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Tomar decisiones; el problema de la responsabilidad ético-

moral
Andrea Monsalve
Pedagogía en Filosofía
Universidad de Valparaíso

Pensar en el otro responsabilidad para con las y los otros. En la lectura de


En general, se suele pensar a Simone de Beauvoir (1908- la introducción de El segundo sexo, nos damos cuenta de
1986) como poco más que la autora del Segundo sexo, una que fue una ávida lectora de los autores de su tiempo, y
obra considerada clave para el pensamiento feminista. particularmente de Heidegger. Extrajo de esta lectura con-
Pese a que este es un gran honor, y de hecho es conside- ceptos como Miteinandersein, que según el diccionario fi-
rada una de las más importantes teóricas del feminismo losófico de Heidegger de Jesús Adrián Escudero se refiere
del siglo XX, limitar a la autora a esto estaría lejos de ha- al carácter ontológico del Dasein cooriginario que se da
cerle justicia. Simone de Beauvoir fue una pensadora de con el estar-en-el-mundo. En otras palabras, los otros
la alteridad, de lo otro, de lo que es lo otro en la sociedad siempre están ahí en una determinada referencia al mundo
en que ella estaba inmersa. Sus dos mayores obras son y comparecen directamente en el mundo del que se ocupa
justamente por ello El segundo sexo y La vejez, la mujer el Dasein. Por otra parte, nuevamente según Escudero, la
y los viejos como los más grandes otros de la sociedad. estructura ontológica del Mitsein indica la mutua recipro-
Pero tampoco se limita su producción a aquellas dos gran- cidad entre el Dasein y los otros. No hay un yo sin otros.
des obras. Simone de Beauvoir escribió en diversos for- Los otros comparecen cooriginariamente en el mundo cir-
matos, como ensayo, diarios, cartas, teatro o novela. Entre cundante. Son individuos por los que se preocupa el Da-
los temas que más revisó encontramos la muerte, la alte- sein en la modalidad de la solicitud (Fürsorge). Final-
ridad y la moral. Algunas de sus obras son: Para qué la mente, Fürsorge se refiere a una modalidad del cuidado
acción (1944), La sangre de los otros (1945), Para una (Sorge) que indica la preocupación que el Dasein muestra
moral de la ambigüedad (1947), El segundo sexo (1949) por otros en cuanto coestar (Mitsein). A lo largo del pen-
[publicada a sus 41 años], Memorias de una joven formal samiento de Beauvoir veremos que es muy importante
(1958), La plenitud de la vida (1960), La fuerza de las para ella esta relación de cuidado por el otro.
cosas (1963), Una muerte muy dulce (1964) [obra que Es por ello que pensó que los cambios políticos como au-
trata sobre la muerte de su madre y su final reconciliación mentos de pensiones, alojamientos sanos, higiene o el
con ella], La vejez (1970) [publicada a sus 62 años], Final ocio organizado eran insuficientes; para ella, la reivindi-
de cuentas (1972) [en esta obra relata sus memorias y se cación debe ser radicalizada: hay que cambiar la vida
prepara para la muerte; en este texto “rinde cuentas” de su completamente. Es imperativo que se dé una evolución
vida], La ceremonia del adiós (1981) [publicada a sus 71 colectiva con igualdad económica, educación igualitaria y
años, en esta obra cuenta los últimos años de Sartre, su en las relaciones amorosas y sexuales, pues hay estructu-
enfermedad y decadencia]. ras sociales que obstaculizan la igualdad. En el caso de la
Beauvoir nació en el seno de una familia burguesa, de es- mujer, habría que hacer público lo aparentemente pri-
tricta formación religiosa. Fue una joven rebelde que vado; esto es, la mayor parte de su vida, ya que la mujer
nunca aceptó lo que se esperaba de ella y finalmente entró es relegada al ámbito de lo doméstico. La liberación no
a estudiar en la universidad filosofía. Fue la segunda de vendrá sólo por el trabajo, la mujer no será automática-
su generación, sólo por detrás de otra filósofa de renom- mente liberada cuando se le permita laborar, cosa que ve-
bre; Simone Weil, con quien no tuvo la mejor de las rela- mos claramente en la actualidad. Simone de Beauvoir
ciones. Entre sus compañeros también estaba Jean-Paul hace énfasis en que es justamente en las estructuras socia-
Sartre, cuyas vidas se entrelazarían hasta la muerte del fi- les donde se deben producir los cambios.
lósofo. Olga Grau es una investigadora y filósofa chilena que en
La otra versión de Simone de Beauvoir, la que se escucha 2016 publicó un libro titulado Simone de Beauvoir en sus
más en el ámbito de la filosofía académica que en lo pú- desvelos que recoge una serie de artículos sobre la autora.
blico donde es reconocida por El segundo sexo, es pensar Verónica González escribe “«Mis lágrimas deciden» So-
que fue poco más que la compañera de Sartre, una mera bre alteridad/es en Simone de Beauvoir” que comienza
imitadora de su filosofía. Esta idea es errónea; sus pensa- con la siguiente cita de Simone: “Cada hombre es respon-
mientos se influenciaron mutuamente. Simone de Beau- sable de todo ante todos”, dando cuenta de elementos fun-
voir agregó al existencialismo un elemento fundamental damentales de su pensamiento, como que la subjetividad
que Sartre descuidó: el otro. Para Sartre, el infierno son no es sino la trascendencia hacia el otro, mi responsabili-
los otros, para Beauvoir, los otros son todo. Tenemos una
dad hacia el otro. El existencialismo sobrepasa la subjeti- declaró filósofa, pero es de las pocas mujeres que han lo-
vidad: es en la existencia de los otros que encontramos la grado hacerse un espacio en la llamada historia canónica
justificación de nuestra propia existencia. Dice González de la filosofía donde encontramos a las grandes figuras:
que para Sartre la subjetividad tiene un lugar predomi- Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Kant, etc.
nante y sólo después, con la influencia de Beauvoir trata- Algunas de sus obras más conocidas son: Los orígenes del
ría la alteridad. Sin embargo, el tema del otro sólo aparece totalitarismo (1951), La condición humana (1958), Eich-
en su obra para definir la mala fe y de manera muy super- mann en Jerusalén (1963) y La vida del espíritu (1978)
ficial y descuidada. Para Beauvoir es importante hacerse [obra inconclusa, falleció repentinamente de un infarto].
preguntas como ¿La filiación nos vincula a lo otro? ¿Hay En La condición humana describe la llamada vida activa
un lazo previo al acontecimiento? opuesta a la vida contemplativa del filósofo. Se divide en
Verónica González relata que Michel Kail plantea que en tres actividades: labor, trabajo y acción. Para Arendt, el
Beauvoir debemos entender moral existencialista como nacimiento es el momento clave de la existencia humana;
política existencialista: los movimientos de libertad o tras- los nacimientos son comienzos radicalmente originales.
cendencia humana son un perpetuo avance hacia otras li- Es por ello que al final del capítulo de la acción, Arendt
bertades. La relación con el mundo es una relación con da cuenta de que los asuntos humanos están caracteriza-
libertades. La condición plural hace posible la política. La dos por la inseguridad. Actuar es comenzar nuevos proce-
situación son los otros: pluralidad de la condición hu- sos sin precedentes cuyos resultados son impredecibles e
mana. Situación de habérselas con otras libertades opues- irreversibles. Los humanos podemos destruir todo pro-
tas y plurales. Singularidad y realidad colectiva van de la ducto que hayamos fabricado, e incluso tenemos potencial
mano. La tres de las tesis existencialistas que hay que te- suficiente para destruir el planeta, sin embargo, no pode-
ner presente en cualquier reflexión en torno al existencia- mos frenar las consecuencias de nuestros actos, que son
lismo son: 1) que el ser humano no es (algo por esencia) impredecibles y se multiplican en a través del tiempo. Las
y por ello tiene que ser (hacerse algo a lo largo de la vida), consecuencias de nuestras acciones afectan a otras perso-
2) libertad como condición de todo existente, 3) libertad nas de manera directa o indirecta y a raíz de esta conse-
como decisión. Para Beauvoir, el punto de partida para cuencia actúan a su vez, generando más consecuencias al
que un proyecto se realice es la plenitud de ser y la caren- acto inicial. Las consecuencias del acto son ilimitadas e
cia: quererse moral y quererse libre es la única decisión, y independientes; dice Arendt, con razón, que es imposible
quererse libre implica querer a los otros libres. Subjetivi- calcular a cuántos y a quiénes hemos afectado con nues-
dad y alteridad se constituyen mutuamente, esa relación tras acciones. La acción no tiene fin, pues las consecuen-
es la que da sentido a mi existencia. Un ser humano solo cias pueden seguir hasta que la humanidad se acabe.
en el mundo estaría paralizado por la vanidad de toda ac- Arendt combate la irreversibilidad e impredictibilidad de
tividad y no soportaría vivir en su aislamiento. Pero no la acción mediante la promesa y el perdón. Las promesas,
estamos solos en el mundo. En la decisión siempre está la dice, son islas de seguridad en el océano de inseguridad;
relación con lo otro. es lo máximo a lo que podemos aspirar como humanos.
Sin embargo, para Beauvoir, no existimos para otro. He- “La soberanía de un grupo de gente que
mos de lanzarnos al mundo como figura, mientras ama- se mantiene unido, no por una voluntad
mos y hacemos. ¿Puede haber un proyecto singular y a la idéntica que de algún modo mágico les
vez común? Siempre respondemos ante los demás y el inspire, sino por un acordado propósito
vínculo jamás se anula. En Simone de Beauvoir en sus para el que sólo son válidas y vinculantes
desvelos se presenta una aporía de la responsabilidad: la las promesas, muestra claramente su in-
aporía del prisionero y el carcelero: ¿el prisionero es res- discutible superioridad sobre los que son
ponsable respecto a quién? ¿Las leyes o sus cercanos? completamente libres sin sujeción a nin-
¿Sería correcto moralmente que el prisionero mate al car- guna promesa y carentes de un propó-
celero para poder escapar y así cumplir sus responsabili- sito” (p. 265)
dades con los suyos, por ejemplo, mantener a sus hijos? Hacernos cargo
¿Con quién somos más inmediatamente responsables, y Vemos entonces que la pluralidad humana y la libertad
quién lo define? Esta paradoja lleva al límite el problema son problemáticas. Arendt cree en la pluralidad radical en
de la responsabilidad. Es un complejo anudamiento entre el sentido de que todos y cada uno de nosotros somos ra-
lo particular y lo universal. ¿Qué se sigue de la responsa- dicalmente distintos unos de otros desde que nacimos, sea
bilidad? por los factores que fuere; psicológicos, ambientales, etc.
La condición humana Es imposible encontrar dos personas exactamente iguales.
Hannah Arendt (1906-1975), por el contrario a Beauvoir, Dada la radical pluralidad humana, hemos de entender
no fue una destacada figura del feminismo. Arendt no se que cada uno realizará acciones nuevas de acuerdo a sus
declaró feminista en ningún momento, como tampoco se pensamientos, acciones que afectan a los otros.
Es por ello, por el hecho de que nuestras acciones tienen energías renovables o no ponen límites a la contaminación
consecuencias ilimitadas que no podemos revertir, que que puede ser emitida, aceleran el cambio climático. Y
hemos de tener cuidado con las acciones que realizamos. volviendo a Arendt, también esto sería una consecuencia
Simone hizo énfasis en esto: no estamos solos en el quienes votaron por ellos. El mundo está en nuestras ma-
mundo. Vivimos en sociedad, y es algo que no podemos nos. ¿Vamos a hacernos cargo y realizar acciones de ma-
olvidar si queremos vivir en sociedades más justas, si que- nera más responsable, por el cuidado que le debemos al
remos vivir mejor. otro o seguir esperando que lo hagan “los demás”? Es
Ambas autoras dieron en puntos clave en sus pensamien- cierto que las consecuencias de nuestros actos son impre-
tos, que aún hoy nos dan lecciones. Ahora, ¿qué significa decibles a gran escala, pero no podemos decir que da lo
vivir mejor? ¿Qué queremos decir por justo? Estos son mismo hacer una u otra cosa porque no sepamos exacta-
problemas acerca de los que se han escrito más páginas de mente qué va pasar después. Con la información que te-
las que podemos imaginar desde hace varios siglos. nemos, hemos de apostar hacia las opciones que van más
Vivimos tiempos agitados. Es posible que muchas de las acordes al cuidado del otro. Esa es la línea que toma la
cosas aquí expuestas parezcan obvias; pero no podemos promesa en Arendt, prometer realizar acciones que no da-
descuidarlas. El abandono de la reflexión filosófica en- ñen al otro. La idea del perdón ha sido largamente cues-
torno a ellas es fatal; y hemos de tomar postura. ¿Respecto tionada, por asociarse a la tradición y valores del cristia-
de quién somos responsables? Beauvoir parece responder nismo. Pero no parece una mala idea comenzar por perdo-
que somos responsables respecto de todos. Muchas de narnos mutuamente por ofensas pasadas, quizás irrelevan-
nuestras acciones repercuten en la vida de los demás. tes, y comenzar a trabajar por un mundo que pueda seguir
Cuando no votamos, hacemos más fácil que salgan electos siendo llamado mundo. Un mundo que sea hogar, que se
candidatos que promueven ideas conservadoras y preten- haga responsable de la pobreza y la desigualdad, donde
den dejar fuera a muchos en base, normalmente, a ideas los ecosistemas no mueran a causa del fuerte alza en las
nacionalistas y argumentos falaciosos. Cuando, pese a las temperaturas. Un mundo que podamos llamar nuestro.
advertencias, seguimos usando productos desechables, es-
tamos favoreciendo al alza de la contaminación. Cuando
los políticos bloquean las iniciativas que promueven las

Para seguir leyendo


Arendt, Hannah. (2005). De la historia a la acción. Buenos Aires: Paidós
Arendt, Hannah. (2005). La condición humana. Buenos Aires: Paidós
Camps, Victoria. (2013). Breve historia de la ética. Barcelona: RBA Libros
de Beauvoir, Simone. (2016). El segundo sexo. Buenos Aires: deBolsillo
Grau, Olga. (2016). Simone de Beauvoir en sus desvelos. Santiago de Chile: LOM
Sánchez, Cristina. (2016). Simone de Beauvoir: del sexo al género. Barcelona: Bonalletra Alcompas S.L.

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