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EL PECECITO QUE ANDABA BUSCANDO EL OCÉANO.

Tony de Mello nos cuenta la historia de un pececito que andaba buscando


desesperadamente el océano. Lo buscaba y lo buscaba por todas partes pero no
lo encontraba. Incluso empezó a dudar de su existencia pues había oído que
muchos peces sabios decían que no existía, que era tan sólo un invento de los
peces anteriores mucho más ignorantes que ellos.

Un día, se encontró con un pez muy viejo y venerable y le dijo:

-Sin duda que usted podrá ayudarme. Dígame, ¿dónde puedo encontrar el
océano? He estado buscándolo por todas partes, sin resultado.

-El océano -respondió el viejo- es todo esto: donde nadas, buscas, vives. Fuera
del océano estarías muerto.

-¿Pero qué locuras me dice usted? Si esto es sólo agua -y el pececito se alejó
decepcionado, pensando que los muchos años habían vuelto imbécil al pez
viejo.

Reflexión:

Buscamos a Dios o incluso negamos su existencia sin caer en la cuenta que en él


estamos, vivimos y nos movemos. Nos pasa como a los judíos en tiempos de
Jesús: tenían al mesías con ellos pero no supieron reconocerlo.
HISTORIA DEL AMOR.

El otro día me encontré a un niño y me dijo; ¿Qué es el amor?

Yo le dije: — Bueno… el amor es lo más hermoso que tiene la vida.

Me dijo el niño: y ¿Qué es lo más hermoso que tiene la vida?

Le dije: — lo más hermoso de la vida es Dios y todo lo que Dios nos da.

El niño me estaba haciendo preguntas que a su edad se me hacía muy extraño,


pero a la vez disfrutaba contestándolas.

Después me dijo: ¿Quién es Dios?

Le dije: ¿no sabes quién es Dios?

Me dice: exacto… no sé quién es Dios.

Le dije: Dios es la persona más grande del mundo, la persona más buena… él fue
quien nos trajo al mundo. Y todos lo llamamos Padre. El mando a su Hijo Jesús
para que muriera por nosotros para salvar al mundo. Dios nos dio la vida y solo él
nos la puede quitar.

Y solo él contesto: ahhhh

Pero después le dije: ¿Por qué me haces todas estas preguntas? ¿Dónde están
tus padres? ¿Quién eres tú?

Me dijo: son muchas preguntas a la vez. Primero no tengo padres yo solo vivo en
la calle con mis hermanitos, mi hermano el más grande se fue con sus amigos y
ya nunca regreso. Hace rato… menos de una hora, nos estábamos muriendo de
hambre teníamos mucha sed… llevábamos un día sin comer.

Lo interrumpí y le dije: no te preocupes pequeño yo te ayudare… a ti y a tus


hermanitos… los llevare a comer.

— ¡No!— (Me dijo)… yo solo llegue a usted para que me respondiera a esas
preguntas. Nosotros ya no tenemos hambre. Un anciano nos dio de comer. El, nos
hablo del amor, de la vida y principalmente del amor al prójimo, me dijo que su
nombre era Jesús el hijo de Dios. —Casi lo mismo que usted me dijo.

Le dije: pequeño dichoso tu que has conocido a Dios. El amor al prójimo, el amor a
tus hermanitos, la lucha de la vida y el noble corazón que tienes… te hizo
conocerlo.

Ahora… ven conmigo que ahora tienes un nuevo hogar que podrás disfrutar.

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