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AIDA BORTNIK
ESCENA 1
Todo el escenario oscuro, sólo una tenue luz ilumina a Amanecer, mientras
que en off se escucha la voz de su padre, Amanecer lee y acciona:
PADRE: Perdóname que te he elegido, pero creo que tenés todas las
cualidades necesarias…Me siento solo…abatido…no puedo más…espero
entiendas…esta Patria está agonizando…igual que yo…he sido traicionado…
PADRE: Cuanta razón tenía Don René…la mayor parte del tiempo, me siento
solo…y no lo digo por ustedes…estoy cansado de luchar galopando contra el
viento…ya no puedo cambiar nada…
Te amo…
Papá
En escena: una mesa tipo escritorio, libros por el suelo, abajo del escenario
otra mesita con la máquina de escribir, en el centro un mueble con ropa que
está acomodando Clara de un lado y del otro libros.
CARLOS.-¡Viejo e mierda!
CLARA:- Por favor…le pido por favor…no me gustan esas cosas…No sé que
relación tendría usted con él…pero yo lo quería mucho…
CARLOS: ¿No?
CARLOS: Sí, sí…se te nota…Les tendría que haber puesto Electra a todas…
ELECTRA: Siempre…
CARLOS (curioso): Una vez por semana hasta los 18 años…¿una vez por mes
desde los 18?
CARLOS (se ríe): ¡que idiota! ¡Mirá si seré idiota! Recién se me ocurre,
¡claro!...nos debía escribir a todos…esas cartas largas y llenas de moralina
barata…
ELECTRA: vos creías que eras hijo único, hasta que llegaste aquí…
ELECTRA: y después quisiste creer que por lo menos, eras el único varón, por
eso lo trataste tan mal a ese pobre…y ahora te enterás de que tampoco eras
el único al que le escribía…
CLARA: ¿Por qué dice todo eso? (se paran Clara y Amanecer frente a frente y
mirando uno en dirección distinta al otro, sin registrarse el uno al otro, dicen
al unisono) a mí me escribía sobre mis cosas…eran cartas…completamente
personales…
ELECTRA: y qué
CARLOS: no, pero oíme, oíme…vos sos inteligente…¿no te das cuenta? A ella
un perrito…a esta tierna ama de casa…a mí un microscopio y soy médico…y a
vos ¿entendés?... nos programó ¡ese viejo de mierda! ¡nos programó!
ELECTRA: ¿no es lo que hacen todos los padres con sus hijos?
CARLOS: ah, sí, eso es cierto: él era muy inteligente!...¡muy inteligente! ¡mirá
para lo que le sirvió!
CLARA: el señor que me llamó a mí…dijo que podía haber sido un accidente…
PAUSA
CLARA: pero lo tiene que esperar a Josué…él va a traer…ese señor dijo que le
iba a dar también algo que había dejado para los hijos…
Aparece Josué con una gran caja, se detiene sorprendido por los gritos
ELECTRA: yo sabía…
JOSUE(no entiende): ¿más qué? No…el señor dijo que esto era todo lo que
había dejado…
PAUSA
CLARA: ese…
ELECTRA: dejá de reírte, vamos, que no divertís a nadie. ¿que es lo que nos
dejó, según vos?
CARLOS: ¿la herencia de nuestro papito?...son las cartas…las cartas que nos
mandó todos estos años…otra copia de las mismas cartas…una por una…esa
es la gran obra del viejo: las cartas con las que nos llenó la cabeza y nos
jorobó la vida. Sus cartas llenas de grandes palabras y grandes
sentimientos…con mucha libertad y conciencia y honor y dignidad y
solidaridad y todo su maravilloso vocabulario del siglo pasado…las cartas
exaltadoras que hacían que uno se sintiera heroico y especial solamente por
recibirlas…hasta que uno empezaba a sentirse incómodo y después acusado
y después un verdadero gusano inmundo porque uno no se merecía toda esa
maravilla que era su padre…
JOSUE: el viejo no era así…no sacaba copias…¿cómo iba sacar copias? Yo,
igual, las guardaba todas…a mí me gustaba volver a leerlas.
PAUSA
Empiezan todos a abrir las carpetas, Carlos de manera brusca, Electra y Josué
lo miran, abren las suyas y Clara recién logra hacerlo
ELECTRA: sí
CLARA(los mira, como disculpándose): ¡HAY QUE TONTA! ¡una dice cada cosa
cuando es chica! Le decía que me iba a casar con él…mi nena mayor le dice
eso a mi marido…pero yo no me acordaba…
CARLOS: Vos sabés ¿no es cierto? Vos sabes lo que nos hizo…
JOSUE: Mire, yo no sé qué problema habrá tenido usted con él…pero delante
nuestro…no lo insulte…
CLARA: Yo ya se lo dije…
ELECTRA: déjalo, por favor, para qué haces eso…¿no podés dejarlos
tranquilos?
CARLOS: sí, que le prometías a él… ¿y que te prometías a vos mismo? ¿cómo
apostabas por tu futuro, qué cosas decías que ibas a defender siempre? ¿qué
cosas decías que no ibas a ser nunca?...
CLARA: ¿Qué tiene de malo lo que uno escribía cuando era chico?
Josué asiente.
Pausa
CARLOS: tratá de leer esas cartas ahora, trata de leerlas sin sentirte como un
gusano.
CARLOS:¿no? ¿nunca dejaste de ser el hombre que creías que ibas a ser
cuando tenías 17 años?
ELECTRA: nadie es ese hombre…
CLARA (ha estado ojeando su carpeta) yo creo que Josué tenía razón, yo creo
que lo hizo porque nos quería…yo creo que quiere decir eso.
ELECTRA: ¿Por qué no? También quiere decir eso…(se pone a llorar)
PAUSA
Sin moverse de sus sitios, la luz baja o cambia. Comienzan y terminan a coro,
el texto que recitan entre todos alternadamente)
CLARA: Querido papá: ayer recibí tu carta y estuve pensando toda la noche
en lo que me escribiste. Y quiero decirte que tengo tanto orgullo porque sos
mi padre, que sé que nunca voy a olvidarme de las promesas que te he hecho
ELECTRA: de las promesas que hice sobre mi propia vida: de vos he aprendido
que cada uno es responsable por toda la libertad, por toda la solidaridad, por
toda la dignidad, por toda la justicia y por el amor en el mundo
OSCURIDAD.