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El libro del Eclesiástico

El libro del eclesiástico o también llamado Sirácide en razón de Jesús Ben Sirá,
quien en el prólogo es proclamado como su autor por su nieto; quien ha recopilado
su enseñanza y ahora la traduce a lengua griega. Se estima que fuese escrito
hacia el año 168 a.C previo a la rebelión macabea.

En su consideración en torno a la intencionalidad del autor, Daniel Dore intuye


que quizá la razón que motiva, primeramente su recopilación y posteriormente la
traducción podría ser la intuición de querer llegar a un público que por sus
condiciones y estilo de vida no podrían acceder a estudios profundos y minuciosos
del espíritu de la ley, por tanto esta serie de instrucciones que tienen su marco de
acción en la cotidianidad podrían ser de utilidad a un público que no tiene la
posibilidad de ser letrado en lo referente a la palabra. Y además a una porción a
quien se ofrece por doquier la posibilidad de aprender y asimilar las diversas
costumbres provenientes del helenismo que se hallan en el entorno.

Consideración que tampoco resultó ajena a las primeras comunidades cristianas


que vieron también en dicho libro la posibilidad de instrucción para los
catecúmenos que aspiraban al bautismo y en razón de ello es que el libro toma el
nombre de Eclesiástico; en virtud de su lectura por parte de los creyentes y su
proclamación en el ámbito comunitario. (cfr Dore, p.44-46)

El libro se constituye como el escrito con mayor talante moral por lo sensato de
sus reflexiones como también por la amplitud de visión con que el autor aborda
las distintas problemáticas de la existencia humana de quienes confiesan su fe en
Yahvé. Pues el libro busca convertirse en un espíritu amigo que conduzca al
creyente piadoso mediante su instrucción a la más devota observancia de la ley y
adhesión al espíritu del Señor.
Así pues según Armstrong resultan ser cardinales tres claves teológicas que
permitirían dilucidar el sentido del texto; a saber:

- El temor del Señor Eclo 1,11-20


- La Sabiduría en la historia de Salvación Eclo 44,1-50,21
- Y la Sabiduría de la Ley Eclo 24, 23-34 (cfr Amstrong p.52)

Además si bien el libro presenta notables similitudes para con el libro de


proverbios no obstante también son notables las diferencias que entre ellos
existen pues según el análisis de Vilchez sin bien en el Eclesiástico no se
encuentran grandes discursos por el contrario no es posible encontrar versos
sueltos como ocurre en proverbios, pues el libro se halla articulado por pequeños
discursos en los que los versículos giran en torno a una misma cuestión.

No obstante si son comunes formas literarias como: el paralelismo sinonímico


Eclo 3,3. El paralelismo antitético Eclo 3,9 y el paralelismo sintético Eclo 7,15.
( Cfr Vilchez 1995,p.57)

Finalmente Ben Sira empleará los llamados retratos históricos de los que se sirve
para su reflexión exhortativa, empleando los nombres de treinta y cuatro hombres
de bien, cuyos nombres se hallan contenidos en las escrituras canónicas
(cfr Vilchez, 1995, p.58)

En cuanto respecta a la comprensión antropológica que el autor expone, se


percibe la amplitud de quien ha estado en distintas situaciones y culturas pues a
diferencia de otros textos no va a proponer una comprensión inclinada hacia un
lado de la balanza sino que por el contrario plantea la comprensión del hombre
como un ser abierto al bien y al mal “¿Un linaje honroso? El linaje humano; . ¿Un
linaje abyecto? El linaje humano” (Eclo 10,19) . Expresado mediante expresiones
de tipo binomial como nota Vílchez:

sensato – necio (20,7) ,Justo – malvado (19,22-24), Rico- pobre (7,15; 10,30)

Generoso – tacaño (18,16), Alegre – triste ( 30, 22-25), Humilde- soberbio (10, 9-
11) y finalmente Mortal- inmortal ( 41,1-2). Cfr ( Vílchez 1995, p.65-69)
No obstante si ha de elegirse un hilo conductor que nos lleve a lo largo de la obra
de Ben Sira, el temor del Señor en cuanto virtud cardinal que ha de cultivar el
hombre piadoso que busca a Yahvé ocupa un lugar central en la reflexión, pues
en el trasegar de su teología se considera como primicia y culmen de toda
sabiduría , no obstante, paradójicamente es la condición necesaria que posibilita la
aproximación y posesión del hombre hacia la misma.

Y ello se podría entender perfectamente si tenemos en cuenta que al traducirse


en lengua griega busca sobretodo favorecer a los que se hallan inmersos en un
ambiente fuertemente helenizado y que aún en medio de ello han de mantener la
fe en el Dios de sus antepasados por la rectitud de costumbres .

Finalmente se podría concluir que el libro del eclesiástico se constituye como un


interesante ejemplo, en cuanto se refiere a la experiencia creyente en Yahvé, que
no obstante ha sido capaz de convivir y enriquecerse a partir de lo observado en
distintas situaciones en distintos lugares y culturas.

Además se convierte en una interesante guia para el hombre creyente en razón de


la vitalidad que implica el hecho mismo de nutrirse directamente del conjunto de
las experiencias vitales de su autor, un hombre que ha tenido la posibilidad de
viajar, conocer , experimentar un sinfín de situaciones y finalmente reflexionar
concienzudamente y elaborar una reflexión hilando sabia y finamente.

Trabajos citados
Armstrong, S. (12 de marzo de 2019). estudios bíblicos. Recuperado el 12 de marzo de 2019, de
libros poeticos y sapienciales:
https://estudiobiblico.files.wordpress.com/2013/05/apunte-poc3a9ticos-y-sapienciales-
nuevo.pdf

Dore, D. (1997). Eclesiastés y Eclesiástico. Stella: Verbo divino.


Rodriguez Torné, I. (12 de marzo de 2019). La literatura sapiencial Bíblica. Recuperado el 12 de
Marzo de 2019, de http://www.agustinos-
es.org/FVR/forcont/c4/TEMA%20La_literatura_sapiencial_biblica.pdf

Vílchez Líndez, J. (1995). sabios y sabiduria en israel. Stella: Verbo divino.

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