¡Tú también, princesa, en tu fría estancia miras las estrellas que tiemblan de amor y de esperanza! ¡Mas mi misterio está encerrado en mí, mi nombre nadie sabrá! ¡No, no, sobre tu boca lo diré, cuando resplandezca la luz! ¡Y mi beso deshará el silencio que te hace mía!