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Caratula

“AÑO DE LA CONSOLIDACIÓN DEL MAR DE GRAU”

TEMA

ABORDAJE PSICOANALÍTICO

CARRERA PROFESIONAL DE:

PROFESOR:

ALUMNA:

CURSO:

CICLO:

HUANCAYO – PERU
2016
A mis padres por su

constante apoyo incondicional en

lo económico y moral para poder

ser un buen profesional de éxito,

para el orgullo de mi familia.


ÍNDICE

Caratula ................................................................................................................... 1

Índice ....................................................................................................................... 3

Introducción ............................................................................................................. 4

MARCO TEÓRICO

1. Antecedentes.-.................................................................................................. 6

2. Marco conceptual ............................................................................................. 7

2.1. Contribuciones del psicoanálisis al entendimiento y tratamiento de la


depresión: ............................................................................................... 7

2.2. Formulaciones psicoanalíticas sobre el desarrollo de la personalidad y


la psicopatología:.................................................................................... 8

2.3. Las Psicoterapias de Orientación Psicoanalítica: ................................... 9

2.4. Indicaciones de la psicoterapia psicoanalítica: ..................................... 11

2.5. El encuadre en la psicoterapia psicoanalítica: ...................................... 12

2.6. El proceso analítico en la psicoterapia psicoanalítica:.......................... 12

2.7. Psicoanálisis en la práctica: ................................................................. 13

2.8. Efectividad: ........................................................................................... 16

TRATAMIENTOS .................................................................................................. 18

CONCLUSIONES.................................................................................................. 21

REFERENCIAS ..................................................................................................... 22
INTRODUCCIÓN

La relación entre el psicoanálisis y la psicoterapia psicoanalítica está


pasando a ocupar un lugar central como tema de preocupación dentro de la
comunidad psicoanalítica.

El alejamiento de la ortodoxia psicoanalítica tiene su razón e historia, temas


que en este artículo intentaremos desarrollar. La primera cuestión es cuáles son los
terapeutas que pueden incluirse en el encuadre de psicoterapias que aún pueden
denominarse psicoanalí- ticas; si se trata de analistas silvestres o salvajes, o de
profesionales con formación estricta que han ido abandonando la ortodoxia ante
imposiciones de la realidad social, política, económica, cultural, o por una reflexiva
y asumida modificación de su praxis como respuesta a disidencias internas y nuevas
propuestas, atentos al desarrollo de las corrientes psicoterapéuticas modernas y a
los modelos médicos y neurobiológicos, sin que por ello, se hayan distanciado
excesivamente de la teoría y práctica de su formación original.

Es cierto que a falta del reconocimiento y subordinación a los organismos de


formación y control, internacionalmente autorizados para capacitar y otorgar el título
de Analista, el aprendizaje de los profesionales embarcados en esta corriente, es
disímil.

Gran parte ha tomado contacto inicial con el psicoanálisis, según su época,


a través de las Obras Completas de Freud, de la cual cada uno tiene su propia y
secreta lectura, o desde la Teoría Psicoanalítica de las Neurosis de Otto Fenichel,
de la simplificación de Wilhelm Stekel o cursos básicos, como los de, Alberto
Tallaferro, Charles Brenner, Angel Garma, y aún desde obras de divulgación, de su
análisis personal y desde las aulas universitarias sin elaboración terapéutica y
didáctica; pero, generalmente, cuando el pensamiento del interesado es penetrado
por el psicoanálisis, compele a integrar con voracidad desarrollos, discusiones,
escuelas, oposiciones, particularidades, biografías, las evoluciones paralelas de
cismáticos, fenomenólogos, psicoanalistas existenciales, psicosomatistas.
La fuerza impulsora del propio tratamiento realizado con terapeutas y
didactas, la supervisión de los primeros pacientes, los seminarios, ateneos, grupos
de estudio, pertenencia y pasaje por las diversas escuelas de formación y la práctica
reglada con adultos y niños. La significación histórica de la obra de Sigmund Freud
mejor se aprecia poniéndola en contraste con la visión que se tenía del trastorno
neurótico en la segunda mitad del siglo XIX. Su obra, en este sentido, no ha sido
indiferente a ninguna corriente moderna en cuanto a los aportes a enumerar.

LA ESTUDIANTE
MARCO TEÓRICO

1. Antecedentes.-
Las nuevas direcciones del psicoanálisis siguen los surcos de los nuevos
espacios clínicos que en el curso de su desarrollo se han ido abriendo: análisis
infantil, psicopatías, psicosis, drogadicción, etc. Al mismo tiempo, aunque esto
último no resulte tan notorio, el psicoanálisis se encuadra cada vez más dentro
del modelo de la complejidad, en detrimento del modelo científico positivo y este
cambio de paradigma posee consecuencias de la mayor importancia.

Ahora más que nunca es necesario clarificar qué se entiende por


psicoanálisis y sobre todo cómo es el psicoanálisis contemporáneo, tanto en el
campo que lo define desde la metapsicología como en su actitud ante la cura.

Desde la muerte de Freud el psicoanálisis prosigue su andadura; de otro


modo quedaría fijado como dogma para servir de cobijo a simples sectarios.
Afortunadamente el psicoanálisis ha extendido su horizonte terapéutico desde
su original visión de las neurosis hasta otros tipos de cuadros que no se pueden
encerrar en ese espacio, por mucho que pretendamos ampliar la extensión de
ese concepto.

Pero, con el interés creciente por los nuevos horizontes clínicos, aparecen
las llamadas variaciones de la técnica. Las neurosis actuales, incapaces de
elaborar la libido, con la consiguiente descarga directa de ésta en el cuerpo y
las neurosis narcisistas, que no invisten al objeto, escapaban a las posibilidades
del análisis, en opinión de Freud.

Es clásico decir que la cura tipo, la cura adaptada a la concepción


metapsicológica de las neurosis, reposa en la articulación, a través del proceso
analítico, de las tres neurosis: la psiconeurosis propiamente dicha sea la
histeria, la neurosis obsesiva o la fobia-, la neurosis infantil que da cuenta de
los fundamentos traumático-genéticos de los primeros horizontes del desarrollo
y la neurosis de transferencia cuya expresión tiene lugar en el curso de las
sesiones que componen la cura.

El mismo Freud advirtió pronto sobre la insuficiencia de tal planteamiento,


como se sigue de muchos trabajos en los que se socava la omnipresencia de la
neurosis con su substrato estructural base: el complejo de Edipo. El camino
viene recorrido de manera progresiva y no exenta de contradicciones.

2. Marco conceptual
2.1. Contribuciones del psicoanálisis al entendimiento y tratamiento de
la depresión:
El psicoanálisis es a menudo difamado en la cultura contemporánea.
Muchas prestigiosas publicaciones parecen estar impacientes para
revisar los últimos ataques a la vida personal e integridad de Freud, su
competencia clínica y sus formulaciones teóricas. Actualmente, en
muchos círculos académicos e intelectuales, el psicoanálisis, como teoría
y terapia, tiene relativamente mala reputación por el reclamo de la poca
evidencia científica que sostiene muchos de sus principios
fundamentales. Y en muchos ámbitos clínicos, actualmente dominados
por la preocupación en la restricción de costos en lugar de la calidad de
la atención clínica, las aproximaciones psicoanalíticas son consideradas
ineficientes e irrelevantes.

A menudo pasadas por alto en estas discusiones, sin embargo, se


encuentran las importantes contribuciones que el psicoanálisis continúa
haciendo a la comprensión clínica básica del desarrollo psicológico,
adaptativo y desadaptativo y al proceso terapéutico.

Demostraré que una conceptualización teórica básica, central para


muchas de las contribuciones más fundamentales de Freud, a pesar de
ser a menudo no reconocida, ha provisto la base para las formulaciones
contemporáneas sobre el desarrollo y la organización de la personalidad;
para la comprensión de la psicopatología en adultos, especialmente en
los trastornos de la personalidad y la depresión; y para llevar adelante
investigaciones de procesos y resultados psicoterapéuticos en
tratamientos intensivos de corta y larga duración.

2.2. Formulaciones psicoanalíticas sobre el desarrollo de la


personalidad y la psicopatología:
En el Malestar en la Cultura, Freud (1930) contrapuso “el hombre que
es predominantemente erótico [y da] preferencia a sus relaciones
emocionales con otras personas… [con] el hombre narcisista, que está
inclinado a ser autosuficiente.. [y busca] sus principales satisfacciones en
sus procesos mentales internos…” (pp. 83-84). Freud también destacó
que “el desarrollo del individuo parece…ser producto de la interacción
entre dos impulsos [fundamentales], el impulso hacia la felicidad, el cual
solemos llamar ‘egoísta’, y el impulso hacia la unión con otros, en la
comunidad, que llamamos ‘altruista’…” (p. 140).

Al oponer egoísmo y altruismo, Freud destacó que estos “dos


procesos del desarrollo individual y cultural deben estar en oposición
hostil uno contra otro y se disputan el terreno” (p. 141) Esta polaridad
fundamental entre interés en uno mismo e interés en los otros aparece
frecuentemente en los escritos de Freud. Por ejemplo, Freud (1914,
1926) distinguió la libido objetal de la libido narcisista o libido yoica, y
diferenció instintos libidinales al servicio del apego, la intimidad y la
tendencia a la conexión interpersonal, de los instintos agresivos que son
necesarios para la autonomía, el dominio, y la auto definición. Aunque no
pueda hallarse la fuente para su comentario, Freud también llamó la
atención sobre esta polaridad fundamental de la existencia humana en la
frase frecuentemente citada acerca de que las dos principales tareas en
la vida son “amar y trabajar”.
Freud (1926) también planteó dos orígenes para la angustia: uno
deriva de la culpa por la agresión y la internalización de la autoridad en
el súper yo, ambos relacionados con los instintos del yo y cuestiones de
dominio; el otro deriva de la angustia social e involucra principalmente el
temor a la pérdida del amor y el contacto con los demás. Loewald (1962),
impresionado con el punto hasta el que Freud utilizó esta polaridad,
basándose muchas de sus formulaciones en ella, desde el comienzo
hasta el mismo fin de su trabajo, destacó que esta distinción fundamental
entre “individuación y ‘unión narcisista primaria’, expresada en varios
modos de separación y unión,... [identifica una] polaridad [básica]
inherente a la existencia individual... [que influenció la] la concepción
dualista [de Freud] sobre los instintos, la naturaleza humana y la vida
misma” (p. 490).

Muchos otros investigadores psicoanalistas articularon una distinción


similar, y como Freud, hicieron esta distinción central en sus
formulaciones teóricas. Bowlby (1969, 1973) desde una perspectiva
psicoanalítica del desarrollo y etológica, por ejemplo, exploró los dos
grupos de instintos, libido y agresión, y el modo en que se expresan en
la búsqueda de apego y separación y proveen el sustrato emocional para
el desarrollo de la personalidad. Balint (1959), desde una perspectiva de
relaciones objetales, planteó la importancia de la tendencia a la conexión
y la auto definición, o el apego y la separación, en sus formulaciones
sobre dos tendencias fundamentales en la personalidad: (1) la tendencia
a la dependencia o conectividad (“tendencias ocnofílicas”) y (2) una
tendencia variable hacia la autosuficiencia (“tendencias filobáticas”).

2.3. Las Psicoterapias de Orientación Psicoanalítica:


Abordamos así la problemática de las psicoterapias psicoanalíticas, tema
candente que hoy preocupa más que nunca por el celo extraordinario con
el que los psicoanalistas pretenden mantener su identidad frente a otras
corrientes terapéuticas.
Al principio las psicoterapias fueron consideradas como “arte menor”
frente a la ya mencionada “cura tipo”, alfa y omega del psicoanálisis más
clásico.
Las psicoterapias psicoanalíticas eran practicadas entonces por los
candidatos, o en otros casos se beneficiaban de ellas pacientes que, por
sus características –Yo débil, presencia de importantes fijaciones
pregenitales, etc.- no eran “analizables”
Con el tiempo, la actitud del psicoterapeuta se torna más activa,
adoptando funciones de apoyo y utilizando recursos terapéuticos
preverbales que le alejan un tanto de la teoría y de la técnica del
psicoanálisis original. Sin embargo, el panorama clínico actual organiza
las cosas de otro modo, que ya no puede ser entendiendo, ni valorado,
desde el eje único ortodoxia/heterodoxia.

Existen muchos pacientes que sometidos a un análisis clásico


desencadenan angustia y presentan desorientaciones profundas que
harían pensar que éste tendría un efecto iatrogénico. En estos casos
desempeña una función primordial la psicoterapia psicoanalítica
realizada por psicoanalistas. Debo insistir sobre este aspecto, que arroja
una luz muy precisa tanto sobre la índole de esta psicoterapia, como
acerca del campo clínico al que se debe y de la identidad de sus
practicantes.
Todas estas cuestiones llevaron en 1997 a la Asociación Psicoanalí- tica
Internacional a realizar una gran encuesta entre todas sus sociedades e
institutos con la que se trataba de esclarecer las complejas relaciones
entre el psicoanálisis y las psicoterapias psicoanalíticas (Israel, 1999). O.
Kernberg (1999) se ocupa in extenso de esta cuestión con una serie de
reflexiones que pueden resumirse en su definición del método
psicoanalítico como caracterizado básicamente por la interpretación, el
análisis de la transferencia y la neutralidad técnica.

La psicoterapia psicoanalítica no es sólo una simple variación de la


técnica en relación a la que se emplea con las psiconeurosis. Su
desarrollo está incluido en una metapsicología psicoanalítica que le sirve
de fundamento.

El psicoterapeuta que la pone en práctica debe poseer, para que aquélla


alcance su cabal rendimiento, formación y experiencia personal en
psicoanálisis, único camino que le permitirá valorar, manejar y elaborar
las vicisitudes de este particular encuentro terapéutico. La conocida
neurosis de transferencia, será sustituida por la psicosis transferencial o,
si se me permite el neologismo, por la psicopatía transferencial. Para
trabar una relación terapéutica con estos pacientes, es necesaria, más
que nunca, la formación psicoanalítica. Cabe añadir que la psicoterapia
psicoanalítica así definida es un proceso con nuevas exigencias cuyo
conocimiento se debe incluir por derecho propio en la formación del
psicoanalista actual.

2.4. Indicaciones de la psicoterapia psicoanalítica:


La primera de ellas se resume en la intolerancia más o menos marcada
del paciente a las reglas de la cura tipo. La nosología sirve de guía a este
respecto pero, como toda aproximación genérica, presenta numerosas
excepciones y con frecuencia hay que precisar la situación en el caso
concreto, que es a fin de cuentas el fundamento sobre el que descansa
el psicoanálisis.

Existen en la práctica una serie de indicaciones principales entre las que


destacaré:
 La frecuencia de la compulsión a la repetición en el curso del
tratamiento.
 La tendencia a la actuación.
 La incapacidad más o menos acentuada para la elaboración psíquica,
debida a la presencia de fantasías precoces de gran intensidad.
 La estructura masoquista del Yo.
 La desintrincación pulsional, con excesiva presencia de la pulsión de
muerte. Naturalmente no tienen que estar presentes todas estas
características en el mismo paciente.

2.5. El encuadre en la psicoterapia psicoanalítica:


Una vez determinada esta compleja cuestión que, como se advierte
fácilmente, precisa de profundos conocimientos psicoanalíticos para su
identificación, tendremos que abordar otro problema de gran importancia
que suele ser tratado de una manera rígida y formalista, me refiero al
número de sesiones semanales preciso para que este tratamiento
adquiera su debido rango.
Está muy extendida la opinión de que una frecuencia de tres o cuatro
sesiones semanales es un requerimiento esencial para que la
intervención terapéutica se pueda llamar psicoanálisis, mientras que una
sesión a la semana es cosa propia de la psicoterapia psicoanalítica.
Esta creencia debe ser revisada. Se da la circunstancia en la práctica de
que un paciente sometido a psicoterapia psicoanalítica precisa en un
momento determinado de un número elevado de sesiones, incluso
superior al que se considera idóneo para la cura tipo. La tendencia más
actual hace hincapié sobre todo en la extensión que el tratamiento
requiere más que en su intensidad.

2.6. El proceso analítico en la psicoterapia psicoanalítica:


A. Green (2002), que se ha ocupado mucho de estos temas, combatió la
frecuente objeción de que en la psicoterapia no existe un proceso
psicoanalítico: “Lo que nos parece importante [escribe] no es tomar en
cuenta el saber relativamente codificado de la cura clásica como lo único
seguro en relación a ese continente negro que cubre la psicoterapia. En
lugar de rechazar ante la ausencia de mapas, la aventura por esas
regiones desconocidas, es preciso, por el contrario, lanzarse a esos
dominios, poco o mal explorados, para hacer valer los derechos del
análisis. Estoy persuadido de que sólo los analistas [no rígidos, añadiré
por mi cuenta] pueden comprender a este tipo de pacientes y hacerles
progresar en el conocimiento de ellos mismos sin limitarse al papel de
distribuidores de píldoras (pp. 52-53)”.

El psicoanálisis se enfrenta a nuevas patologías, entre ellas a los


llamados trastornos de la personalidad –también conocidos como
psicopatías- y lo hace con otras aportaciones metapsicológicas como ya
fue el caso –en tiempos de Freudde la segunda tópica, desde las cuales
se podrán abordar tanto las perversiones como los trastornos de la
personalidad y las psicosis.

Freud definió de inicio las psiconeurosis de transferencia y dentro de ese


marco abordó a la neurosis en general como el negativo de la perversión.
A partir de 1924 el par de opuestos será neurosis/psicosis. En la
actualidad, la creciente preocupación sobre los llamados casos límite ha
obligado a precisar con más detalle las diferencias existentes entre
estructuras neuróticas y estructuras psicóticas; es así que la mayoría de
los teóricos no se contentan ya con la mera oposición psicosis/neurosis.

2.7. Psicoanálisis en la práctica:


El Psicoanálisis en cuanto practica es un método de abordaje al
Inconsciente, lo que implica poner en marcha un proceso de
conocimiento (autoconocimiento) en los límites de la conciencia, mediado
por un lugar de escucha (definido como analista y situación analítica),
marco para la interpretación que desvela, puntúa o bordea el sentido de
la conducta (Conducta en su acepción total) de un sujeto. Desde este
plano es evidente que el Psicoanálisis como tal no busca necesariamente
la curación o el efecto clínico aunque así lo encuentre el sujeto en su
proceso. Que no lo busque per se, que no sea su objeto principal no
quiere decir que no sea lícito el Psicoanálisis terapéutico.
Esta multiplicidad de objetos y de alcance está presente a lo largo de
toda la obra de Freud, quien se interesó tanto por deslindar al
Psicoanálisis de la Medicina - criticando el furor sanandi-como por
albergar esperanzas de que el psicoanálisis contribuyera a un sinfín de
aplicaciones, entre las más destacables la prevención y cura de los
desórdenes mentales. Algunos de los mentores y maestros del
Psicoanálisis derivaron hacia privilegiar su praxis en cuanto psicoterapia.
Otros han recordado y exigido el restablecimiento del estatuto ético del
Psicoanálisis, un estatuto que se define principalmente por lo que no es.

La delimitación del ámbito de la psicoterapia ha originado siempre una


cierta confusión. La Psicoterapia puede ser definida como una relación
de ayuda clínica que busca, con la participación del sujeto, prevenir,
contener, modificar o erradicar trastornos, alteraciones o disfunciones de
salud mental o física que se dan en el sujeto. Esta relación de ayuda se
estructura en torno a principios teóricos y técnicas surgidos de diversas
fuentes, entre ellas el Psicoanálisis. Para delimitar la Psicoterapia
Psicoanalítica de otras formas de psicoterapia hemos de referirnos a dos
premisas constitutivas: a) El Psicoanálisis como marco de referencia
teórica básico (aunque no exclusivo) para entender la génesis y procesos
del psiquismo humano; b) La utilización del encuadre y técnicas propias
del Psicoanálisis adaptadas a las características del sujeto y su
demanda, utilización que tampoco es exclusiva, sino que puede aceptar
técnicas activas provenientes de otros marcos teóricos y técnicos.
Hay consenso científico suficiente (en el Psicoanálisis y fuera de el) en
reconocer como tratamientos o psicoterapias psicoanalíticas a aquellos
que se refieren e utilizan en sus formulaciones modélicas, técnicas y
prácticas las siguientes premisas (aunque no de forma exclusiva):
a) La existencia del inconsciente y el papel determinante que este juega
en la actividad psíquica;
b) El papel de la sexualidad infantil y sus formas de gratificación en la
ontogénesis de la personalidad;
c) La relevancia del conflicto edípico y su contribución a la formación del
Yo adulto;
d) La existencia de la Represión y demás mecanismos de defensa;
e) El papel determinante de la Transferencia y Contratransferencia en la
relación psicoterapéutica.
f) La utilización del dispositivo técnico de la asociación libre y la
consecuente atención flotante.
En la actualidad vienen a distinguirse de hecho varías prácticas en la
enunciación de quién es psicoanalista o psicoterapeuta de orientación
psicoanalítica, así como de las praxis psicoterapéuticas que ejercen. En
un intento simplificador -espero que no excesivo- describiré tres
posiciones más frecuentes:
1) Quienes se someten a cumplir los requisitos que señala una
asociación, la cual delega en uno o varios de sus miembros la
decisión sobre la aceptación o no del candidato; El ejemplo más
característico es la I.P.A. y sus sociedades afiliadas o conexas; De
manera similar lo llevan a cabo otras sociedades psicoanalíticas, y
varias de las École Lacannienevii.
2) Quienes aceptan de hecho los criterios (psicoanálisis, supervisión,
formación) pero asumen personalmente la decisión y oportunidad
sobre autorizarse para la práctica.
3) Quienes no consideran necesarios cumplir parte o ninguno de los
criterios, para orientar su práctica bajo conceptos y técnicas de origen
psicoanalítico.

2.8. Efectividad:
La efectividad del Psicoanálisis y las Psicoterapias de orientación
psicoanalítica. Se denomina "Efectividad" a la calidad de producir efecto.
El efecto puede ser concebido de varias maneras, entre ellas:
a) como el resultado de la acción de una causa, virtualmente contenido
en ella (teoría analítica de la causalidad: a partir del racionalismo); y
b) como consecuencia invariable de la causa definida como la serie de
condiciones, el conjunto de antecedentes sin los cuales no se produciría
un fenómeno determinado (teoría sintética de la causalidad: a partir del
empirismo), siendo causa y efecto conexos pero heterogéneos,
meramente consecutivos.

A la hora de establecer proposiciones sobre la "Efectividad" del


Psicoanálisis y de las Psicoterapias de Orientación Psicoanalítica
tenemos que precisar qué modelo de causalidad utilizamos, y ello por la
diferente naturaleza y ámbito de manifestación de los efectos. Si
adoptamos la causación analítica, los efectos son parte de la causa y no
pueden valorarse separados de ella, es decir, los efectos del
Psicoanálisis, y en su caso de la Psicoterapia Psicoanalítica formaran
parte de sus procesos.

En la actualidad la valoración de las psicoterapias se concibe como el


estudio de los procesos que se ponen en juego de manera efectiva. Es
obvio, en consecuencia, que antes de describir o hipotetizar los efectos
de las psicoterapias de orientación psicoanalítica habría que precisar
cuáles son sus procesos componentes reales, no en base a lo que señale
el modelo teórico-técnico de referencia, sino a partir del desempeño real
de sus acciones por los terapeutas.

De esta manera, a pesar de extensas afirmaciones de lo contrario, parece


ser claro que la teoría psicoanalítica continua haciendo contribuciones
vitales para la comprensión contemporánea de la naturaleza y la etiología
de varios tipos de psicopatología y para una mayor comprensión de las
dinámicas del proceso terapéutico.
TRATAMIENTOS

EFICACIA DE LA TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO (ACT) Y


MINDFULNESS EN OBESIDAD

Introducción.-

La obesidad no siempre se ha considerado un problema o factor de riesgo para la


salud, como bien es cierto, en la antigüedad era signo de salud y belleza. A día de
hoy, esta visión ha cambiado entendiendo la obesidad como una enfermedad
compleja y de múltiples causas. Su etiopatogenia es un desequilibrio entre la ingesta
y el gasto energético, cuyo resultado genera una acumulación excesiva del tejido
adiposo que se traduce en un aumento del peso corporal.

El sobrepeso y la obesidad se asocian con un aumento significativo de los riesgos


para la salud, incluyendo la presión arterial alta, colesterol alto, diabetes tipo II,
enfermedad coronaria y aumento de mortalidad (Gil, 2004). En los últimos 20 años,
la obesidad se ha convertido en el problema nutricional más prevalente en el mundo,
constituyendo una complicación sanitaria creciente debido a su impacto sobre la
morbilidad, la mortalidad, la calidad de vida y los costes sanitarios (York, Rössner,
Caterson, Chen, James, Kumanyika, Martorell y Vorster, 2004).

Los programas integrales para perder peso que incluyen dieta, ejercicio y
tratamiento conductual suelen producir pérdida de peso; sin embargo, tienen altas
tasas de deserción y la pérdida de peso rara vez se mantiene. Son necesarios
nuevos tratamientos, por ello, en la actualidad se investiga la eficacia de los
componentes de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, siglas en inglés) y
Mindfulness.

Los procesos de atención plena (Mindfulness) han sido definidos como “ un estado
en que la persona es altamente consciente y está focalizada en la realidad del
momento presente, aceptándola y reconociéndola, sin dejarse llevar por
pensamientos sobre dicha situación o por reacciones emocionales a la situación”
(Bishop, 2002).
La terapia de aceptación y compromiso incorpora la atención y la aceptación en un
contexto más amplio de los procesos de cambio relacionado con valores. No se
trata de cambiar o reducir los pensamientos/sensaciones/recuerdos molestos sino
que se trata de alterar su función de modo que la reacción a estos eventos privados
sea flexible y el comportamiento, en cambio, sea regulado por los valores
personales y no por la literalidad del contenido de dichos eventos (Luciano, Valdivia,
Gutiérrez y Páez-Blarrina, 2006).Tapper, Shaw, Isley, Hill, Bond y Moore (2009)
encontraron que el grupo experimental al que se aplicó un taller de ACT mostró una
disminución significativa de peso y un aumento de la actividad física en comparación
con el grupo control (lista de espera).

En este contexto, el objetivo del estudio fue realizar una revisión sistemática de la
eficacia de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y Mindfulness para el
tratamiento de la obesidad, con el fin de describir lo que se conoce actualmente
sobre el papel de las intervenciones que incorporan la atención y la aceptación en
un contexto de cambio relacionado con valores.

Método:

Búsqueda bibliográfica.-

Se realizó una búsqueda bibliográfica informatizada en las bases de datos Pubmed,


PsycoInfo, ScienceDirect y Cochrane. Se utilizaron las siguientes palabras clave y
sus combinaciones:

Contenidas en el título o abstract. El análisis bibliográfico se complementó con una


búsqueda manual en 2014.

Adicionalmente, se completó el número de artículos utilizando las referencias


proporcionadas en los artículos seleccionados mediante la búsqueda informatizada.

También se seleccionaron las revisiones para ayudar a localizar más originales.


Selección de los estudios Se establecieron como criteriosde inclusión los estudios
que fueran:
a) Artículos originales publicados entre 2009 y 2013.

b) Tratamiento con ACT o Mindfulness.

c) Publicaciones de habla inglesa y española.

d) Medida de los efectos.

e) Participantes con obesidad o sobrepeso.

Los criterios de exclusión fueron los artículos en los que participantes con obesidad
habían sido diagnosticados con enfermedades concomitantes que podría interferir
con el tratamiento. No hubo restricciones en cuanto al género de los participantes,
la edad o el tipo de muestra.

Extracción de los datos Para el análisis de datos se extrajo la siguiente información


de cada uno de los artículos: autores y año de publicación, el tipo de terapia, tamaño
de la muestra, población, duración de la intervención, resultados y principales
conclusiones.

Discusión:

La intervención con Mindfulness o ACT para la consecución de un peso saludable


es un tema de creciente investigación e interés clínico. Este estudio apoya la
evidencia acumulada de que el entrenamiento en atención plena y la intervención
con ACT puede ser un importante contribuyente para cambios positivos en los
trastornos alimentarios.

La evidencia sugiereque lareducción en la evitación y la inflexibilidad es un nuevo


mecanismo para el control del peso (Gifford y Lillis, 2009).El incremento de la
flexibilidad psicológica reduce el rígido control de la comida después de una fase de
pérdida de peso, permitiendo su mantenimiento (Sairanenet al, 2014).
CONCLUSIONES

1. Podemos concluir este apartado añadiendo que, con las precisiones


señaladas, la psicoterapia psicoanalítica no es un género menor con
respecto al psicoanálisis, sino el producto de los nuevos desarrollos del
psicoanálisis, tanto teóricos como técnicos, que permiten ampliar su campo
clínico de acción.
2. El problema se presenta con aquellos cuadros que no se pueden entender a
partir de la conocida neurosis de transferencia, como es el caso de las
psicopatías, que presentan defensas que se resisten al análisis.
3. En esas problemáticas donde la patología del narcisismo es preponderante,
el objeto es vivido a un tiempo como demasiado intrusivo y lejano lo que
implica una gran dificultad para elaborar su pérdida; eso desencadena una
verdadera relación adictiva.
4. El psicoanálisis no solo debe contribuir a mitigar los síntomas, sino que sobre
todo debe procurar un decremento permanente de la propensión del paciente
a responder con la formación de síntomas ante las mismas clases y grados
de frustración y de deprivación que antes del tratamiento provocaron la
regresión y la formación de síntomas.
5. El psicoanálisis intentará proveer la desautomatización de los automatismos
(existencia de reacciones automáticas en el sujeto donde debería esperarse
que este pusiese en juego primero reflexión y posteriormente elección). No
es el menos importante de tales automatismos la propensión del sujeto a
interpretar la experiencia, en función de la ambiguedad de esta, de acuerdo
a las fantasías inconscientes.
REFERENCIAS

1) Caparrós, N. (1978). Psicopatología vincular: las psicopatías (1ª parte). Clínica


y Análisis Grupal, 9, 28-39.
2) Caparrós, N. (1979a). Psicopatología vincular: las psicopatías (2ª parte). Clínica
y Análisis Grupal, 18, 510-518.
3) Caparrós, N. (1979b). Psicopatología vincular: las psicopatías (3ª parte). Clínica
y Análisis Grupal, 19, 638-655.
4) Caparrós, N. (1980). La construcción de la personalidad. Las psicopatías.
Madrid: Fundamentos.
5) Freud, S. (1900). La interpretación de los sueños. En Obras Completas (tomo
II). Madrid: Biblioteca Nueva, 1972.
6) Freud, S. (1905). Tres ensayos para una teoría sexual. En Obras Completas
(tomo IV). Madrid: Biblioteca Nueva, 1972.
7) Freud, S. (1908). El carácter y el erotismo anal. En Obras Completas (tomo IV).
Madrid: Biblioteca Nueva, 1972.
8) Freud, S. (1930). El malestar en la cultura. En Obras Completas (tomo VIII).
Madrid: Biblioteca Nueva, 1974.
9) Kernberg, O. (1999). Psychoanalysis, psychoanalytic psychotherapy and
supportive psychotherapy: contemporary controversies. International Journal of
Psychoanalysis, 80, 1075-1091. Reich, W. (1925). Análisis del carácter.
Barcelona: Paidós Ibérica, 2005.
10) Rodrigué, E. (1996). Sigmund Freud. El siglo del psicoanálisis. Buenos Aires:
Editorial Sudamericana.
11) Sanfeliu, I. (2002). Karl Abraham o el descubrimiento de la melancolía. Madrid:
Biblioteca Nueva.
12) Weinshel, E. (1992). Therapeutic technique in psicoanálisis and psychoanalytic
psychotherapy. Journal of the American Psychoanalytic Association, 40, 327-
347.

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