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El modelo de la ocupación humana “se ocupa, por sobre todas las cosas, de ver hasta qué punto
los individuos pueden participar en las ocupaciones de la vida y lograr una condición de
adaptación positiva” (Crepeu, Chohn & Schell, 2011). Dicho modelo tiene relación con la persona y
el entorno, el primero involucra tres elementos interactivos que son: la volición, la habituación, y
la capacidad de desempeño; El segundo contempla las dimensiones del hacer, la identidad,
competencia, y adaptación ocupacional.
En cuanto a la persona es necesario describir los tres elementos interactivos, primero la volición,
incluye: la combinación de pensamientos y sentimientos respecto de hacer cosas, de este se
deriva la causalidad personal, los valores e intereses de la persona; el segundo es la habituación
contemplada desde la organización de actividades propias y patrones que contribuyen a las rutinas
diarias, este incluye los hábitos y rutinas; y el tercero, reconocido como la capacidad de
desempeño, descrita como la capacidad que tiene la persona para desempeñar cierta actividad
(Kielhofner, 2006).
Se desglosan las dimensiones del hacer, la identidad ocupacional vista como el saber quién es uno
y quien desea llegar a ser; otro es la competencia ocupacional vista como el grado de participación
para sostener un patrón de participación ocupacional y por último, la adaptación ocupacional
descrita como: la construcción de una identidad y el logro de la competencia. (p.152-153)
Problemas y desafíos:
Según Kielhofner (2006), se presentan algunos problemas y desafíos que deben ser manejables
con el modelo, estos son:
Cuando hay falencias con las identidades de las personas, la adaptación ocupacional se ve
amenazada.
Los problemas de adaptación se explican desde el estado volitivo, la habituación, la
capacidad de desempeño y el ambiente.
La volición en ocasiones conduce a elecciones o actividades que son las fuentes del
problema.
Cuando la persona pierde su habituación, pierde también la facilidad de la vida.
Las incapacidades pueden afectar los hábitos, lo que ocasiona que estos deban ser
modificados.
El ambiente físico y social pueden tener barreras.
Intervención terapéutica:
Ahora bien, para poder lograr lo anterior, es necesario considerar que la actividad debe ser real a
nivel ocupacional, ya que esto permitirá que haya un cambio y también es importante resaltar que
para que haya efectividad en los resultados, la intervención se debe centrar en la persona quien es
quien da significado a lo que realiza (Kielhofner, 2006).
Por otro lado, De las Heras (citado por Carrasco, 2004) menciona que, para la intervención, el
cambio ocupacional ocurre a través de una continua progresión desde la exploración al estado de
competencia y finalmente estado de logro.