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0 Introducción

La inclusión se define como un conjunto de procesos orientados a eliminar o minimizar


las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Las
barreras, al igual que los recursos para reducirlas, se pueden encontrar en todos los
elementos y estructuras del sistema: dentro de las instituciones (normativa, currículo,
edificaciones, metodología de enseñanza, entre otras), en la comunidad, y en las
políticas locales y nacionales. La inclusión, está ligada a cualquier tipo de discriminación
y exclusión, en el entendido de que hay muchos estudiantes que no tienen igualdad de
oportunidades educativas ni reciben una educación adecuada a sus necesidades y
características personales, tales como los alumnos con discapacidad, alumnos
pertenecientes a pueblos originarios o afrodescendientes, alumnos portadores de
VIH/SIDA o embarazadas, alumnos con manejo deficiente del idioma, entre otros.

Esto se hace considerando que la filosofía que ampara la educación inclusiva se justifica
como un proyecto de lucha general contra el fracaso y la exclusión, un cambio cultural
en la escolarización actual y futura, y un compromiso político a favor de un mundo más
justo (Slee, 2012). A este respecto, la iniciativa Educación para Todos (EPT) que se
adoptó en el Foro Mundial sobre la Educación llevado a cabo en Dakar (UNESCO, 2000),
supuso un compromiso a escala internacional para la consecución de una educación de
calidad sin exclusiones. Una educación que debía abogar por la eliminación de los
procesos excluyentes manifiestos en determinadas actitudes y respuestas hacia la
diversidad, en ocasiones, motivadas por razón de género, logro, etnia, clase social,
religión, orientación sexual y discapacidad, entre otros aspectos (Ainscow, 2015). De los
aprendizajes logrados en estos y otros tantos escritos, que se enumeran en las
referencias bibliográficas, nos han permitido poder definir,

2.0 La inclusión en la educación superior

El término inclusión en la educación se hizo popular apenas unas décadas atrás cuando
se presentó el Index for Inclusión (índice de inclusión), una herramienta desarrollada por
Tony Booth y Mel Ainscow en el año 2000. El Index trata de ser una guía de
autoevaluación que sirve a los centros de formación (escuelas, universidades, institutos)
para dos objetivos fundamentales. En primer lugar, revisar el grado en el que sus
proyectos educativos, sus proyectos curriculares y sus prácticas de aula más concretas
tienen una orientación inclusiva; de esta forma facilita la identificación de
las barreras que en esos aspectos estuvieran limitando la participación y el aprendizaje
de determinados alumnos. El texto es también, en segundo lugar, una guía sencilla para
iniciar y mantener un proceso continuo de mejora, en términos de eliminación o
minimización de aquellas barreras sobre las que el propio centro haya considerado
prioritario intervenir. Sobre el índice de inclusión, originalmente propuesto se han
desarrollado una gran cantidad de adaptaciones, aportes, traducciones y
modificaciones, a tal punto que hoy se le considera la herramienta base para evaluar e
implementar la educación educativa.

La propuesta del índice de inclusión busca concretamente que los centros de formación
puedan, entre otras:

• Valorar por igual a todos estudiantes, profesores y administrativos


• Aumentar la participación de los estudiantes y reducir su exclusión de las
culturas, las actividades y los grupos locales.
• Reestructurar las culturas, políticas y prácticas de los centros de manera que
sean sensibles a la diversidad de.
• Considerar las diferencias entre los estudiantes un recurso de apoyo al
aprendizaje y la participación, en lugar de un problema a resolver.
• Fomentar relaciones duraderas y satisfactorias entre los centros y sus
comunidades
• Poner en marcha los valores inclusivos

2.1 Principios que caracterizan a la educación Inclusiva

El índice establece unos principios que caracterizan a la educación Inclusiva. Estos


principios los podemos resumir como sigue:

• Participación: Relacionada con el rol que cumple la educación en la sociedad y


en el valor de las relaciones en todos los niveles, fuera de las aulas y del entorno
de educación formal.
• Pertinencia: está relacionada con la capacidad que posee el sistema de educación
en general y de los centros de formación en particular, de dar respuestas a las
necesidades concretas de un entorno y de su incidencia en la comunidad.

• Diversidad: Entendida como una característica inherente al ser humano, que


hace que sus diferencias sean consustanciales a su naturaleza. Apuntando hacia
una educación para todas y todos, la atención y promoción de la diversidad exige
poner énfasis en poblaciones específicas que, por razones sociales, económicas,
políticas, culturales, lingüísticas, físicas y geográficas, requieren especial
protección.

• Calidad: se refiere de manera general a las condiciones óptimas que permiten el


mejoramiento continuo de la educación en todos los niveles.

• Equidad: significa pensar en términos de reconocimiento de la diversidad


estudiantil. Un sistema educativo con equidad es un sistema que se adapta a esta
diversidad y está pensando en dar a cada estudiante lo que necesita en el marco
de un enfoque diferencial; en educar de acuerdo con las diferencias y
necesidades individuales de orden social, económico, político, cultural,
lingüístico, físico y geográfico; más allá de enfoques asistencialistas,
compensatorios y focalizados.

• Interculturalidad: se trata de un conjunto de relaciones entre diferentes grupos


culturales que conduce a un proceso dialéctico de constante transformación,
interacción, diálogo y aprendizaje de los diferentes saberes culturales en el
marco del respeto.

2.2 Principios para promover una política de educación superior inclusiva

Para promover una política de educación inclusiva el centro debe poner en práctica dos
aspectos a saber:

• Integralidad: Se refiere a la amplia dimensión de las estrategias y líneas de acción


que deben ser identificadas para la inclusión de todos los estudiantes en el
sistema. Se resalta el carácter sistémico de estas líneas, además de hacer
explícito el acceso, la permanencia y la graduación.

• Flexibilidad: Se relaciona con la adaptabilidad para responder a la diversidad


cultural y social, ya que parte del reconocimiento de que la realidad de todos los
estudiantes en la educación superior es dinámica y por ello los lineamientos
deben ser susceptibles de revisión, modificación y permanente actualización

2.3 Alcance del índice de inclusión

El índice de inclusión es un conjunto de materiales para guiar a los centros a través de


un proceso de desarrollo escolar inclusivo. Se trata de construir comunidades de apoyo
y fomentar un alto rendimiento para todo el personal y los estudiantes.

Los centros pueden usar el Índice para, entre otros:

• Adoptar un enfoque de autoevaluación para analizar sus culturas, políticas y


prácticas e identificar las barreras para el aprendizaje y la participación que
pueden ocurrir dentro de cada una de estas áreas.

• Decidir sus propias prioridades para el cambio y evaluar su progreso.

• Como una parte integral de las políticas de desarrollo existentes, fomentando un


amplio y profundo escrutinio de todo lo que constituye una actividad escolar.

3.0 Referencias bibliográficas

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