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CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

Magistrada ponente

SL1679-2019
Radicación n.° 73645
Acta 15

Bogotá, D.C., treinta (30) de abril de dos mil


diecinueve (2019).

Decide la Corte el recurso de casación que formuló


RESTREPO CHEBAIR CONSTRUCTORES ASOCIADOS
S.A. contra la sentencia proferida el 27 de agosto de 2015
por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá, en el proceso que LUIS ÁNGEL
DELGADO MOLINA adelanta contra la recurrente,
RICARDO DELGADO MOLINA, MARÍA CLAUDIA GUZMÁN
MORELLY, ELIANA MARÍA RESTREPO CHEBAIR, JOSÉ
BERNARDO RESTREPO VÉLEZ, YESID ERNESTO
RESTREPO VÉLEZ y LUIS ÁNGEL DELGADO MOLINA.

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Radicación n.° 73645

I. ANTECEDENTES

El accionante instauró demanda ordinaria laboral con


miras a que se declare la existencia de un contrato laboral
con su hermano, Ricardo Delgado Molina, «con inicio de
labores el día cuatro (04) de junio del año dos mil ocho (2008)
a las (8:A.M.), el cual se terminó el mismo día, mes y año a
eso de las 4:15 PM» y que se declaren solidariamente
responsables a los demandados de los daños materiales y
morales sufridos en el accidente de trabajo que ocurrió el 4
de junio de 2008, en la obra ubicada en la calle 104 # 19 A
– 64 de Bogotá, dada la culpa del empleador al no brindar
las medidas de protección y seguridad industrial
necesarias.

Como consecuencia de lo anterior, pidió condenar


solidariamente a los demandados a pagarle, en forma
indexada, el salario correspondiente al 4 de junio de 2008,
las prestaciones sociales y demás acreencias laborales
causadas durante la relación de trabajo; a reconocerle una
pensión de invalidez y la indemnización plena de perjuicios,
materiales, en sus componentes de daño emergente y lucro
cesante tanto consolidados como futuros y, morales,
objetivados y subjetivados, que estimó en mil salarios
mínimos legales mensuales vigentes. Todo lo anterior, en
forma indexada y con intereses corrientes y moratorios.

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Radicación n.° 73645

Para sustentar sus súplicas indicó que la empresa


RCH Constructores Asociados S.A., cuyos socios son Yesid
Ernesto Restrepo Chebair, María Claudia Guzmán Morelli,
José Bernardo Restrepo Vélez y Eliana María Restrepo
Chebair, se dedica a la «construcción individual o colectiva
de toda clase de edificaciones; la explotación de la propiedad
horizontal en la industria de la construcción; en todos los
aspectos, la administración de corretaje, los avalúos, la
comercialización y en general todos los negocios relacionados
con la propiedad inmueble; la inversión para velar e
incrementar los activos fijos de la sociedad etc».

Aseguró que, en desarrollo de su objeto social, la


compañía en cita gestionó la construcción del edificio
denominado Fontana 104, ubicado en la calle 104 # 19 A –
64 de la ciudad de Bogotá, para lo cual procedió a contratar
a Ricardo Delgado Molina quien adelantaría la construcción
de la obra en las cantidades e inversiones determinadas por
el contratante.

Refirió que, a su turno, el 3 de junio de 2008 celebró


un contrato de trabajo verbal con el demandante para que
desempeñara el cargo de «operario de la pluma» en la obra,
cuyas funciones eran «subir y trastear materiales con la
pluma los diferentes pisos de la obra en construcción», en
horario de 7:00 a.m. a 5:00 p.m., con un salario de
$300.000 quincenales.

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Narró que inició labores el 4 de junio de 2008 y que a


las 4:00 p.m. de ese día, la pluma que operaba se partió al
accionar la guaya para subir el material, que cayó al vacío y
sufrió «amputación y pérdida del miembro inferior derecho,
fractura en el miembro inferior izquierdo, fractura y pérdida
de movimiento de las falanges del miembro superior derecho
e izquierdo, desfiguración maxilofacial, fractura en el cerebro
(sic)», y que por esa razón, se encuentra en silla de ruedas y
sin posibilidad de emplearse nuevamente.

Informó que los primeros auxilios se los brindaron los


obreros, pues no había en el sitio un paramédico o brigada
de salud; que después de 30 minutos fue trasladado en
ambulancia a la Fundación Santa Fé de Bogotá, donde
estuvo internado 11 días; que los gastos médicos fueron
sufragados, una parte, con el SOAT de un vehículo de
propiedad de Ricardo Delgado Molina y la otra, con recursos
de este último, toda vez que nunca fue afiliado al sistema de
seguridad social integral. Aseveró que el accidente se
produjo porque la pluma no aguantó el peso que manejaba
y no se tomaron medidas para resguardar el punto de
operación de la máquina, lo que generó un peligro
inminente para el operario.

Manifestó que está casado con Miryam Corredor


Higuera desde el 22 de octubre de 2003, con quien tiene 2
hijos menores de edad; que sobrevive con lo que su
compañera «consigue», y que «se ha visto tremendamente
afectado tanto psicológica como moralmente pues hoy a tan

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temprana edad no consigue trabajo debido a que es


rechazado en el examen de ingreso a cualquier trabajo;
encontrándose en estos momentos desempleado».

Yesid Ernesto Restrepo Chebair, María Claudia


Guzmán Morelli, José Bernardo Restrepo Vélez y Eliana
María Restrepo Chebair contestaron la demanda
conjuntamente, oponiéndose a todas las pretensiones. En
materia fáctica aceptaron lo relativo a la fecha de creación y
el objeto social de la empresa RCH Constructores Asociados
S.A., que son socios de la misma y que aquella tenía a su
cargo la construcción del Edificio Fontana 104. Sobre los
demás dijeron no ser ciertos o no constarles. Finalmente,
propusieron como excepción previa la de falta de
legitimación en la causa por pasiva, y como perentorias las
de inexistencia de la obligación, prescripción, buena fe, falta
de causa para pedir, inexistencia de solidaridad y la
genérica.

RCH Constructores Asociados S.A. también se opuso a


todas las pretensiones en su contra. En cuanto a los
hechos, únicamente aceptó que fue creada el 14 de
diciembre de 1987; que se dedica a la construcción de
obras civiles; que tuvo a su cargo la obra denominada
Edificio Fontana 104, y que, en efecto, el demandante no
fue afiliado al sistema de seguridad social integral, «pues
por no estar afiliado ni cubierto (…) le fue impedido por parte
del Sr. JOSE (sic) BERNARDO RESTREPO VELEZ (sic) (…) el
ingreso no autorizado a la obra, es por lo que sorprende que

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el accidentado hubiese sido el mismo al que se le negó el


ingreso, no se explica mi representada las circunstancias de
tiempo, modo y lugar en las que el actor ingresó a la obra
diferentes de la [de] ser un visitante en inmediaciones de la
misma». Como excepciones propuso las de inexistencia de la
obligación, prescripción, buena fe, falta de causa para
pedir, inexistencia de la solidaridad y la «genérica».

Ricardo Delgado Molina estuvo representado por


curador ad-litem, quien manifestó no oponerse ni allanarse
a las pretensiones por no constarle los hechos relacionados
en la demanda. Para ello, se atuvo a lo demostrado durante
el proceso. No propuso excepciones y pidió al juez declarar
de oficio aquellas que halle probadas.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Diecinueve Laboral del Circuito de Bogotá,


mediante sentencia de 17 de abril de 2015, resolvió:

PRIMERO: DECLARAR que entre el señor LUIS ANGEL (sic)


DELGADO MOLINA en calidad de trabajador y el señor RICARDO
DELGADO en calidad de empleador y solidariamente a la
SOCIEDAD RESTREPO CHEBAIR CONSTRUCTORES
ASOCIADOS S.A. – RCH CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A.,
existió un contrato de trabajo a término indefinido, el cual inició
el día 04 de junio y finalizó el mismo día, mes y año, por el
accidente laboral ocurrido por culpa imputable a los
empleadores.

SEGUNDO: DECLARAR probadas las causales de INEXISTENCIA


DE LA OBLIGACION (sic), FALTA DE CAUSA PARA PEDIR E
INEXISTENCIA DE SOLIDARIDAD, propuesta por los señores
YESID ERNESTO RESTREPO CHEBAIR, MARIA (sic) CLAUDIA
GUZMAN (sic) MORELLY, JOSE (sic) BERNARDO RESTREPO

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VELEZ (sic) y ELIANA MARIA (sic) RESTREPO CHEBAIR, de


conformidad con lo expuesto en la parte motiva de esta
sentencia.

TERCERO: CONDENAR al señor RICARDO DELGADO en calidad


de empleador y solidariamente a la sociedad RESTREPO
CHEBAIR CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A. – RCH
CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A. a pagar a favor del señor
LUIS ANGEL (sic) DELGADO MOLINA las siguientes sumas de
dinero y por los conceptos que se indican a título de
indemnización plena y ordinaria de perjuicios: a) 132.351.953
por lucro cesante pasado; b) 41.693.413 por lucro cesante futuro,
sumas que deberán ser debidamente INDEXADAS.

CUARTO: CONDENAR al señor RICARDO DELGADO en calidad


de empleador y solidariamente a la SOCIEDAD RESTREPO
CHEBAIR CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A. – RCH
CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A. a pagar a favor del señor
LUIS ANGEL (sic) DELGADO MOLINA las siguientes sumas de
dinero por concepto de prestaciones sociales: a) salario:
15.383,33 b) auxilio de transporte: 1.834, c) cesantías: 1.281,94,
d) intereses sobre las cesantías: 0.43, e) vacaciones 641, f) prima
de servicios: 1.281,94, g) sanción por intereses: 36.260,42

QUINTO: CONDENAR al señor RICARDO DELGADO en calidad de


empleador y solidariamente a la SOCIEDAD RESTREPO
CHEBAIR CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A. – RCH
CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A. a pagar a favor del señor
LUIS ANGEL (sic) DELGADO MOLINA, a pagar PENSIÓN DE
INVALIDEZ en cuantía equivalente al salario mínimo legal
mensual vigente la cual se empezará a pagar a partir de la fecha
de estructuración de la incapacidad, esto es del 04 de junio de
2008, por lo cual deberán pagar las mesadas pensionales ya
causadas y debidamente indexadas, las cuales equivalen a la
suma de $45.182.800, suma que se encuentra calculada hasta
la fecha del presente fallo.

SEXTO: ABSOLVER a las demandadas a pagar los intereses de


mora de conformidad con lo expuesto en la parte motiva de esta
sentencia.

SÉPTIMO: DECLARAR no probadas las demás excepciones


propuestas por las demandadas.

OCTAVO: CONDENAR en costas a las demandadas RICARDO


DELGADO y SOCIEDAD RESTREPO CHEBAIR CONSTRUCTORES
ASOCIADOS S.A. – RCH CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A.
tásense por secretaría.

NOVENO: Señalar como honorarios definitivos del auxiliar de la


justicia en la suma de QUINIENTOS MIL PESOS ($500.000).

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(…)
III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Ante la apelación que interpuso RCH Constructores


Asociados S.A. y Luis Ángel Delgado Molina, la Sala Laboral
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá
mediante sentencia de 27 de agosto de 2015, adicionó la
proferida en primer nivel para condenar solidariamente a
Ricardo Delgado Molina y a la sociedad impugnante, a
pagar al demandante $10.000.000 por concepto de
perjuicios morales. En lo demás, confirmó la decisión del a
quo sin imponer costas en la instancia.

Tras memorar los elementos que integran la relación


de trabajo y la presunción de contrato realidad que le
compete desvirtuar al demandado, según lo disponen los
artículos 22, 23 y 24 del Código Sustantivo de Trabajo, el
ad quem estimó probada la relación de trabajo entre Luis
Ángel Delgado Molina y Ricardo Delgado Molina, pues así
deriva de los testimonios ofrecidos por Henry y Jorge
Enrique Molina Urrea, sobrinos del demandante y
accionado, a quienes les consta de manera directa lo
ocurrido y «en sus dichos no se advierte alguna situación
que denote parcialidad o conlleve intención de inducir a error
al despacho».

Aquellos aseveraron que su tío Ricardo Delgado Molina


era contratista de la sociedad demandada, y fue quien los

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contrató a ellos y a su otro tío Luis Ángel para trabajar en la


obra La Fontana, a este último para que manejara la
pluma. Los deponentes manifestaron haber presenciado
cuando el día anterior al in suceso -3 de junio de 2008-,
sus tíos hablaron y acordaron que Luis Ángel empezaría el
día siguiente operando la grúa o pluma de construcción, y
que luego de esa conversación Ricardo Delgado se fue hacer
los papeles del seguro del demandante. Las versiones de los
parientes fueron ratificadas por el testigo Nelson Fernando
Ávila Suárez (f.° 294 y 295), quien manifestó que Ricardo era
contratista de la empresa y el empleador del accidentado,
situación que supo porque «era una obra y el personal
comenta, y estaba ejecutando labores de él, y creo que ese
mismo día había entrado a laborar con RICARDO, en la obra
Fontana 104 (…)».

Sobre la prueba documental aportada por la empresa,


con miras a desvirtuar la relación de trabajo el juez de
apelaciones estimó:

La circunstancia que el demandante no figurara en los listados


de los trabajadores del contratista Ricardo Delgado Molina para
el día del accidente, no es óbice para declarar la existencia del
contrato de trabajo; porque esos listados se manejan por mes,
según se infiere de los allegados al expediente correspondientes
a los meses de mayo y junio –sin año- (fls. 54 y 75 del anexo), y
porque cuando ingresó el actor ya habían transcurrido 3 días de
ese mes; máxime que lo narrado los señores Yesid Ernesto
Restrepo Chebair y José Bernardo Restrepo Vélez, en cuanto a
que el día del in suceso el segundo de los mencionados le impidió
el acceso al demandante por no contar con los documentos de
seguridad social, no cuentan con ningún respaldo probatorio; y
por el contrario si (sic) quedo (sic) demostrado que el accionante,
que fuera contratado el día anterior por el demandado Ricardo
Delgado Molina, laboró en la obra Edificio Fontana 104, como se

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desprende del informe solicitado a la Policía Nacional sobre los


hechos ocurridos el 4 de junio de 2008, en la citada obra, en el
que se indica que el actor “…se encontraba maniobrando una
grúa estática (pluma) desde el 5 piso y pierde el equilibrio y se
cae al piso” (fls 240 y 300); sin que la condición de parentesco
existente entre trabajador y empleador –hermanos-, impida que
se dé esta clase de relación.

Sobre la procedencia de la indemnización plena de


perjuicios, trajo a colación la regla de responsabilidad civil,
conforme a la cual en los contratos de tipo conmutativo,
como el laboral, el empleador responde hasta por culpa
leve, de tal suerte que debe emplear diligencia y cuidado
ordinario o mediano según lo dispone el artículo 63 de la
codificación civil. Así, quien demanda la indemnización
plena del artículo 216 del Código Sustantivo de Trabajo,
debe demostrar 3 elementos: 1.º la ocurrencia del siniestro
o daño; 2.º la culpa del empleador y 3.º el nexo de
causalidad con la enfermedad o accidente de trabajo.

Señaló que el primero de los elementos está


demostrado con la historia clínica del demandante, con los
conceptos de las Juntas Regional y Nacional de Calificación
de la Invalidez, con el informe de la Policía Nacional sobre lo
ocurrido el 4 de junio de 2008 y las declaraciones de los
señores Henry y Jorge Molina Urrea, quienes presenciaron
los hechos y afirmaron que el insuceso ocurrió en las
instalaciones del Edificio Fontana 104 de RCH
Constructores Asociados S.A., mientras el actor cumplía
una orden impartida por el empleador. Por lo tanto, no cabe
duda que se trató de un accidente de trabajo, según lo
define el literal n) del artículo 1.º de la Decisión 584 de

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2004, en el instrumento Andino de Seguridad y Salud en el


Trabajo de la Comunidad Andina de Naciones – CAN,
aplicable por la inexequibilidad del artículo 9.º del Decreto
295 de 1994.

Sobre la culpa del empleador y el nexo de causalidad


constató que el infortunio se produjo porque el empleador
omitió sus obligaciones de protección de los trabajadores –
artículo 56 Código Sustantivo del Trabajo- y las preventivas
–artículo 57 ibidem-, toda vez que no brindó elementos de
seguridad adecuados a sus trabajadores.

Según lo declararon Henry y Jorge Enrique Molina


Urrea, el arnés del demandante estaba en mal estado,
«mantenían ahí botados, estaba oxidado el pin, y seguro a lo
que (sic) hizo fuerza se desenganchó de la línea de vida»; el
actor no estaba afiliado al sistema de seguridad social
integral; no se realizó la labor de prevención, en tanto no
hay prueba de que aquel recibiera capacitación sobre
trabajos en altura, manejo de pluma, seguridad industrial o
riesgos profesionales antes de iniciar la operación de la
maquinaria. En ese orden concluyó:

Por consiguiente, se tiene por demostrada la culpa del empleador


en la ocurrencia del accidente de trabajo, en los términos
consagrados en el artículo 216 del CST, sin que se pueda
entenderse desvirtuada por el hecho, según el dicho de los
demandados, porque el trabajador hubiere ingresado a la obra
cuando en un comienzo no fue autorizado por el Coordinador de
Seguridad Industrial, lo cual como atrás quedó visto, no se probó,
ya que al haber sido así, esa imprudencia no es lo
suficientemente grave para que alcance a restarle efectos de la
responsabilidad que le cabe al empleador en el accidente, habida
consideración que no se evidencia que hubiere adoptado las
mínimas normas de prevención que garantizaran

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razonablemente la seguridad y salud de su trabajador, ni que


tuvo la suficiente diligencia y el debido cuidado para que el
trabajador cumpliere de manera adecuada y segura la labor que
(sic) encomendada y menos aún que había cumplido con las
obligaciones que le competían en dicha materia, haciéndose
acreedor al resarcimiento de los perjuicios materiales y morales o
reparación plena por los perjuicios sufridos por el actor con
ocasión del accidente de trabajo, que le acarreó una pérdida de
su capacidad laboral del 50.58%; y en los cuales se encuentra
obligada la firma demandada RCH Constructores Asociados
S.A., en virtud de la solidaridad deprecada y decretada.

Acto seguido, sostuvo que aunque la sociedad llamada


a juicio acreditó que cumplía normas de seguridad
industrial, que imparte charlas a sus trabajadores, que
cuenta con reglamento de higiene y seguridad industrial,
que obtuvo una valoración favorable en la gestión del
programa de salud ocupacional y medio ambiente para
contratistas, que realizó periódicamente mantenimiento a
los equipos empleados en la obra, entre ellos la grúa o
pluma involucrada en el accidente, no era posible
exonerarla de responsabilidad. Así reflexionó el Colegiado al
respecto:

(…) se advierte que la culpa que se debe analizar cuando se


solicita la indemnización prevista en el artículo 216 del CST, es
la del patrono; y si bien resultó vinculada lo fue en virtud del
principio de solidaridad que es diferente al de la culpa, pues
mientras la culpa se origina en un error de conducta del
empleador, que forma parte de la causa de la obligación, que
puede llegar a comprometer la responsabilidad de otros; la
solidaridad que emana de la ley, viene a ser parte del efecto de
la responsabilidad, trayendo al responsable solidario como un
garante de las obligaciones que emanan del empleador, además
la sociedad no discutió dicha solidaridad en la forma
determinada por el fallador de instancia, sino que centró su
apelación en la inexistencia tanto del contrato de trabajo, como
de la culpa del empleador en el insuceso acaecido al actor; que
como se evidenció, quedaron plenamente demostrados en el
proceso.

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De esta forma, el Tribunal respaldó las conclusiones


del fallo de primer nivel, el cual adicionó, para condenar a
la parte demandada a reconocer perjuicios morales, pues
quedaron acreditadas las secuelas sufridas por el
accionante en el accidente de trabajo y su pérdida de
capacidad laboral, lo que indudablemente le genera una
aflicción por las limitaciones a su esfera vital y ello hace
viable emitir una condena por perjuicios morales, según el
«arbitrum judicis».

IV. RECURSO DE CASACIÓN

El recurso extraordinario lo interpuso la demandada


RCH Constructores Asociados S.A., lo concedió el Tribunal
y lo admitió la Corte Suprema de Justicia.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende la recurrente la casación total de la sentencia


proferida el 27 de agosto de 2015 por la Sala Laboral del
Tribunal Superior de Bogotá para que, en sede de instancia,
revoque las condenas impuestas por el a quo y, en su lugar,
absuelva a los demandados de todas las pretensiones.

Con tal propósito, formula un cargo por la causal


primera de casación, que fue objeto de réplica oportuna por

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parte de Luis Ángel Delgado Molina y del curador ad litem


de Ricardo Delgado Molina.

VI. CARGO ÚNICO

Refiere la violación indirecta de la ley, por aplicación


indebida de los artículos 57, numerales 1.°, 2.° y 3.°; 23,
24, 32, 55, 69, 70 y 216 del Código Sustantivo del Trabajo;
de los artículos 1.°, 3.°, 16, 30 y 51 del Acuerdo de
Cartagena, Decisión 584 de 2004 emanada de la
Comunidad Andina de Naciones – CAN.

Sostiene que el Tribunal cometió los siguientes errores


manifiestos de hecho:

 Dar por demostrado, sin estarlo, que entre el señor Ricardo


Delgado Molina y el demandante existió un contrato de
trabajo.

 Dar por demostrado, sin estarlo, que en el marco de esa


supuesta vinculación, el demandante sufrió accidente de
trabajo.

 Dar por demostrado, sin estarlo, que los listados de


personal se manejan por mes y cuando ingresó el actor ya
habían trascurrido 3 días de ese mes.

 No dar por demostrado, estándolo, que los listados de


personal no se hacían únicamente a principio de mes sino
que correspondía al personal actualizado y realmente
contratado que allegaba el contratista Ricardo Delgado al
beneficiario de la obra y daba cuenta del personal
asignado para la Obra Fontana 104 con sus respectivos
soportes de pagos al sistema de seguridad social integral.

 No dar por demostrado, estándolo, que tales listados eran


suscritos por el señor José Bernardo Restrepo Vélez, quien

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se desempeñaba como el Supervisor de Seguridad


Industrial en la obra y ejercía control al ingreso de la obra.

 No dar por demostrado, estándolo, que el demandante no


figuraba en el listado de personal del contratista Ricardo
Delgado porque no existía con él un contrato de trabajo.

 No dar por demostrado, estándolo, que los requisitos que


exigía la constructora para que el contratista vinculara
personal a su servicio como operarios o maestros de
construcción consistían en que se debían llevar los
documentos de seguridad social del trabajador que va a
afiliar el contratista, después debía presentárselos al
encargado de seguridad industrial que era Bernardo
Restrepo y él hacía el procedimiento respectivo. Una
charla, revisión de documentos y hoja de vida de cada
trabajador que iba a entrar en la obra.

 No dar por demostrado, estándolo, que tal procedimiento


no se realizó en el caso del demandante por la sencilla
razón de que nunca fue trabajador del señor Ricardo
Delgado Molina, lo que se encuentra ratificado en el hecho
de que ni siquiera figuraba en la lista de personal
elaborada por el propio hermano del demandante.

 No dar por demostrado, estándolo, que en horas de la


mañana del 3 de junio de 2008 el señor Bernardo Restrepo
se encontró con Ricardo Delgado quien le solicitó la
autorización de entrada del demandante y, por no tener
documentos de seguridad social, no autorizó su ingreso.

 No dar por demostrado, estándolo, que el señor Luis Ángel


Delgado sabía que no debía ingresar a la obra el día del
accidente, sin embargo, al parecer ingresó a hurtadillas,
aprovechando que sus parientes le hicieron la coartada
para infiltrarse en la obra en las horas de la tarde y
posteriormente se accidentó sin que se acreditara una
verdadera prestación del servicio, ni la subordinación,
pues no se demostró que su hermano y supuesto
empleador Ricardo Delgado le diera la orden de trabajar y
manipular la máquina.

 No dar por demostrado, estándolo, que para el momento en


que el demandante se accidentó, el señor Ricardo Delgado
no se encontraba en la obra, por lo que no pudo haber
dado ninguna orden subordinante, ni autorizado la
prestación personal del servicio del demandante.

La censura denuncia como pruebas mal apreciadas los


listados de personal obrantes a folios 54 y siguientes del

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anexo 14, 75 y siguientes del anexo 15 y 43 y siguientes del


anexo 16, así como el interrogatorio de parte que rindió
José Bernardo Restrepo Vélez. Como pruebas pretermitidas
refiere los testimonios de Luis Jairo Díaz Montañez, Carlos
Arturo Pineda Muñoz y Henry Molina Urrea.

La recurrente destaca la equivocación del juzgador


cuando determinó la existencia de una relación laboral
entre los hermanos Delgado Molina, pues de las pruebas
aportadas emerge lo contrario: (i) el demandante no
figuraba en el listado de trabajadores del contratista; (ii) que
esa fue precisamente la razón por la cual no fue afiliado al
sistema de seguridad social integral; (iii) que por eso mismo
no se le permitió el ingreso a las instalaciones de la
construcción, y (iv) que no estaba subordinado a Ricardo
Delgado Molina.

Asegura que los listados de personal que se aportaron,


se apreciaron con error ya que el Tribunal adujo que estos
se manejan por mes y cuando ingresó el actor ya habían
trascurrido 3 días de ese mes, lo que explica por qué no
figuraba relacionado su nombre. Asimismo, menciona que
no es posible deducir que tales listados se elaboraran
únicamente a principio de mes, pues los mismos contenían
el personal actualizado y verdaderamente vinculado con el
contratista Ricardo Delgado Molina para la obra Edificio
Fontana 104, donde se podían constatar los soportes de
pagos al sistema de seguridad social integral. Tales listados
eran suscritos por el supervisor de seguridad industrial

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José Bernardo Restrepo Vélez quien, además, era el


encargado de controlar el ingreso del personal a la obra.

Afirma que de ello dio fe el señor Restrepo Vélez en su


interrogatorio de parte, cuando dijo que el personal que
trabajaba en la obra era el que aparecía en el listado, y que
tenía conocimiento de que el demandante no tenía afiliación
a la seguridad social, razón por la cual le impidió el ingreso.
Así lo declaró:

[…]

al salir de la obra para un diligencia personal se encontró con


Ricardo Delgado quien le había dicho “Don Bernardo hágame el
favor de autorizarme la entrada de este señor” a lo cual le
respondió “dónde están los documentos de seguridad social,
muéstreme la ARP, la EPS y la AFP y él contestó que no los tenía,
que no lo había afiliado, pero que se lo dejara entrar que más
tarde traía los documentos; a lo cual le contestó usted Ricardo
sabe que aquí en la empresa ninguna persona o trabajador
puede entrar si antes no cumple con el requisito de seguridad
social y usted no los tiene, y le contestó si usted tiene razón, yo
se (sic) eso, que está prohibido Don Bernardo, pero déjemelo
entrar que yo en las horas de la tarde traigo los documentos de
afiliación al sistema de seguridad social. A eso le respondió no
señor de ninguna manera, traiga las afiliaciones y ahí si
consideramos la autorización para entrar a la obra. En ese
mismo momento se enteró de que la persona que lo acompañaba
era su hermano”.

Menciona que lo anterior fue confirmado por los


testigos Luis Jairo Díaz Montañez y Carlos Arturo Pineda
Muñoz quienes explicaron que previo a la vinculación del
personal era necesario acreditar las afiliaciones al sistema
de seguridad social y cumplir con una charla sobre los
cuidados en la obra. Por lo tanto, para la censura, dicho

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Radicación n.° 73645

procedimiento no se realizó en el sub lite, porque Luis Ángel


Delgado Molina ni siquiera figuraba en la lista de personal
que laboraba para el contratista.

Esgrime que el actor sabía que no podía entrar a la


obra y aun así ingresó a hurtadillas, «aprovechando que sus
parientes le hicieron la coartada para infiltrarse en las horas
de la tarde y posteriormente se accidentó sin que se
acreditara una verdadera prestación del servicio, ni la
subordinación», pues no se demostró que su hermano le
diera la orden de manipular la máquina. Es más, al
momento del accidente el supuesto empleador ni siquiera
estaba presente en la obra, «lo que quiere decir que cuando
el accidentado ingresó a la obra, lo hizo en ausencia de su
supuesto empleador y hermano, razón por la que no se pudo
haber configurado un contrato de trabajo en la medida en
que no existió subordinación ni prestación del servicio».

Fundado en lo anterior, la recurrente pide casar la


sentencia del ad quem, dado que no existió la relación
laboral que sirvió de base para emitir las condenas en su
contra.

VII. RÉPLICA

La parte actora defiende la valoración probatoria de los


jueces de instancia y sostiene que carece de toda lógica,
defender la idea de la recurrente, en cuanto a que si el

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nombre del trabajador accidentado no figuraba en las


planillas, entonces debe descartarse la existencia de una
relación laboral. Lo anterior, explica, implicaría restarle
valor a la prueba testimonial con la que se demuestra que
Ricardo Delgado Molina contrató verbalmente al actor, un
día antes del accidente, para que operara la pluma en la
construcción del edificio Fontana 104.

El demandante pone de presente la contradicción del


discurso de la sociedad convocada, porque olvida que según
el contrato suscrito con el contratista, este último contaba
con autonomía para vincular personal, cuando y donde
quisiera, «sin rendir informe, ni planillas a nadie ni presentar
el personal para su aprobación, ni escoger un día específico
para su vinculación».

Además, si en gracia de discusión se aceptara que el


supervisor de seguridad impidió el ingreso del accionante a
la obra cuando Ricardo Delgado Molina solicitó su
autorización para que entrara a operar la pluma, ello solo
se explica porque ya lo había contratado, pues «no sería que
le solicitaba su ingreso a que tomara tinto y/o visitara las
instalaciones “qué ingenuidad”».

Para finalizar, agrega que «inverosímil resulta que


alguien resulte manejando una pluma de RCH
CONSTRUCTORES y los dueños ni siquiera se percaten de lo
que está sucediendo tan solo en las películas se da lo que

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Radicación n.° 73645

aquí pretende el abogado que presenta la casación».

El curador ad litem de Ricardo Delgado Molina se


opuso a la prosperidad del recurso y pide, «por el bien y la
integridad de la justicia se sirva NO CASAR la sentencia
proferida por el Honorable Tribunal Superior de Bogotá (…)
ahora recurrida por la intrépida sociedad Restrepo Chebair
Constructores Asociados S.A.». En ese orden, solicita
condenar a la recurrente a las costas procesales y agencias
en derecho causadas en sede extraordinaria.

VIII. CONSIDERACIONES

Dada la senda escogida por la recurrente y la


argumentación expuesta, corresponde a la Corte determinar
si el ad quem erró al determinar la existencia de una
relación laboral entre Ricardo Delgado Molina y Luis Ángel
Delgado Molina.

Se encuentra libre de ataque, en tanto fue indiscutido


en las instancias, lo referente a (i) la ocurrencia de un
accidente el 4 de junio de 2008 en las instalaciones de la
obra Edificio Fontana 104, (ii) que dicha obra pertenece a
RCH Constructores Asociados S.A. empresa que, a su vez,
subcontrató a Ricardo Delgado Molina para «suministrar
mano de obra civil de la estructura en concreto del edificio
Fontana 104»; (iii) que el 4 de junio de 2008 el demandante
ingresó a la obra, procedió a operar una grúa estática o

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Radicación n.° 73645

pluma de construcción de propiedad de RCH Constructores


Asociados S.A. la cual transportaba material entre los
diferentes pisos de la edificación; (iv) que mientras la
manipulaba «pierde el equilibrio y se cae al primer piso»1
generándole varias lesiones; (v) que al día de hoy le
significan una pérdida de capacidad laboral del 50.58% y
(vi) que el demandante para el momento de los hechos no
estaba afiliado al sistema de seguridad social integral.

Se advierte entonces que no se discuten los


presupuestos de la responsabilidad patronal, esto es, a) la
ocurrencia del accidente por la culpa grave de Ricardo
Delgado Molina; b) la producción de un daño; c) el nexo de
causalidad entre la función desempeñada y la ocurrencia
del insuceso. Tampoco existen diferencia en lo referente a la
responsabilidad solidaria del contratista Ricardo Delgado
Molina y la firma constructora.

Lo que cuestiona la recurrente es la condición de


empleador del señor Delgado Molina a partir de la cual se le
exige responder en los términos del artículo 216 del Código
Sustantivo del Trabajo, pues es por la naturaleza del
vínculo, que la firma constructora se ve obligada
solidariamente a asumir los daños y perjuicios generados
en el siniestro.

Pues bien, la impugnante acusa la valoración indebida


de pruebas calificadas -listados de personal e interrogatorio
1
Según informe de Policía folio 240 del cuaderno principal.

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Radicación n.° 73645

de parte a José Bernardo Restrepo Vélez- y la pretermisión


de pruebas testimoniales. Sobre las segundas cabe advertir
que su estudio está condicionado a que se verifique un
yerro fáctico en la apreciación de aquellas hábiles en
casación, de acuerdo con el artículo 60 del Decreto 528 de
1964 y el artículo 87 del Código Procesal del Trabajo y de la
Seguridad Social, modificado por el artículo 7.° de la Ley 16
de 1969.

Ahora bien, es cierto que en las planillas de mayo,


junio y julio, identificadas como anexos 14, 15 y 16 no
figura el nombre del demandante; sin embargo, de la
lectura meticulosa de la documental se observa que
aquellas correspondían al control que llevaba el contratista
de las afiliaciones a «A.R.P., Pensión y Salud» y de los pagos
de «autoliquidación». Entonces, es apenas obvio que no
estuviera relacionado el nombre de Luis Ángel Delgado
Molina, pues como bien lo aceptaron las partes en litigio,
este no fue afiliado al sistema. Entonces, la prueba acusada
lejos de demostrar la inexistencia del vínculo laboral que
ató a las partes, corrobora la omisión en la que incurrió el
contratista Ricardo Delgado Molina en punto a la afiliación
del demandante al sistema de seguridad social.

Nótese que para declarar el contrato laboral, el ad


quem no solo se valió de las afirmaciones hechas por el
accionante en su demanda, sino también de lo declarado
por los testigos Henry y Jorge Enrique Molina Urrea,
quienes presenciaron el momento en el que Luis Ángel y

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Radicación n.° 73645

Ricardo acordaron verbalmente que el primero prestaría


servicios como operador de pluma en la construcción del
Edificio Fontana 104, a partir del día 4 de junio de 2008.
Tampoco puede dejarse de lado que el Tribunal apeló al
artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo, según el cual,
una vez acreditada la prestación personal del servicio se
abre paso la presunción legal de contrato de trabajo que
corresponde desvirtuarla a la beneficiaria del servicio.

Ello para significar que no es cierto que el Tribunal


hubiese declarado el contrato de trabajo entre las dos
personas naturales en contravía de toda evidencia, pues de
la prestación personal del servicio dieron cuenta de forma
contundente los testigos Nelson Fernando Ávila Suárez,
Henry Molina Urrea y Jorge Enrique Molina Urrea.

Asimismo, la prueba documental acusada, como ya se


vio, no contribuye a desvirtuar la presunción legal, en tanto
aquella no desdice el convenio verbal de trabajo que se
celebró el 3 de junio de 2008 entre el accidentado y Ricardo
Delgado Molina, pues lo que se verifica en las planillas es la
autoliquidación de aportes a la seguridad social de los
empleados de la obra, sin que se pueda afirmar
categóricamente, como lo hace la recurrente, que quien no
estaba enlistado era porque no prestaba sus servicios al
contratista, máxime cuando, en estos casos, la evidencia
probatoria debe ser contundente a tal punto que no es
posible enervar la presunción que opera en favor del

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Radicación n.° 73645

trabajador, con base en evidencia circunstancial, como lo


son las citadas planillas.

De otra parte, se advierte que el interrogatorio


absuelto por José Bernardo Restrepo Vélez en nada
contribuye a enervar los efectos de la presunción de
contrato realidad, pues lejos de contener una confesión que
beneficie al extremo pasivo, refuerza la conclusiones del ad
quem, en tanto afirmó que Ricardo Delgado Molina le pidió
avalar el ingreso a la obra de Luis Ángel Delgado Molina, lo
cual negó, debido a que «ninguna persona o trabajador
puede entrar si antes no cumple con el requisito de
seguridad social» y le indicó: «traiga las afiliaciones y ahí sí
consideramos la autorización para entrar a la obra».

Esto refleja, tal como lo advirtió la réplica, el querer


inequívoco del demandado de vincular laboralmente a su
hermano en la construcción del edificio y, tal inferencia, no
es descabellada o ilógica, en tanto la función que
desempeñaba el actor al momento de sufrir el accidente no
era de poca monta, pues se trataba nada más y nada menos
que de la operación de la grúa que transportaba los
materiales entre los pisos de la construcción.

Ahora, aun cuando en gracia de discusión se aceptara


que el supervisor de seguridad industrial de la obra, señor
Restrepo Vélez, se opuso al ingreso de Luis Ángel Delgado
Molina, ello por sí solo no lleva a descartar el contrato de

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Radicación n.° 73645

trabajo y solo demuestra que el accionante no cumplía con


alguna condición para el ingreso, lo cual en nada afecta el
perfeccionamiento del contrato laboral.

Y es irrelevante en este escenario cualquier medio


encaminado a atribuir culpa al actor en la producción del
accidente, pues como bien lo ha sostenido esta Sala la
concurrencia de culpas no compromete la prosperidad de la
indemnización plena de perjuicios, máxime cuando en el
sub judice, aparece casi que evidente que los controles y
medidas de seguridad en la obra no fueron efectivos (CSJ
SL5463-2015 y CSJ SL9355-2017, reiterada en la CSJ
SL2824-2018 y CSJ SL261-2019).

Además, el Tribunal nunca desconoció que la culpa es


imputable a Ricardo Delgado Molina y que es a este en su
condición de empleador a quien corresponde en forma
principal resarcir los perjuicios ocasionados en el insuceso.
La responsabilidad de RCH Constructores Asociados S.A.
viene dada a título de solidaridad, condición que emana de
la ley y que no fue objetada en el decurso procesal, la cual
permite al trabajador-acreedor exigir el cumplimiento de la
indemnización a cualquiera de los obligados, quien estará
habilitado por la ley a dirigir acción de repetición contra el
codeudor, en este caso, el obligado principal.

De cara a lo anterior, y en vista que no se demostraron


los yerros fácticos que se le enrostran al Tribunal, la Corte

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Radicación n.° 73645

se releva de estudiar la prueba testimonial y, en ese orden


de ideas, el cargo no prospera.

Costas en el recurso de casación a cargo de la parte


demandada y en favor del demandante y de Ricardo
Delgado Molina. Se fijan como agencias en derecho la suma
de ocho millones pesos ($8.000.000) m/cte., que se
incluirán en la liquidación que se practique conforme lo
dispuesto en el artículo 366 del Código General del Proceso.

IX. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia proferida el 27 de agosto de 2015 por la
Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá, en el proceso ordinario laboral que LUIS ÁNGEL
DELGADO MOLINA adelanta contra RESTREPO CHEBAIR
CONSTRUCTORES ASOCIADOS S.A., RICARDO
DELGADO MOLINA, MARÍA CLAUDIA GUZMÁN
MORELLY, ELIANA MARÍA RESTREPO CHEBAIR, JOSÉ
BERNARDO RESTREPO VÉLEZ, YESID ERNESTO
RESTREPO VÉLEZ y LUIS ÁNGEL DELGADO MOLINA.

Costas a cargo de la demandada, según se indicó en la


parte motiva.

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Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al Tribunal de origen.

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO


Presidente de Sala

GERARDO BOTERO ZULUAGA

FERNANDO CASTILLO CADENA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN

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