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THE RIVER - JEAN RENOIR (1951)

The River es una película dirigida por Jean Renoir estrenada en 1951. Esta
basada en una novela de Rumer Godden, y el guión fue escrito en colaboración
entre Renoir y la escritora. En esta película, Renoir huye de todo prejuicio y nos
muestra una India de ensueño, donde una familia occidental vive en una especie
de paraíso personal. Su tranquilidad se verá perturbada por la llegada de un
joven ex militar herido, el Capitán John, quien enamorará a tres de las chicas
del pueblo: Harriet, Melanie y Valerie. A través de una voz en off, la más joven
de ellas —Harriet— nos cuenta la historia de su primer amor.

En este caso, el análisis que llevaré a cabo corresponde con el fragmento 9:05 -
13:06, en el cual observamos la llegada del Capitán John a través del río al
pueblo de las jóvenes.

La escena da inicio con Nan, la señora que se encarga de los niños de la familia, corriendo para avisar a
Valerie y Harriet de la llegada de un visitante al lugar. Renoir encuadra la acción en un plano general en el
que encontramos como primer elemento a las dos chicas tumbadas en el césped, seguidas por la figura de
Nan, que avanza justo por en medio de ambas creando una especie de simetría reforzada por los árboles del
fondo. Más atrás vemos a Bogey, el hermano menor, jugando en la hierba ajeno a todo el revuelo, y como
último elemento, el río. Podemos deducir, por la evidente composición de la escena, que The River se trata el
cine del equilibrio, ya que el director —y por lo tanto, la cámara— se sitúan en una posición externa al
espacio escénico y desde allí controla la puesta en escena. El río, durante todo el largometraje, representa la
vida, y como tal nace, fluye y muere. Nan viene desde el río hacia las jóvenes para darles la noticia, con lo
cual el director podría estar expresando no sólo el comienzo del conflicto, sino el inicio de una nueva etapa
tanto en las vidas de las niñas como en la del Capitán. Además, que Nan —junto con la noticia— llegue justo
por en medio de Valerie y Harriet también podría ser un indicador de que este evento las enfrentará entre
ellas. Hablamos por lo tanto de control y gestos significantes. Por otro lado, aunque no se pueda hablar de un
significado de por sí, la puesta en escena recuerda a un cuadro impresionista, bastante recurrente en la obra
de Renoir como herencia de su padre.

Encontramos a continuación un plano general del resto de la familia comiendo en la terraza cuando se
enteran de la llegada del Capitán John. En ese momento, las tres niñas pequeñas saltan de la reja para correr
al encuentro del recién llegado. Aquí podemos ver de forma más clara el concepto de gesto significante, ya
que las acciones de los personajes están pensadas para transmitir algo. Por ejemplo, las niñas, además de
estar en una posición poco natural que denota el control del director, al correr hacia el río escapan de sus
padres. Esta acción, aunque pueda parecer espontánea, realmente nos está remarcando uno de los temas
principales de la película, el crecimiento de las hijas, ya que el paso de la niñez a la adultez de las hermanas
se ve reflejado en la carrera hacia un posible nuevo amor.
A continuación observamos un tercer plano general de las hermanas, junto con Nan, asomadas al muro de la
entrada para observar al Capitán John. Esto se contrapone con un plano secuencia de como el Capitán, junto
con su primo John y sus acompañantes, entran en una casa. Al fondo podemos observar el río y algunos
hombres trabajando en la hierba. Más adelante encontramos también un plano medio de Harriet y Valerie
observando al muchacho, y otro de Nan y la hermana más pequeña de la familia realizando la misma acción.
Aunque estos planos no tengan porqué tener un significado propio, podemos hablar una vez más de control y
cine del equilibrio en cuanto a composición se refiere. Los elementos de la escena ayudan a crear una
atmósfera bucólica casi onírica, mostrando una India paradisiaca donde el amor puede surgir en cualquier
momento. Los colores, bastante saturados, ayudan a reforzar esta idea, que se relaciona, como he
mencionado anteriormente, con el impresionismo.

En la siguiente escena podemos observar tanto planos generales, en los que se nos muestra la cotidianidad de
las hermanas dibujando y jugando, y planos medios, que Renoir utiliza para presentar una conversación de
forma dinámica. En los planos generales, en los que se vuelve a repetir la estética bucólica e impresionista,
podemos destacar que la vestimenta de las niñas ahora es azul, exceptuando la de Nan, que es gris; la de
Harriet, que es azul oscuro; y la de Valerie, que es rosa. Esto hace que relacionemos a Harriet con la niñez, al
llevar tanto las más pequeñas de la familia como ella colores fríos. Por otro lado, Valerie, que aparece en la
escena con novedades sobre el Capitán, está vestida de rosa, un color cálido y que se suele asociar a la
feminidad. Esto se contrapone con la imagen de ella que habíamos visto al inicio de la película, mucho más
masculina. También cabe destacar la aparición de un bebé de juguete, ya que a lo largo del film vemos que
en varias ocasiones se otorga especial importancia al nacimiento como inicio. Retomando la metáfora de la
vida representada por el río, entendemos que tanto el tratamiento del nacimiento a través del bebé de juguete,
el conejo y la nueva hermana, y la muerte a través de la muerte de Bogey y el intento de suicido de Harriet,
establecen el verdadero tema central de la película: todo lo que hay en medio, es decir, la vida en sí. La
escena finaliza con las chicas corriendo, una vez más, hacia la promesa de un futuro amor.
The River es una película propia del cine del equilibrio, el control y los gestos significantes. Todos los
elementos que aparecen en la puesta en escena tienen un motivo de ser, los planos están filmados con una
intencionalidad, y ninguno de los gestos que representan los actores se puede considerar “animal” o
“visceral”—como sería el caso si se tratase de gestos ambiguos— sino que dejan ver de forma clara los
mecanismos psicológicos de cada personaje. Por otro lado, queda clara la influencia del impresionismo en la
obra de Renoir, y destaca la armonía que consigue darle a los encuadres gracias a esto. A pesar de ello, no es
sólo la estética lo que comparte con el movimiento pictórico, sino que también la filosofía a la hora de
decidir qué captar. En esta película, Renoir intenta capturar el paso de la vida que, como un río, fluye
trayendo nuevos comienzos, o nos aleja de algunos finales amargos. De esta forma, intenta que todos los
elementos que influyen en el desarrollo del largometraje trabajen para crear una atmósfera dinámica, que
fluya al igual que lo hace el río. La abundancia de planos generales, y en general los planos abiertos, nos
permiten observar el paso de la vida como espectadores, sin entrometernos en ella.

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