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La conservación de la energía es una ley similar al concepto de la conservación de masa, pero son

diferentes. La conservación de energía se da para diversos procesos de transformación, en cambio,


la conservación de masa en un medio se aplica tanto para los que cambian, es decir, si aumentan o
disminuyen. Porque hay una posibilidad de que en el proceso se aumente, sobre todo en las
transformaciones de gran cantidad de masa. Si es masa viviente será lo mismo, que si fuera masa
no viviente.

Lo que tiene que ver con la atención que le hemos dado. Siempre nos damos cuenta de lo que no
está, pero cuando algo está, no nos damos cuenta de sus detalles. O mejor, no prestamos atención
a todo.

El horror al vacío, el calor que sube deja un espacio al momento de subir, es entonces que viene
un viento para rellenar el espacio que existe. Por tanto, no es que la materia sea totalmente
irreversible.

La regeneración de algunos animales.

La posibilidad de las variedades de prolongación de espacio y tiempo en la mente y en lo concreto.

La percepción.

Las categorías de materias, para la regeneración o involución.

Para efectos de la explicación de la Resurrección, el sentido y el valor fundamental, no es el


proceso de transformación, pues éste es sólo un momento de cambio. No es que no se tenga que
dar, sino que hay que partir de la vida, pero también de la muerte como necesidad de ocurrencia
en la humanidad. Si el hombre no hubiese pecado, no se daría tampoco la Resurrección. Pero si el
hombre pecó, aún así, la vida tenía que siempre estar, tanto si había pecado, como si no. Es decir
que la vida del hombre no se hizo en miras a sí mismo, sino en miras a la futura vida. Porque por
ejemplo, en un sentido general, la vida no se puede dar, si es que no hay una unión carnal entre un
hombre y una mujer que puedan dar a los hombres una vida natural. Y del mismo modo, si no hay
una unión con la divinidad, el hombre, después de la muerte, no podrá vivir. Pero el proceso de la
resurrección queda como momento de transformación y espacio de intermedio entre la vida sin
cuerpo y la vida con cuerpo. No puede haber una regresión de vida, es decir ,la transformación de
la vida natural, tiene que revestirse de algo más allá de lo material, para que sea resurrección, de
lo contrario sólo se trataría de regeneración en primer grado. La regeneración sólo mira a la
reconstrucción del organismo, no a la trascendencia. En cambio la resurrección busca una
trascendencia. Un ejemplo claro lo podemos tener en la misma vida de amor que surge de un
encuentro fortuito, sin que haya sido planeado. El otro es importante para mí, en el momento en
que se logra establecer ese contacto físico vinculante. Pero cada uno es independiente. Sin
embargo, es necesario que se de este encuentro para la vida nueva en familia, para procrear. De la
misma manera el hombre sí está destinado a una vida futura, pero tiene que esperar ese
encuentro en primer lugar con la muerte y en segundo lugar con la persona que sabe encajar de
forma corporal con él, para poder elevarlo al nuevo orden de la vida. Esa persona tiene que poder
convertirlo o transformarlo o desde fuera, o desde dentro, pues su conocimiento ha de ser tal, que
pueda transformar tanto lo corporal como lo espiritual, pues dependiendo del grado de conciencia
se entra a formar parte de esta vida eterna.
Otro ejemplo es el sudor. Se produce por acción de algo externo con un clima interno.

Otro ejemplo es el ejemplo de la conservación de la energía direccionada por el cuerpo, cuando no


ejecuta acciones físicas, ni de pensamiento.

En conclusión el mejor modo de explicar la resurrección es desde la experiencia del Amor. Para los
griegos esta experiencia como eros está dada, como ímpetu que busca el unirse de modo
apasionado, buscando la felicidad. En el caso de la Resurrección, aunque el hombre desee vivir
para siempre, sea con cuerpo o sin cuerpo, el hecho es que no es porque quiera volver a vivir las
mismas situaciones de dolor, sino que busca una vida sin dolor, libre de cualquier apego y
sufrimiento. Entonces es por eso que la experiencia de Amor le debe sobrevenir como un don,
pero no es que solamente deba estar como pasivo, sin esperar, sino que todo lo contrario requiere
de él, una disposición, tal que le permite en primer lugar reconocer el momento en que se
encuentre. Esta disposición no es la misma que cuando uno está cierto de a qué hora va a venir
alguien a visitarlo. Esta disposición reside por la virtud, una virtud de la esperanza, que
ciertamente no puede haber cabida en la filosofía griega.

La relación de continuidad no existe si lo vemos desde el punto de vista corporal, porque de lo


corpóreo a la energía transformada no queda sino una energía que se consume por otros, y es
absorbida por las fuerzas de putrefacción. La relación más bien es de contrario por división, o por
distinción, pero la distinción es entre la vida y la muerte como estados, no como sucesos, pues los
sucesos están ligados por el tiempo. En cambio para la muerte no hay tiempo. El tiempo es el
tiempo del morir. La muerte, es decir, el muerto que pasó de la vida a la muerte, y se encuentra ya
sin cuerpo, permanece como sujeto de memoria para los demás, y para él, como sujeto de
desapropiado de su persona, y sólo con una manera pasajera de ser sin materia.

Para el manejo de la materia, de modo amplio debemos reconocer la relatividad, en la celeritas, y


en la masa. La potencia es la derivada que antecede, si es que está para retornar, a un nivel de
interioridad objetivo, como es la Justicia.

Por tanto, no se tomará de la materia la razón para revivir al muerto, sino que el alma, buscando
su parecer de acuerdo con el sello de las obras, resucita y jala para sí sus elementos de identidad
física y las asocia con los elementos de méritos para recibir un castigo o un premio.

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