Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Desde la racionalización:
Nivel adecuado En exceso Defecto
Adecuadas Sobredimensionamiento en Sobredimensionamiento de la
racionalizaciones con positivas de la justificación justificación en negativas con
fundamentación lógica Acentuación de cualidades acentuación de cualidades
formal receptivo-pasivas del cuidado receptivo-pasivas de maltrato del
En positivas activo del otro. otro.
capacidades de incluir Acentuación de cualidades de Acentuación de aspectos
aspectos valiosos de sí vitalidad, cuidado, fortaleza negativos del sí mismo que
mismos con cualidades activa que el sujeto cree poseer. involucran una visión con muy
de vitalidad, cuidado, Ausencia de racionalización escasa valoración de sí mismo.
utilidad… donde el exceso de autoestima Ausencia de racionalización y/o
trae aparejado el no darle todas pobreza expresiva
las respuestas que el otro
necesita
b. interpretación de la realidad
Adecuada comprensión del Respuesta de bloqueo. sentir la
Exactitud en la percepción a consigna. Reconocimiento consigna como un ataque. Fallo del a
del “como sí”. Elecciones 2º disociación. Respuestas
simbólicas pertinentes a las antropomórficas, oficios.
consignas y subconsignas
Capacidad de formular Racionalizaciones con fallas en la
Solidez del juicio racionalizaciones adecuadas lógica. Racionalizaciones de donde
a las elecciones se hacer referencia a atributos que
el símbolo no posee
Defensas
Regresivas, precoces, adaptativas.
Diferentes autores ubican el surgimiento de los mecanismos defensivos en disímiles
momentos del desarrollo psíquico.
Estas etapas del desarrollo se caracterizan por vicisitudes específicas de la pulsión, por
desarrollos psíquicos de la estructura del Yo y por modos específicos de mecanismos de
defensa.
Ante la necesidad de controlar la tensión establecida en la primera infancia por las
experiencias orales, se ponen en marcha los siguientes mecanismos: la transformación en lo
contrario (o sea, las tendencias de la pulsión a volver de la actividad a la pasividad), la
proyección, la introyección.
Al finalizar la fase oral (alrededor del año y medio o dos años) la primacía de los impulsos es
asumida por el grupo uretral y anal (primacía que se prolonga hasta alrededor de los tres
años); el conflicto con el sadismo oral es reemplazado por el conflicto con el sadismo excretor.
La expansión del sistema preconsciente, consecuente del ejercicio del habla permite
gradualmente la acción de la represión. En la primera parte de este periodo, comienzan a
perfilarse las operaciones defensivas que se consolidarán hacia el final del mismo:
desplazamientos, formaciones reactivas y formaciones sustitutivas (tendencia a la
sublimación)
Alrededor de los tres y hasta los cinco años, el aumento de los intereses genitales señala el
comienzo de la situación edípica. Siempre los mecanismos característicos del periodo son la
represión, el desplazamiento y la sublimación.
Entre los seis y los once años (periodo de latencia) es esperable una reducción cuantitativa de
la estimulación psicosexual. Las defensas infantiles se coordinan y se extienden y se
multiplican las energías sublimadas. Se establecen así nuevas relaciones objétales del tipo de
sublimación o inhibición de fines.
En la adolescencia, bajo el impacto de las nuevas y poderosas excitaciones sexuales, el
psiquismo puede mostrar signos de regresión. Sin embargo, las relaciones sublimadas
continúan extendiéndose y comienza la búsqueda de los objetos sexuales adultos. Los
vínculos pueden estar caracterizados por un alto monto de idealización o de desvalorización.
En la adolescencia, todas las defensas primitivas parecen reaparecer por un tiempo.
En el caso del adulto se espera que aparezca una constelación de defensas más o menos
estables, que sería lo que el “repertorio” de defensas a las que apela habitualmente el sujeto
correspondan a la etapa edípica o postedipica o por el contrario, a la etapa preedípica.
Debe prestarse especial atención al uso fuera de tiempo de determinadas defensas.
Defensas predominantes en el sujeto.
El desarrollo psicosexual de la libido puede sufrir diversas vicisitudes: tal vez la libido siga una
línea progresiva, tal vez quede mayormente fijada en los puntos de fijación o evoluciones y
vuelva regresivamente a esos puntos de fijación.
Según sea el punto de fijación predominante del sujeto, éste privilegiará determinados
mecanismos de defensa con los que se manejará habitualmente y determinadas modalidades
de relación interpersonal, que corresponderán al grado de evolución alcanzado por la libido
objetal. Los indicadores comunes son predominantemente los símbolos y las
racionalizaciones.
En algunos casos los símbolos por sí mismos tienen un implícito un significado- atribuido
universal o culturalmente- que da cuenta de un determinado mecanismo de defensa y de
determinada modalidad de relación interpersonal.
En otros casos es la racionalización, junto con el símbolo lo que da la pauta tanto del
mecanismo de defensa como de la modalidad de interacción.
Variedad de recursos defensivos o pocas defensas utilizadas de manera exclusiva o excesiva.
El sujeto que frete a toda situación tiende a aislar los aspectos emocionales de los
intelectuales, utilizando esa defensa rígidamente, tiene una adaptación precaria a la realidad
y puede desestabilizarse si la situación que enfrenta le impide el uso de dicho mecanismo, y
al mismo tiempo pierde la posibilidad de vivir experiencias emocionales íntimas y agradables.
Distinto sería el caso de un individuo que en una situación de estudio puede disociar
instrumentalmente y reservar su capacidad de compresión intelectual, dejando de lado
momentáneamente problemas afectivos que lo estuvieran aquejando y que en una relación
de amista puede utilizar un grado óptimo de identificación que le permita empalizar sin por
esto estar externalizando afectos.
Efectividad de las defensas
Tiene que ver con el factor económico. Debe tenerse en cuenta que el Yo puede utilizar en
forma defensiva determinados mecanismos y funciones que normalmente no se utilizan para
eso, en un momento dado.
Esto se vería en la técnica a través de la exacerbación de mecanismo de defensa tales como
la formación reactiva, la represión o la negación. En el primer caso el indicador sería la
reiteración en dos o tres catexias positivas de racionalizaciones que nos señalan que el sujeto
apela rígidamente al mismo mecanismo de formación reactiva para enfrentar sus conflictos y
resolver la ansiedad.
En el caso de la represión los indicadores serían. 1) La incapacidad de dar símbolos en varias
catexias o 2) la pobreza de los contenidos de la racionalización para justificar la elección.
En el caso de la negación, se evidencia cuando es necesario reiterar en más de una
oportunidad la consigna, tanto en catexias positivas como negativas.
Interferencia de las defensas en los logros del Yo
Nos referimos a los aspectos de los cuales el Yo prescinde para mantener la organización
defensiva y que produce un empobrecimiento en él: ya sea de aspectos intelectuales,
afectivos, etc.
Estos aspectos se visualizan en las elecciones positivas, por las cualidades que quedan
excluidas a pesar de que el sujeto dispone de tres catexias donde representarlos y darles
cabida. La perseveración en el uso de una determinada defensa daría cuenta de la restricción
del Yo. Las catexias negativas parecen hacer alusión al precio pagado por el Yo, al indicarnos
de qué aspectos prescindirá el sujeto para mantener su adaptación.
Esquema corporal e identidad sexual:
Llamamos esquema corporal a la representación que nos formamos mentalmente de nuestro
propio cuerpo. La imagen corporal se va construyendo de acuerdo con las etapas del
desarrollo psicosexual.
Tanto en el símbolo, en algunos casos, como en el símbolo y en su racionalización, en otros,
encontramos aspectos expresivos de la integridad completud y adecuación cronológica del
esquema corporal del sujeto.
Otro indicador sería, en el nivel de la racionalización la cualidad destacada del símbolo o
función. Las distintas cualidades nos orientarán acerca de los aspectos del esquema corporal
que el sujeto más valora o rechazo: el intelectual, el físico, aspectos integrados.
Cuando en las positivas los símbolos son discrepantes con el aspecto físico real del sujeto
parecen responder a una imagen ideal corporal que se quisiera ser y que no se es. Cuando en
las negativas los símbolos rechazados en tamaño e integridad concuerdan con el aspecto
físico del sujeto, esto indica reprobación y conflicto con algún aspecto o la totalidad de la
imagen corporal.
La identidad sexual, como parte del esquema corporal también se expresa en los símbolos y
las racionalizaciones. Estos son depositarios de cualidades femeninas o masculinas. Muchas
veces las elecciones son predominantemente de género femenino o masculino, lo cual
también es un indicador de identidad sexual. Incluimos además los siguientes aspectos:
Concordancia entre el sexo real y el género y/o cualidades de las elecciones positivas del
entrevistado. Cuando el género y/o cualidades de las elecciones, tanto de las positivas como
de las negativas, rescatan aspectos parciales de unas y rechazan otras, esto indica un
conflicto de ambivalencia con el propio sexo.
En aquellos casos en que el género y/o cualidades de las elecciones no coinciden con el sexo
real del sujeto pero sí con el género y/o cualidades de los rechazados, se evidencia un
trastorno mayor que en el caso anterior, que podría referirse a la no aceptación del rol sexual
con presencia de elementos latentes y/o manifiestos de perturbación sexual de diferentes
gradaciones.
En el primer caso parece haber coincidencia entre el ideal del Yo y el Yo real. En el segundo
caso parece haber discrepancia entre uno y otro pudiendo en algunos casos implicar
elementos de confusión a nivel de la identidad.
Relaciones interpersonales. (se efectúa en las defensas predominantes en el sujeto)
C) SUPERYÓ
Es esperable que, en un niño pequeño, el Ideal del Yo y el Superyó se expresen con fuerte
raigambre preedípica y tengan características polares, primitivas: fantasías sádicas,
exigencias abrumadoras, identificaciones con alto monto e idealización u objetos muy
peyorizados. En cambio, a partir de la latencia y progresivamente en el camino a la adultez,
con las regresiones normales en la adolescencia, debido al desarrollo emocional y cognitivo
del sujeto, es esperable que en su conjunto el Superyó- Ideal del Yo se vuelvan más realistas y
por lo tanto se reduzcan las dicotomías, se incremente la tolerancia a los fracasos, las
puniciones esperadas sean más amortiguadas y la exigencia del Ideal del Yo y del Superyó
más acordes a las posibilidades del sujeto y a las que la realidad ofrece.
En el adulto tanto el Ideal del Yo como la conciencia moral se pueden expresar a lo largo de
un continuum que va desde lo más “primitivo” hasta lo más evolucionado o maduro. Esto
tiene que ver con el desarrollo psicosexual de la libido y los puntos de fijación predominantes.
SUPERYÓ MADURO SUPERYÓ PRIMITIVO
Distancia adecuada entre las metas, las Distancia muy grande entre metas propuestas
posibilidades y la evaluación de las habilidades y y las posibilidades de concreción.
de la realidad.
Distancia entre posibilidades de concreción y Distancia entre las habilidades y la evaluación
evaluación de las posibilidades en función de la distorsionada de las mismas (autoimagen)
realidad y en relación con habilidades propias.
Exigencias acordes a las posibilidades del sujeto Exigencias irrealizables
(autoconocimiento)
Sanciones menos severas Sanciones excesivamente severas con
relación a la falta cometida
Internalización de las pautas No internalización de las normas con
depositación en figuras externas. Syo laxo
INDICADORES EN LA TÉCNICA INDICADORES EN LA TÉCNICA
Símbolos dotados de integración y consistencia, Objetos símbolos dotados de cualidades
sin sobredimensionamiento de las cualidades. omnipotentes (en positivas) denigrados en
negativas.
Distancia aceptable entre objetos valorados y Marcada distancia disociativa entre respuestas
rechazados que no implican la polaridad positivas y negativas.
idealización-peyorización.
Racionalizaciones ricas acordes al símbolo Distancia entre la riqueza del símbolo y la
elegido pobreza de la racionalización
Correspondencia entre la racionalización y la Distancia entre los símbolos y la
edad cronológica que no implica sobre exigencia. racionalización y la edad cronológica
D) CONFLICTOS
1. Conflictos evolutivos
a. están ligados a determinadas etapas que implican cada una tarea vital a resolver
b. son comunes a todos los sujetos
c. hay que diferenciarlos de los conflictos específicos e individuales
d. son transitorios si son resueltos satisfactoriamente. Se le suscitan al sujeto cuando:
El ambiente le plantea exigencias específicas y en la fase evolutiva apropiada. Alcanza niveles
de maduración que entrañan conflictos específicos. Lo más frecuente es que ambos factores
actúen combinados.
2. Conflictos accidentales: Son aquellas situaciones en que:
a. Hay una grave interferencia externa con ciertas necesidades o derechos del
sujeto
b. Se plantean al sujeto exigencias injustificables
El grado en que influyen en el niño cierto tipo de interferencias depende de su carácter y de
la fase de desarrollo en la cual se producen.
Si bien suponemos que un el adulto dispone de distintas maneras de afrontar las tensiones
como para tolerar y resolver este tipo de interferencias, a veces éstas pueden llegar a
transformar el equilibrio interno. Al perderse este equilibrio puede manifestarse una neurosis
hasta entonces latente. Las personas a las que les ocurre lo primero tiene una estructura de
personalidad en la que el equilibrio de fuerzas es más inestable, y que alberga tendencias
favorables a la aparición de conflictos neuróticos. Las personas a las que le ocurre lo segundo,
tiene una estructura de personalidad básicamente más sana, que les permite recuperarse tan
pronto como desaparecen las circunstancias traumáticas.
III) conflictos intrapsíquicos
Son los que aparecen entre el Ello, el Yo y el Superyó (o bien antes de que el Superyó alcance
su estructura final) o entre impulsos insuficientemente fusionados o sus representaciones
incompatibles. Anna Freud se refiere a los primeros como “conflictos internalizados, ya que
son aquellos que siendo originariamente externos, han pasado a formar parte de la estructura
psíquica, donde actúan como los representantes internos del mundo exterior. Con frecuencia
son secuelas de conflictos de desarrollo anteriores.
Los conflictos neuróticos e intrapsíquicos que pueden aparecer en cualquier momento del
desarrollo infantil, pueden permanecer activos e integrarse en las neurosis infantiles y
posteriormente en la neurosis adolescente o adulta. Otros se prolongan cierto tiempo para
después sucumbir ante la actividad defensiva, cuya eficiencia ha aumentado debido a la
creciente fuerza del Yo y a las nuevas aptitudes aportadas por la maduración. Los “conflictos
internos” tienen que ver con impulsos insuficientemente fusionados o sus representantes
incompatibles.
En la técnica son los contenidos de las temáticas los indicadores que dan cuenta del tipo de
conflicto, en tanto que el grado de conflicto está expresado por el monto de angustia y los
fallos defensivos que se registran con relación a dichas temáticas. Las temáticas
concordantes o discordantes entre catexias positivas y negativas, las defensas idiosincrásicas
predominantes en el sujeto, el contenido de las elecciones positivas y negativas que dan
cuenta de los puntos de fijación van perfilando Gestalten expresivas de aquellos conflictos
intrapsíquicos del sujeto. En los casos en que la fuerza de los componentes pulsionales
envueltos en el conflicto es mayor, el conflicto de desarrollo puede resolverse de un modo tal
que algunos aspectos de los componentes pulsionales que suscitaron oposición son
integrados en la personalidad en forma de rasgos de carácter. En la técnica el conflicto no
aparece claramente expresado debido a que la defensa ha pasado a ser un rasgo de carácter.
Es posible detectarlo a través de la intensa rigidez de la defensa y la perseveración temática.
Estos son los casos de “conflicto ausente”
En situaciones más graves (psicóticos, borderline) el conflicto invade al sujeto manifestándose
a través de una desorganización más abarcativo del aparato psíquico y se ve afectado por la
severa perturbación del funcionamiento yoico. En la técnica aparecen indicadores que hacen
referencia a fallas severas de dicho funcionamiento. Los indicadores de conflictos evolutivos y
accidentales aparecen expresados articulándose con los intrapsíquicos. Estos indicadores son
primordialmente el contenido de los símbolos y sus racionalizaciones. Cuando tales conflictos
están actuando, aparecen simbólicamente referencias muy claras a los mismos.