formaron parte de la dieta de sus poblaciones originarias, son considerados hoy como alimentos de alta calidad. En general están considerados cultivos rústicos, con resistencia a sequía, helada y salinidad, sin embargo, no se han conducido muchos trabajos para mejorarlos. Los cultivos andinos, tanto granos, tubérculos, raíces, frutales, aromáticas y medicinales, tienen un gran potencial de transformación en productos procesados. Sin embargo, en la actualidad los países productores estamos sub-utilizando este potencial de la infinidad de formas que es posible realizar, pudiéndose obtener productos con características excepcionales. Por ello el reto será encontrar las formas más adecuadas de transformación, sin que pierdan sus principales cualidades nutritivas ni sus características de sabor, color y textura. Deben ser transformados en armonía con la naturaleza, ya que estos productos son los que presentan mayores ventajas comparativas y competitivas para la obtención de productos orgánicos
Raíces: Maca, Yacón
Hortalizas: Haba
Granos: Kiwicha, Quinua, Kañíwa, Maíz Gigante del Cusco
Plantas de uso industrial: Tara
Granos: La producción nacional de quinua se realiza en Puno, Cusco, Junín,
Arequipa y Huancavelica; mientras que la de kiwicha se desarrolla principalmente en los departamentos de Arequipa, Huancavelica, Cusco, Ancash, Ayacucho y Apurímac. La quinua se cosecha entre abril y junio, mientras que la kiwicha entre febrero y octubre con una mayor concentración entre abril y agosto.
Estos productos constituyen alimentos nutritivos completos que se caracterizan por
un alto contenido proteico y un adecuado balance de aminoácidos. Mercados de interés son Alemania, Estados Unidos y Reino Unido, entre otros.
Los rendimientos actuales son bajos. En el caso de la quinua, la media nacional es
de 500 Kg/Ha y para la Kiwicha es de 1,000 Kg./Ha. Este hecho se debe a que la producción se encuentra atomizada como consecuencia del parcelamiento de las áreas de cultivo, donde se encuentra un gran número de productores con muy pocas hectáreas, en algunos casos 1 ó 2 hectáreas por productor.
Al tratarse de productos de corto periodo vegetativo que garantizan una rápida
generación de oferta, es necesario desarrollar un programa integral que considere la promoción de este cultivo para el desarrollo de nuevos mercados.