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Memoria colectiva como campo de la antropología histórica.

Tesis: Una interpretación del ritual de la lucha libre y su articulación con la


memoria colectiva, la industria y la política. (Resumen)

Presentación
En la siguiente nota critica se habla acerca de la memoria colectiva, que es
una reconstrucción del pasado vivido y experimentado por un grupo, la memoria
es comunicativa, entonces habla sobre los sucesos que sí pasaron, en este caso,
se rescata los símbolos y algunos la vestimenta usada en el pasado, ahora en lo
que es este deporte ya famoso y seguido por muchos no solo de México, sino
también del mundo. La memoria Colectiva es un recuerdo social, puesto que fue
producido por generaciones pretéritas, pues se apoya en ritos, mitos y eventos
sociales, en este caso la máscara tan importante para los luchadores, como lo fue
en el pasado, y así la gente recuerda las memorias compartidas y acordadas
conjuntamente, y se basa en los lenguajes, las comunicaciones tanto interna como
externa con los demás individuos, esta es una memoria de los grupos, porque no
solo es de la persona la memoria colectiva “es una corriente de pensamiento
continuo pues retiene del pasado lo que aún está vivo o es capaz de vivir en la
conciencia del grupo que la mantiene” (Mora, 2015 Memoria colectiva), tiene una
representación, en la que está basada esta tesis no solo es de la persona que la
escribió, es más bien de todos y debemos conocerla y saber que la memoria
colectiva es importante, es muy interesante a continuación se da un pequeño
resumen a cerca de esta investigación, y de lo que significa la memoria colectiva
(Mora, 2015 Memoria colectiva).
Las emociones que congregan en la arena y descripción de cómo la gente
vive el evento. El desenvolvimiento, la transformación de la gente al escoger sus
bandos, ídolos y héroes a través de la adrenalina y él fulgor contagiado por la
gente de la arena. Se vuelve norma la conducta que se da en la arena desde
mentadas de madre y demás vocabulario folclórico que se da en este país
acompañado claro por las bebidas embriagantes. Desde los más pequeños hasta
los abuelos sin restricción de género, es un claro vistazo de cómo la gente se
desahoga en un evento que es planificado y que sólo aparenta ser real.
“Al público no le importa para nada saber si el combate es falseado o no, y tiene
razón; se confía a la primera virtud del espectáculo, la de abolir todo móvil y toda
consecuencia: lo que importa no es lo que cree, sino lo que ve”
(Barthes, 1999, citado por Gamboa, 2010)
Para el luchador la preparación es fundamental y no solo física sino
también en su propia vestimenta ya que es como se quiere representar al público
tan simple como “blanco y negro, bien y mal, técnicos y rudos” se da importancia
para su identidad, su personalidad, el Alter ego del luchador.
La máscara es una identidad o representación, utilizada desde el paleolítico
por la mayor parte de las sociedades humanas. Creadas con una carga religiosa,
adornadas de distintas maneras con colores vistosos de diferentes materiales, oro,
jade, claro junto con la vestimenta cubriendo el cuerpo, notándose los símbolos
que son complementos de las máscaras. Una de las partes importantes cada
ritual, son los co-participantes o espectadores de cualquiera que sea la identidad
de la persona enmascarada, pues estas nos remontan a los tiempos donde se
empezaron a utilizar las máscaras. Los luchadores mexicanos lleva cada uno una
máscara representando con ella se puede decir que sus características, tanto hay
buenos como malos, también dependen de la obra a la que se apega cada uno,
“sin máscara no hay luchador” con sus respectivos nombres, como el
característico Santo que era una figura buena y también la figura mala como el
eslabón perdido, que hacían referencia a figuras malvadas, demonios y como tal
su manera de actuar era el rudo, el malo el así formar un equilibrio entre el bien y
el mal un orden social o político de las culturas, algunos de estos rituales (Roca,
2010)
“El Santo: Una fábula de nuestra cultura urbana, una vida profesional cuya
primera razón de ser fue la carencia de rostro: una fama sin rasgos faciales a los
cuales adherirse… El pregón de los fanáticos aún persiste: “¡Santoooo!
¡Santoooo!, y en las calles se venden sus muñecos de plástico” (Monsiváis, 1995).
Hablar de “El Santo”, va mucho más allá de hablar de un luchador, es hablar en
realidad de un fenómeno único (Gamboa, 2010).
El Santo era muy popular gracias a su público. Memoria colectiva. ¿Quiénes
asistían a las luchas? “La memoria colectiva se expresa y se recrea a partir de las
creencias, los mitos, los ritos y los actos litúrgicos celebrados por un determinado
grupo de los tramites de generación en generación (Le Goff, 1991, citado por
Gamboa 2010).
Es importante mencionar que a las luchas asistían persona aficionadas de
cualquier luchador, pero siempre con la exigencia de ver los increíbles llaveos que
se realizaban entre los oponentes, pero en las películas, todo el público en general
se hacía su tiempo para ir a verlas, desde niños hasta adultos.
El cuerpo del luchador es muy importante y por eso lo moldean en el
gimnasio “cuál fina arcilla” (Bourdieu, 1986, p.186, citado por Gamboa, 2010,
p.122) la importancia radica en la imagen corporal y “la percepción colectiva”
(Aguado, 1998, citado por Gamboa, 2010, p.122). Este cuidado al cuerpo data
desde la antigua Grecia con la diferencia de que en aquel entonces los
competidores luchaban desnudos, esto ha ido cambiando debido a las ideas
morales católicas
(Gamboa, 2010), además de mantener el cuerpo en buen estado físico, los
luchadores lo cubren con aceite, antes de oliva, hoy de canela, esto para resaltar
su musculatura pero también para facilitar llevar a cabo las llaves que realizan. Lo
que buscan con el cuidado de su cuerpo es lo que se produce en la mente del
espectador “corpulentos enmascarados luchando entre s, en medio de la
contorsión casi da ciática de sus cuerpos” (Gamboa, 2010, p.127)
Dentro de la lucha libre podemos observar un fenómeno social, en cierto
grado, es un cohesionador de los diferentes estratos sociales, teniéndolos en el
mismo momento y el mismo lugar.
“El fenómeno de la producción y distribución del capital cultural, aparece
como prioritario para su estudio e intervención por parte de la antropología
histórica” (Gamboa, 2005). Aunque siguen existiendo diferencias entre clases
sociales, como por ejemplo el lugar mismo donde disfrutan de este espectáculo
cada persona dependiendo de su poder adquisitivo. A partir de los primeros años
de la segunda mitad del siglo pasado, apareció la primer ola de historietas del
género de lucha libre, este fue el parteaguas para convertir a estos héroes en
verdaderas leyendas a través del cine, llegando a la mayor parte del mundo y
llegando al grado de que “la Cineteca Francesa es la única en el mundo que
posee la colección más grande de filmes de lucha libre fuera de México” (Gamboa,
2005).

Lectura complementaria: Memoria cultural, identidad y sociedad civil


(resumen)
“Cuando hablo de la memoria cultural, no me refiero a las huellas del
pasado almacenadas en una especie de consciencia colectiva lista para anular u
ocultar en un inconsciente colectivo, enterrado bajo las ruinas del olvido, lo que
sólo podría ser restablecido en todo caso por un trabajo sistemático”. (Heller,
2003: 1). “La memoria cultural igual que la memoria individual está asociada a los
lugares” (Heller, 2003: 2). “La presencia o la ausencia, la vida o la decadencia de
un pueblo no depende de la supervivencia biológica de un grupo étnico, sino de la
supervivencia de la memoria cultural compartida” (Heller, 2003: 2). “Dentro de la
sociedad civil hay instituciones y actividades incapaces y reacias a crear memoria
cultural, para ellos no es necesaria la creación de una identidad cultural. Sin
embargo, hay otros segmentos o instituciones dentro de la sociedad civil que van
más lejos, aunque selectivamente, pues heredaron retazos de memoria cultural y
crean una memoria cultural de su propiedad”. (Heller, 2003: 10). “El lugar central
que ocupa la memoria cultural en la construcción de la identidad era cosa sabida y
así ha quedado consagrada la memoria cultural en todas las culturas conocidas
por nosotros” (Heller, 2003: 7).
“Entre todos los grupos que estaban necesitados de una memoria cultural,
los grupos étnicos tenían la tarea más fácil, pues nunca habían perdido
enteramente su memoria cultural, incluyendo a veces su lengua, aunque no la
hayan usado” (Heller, 2003: 15).
En el entendido de que la memoria cultural construye al mismo tiempo que
afirma la identidad y que está formada de significados compartidos por un grupo
de personas que los asumen como propios y tomando en cuenta que estos
pueden ser entre otras cosas: crónicas históricas, monumentos abundantes en
símbolos y alegorías, etc. y si a esto aunamos que la memoria cultural está
incorporada a las prácticas repetidas y repetibles tales como fiestas, ceremonias y
ritos (Heller, 2003) podríamos afirmar que el espectáculo de la lucha libre crea
memoria colectiva desde que es un evento repetible, un ritual que se lleva a cabo
en un lugar específico que es un ring, está cargada de símbolos como la máscara,
los cuerpos de los luchadores son monumentos y ha trascendido en el tiempo
pues data de épocas poco sospechadas (Gamboa, 2010)

Fuente:
Gamboa Briseño, Flor 2010 Una interpretación del ritual de la lucha libre y su
articulación con la memoria colectiva, la industria y la política cultural. (Tesis)
Licenciatura en Antropología Histórica, Universidad Veracruzana.

Mora Estephania, 21 de julio 2015 memoria colectiva, (video)


https://www.youtube.com/v=OwYWP6xCw

Heller, Agnes 2003 “Memoria cultural, identidad y sociedad civil” en Indaga. Núm
1, pp. 5-17 Disponible en
http://www.afoiceeomartelo.com.br/posfsa/Autores/Heller,%20Agnes/Heller,%20Ag
nes%20-%20Memoria%20cultural,%20identidad%20y%20sociedad%20civil.pdf

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