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SECTOR FINANCIERO COLOMBIA.

En Colombia termina el 2018 con algunos indicadores que reflejan la solidez de esta economía:
una tasa de desempleo de un dígito; un entorno macroeconómico estable; un déficit en cuenta
corriente del orden del 3%; un buen desempeño del 3 comercio exterior y un aumento de la
inversión extranjera directa petrolera y no petrolera. Con todo lo anterior, Colombia sigue
siendo una de las economías promisorias de la región y así lo perciben las calificadoras de
riesgo que otorgan al país el grado de inversión

Un crecimiento real anual de 4,7 % registró el sistema financiero colombiano (activos totales),
al cierre de enero de 2019, según informe de la Superintendencia Financiera.

En plata blanca, los activos totales ascendieron a $1,724.7 billones, es decir, $ 140,5 billones de
pesos más en comparación con enero de 2018 y en $ 9,2 billones más frente al mes
inmediatamente anterior.

En consecuencia, según la Superfinanciera, el índice de profundización frente al PIB fue 176,70


%. De acuerdo con lo informado por la entidad, las utilidades de enero del 2019 fueron $ 9,5
billones, equivalentes a un incremento de $ 3,7 billones respecto a enero de 2018.

Dentro de los resultados de las entidades financieras, equivalentes a $ 1,4 billones, se destacan
los establecimientos de crédito: $ 970,7 mil millones; las aseguradoras: $ 132,2 mil millones, y
las sociedades administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías: $ 118, 5 mil millones.

Según destacó la Superfinanciera, el portafolio de inversiones es el principal componente de los


activos del sistema financiero. Así, las inversiones ascendieron a $ 856,7 billones, es decir, una
variación real anual de 3,6 %
En materia de crecimiento, los resultados a nivel global para los años 2017, 2018, y 2019 son
muy similares, con una tasa de 3.7% anual prevista para los tres períodos. Incluso, grandes
clasificaciones por países conservan niveles similares: las economías desarrolladas crecen a
tasas ligeramente por encima del 2%, las economías emergentes en Asia a tasas superiores al
6% y América Latina lentamente se acerca al 2%. Sin embargo, al interior de cada una de estas
categorías hay importantes diferencias.

América Latina por su parte, luego de la recesión que registró durante los años 2015 y 2016,
logra una tasa positiva de 1,3% en 2017. Para 2018 la región no logra superar este nivel y crece
1,2%. Solamente hacia 2019 se podría pensar en una tasa que se acerque al 2%.
Subsector Porcicultura

El sector porcicultor nacional atraviesa por uno de sus mejores momentos. Este negocio, que
mueve en producción de animales alrededor de $2,8 billones al año, registra crecimientos
importantes dado el mayor consumo de esta proteína: 9,3 kilos por persona en 2018,
prácticamente el doble de lo registrado hace varios años; en 2010 el consumo por cada habitante
era de 4,8 kilos. Nadie puede poner en duda que hoy se trata de uno de los productos estrella en
la cocina colombiana.

Ese aumento, que permitió que el año pasado el sector moviera $4,2 billones en
comercialización de carne, obedece –según los análisis de los empresarios– a dos factores
principales. Por un lado, se ha registrado un cambio de percepción en el consumidor frente a
algunos inhibidores de consumo de esta proteína y, por otro, el hábito de consumo por la carne
de cerdo varió, pues los consumidores ya no la comen solo en ocasiones especiales sino que
pueden hacerlo en cualquier comida o momento del día.

Esto se traduce en una mayor penetración del producto en los hogares, indicador que pasó de
42% en 2009 a 78% en 2018, lo cual le permite al sector ser protagonista en el plato de los
colombianos.

En la granja presidida por Roldán se producen más de 30 lechones por cerda cada año, pues
cada una de ellas tiene 2,53 partos en 12 meses, alrededor de unos 3.400 kilos por año. En
Cerezales hay 260 hembras de cría, mientras en el país, dice Roldán, el número de cerdas de cría
es cercano a 30.000.

Otra razón que sustenta esta proyección es que el país debe consumir el doble de proteína
animal, que es muy baja frente a otras naciones de la región y, si bien se espera que la
producción y el consumo de carne de res crezcan, no será un alza significativa. En este
momento el consumo de carne de res en el país ronda los 18 kilos per cápita.

Estadísticas del gremio porcicultor muestran que el crecimiento en valor del sector ha sido
superior a 11% en los últimos 7 años. En 2018, la producción fue de 4’338.000 animales, esto
excluyendo la producción destinada al autoconsumo. La proyección es que para 2020 se esté
produciendo 25% más, es decir, por encima de los 5,2 millones de cerdos.

Las regiones de mayor producción son Antioquia, con cerca de 45% de participación, seguida
de el Valle, Eje Cafetero y los Llanos Orientales; mientras la de mayor crecimiento es el Valle.

Dado el crecimiento y las oportunidades que se avecinan, las cuales están dadas no solo por el
crecimiento en el mercado local sino por las posibilidades de llevar el producto a mercados de
exportación, el sector trabaja en la consolidación de su infraestructura y fortalecimiento
sanitario, entre otros. Se estima que entre 2018 y 2019, años fuertes en inversión, el sector
destinará unos $460.000 millones para ponerse a tono con los retos que le impone el mercado.

Actualmente, todo lo que produce el sector se destina a abastecer las necesidades del mercado
interno, pero los industriales consideran que esta es una actividad lo suficientemente madura
para comenzar a explorar oportunidades en el exterior.
Desafíos

Son varios los desafíos que tiene el sector y en los que coinciden los empresarios. El primero es
continuar con el mejoramiento de la competitividad, lo cual se logrará con mejores desarrollos
productivos y para ello es clave la sanidad, tarea permanente para controlar enfermedades y
proteger el mercado local, así como tener mayores oportunidades en el exterior. Por esta razón,
buena parte de los recursos del Fondo Nacional de la Porcicultura se destinan al mejoramiento
del estatus sanitario.

Artículo 2.10.3.12.1. Objeto. El presente Capítulo tiene por objeto reglamentar la Ley 272 de
1996, modificada por la Ley 623 de 2000 y por la Ley 1500 de 2011, en lo relacionado con la
Cuota de Fomento Porcícola, la administración del Fondo Nacional de la Porcicultura y su
órgano de dirección, y dictar otras disposiciones reglamentarias para la efectiva aplicación de la
ley.

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