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A.

ESTÉVEZ-GONZÁLEZ, ET AL
REVISIÓN

LA EPIDEMIA DE NEUROPATÍA EN CUBA: A EPIDEMIA DE NEUROPATIA EM CUBA:


OCHO AÑOS DE ESTUDIO Y SEGUIMIENTO OITO ANOS DE ESTUDO E SEGUIMENTO
Resumen. Introducción. Los autores exponen lo acontecido durante Resumo. Introducción. Em este artigo expõe-se o acontecimento,
ocho años a partir de la aparición en Cuba de una epidemia que durante oito anos a partir do surto em Cuba, de uma epidemia que
afectó principalmente al sistema nervioso, en especial al nervio óptico afectou principalmente o sistema nervoso, em especial o nervo óp-
y los nervios periféricos. Dicha epidemia se ha considerado como la tico e os nervos periféricos. Essa epidemia foi considerada a maior
mayor que haya afectado al sistema nervioso en este siglo, a pesar que neste século tenha afectado o sistema nervoso, apesar da suspei-
de la sospecha de un posible grado de sobrediagnóstico. Su causa ha ta de um possível grau de sobrediagnóstico. A sua causa foi muito
sido muy discutida, pero fundamentalmente se considera debida a un discutida, mas fundamentalmente é devida a um desequilíbrio nutri-
desequilibrio nutricional y elementos tóxicos sobreañadidos en al- cional, aos quais por vezes se acrescentaram elementos tóxicos.
gunos casos. Actualmente, la continua pero baja notificación de Actualmente, a contínua, mas baixa, notificação de casos converte-
casos la convierte en una endemia. Desarrollo. En este trabajo se a numa endemia. Desenvolvimento. Neste trabalho abordam-se os
abordan los aspectos clínicos y electrofisiológicos que caracterizan aspectos clínicos e electrofisiológicos que caracterizam a doença, o
la enfermedad, el grado de afectación, la evolución, la incidencia y grau de interesse, a evolução, a incidência e o seguimento anual dos
seguimiento anual de los casos desde 1992 hasta la fecha, así como casos desde 1992 até à data, assim como o seu diagnóstico diferen-
su diagnóstico diferencial. Se describe el programa nacional de cial. Descreve-se o programa nacional de atenção para o controlo
atención para el control de la enfermedad en Cuba, las acciones da doença em Cuba, as acções tomadas para reduzir o número de
encaminadas a disminuir el número de pacientes, gran parte de los doentes, grande parte dos resultados das investigações clínicas e
resultados de las investigaciones clínicas y epidemiológicas, así como epidemiológicas, assim como as possíveis causas. Além disso, é dis-
las posibles causas. Además, se discute la hipótesis fisiopatológica cutida a hipótese fisiopatológica que parece ser a mais adequada.
que parece ser la más acertada. [REV NEUROL 2000; 31: 549-66] [REV NEUROL 2000; 31: 549-66] [http://www.revneurol.com/3106/
[http://www.revneurol.com/3106/j060549.pdf] j060549.pdf]
Palabras clave. Ambliopía nutricional. Atrofia óptica. Endemia. Palavras chave. Ambliopia nutricional. Atrofia óptica. Endemia.
Epidemia. Neuropatía periférica. Neuropatía tropical. Epidemia. Neuropatia periférica. Neuropatia tropical.

Los lóbulos frontales: el cerebro ejecutivo


A. Estévez-González a, C. García-Sánchez b, Ll. Barraquer-Bordas b

FRONTAL LOBES: THE EXECUTIVE BRAIN


Summary. Objective. To describe the current basic functional neuroanatomy of the frontal lobes and complex cognitive
processes associated with this wide brain zone. Development. We reviewed recent studies with neurofunctional interest. We
structured the frontal zones and the cognitive functions more specifically humans, named ‘executive functions’. We classified
the frontal syndrome into more specific syndromes; and, we reviewed the fronto-cortical and subcortical connections, which
are the basis of the frontal zones and functions. Conclusions. The frontal lobe is not a single anatomical and functional
brain region. Regions and fronto-cortical and subcortical circuits within the frontal lobe are associated with motor
functions and cognitive processes highly specialized, which may be differently affected. [REV NEUROL 2000; 31: 566-77]
[http://www.revneurol.com/3106/j060566.pdf]
Key words. Executive functions. Frontal. Frontal circuits. Frontal syndrome. Frontobasal system. Prefrontal cortex.

El interés por el estudio de los lóbulos frontales se remonta a tres totalmente al enfermo del control sobre su conducta [1]. Siguien-
históricas aportaciones. La primera cuando, a principios del siglo do con estos cambios conductuales, Jastrowitz y Oppenheim, a
XIX, Gall y Spurzheim sospecharon que podían ser los responsa- finales del siglo XIX, nos hicieron notar que lesiones frontales
bles del habla y del cálculo; la segunda cuando, ya en 1863, Broca orbitales causaban un síndrome de euforia con tendencia a bromas
describió diversos casos de ‘afemia’ tras lesión en el giro frontal ‘banales’, jocosas, etc. y pérdida de autocrítica. Los estudios lle-
inferior del lado izquierdo; y la tercera, en 1868, cuando Harlow vados a cabo por autores como Kleist, Goldstein, Denny-Brown,
(‘Recovery from the passage...’) relató el caso de Phineas Gage Freeman y Watts, en los años 30, 40 y 50 del siglo XX, volvieron
(Fig. 1), quien sufrió una herida penetrante en la región frontal a hacer hincapié en la perturbación que provocaban las lesiones
causada por una barra de hierro, la cual, tras atravesar áreas bila- frontales (prefrontales) en las formas complejas de la conducta
terales, produjo gravísimas secuelas emocionales que privaron racional activa, el trastorno de las relaciones abstractas, del pen-
samiento categorial, la imposibilidad de conservar un objetivo, de
Recibido: 05.04.00. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: 10.04.00.
ser consciente de uno mismo o de pronosticar las consecuencias
a
de nuestros actos.
Departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica. Universitat de Bar-
celona. b Servicio de Neurología. Escola de Neurologia 1882. Hospital Uni- Todos estos cambios comportamentales y de la conducta más
versitari de la Sta. Creu i Sant Pau. Barcelona, España. racional y abstracta pusieron de relieve que los lóbulos frontales
Correspondencia: Dr. A. Estévez-González. Departament de Psiquiatria i podían gestionar privilegiadamente ‘lo que uno es y cómo es’,
Psicobiologia Clínica. Universitat de Barcelona. Passeig de la Vall d’He- además de ser el asiento anatómico del lenguaje articulado o de
bron, 171. E-08035Barcelona. encontrarse, por las zonas más cercanas a la cisura central, el
 2000, REVISTA DE NEUROLOGÍA córtex motor, que ya en 1870 habían descrito Fritsch e Hitzig al

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LÓBULOS FRONTALES

a C ircunv. frontal Cisura frontal superior


superior (F1) Cisura precentral
Cisura central

Circunv.
Circunv. frontal precentral
media (F2) (FA)
Cisura frontal inferior
Rama
Polo frontal → ascendente
T O de la cisura
de Silvio
Circunvoluciones
Ob
orbitales
Cisura
Circunv. de Silvio
frontal inferior
(F3) Rama anterior
de la cisura de
Silvio

Figura 1. a) Impacto lesional sobre los lóbulos frontales en el caso de b


Phineas Gage, paciente de J. Harlow; b) Tamaño proporcional de la barra
Rama marginal Cisura central
punzante. (Fuente de ambas ilustraciones Filley [2]). c) Reconstrucción
Paracentral
tridimensional del impacto lesional sobre los lóbulos frontales en el caso
de este paciente [1].
Circunv. frontal
superior (F1)

estimular eléctricamente el cerebro del perro. Los efectos del daño


Cíngulo
frontal (prefrontal) nos hacen dudar del cogito ergo sum de Des- Cíngulo
Cíngulo
Cuerpo calloso
cartes cuando nuestros pacientes llegan a ‘existir sin pensar’ [3].
Hoy en día, conocemos que la importancia de los lóbulos
frontales reside precisamente en proporcionarnos capacidad de ← Polo frontal
autocrítica, proyectos y conductas activas y autónomas que de- Cisura superior
penden de procesos cognitivos, considerados como los más huma- rostral
namente superiores y evolutivamente desarrollados, a los que Circunv. recta

denominamos ‘funciones ejecutivas’. Con ellas transformamos


nuestros pensamientos en decisiones, planes y acciones. Por ello,
la evolución no podía dotar a la especie humana de una estructura
cerebral sencilla y automática, sino de la más amplia y compleja Figura 2. a) Vista sagital superficial del hemisferio izquierdo donde resalta
el lóbulo frontal; O, T y Ob indican, respectivamente, las pars opercularis,
zona cerebral, a la que conocemos como lóbulos frontales y cuya pars triangularis y pars orbitalis de la circunvolución frontal inferior. b) Vista
anatomía y funcionalidad se revisan en este artículo. sagital medial del hemisferio izquierdo en la cual resalta el lóbulo frontal.

NEUROANATOMÍA BÁSICA con los límites que marcan las cisuras [5]. Para compensar esta
DE LOS LÓBULOS FRONTALES dificultad se han elaborado diversas cartografías de correspon-
El lóbulo frontal corresponde a una amplia porción del córtex dencia entre la morfología anatómica y las parcelaciones citoar-
delimitado por el polo anterior del cerebro, la cisura central de quitectónicas, con el fin de facilitar la localización de lesiones y
Rolando y una prolongación artificiosa que, desde el final de esta funciones en soportes obtenidos con técnicas de neuroimagen.
cisura, llega hasta la cisura de Silvio (Fig. 2a). Las cisuras frontal Una de estas correspondencias morfométricas –recogida y sinte-
superior y frontal inferior delimitan de arriba abajo las circunvo- tizada en la figura 4– es la elaborada por Rademacher et al [6], la
luciones frontal superior, frontal media y frontal inferior. Una cual viene a sumarse a las mostradas por Damasio y Damasio [7],
cisura precentral marca, con la cisura central, los márgenes de la Damasio [8] y Caviness et al [9], y constituye, junto a los minu-
circunvolución precentral. La base frontal se denomina zona or- ciosos atlas estereotáxicos, útiles guías planimétricas.
bital. En su cara medial, los márgenes son más imprecisos (Fig. 2b) Las áreas de Brodmann no son la única parcelación citoarqui-
y debemos guiarnos por la cisura callosa y por ramas marginales tectónica que puede realizarse en el córtex frontal. Extremando el
de las cisuras del cíngulo y del cuerpo calloso. detalle en la capa cortical IV, el córtex frontal puede dividirse en
Brodmann y revisiones posteriores parcelaron el córtex fron- dos amplias zonas citoarquitectónicas [10]: aquella con una capa IV
tal en 15 áreas citoarquitectónicas (Fig. 3), sin guardar una rela- rudimentaria o ausente (corteza frontal agranular) y otra con un
ción morfométrica exacta con las cisuras y circunvoluciones men- buen desarrollo de dicha capa (corteza frontal granular). La posi-
cionadas. Quizás, el área que mejor mantiene ciertos límites mor- ble correspondencia con las zonas frontales y las áreas de Brod-
fométricos sea el área 4, a la que prácticamente se hace equivaler mann se ilustra en la figura 5.
a la circunvolución precentral, delimitada por las cisuras central
y precentral. En otras áreas, como la 44 y 45, que, junto a la 47 de
Brodmann, deberían equivaler, respectivamente, a la pars oper- PARCELACIONES NEUROFUNCIONALES
cularis, triangularis y orbitalis de la circunvolución frontal infe- Numerosas revisiones, estudios clínicos y de experimentación
rior, no coinciden con exactitud sus bordes citoarquitectónicos animal [6,7,11-14] indican la necesidad de parcelar la corteza

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Circunv. frontal superior


Circunv. precentral

Circunv.
frontal media

Polo frontal
Circunvolución
frontal inferior
Zona frontorbital

Área motora
suplementaria

Paracingulado
Cingulado anterior

Giro orbital

Zona frontomedial
Zona subcallosa

Figura 3. Parcelaciones del córtex frontal en áreas citoarquitectónicas de Figura 4. Superposición de zonas morfométricas y las áreas de Brodmann.
Brodmann. (Basado en Kolb y Whishaw [4]). Diversas áreas comparten una misma superposición.

Corteza agranular ←

Corteza granular

Figura 5. Corteza frontal agranular y granular. Nótese cómo las zonas


inferiores de las áreas 47 y 11 son agranulares en contraposición a las
superiores que son granulares. (Basado en Preuss [10]).

frontal en, al menos, cinco zonas funcionalmente especializa-


das: 1. El córtex motor o área primaria motora; 2. El córtex pre- Figura 6. El área 4 en el cerebro del mono (figura superior) y del hombre
motor; 3. El operculum frontal; 4. La zona prefrontal o córtex (figura inferior) [12].

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LÓBULOS FRONTALES

Cisura central

AMSR
AMSc
A4
Pre-AMS

Gato Perro

CP CA Mono Rhesus Humano

Figura 7. División citoarquitectónica del área motora suplementaria (AMS). Figura 8. El córtex prefrontal comparado. (Basado en Springer y Deutsch
AMSc: zona caudal; AMSr: zona rostral; Pre-AMS: área motora pre-suple- [36]).
mentaria; CP: comisura posterior; CA: comisura anterior. (Adaptado de
Vorobiev et al [25]).

la región premotora por antonomasia que es el área 6 de Brodmann


y a la zona denominada córtex arqueado (arcuate). El córtex ar-
cuate o zona de los ‘campos frontales cefalógiros’ se tendía a
equiparar al área 8* y partes de las áreas 9* y 45 * , sin embargo,
revisiones y estudios recientes [15,16] tienden a localizarlo hacia
el área 6 en la vecindad de la cisura precentral. En cualquier cir-
cunstancia, estos campos frontales controlan los movimientos ocu-
lares: sacádicos, voluntarios y, en parte, aquellos necesarios en el
seguimiento o búsqueda de objetos [17]. Por su parte, el área 6 no
es en realidad una única área, sino que, al menos, se parcela en una
superficie lateral y otra mesial. La superficie lateral es el área
Orbitofrontal premotora que selecciona los movimientos y puede realizar apren-
dizajes motores y visuomotores. La zona medial es reconocida
como ‘área motora suplementaria’ (AMS), cuyo final rostral cons-
tituiría un campo ocular frontal suplementario. El AMS colabora
en la selección de los movimientos, pero está posiblemente muy
capacitada para iniciar el habla y secuenciar temporalmente mo-
vimientos múltiples [18]. Golberg [19] insistió en el papel crucial
que el AMS desempeña para formar y especificar las secuencias
motoras, tanto durante la preparación como en su ejecución, que
Dorsolateral Frontomedial
determinan, pues, el ‘cómo’ se llevará a cabo un acto motor.
Los estudios de Halsband et al [20,21], en pacientes con lesio-
nes que afectaban al córtex premotor y AMS, no sólo han mostra-
Figura 9. Ilustración de las divisiones funcionales del lóbulo prefrontal [2]. do la implicación de estas zonas en el aprendizaje motor condicio-
nado, sino que además han evidenciado el importante papel de
estas zonas para recuperar de la memoria motora los movimientos
asociativo frontal, y 5. La zona paraolfatoria o subcallosa (área 25). ya aprendidos y disponerlos secuencialmente siguiendo un plan
Por su interés clínico, las cuatro primeras son merecedoras de un temporal motor muy preciso. Las lesiones impedían a sus pacien-
comentario más detallado. Indicaremos con un asterisco (* )aque- tes reproducir de memoria ritmos motores queexigían la alternan-
llas áreas o zonas que han sido incluidas en más de una de estas cia de movimientos de ambas manos; si estas lesiones se centra-
parcelaciones neurofuncionales. ban en el AMS del lado izquierdo, el fracaso se acentuaba.
El córtex motor se refiere preferentemente al área 4 de Por sí misma, el AMS parece estar lejos de ser identificada
Brodmann o M1 (Fig. 6). Considerada como el área primaria como una área única. Así pues, estaría constituida por dos áreas
motora, se corresponde al área FA de Von Bonin y Bailey. Es [18,22-25], situadas ambas en la parte medial del córtex frontal
una zona encargada del control de los movimientos aprendi- agranular: un área motora pre-suplementaria (pre-AMS) equivalen-
dos; en su capa V es rica en células gigantes de Betz y tiene te a la F6 de Von Economo, a la 6aβ de Vogt y Vogt, a la FC de Von
representación somatotópica de los movimientos (el ‘homún- Bonin y Bailey o a la MII de Barbas y Pandya [26], con acción
culo’ motor de Penfield). inhibitoria sobre el movimiento y que decide qué movimientos
El córtex premotor, con funciones motoras y cognitivas más efectuar; y, un área AMS ‘propiamente dicha’ involucrada en la
complejas, también es más complejo en su descripción. Incluye a ejecución motora y equivalente a la F3 de Von Economo, a la 6aα

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de Vogt y Vogt o a la FB de Von Bonin y Cisura


precentral
Bailey [26]. Incluso convendría distinguir Cisura
Cisura arcuate
Cisura
central
en esta última AMS ‘propiamente dicha’: principal

Cerebro del mono


una zona rostral (AMSr), que se activa al
imaginarse los movimientos, y una zona
caudal (AMSc), que se activa no al imaginar
sinoalejecutarlosmovimientos(Fig. 7)[25].
El operculum frontal se refiere a la pars
opercularis (área 44), triangularis (área 45*) Cisura Cisura
y orbitalis (área 47* ) de la circunvolución principal central
Cisura frontal
frontal inferior, partes y áreas que quedan superior

Cer ebro hum ano


morfométricamentedelimitadasyseparadas
por las ramas anteriores ascendente y hori-
zontal de la cisura de Silvio (Figs. 2a y 3).
Las áreas 44 (o FCBm de Von Economo y
Koskinas) y 45* constituyen en el hemisfe-
rio izquierdo el área de Broca del lenguaje, Cisura frontal
inferior
aunque debe remarcarse que es el área 44 la
Vista lateral Vista medial Vista orbital
que esencialmente corresponde al área de
Broca [27]. Esta área de Broca es, en reali-
Figura 10. Córtex prefrontal: correspondencia entre el cerebro humano y el cerebro del mono.
dad, una zona asociativa motora que integra (Adaptado de Eichenbaum et al [40]).
los aspectos activadores (límbicos) del len-
guaje, los aspectos semánticos (con sus co-
nexiones posteriores) y los aspectos de pla-
nificación motora involucrados en la inicia-
ción del lenguaje y del habla [28]. No Dorsal
Mesial
Dorsal
Mesial
Dorsal
Mesial
obstante, recientes investigaciones [29] han 15% Orbital 16%
Orbital
17%
Orbital

rebajado el papel crítico del área de Broca en


26% 58% 54%
la planificación articulatoria, en beneficio 59% 26% 29%

de la ínsula izquierda y del córtex premotor.


La zona equivalente en el cerebro del
mono al área humana de Broca podría ser la
Humano Chimpancé Gorila
F5, que se activa tanto cuando se ejecuta
una acción como cuando se observa una
acción similar realizada por otro mono o Dorsal Dorsal Dorsal
Mesial Mesial
por el propio investigador [30]. En el he- 11% Orbital 17% Orbital
15%
Mesial
Orbital

misferio derecho, la zona equivalente al área


31% 54%
de Broca del hemisferio izquierdo propor- 58%
29%
25%
60%
ciona la prosodia del lenguaje y los gestos
emocionales [31]; si bien es verdad que el
lado derecho no goza de absoluta superio-
ridad prosódica, ya que se necesita prefe- Orangután Gibón Macaco

rentemente el lado izquierdo para, por ejem-


plo, comprender los contrastes tonales o el
estrés lexical [32]. Figura 11. Representación gráfica del porcentaje de parcelaciones del lóbulo frontal en diferentes
En la mayor parte de los sujetos dies- primates. (Adaptado de Semendeferi et al [42]).
tros, tanto la pars opercularis (área 44)
como la pars triangularis (área 45) del lado
izquierdo presentan un desarrollo mayor; esta asimetría puede Tal como ilustran la tabla I y la figura 9, tres son las zonas en las
faltar o ser inversa en sujetos zurdos [33,34]. Si bien otros estudios que, como mínimo, conviene dividir al córtex prefrontal: dorsola-
[5] cuestionan que la asimetría izquierda sea superior a la derecha teral, orbitofrontal y frontomedial. La zona dorsolateral integra a las
para el área 45. áreas 9* , 10 y 46, junto a porciones de otras áreas; es una zona rica
El ‘córtex prefrontal’ es posiblemente la zona cerebral dife- en conexiones con áreas asociativas parietales, occipitales y tempo-
rencialmente más desarrollada en humanos respecto a especies rales; está implicada en funciones como el razonamiento y la forma-
inferiores, incluidos los primates no humanos (Fig. 8). Se define ción de conceptos, la generación de acciones voluntarias o el pro-
primordialmente por aquellas zonas del lóbulo frontal que reciben ceso de la memoria de trabajo (working memory); el área 10 que
proyecciones del núcleo dorsomedial del tálamo [35], aunque ocupa la zona frontopolar es por sí misma necesaria en importantes
también recibe proyecciones del núcleo ventral anterior, pulvinar procesos cognitivos de razonamiento y planificación, como los in-
medial y complejo nuclear suprageniculado-limitante; carece de volucrados para manejar en mente objetivos mientras exploramos
conexiones especiales con las áreas motoras y sensoriales prima- y procesamos objetivos secundarios [37]. La zona orbitofrontal o
rias, y tampoco envía proyecciones a la médula espinal [10]. ventral incluye las porciones inferiores de las áreas 11* , 12* y 47 *,

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LÓBULOS FRONTALES

Paraolfatorio
(subcalloso)
Orbitofrontal

Córtex
paralímbico

Giro cingulado
Prefrontal
dorsolateral
Córtex
premotor Área motora

Área 44
Orbitofrontal

Figura 12. El córtex frontal. (Basado en Mesulam [11], Damasio [43] y Figura 13. División del córtex frontal del macaco. (Tomado de Wise et al
Damasio y Anderson [44]). [45]). M1: córtex motor primario que es rostral a la cisura central; PM: áreas
premotoras (PMv: ventral, PMd: dorsal, PMM: medial: Pmm o SMA –
motora suplementaria–); FEF: campo ocular frontal en la rama rostral de
la cisura arqueada (arcuate); SEF: campo ocular suplementario; PF: córtex
prefrontal (Pfo: orbitofrontal, Pfv: ventrolateral, Pfdl: dorsolateral, Pfd: dorsal,
Pfm: medial, Pfp: polar).

así como la región proisocortical más orbital que se ha denominado


áreas 13 y 14; esta zona orbitofrontal parece estar implicada en
procesos emotivos y en la selección de objetivos. El cingulado
anterior (áreas 24, 32 y 33) es la principal estructura del córtex fron-
tomedial. Su integridad permite la ‘curiosidad’ (motivación) y su
daño nos vuelve apáticos e inertes, pues utilizamos un lenguaje de
respuestas monosilábicas y fracasamos en pruebas de atención (tipo
Go/No Go y de atención sostenida); a diferencia del cingulado
posterior (granular), el cingulado anterior (agranular) puede consi-
derarse como una auténtica región ejecutiva [38]. Tanto las zonas
frontomediales (especialmente el área 24) como las orbitales (espe-
cialmente el área 13) mantienen íntimas conexiones con las estruc-
turas límbicas de la región temporal medial [39] y pueden contribuir
al proceso de la memoria declarativa [40]. También las zonas dor-
solaterales, en conjunción con zonas mediales temporales, se han
mostrado particularmente activas y modalmente lateralizadas en la
fase de codificación (encoding) de la memoria a largo plazo, presu-
miblemente por la necesidad de tener que utilizar diferentes estra-
tegias de codificación [41].
En el cerebro del mono, el córtex prefrontal se halla por delante
de la cisura arqueada (arcuate). Los intentos de delimitar la corres-
pondencia exacta con zonas prefrontales humanas han sido numero-
sos (uno de ellos se ilustra en la figura 10). Complementando estos
intentos, en la figura 11 también se muestra una representación por-
centual de las subdivisiones del lóbulo frontal en diversos primates.
Finalmente, se incluye una visión gráfica de las cinco princi-
pales subdivisiones del lóbulo frontal, tanto en el cerebro humano
como en el del primate no humano, en las figuras 12 y 13, respec-
tivamente. En la figura 14 se recoge el mapa ontogénico de mie-
Figura 14. Mapa ontogenético del córtex cerebral humano, según Flech- linización de todo el córtex, incluidas las zonas que integran el
sig y modificado por von Bonin, donde se indica el orden de mielinización
de las áreas. Las áreas primarias sensoriales y motoras aparecen más lóbulo frontal; su observación muestra que la zona más anterior y
marcadas [46]. polar es la que ontogenéticamente tarda más en madurar.

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Tabla I. División del córtex prefrontal o córtex asociativo frontal. Tabla II. Funciones ejecutivas específicas. (Basada en Mesulam [11], Fus-
ter [35], Benton [51], Dennis [52], Brody y Pribram [57], Brown [58], Sha-
Zona Irrigación Áreas incluidas llice y Burgess [59], Rezai et al [60], Levin [61], Smith y Jonides [62]).

Dorsolateral a Arteria cerebral Dorsolateral posterior: 8 b Atención focalizada sobre estímulos relevantes e inhibición de los irrele-
media (y anterior) vantes (paradigma estándar: paradigma de Stroop)
a
Frontopolar: A10
Flexibilidad de pasar de una tarea a otra; flexibilidad de respuesta apropia-
Dorsolateral medio: da a las demandas de un contexto variable que no admite respuestas de
A9 a,b, A46 a rutina

47 b (parte superior) Planificación de tareas dirigidas a un objetivo

Previsión
11 b (parte superior)
Monitorizar
12 b (parte superior)
La información (working memory)
Orbitofrontal a Arteria cerebral Giro orbital:
o ventral media (y anterior) A11 a,b (parte inferior), La ejecución
A12 a,b (parte inferior)
Codificación para el tiempo y lugar. Organizar la conducta temporalmente
A47 a,b (parte inferior) para alcanzar los objetivos

Proisocortical: A13, A14 Resolución de problemas


a a
Frontal medial Arteria cerebral Cingulado anterior Localizar recursos, curiosidad-motivación
o paralímbico anterior (A24 a, A32 a, A33 a)
o frontal límbico Formular conceptos abstractos
a b
Áreas con mayor importancia funcional en cada subdivisión; Áreas o zonas que Autoconsciencia, conducta moral
han sido incluidas en más de una de las parcelaciones neurofuncionales frontales.
Discurso social como habilidad para interactuar productivamente con otros
en discusiones y conversaciones

LAS GRANDES FUNCIONES DEL LÓBULO Tabla III. Relación de ejemplos exploratorios de funciones ejecutivas.
FRONTAL: FUNCIONES EJECUTIVAS
Función Exploración
Las funciones frontales pueden resumirse en cinco importantes gru-
pos: a) El movimiento voluntario; b) El lenguaje expresivo o ha- Formación de conceptos Twenty Questions Test
bla y la prosodia motora; c) Los procesos cognitivos necesarios y solución de problemas
Wisconsisn Card Sorting Test
para el cálculo, la atención y la memoria; d) El ‘comportamiento’,
la motivación y cierta inclinación inconsciente que puede guiar la Flexibilidad mental Wisconsisn Card Sorting Test
conducta [47] y que llamamos la intuición, y e) Las denominadas Trail Making Test
funciones ejecutivas, consideradas como aquellas que hacen de los
lóbulos frontales la zona más evolucionada en la especie humana. Abstracción-razonamiento Wisconsisn Card Sorting Test
Estas funciones ejecutivas se asientan en su mayor parte en zonas Test de Raven
consideradas prefrontales. La importancia de estas funciones pro-
Comprensión de proverbios
pias del lóbulo frontal y la preponderancia de este asiento prefrontal,
especialmente dorsolateral, han hecho relegar a un segundo plano Planificación Torre de Londres
al resto de funciones y zonas frontales hasta el punto de que, en la
Fluencia verbal Controlled Oral Word Association
actualidad, se emplea de forma extendida la terminología ‘frontal’
o ‘funciones frontales’ para, en realidad, referirse preferentemente Fluencia de diseños Invention of Design
a la zona prefrontal y a sus funciones ejecutivas. Design Fluency Test
Las funciones ejecutivas han sido caracterizadas por diversos
autores [2,11,13, 48-53] como aquellas que muestran la capacidad Five-Point Test
de transformar los pensamientos en acción y se manifiestan como Memoria California Verbal Learning Test
la habilidad para iniciar, modular o inhibir la atención y la activi-
Modulación-inhibición Go/No-Go paradigm
dad mental; la habilidad para interactuar productivamente con de respuestas
otros en discusiones y conversaciones, y la habilidad para plani- Stroop Test
ficar y controlar la conducta dirigida al resultado. Así pues, los Control mental Contar hacia atrás, etc.
lóbulos frontales, a través de las funciones ejecutivas, no sola-
mente programan la conducta sino que, siguiendo las propuestas Problemas en la vida cotidiana Behavioral Assessment of
por trastornos ejecutivos the Dysexecutive System (BADS)
de Pribram, también comprueban lo que se ha hecho [54,55]. Las
funciones ejecutivas seleccionan, planifican y organizan tempo-
ralmente los procesos cognitivos, y dotan a la conducta de una
cronología, de su ‘estructura temporal’ [35]. Lesiones prefronta- Las funciones ejecutivas son operaciones mentales que están
les pueden obstaculizar el aprendizaje procedimental al interrum- críticamente involucradas en la propia adaptación a situaciones
pir precisamente esta estructura temporal necesaria, lo cual resalta nuevas. Son, en sí mismas, procesos cognitivos que orquestan u
el papel prefrontal en la memoria de tipo no declarativa [56]. organizan las ideas, movimientos o acciones relativamente sim-

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LÓBULOS FRONTALES

Figura 15. Prototipo de circuito fronto-subcortical. (Basado en Cummings [70]).

Tabla IV. Principales etiologías causantes de síndrome frontal (prefrontal).


(Basado en Filley [2] y Stuss et al [75]).

Traumatismo craneoencefálico

Accidente cerebrovascular

Infarto cerebral

Arteria cerebral media

Arteria cerebral anterior


Figura 16. Circuitos fronto-subcorticales especializados funcionalmente.
Arteria de Heubner (Basado en Alexander et al [28,81,82], Cummings [70] y Darvesh y Freed-
man [84]). Esta ilustración se completa con la tabla IX. AMS: área motora
suplementaria; Put.: putamen; CM: centromedial; DM: dorsomedial; Lat.:
Hemorragia cerebral o hematoma subdural
lateral; VA: ventral anterior; VL: ventral lateral; VM: ventral medial.
Tumor frontal

Meningioma laterales frontales están especialmente capacitadas para realizar


Glioma cálculos exactos [63,64], del mismo modo que podemos decir que
las habilidades ejecutivas dorsolaterales nos permiten efectuar
Enfermedad de Pick y otras demencias frontotemporales
cálculos exactos.
Parálisis supranuclear progresiva

Enfermedad de Huntington SÍNDROME FRONTAL [2,11,13, 65-72]


Neurosífilis El síndrome frontal es el conjunto de alteraciones debidas a una
lesión frontal, que implique a la zona prefrontal, y sus consecuen-
Esclerosis múltiple
cias sobre el córtex motor, el premotor y otras áreas con las que
Leucotomía prefrontal mantiene estrechas relaciones. Por ello, puede incluir desde tras-
tornos motores y de los movimientos oculares, así como trastor-
nos específicos que afectan al cálculo, lenguaje, atención y me-
moria, hasta trastornos conductuales y de las funciones ejecutivas.
ples en comportamientos complejos y dirigidos hacia un fin. Estas El paciente frontal puede mostrar el síndrome de dependencia del
funciones son primordiales en todos los comportamientos necesa- ambiente de Lhermitte, caracterizado por las conductas de imita-
rios para mantener la autonomía personal; asimismo, fundamen- ción, como reflejo de lo que el explorador realiza, y de utilización
tan la personalidad y el mantenimiento del comportamiento: la cuando, ante la presencia de un objeto, lo interpreta como una
conciencia, la empatía y la sensibilidad social. ‘orden’ de utilizarlo [73,74].
En las tablas II y III, se recogen de forma más específica fun- Las principales etiologías del síndrome frontal se recogen en
ciones consideradas ejecutivas, así como exploraciones que sir- la tabla IV, entre las cuales destacan: los traumatismos craneoen-
ven de ejemplo para su evaluación. cefálicos, los accidentes cerebrovasculares, tumores, enfermeda-
No existe un límite exacto que circunscriba una función como des y trastornos degenerativos e infecciosos. Por regla general, las
ejecutiva y que sea distinta de aquellos procesos cognitivos fron- lesiones unilaterales ocasionan trastornos de menor gravedad com-
tales que subyacen en el cálculo, la atención, la memoria o el parados con las ‘dramáticas’ consecuencias derivadas de lesiones
propio ‘comportamiento’. Podemos sentenciar que zonas dorso- bilaterales [11].

REV NEUROL 2000; 31 (6): 566-577 573


A. ESTÉVEZ-GONZÁLEZ, ET AL

Tabla V. Síndromes frontales.

Síndrome frontal dorsolateral Síndrome frontal orbitofrontal

Característica principal: predominio de los trastornos cognitivos (sín- Otros trastornos: alteraciones olfatorias (anosmia)
drome prefrontal disejecutivo)
Etiologías
Caracterización del paciente: ‘desorganizado’
Traumatismo craneoencefálico
Trastorno principal: de las funciones ejecutivas, especialmente de las
que impliquen planificación, seguimiento o mantenimiento de objetivos Accidente cerebrovascular
y flexibilidad
Aneurisma de la arteria cerebral anterior
Trastornos predominantes
Tumor
Perseverancia
Infección
Conducta estímulo-dirigida: ecopraxia, conducta de imitación-utili-
zación de Lhermitte [76] Síndrome frontal medial o del cingulado anterior

Trastorno de las fluencias verbal y no verbal Característica principal: pérdida de espontaneidad e iniciativa

Trastorno de la programación motora Caracterización del paciente: ‘apático’, falto de voluntad-motivación

Otros trastornos Trastorno principal: apatía o abulia (apatía extrema) o pasividad o inercia
o falta iniciativa: (‘no pide nada-no hace nada’)
Trastorno de la resolución problemas (acalculia secundaria)
Trastornos predominantes
Desmotivación
Trastorno del lenguaje
Si hay lesión en el hemisferio izquierdo, afasia transcortical motora
Si hay afectación del área motora suplementaria del hemisferio iz-
quierdo, afasia motora transcortical
Si hay lesión en el hemisferio derecho, aprosodia transcortical motora
Si hay apatía extrema, mutismo acinético (con daño bilateral):
Etiologías causantes
no habla espontáneamente y responde con monosílabos
Trastornos degenerativos Paresis en extremidades inferiores y alteraciones de la marcha
Accidente cerebrovascular, demencia vascular Conducta de imitación-utilización de Lhermitte [76]
Esclerosis múltiple Pruebas alteradas de atención-inhibición (paradigmas de Stroop y
Go-No Go)
Tumor, etc.
Otros trastornos: incontinencia
Síndrome frontal orbitofrontal
Otros
Característica principal: predominio de los trastornos de personalidad
Alteraciones olfatorias
Caracterización del paciente: desinhibido y con ‘falta de responsabilidad’
Trastornos motores (especialmente en lesiones laterales): desorganiza-
Trastorno principal: desinhibición-impulsividad (‘sociopatía adquirida’), ción motora, adinamia frontal y defectos en la programación de movi-
conducta antisocial y sexualmente inapropiada (conducta indiscreta- mientos (en especial, si existe lesión en el área motora suplementaria)
indecencia)
Negligencia motora
Trastornos predominantes
Grasping
Moria, afecto inapropiado (irritable, lábil, euforia fatua, jocoso),
indiferencia afectiva, cambios de humor Automatismos motores no reprimidos (‘andar continuo’, girar en
círculo’, etc.)
Alteración del juicio (toma de decisiones sin estimar sus consecuen-
cias) Trastornos perceptivos-movimientos oculares: pérdida de estrategia
de la mirada, búsqueda visual, pérdida de exploración visual
Distractibilidad: incapacidad de esfuerzo sostenido (especialmente en lesiones en áreas 8 y 9)

En realidad no existe un único síndrome frontal, sino que, de tía, la pasividad o la inercia. La extensión del daño frontal puede
acuerdo con las subdivisiones neurofuncionales del lóbulo frontal alcanzar a las esferas motora y olfatoria, ocasionando trastornos
comentadas anteriormente, resulta más apropiado hablar de sín- en una y otra modalidad.
dromes frontales dorsolaterales, orbitofrontales, etc., tal como se
recoge en la tabla V. El daño dorsolateral ocasionaría una impor-
tante disfunción centrada en las funciones ejecutivas y conferiría CONEXIONES CORTICALES: CIRCUITOS
al paciente un alto grado de desorganización; el daño orbitofrontal CÓRTICO-FRONTALES (PREFRONTALES)
puede transformar a un sujeto normalmente discreto en un pacien- Dado que el córtex prefrontal presenta una alta capacidad para
te desinhibido, impulsivo, fatuo y antisocial; por último, el daño manipular de alguna manera la información almacenada en otras
medial sobre el cingulado anterior y otras estructuras hará perder partes del córtex cerebral [13], es lógico que se halle conectado a
la iniciativa, de manera que predomine la desmotivación, la apa- través de conexiones córtico-corticales con todas las áreas del

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LÓBULOS FRONTALES

Tabla VI. Conexiones frontales: principales conexiones corticales. (Basa- Tabla VII. Conexiones frontales: principales conexiones subcorticales.
do en Damasio y Anderson [44]). (Basado en Damasio y Anderson [44]).

Aferencias Eferencias Aferencias Eferencias

Temporal (giro temporal Temporal Tálamo (especialmente Tálamo (especialmente núcleos


superior, giro temporal medio, desde el núcleo dorsomedial) dorsomedial, pulvinar
giro temporal inferior) e intralaminares)

Occipital (zona lateral periestriada) Hipotálamo Hipotálamo

Parietal (lóbulo parietal inferior, Parietal (lóbulo parietal inferior) Amígdala (especialmente Amígdala (especialmente desde
córtex parietal posterior) a la zona frontal orbital) zonas orbitales y mediales)

Córtex olfatorio Límbico (córtex cingulado) Hipocampo (especialmente Hipocampo (especialmente desde
a la zona frontal orbital) zonas orbitales y mediales)

Tabla VIII. Conexiones prefrontales. Principales conexiones ‘parceladas’. Estriado (a caudado y putamen,
(Basado en Cummings [80]). especialmente desde el giro
cingulado y el área motora
suplementaria)
Parcelación Conexiones corticales Conexiones subcorticales
Claustrum
Dorsolateral Orbitofrontal Núcleo subtalámico
Región subtalámica
Frontomedial Tálamo
(cingulado) Septum
Córtex asociativos parietal, Mesencéfalo
temporal y occipital

Giro parahipocámpico
Tabla IX. Circuitos fronto-subcorticales. (Basado en Alexander et al
Orbitofrontal Dorsolateral Amígdala [28,81,82], Cummings [70] y Darvesh y Freedman [84]). El contenido de
esta tabla se completa con la figura 16.
Polo temporal Núcleo accumbens
Circuito Función Patología
Frontomedial Dorsolateral Amígdala
(cingulado
Motor Inicio, ejecución y fuerza Enfermedad de Parkinson,
anterior) Pálido ventral-
del movimiento, etc. Enfermedad de Wilson, etc.
sustantia nigra
Oculomotor Fijación visual, etc. Movimientos oculares
anormales
Tabla X. Trastornos ligados a patología prefrontal. (Basado en Preuss [10]).
Dorsolateral Working memory, Déficits cognitivos,
Procesos degenerativos cognición, programación demencia subcortical,
motora, etc. depresión,esquizofrenia, etc.
Envejecimiento
Orbitofrontal ‘Equilibrio’ Desinhibición,manía,
Enfermedad de Parkinson lateral conductual, etc. depresión,esquizofrenia,
trastorno
Enfermedad de Huntington obsesivo-compulsivo, etc.

Cuadros de desarrollo Cingulado ‘Motivación’, etc. Apatía, trastorno


anterior obsesivo-compulsivo, etc.
Trastornos de atención e hiperactividad o circuito límbico

Procesos tóxico-metabólicos

Síndrome Wernicke-Korsakoff les, se dirigen a zonas inferotemporales y parietales, respectiva-


Cuadros neuropsiquiátricos mente, y desde éstas alcanzan las regiones frontales, confluyen-
do en zonas prefrontales [77]. Estos circuitos también son apro-
Depresión vechados por procesos atencionales y las memorias de trabajo
Esquizofrenia (working memory) de tipo objetual y visuoespacial, respectiva-
mente [78,79].
Trastorno obsesivo-compulsivo

Manía
CONEXIONES SUBCORTICALES: CIRCUITOS
FRONTO-SUBCORTICALES (O FRONTOBASALES)
El córtex frontal establece íntimas conexiones con regiones sub-
neocórtex [60], especialmente aquellas que lo unen con otras áreas corticales y límbicas, entre ellas destacan las que mantiene con los
corticales asociativas (Tabla VI). ganglios basales, tálamo, amígdala, córtex entorrinal e hipocam-
Los circuitos de conexiones frontocorticales sustentan vías po (Tablas VII y VIII).
corticales de gran interés; por ejemplo, los de las vías visuales Las conexiones fronto-subcorticales (o frontobasales) pueden
corticales del ‘qué’ y ‘dónde’, que, partiendo de zonas occipita- sintetizarse en un circuito prototipo (esquematizado en la figu-

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A. ESTÉVEZ-GONZÁLEZ, ET AL

ra 15), que utiliza una amplia variedad de neurotransmisores. Este sino que justifican que cuadros considerados como neurológicos
circuito forma un bucle frontotalámico. La estrecha relación fun- (procesos neurodegenerativos, etc.) o, al menos en parte, clásica-
cional frontobasal se basa en que las principales eferencias de los mente psiquiátricos (esquizofrenia, etc.) se adscriban a una pato-
ganglios basales llegan al córtex frontal a través de proyecciones logía frontal o prefrontal (Tabla X) [10].
desde los núcleos talámicos siguiendo la secuencia ganglios
basales-tálamo-frontal [45]. Los ganglios basales reciben infor-
mación de la mayor parte del cerebro, incluyendo el córtex frontal, CONCLUSIONES
pero proyectan (vía el tálamo) principalmente, o quizás totalmen- Los lóbulos frontales son el asiento anatomofisiológico de proce-
te, al córtex frontal; de este modo, el córtex frontal y los ganglios sos cognitivos altamente especializados en la especie humana,
basales constituyen un sistema neuronal integrado en el cual la llevados a cabo por una red de circuitos córtico-corticales y
dopamina, como neurotransmisor, desempeña un papel destacado fronto-subcorticales. Esta complejidad funcional ha motivado que
[45] a expensas del sistema nigro-estriado. Este sistema frontoba- los lóbulos frontales hayan dejado de ser considerados como una
sal está íntimamente implicado en fenómenos atencionales (tipo única estructura y sea necesario parcelarlos neurofuncionalmen-
efecto Stroop, el sistema supervisor de la atención de Norman y te. El estudio detallado de cada uno de los córtex ‘frontales’ que
Shallice, etc.), la memoria de trabajo y el aprendizaje de respues- integran el lóbulo frontal ha permitido adentrarse en un mejor
tas apropiadas: seleccionar la respuesta más apropiada, secuen- conocimiento de los trastornos cognitivos presentes no sólo en los
ciar las conductas y ligar hechos, acciones o ideas [45]. individuos considerados clásicamente como pacientes frontales,
El circuito de conexiones fronto-subcorticales puede estar en sino también en aquellos otros que padecen alteraciones y enfer-
realidad diferenciado en, al menos, cinco circuitos funcionalmen- medades de índole subcortical y psiquiátrica, de manera que se
te especializados [28,70,81-84]: motor, oculomotor, dorsolateral, ‘entrecruzan’ la Neurología y la Psiquiatría [85].
orbitofrontal y frontomedial (cingulado anterior) (Fig. 16). El daño Lejos de haberse terminado la parcelación funcional frontal,
en estos circuitos funcionalmente especializados ocasionaría pa- ésta no ha hecho más que comenzar. Los lóbulos frontales son una
tologías diferenciales, tal como se recoge en la tabla IX. Estos región excesivamente amplia para constituir sólo una única uni-
circuitos no tan sólo realzan aquellas parcelaciones que del lóbulo dad neural, pero suficientemente extensa para albergar procesos
frontal, especialmente de su zona prefrontal, hemos comentado, motores y procesos cognitivamente complejos.
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LOS LÓBULOS FRONTALES: EL CEREBRO EJECUTIVO OS LOBOS FRONTAIS: O CÉREBRO EXECUTIVO


Resumen. Objetivo. Describir la neuroanatomía funcional básica y Resumo. Objectivo. Descrever a neuroanatomia funcional básica e
actual de los lóbulos frontales y los diferentes procesos cognitivos actual dos lobos frontais e os diferentes processos cognitivos com-
complejos que gestiona esta amplia zona del cerebro. Desarrollo. plexos que esta ampla zona do cérebro gere. Desenvolvimento.
Revisamos trabajos recientes de interés neurofuncional; estructura- Revimos trabalhos recentes de interesse neurofuncional. Estruturá-
mos las parcelaciones frontales y las funciones cognitivas más espe- mos as subdivisões frontais e as funções cognitivas mais especifica-
cíficamente humanas, denominadas ‘funciones ejecutivas’; clasifi- mente humanas, denominadas ‘funções executivas’. Classificámos a
camos el síndrome frontal en síndromes más específicos, y revisamos síndroma frontal em síndromas mais específicas, e revimos as cone-
las conexiones frontocorticales y subcorticales que fundamentan las xões corticais frontais e subcorticais que fundamentam as subdivi-
parcelaciones y las funciones frontales. Conclusiones. El lóbulo fron- sões e as funções frontais. Conclusões. O lobo frontal não é uma
tal no es una única región cerebral anatómica y funcional. Regiones única região cerebral anatómica e funcional. Regiões e circuitos
y circuitos frontocorticales y subcorticales están asociados a funcio- corticais frontais e subcorticais estão associados a funções motoras
nes motoras y procesos cognitivos altamente especializados, que e a processos cognitivos altamente especializados, que podem ver-
pueden verse diferencialmente afectados. [REV NEUROL 2000; 31: se diferencialmente afectados. [REV NEUROL 2000; 31: 566-77]
566-77] [http://www.revneurol.com/3106/j060566.pdf] [http://www.revneurol.com/3106/j060566.pdf]
Palabras clave. Circuitos frontales. Córtex prefrontal. Frontal. Palavras chave. Circuitos frontais. Córtex pré-frontal. Frontal.
Funciones ejecutivas. Síndrome frontal. Sistema frontobasal. Funções executivas. Síndroma frontal. Sistema frontobasal.

REV NEUROL 2000; 31 (6): 566-577 577

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