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CURSO:xxxxxxxxxxxxxxxxxx
INDICE
BIOGRAFIA………………………………………………………………..
pág. 04
INTRODUCION
(PROLOGO)……………………………………….. pág. 05
DESARROLLO (RESUMEN POR PARTES) …………………… pág. 06
PERSONAJES CARACTERI
BIOGRAFIA
, primer radio periódico delpaís y vivió una agitada vida cultural y académica. En el
períodorevolucionario de 1944 a 1954 desempeñó varios cargos diplomáticos. En1966 ganó el
Premio Lenin de la Paz y en 1967 el Premio Nobel deLiteratura. Murió en Madrid el 9 de junio de
1974, pero sus restos reposanen el cementerio de Pere Lachaise, en París.
INTRODUCCION
PROLOGO
Miguel Ángel Asturias comenzó a escribir El Señor Presidente, por los años20, cuando fue
derrocado el entonces Presidente de la República deGuatemala, Licenciado Manuel Estrada
Cabrera, con quien se identifica elpersonaje alrededor del cual gira la novela. Después de varias
revisionesen 1925 y 1932, finalmente se publica en 1940, cuando el autor inicia sucarrera
diplomática.Dividida en tres partes, la primera se desarrolla temporalmente los días21, 22 y 23 de
abril y comprende once capítulos, relativamente breves,que preparan la trama de la novela: la
muerte del Coronel José Parrales
Sonriente alias “el hombre de la mulita”, la intervención de Cara de Ángelen la fuga del general
Canales, y en la desaparición y el matrimonio “inarticulo mortis” de Camila.
La segunda parte comprende los días 24, 25, 26 y 27 de abril, con dieciséiscapítulos en los que se
pinta el terror del pueblo al solo nombre del SeñorPresidente.
DESARROLLO
Primera parte
21, 22 y 23 de abril
I.
Los pordioseros se arrastraban por las cocinas del mercado, perdidos en la sombra dela Catedral
helada, de paso hacia laPlaza de Armas, a lo largo de calles tan anchas como mares en la ciudad
que se ibaquedando atrás.La noche los reunía al mismo tiempo que las estrellas. Se juntaban a
dormir en elPortal del Señor sin más lazo común que la miseria: el Patahueca, el Pelele
—
, el Viudo, el Mosco, un ciego al que le faltaban lasdos piernas.Un día el Pelele subió hacia el Portal
del Señor, herido en la frente. Cayó medio muertodespués de noches y noches sin dormir. Por el
Portal del Señor avanzó un bulto. Sedetuvo
¡Madre!No dijo más. Arrancado del suelo por el grito, el Pelele se le fue encima, le enterró
losdedos en los ojos, le hizo pedazos la nariz, le dejó inerte y escapó por las calles.Una fuerza ciega
acababa de quitar la vida al coronel José Parrales Sonriente, alias elHombre de la mulita.
II.
gritaban.
Al Mosco le colgaron de los dedos: seguía afirmando que había sido el Pelele. Al soltarla cuerda, el
cadáver del Mosco cayó a plomo.El Auditor corrió a dar parte al Señor Presidente de las primeras
diligencias delproceso, en un carricoche tirado por dos caballos flacos.
III.
El Pelele huyó por las calles, intestinales, estrechas y retorcidas, de los suburbios de
laciudad.Medio en la realidad, medio en el sueño, corría perseguido por los perros y los clavosde
una lluvia fina. Se desplomó en un montón de basura y se quedó dormido. Loszopilotes le cayeron
encima. La noche entera estuvo quejándose quedito y recio.
asuras de la ciudad en lindísimasflores, junto a un ojo de agua dulce, el cerebro del idiota
agigantaba tempestades en elpequeño universo
de su cabeza”
IV.
Cara de Ángel:
El Pelele seguía soñando: “Lo que no tuvo en la vida: un pedazo de cera para mastica
.Por una vereda de tierra de color de leche, bajó un leñador seguido de un perro. Sindejar la carga
tiró de un pie al supuesto cadáver, y cuál su asombro al encontrarse conun hombre vivo. Los pasos
de alguien que andaba por allí acabaron de turbar al
—
“Vi que lo desenterraba —
y regresé porque
mármol, cabellos rubios, boca pequeña y aire de mujer en violento contraste con lanegrura de sus
ojos varoniles. Vestía de gris. Su traje, a la luz del crepúsculo, se veíacomo una nube. Llevaba en
las manos finas una caña de bambú muy delgada y unsombrero limeño que parecía una paloma.
¡Un ángel… —
—,… un ángel —
se repetía
—,… unángel!”
V.
¡Ese animal!:
El secretario del Presidente acompañó al doctor Barreño unos pasos. El Presidente dela República
le recibió en pie, la cabeza levantada, un brazo suelto naturalmente y elotro a la espalda y, sin
darle tiempo a que lo saludara, le cantó:
—“Yo le diré dónde, Luis, ¡y eso sí!, que no estoy dispuesto a que por chismes de
mediquetes se menoscabe el crédito de mi gobierno en lo más mínimo. ¡Deberían
saberlo mis enemigos para no descuidarse, porque a la primera, les boto la cabeza!
Ese animal era un hombre pobremente vestido, con la piel rosada como ratón tierno,el cabello de
oro de mala calidad, y los ojos azules y turbios perdidos en anteojos colorde yema de huevo.El
Presidente puso la última firma y el viejecito, por secar de prisa derramó el tinterosobre el pliego
firmado.
—“¡ANIMAL!
Se…ñor!
¡ANIMAL!
“Minutos después en el
comedor:
—
¿Da su permiso, Señor Presidente?
Pase general.
Señor, vengo
¿Y qué?
Dijo el Presidente
VI.
La cabeza de un general:
Miguel Cara de Ángel, el hombre de toda la confianza del Presidente entró desobremesa. (Era
bello y malo como satán).El Presidente vestía, como siempre, de luto riguroso. Encaminó su
conversación.
Te llamé, Miguel, para algo que me interesa que se arregle esta misma noche. Lasautoridades han
ordenado la captura de ese pícaro de Eusebio Canales. Aunque es unode los que asesinaron a
Parrales Sonriente, no conviene al gobierno que vaya a lacárcel y necesito su fuga inmediata.
El favorito salió… Llegó a la casa de Canales situada en el barrio de la Merced. Salió una
Señorita
le dijo
¿Mi papá?
Cara de Ángel se despidió. Partió a toda prisa con la bufanda negra sobre la carapálida. Llevaba en
las manos la cabeza del general y algo más.
VII.
Absolución arzobispal:
Genaro Rodas se detuvo. Lucio Vásquez asomó. La Policía secreta no desamparaba niun momento
el Portal del Señor.Vásquez y Rodas siguieron calles arriba y se colocaron en una cantina llamada
ElDespertar del León.El Pelele engusanaba la calle de quejidos. La plaza asomó por fin. Vásquez lo
alcanzó aver. Un alarido desgarró la noche. Vásquez, a quien el Pelele vio acercarse con lapistola
en la mano, lo arrastraba de la pierna quebrada hacia las gradas que caían a laesquina del Palacio
Arzobispal. Rodas asistió a la escena.Al primer disparo el Pelele se desplomó por la gradería de
piedra. Otro disparo puso fina la obra. Y nadie vio nada, pero en una de las ventanas del Palacio
Arzobispal, los ojosde un santo ayudaban a bien morir al infortunado.
VIII.
“A las detonaciones y alaridos del Pelele, a la fuga de Vásquez y su amigo, mal vestidos
de luna corrían por las calles sin saber bien lo que había sucedido y los árboles de laplaza se
tronaban los dedos en la pena de no poder decir con el viento, por los hilostelefónicos, lo que
acababa de pasar. Las calles asomaban a las esquinaspreguntándose por el lugar del crimen y,
como desorientadas, unas corrían hacia losbarrios céntricos y ot
.De repente abrióse una puerta en el Portal del Señor y como ratón asomó el titiritero.Apodaban a
su esposa doña Venjamón, sin duda porque él se llamaba Benjamín.
estaba aliviado si quería ver en lo que paraba aquel grupo de gentes y gendarmes a
Cuatro hombres borrachos cruzaron la plaza llevando en una camilla el cuerpo dePelele.
IX.
Ojo de vidrio:
Los desagües iban llevándose la luna a flor de tierra y el agua de beber contaba en lasalcantarillas
las horas sin fin de un pueblo que se creía condenado a la esclavitud y alvicio.Genaro volvió a su
casa. Le pareció que el fantasma de la muerte se alzaba de la cunade su hijo.
gritó Genaro.
para abajo, rodó chorreando sangre al primer disparo. Lo más grave es que Lucio…—
Sí.Había pasado la noche; la aurora pintó bajo la puerta su renglón de oro y se quebraronen el
silencio de la tienda los toquidos de la acarreadora del pan.
X.
Príncipes de la Milicia:
—“¡Los generales son los príncipes de la milicia!, dije en un discurso… ¡Qué imbécil!
“—Te explicaré… Que mi asistente prepare una bestia en la cochera…, el dinero…, unrevólver…
Después mandaré por mi ropa… No hace falta sino lo más necesario en una
valija. ¡No sé lo que te digo ni tú me entiendes! Ordena que ensillen mi mula baya y túprepara mis
cosas, mientras que yo voy a mudarme y a escribir una carta para mis
sucedido esta mañana: Doctor Luis Barreño: visitaron su clínica esta tarde tres
Banco Americano”.
XI.
El Rapto:
Cara de Ángel asomó por el teatro a toda prisa, acompañado de todo un grupo defacinerosos:
¡Se están entrando los ladrones!Se oyó una risa de tenedores, cucharas y cuchillos regados en el
piso. La Chabelonaocultaba a Camila en el comedor. El favorito, la hizo rodar de un empellón.
Vásquez lacalló de un barretazo.
Segunda parte
XII.
Camila:
La policía empezaba a huir con el botín. A una señal de Vásquez, Cara de Ángel asomócon la hija
del general y la coló en la fonda de la Masacuata.Camila dejó de llorar poco a poco.
—
La angustia es por mi papá. Lo que yo quisiera es tener la certeza de que no le hapasado nada.
XIII.
Capturas:
Busca buscando se arrimó a la pila. Se lanzó de cabeza contra ella… Dos rosas cayeronal agua… La
rama de un rosal le había arrebatado los ojos.
La banda marcial pasaba por la calle.Niña Fedina, la esposa de Genaro, fue apresada por un oficial
en la puerta.La mirada del Auditor dividió como un rayo a Niña Fedina.