestinal hacia
giomatosis hepática.3 el quiste con técnica de Y de Roux: Está indicado cuan-

330 Cirujano General


Quistes hepáticos no parasitarios

do existe comunicación a la vía biliar demostrada por Radiología intervencionista


estudios endoscópicos.6 Bean77 recomendó en 1985 la aspiración del quiste y
Drenaje externo: La simple incisión y drenaje exter- su inyección con alcohol (destruye el epitelio secretor),
no del quiste por tubo de cistostomía tiene alta fre- como el tratamiento de elección para los quistes he-
cuencia de recurrencia.6 páticos congénitos. Se han utilizado agentes
Resección hepática o lobectomía: Está indicada esclerosantes como hidrocloruro de minociclina,78-80
cuando existen grandes quistes multiloculados, como hidrocloruro de tetraciclina81 y pantopaque82 con di-
en la enfermedad poliquística hepática masiva;73 el versos resultados. Generalmente, la aspiración del
control de los síntomas es adecuado a largo plazo quiste seguido de inyección de agentes esclerosantes
empero con tasas elevadas de morbilidad.72 conduce a recidiva en el 50-60% de los casos.27,29
Trasplante hepático solo o simultáneo con trasplante La mayoría de los pacientes requieren una sola
renal: Se ha utilizado en unos cuantos pacientes con sesión de escleroterapía con alcohol.83 Las desven-
enfermedad poliquística hepática difusa altamente tajas de la cirugía tales como una estancia hospita-
sintomática y en pacientes con falla hepática. Gene- laria prolongada, altos costos y riesgo anestésico
ralmente estos pacientes tienen también quistes re- pueden ser evitadas con el drenaje mínimo-invasivo
nales y algunos pacientes son dependientes de la percutáneo y esclerosis con etanol. En ocasiones
diálisis peritoneal, en los cuales deberá realizarse el puede haber complicaciones como dolor, hemorra-
trasplante simultáneo de hígado y riñón.74 gia, niveles elevados de alcohol en sangre, derrame
Un aspecto importante durante el transoperato- pleural e infección secundaria, así como comunica-
rio es la realización de colangiografía cuando exis- ción iatrogénica entre la cavidad quística y el árbol
ta duda de comunicación al árbol biliar, siendo con- biliar durante la caracterización.
veniente en estos casos la identificación del sitio de
la fuga y la sutura del conducto, además de com- Histopatología
plementar su manejo colocando una sonda en T. Si Los quistes solitarios del hígado pueden ser quistes
el quiste se encuentra infectado deberá dejarse una verdaderos o quistes falsos y usualmente son
canalización en su interior, a los espacios subfréni- uniloculares (más común) o multiloculares. La mayo-
co y subhepático, así como antibióticos asociados ría de los quistes verdaderos son congénitos.9 Los
con metronidazol. QHNPs generalmente están localizados sobre la su-
perficie antero-inferior del lóbulo derecho o en su pro-
Cirugía laparoscópica fundidad, y contienen líquido claro o de color marrón
Recientemente se ha utilizado la fenestración lapa- con un peso específico de 1.010 a 1.022. Algunos se
roscópica para el tratamiento de los quistes hepáti- presentan como quistes pediculados, con superficie
cos, con buenos resultados desde el primer proce- externa lisa, brillante y azul grisácea. En general, la
dimiento realizado mediante esta vía en 1991 por pared es delgada y opalescente o transparente y pue-
Z’graggen.75 El procedimiento laparoscópico inclu- de estar atravesada por muchos vasos sanguíneos
ye punción del quiste para examen citológico y bac- dilatados. Como característica, poseen una presión
teriológico del líquido, también esclero-resección interna baja.33,34,36,53,54,61 La pared del quiste está ge-
circular de la pared del quiste para examen histoló- neralmente compuesta de una capa de revestimiento
gico.62 El destechamiento amplio por vía laparoscó- de epitelio cuboide rodeado de capas de tejido
pica puede ser el tratamiento de elección8,27 para conectivo que pueden contener numerosos elemen-
los quistes hepáticos simples. Los mejores resulta- tos celulares que normalmente se encuentran en el
dos se obtienen con quistes en los segmentos he- hígado. Solamente en el 25% de los casos existe co-
páticos IV, V, VI y VII de Couinaud.27 Utilizado en municación con el sistema biliar.
manos expertas, el método laparoscópico combina Se denomina complejo de Von Meyenburg a las pe-
las ventajas del abordaje mínimo-invasivo con la queñas agrupaciones de conductos biliares modesta-
efectividad de la cirugía convencional.8,27 Se debe- mente dilatados, embebidos en un estroma fibroso, lo-
rá ser muy cautelosos al practicar este procedimien- calizados cerca de las vías portales o en su interior 13.
to, ya que se pueden tener algunos accidentes como En la enfermedad fibropoliquística del adulto, el hígado
lesión de vasos sanguíneos con hemorragia grave. contiene varios quistes de paredes delgadas, contie-
La lesión de conductillos biliares puede conducir a nen líquido citrino o sangre achocolatada y, al corte, el
un biloma o fístula biliar interna que requieran reso- aspecto es de “panal de abejas” El lóbulo derecho se
lución quirúrgica.29,45 afecta con más frecuencia. Los quistes están tapiza-
dos por un epitelio que varía de cilíndrico a cuboideo,
Simulador de cirugía hepática edigraphic.com
Con el advenimiento de la robótica y de avanzados
en los quistes de mayor tamaño puede estar ausente o
aplanado.
sistemas computacionales, puede ser posible, median-
te el conocimiento y práctica de la “anatomía virtual”, Complicaciones
la realización de colecistectomías, resecciones hepá- Entre las complicaciones que pueden ocurrir figuran
ticas o procedimientos vasculares en trasplante, me- la obstrucción biliar, sepsis,8,9,72,84-86 torsión de su pe-
jorando la morbilidad de los pacientes.76 dículo,7,87 hemorragia intraquística,63,88 ruptura del quis-

Volumen 24, Núm. 4 Octubre-Diciembre 2002 331


Dr. Ortiz

te en el sistema canalicular biliar o en la cavidad peri- et al, editores. Enfermedades del Hígado. 4ª ed. Barcelona:
toneal libre7,9 con hemorragia a la cavidad peritoneal89 Salvat; 1980, 1247.
y degeneración neoplásica.90 10. Macken MB, Wright JR Jr, Lau H, Cooper MC, Grantmyre EB,
Se puede esperar extensión del daño hepático, con Thompson DL, et al. Prenatal sonographic detection of
congenital hepatic cyst in third trimester after normal second-
la consecuente insuficiencia hepática o infección en
trimester sonographic examination. J Clin Ultrasound 2000; 28:
pacientes con daño previo. Puede ocurrir hemorragia 307-10.
de tubo digestivo alto por várices gastroesofágicas.25 11. Hackmon-Ram R, Wiznitzer A, Gohar J, Mazor M. Prenatal
afortunadamente todas estas complicaciones son poco diagnosis of a fetal abdominal cyst. Eur J Obstet Gynecol
comunes. Reprod Biol 2000; 91: 78-82.
12. Ito M, Yoskimura K, Toyoda N, Tanaka H. Aspiration of giant
Pronóstico hepatic cyst in the fetus in utero. Fetal Diagn Ther 1997; 12:
La salud de los pacientes con enfermedad poliquística 221-5.
hepática difusa depende de la coexistencia de patolo- 13. Crawford JM. Hígado y vías biliares. En: Cotran RS, Kumar V,
gías agregadas y especialmente de una función Robbins SL, Schoen FJ, editores. Robbins patología estructu-
ral y funcional. 5ª . Ed. México Interamericana McGraw-Hill.
hepatorrenal eficaz.1 Son pocas las series que sean 1998; 919-76.
lo suficientemente grandes para una adecuada apre- 14. Kesby GJ. Pregnancy complicated by symptomatic adult
ciación del riesgo operatorio, sin embargo, se seña- polycystic liver disease. Am J Obstet Gynecol 1998; 179: 266-7.
la36 que la mortalidad en los QHNPs tratados median- 15. Iglesias DM, Palmitano JA, Arrizurieta E, Kornblihtt AR, Herrera
te cirugía es casi de cero36 y rara vez se compromete M, Bernath V, et al. Isolated polycystic liver disease not linked
la función. Yoshida91 informó la desaparición espontá- to polycystic kidney disease 1 and 2. Dig Dis Sci 1994; 44:
nea de un quiste hepático simple. 385-8.
16. Sherlock S. Enfermedades del hígado y vías biliares. 8ª ed.
Conclusión Buenos Aires: El Ateneo; 1991; p. 495-507.
17. Morino M, De Giuli M, Festa V, Garrone C. Laparoscopic
Usualmente, los QHNPs son asintomáticos y no re-
managment of symptomatic nonparasitic cysts of the liver:
quieren tratamiento, pero algunos poseen caracterís- indications and results. Ann Surg 1994; 219: 157-64.
ticas clínicas significativas que son indicativas de in- 18. Moore KL, Persaud TVN. Embriología clínica. 6a. Ed. Barcelo-
tervención quirúrgica. A pesar de la amplia variedad na: Salvat; 1999, 287.
de procedimientos y técnicas diagnósticas, el diagnós- 19. Langman J. Embriología médica. 4ª. ed. Buenos Aires: Pana-
tico preciso depende de la exploración quirúrgica. Con mericana; 1982, 214.
excepción de las complicaciones, el tratamiento de los 20. Delattre JF, Avisse C, Flament JB. Anatomic basis of hepatic
quistes no parasitarios del hígado debe ser electivo. surgery. Surg Clin North Am 2000; 80: 345-62.
Solo las lesiones localizadas en una posición favora- 21. Tikkakoski T, Makela JT, Leinonen S, Päivansälo M, Mekikanto
ble deben ser abordadas por vía laparoscópica, en J, Karttunen A et al. Treatment of symptomatic congenital
hepatic cysts with single-session percutaneous drainage and
manos de cirujanos con experiencia y material apro-
ethanol sclerosis: technique and outcome. J Vasc Interv Radiol
piado. En todo momento consideraremos las posibili- 1996; 7: 235-9.
dades de comunicación biliar y procesos neoplásicos. 22. Larssen TB, Viste A, Jensen DK, Sondean K, Rolle O, Horn A.
Single-session alcohol sclerotherapy in bening symptomatic
Referencias hepatic cysts. Acta Radiol 1997; 38: 993-7.
23. Longmire WP Jr, Mandiola SA, Garden HE. Congenital cystic
1. Jones WL, Mountain JC, Warren KW. Symptomatic non- disease of the liver and biliary system. Ann Surg 1971; 174:
parasitic cysts of the liver. Br J Surg 1974; 61: 118-23. 711-26.
2. Trotter JF, Everson GT. Benign focal lesions of the liver. Clin 24. Uddin W, Ramage JK, Portmann B, Wilson P, Benjamin I, Tan
Liver Dis 2001; 5: 17-42. KC et al. Hepatic venous outflow obstruction in patients with
3. O’Sullivan DA, Torres VE, de Groen PC, Batts KP, King BF, polycystic liver disease: pathogenesis and treatment. Gut 1995;
Vockley J et al. Hepatic lymphangiomatosis mimicking 36: 142-5.
polycystic liver desease. Mayo Clin Proc 1998; 73: 1188-92. 25. Srinivasan R. Polycystic liver disease: an unusual cause of
4. Gaines PA, Sampson MA. The prevalence and characterization bleeding varices. Dig Dis Sci 1999; 44: 389-92.
of simple hepatic cysts by ultrasound examination. Br J Radiol 26. White HJ. Traumatic subcapsular hepatic cyst. Br J Clin Pract
1989; 62: 335-7. 1965; 19: 521-2.
5. Caremani M, Vincenti A, Benci A, Sassoli S, Tacconi D. 27. Diez J, Decoud J, Gutierrez L, Suhl A, Merello J. Laparoscopic
Ecographic epidemiology of non-parasitic hepatic cysts. J Clin treatment of symptomatic cysts of the liver. Br J Surg 1998;
Ultrasound 1993; 21: 115-8. 85: 25-7.
6. Litwin DE, Taylor BR, Langer B, Greig P. Nonparasitic cysts of 28. Everson GT, Emmett M, Brown WR, Redmond P, Thickman D.
the liver. The case for conservative surgical management. Ann Functional similarities of hepatic cystic and biliary epithelium:
Surg 1986; 205: 45-8. studies of fluid constituents and in vivo secretion in response
7. Sanfelippo PM, Beahrs OH, Weiland LH. Cystic disease of the to secretin. Hepatology 1990; 11: 557-65.
liver. Ann Surg 1974; 179: 922-5. 29. Sanchez H, Gagner M, Rossi RL, Jenkins RL, Lewis WD,
8. Fabiani P, Mazza D, Toouli J, Bartels AM, Gugenheim J, Mouiel Munson JL et al. Surgical management of nonparasitic cystic
J. Laparoscopic fenestration of symptomatic non-parasitic cysts liver disease. Am J Surg 1991; 161: 113-8; discussion 118-9.
of the liver. Br J Surg 1997; 84: 321-2. 30. Surós Batalló J, Surós Batalló A. Surós semiología médica y
9. Debakey ME, Jordan GL Jr. Cirugía del hígado. En: Schiff L, técnica exploratoria 7ª ed. Barcelona: Salvat Editores187. p.
Alpers DA, Arias IM, Baggenstoss AH, Baldus WP, Billing PA, 341-525.

332 Cirujano General


Quistes hepáticos no parasitarios

31. Terada N, Shimizu T, Imai Y, Kobayashi T, Terashima M, 19-9 and carcinoembryonic antigen in serum and cystic fluid.
Furukawa K, et al. Benign, non-parasitic hepatic cyst causing J Gastroenterol 1996; 31: 732-6.
obstructive jaundice. Intern Med 1993; 32: 857-60. 51. Dooley JS, Li AK, Scheuer PJ, Hobbs KE, Sherlock S. A giant
32. Morin ME, Baker DA, Vanagunas A, Tan A, Sue HK. Solitary cystic mesenchymal hamartoma of the liver: diagnosis,
nonparasitic hepatic cyst causing obstructive jaundice. Am J management, and study of cyst fluid. Gastroenterology 1983;
Gastroenterol 1980; 73: 434-6. 85: 958-61.
33. Shaw BW Jr, Sindhi R, Heffron TG. Diagnostic considerations in 52. Bismuth H, Kunstlinger F, Castaing D. A text and atlas of liver
liver disease. In: Nyhus LM, Baker RJ, Fischer JE, editors. Mastery ultrasound. London: Chapman and Hall Medical; 1991, 17.
of surgery. 3th. ed. Boston: Little Brown; 1997. p. 1016-26. 53. Jones WL, Mountain JC, Warren KW. Symptomatic non-
34. Birnbaum E, Myerson RJ. Carcinoma del ano En: Zinner MJ, parasitic cysts of the liver. Br J Surg 1974; 61: 118-23.
Schwartz SI, Ellis H, Ashley SW, McFadden DW, editors. 54. Shimada M, Takenaka K, Gion T, Fujiwara Y, Taguchi K,
Maingot operaciones abdominales En: 10ª ed. Buenos Aires: Kajiyama K et al. Treatment strategy for patients with cystic
Panamericana; 1998. p. 1403-9. lesions mimicking a liver tumor: a recent 10-year surgical
35. Schwartz SI. Hígado. En: Schwartz SI, Shires GT, Fischer JE, experience in Japan. Arch Surg 1998; 133: 643-6.
Spencer FC, Galloway AC, Daly JM, editores. Principios de 55. Edwards JD, Eckhauser FE, Knol JA, Strodel WE, Appleman
cirugía. 7ª ed. México: McGraw-Hill Interamericana; 1999. p. HD. Optimizing surgical management of symptomatic solitary
1487-529. hepatic cysts. Am Surg 1987; 53: 510-4.
36. Thrasher S, Adelman S, Chang CH. Hepatic cyst associated 56. Everson GT, Scherzinger A, Berger-Leff N, Reichen J, Lezotte
with Peutz-Jeghers syndrome. Arch Pathol Lab Med 1990; 114: D, Manco-Johnson M et al. Polycystic liver disease: quantitation
1278-80. of parenchymal and cyst volumes from computed tomography
37. Saxena R, Hytiroglou P, Antillasoy EO, Cakaloglu Y, Emre S, images and clinical correlates of hepatic cysts. Hepatology
Thung SN. Coexistence of hereditary hemorrhagic telengiec- 1998; 8: 1627-34.
tasia and fibropolycystic liver disease. Am J Surg Pathol 1998; 57. Webb WR, Brant WE, Helwis CA. Fundamentos de TAC. Ma-
22: 368-72. drid: Marban; 1993, 139.
38. Terada T, Notsumata K, Nakanuma Y. Biliary carcinosarcoma 58. Barnes PA, Thomas JL, Bernardino ME. Pitfalls in the diagno-
arising in nonparasitic simple cyst of the liver. Virchows Arch sis of hepatic cysts by computed tomography. Radiology 1981;
1994; 424: 331-5. 141: 129-33.
39. Banbury J, Conlon KC, Ghossein R, Brennan MF. Primary 59. Wilcox DM, Weinreb JC, Lesh P. MR imaging of a hemorrhagic
squamous cell carcinoma within a solitary nonparasitic hepatic hepatic cyst in a patient with polycystic liver disease. J Comput
cyst. J Surg Oncol 1994; 57: 210-2. Assist Tomogr 1985; 9: 183-5.
40. Nieweg O, Slooff MJ, Grond J. A case of primary squamous 60. Luo TY, Itai Y, Eguchi N, Kurosaki Y, Onaya H, Ahmadi T et al.
cell carcinoma of the liver arising in a solitary cyst. HPB Surg Von Meyenburg complexes of the liver: imaging findings. J
1992; 5: 203-8. Comput Assist Tomogr 1988; 22: 372-8.
41. Lynch MJ, McLeod MK, Weatherbee L, Gilsdorf JR, Guice KS, 61. Sherlock DS, Summerfield JA. Atlas a color de las enfermedades
Echkhauser FE. Squamous cell cancer of the liver arising from del Hígado. Holanda: Year Book Medical Publishers; 1979, 209.
a solitary benign nonparasitic hepatic cyst. Am J Gastroenterol 62. Katkhouda N, Hurwitz M, Gugenheim J, Mavor E, Mason RJ,
1988; 83: 426-31. Waldrep DJ et al. Laparoscopic management of benign solid
42. Gresham GA, Rue LW 3rd. Squamous cell carcinoma of the and cystic lesions of the liver. Ann Surg 1999; 229: 460-6.
liver. Hum Pathol 1985; 16: 413-6. 63. Hagiwara A, Inoue Y, Shutoh T, Kinoshita H, Wakasa K.
43. Bloustein PA, Silverberg SG. Squamous cell carcinoma Haemorrhagic hepatic cyst: a differential diagnosis of cystic
originating in an hepatic cyst: Case report with a review of the tumour. Br J Radiol 2001; 74: 270-2.
hepatic cyst-carcinoma association. Cancer 1976; 38: 2002-5. 64. Verbeke C, Harle M, Sturm J. Cystic endometriosis of the upper
44. Aldrete SJ. Resecciones Hepáticas. En: Samperio GC, abdominal organs. Report on three cases and review of the
Arrubarrena AVM, editores. Fisiopatología quirúrgica del apara- literature. Pathol Res Pract 1996; 192: 300-4; discussion 305.
to digestivo. 2ª. ed. México, D. F. El Manual Moderno; 1996, 491. 65. Rovati V, Faleschini E, Vercellini P, Nervetti G, Tagliabue G,
45. Klinger PJ, Gadenstatter M, Schmid T, Bodner E, Schwelberger Benzi G. Endometrioma of the liver. Am J Obstet Gynecol 1990;
HG. Treatment of hepatic cysts in the era of laparoscopic 163(5 p + 1): 1490-2.
surgery. Br J Surg 1997; 84: 438-44. 66. Finkel L, Marchevsky A, Cohen B. Endometrial cyst of the liver.
46. Horsmans Y, Laka A, Gigot JF, Geubel AP. Serum and cystic Am J Gastroenterol 1986; 81: 576-8.
fluid CA 19-9 determinantions as a diagnostic help in liver cysts 67. Lemaire LC, Pols HA, Tilanus HW. Carcinoid tumor presenting
of uncertain nature. Liver 1996; 16: 255-7. as a giant hepatic cyst. Br J Surg 1995; 82: 133.
47. Halme L, Karkkainen P, Isoniemi H, Makisalo H, von Bogulawski 68. Dent GA, Feldman JM. Pseudocystic liver metastases in
K, Hockerstedt K. Carbohydrate 19-9 antigen as a marker of patients with carcinoid tumors: report of three cases. Am J
non-malignant hepatocytic ductual transformation in patients Clin Pathol 1984; 82: 257-9.
with acute liver failure. A comparison with alpha-fetoprotein 69. Chan JH, Tsui EY, Luk SH, Fung AS, Yuen MK, Szeto ML et al.
and carcinoembryonic antigen. Scand J Gastroenterol 1999; Diffusion-weighted MR imaging of the liver: distinguishing
34: 426-31. hepatic abscess from cystic or necrotic tumor. Abdom Imaging
48. Ikeda Y, Kawasaki K, Ikeda T, Uchida H, Morinaga K. Treatment 2001; 26: 161-5.

HPB Surg 1996; 9: 179-82.


edigraphic.com
of large liver cyst evaluated with CA 19-9 in the cystic fluid. 70. Vick DJ, Goodman ZD, Deavers MT, Cain J, Ishak KG. Ciliated
hepatic foregut cyst: a study of six cases and review of the
49. Thomas JA, Scriven MW, Puntis MC, Jasani B, Williams GT. literature. Am J Surg Pathol 1999; 23: 671-7.
Elevated serum CA 19-9 levels in hepatobiliary cystadenoma 71. Wheeler DA, Edmondson HA. Ciliated hepatic foregut cyst. Am
with mesenchymal stroma. Two case reports with immunohis- J Surg Pathol 1984; 8: 467-70.
tochemical confirmation. Cancer 1992; 70: 1841-6. 72. Martín IJ, McKinley AJ, Currie EJ, Holmes P, Garden OJ.
50. Lee JH, Chen DR, Pang SC, Lai YS. Mucinous biliary Tailoring the management of nonparasitic liver cysts. Ann Surg
cystadenoma with mesenchymal stroma: expressions of CA 1998; 228: 167-72.

Volumen 24, Núm. 4 Octubre-Diciembre 2002 333


Dr. Ortiz

73. Newman KD, Torres VE, Rakela J, Nagorney DM. Treatment 82. Goldstein HM, Carlyle DR, Nelson RS. Treatment of
of highly symptomatic polycystic liver disease. Preliminary symptomatic hepatic cyst by percutaneous instillation of
experience with a combined hepatic resection-fenestration Pantopaque. Am J Roentgenol 1976; 127: 850-3.
procedure. Ann Surg 1990; 212: 30-7. 83. Larssen TB, Jensen DK, Viste A, Horn A. Single-session alco-
74. Jeyarajah DR, Gonwa TA, Testa G, Abbasoglu O, Goldstein R, hol sclerotherapy in symptomatic benign hepatic cysts: long-
Husberg BS, et al. Liver and kidney transplantation for polycystic term results. Acta Radiol 1999; 40: 636-8.
disease. Transplantation 1998; 66: 529-32. 84. Shoji F, Kitamura M, Shirabe K, Kai H, Akiyoshi T, Sugimachi
75. Z’graggen K, Metzger A, Klaiber C. Symptomatic simple cysts K. Infected hepatic cyst in a patient with multiple hepatic cysts:
of the liver: treatment by laparoscopic surgery. Surg Endosc report of a case diagnosed by change of ultrasonographic fin-
1991; 5: 224-5. dings. Eur J Gastroenterol Hepatol 2000; 12: 703-5.
76. Marescaux J, Clement JM, Koehl C. Hepatic surgery simulator. 85. Purvis JR, Ginaldi S, Casimiro J, Scott J. Treatment of a patient
Proceed 8th World Cong Internat Gastro-Surg Club Strabourg, with an infected hepatic cyst. J Fam Pract 1996; 43: 577-80.
1998: 38A. 86. Telenti A, Torres VE, Gross JB Jr, Van Scoy RE, Brown
77. Bean WJ, Rodan BA. Hepatic cysts: treatment with alcohol. ML, Hattery RR. Hepatic cyst infection in autosomal
Am J Roentgenol 1985; 144: 237-41. dominant polycystic kidney disease. Mayo Clin Proc 1990;
78. Yoshihara K, Yamashiro S, Koizumi S, Matsuo Y, Shigeru J, 65: 933-42.
Kanegae S et al. Obstructive jaundice caused by non-parasitic 87. Sinha MR, Prasad SB. Twisted solitary hepatic cyst. J Indian
hepatic cyst treated with percutaneous drainage and instillation Med Assoc 1983; 80(9-10): 141-2.
of micocycline hydrochloride as a sclerosing agent. Intern Med 88. Chang SS, Chan CC, Wang SS, Chang FY, Lee SD. Repeated
1996; 35: 373-5. episodes of spontaneous intracystic hemorrhage of hepatic
79. Yamada N, Shinzawa H, Ukai K, Makino N, Matsuhashi T, cysts mimicking malignancy. Zhonghua Yi Xue Za Zhi (Taipei)
Wakabayashi H, et al. Treatment of symptomatic hepatic cysts 2000; 63: 256-61.
by percutaneous instillation of minocycline hydrochloride. Dig 89. Lotz GW, Stahlschmidt M. Intra-abdominal bleeding after
Dis Sci 1994; 39: 2503-9. rupture of hepatic cyst. South Med J 1989; 82: 667.
80. Hagiwara H, Kasahara A, Hayashi N, Kono M, Suzuki K, 90. Monteagudo M, Vidal G, Moreno M, Bella R, Diaz MJ,
Kashio S et al. Successful treatment of a hepatic cyst by one- Colomer O et al. Squamous cell carcinoma and infection in
shot instillation of minocycline chloride. Gastroenterology a solitary hepatic cyst. Eur J Gastroenterol Hepatol 1998;
1992; 103: 675-7. 10: 1051-3.
81. Davies CW, McIntyre AS. Treatment of a symptomatic hepatic 91. Yoshida H, Onda M, Tajiri T, Mamada Y, Taniai N, Uchida E et
cyst by tetracycline hydrochloride instillation sclerosis. Eur J al. Spontaneous disappearance of a hepatic cyst. J Nippon
Gastroenterol Hepatol 1996; 8: 173-5. Med Sch 2001; 68: 58-60.

334 Cirujano General

También podría gustarte