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Interruptores Magnetotérmicos y
Interruptores Magnetotérmicos y
y diferenciales
Por diversos motivos estoy acostumbrado a tratar con diversos dispositivos
eléctricos y electrónicos; y precisamente por eso uno puede perder un poco la
noción de las cosas y creer que todo el mundo tiene ciertos conocimientos sobre
estos temas.
Sin embargo, el otro día me di cuenta mientras hablaba con mis padres de que
hay mucha gente a la que le suena eso del magnetotérmico y el diferencial, pero
sólo sabe que son unas teclas que están en el cuadro eléctrico de la entrada de la
vivienda y poco más.
Para obtener una misma potencia eléctrica podemos tener un río estrecho pero
por el que circule mucha agua o bien uno más ancho pero por el que circule
menos agua. En electricidad ocurre lo mismo: para obtener una determinada
potencia eléctrica podemos tener una tensión alta y una corriente baja o bien una
tensión de pocos voltios pero una corriente eléctrica muy alta.
En todo caso, aunque la similitud de conceptos entre caudal de agua y corriente
eléctrica es acertado, no es tan fiel a la realidad como me gustaría porque la
electricidad necesita un circuito cerrado para circular. Es decir, que la corriente
sale del enchufe por uno de sus polos, llega hasta la carga (el aparato eléctrico de
turno) y regresa por el otro cable para salir por el polo contrario a diferencia del
agua del río, que parte de un punto A y llega hasta un punto B sin posibilidad de
retorno.
Pero centrándonos en el tema principal del artículo, os indicaré que puesto que en
la inmensa mayoría de las instalaciones la tensión permanece constante y con lo
que se “juega” es con la intensidad eléctrica, los dos sistemas de protección que
vamos a ver en este artículo van a estar basados en esta magnitud eléctrica:
Interruptor magnetotérmico
El interruptor magnetotérmico es un dispositivo diseñado para proteger la
instalación eléctrica (y los aparatos conectados a ella) tanto de sobrecargas como
de cortocircuitos conectándose en el cuadro eléctrico de entrada a la vivienda. En
realidad suele haber varios de ellos, ya que por lo general la distribución eléctrica
de la vivienda se realiza en varias líneas, necesitando un interruptor de este tipo
para cada una de ellas.
Los magnetotérmicos, como su propio nombre indica, poseen dos sistemas de
protección ante el paso de corriente: uno de tipo magnético y otro de tipo térmico.
Protección magnética
El magnético se basa en una bobina que, colocada en serie con la corriente, no se
activa a no ser que circule por ella una intensidad varias veces superior a la
nominal (habitualmente entre 5 y 10 veces para instalaciones domésticas). Este
margen se da para que el magnetotérmico no se dispare durante los arranques de
ciertos aparatos con motores potentes (aspiradoras, lavavajillas…) porque suelen
meter unos picos de corriente bastante elevados en el preciso momento de su
puesta en marcha.
Sin embargo, a modo de curiosidad, os puedo decir que el otro día tuve en la
mano un magnetotérmico industrial de 250 A perteneciente y su tamaño es similar
al de un tetra-brick de litro (y del peso ni hablamos, claro). Si tenemos en cuenta
que ese interruptor que os digo es pequeño en comparación con los que os podéis
encontrar en los sistemas de iluminación de aeropuertos y cosas así, os daréis
cuenta de que lo que tenemos en casa es prácticamente de juguete.
Interruptor diferencial
El diferencial tiene como misión evitar que una persona que toque un conductor de
la instalación se pueda quedar electrocutada por conducir la electricidad a través
de su cuerpo; y de ahí que sea un componente vital en cualquier instalación
eléctrica para garantizar la seguridad de las personas que la utilicen.
Como os decía anteriormente, para que la corriente eléctrica pueda circular es
necesario cerrar el circuito por el que transita, y si por lo que sea tocamos un cable
eléctrico sin estar aislados del suelo, nuestro propio cuerpo va a hacer de “cable”
llevando la electricidad a tierra con el riesgo de electrocución que esto conlleva.
La seguridad es lo primero
Como os comentaba al principio de este artículo, mucha gente sabe de la
existencia de estos dispositivos de protección pero no tiene demasiado claro para
qué sirven. Precisamente por ese desconocimiento es por lo que hay incluso
algunas personas que ante repetidos disparos llega al extremo de puentearlos
para que así no vuelva a “irse la luz”.