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CAPITULO I

PRIMEROS SECUESTROS

Se comenzó a oír el estruendo de aviones sobre uno de los poblados


pequeños de Ixcan, llamado Xalbal, sobre volaron varias veces sobre Xalbal
y comenzaron a dejar tirados los ejércitos. Pero a las dos horas los soldados
comenzaron a rodear algunas casas. El mismo parcelista, que era un indígena
de habla chuj, vio de repente su casa rodeada por unos 40 soldados. Los
militares llevaron una lista y le preguntaron su nombre era parecido a uno
que llevaban escrito, lo tiraron de una vez, sin más conversación al zanjón de
la gotera de la casa y lo golpearon pegándole en las manos y los pies, como si
fuera un perro.

Después lo obligaron a que los guiara hasta un afluente del rio Xalbal, en
donde un grupo de parcelistas estaba construyendo hamaca, los soldados ya
tenían la información que allí podrían encontrar reunidos a los campesinos y
rodearon al grupo, pero algunos lograron escaparse a la montaña. De ellos
sacaron a tres hombres Sebastián Felipe, mam, de San Ildefonso
Ixtahuacan; Juan Tomas y su hijo, chujes, de San Mateo Ixtatán. Con tres
capturados fueron a buscar a más gente en sus propias casas, a algunos
encontraron; a otros no. Y así siguieron buscando día y noche.

Una segunda vez rodeo el ejército para sacar a las personas de la lista, fue
un día domingo en que los campesinos, mujeres y hombres, se habían
congregado en el mercado. Entre tanto 30 soldados habían rodeado el
pueblo y atajado los caminos de salida, allí capturaron a tres hombres
Miguel Sales Ordoñez, Alonso Ortiz y José Felipe Sales, los tres mames de
San Ildefonso Ixtahuacan.

CAPITULO II
PERSECUCION A LA IGLESIA

El ejército baja al Padre Guillermo (20 de noviembre de 1976).


Toda la gente estaba reunida en la iglesia del Pueblo Nuevo. Era un día
sábado y esperaban que el P. Guillermo Woods llegara en su avioneta para
celebrar la misa. Woods, desde Guatemala, pregunto por el tiempo y le
contestaron que estaba normal. Pero pasó la hora y no llegaba, pasó la hora.
Por fin, a las dos de la tarde se comunicaron con nosotros de la casa central
y nos preguntaron si el padre había entrado al Ixcán porque se sabía que se
había accidentado una camioneta. Fue al otro día cuando se escucho que se
había accidentado al norte de las cumbres de los Cuchumatanes, todos los
testigos del Ixcán acusan al ejército de haberlo bajado.

El Padre Carlos es expulsado (19 de diciembre de 1978). Fue apresado en


Huehuetenango por el ejército y expulsado del país, lo llevaron al cuartel de
Huehuetenango. Cuando supimos que llego a Guatemala, y lo desnudaron y lo
llevaron a El Salvador desnudo. También era estorbo para los militares, por
ser testigo de lo que hacían, por ser radioaficionado que diariamente se
comunicaba al mundo en alemán.

Dos veces el ejército le puso una trampa. Soldados vestidos de guerrilleros


lo visitaron de noche, pidiéndole que les transportara armas de Pueblo
Nuevo a Mayalán, la segunda vez que le tendieron la misma celada fue el 13
de diciembre y de nuevo se negó Stetter a trasladar armas, a las dos
semanas capturo el ejercito a Stetter y lo saco del país y el Pueblo se quedo
sin sacerdote.

El Padre José María es emboscado con su sacristán (4 de junio de 1980).


Fue emboscado por el ejército junto con su sacristán. Domingo Batz,
mientras volvía del Ixcan a Chajul. Un testigo carismático recuerda que
Gran los visito a ellos antes de subir a la sierra. Se fue el Padre y a los
pocos días oímos que murió, lo mataron con todo y su sacristán; desde ese
día ya no vinieron los padres.

CAPITULO III
SECUESTROS Y TORTURAS

Racha de secuestros durante esos años se dio en el Ixcán Grande una racha
de secuestros individuales consumados y de asesinatos nocturnos
individuales. Estimamos que deben haber sido unos 50 casos aunque no
tenemos documentación más que de los 22. Como pasó con algunos Alejandro
Velásquez, fue secuestrado en la casa de su parcela de Los Ángeles el 28 de
abril de 1979 por la noche.

Luis Martínez, catequista carismático ladino y tesorero de la cooperativa,


fue secuestrado cuando volvía del trabajo a su casa en Mayalán el 5 de
noviembre de 1980 por la tarde. A su esposa la dejaron amarrada en la casa
y los chiquitillos quedaron temblando.

Hilario Sales, guitarrista mam del conjunto carismático de Pueblo Nuevo,


fue secuestrado un domingo a mediados de noviembre en el mercado de esa
cooperativa. Se intento fugar pero lo capturaron nuevamente y lo
torturaron.

Julián Ros, jakalteko, fue asesinado en la casa de su hermano en la parcela


el 29 de noviembre de 1980 en la noche cuando el ejercito intentó
secuestrar a su hermano, presidente de la cooperativa de Mayalán, los
soldados le dispararon a quema ropa.

CUARTO IV
MASACRES SELECTIVAS Y TERROR

Masacre de los dirigentes de Cuarto Pueblo (30 de abril de 1981). Cayeron


víctimas de la represión del ejército 15 hombres de Cuarto Pueblo en el
mismo poblado de esa cooperativa. Seis fueron desaparecidos y nueve
fueron asesinados allí mismo.

Ese mismo día la guerrilla lanzó un ataque al destacamento de Cuarto Pueblo


que pretendía tomar el cuartel y repartir armas para formar otras unidades
militares. El combate se inició a las 5 de la mañana y duro más de dos horas.
El bombardeo se llevó a cabo sobre la iglesia en construcción detrás del
destacamiento y en otro lugar del pueblo por medio de helicópteros y dos
aviones de guerra. El ejercito realizo la masacre después de que la guerrilla
abandonó sus puestos, fue selectiva; el ejercito sólo mató a hombres y a
hombres adultos, además no todo el que fue encontrado en el mercado fue
ejecutado.
Bombazo contra la acción cívica (12 de junio de 1981). El combate de Cuarto
Pueblo inicio una nueva fase de la contrainsurgencia en el Ixcán. La que
había iniciado el año 1975 para ganar las mentes y corazones de los
cooperativistas. Demuestra esta decisión en los mandos del ejército es la
destrucción, por parte del mismo ejército, la del hospital del Pueblo Nuevo.
El ejército destruyó esa obra. Después de eso el ejército se retiro en la
tarde e hizo una balacera nocturna, dejando a un hombrecito flaco allí
muerto y diciendo a la gente que era un guerrillero de los que había quemado
la tienda.

Secuestros con terror (junio de 1981). En los meses posteriores al combate


de Cuatro Pueblo, los secuestros fueron haciéndose no solo para lograr
información, sino más aún para aterrorizar al pueblo. La tortura, también en
vez de mantenerla en secreto, pretendían los torturadores que se
conociera, como sucedió con Baltasar Juan Nicholas en Xalbal, a él lo
sacaron y lo quemaron esa misma noche.

Colgados en los palos (30 de agosto de 1981). Mateo Juan y Mateo Marcos
fueron capturados en Mayalán. Los soldados los capturaron a la vista de
todo el mundo. Días después aparecieron colgados junto al camino de
Mayalán a Pueblo Nuevo; a Mateo Juan le quitaron los testículos y al otro
Mateo le quitaron el pie, del tobillo para abajo.

CAPITULO V
MASACRES AL ORIENTE

Mirada de conjunto Durante estas tres semanas de febrero el ejército


cometió, según nuestros datos, siete masacres, matando a 117 personas en
total, en el área oriental del Ixcan, entre los ríos Chixoy y Xalbal. En fin de
semana del 13 de febrero masacró en Santa María Tzejá de 12 a 17
personas; en Santo Tomás, de 27 a 41; en San Lucas como a 15; y en el
camino a san Lucas a 7.
Masacre de Santa María Tzejá (15 de febrero). El ejército procedente del
río Chixoy al oriente, Salió a patrullar el lunes 15 y pasó cerca de donde
estaba un grupo de población escondido. Una mujer asustada levanto la voz
al detectarlos y los soldados dispararon: una mujer grito al verlos y ¡que
balacera se hizo! Allí fue donde murieron 13 personas. Había una mujer
embarazada, le rajaron el estomago y le sacaron el chiquito. A otro le
quitaron la cabeza y se la metieron en el estomago a la mujer.

Masacre de Santo Tomas (parece 14 de febrero). El ejército llego y muchos


no pudieron salir huyendo del pueblo como las mujeres que acaban de aliviar
que no pudieron caminar o algunos ancianos. El ejercito entro en Santo
Tomás a las 3 de la tarde. Se ven casa en fuego y se oye la balacera, porque
estábamos cerca, fueron 41 muertos.

Masacre de vendedores de cardamomo (parece 13 de febrero). Siete


personas fueron masacradas, cuando iban a vender cardamomo desde Ixcan
Grande a San Lucas se encontraron con el ejercito al cruzar el río Xalbal
sobre la hamaca del polígono 14. Dos de Cuarto Pueblo, una mujer y un
hombre chavos del centro Champerico y los otros cinco del centro Nuevo
Progreso de La Resurrección.

Masacre de San Lucas (parece 15 de febrero). Solamente se sabe que en


San Lucas, también el 15 de febrero, concentro el ejército a la gente y
mataron como 4 familias y quemaron casas abandonadas. Se supuso que hubo
15 muertos.

Masacre de Carismáticos de Pueblo Nuevo (18 de febrero). Fue el primer


golpe que recibió el Ixcan Grande dentro de su territorio. El ejército siguió
la huella de los refugiados de Santo Tomás que cruzaron el río buscando
refugio y comida cuando se encontraron a un grupo de tres familias los
prendieron y los hicieron cruzar el puente del río Xalbal, matándolos en la
playa.

Masacre del Polígono 14 (20 y 21 de febrero). El ejercito penetró en esta


localidad procedente de San Lucas, donde vio a dos exploradores de la
población y los capturó, fueron ahorcados, otras familias también cayeron
un día domingo cuando venían al mercado.

Masacre de Kaibil Balam (27 de febrero). El ejército cayó sobre la población


del parcelamiento Kaibil Balam. Se desplazaron los soldados y querían
rodear el centro del pueblo, pero la población se retiro por el sur; los
soldados los alcanzaron y mataron a dos hombres, a Andrés Gómez de 33
años y a Tino, de 19 años. Y mataron a una mujer como de 35 años, llamada
Rosanda, con sus 3 hijos. A Rosanda la tiraron en un horno de cardamomo y
entre el fuego la quemaron. A otra señora con dos hijos la mataron con puro
tiro. A otra mujer la agarraron viva y la mataron dentro de un chuj con una
granada.

CAPITULO VI
CENTRO NUEVA CONCEPCION

A principios de marzo, la guerrilla se presento en Cuarto Pueblo, haciendo


una especie de ocupación armada. Reunió a la gente y la alertó para que no
se confiaran del ejército y para que impidieran su vuelta saboteando de
nuevo la pista de aterrizaje, entonces se produjo una especie de
insurrección popular llena de entusiasmo. Por fin, el ejército había salido del
área y dejaba en paz a la gente, cansada de controles, abusos y secuestros.

Esta vez, la guerrilla exhortó a la gente a que de nuevo hicieran zanjas en la


pista y estuvieran muy precavidos porque el ejército volvería y volvería a
masacrar.

A los que fueron al pueblo ese domingo 14 de marzo, si, pero a los que tenían
sus parcelas junto a la frontera de México, a una hora y media del pueblo,
no. Sin embargo, a pesar de que los parcelistas de la frontera recibieron el
aviso a tiempo para prevenirse y salir a la montaña, muchos no lo hicieron
caso de él y fueron masacrados. En ese centro serían masacradas 35
personas y desaparecidas al menos 3, en lo que llamamos la primera parte de
la masacre de Cuarto Pueblo.
La población del Cuarto Pueblo no estaba unida ideológicamente, como lo
supuso el ejercito, y había grupos que, si sabían que de alguna forma una
orientación provenía de la guerrilla, entonces se ponían en contra de ella. Y
por eso no hicieron caso al aviso, aunque este fuera comunicado por un
parcelista vecino. Esta actitud fue arropada con argumentos religiosos. En
el centro La Nueva Concepción, los que murieron fueron victima de esta
manera de pensar y reaccionar.

Dejamos al batallón vadeando en el río como a las 5 de la tarde en la mera


línea de la frontera con México. Después de cruzar el río metió a México,
donde acampó esa noche y robo elotes de la milpa de un mexicano. Era
necesario para el ejército entrar a México para sorprender desde allí el día
siguiente a la población de La Nueva Concepción y para impedir, desde la
frontera, que nadie se escapara por la verada que sale de Guatemala a la
colonia mexicana más cercana, llamada Chajul.

Una parte del batallón se detuvo en ese crucero y otra siguió su camino
hacia Cuarto Pueblo, ya que la masacre de La Nueva Concepción debía
sincronizarse con la del centro mismo de la cooperativa. Lo primero que
hicieron los soldados que se quedaron en el crucero fue desparramarse en
grupos para rodear las casas cercanas y, por lo que parece, traer a la gente
a una reunión que se debía celebrar en una casa junto al camino, la casa del
animador, cuyo nombre ya conocemos, Francisco Vargas. Quemaron a la
gente viva el único sobreviviente fue el hijo de Francisco.

El día lunes, 15 de marzo, el testigo principal, después de haber localizado a


su familia y visto a su mujer que estaba a punto de aliviarse, comenzó un
recorrido para ver quien estaba vivo y quien no, para ver qué casa estaba en
pie y que casa estaba quemada; pero bien llevaba el testigo la urgencia
interna por saber quien había tenido la razón, si los que se quedaron en sus
casas o los que, con tanta molestia, habían salido a la montaña. Se fue pues,
hacer su recorrido. Macabro recorrido, por lo que vería, pues cuando llegó a
la casa de Francisco el animador, cuenta: ví los cadáveres de Francisco
Vargas y su familia, quemados sin carne. Los dientes, así, tan feo que se ven.
Luego paso a otras casas que no estaban quemadas, como la de Mauricio
Recinos, quien había salido a la montaña, pero fastidiadisimo por los
zancudos nocturnos. Avanzó a inspeccionar otra casa y de repente ve que de
la casa del emelenista está saliendo humo y que los perros están ladrando.
Había 11 cadáveres tirados aunque no sabemos si entre los 11 se contaba
también la familia de Martín.

CAPITULO VII
MASACRE DE CUARTO PUEBLO

Primero, los testigos que huyeron de la balacera cuando el ejército entró y


pretendió atenazar, como con dos pinzas, a la población. Segundo, los
testigos que presenciaron la acción del ejército durante los tres días que
duro la masacre, ya que ni pudieron huir del acordonamiento, ni fueron
masacrados sino se escondieron pegados a la tierra y desde su sitio oyeron,
son testigos auriculares más que oculares pero inmediatos de los hechos.
Tercero, están los testigos que, después de huir el domingo observaron las
acciones del ejército desde una elevación cercana. Son los exploradores.
Cuarto, los testigos que convergieron al lugar de los hechos, cuando,
después de nueve días, los soldados abandonaron el lugar. Ellos son los tipos
de testigos que relataran la masacre de Cuarto Pueblo donde murieron 324
personas, según nuestras listas.

Es el escenario de los acontecimientos, que recorremos con respeto para


ubicarnos un poco antes de escuchar los relatos. El centro era el mercado,
un pequeño cuadrilátero con un árbol en la mitad. Bajo la sombra de ese
árbol se colocaban entre 75 y 100 puestos de pequeños vendedores,
mientras en las orillas estaban ocupadas por tiendas de parcelistas, unas 15
en total, y comedores. Detrás de la media luna de la loma había muchas
casas de parcelistas, tal vez unas 100 o más. El pueblo estaba rodeado en la
parte baja por un arroyo o río pequeño de aguas limpias, y detrás del arroyo
se levantaba otra loma desde la que se podía observar la pista y más allá del
mercado.

Lo cierto es que el avance de los soldados fue acompañado desde el principio


con un tiroteo sobre el pueblo. Tal vez algunos soldados dispararon al aire,
mientras otros apuntaron a matar contra los que huían, dos balaceras echó
el ejército contra mí, y no me pegó, pero una bala sí pasó en la camisa y me
tire al suelo como muerto. Mientras tanto, dejamos en la casa social a
Joselino, el oyó el discurso de los dirigentes de la celebración dicen los
catequistas no hay que correr, no tenemos delito, nada. Y aquí somos
religiosos nosotros, estamos aquí por parte de Dios, pero además dan otra
razón que es de la imposibilidad de la vida en la montaña, si vamos a la
montaña nos vamos a morir de hambre no vamos a aguantar. En cambio, aquí
si nos va a matar los soldados, vamos a morir de una vez. Entonces ninguno
se movió, de esa forma, los catequistas retuvieron a la gente tristemente se
engañaron y resultaron responsables de esas muertes.

Es la consigna de no huir, como señal para que el ejército se distinguiera


quienes estaban a su favor y quienes no. Además, como constará más
adelante, la consigna no tenía la intención de salvar a los que la obedecieran,
sino de controlarlos y masacrarlos. Esa era la verdadera intención del
ejército en ese momento y lugar. Esa era la intención que estaba incubierta
por el discurso religioso, excerbado por el miedo no distinguieron.

En cuanto a los evangélicos, tuvieron una reacción parecida, puesto que el


que dirigía el servicio contesto al que pasó dándoles la alerta con palabras
parecidas: si no tienes fe en Dios, ora para que se te quite el miedo.
También hubo otros factores, como el apego a las ventas, la solidaridad con
la esposa, la curiosidad, la indecisión y otras.

Fue una escena tremenda, de un niñito que estaba junto a su madre muerta.
Parece que era un bebecito que había quedado en las manos de la mujer,
entonces el soldado, sintiéndose quizás incapacitado de cuidar al niño y
consciente de que la consigna seria, como veremos de matar a todos, lo
agarró de la pierna y somató su cabeza contra el suelo, dejándolo allí
muerto. Parece que mientras unos están acordonando a los grupos de gente,
a otros soldados se les dio la tarea de preparar una buena comida para más
tarde.

Para comer, los soldados robaron de todo y forzaron a la gente a buscar


leña. Otra imagen es la del helicóptero aterrizando para sacar 10 quintales
de cardamomo, el debió haber contemplado la actividad económica de la
gente, hombre y mujeres, que llevaban ese día sus libras a vender en el
mercado con un parcelista negociante que se llamaba Benedicto Escalante.
Diez quintales compro y el ejercito llevo en helicóptero en cuanto al
comerciante, ya no se dice si lo mataron.

Los soldados estaban quemando gente, al parecer en el mercado, ya que esa


noche, como a las 6 de la tarde, comenzó a arder este, también quemaron
esa noche la tienda de la cooperativa y la casa social.

Cuando amanece el lunes mucha gente ha sido masacrada, ni siquiera la


mayoría. Entonces el teniente tuvo un discurso para animar a los soldados a
acabar con la población. Un primer tema del discurso es que había que
acabar con todos porque daban apoyo a la guerrilla. Un segundo tema es la
manera de comprobar que la gente es amiga de la guerrilla, un tercer tema
es el argumento para animar a la tropa. Algunos soldados dudaban y temían
un ataque de la guerrilla. Para levantarles la moral, el teniente les dice:
vamos a ganar, no tengan miedo. Viene la avioneta a ayudar, viene
helicóptero. Los guerrilleros no tienen aviones.

Desde el lunes en adelante hubo hombres que se acercaron al pueblo para


observar desde una elevación la acción del ejército. Ese lunes según un
joven explorador, los niños estaban en la auxiliatura, vivos pero encerrados.
Los separaron de sus madres y el ejército prendió fuego a la auxiliatura
donde estaban los niños. Echaron diesel tal vez y quemó el edificio.

Ese lunes también desarmaron la capilla evangélica para quemarla al día


siguiente, probablemente ese mismo lunes es cuando matan a muchas
mujeres, porque el testigo recuerda que gritaban desesperadas y también
dice que cuando quemaron la capilla, ya las mujeres estaban muertas. La
tarde del lunes está gritando la gente y luego añade: ya está muerto la
gente, cuando la queman.

Así poco a poco fueron terminando a la gente. Todavía el martes quedaban


vivas las mujeres jóvenes y las llevaron en la noche a la galera de la
secadora, donde los soldados decían vamos a ir a joder. El cree que en el
proceso de los cuatro días de masacre mataron primero a los ancianos,
hombres y mujeres, porque las mujeres chavas les sirvieron como cocineras.

Otro explorador ya no oyó bulla de niños y estaban los soldados por grupo,
por grupos regados. El explorador también vio que todavía estaban matando
a gente, pero no por montón, sino uno por uno. Según otro explorador,
también el martes sacaban de la oficina de la cooperativa hacia la escuela
vieja muertos en carreta que se quemarían en dicha escuela.

Después de esos cuatro días de masacre, el ejército todavía permaneció en


el lugar cinco días más. Quemaron más o menos cien casas. Después de eso,
estando el pueblo ya quemado, la población no tendría por que volver, ni
tenía sentido que el ejercito permaneciera por más tiempo.

El ejercito salió el 23 de marzo y el pueblo quedó desierto, como lo


encontrarían los primero que convergen al lugar. No dejaron ni un muerto
tirado entre el monte, porque ellos estuvieron en el pueblo, llegamos a la
escuela grande y abajo de la escuela hay un hoyo. Allí hay huesos, hay bultos
de huesos que no están bien quemados.

Otro lugar es una capilla, tanteamos que allí quedo como 100 gentes. El
segundo lugar más mencionado es la escuela vieja, cercana a la pista, que los
exploradores vieron arder. Un tercer lugar son dos casas o tiendas del
mercado. Y un cuarto lugar es la clínica.

CAPITULO VIII
VIVOS Y MUERTOS

Estos primeros grupos, a diferencia de los que ya vimos que se formaron en


los centros fronterizos, no estaban formados sólo de dos o tres familias
emparentadas, sino de mas familias y estas, vecinas, no necesariamente de
parientes. Llegamos a una casa y están tres niños, de 7, 8 años. Salieron
corriendo cuando nos vieron. Llegamos con otra niñita de 8 años. Estaba
solita en la montaña. Después fuimos a ver a la hermana nuestra. Pensamos
por ella: de plano la mataron.
Los niños de 4, 6 y 8 años. Estaban tranquilos. Pensaban que sus papás están
allá en el pueblo, el de 8 años podía mantener a los más pequeños tenían
panela, tenían su atol de elote. También comieron pollo pero no lo sabían
matar. Vivo lo metieron en la olla y el pollo brinco de la olla.

En medio de los escombros, la vida seguía y algunos hombres como los


testigos, tomaban la iniciativa para congregar a la población dispersa de las
parcelas y sacarla de sus casas, porque era la única forma de protegerse
contra el ejército. El corte de la esperanza facilita la ruptura del lazo que
une a la gente con su casa. Los sobrevivientes estaban desorientados y sin
saber que hacer y esta definición hace que los que escuchan su palabra
desaten el llanto, no por la dureza de su palabra sino porque allí se hacen
cargo de que sus seres queridos están muertos.

Con la masacre del Cuarto Pueblo salieron los primeros refugiados del Ixcan
Grande a México. También ellos estructurarían su vida en formas de
organización social nuevas, cuya base fundamental era la solidaridad. La
hostilidad de los sobrevivientes bajo la montaña se repite aquí entre los
campesinos de México, que desde antes le daban trabajo a los parcelistas.

Están fuera de la lista las 38 personas que murieron ese mismo día en el
Centro de La Nueva Concepción. Por fin, recordemos que los testigos dan
como muertos a los jóvenes, podrían ser 10 o a lo sumo 15, que fueron
sacados vivos en helicóptero durante los días de la masacre hacia Playa
Grande. Mientras en la aldea-finca de San Francisco, cerca de un 90% de la
población fue acabada, aquí solo un 14%. La población total de la cooperativa
de Cuarto Pueblo puede calcularse en unas 2,500 personas a 6.7 habitantes
por parcela. Eran 376 parcelistas.

CAPITULO IX
INTERRUPCION DE LAS MASACRES

En el camino a Los Ángeles, los soldados capturan a campesinos descuidados


que no se han alejado de las casas de sus parcelas y, con ellos y otros, los
oficiales hicieron una reunión esclarecedora de la pregunta que planteamos.
Les confiesan a los campesinos, primero que ellos han sido los que
masacraron a Cuarto Pueblo, y luego añaden que ahora no matarán dando la
razón: no matamos gente, dijieron, porque es aparte el ejercito del
Presidente Lucas. Este es el ejército de Ríos Montt.

En vez de masacrar, los oficiales intentaron organizar una aldea estratégica


con patrullas civiles. Se junto a la población dispersa en el centro del
poblado, donde debía quedarse a vivir. Después de juntar a la gente el
ejército acentuó el elemento de persuasión y le dio la confianza de que no lo
mataría.

Se dibuja también la relación que debía guardar la aldea con el ejército. Los
soldados defenderían a la población, de la misma forma como durante la
reunión salen a patrullar en un momento en que se anuncia un ataque
guerrillero y el capitán ordena a la gente que se esconda en las zanjas de la
pista saboteada.

El jueves 25 de marzo, el batallón salió de madrugada a Pueblo Nuevo, y


entró en ese poblado el mismo día, donde intentó organizar una
concentración, como en los Ángeles. Ese jueves capturo a un hombre, que
descuidado paso por el pueblo. Le dijeron los soldados que citara a la
población y como despedida lo amenazaron y patearon. Permaneció allí el
viernes, sábado y domingo, aguardando que el día de plaza se congregara la
población, pero nadie llego.

La noche del 29, el batallón acampo cerca de la playa del río Xalbal y el día
30 capturo a tres campesinos, dos de los cuales le servirían de guía para
perseguir a la población bajo la montaña el día siguiente. El tercero es un
testigo de la persecución de la gente, que acompañaba al batallón y pudo ver
desde el centro del ejército como se montaba el operativo.

En cuanto a la población, la vemos aquí mas organizada ya que en Cuarto


Pueblo o Los Ángeles. Recordaremos que el ejército había matado a un grupo
de carismáticos el 18 de febrero en estos centros. Debido a ello
probablemente, se encontraban mas prevenidos y habían ya abandonado sus
casas de parcelas para formar grupos que, parecidos a campamentos de
brecheros o campamentos de madereros, vivían en casas improvisadas.
CAPITULO X
MASACRE EN CADENA

Dos veces entro el ejército en Xalbal inmediatamente antes de la masacre.


La primera fue el domingo de elecciones, 7 de marzo, desde Kaibil por el
centro La Cuchilla, al sur del poblado, en busca, parece de personas huidas
de ese parcelamiento. En ese centro mato el ejército a Petrona Ramírez,
cuando un grupo de gente volvía del mercado en la tarde. Al solo ver ella al
ejercito, salió huyendo. Le dispararon. En su pie pego la bala. Y cuando
llegamos, unos chuchos están comiendo esa su canilla de la mujer.

El catequista carismático, Pascual Paiz, se comprometió con los otros


encerrados, no solo a quedarse en el pueblo, sino a convencer a la gente
huida a que volviera. Ya al principio de la tarde del domingo termino su
encierro y el teniente los soltó y les dio comida. Entonces vino el
helicóptero, de los grandotes, con canasta de tamales.

En todos estos capítulos la guerrilla ha estado ausente. La pregunta se


puede plantear: ¿Por qué no defendió a la población para que el ejército no
la masacrara? No tenía la fuerza necesaria para contener al ejercito. Por
eso, casi no se de acciones militares en este recorrido del ejercito.

Al domingo siguiente de la reunión de pantalla con los carismáticos, la


guerrilla hizo una ocupación armada de Xalbal para persuadir a la gente que
saliera del poblado. El resultado de la acción no fue completamente exitoso,
ya que unos que otros por capricho no se fueron y algunos carismáticos no
obedecieron, cosa que pagarían con sus vidas.

Para poder seguir el hilo de una masacre en cadena, hay que considerar
cuatro días, los tres primeros, seguidos y el cuarto, el lunes 5 de abril. Los
tres primeros días corresponden a la entrada del ejercito a Xalbal con las
capturas iniciales y la quema de las primeras familias; la estancia del
ejercito, con la captura de un joven usado para buscar y emboscar a otros,
la quema de más gente y la quema del pueblo y la salida del ejercito, con la
emboscada a otros y la terrible masacre de Kaibil. Por fin el cuarto día, una
bomba estalla bajo un cadáver y mata a uno de sus enterradores, estando ya
el ejército ausente.

El ejército preguntaría en ambas casas donde estaban los jefes de la familia


respectivos y las mujeres responderían que estaban fuera, cada uno en una
celebración religiosa distinta. Entonces los soldados capturaron a las
familias. Ambas familias fueron llevadas a una casita de reunión que estaba
cerca y allí en esa casita las matarían y quemarían esa noche.

Los acontecimientos de este día pueden ordenarse esquemáticamente de la


siguiente manera: primero, de mañana, el ejército capturo al hijo de Tomas
Sebastián. Segundo, también en la mañana, fueron quemadas nueve personas
en la iglesia evangélica kanjobal. Tercero, también en la mañana los soldados
comenzaron a quemar todo el poblado. Y cuarto, tal vez en la tarde,
quemaron en la misma iglesia a otras cuatro personas. De manera que
morirían a manos del ejército un total de 13 gentes.

El primer paso fue capturar a un catequista carismático y a dos de sus hijos,


llamado Alfonso Ramírez Gómez, quien, para variar no era chuj, sino mam de
San Ildefonso Ixtahuacan. Junto con Pascual Paiz. El siguiente paso fue
dirigirse a media noche a la casa de Inocencio, el que se había citado con el
explorador Sebastián por medio de la nota.

El que llamamos Inocencio se salvo, pero dos hijos de Pascual Paiz, Gaspar
de 21 años y Pascual de 13, cayeron en la emboscada al visitar la casa de
Inocencio. El tercer paso fue cuando el ejército, siempre en su salida de
Xalbal, persiguió la huella de Inocencio y topo con la casa de otro campesino
chuj, llamado Miguel Carmelo. Lo capturo junto con dos de sus hijos.
Solamente se escapo uno de sus hijos, el cual había insistido con su padre
para que abandonara su casa.

La mujer había salido de la casa, pero no pudo correr por estar recién
aliviada y cuando vio que a los suegros le ponían unos lazos en el pescuezo,
ella pego un grito y el soldado la descubrió, amarro y arrastro hasta el
horno: la metieron en el fuego y al chiquitillo lo tiraron al horno. El señor
Crisanto fue crucificado como Jesucristo.
Los parientes y amigos se acercaron a los cadáveres para enterrarlos. Uno
de estos cadáveres era del joven estudiante, Gaspar Paiz. El ejército lo
había dejado sobre una mesa en la casa de Inocencio con una granada
debajo del cuerpo. Entonces, cuando un grupito de tres campesinos entró a
la casa y abrió el hoyo de la sepultura allí mismo, no pudo completar el
entierro, porque al mover al muerto estalló la granada. Uno de los tres,
Miguel Matías, murió. El testigo quedó herido y el tercero, ileso.

Al retirarse el ejército de toda la zona, se presentó para Xalbal, como


también para las otras cooperativas, la alternativa de seguir las actividades
agrícolas o interrumpirlas. Los primeros pasos del proceso hacia el trabajo
colectivo tendrían proyección muy grande, puesto que supondrían un cambio
en el modo de producción. La razón fundamental del cambio era la necesidad
de la defensa contra el ejército. Trabajando todos juntos se podría colocar
una vigilancia que avisara la llegada de los soldados.

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