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Josep-Lluís

Domènech Gómez

El venerable
maestro
La silla de Salomón








SERIE VERDE
[LIBROS PRÁCTICOS]


El Venerable Maestro
Josep-Lluís Domènech Gómez


editorial masonica.es®
SERIE VERDE (Libros prácticos)
www.masonica.es

© 2015 Josep-Lluís Domènech Gómez


© 2015 EntreAcacias, S.L.
EntreAcacias, S.L.
Apdo. de Correos 32
33010 Oviedo - Asturias (España)
Teléfono/fax: (34) 985 79 28 92
info@masonica.es
1ª edición: octubre, 2015
ISBN (edición impresa): 978-84-944486-4-5
ISBN (edición digital): 978-84-944486-5-2

Edición digital

Reservados todos los derechos. Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de
reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la
autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede
ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal).





A mi esposa y hermana.
Preámbulo

Este libro no pretende en ningún momento ser una guía, manual o vademécum
para ejercer como Venerable Maestro. Sencillamente versa y trata de reflejar una
distendida y a la vez sucinta pero concisa exposición de mi experiencia personal
en este Oficio y a las conclusiones que he llegado sobre el particular.
Mis opiniones referenciadas, que procuro sustantivar con fuentes y bibliografía,
no aspiran a otra cosa que expresar ideas dispersas, aunque encasilladas, con un
mínimo de racionalidad y abrir un debate distendido, lejos de la polémica y la
controversia y, si cabe, poder orientar a quien desee profundizar sobre el tema.
Dentro del amplio magma que conforman todos los estudios formales,
académicos y de referencia, así como los libelos y escritos contrarios al Arte
Real, este opúsculo pretende si se me permite la expresión, poner una pica en
Flandes, no con sentido ampuloso y pomposo, sino como aportación a una
cuestión que ha tenido pocos —por no decir ningún— canon de contribución
literaria sobre el tema en lengua castellana. Sin embargo, en Francia se han
llegado a publicar diversos libros sobre el particular.
También quisiera expresar mi opinión en relación a que la Masonería no es
secreta, sino discreta. Que si los masones deseamos que el Arte Real salga de la
nebulosa de la desinformación y del libelo, hay que ir acostumbrando a la
sociedad con nuestra obra, y huir de actitudes herméticas que nos alejan a la
ciudadanía. La Masonería —es necesario hacer hincapié en ello— está en los
registros de asociaciones culturales del estado de una gran parte de países
democráticos.
Por otra parte, todo lo que aparece en estas páginas, entiendo respeta
escrupulosamente mis obligaciones y promesas en lo que se refiere a
revelaciones que solo deben ser conocidas por los iniciados.
Pero ya en el bien entendido que tanto en Internet como en librerías circula un
extenso volumen de información masónica, solamente los iniciados en el Arte
sabemos bien que el solo y verdadero secreto es el vivido y que es
incomunicable por naturaleza. Y ya sería hora de que los libros de Latomia
dejaran de estar catalogados en los estantes de ocultismo en las librerías.

Al Oriente de Barcelona
Agosto del 2015
J.L.D.

CAPíTULO PRIMERO
DESDE EL ORIENTE PARA
ILUMINAR LA LOGIA

El oficio del Venerable Maestro


Después de haber presentado la candidatura para ser elegido Venerable Maestro, en
la que se detalla y especifican todos los futuros oficiales de la logia —circunstancia
que requiere haber hablado anteriormente con ellos— y después de haber sido
propuesto para el cargo y de haber explicado a todos los hermanos y hermanas
del taller los objetivos a conseguir durante la próxima legislatura, se realiza la
votación.
Una vez contados los votos y el resultado anunciado por el hermano Orador,
probablemente una batería de alegría saludará al nuevo Primer Oficial en Logia.
Días después siguiendo las normas de la Obediencia, este será instalado por el
Gran Maestro.
Una vez más, siguiéndose una de las más antiguas tradiciones masónicas, el
nuevo elegido habrá sido investido con la más alta autoridad de su taller.
La espada flamígera a nivel simbólico y el mallete emblema de su poder temporal,
serán los testigos mudos del compromiso adquirido ante sus hermanos y hermanas.
Hay que partir siempre del concepto que todos los miembros de una logia
pueden llegar a ostentar el cargo de Venerable Maestro de la misma. Sea cual sea
su origen social, su cultura general y su condición. Por otra parte, el Oficio se
aprende ejerciéndolo tenida a tenida. Nadie está completamente preparado para
ejercerlo, pero con trabajo, esfuerzo, dedicación, comprensión, humildad y el
saber trabajar con deseos de servicio hacia los demás, es decir, hacia el prójimo,
hacia los hermanos y hermanas, facilita la tarea.
Sin embargo, el cargo de Venerable de entre todos los diferentes Oficios en
Logia, es un puesto muy específico, absorbente y en determinados momentos
complicado. Es por esta circunstancia que existe la costumbre generalizada —
siempre que es posible y salvo circunstancias muy especiales— de proponer a la
votación de la logia a Maestros/as con varios años de experiencia, con una sólida
formación masónica fruto de lecturas y estudios personales y que hayan ocupado
algún cargo de Segunda o Tercera Luz anteriormente. De acuerdo con este
proceder, Gilbert Albán, especifica que:
En sí, tratándose de una primera veneratura, una falta de preparación del
1
nuevo Venerable podría poner el taller en peligro.
Ser el presidente de la Asamblea no implica al titular a solo limitarse a presidir
durante aproximadamente tres horas, dos veces al mes, las tenidas
correspondientes.
Tiene también que lograr conseguir un perfecto entendimiento y simbiosis
entre el Primer/a y el Segundo/a Vigilante. Se trata de mantener en todo
momento vivo el principio fundamental en Masonería del Feeling de las Tres
Luces del Taller.
El redactar las convocatorias de las tenidas, delegando al hermano/a
Secretario/a, las funciones de hacerlas llegar a múltiples destinos, es otra de las
funciones del Primer Mallete del taller.
Ser el responsable final de las Actas de las tenidas y de programar junto con el
Primer y Segundo Vigilante las planchas a leer por los hermanos Aprendices y
Compañeros, se enmarca y combina con las decisiones finales de Iniciaciones,
Aumentos de Salario y Exaltaciones.
Otra de las funciones del Venerable Maestro es la de tomar contacto con los
profanos candidatos que se acercan a la logia.
Por norma general el presentador dará constancia de quién llama a las puertas
del templo y de las circunstancias que concurren al respecto. El Venerable
examinará detalles sobre las peculiaridades específicas del solicitante y una vez
conocidas las costumbres y esperanzas que le mueven a interesarse por la
Masonería, decidirá al respecto y preparará una primera entrevista con él.
El aspirante es el examinado y el Venerable el examinador, antes de que se
celebren las tres entrevistas de los encuestadores y aplomadores del taller.
El Venerable escucha y deja hablar al candidato, permitiéndole expresar
libremente detalles y circunstancias de su vida y de sus aspiraciones. Al velar
con prudencia y tacto en esta fase de recepción, la logia pone en marcha las
medidas y mecanismos necesarios de precaución en la selección de candidatos.
La reunión tiene que ser distendida y agradable, pero debe ser aprovechada
para calibrar con el máximo de precisión en la medida de lo posible la
personalidad del/la que llama a las Puertas del Templo.
Según la idiosincrasia del postulante, el Venerable decidirá si puede ser una
piedra útil para el taller y si su perfil personal encaja en el rito practicado por la
logia. Existen matices diferenciados. ¿El cariz templario del Rito Escocés
Rectificado? ¿Las imágenes alquímicas y esotéricas de Rito de Memphis?, etc.
En ocasiones más vale orientar antes que más tarde se pueda producir un cambio
de logia, que no deja de ser siempre una frustración o peor aún, un abandono.
Otro factor a considerar pude ser el tema del Oriente en donde trabajar o
incluso los horarios de las tenidas. Si todas estas particularidades están
perfectamente definidas y el aspirante da el tono correcto, se puede dar luz verde
a las aplomaciones.
Después, el candidato será visitado por tres Maestros que darán su informe al
Venerable y este comunicará a la logia en tenida los resultados de su
investigación. Si las entrevistas son favorables, todo el taller votará en
consecuencia.
Estas entrevistas realizadas y tamizadas por tres Maestros expertos tendrán aun
una continuación si el taller tiene adoptado en su reglamento interno el llamado
Paso bajo Venda, que afinará aún más la protección que deben adoptar los
talleres en la recepción de candidatos.
Esta ceremonia es habitual en Francia, y se realiza después de las antes citadas
aplomaciones. Su objetivo primordial es el de conocer más profundamente a
quien ha llamado a las puertas del templo. Su uso en otros países es
puntualmente utilizado, pero no obligatorio, a no ser que quede explicitado en
los reglamentos de una Obediencia o de una logia determinada.
El Venerable pondrá especial atención y cuidado en cuanto a la oportunidad de
las preguntas que se realicen, y observará una minuciosa atención a las
respuestas para después, en el debate que sigue al interrogatorio, poner con
equidad, equilibrio e imparcialidad las bases para una votación del taller. Si se
llegara a la conclusión de que existiesen zonas oscuras, procederá a proponer
una nueva audición.
Aunque la observación de esta ceremonia tiene por objetivo el afinar las
conclusiones de la logia en proceder o no a la Iniciación, nunca se puede llegar a
afirmar que se ha acertado en la decisión tomada. La experiencia nos da fe que
los resultados vienen a ser como la fruta del melón antes de abrirlo,
sencillamente se ha de probar y posteriormente, después, comprobar que era
dulce y melosa.

El arte de la Egrégora en logia


Uno más de los deberes del Venerable es cuidar con suma prudencia y esmero
que durante las tenidas se haga presente la Egrégora Masónica. Es decir, el estar
atento y procurar que el transcurso y devenir de las tenidas sea ameno y
simbólicamente enriquecedor para el conjunto.
Él dirige las labores, se trata de procurar y evitar no enojar a nadie y de lograr
con tacto que si hay hermanos/as que no participan mucho en los debates, que lo
vayan haciendo poco a poco, sin presionarlos ni violentarlos.
Él ejerce su influencia, orienta, cuida y vela por los trabajos, sugiere, anima,
pero siempre sin exigir, debe cuidar del devenir de las tenidas. Crear y tratar de
conservar la Egrégora en el seno de su logia, debe ser un objetivo permanente
para el conductor de la Tenida.
Él debe de procurar ejercer y dominar en la medida de lo posible la elocuencia
con fluidez, propiedad y de manera efectiva, con unos mínimos de fuerza
expresiva y con sobriedad en los gestos y ademanes.
La palabra elocuencia viene del latín elocuentia, y significa exponer hacia
fuera. Desde la antigüedad, la elocuencia ha sido considerada como una de las
capacidades más importantes en la comunicación entre las personas, ya que se
daba la circunstancia que la escritura estaba reservada para las clases altas y
pudientes. Por eso, si se disponía de elocuencia, la gran mayoría de la población
comprendía el mensaje oral que en un momento dado se transmitía de palabra.
Pero, no todos disponemos del arte de la elocuencia, por esta razón el
Venerable Maestro intentará comunicar con el taller, utilizando ideas claras y
concisas, exentas de ampulosidad, redundancia y afectación, para conseguir ser
entendido y comprendido con facilidad.
Se debe intentar conseguir que cada hermano/a que participa en las tenidas
participe en la Egrégora, recibiendo y enviando energía para arribar a un nivel
más elevado. Albert Pike enfatiza muy claramente el sentido de elocuencia
correcto cuando la definía:
Si posees Elocuencia, posees una fuerza poderosa. Cuida de emplearla para
buenos propósitos: Enseñar, exhortar y ennoblecer al pueblo, y no para
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descarriarlo y corromperlo.
Crear la Egrégora es transformar la diversidad en una energía positiva
compartida, que sin darnos cuenta trascenderá más allá de las puertas del templo.
Todos los masones/as hemos experimentado en algunos momentos estando en
logia un especial sentimiento de comunión personal, intelectual y afectiva con
todos los miembros y hermanos.
Como una sensación que se podría definir como una sinergia envolvente y
colectiva y como un fluido sutil que emana del trabajo colectivo y que nos
sintoniza a todos en torno de un proceso de esclarecimiento de conceptos
individual y fusionado.
La sensación de Egrégora se produce no por ningún factor mágico, sino por el
poder del rito que estamos practicando, por la comunión de las conciencias y por
la sociabilidad de los hermanos y llega a convertirse en un fenómeno psicológico
o incluso espiritual, que nos facilita en una atmosfera de tranquilidad y
confianza, la elevación y dignificación de las tareas realizadas conjuntamente y
un estado de conciencia, que nunca se puede lograr en la atmosfera banalizada y
aturdida de lo cotidiano, dentro del mundo profano.
Se trata de mirar de establecer una dinámica compartida en el seno del taller,
de una manera tal que nos agrupe positivamente por encima de las diferencias y
divergencias.
La palabra Egrégora tan importante en el Arte Real, viene de la contracción de
las palabras árabes eg y gregen, que significan lo que reúne. También del latín
Grex-Greguis o Grey de Feligreses. Y Daniel Ligou hace mención del Libro de
Enoch, en una traducción etíope en la que:
...se habla de ángeles que llevan el nombre egregores y que siempre estaban
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atentos y receptivos en el monte Hermón.
El masonólogo Ricardo da Camino, en su Diccionario Masónico, nos dice que
Egrégora es un «Cuerpo Místico que se forma con sus propias peculiaridades,
después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos se unen con las mentes
para el acto de crear».
El Venerable, con la conducción de los trabajos, tiene que lograr crear entre
todos los hermanos/as del taller, el afianzar un sentido de pertenencia grupal y
de concienciación colectiva de ser mejores y cuidadosos como comunidad
iniciática, ya que el sentimiento de pertenencia a la logia fortalece el efecto de
universalidad que todos los masones tenemos que poseer, asumir y sustantivar.
Javier Otaola, nos da otra interesante aportación al respecto de la Egrégora en
logia:
La Egrégora sería algo así como la Sorge heideggeriana, el cuidado, la
atención que debemos prestar a nuestro ser. Heidegger distingue la Sorge, o
cuidado, como el ser ontológico del Ser-ahí (Da-Sein). Esa Egrégora grupal es
también personal: esa condición cuidadosa y alerta, sería en última instancia,
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nuestro ser original.
También en el mismo contexto, el hermano Francisco López Stille conceptúa:
Todos los miembros de una logia son importantes. Son necesarios los
hermanos con capacidades intelectuales, para construir su cabeza; son
necesarios los hermanos de vivos sentimientos para construir su corazón, son
necesarios los Hermanos cooperadores y siempre dispuestos a servir a sus
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demás hermanos, para construir sus miembros.
Una Tenida masónica debe llevarse a cabo, tanto en el desarrollo del Ritual, en
las intervenciones personales que surgen y en el debate o análisis de algún tema
tratado, en la más justa y completa armonía.
Los antiguos griegos definían la armonía como «el fruto de los amores
tumultuosos de Ares y Afrodita». Aplicando con mano diestra el ritual, el
Venerable, ayuda a sus hermanos/as a seguirlo, vivirlo y comprenderlo. De esta
manera los temas abordados en logia originan la reflexión y la palabra circula y
se llega a producir el beneficioso efecto de llegar a nuevos conceptos simbólicos
y sociales.
Armonía y Egrégora van entrelazadas, profundamente trabadas y en este punto
la función del Venerable es esencial. Le corresponde a él con su actitud y con
rigor benévolo y bondadoso, el saber encontrar en todo momento temas
iniciáticos, simbólicos y sociales que susciten un estado de bienestar compartido,
emocional y energético, que son la mejor vía hacia la consecución de la
Egrégora.
Y en la Cadena de Unión es el momento en que la Egrégora debe llegar a su
punto álgido de culminación, instante en que la energía emanante de los
hermanos circulará entre las manos del colectivo y se elevará muy por encima de
las preocupaciones de la vida material y profana, con un debido y formal espacio
de meditación, concentración y silencio, para que todos los hermanos confieran
la energía necesaria, para proseguir fuera del templo el trabajo consumado en los
trabajos masónicos.

Autoridad espiritual
El sagrado deber del Venerable Maestro que se sienta en la Silla de Salomón, y
no Trono, implica con equidad que al sentarse en una silla no se es un rey,
aunque simbolice al rey Salomón. Su verdadero papel es el de Princeps Oficii o
jefe de un oficio. Es ante todo un Primus inter pares (primero entre iguales) con
un oficio temporal de responsabilidad y mando, concedido por sus hermanos y
hermanas en logia.
Su deber es trabajar y luchar para que la Luz del Conocimiento ilumine el
templo, siendo tan solo él, un mero conductor de la misma. Debe en todo
momento velar por mantener las leyes de la Orden y la ejecución correcta de los
reglamentos de la Obediencia y de la logia, gobernándola con dulzura y firmeza.
Estos usos y costumbres emanan de antiguos y reconocidos códigos masónicos:
Le Vénérable-Maître est spécialement chargé de veiller au maintien des lois de
l´Ordre, et à l´execution des réglements; il doit gouverner sa loge avec
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douceur et fermeté, y maintenir la subordination.
De la civilización egipcia emana un concepto central del Orden y el Caos.
Maat es la Regla Eterna del Universo, verdad de la vida luminosa, armonía y
justicia. Isefet representa la tendencia natural a la injusticia, al mal, al conflicto, a
la destrucción. El deber del Faraón según los Textos de las Pirámides era hacer
prevalecer Maat sobre Isefet. La tarea y las obligaciones del Venerable Maestro
en logia, también se ajustan a esta concepción.
Es también función del presidente de la Asamblea el velar por la asistencia a
las tenidas y el saber excusar a los ausentes por cuestiones profesionales o
personales y conseguir la relación entre los hermanos y hermanas fuera del taller,
mediante la asistencia a Tenidas Blancas, conferencias o encuentros fraternales
alrededor de una buena mesa, además de los ágapes con que deben finalizar
todas las tenidas.
El Venerable representa en logia un papel principal. Y hace falta precisar que
está solo en el escenario. Es el hermano más observado, todas las intervenciones
están dirigidas hacia su persona y encarna el centro de la comunidad dentro del
templo.
Y ateniéndonos que una logia tiene que ser como un laboratorio de humanidad
y atanor de la fraternidad, el Venerable debe a mi modo de entender, saber el
momento oportuno de distender el ambiente del taller y lograr la aparición de la
complicidad y si es necesario la sonrisa entre los hermanos y hermanas que lo
decoran.

Debe de practicar el principio de autoridad sin autoritarismo e intentar actuar
con sabiduría, con la concepción bien clara de que esta es el más alto grado de
conocimiento y que casi siempre esta pretensión puede ser una quimera. Por lo
tanto el Venerable deberá intentar que sus actos estén regidos por el sentido
común y las buenas intenciones.
A partir de este concepto quizás la sabiduría se podrá intentar ejercitar sin
presentarse como un sabio ante la logia. Debe comportarse más que como un
jefe, como un hermano mayor, al que sus iguales han confiado el primer mallete,
para dar luz a los recién iniciados y aclarar el camino de todos, y esto es una
tarea delicada con toda seguridad.
En una orquesta, el director de la misma conoce a la perfección el libreto de la
obra a interpretar, y a él le toca dirigir la partitura, pero jamás debe olvidar que
si no tiene buenos músicos, la obra musical no sonará bien.
Aldo Lavagnini en su libro Manual del Maestro, al hablar sobre el Venerable
nos dice:
…es únicamente un maestro elegido entre los maestros que forman la logia —
como miembros dotados del pleno goce de la calidad y de los derechos
masónicos— y gobierna la logia con la autoridad que estos le han reconocido
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y delegado.
Lorenzo Frau Abrines también nos instruye en este concepto:
El Venerable Maestro jamás debe perder de vista que se debe por entero al
servicio de la logia que le ha honrado con sus sufragios... jamás vera amigos y
enemigos en la logia, sino hermanos a quienes amar y distinguir por igual...
Parco en la censura y prudente en las alabanzas, ha de procurar que su
imparcialidad nunca pueda ser puesta, ni por un solo instante, en tela de juicio.
Esclavo de sus deberes, les debe el sacrificio de sus miras y afecciones
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particulares, en aras del bien común.
Otra de las funciones a ejercer, es la de la enseñanza de los Maestros, como los
Vigilantes lo hacen con los Aprendices y Compañeros.
Desgraciadamente, esta faceta se cumple menos veces de las que sería
conveniente, debido a las variadas obligaciones para con la logia que tiene el
Venerable Maestro y también por las dificultades de compaginar citas puntuales
con los Maestros, sea por causas propias o ajenas.
También en ocasiones, se puede dar el caso que se presente ante el Director de
la Logia, un determinado asunto que por su complejidad no esté claro para tomar
una decisión correcta.
Es entonces el momento de las consultas discretas a otros hermanos venerables
de otras logias o masones con experiencia, que en su momento detentaron la
Veneratura. Los consejos prudentes, sabios, mesurados y fruto de la experiencia,
ayudaran siempre, para poder valorar las futuras decisiones, antes de tomar una
providencia precipitada.
El pensar dos veces y si hace falta tres, antes de decidir cuándo se detenta el
mando y más en la posición del Venerable Maestro —que siempre actúa como
elegido por sus hermanos y hermanas— en situaciones delicadas, ennoblece y
dignifica la voluntad de ser mejores y querer lo sobresaliente para los demás,
evitando emplear la lupa que acentúa los defectos.
Ilia Galán nos recuerda en un artículo que versa sobre las disputas en logia, un
admirable consejo para el Presidente de la Asamblea:
Ya Goethe como masón, escribió sobre la química que une o separa a las
personas en sus Afinidades electivas. La mirada fraternal tiende a perdonar y a
ver más en positivo. Esta es la gran virtud que en la Masonería se busca
practicar para encontrarse como humanos y como hermanos. Rito sin
fraternidad es protocolo hueco, como el beato que va a misa a diario, pero
luego es mala persona. La fraternidad es esencial en la francmasonería y si eso
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falta el resto se desmorona.
Cuando el Venerable termina su ciclo de mandato y sus funciones en el Oriente,
por norma general pasa al Occidente a desempeñar el Oficio de Guardatemplo.
Este cambio no es una pérdida de categoría, sino una prueba de humildad del ya
Pasado Venerable Maestro hacia sus hermanos y hermanas.
En los ritos de Emulación y Rito Escocés Rectificado, el Pasado Venerable
Maestro, continúa en el Oriente, sentado al lado del Venerable en ejercicio. Este
uso, tiende a explicarse como el de estar cercano y poder aconsejar con su
experiencia al nuevo Presidente en determinadas ocasiones. Sin embargo, en el
Rito Escocés Antiguo y Aceptado y en el Rito Francés, el Pasado Venerable
desde su sitio de Guardatemplo, pertenece al Oriente y está en contacto directo
con el Oriente. De esta manera se da la circunstancia de un especial contacto
visual entre ambos.
El Venerable nunca debe olvidar que el Rey Salomón no solo era rey... todos lo
recordamos por ser un constructor. Pero también era artesano, del bronce en
concreto, y no dudó en realizar en persona magníficos trabajos para su templo.
Por tanto el Primer Mallete de la logia, estará siempre dispuesto a bajar de su
silla cuando la situación lo requiera, porque nunca tiene que olvidar que aunque
es regente temporalmente, no lleva corona sino que continúa llevando un mandil
de obrero. Y si se analiza a fondo y con objetividad la tarea del Venerable
Maestro, se puede ver que a lo largo de su cometido, tiene más deberes que
prebendas.

Potestades y Deberes
Por norma, en los Reglamentos Generales de las Obediencias, están definidos —
siempre con sus peculiaridades— los derechos y deberes de los Venerables
Maestros, aunque difieren muy poco en sus generalidades.
En las siguientes líneas, desarrollo —siempre con el riesgo de olvidar alguna—
una serie de potestades y deberes de manera generalista que pueden variar en
razón de los Reglamentos y Estatutos de las diferentes Obediencias de la Orden.
Convocar las Tenidas de la logia o delegar esta función al hermano
secretario que lo hará Por Orden del Venerable Maestro.
Abrir, dirigir y terminar los trabajos de la logia.
Presidir las Iniciaciones, Aumentos de Trabajo y Exaltaciones.
Presidir todas las delegaciones o comisiones que la logia patrocine,
establezca o constituya. Teniendo derecho o libertad de usar o no esta
prerrogativa.
Dirigir la administración de la logia controlando el trabajo de los otros
Oficiales.
Firmar toda la documentación administrativa de la logia.
Promover cualquier deliberación sobre temas que pudieran interesar al
taller en particular o la Francmasonería en general.
Poner, si se presentan, las proposiciones bajo mallete o retenerlas para ser
sometidas a la Cámara del Medio.
Ejercer el poder disciplinario de la logia en todas sus vertientes, con la
facultad retirar la palabra a cualquier miembro de la logia que altere el
orden de los trabajos y poder hacerle cubrir el templo si es necesario.
Suspender si fuera preciso los trabajos a golpe de mallete por situaciones
de falta de respeto a su autoridad sin ninguna formalidad ritualista. Y
poder retomar los trabajos cuando las circunstancias le parezcan
oportunas. Ningún otro hermano podrá reanudar la sesión.
Intervenir en las tenidas siempre en última instancia.
El Venerable Maestro en las tenidas no puede ser corregido por ningún
miembro, con la excepción del Orador.
Resumir los debates al final de las deliberaciones y requerir las
conclusiones del Orador.
La Carta Patente otorgada a la logia por la Obediencia será custodiada
por el Venerable Maestro.
El Venerable Maestro, será el conservador de todos los archivos durante
todo su mandato y deberá transmitirlos en su totalidad al Venerable
Maestro que le suceda.
Conceder la autorización para entrar y salir de la logia a los hermanos
durante los trabajos.
Podrá si lo considera oportuno, por propia decisión o a petición del taller,
suspender los trabajos y dejarlos en receso por un determinado espacio de
tiempo a golpe de mallete,
El Presidente del taller, si por los debates o por otras consideraciones o
situaciones lo considera oportuno, podrá pedir las conclusiones al Orador
y finalizar la Tenida a golpe de mallete.
Aplica las amplias facultades discrecionales que la ley le reconoce para la
buena marcha y mejor provecho de los trabajos y para mantener en logia
el espíritu masónico, especialmente en los aspectos de la armonía y la
tolerancia entre los hermanos y hermana.


CAPÍTULO SEGUNDO
EVOCACIÓN HISTÓRICA DEL VENERABLE
MAESTRO

El origen del vocablo «Venerable Maestro»


Sería necesario precisar el origen de la función de Venerable Maestro, ya que en
los tiempos de la Masonería Operativa, es decir, con anterioridad a 1717,
solamente existían dos grados: Aprendices y Compañeros. De esta manera en
uno de los documentos más antiguos del Arte Real, concretamente el Manuscrito
Regius o de Haliwell, que data de 1390, describe en su texto la función de un
Compañero cualificado, reconocido por sus hermanos, apto para dirigir los
trabajos y formar a los Aprendices.
...y aquel que mejor lo aprendía, y era honesto, y superaba en atención a sus
compañeros, si en este oficio les aventajaba, debía ser el más honrado que el
10
ultimo.

Años más tarde, por el 1700, el Manuscrito Sloane precisa ya que una logia
está dirigida por Tres Luces, un Maestro de Logia y dos Vigilantes. Y en estos
momentos se puede decir que las funciones actuales del Venerable Maestro de
una logia especulativa, están de manera bien claras inspiradas de las codificadas
en 1778 por Jean-Batiste Willermoz.
El masonólogo Ramón Espadas Aguilar, en su ensayo titulado Estudio sobre la
Historia de la Masonería Universal, después de detallar en una interesante
descripción cómo se organizaba la Francmasonería en Francia en el año 1523,
describe 27 puntos estructurados que se aprobaron en una Asamblea General
Francmasónica en Paris. En el capítulo referente a «La Logia Francmasónica y
sus miembros», en el punto 2 se detallaba lo siguiente:
Los trabajos en logia se verifican durante las horas libres de ocupación de los
reunidos, y de preferencia entre el medio día y la media noche, bajo la
dirección de un Maestro Aprobado (Presidente y dos Celadores, también
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aprobados como vicepresidentes)
Y es que la aparición del Tercer Grado en Masonería es ciertamente obscuro.
Se encuentran ciertos detalles a partir de 1738 en la segunda edición de las
Constituciones de Andersen, probablemente a raíz de la llegada en Masonería de
los masones no operativos, que comenzaron a recibir el apelativo de Maestros en
razón de sus méritos como personas influyentes en el mundo profano; personajes
burgueses, con fortuna y bienes. A partir de entonces las logias francesas
calificaron a sus presidentes de logia con el nombre de Venerables Maestros.
En el mundo iniciático, todas las palabras tienen un sentido específico. Y la
Francmasonería utiliza en sus rituales Palabras de Potencia para el uso de los
iniciados.
Ante todo, hace falta precisar que la persona encargada de orientar y dirigir una
logia no es un delegado, ni un presidente de una sociedad corporativa, ni un
patrón o dueño de un comercio. Es un Venerable. Y este apelativo simbólico no
se usaba en la primera mitad del siglo XVIII. Se utilizaba el término de Maestro de
Logia.
Etimológicamente hablando, la palabra Venerable, significa Apto/a para el
12
Amor . Este amor estaba encarnado por la diosa Venus en la función suprema de
una logia de constructores. Pero esta diosa Venus no es la del amor trivial de los
humanos. La Venus de la religión arcaica romana estaba enlazada con la griega
Afrodita para terminar en la diosa egipcia Hathor. Para poder sintetizar, en la
civilización faraónica figura una paleta de piedra que nos muestra el rostro de
13
Hathor «...rodeada de estrellas ya que ella es la soberana del cielo».
De esta manera Hathor configuraba un espacio divino y emanaba una luz dando
lugar al nacimiento del sol regenerándolo cíclicamente. El Ojo de la Luz.
Se trata del acto creador por excelencia que el Venerable Maestro debe cumplir
siempre en el ritual de Apertura de Trabajos Masónicos de la logia. Y esto es
una expresión de amor que efectúa el presidente de la Asamblea cada vez que
inicia las labores del taller.
En el Oriente, el Venerable Maestro es el heredero del UNO abstracto, del
DOS creador y del TRES primera formulación de la creación. Punto de unión
entre el universo de los dioses y el mundo de los hombres, el Venerable
Maestro aparece en cada tenida, como un nuevo sol, una luz ternaria
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encargada de hacer brillar la luz de los orígenes.
Su apelación en inglés es Worshipful Master, que viene a significar adorable y
digno de respeto. Cuando en inglés se dice Your worship significa Vuestro honor
y se entiende como una fórmula de educación reservada a algunas personas
notables en sociedad y a ciertos cargos públicos.
En francés Venerable personifica y simboliza Digno de Veneración y se
acostumbra a emplear más con respecto a la edad a quien se le atribuye, que por
los cargos que ostenta. Por lo tanto el adjetivo Venerable ofrece a las personas
ancianas una redundancia afectuosa y educada.
La palabra Venerable semeja a respetable y digno de estima y honor. Este
adjetivo, derivado del sustantivo Veneratio, que significa respeto y culto,
salvaguarda una significación unitaria en toda la serie de vocablos
(venerabilitas, venerantia) cuyas acepciones están en perfecta consonancia con
una idea matriz: lo honroso y digno, por tanto, de reverencia y veneración.
Era un título religioso, o «Venerabilis Domine», que también se utilizaba en la
antigüedad con los candidatos del Vaticano para la santidad o canonización...
Ciertos Ritos otorgan al Venerable el poder de convertir una bola negra en
15
blanca en las votaciones.»

El antiguo uso patrimonial del cargo de Maestro en Logia


Pero la palabra Venerable es de origen puramente francés y con toda seguridad
tomada del lenguaje eclesiástico. Y muy concretamente atribuido a los Doctores
en Teología.
16
Según H.F. Marcy , el término se introdujo en masonería bajo la Gran
Maestría del Conde de Clermont y Abad de Saint Germain des Près, que llegó a
ser Gran Maestro de la Gran Logia de Francia a la edad de veintiocho años, en
diciembre de 1737, y mantuvo su cargo hasta el fin de sus días, treinta y cuatro
años más tarde.
Hasta 1773, el título de Maestro en Logia era casi siempre patrimonial, de
hecho se acostumbraba a comprar Patentes de Maestro en Logia, de la misma
forma que en el mundo profano se adquirían Provisiones de oficios judiciales,
militares y financieros.
Pero a partir de este año, los estatutos del Orden Real de la Francmasonería en
Francia, promulgaron el uso de la Elección. Se terminaba con el
patrimonialismo.
Le Grand Orient de France ne reconnaîtra pour Vénérable de loge que le
17
maître élevé a cette dignité par le choix libre des membres de la loge.
Poco a poco, estas costumbres se generalizaron y este principio democrático
triunfó. Sin embargo, las logias alemanas y los hermanos del Rito Escocés
Rectificado fueron los más reticentes. De esta manera progresiva, se dio
principio al federalismo de los talleres y logias y a la creación de las Grandes
Loges y las Obediencias.



CAPÍTULO TERCERO
LA VIDA COTIDIANA DEL PRESIDENTE DE LA
ASAMBLEA

El trabajo en la sombra
El Venerable Maestro desde su silla en el centro del Oriente, de frente a
Occidente, está en una posición cósmica que simboliza al Sol Naciente. A él le
corresponde llevar y transmitir la Luz hacia les regiones oscuras y encarna la
Mañana, el comienzo del nuevo día, la renovación.
Su función es activa y pasiva. Debe equilibrar y estimular; promover, generar
y mantener la energía de todos los hermanos; y al mismo tiempo calmar,
suavizar y frenar los impulsos del celo excesivo que os lleven a cometer
18
errores.

Como Centro de Unión, además de dirigir la logia, su función consiste en
conseguir la diversidad, tanto en los conflictos como en los momentos en los que
los sentimientos fraternales invaden los corazones de los hermanos.
Otra de las funciones del presidente de la Asamblea, es cuidar de evitar y ser
siempre el Mediador en conflictos y diferencias que puedan surgir entre
hermanos. Andrés Cassard nos dice al respecto:
El Venerable tendrá particular cuidado en impedir las intrigas y destruir los
complots que se formen en el seno de la familia de que es cabeza... Impondrá
silencio a las proposiciones equivocas, y no permitirá que queden impunes las
19
que se hagan indirectamente contra la reputación de un hermano.
Tiene que ser siempre y en todo lugar un adalid y líder de la diplomacia, para
en todo momento prever y neutralizar de la manera más suave posible, todos los
posibles desordenes que se puedan presentar en logia, y mirar siempre de
discernir entre lo correcto y lo incorrecto, como Salomón, hijo de David actuó
según reza la Biblia:
Entonces Dios le dijo a Salomón: Ya que has pedido sabiduría y conocimiento
para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he hecho rey, y no has pedido
riquezas, ni bienes ni esplendor, y ni siquiera la muerte de tus enemigos o una
20
vida muy larga, te los otorgo.
Tiene que ser justo y bueno y sus decisiones siempre deben responder a la
equidad, a la justicia y a la imparcialidad. Como Salomón supo actuar cuando
dos mujeres se presentaron a él para reclamar a un recién nacido vivo, aunque
ninguna de ellas podía aportar pruebas fehacientes de su maternidad, y fue
cuando amenazó con cortar al niño en dos partes y entregar a cada mujer una
mitad:
Entonces ordenó: —Traedme una espada. Cuando se la trajeron dijo: —Partid
en dos al niño que está vivo, y dadle una mitad a esta y otra mitad a aquella. La
verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey: —¡Por favor, señor mío!
¡Dale a ella el niño que está vivo, pero no lo mates! En cambio la otra exclamó:
—¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan! Entonces el rey ordenó: —No lo
21
matéis, Entregadle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.
El Venerable debe en todo momento no verse considerado como un reyezuelo,
ni como un manager de empresa y evidentemente jamás como un dictador. Tiene
que lograr ser la persona de la Unión y de la Síntesis de la logia, en definitiva
mirar de ser, la Piedra Angular.
En determinadas ocasiones, ciertas circunstancias exigen decisiones rápidas y
concisas, jamás exentas de criterios lo más sobrios posibles. Si un taller no
dispone de un conductor capacitado para tomar providencias, camina hacia su
desaparición. Una serie de indecisiones, dejaciones, abandonos o renuncias en la
toma de medidas y arbitrajes, pueden deteriorar y perjudicar el Trabajo en
Equipo.
El conductor de la Asamblea como ya se ha dicho, jamás se debe comportar en
la toma de decisiones, como un autócrata o dominador. Tiene en ocasiones que
obrar con firmeza y quizás adoptar laudos poco gratos, pero siempre en las
antípodas del autoritarismo.
Él es el Centro de Unión, el espejo de la Logia, que tiene que reflejar con sus
decisiones, la naturaleza del Bien Común de la misma y el buen ejemplo hacia
los demás. Sus acciones quedan reflejadas hacia sus hermanos y hermanas y
siempre deben tener como único objetivo el bienestar general.
En mi opinión, el presidente de la Asamblea nunca tendría que actuar limitando
el espíritu de apertura de miras, muy especialmente en materia de política y de
religión. Si bien se tiene que mantener el principio adoptado y aprobado en
Lausana en 1875 en lo referente a la prohibición de hablar de los antes citados
dos temas.
Facilita mucho la tarea del Primer Mallete de la logia si en ningún momento de
las tenidas tiene que prohibir taxativamente discusiones partidistas y apología
directa de posiciones políticas y religiosas.
Pero es bueno —y este es mi criterio— el permitir y fomentar consideraciones
objetivas de hechos ideológicos o sociales básicos, para conocer, entender e
interpretar a la Humanidad y su evolución a lo largo de los tiempos. Esta
exégesis requiere más responsabilidad en general y en especial al Director de los
Trabajos, pero permite el crecimiento intelectual de la logia.
El Venerable Maestro, en estos determinados casos, tendrá que velar con
habilidad, en la frontera entre la objetividad y la subjetividad, entre el
tratamiento académico o el partidista de un determinado tema, ya que puede
desembocar rápidamente en un terreno resbaladizo y no deseado, sobre todo
cuando se hace referencia a la realidad más inmediata, en el tiempo y en el
espacio. Albert Pike comentaba sobre el particular que:
Un susurro puede llenar la tierra tan fácilmente como Demóstenes llenaba el
Ágora... Hace de la masa un solo hombre, le habla en su mismo lenguaje
común, y provoca una respuesta segura y sencilla. El discurso pasa al
22
pensamiento y de ahí con prontitud al acto.
La Egrégora, de la que precedentemente se ha hablado, debe concienciar al
Venerable de la logia en determinadas ocasiones, al ejercicio sistemático del
abandono de la propia voluntad en favor de la colectividad.
Con unos mínimos de sensibilidad, se debe trabajar para todos y cada uno de
los hermanos, ejecutando una gimnasia de servicio hacia el prójimo, que colma
de armonía y fraternidad. Cuando se produce esta situación, Gael Carniri nos
dice al respecto:
Uno mismo se siente como aplastado por el influjo que emana desde las
Columnas de la logia y acosado por los impulsos y el ímpetu colectivo de los
23
congregados.
Al asumir las tareas de la conducción de una asamblea masónica, sin querer se
llega al ejercicio de abandono del ego personal y conseguir adiestrarse en mirar
de ser el Reflejo de la Voluntad de los hermanos y hermanas.

El ejercicio de la Venerabilidad
Después de adoptar el término Venerabilidad, que no está en el diccionario
profano, y dándole vueltas a las diversas raíces del término Venerable que ya
hemos abordado anteriormente, existe etimológicamente una raíz indo-europea
que asocia la palabra Venerable a la diosa Venus.
Si ejercitamos el simbolismo y la astrología, sin adentrarnos en mucho
detallismo, veremos que Venus es la estrella de la mañana y de la noche. Como
afrodita griega conforma numerosas tradiciones y mitologías muy antiguas.
Apareciendo alternativamente al Este y al Oeste del cielo diurno, esta estrella
es el símbolo de la Muerte y del Renacimiento. Asociada al Sol a causa de la
similitud de su recorrido, Venus es un astro divinizado y considerado como el
Mensajero del Sol e intercesor entre él y los hombres.
En el plan astrológico, encarna a la atracción instintiva y a la primitiva, a la
ternura, a la armonía, a la simpatía y a la dulzura.

La habilidad de delegar
Es preciso siempre recordar un axioma masónico. Es explícito y casi todos los
masones lo saben de memoria: «Tres la dirigen, cinco la iluminan y siete la
hacen justa y perfecta». Es por esta circunstancia que una logia no está dirigida
por un hombre o una mujer, talentosos o carismáticos, sino por un equipo
compuesto por el Venerable Maestro y su Colegio de Oficiales.
El Venerable Maestro, si lo cree conveniente, puede asistir en las reuniones de
instrucción de sus dos vigilantes a los Aprendices y Compañeros, pero procurará
no interferir en las clases lectivas.
De igual manera regularmente, compartirá sesiones administrativas con el
Tesorero, el Hospitalario y el Secretario, con la praxis de que delegar es
reconocer a sus hermanos las competencias y capacidades de autonomía en sus
funciones.
Tanto el Experto, como el Maestro de Ceremonias y el Orador deberán sentirse
en su medida autónomos en sus cargos u oficios.
Sin embargo, delegar no significa ausencia de control y de coordinación. Una
reunión de oficiales un cuarto de hora antes de cada tenida, es suficiente para
24
asegurarse de que todo es justo y perfecto.
Aunque se tenga contactos individuales con los oficiales, las entrevistas de
grupo tienden a reforzar la cohesión general. El presidente de la Asamblea tiene
que conocer las opiniones de sus colaboradores y oficiales. Estos, al ser
escuchados se sienten comprendidos, valorados y apreciados, y esta
circunstancia obrará en beneficio de todos.
Lo que tiene que quedar claro es que colaborar y ayudar al Venerable Maestro
no significa suplirlo o reemplazarlo. Cada oficial de logia tiene una misión
determinada y unas responsabilidades específicas, pero es el Venerable, el último
garante, guardián y responsable del funcionamiento general de la logia.

Debe delegar, pero también —fraternalmente— supervisar y dirigir. Pero esta
misión no debe comportar el hecho de vigilar ni de curiosear, sencillamente estar
atento.

En las dificultades, la enfermedad y el Oriente Eterno


Cuando se acepta presidir una logia, quien lo hace, además de tener
responsabilidad absoluta de todos los asuntos masónicos concernientes a ella,
tiene unos deberes adicionales, que van más allá de los que por el mero hecho de
pertenecer a la Orden, tiene cualquier hermano o hermana para con los demás,
para con el prójimo.
La vida profana, en su devenir diario, puede sacudir de muchas y diferentes
maneras a cualquier miembro del taller. Es siempre muy gratificante verse
escuchado, atendido o ayudado por el director de la Logia. Ya que queda patente
que todos nos encontramos dentro de una Orden en que debe de reinar la
fraternidad a todos los niveles.
En el devenir de los días, se pueden dar casos de enfermedad o indisposición de
algún miembro del taller. El deber y la obligación del Venerable Maestro es
interesarse rápidamente por el hermano enfermo. Y si este está hospitalizado,
debe ir a visitarlo, interesarse por él y ponerse a su disposición por si necesita
alguna ayuda. Nada más lenitivo para el indispuesto que ver a su Venerable al
pie de su cama, interesándose por él.
Los Landmarks nos hablan de que el hermano Hospitalario se cuida de estos
menesteres, y a continuación informa al presidente de la Asamblea. Pero en la
actualidad, en plena era de progreso y modernidad en donde reina la acción del
teléfono móvil, los mensajes de texto y los WhatsApp, estos artilugios de los
cuales no podemos prescindir, simplifican los pasos a dar. Bien está la actuación
del hermano Hospitalario, pero en todo momento el Primer Mallete del taller
debe estar lo más pronto posible con el hermano indispuesto.
También corresponde al Venerable, si el problema es serio o con vistas a ser
dilatado en el tiempo, informar al Gran Maestro de la Obediencia sobre el
asunto.
En determinados momentos y ocasiones, siempre a nivel estimativo,
dependiendo de la gravedad, todas estas acciones también se tomaran en lo que
respecta a familiares directos de los hermanos del taller.
Si el problema es más grave, si se trata de algún Paso al Oriente Eterno de un
hermano del taller o un familiar allegado, es otro momento indispensable de
actuación inmediata del Venerable Maestro. Sea cual sea la hora del día en que
se produzca esta situación. La familia del hermano fallecido o el hermano que ha
perdido un ser querido, agradecerán siempre y se sentirán aliviados en su dolor
con la presencia del Venerable, que en un primer momento representa a la logia
y a la Obediencia.
Aprovecho el momento para aconsejar encarecidamente al
hermano/amigo/lector, un artículo sobre el Oriente Eterno, para mí el más
25
completo, documentado y aleccionador con referencia a este tema.
No quisiera finalizar este apartado sin incidir en nuestros rituales, que como
herencia de la sabia Masonería ancestral, nos permiten recordar y pedir por los
que están en algún trance delicado, en la Cadena de Unión.

CAPÍTULO CUARTO
LA CONSTRUCCIÓN DEL
TEMPLO MASÓNICO

La capacidad de observación
Desde el momento que se toma el primer mallete de la logia, el encargado de
dirigirla se debe a ella. Poco a poco, paso a paso, debe ir conociendo el
comportamiento general de todos los hermanos y hermanas. Desde lo alto de la
Silla de Salomón debe aprender a observar y poder identificar de la manera más
ágil y rápida posible, cualquier agitación, alegría o murmullo que se vaya
produciendo durante el transcurso de las tenidas.
Esta capacidad o ejercicio de observación permitirá una mejor dirección y
gestión de manejo de los tempos en que se desarrollan los trabajos y garantizar la
Egrégora general del taller.
Pero también tendrá que tener en cuenta que como consecuencia de su
privilegiada ubicación en el templo, se convierte en un verdadero punto de mira,
un objetivo totalmente despejado y expuesto a las miradas de los oficiales y de
los miembros de la logia.
Desde el lugar prominente que ocupa, los mínimos gestos de las manos, los
menores movimientos del rostro, están totalmente a la vista, circunstancia que
deberá siempre evaluar, en provecho y responsabilidad de su cargo.
Una atención permanente también fuera de los trabajos masónicos, sea en el
transcurso de los Ágapes después de las tenidas, sea en el mundo profano, en el
devenir de los días, manteniendo una amable, discreta y leal relación con todos
los miembros de la logia, permitirá al Venerable Maestro conocer y que le
conozcan más a fondo.
El dialogo regular, la relación mutua, y el compartir conferencias, Tenidas
Blancas y reuniones alrededor de una buena mesa, ayudaran a crear fraternidad,
concordia y armonía.

El incremento paulatino necesario de la logia


En su mandato, el Venerable Maestro deberá estar siempre atento a las
posibilidades de incremento paulatino de hermanos y hermanas que componen la
logia.
Las estadísticas nos muestran la media de edad de los talleres de las
Obediencias. Cito en este párrafo, el resultado de una estadística realizada en
Francia por el Gran Oriente de Francia al respecto.
La edad estaba en cincuenta y cuatro años de media. Este resultado que no es
general en todos los países, se acerca bastante al retrato robot universal. Por lo
tanto se podría decir que las logias tienen tendencia a envejecer con bastante
rapidez.
Aunque el propósito general de la Francmasonería no es la captación, y de
manera muy específica la captación indiscriminada, una de las premisas del
Venerable Maestro tiene que ser siempre el incremento de miembros de su logia,
procurando con habilidad que esta hipotética ampliación, pueda ser lo más
selectiva posible, en aras de la posterior calidad masónica de los trabajos.
El hecho que en determinadas épocas sea difícil encontrar candidatos a la
entrada, nunca deberá ser motivo de empecinarse en conseguir el ingreso de
cualquier persona, sin antes haber pasado los filtros anteriormente descritos.
Paralelamente a esta cuestión, el Venerable Maestro deberá contar con posibles
bajas, por variados y diferentes motivos, como podrían ser: Pasos al Oriente
Eterno, cambio de residencia de algún miembro, crisis personales, trances
económicos y cualquier otra circunstancia que pueda provocar una disminución
de hermanos en el taller.
Queda por lo tanto bien claro que se tendrá que estar siempre atento a lo que en
el Gran Oriente de Francia se denomina «L´État J», que es el número de
26
hermanos que componen la Columna del Norte o de Septentrión.
Existe un axioma o aforismo, pocas veces descrito en textos masónicos, que
afirma que las logias que tienen siempre los bancos de la Columna del Norte
ocupados por varios Aprendices, gozan de «buena salud».

El número ideal de hermanos en una logia


El reflexionar sobre el número óptimo de miembros por logia,
independientemente de Obediencias, en el estado, es un ejercicio interesante, y
aún más si lo hacen hermanos que hayan ostentado el cargo de Primer Mallete.
El Presidente de la Asamblea, por norma, prepara durante los días anteriores a
una tenida, los pormenores y detalles de la misma. Ya en las últimas horas, antes
de su celebración, es posible que se le haya comunicado alguna ausencia
justificada por parte de algún hermano o hermana, y a veces a pocos minutos de
comenzar, se suma alguna baja más de última hora. Por lo tanto como podemos
ver, el conocer de la manera más aproximada posible el número de miembros
que asistirá a los trabajos es un dato de interés siempre, y más aún si se da el
caso de que la logia no disponga de muchos efectivos.
Paso a exponer la bibliografía práctica de que dispongo, a raíz de dos estudios
exponenciales referentes al tema del número óptimo de hermanos en las logias
azules.
El primero es profano y periodístico del 27 de septiembre del 2002, realizado
en Francia por la revista L´Express, en el que las estadísticas arrojan el dato de
22 hermanos por logia, no como referencia óptima, sino práctica.
El segundo trabajo está elaborado por el hermano Joan Palmarola Nogué, que
como masonólogo explica en un detallado y documentado artículo titulado
«Ratio de Hermanos por logia, ensayo para meditar», publicado en la revista
27
digital masónica Hiram Abif núm. 74 de abril del 2006 :
En la reunión de una Fraternal Masónica en Barcelona, en marzo del 2006,
pregunté al recién elegido Gran Maestro de la Gran Logia de España, el
hermano Carretero, si su Obediencia tenía determinado un óptimo de
hermanos por logia. De inmediato obtuve la contestación siguiente: de 30 a 40
hermanos; y una nueva consulta con el Pasado Gran Maestro del Gran Orient
de Catalunya, Francesc Bruguera, me dice que el número de hermanos
totalmente activo por logia debería ser cuanto menos sobre los 25, que
sabemos por experiencia que para alcanzar dicha cifra el taller debe tener
alrededor de los 40 censados. Ambos aportan cifras similares...
El hermano Palmarola remata su estudio, aportando su acreditada opinión fruto
de sus anteriores veneraturas:
Entonces, si la muestra se ciñera a las logias azules, yo orientaría que el
umbral óptimo se hallaría a partir de los 37 hermanos... En función de mi
experiencia, observo que en el entorno de 30 miembros, el taller tiene a su
alcance excelentes posibilidades de funcionamiento y solución de aquellos
28
asuntos complejos que puedan presentársele.
Después de estos datos y estadísticas y teniendo en cuenta que ya han pasado
más de 10 años, y basándome en mi experiencia personal, pondría el listón entre
23 y 25 hermanos totalmente activos, como numero óptimo. Teniendo como
fuente de información, mis continuadas visitas a diferentes logias de distintas
Obediencias en la actualidad.
De estos 23 ó 25 hermanos siempre se puede presagiar alguna ausencia, por lo
que el número efectivo de asistencia en logia quedaría entre 18 y 20 miembros.
Y como reflexión personal, es muy conveniente que entre todos los
componentes de una logia, esta disponga de aproximadamente 10 Maestros.

Las visitas del Venerable Maestro a otras logias


El cargo de Venerable Maestro, como ya se ha dicho anteriormente, requiere una
dedicación que evidentemente sobrepasa el tiempo de duración de las tenidas de
la logia y los Ágapes fraternales al terminar los trabajos.
Además de las tareas de preparación de las dos citas fraternales o tenidas de
cada mes, y de los contactos y reuniones ocasionales con algún miembro del
taller, el presidente de la Asamblea intentará asistir a otras tenidas de diferentes
logias y obediencias, a fin de mantener contacto fraterno de colaboración,
aprender y entender diferentes ritos y formarse en su oficio.
Todos los hermanos y hermanas que estéis leyendo este libro os habréis
encontrado que en determinada ocasión, en alguna de vuestras visitas a alguna
logia ajena a la vuestra o de otra Obediencia, generalmente sois bien recibidos.
Incluso en ocasiones por circunstancias obvias, no solamente participáis en los
trabajos masónicos, sino que amable y fraternalmente se os demanda ayudar en
algún cargo determinado, del Colegio de Oficiales de la logia visitada, por
alguna baja de última hora, que por cuestiones inesperadas se ha producido.
Estas visitas ocasionales del Venerable Maestro, solo o en compañía de algún
hermano del taller, a la larga siempre redundan en beneficio de la logia.
Y esto es por varias razones. Las visitas fomentan el conocimiento y amistad
entre los hermanos. Y los lazos de cortesía a la larga se imponen, quizás no de
manera inmediata pero si a largo plazo. La logia propia también recibirá visitas y
quizás en determinada ocasión ayuda en su cuadro de oficiales.
Y es que la Masonería es agradecida, sumamente agradecida. Y si se tiene la
costumbre de dar sin intereses espurios, ella nos devuelve con creces nuestra
dedicación.


CAPÍTULO QUINTO
LOS CINCO TRIÁNGULOS DE LA LOGIA

En logia, el posicionamiento de sus miembros en el espacio del templo define


básicamente las funciones específicas: en el Oriente, de donde surge la luz, está
situado el Venerable Maestro y en el Occidente crepuscular está el
Guardatemplo, protegiendo el Espacio Sagrado.
A partir de este concepto y de otros, podremos decir que la Geometría tiene una
importancia crucial en la Vía Masónica. Todo lo dispuesto en el templo y
especialmente la ubicación de los oficiales, no se debe al azar sino que tiene una
explicación y un significado.
La posición de localización pertinente de las personas y los objetos permite
vehicular los mensajes simbólicos de las ceremonias masónicas. Y por esta
razón, en los primeros momentos de su Iniciación, se advierte al Aprendiz con la
frase: «Aquí todo representa un Símbolo».
En logia, la palabra, mediatizada por el Venerable y los dos Vigilantes, recorre
y se perpetua en una triangulación espacial, en una repetición del esquema
ternario, ya que después de solicitarse la palabra, esta va al Vigilante para llegar
más tarde al Oriente y recibir la autorización. Este cruce verbal forma pues un
triángulo visible y dinámico.
El Venerable, del que ya se ha hablado como un simbólico director de orquesta,
ejecuta con autoridad y armonía durante la tenida, una sucesión de golpes de
mallete, en los cuales se producen rupturas rítmicas en el tiempo y en el espacio.
Y en estos tempos o cortes se originan, silencios, posibilidad de tomar la
palabra, inmovilismo y atención, posiciones en pie o sentadas de los hermanos,
lo que ocasiona una Sincronía Interaccional en el taller.

El triángulo de la Autoridad e Instrucción


Este triángulo es básico y esencial para los trabajos masónicos. Es el Alfa y el
Omega de la esencia del Arte Real:
Se trata también del Triángulo del Mallete, ya que es el número de malletes
que operan en logia. Desde el superior del Venerable al del Primer y el del
Segundo Vigilante. El mallete es el que marca el tiempo, es el útil de mando y
29
puntúa la duración por medio de la percusión.
En este contexto, el tiempo del ritual está dispuesto siguiendo el ritmo de tres
golpes de mallete, repetidos tres veces por la triada (Venerable, Primer
Vigilante, Segundo Vigilante), tanto al principio como al fin de la tenida.
El triángulo que conforma el presidente de la Asamblea con los dos Vigilantes,
se puede definir como el que de él emana la Autoridad y la Conducción del
taller. Es el triángulo de las Tres Luces. Los vigilantes controlan el trabajo de las
columnas bajo la supervisión de la Primera Luz.
La ubicación de los vigilantes con respecto al Venerable en relación con el
Árbol Sefirótico viene dada porque los Vigilantes corresponden a Hod, la
victoria y a Netzath, la gloria.
Sobre el Sello de Salomón (Estrella de Seis Puntas) los dos Vigilantes
conforman los dos ángulos de la base del Triángulo Ascendente que Dirige la
logia.

El triángulo de la Tradición, la Palabra y la Memoria


Este triángulo ubicado en el Oriente, sintetiza el sentido de la tradición
masónica, el buen uso de la palabra y el cumplimiento de la ley de la Latomia,
así como el refrendo inexcusable de la Memoria en logia basada en la retentiva
simbólica del Secretario/a, merced a las Actas periódicas que redacta.
Este triangular del mando que emana del Venerable y que está en todo
momento orientado según la ley por el Orador, para quedar fijado para la
posteridad de la pluma del Secretario, asegura y certifica la calidad de los
trabajos en logia.
El Venerable en momentos puntuales, trabaja masónicamente conduciendo las
labores con el respaldo legal del Orador y la Memoria masónica del Secretario.

El triángulo de la Realización y la Asistencia


La unión triangular entre el Venerable, el Tesorero y el Guardatemplo, forma el
carácter dual de los aspectos iniciático-profanos, que desde los más remotos
tiempos han dispuesto las logias: el buen gobierno del Tesoro del taller, con una
administración austera y práctica, sabiendo en todo momento conjugar las
posibles crisis pecuniarias de sus miembros.
La coordinación económico-social para el buen funcionamiento de la logia, es
esencial e importante. El ingrato trabajo del Tesorero en ocasiones, deberá
recibir el respaldo prudente del Venerable, así como el ejercicio de conjugar con
discreción y mano derecha las ocasionales ayudas.
Aunque están masónicamente diferenciados el Tesoro de la logia y el Tronco de
la Viuda, está en las atribuciones del Venerable determinar en últimas instancias
esta cuestión.
Ya que en circunstancias muy particulares tiene que primar el dicho profano de
«la caridad bien entendida empieza por uno mismo». Tiene que existir un
inexorable guion, que ha que emanar del Venerable, en cuidar y velar por su
logia antes de atender a las necesidades ajenas y obras de filantropía. Sería
altamente contradictorio inducir y promover al taller en tareas de ayuda, auxilio
o socorro social, cuando en un momento dado hay dificultades pecuniarias en la
propia logia.
En la actualidad, la importante labor del hermano/a Hospitalario/a, puede
recibir mucha ayuda y contacto rápido y directo con el Venerable, debido a los
prácticos servicios del teléfono móvil, los correos electrónicos y los WhatsApp.

El triángulo de la Seguridad en Logia


Desde un buen principio, en el desarrollo del ritual de una tenida, surge con
potencia el Triángulo de la Seguridad en Logia:
Hermano Primer Vigilante, ¿cuál es el primer deber de un Vigilante en logia?
A partir de ese momento se hacen patentes los mecanismos iniciáticos y
simbólicos de la seguridad del templo. Queda establecida la regla básica para
disponer de los trabajos seguros fuera del alcance de miradas profanas.
Este triangular del Venerable, Primer Vigilante y Guardatemplo, se ha ido
perpetuando a lo largo de los tiempos. Y el trabajo del guardián de los trabajos
masónicos queda especificado en el Árbol Sefirótico como Maljut (el Reino),
con funciones de cancerbero fiel e intransigente de la seguridad física e iniciática
de los hermanos del taller.
Hay que hacer mención que según el rito que se trabaja, las funciones del
Primer Vigilante pueden ser asumidas por el Segundo Vigilante, en este
específico triángulo.
El Venerable confía al Guardatemplo el oficio iniciático de Guardián del
Umbral, es decir, del paso del Exterior (Profano) al Interior (Sagrado). Este
triángulo que protege y delimita los lindes iniciáticos, aunque a veces no es
apreciado, es consustancial en los trabajos masónicos.

El triángulo de la Ceremonia
Este triángulo también puede denominarse triángulo del Ritual. Y se conjuga, en
la sintonía que siempre tiene que existir en el desarrollo de las tenidas, es decir,
en el transcurso y desarrollo del ritual, entre el Venerable Maestro, el/la
Experto/a y el Maestro/a de Ceremonias.
Se ha dicho anteriormente que el oficio de Venerable, puede extrapolarse al de
un director de orquesta. Y por ende, aunque este conozca de memoria la pieza
musical, sino cuenta con buenos músicos que interpreten con maestría la
melodía, el resultado puede ser aciago y funesto.

CAPÍTULO SEXTO
LA FUNCIÓN INICIÁTICA

Es necesario dejar patente que desde tiempos remotos, las sociedades iniciáticas
se han sustentado siempre en una jerarquía que desde la Iniciación se ha vivido
como preconcebida. Y que en la antigüedad se conformaba en deberes y pocos
derechos.
Y la Francmasonería iniciática, heredera de una larga tradición, concibe como
unidad fundamental la Logia, las labores de un Venerable Maestro a la cabecera
de todos los oficios, dirigiendo los trabajos desde el Oriente.

La sabiduría del Arte Real


El Venerable, lleva en su collar la impronta simbólica de su Oficio. Y muy
concretamente, en la escuadra que cuelga del abalorio conforma una Cruz de San
Andrés. Jules Boucher relata y define en pocas palabras la intensidad del
mensaje:
La cruz de San Andrés, marca y conforma la proyección e influencia
simbólica que le caracteriza... Representa la Egrégora masónica y la autoridad
de que esta investido el Venerable Maestro y siempre imbuido de moderación
(Tiphereth) que tiene que conservar en todo momento y en todos sus actos.
Los Venerables son a la vez Activos y Lenitivos. Por una parte deben
estimular el celo de los miembros del taller y por otra saber resolver las
30
dificultades que se le presenten.
La apertura de trabajos pone en movimiento la energía de la primera hora de la
mañana, y el Venerable Maestro es el depositario de la luz transmitida por los
iniciados que pasaron al Oriente Eterno. La logia aparece como el espacio
sagrado, herméticamente cerrado, donde se cumple la Gran Obra, la
31
transformación de lo efímero en imperecedero.
En todas las tenidas, el primer oficial de la logia, dirigiéndolas, ejecuta los
dictados del ritual. De su conocimiento y de su dominio del mismo, depende el
buen resultado de la práctica iniciática de las tenidas.
La ondulada espada flamígera, colocada encima de la mesa presidencial,
símbolo del rayo como poder divino, es el emblema del Venerable Maestro
como intermediario entre el cielo y la tierra y del poder que como tal tiene de
crear al Aprendiz Mason. Es pues un instrumento simbólico eminentemente
iniciático y el uso del cual se ha extendido a otros actos rituales del Presidente
32
de la logia.
La Espada Flamígera, de hoja ondulada, es el emblema de la Creación y de la
Purificación. Es con ella y por ella que se transmite la apertura del proceso
iniciático. Es ella quien toca al Neófito en el momento de su Iniciación. Es por
ella, que de la mano izquierda del Venerable, que es la que recibe las Fuerzas
Cósmicas del Orden Universal, son transmitidas en un momento dado al taller.
En el Rito Francés Restablecido, en la mesa del Venerable Maestro, está
siempre presente y encendida una Estrella roja. La encontramos así al comienzo
de los trabajos masónicos y permanece de la misma manera al finalizar la tenida.
Los trabajos, por tanto, restan latentes.
En este escenario y contexto, me vienen recuerdos de mi infancia, cuando
entraba en una iglesia y descubría en el gris sombrío de las viejas piedras y su
silencio lúgubre, la pequeña lamparita roja de la capilla del Santísimo
Sacramento, que daba fe permanentemente del emplazamiento del Cuerpo de
Cristo en el templo.
Desearía que se me permitiera poder hacer un paralelismo —con el cual espero
no disgustar ni ofender a nadie— con la Estrella roja permanentemente
encendida en el taller en la mesa del Venerable. Esta luz puede ser interpretada
simbólicamente como la presencia permanente del Gran Arquitecto del Universo
o de la Francmasonería Universal.
Las tenidas tienen que iniciar y finalizarse en un sentido muy alejado al ruido
profano y desarrollarse dentro de los cánones del ritual y del sentido del espacio
y tiempo masónicos.
El Venerable, como Primer Mallete de la logia, lo tiene en sus manos. Es el
símbolo de autoridad y de mando, de la voluntad creadora y no despótica. Lo
debe manejar con discernimiento creativo y amable.
En la Apertura de Trabajos lo usará para atraer discreta pero firmemente la
atención de los miembros de la logia y de manera cortés pronunciar las palabras
rituales de bienvenida, y también cuando se pide a la Asamblea ponerse en pie y
a la Orden. Es el momento de la exhortación a penetrar en el Mundo Masónico,
alejado del tiempo y del espacio.
El control de los tempos de las tenidas es muy importante en la práctica
iniciática. Es necesario saber y aplicar en todo momento las pautas del
simbolismo que emana del ritual y saber transmitirlo a las columnas. Es entonces
cuando se logra la Comunión Espiritual o Egrégora de la logia.
A lo largo del desarrollo de las tenidas, desde la apertura hasta el cierre de los
trabajos, bajo la dirección del Venerable, cada vez que este reúne una logia
constituida, rigiendo con fraternidad a los miembros de la misma, haciéndoles
vivir el rito, nos ofrece la perspectiva de la Construcción del Templo Simbólico
de todos los asistentes a los trabajos a partir de la Luz del Oriente.
Todas las alocuciones del ritual se transforman simbólicamente en piedras
vivientes y ellas, una a una, constituyen el Templo. El templo donde residirá la
Luz. El presidente de la Asamblea se convierte pues en un Maestro de Obra.
Y de él, de su gestión iniciática y simbólica en la ejecución de los símbolos y
de los ritos, dependerá la comprensión de los hermanos, ya que si no se viven
33
interiormente, serán letra muerta.
Si pensamos en el tratamiento que reciben los Oficiales de una logia, veremos
que se utilizan términos como Hermano Primer Vigilante, Hermano Experto, etc.
Sin embargo, no se utiliza sin saberse verdaderamente por qué, la expresión
Hermano Venerable Maestro. El tratamiento que recibe normalmente es el de
Venerable Maestro. ¿Qué sucede pues? ¿Es que el Venerable Maestro no es
también un hermano de la Logia?
Evidentemente que lo es, pero durante su veneratura, en el ejercicio de su cargo
temporal hay que recordar que está sentado sobre una silla en el pedestal del
Oriente, es decir, está situado ritualmente por encima del suelo del templo y del
Pavimento Mosaico.
Mientras que el hermano que ejerza de Venerable esté en uso de sus funciones
iniciáticas, su cargo y su pensamiento especifico será el de transmitir a todos los
miembros del taller de manera simbólica e iniciática la luz que emana desde el
Oriente.
Tiene que conseguir que sea en lo posible un espacio de trabajo intelectual y
mirar de que se hagan palpables las verdades encerradas en los símbolos y las
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alegorías propias de la hermandad masónica.
Su función iniciática es la de amar a sus hermanos de taller, y de recrearlos en
cada tenida que se realice bajo sus auspicios, en los sentimientos de la
fraternidad de espíritu, por encima siempre de las amistades temporales y
humanas.
Si se analiza la actuación del responsable de la reunión masónica, siempre se
puede ver que finaliza el turno de palabra, al final de todas las intervenciones, a
raíz de un tema expuesto. Se podría decir que esta acción que se perpetúa a
través de los tiempos, es una atribución de Poder o de Status, y sin embargo,
solo tiene que ser entendida iniciáticamente.
La función de la facultad de cerrar una discusión o una serie de apreciaciones
después de que hayan hablado las columnas, contiene una profunda y delicada
Responsabilidad, que tiene que concluir siempre en un espacio virtual donde la
justicia, la constancia y la perseverancia, tienen que en lo posible aflorar siempre
en las palabras finales del Venerable, y conseguir siempre que sea viable, que se
perpetúe la calidad de la Obra, en el oficio responsable de un cargo de una
importancia capital.
Las funciones iniciáticas del Oficio se podrían diversificar en dos direcciones
obvias. La primera la de dedicación por completo del responsable de la logia
hacia sus hermanos, atendiendo a las dimensiones iniciáticas de su función. Y la
segunda la de procurar estar siempre al servicio creador del Oriente Eterno, del
Gran Arquitecto del Universo, o del Bien y Provecho de la Francmasonería
Universal en la aplicación puntual y efectiva de sus símbolos y ritos que el Arte
Real ha legado a todos los francmasones del Universo.
El Venerable Maestro debe cuidar mientras ejerza esta función, por el bien del
taller y de todos sus miembros. La logia es un lugar sagrado donde la luz emana,
nace de ella misma, siguiendo tradiciones ancestrales, en donde se puede ver
pasar el fatal e inexorable paso de los años y las centurias.
Pero ante todo tiene que saber dejar bien patente a todos sus hermanos a los
que temporalmente dirige, que la logia no se tiene que entender como tal, como
una organización humanitaria.
Cada vez que se enfrente a un problema individual, debe descubrir el medio de
hacer comprender al hermano/a involucrado/a, que sus problemas, dificultades o
cargas profanas no las debe llevar al templo e implicar así su vida iniciática de
masón. El venerable debe no pecar de ignorancia y estar con el corazón entre y
también dentro del corazón de sus hermanos.
Fuera del templo, mirará de ayudar al máximo a solucionar las vicisitudes y
problemas profanos de sus hermanos, sabiéndolos tener siempre bien lejos de los
momentos iniciáticos de las tenidas.

El dominio del ritual y los ritos


Es esencial que el hermano que afronta una veneratura, tenga un extenso
conocimiento del rito de su logia y de su Obediencia, para poder dirigir
correctamente los trabajos masónicos. Pero también es aconsejable que sus
conocimientos también abarquen la historia de la Francmasonería y conozca
los ritos que se practican en su Oriente y en el mundo, con el fin si es
requerido para ello, poder aconsejar a sus hermanos deseosos de visitar otras
35
logias.
A partir de un ancestral acervo, legado o patrimonio, la Masonería ha ido
evolucionando en el transcurrir de los tiempos. Y esta progresión se ha hecho en
los diferentes territorios y países de manera uniforme, pero teniendo en cuenta
circunstancias y peculiaridades históricas, sociológicas y religiosas.
Aunque todos imbuidos en el mismo ideal universal, hay que constatar que las
prácticas difieren según los países y costumbres peculiares. En lo que
generalmente se define como rito masónico, existen multitud de variaciones, de
características y singularidades.
Si partimos de la base que un rito es un conjunto de prácticas en el seno de una
misma institución (masónica), destinada a reunir en un mismo lugar (la logia) a
hermanos y hermanas alrededor de una misma tradición, y orientados hacia el
perfeccionamiento del hombre/mujer, nadie puede afirmar seria y formalmente y
con propiedad qué rito en cuestión es el verdadero. Pero sin embrago, sí existe la
Filiación Espiritual y el Sentido Masónico que nos une a todos.
Y abrazando la praxis histórica, sabemos que no ha sido posible conservar o
tener en la actualidad los antiguos rituales de las primeras logias especulativas.
Sencillamente porque nunca fueron imprimidos o escritos, pero sí transmitidos
oralmente y aprendidos de memoria según la antigua tradición.
Y gracias a esos Catecismos, utilizados para la instrucción de Aprendices y
Compañeros, podemos disponer de una idea aproximada. Sera a partir del siglo
XVIII, cuando las logias se agruparon en Obediencias, que se llegará a una cierta
armonización de rituales y prácticas. A partir de entonces los ritos irán poco a
poco individualizándose y se llegara a una cierta diversidad.
La historia de la Masonería nos muestra su fragmentación entre los dos grupos
que en aquella época se formaron: los Antiguos y los Modernos.
Fueron los británicos, es decir, ingleses, escoceses e irlandeses los que por
cuestiones no del todo filantrópicas y desinteresadas, sino por razones
dinásticas (Hannoverianos) y religiosas (Jacobitas) se vieron forzados a
abandonar las Islas Británicas a causa de una implacable persecución que
ponía en peligro sus intereses. Después de la creación de la Gran Logia de
Londres en 1717, hubo masones que no estuvieron de acuerdo y esta
circunstancia propició que estos, años más tarde en 1751, generasen una gran
logia rival a la que llamaron «La Muy Antigua y Honorable Sociedad de los
Masones Libres y Aceptados». Fue a partir de entonces que estos masones
denominaron de manera despectiva a los hermanos de la Gran Logia de
36
Londres como Modernos.

La Iniciación, tarea o arte creador


Uno de los momentos más intensos, emotivos y significativos del cargo del
Venerable Maestro, es cuando procede a iniciar a un neófito. Se trata de uno de
los puntos de soporte iniciático más importantes de su función. Es cuando se
sustantiva una gran parte de su función iniciática. Su concentración debe ser
absoluta y perceptible y compartida por todos los asistentes a la tenida.
Debe preparar todos los aspectos del ceremonial. Es necesario conjugar la
perfecta ejecución del ritual por parte de todos los hermanos y hermanas con los
Oficios más importantes del ritual.
La función del Experto, o en algunos ritos Hermano Terrible, es básica. El bien
hacer del Maestro de Ceremonias armoniza los trabajos, y la perfección del oficio
del hermano/a Maestro de Armonía eligiendo temas musicales adecuados, eleva la
formalidad de la ceremonia.
De la mano del hermano Experto, el postulante llega al lado izquierdo del
Oriente, y el presidente de la Asamblea en nombre del Gran Arquitecto del
Universo o de la Francmasonería Universal, Crea, Constituye y Recibe al nuevo
hermano. Es un momento iniciático de Potencia Iniciática que siempre
recordaran tanto el nuevo iniciado como el Venerable Maestro.
Este momento de la ceremonia tiene a mi modo de entender una gran densidad
emocional y espiritual que debe centrarse en una reflexión profunda sobre tres
palabras que pronuncia el Primer Mallete de la logia: Crear, Constituir y Recibir.
El término Crear es hacer que algo comience a existir por primera vez, dar vida
partiendo de la capacidad iniciática, se trata de instituir a un francmasón, a un
iniciado a partir de un profano, que abandona su antigua vida, para llegar a un
nuevo estadio personal.
Se propone de manera práctica a un hombre o a una mujer cuyas
potencialidades estaban poco canalizadas y esparcidas para que se organice y se
construya asimismo/a de manera coherente y armoniosa.
Jean-Jacques Zambrowski en un solo párrafo documenta el momento:
Es la divisa del Rito Escocés «Ordo ab Chao», crear el orden a partir del
desorden. En la lógica ternaria que se observa en Primer Grado, «crear» nos
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remite de esta manera hacia la Sabiduría.
El vocablo Constituir es una expresión que nos remite al hecho de fundar,
establecer e iniciática y simbólicamente nos orienta y encauza hacia la
Construcción, Edificación y Elevación de un edificio, de un templo, en el
aspecto personal. También de manera alegórica puede transportarnos a la idea de
conformar un Todo con variados elementos.
La palabra Recibir conlleva la idea y representación de admitir, acoger e
integrar. La expresión completa y acomoda una noción o elemento de buena
voluntad, de benevolencia y generosidad, con una clara evocación al Amor
Fraternal al que el iniciado/a es invitado/a en lo sucesivo a compartir con sus
nuevos hermanos.
Si se da la circunstancia que en la misma tenida se inician varios Aprendices, el
Venerable procurará que cada uno de ellos perciba y aprecie el carácter Único de
su Iniciación.
Irene Manguy, resume el alcance de este momento sublime, impresionante y
considerable del Arte Real como un Arte Creador del Primer Mallete del taller:
En el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, la consagración la ejecuta el
Venerable Maestro con la ayuda del mallete y de la espada flamígera.
Ilustrando claramente esta manifestación descendiente del verbo creador, en
donde el Venerable Maestro, en representación del Gran Arquitecto del
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Universo, dice: Yo os creo, recibo y constituyo Aprendiz masón.
Todos los hermanos de la Orden, recuerdan el día y el momento de su
Iniciación y por supuesto la persona que los inició. Se trazan unos lazos íntimos,
fraternos e inalterables entre dos personas, entre dos hermanos. La Iniciación es
el nacimiento a una nueva vida.
En los alumbramientos profanos, son los padres, los familiares y los más
allegados al recién nacido que recordaran aquel momento. Hermes Trismegisto
diferencia la antigua Iniciación del nacimiento de un nuevo ser, y nos habla de
que:
No es el mero hecho de nacer, que significa la vida, sino el de tener conciencia
de ello.
Porque en una Iniciación se produce un nacimiento consciente. Es el momento
en que iniciáticamente se ve la luz.
Y todos los que hemos tenido la suerte de conocer este momento excepcional y
de continuar fieles a la iniciación recibida, tenemos en nuestro interior un tesoro
inestimable.

Los Aumentos de Salario


El Aumento de Salario o Paso de Grado es un nuevo eslabón en la Escalera
Iniciática que va acercando al propio conocimiento del ser interior del Aprendiz.
Merced a la constancia del trabajo y de la enseñanza masonica recibida del
Segundo Vigilante, el masón de Primer Grado arriba a las puertas del grado
intermedio de la Francmasonería.
Poco a poco ha ido aprendiendo a diluir sus costumbres y vicios profanos,
fortaleciendo sus virtudes, está ya dispuesto/a a pasar de las Tinieblas a la
Claridad, de la ignorancia al conocimiento.
El Venerable Maestro, de manera indirecta conocerá los progresos de los
Aprendices merecedores del Aumento de Salario y asumirá la responsabilidad de
solicitar como máxima autoridad del taller a la Cámara de Maestros, la petición
del Segundo Vigilante.
A partir de la Ceremonia Magna de Aumento de Salario, el nuevo Compañero,
en el aspecto iniciático, podrá desplazarse por los cuatro puntos cardinales,
partiendo de lo conocido a lo desconocido en busca de nuevos conocimientos,
costumbres y aprovechar sus Viajes para ir descubriéndose a sí mismo.
En su talante intelectual, se apercibirá de la realidad y la necesidad del Trabajo
y en su esfuerzo y estudio podrá descubrir las tradiciones religiosas más antiguas
que darán muchas Luces a su formación y solidez espiritual.
En el aspecto moral, saber que el error la mayoría de las veces es producto de
la ignorancia y que el conocimiento es fuente de virtud.
El Venerable, en fin, en nombre de la Cámara de Maestros recompensa al
Aprendiz postulante por sus estudios y su esfuerzo y lo coloca y sitúa en el
Mediodía para que continúe su carrera masónica.

La Exaltación
La Tenida Magna de Exaltación a la Maestría de un Compañero es una tenida
especial e importante. No solo para el hermano/a que va a ser Elevado, sino
también para el Venerable.
El pilar de la Sabiduría debe recordar al presidente de la Asamblea que los
trabajos deben ser armoniosos y solemnes, y que un hermano/a va adquirir toda
la impronta masónica que aún le faltaba y que culminará en los grados de la
Masonería Azul.
Los textos conminando a luchar contra la Ambición, desenmascarar la
Hipocresía y enseñar al Ignorante, deben sustentar la tarea a realizar por el
director de la Tenida Magna.
Las tinieblas del ambiente reforzarán el papel creador de los momentos
sublimes de la ceremonia y las débiles Estrellas enviarán un alegórico y firme
mensaje a todos los presentes de la importancia de la tenida, en el sentido que la
Luz siempre se impondrá sobre la Oscuridad.
La marcha inversa del postulante recordará al Venerable todo el trabajo que
resta por efectuar, la preparación posterior del nuevo Maestro y su compromiso
con él y la Orden en este sentido.
Las transmisiones de los viajes serán vividas simbólicamente también por el
Primer Mallete, reviviendo su Exaltación y renovando todos los compromisos
adquiridos.
La leyenda representará una Recarga Espiritual de Fuerza Iniciática para
transmitirla en los momentos posteriores al compromiso del recién exaltado y a
la creación del nuevo Maestro.
Las baterías de gozo, un sentimiento del deber cumplido y un refuerzo y
asistencia iniciática, para proseguir la tarea de la dirección de la logia.
Si el ejercicio de las Iniciaciones potencia la labor iniciática del Venerable, las
Exaltaciones culminan la tarea.
La realización del ritual en este grado, impone al Director, la ejecución de todo
su cometido con firmeza, calma y alta y buena dicción, sabiendo entonar los
momentos de tristeza, de rigor y los de gozo fraternal.
Las palabras dirigidas al nuevo/a Maestro/a, no tienen que ser repetitivas e
impersonales, sino cargadas de fraternidad, buenos deseos y con la máxima
expresividad e individualización posible.
La función creadora del Conductor del Taller y Primer Mallete de la logia se
diversifica en todos los grados azules de la Masonería.
En las etapas de los hermanos y hermanas del taller que derivan en los cambios
de estado y de progresión masónica, él es el testigo principal y el ejecutor de las
Iniciaciones, Aumentos de salario y de las Exaltaciones.
A él le corresponde estar al lado de los que cambian de grado y recorre con
ellos el sendero o camino iniciático de los misterios masónicos.
Todos los masones hemos pasado por la Iniciación. Y no hay que olvidar jamás
este proceso rigurosamente iniciático, individual, pero profundamente colectivo,
en una formalidad excepcional que transciende en el tiempo y en el espacio y
nos une a todos los francmasones del mundo, tanto con los del presente, del
pasado como los del futuro.
El Venerable Maestro actúa como un alquimista, representando iniciáticamente
en estos determinados momentos de las tenidas, los trabajos precisos y
ancestrales de las transmutaciones atávicas. Así, de esta manera, Serge Hutin
precisa:
El Venerable Maestro ejerce el papel del alquimista esforzándose en
reproducir en una escala reducida, lo que pasó en los orígenes de manera
excelsa a partir de la consecución del orden en el caos primordial borroso por
39
la luz que irradiaba...
También Daniel Beresniak, lo precisa de esta manera:
El Venerable Maestro es el alquimista que transmuta las pasiones y las
asperezas de las almas en amor fraternal. Este amor genera el estímulo del
espíritu y constituye la atmosfera necesaria para el desarrollo del
40
conocimiento.


CAPÍTULO SEPTIMO
EXÉGESIS DE LA LOGIA

Una Logia justa y perfecta


En condiciones de normalidad, el Venerable abre los trabajos en logia cuando esta
e s Justa y Perfecta, es decir, cuando cumple con unos requisitos mínimos y
básicos que le permitan cumplir con normalidad sus labores masónicas. Pero para
llegar a este punto existe el conocido axioma masónico que con diversas variantes
nos dice:
Tres la gobiernan, cinco la componen y siete la hacen justa y perfecta.
Pero, ¿de dónde proviene este aforismo? ¿Pertenece a expresiones y frases del
pasado que se han ido repitiendo y perpetuando invariablemente sin saberse de
dónde procedían?
Disponemos de bibliografía concisa, generalmente casi siempre relatada a
modo de Catecismo, que se limita a exponer claramente lo que necesita una logia
en principio para poder abrir trabajos.
Hay diversas fuentes históricas, todas al alcance de cualquier estudioso en
Masonería. El Manuscrito Sloane (1700), el Manuscrito Wilkinson (1727) y La
Masonería diseccionada (1730), por ejemplo.
En estos códices queda bien reflejada y documentada la sentencia con
diferentes palabras pero explícitamente concisas al respecto.
En el Manuscrito Sloane, en el que se detalla y explicita una descripción
narrativa de la contraseña y signos empleados por los masones, en un punto
determinado tenemos lo siguiente:
—¿Dónde se formó usted como masón?
—En una logia justa y perfecta o justa y legitima.
—¿En qué consiste una logia justa y perfecta, o justa y legitima?
—Una logia justa y perfecta está formada por dos Aprendices ingresados, dos
Compañeros de oficio y dos Maestros; o tal vez más o menos. Cuanto más
somos, más nos reímos; cuanto menos somos, mejor es la comida; pero en
caso de necesidad, cinco bastarán, es decir, dos Aprendices ingresados, dos
Compañeros de oficio y un Maestro, sobre la más alta colina o el valle más
41
profundo del mundo, donde no se oye ni cantar un gallo ni ladrar un perro.»
Y en el Manuscrito Wilkinson disponemos también de un diálogo a modo de
Catecismo, muy estrechamente ligado por las fechas y con el texto con el
Entered Prentice Degree (Grado de Aprendiz Aceptado) de un clásico del Arte
Real de la época: La Masonería diseccionada de Prichard, publicado en octubre
de 1730:
—¿Cuántos constituyen una logia?
—Cinco masones libres y aceptados reunidos en el mismo lugar y en la forma
debida.
—¿Cuántos constituyen una Logia verdadera y perfecta?
—Siete.
—¿En qué consisten?
—Un Maestro, dos Vigilantes, dos Compañeros del Oficio y dos Aprendices
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Aceptados.
En los textos de Samuel Prichard, la exposición de la conversación en el
aspecto de la constitución de una logia justa y perfecta es casi fugaz:
—¿Qué constituye una logia justa y perfecta?
—Siete o más.
—¿En qué consisten?
—Un Maestro, dos Vigilantes, dos Compañeros del Oficio y dos Aprendices
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Aceptados.
Evidentemente, aunque claros en su exposición literal y con matices, no dejan
de ser a la práctica poco explícitos, dejando, a mi entender, no sabemos si
intencionadamente, el camino abierto hacia interpretaciones diversas al respecto
que se producirán en el transcurso del tiempo.
Es difícil poder dilucidar, sin discusiones, lo que todas las palabras de las
fuentes explicitadas podían significar en aquellos tiempos en que fueron
recogidas y redactadas.
Si se quiere ser ecuánime, cuando se hable de en qué momento se comienza a
detallar el número de participantes y de grados, se tiene que acudir a Anderson,
ya que en sus Constituciones de 1723, ya más afinadas que las de 1717, nos
habla de la Biblia:
Salomón utilizó setenta mil hombres para llevar las cargas y ochenta mil
canteros para extraer las piedras de la montaña, y para dirigir los trabajos tres
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mil seiscientos capataces.
A los primeros les atribuye el nombre de Aprendices, a los segundos
Compañeros masones y a los terceros Maestros masones.
Pero todos estos textos, después de leerlos, tendrían que ser tomados en un
contexto orientativo, para poder interpretar los diferentes acontecimientos
históricos que a través de los años se produjeron.
Así, de esta manera, sería conveniente interpretar los antiguos textos ingleses
sobre los Grados del Oficio del Arte Real, en base a la reconstrucción de la
metrópoli de Londres después del Gran Incendio de 1666, que quedó destruida
en casi un 80 por ciento, con 87 iglesias devastadas por las llamas.
Esta reconstrucción proyectó de manera preminente a la Francmasonería
operativa. Sus méritos quedaron reflejados en estructuras que podemos admirar en
la actualidad como la Catedral de San Pablo, Saint-James, Picadilly y el Royal
Exchange... El personaje más importante en la dirección de estos trabajos, recae en
45
Sir Christopher Wren, un masón especulativo y fundador de la Royal Society.
Sin lugar a dudas, después de exponer de manera sucinta los orígenes del Tres-
Cinco-Siete para poder iniciarse los trabajos masónicos, podríamos llegar a la
conclusión que la labor de Sir Christopher Wren fue en su momento,
simbólicamente, la de un Venerable Maestro en logia, ya que dirigió con rectitud
los trabajos de construcción.
En los avatares de una Veneratura, como ya se ha dicho anteriormente, el
Primer Mallete se puede encontrar con dificultades para poder abrir los trabajos.
Bajas repentinas, enfermedades y pasos al Oriente Eterno y faltas de asistencia
por obligaciones profanas, son pruebas específicas para poder desarrollar su
iniciativa, saber beneficiarse de sus contactos entre masones y superar los
trances que acontezcan, para lograr tenida a tenida que su logia sea Justa y
Perfecta.

Los Triángulos o Logias Simples


En determinados momentos, una Obediencia puede crear con el sustento de sus
Reglamentos y Estatutos un Triángulo o una Logia Simple. Generalmente los
Triángulos tienen una duración determinada y limitada y siempre obedecen a
criterios específicos, contextuales y de previsión para la formación posterior de
una Logia Justa y Perfecta.
¿Cuál es la definición de un Triángulo? Juan Carlos Daza lo delimita y precisa
de esta manera:
Se llama Triángulo a un taller masónico, el cual, por su escaso número de
miembros, no puede ser logia. Lo constituyen un mínimo de tres masones, uno
46
al menos Maestro.»
Una Obediencia puede crear un Triángulo en determinada localidad u Oriente
en la que no existen los suficientes hermanos o hermanas para constituir un
taller. La constitución de este Triángulo tiene que cumplir un mínimo de
condiciones y disponer de las autorizaciones previas y trabajar de acuerdo con
los rituales que le dicte la Obediencia.
El objetivo final del Triángulo como se ha dicho anteriormente es el de arribar
a ser una Logia, y por lo tanto debe de haber un compromiso formal en la
voluntad de sus miembros de llegar al número suficiente de hermanas y
hermanos necesario para llegar a la Logia Justa y Perfecta.
La finalidad de un Triángulo es, en primer lugar, el promover la expansión de
la Francmasonería y sus principios, preparar la formación de una nueva logia de
acuerdo con ellos y permitir en un momento dado a hermanos y hermanas
aislados en un Oriente alejado de una logia regular, mantener lazos de
fraternidad y poder trabajar regularmente.
Por norma, cumplidos los tres años de su constitución, si el Triángulo no ha
podido constituirse en logia, es natural que se disuelva. Por otra parte un
Triángulo suele depender de una de las logias cercanas a su ubicación o
directamente de la Obediencia.
Los Triángulos por uso general se acostumbran a regir por los mismos
Derechos y Deberes y los principios generales de los talleres que conforman la
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Obediencia a que pertenece.
Por esta circunstancia, su Venerable Maestro es el responsable de delegar la
instrucción de las posibles altas o regularizaciones y de velar como si de una
logia justa y perfecta se tratara, de las cotizaciones destinadas a cubrir los gastos
del Triángulo, que serían del mismo importe que cotizan y hacen efectivo, los
miembros de la Obediencia.
El funcionamiento del Triángulo se acostumbra a regir para fines de Iniciación
de profanos y de Pasos de Grado y Exaltaciones, con la ayuda de un determinado
número de Maestros de la Obediencia.
A mi entender, el Triángulo y todos los pasos previos de preparación, creación
y ejecución de trabajos, ofrece perspectivas muy interesantes para la progresiva
formación de sus miembros.
«Los trabajos de reunión, preparación, consulta de reglamentos y estatutos, y
48
finalmente el inicio de labores para un Triángulo Masónico» , son ciertamente
una Universidad de Latomia para cualquier Maestro que haya participado en
ellos, habilitándolo con esta práctica para si en un futuro es elegido entre sus
hermanos y hermanas para desempeñar el servicio de una presidencia.


CAPÍTULO OCTAVO
PLANIFICACIÓN

Logística del Taller


Por norma general, los Venerables Maestros en septiembre, al inicio del Curso
Masónico, después de establecer el Calendario de Tenidas en función de prever y
evitar con antelación convocatorias de reuniones en días festivos tradicionales en
su Oriente, en su gran mayoría tienden a planificar o diseñar un Calendario de
Trabajos Masónicos del curso.
Sin embargo, este es un tema al que a mi entender le viene bien el dicho: «Cada
maestrillo tiene su librillo». Cada ser humano tiene su método de trabajo para
explicar las cosas, para organizar y planificar. Y es posible que algún Venerable
Maestro tenga algunas ideas preconcebidas diferentes a esta usanza.
Una reunión con todos los miembros de la logia puede ayudar mucho en el
tema de la previsión de los días de tenida y evitar futuras faltas de asistencia.
La disponibilidad temporal de algunos hermanos puede preverse. Como por
ejemplo, con los posibles viajes de trabajo o personales, aniversarios familiares a
celebrar fuera del Oriente, días de trabajo profano inexcusable, etc.

La presentación de Planchas de Trabajo durante el curso


masónico
La función específica en este aspecto del Venerable Maestro es, a mi modo de
entender, lograr que al final del curso se hayan leído un buen número de trabajos,
repartidos en los tres grados simbólicos. Tanto de temas masónicos como de
temas sociales.
Se tiene que dar por supuesto que si en un taller hay Aprendices y Compañeros,
estos deberán burilar planchas de manera necesaria e ineludible, a partir de las
clases que recibirán de sus Vigilantes respectivos, con el legítimo deseo obtener
grados superiores.
Sin embargo, a veces, en donde el presidente de la Asamblea encuentra más
reticencia es con los Maestros.
Por diferentes razones. En primer lugar ellos/ellas no se ven forzados a realizar
trabajos en función de los encargos de la Segunda y Tercera Luz del taller.
Tenemos después que si no se procura involucrarlos, en la mayoría de las veces,
el acomodamiento a solo escuchar e intervenir en un momento dado sobre
planchas leídas, se toma como costumbre, rutina y hábito.
Es por esta razón que la tarea del Venerable en esta cuestión es la de animar a
todos los miembros del taller sin excepción a presentar planchas tanto simbólicas
como sociales.

La asistencia a los Ágapes


En Masonería tiene que existir y perpetuarse la solidaridad a todos los niveles.
Desde un buen principio, después de la Iniciación, vamos adquiriendo los
conocimientos, hábitos, costumbres y maneras de comportarnos en nuestro taller,
en la Obediencia y en todos los entornos donde se practica el Arte Real.
Tendríamos que hacer un breve inciso para incidir en la definición de la palabra
Ágape y nada mejor que la Enciclopedia Espasa:
1.- Comida en común celebrada entre los cristianos de los primitivos tiempos
de la Iglesia. 2.- Uno de los nombres de la Eucaristía. 3.- Limosna entre los
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primeros cristianos. 4.- Entre los masones, comida ritual.
No voy a referirme aquí a los Ágapes Ritualísticos o de Masticación, sino a la
reunión en torno a una mesa de los hermanos y hermanas de un taller
determinado después de una tenida.
Debido a las obligaciones profanas, algunos hermanos acuden a las tenidas
siguiendo las pautas de la agenda. No son todos, pero casi siempre se da algún
caso.
Esta situación suele implicar que después de asistir a las tenidas, algunos eviten
los Ágapes, y continúen con su rutina diaria hasta finalizar la jornada.
Pero también se puede dar el caso de que algún hermano o hermana no se
quede a los ágapes por otras causas. Y el tema económico puede ser el motivo.
El Venerable Maestro con mucha prudencia y mano derecha, tiene que velar y
procurar solucionar esta circunstancia, ya que la asistencia a los Ágapes es la
continuación natural de la tenida, o mejor dicho la extensión natural de la
misma.
El trato entre hermanos, posterior a la característica rigidez del ritual dentro del
templo, permite la distensión y el conocimiento mutuo.
Generalmente los Ágapes se suelen celebrar en la Sala Húmeda del templo.
Esto conlleva la preparación anterior de los alimentos y exige la existencia de un
hermano o hermana Maestro/a de Banquetes.
Debido a la problemática que puede ocasionar todo este proceso, algunas logias
—siempre y cuando los horarios de las tenidas y su ubicación en el Oriente al
que pertenecen lo permita— optan por reunirse en restaurantes cercanos, cosa
que evita toda la dinámica de la preparación de los ágapes y de la posterior
adecuación y limpieza de la Sala Húmeda, al tiempo que los hermanos disponen
de más opciones gastronómicas.
Los Ágapes facilitan a los miembros de un taller compartir también las
experiencias, opiniones y reflexiones de todos los hermanos, sea cual sea su
grado.
Sin embargo hay que evitar, y en esto el Venerable debe ser sutilmente
cuidadoso, que los ágapes discurran en tono distendido y que no deriven en puro
chismorreo, acerca de otros hermanos, logias y obediencias.
En ningún momento se deben obviar noticias, anécdotas, chistes, ideas acerca
de la logia, Obediencia y la Orden, pero sí observarse unos mínimos de
responsabilidad y de sentido común masónico, en comentarios poco apropiados
sobre hermanos o hermanas en particular.
Debemos de tener presente que en el cierre de los trabajos masónicos se
conmina a que la Luz que los ha presidido siga alumbrando en nuestro interior
cuando nos encontremos en el mundo profano. A partir de esa premisa, todos
debemos continuar en esa onda y no permitir que esa Luz se disipe apenas
traspasado el umbral del Templo.
Me gustaría cerrar este apartado, citando el principio del punto segundo del
artículo sexto de las segundas Constituciones de Anderson (1723):
Se permiten inocentes jovialidades según el ingenio de cada cual, pero
evitando todo exceso en la comida o bebida ni obligando a nadie a que coma o
beba más allá de su inclinación, ni estorbando que se marche cuando le
convenga. Tampoco se ha de decir ni hacer nada ofensivo ni que arriesgue
impedir la libre conversación, porque estropearía nuestra armonía y
desbarataría nuestros laudables propósitos. La falta de observancia de estos
preceptos, han sido y serán siempre funestos para la prosperidad de las
50
logias.

Incorporaciones y bajas de miembros de una logia


Tanto las incorporaciones como las bajas de la logia deben ser convenientemente
administradas y gestionadas por el Venerable y consultadas con el hermano
Orador y consensuadas por el taller. Son cuestiones la mayoría de las veces que
entrelazan asuntos y materias personales, pudiendo ser en algunos casos temas
delicados.
El Venerable Maestro tendrá muy en cuenta, dentro del apartado de las
incorporaciones al taller, el Oriente en donde residen los futuros candidatos. No
es aconsejable que con la idea —siempre legítima— de aumentar el número de
hermanos, se produzcan altas que yo me atrevería a denominar Altas contra
natura.
Si un aspirante a formar parte de la logia sea profano o masón, reside lejos del
Oriente de la misma, esta circunstancia, tarde o temprano, redundará en perjuicio
de él mismo y de la logia. La experiencia a lo largo de los años ha dejado bien
clara y diáfana esta afirmación.
De hecho, muchas Obediencias ya tienen en consideración esta circunstancia
en sus estatutos y reglamentos, y dejan abierta la posible creación de Triángulos
51 52
para evitar esta circunstancia. ,

Incorporaciones: Traslado, Afiliación y Reintegración


El Traslado es el pase de un hermano/a de un taller a otro de la misma
Obediencia. En principio esta circunstancia, reviste pocos problemas
administrativos para la Obediencia y las logias implicadas.
Las causas de un traslado en principio se pueden deber a incompatibilidades de
horario o de días de tenida del hermano/a implicado/a, cambio de residencia
(Oriente) u otras circunstancias que se puedan producir.
El/la hermano/a debe estar a plomo de sus cuotas y la logia que lo/la acoja
realizará bajo la dirección del Venerable un escrutinio de aceptación.
El proceso de Afiliación es la incorporación a una logia de un hermano/a de
otra Obediencia. Este/a candidato/a a la entrada, deberá de aportar La Plancha
de Quite de la Obediencia que abandona con todos los requisitos ya conocidos.
La Reintegración se origina cuando un hermano/a perteneciente a una
Obediencia, que ha estado en sueños decide reincorporarse a su logia o a su
Obediencia.
También puede darse el caso de que quien desee reintegrarse haya finalizado un
proceso de regularización de una deuda pecuniaria pendiente o de la finalización
de una sanción masónica o el término de una sanción pronunciada por un
tribunal civil profano y que hubiera conllevado una sanción o irradiación
masónica.

Bajas: Entrada en sueños, Dimisión, Miembros


Honorarios, Irradiación
La Entrada en Sueños de un hermano o una hermana, se produce cuando pasa a
la inactividad masónica, es decir, que no trabaja en ningún taller o logia sin
perder por esta circunstancia sus Derechos Masónicos.
El diccionario de la Francmasonería de Juan Carlos Daza, aclara al respecto:
Un masón que ha entrado en la vía de la Iniciación no puede retroceder el
camino andado, pero si pararse un tiempo (por enfermedad, trabajo, viajes,
etc.) para retomarlo cuando las condiciones que le apartaron de la Orden
hayan desaparecido. Para abandonar la logia solo deberá solicitarlo por escrito
explicando el motivo y estando «a plomo» se le expedirá la «Plancha de
53
Quite» con la que pueda acreditarse en una futura solicitud de Afiliación.
El Venerable recibirá la solicitud de plancha de quite, pidiendo entrar en sueños
y después de hablar con el hermano/a que realiza esta solicitud lo expondrá en
logia y después del debate —si se produce—, sin votación alguna se dará curso a
la solicitud y se procederá con el proceso administrativo pertinente.
La dimisión de un hermano/a en logia se nos presenta desde varios ángulos.
Primero el de la logia, después el de la Obediencia y también de la misma
Orden.
También puede ser debida a voluntad propia, o a raíz de una suspensión de
trabajos de la logia en que trabaja. El Venerable después de hablar con el
hermano/a en cuestión procederá a tratar la cuestión en Cámara de Maestros y la
decisión de la aceptación de la dimisión siempre se tomará después de
comprobarse que el/la demandante esté a plomo con la logia; en caso contrario el
Venerable procederá por las vías de la Irradiación.
Sin embargo, esta situación masónica depende de muchas circunstancias y
todas ellas serán tratadas por el Primer Mallete de la logia con prudencia,
discreción y ciñéndose siempre a los Estatutos de la logia y la Obediencia.
El tema de los Masones/as Honorarios es siempre abordado por las logias de la
mano de los Venerables Maestros, que en determinadas ocasiones y en función
del reglamento de la logia o de la Obediencia, propondrán dicha condición
considerando a estos miembros como uno más en los talleres, ya que pueden
asistir cuando deseen a las tenidas. Pero en la práctica se tiene que considerar a
estos hermanos como una pérdida para el taller.
En la mayoría de los casos el tema de los Miembros Honorarios está
determinado por la edad, enfermedad (o ambas causas) o circunstancias
especiales que tendrá que valorar el Venerable. Y se debe hacer hincapié que este
status masónico no es ni indeleble ni concluyente.
...hay que recordar que este estado masónico no es ni permanente ni definitivo,
ya que diversas razones pueden conducir a un hermano una hermana activo o
activa. Es suficiente informar al Venerable Maestro por escrito y pagar de
nuevo la cotización global. Esta decisión voluntaria permite al interesado/a de
54
recuperar todos sus derechos y tener presentes todas sus obligaciones.
La Irradiación es un tema altamente delicado, y a mi entender siempre tiene
que ser abordado con precaución, con la mente fría. Y siempre, al menos por
estos lares, conlleva convulsiones no deseadas a nivel Obediencial.
En el léxico masónico la definición es corta y concluyente:
Exclusión de un hermano o hermana juzgado/a indigno/a y que no ha
respetado sus compromisos.
Radiación o Irradiación, Separación, Expulsión a que son condenados los
masones que se hagan indignos de este nombre; equivale a la muerte civil y es
55
la pena más severa que puede imponerse en la Masonería.
Daniel Ligou aborda y reduce el tema haciendo hincapié en las faltas o delitos
graves que conducen a la Irradiación por continuadas faltas de asistencia a logia
y por no estar a plomo.
Esta sanción, que se aplica generalmente a los hermanos y no a los talleres, se
produce a menudo por falta de asistencia o asiduidad o por causa de impago
de las cotizaciones y comporta para el culpable, la retirada de su nombre en
los archivos del taller y de la Obediencia y la pérdida de su regularidad
56
masónica.
Y es porque en Francia también se contempla en el apartado de las
57 58
irradiaciones las expresiones o vocablos Exclusion y Déchéance. Pero que,
peculiaridades aparte, son de hecho puras Irradiaciones.
El Venerable Maestro tratará siempre esta situación con suma reflexión,
cordura y sensatez, pero, si es necesario y la situación lo requiere, con la firmeza
requerida.


CAPÍTULO NOVENO
VENERABLE MAESTRO INSTALADO

Referencias históricas
Las primeras reseñas referentes a la ceremonia de Instalación del Venerable
Maestro aparecen alrededor de 1753 a resultas del litigio histórico inglés de los
59
Antiguos y los Modernos . Y a raíz de una documentación de René Guilly se tiene
conocimiento de dicha práctica ceremonial:
En efecto, entre las numerosas quejas hechas a los Modernos de 1717 por los
Antiguos de 1753 y que son enumerados extensamente por B.E. Jones en su
Freemasons Guide and Compendium (pág. 201) este indica haber dejado caer
en desuso la ceremonia esotérica de la Instalación del Maestro, aunque algunas
de sus logias hayan practicado tempranamente tal ceremonia y continua por su
60
propia iniciativa para hacerlo.
En todo momento, sin dar detalles concisos, se citan Secretos Particulares y
ambiguos detalles de la ceremonia, con referencias a su importancia,
considerándola como un verdadero Landmark del Oficio, con observaciones
61
detalladas a ser preservada.
René Guilly termina sus comentarios con la observación de la importancia
masónica del Venerable Maestro en los talleres y la necesidad de perpetuar dicha
ceremonia:
Nunca se dirá lo suficiente sobre cuanto la personalidad del Venerable tiene de
importancia para la vida de una logia. Este rol eminente del Maestro de la
Logia es una de las grandezas y una de las debilidades de nuestra Institución.
También todo lo que contribuye a reforzar la dignidad y la instrucción
masónica de los Maestros en «Trono» (Maître en Chaire) solo puede tener una
62
influencia benéfica para nuestra Orden.
A partir de 1810 se instaura de nuevo la Ceremonia de Instalación de los
Venerables Maestros y es la Logia Antiquity núm. 2 la que aborda el tema en
tenida. Y una vez finalizada, se crea un Consejo de Maestros Instalados.
A partir de aquel momento, todos los dignatarios, Venerables y Pasados
Venerables de Inglaterra, fueron reinstalados.
Este rito no otorga teóricamente ningún grado en especial, y su función es
cualificar, para el ejercicio de la Veneratura. Los Venerables y Antiguos
Venerables que hayan vivido la ceremonia de Instalación, pueden reunirse en
Consejo de Maestros Instalados, libremente y fuera de toda estructura
63
obediencial.

Referencias Iniciáticas
En la progresión masónica, la primera premisa es la Iniciación, para después en el
grado de Aprendiz continuar el ascenso después de la pertinente enseñanza, y ya en
el grado de Compañero, ascender y arribar a la Maestría.
Cada etapa es esencial en la vida iniciática. Después, con el paso del tiempo,
los talleres, las Obediencias y, en fin, la Orden, pueden exigir más funciones al
hermano/a en Tercer Grado. Una de ellas es la de ser Venerable Maestro.
Y entonces esta progresión requiere una ceremonia especial, con un ritual
establecido, con unas connotaciones específicas y de una intensidad particular.
A partir de este momento el elegido tendrá una serie de obligaciones y
atribuciones.
Pero si se siguen las pautas iniciáticas, que por desgracia en algunas Obediencias
no son tenidas en algunas ocasiones en cuenta, la función y el ejercicio del Oficio del
Venerable requiere una ceremonia más, una elevación determinada mediante un
ceremonial con un ritual secreto:
En la Masonería tradicional hay que considerar que el comienzo de las
funciones de un Venerable, sea objeto de una ceremonia particular, dicha de
64
Instalación, que comprende una parte secreta.
Ya después de 1717, el pastor Anderson redactor de las famosas
Constituciones, admitió que no se habían seguido correctamente las pautas de los
antiguos rituales, ya que muchos ni se llegaron a escribir —se realizaban de
memoria— y otros se habían perdido o habían sido destruidos.
Jean Delaporte aporta su opinión al respecto:
A partir de esta instalación secreta el Venerable Maestro no es el primero entre
sus iguales. La iniciación a su función a este grado más allá de los grados
simbólicos, le permite sentarse al Oriente sin ser quemado por su fuego. Y si
el ritual de entronización no se ha celebrado, la función del Venerable no se
asume completamente y se reduce a una simple tarea de un grupo de
65
hermanos.
Este hermano sostiene la teoría de que el ritual de Instalación es muy
importante, ya que de él derivan todos los demás rituales que se practican en
logia. Y en sus procederes itálicos secretos se emula la promesa que realizaban
66
los Maestros de Obra en la Edad Media.
Los rituales, comentarios, signos, instrumentos simbólicos, toques y la palabra
del Maestro Instalado figuran en los Libros de Rituales de la Gran Logia
67 68
Nacional Francesa y de la Gran Logia Tradicional y Simbólica Opera .

CAPÍTULO DECIMO
LOS TRABAJOS HAN SIDO
JUSTOS Y PERFECTOS

El tiempo del ejercicio de la Veneratura


Llegamos a un punto interesante para tratar, enjuiciar, y en mi caso dar mi
opinión al respecto. Esta cuestión debe ser presentada con el máximo de rigor.
Como se ha explicado anteriormente, en la segunda mitad del siglo XVIII este
debate en Europa fue el centro de reflexión de muchas logias. ¿El Venerable
debía seguir ostentando el cargo Ad Vitam?
Después del seísmo de la Revolución Francesa, los antiguos valores masónicos
fueron sutilmente barridos y en 1799 se crearon las bases para abolir el
Veneralato de por vida. En el bien entendido que algunas logias guardaron su
independencia al respecto.
Fueron los tiempos de la creación de Grandes Logias y Obediencias y el fin de
los veneralatos sin competencia y de una hipotética estabilidad asegurada por la
continuidad solo interrumpida por el fallecimiento del Primer Mallete de la
Logia.
¿Cómo están las cosas a día de hoy? En principio esta cuestión está regulada
por los reglamentos de las logias y de las Obediencias.
En Francia, con las debidas peculiaridades, las veneraturas son por un año,
renovable hasta dos veces, lo que conlleva que un Veneralato dure tres años.
En el estado español, ateniéndonos siempre a los reglamentos y estatutos, las
veneraturas tienen una duración de tres años. Pudiendo en muchas ocasiones
(dependiendo de las Obediencias) repetirse por un mandato más. Es decir, como
máximo dos legislaturas.
Lo que sí es evidente es que si un hermano o hermana llega a la Veneratura,
antes habrá expuesto a la Cámara del Medio y a la logia su proyecto de trabajo.
Y en determinadas circunstancias, para completar dicho compromiso, se puede
necesitar un determinado espacio de tiempo. Sin embargo, nunca más de los
límites expuestos.
Porque en los reglamentos de las logias y de las Obediencias están expuestos
los principios masónicos de que todos los Maestros, por norma general, puedan
ejercer el cargo de Venerable. Pero evidentemente esta rotación o turnover no
puede ser manejado como si se tratara de un cargo de una sociedad profana. El
ejercicio del cambio de Venerable no debería nunca ser realizado de manera
rutinaria. Generalmente el Venerable saliente, en principio se preocupa y prepara
a su sucesor.
Por otra parte, no todos los hermanos pueden estar cualificados para ejercer la
veneratura, ni todos los miembros de un taller lo pueden desear ejercitar. Ya que
en determinadas circunstancias sus obligaciones y compromisos en la vida
profana se lo impiden.
Lo cierto y evidente es que cada logia elige su destino con el nombramiento de
su Venerable Maestro, ya que se trata de un acto fundamental que necesita una
perfecta toma de conciencia con los criterios adoptados y una plena
responsabilidad de todos los miembros del taller.

Reflexiones sobre la Veneratura


El ejercicio de la veneratura es una experiencia inspiradora, estimulante y noble
de una toma de contacto diferente con personas (hermanos y hermanas) que
participan de un proyecto común de ser mejores progresivamente.
Daniel Beresniak nos dice:
El ejercicio del Veneralato transforma al Maestro, más aun, lo sosiega. Un
pasado venerable que ha practicado su oficio según el Arte, jamás se
comportará masónicamente como antes. No tendrá la pretensión de ser un
entendido o un sabio en determinadas cuestiones, esta liberado del placer de
dominar, vivirá con el placer de compartir la palabra y sabrá escuchar y
69
comprender en determinadas ocasiones lo que no se ha dicho.
El Venerable Maestro en el desempeño de su oficio, y por las circunstancias de
su cargo, ejerce de hermano mayor, coordinador, árbitro, consejero, confidente, y
durante el tiempo que profesa este compromiso, aprende interna e
iniciáticamente a comprender a su prójimo. Y esta labor no lo convierte en un
demiurgo, sino tan solo en un catalizador de la unión de los miembros de su
taller.
Desde su lugar en la logia debe saber siempre observar a las columnas, en ellas
verá a los hermanos y hermanas que han confiado en él, que le han concedido su
confianza temporal para dirigir los destinos de la logia.
Esta convicción nunca debe ceder a la tentación de la embriaguez de poder y
del autoritarismo y, al contrario, le tiene que permitir gozar plenamente de la
oportunidad que ha tenido de vivir una etapa incomparable en su carrera
iniciática.
El ejercicio de la veneratura dejará atrás, a parte de las vivencias agradables e
inolvidables, momentos quizás duros de conflictos internos, deserciones,
cambios de humor, arrebatos, resentimientos, que habrán sido en todo caso
trampas iniciáticas que el cargo conlleva en sí.
La progresión iniciática del Venerable después de haber trabajado el rito en los
tres grados simbólicos y en las tenidas magnas de Iniciación, Paso de Grado y
Exaltación, le habrán ayudado en su progresión iniciática y en la comprensión
más atinada y certera de cada símbolo y de cada ceremonia.
La veneratura es potencialmente una experiencia peligrosa para la vida privada
de quien la ejerce, si intenta cumplir a la perfección con sus obligaciones. Ya que
en la mayoría de las ocasiones tiene que dedicar muchas horas para el correcto
desempeño de su labor. Si el implicado/a tiene a su esposo/a o compañero/a en la
Orden, gozara de más comprensión y ayuda en su labor.
El Veneralato es una experiencia a la que hay que saber poner un término. Y es
que este noble cargo no debe confundirse por quien lo ostenta temporalmente,
como un oficio a prolongar ad vitam aeternam. Por lo que deberá ir preparando
con tiempo, discreción y prudencia su sucesión. Esta circunstancia redundará
siempre en beneficio suyo y de la logia.
A mi manera de entender, el Venerable Maestro es un Maestro entre los otros
de su taller y ha sido escogido temporalmente por ellos para conducir la logia, y
su deber es apoyarse en la certeza de que la obra está siempre inacabada, el
último libro aún no ha llegado. Y tiene que tener muy claro que la dignidad del
hombre, su libertad y su nobleza, se tiene que basar sobre esta convicción.
El cargo de Venerable Maestro conlleva el saber administrar entre otras cosas,
la Conditio sine qua non o condición o circunstancia necesaria y esencial en
Masonería del uso de la palabra en logia. Su deber es escuchar mucho y hablar
menos.
El francmasón pide la palabra para emitir una opinión, su opinión, y juzga los
sentires de los demás hermanos y ve también su manifestación conceptuada y
contrastada. Por lo tanto debe siempre estar atento para dar la palabra a las
columnas y ejercer el arte de que sus hermanos y hermanas no teman el
contradecirse ellos mismos y entre sí.
El presidente de la Asamblea tiene que procurar y saber hacer llegar en los
ratios más elevados posibles, la Unanimidad entre los miembros que componen
el taller. Porque la avenencia y la concordia conducen a la Fraternidad y en el
acuerdo se reúne lo que está disperso.
Las personas, las ideas, las ciencias, las artes, los sueños, las utopías, los dioses
y los fantasmas que todos los humanos y en este caso los masones, llevamos
dentro de nosotros, deben contrastarse dentro del respeto y la tolerancia.
En este capítulo final, pienso por qué acepté la sugerencia del Pasado
Venerable en acceder al cargo y quizás, como la gran mayoría de hermanos y
hermanas que han pasado por el desempeño de esta honorable función, la
primera razón fue la de aceptar tácitamente por estar a disposición de la logia y
en mi caso particular, por ser uno de los fundadores del taller. Ya que hubo un
compromiso tácito de ir ocupando rotatoriamente la Veneratura, todos los que
tuvimos el honor de Levantar las Columnas de la logia en cuestión.
La tarea de ejercer de Venerable siempre es a primera vista la más interesante
en el plan simbólico y masónico para un masón. Pero es también la más ingrata y
la menos cómoda de las responsabilidades de un taller, en el plan administrativo-
humano del mismo.
En las primeras tenidas uno se siente solo, muy solo, tal vez alejado de los
demás hermanos y hermanas con los que compartíamos las columnas. Y aunque
parezca mentira se siente un gran vacío. Y se perciben las miradas pendientes de
la conducción de las tenidas.
En la vida profana se pueden haber tenido —que no era mi caso— cargos de
presidencia de asociaciones o responsabilidades administrativas asamblearias,
pero cuando se asume una Veneratura, lo esencial es vivir el ritual y, con su
ayuda, cuidar lo mejor posible de que todos los miembros de la logia se
responsabilicen dentro y fuera de ella de su cargo.
Desde buen principio el ritual advierte al Venerable de sus responsabilidades
simbológicas, ritualistas y morales en cuanto a su proceder en el nuevo sitial que
ocupa en el Oriente.
Veamos. En el Rito Francés Restablecido surge la pregunta: «¿Cuáles son las
tres Grandes Luces de la logia?». Y la contestación implica directamente en una
de ellas al Venerable Maestro.
A continuación aparece también el porqué: «Porque el Sol ilumina a los obreros
durante el día, la luna de noche y el Venerable Maestro en todo momento a su
logia».
Y en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en un momento determinado
tenemos:
¿Dónde está Colocado el Venerable Maestro en logia?... Al Oriente... ¿Y por
qué está allí?... Así como el Sol sale por el Oriente para abrir el nuevo día, así
está el Venerable Maestro en el Oriente para abrir la Logia y dirigir los
trabajos...
Iluminar a los obreros en todo momento, abrir la logia y dirigir los trabajos...
Aquí comienza el rol, la tarea, dirigir los trabajos y verse apoyado por sus
hermanos en logia. Dirigir los trabajos... El Venerable tiene que tener bien claro
que comandar las tareas no es en ningún modo imponer sus propias
concepciones y esto es una de las grandes dificultades de la Veneratura.
A mi entender el Venerable Maestro ha de ser simbólicamente un espejo que
remita la imagen que recibe de su logia, de nuevo hacia las columnas, cargada de
buenos sentimientos y de la necesaria luz para lograr la Egrégora del taller, de la
que antes se ha versado largamente.
En logia los masones cuando toman la palabra, se dirigen siempre al Venerable
Maestro, jamás consideraciones directas a otros hermanos de las columnas.
Esta responsabilidad que adquiere según marcan las pautas masónicas tiene que
ser un adalid para él y una gran responsabilidad. Cuando el director de la
Asamblea habla a los hermanos y hermanas, tiene que intentar condensar lo
mejor de sus ideas y pensamientos hacia ellos y estar muy atento de sus palabras.
Tiene que intentar que se cumpla el hecho alquímico de «Trasformar el plomo
en Oro».
Cuando un Venerable mira de enjuiciar íntima y personalmente su
comportamiento en logia, tiene que llegar a la conclusión de que siempre y en
todo momento ha actuado no como superior sino como conductor. Nadie puede
imponer nada a hombres y mujeres libres que buscan la verdad. Cada uno la
tiene que descubrir por sí mismo, y a su propio nivel.
En el referente del Venerable siempre tiene que perdurar la idea que sabe o
supo superar las dificultades habituales con ayuda del ritual, de los reglamentos,
de la Constitución de su Obediencia, y también de los consejos de otros
venerables, pasados-venerables y hermanos con mayor experiencia. De esta
manera tendrá la seguridad del bien obrar.
Con el debido margen de tiempo, y a caballo de la prudencia y la previsión, el
Conductor de la logia tiene que entrar en las vías de las perspectivas de asegurar
con tranquilidad el momento de su sucesión.
Las logias tienen que renovarse, asegurando su dinámica, una vez se ha
cumplido el ciclo legal de la veneratura.
El Venerable tiene que intentar en todo momento imprimir a la logia desde la
ínfima impronta de su legado, la característica masónica de la tradición, que
gracias a los ordenados y sucesivos cambios, permiten a la Masonería
perpetuarse.
Al llegar al final de este libro, el amable lector es posible que haya podido
concebir o formarse una idea, de hasta qué punto la función del Venerable
Maestro es exigente para con él, aunque después de finalizar su trayectoria en el
Oriente se verá altamente recompensado por la satisfacción del deber cumplido
con su logia, con su Obediencia, con la Orden y consigo mismo.
El haber podido sentirse útil en un momento dado a sus hermanos tanto con los
más veteranos como los recién ingresados, es un privilegio. Y saber que se podrá
transmitir al sucesor una logia con buena salud, tanto en el plano iniciático como
en el material, en donde reina la armonía y el equilibrio, permite a quien termina
su ciclo como Venerable Maestro, disfrutar del agradable sentimiento de haber
sabido cumplir con la Tradición Masónica. Porque tiene que quedar muy claro
que el tiempo que un Primer Mallete ha pasado en el Oriente dirigiendo un taller,
tiene que ser ante todo como un acto de servicio.
Y el deber cumplido conduce a un estadio de felicidad y satisfacción, de
plenitud y armonía, que en realidad es lo que buscamos todos los masones: la
paz, el amor y la alegría.
A estas alturas de este opúsculo, creo que he podido dejar expresadas mis ideas
conceptuales de cómo entiendo la veneratura y me consideraré bien pagado si
este torrente de ideas y sensaciones ha podido servir para algo a algún hermano o
hermana que tenga ante sí próximas las tareas de ser Venerable Maestro/a.


EPÍLOGO

Ojala estas páginas puedan servir de ayuda u orientar en un mínimo a algún


hermano/a en el momento privilegiado de la vida de un francmasón, que es el de
poder dirigir temporalmente una logia, elegido por sus hermanos y hermanas.
Espero sinceramente que mis lectores encuentren este libro tan interesante de
leer como ha sido para mí escribirlo.
Es Medianoche en Punto.


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Belfond Editions. 1995. París.

LHOMME, Jean–MAISONDIEU, Edouard–TOMASO, Jacob. Nouveau
Dictionnaire Thématique Illustré de la Franc-Maçonnerie. DERVY Editions.
2004. París.
GUIGUE, Christian. La Formation Maçonnique. GUIGUE Editions. 2003.
Mons-en-Baroeul.
Encyclopédie de la Franc-Maçonnerie. Librairie Général Française. 2000. París.
PRATS, Marta. La Tradición Primigenia en el Simbolismo Masónico. Editorial
Clavell. 2001. Premià de Mar.
PIKE, Albert. Moral y Dogma (Aprendiz, Compañero y Maestro). Editorial
MASONICA.ES. 2010. Oviedo.
VILLALTA, Joaquim. En Oro y Azur. Editorial MASONICA.ES. 2013. Oviedo.
Rituel Installation du Venerable Maître. Ed. GLNF. 2014. París.
Ritual d´Instalació del Venerable Mestre. Ed. G.L.T.S.O. 2006. Barcelona.
ÁLVAREZ LÁZARO, Pedro. La Masonería, Escuela de Formación del
Ciudadano. Universidad Pontificia de Comillas. 1998. Madrid.
JACQ, Christian. El Iniciado. Ediciones Martínez Roca. 1998. Barcelona.
BOUCHER, Jules. La symbolique maçonnique. Ed DERVY. 1998. París.






















Esta obra que trata sobre el Venerable Maestro
terminó de componerse dentro de las
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23 de septiembre de 2015,
Equinoccio de Otoño




Notas

[←1]
ALBAN, Gilbert. Manuel Practique du Vénérable Maître et du Couvreur. Editions Detrad. 2005.
París. p. 31.
[←2]
PIKE, Albert. Moral y Dogma (Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro). Editoril
MASONICA.ES. 2010. Oviedo. p. 144.
[←3]
LIGOU, Daniel. Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie. Presses Universitaires de France. 2005. París.
p. 413.
[←4]
OTAOLA, Javier. «Egrégora masónica. Sinergia colectiva». Revista ERGO SUM. num.3. p.12.
[←5]
LÓPEZ STILLE, Francisco. «Símbolos». Retales de Masonería. Año 2. Núm. 10. p. 13.
[←6]
Extrait du Code de Lyon des loges réunies et rectifiées des Gaules (orthographe de l´époque), 1778.
[←7]
LAVAGNINI, Aldo. Manual del Maestro. Ed. KIER. 2007. Buenos Aires. p.159.
[←8]
FRAU ABRINES, Lorenzo. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Tomo III. 1976. México.
D.F. p. 1927.
[←9]
GALAN, Ilia. Trabajos masónicos de referencia, «De las disputas entre hermanos». Editorial
MASONICA.ES. 2013. Oviedo. p. 143.
[←10]
«Manuscrito Regius o de Haliwell». Papeles de Virtualidad 5. p. 7
[←11]
ESPADAS AGUILAR, Ramón. Estudio sobre la Historia de la Masonería Universal. Supremo
Consejo del Rito Primitivo. 2003. Mérida (México) p. 14.
[←12]
Venerable se compone de dos terminos: Vénéré (amor) derivando del nombre Venus y Habilis (Apto).
[←13]
Ver Hathor and Thoth. Leiden. 1973.
[←14]
DELAPORTE, Jean. Le Vénérable Maître, fonction, devoris et symbolique. MdV Editeur. 2011.
París. p. 16.
[←15]
GUIGUE, Christian. La Formation Maçonnique. GUIGUE Editions. 2003. Mons-en-Baroeul. p. 774.
[←16]
Cfr. «Essai sur l´Origine de la Franc-Maçonnerie du Grand Orient de France».
[←17]
BERESNIAK, Daniel. La symbolique du Vénérable Maître. Editions Maçonniques de France. 2012.
París. p.16.
[←18]
MENDEZ-TRELLES DIAZ, Ignacio. Libro de estilo masónico. MASONICA.ES, 2010. Oviedo.
p.179.
[←19]
CASSARD, Andrés. Manual de Masonería. ED. G.L.R.B. 2006. La Paz. Tomo II. p. 560.
[←20]
2Cr 1.11-12
[←21]
1R 3. 24-27
[←22]
PIKE, Albert. Moral y Dogma» (Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro). Editorial
MASONICA.ES. 2010. Oviedo. p. 93.
[←23]
CARNIRI, Gael. Guide Pratique du Vénérable Maître. Editions Conform. 2010. París. p.22.
[←24]
ZAMBROWSKI, Jean-Jacques. Être Vénérable Maître efficace... et hereux? Editions Dervy. 2014.
París. p. 16.
[←25]
Cfr. GUERRA, Víctor. «El pase al Oriente Eterno». ERGO SUM Magazine. n.º 7. pp. 22-28.
[←26]
Referencia de la Columna J, que en el Rito Francés varía con respecto al Rito Escocés y que en el
GODF es el rito mayoritario.
[←27]
PALMAROLA NOGUÉ, Joan. «Ratio de Hermanos por logia». HIRAM ABIF, num,74. Abril – 2006.
pp. 20-21.
[←28]
Cfr. PALMAROLA NOGUÉ, Joan. «Ratio Hermanos por Logia».
[←29]
BERESNIAK, Daniel. Oficios y Oficiales de la Logia. Hiria Ediciones. 2003. Donostia. p. 62.
[←30]
BOUCHER, Jules. La symbolique Maçonnique. Ed. DERVY. 1998. París. pp. 308-309.
[←31]
DELAPORTE, Jean. Le Vénérable Maître, fonction, devoris et symbolique. MdV Editeur. 2011.
París. p. 38.
[←32]
GRAN ORIENT DE CATALUNYA. Ritual de Primer Grau. 1996. Barcelona. p. 22.
[←33]
JACQ, Christian. El Iniciado. Ediciones Martínez Roca. 1998. Barcelona. p.18.
[←34]
Cfr. FRAU, L. ARÚS, R. (s.f.) Taller General de la Francmasonería». D.E.F. T. 3. La Habana.
Propaganda Literaria. p.9.
[←35]
ZAMBROWSKI, Jean-Jacques. Être Vénérable Maître efficace... et hereux? Editions Dervy. 2014.
París. p. 84.

[←36]
Crf. DOMÈNECH, Josep-Lluís. El Ritu Francès Restablert. Sant Joan i Barres. n. 12. Abril 2015.
pp.25-26.
[←37]
ZAMBROWSKI, Jean-Jacques. Être Vénérable Maître efficace... et hereux? DERVY. 2014.París. p.
34.
[←38]
MANGUY, Irene. Symbolique des outils et glorification du metier. Dervy. 2007. París. p. 195.
[←39]
HUTIN, Serge. Les Alchemistes au Moyen-Âge. Le Seuil. 1985. París. p.15.
[←40]
BERESNIAK, Daniel. Oficios y Oficiales de la Logia. Hiria Ediciones. 2003. Donostia. p. 58.
[←41]
«El Manuscrito Sloane». Papeles de Virtualidad 23. p. 8.
[←42]
«El Manuscrito Wilkinson». Papeles de Virtualidad 19. p. 31.
[←43]
PRICHARD, Samuel. «La Masonería diseccionada». Papeles de Virtualidad 21. pp. 16-17.
[←44]
2C, 2-1
[←45]
BERESNIAK, Daniel. La symbolique du Vénérable Maître. EDIMAF. 2012. París. pp. 72-73.
[←46]
DAZA, Juan Carlos. Diccionario de la Francmasonería. AKAL. 1997. Madrid. p. 377.
[←47]
Cfr. Constitució del Gran Orient de Catalunya. pp.28-29.
[←48]
Cfr. Grandes Constitutions de la Grande Loge Française de Memphis-Misraïm. 2005. pp. 9-11.
[←49]
Cfr. Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa. Ágapes.
[←50]
«Constituciones de Anderson (17 de Enero de 1723)». Papeles de Virtualidad 14. p. 10.
[←51]
Cfr. Constitución, Reglamentos Generales y Estatutos. GLFF. 5901. París. p. 22Bis.
[←52]
Cfr. «Grandes Constitutions de la Grande Loge Française de Memphis-Misraïm. 2005. París. p. 11.
[←53]
DAZA, Juan Carlos. Diccionario de la Francmasonería. AKAL. 1997. Madrid. p. 356.
[←54]
ALBAN, Gilbert. «Manuel Practique du Vénérable Maître et du Couvreur». Editions Detrad. 2005.
París. pp. 255-256.
[←55]
FRAU ABRINES, Lorenzo. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Tomo II. 1976. México.
D.F. p. 1230.
[←56]
LIGOU, Daniel. Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie. Presses Universitaires de France. 2005. París.
p. 1006.
[←57]
Cfr. LIGOU, Daniel. Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie. p. 453.
[←58]
Cfr. LIGOU, Daniel. Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie. p. 347.
[←59]
Cfr. DOMÈNECH, Josep-Lluís. El Ritu Francès Restablert. Sant Joan i Barres. n. 12. Abril 2015
p.25-26.
[←60]
VILLALTA, Joaquim. En Oro y Azur. Editorial MASONICA.ES. 2013. Oviedo. p. 199.
[←61]
Cfr. VILLALTA, Joaquim. En Oro y Azur. p. 202.
[←62]
VILLALTA, Joaquim. En Oro y Azur. Editorial MASONICA.ES. 2013. Oviedo. p. 206.

[←63]
BERESNIAK, Daniel. Oficios y Oficiales de la Logia. Hiria Ediciones. 2003. Donostia. p. 59.
[←64]
Cfr. Encyclopédie de la Franc- Maçonnerie. 2000. París. p. 88.
[←65]
Cfr. DELAPORTE, Jean. Le Vénérable Maître, fonction, devoirs et symbolique. 2011. París. p. 93.
[←66]
Cfr. DELAPORTE, Jean. Le Vénérable Maître, fonction, devoirs et symbolique. 2011. París. p. 94.
[←67]
Cfr. Installation du Venerable Maitre. Editions GLNF. 2014. París.
[←68]
Cfr. Ceremonia Obediencial de Instalación del Venerable Maestro en el R.E.R.. 2006. París.
[←69]
BERESNIAK, Daniel. La symbolique du Vénérable Maître. EDIMAF. 2012. París. P.88.

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