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Arch.argent.

pediatr 2004; 102(4) / 271

Artículo especial

La construcción social de la enfermedad

Lic. Agustina Lejarraga*

Resumen cording to the social class of the subject. Physicians


En la naturaleza, la enfermedad no existe como tal should be aware of the social meaning of disease,
sino como un fenómeno biológico que sólo puede because this can help them to deal with the greatest
distinguirse porque rompe cierta secuencia de even- challenge of medical practice: to consider the pa-
tos que son parte de un proceso continuo. Si no está tient as a person, to see him/her as another subject,
el ojo testigo del ser humano, ese fenómeno no rather than as an object of knowledge.
adquiere sentido. Es el individuo y la sociedad los Key words: disease, social pediatrics.
que otorgan el rótulo de enfermedad a determina-
do evento. Este rótulo es el resultado de una cons-
trucción social y como tal se describe en este artícu-
lo desde una mirada sociológica. La enfermedad se INTRODUCCIÓN
construye a través de un vínculo médico-paciente
Si consideramos que la medicina como
en el que se generan roles y expectativas de cumpli-
miento mutuo. La medicina es una respuesta de la ciencia pone el énfasis de su actividad en
cultura para legitimar la condición de enfermo en las situaciones definidas como “de enfer-
alguien que no puede continuar cumpliendo sus medad”, resulta fundamental a la luz de
roles habituales. Hay escuelas que consideran la
una mirada sociológica como la que aquí
enfermedad como una desviación legítima en cuanto
se asuma que el paciente no es responsable de su se pretende, dar cuenta de qué es exacta-
propia dolencia; si se asume responsabilidad, esa mente aquello que se conoce como enfer-
enfermedad pasa a considerarse una desviación medad. En el orden de lo natural la enfer-
ilegítima con una fuerte condición moral peyorati-
medad no existe como tal, no es un proble-
va. La enfermedad, a su vez, puede tener una
significación diferente según la clase social del in- ma en sí. Lo que sí existe es aquel fenóme-
dividuo que la padece. El médico debe ser cons- no biológico que puede distinguirse por
ciente del significado social que tienen las enferme- romper con cierta continuidad de hechos,
dades, ya que este conocimiento puede contribuir a
con un orden de procesos que venían ocu-
que cumpla con el mayor desafío de la medicina
que es ayudar al otro considerándolo, no un objeto rriendo, pero si no está el ojo testigo del
de conocimiento, sino esencialmente un semejante. ser humano que viene a otorgarle un sen-
Palabras clave: enfermedad, pediatría social. tido a ese acontecer, la naturaleza convive
armónicamente con estas contingencias.
Summary
In the nature there is not a thing like a disease, but La realidad es un plano socialmente cons-
a biological event recognisable only as a disconti- truido, simbólico e imaginario,1 se pre-
nuity within a continuous process. The disease can senta como un mundo interpretado, no
only be perceived as such by the perception of a
natural. En este marco, es el individuo y
person. Without the human eye, the event is sense-
less. Only the human being and the society can “lo social” que él trae interiorizado, es
categorise an event as a disease. This concept is the decir, la sociedad, quienes otorgan los
result of a social construction and deserves here a rótulos de enfermedad a determinada
sociological perspective. The idea of disease is built
condición. La enfermedad es una cons-
within the doctor-patient relationship, a bond in
which self-assigned roles and expectations are cre- trucción social, es en la cultura.2 Pero aun
ated. dentro de la esfera de lo simbólico, de las
* Facultad de Ciencias Medicine is a cultural response to disease, it legiti- significaciones sociales, lo relevante de la
Sociales. mates the condition of being ill and handicapped.
Universidad de
enfermedad es que puede transformarse
Several schools consider disease as a legitimate
Buenos Aires. deviation, as long as it is assumed that the patient en algunos casos en desviación social.
has no responsibility for his/her own condition. On En este artículo se analiza el fenómeno
Correspondencia: the contrary, in the case that responsibility is proved, de la construcción social de la enferme-
Beruti 3000 1° A. then the disease is no longer legitimate, and may be
(1425) Ciudad
dad a través de una mirada sociológica,
categorised as “inmoral”, as it happens with HIV
de Buenos Aires. infection. Another aspect to be considered is the incluyendo consideraciones sobre el pa-
agusleja@hotmail.com different qualifications that disease may have, ac- pel de la sociedad, los condicionantes y
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efectos que se advierten en este proceso y y resulta simplemente un enfermo.4 Si en


las respuestas sociales que la medicina asu- cambio se considera que el desviado podía
me en esta dinámica. Veamos cómo esto evitar su condición y conscientemente no lo
puede verse desde distintos ángulos com- hizo, se lo califica definitivamente como un
plementarios. “desviado delincuente”, que ofende la moral
general. Esta manera de catalogar al desvia-
LA ENFERMEDAD TIENE do manifiesta la condena social. Pero en el
UN ROL EN LA SOCIEDAD caso de los desviados no responsables, la
A partir de su carácter social, puede verse medicina encauza su desviación convirtién-
cómo la enfermedad cobra materialidad ini- dola en enfermedad legítima y así evita que
cialmente dentro del espacio de la relación éstos se transformen en alienados perma-
médico-paciente. Este vínculo constituye un nentes (más adelante se amplía el tema de la
todo formado por partes articuladas funcio- responsabilidad).
nalmente y las estructuras sociales que se
ponen en juego en esta relación son: el rol del LA ENFERMEDAD DESDE
médico y el rol del enfermo.3 LA PERSPECTIVA DEL SUJETO
El médico espera del enfermo un cierto Surgen otros elementos si asumimos una
comportamiento y, a su vez, el enfermo tiene mirada subjetivista como la de Friedson.5
respecto de la conducta del médico, una serie Esta línea, que se posiciona en el individuo,
de expectativas que deben ser reproducidas prioriza el carácter interpretativo de la reali-
y satisfechas porque resultan fundamentales dad social. En este marco, la enfermedad
para mantener el equilibrio del sistema so- adquiere sus cualidades sobre la base de la
cial. Es necesario asumir el rol de enfermo manera en que las personas la interpretan y
para que el médico se haga cargo en forma a partir de ella moldean sus conductas. Si
legítima del “desviado”, y lo puede hacer en designar algo como enfermedad tiene efec-
su calidad de experto. El rol del médico es tos sobre el paciente y su entorno social,
útil al paciente, éste acepta lo que al médico entonces hay que detenerse en las circuns-
le corresponde hacer, ya que en tanto lego, tancias sociales que rodean un diagnóstico
no tiene suficientes herramientas para su de enfermedad. Lo principal no sería ya lo
propia cura. verdadero o falso del diagnóstico –lo real en
La enfermedad instalada en la relación términos biológicos– sino la identificación
médico-paciente, se reconoce entonces como de un conjunto de signos o síntomas como
parte integral del sistema social, sistema que expresión de una enfermedad. La profesión
descansa sobre un orden de interacciones médica socialmente reconocida en su autori-
con roles establecidos y funciones pautadas. dad juega el papel de legitimadora de ciertas
Cuando alguien se enferma ya no puede condiciones y así se impone sobre el lego (o
hacer sus tareas corrientes, se ha trastocado enfermo), emitiendo el “juicio final”. Así
su rol original, se ha “desviado”, por lo que queda claro cómo la medicina crea las posibi-
debe “fijarse” a otro para no alterar la estruc- lidades sociales para representar la enferme-
tura total de roles y poder así quedar inclui- dad. Y esto se establece siempre como efecto
do en el sistema normativo, institucional. La de una oposición a un absoluto de normali-
práctica médica, sobre la base de conoci- dad. El concepto de “normal” refiere a la
mientos científicos, destina su funcionamien- norma y también a la moral. A lo largo de la
to al control de la enfermedad y, a través de modernidad, este concepto correspondió a
la designación del título de “enfermo”, un perfil de individuo que resulta funcional
reasigna nuevos papeles y recompone así la a la sociedad, que se adapta satisfactoria-
ruptura. La medicina funciona de esta mane- mente (se considera que lo que hace está
ra como una institución profesional de con- “bien”), por lo que queda así dentro de la
trol social y representa la reacción de la socie- moral.6,7 El dualismo “normalidad/anorma-
dad frente a la desviación. Si bien el enfermo lidad” tiene un papel importante: cumple
se considera un “desviado”, el hecho de con- “funciones de demarcación social”.8 Esto sig-
siderarlo habitualmente como no responsa- nifica que, además de constituirse social-
ble de su enfermedad lo absuelve de entrar mente, estos dos conceptos trazan líneas di-
en la categoría de las desviaciones delictivas, visorias entre los individuos o grupos al
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interior de la sociedad, etiquetando a unos y pansión de la jurisdicción médica a altera-


a otros, seleccionando, controlando. En rela- ciones que no son ya estrictamente biológi-
ción con esta noción de normalidad, la medi- cas, como por ejemplo, los estados psicoló-
cina construye la enfermedad –a través de su gicos “anormales” como la “locura” o cier-
diagnóstico– como un tipo que se desvía de tas conductas sexuales, que están sometidas
las normas que representan la salud –lo nor- a una creciente medicalización. No obstan-
mal. La medicina opera así como normaliza- te, esto no deja de reflejar un proceso social
dor, reproduciendo la moral. y por eso debe reconocerse la desviación, no
Pero la enfermedad no sólo implica una ya como un estado en sí mismo sino como
situación reconocida por el propio enfer- “una valoración del significado de un esta-
mo como observador objetivo y por el mé- do”.5 El eje del análisis debe ser entonces la
dico como científico, sino que además plan- etiología del significado de un estado: qué
tea la necesidad de enfocar el enorme es- consenso social se ha construido y sigue
pectro de significados que circulan entre reproduciéndose alrededor de estos juicios,
las personas que rodean al enfermo. La qué significa la desviación para la sociedad
cuestión está en ver cómo se construye la y cómo reaccionamos frente a ella, qué no-
concepción de la desviación en ese entorno ciones cotidianas pueden repensarse y des-
y qué consecuencias tiene. Al reconocer la articularse, qué actitudes pueden transfor-
enfermedad en una persona, los demás in- marse. La desviación no presenta cualida-
dividuos moldean sus conductas frente a des propias fijas y universales sino que es
ella y en esto van modificando su propia una atribución, por lo que el eje de análisis
subjetividad. La enfermedad cobra así una de la misma debe pasar por aquél que la
materialidad distinta a la del simple mal, construye: nosotros mismos.
se convierte en un estado social. Como tal,
este estado varía con la cultura y con los TIPOS DE DESVIACIÓN
significados que se le atribuyan (en este Algunos autores han puesto el énfasis en
proceso el médico ha consolidado el rol del el análisis de los tipos de desviaciones. Den-
enfermo/desviado al conectar el estado tro de la línea de Friedson, que parte del
social –título de enfermo– con el estado sujeto, Edwin Lemert5 reconoce la existencia
biofísico –malestar, morbo). de dos tipos de desviaciones según esté o no
Para Friedson, lo esencial de este proce- afectado el rol social. La desviación primaria
so es la forma en que los individuos respon- consiste en un conjunto de características
den a la enfermedad y debido a las cualida- indicadoras de enfermedad que, si bien pue-
des simbólicas de la vida social. Como ya se de producir cambios en el modo de vida del
dijo, este concepto tiene que ver con la mo- enfermo, le permite a éste seguir cumplien-
ral y lo “normal”. Existe todo un cúmulo de do su rol social cotidiano. Es el caso de la
significaciones y reglas que abren el espacio gripe; un joven que la padezca no podrá
para la posibilidad de designar a un indivi- realizar sus tareas cotidianas como siempre,
duo como desviado, independientemente pero, no obstante, continúa siendo una per-
de su conducta. No es usual que nos deten- sona “normal”. La desviación secundaria por
gamos en el día a día a analizar en qué con- el contrario, nuclea características que se or-
siste la construcción de la desviación, cómo ganizan en un nuevo rol. Por ejemplo, un
llegamos a hablar de individuos “anorma- enfermo de VIH, además de cambiar sus
les”, “desviados” y sin embargo solemos hábitos cotidianos por los cuidados a que
usar esos títulos. Este hecho es un indica- debe someterse, las medicaciones que debe
dor del profundo consenso generalizado tomar, etc., se encuentra constantemente
acerca de qué condiciones psicofísicas hu- desubicado en los lugares que frecuenta, re-
manas entran en la categoría de enferme- cibe miradas prejuiciosas, es privado de ac-
dad. Este consenso es lo que torna incues- ceso a ciertas actividades, es dejado de lado,
tionable la palabra médica: el diagnóstico. es maltratado –a veces con violencia simbó-
Esta palabra se asume como rica en objetivi- lica. El “sidoso” adquiere el rol de margina-
dad, está legitimada y se acepta natural- do, excluido, diferente.
mente como identificadora de la enferme- Mientras la desviación primaria es me-
dad. Este creciente consenso facilita la ex- ramente sintomática, la secundaria involu-
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cra toda una reorganización simbólica en cela o gastritis –por ejemplo– se asume que
cuanto a las actitudes que despierta y la el enfermo no desea la enfermedad y que
trastocación de roles que implica. Hay una ésta no es grave; entonces se acepta la ex-
organización subjetiva de las diferencias, cepción del estado de normalidad, siempre
que incluso vehiculizan designaciones de en la medida en que sea temporal. En las
status. La atribución de desviación secun- enfermedades crónicas se supone que es
daria tendría lugar como consecuencia de imposible la cura y entonces la legitimidad
ciertas reacciones sociales frente a una des- de la enfermedad es incondicional, absoluta
viación que en principio podría ser prima- e inamovible. A estos enfermos (los que
ria. Una condición que despierta el rechazo padecen cáncer, diabetes, etc.) se los “per-
de algunos hace que “castiguen” al enfermo dona”. En los casos de enfermedades estig-
estigmatizándolo, anclándolo a una imagen matizadas, como por ejemplo el VIH, la
generalmente peyorativa. El enfermo que- sífilis o la lepra, la gravedad es mucho ma-
da “marcado” y toma un status nuevo: el yor que en otras enfermedades y la legitimi-
enfermo de VIH es el desviado. Este proceso dad no sólo no es condicional sino que pue-
de construcción de identidades se da en de llegar a ser negada totalmente. Al
forma bilateral: todo el entorno organizado presumirse que el enfermo es responsable
alrededor del estigma –enfermedad– coope- de su condición, se lo distingue con el estig-
ra para que el enfermo mismo se considere ma, que implica deficiencia moral. El caso
así y éste también reacciona frente al trato de las enfermedades venéreas es ejemplifi-
diferencial. En esta bilateralidad intervie- cador: el enfermo se considera “culpable”
nen además las instituciones, realizando una de su estado y éste es muy grave, de ahí
valorización de las conductas y construyen- deviene la condena. Ahí se manifiesta la
do definiciones y reglas para encauzar la acción moralizadora de la medicina y de la
desviación. sociedad. La medicina es quien primero
Para resumir, lo que define la enferme- indica el diagnóstico y así inicia el proceso
dad y su carácter desviado es la respuesta de estigmatización. Pero la designación de
social frente a ciertas características de una enfermedad se realiza siempre de acuerdo
persona, es la atribución de este rótulo por con criterios preestablecidos culturalmente,
otros individuos significativos e incluso uno la medicina es un producto de la cultura y
mismo. Lo social es anterior a la desviación, como tal opera con prácticas construidas
es su condicionante. desde la sociedad.

LA LEGITIMIDAD LA ENFERMEDAD TRADUCE


DE LAS DESVIACIONES LA RELACIÓN DEL SUJETO
La distinción entre desviaciones tiene CON EL PROPIO CUERPO
que ver con la legitimidad de la enferme- Luc Boltansky9 ilumina otro costado in-
dad. Al igual que Parsons, Friedson3,5 desa- teresante de este proceso de construcción
rrolla la importancia de la responsabilidad de la enfermedad. Se trata de un planteo
en la valoración de la desviación pero agre- que gira alrededor de las distintas percep-
ga la gravedad como eje de clasificación. ciones de la enfermedad y su conexión con
Entonces los componentes fundamentales un uso particular de los servicios médicos
para ver si se acepta al enfermo como enfer- por los individuos. El concepto central es la
mo y normal a la vez o como enfermo y cultura somática y representa una forma
desviado son dos: la responsabilidad que se particular de las personas de conectarse con
atribuye al enfermo de su enfermedad y su las propias sensaciones corporales, de escu-
gravedad. Si se establece que el enfermo es char al propio cuerpo. En este sentido, el
responsable de su situación, la enfermedad cuerpo constituye un recipiente de signifi-
pierde legitimidad y el enfermo resulta un cados y simbolizaciones construidas en co-
criminal –desviación secundaria, nuevo rol. rrelación con un medio cultural y una es-
Si no hay responsabilidad, es simplemente, tructura económico-social que lo contiene,
un enfermo –desviación primaria, mismo adquiriendo así una multiplicidad de for-
rol– y esto es legítimo. En el caso de las mas. La manera en que cada individuo en-
enfermedades agudas como paperas, vari- tra en diálogo con el mundo de la salud y la
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enfermedad está condicionada por la cultu- bido y construido socialmente, la idea de


ra somática que presente y ésta tiene íntima enfermedad no es omnipresente en todo in-
relación con el uso social del cuerpo en la dividuo de la sociedad.
vida cotidiana. Las experiencias en socie-
dad quedan “impregnadas” en el cuerpo, OTROS FACTORES CONDICIONANTES
moldeándolo y todo esto se traduce luego Este trabajo se centra en el carácter social
en deseos, gustos, miedos, prohibiciones, del proceso de construcción de las enferme-
prejuicios. En este proceso entra en juego la dades en el plano subjetivo. Adicionalmen-
posición de la persona en la estructura so- te, debe tenerse en cuenta que hay una serie
cial. La idea de enfermedad puede no existir de condicionantes de carácter político y eco-
en ciertos individuos y estar muy presente nómico que influyen en este proceso. Uno
en otros. Por ejemplo, en el caso de los de ellos es la influencia de los intereses de
trabajadores manuales de los estratos socia- organismos, instituciones y empresas en la
les bajos, que ponen –literalmente– el cuer- medicalización creciente de la anormalidad.
po en su labor diaria, el papel que juega éste Conrad4 remite al complejo médico-tecno-
para ellos es central en su vida. En la medida lógico –donde la industria farmacéutica ocu-
en que el cuerpo siga siendo funcional a las pa un rol central– una gran responsabilidad
tareas que debe cumplir no se percibirá el por el control de las enfermedades. A través
mal como una urgencia que demande asis- de los medios masivos de comunicación se
tencia de un profesional, entonces la enfer- transmite un discurso que nombra enfer-
medad aparecerá recién cuando inhabilite medades de todo tipo, imponiendo la ur-
al enfermo en sus tareas y como algo repen- gencia de asistir a la cura y estimulando a la
tino, accidental y seguramente ya avanza- persona a consumir lo necesario para ello.
do. En otros casos en que el trabajo que se De esta manera queda instalado el sustrato
realice sea, por ejemplo, intelectual, más para la promoción de la venta de medica-
característico de las clases medias o altas, al mentos y otros productos de laboratorio.
tratarse de otra cultura somática, cambia la Regidas por la lógica empresarial de la ga-
concepción de la enfermedad: en cuanto se nancia, las empresas se disputan la prima-
perciba malestar se acudirá al especialista. cía en un encarnizado juego de poder.
La capacidad del individuo para reconocer Otro factor importante a tener en cuenta
sensaciones propias y ligarlas con el estado en este análisis es el impacto de las condi-
de enfermedad es lo que Boltansky denomi- ciones materiales y ecológicas en las que
na capacidad médica y es un hecho que se viven los individuos y grupos en los distin-
aprende en la vida social misma. Se vincula tos momentos de la historia. El crecimiento
a pautas culturales, a distintas prácticas de de la pobreza y la marginalidad de los últi-
culto de la belleza del cuerpo, formas de mos años en la Argentina, traducido en
alimentación, uso del tiempo ocioso, etc. escasez de recursos y medios ambientes
Lógicamente, este es un circuito que se insalubres, con perpetuación de espacios
reproduce por sí mismo, los enfermos que hostiles para la reproducción cultural, cons-
consumen pocos servicios médicos “descui- tituye un factor importantísimo de influen-
dan” su estado y las intervenciones no lo- cia sobre la salud y la enfermedad de la
gran optimizarse, consecuentemente, la con- población.
fianza en la asistencia profesional se debilita
progresivamente. El reconocimiento de la PALABRAS FINALES
enfermedad como proceso que puede Se ha intentado brindar una descripción
advertirse en sus inicios, aumenta las proba- de las formas en que se cristaliza la cons-
bilidades de una intervención médica exitosa trucción social de la enfermedad desde al-
y estimula en el enfermo su capacidad y gunas perspectivas sociológicas. El tema
consumo médicos. resulta de importancia, ya que no en todas
Esta visión, que vincula la simbología de las épocas de la historia las enfermedades
la enfermedad con la clase social del indivi- –y por consiguiente la enfermedad como
duo afectado, plantea una ruptura interesan- conceptualización– se han interpretado y
te con los planteos anteriores: si bien la enfer- simbolizado de la misma manera. La parti-
medad se presenta también como algo perci- cularidad de cada relación médico-pacien-
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te-otras personas significativas dentro de la BIBLIOGRAFÍA


cual se da la construcción social de la enfer- 1. Berger P, Luckman T. La construcción social de la
realidad. Buenos Aires: Amorrortu, 1994: 23-25.
medad se produce en un tiempo y un espa-
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cio determinados y tiene efectos positivos Teoría Social. México: Fondo de Cultura Económica,
en la construcción de la realidad. En este 1989: 247-253.
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sociedad será mucho más eficaz si lo hiciera 4. Conrad P. Sobre la medicalización de la anormalidad
en forma consonante con la forma en que los y el control social. En: Ingleby, D. (comp.): Psiquia-
tría crítica. La política de la salud mental. Barcelona:
individuos interpretan la enfermedad y de
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truyen a su alrededor en su condición de dica. Barcelona: Ediciones Península, 1978: 209-286.
enfermos. 6. Foucault M. Vigilar y castigar. Nacimiento de la
prisión. México: Siglo XXI editores, 2000: 186-189.
No debemos dejar de tener una noción lo
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más integrada posible de esta realidad que México: Fondo de Cultura Económica (Brevia-
constituye el proceso de salud/enferme- rios).1998: 174-210. [Tomo I Primera parte].
dad, ya que uno de los desafíos más grandes 8. Murillo S. El discurso de Foucault. Estado, locura y
anormalidad en la construcción del individuo mo-
que tiene cualquier profesional vinculado
derno. Buenos Aires: Oficina de Publicaciones del
al trato con los seres humanos es considerar CBC, 1996: 161-163.
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sino esencialmente como sujeto, como un Aires: Periferia, 1975: 11-95.
semejante.

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