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Control biológico

humano de una serie


de compuestos
químicos industriales:

Benceno

R. Lauwerys
Control Biológico
Humano
de una serie
de compuestos
químicos
industriales

Benceno
Título original de la Human biological monitoring
obra completa: of industrial chemicals
series. EUR 8476 EN

Editado por: L. Alessio, A. Berlin, R. Roi,


M. Boni

Comanditario: Comisión de las Comunidades


Europeas

Editor: Oficina de Publicaciones Oficiales


de las Comunidades Europeas

 Comunidades Europeas, Bruselas, Luxemburgo, 1983

ADVERTENCIA: Ni la Comisión de las


Comunidades Europeas, ni
ninguna persona que actúe en
nombre de la Comisión, se
responsabilizan del uso que
pueda hacerse de esta
información

Edición Generalitat Valenciana


en castellano: Conselleria de Sanitat i Consum
Direcció General de Salut Pública

Depósito Legal: V-3512-1992

FotocomDosición: Futur Tres. S. A

Imprime: M. Selvi S.A.

Diseño Gráfico: Antonio Solaz


INDICE

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8

Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15

Benceno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17

Propiedades químicas y físicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18


Cambios biológicos relacionados con la toxicidad crónica del
benceno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18

Metabolismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20

Rutas metabólicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20


Factores que influyen en el metabolismo del benceno . . . . . .25

Indicadores biológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26

Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26
Relación entre los sulfatos inorgánicos y orgánicos en orina . .28
Concentración de fenol total en orina . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31
Concentración de benceno en aire exhalado . . . . . . . . . . . . .47
Concentración de benceno en sangre . . . . . . . . . . . . . . . . . .53
Estudios citogenéticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53
Estudio de la sangre periférica y otros ensayos . . . . . . . . . . .58
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .59
Investigaciones necesarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .60

Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
Presentación
En la tarea esencial de los profesionales de la prevención en el
medio laboral, proteger la salud de los trabajadores frente a los
riesgos derivados de su actividad, el control biológico es un instru-
mento básico. Su aplicación práctica, no obstante, está determi-
nada por varios obstáculos, no siendo el menor de ellos la falta de
información accesible sobre las técnicas para llevarlo a cabo.

La Conselleria de Sanitat i Consum de la Generalitat Valenciana, a


través de su Direcció General de Salut Pública, y en desarrollo de
las competencias que sobre los aspectos sanitarios de la salud
laboral tiene esta última encomendadas, intenta suplir la carencia con
la publicación de estos folletos. Se trata de una traducción de la
obra en lengua inglesa editada por la Oficina de las Publicaciones
Oficiales de las Comunidades Europeas con el título Human bio-
logical monitoring of industrial chemicals series (EUR 8476 EN), y
que ha sido dividida en 7 folletos, correspondientes a cada uno de
los capítulos que componen el trabajo original, en los que se de-
sarrollan las técnicas de control biológico para una serie de com-
puestos químicos.

Los textos se facilitan al profesional de la prevención como apoyo


técnico, lógicamente de carácter informativo y no normativo. Con to-
do, y dada la rápida obsolescencia de este tipo de datos, se re-
comienda actualizar las referencias sobre los valores que se dan en
los distintos folletos, revisando la bibliografía reciente de los indi-
cadores biológicos y ambientales más utilizados, como el sistema
americano de TLV-BEl (Threshold Limit Values-Biological Expo-
sure Indices) o el alemán de MAK-BAT (Maximale Arbeits-
platzkonzentrationen-Biolgische Arbeitssofftoleranzwerte).

En el primer folleto se reproduce, además, la traducción del prefa-


cio de la obra, en el cual se hace un repaso del contenido y propósi-
to de la misma y se analizan los conceptos de control biológico,
vigilancia sanitaria y control ambiental.

6
Agradecemos, finalmente, a los diversos organismos de las Comi-
siones de las Comunidades Europeas las facilidades concedidas
para realizar la presente edición.

7
Prólogo
La evaluación de la exposición de los trabajadores a los agentes peli-
grosos es una de las medidas que aseguran la mejor protección
para la salud. Esta evaluación se denomina control.

Hay dos aproximaciones posibles para realizar el control:


- el “control ambiental”, ya en uso durante muchos años, y
- el “control biológico”, desarrollado más recientemente.

Desde hace poco tiempo se consideró necesario clarificar las defini-


ciones de ambos para establecer los cometidos respectivos de es-
tos dos tipos de control. En 1980 en Luxemburgo, en un seminario
internacional organizado conjuntamente por la Comisión de la Co-
munidad Europea (CCE) y las autoridades de los Estados Unidos
de América (Occupational Safety and Health Administration y el
National Institute for Oceupational Safety and Health), sobre la Valo-
ración de los Agentes Tóxicos en el puesto de trabajo, se acor-
daron las definiciones siguientes:

- “Control ambiental” es la medida y valoración de los agentes en el


puesto de trabajo con el fin de calcular la exposición ambiental y
el riesgo para la salud comparado con un valor asignado de ref-
erencia.

- “Control biológico” es la medida y valoración de los agentes en el


puesto de trabajo o de sus metabolitos, ya sea en los tejidos, en
los fluidos de secreción o de excreción, aire espirado o en cualquier
combinación de éstos, con el fin de evaluar la exposición y el ries-
go para la salud comparado con un valor asignado de referencia.

Además, se definió también el término de “Vigilancia de la Salud”


como los reconocimientos médico-fisiológicos a los trabajadores
expuestos con el fin de proteger la salud y prevenir las enfermedades
relacionadas con el trabajo. La detección de la enfermedad es-
tablecida está fuera del ámbito de esta definición.

9
Las definiciones de control biológico y vigilancia de la salud sepa-
ran componentes de un continuum cuyo rango puede ir desde las
determinaciones de agentes en el organismo a través de la deter-
minación de metabolitos, a signos de enfermedad inicial. Un prob-
lema sin resolver es el decir en cuál de las dos etapas, control bio-
lógico o vigilancia de la salud, se deben realizar ciertas
determinaciones bioquímicas, tales como protoporfirina cinc (PPZ),
dehidrasa del ácido delta aminolevulínico (ALA-D), ácido delta
aminolevulínico (ALA) en sangre y orina, etc., que de hecho son
indicadores de efectos metabólicos que han ocurrido como conse-
cuencia de la exposición.

El control ambiental se lleva a cabo por diversas razones, como


por ejemplo;

a. para determinar las concentraciones ambientales en relación


con un estándar legalmente establecido o valores consensua-
dos.

b. para determinar la relación, si existe, entre las concentraciones de


los agentes en el puesto de trabajo y la salud de los trabajadores.

c. para asegurar la eficacia de las medidas de control.

d. para evaluar la necesidad de los controles en la proximidad de las


fuentes de emisión específicas.

e. para indicar las tendencias en relación con una mejora o resolu-


ción de un puesto de trabajo.

f. para proporcionar un registro histórico.

El control biológico mide o evalúa la exposición ocurrida por todas


las vías de entrada.

10
Algunas veces permite una evaluación mejor del riesgo para la
salud que el control ambiental, especialmente en los casos en que
la exposición ha de considerarse procedente de varias vías de en-
trada.

El control biológico tiene en cuenta la variabilidad de los individuos,


el impacto de factores tales como la actividad personal, las carac-
terísticas biológicas y el estilo de vida de los individuos.

Los dos tipos de control mencionados son complementarios, au-


mentando la protección de la salud de los trabajadores. Cuando
ambos se llevan a cabo simultáneamente se tiene información de
la relación existente entre la exposición externa y la concentración
de los compuestos en las muestras biológicas, y entre esta con-
centración y los efectos precoces.

Es esencial conocer con detalle el metabolismo del agente tóxico en


el organismo humano y las alteraciones que ocurren en el órgano
crítico a la hora de seleccionar el parámetro que se va a utilizar co-
mo indicador. Sin embargo, este conocimiento es generalmente in-
suficiente, existiendo limitaciones en la mayoría de los programas
de control biológico.

Las condiciones necesarias para que un control biológico se pue-


da llevar a cabo con éxito son:

- la existencia de los indicadores.

- la existencia de los métodos analíticos que garanticen la exactitud


técnica en el uso de estos indicadores.

- la posibilidad de medir los indicadores en especímenes biológi-


cos fácilmente accesibles.

11
- la existencia y conocimiento de las curvas dosis-efecto y dosis-
respuesta.

Para llevar a cabo un programa de control biológico es indispen-


sable conocer exactamente las características y comportamiento
de los indicadores a estudiar en relación con la duración de la ex-
posición y todos los factores fisiológicos y patológicos, además de
la exposición, que pudieran dar una interpretación falsa de los re-
sultados obtenidos.

Las condiciones para la aplicación de un control biológico incluyen


también la elección de los métodos analíticos que den resultados
comparables entre laboratorios diferentes. El largo tiempo trans-
currido para enfocar este problema ha permitido a la CCE es-
tandarizar, en 1972, un método para la determinación de plomo y
cadmio en muestras biológicas.

El Consejo de Ministros de las Comunidades Europeas, de acuer-


do con el Primer Programa de Acción sobre Seguridad y Salud en
el Trabajo de 1978, propuesto por la Comisión, impulsó la necesi-
dad de incrementar la protección contra las sustancias peligrosas,
haciendo énfasis para promover nuevos controles y métodos de
medida para la valoración de la exposición de los individuos, en
particular por la aplicación de indicadores biológicos sensibles.

En Agosto de 1982 el Consejo aprobó una Directiva sobre la pro-


tección de los trabajadores expuestos a plomo. El control de los
niveles de plomo en sangre, así como la determinación de ALA-U,
ALA-D, PPZ, son los indicadores que deben emplearse para con-
trolar la exposición de los trabajadores a plomo. La comparación
de los resultados obtenidos con los niveles de acción y valores
límite permite tomar la decisión más adecuada.

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En la literatura internacional se han publicado bastantes datos rela-
tivos al control biológico para determinados productos industriales.
Sin embargo, las diferencias en las consideraciones científicas uti-
lizadas, la variedad de los métodos analíticos y la discordancia fre-
cuente en los resultados hace por lo general difícil formular con-
clusiones en síntesis que permitan aplicar estos datos en la práctica.

La intención de estas series, dedicadas al control biológico humano


de los productos químicos industriales en la salud laboral, se basa
en la experiencia considerable adquirida por los autores en temas
específicos.

Para la redacción de las monografías se han utilizado las ideas


generales, sugeridas por R.L. Zielhuis y R. Lauwerys, siguientes:

- revisión del metabolismo y/o mecanismo de acción.

- parámetros biológicos potencialmente útiles para la evaluación


de la exposición y/o contenido corporal y/o efectos precoces re-
versibles.

- evaluación crítica de cada parámetro:

validez predictiva en relación con la exposición.

relación cuantitativa entre los niveles de exposición externa e in-


terna, y entre exposición y efectos.

limitación del ensayo.

- propuesta de uno o varios ensayos para el control biológico.

Debido a la laguna considerable en el conocimiento científico no


ha sido posible seguir estrictamente estas líneas generales en ca-
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da una de las monografías. Es de esperar que las investigaciones
futuras cubran esta laguna.

Hay que reconocer que debe continuar el desarrollo del estableci-


miento del control biológico para otros agentes tóxicos, para lo cual
es necesario seguir investigando todavía.

El Consejo, en el programa de acción anteriormente mencionado y


en las directivas recientemente aprobadas en este campo, acentuó
la necesidad de proporcionar la información adecuada a todos los
niveles. Se considera que estas monografías serán de utilidad para
los médicos de la salud laboral, higienstias industriales, patrones
y representantes sindicales, para proporcionarles las razones cien-
tíficas sobre las que se basan una serie de programas de control bio-
lógico.

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Resumen
Este documento es una revisión del benceno líquido en relación
con la exposición laboral y las posibilidades de control biológico de
la exposición.

La absorción del benceno ocurre principalmente por inhalación de


los vapores y en segundo lugar por contacto, en su forma líquida,
a través de la piel. El benceno puede producir anemia aplásica,
leucemia y eritroleucemia.

El benceno se metaboliza en el organismo a fenol y por lo tanto la


medida de la excreción urinaria de este compuesto es, en cierto
modo, una aplicación práctica para evaluar la exposición reciente a
benceno. Una concentración de fenol superior a 20 mg/L al final
del turno de trabajo indica que los trabajadores han estado ex-
puestos a benceno, siempre y cuando el método analítico utilizado
sea lo suficientemente sensible y se excluyan otras circunstancias
que puedan dar lugar a un incremento en la excreción de fenol.

La determinación de benceno en aire exhalado es un método valioso


para confirmar la exposición. Es más sensible y específico que la de-
terminación de fenol. Sin embargo, no existen suficientes datos
para correlacionar la concentración de benceno en el aire exhala-
do con la exposición integrada. Se propone como tentativa de um-
bral biológico una concentración de benceno en aire exhalado de
0’12 ppm, medido a las 16 horas después del final de la exposi-
ción, para una exposición de 8 horas a 10 ppm de benceno.

Se requiere más investigación para definir la utilidad de otros


parámetros biológicos en el control rutinario de los trabajadores ex-
puestos a benceno.

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Benceno
Benceno

Propiedades químicas y físicas

El benceno es un líquido incoloro a temperatura ambiente. Al-


gunas de sus propiedades químicas y físicas se dan en la Tabla I.

Tabla I: Propiedades químicas y físicas del benceno.

Punto de ebullición (760 mm Hg) 80'1ª C


Presión de vapor (20º C) 74'66 mm Hg
Densidad del vapor 2'7
Fórmula molecular C6H6
Fórmula estructural

Factor de conversión:
1 ppm 3'247 mg/m3
1 mg/m3 0'308 ppm

Cambios biológicos relacionados con la toxicidad crónica del


benceno

El benceno puede producir anemia aplásica, leucemia y eri-


troleucemia.

La toxicidad del benceno, en su etapa inicial, puede manifestarse


como una alteración paradójica del tejido sanguíneo. En los traba-
jadores expuestos se han encontrado todas estas alteraciones:
policitemia y anemia, leucocitosis y leucopenia, trombocitosis y
trombocitopenia. Sin embargo, en la exposición continua la ten-

18
dencia es hacia la disminución de los niveles de eritrocitos, leu-
cocitos y trombocitos circulantes. Al intensificarse la enfermedad
los niveles de células sanguíneas disminuyen más, apareciendo
la pancitopenia (Kocsis y Snyder, 1975).

Aksoy et al. (1972) encontraron en trabajadores expuestos a


benceno, que sufrían de pancitopenia, un incremento en los nive-
les de hemoglobina fetal (HbF). Antes de aparecer la anemia gen-
eralmente hay una disminución evidente de los leucocitos (Hunter,
1939; Mitnik y Genkin, 1931). Sin embargo, Kocsis y Snyder (1975)
indicaron correctamente que, a pesar del acuerdo general de que
la toxicidad del benceno conduce a leucemia, el screening eficaz de
la toxicidad no debe limitarse sólo a la determinación de los niveles
de leucocitos. También se ha sugerido que la trombocitopenia puede
ser, entre otros, uno de los síntomas precoces de benzolismo (Gold-
water, 1941; Nikulina y Titowa, 1943), así como la disminución de la
capacidad de agregamiento plaquetario (Salta y Sbertoil, 1954).
Lee et al. (1973, 1974) demostraron, basándose en las técnicas
de recuento celular en animales, que hay una reducción de la in-
corporación de 59Fe en la hemoglobina de las células rojas maduras,
aun cuando no haya inhibición evidente en la producción de las
células blancas. Por lo tanto, los efectos del benceno sobre la pro-
ducción eritrocitaria ocurren bastante rápidamente después de la ex-
posición, Sin embargo, no es posible detectar las primeras etapas
de la reducción de la función hematopoyética con las técnicas clási-
cas de recuento celular, debido a la larga duración de la vida de
las células rojas.

Los primeros estudios llevados a cabo por Truhaut et al. (1959)


en conejos sugirieron que la respuesta del sistema eritropoyético es
bastante variable, dependiendo de las rutas e intensidad de la ex-
posición. Sin embargo, la hipofunción de un sistema puede estar
asociada con la hiperfunción de otro, y por lo tanto no hay un crite-
rio válido que pueda hacerse para determinar, invariablemente, una
función a favor de la otra (Deutsche Forschungsgemeinschaft,

19
1974). Ya que estos cambios en la sangre periférica no son nece-
sariamente reversibles, no pueden considerarse lo suficientemente
sensibles para el control biológico de los trabajadores expuestos
a benceno, teniendo en cuenta además la falta de especificidad
bien conocida de este tipo de cambios, que no requiere más co-
mentarios.

Los estudios citogenéticos han revelado que pueden darse


aberraciones cromosómicas en la médula ósea y en los leucoci-
tos periféricos en las personas expuestas a benceno (Berlin et al.,
1975; Forni y Moreo, 1969; Forni et al., 1971 a, b; Hartwich y
Schwanitz, 1972; Prost et al., 1976; Tough y Court Brown, 1965;
Tough et al., 1970; Vigliani y Forni, 1969).

No se ha demostrado relación dosis-efecto para las aberra-


ciones cromosómicas inducidas por el benceno y la implicación de
este hallazgo en la incidencia de este compuesto en la leucemia
continúa sin esclarecerse (Truhaut y Murray, 1978).

METABOLISMO

Rutas metabólicas

La absorción del benceno ocurre principalmente por la inhalación


de los vapores y en segundo lugar a través del contacto en su es-
tado líquido con la piel.

De acuerdo con Hanke et al. (1961), la velocidad de absorción


dérmica humana del benceno líquido aplicado con un sistema -
cerrado es de 0’4 mg/cm2/h.

Srbova et al. (1965), en la exposición de voluntarios durante 2


horas a una concentración de 47-100 ppm de vapores de benceno,
encontraron que la absorción del benceno inhalado era aproxi-
madamente del 50%.

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Hunter (1966) encontró que a una concentración de 35 ppm,
la cantidad de benceno alcanzaba un estado relativamente esta-
cionario en aproximadamente 5-7 minutos, representando del orden
del 47% de benceno en el aire inhalado.

Docter y Zielhuis (1967) señalaron que no es la retención pro-


porcional como tal el parámetro relevante, sino la cantidad de ben-
ceno absorbida, que incluye no sólo la retención proporcional, sino
también los parámetros de ventilación. La cantidad de benceno ab-
sorbida se ha estimado aproximadamente en 0’4 mg/min en suje-
tos expuestos a 10 ppm con una ventilación de 25 L/min (Docter y
Zielhuis, 1967).

Los niveles más elevados de benceno se encontraron en el teji-


do adiposo y médula ósea, debido a su elevada lipofilia (Truhaut y
Murray, 1978).

Una fracción del benceno absorbido se excreta inalterado en


el aire exhalado. Varios autores encontraron que en el hombre la
fracción eliminada en el aire exhalado varia entre el 10% y el 50%,
dependiendo de la actividad metabólica y la cantidad de grasa (Sr-
bova et al., 1956; Teisinger et al., 1952). La fracción restante se
metaboliza (Hasegawa et al., 1967; Parkes y Williams, 1953 a, b;
Porteous y Williams, 1964 a, b).

La primera reacción, catalizada por el sistema de oxidasas mi-


crosomales de función mixta de varios tejidos, es la transformación
del benceno en epóxido benceno (Harper et al., 1973). Este es un
compuesto intermedio muy reactivo que, o bien se une a los con-
stituyentes celulares (p.e.: ADN, proteínas), o se transforma pos-
teriormente en otros derivados del benceno. El epóxido benceno
se sospecha que sea el responsable de la acción mielotóxica del
benceno (Daly et al., 1972; Jerina et al. 1968).

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El epóxido benceno puede ser transformado no enzimática-
mente en fenol, conjugándose después con ácido glucurónico o
con el anión sulfato, Los glucurono y sulfoconjugados del fenol se
excretan por la orina (Porteous y Williams, 1949 a, b; Snyder, 1974).
El fenol (libre o conjugado) constituye el principal metabolito uri-
nario del benceno.

El epóxido también puede reaccionar con el glutation formándose


el compuesto S(1,2-dihidro-2-hidroxifenil) glutation. La acción siguien-
te de una glutationasa, en la presencia de un receptor de glutami-
na, una peptidasa y acetil CoA acetiltransferasa, da lugar a la for-
mación de ácido premercaptúrico, es decir,
S(1,2-dihidro-2-hidroxifenil) acetil-L-cisteína, que se excreta como
tal en la orina. Cuando la orina se trata con ácidos minerales, el
ácido premercaptúrico se transforma en ácido mercaptúrico.

La acción de la enzima epóxido hidrasa transforma el benceno


en trans-12-dihidroxibenceno, que se convierte rápidamente en
catecol (Jerina et al., 1968). Se ha aislado de las bacterias una en-
zima (cis-benceno glicol dehidrogenasa) que cataliza la conversión
de cis-benceno glicol en catecol en presencia de NAD+ (Axcell y
Geary, 1973). Se han identificado pequeñas cantidades de hidro-
quinol y 1,2,4-trihidroxibenceno en orina.

La ruptura del anillo de catecol da lugar al ácido transtrans-


mucónico, que se excreta en la orina, y a dióxido de carbono, que
se excreta en el aire exhalado (ver Fig. 1).

Esta ruta metabólica se esclareció primeramente en animales


pero se ha confirmado también en el hombre. Teisinger et al. (1952)
expusieron repetidamente a 15 voluntarios a aproximadamente
100 ppm de benceno durante 5 horas al día y observaron que se ab-
sorbía del 33% al 65% del benceno inhalado. De la cantidad total ab-
sorbida una media del 1121% (3’8% a 27’8%) se eliminó por la vía
pulmonar. En la orina se encontró fenol (media del 28’8%), cate-

22
col (29%) e hidroquinol (11%), así como una proporción muy pe-
queña de benceno inalterado (01 % a 0’2% de la cantidad ab-
sorbida).

23
Figura 1.- Biotransformación metabólica “in vivo” del benceno

Aire exhalado

Benceno epóxido no fenol glucurono-


benceno enzimático sulfo-conjugados

mono- epóxido hidroquinol


oxiglucosa GSH hidrasa
s-epóxido
transferasa
unión a dihidrodiol 1,2,4
macromoléculas benceno trihidroxibenceno
S(1,2-dihidro-2-
hidrorifenil)
glutation
ruptura del anillo
glutationasa de catecol
peptidasa
acetilasa
ácido ácido CO2
fenilmer- ácido fenil mucónico
captúrico -H2O premercaptúrico

24
Por otra parte, Hunter y Blair (1972) expusieron a 5 voluntarios
a 22 ppm de benceno durante 6 horas, encontrando que del 74%
al 87% del benceno absorbido se excretaba como fenol, y aproxi-
madamente el 12% se eliminaba inalterado en el aire exhalado.
Sherwood (1976) estimó, también, que aproximadamente el 80% del
benceno absorbido se biotransformaba en fenol. Sin embargo, to-
das las investigaciones coinciden con que el ácido fenilmercaptúri-
co, catecol, hidroquinol y ácido mucónico son metabolitos menores
del benceno.

Se ha demostrado que el metabolismo del benceno ocurre no


solamente en el hígado sino también en otros tejidos como la mé-
dula ósea (Snyder et al., 1977). Esta observación puede tener algo
que ver con la toxicidad del benceno. Debe recordarse que, como
para la mayoría de las sustancias orgánicas volátiles, la eliminación
del benceno y sus metabolitos es rápida. La excreción de los
metabolitos se completa generalmente dentro de las 24-48 horas de-
spués de una exposición única, lo que representa una vida media
biológica inferior a las 12 horas (Sherwood y Carter, 1970). Sin em-
bargo, los tejidos con un elevado contenido de grasa pueden retener
una pequeña cantidad de benceno durante varios días después
del final de la exposición.

Factores que Influyen en el metabolismo del benceno

Las experiencias realizadas con animales sugieren que el me-


tabolismo del benceno puede estar estimulado por inductores en-
zimáticos microsomales, tales como el fenobarbital (lkeda y Oht-
suji, 1971; Snyeler et al., 1967) y que el benceno puede estimular
su propio metabolismo. Por otra parte, Sato et al. (1967) obser-
varon que algunos metabolitos del benceno (fenol, catecol e hidro-
quinol) pueden inhibir “in vitro” la hidroxilación de este compuesto.

lkeda et al. (1972) encontraron, también, que en ratas la con-


versión del benceno en fenol se suprimía con la administración si-

25
multánea de tolueno. El pretratamiento con fenobarbital, que es-
timula el metabolismo del benceno, reduce la acción leucopénica del
benceno en las ratas (lkeda y Ohtsuji, 1971).

INDICADORES BIOLOGICOS

Antecedentes

La información acerca de lo que le ocurre al benceno “in vivo” dio


lugar a las pruebas biológicas de exposición siguientes:

- la determinación de la relación entre los sulfatos inorgánicos y


orgánicos en orina,

- la medida total de fenol (libre y conjugado) en orina y

- la medida de benceno en sangre y aire exhalado (Lauwerys,


1975).

También se sugirió el estudio de la sangre periférica y las técnicas


citogenéticas, para detectar las manifestaciones biológicas preco-
ces del benceno.

Hay que hacer énfasis en que, debido a que la vida media bio-
lógica de los metabolitos del benceno es corta (inferior a 12 horas),
el tiempo al cual se debe tomar la muestra biológica, en relación
con la exposición, es muy importante. Cuando el control biológico
implica el muestreo y análisis de orina, se deben estandarizar los
métodos de toma de muestra y la forma de expresar los resulta-
dos.

Se pueden considerar varios métodos para la toma de muestra


de orina:

26
1. Recolección de la orina de 24 horas y expresión de los re-
sultados como la cantidad excretada en 24 horas. Este pro-
cedimiento es el más exacto, pero también es el menos prác-
tico para el control rutinario de los trabajadores.

2. Toma de muestra de orina durante un período de tiempo


bien definido (p.e., de dos a cuatro horas en la segunda parte
del turno de trabajo) y expresión de los resultados en canti-
dad/unidad de tiempo. Este método es más exacto que el
análisis de una muestra puntual de orina, pero es demasiado
laborioso para el control rutinario de los trabajadores.

3. Toma puntual de una muestra en un tiempo bien definido


después del comienzo o final de la exposición (al final del
turno de trabajo o 16 horas después del final de la exposi-
ción, es decir, antes de comenzar el nuevo turno de traba-
jo). Este procedimiento es el más usado generalmente. Es
aconsejable corregir los resultados de acuerdo con la dilu-
ción de la orina. Se han utilizado dos métodos de corrección:
a) expresión de los resultados por gramo de creatinina; b)
ajuste por un valor constante de la densidad.

4. Cuando la variabilidad entre individuos es grande y/o el niv-


el de fondo del parámetro biológico seleccionado es elevado,
se hace difícil la interpretación de una medida aislada, sien-
do a veces útil analizar una muestra tomada antes del perío-
do de exposición y otra al final del mismo.

Si no hay ritmos circadianos que afecten a la excreción urinaria


de la sustancia, la variación sufrida en el parámetro biológico,
debida especialmente a la exposición, puede valorarse mejor.

Cuando se contrastan los resultados de la excreción de los


metabolitos del benceno, citados en la bibliografía, hay que tener en
cuenta que, debido a los métodos diferentes que se han podido

27
utilizar en la toma de muestra de la orina, estos resultados pueden
no ser comparables. Además, debe tenerse en consideración las
diferencias de especificidad y de sensibilidad del método analítico
seleccionado para analizar la orina.

Cuando se intenta correlacionar los cambios de un parámetro bi-


ológico con la intensidad de la exposición a benceno, hay que darse
cuenta, también, de que en muchas investigaciones, la evaluación
de la exposición fue necesariamente incorrecta, debido a la deter-
minación semicuantitativa del puesto de trabajo, realizada con tubos
colorimétricos de lectura directa, a la toma de un número limitado de
muestras puntuales y a la no consideración de la contaminación
dérmica. Pocas veces se caracteriza bien la exposición según los
términos propuestos por Sherwood (1971).

Relación entre los sulfatos inorgánicos y orgánicos en orina

La relación entre los sulfatos inorgánicos y los totales en orina


normalmente es mayor del 85%. En 59 individuos no expuestos,
Teisinger y Bergerova-Fiserova (1955) encontraron una relación
media del 92’5%, con una desviación estándar del 4’6%. La ex-
posición a benceno produce un descenso en esta relación, ya que
algunos metabolitos del benceno se eliminan como sulfoconjugados
(Yant et al., 1936 a, b).

El grupo de trabajo alemán para el establecimiento de los valores


MAK, de la Comisión del Senado para el estudio de los Materiales
Industriales Peligrosos (Deutsche Forschungsgemeinschaft, 1974)
preparó una tabla, reproducida parcialmente en la Tabla II, con
datos más bien obsoletos, tomados de la bibliografía, sobre la
relación entre la exposición a benceno y la relación sulfato in-
orgánico/total.

28
Es evidente que para un colectivo hay un descenso significati-
vo en esta relación por debajo del 70%, observado solamente cuan-
do la exposición a benceno excede de las 40 ppm.

La sensibilidad de este ensayo es demasiado baja como para


que exposiciones del orden de 10 ppm, que es la exposición media
ponderada en el tiempo recomendada por el National Institute for
Occupational Safety and Health (NIOSH, U.S.A.) en 1974 y por un
grupo internacional de expertos en 1976 (Truhaut y Murray, 1978),
influenciaran significativamente aquella relación (Teisinger y Berge-
rova-Fiserova, 1955; NIOSH, 1974). La especificidad de este ensayo
es también limitada, ya que numerosos compuestos orgánicos
hidroxilados se excretan en la orina como sulfoconjugados. Por lo
tanto, este ensayo no puede recomendarse en lo sucesivo para
evaluar la exposición a benceno.

29
Tabla II:.Sulfato inorgánico urinario después de la exposición a benceno (8 horas diarias)

Número de sujetos Concentración de benceno Valor medio de sulfato


expuestos (ppm) inorgánico (% del total de sulfato) Referencia

14 13-23 85 Yant el al., 1936b


8 19-50 70
22 123-132 72
13 158-372 55

40-45 71 (67-79) Hardy e Elkins, 1948


55-70 54
50-70 68
80 67

8 0 86 Bowditch y Elkins, 1939


6 40 81
11 <40-75 61
11 75-100 42
9 100-125 34
4 10'5-31'5 > 80 Teisinger y
Bergerova-Fiserova, 1955

30
Concentración de fenol total en orina

Contrariamente a los derivados sustituidos del benceno, p.e.


tolueno y xileno, que se metabolizan principalmente en la cadena
lateral, el benceno se transforma en fenol In vivo” y por lo tanto se
ha propuesto como índice de exposición la medida de la excreción
urinaria de fenol. La vida media del fenol está en el rango de 4-8 ho-
ras (Sherwood y Carter, 1970).

Dado que el 30% del benceno retenido se oxida a fenol (Teisinger


et al., 1952), en los trabajadores expuestos a 10 ppm de benceno
durante 8 horas con una ventilación de 25 L/min., se deberían pro-
ducir aproximadamente 60 mg de fenol. La variabilidad individual en
la ventilación pulmonar y la proporción de benceno biotransforma-
da en fenol (80% según Sherwood, 1976), hacen que esta esti-
mación sea solamente válida para un colectivo.

Se han desarrollado varios métodos para analizar el fenol libre


y conjugado en muestras biológicas. Como se ha indicado anterior-
mente, para interpretar los resultados debe considerarse la es-
pecificidad de estos métodos. De forma resumida, el orden cre-
ciente de la especificidad de los métodos es la siguiente: el método
colorimétrico de Theis-Benedict (reactivo p-nitroanilina diazotada) y
el que utiliza 4-aminoantipirina, el método colorimétrico de Gibbs
(reactivo 2’6-dicloroquinona clorimida) y los diversos métodos de
cromatografía de gases.

El método que utiliza el reactivo 4-aminoantipirina determina


varios derivados del fenol (Gottlieb y Marsh, 1946).

El método de Theis-Benedict, con el que también se determinan


orto-, meta- y para-cresol y otros hidroxicompuestos (Müting el al.,
1970), da valores de fenol en orina aproximadamente el 30% su-
periores a los que se obtienen con el método de Gibbs (Rainsford
y Davies, 1965). En este último método pueden interferir el orto- y

31
meta-cresol (Docter y Zielhuis, 1967; Sherwood y Carter, 1970),
pero dado que de los tres cresoles isómeros, sólo está normal-
mente presente en cantidades significativas en la orina el para-
cresol (Sherwood y Carter, 1970), la interferencia de los otros dos
isómeros es generalmente mínima. Buchwald (1966) propuso una
modificación del método de Theis-Benedict utilizando una sal de
diazonio de p-nitroanilina estabilizada, El autor advierte que aunque
el orto- y meta-cresol interfieren con esta técnica, el para-cresol só-
lo lo hace ligeramente.

Los métodos de cromatografía de gases (Bakke y Sheline, 1969;


Buchet et al., 1972; Dirmikis y Darbre, 1974; Lebbe et al., 1966;
Sherwood y Carter, 1970; Van Haaften y Sie, 1965) son, desde
luego, superiores en especificidad a los colorimétricos, aunque no
son superiores al método de Gibbs (Van Haaften y Sie, 1965). Los
métodos de cromatografía de gases no sólo son muy específicos,
sino también muy precisos, cuando se utiliza un estándar interno
(Buchet et al., 1972). Cualquiera que sea el método que se utilice,
es necesario controlar que la hidrólisis del fenol conjugado es com-
pleta antes de realizar la extracción. La hidrólisis enzimática parece
ser el método de elección.

En la Tabla III se da un resumen de los valores control, citados


en la bibliografía, para la concentración de fenol en orina de personas
que no han estado expuestas laboralmente a benceno. Se obser-
va que el método de Theis-Benedict da resultados más elevados de-
bido a la interferencia del p-cresol. Se sabe que el p-cresol, que no
es un metabolito del benceno, puede estar hasta en un 58% de los
“fenoles totales” en orina (Van Haaften y Sie, 1965). Se puede con-
cluir que el método colorimétrico de Theis y Benedict no sirve para
detectar exposiciones a bajas concentraciones de benceno. Ya que
los compuestos fenólicos, aparte del p-cresol, se encuentran sólo en
pequeñas cantidades en la orina normal, los resultados obtenidos
con el método de Gibbs están más próximos a los obtenidos por cro-
matografía de gases.

32
Considerando sólo los resultados obtenidos con estas dos últi-
mas técnicas, se puede concluir que en las personas no expuestas
laboralmente a benceno la concentración de fenol en orina no ex-
cede de 20 mg/L.

En la Fig. 2 se representan de forma gráfica los resultados de los


estudios que han intentado correlacionar la exposición a benceno
con la excreción urinaria de fenol, reproduciéndose la recta de re-
gresión propuesta por Teisinger y Bergerova-Fiserova (1955).

Estos resultados se resumen también en la Tabla IV En esta


tabla se dan sólo los resultados obtenidos con la técnica colorimétrica
de Gibbs o por cromatografía de gases, ya que como se ha indicado
anteriormente son comparables. Los resultados también se han
representado en forma gráfica en la Fig. 2 y Fig. 3. En esta última
figura se muestra la relación entre la variación de la concentración
de fenol en la orina durante la exposición a benceno y la concen-
tración de éste en el aire. Aunque los datos se han tomado de in-
vestigaciones diferentes, indican claramente que para un colecti-
vo existe una correlación altamente significativa (r = 0’93, P < 0’001)
entre la exposición a benceno (c.t.) y la concentración de fenol en-
contrada en una muestra de orina tomada al final de la exposición.

33
180
Fenol en orina al final de la exposición ( mg/L)

160

140 x x

x
x
120

x
100

x
80
x

r = 0,93 p < 0,001


60 recta de regresión
y = 20 + 0,33 x
recta de regresión de
40 Te i s i n g e r ( 1 9 5 5 )

20

0
0 130 200 300 400 500

Benceno en aire (c.t. ppm)

Figura 2.- Relación entre la concentración de fenol en mues-


tras de orina después del turno de trabajo y la ex-
posición de benceno. Cada punto representa el valor
medio encontrado en un grupo de trabajadores. Ver
tabla IV.

El fenol se determinó por el método de Gibbs (x) o


por cromatografía de gases ( ).

34
140
x

r = 0,91 p < 0,001


y = 9,15 + 0,22 x
120
Fenol en orina (después-antes exposición) (mg/L)

100
x

80
x

x
x
60

40 x
x

20

0
0 100 200 300 400 500

Benceno en aire (c.t. ppm)

Figura 3- Relación entre la variación de la concentración de fenol


en orina durante la exposición a benceno y la con-
centración de benceno en aire.

Cada punto representa el valor medio encontrado en


un grupo de trabajadores. Ver Tabla III.

El fenol se determinó por el método de Gibbs (x) o


por cromatografía de gases (·).

35
Tabla III: Concentración de fenol en orina de personas expuestas no laboralmente a benceno

Método de
Número de Concentración determinación
sujetos de fenol de fenol Referencia

X = 25 mg/24 h 1+ Deichmmann y Schafer, 1942


(rango: 11-42 mg/24 h)

X = 30 mg/L (d = 1.024) 1 Walkley et al., 1961: Pagnotto et al., 1961


(rango: 15-20 mg/L)

X = 17'8 mg/L 1 Teisinger y bergorova-Fiserova, 1952


(rango: 3'2-41'3 mg/L)

X = 7 mg/L 2 Bardodej et al., 1962

12 X = 17 mg/L (d = 1.016) 3 Buchwald, 1966


(rango: 9'3-34'4)

36
Tabla III (Continuación)

Método de
Número de Concentración determinación
sujetos de fenol de fenol Referencia

(rango: 5-10 mg/L) 4 Porteous y Williams, 1949 b

328 X = 8'2 mg/24 h (d.s. 5'9) 4 Teisinger y Bergerova-Fiserova, 1952


97'5 percentil = 20 mg/L

54 X = 7'8 mg/L (d = 1.024) 4 Docter y Zielhuis, 1967


(d. s. 3'7) 97'5
percentil = 16 mg/L

20 X = 7'5 mg/L (d = 1.024) 5 Van Haaften y Sie, 1965


(rango: 2-18 mg/L)

10 X = 10'4 mg/24 h 5 Lebbe et al., 1966


(hombres) 95 percentil = 12'4 unid.

37
Tabla III (Continuación)

Concentración fenol Concentración fenol


Número Concentración Duración de Exposición en orinas antes en orinas después
de benceno la exposición total de la exposición de la exposición
sujetos (ppm) (h) (c.t.) (mg/L) (A) (mg/L) (B)

43 < 10 8 __ 28 (12-44) 33 (19-74)


10 7-15 8 » 88 52 (24-144) 87 (14-176)
8 12-15 8 » 108 55 (37-98) 100 (60-195)
8 7'5-50 (24) 8 » 192 37 (25-46) 74 (52-124)
7 40-60 8 » 400 60 (41-91) 126 (61-310)
6 10-70 8 » 320 37 (21-56) 129 (50-254)
5 10-70 6 » 240 79 (59-177) 140 (107-210)
5 20-80 8 » 400 68 (52-111) 140 (87-224)
14 25-150 5-6 » 480 39 (19-69) 177 (113-278)
3 > 500 1 > 500 __ 132 (82-188)

38
Tabla IV: Relación entre la expodición a benceno y la concentración de fenol en orina (método colorimétrico de
Gibss y técnica de cromatografía de gases)

Concentración fenol Concentración fenol


Número Concentración Duración de Exposición en orinas antes en orinas después
de benceno la exposición total de la exposición de la exposición
sujetos (ppm) (h) (c.t.) (mg/L) (A) (mg/L) (B)

43 < 10 8 __ 28 (12-44) 33 (19-74)


10 7-15 8 » 88 52 (24-144) 87 (14-176)
8 12-15 8 » 108 55 (37-98) 100 (60-195)
8 7'5-50 (24) 8 » 192 37 (25-46) 74 (52-124)
7 40-60 8 » 400 60 (41-91) 126 (61-310)
6 10-70 8 » 320 37 (21-56) 129 (50-254)
5 10-70 6 » 240 79 (59-177) 140 (107-210)
5 20-80 8 » 400 68 (52-111) 140 (87-224)
14 25-150 5-6 » 480 39 (19-69) 177 (113-278)
3 > 500 1 > 500 __ 132 (82-188)

39
Tabla IV (Contiuación)

Concentración fenol Concentración fenol


Número Concentración Duración de Exposición en orinas antes en orinas después
de benceno la exposición total de la exposición de la exposición
sujetos (ppm) (h) (c.t.) (mg/L) (A) (mg/L) (B)

10 0'55 5'1 (1'5-14'4) 5'1 (2'1-14'7)


10 1'31 4'9 (0'3-12'5) 6'5 (1'6-23'4)
10 10'20 8'5 (2'2-32) 15'4 (5'9-39'2
1 25 4 1/2 115 _6
+ 50

5 0'52 5'3 2'8 2'8 (1-5) 9'8 (5-18)


2 2'15 3 6'45 1'5 (1-2) 5'5 (5-6)

2 2'0 9'4 _5
+ 12'0 (9-15)
1 20'0 114'0 _
+8 71'0

1 100 50
20

40
Tabla IV (Contiuación)

Métodos
Tiempo muestreo (B)-(A) determ.
orina (mg/L) fenol Observaciones Referencia

5 Gibbs
35 Gibbs
45 Gibbs Concentración de
Inmediatamente 37 Gibbs benceno en aire
después 66 Gibbs determinada por
de la exposición Rainsford y Davies, 1965
92 Gibbs muestreo puntual
61 Gibbs durante el turno de
72 Gibbs trabajo
138 Gibbs
__ Gibbs

0 Cromatog. Muestra personal


1'6 Cromatog. Muestra personal Berlin et al., 1975
6'9 Cromatog. Muestra personal

41
Tabla IV (Continuación)

Métodos
Tiempo muestreo (B)-(A) determ.
orina (mg/L) fenol Observaciones Referencia

Al final _ 44
+ Cromatog. Sujeto sedentario Sherwood y Carter, 1970
exposición Cromatog. (exposición laboratiorio)

Al final 7 (4-15) Cromatog. Muestra personal


Parkinson, 1975
exposición 4 Cromatog. Muestra personal

Al final 7 Cromatog. Muestra personal


Sherwood, 1975 b
exposición 63 Cromatog. Muestra personal

Final exposición
16 h. después Cromatog. Muestra personal Sherwood, 1976
exposición

42
Estos resultados sugieren que, para una exposición de 6 ho-
ras a una concentración de benceno de aproximadamente el valor
actual del TLV (10 ppm) de la ACGIH (American Conference of
Governmental Industrial Hygienists), la concentración media de
fenol en las muestras de orina tomadas después del turno de trabajo
debería estar alrededor de 40 mg/L (corregidos para una densidad
de 1’016), siempre y cuando se utilice un método específico de
análisis (Gibbs, cromatografía). Cuando la concentración media de
fenol excede los 20 mg/L es que ha habido exposición a benceno.
Sin embargo, utilizando esta concentración como umbral, se pueden
observar exposiciones débiles a benceno (p.e.: a 1 ppm, que es la
concentración media ponderada en el tiempo [TWA] propuesta re-
cientemente por la American Occupational Safety and Health Ad-
ministration), ya que el nivel de preexposición puede ser mucho
más bajo. En este caso, puede ser útil comparar las concentra-
ciones de fenol en muestras tomadas antes y después del turno
de trabajo, ya que en los individuos del grupo de control no parece
haber diferencias significativas en la concentración de fenol entre las
muestras de orina de la mañana y de la tarde (Van Haaften y Sie,
1965).

Los datos publicados por la Bethlehem Steel Corporation


(NIOSH, 1974), Pagnotto (NIOSH, 1974), Pagnotto et al. (1961), y
Walkley et al (1961) también indican que la excreción urinaria de fenol
tiene una relación lineal con la concentración atmosférica de ben-
ceno a la que están expuestos los trabajadores. Sin embargo, es-
tos resultados se obtuvieron con el método de Theis y Benedict, y
la interferencia de cresol hace que la interpretación de estos datos
sea difícil para una exposición moderada a benceno (inferior a 10
ppm). En la Tabla V se resumen los datos de Pagnotto y la Bethle-
hem Steel Corporation publicados por el NIOSH (1974).

43
Tabla V: Resumen de los datos publicados por Pagnotto y Bethlehem
Steel Corporation

Muestreo (h) 4-¶


ppm 100 200
Sin corregir Media 3-09 8-19
(mg/ml) d.s. 0-70 2-62
Corregido Media 2-81 5-85
(mg/ml) d.s. 0-66 1-24
Velocidad Media 3-10 4-61
(mg/min) d.s. 0-84 0-80

Los datos publicados por Walkley et al. (1961) se reproducen en


la Fig. 4. Es evidente que para una exposición inferior a 10 ppm
(c.t. inferior a 60 ppm x h) no se puede demostrar un cambio definido
en la excreción de metabolitos urinarios cuando se usa la técnica de
Theis-Benedict, debido probablemente a la interferencia del p-cresol.

La ingestión de fenacetina, cafeína, sacarina, aspirina y ácido sali-


cílico no afecta la excreción del fenol (Docter y Zielhuis, 1967; Walk-
ley et al., 1961).

Se ha indicado que en los sujetos no expuestos no hay diferencia


de excreción entre sexos, entre fumadores y no fumadores, y que
las concentraciones en la mañana y la tarde no difieren significati-
vamente (Van Haaften y Sie, 1965). Sin embargo, hay varios factores
que afectan la excreción del fenol. La aplicación dérmica de prepara-
dos que contengan fenol, la misma exposición a fenol, ciertos desór-
denes gastrointestinales que favorezcan la degradación bacteriana
de la tirosina y fenilamina (Duran et al., 1973), y la investigación de
fármacos conteniendo fenilsalicilato (Fishbeck et al., 1975; Kociba
et al., 1976) incrementan la concentración urinaria de fenol (Lauw-
erys, 1975). La proporción de benceno eliminada como fenol au-
menta con el consumo de etanol (Sherwood, 1976).

44
En resumen, para un colectivo, se puede proponer la relación
siguiente entre la exposición a benceno y la excreción de fenol,
siempre y cuando se haya utilizado un método específico para la de-
terminación de fenol en orina. Una concentración de fenol que
supere los 20 mg/L al final del turno de trabajo sugiere que los tra-
bajadores han estado expuestos a benceno, si se ha utilizado el
método de Gibbs o el de cromatografía de gases para la determi-
nación de fenol, excluyendo además las otras circunstancias men-
cionadas anteriormente, que causan un incremento en la excre-
ción de fenol. En la Tabla VI se dan unos dados correspondientes
a la relación entre la exposición a benceno y la excreción urinaria de
fenol.

Tabla VI: Relación entre la exposición a benceno y la excreción de


fenol + Corregido para d =1.016 ++ 10 ppm durante 4h.

Exposición a benceno Concentración de fenol en orina


del turno de trabajo (mg/L) + recogida al final (c.t.) (ppm x h)

0 < 20
40 ++ 30-35
80 45-50
100 50-55
200 85-90

45
700

600

500
Fenol (mg/L)

400

300

200

100

0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Benceno (ppm)

Figura 4.- Relación entre la concentración de fenol en muestras de ori-


na después del turno de trabajo y la exposición a benceno.
El fenol se determinó por el método de Theis Benedict. Los
datos son de Walkley et al. (1961).

46
Concentración de benceno en aire exhalado

La utilidad de este método biológico fue investigada primera-


mente por Sherwood. Las curvas de eliminación de benceno en
aire exhalado, obtenidas primeramente por Sherwood y Carter
(1970), y Sherwood (1972 a), demostraron dos o más fases en el
proceso de eliminación, comprendiendo una fase rápida con una vi-
da media de aproximadamente 1 hora y una fase lenta con una vi-
da media de un día o superior. Sin embargo, los resultados obtenidos
recientemente por Sherwood (1976) mostraron tres fases distintas
de eliminación: una de caída muy rápida, entre 1 y 2 horas después
de la exposición; otra de caída menos rápida, a las pocas horas
siguientes, y por último, una situación de descenso hasta los nive-
les normales de fondo en un período de unas 70 horas.

Durante el primer período la relación concentración/tiempo no es


lineal logarítmicamente, y de acuerdo con Sherwood (1976) es co-
mo si varios compartimentos del organismo contribuyeran en este
período. El segundo período, que podría definir la liberación del
benceno de los tejidos no grasos, está marcado generalmente por
una vida media de 3 ó 4 horas. El tercer período puede indicar la pér-
dida de benceno de los tejidos grasos; tiene una vida media car-
acterística entre 20 y 30 horas.

Como en el caso de muchos disolventes volátiles, es de es-


perar que el contenido de benceno en el aire exhalado a la mañana
siguiente de la exposición sea el que mejor refleje la exposición in-
tegrada; es decir, la dosis-exposición (ppm x h) del día anterior. Por
lo tanto, este último parámetro puede ser un buen índice de riesgo
de la enfermedad crónica (Sherwood, 1972 a). Se han desarrolla-
do dos métodos para muestrear el aire exhalado: tubos para
muestrear el aliento y el muestreo con respiradores (Sherwood y
Carter, 1970). Las ventajas e inconvenientes de ambos métodos
fueron señalados brevemente por Sherwood (1972 a).

47
“El tubo de muestreo tiene la ventaja de la toma de muestra in-
stantánea, ausencia completa de pretratamiento químico antes de
la cromatografía de gases y la posibilidad de la toma de muestras
por duplicado. Aunque esto último requiere un tiempo de muestreo
de 10 minutos para cada trabajador, proporciona una media más
consistente de la eliminación, ya que se muestra todo el aire ex-
halado en un período, reduciéndose el riesgo de interferencia con
el vapor de benceno ambiental.”

En la tabla VII se dan los resultados obtenidos por varios au-


tores que midieron el benceno en el aire exhalado. En la Fig. 5 se
representan los resultados encontrados 16 horas después del fi-
nal de la exposición (muestreo antes del turno de trabajo).

48
Tabla VII: Benceno en aire exhalado

Benceno en aire exhalado (ppm)

Duración Después de la
Conc. Duración Expo. exposición exposición
N.º de benceno expo. total
sujetos (ppm) (h) (ppm x h) Conc. Tiempo Conc. Observaciones Referencia

8 __ __ Control 0'013 __ 0'013 Estudio de campo Berlin, et al., 1975


10 __ __ 1'31 __ Variable 0'04 en trabajadores
16 h. 0'03 (actividad física)
10 __ __ 10'20 __ Final expo. 0'43
16 h. 0'11
10 __ __ 0'5 __ Final expo. 0'08
16 h. 0'04
1 25 4'5 115 __ Final expo. 2'0 Sujeto sedentario Sherwood y Carter, 1970
16 h. 0'2

49
Tabla VII (Continuación)

Benceno en aire exhalado (ppm)

Duración Después de la
Conc. Duración Expo. exposición exposición
N.º de benceno expo. total
sujetos (ppm) (h) (ppm x h) Conc. Tiempo Conc. Observaciones Referencia

__ __ __ 200 __ 16 h. 0'3 __ Barreta +


__ __ __ 182 __ 16 h. 0'13 __ Blair +
10 1'44 0'7 1 __ Final expo. 0'41 Estudio de campo Parkinson, 1975
2 2'0 __ 9'4 __ Final expo. 0'16 Estudio de campo Sherwood, 1972 b
1 20'0 __ 114 __ Final expo. 0'84 Estudio de campo Sherwood, 1972 b
16 h. 0'19
3 26'5-28'5 6 159-171 __ 17 h. 0'06-0'34 Estudio voluntarios Hunter y blair, 1972
1 24'6 3'4 73'8-98'4 __ Final expo. 12'3-13'5 Estudio voluntarios Hunter y blair, 1972
1 __ __ 100 __ 16 h. 0'15 Sujeto sedentario Sherwood, 1976

+ = Citado por Sherwood y Carter, 1970

50
0,28

r = 0,85 p < 0,005


y = 0,049 + 0,0009 x
Benceno en aire exhalado 16 h. después de la exposición (ppm)

0,24

0,2
0,24

0,16

0,12

0,08

0,04

0
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200

Figura 5.- Relación entre la exposición a benceno y la concen-


tración de benceno en aire exhalado 16 horas después
del final de la exposición.

51
Aunque los resultados no permiten sacar ninguna conclusión
en firme (a veces sólo se midió un sujeto por experiencia) sugieren
que una exposición de 8 horas a 10 ppm de benceno da lugar a
una concentración de benceno en el aire exhalado de aproxi-
madamente 0’12 ppm 16 horas después del final de la exposición.

Para el control rutinario, Sherwood (1971) propuso que las


muestras se tomaran al final del turno de trabajo y se analizaran
lo antes posible. Si es necesario continuar el muestreo puede hacer-
se antes del comienzo del próximo turno, permitiendo una esti-
mación mejor de la exposición total del día anterior.

Sherwood y Carter (1970) indicaron también que si se confir-


mase el valor de la vida media superior a un día (fase lenta de elim-
inación) podría tener lugar alguna acumulación de benceno, para ex-
posiciones repetidas, durante la semana de trabajo. De acuerdo
con sus datos, después de 5 días a una exposición uniforme de
115 ppm x h/día, la concentración en el aire exhalado de la mañana
del sexto día sería el doble que la de la segunda mañana, es decir,
aproximadamente 0’4-0’3 ppm.

Sherwood (1976) informó también que el alcohol etílico podría


acelerar la eliminación de benceno en el aire exhalado y de fenol en
orina. Este mismo autor encontró una buena correlación (0’75 a
0’94) entre el fenol en orina y el benceno en el aire exhalado en
las 20 horas siguientes del final de la exposición.

En resumen, la determinación de benceno en el aire exhalado


es ciertamente un método valioso para confirmar la exposición a
benceno. Es altamente sensible y más específico que la determi-
nación de fenol. Sin embargo, es importante señalar que el ben-
ceno está presente en concentraciones muy elevadas en el humo
de los cigarrillos (47 a 64 ppm) (Egle y Gochberg, 1976; Newsone
et al., 1965). Por lo tanto, aunque la determinación de benceno en
el aire exhalado es específica, su detección no implica necesaria-

52
mente exposición a los compuestos químicos que contengan ben-
ceno. Esto puede explicar los resultados de Berlin et al. (1975),
que encontraron benceno en el aire exhalado en un grupo control
de trabajadores (aunque los autores sugieren que provenía princi-
palmente del combustible para los automóviles).

Es necesario realizar más trabajo experimental para validar la cor-


relación entre la exposición integrada a benceno (ppm x h) y su
concentración en el aire exhalado a la mañana siguiente de la ex-
posición.

Concentración de benceno en sangre

La medida de benceno en sangre se ha estudiado poco como


método para evaluar la exposición (Truhaut, 1968). Sin embargo, es
como si el benceno en sangre siguiera el mismo camino que en el
aire exhalado, con el cual está en equilibrio.

Sato et al. (1975) expusieron tres voluntarios a 25 ppm de ben-


ceno durante 2 horas. Al final del período de exposición la con-
centración de benceno en sangre era de aproximadamente 200
(g/L, con un descenso de alrededor de hasta 10 (g/L 5 horas des-
pués del final de la exposición. Para determinar la concentración
de benceno en sangre se utiliza la técnica de cromatografía de
gases (Angerer et al., 1973- Sato et al., 1975- Snyder et al., 1975;
Szadkowski et al., 1971; Withey y Martin, 1974).

Estudios citogenéticos

Varios estudios citogenéticos han confirmado la mutagenicidad


del benceno, Berlit et al. (1975) han investigado recientemente la fre-
cuencia de las aberraciones cromosómicas en los linfocitos pe-

53
riféricos de trabajadores expuestos frecuentemente a benceno. En
la Tabla VIII se resumen los resultados.

Los conductores de cisternas conteniendo productos petrolífer-


os (expuestos normalmente a 1’31 ppm) muestran mayor proporción
de daño cromosómico que los individuos de otros dos grupos lab-
oralmente expuestos. El personal que trabaja en los tanques de
carga de los barcos, que sufre generalmente la exposición más al-
ta, sin embargo no tienen niveles tan elevados de daño cro-
mosómico. Los autores hacen hincapié en que estos trabajadores
son jóvenes y que la rotación de la mano de obra en este oficio es
elevada. De acuerdo con los autores, la exposición integrada más
elevada a lo largo del tiempo se encuentra en los conductores de cis-
ternas. Los autores reconocen que no pueden concluir con certeza
que el daño cromosómico fuera causado por la exposición a ben-
ceno, ya que el petróleo contiene muchos otros compuestos que
posiblemente podrían aumentar este daño. Estudios citogenéticos
anteriores demostraron que el benceno puede causar aberraciones
cromosómicas en el hombre, pero la exposición integrada (dosis) no
se pudo estimar en ninguno de los trabajadores. En la Tabla IX se
resumen los resultados de estos estudios citogenéticos.

54
Tabla VIII: Frecuencia de aberraciones cromosómicas en linfocitos periféricos

Estimación de la % de células con % de células con


Edad exposición actual a aberraciones cromosómicas aberraciones
Grupo N.º media benceno (c.t.) (ppm) y de tipo cromático tipo cromosoma

Conductores
camiones
cisterna 11 45'1 1'31 11'5 + 2'2 +

Personal
tanques
barcos 9 30'7 10'2 5'3 1'0

Personal
gasolineras 9 42'5 0'5 6'1 6'1

+ = Diferencias significativas entre dos grupos, procedencia Berlin et, al., 1975

55
Tabla IX: Estudios citogenéticos

% de células con
Edad % de células con aberraciones
rango aberraciones cromosómicas
Grupo N.º (años) cromosómicas y cromátidas Referencia

Trabajadores examinados 20 25-64 2'5 Though et al., 1970


2 años después de expo.
benceno por 1-20 a.

Controles "in situ" 5 1'0

Otros controles 38 1'4

Trabajadores examinados 10 36-54 2'28 Forni et al., 1971 a


14-15 años después de expo.
benceno por 1-22 a.

Controles 34 0'7

56
Tabla IX (Continuación)

% de células con
Edad % de células con aberraciones
rango aberraciones cromosómicas
Grupo N.º (años) cromosómicas y cromátidas Referencia

Trabajadores examinados 25 21-61 3'11 Forni et al., 1971 b


1-18 a. después recuperac.
intox. benceno

Controles 25 0'53

Trabajadores de refinería 9 10'4 Hartwich y Schwanitz,


expo. benceno durante 1972
3 a 7 a.

Controles (don. de sangre) 5'1

Conduct. camiones cisterna 11 27-64 2'2 11'5 Berlin et al., 1975

Personal tanques barcos 9 17-62 0'2 5'3

Personal gasolineras 9 26-65 0'2 6'1

57
Actualmente, los estudios citogenéticos son útiles posiblemente
para confirmar exposiciones anteriores a benceno, si se ha tenido
en cuenta la influencia de otros agentes físicos o químicos sobre los
cromosomas. Sería interesante saber si las aberraciones cro-
mosómicas son un síntoma precursor de los cambios hematológi-
cos y si la susceptibilidad de los individuos juega un papel en el
desarrollo de estos cambios cromosómicos. En cualquier caso, es-
tos ensayos podrían tener cabida en el “screening” rutinario de los
trabajadores expuestos a benceno.

Estudio de la sangre periférica y otros ensayos biológicos

Se sabe que el estudio hematológico periódico puede revelar el


envenenamiento crónico por benceno en la fase en que todavía el
daño ocurrido en los órganos que producen la sangre es reversible
(Van Haaften y Sie, 1965). Además no hay una relación cuantitati-
va entre la intensidad de la exposición y la respuesta. Por eso, es-
tos ensayos pueden usarse para detectar una lesión en traba-
jadores no expuestos, pero no pueden considerarse lo
suficientemente sensibles para la detección precoz de una exposi-
ción excesiva.

Girard et al. (1970) informaron de que la exposición a benceno


y tolueno reduce la actividad de fosfatasa alcalina leucocitaria. Tam-
bién se ha encontrado en los trabajadores expuestos a benceno
una reducción de los niveles plasmáticos de las inmunoglobulinas
IgG e IGA y un incremento de la IgM (Lange et al., 1973). Sin em-
bargo, se desconoce la especificidad y sensibilidad de estos en-
sayos. Actualmente no pueden proponerse para el “screening” de
los trabajadores potencialmente expuestos a benceno.

58
Conclusiones

Entre los ensayos que se han propuesto para evaluar la ex-


posición reciente a benceno, dos son los que parecen tener alguna
aplicación práctica: la determinación de la concentración de fenol to-
tal en la orina y la medida de la concentración de benceno en aire
exhalado.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta las limitaciones de es-


tos ensayos. Cuando el fenol se determina con un método especí-
fico, cualquier valor que exceda de 20 mg/L, por ejemplo en la ori-
na tomada al final del turno de trabajo, indica exposición a benceno
si se han descartado otras causas que puedan incrementar la ex-
creción de fenol.

En los trabajadores con una excreción urinaria normalmente


baja en fenol, puede no detectarse una exposición baja a benceno
(c.t. inferior a 10 ppm x h), si la determinación de la concentración
de fenol se realiza solamente en una muestra de orina al final del
turno de trabajo. Se puede obtener mayor sensibilidad comparan-
do la concentración de fenol en las muestras de orina tomadas
antes y después del turno de trabajo.

Cuando la exposición a benceno es muy baja (c.t. inferior a 1


ppm, es decir, 0’15 ppm en 8 horas), esta técnica no es lo sufi-
cientemente sensible para confirmar la exposición, Para una ex-
posición integrada que exceda de las 10 ppm x h (c.t.), la correlación
entre la excreción de fenol y la exposición a benceno es sólo váli-
da para un colectivo. Se ha estimado que para un grupo de traba-
jadores expuestos a 10 ppm de benceno durante 8 horas, la con-
centración media de fenol en las muestras de orina tomadas al final
del período de exposición puede alcanzar los 45-50 mg/L (para
una densidad de orina de 1’016).

59
La determinación de benceno en el aire exhalado es un méto-
do muy sensible y específico para confirmar la exposición. Sin em-
bargo, no existen datos suficientes para correlacionar la concen-
tración de benceno en el aire exhalado con la exposición integrada.
Debe tenerse en cuenta también que, dado que el benceno se en-
cuentra en el humo de los cigarrillos, su detección en el aire exha-
lado no implica necesariamente exposición laboral al benceno.

No obstante, se propone como umbral biológico tentativo, para


una exposición de 8 horas a 10 ppm de benceno, una concen-
tración de benceno en aire exhalado de alrededor de 0’12 ppm,
detectada 16 horas después del final de la exposición.

El análisis de la sangre periférica de los trabajadores expuestos


a benceno no es útil como prueba de exposición, pero puede usarse
para detectar a aquellos que sean particularmente susceptibles a la
acción mielotóxica del benceno.

Se requieren más estudios para definir la utilidad de las inves-


tigaciones citogenéticas en el control rutinario de los trabajadores ex-
puestos a benceno.

Investigaciones necesarias

Las recomendaciones para continuar la investigación son las


siguientes:

- Estudiar más la posibilidad de la determinación de la concen-


tración de benceno en el aire exhalado para evaluar la inten-
sidad de la exposición.

-Realizar estudios epidemiológicos para determinar el grado de


exposición a largo tiempo a benceno, no asociado con la abe-
rración cromosómica, y la evaluación de estos cambios como
posibles signos precursores de los trastornos hematológicos,

60
- Estudiar la variabilidad de los individuos en relación con la
susceptibilidad al benceno como ayuda en la identificación de
sujetos con mayor riesgo potencial a la exposición.

- Investigar la acción potencial del benceno en las defensas in-


munológicas del organismo, con vistas a desarrollar ensayos
biológicos para la detección precoz de la acción tóxica del ben-
ceno.

- Investigación básica de la interacción de los metabolitos del


benceno con los puntos críticos celulares en relación con la
detección de la exposición excesiva.

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71
“El control biológico es una de las más promete-
doras herramientas para llevar a cabo un programa
de prevención efectivo de los potenciales efectos
tóxicos del ambiente laboral; su más interesante
característica es la posibilidad de detectar intoxi-
caciones en un estadio muy inicial, por medio de
la determinación de indicadores de dosis y de efec-
to.

Se proporciona una descripción de los tipos y car-


acterísticas de los indicadores para productos quími-
cos industriales como el benceno, el plomo, el man-
ganeso, el titanio, el tolueno, los hidrocarburos
halógenos y el cadmio.

Se analizan las limitaciones y dificultades inheren-


tes al control biológico, indicando las líneas de pos-
teriores investigaciones en este campo.”

(De la edición en inglés)

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