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GRADO EN EDUCACIÓN INFANTIL

CENTRO DE PROFESORADO SAGRADA FAMILIA

ADSCRITO A LA UNIVERSIDAD DE JAÉN

CURSO 2013/2014

EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN
PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO
AUTISTA

Alumna: Antonia Soria Rico

Profesora: Mª Luisa Vázquez Pérez

Fecha: Úbeda, mayo de 2014


EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

ÍNDICE
1. Resumen de la revisión……………………………………………Pág. 2
2. Justificación de la revisión bibliográfica……………….……..…..Pág. 3
3. Cronograma de actuación…………………………………………Pág. 4-5
4. Informe de la revisión crítica……………………………………...Pág. 6-25
4.1. Musicoterapia…………………………………………….…..Pág. 6-8
4.2.Fundamento neurobiológico y activación cerebral durante los procesos de
escucha y/o práctica de la música……………………………..Pág. 8-9
4.3.Musicoterapia aplicada a personas con Necesidades Educativas
Especiales…………………………………………...…………Pág. 9-10
4.4.Musicoterapia y Trastorno del Espectro Autista………….…..Pág. 10-12
4.5. Predisposición innata hacia la musicalidad en personas con
TEA………………………………………………………..….Pág. 12-13
4.6.Musicoterapia, TEA y mejora de las relaciones sociales y
emocionales……………………………………………….…..Pág. 13-15
4.7. Musicoterapia, TEA y habilidades comunicativas….....……..Pág. 15-16
4.8. Musicoterapeuta y efectividad en su Musicoterapia…………Pág. 16-19
4.9. Evaluación previa para determinar unos objetivos
específicos…………………………………………...…..……Pág. 19-20
4.10. Musicoterapia y Autismo dentro del aula…...…….….Pág. 20-24
4.11. Conclusiones………………………………………..…Pág. 24-25
5. Bibliografía…………………………………………………..……Pág. 26-29

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

1. RESUMEN DE LA REVISIÓN
Existen diversos estudios acerca de la influencia de la Musicoterapia en personas
que poseen un Trastorno del Espectro Autista (TEA), como elemento favorecedor de las
dificultades que presenta dicho trastorno, principalmente en dificultades en la
comunicación, la conducta y la interacción social. En esta revisión bibliográfica se pueden
observar cuáles son algunos de esos estudios que se han llevado a cabo, buscando
comprobar si realmente la Musicoterapia afecta de una manera positiva y directa a
personas con TEA.
Las teorías que se muestran, corroboran que la Musicoterapia posee una probada
efectividad y desarrollo, convirtiéndose en una de las disciplinas más apropiadas para el
tratamiento y la rehabilitación en personas diagnosticadas con un Trastorno del Espectro
Autista. Entendiendo por Musicoterapia la utilización de la música y/o de sus elementos
(sonido, ritmo, melodía y armonía) con el objeto de lograr objetivos terapéuticos no
musicales para facilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el
movimiento, la expresión, la organización, y otros objetivos terapéuticos relevantes para
así satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.

Palabras clave: Musicoterapia, Necesidades Educativas Especiales, Autismo,


Formación, Comunicación Interpersonal, Inclusión Educativa.

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

2. JUSTIFICACIÓN DE LA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA


A lo largo de los estudios que estoy realizando para mi formación como futura
docente, he estudiado cómo llevar a cabo una “Escuela Inclusiva”, por lo que he leído y
aprendido acerca de las distintas características que puede presentar el alumnado dentro de
ella. Una de las Necesidades Educativas Especiales que más curiosidad ha despertado en
mí son los Trastornos del Espectro Autista, a raíz de leer un documento en el que pude leer
cómo mediante la Música se pueden optimizar la mayoría de las deficiencias que presentan
estos trastornos.
Es por esta razón que he decidido realizar una revisión bibliográfica sobre este
tema, para conocerlo más a fondo y comprobar si realmente a través de la Musicoterapia se
crea un efecto positivo en personas diagnosticadas con un Trastorno del Espectro Autista.
De esta manera podré aportar una nueva opinión derivada de otras que previamente habré
consultado, constatando opiniones de diferentes autores, comparando resultados obtenidos
en investigaciones similares y diferentes, etc., para poder llegar a una única conclusión, al
ser posible enfocada hacia la práctica de la vida real, bien sea llevada a cabo dentro del
aula o fuera de ella.
En definitiva, lo que pretendo con la realización de esta revisión bibliográfica es
ampliar mi conocimiento sobre este tema, “El efecto de la Musicoterapia en personas con
Trastorno del Espectro Autista”, a partir de la lectura de varios documentos y constatación
de los mismos.

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

3. CRONOGRAMA DE ACTUACIÓN
Para la elaboración de este trabajo una de las principales competencias a
desarrollar es la “Competencia en el tratamiento de la información”; es decir, se trata de
obtener información sobre un determinado tema llevando a cabo una búsqueda
exhaustiva de la misma a través de múltiples recursos, seleccionándola críticamente,
organizándola y transformándola, con el último fin de obtener unas conclusiones
certeras que clarifiquen el tema que se está tratando.
- Fase ,1 elección del tema de estudio:
 En primer lugar, para seleccionar el tema en concreto que se va a estudiar
o investigar, se va a llevar a cabo una búsqueda de variada información en torno a un
tema más general, en este caso la Musicoterapia.
 Una vez revisado este tema y ver cuáles son los campos en los que más
incide, se llevará a cabo otro estudio más concreto del mismo: “El efecto de la
Musicoterapia en personas con Trastorno del Espectro Autista”.
- Fase 2, búsqueda de la información:
 Una vez clarificado el objeto de estudio, se pasa a buscar información
sobre el mismo para ir sacando ideas claras sobre el tema que se está tratando. Esta
información pertenece a artículos científicos, con la única intención de obtener unos
conocimientos claros, concisos y corroborados. Un recurso muy utilizado para realizar
esta búsqueda es Internet, el cual facilita una búsqueda rápida y concisa.
 Una vez que se ha encontrado un artículo que puede resultar interesante
para el tema que se está tratando, lo primero que se hace es localizar dónde está
publicado, ya que como se ha comentado anteriormente se trata de corroborar esta
información en artículos científicos que contengan conocimientos realmente válidos.
 Para buscar la información se tienen en cuenta todos los aspectos que se
van encontrando, como son palabras claves, ya que éstas nos pueden llevar a otros
artículos de igual o, incluso, mayor interés.
- Fase 3, selección de la información:
 Una vez recopilada múltiple y variada información del tema a tratar, se
revisan cada uno de los artículos obteniendo unas ideas más o menos claras del
contenido que tratan.
 Tras revisar la información, algunos documentos se eliminan ya que no
tratan o no son totalmente idóneos para la temática que se pretende con este trabajo.

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

 Se eligen artículos que muestran hechos corroborados y válidos,


aplicables en más de un campo de actuación. Esta elección se realiza mediante la lectura
crítica de los mismos.
 Extracción de la información pertinente de cada artículo revisado,
extrayendo unas claras conclusiones.
- Fase 4 organización de la información:
 Tras la selección de la información, se comparan unos conocimientos con
otros, viendo las similitudes o diferencias de los mismos.
 Asociación de conceptos, organizando aquellos que corroboran unos
mismos conocimientos por un lado, por otro los que se contraponen, y por último se
organizan en función de los aspectos en concreto que tratan.
- Fase 5 transformación de la información:
 Una vez organizada la información en distintos apartados, se extraen
unas conclusiones de los mismos.
 Tras una visión general de todas ellas, las ideas principales son concisas
y claras.
 Estas conclusiones o ideas, son transformadas o puestas de manifiesto en
el texto por el autor con sus propias palabras, intercalando distintas opiniones de los
autores, etc.

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

4. INFORME DE LA REVISIÓN CRÍTICA


4.1. Musicoterapia
A través de la historia, el hombre ha estudiado los efectos de la música sobre sí y
sobre los demás. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, Vidal y Careta (1882),
médico y catedrático de la Universidad de Madrid, realiza la primera tesis musical que
relaciona la música y la medicina: La música en sus relaciones con la medicina En ella,
llega a las siguientes conclusiones: la música es un agente que produce descanso y distrae
al hombre, es un elemento social, moraliza al hombre, es conveniente aplicarla en la
neurosis, y sirve para combatir estados de excitación o nerviosismo. Musicoterapia
etimológicamente significa “terapia a través de la música”, y podría definirse como “la
aplicación científica del arte de la música y la danza con finalidad terapéutica, para
prevenir, restaurar y acrecentar la salud tanto física como mental y psíquica del ser
humano, a través de la acción del musicoterapeuta” (Poch, 1981). “Elegimos la música
para elemento de nuestra enseñanza, porque de la música salen bien trazados caminos en
todas direcciones” (Pollitt, 1963). De acuerdo a una definición más reciente sobre
Musicoterapia, aportada por Sierra (2010), se entiende por la misma que no es una terapia
alternativa, así como tampoco tiene que ver con lo azaroso o lo esotérico. Ésta, solo puede
darse cuando se habilita un vínculo entre paciente-terapeuta sobre este encuadre particular.
La herramienta es la música y la infinidad de posibilidades que ofrece lo sonoro. La
Musicoterapia posee por tanto, finalidades funcionales, tanto a nivel preventivo en los
ámbitos sociales, familiares, escolares y en los momentos de la vida, como terapéuticas.
Posiblemente, la música en la actualidad sea más necesaria de lo que podamos imaginar. A
ello colaboran la gran cantidad de medios de difusión y radiodifusión, que ponen al alcance
de todos muchos “momentos musicales”. A ello también contribuye una mejor educación
musical desde los primeros niveles educativos y la influencia que ejerce la música a través
de los medios de comunicación social (Palacios, 2001).
Louse (1959), musicoterapeuta infantil, afirma que el sonido afecta al sistema
nervioso autónomo, que es la base de nuestra reacción emocional. La Música es capaz de
despertar o expresar instintos primitivos, y ayudar a que se manifiesten. En la
comunicación estaría la base de toda la sociedad y la música es una forma más de
comunicarse (Poch, 1999). La música afecta directamente al ser humano y, por tanto, a su
conducta emocional. La sensibilidad musical, se basa sobre una respuesta emocional a la
música. La influencia del factor emocional en el aprendizaje es totalmente determinante, ya
que puede dar significado al proceso de aprendizaje, y debemos analizar cómo este factor,

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

generalmente es ignorado en la práctica educativa. Distintas perspectivas teóricas


(conductistas, cognitivas, constructivistas, pedagogía de la liberación, aprendizaje
significativo) han contribuido a conceptualizar el proceso de aprendizaje, sin embargo
discuten tangencialmente el fenómeno emocional dentro de este proceso. La música y
específicamente la Musicoterapia educativa de forma sistemática, con técnicas y modelos
adaptados a las necesidades individuales y/o grupales del aula, incentiva la exploración
emocional estableciendo el auto-conocimiento y con ello el desarrollo de estrategias
significativas para enfrentar y resolver problemas de aprendizaje (Albornoz, 2009).
Es muy importante controlar y educar desde muy temprana edad esta inteligencia
emocional, ya que a partir de ésta el individuo va a ser capaz de controlar las emociones,
tanto propias como ajenas, aumentará la capacidad de motivarse a sí mismo, y controlará
las relaciones que mantenga con sus iguales (Poch, 2001). Según Poch (2001), la música
puede colaborar a la educación emocional ya que ésta actúa sobre el ser humano de un
modo inmediato, afectándolo en su totalidad: biológica, física, neurológica, psicológica,
social y espiritualmente. La música llega a todos, porque no requiere intelectualización
para ser percibida y nos afecta incluso ya antes de nacer. Sin embargo, para llevarlo a cabo
dentro de la enseñanza, debe contar en todo momento con un factor determinante, como es
la calidad humana del profesorado. Es necesario que el profesorado sea capaz de facilitar
su propia reflexión personal para entender la relación entre sí y su alumnado y permitirse
conocer cómo se producen los procesos de aprendizaje en el contexto de su propio proceso
de enseñanza y de su propia experiencia emocional (Albornoz, 2009).
Los campos de aplicación de la música son múltiples y variados, debido a cómo
ésta mejora considerablemente muchos aspectos de las personas. Esto lo podemos ver en
un estudio sobre la música en Musicoterapia de Del Campo (2013), en el que se ha llegado
a la conclusión de que ésta propicia el progreso en aspectos tales como: la expresión y la
comunicación favoreciendo el desarrollo emocional, mejora las percepciones, la
motricidad y la afectividad de la persona; favorece la manifestación de tensiones,
problemas, inquietudes, miedos, bloqueos…disminuyendo la ansiedad; suscita la actividad,
que conlleva satisfacción tanto a nivel individual como grupal; se consigue un mayor
equilibrio psicofísico y emocional; fomenta la relación y socialización a través de la
experimentación y ejecución conjunta (Del Campo, 2013). Todo esto fundamentalmente no
puede ser llevado a cabo sin la intervención del musicoterapeuta. “ El musicoterapeuta es
un profesional con unos conocimientos y una identidad tanto en el ámbito musical como en
el terapéutico, y que integra todas sus competencias desde la disciplina de la

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

Musicoterapia, para establecer una relación de ayuda socio-afectiva mediante actividades


musicales en un encuadre adecuado, con el fin de promover o restablecer la salud de las
personas con las que trabaja, satisfaciendo sus necesidades físicas, emocionales, mentales,
sociales y cognitivas y promoviendo cambios significativos en ellos” (Sierra, 2010).
Durante las sesiones de Musicoterapia, se emplean instrumentos musicales, música
editada, grabaciones, sonidos corporales, la voz u otros materiales sonoros. Todo esto
dirigido o monitorizado por el musicoterapeuta, el cual va promoviendo y registrando
cambios expresivos, receptivos y relacionales que dan cuenta de la evolución del
tratamiento. “La Musicoterapia no considera que la música por sí misma puede curar; no
existen recetas musicales para sentirse mejor” (Sierra, 2010).

4.2. Fundamento neurobiológico y activación cerebral durante los procesos de


escucha y/o práctica de la música
Se hace necesaria por otra parte, la comprensión del fundamento neurobiológico de
la música y la implicación cerebral en el procesamiento de la misma. Según Nuzzi et al.
(2011), la actividad musical, es una de las pocas actividades que posee carácter bi-
hemisférico, en donde todo nuestro cerebro, a partir de la plasticidad neuronal, se pondrá
en movimiento en pos de una experiencia musical. Del Taylor (2008) en su Teoría
Biomédica de la Musicoterapia, explica el procesamiento cerebral de los estímulos
auditivos ya que la naturaleza de la actividad cerebral en respuesta a las percepciones ha
sido tema de investigación y debate a lo largo de estos años. Este autor dice que existen
patrones de continua formación sináptica en respuesta a nuevos estímulos. Estos patrones
pueden explicar los fenómenos observados en pacientes sin lenguaje verbal o aquellos con
discapacidades físicas quienes de repente demuestran habilidades para cantar en forma
completa una canción previamente aprendida para la cual solo se presenta el título o una
frase musical. “El canto es generalmente acompañado por reacciones emocionales
positivas que son motivadoras y reforzadores. Estas reacciones se deben a una recurrente
activación de las estructuras del lóbulo frontal conocidas como la corteza orbito frontal y el
gyrus cingulado. La corteza orbito frontal intercambia información con estructuras del
sistema límbico y recibe información de otros sectores del lóbulo frontal. Otra de las
estructuras más importantes del sistema límbico que permiten las respuestas emocionales a
la música y otros estímulos es la amígdala” (Taylor, 2008). Por su parte este autor
desarrolla la idea de que una actividad musical, requiere de capacidades motrices,
sensopercetivas y cognitivas; abarcando además la emoción y la capacidad de expresión.

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

Siendo una de las pocas actividades en la que intervienen ambos hemisferios cerebrales, la
música permite, a este nivel, la posibilidad de modificaciones cerebrales estructurales y la
plasticidad de algunas funciones del mismo.
Partiendo de esta premisa, podemos probar que la musicoterapia posee una
herramienta eficaz y técnicas específicas que la hacen capaz de habilitar y rehabilitar
funciones neuronales. Llevando este concepto a niveles más concretos, observamos que
tanto el hacer como el escuchar música, comprende al cuerpo en su totalidad (aparato
motor y sensoperceptivo). La capacidad de comprensión de la música desde el poder
evocar una canción hasta poder leer música nos demuestra que todas las funciones
superiores intervienen en la misma. Según varios neurocientíficos de Harvard, la música
puede afectar hasta en doce áreas diferentes del cerebro en gran medida, lo que hace que la
música se esté convirtiendo en una de las mejores herramientas para investigar
científicamente la plasticidad neuronal, y se empiecen a diseñar terapias musicales
específicas para rehabilitación tras lesiones cerebrales, o estimular regiones del cerebro que
presentan poca actividad.
La música es un lenguaje que facilita la socialización de los individuos y les
implica el uso de un sistema expresivo que no encuentra paralelismo en otros sistemas
simbólicos. De esta forma se puede apreciar que la actividad musical brinda la posibilidad
de examinar mecanismos que el cerebro organiza a la hora de coordinar varias operaciones
simultáneas, permitiendo una comprensión que va más allá de la relación música- cerebro.
Tomar conciencia de que frente a una experiencia musical se ponen en juego funciones
cerebrales distintas a las que se desarrollarían a partir del lenguaje verbal, permiten, por
ejemplo, a pacientes que no poseen o han perdido su lenguaje verbal que puedan
comunicarse a través de la música, o cómo pacientes que sí lo poseen encuentran en lo
sonoro una vía distinta y facilitadora para el despliegue de su malestar y/o la resolución del
mismo (Nuzzi, 2011).

4.3. Musicoterapia aplicada a personas con Necesidades Educativas Especiales


Otra característica sustancial de la Musicoterapia, es que no se centra en las
dificultades que posee una persona, sino en lo que ésta es capaz de hacer, y toma todos
estos aspectos positivos como punto de partida del proceso terapéutico. Partimos de lo ya
conocido para acceder a lo desconocido, de lo ya aprendido para construir habilidades
nuevas. Así, el punto de inicio lo marca siempre el nivel de desarrollo de la persona
(Martín, 2010). De acuerdo con Lacárcel (1995), la aplicación de la Musicoterapia constata

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

que muchos niños han mejorado considerablemente las condiciones asociadas a su


discapacidad. Los objetivos más importantes que se plantea la Musicoterapia con alumnos
de Educación Especial son, sobre todo, mejorar la afectividad, la conducta, la motricidad
percibida, la personalidad y la comunicación (Lacárcel, 1995).
Por todo esto, creemos que se puede utilizar la música como terapia con personas
que poseen algún tipo de necesidad educativa especial, como elemento o recurso
favorecedor de todos los aspectos anteriormente citados. Es decir, no se trata de que la
persona adquiera un conocimiento musical, existente a modo general, sino que la música se
utiliza en un proceso abierto e interactivo para producir cambios en la persona, con unos
objetivos individuales y particulares (Trallero, 2000). Atendiendo al estudio realizado por
Hernández et al. (2006), se demuestra que las personas que poseen algún tipo de necesidad
educativa especial tienen desarrolladas bastantes aptitudes musicales, no refiriéndose a
expresión rítmica e instrumental, sino que desatacaban afirmativamente en percepción
auditiva, expresión vocal y corporal.
Lacarcel (2006) y Del Campo y Pereiro (2006) entre otros, consideran que la
música enriquece la vida y que el niño con necesidades educativas especiales precisa de un
ambiente musical rico y controlado, con estímulos sensoriales diversificados, que le
proporcionen un desarrollo equilibrado. Como se ha dicho anteriormente, hay que tener en
cuenta que el objetivo de la educación musical escolar no es “hacer músicos” sino preparar
a las personas a “percibir y expresarse a través de la música”.

4.4. Musicoterapia y Trastorno del Espectro Autista


Teniendo en cuenta todos estos aspectos, fundamentalmente la afectividad, la
comunicación y la conducta, en los que la Musicoterapia se ha demostrado que influye de
una manera directa y positiva en personas con algún tipo de necesidad educativa especial,
se puede pensar que dicho recurso, puede optimizar diversos aspectos en aquellas personas
diagnosticadas con un Trastorno del Espectro Autista (TEA), ya que sus necesidades
principales se corresponden con todo lo anteriormente expuesto. Esto es, se trata de utilizar
la Musicoterapia con personas diagnosticadas con un TEA, cuyo campo de intervención
principal, como bien es sabido, se encuentra en la comprensión y expresión de las
emociones, la mejora de las relaciones sociales (tratando de conseguir una interacción de
todos los niños en la sociedad, en mayor o menor grado) mejora de los problemas de
conducta y así como el aumento de su autonomía. Diversos investigadores han demostrado
que la Musicoterapia puede tener efectos significativamente positivos sobre el

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

comportamiento de los niños con un TEA y desórdenes similares. Mencionan que pueden
romper con los patrones de aislamiento y deterioro social y mejorar el desarrollo
emocional. Por este motivo, es que esta investigación se centra principalmente en analizar
las distintas teorías que han tratado, o tratan, diversos investigadores sobre este campo de
estudio, para evaluar la efectividad de la Musicoterapia en personas diagnosticadas con un
TEA. Por otro lado, en ningún momento se habla de buscar una “curación total” de estos
niños, sino de conseguir su integración a pleno rendimiento en la sociedad (Muntaner,
1976).
En diversos estudios se ha encontrado que la Musicoterapia ha tenido una probada
efectividad y desarrollo convirtiéndose en una de las disciplinas más apropiadas para el
tratamiento y la rehabilitación en personas diagnosticas con un Trastorno del Espectro
Autista. Según Sierra (2010), los niños/as con autismo responden mejor y con más
frecuencia a la música que a otros estímulos auditivos, por lo que la Musicoterapia
adquiere más valor en el tratamiento de estas personas, en diversas áreas como:
coordinación motriz gruesa y fina, atención y aprendizaje de conceptos pre-académicos y
académicos básicos, conciencia corporal y autoconcepto, comunicación verbal y no verbal,
alterar patrones ritualista de conducta y reducir la ansiedad, así como educar las
percepciones auditiva, visual, táctil y kinestésica. En un principio, se planteó la hipótesis
de que, ya que había deficiencias en el procesamiento emocional en el autismo, un sistema
emocionalmente sensible para la música también podía fallar para desarrollar dicha
capacidad en personas con TEA (Peretz, 2001). Sin embargo, la evolución reciente de las
ciencias cognitivas ha cambiado la teoría inicial sobre el sistema de respuesta emocional a
la música en el autismo. Las personas con autismo no muestran ningún déficit en el
procesamiento musical (Heaton et al., 1999).
A modo general, Nuzzi et al. (2011), mencionan algunas de las conductas musicales
manifiestas en los niños autistas: repetir segmentos de canciones escuchadas en distintos
medios; ritmo espontáneo; atracción por ciertos sonidos, timbres o fuentes sonoras; y
movimiento espontáneo ante cierto tipo de música. En base a estos resultados en muchos
de los casos de niños con TEA se ha planteado la inclusión de la Musicoterapia como
disciplina que se pueda trabajar a partir de estas capacidades y a su vez, fomentar y
desarrollar otras, tanto musicales como no musicales (del lenguaje, la comunicación, la
interacción social, etc.).
Las principales áreas de intervención (derivadas de las necesidades específicas) de
las personas con TEA, incluyen la interacción social, la conducta y la comunicación. La

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

Musicoterapia emplea la música y sus elementos para permitir la comunicación y


expresión y, así, intenta abordar algunos de los problemas principales de las personas con
TEA. La música no implica desde un primer momento contacto físico y ocular, que pueden
resultar “agresivos”, ya que la relación nace y parte desde la escucha. Se empieza por
buscar la conexión a través del sonido o instrumento, que se convierte en intermediario
para entablar una relación o diálogo, donde ambas personas toman parte a un mismo nivel.
Parte de la fundamentación para la inclusión de la Musicoterapia, es el estudio del
desarrollo evolutivo de las funciones musicales, partiendo de la premisa de que todas las
personas son capaces de desarrollarlas más allá de presentar alguna necesidad específica o
patología.
La utilización de la Musicoterapia con personas diagnosticadas con TEA, debe
centrarse primordialmente en la persona. existen variadas técnicas, metodologías o
actividades, para utilizarlas en cada sesión de Musicoterapia; pero, todas ellas han de
coincidir en algo esencial, y es que todas deben responder a los objetivos planteados
específicamente para cada persona; es decir, considerar los aspectos cognitivos, sociales,
comunicativos y emocionales de la persona, sin excluir su dimensión motora y sensorial. A
su vez, estas técnicas o metodologías obviamente van monitorizadas por el
musicoterapeuta. Los niños con autismo a menudo parecen percibir que la música tiene
algo que ver con ellos mismos, y a menudo los estimula a iniciar la interacción con el
musicoterapeuta. Esto sucede porque los patrones predecibles son creados por el terapeuta
en la improvisación musical con el niño (Kim, 2006). Usualmente, este enfoque centrado
en el niño utiliza principalmente música no verbal para interaccionar (Holck, 2004).
Normalmente los bebés nacen con la emergente capacidad de relacionarse y comunicarse
con la gente (Stern 1985, Trevarthen 2001 ). Ésta es una capacidad que se ha descrito como
''musicalidad inherente'' (Robarts, 1996 ).

4.5. Predisposición innata hacia la musicalidad en personas con TEA


Este recurso, la Musicoterapia, es aplicable en cualquier persona con TEA sin
importar la edad de la misma, ya que como bien describe Trevarthen (1999), la sensibilidad
de los niños muy pequeños a las dimensiones rítmica y melódica del habla materna y a su
tono emocional es muy alta, lo que demostraría que el individuo nace preparado para
integrarse en la "musicalidad comunicativa" de la conversación; esta premisa permite a la
música actuar como un medio efectivo para que niños y adultos con Trastorno del Espectro
Autista participen de la interacción social no verbal. Ciertos comportamientos

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

comunicativos necesarios, como la atención conjunta, el contacto visual y la sucesión de


turnos, son eventos característicos en la composición musical activa y compartida. Según
Benenzon (1981), la Musicoterapia es para el niño autista la primera técnica de
acercamiento, pues el encuadre no verbal es lo que permite a estos niños establecer los
canales de comunicación.
Tal como enuncia la investigadora en educación musical Monmany (2004) “Puede
afirmarse, por consiguiente, que el ser humano posee una predisposición innata para la
manifestación de conductas musicales, que le permiten usar y comprender unas
determinadas formas de emisión sonoras (diferentes de las del habla) a las que puede
otorgar un sentido expresivo y comunicativo. Por esta razón la música se considera un
lenguaje, se convierte en un instrumento de expresión individual y de comunicación entre
los miembros de una sociedad, en el que confluyen tres valores fundamentales: percepción,
expresión y comunicación, que le confieren una dimensión equiparable a la de otros
sistemas de lenguaje utilizados por el hombre.” (Monmary, 2004).

4.6. Musicoterapia, TEA y mejora de las relaciones sociales y emocionales


Según Tresierra (2005), la Música y la Musicoterapia pueden ser muy efectivas en
reforzar y mejorar el comportamiento social de las personas con autismo. Los niños/as con
autismo, especialmente en los primeros contactos, pueden rechazar o ignorar cualquier tipo
de interacción con otra persona; sin embrago un instrumento musical puede servir de
intermediario efectivo entre el niño y el terapeuta, ofreciéndole un punto de contacto
inicial. En el área de la comunicación, la musicoterapia facilita el proceso de habla y
vocalización, estimulando el proceso mental respecto a aspectos como la
conceptualización, simbolización y comprensión. Adicionalmente, regula el
comportamiento sensorial y motor,
Benenzon (1982), describe un método de terapia con música con niños con
trastornos emocionales, algunos de los cuales están diagnosticados con TEA. En este
método el terapeuta utiliza una amplia gama de sonidos, grabaciones e instrumentos de
percusión. En el período inicial del tratamiento, el terapeuta tuvo que encontrar “el
instrumento intermediario” para que el niño comenzara a interactuar con el terapeuta. La
revelación más importante de Benenzon (1982), es la descripción que realiza sobre el
tratamiento descrito anteriormente, llevado a cabo en estrecha colaboración con las
familias, a veces usando grabaciones de los mismos, o bien, con la presencia directa en la
habitación con el niño.

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

En la mayor parte de los estudios revisados, las técnicas que se utilizan en


Musicoterapia, están enfocadas principalmente a una de las dimensiones más alteradas en
los TEA, que siguiendo a Rivière (2001), se puede definir como Trastorno de las
Capacidades de Referencia Conjunta (acción, atención y preocupación conjuntas). Desde la
Musicoterapia, uno de los campos en los que se profundiza es éste, entendiendo que si se
trabaja este trastorno se ven afectados también los otros, ya que todos estos trastornos están
relacionados entre sí. Este trastorno, se refiere a aspectos sutiles de la calidad de las
relaciones sociales. Se ha empleado el concepto de “atención conjunta” para definir las
actividades de comunicación social prelingüística que implican el empleo de gestos
(incluyendo señalar o mirar) para compartir el interés con respecto a situaciones, objetos,
etc. (Bruner, 2001). Algunos ejemplos de conductas de referencia conjunta son: “mirar
alternativamente al otro y al objeto”, cuando este es interesante, extraño o novedoso,
“mirar con interés lo mismo que mira el otro”. “mirar al otro para saber cómo debe
interpretarse una situación”, “mirar interrogativamente al otro ante una situación que
plantea incógnitas”, “señalar a otro algo interesante para que comparta su experiencia
sobre ello”, etc. (Bruner, 2001). Sobre lo mismo, Caldwell y Horhood (2008) subrayan que
los niños con TEA que “sus imágenes constantemente se mueven y cambian, realizando
complicados sonidos que son difíciles de entender. Esto hace que el cerebro se desconecte
de las personas”. La base de este proceso es la incompatibilidad del denominado sistema
de “Neuronas Espejo”, que consiste en “un sistema neuronal que permite reconocer qué
están haciendo otras personas y ser capaces de copiar sus acciones” (Caldwel y Horhood,
2008). A este hecho es que el mundo sonoro puede colaborar, en tanto que permite ir
creando un lenguaje o comunicación no verbal para entender qué están haciendo otras
personas.
La interacción musical en la Musicoterapia, en particular la improvisación musical,
se comprende y describe a veces como un tipo de lenguaje no verbal y preverbal que
permite a las personas verbales acceder a experiencias preverbales, a las personas no
verbales, interactuar comunicativamente sin palabras y a todos involucrarse a un nivel más
emocional, basado en las relaciones, que aquel accesible mediante el lenguaje verbal
(Alvin 1991). Es una opción de tratamiento eficaz para la mejora de las habilidades
comunicativas en las personas autistas, mejorando el reconocimiento de emociones, el
contacto visual, la modificación del comportamiento, etc. (Khetrapal, 2009).
De acuerdo con Escudé y Escudé (2012), se puede apuntar que la Musicoterapia
ayuda a potenciar la atención y concentración en un niño diagnosticado con TEA, éste

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

entra dentro del discurso musical pudiendo trasladar lo que ha aprendido de una forma
lúdica en casa, en la escuela, en la calle… y con ello, va aprendiendo a canalizar sus
sentimientos de una forma correcta. Del mismo modo, el movimiento que conlleva el
cuerpo al ritmo de la música ayuda al niño a coordinar mejor los movimientos que realiza.

4.7. Musicoterapia, TEA y habilidades comunicativas


Existen diversos estudios sobre la efectividad de la musicalidad en las personas con
TEA. Por ejemplo, Edgerton (1994), evaluó el desarrollo de habilidades comunicativas en
once niños con autismo durante el transcurso de sesiones de musicoterapia, y encontró un
aumento continuo de los actos comunicativos y las respuestas en todos los sujetos. Así,
como Schumacher (1999), describió cualitativamente cómo los patrones de relación de
niños con autismo cambiaron y se desarrollaron durante la musicoterapia a largo plazo.
Thompsonet al. (2004), investigaron el efecto de distintos tipos de música para el
reconocimiento de las emociones en la fonética del habla. En su estudio, los niños de seis
años se sometieron a esta terapia musical durante un período de un año. Después de este
período, estos niños habían mejorado notablemente para identificar las emociones.
También cabe destacar a Gold et al. (2007), quienes nos aportan una clara conclusión que
coincide con las anteriormente citadas, y es que la Musicoterapia puede tener efectos
positivos sobre las habilidades comunicativas de los niños con Trastorno de Espectro
Autista. A esta conclusión llegan tras analizar un estudio en el cual se proporcionó
musicoterapia diariamente durante una semana a personas con TEA, en un contexto
individual, en el que el musicoterapeuta utilizó canciones compuestas o seleccionadas
individualmente por los participantes. La Musicoterapia mostró ser superior a formas
similares de terapia donde no se utilizó música, lo que puede indicar una especificidad del
efecto de la música dentro de la Musicoterapia.
Otro estudio llevado a cabo por Navarro (2006), corrobora que efectivamente la
Musicoterapia afecta positivamente a personas con TEA, en lo que concierne a la
comunicación verbal y, por tanto, a “el lenguaje de las emociones” (Winner, 1982). Dicho
estudio presenta los resultados de un año de intervención de musicoterapia en un
adolescente de quince años con TEA, con un nivel comunicativo de tipo pre-verbal
caracterizado por la ausencia de palabras individuales. La metodología de intervención
preveía un encuentro semanal de entre 20-30 minutos y se basó en una adaptación
metodológica del Canto Psicofónico de Marie-Louise Aucher (1960) interrelacionándola
con técnicas propias de la Musicoterapia. Los resultados evidencian que de la ausencia de

16
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

cualquier producción de sonido se pasó a las vocalizaciones bilabiales nasales y bilabiales


oclusivas con intención comunicativa. Como se puede ver, la producción de lenguaje
verbal por el niño con autismo, es una deficiencia que posee, por este motivo es que
muchos especialistas en la materia también han investigado acerca del tema.
El logopeda Prevener (2000), ha desarrollado un enfoque denominado “terapia de
interacción con la música”, el cual ha encontrado un gran éxito para niños con autismo, así
como para los familiares de los mismos. Este método está basado en canciones factibles de
cantar, al ser posible con rimas, actuando e improvisando adaptándose, es decir, siendo
llevado a cabo de formas muy flexibles. Este logopeda como terapeuta encuentra el juego
musical interactivo en su trabajo. El desarrollo del lenguaje es muy importante, por lo que
el musicoterapeuta debe procurar que el niño se exprese verbalmente lo mejor posible. Para
ello, procurará acompañar muchos ritmos musicales con palabras para que el niño siga y
desarrolle al máximo su lenguaje oral. La imitación y repetición de expresiones, juegos
verbales, rítmicos, ejercicios de entonación, interpretación de melodías con intervenciones
de expresiones afectivas y emocionales, gestos, movimientos, etc., son de gran importancia
y avance terapéutico tanto a nivel individual como de grupo (Escudé y Escudé, 2012).
Según estos autores las canciones que más gustan a los niños con autismo son aquellas en
las que intervienen repeticiones, onomatopeyas de animales…las cuales el musicoterapeuta
debe escoger teniendo en cuenta el grado de desarrollo psíquico del niño y de sus propios
intereses. No se debe olvidar que en muchas ocasiones inventan o expresan canciones que
han escuchado y que relacionan con situaciones que en ese momento están fuera de
contexto pero que tienen un fuerte significado para el niño.

4.8. Musicoterapeuta y efectividad en su Musicoterapia


Con la intención de llevar a cabo un ensayo que sea estrechamente riguroso para
examinar la efectividad de la Musicoterapia en las personas con TEA, se ha realizado un
estudio pragmático abordando la cuestión de la variación en la frecuencia del tratamiento
con respecto a la efectividad del tratamiento. Dicho estudio, se ha llevado a cabo con niños
diagnosticados con TEA, entre cuatro y once años, realizando sesiones individuales (treinta
minutos cada sesión) de musicoterapia de improvisación en un período de cinco meses, en
una sesión (intensidad baja) o tres sesiones (intensidad alta) por semana, realizadas por
musicoterapeutas capacitados, nivel de maestría o equivalente. Los resultados del ensayo
han proporcionado evidencia sobre la eficacia de la Musicoterapia como un tratamiento
para niños con TEA, así como también aporta información sobre la pertinencia de la

17
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

frecuencia de sesiones para los resultados del tratamiento, los cuales son favorecedores
cuanto más frecuentes son, también ayuda la colaboración de las familias en dicho proceso
(Geretsegger, 2012).
Se puede afirmar que todo esto, no es posible si el musicoterapeuta no está lo
suficientemente cualificado, como ya se ha comentado anteriormente. La relación
terapeuta-paciente es la base para el logro de los objetivos musicoterapéuticos. Los
pacientes necesitan que su musicoterapeuta no solo sea técnicamente preparado, sino que
sea humano, sensible a su problemática, y que responda a su situación en un plano
emocional. El musicoterapeuta que trabaja permanentemente en el desarrollo de su
capacidad de responder emocionalmente a su paciente, es capaz también de enfrentar de
mejor forma situaciones de alta carga emocional, y encuentra más interesante su práctica
profesional (Miranda, 2007). Así como del mismo modo se hace necesario de un entorno
adecuado, independientemente de si se está hablando del aula, la propia familia o cualquier
otra sala donde se vaya a llevar a cabo esta relación entre musicoterapeuta-paciente. Todo
ello es debido a que lo principal es crear una influencia significativa en la persona
diagnosticada con TEA, por lo que atendiendo Gloffka (2010) se puede decir, que un
ambiente que responde en forma contingente a las conductas, influye aumentado la
probabilidad del bienestar psicológico del niño. Junto a esto, un cambio específico a nivel
conductual influye aumentando la probabilidad de cambios específicos a nivel cognitivo y
afectivo; otro principio de influencia significativo es que un cambio positivo y estable en el
sistema psicológico influye aumentando la probabilidad de que se presente un efecto
positivo y estable en el sistema total.
Una vez que el musicoterapeuta prepara las sesiones y tiene a su disposición un
lugar adecuado para llevarlas a cabo, deberá poner en marcha algún tipo de metodología.
Según Poch (1998), se pueden llevar a cabo, a modo general, dos métodos en
Musicoterapia, que tienen que ver directamente con el nivel de participación que la persona
tenga en la terapia. Un tipo de método es el “activo”, que se basa en la improvisación
musical, es decir, en la expresión libre y creativa de sentimientos y emociones a través de
un instrumento; se trata de llevar a cabo una intervención con el objetivo de fomentar en el
niño la creatividad, el conocimiento y valoración de sí mismo, la relación y respeto por los
demás y el conocimiento de su entorno. Otro método, es el método “pasivo”, que es un
método de tipo receptivo, capaz de provocar cambios en el estado de ánimo del paciente;
es decir, parte de la audición musical como medio de diagnóstico, como estimuladora de
imágenes y de la creatividad y como modificadora del estado de ánimo.

18
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

Ambos métodos pueden ser utilizados, tanto como elemento terapéutico como
recurso para fomentar el aprendizaje en una persona con TEA. Un ejemplo claro es el que
se puede ver en la investigación realizada por Miranda (2007), con una niña de ocho años
que posee TEA la cual es tratada con Musicoterapia, específicamente con el “método
pasivo”. El principal objetivo de este tratamiento, es establecer un vínculo terapeuta-
paciente, con el fin de apoyar el aprendizaje en el área motriz, emocional y cognitiva,
mediante estímulos corpóreo-sonoro-musicales. Tras realizar varias sesiones de
Musicoterapia, se pudo ir comprobando como este niño iba avanzando en sus emociones,
comenzando a mantener una comunicación real con el terapeuta; logró motivarse
integrándose al mundo sonoro, preferentemente con sonidos tanto gestacionales, como de
la naturaleza.
El objetivo principal de la Musicoterapia es el de emplear la música como vehículo
de comunicación y relación con las personas, en este caso, de personas que presentan TEA.
A estas personas les gusta mucho la música. El problema que pueden presentar es que si se
les deja libremente escuchando música durante mucho tiempo y sin control, se relegan aún
más en su propio mundo. Por tanto, no se trata de poner únicamente música y que por sí
sola funcione como terapia, sino que ésta debe ir acompañada de la metodología apropiada,
siendo activa y participativa.
Son muchas y variadas las intervenciones pedagógicas que se pueden llevar a cabo
con personas que presentan Trastorno del Espectro Autista. En concreto, Serrano (2009),
ha estudiado e investigado sobre distintos tipos de tareas a emplear en las sesiones con
Musicoterapia. Según éste, se pueden llevar a cabo ejercicios de relajación con música
tranquila practicando la respiración diafragmática, ejercicios de vocalización que permitan
a estas personas comenzar a comunicarse verbalmente (se utiliza la misma canción que al
principio de cada sesión, a modo de rutina), tocar instrumentos musicales, enseñar la letra
de las canciones, añadir gestos para trabajar el movimiento así como la motricidad fina y
gruesa, etc. El uso de la música con niños con autismo favorece la relajación, la atención,
el vínculo de comunicación, es un medio de expresión de sentimientos, emociones e ideas,
y también favorece el aprendizaje de contenidos académicos mediante distintas canciones.
La música no solamente ayuda con su escucha, sino que también ayuda el hacer
música; es decir, como se ha comentado anteriormente, que los niños, toquen instrumentos
y sean ellos mismos quienes produzcan el sonido. Uno de los instrumentos que suelen ser
elegidos para este tipo de terapia con niños que presentan TEA, son los de percusión, ya
que no están iniciados en el solfeo y además, sus deficiencias en cuanto a motricidad se

19
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

refiere fomentarían una frustración al no poder controlar el instrumento. Por tanto,


instrumentos tales como el bombo, las claves o el pandero, les ayudan a liberar energía,
descargando tensiones acumuladas (Serrano, 2009).
Benavides (2010), ha llevado a cabo un programa de intervención muy interesante,
para investigar si verdaderamente la música optimiza o causa efectos positivos en el
desarrollo de las capacidades de referencia conjunta en un niño con Trastorno de Espectro
de Autismo; es decir, comprobar si la música afecta a aspectos sutiles de la calidad de las
relaciones sociales, como primer paso para el desarrollo de habilidades posteriores en ellos.
La intervención consistió en un total de treinta y dos sesiones, de media hora cada una, con
un niño diagnosticado con TEA de nueve años.
Este acercamiento ha permitido aprender no solo acerca del funcionamiento de un
niño con TEA, sino que más aún, del proceso de desarrollo humano en cada una de sus
etapas. A su vez, también ha permitido evidenciar los efectos de la música, en sus distintos
elementos (ritmo, melodía, armonía, voz) como un recurso eficaz en la intervención del
espectro de autismo, que se sitúa como un lenguaje alternativo que facilita el acceso al
complejo mundo interno que caracteriza a estos niños (Benavides, 2010).
Como se puede ver, en la mayoría de ocasiones, cuando se menciona el tratamiento
llevado a cabo con personas con TEA, se hace referencia a niños/as, ya que ésta va a tener
una mayor eficacia desde la intervención temprana; es decir, se trata de llevar a cabo una
intervención temprana pudiendo mejorar en gran medida el funcionamiento diario de los
niños (National Research Council, 2001). En este caso, se analiza dicha atención temprana
a partir de la Musicoterapia.
Kern (2010) resume los beneficios que se pueden obtener de llevar a cabo estas
intervenciones de Musicoterapia con niños que poseen TEA: mejoran la comunicación
como la producción verbal y las respuestas independientes; apoyan las habilidades
interpersonales, tales como contacto visual, atención conjunta, imitación, toma de turnos,
reconocimiento social e interacciones; aumenta su autonomía en la adquisición de distintas
responsabilidades; incitan al juego y a la participación en actividades significativas.

4.9. Evaluación previa para determinar unos objetivos específicos


No todos los niños precisan de las mismas necesidades, por lo que antes de llevar a
cabo una intervención, ha de realizarse una evaluación para poder diagnosticar en cada
persona unos objetivos específicos, además de los generales que ya se han comentado
anteriormente. En general, el proceso de evaluación en Musicoterapia incluye: una

20
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

entrevista inicial con la familia, el niño (si procede), y otros profesionales que trabajan con
el niño; una revisión de registros médicos y de desarrollo; una observación del
comportamiento del niño en entornos naturales de aprendizaje; y una evaluación del niño
durante la evaluación propiamente musicoterapéutica. En la evaluación directa, el
musicoterapeuta facilita múltiples oportunidades (por ejemplo, a través de escuchar
música, tocar instrumentos, cantar y bailar) para que el niño demuestre sus puntos fuertes y
débiles en todos los ámbitos de desarrollo (comunicación, académico, motor, emocional y
social), así como la capacidad de respuesta a la música, sus preferencias y sus aptitudes
(Martín et al., 2007). Según los resultados de la evaluación, el musicoterapeuta identifica
las áreas y los objetivos funcionales que pueden ser tratados de forma eficaz mediante una
intervención de musicoterapia. Un estudio de Walwoth et al. (2009) informa que, en
general, las áreas y objetivos que tratan los musicoterapeutas que trabajan con pacientes
del espectro autista son: comunicación social, regulación emocional y apoyo transaccional
con los subdominios correspondientes. Esto significa que los objetivos de musicoterapia
apuntan a las características esenciales del TEA.
Los musicoterapeutas que trabajan con niños con TEA y sus familias, deben ser
conscientes de las últimas tendencias en investigación, estándares de práctica y de la
legislación para que puedan afrontar sus responsabilidades profesionales de educar a los
padres acerca de los TEA y ayudarles a encontrar el mejor tratamiento y apoyos
disponibles para llevar una vida “normal” en la mayor medida de lo posible (Kern, 2010).
El profesional de la musicoterapia, que basa su práctica en la evidencia científica, debe ser
capaz de evaluar todas las opciones disponibles y discriminar lo que funciona mejor para el
niño y su familia. Si el niño es apto para recibir servicios de musicoterapia, el
musicoterapeuta debe planificar una intervención eficaz, que incluya las áreas y los
objetivos funcionales, y también determinar el modelo de prestación de servicios a utilizar
(desde intervención directa a servicios de asesoramiento). Cuando se ofrece una
intervención de musicoterapia, se debe realizar una evaluación continua y sistemática del
progreso del niño hacia los objetivos definidos.

4.10. Musicoterapia y Autismo dentro del aula


Muchos investigadores han afirmado la optimización que se puede lograr a través
de la Musicoterapia, tanto en la mejora del desarrollo físico como psicológico. Por esta
razón, es que hemos visto múltiples y variadas técnicas y métodos para conseguir este
objetivo, aplicables en cualquier contexto que cumpla una serie de requisitos, tales como

21
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

puede ser el aula. Como se puede ver, todas estas investigaciones que se han llevado a cabo
para corroborar la eficacia de la Musicoterapia (en general para cualquier persona con
algún tipo de necesidad educativa especial, y en concreto como se puede ver en esta
investigación para mejorar aquellos aspectos en personas diagnosticadas con TEA), son un
recurso más del que se puede disponer dentro del aula para facilitar el proceso de
enseñanza-aprendizaje por parte de estos niños/as.
La música como lenguaje expresivo y de comunicación no requiere ni exige
actividades especiales. Por tanto, cualquier niño/a tiene su propia musicalidad en menor o
mayor medida. Es una característica que se debe potenciar y desarrollar desde las edades
más tempranas, así lo señalan psicólogos como Davison o Hargreaves, afirmando que la
musicalidad constituye una de las actitudes más valiosas de tipo humanístico y no una
habilidad aislada o altamente especializada, siendo la 1ª infancia la etapa más propicia para
su desarrollo. Es entonces cuando los niños/as establecen sus primeros contactos con los
elementos musicales a través de instrumentos sencillos, la voz y su propio cuerpo,
adquiriendo técnicas que le van a permitir utilizar la música como lenguaje y medio
expresivo. A través de la música se puede educar integral y armónicamente al niño/a;
además es muy importante que el niño/a relacione la música con la actividad, el juego, el
movimiento y la alegría, de forma que le ayude a expresar de forma espontánea y
afectivamente las sensaciones musicales (Sierra, 2010). La música enriquece la vida, y por
tal motivo es necesario que rodee al niño con autismo en un ambiente musical rico y
controlado en estímulos, dado que esta experiencia sensorial es lo que le proporcionará un
desarrollo emocional, psicofisiológico y social equilibrado. La mayoría de estos niños
requieren mayor cantidad, diversidad y calidad de estímulos que el resto de niños. La
Música se utiliza con éxito por sus efectos positivos, produciendo relajación o acción,
según los casos, y creando una atmósfera de alegría y confianza (Escudé y Escudé, 2012).
De acuerdo con Sierra (2010), podemos decir que estas experiencias infantiles son
de una gran importancia para moldear y formar la personalidad del niño/a. Las
experiencias musicales de participación activa (jugar con la pelota mientras suena la
música, sería pasiva sino participa solo oye) son el medio idóneo para promover el
desarrollo intelectual, físico, sensorial y afectivo-emocional de los niños/as. La vivencia de
este tipo de experiencias repercute amplia y favorablemente sobre los demás objetivos
educativos. Por ejemplo: las mismas técnicas básicas de atención, desinhibición,
concentración, imaginación, creatividad, control motriz, etc. Desarrollada en música, son
esenciales para el resto de los aprendizajes en las diversas aulas de conocimiento.

22
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

Por otro lado, es necesario comprender que estas funciones musicales que se irán
adquiriendo a lo largo del desarrollo evolutivo normal de un niño serán moldeadas por el
entorno cultural y la acción de los procesos formativos. Una persona con autismo defiende
mejor su espacio encapsulado frente al estímulo verbal, que frente al encuadre no verbal.
Un tambor, la caja de un instrumento de cuerda son espacio vivo que el niño con autismo
llega a compartir con el musicoterapeuta, manifestándose permeable a la comunicación de
sentimientos y de miradas. En el centro del aula, por ejemplo, se colocan varios
instrumentos, la persona elegirá uno de forma voluntaria y lo explorará. Si no le gusta, lo
rechazará para coger otro en su lugar. Cuando encuentre “su instrumento” comenzará a
emitir sonidos con él y el musicoterapeuta con otro instrumento entablarán una
conversación. Se habrán comunicado mediante la música (Gómez, 2004).
Estas experiencias musicales resultan muy sugerentes y divertidas para los niños/as,
ya que están de acuerdo con sus intereses lúdicos y por tanto educan de una manera
natural. Manipulando los materiales musicales, accediendo mediante ellos a la
organización perceptual y pasando de la imagen auditiva y visual hasta la representación
mental y la simbolización, se estará influyendo en la educación del niño/a de forma
decisiva.
El objetivo de la educación musical es que los niños/as desarrollen sus
potencialidades expresando la diversidad y riqueza de su mundo interior, dando nuevas y
variadas formas a su pensamiento, estimulando su motricidad, su sensibilidad afectiva y su
capacidad creadora (Sierra, 2010). Todo esto, como se ha apuntado anteriormente, ayuda al
niño en su concentración y atención, hecho fundamental para llevar a cabo cualquier tarea
dentro del aula; además despierta interés, en este caso por el “mundo sonoro”, lo que es
esencial para que el niño/a también vaya adquiriendo interés por las actividades o tareas
que se llevan a cabo dentro del aula. Este hecho, conlleva que el niño/a poco a poco, se
vaya involucrando cada vez más en las tareas propias del aula y, por tanto, sea capaz de
reforzar su persona mediante la autorrealización, aumentando la confianza en sí mismo y
observando la realidad en que se encuentra inmerso.
Además, como en determinadas ocasiones anteriormente se ha expuesto, una de las
principales características que presenta una persona con TEA, es una deficiencia en
habilidades sociales y comunicación interpersonal, por lo que si dentro del aula se llevan a
cabo acciones como, hacer que los niños/as participen en grupos musicales cooperando en
la medida en que se pueda con los demás, implicar habilidades sociales como esperar

23
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

turnos o seguir instrucciones…, indiscutiblemente se estará favoreciendo un avance en


dicho campo.
El musicoterapeuta que se encuentra dentro del aula, que puede ser el propio
docente, el cual se ha formado en dicho campo, puede llevar a cabo sesiones dentro del
aula, en la que no únicamente se está hablando de involucrar a personas con TEA, sino de
incluir a todos los alumnos/as en determinadas ocasiones que así lo permitan las
actividades o tareas que se están llevando a cabo; por ejemplo, se pueden realizar ejercicios
de vocalización (canto de vocales), canto con acompañamiento frecuente de percusión
corporal, movimiento (danza, ejercicio rítmico, imitación, etc.), audición musical,
interpretación instrumental (imitación e improvisación), juegos creativos musicales, etc.
Como bien apunta Marín (2012), la música es aplicable en todos los ámbitos
curriculares del conocimiento; además, ésta tiene la capacidad de convertirse en un medio
instrumental motivador con que se pueden desarrollar las habilidades lectoescritoras y los
diversos métodos de lectoescritura y a su vez, facilita la adaptación a los diversos ritmos de
aprendizaje del alumnado para conseguir una adecuada educación inclusiva. Esta evidencia
es constada tras recabar información sobre la lectoescritura y observar que existen dos
procesos fundamentales en esta habilidad: lo auditivo y lo visual.
Romero (2007), dice que estos procesos perceptivos unidos, se potencia la rapidez y
eficacia lectora, que son las dos cualidades que debe reunir cualquier procesamiento
lectoescritor. Partiendo de esta premisa, es que Marín (2012) pone en práctica una técnica
musical (musicopictogramas) para aglutinar lo auditivo con lo visual, pudiendo ser
aplicada directamente por el docente o especialista dentro del aula. Con esto, se puede ver
que no únicamente la música puede reforzar a aquellas personas que poseen algún tipo de
necesidad educativa especial, sino que se trata de un recurso más del que se puede disponer
dentro del aula.
Atendiendo a las ideas anteriores, se deduce que con la música el alumnado aprende
disfrutando y con un menor grado de cansancio, de forma que se aumenta tanto la calidad
como la cantidad del aprendizaje. Este poder motivador de la música, cobra un gran interés
en el ámbito educativo, ya que gracias a ella se mejora la: atención, relajación, memoria,
los estados de ánimo, la creatividad, los lazos de unión, la autoestima…gran favorecedor
en personas diagnosticadas con TEA, como en aquellas que aunque no estén
diagnosticadas con este trastorno, pueden tener alguna de las deficiencias propias que
presenta el mismo.

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

Las técnicas utilizadas corresponden al “trabajo con canciones”: canto conjunto,


recreación de canciones, “completar canciones”, armado de secuencias de canciones,
canciones que incluyen movimiento, canciones con onomatopeyas, canciones en las que
exploramos la voz… También se utiliza música editada para escuchar, bailar, reconocer
sonidos y melodías, cantar, acompañar con instrumentos, relajarnos… Las improvisaciones
musicales terapéuticas son, en general, pautadas y con un set instrumental limitado. Se
realizan cuentos con sonidos, secuencias musicales con distintos instrumentos, exploración
de diferentes usos de los instrumentos, etc. En muchas ocasiones, estas actividades tienen
apoyo visual, utilizando “claves visuales” que favorecen la organización y la efectiva
producción de las actividades, teniendo en cuenta que en los niños con TEA, lo visual es
un “punto de anclaje”. El set de instrumentos musicales consiste en instrumentos,
mayormente rítmicos, de a pares (hay dos instrumentos iguales de cada tipo), una guitarra,
un equipo de música, un grabador, un teclado. También se utilizan los juegos de mesa y de
suelo que hay en el servicio, y se incluyen muchas veces en las actividades (Martín, 2010).
Todas estas actividades dentro del aula, favorecen o incitan al juego y a la participación en
actividades significativas para los niños con TEA, supliendo en la medida de lo posible con
la dificultad que presentan de poder comprender el juego simbólico.
De acuerdo con Benavides (2010), se puede decir que la música trasciende las
palabras, y es capaz de evocar los sentimientos y emociones más profundas del ser
humano, sin que medie lenguaje verbal alguno, factible de ser utilizada como un recurso
efectivo en el desarrollo emocional, cognitivo, y social de cualquier sujeto, independiente
de sus características particulares.

4.11. Conclusiones
Se ha comprobado que la música tiene es un agente que produce descanso y distrae
al hombre, es un elemento social, moraliza al hombre, es conveniente aplicarla en la
neurosis, y sirve para combatir estados de excitación o nerviosismo. A partir de aquí, es
que se ha pensado llevar a cabo terapia a través de la música, es decir, Musicoterapia, para
prevenir, restaurar y acrecentar la salud tanto física como mental y psíquica del ser
humano, a través de la acción del musicoterapeuta.
Otra característica sustancial de la Musicoterapia, es que no se centra en las
dificultades que posee una persona, sino en lo que ésta es capaz de hacer, y toma todos
estos aspectos positivos como punto de partida del proceso terapéutico. Partimos de lo ya
conocido para acceder a lo desconocido, de lo ya aprendido para construir habilidades

25
EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

nuevas. Así, el punto de inicio lo marca siempre el nivel de desarrollo de la persona. Es


decir, no se trata de que la persona adquiera un conocimiento musical, existente a modo
general, sino que la música se utiliza en un proceso abierto e interactivo para producir
cambios en la persona, con unos objetivos individuales y particulares
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, fundamentalmente la afectividad, la
comunicación y la conducta, en los que la Musicoterapia se ha demostrado que influye de
una manera directa y positiva en personas con algún tipo de necesidad educativa especial,
se puede pensar que dicho recurso, puede optimizar diversos aspectos en aquellas personas
diagnosticadas con un TEA, ya que sus necesidades principales se corresponden con todo
lo anteriormente expuesto.
A lo largo de esta revisión, se pueden encontrar varias teorías e investigaciones que
coinciden en el punto principal que el presente trabajo trata, y es que la Musicoterapia
influye de manera positiva en personas que tienen un TEA. Este recurso, aplicable en
múltiples ámbitos, mejora la comunicación, las habilidades interpersonales, la autonomía,
el comportamiento,…así como también incide en otros aspectos no tan generales, como
son una mayor motivación al juego y la participación en actividades significativas para las
personas con este trastorno.
Por todo ello, es que se puede decir que la Musicoterapia es una de las disciplinas
más apropiadas para el tratamiento y mejora en personas diagnosticadas con el Trastorno
del Espectro Autista, con el único fin de desarrollar potenciales o restaurar las funciones
del individuo de tal manera que éste pueda lograr una mejor integración interpersonal, y
consecuentemente una mejor calidad de vida.

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EL EFECTO DE LA MUSICOTERAPIA EN PERSONAS CON TEA

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