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Resumen Libro Masacres de La Selva
Resumen Libro Masacres de La Selva
PRIMEROS SECUESTROS
Después lo obligaron a que los guiara hasta un afluente del rio Xalbal, en
donde un grupo de parcelistas estaba construyendo hamaca, los soldados ya
tenían la información que allí podrían encontrar reunidos a los campesinos y
rodearon al grupo, pero algunos lograron escaparse a la montaña. De ellos
sacaron a tres hombres Sebastián Felipe, mam, de San Ildefonso
Ixtahuacan; Juan Tomas y su hijo, chujes, de San Mateo Ixtatán. Con tres
capturados fueron a buscar a más gente en sus propias casas, a algunos
encontraron; a otros no. Y así siguieron buscando día y noche.
Una segunda vez rodeo el ejército para sacar a las personas de la lista, fue
un día domingo en que los campesinos, mujeres y hombres, se habían
congregado en el mercado. Entre tanto 30 soldados habían rodeado el
pueblo y atajado los caminos de salida, allí capturaron a tres hombres
Miguel Sales Ordoñez, Alonso Ortiz y José Felipe Sales, los tres mames de
San Ildefonso Ixtahuacan.
CAPITULO II
PERSECUCION A LA IGLESIA
CAPITULO III
SECUESTROS Y TORTURAS
Racha de secuestros durante esos años se dio en el Ixcán Grande una racha
de secuestros individuales consumados y de asesinatos nocturnos
individuales. Estimamos que deben haber sido unos 50 casos aunque no
tenemos documentación más que de los 22. Como pasó con algunos Alejandro
Velásquez, fue secuestrado en la casa de su parcela de Los Ángeles el 28 de
abril de 1979 por la noche.
CUARTO IV
MASACRES SELECTIVAS Y TERROR
Colgados en los palos (30 de agosto de 1981). Mateo Juan y Mateo Marcos
fueron capturados en Mayalán. Los soldados los capturaron a la vista de
todo el mundo. Días después aparecieron colgados junto al camino de
Mayalán a Pueblo Nuevo; a Mateo Juan le quitaron los testículos y al otro
Mateo le quitaron el pie, del tobillo para abajo.
CAPITULO V
MASACRES AL ORIENTE
CAPITULO VI
CENTRO NUEVA CONCEPCION
A los que fueron al pueblo ese domingo 14 de marzo, si, pero a los que tenían
sus parcelas junto a la frontera de México, a una hora y media del pueblo,
no. Sin embargo, a pesar de que los parcelistas de la frontera recibieron el
aviso a tiempo para prevenirse y salir a la montaña, muchos no lo hicieron
caso de él y fueron masacrados. En ese centro serían masacradas 35
personas y desaparecidas al menos 3, en lo que llamamos la primera parte de
la masacre de Cuarto Pueblo.
La población del Cuarto Pueblo no estaba unida ideológicamente, como lo
supuso el ejercito, y había grupos que, si sabían que de alguna forma una
orientación provenía de la guerrilla, entonces se ponían en contra de ella. Y
por eso no hicieron caso al aviso, aunque este fuera comunicado por un
parcelista vecino. Esta actitud fue arropada con argumentos religiosos. En
el centro La Nueva Concepción, los que murieron fueron victima de esta
manera de pensar y reaccionar.
Una parte del batallón se detuvo en ese crucero y otra siguió su camino
hacia Cuarto Pueblo, ya que la masacre de La Nueva Concepción debía
sincronizarse con la del centro mismo de la cooperativa. Lo primero que
hicieron los soldados que se quedaron en el crucero fue desparramarse en
grupos para rodear las casas cercanas y, por lo que parece, traer a la gente
a una reunión que se debía celebrar en una casa junto al camino, la casa del
animador, cuyo nombre ya conocemos, Francisco Vargas. Quemaron a la
gente viva el único sobreviviente fue el hijo de Francisco.
CAPITULO VII
MASACRE DE CUARTO PUEBLO
Fue una escena tremenda, de un niñito que estaba junto a su madre muerta.
Parece que era un bebecito que había quedado en las manos de la mujer,
entonces el soldado, sintiéndose quizás incapacitado de cuidar al niño y
consciente de que la consigna seria, como veremos de matar a todos, lo
agarró de la pierna y somató su cabeza contra el suelo, dejándolo allí
muerto. Parece que mientras unos están acordonando a los grupos de gente,
a otros soldados se les dio la tarea de preparar una buena comida para más
tarde.
Otro explorador ya no oyó bulla de niños y estaban los soldados por grupo,
por grupos regados. El explorador también vio que todavía estaban matando
a gente, pero no por montón, sino uno por uno. Según otro explorador,
también el martes sacaban de la oficina de la cooperativa hacia la escuela
vieja muertos en carreta que se quemarían en dicha escuela.
Otro lugar es una capilla, tanteamos que allí quedo como 100 gentes. El
segundo lugar más mencionado es la escuela vieja, cercana a la pista, que los
exploradores vieron arder. Un tercer lugar son dos casas o tiendas del
mercado. Y un cuarto lugar es la clínica.
CAPITULO VIII
VIVOS Y MUERTOS
Con la masacre del Cuarto Pueblo salieron los primeros refugiados del Ixcan
Grande a México. También ellos estructurarían su vida en formas de
organización social nuevas, cuya base fundamental era la solidaridad. La
hostilidad de los sobrevivientes bajo la montaña se repite aquí entre los
campesinos de México, que desde antes le daban trabajo a los parcelistas.
Están fuera de la lista las 38 personas que murieron ese mismo día en el
Centro de La Nueva Concepción. Por fin, recordemos que los testigos dan
como muertos a los jóvenes, podrían ser 10 o a lo sumo 15, que fueron
sacados vivos en helicóptero durante los días de la masacre hacia Playa
Grande. Mientras en la aldea-finca de San Francisco, cerca de un 90% de la
población fue acabada, aquí solo un 14%. La población total de la cooperativa
de Cuarto Pueblo puede calcularse en unas 2,500 personas a 6.7 habitantes
por parcela. Eran 376 parcelistas.
CAPITULO IX
INTERRUPCION DE LAS MASACRES
Se dibuja también la relación que debía guardar la aldea con el ejército. Los
soldados defenderían a la población, de la misma forma como durante la
reunión salen a patrullar en un momento en que se anuncia un ataque
guerrillero y el capitán ordena a la gente que se esconda en las zanjas de la
pista saboteada.
La noche del 29, el batallón acampo cerca de la playa del río Xalbal y el día
30 capturo a tres campesinos, dos de los cuales le servirían de guía para
perseguir a la población bajo la montaña el día siguiente. El tercero es un
testigo de la persecución de la gente, que acompañaba al batallón y pudo ver
desde el centro del ejército como se montaba el operativo.
Para poder seguir el hilo de una masacre en cadena, hay que considerar
cuatro días, los tres primeros, seguidos y el cuarto, el lunes 5 de abril. Los
tres primeros días corresponden a la entrada del ejercito a Xalbal con las
capturas iniciales y la quema de las primeras familias; la estancia del
ejercito, con la captura de un joven usado para buscar y emboscar a otros,
la quema de más gente y la quema del pueblo y la salida del ejercito, con la
emboscada a otros y la terrible masacre de Kaibil. Por fin el cuarto día, una
bomba estalla bajo un cadáver y mata a uno de sus enterradores, estando ya
el ejército ausente.
El que llamamos Inocencio se salvo, pero dos hijos de Pascual Paiz, Gaspar
de 21 años y Pascual de 13, cayeron en la emboscada al visitar la casa de
Inocencio. El tercer paso fue cuando el ejército, siempre en su salida de
Xalbal, persiguió la huella de Inocencio y topo con la casa de otro campesino
chuj, llamado Miguel Carmelo. Lo capturo junto con dos de sus hijos.
Solamente se escapo uno de sus hijos, el cual había insistido con su padre
para que abandonara su casa.
La mujer había salido de la casa, pero no pudo correr por estar recién
aliviada y cuando vio que a los suegros le ponían unos lazos en el pescuezo,
ella pego un grito y el soldado la descubrió, amarro y arrastro hasta el
horno: la metieron en el fuego y al chiquitillo lo tiraron al horno. El señor
Crisanto fue crucificado como Jesucristo.
Los parientes y amigos se acercaron a los cadáveres para enterrarlos. Uno
de estos cadáveres era del joven estudiante, Gaspar Paiz. El ejército lo
había dejado sobre una mesa en la casa de Inocencio con una granada
debajo del cuerpo. Entonces, cuando un grupito de tres campesinos entró a
la casa y abrió el hoyo de la sepultura allí mismo, no pudo completar el
entierro, porque al mover al muerto estalló la granada. Uno de los tres,
Miguel Matías, murió. El testigo quedó herido y el tercero, ileso.