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“EL SEÑOR PRESIDENTE”

DE: MIGUEL ANGEL ASTURIAS

NOMBRE:xxxxxxxxxxxxxxxxxxCOLEGIO:

“JUAN ALBERTO LACROZE”

CURSO:xxxxxxxxxxxxxxxxxx

TURNO: TARDEMATERIA: LENGUAJE ARTISTICOPROFESORA:xxxxxxxxxxxxxxxxxxAÑO: 2012

INDICE

BIOGRAFIA………………………………………………………………..

pág. 04

INTRODUCION

(PROLOGO)……………………………………….. pág. 05
DESARROLLO (RESUMEN POR PARTES) …………………… pág. 06

REFERENCIAS DE LA OBRA (CONTEXTO HISTORICO)… pág. 17

CONTEXTO LETERARIOS ………………………………………...... pág. 17

MOVIMIENTO LITERARIO …………………………………………. pág. 19

PERSONAJES CARACTERI

ZADOS …………………….………... pág. 20

RECURSOS DE ESTILO …………………………………………….... pág. 21

CONCLUSION …………………………………………………………… pág. 22


BIBLIOGRAFIA …………………………………………………………. pág. 23

ANEXOS ………………………………………………………………….. pág. 24

BIOGRAFIA

Miguel Ángel Asturias nació en Guatemala en el año 1899

falleciendo enMadrid, en el año 1974. Poeta, narrador, dramaturgo, periodista ydiplomático


guatemalteco, considerado uno de los protagonistas de laliteratura hispanoamericana del siglo XX.
El empleo personal que hace dela lengua castellana constituye uno de los mundos verbales más
densos,sugerentes y dignos de estudio de las letras hispánicas.Se graduó de abogado en la
Universidad de San Carlos, en Guatemala,donde participó en la lucha contra la dictadura de
Estrada Cabrera, hastaque éste fue derrocado. Fundó y dirigió la Universidad Popular en 1922.
Yaen ese entonces empezó escribir. Partió luego a Europa, donde vivióintensamente los
movimientos y sucesos que la transformaban.Miguel Ángel Asturias regresó a Guatemala en 1933,
donde ejerció ladocencia universitaria, fundó el

Diario del Aire

, primer radio periódico delpaís y vivió una agitada vida cultural y académica. En el
períodorevolucionario de 1944 a 1954 desempeñó varios cargos diplomáticos. En1966 ganó el
Premio Lenin de la Paz y en 1967 el Premio Nobel deLiteratura. Murió en Madrid el 9 de junio de
1974, pero sus restos reposanen el cementerio de Pere Lachaise, en París.
INTRODUCCION

PROLOGO

Miguel Ángel Asturias comenzó a escribir El Señor Presidente, por los años20, cuando fue
derrocado el entonces Presidente de la República deGuatemala, Licenciado Manuel Estrada
Cabrera, con quien se identifica elpersonaje alrededor del cual gira la novela. Después de varias
revisionesen 1925 y 1932, finalmente se publica en 1940, cuando el autor inicia sucarrera
diplomática.Dividida en tres partes, la primera se desarrolla temporalmente los días21, 22 y 23 de
abril y comprende once capítulos, relativamente breves,que preparan la trama de la novela: la
muerte del Coronel José Parrales

Sonriente alias “el hombre de la mulita”, la intervención de Cara de Ángelen la fuga del general
Canales, y en la desaparición y el matrimonio “inarticulo mortis” de Camila.

La segunda parte comprende los días 24, 25, 26 y 27 de abril, con dieciséiscapítulos en los que se
pinta el terror del pueblo al solo nombre del SeñorPresidente.

La tercera parte, cronológicamente comprende “semanas, meses,años…”, en un total de catorce


capítulos más un epílogo.

DESARROLLO

RESUMEN POR PARTES:

Primera parte

21, 22 y 23 de abril

I.

En el Portal del Señor:

Los pordioseros se arrastraban por las cocinas del mercado, perdidos en la sombra dela Catedral
helada, de paso hacia laPlaza de Armas, a lo largo de calles tan anchas como mares en la ciudad
que se ibaquedando atrás.La noche los reunía al mismo tiempo que las estrellas. Se juntaban a
dormir en elPortal del Señor sin más lazo común que la miseria: el Patahueca, el Pelele

un idiotaque en sueños llamaba a su madre


, el Viudo, el Mosco, un ciego al que le faltaban lasdos piernas.Un día el Pelele subió hacia el Portal
del Señor, herido en la frente. Cayó medio muertodespués de noches y noches sin dormir. Por el
Portal del Señor avanzó un bulto. Sedetuvo

la risa le entorchaba la cara

y acercándose al idiota le dio un puntapié y, enson de broma, le gritó:

¡Madre!No dijo más. Arrancado del suelo por el grito, el Pelele se le fue encima, le enterró
losdedos en los ojos, le hizo pedazos la nariz, le dejó inerte y escapó por las calles.Una fuerza ciega
acababa de quitar la vida al coronel José Parrales Sonriente, alias elHombre de la mulita.

II.

La muerte del Mosco:

El sol entredoraba las azoteas salidizas de la segunda Sección de Policía. En la Secciónesperaban a


los presos grupos de mujeres descalzas, con el canasto del desayuno.Un gendarme ladino les pasó
restregando al Mosco. Lo habían capturado en la esquinadel Colegio Infantes y lo llevaban de la
mano, hamaqueándolo como a un mico.Los pordioseros que iban capturando pasaban derecho a
una de las Tres Marías,bartolina estrechísima y oscura.Un estudiante y un sacristán se
encontraban en la misma bartolina, presos por política,aunque el segundo lo había sido por
cometer un error: por quitar un aviso de la Virgende la O, quitó del cancel de la iglesia, el aviso del
jubileo de la madre del SeñorPresidente. A media noche, los pordioseros presos fueron
interrogados. Uno a unocontestó que el autor del asesinato del Portal era el Pelele. El Auditor
General de

Guerra mandó atormentarlos. “¡Fue el idiota!” —

gritaban.

Mentira!… afirmó el Auditor, —

Yo le voy a decir, a ver si se atreve a negarlo,quiénes asesinaron al Coronel José Parrales


Sonriente; y se

lo voy a decir… ¡El General


Eusebio Canales y el Licenciado Abel Carvajal!

Al Mosco le colgaron de los dedos: seguía afirmando que había sido el Pelele. Al soltarla cuerda, el
cadáver del Mosco cayó a plomo.El Auditor corrió a dar parte al Señor Presidente de las primeras
diligencias delproceso, en un carricoche tirado por dos caballos flacos.

III.

La fuga del Pelele:

El Pelele huyó por las calles, intestinales, estrechas y retorcidas, de los suburbios de
laciudad.Medio en la realidad, medio en el sueño, corría perseguido por los perros y los clavosde
una lluvia fina. Se desplomó en un montón de basura y se quedó dormido. Loszopilotes le cayeron
encima. La noche entera estuvo quejándose quedito y recio.

“Entre las plantas silvestres que convertían las b

asuras de la ciudad en lindísimasflores, junto a un ojo de agua dulce, el cerebro del idiota
agigantaba tempestades en elpequeño universo

de su cabeza”

IV.

Cara de Ángel:

El Pelele seguía soñando: “Lo que no tuvo en la vida: un pedazo de cera para mastica

rcomo copal, un pirulí de menta, u

n estanque de peces de colores”

.Por una vereda de tierra de color de leche, bajó un leñador seguido de un perro. Sindejar la carga
tiró de un pie al supuesto cadáver, y cuál su asombro al encontrarse conun hombre vivo. Los pasos
de alguien que andaba por allí acabaron de turbar al

leñador. Si fuera un policía…


“Vi que lo desenterraba —

rompió a decir una voz a sus espaldas

y regresé porque

creí que era algún conocido; saquémoslo de aquí…”

El leñador por poco se cae de

l susto. “El que hablaba era un ángel: tez de dorado

mármol, cabellos rubios, boca pequeña y aire de mujer en violento contraste con lanegrura de sus
ojos varoniles. Vestía de gris. Su traje, a la luz del crepúsculo, se veíacomo una nube. Llevaba en
las manos finas una caña de bambú muy delgada y unsombrero limeño que parecía una paloma.

¡Un ángel… —

el leñador no le desclavaba los ojos

—,… un ángel —

se repetía

—,… unángel!”

Lo sacaron del barranco.

“El aparecido consultó su reloj y se marchó

de prisa, después de echar al herido unas

cuantas monedas en el bolsillo y despedirse del leñador afablemente”.

V.

¡Ese animal!:

El secretario del Presidente acompañó al doctor Barreño unos pasos. El Presidente dela República
le recibió en pie, la cabeza levantada, un brazo suelto naturalmente y elotro a la espalda y, sin
darle tiempo a que lo saludara, le cantó:

—“Yo le diré dónde, Luis, ¡y eso sí!, que no estoy dispuesto a que por chismes de
mediquetes se menoscabe el crédito de mi gobierno en lo más mínimo. ¡Deberían

saberlo mis enemigos para no descuidarse, porque a la primera, les boto la cabeza!

¡Retírese! ¡Salga!…, y ¡llame a ese animal!”

Salió el doctor Barreño. Entró en su casa que pedazos se hacía.

“En el Palacio, el Presidente firmaba el despacho asistido p

or el viejecito que entró al

salir el doctor Barreño y oír que llamaban a ese animal”.

Ese animal era un hombre pobremente vestido, con la piel rosada como ratón tierno,el cabello de
oro de mala calidad, y los ojos azules y turbios perdidos en anteojos colorde yema de huevo.El
Presidente puso la última firma y el viejecito, por secar de prisa derramó el tinterosobre el pliego
firmado.

—“¡ANIMAL!

Se…ñor!

¡ANIMAL!

Un timbrazo…, otro…, otro…. Pasos y un ayudante en la puerta”.

“Minutos después en el

comedor:


¿Da su permiso, Señor Presidente?

Pase general.

Señor, vengo

a darle parte de ese animal que no aguantó los doscientos palos”.

La sirvienta corrió a preguntar por qué no había aguantado.

¿Cómo por qué? ¡Porque se murió!

¿Y qué?

Dijo el Presidente

¡traiga lo que sigue!

VI.

La cabeza de un general:

Miguel Cara de Ángel, el hombre de toda la confianza del Presidente entró desobremesa. (Era
bello y malo como satán).El Presidente vestía, como siempre, de luto riguroso. Encaminó su
conversación.

Te llamé, Miguel, para algo que me interesa que se arregle esta misma noche. Lasautoridades han
ordenado la captura de ese pícaro de Eusebio Canales. Aunque es unode los que asesinaron a
Parrales Sonriente, no conviene al gobierno que vaya a lacárcel y necesito su fuga inmediata.

El favorito salió… Llegó a la casa de Canales situada en el barrio de la Merced. Salió una

señorita de la casa del general y Cara de Ángel no esperó más.


Señorita

le dijo

prevenga al dueño de la casa, que tengo algo muy urgente quecomunicarle.

¿Mi papá?

¿Hija del general Canales?

Sí, Señor.Regresó al fondín de la esquina opuesta a la casa.Ahí se le presentó el policía Lucio


Vásquez.La Masacuata, la dueña del fondín le contó que Fedina, la mujer de Genaro Rodasandaba
contando que la hija del general iba a ser la madrina de su hijo.

Cara de Ángel se despidió. Partió a toda prisa con la bufanda negra sobre la carapálida. Llevaba en
las manos la cabeza del general y algo más.

VII.

Absolución arzobispal:

Genaro Rodas se detuvo. Lucio Vásquez asomó. La Policía secreta no desamparaba niun momento
el Portal del Señor.Vásquez y Rodas siguieron calles arriba y se colocaron en una cantina llamada
ElDespertar del León.El Pelele engusanaba la calle de quejidos. La plaza asomó por fin. Vásquez lo
alcanzó aver. Un alarido desgarró la noche. Vásquez, a quien el Pelele vio acercarse con lapistola
en la mano, lo arrastraba de la pierna quebrada hacia las gradas que caían a laesquina del Palacio
Arzobispal. Rodas asistió a la escena.Al primer disparo el Pelele se desplomó por la gradería de
piedra. Otro disparo puso fina la obra. Y nadie vio nada, pero en una de las ventanas del Palacio
Arzobispal, los ojosde un santo ayudaban a bien morir al infortunado.
VIII.

El Titiriteo del Portal:

“A las detonaciones y alaridos del Pelele, a la fuga de Vásquez y su amigo, mal vestidos

de luna corrían por las calles sin saber bien lo que había sucedido y los árboles de laplaza se
tronaban los dedos en la pena de no poder decir con el viento, por los hilostelefónicos, lo que
acababa de pasar. Las calles asomaban a las esquinaspreguntándose por el lugar del crimen y,
como desorientadas, unas corrían hacia losbarrios céntricos y ot

ras hacia los arrabales”

.De repente abrióse una puerta en el Portal del Señor y como ratón asomó el titiritero.Apodaban a
su esposa doña Venjamón, sin duda porque él se llamaba Benjamín.

“Don Benjamín no medía un metro; era delgadito y velludo como un murciélago y

estaba aliviado si quería ver en lo que paraba aquel grupo de gentes y gendarmes a

espaldas de doña Venjamón, dama de puerta mayor”.

Cuatro hombres borrachos cruzaron la plaza llevando en una camilla el cuerpo dePelele.

IX.

Ojo de vidrio:

Los desagües iban llevándose la luna a flor de tierra y el agua de beber contaba en lasalcantarillas
las horas sin fin de un pueblo que se creía condenado a la esclavitud y alvicio.Genaro volvió a su
casa. Le pareció que el fantasma de la muerte se alzaba de la cunade su hijo.

¡El Portal! ¡El Portal!

gritó Genaro.

¡Sí! ¡Luz! ¡Fósforos! Sobre las gradas, sí,

para abajo, rodó chorreando sangre al primer disparo. Lo más grave es que Lucio…—

¿Es al que dicen Terciopelo?


—Sí… Estaba mandado. Hay orden de captura contra el general Canales y un tipo que

se va a robar a su hija hoy en la noche.

¿A la señorita Camila? ¿A mi comadre?

Sí.Había pasado la noche; la aurora pintó bajo la puerta su renglón de oro y se quebraronen el
silencio de la tienda los toquidos de la acarreadora del pan.

¡Pan!, ¡Pan!, ¡Pan!

X.

Príncipes de la Milicia:

El general Eusebio Canales, alias Chamarrita abandonó la casa de Cara de Ángel.

—“¡Los generales son los príncipes de la milicia!, dije en un discurso… ¡Qué imbécil!

¡Cuánto me ha costado la frasecita! El Presidente no me perdonará nunca eso de lospríncipes de la


milicia, y como ya me tenía en la nuca, ahora sale de mí achacándome

la muerte de un coronel que dispensó siempre a mis canas cariñoso respeto”.

La hija de Canales se asustó al ver entrar a su papá en aquel estado de nervios.

“—Te explicaré… Que mi asistente prepare una bestia en la cochera…, el dinero…, unrevólver…
Después mandaré por mi ropa… No hace falta sino lo más necesario en una

valija. ¡No sé lo que te digo ni tú me entiendes! Ordena que ensillen mi mula baya y túprepara mis
cosas, mientras que yo voy a mudarme y a escribir una carta para mis

hermanos. Te vas a quedar con Juan unos días”.

Se apoderaba de la casa un silencio acartonado, amordazante, molesto como ropaextraña.Un


hombre menudito escribía el parte para
el Señor Presidente: “Conformeinstrucciones se sigue minuciosamente al general Canales”. Otro:
“Adicionales al parte

sucedido esta mañana: Doctor Luis Barreño: visitaron su clínica esta tarde tres

personas”. “Lic. Abel Carvajal: Por la tarde estuvo en el

Banco Americano”.

XI.

El Rapto:

Cara de Ángel asomó por el teatro a toda prisa, acompañado de todo un grupo defacinerosos:

¡Fonda el Tus-Tep, acuérdense!En el Tus-Tep, la fonda de la Masacuata, se reunieron.Y al sonar las


dos, todo el mundo a la calle, a la casa del general.Según el plan, Camila salió a la ventana a pedir
auxilio.

¡Se están entrando los ladrones!Se oyó una risa de tenedores, cucharas y cuchillos regados en el
piso. La Chabelonaocultaba a Camila en el comedor. El favorito, la hizo rodar de un empellón.
Vásquez lacalló de un barretazo.

Segunda parte

24, 25, 26 y 27 de abril

XII.

Camila:

La policía empezaba a huir con el botín. A una señal de Vásquez, Cara de Ángel asomócon la hija
del general y la coló en la fonda de la Masacuata.Camila dejó de llorar poco a poco.


La angustia es por mi papá. Lo que yo quisiera es tener la certeza de que no le hapasado nada.

Yo me encargaré de traerle noticias, hoy mismo.

XIII.

Capturas:

Las seis de la mañana. Sonando en el reloj de la Merced y dando la esposa de GenaroRodas el


primer toquido en la casa de Canales.Cansada, al mucho rato de tocar, empujó la puerta. La
Chabelona vagaba con el cráneoroto. Creía jugar al escondite con Camila.

Busca buscando se arrimó a la pila. Se lanzó de cabeza contra ella… Dos rosas cayeronal agua… La
rama de un rosal le había arrebatado los ojos.

La banda marcial pasaba por la calle.Niña Fedina, la esposa de Genaro, fue apresada por un oficial
en la puerta.La mirada del Auditor dividió como un rayo a Niña Fedina.

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