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Tradiciones fúnebres en la antigüedad

En cuanto a la muerte y las tradiciones fúnebres como elementos comunes a la comunidad


humana universal es posible identificar las características propias de la cultura en la que surgen el
antiguo y nuevo testamento así como las de las culturas circundantes para encontrar lo especifico
de cada tradición como también puntos de encuentro.

Tradición fúnebre hebrea:

Esta tradición se ha de observar en el marco de lo que la mentalidad semita en la que conceptos


como alma, cuerpo y espíritu se comprenden como una integralidad además resulta también
importante en este sentido considerar la escatología hebrea que según reza Gn 3,19 “polvo eres y
al polvo volverás” pone de manifiesto una concepción según la cual el hombre viene de un estado
de inexistencia y al mismo retorna luego de la muerte. En esta forma de concebir la muerte no se
considera la posibilidad de una vida inmediata a la muerte.

El cuerpo se trasladaba hasta el sepulcro en un féretro de mimbre o en una camilla en medio de


un cortejo procesional plañidero y durante el entierro los asistentes solían hacer pequeños
desgarros en sus vestiduras.

Las sepulturas hebreas suelen ser simples y con algunas características particulares como el hecho
de ser un espacio familiar. Un nicho excavado en la roca al que se accede por un pasillo que se
abre al correr una roca de gran tamaño; en este espacio se solía depositar los cuerpos boca arriba
luego de ser lavados y adosados con ungüentos y especies aromáticas. Además se acostumbraba a
que el difunto luciera sus insignias. Costumbre luego remplazada por el uso de un sudario. (blog)

Tradición fúnebre mesopotámica

Para esta cultura la concepción de la muerte adquiere un tinte un tanto más negativo que la
anterior ya que se considera que después de la muerte el alma ayudada por una serie de rituales
ha de realizar un tránsito al inframundo. Lugar que se describe como polvoriento y donde el agua
es salada por tanto es también lugar de sed; llamado el lugar del no retorno.

La forma habitual de ayudar a dicho transito es el entierro que tenía lugar generalmente cerca de
la casa de los familiares del difunto, así pues se excavaba un pozo y en él se depositaba el cuerpo
junto con ofrendas entre las que se hacía presente el agua.

En la concepción de esta cultura solamente se concede el disfrutar de la vida sin término al héroe
humano.

No obstante sucede distinto con los miembros que en vida fuesen pertenecientes a la casa real ya
que estos eran enterrados con artículos de valor material como también de valor emocional, a la
vez que había entre sus sirvientes hombres y mujeres disponibles a sacrificarse junto con el
difunto ya que después de dicho transito resucitarían para seguir sirviendo a sus amos que par
aquel entonces se habrían transformado en dioses.
Tradición fúnebre helénica

Esta tradición también concibe la muerte como un trance obscuro, pues después de la muerte
aguarda el Hades; un lugar poco agradable al que solo pueden acceder las almas cuyo cuerpo ha
sido debidamente honrado con las tradiciones fúnebres correspondientes. En la mentalidad
helénica solamente tienen acceso a los campos Elíseos personalidades heroicas o aquellos casos
singulares como el de Prometeo quien logra burlar la muerte.

Las honras fúnebres realizadas por los griegos incluyen también una debida preparación del
cuerpo en la que el cuerpo se viste, no con mas de tres prendas y se cubre con una especie de
sudario dejando al descubierto la cabeza que se adornará con coronas y joyas.

Una vez listo el cuerpo se procedía a realizar una velación por espacio de dos días, en casa del
difunto o en casa de familiares allegados; acto que servía para confirmar la muerte y dar espacio al
lamento funerario.

Existe también un sentido por el cual se tiene cautela ante el sentido de contaminación que
evocan los muertos, por ello existen una serie de ritos de purificación, generalmente con agua,
que deben realizar los asistentes a los actos fúnebres así como también la purificación del lugar en
el que se realizan.

Finalmente antes del amanecer del tercer dia, el cuerpo es llevado junto con un cortejo fúnebre a
un lugar fuera de las murallas de la ciudad o bien a propiedades de la familia para ser quemado
antes del comienzo del dia. Posteriormente se han de recoger sus cenizas en una vasija que
posteriormente se enterrará y sobre la cual se levantara una estela o un monumento que haga
alusión ala personalidad de quien yacen ahí cuyos restos.

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