Está en la página 1de 8

ASPECTOS NEGATIVOSDE LA IDENTIDADNACIONAL

Por Jose DELGADO COBOS

Dos enfoquesbásicosse nos ocurreque cabende la cuestión:


a) Aspectosnegativoscomoausenciade los elementosesencialesde un
modelo ideal.
b) Aspectos negativoscomo factores de la identidadnacional que en
realidad operan,por excesoo defecto,contrala convivencianacionale
internacional.Es decir, patologíade la identidado sentimientonacional
(nacionalismos,anarquismos,separatismos,individualismos, etc.).

Primer enfoque

Desde este primerenfoque,hablar de aspectosnegativosde la identidad


nacional presuponeen gran medidaun conceptoprevio,ideal o normativo
de la misma. Presuponeademás, lógicamente,la creencia de que la
identidad nacionajcumpletodavíaun papelesencialen las colectividades
organizadasde nuestrotiempo,aglutinadashistóricamente,previamenteen
torno a esas identidades.
Serían entoncesaspectosnegativosaquellas«carencias»o no realización
de los distintos elementos configuradoresdel modelo ideal por una
determinadacomunidadnacional.
Por ejemplo, sería negativo de una determinadaidentidadnacional el
cambio frecuentede banderao himnosi se admitieseque el tener durante

— 85 —
un largo lapso de tiempo histórico un mismo himno o banderases un
aspecto positivode o para la preservaciónde una identidadnacional.
Este tipo de análisisno seríamásqueel «negativo» de la presentaciónde los
aspectos positivosde la identidadnacionaly, por tanto,parece que este
enf oquepodríaseren granmedida’ reiterativo,
aunquefueseporcontradicción,
efectuado en el subcapítuloprecedente,el análisisde los factorespositivos
de una determinadaconcepciónde la identidadnacional,no hay másque
hacer una breve conclusión:todo lo que signifique ausencia, merma,
debilitamientode los mismos(razón,lengua,cultura,etc.,comunes)serían
factores «negativos» de la identidadnacionalen cuestión.

El presenteanálisisseríaasí paraleloo complementario del que ya hicimos


en su día sobre amenazasa la conciencia nacional. Serían factores
negativos aquellos inmanentes al grupo social nacional, exógenos o
inducidos, que suponganun debilitamientode’la identidadnacional.

No obstante,y a riesgode ser reiterativos,debemoshacer una pequeña


recapitulación de los principalesfactores positivos,y por tanto, de los
negativos.

Como ya advertíamosen el aludidotrabajosobrela conciencianacional,el


papel de la identidadnacional ni su íntimasustanciaparece que hayan
permanecido inmutables a lo largo del tiempo. Así como en unos
determinadosmomentoshistóricosel sentimientoo identidadnacionales
jugaron un papelpreponderanteen la organizaciónpolíticade los pueblos,
hoy no puededecirse que signifiquenlo mismo,salvo en grupossociales
escasamente desarrolladoshumana y políticamente.Es evidente que
aunque el mundo siga estando organizadotodavía desde la célula del
estado-nación, no ha cesado un movimientode interdependencia,de
cooperación y de universalismocon diversos nombres,e incluso, con
independenciade ello,la «organización nacional»ya no se vecomo unfin en
sí mismani cómo un mardode realizaciónplenadel individuoni siquieraen
el plano culturaly técnico de la socialización.

La identidadnacionalpareceque ha dejadode constituirun fin en el mismo


para convertirse en un medio de realización de. las aspiraciones y
necesidadeshumanasen un marco necesariamente muchomásamplio.Es
cierto que el marco nacionalconstituyetodavíael ámbitobásicodondeel
individuo se sientetodavía«integrado»
y «comunicado»con sussemejantes:
Pero a este hecho el individuo ya no parece pedirle necesariamente

— 86 —
consecuenciaspolíticase incluso,a efectosde suvida en relacióny cultura
(trabajo, ocio, religión,etc.),busca ámbitosmás pequeñoso másgrandes,
de convivenciaa los queempiezaa dar másimportancia,de la misma.forma
que la familia,siendotodavíala célulabásicade socialización,no cumplelas
mismas funcionesde antañoen la organizaciónsocial.

Es difícilpreverel sentidode la evoluciónperode lo queno cabedudaes de


que estamosen una etapade transicióncualitativamentemuchomásrica
que las épocasde mera tregua o de equilibriosentre gruposde estados
naciones. Podríahaber terceras.o cuartas guerrasmundiales,pero éstas
tienen todoslos visosde ser muydistintasa las anteriores.Cuandoalgunos
pensadoresextremistasdicenque estamosya en guerrao que estásiendo
ganada por un determinadogruposin dispararun tiro,estándandoa su.vez
la razóna los que opinanque las relacionesde podery su dialécticahan
cambiado cualitativamente de formaradical.

Así pues hay •que obrar con cautela a la hora de confeccionar ese
«negativo».Hayquehacer,porasídecirlo,una laborde filtracióna travésdel
alambique de las coordenadaspolíticas,económicasy culturales de la
realidad actual.

En primerlugar,estáese hechoinnegablede la dilucióndelmarconacional-


estatal como eje de la vida humanapersonaly social.Fenómenoque.se
produce tanto hacia «adentro»,en el sentido de búsquedade. marcos
políticos más pequeñosque los del estado-naciónpara la realizaciónde
determinadasdemandasindividualesy sociales(educaciónbásica,esparci
miento, cultural, etc.) y otro hacia «afuera»en cuanto.a determinadas
necesidadesdel grupoy de la personase pretendenrealizarenel marcode
entidadespolíticassupranacionales o, al menos,porrecurso.ala cooperación /
internacionaly al intercambio. .

En segundolugar,hay un claro debilitamiento


del sentimientonacionalfruto
de las propias infraestructuraseconómico-socialesde las sociedades
actuales que segregancrecientesgruposdemarginadosy decosmopolitas.

En tercerlugar,hay una clara homogeneización de las necesidadesy de su


satisfacción,lo quediluyelasfrecuentes,en otrostiempos,«víasnacionales»
a cualquierobjetivo. . .

Finalmente,en las sociedadesactualesmodernas,y quizácon la salvedad


ie algunagranpotenciao del caso probablemente
patológico,por ejemplo,

— 87 —
de Francia,la exaltacióndel pasadoha dejadode jugarun pápelmovilizador
y. motivadorparticularmenteimportante.Las sociedadesestán dispuestasa
unirse más por un proyectohacia el futuroque pór un culto ciego y ritual
—muchas veces deformadósegúnlas banderíasen el poder—al pasado.

El ciudadanopuede decirse que se ha hecho un poco escépticoante la


evidencia de la esterilidaddel culto irracionalal pasado.De ahí, a nuestro
entender, el error de ciertos «nacionalismos» regionalesen caer en esa
idolatría ciega de un pasadoque a falta de los necesariossoportesse
inventa si es necesario. La conciencia histórica nacional cómo se ha
señalado acertadamente es un inventode la ilustracióny quizáspor ello, la
pasión, en dosisadecuadas,saludable,en demasíapatológica,de nuestros
vecinos francesespor la historia.

Así pues,y descartandola influenciapositivao negativaque los aspectos


más <(naturalistas»de la identidadnacionalpuedenjugar hoyen sociedades
consolidadascomoestado-unión, podríamos resumirlosprincipaleselementos
que juegan de mutanteo si se quiereinclusode debilitantede la identidad
nacional,y por ello,factores«negativos»,en la crecienteinterdependenciay
homogeneidady, por tanto,en la necesidadde recurrira otros<(mensajes»
(ideológicos,éticos,etc.),o mejor,a otrotipo de concepciónde la identidad
nacional paracontinuarvertebrandoy cohesionandolos núcleoshumanos
definidos del planeta.

Con ello llegamosal principiode esta exposibión,puesto que el análisis


présupóne un conceptode identidadnacionalideal,quizálo que debiera
hacerse es examinar eh qué medida la concepción que tenemos de
identidad nacionaly de lo que debeser ha cambiado,en qué medidaese
cambio de concepcióny de su papelen la vida políticade los pueblosy en
la •escena internacionalno exige un replanteamientode todas estas
cuestiones. El empeñose sale desde luego de las posibilidadesde este
análisis y quizásdebaquedarapuntadocomocoroloriode estainvestigación
o como continuación de la misma. Aquí apuntaremossólo algunas
reflexiones.

La idea de la identidadnacional parece que hoy es más el necesario


sustrato místico,sentimental,culturale inclusoirracionalde la racionalidad
política circundante.La identidadnacional pretende ser hoy todavía el
mensaje quedé sentidoa la frialdadde la cooperaciónpolíticao la normade
convivencia.Seviveen unasociedadaltamenteracionalizáda y jerarquizada,
88 —
pero es necesariotodavíaun sustratono racionalni jurídico.Ese papel lo
desempeñala identidadnacional.Setrabajadesdeunaidentidady parauna
identidad. Y esto hace a los hombresilusionarseo revivificarpasadas
llamadas a la causa común.
La ideade naciónes esencialmente sentimental
o irracional.
La modernización,
en la clásicadefiniciónweberiana,es «racionalización>’.
No cabedudapues
que estamosanteun conflictocrucialque no seríasino unade las formasde
un conflictomásgeneralque bien puedeconsiderarse«eltema de nuestro
tiempo»al quese báutizahabitualmente como«postmodernidad’>,aunqueya
Ortega apuntaracornotema de nuestrotiempoel del sometimientode la
«razón»a la «vitalidad».
Curiosamentepuededecirseque en realidadhoyhay un conflictoen ambas
direcciones:en algunosaspectosse observauna exaltaciónde la vitalidad,
quizás en manifestacionesmás indualizados,mientrasque en el plano
colectivo se manifiestael roblema inversoaludidode revitalizarla moderna
racionalidad.
En resumidascuentas,ha habidounamutaciónesencial,en nuestraopinión,
de un papelesencialparaconvertirseen un instrumentode revitalizaciónde
racionalidades estatales consolidadas.¿Puede ese mensaje nacional,
incluidos sus mitos—historia—seguircumpliendoese papel?

Segundoentoque

Un segundoenfoquesería,partiendode la base de la valiosidadde una


cierta identidad nacional, analizar qué aspectos que se tienen por
configuradores de dicha identidad en realidad pueden ser tenidos por
factores que actúan contra el objetivo de la convivenciay la perfección
humanas,incluso,sin su hipertrofiaen las distintasformasde nacionalismos
o de carenciasen formade anarquismos, separatismos, individualismos,
etc.
También este enfoque presuponeun cierto concepto más o menos
generalizadoe ideal de identidadnacional.
Si nos atenemosa los que podríancalificarsecomo elementosclásicosde
la identidadnacional,es decir:
1) Densahistoriacomún.
2) Integracióncultural.
3) Integración económica-local.
4) Idioma .

5) Organización política,etc.

—89-—
Podríamosdecir, exponiendoideas bastanteconocidas,que en realidad
existen casi todaslas combinacionesposibles,estoes, estadosnacionales
multilingües, con diversas poblaciones étnico-culturales,con estados
unitarios-centralizadoso federales.Con lo cual parece que en realidadel
éxito de un proyectonacionalno se ha cimentadosiempreen un mismo
factor y que unascarenciasse hanvistocontrapesadascon otrosfactores.
Con lo cual de esteanálisisconcluiríamosque no puedeatribuirseun factor
determinantey muchomenoshoy,a ningúnelementogeralmentetenidopor
ingredientede las identidadesnacionales.
Por lo que respectaa las patologíastambiénpuededecirseque,en potencia,
cualquier hipertrofiao carencia puedenser altamentenegativa.
En resumidascuentas,si algunaconclusiónpuedeextraerse,es que hoyno
cabe un enfoquemecanicistao determinantede la identidadnacional.La
potenciación de un solo factor por sí solo no garantiza el resultado
apetecido,sinoquepuedesercontraproducente. Másbien,parecede nuevo
que lo que hay que hacer es repensarel sentidode la identidadnacional
como elementocohesivoy orientadorde la vidahumana,individualy social.

Algunasideaspreliminares
sobrela cuestiónde la identidad
nacionalen España

Efectuadoel anterioranálisisgeneral,veamosbrevementeen quémedidael


caso español responde al esquema enunciado o presenta especiales
problemas.
Españaplanteahistóricamente desdeluegouna situaciónparadójica:por un
lado es uno de los estado-naciones
clásicos,por otro,los últimostressiglos
nos ofrecenel espectáculode una continualuchapor la supervivenciade
una identidadnacionalqueculminaen unareflexióncasi patológicasobreel
«ser»de España.No caeren tópicosresultadifícil.Tambiénen esteapartado
hay que partir de dos presunciones:
a) Queexisteun modeloideal de identidadnacional.
b) Queexisteuna concepciónmáso menosgeneralde la identidado
ser español.
Personalmenteno creemosen este tipo de análisis«culturalistas»que no
llegan sino a tópicos y lugarescomunessobre caracteresmás o menós
«físicos»,pero desdelos que no es posibleningunareflexiónseria de tipo
histórico, filosóficoo político.

— 90 —
El ejemplo es conocido y son varios los autores que lo han puesto de
manifiesto,unos en tono crítico,otros para hacerpatrioterismo.La España
de los Austriases tambiénla Españade la miseria,la limosnay la picaresca.
Utilizando las categoríasorteguianasno pareceque la altura históricade
España puedamedirseen funciónde lossupuestosrasgoscaracterológicos
del español.Másbien pareceque haya que seguirel caminodel moderno
análisis histórico-institucional
y sociológicocon análisisprofundosde las
coordenadasvitalesde España.Desdeeste punto de vista puededecirse
que la identidadnacionalespañolarespondea la configuracióncultural,
económica y social de la misma.Y que los problemasde la identidad
española son los de su sociedad:desigualdad,escasaeducación,pobreza,
subdesarrollodurantemuchosaños, tardíaincorporacióna las corrientes
más extendidasdel pensamientoy la ciencia, aislamientoy reacciones
relacionadascon ello:escasointeréspor la historia,sentimientosde vaivén,
como si de modase tratara,escasoconsenso,poco interésy apatíapor el
futuro como colectividad.En resumidascuentas,individualismopropiode
una sociedadpre-industrial,analfabetay agraria.

¿Persistenestosrasgosen la actualidad?
Es evidenteque en la superficieno. Pero¿hastaqué punto los comporta
mientos políticoso cívicos y la conciencia históricay de futuro de los
españoles no está todavíacomo sometidaa movimientosreflejosfruto del
miedo? La respuestaes difícil,pero no cabe duda de que hay un cambio
perceptibley se observauna no correspondencia entre el niveleconómico-
social y político-formalalcanzadoy la madurez en los modos ? los
sentimientos.
A ello hay que unir el desprecioa la historiacomo movimientoreflejode
repulsa a un régimen que exaltó en demasíael pasado,también por
reacción. Hoy existe un perturbádorexcesode afán de «novedad»que se
dice quees muyespañol—peroqueno lo estanto—hoy exacerbadopor la
necesidad de dotar de contenidosa unasideologíasy mitos políticoscada
vez más incapacesde despertaradhesionesa los proyectoscolectivos.
Una cuestiónes que el pasadosea un elenento importantea la hora de
«calentar»el sentimientonacionaly otra muy distintaque el conocimiento
del pasadohoy tenga quetener un enfoque«partisano». Hay que conocer
nuestra historia no porque sí, sino conscientementecomo necesidad
humana de «orientaciónvital»,pero sin esas connotacionespolíticasque
pueda tener la enseñanzade la historiaen una joven nación.
— 91 —
Cüando se está en los alboresde un nuevosiglo, en el que viajarde una
•partea otradel planetaestarácada vezmásal alcancede la gentey donde
el mundovivirápermanentemente intercomunicado,
lasidentidades
nacionales
es evidenteque si han de jugar un papel,éste no será muy parecidoal
tradicional.Queel hombrenecesitaráde unacierta conscienciahistóricay
de grupoes evidente.Peroqué consecuenciastengaello en la vida social
está por ver. ¿Asistiremosa una «privatización» de las naciones,en el
sentido de que desempeñaráun papel importante,pero más domésticoy
recóndito, como la familiaen la actualidad?

— 92 —

También podría gustarte