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PRESA VAJONT

El 9 de octubre de 1963, en una pequeña región de los Alpes italianos, tuvo lugar una
catástrofe totalmente provocada, en la presa de bóveda más alta del mundo: un deslizamiento
que costó la vida a 2000 personas, incluidos 62 trabajadores de la presa los cuales se
encontraban observando el espectáculo que infravaloraron en un “pequeño” tsunami de unos
20 m de altura. El verdadero tsunami superó los 200 m, sobrepasando el dique de la presa y
arrasando las poblaciones situadas valle abajo. Desde el primer llenado de la presa se
produjeron los primeros deslizamientos, lo que motivó una serie de estudios y pruebas tras los
cuales llegaron a pensar que poseían el poder de controlar el deslizamiento mediante el
llenado y vaciado del embalse. Sin embargo, a partir de cierta fecha el movimiento continuó
acelerándose cada vez más sin importar las medidas que tomasen. La especial geología del
valle y la falta de estudios lo suficientemente profundos acabaron por generar un
deslizamiento de un tamaño y una velocidad mucho mayor que cualquier estimación realizada
a priori.
SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA Vaiont es un escarpado valle en los Alpes italianos,
situada bajo el Monte Toc, en la provincia de Ponderone, a unos 100 km al N de Venecia
(figura 3). Fue elegido para la construcción de la presa ya que la estrechez y la gran altura de la
garganta la hacían ideal para la construcción de una presa muy alta, pero estrecha, lo que
significa menos material (Un tsunami en las montañas, 2012). Río arriba el valle es bastante
ancho ya que se trata de un valle glaciar, estrechado por una garganta (200 m de ancho) re-
excavada en los sedimentos por el torrente Vaiont. Estas condiciones, a priori eran
excepcionales y totalmente idóneas para almacenar una gran cantidad de agua. En cuanto a la
geología, la estratigrafía está formada por calcarenitas oolíticas masivas de la formación
Calcare del Vaiont (Dogger), biocalcarenitas y calizas micríticas de la Formación Fonzaso
(Malm), micritas rojizas y grises con ammonites e intercalaciones muy finas de arcillas del
Ammonitico Rosso (Malm), alternacia de calizas microcristalinas, calcarenitas y margas de la
formación Calcare de Soccher del Cretácico Inferior

La estructura del vaso forma un gran sinclinal (Sinclinal de Erto) de eje E-W (80-100º
N), subparalelo al Torrente Vaiont, con inmersión hacia el E (20-30º). El flanco Sur del
sinclinal, donde ocurrió un deslizamiento buza hacia el Torrente Vaiont 30-45º (Gómez
López de Munain, 2007).
LA OBRA
3.1- CARACTERÍSTICAS DE LA PRESA

Era la presa de bóveda más alta del mundo y la segunda de todas las construidas hasta la
fecha, con 264,6 m de altura, 190,5 de longitud de coronación y un volumen de embalse de
168,7 hm3 (150 hm3 de volumen útil).
Tenía un vertedero de superficie sobre coronación de 16 vanos de 6,6 m de luz, con una
capacidad de desagüe de 255m3/s y un puente sobre este vertedero que remataba la presa.
También poseía un desagüe de fondo en la ladera izquierda de 80 m3/s y dos desagües
intermedios de 132 y 69 m3/s. Los tres juntos podían aliviar 24 hm3 al día.
El proyectista y director de la obra fue Carlo Semenza, uno de los mejores de la época (Gómez
López de Munain, 2007).

EVENTOS ANTERIORES A 1960


En 1956 comienzan las excavaciones de los cimientos, bloqueando una enorme garganta para
construir uno de los embalses más profundos del mundo y generar electricidad. El equipo de
Semenza estudió a fondo la zona de los cimientos, pero prestaron muy poca atención río arriba
(precisamente la zona que se iba a inundar). En los años 50, el énfasis se ponía en la
construcción de la propia presa, mientras que el resto se consideraba irrelevante.
De hecho la falta de interés en las laderas del valle resulta alarmante (Un tsunami en las
montañas, 2012), más aún teniendo en cuenta las tradiciones locales sobre la inestabilidad de
la zona. Incluso el nombre del Monte Toc, significa “material disgregado” o “trozo” en un
dialecto de la zona (Gómez López de Munain, 2007).
Las obras duraron 2 años y la presa estaba casi acabada cuando en 1959, un corrimiento en el
cercano embalse de Pontesei creó una ola de 20 m de altura que desbordó la presa e inundó el
valle de abajo, ahogando a un obrero.
Temiendo que se repitiera lo de Pontesei, la empresa del embalse de Vaiont encargó un
estudio exhaustivo de las laderas del valle a Leopold Müller, el cual encargó al propio hijo del
ingeniero jefe, Edoardo Semenza, que dirigiese el estudio.
Edoardo encontró pruebas de un antiguo deslizamiento (figura 6) y temió que la inundación
del valle lo reactivase, provocando un desastre mayor que el de Pontesei (Un tsunami en las
montañas, 2012).

Los resultados del estudio de Semenza se pueden resumir en:

Zona no cementada de cataclasitas presentes al pie del Monte Toc, que se extiende 1,5 km a lo
largo de la pared izquierda del valle. Presenta también cavidades de disolución,
sumideros y grandes fuentes de descarga.
– Los depósitos del deslizamiento llenaron el valle del Río Vaiont, excavado tras el retiramiento
del glaciar Würm, formando la estrecha garganta. Subsecuentemente, el nuevo curso del
Vaiont se encajó en los sedimentos dejando la mayor parte del
deslizamiento en el lado izquierdo del valle, mientras que quedó una porción
remanente en el lado derecho, llamado “Colle Isolato” (Colina Aislada)
– Los estratos de la ladera N del Monte Toc buzan abruptamente hacia el valle.
– Al E de la base de Toc, hay una falla que separaba la masa de roca in situ del antiguo
deslizamiento.
Estos datos permitieron a Edoardo Semenza definir la zona de fractura, así como el tamaño y
el volumen del antiguo deslizamiento (Genevois & Ghirotti, 2005).

Sin embargo, los ingenieros hicieron 3 sondeos en la ladera de la montaña, y a pesar de llegar a
170 m de profundidad, no alcanzaron la base del deslizamiento, por lo que concluyeron que
toda la ladera era roca sólida y en febrero de 1960 se descarta la amenaza y se dio luz verde al
llenado de la presa (Un tsunami en las montañas, 2012).

3.3- EVENTOS PRODUCIDOS ENTRE 1960-1963

Marzo de 1960. Ocurre el primer movimiento en la ladera con el reservorio a 590 msnm, la
misma elevación que el pie de la antigua superficie de fractura.
Junio de 1960. Con el nivel del agua a más de 600 msnm se inician pequeños movimientos en
el antiguo deslizamiento, en la parte más cercana al lago. En ese periodo se excavan 3 pozos
para verificar la existencia de una superficie de fractura, pero ésta no se alcanza.
Verano de 1960. Un segundo estudio llevado a cabo por Semenza encuentra a 920 msnm la
transición del estrato sondeado a una masa de roca muy fracturada, correspondiente con el
límite superior del antiguo deslizamiento.
Octubre 1960. Justo en correspondencia con ese límite, aparece una fractura continua de 1 m
de ancho y 2,5 km de longitud con un ratio de movimiento que excede los 3 cm/d.
4 de noviembre de 1960. Con el nivel del agua a aproximadamente 650 msnm, ocurre un
deslizamiento de 7x105 m3 desde la parte W del antiguo depósito y cae al embalse creando
olas de unos 30 m de alto. Entonces se comienza a reducir el nivel hasta los 600 msnm
(alcanzado a principios de enero de 1961) y se construye un túnel by-pass en el lado derecho
del valle.
Julio-Octubre 1961. Se instalaron 4 piezómetros en pozos no cementados y 3 de ellos registran
el nivel del agua subterránea hasta octubre de 1963 (Genevois & Ghirotti, 2005).
Semenza encarga un estudio para averiguar cuál sería la altura máxima de la ola producida y
los resultados concluyen que tendría un máximo de 20 m, de modo que se establece un nivel
de seguridad de 25 m por debajo del límite de la presa (lo que equivale a una cota de 700 m)
para contener cualquier ola producida. Aunque aún faltaban afinar los cálculos, Semenza
muere de una hemorragia cerebral y la empresa eléctrica forma un nuevo equipo, que toma
como válidos los datos obtenidos hasta ahora (Un tsunami en las montañas, 2012).
Octubre 1961. Se completa la construcción del túnel by-pass y el nivel del agua se eleva otra
vez.
Diciembre 1962. El nivel alcanza los 700 msnm y en este punto, la velocidad del deslizamiento
supera los 1,5 cm/day (mucho menos que la velocidad alcanzada durante el primer llenado).
Marzo 1963. El nivel del agua vuelve a vaciarse hasta los 650 msnm y los movimientos de
ladera cesan. El comportamiento de la ladera parece confirmar la hipótesis de Müller de que
los movimientos fueron debidos a la primera saturación de las rocas.
Abril 1963. El nivel del agua vuelve a elevarse y los movimientos se reanudan únicamente al
superar la cota 700 m. Como la velocidad era lenta, el nivel del embalse volvió a elevarse otra
vez.

Septiembre 1963. La velocidad del deslizamiento continuó siendo lenta, hasta que de pronto,
con el nivel del agua en 710 msnm (saltó de 0,5 a 1,0 cm/d y continuó elevándose hasta
alcanzar los 4 cm/d.
Octubre de 1963. El nivel del agua se bajó hasta los 700 msnm, pero la velocidad había
alcanzado ya los 20 cm/d (Genevois & Ghirotti, 2005).
9 de octubre de 1963. La velocidad alcanzó ya los 30 cm/d indicando el inminente desplome.
Por la tarde los directivos de la empresa fueron invitados a presenciar el corrimiento y el
tsunami desde la “seguridad” del puente de la presa. No se advirtió de nada a la población
local ya que pensaban que no existía peligro ninguno (Un tsunami en las montañas, 2012).

22:39 h. La ladera sur del valle se desprendió de repente con una longitud de 2 km y una
superficie de 2km2. El deslizamiento movió una masa de tierra de 250 m de grosor unos 300-
400 m en la horizontal con una velocidad de 20-30 m/s antes de elevarse y detenerse en la
ladera contraria
(Genevois & Ghirotti, 2005). La ola superó en más de 100 m la altura de la presa, cayendo al pie
y formando un agujero de 40 m de profundidad (Un tsunami en las montañas, 2012).

LA OLA
270 hm3 del Monte Toc se derrumbaron sobre el embalse, progresando 400-600 m en menos
de 45, lo que equivale a una velocidad de 70-180 km/h (20-50 m/s) y generando una ola que
arrasó las poblaciones valle abajo, como podemos ver en la figura 7.

– T= 0-20s (fig 7A). La velocidad inicial


retuerce el agua y crea una gran pila de
hasta 50 m al E de la zona de impacto.
– T= 20-50s (fig 7B). El agua se eleva
200 m y corre por la ladera N arrasando el
pueblo de Casso. Los derrubios del
deslizamiento dividen ahora el embalse en
2.
– T= 1-2min (fig 7C). El agua obrepasa
la presa aproximadamente en T=45s, se
precipita por el cañón y corre 2 km por el
Valle del Piave en 1 minuto. El frente del
flujo alcanza los 40 m/s. En 2 minutos, 12
millones de m3 han pasado sobre la presa
(80 veces más que las cataratas del Niágara
en época de
abundancia). Las poblaciones de Longarone
y Piago (justo al pie de la presa) reciben
toda la fuerza del flujo y el agua alcanza 14
m en menos de 60 s.
– T= 2-4min (fig 7D). El agua golpea la
orilla W del Valle del Piave y se divide en 2
flujos. El flujo N asciende por una pequeña
pendiente hasta alcanzar Roggia y
Codissago. El agua alcanza su altura
máxima de 20 m en las llanuras frente a
Longarone en T~3min.
Para el minuto 4 han escapado 22 millones
de m3, mientras que los 20 millones
restantes que están atrapados en el lado W
del embalse.
En T=10min la altura del agua en
Longarone descendió a 4 m y en T=18min
ya sólo tenía 1 m (Ward & Day, 2011).
Las poblaciones río arriba resultaron
afectadas (Ayuntamiento de Erto-Casso, 158
muertos), el río abajo quedó totalmente arrasadas (Ayuntamiento de Longarone, 1458
muertos y Ayuntamiento de Castellavazzo, 111 muertos). A estos hay que añadir 183 víctimas
procedentes de otros ayuntamientos y 62 trabajadores de la presa, hasta sumar casi 2000
vidas perdidas (Gómez López de Munain, 2007).

LOS ERRORES COMETIDOS

5.1- EDOARDO SEMENZA Y FRANCO GIUDICI

En julio de 1960 elaboran un informe en el que describen un paleodeslizamiento que cubican


en 50 hm3 suponiendo que la inestabilidad terminaba cerca del Pian della Pozza a cota 850 m,
aunque luego descubrirán que alcanza la cota 1200 m.
El 4 de noviembre de 1960, después del deslizamiento del primer llenado recalculan el
deslizamiento en 200 hm3 y lo interpretan como un paleodeslizamiento reactivado. Leopold
Müller confirma la cubicación, pero considera que se trata de un creep, lento y controlable.
Ese mes fotografían y cartografían una gran grieta (figura 10) en forma de M de 2,4 km de
longitud y un frente de 1,8 km. Son quienes primero conocen el mecanismo de rotura de la
ladera y alertan de su gravedad (Gómez López de Munain, 2007).

5.2- EL MODELO
Por encargo de Carlo Semenza, Augusto Ghetti, Director del Instituto de Hidráulica de la
Universidad de Padova modelizó hidráulicamente el deslizamiento a escala 1:200 que le llevó a
2 conclusiones que condicionarían totalmente los acontecimientos:
- “El máximo volumen de agua movilizable será de 10 millones de m3”.
- “La cota 700 m puede considerarse de absoluta seguridad... y la máxima ola no superará los
30 m de altura”.
El modelo supuso un deslizamiento de 40 hm3 en lugar de los 200 hm3 cubicados por E.
Semenza y ratificados por Müller. Además no se tuvieron en cuenta los efectos del
deslizamiento de Pontesei, que con 3 hm3 produjeron una ola de 20 m en un embalse de 10
hm3, los cuales eran conocidos y pudieron haberse usado como modelo.

Otro error del modelo es que utilizaban gravas, que no reproducen el comportamiento de
bloque del deslizamiento, y que la velocidad de caída se estimó en 10 m/s, muy inferior a los
20-30 m/s reales. Las poblaciones aguas abajo no se evacuaron ya que dieron una credibilidad
absoluta a los cálculos del Director del Instituto de Hidráulica (Gómez López de Munain, 2007).

5.3- LOS PIEZÓMETROS


Entre septiembre-octubre 1961 Carlo Semenza instala 4 piezómetros en la parte superior del
deslizamiento de 1960. El P4 se fue cerrando lentamente, demostrando la inestabilidad del
terreno.
El P1 y P3 alcanzaron los 90 m pero no alcanzaron la superficie de rotura, así que tenían
siempre la misma altura del embalse. El P2 sí la atravesó y mostraba unos 90 m por encima del
nivel del embalse, pero se cortó por el movimiento del terreno en febrero de 1962, bajando su
nivel.
Los mayores movimientos de ladera coinciden con los periodos de lluvias intensas en octubre
1960, noviembre de 1962 y octubre de 1963. La ladera se vuelve inestable aproximadamente a
cota 710-720 incluso sin lluvia y la cantidad de ésta necesaria decrece con el llenado del
embalse. Así concluyen que la inestabilidad aumenta con la lluvia y con el nivel de llenado
(Gómez López de Munain, 2007).

5.4- LA CAPA DE ARCILLA

Esquema del Valle de Vaiont centrado en la ladera del Monte Toc. Muestra unas calizas
(bloques blancos) sobre una capa de arcilla de 1 cm (franja amarilla, no a escala), la cual es
impermeable
y atrapa el agua bajo ella, por ello el piezómeto P2 mostraba un nivel mayor que el del
embalse. El
llenado de éste y las lluvias aumentaron la presión hasta el punto de microfracturar la arcilla,
que al
derrumbarse provocó el corrimiento de las calizas sobre ella (modificado de Un tsunami en las
montañas, 2012).
Esta capa de arcilla estaba a 250 m de profundidad y sólo tenía 1 cm de grosor. Las lluvias en la
cima del Monte Toc se drenaban bajo la arcilla, quedando atrapada y aumentando la presión,
lo que causaba el elevado nivel del piezómetro P2 (figura 11).
La arcilla, habitualmente blanda, debido a la presión de las calizas estaba en un estado frágil y
duro. Cuando el embalse se llenó por primera vez, la capa que llevaba millones de años sin
alterarse empezó a fracturarse por la fuerza del agua.
A medida que el corrimiento avanzaba las microgrietas fueron creciendo extendiéndose hacia
afuera y uniéndose a otras microgrietas hasta crear una sola superficie a lo largo de toda la
arcilla y generando la superficie de rotura en forma de M.
El 10 de agosto de 1963, 60 días antes del hundimiento el agua estaba en su nivel más alto
hasta la fecha (25 m por debajo del límite del dique). Hasta ese momento las subidas y bajadas
del nivel del embalse estuvieron fracturando la arcilla, pero para entonces las grietas se
hicieron tan grandes que se produjo una reacción en cadena y éstas continuaron
extendiéndose solas, independientemente del nivel del agua.

6- CONCLUSIONES

– El desastre y las 2000 muertes se debieron enteramente a errores humanos, consecuencias


de la mala planificación y a la falta de estudios lo suficientemente profundos.
– Si bien se siguieron escrupulosamente los cánones de la época (los cuales se centraban en la
construcción de la presa, obviando el resto), estos se revelaron insuficientes no ya en esta
presa sino durante su construcción, en el cercano embalse de Pontesei donde un
deslizamiento desbordó la presa y generó una ola de 20 m que mató a un obrero.
– La geología mostraba un sinclinal con un buzamiento de los estratos a favor de la pendiente.
Sin embargo, puesto que los sondeos de 170 m no alcanzaron en ningún momento la capa de
arcilla que originaría el desastre, interpretaron que la ladera era un bloque sólido de piedra
caliza.
– Tras el primer llenado de la presa se produjo el primer corrimiento. Las siguientes subidas y
bajadas del nivel del agua aceleraban y frenaban el corrimiento haciendo creer a los ingenieros
que podrían controlarlo y depositarlo suavemente en el embalse sin causar peligro.
– La existencia de una capa de arcilla a 250 m de profundidad que no fue descubierta fue
determinante en el suceso y era la que verdaderamente controlaba el deslizamiento.
– El Director del Instituto de Hidrología desarrolló una maqueta para modelizar el
deslizamiento y calcular sus consecuencias. Sin embargo no tuvo en cuenta la cubicación de
200 hm3 de E. Semenza y realizó los cálculos con sólo 40 hm3. Además supuso una velocidad 3
veces menor que la que finalmente ocurrió. Debido a su cargo y a la muerte de C. Semenza,
nadie cuestionó sus cálculos.
– Se estableció que la altura máxima de la ola sería de unos 30 m, por tanto la altura de la
lámina de agua debía ser de 700 msnm y que toda persona debía permanecer por encima de la
cota 730 m.
– La arcilla, debido al peso de las calizas, estaba en un estado frágil y quebradizo y al ser
impermeable atrapaba el agua del embalse y la de lluvia bajo ella impidiendo que ascendiese.
El aumento de la presión la fue quebrando paulatinamente.
– La instalación de 4 piezómetros pretendía controlar el nivel del agua. 3 no alcanzaron la capa
de arcilla y mostraban el mismo nivel que el embalse. El P2 en cambio mostraba un nivel 90 m
superior (indicación de agua a presión bajo la caliza), sin embargo, al no concordar con los
otros piezómetros ni con las ideas preconcebidas de la ladera fue ignorado.
– Superado cierto punto, la fracturación fue automantenida con independencia del nivel del
agua, revelándose entonces que los ingenieros no poseían ningún control sobre la ladera.
Cuando la arcilla se quebró totalmente la ladera se desplomó con una velocidad superior a
cualquier previsión debido a la falta de rozamiento.
– El deslizamiento ocurrió en sólo 45 segundos, con una velocidad de 20-30 m/s y un
volumen de 270 hm3.
– La ola alcanzó los 235 m sobre la altura del embalse, pasó con 100 m el dique y arrasó las
localidades situadas valle abajo. Incluso localidades a 200 m por encima del nivel del reservorio
resultaron afectadas.
– La confianza absoluta en los cálculos del director del Instituto de Hidrología hizo que no se
avisara a las poblaciones valle abajo. Incluso se invitó a los directivos de la empresa eléctrica a
contempla el espectáculo desde el puente del dique. Ellos y en total casi 2000 personas
perecieron por tal motivo.

BIBLIOGRAFÍA
– Genevois, R. & Ghiotti, M. (2005). The 1963 Vaiont Landslide. Giornale di Geologia
Applicata. Vol 1, pp 41-52.
– Gómez López de Munain, Réné (2007). El desastre de Vaiont. 30 pág. Jornadas Técnicas
sobre Estabilidad de Laderas en Embalses. Zaragoza 11-13 junio 2007.
– Petley, David (2013). Global Losses from Landslides Associated with Dams and Reservoirs.
Italian Journal of Engineering Geology and Enviroment. Book series 6, pp 63-72.
– Segundos Catastóficos: Un tsunami en las montañas (2012). Temporada 5, capítulo 2.
Darlow Smithson Productions for National Geografic Channels. 2012 NGC Network
International,
LLC.
– Ward, S.N. & Day, S. (2011). The 1963 Landslide and Flood at Vaiont Reservoir Itali. A
tsunami ball simulation. Italian Journal of Geosciences. Vol. 130, Nº 1, pp 16-26.

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