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El lugar de nacimiento de Miguel de Cervantes ha sido muy debatido y cuestionado, y no

fue hasta 1948 cuando Luis Astrana Marín, autor de Vida ejemplar y heroica de Miguel de
Cervantes Saavedra, dio a conocer este emplazamiento como tal. El inmueble se
encuentra situado en el casco histórico de Alcalá de Henares, contiguo al “Hospital de
Antezana”, donde trabajó Rodrigo de Cervantes, padre del escritor.

A consecuencia de este descubrimiento, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares adquirió la


finca en 1954 para instalar en ella un museo cervantino. Ese mismo año, el Ayuntamiento
cedió el edificio al Ministerio de Educación Nacional.

El actual museo, inaugurado en 1956 como “museo y biblioteca cervantina”, es fruto de la


reconstrucción de la finca originaria. Esta intervención supuso la creación de un jardín y
nuevo acceso al edificio en la calle Mayor nº 48, que anteriormente estaba en la calle
Imagen nº 2. Mediante el Real Decreto 680/1985, de 19 de abril, la Casa Natal de
Cervantes fue transferida a la Comunidad de Madrid que, entre 1997 y 2003, reformó
alguna de las estancias conservando siempre las partes originales.

| LA CASA MUSEO
El Museo Casa Natal de Cervantes está ubicado en el lugar donde, según los estudiosos,
estaba la casa familiar de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) y en la que el
literato nació y pasó sus primeros años.

Sus diversas estancias recrean las costumbres, gustos y quehaceres cotidianos de los
siglos XVI y XVII, buscando percibir la presencia de sus moradores. El museo cuenta
además con un importante fondo bibliográfico de ediciones cervantinas de diversas épocas
e idiomas, que se exhiben en la sala de exposiciones temporales.

Las estancias se distribuyen en dos plantas y en torno a un patio de columnas. En un


extremo del patio hay un pozo con brocal de piedra, para abastecer de agua a la familia.
En la planta baja se ubican las estancias destinadas a zona pública y social de la familia,
para recibir a los invitados y pacientes del padre de Miguel de Cervantes. La planta
superior está reservada a la vida privada, con las alcobas, una sala dedicada a El Retablo
del Maese Pedro (Quijote, II, cap. XXVI) y dos salas de exposiciones temporales.

Este centro ofrece una consolidada programación de actividades con múltiples propuestas:
talleres infantiles y juveniles, visitas temáticas, espectáculos teatrales y musicales,
conferencias, etc. Se desarrollan a lo largo de todo el año, con especial incidencia en
fechas tan importantes para esta institución como el Día del Libro (23 de abril), La Noche
de los Museos (mayo), el Día Internacional de los Museos (18 de mayo) o la Semana
Cervantina (alrededor del 9 de octubre).
Miguel de Cervantes Saavedra nace en Alcalá de Henares en 1547, probablemente el 29 de
septiembre, día de San Miguel, como parece indicar la costumbre de llamar a los niños según el
santo del día en que nacieron y de ser bautizados tempranamente. El bautismo se celebró en la ya
desaparecida iglesia de Santa María la Mayor de Alcalá de Henares, el 9 de octubre de ese mismo
año, como confirma la partida de bautismo que conserva el Ayuntamiento de esta ciudad.

“En domingo, nueve días del mes de octubre de mil e quinientos e cuarenta e siete años, fue
bautizado Miguel, hijo de Rodrigo de Cervantes e su mujer doña Leonor; fueron sus
compadres Juan Pardo; baptizole el Reverendo Señor Bachiller Serrano Cura de nuestra
Señora, testigos Baltasar Vázquez, Sacristán e yo que lo bapticé y firmé de mi nombre.
Bachiller Serrano”.

Primeros años: familia e infancia


Son escasos los datos conservados sobre su infancia y juventud. Sí sabemos que fue bisnieto del
pañero cordobés Ruy Díaz de Cervantes, nieto del licenciado Juan de Cervantes e hijo de Rodrigo de
Cervantes. Su padre, “zurujano sangrador” —un oficio a medio camino entre barbero y médico— ,
se desposó con Leonor de Cortinas, vecina de Arganda del Rey, con quien tuvo siete hijos: Andrés
(que falleció a los pocos días de nacer en 1543), Andrea (1544-1609), Luisa (1546-162?), Miguel
(1547-1616), Rodrigo (1550-1600), Magdalena (1553-1611) y Juan (1555-?).

Miguel de Cervantes nace en la vivienda familiar, propiedad de su abuelo Juan, ubicada en la calle
Imagen, de Alcalá de Henares, donde actualmente se encuentra el Museo Casa Natal de Cervantes.

Su padre decide partir hacia Valladolid en 1551. Establece su negocio en el barrio de Sancti Spiritu,
aunque no sabemos a ciencia cierta si este traslado se realiza junto a su mujer e hijos, su madre,
Leonor de Torreblanca, y su hermana, María de Cervantes. Por aquel tiempo Valladolid es la nueva
capital de España gracias a Felipe II, y el zurujano intenta hacerse un hueco y encontrar una clientela
más adinerada que la complutense. Tras esta ciudad vendrán otras, como Córdoba y Sevilla. Es
posible que Rodrigo huya de las deudas que ha ido contrayendo durante estos años y, sobre todo, de
su pasado en prisión.

Juventud
Hasta 1567 no volvemos a tener noticias de nuestro escritor. Comienza a estudiar bajo las
enseñanzas del humanista y catedrático, del Estudio de la Villa de Madrid, Juan López de Hoyos. Es
precisamente este catedrático quien selecciona uno de sus sonetos dedicado a la reina Isabel de
Valois, esposa de Felipe II, en un libro conmemorativo titulado La Muerte De La Reina Doña Isabel
De Valois. Es el primer testimonio escrito que tenemos de él.

La siguiente noticia no es tan favorable. Gracias a una provisión real fechada en septiembre de 1569
sabemos que se busca a un joven estudiante llamado Miguel de Cervantes, que ha herido en duelo a
Antonio Sigura. Cervantes, ante a esta orden de búsqueda, huye del país y busca fortuna en Roma,
donde trabaja como camarero al servicio del cardenal Acquaviva «[…] las cosas que, como en
profecía, oí muchas veces decir a V.s. Ilustrísima al Cardenal Acquaviva siendo yo su
camarero en Roma […]» (La Galatea).

Cautiverio
El episodio más conocido por todos es su participación en Batalla de Lepanto. En 1571, junto a su
hermano Rodrigo, se embarca en la galera Marquesa de la compañía militar de Don Diego de Urbina
para luchar con las tropas cristianas de la Liga Santa, que se enfrentaría contra las turcas otomanas.
De todos es conocido que Miguel resulta gravemente herido: recibe dos disparos de arcabuz en el
pecho y un tercero en el brazo. Desde entonces se le conoce como el “Manco de Lepanto”.

Retorno a España
Finalizada la contienda y convertidos en “soldados aventajados”, ambos hermanos regresan a
España. Miguel lleva consigo dos cartas de recomendación firmadas por don Juan de Austria y el
duque de Sessa que, aparentemente, le garantizarán un futuro prometedor en las Indias o en la corte.
Pero, en el camino de vuelta, caen presos de corsarios berberiscos frente a la costa catalana y son
conducidos a una cárcel de Argel. De este episodio, Rodrigo pudo ser rescatado en 1577, pero
Miguel tiene que sufrir cautiverio hasta el 19 de septiembre de 1580. Gracias al rescate pagado por
los trinitarios fray Juan Gil y fray Antón de la Bella, puede salir de Argel y llegar a España tras cinco
años de cautiverio y cuatro intentos de fuga.

Estos avatares marcaron su carácter, pero también a su familia, que tiene que hacer frente a los
gastos que genera una casa y a las deudas adquiridas con los intentos de rescates de ambos hijos.
Cervantes, lisiado de guerra y con sus dos cartas de recomendación, intenta obtener un puesto en las
Américas, pero todas las puertas se le cierran. Ha de encontrar un matrimonio ventajoso y un oficio
que le ayuden a salir de esta situación.

De su vida amorosa pocos datos se saben. A los 37 años conoce a su gran amor, Ana Franca de
Rojas, con la que concibe a su única hija, Isabel de Saavedra. Pero sorprendentemente, a pesar del
amor que se profesan, acaba desposándose con Catalina de Palacios Salazar, natural de Esquivias.
Durante estos años de aventuras, el escritor escribe varias obras teatrales. Se conservan Los tratos de
Argel y La Numancia. Hay constancia de que mostraba gran interés por el género teatral y de que
algunas de sus obras se llevaron a escena en los corrales de Madrid. Además de teatro, Cervantes
también escribe novela. En 1585, año del fallecimiento de su padre, ve la luz en la calle Libreros de
Alcalá de Henares su primera gran novela, La Galatea.

Poco después de su boda, la pareja se separa geográficamente. Catalina decide quedarse en Toledo
mientras que él acepta un trabajo de comisario de abastos que le obliga a viajar por Andalucía.
Dedicado a recaudar y requisar el grano para el rey, ha de hacer frente a nuevos escándalos y
problemas con la ley.

Últimos años
Tras su estancia por tierras andaluzas, en 1600 Cervantes se establece en otras ciudades, como
Toledo y Valladolid, donde compone y escribe sonetos, comedias, etc. El éxito le llega en 1605 con
la publicación en Madrid de la primera parte de su inmortal obra, El ingenioso hidalgo Don Quijote
de la Mancha. Por aquel entonces vive en la ciudad de Valladolid, pero pronto se traslada
definitivamente a Madrid (1606).

Decide instalarse cerca de Huertas, en el hoy conocido como Barrio de las Letras. Sus vecinos son
escritores tan conocidos como Lope de Vega (ambos viven en la misma calle Francos, actual
Cervantes), Francisco de Quevedo o Luis de Góngora. A pesar de la aparente prosperidad literaria de
estos años, en los que publica las Novelas ejemplares (1613), Viaje del Parnaso (1614) y la Segunda
Parte de El Quijote (1616), Cervantes no deja de tener problemas con sus vecinos los literatos y con
la justicia.

Con respecto a su familia, se sabe que sus tres hermanas se hacen novicias (Luisa llega a ser tres
veces priora del Convento de la Imagen de Alcalá). Su esposa Catalina ingresa en la Orden Tercera
de San Francisco, donde también estaban sus hermanas Magdalena y Andrea. Esa devoción religiosa
también alcanza a Miguel de Cervantes, que decide entrar en la Congregación de los Esclavos del
Santísimo Sacramento y, posteriormente, toma los hábitos y pronunciar sus votos definitivos en la
misma Orden en la que habían estado su mujer y hermanas.

Ya enfermo, nuestro escritor finaliza el Persiles, su última obra que se publica a título póstumo en
1617. En ella relata “Ayer me dieron la extremaunción y hoy escribo ésta; el tiempo es breve, las
ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo
de vivir...”.

Un 22 de abril de 1616 muere. Su cuerpo es inhumado al día siguiente, siguiendo la Regla de la


Orden Tercera de San Francisco. Es enterrado en el Convento de las Trinitarias, lugar cercano a su
casa madrileña, aunque lamentablemente hoy en día desconocemos el paradero de sus restos, que se
dispersaron a finales del siglo XVII cuando se reconstruyó el convento que los acogía.

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