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5.

Alimentos grasosos

1. Aguacates
El aguacate es algo distinto al resto de las frutas. Mientras que las
frutas suelen ser ricas en carbohidratos, en los aguacates predominan
las grasas.
Está compuesto por un 77% de grasas saludables. En efecto, el ácido
graso predominante en esta fruta es el ácido oleico, encontrado
también en el aceite de oliva, asociado a muchos beneficios para la salud. Además, el aguacate es
una de las mejores fuentes vegetales de potasio. De hecho, un aguacate contiene un 40% más de
potasio que un plátano.
Por otra parte, si lo que te preocupa es que tu colesterol malo (LDL) suba y afecte a tu salud
cardiovascular, debes saber que el aguacate es rico en fibra. Esto significa que cuando lo consumes
regularmente, ayudas a bajar los triglicéridos y el colesterol LDL.

2. Queso

En realidad, no resulta tan raro que el queso sea una de las grasas permitidas, si tenemos en
cuenta que para producir una loncha de queso se requiere de una taza de leche entera.
• Esto significa que es una buena fuente de calcio, vitamina B12, fósforo y selenio.
• Una loncha de queso contiene 6,7 g de proteína.
• Al igual que otros alimentos derivados de la leche, es rico en ácidos grasos saludables.
Ahora ya lo sabes, incluye un buen trozo de queso en tu dieta cada día para asegurarte de obtener
todos sus beneficios.

3. Chocolate oscuro

¿Pensabas que no iba a haber algo delicioso en la lista de alimentos


grasos? El chocolate está aquí y te daremos algunas buenas razones.

El chocolate oscuro no solo está riquísimo, sino que tiene un 11% de


fibra y es fuente de hierro, magnesio y manganeso. Además contiene un alto porcentaje de
antioxidantes.

• Algunos de los antioxidantes encontrados en el chocolate oscuro ayudan a reducir la


presión arterial y evitan que el colesterol malo (LDL) que hay en la sangre se oxide.

• Para que esto pase, deberás comer un cuadrito de chocolate oscuro (al menos 70% cacao)
cinco veces a la semana.

Aunque se trata de un alimento delicioso, recuerda vigilar las cantidades que consumes y su
calidad. De nada te servirá comer una barra de chocolate lleno de azúcares diario. De hecho, esto
podría resultarte perjudicial.
4. Huevos enteros
Durante años, existió la idea de que los huevos enteros eran poco
saludables. En efecto, se solía pensar que las yemas eran ricas en
colesterol y grasas perjudiciales para el sistema cardiovascular.
• Un solo huevo contiene 212 mg de colesterol, pero esto apenas
representa el 71% del colesterol que debes consumir al día. Además,
el colesterol de los huevos no afecta al colesterol en sangre.
• Además, el 62% de las calorías que te aporta un huevo completo provienen de las grasas.
Lo interesante es que estos números que pueden parecer tan peligrosos o dañinos en realidad no
te afectarán negativamente. Los huevos son completamente naturales y contienen varios de los
nutrientes que necesita tu organismo:
• Son ricos en antioxidantes que previenen el daño ocular.
• Aportan nutrientes que favorecen la salud cerebral.
• Son altos en proteína, por lo que te harán sentir saciado y facilitará la reducción de peso.
• Son ricos en ácidos grasos omega 3.
Siempre que comas huevos, asegúrate de mantenerlos saludables. Es decir, evita mezclarlos con
otras grasas, como el tocino.

5. Coco y aceite de coco

El coco y su aceite son una de las mejores fuentes de grasas saturadas que podemos encontrar. De
hecho, el 90% de su composición son ácidos grasos saturados. Por eso, las personas que lo
consumen con regularidad presentan menos posibilidades de presentar problemas del corazón y
tienen una excelente salud.

Los ácidos grasos del coco se metabolizan de una forma ligeramente distinta al resto, pues van
directos al hígado y ahí son convertidos en cetonas. Además, el coco ayuda a suprimir el apetito y
acelera el metabolismo.

Si tienes antecedentes familiares de alzhéimer debes saber que el aceite de coco ha sido asociado
con la reducción de sus síntomas.

Como puedes observar, no debemos demonizar las grasas.


Son tan importantes como cualquier otro macronutriente. Eso
sí, procura que se trate de grasas saludables, como la de los
alimentos que te hemos propuesto.

Por otra parte, no olvides nunca que los excesos, incluso de


alimentos saludables, no son nunca buenos. La clave está en la
moderación y el equilibrio.

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