Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cf-Silva NB PDF
Cf-Silva NB PDF
PROFESOR GUÍA:
JAIME CAMPOS MUÑOZ
MIEMBROS DE LA COMISIÓN:
MAXIMILIANO ASTROZA INOSTROZA
FELIPE LEYTON FLORES
SANTIAGO DE CHILE
JULIO 2011
RESUMEN DE LA TESIS PARA OPTAR AL GRADO
DE MAGISTER EN CIENCIAS MENCION GEOFISICA
POR: NATALIA ANDREA SILVA BUSTOS
FECHA: 18 JULIO 2011.
PROFESOR GUÍA: SR. JAIME CAMPOS MUÑOZ.
El objetivo principal de esta tesis es estimar el riesgo sísmico en una muestra de viviendas sociales construidas
entre los periodos 1980 y 2001, distribuidas en 12 comunas de la Región Metropolitana (RM). Para ello se
abordan, en un análisis extenso, los dos factores involucrados, vulnerabilidad y peligro sísmico desde la
perspectiva de la ingeniería y sismología aplicada respectivamente.
La vulnerabilidad se abordó mediante dos enfoques: 1) asignación de clases de vulnerabilidad según
distribución de daños dados por la Escala MSK-64; y 2) cálculo del Índice de densidad de muros (índice de
primer nivel). Para ambas metodologías, se empleó el catastro detallado de daños experimentados tras el
terremoto del 03/03/1985 (Ms 7.8). Se optó por emplear para el análisis cuantitativo de vulnerabilidad el
índice de densidad de muros normalizado por número de pisos (d/n)% propuesto por Meli (1991),
principalmente por dos razones: a) ha sido concebida para este tipo de estructuras (albañilería reforzada) y ha
sido adaptada a la realidad chilena, y b) permite una evaluación masiva de estructuras dado que requiere
información estructural básica. Se establece una relación entre este índice y el grado de daño observado en las
viviendas, verificando los límites anteriormente propuestos y calibrados por Küpfer (1993). Se recomienda esta
metodología para esta tipología pues permite estimar de buena manera, y en primer orden, el comportamiento
sísmico esperado ante un evento de intensidades entre VI y VIII. Se propone un (d/n)% de 1.15 para el cual se
esperaría un nivel de daño leve (G0 y G1). Se optó por establecer límites conservadores, es decir, que el grado
de daño esperado sea mayor que el observado, subestimando la real respuesta de las viviendas sociales.
Se evaluó el peligro sísmico en la RM, abordándolo mediante los enfoques probabilístico y determinístico. En
el primero, se emplea la metodología propuesta por Algermissen & Perkins (1976), caracterizando las tres
fuentes sismogénicas presentes en Chile Central, mediante relaciones de Gutenberg Richter (G-R) y leyes de
atenuación, obteniendo isosistas para distintos periodos de retorno de interés. Se incorpora además, el efecto
de sitio, que amplifica hasta en un grado la intensidad según el tipo de suelo dado por la geología superficial
(Leyton et al. 2010). Se obtiene que el efecto conjunto y el aporte individual de la fuente interplaca thrust, son
las que generan las mayores intensidades en la zona, observando que para la cuenca de Santiago, la presencia
de las fuentes cortical cordillerana (dada su cercanía), e intraplaca de profundidad intermedia, son influyentes.
El enfoque determinístico generó los escenarios más desfavorables y creíbles a la vez para las fuentes inter e
intraplaca, y para el caso cortical se barajan distintos largos de ruptura de la Falla San Ramón, dejando en
evidencia la importancia de dicho sistema de fallas. Se observa que un análisis probabilístico, a grandes
periodos de retorno, tiende a asemejarse a los resultados obtenidos mediante la metodología determinística.
Se propone, como alternativa a la distribución dada por la Escala MSK, una relación funcional dependiente de
la amenaza sísmica (intensidades del enfoque probabilista, para 475 años de periodo de retorno) y de la
vulnerabilidad (índice de densidad de muros), que estime el riesgo sísmico expresado a través del grado de
daño promedio esperado, obteniéndose escenarios para los conjuntos habitacionales considerados. En este
sentido, el escenario más severo se obtiene producto del efecto conjunto de las fuentes sismogénicas (IMM
levemente superiores a IX, considerando efecto de sitio), el que genera cerca de un 25% de nivel de daño leve
(G0 y G1) en las viviendas estudiadas, y cerca de un 50% de nivel de daño grave (G4 y G5), comprometiendo
estas últimas su nivel de habitabilidad, consideración hecha a partir del nivel de daño severo, G3.
AGRADECIMIENTOS
A don Ernesto Herbach, Alejandra Melgarejo, Rodrigo Núñez del Departamento de Estudios y
Patricio Cifuentes del Departamento de Obras de Edificación, del SERVIU Metropolitano, por
colaborarme con la información geográfica de los conjuntos habitacionales y la facilidad para poner a
mi disposición los numerosos planos revisados.
A Ismael Ortega y Carolina Valderas, del Servicio Sismológico Nacional por la voluntad y
disposición de siempre.
A Felipe Leyton, por su permanente cooperación, por traspasarme parte de su experiencia en el área
de Peligro Sísmico.
Al profesor Maximiliano Astroza, por su preocupación y apoyo constante desde mis cursos de
pregrado, por su calidad profesional y humana.
Y a mi profesor guía por segunda vez, Jaime Campos. Gracias por creer en mí y permitirme crecer
profesionalmente.
Quiero agradecer especialmente,
A mi madre, por su apoyo y comprensión permanente, por ser mi amiga y confiar en mi…
A mi hermana por su fuerza y sabiduría,
A mi cuñado por su cariño y ejemplo de superación,
A mi sobrina que sea una luz para esta sociedad, como sus padres lo son…
A Camilo por todo su apoyo, porque sin el este trabajo no habría sido posible, gracias por tu
compañía, largas horas de compartir tu conocimiento conmigo y por tu amor
desinteresado
Y a mi padre, que siempre está conmigo, y espero esté orgulloso de su niña!
ÍNDICE DE CONTENIDO
Contenido Página
4.1 CLASIFICACION DE VIVIENDAS SOCIALES DEL SERVIU METROPOLITANO TRAS EL TERREMOTO DE 1985 ......... 57
4.2 CARACTERIZACION DE LA MUESTRA 1: VIVIENDAS SOCIALES CONSTRUIDAS PERIODO 1980 A 1985 ............. 59
4.3 CARACTERIZACION DE LA MUESTRA 2: VIVIENDAS SOCIALES CONSTRUIDAS PERIODO 1986 A 2001 ............. 68
i
5.2.2 Resultado indice de meli a viviendas sociales 1986 – 2001 ................................................................. 95
5.3 MAPA DE VULNERABILIDAD VIVIENDAS SOCIALES .......................................................................................... 97
5.3.1 Mapa vulnerabilidad sÍsmica estructural según Índice de densidad de muros.................................... 97
5.3.2 Mapa vulnerabilidad sÍsmica estructural según clase de vulnerabilidad ............................................ 99
7.1 EVALUACION RIESGO SISMICO MEDIANTE DISTRIBUCION ESTADISTICA DE DAÑOS ...................................... 172
7.1.1 Riesgo sísmico según fuente cortical cordillerana ............................................................................. 173
7.1.2 Riesgo sísmico según fuente interplaca thrust ................................................................................... 174
7.1.3 Riesgo sísmico según fuente intraplaca de profundidad intermedia .................................................. 175
ii
7.1.4 Riesgo sísmico según efecto conjunto de las fuentes .......................................................................... 176
7.2 EVALUACION RIESGO SISMICO MEDIANTE FUNCIÓN GD [I, (D/N)%] ............................................................ 177
7.2.1 Calibracionde función de riesgo sismico estructural ......................................................................... 177
7.2.2 Riesgo sísmico según fuente cortical cordillerana ............................................................................. 180
7.2.3 Riesgo sísmico según fuente interplaca thrust ................................................................................... 183
7.2.4 Riesgo sísmico según fuente intraplaca de profundidad intermedia .................................................. 186
7.2.5 Riesgo sísmico según efecto conjunto de las fuentes .......................................................................... 189
8.3 COMENTARIOS METODOLOGIA DE SENSIBILIDAD Y ANALISIS DE MAPAS DE PELIGRO SISMICO GENERADOS .. 199
8.4 RECOMENDACIONES TRABAJOS FUTUROS ..................................................................................................... 205
BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................................................................... 207
FOTOGRAFÍAS:
Fotografía 1-1 Colectivo 1010 y 1020 .......................................................................................................... 6
Fotografía 1-2 Convivencia de distintos modelos constructivos. ................................................................ 11
TABLAS:
Tabla 1-1: Tipologías de las Viviendas Básicas del SERVIU....................................................................... 8
Tabla 2-1: Tipos constructivos Escala MSK -64. Medvedev et al. 1964 .................................................... 22
Tabla 2-2: Clases de Vulnerabilidad para viviendas de Albañilería de 1 y 2 pisos..................................... 23
Tabla 2-3: Descripción de Escala Intensidad MSK-64 ............................................................................... 24
Tabla 2-4: Descripción de Escala Intensidad Modificada de Mercalli ........................................................ 25
iii
Tabla 2-5: Equivalencias entre escalas de intensidad. González (1998) ..................................................... 26
Tabla 2-6: Definición de los grados de daños según la Escala MSK-64 ..................................................... 27
Tabla 2-7: Porcentaje de construcciones de acuerdo a rangos .................................................................... 28
Tabla 2-8: Clasificación de Daños en Edificios de Fábrica, según Escala EMS -98. ................................. 28
Tabla 2-9: Clasificación de Daños en Edificios de Hormigón Armado, según Escala EMS -98 ................ 29
Tabla 2-10: Grado de daño promedio, Monge y Astroza (1989) ................................................................ 30
Tabla 2-11: Distribución Estadística de porcentajes de daño de acuerdo a la clase de vulnerabilidad y a la
Intensidad del sismo, según Escala MSK -64. ............................................................................................ 31
Tabla 2-12: Distribución Estadística de porcentajes de daño de acuerdo a la clase de vulnerabilidad y a la
Intensidad del sismo, según adaptación de la EMS-98 hecha por González 1998. ..................................... 32
Tabla 2-13: Relación Densidad de muro – daño, R. Meli; 1990 ................................................................. 40
Tabla 2-14: Relación Densidad de muro – daño, M. Küpfer; 1993 ............................................................ 40
Tabla 2-15: Definición de Clases de vulnerabilidad del Método del Índice de Vulnerabilidad del GNDT 41
Tabla 2-16: Factores del Cálculo del Índice de Vulnerabilidad .................................................................. 42
Tabla 2-17: Factores de Vulnerabilidad y Puntaje para cada una de las clases. .......................................... 42
Tabla 2-18: Factores del Cálculo del Índice de Vulnerabilidad modificados por Gent (2003) para
estructuras de Albañilería Confinada .......................................................................................................... 43
Tabla 2-19: Subfactores del parámetro I (Organización del Sistema Resistente) ....................................... 44
Tabla 2-20: Estimación del nivel de daño esperado sobre la estructura a partir de los rangos de valores
obtenidos en el Iv del G.N.D.T. (Gent, 2003) y la densidad de muros. (Küpfer, 1993). ............................. 44
Tabla 3-1: Daños observados en Viviendas Sociales tras Terremoto 1985. Resultados CEA. ................... 48
Tabla 3-2: Valoración de los daños, OPLAC 1985. (en miles de pesos) .................................................... 51
Tabla 3-3: Viviendas Urbanas afectadas por Terremoto 03 marzo 1985 .................................................... 51
Tabla 3-4: Costos de reparación y refuerzo. ................................................................................................ 52
Tabla 3-5: Número de viviendas afectadas por el terremoto 27 febrero 2010. Informe IC, 2010............... 53
Tabla 4-1: Clasificación de Viviendas SERVIU según estructuras y material. .......................................... 59
Tabla 4-2: Muestra viviendas sociales 1962 – 1985. Muestra 1 ................................................................. 62
Tabla 4-3: Grados de daño experimentados ................................................................................................ 64
Tabla 4-4: Detalle de Grados de daño experimentados Muestra 1. ............................................................. 66
Tabla 4-5: Muestra 2, conjuntos habitacionales 1985 al 2001 .................................................................... 69
Tabla 5-1: Comparación porcentual de daños observados y teóricos, viviendas de 1 y 2 pisos ................. 73
Tabla 5-2: Comparación porcentual de daños observados y teóricos, acumulativos en viviendas de 1 y 2
pisos............................................................................................................................................................. 74
Tabla 5-3: Distribución de daños observados muestra 3 y 4 pisos, P. Escobar........................................... 76
iv
Tabla 5-4: Límites de Índice de Meli propuestos por Silva 2011. .............................................................. 91
Tabla 6-1: Rangos de magnitudes a considerar en Peligro Sísmico .......................................................... 114
Tabla 6-2: Parámetros terremoto de La Ligua, 28 marzo 1965 ................................................................. 119
Tabla 6-3: Caracterización fallas corticales zona Andes de Chile Central (33º - 34ºS) ............................ 122
Tabla 6-3: Caracterización leyes de atenuación para fuente cortical ........................................................ 128
Tabla 6-5: Incremento de Intensidad propuesta por Monge y Astroza, 1989. .......................................... 130
Tabla 6-6: Incremento de Intensidad propuesta por Leyton et. al 2010. ................................................... 134
Tabla 6-7: Comparación incremento de intensidades, terremoto 1985 y 2010, en Chile Central ............. 138
Tabla 6-8: Zonificación e incrementos propuestos, Molina 2011. ............................................................ 138
Tabla 6-9: Eventos desfavorables para Chile Central ............................................................................... 161
FIGURAS:
Figura 2-1: Clases de Vulnerabilidad asignadas originalmente por la Escala EMS-98 y rangos de
aceptación. ................................................................................................................................................... 22
Figura 2-2: Clases de Vulnerabilidad asignadas por Monge y Astroza, 1989............................................. 23
Figura 3-1: Isosistas del Terremoto del 03 de marzo de 1985..................................................................... 46
Figura 3-2: Esquema típico muro albañilería confinada ............................................................................. 49
Figura 3-3: Ficha de levantamiento de daños en cada municipalidad afectada por el Terremoto de marzo
de 1985. ....................................................................................................................................................... 55
Figura 3-4: Distribución espacial de Intensidades MSK, terremoto marzo del 85. Menéndez (1991) ....... 56
Figura 4-1: Distribución materialidad viviendas Región Metropolitana. Fuente: INE, 2002. .................... 65
Figura 6-1: Cambios en el Plan Regional Metropolitano entre 1986 y 2000. ........................................... 101
Figura 6-2: Expansión del Radio Urbano hasta el año 2007. .................................................................... 102
Figura 6-3: Angulo de penetración subducción, zona central Chile (*) .................................................... 108
Figura 6-4: Modelación en planta de fuentes sismogénicas para Chile Central ........................................ 110
Figura 6-5: Distribución de a- value fuente cortical cordillerana .............................................................. 111
Figura 6-6: Distribución de slip (cm) terremoto marzo 1985. Mendoza et al. 1994. ................................ 118
Figura 6-7: Geometría slab subductado..................................................................................................... 120
Figura 6-8: Principales sistemas de fallas corticales de la alta cordillera en Chile Central. ..................... 123
Figura 6-9: Principales sistemas de fallas Chile Central. .......................................................................... 124
Figura 6-10: Extensión y ubicación de la Falla San Ramón...................................................................... 125
Figura 6-11: Perfil amplificación sísmica. J. Lagos, 2003. ....................................................................... 129
Figura 6-12: Efecto de amplificación propuesto por Monge y Astroza. ................................................... 130
Figura 6-13: Efecto de amplificación Algermisen y Kausel, 1992. .......................................................... 131
v
Figura 6-14: Microzonificación de intensidades, terremoto 1985. ............................................................ 132
Figura 6-15: Unidades de Suelo Región Metropolitana. ........................................................................... 135
Figura 6-16: Zonificación en la Región Metropolitana, Leyton et al. 2010. ............................................. 136
Figura 6-17: Zonificación en la Región Metropolitana, propuesta por Molina, J. 2011. .......................... 139
Figura 6-18: Criterios para selección de movimientos sísmicos de diseño ............................................... 156
Figura 6-19: Isosistas Terremoto de Las Melosas, 1958. .......................................................................... 163
Figura 7-1: Función de riesgo propuesta. Gdprom(IMM, (d/n)%)............................................................ 179
GRÁFICOS:
Gráfico 3-1: Viviendas afectadas por terremoto 27 febrero 2010. IC, 2010. .............................................. 54
Gráfico 4-1: Distribución de la muestra 1980-1985, con reporte de daños ................................................. 61
Gráfico 4-2: Distribución de grados de daño promedio, Muestra 1. ........................................................... 67
Gráfico 4-3: Distribución porcentual de grados de daño promedio Muestra 1, según número de pisos. .... 68
Gráfico 4-4: Distribución de la muestra 1986-2001, de acuerdo al número de pisos ................................. 69
Gráfico 5-1: Curvas de daño acumulado, IMSK VII, VIII y VII.5. Viviendas 1 y 2 pisos. ........................ 75
Gráfico 5-2: Curvas de daño acumulado, IMSK VII, VIII y VII.5 Viviendas 3 y 4 pisos. ......................... 77
Gráfico 5-3: Distribución daños acumulativos observados y teóricos. Izquierda: viviendas 3 pisos,
derecha: viviendas 4 pisos ........................................................................................................................... 78
Gráfico 5-4: Distribución de clases de vulnerabilidad Muestra 1. .............................................................. 79
Gráfico 5-5: Cuantificación de grados de daño promedio según tipo constructivo, Muestra 1. ................. 79
Gráfico 5-6: Distribución de clases de vulnerabilidad Muestra 2. .............................................................. 80
Gráfico 5-7: Distribución de daños dada por Escala MSK-64, Clases de vulnerabilidad B y C................. 81
Gráfico 5-8: Distribución clases de vulnerabilidad Muestras 1 y 2 ............................................................ 82
Gráfico 5-9: Índice de Meli para Muestra 1: conjuntos SERVIU construídos 1981 a 1985 ....................... 84
Gráfico 5-10: Índice de Meli v/s grado de daño, VI ≤ Intensidad ≤ VII ..................................................... 85
Gráfico 5-11: Índice de Meli v/s grado de daño, Intensidad > VII ............................................................. 85
Gráfico 5-12: Índice de Meli v/s grado de daño, según rangos de IMM ..................................................... 86
Gráfico 5-13: Índice de Meli según dirección de análisis ........................................................................... 87
Gráfico 5-14: Diferencias entre índices de Meli según dirección de análisis ............................................. 87
Gráfico 5-15: Relación índices de muros bajos y grados de daño, según número de pisos ........................ 89
Gráfico 5-16: Relación índices de muros altos y grados de daño, según número de pisos ......................... 90
Gráfico 5-17: Relación índices de densidad de muros según dirección, con grado de daño ....................... 90
vi
Gráfico 5-18: Comparación grado de daño observado y esperado, mediante límites de densidad de muros
propuestos por Silva 2011. .......................................................................................................................... 92
Gráfico 5-19: Relación grado de daño máximo reportado con densidad de muros,.................................... 92
Gráfico 5-20: Relación entre grados de daño promedio observados, intensidades experimentadas en
Muestra 1, y los respectivos índices de Meli. .............................................................................................. 93
Gráfico 5-21: Comparación grados de daño esperados por Kupfer y Silva v/s grados de daño observados
en el terremoto del ’85................................................................................................................................. 94
Gráfico 5-22: Índice de Meli, Muestra 2, conjuntos SERVIU construídos 1986 a 2001. ........................... 96
Gráfico 5-23: Evaluación temporal del índice de vulnerabilidad en conjuntos habitacionales SERVIU. .. 96
Gráfico 6-1: Relaciones Gutenberg Richter para cada fuente. (Leyton et al 2010) ................................... 111
Gráfico 6-2: Distribución de magnitudes sismicidad interplaca ............................................................... 117
Gráfico 6-3: Distribución de magnitudes sismicidad intraplaca de profundidad intermedia .................... 119
Gráfico 6-4: Atenuación de eventos corticales. ......................................................................................... 126
Gráfico 6-5: Atenuación terremoto de Las Melosas.................................................................................. 127
Gráfico 6-6: Metodología Stepp, Fuente interplaca .................................................................................. 142
Gráfico 6-7: Relación Gutenberg Richter fuente interplaca thrust ............................................................ 143
Gráfico 6-8: Curvas PS distintas ubicaciones, cambiando rangos magnitudes limites. ............................ 144
Gráfico 6-9: Curvas PS modificación Mmax sobre un punto en costa (-33.6;-71.6). ............................... 146
Gráfico 6-10: Curvas PS distintas ubicaciones, cambiando leyes atenuación........................................... 147
Gráfico 7-1: Distribución daños en conjuntos considerados, escenarios DSHA cortical.......................... 173
Gráfico 7-2: Distribución daños en conjuntos considerados, escenarios PSHA cortical cordillerana. ..... 174
Gráfico 7-3: Distribución daños en conjuntos, escenario DSHA interplaca ............................................. 174
Gráfico 7-4: Distribución daños en conjuntos considerados, escenario PSHA interplaca ........................ 175
Gráfico 7-5: Distribución daños DSHA Intraplaca profundidad intermedia ............................................. 175
Gráfico 7-6: Distribución daños fuente Intraplaca profundidad intermedia, escenario PSHA ................. 176
Gráfico 7-7: Distribución daños efecto conjunto de las fuentes, escenario PSHA. .................................. 176
Gráfico 7-8: Distribución del grado de daño según intensidad e índice de Meli ...................................... 178
Gráfico 7-9: Distribución daños en conjuntos considerados, escenarios PSHA cortical cordillerana. ..... 180
Gráfico 7-10: Distribución daños en conjuntos considerados, escenario PSHA interplaca ...................... 183
Gráfico 7-11: Distribución daños fuente Intraplaca profundidad intermedia, escenario PSHA ............... 186
Gráfico 7-12: Distribución daños efecto conjunto de las fuentes, escenario PSHA. ................................ 189
Gráfico 8-1: Intensidad en función del periodo de retorno (-33.48; -70.65). ............................................ 204
vii
CAPITULO 1 INTRODUCCIÓN
1.1 ANTECEDENTES
La caracterización del riesgo sísmico en una determinada localidad depende directamente de
múltiples factores tales como: identificación de la amenaza sísmica, características del
movimiento fuerte (strong motion), propiedades y condiciones locales del suelo y del grado de
vulnerabilidad sísmica de los elementos involucrados. Esto permite, entre otros aspectos conocer
la factibilidad del emplazamiento y comportamiento sísmico de infraestructuras y estructuras en
general, con el objeto de mitigar y reducir las eventuales pérdidas asociadas a distintos escenarios
de riesgo.
1. Diversidad de ambientes tectónicos, esto es, fuerzas tectónicas que dan origen a varios
tipos de fuentes sismogénicas, entre ellas, fuentes tipo inversa de bajo ángulo, en la zona de
contacto interplaca bajo la zona costera; fuentes sísmicas como respuesta a los campos
compresionales a profundidades superficiales (menores a 20 km) en los Andes, conocida como
fuente intraplaca continental; fuentes sísmicas de tipo tensional o down-dip bajo tensión y
compresión a lo largo de la placa subductada (placa oceánica de Nazca) y a profundidades
intermedias, conocida como fuente intraplaca oceánica; fuentes sísmicas en el outer - rise debido
a la flexura (bending) de la placa de Nazca como respuesta a la curvatura por el proceso de
subducción; y fuentes sísmicas de rumbo o strike-slip asociada a fallas geológicas activas, como
por ejemplo a lo largo del Sistema de Fallas Liquiñe - Ofqui y más al sur, la Falla de Magallanes;
3. Es una región que ha producido mega terremotos en los últimos 150 años, tales como el
terremoto de Valdivia de 1960 y el terremoto reciente de febrero del 2010 en la zona centro sur
del país, que corresponden al primer lugar y a uno de los seis más grandes respectivamente, en el
1
ranking de los principales eventos a nivel mundial a lo largo de la historia de la sismología
instrumental.
Por otro lado, los eventos corticales superficiales con epicentros situados en la región
cordillerana, aunque de magnitud más moderada representan también un riesgo considerable,
dada la poca profundidad focal y la numerosa concentración de población y sectores productivos
que eventualmente podrían verse afectados.
En este trabajo se abordan principalmente dos aspectos, vulnerabilidad y amenaza sísmica, con el
objeto de un posterior análisis preliminar de riesgo sísmico. El primer tema consiste en una
evaluación de la vulnerabilidad sísmica estructural de un grupo de viviendas sociales construidas
por el SERVIU en algunas comunas de la Región Metropolitana. El segundo aspecto a abordar,
es estimar el peligro sísmico de las fuentes interplaca thrust, intraplaca oceánica y cortical
cordillerana, dado los nuevos antecedentes sismotectónicos que se han venido estudiando,
realizando la estimación del peligro sísmico desde las dos perspectivas más comúnmente usadas,
probabilística y determinística.
A continuación se expone una síntesis histórica que permite poner en contexto la trascendencia
del tipo de estructura a analizar, la importancia de las viviendas sociales como solución
habitacional masiva, su evolución y algunas características comunes a este tipo de construcción
repetitiva no solo a nivel nacional sino que en el resto de América Latina, lo que permite
comprender por qué la importancia e interés en analizar a escala macro este tipo de estructuras en
términos de vulnerabilidad sísmica.
Las viviendas sociales han significado, por más de 100 años, la solución que diversos programas
habitacionales han dado a los habitantes de los sectores con menores recursos en el país. En
2
Chile, desde 1906 han habido más de 50 programas con renovadas políticas habitacionales
tendientes a mejorar la calidad de vida de las personas y a reducir los hacinamientos propios de
una ciudad en continua y acelerada expansión demográfica.
Producto del largo proceso del siglo XX, Chile incrementó su población de 2.7 millones de
habitantes (hacia fines del siglo XIX), hasta más de 15 millones el año 2002. El porcentaje de
urbanización de la población en igual lapso ascendió desde menos del 40% a cerca del 90%,
consolidándose un país eminentemente urbano, experimentado una urbanización más acelerada o
explosiva durante las décadas de los sesenta y setenta (MINVU, et al. 2007).
En cuanto a la historia de las políticas de viviendas sociales, se debe mencionar que comienza en
la primera mitad del siglo XX con la creación de las Cajas Habitacionales Obreras, la Caja de la
Habitación Popular, la Corporación de Reconstrucción y Auxilio, y la Caja de la Habitación.
Los programas habitacionales han ido respondiendo a la dinámica de cambios en cuanto a las
necesidades que ha experimentado la población. En una primera instancia había que solucionar
los problemas de salubridad e higiene asociados a la marginalidad, para luego dar paso a
soluciones progresivas con esquemas de viviendas que permitieran optimizar el espacio público,
pasando desde los cités y conventillos, a las viviendas multifamiliares tipo grandes blocks en
altura.
3
1. Periodo de Ensaye Legislativo, 1906 – 1939: Aparecen en este periodo los cites y
conventillos, pues resultaba el mejor modo de habitar colectivos en espacios reducidos.
Destaca el trabajo de fachadas con predominio del lleno sobre el vano, rico en detalles,
uso de cornisas de ladrillos, molduras y arcos decorativos. En general contaban con más
de una habitación, living de acceso directo, 1 ó 2 dormitorios, baño, cocina, y un patio
interior de iluminación y ventilación. Se puede mencionar dentro de estas construcciones
en la comuna de Santiago, el Cité Constitución 135, Cité Dardignac 72- 84 en el Barrio
Bellavista y el Cité Bellavista 149 no tradicional, pues contaba con 3 pisos. Otro tipo de
viviendas construidas, son por ejemplo: Pasaje manzana Victoria, Víctor Manuel y Santa
Elvira, Pasaje San Diego 1544, Población Huemul II construida en 1943 como segunda
etapa del proyecto social de 186 viviendas Huemul I, realizado entre los años 1911 y
1918, consistente en bloques de departamentos (comúnmente este tipo de construcción se
denomina arquitectura de masa) de alrededor de 52 m2 cada uno.
Desde 1959 a 1963 aproximadamente 30.000 familias fueron erradicadas en todo el país
desde las Poblaciones callampas, construyéndose así Poblaciones como Miguel Dávila en
la comuna de San Miguel, con viviendas de 1 y 2 pisos pareadas; Población Juan Antonio
Ríos, de arquitectura algo más moderna consistió en bloques de departamentos aislados en
medio de áreas verdes; y Villa Portales, en la comuna de Estación Central, influenciada
por el urbanismo CIAM y por la vanguardia moderna brasileña, de arquitectura
innovadora, consisten en bloques de departamentos de hormigón: en 31 hectáreas se
4
levantan 19 blocks de departamentos de 6 pisos y una cantidad de viviendas capaces de
albergar a alrededor de dos mil familias. Fue construida en 1960 como una solución
habitacional para la Caja de Empleados Particulares. Algunos la consideran “una obra
arquitectónica única en Latinoamérica y revolucionaria en cuanto a dignidad de la
vivienda”. Según la evaluación de daños que elaboró el SERVIU posterior al terremoto de
1985, esta construcción presentó daños debido al cambio en la rigidez torsional que se
generaba entre pisos consecutivos, debido al reemplazo de hormigón armado por
albañilería armada.
3. Periodo de Participación Popular, 1964 – 1973: Surge el Plan de Ahorro Popular (PAP),
entre los prototipos en altura destacan el Colectivo 1010 y el Colectivo 1020 (figura 1), y
las tipologías Nº 61, 132, 136 y 196. La apremiante situación de atender en forma urgente
a las familias damnificadas por los temporales de 1965 en Santiago, fueron razón para
optar nuevas tipologías y tecnologías de construcción. Los materiales más usados en
muros eran la albañilería de bloques de hormigón, albañilería de ladrillos reforzados. La
utilización de prefabricados se presentó como una forma de dar respuesta eficiente para
reducir los plazos y el costo de construcción de viviendas, además del conocimiento que
esta nueva tecnología constructiva significaba para el país. Dentro de esta línea se
enmarca el apoyo que Chile recibió del Gobierno de la Unión Soviética, posterior a los
sismos del mes de julio de 1971, consistente en maquinaria, vehículos, asesorías técnicas
y todo lo relacionado a la instalación de una planta de elementos prefabricados, ubicada
en El Belloto (V Región), denominada Planta KPD, la cual tenía una producción
programada de 1.680 departamentos al año, con una superficie aproximada de 70 m2.
En cuanto a los tabiques de los métodos tradicionales, éstos eran de planchas de yeso
forradas en cartón y las cubiertas eran de asbesto cemento. Los monobloques se diseñaron
en una posición oriente-poniente, de modo que sus fachadas recibieran el máximo de
asoleamiento. Esto obligaba a que los bloques se dispusieran siempre con su largo en
dirección norte-sur, lo que no daba mucha flexibilidad a las formas de agrupamiento de
dichos blocks. Lo común era que se colocaran paralelos unos de otros, con sus fachadas
orientadas a alguna vía principal de circulación.
5
Fotografía 1‐1 Colectivo 1010 y 1020
Surgen nuevos prototipos de edificios, los denominados 1040 y 1050. La tipología 1050
eran torres de 15 pisos de altura, con 4 departamentos iguales por piso. Contaban con dos
ascensores y una sola escalera. Los departamentos se distribuyen en torno a un hall
central. La torre se puede ubicar con orientación múltiple, siendo la ideal norte a sur a 45º.
6
Durante la década de los 60 y en particular hacia principios de los ‘70, las “tomas de
terreno” se fueron intensificando, llegando a contar, entre 1967 y 1972, con 312 tomas
que involucraban a 54.710 familias. Este fenómeno se vino dando desde principios del
siglo XX, debido a que muchos hogares compuestos por migrantes se instalaron en
terrenos eriazos y abandonados, constituyendo lo que en un comienzo era conocido como
“poblaciones callampas” y que hacia fines de 1950 se gesta como nueva forma de
ocupación: “las tomas de terreno”. Durante el Gobierno del Frente Popular, las tomas de
terreno continuaron a un ritmo que sobrepasó los programas de planificaciones
territoriales para el crecimiento urbano, dejando obsoletos los planos reguladores de
algunas comunas. Solo la intervención militar en septiembre de 1973, fue capaz de reducir
la lucha reivindicativa habitacional que representaban los “campamentos”. (Minvu, 2004)
4. Periodo del Gobierno Militar, 1973 - 1990: Este periodo corresponde al surgimiento de un
nuevo modelo de política habitacional, centrada en el subsidio a la demanda y a su
complemento con el ahorro y el crédito. Por citar alguno, se mencionan los créditos del
Banco Interamericano de Desarrollo, a través de los denominados Programas de Loteos
con Servicios o Mejoramiento de Barrios, los cuales significaron grandes intervenciones a
los campamentos localizados en las grandes ciudades del país.
Algunas de las poblaciones sociales construidas en este periodo, son por ejemplo:
Población Los Sauces, en la comuna de La Florida. Este proyecto organiza las viviendas
bajo el concepto de “media manzana”, distribuyendo el bloque continuo de 3 pisos,
articulándolos por medio de una calle central. Surge la Población Colina Norte con
viviendas básicas de 2 pisos que considera una ampliación, la tipología corresponde a
albañilería de ladrillo reforzada con pilares y cadenas de hormigón. El costo total de las
denominadas “Viviendas Básicas”, incluyendo la ampliación no debe ser superior a las
400 UF (MINVU, 1980).
7
Las viviendas básicas se construyen con las siguientes características: fundaciones y
pavimento de hormigón, muros perimetrales y medianeros de material sólido,
agrupaciones pareadas, superficie mínima predial de 100 m2, y superficie mínima de la
vivienda de 24 m2.
Las tipologías de las viviendas básicas del Serviu representativas del periodo analizado en
la tesis, se ejemplifican en la Tabla 1-1. Las características de los conjuntos uni y
multifamiliares seleccionados para la evaluación de vulnerabilidad se detallarán en el
capítulo 4.
Tabla 1‐1: Tipologías de las Viviendas Básicas del SERVIU
Tipo Característica Fotografía
1 piso, aislada
A
o pareada
2 pisos,
B pareadas o
continuas
Vivienda en
C block de 3 y 4
pisos
8
5. Periodo de los Gobiernos de la Concertación: Surge el Programa de Vivienda Progresiva
(PVP), como uno de los principales enfoques habitacionales de los gobiernos de la
Concertación para crear programas que permitieran enfrentar el enorme déficit
habitacional de los sectores más pobres del país, llegando a construir más de 117.000
soluciones habitacionales al año 2006. Como ejemplo en la Región Metropolitana, se
puede mencionar el Conjunto Habitacional Villa Colombia de la comuna de La Pintana;
Población Las Parcelas de la comuna de Peñalolén, la cual consideraba dos tipos de
tipologías: bloques de departamentos de 3 pisos y casas de 2 pisos; Población Los
Carolinos de Puente Alto; Población 3 de Mayo de La Florida y Población Francisco
Coloane de Puente Alto, entre otras.
Otro importante proyecto que trajo a Chile un nuevo diseño arquitectónico, fue la
Comunidad Andalucía en la comuna de Santiago. Este conjunto fue construido con el
objeto de redensificar el centro de Santiago, con costos similares a los empleados en el
periodo militar para construir conjuntos de viviendas en la periferia de Santiago. Fue el
resultado de la cooperación entre el Gobierno Chileno y la Consejería de Obras Publicas
de la Junta de Andalucía, España, concluyendo la obra en septiembre del año 1992.
9
1.2 MOTIVACION
La motivación personal radica en la situación vulnerable que experimenta la Mega Ciudad en la
que se ha convertido Santiago (77% del total de población de la Región Metropolitana y esta a su
vez representa el 40% del total nacional), con una población de 5.026.485 habitantes, 32 comunas
y una densidad de alrededor de 8.500 hab/km2, construcciones en altura que se levantan en pocos
meses y se contrastan con variadas tipologías constructivas. Es una ciudad donde convive una
antigua casa de adobe al lado de un edifico de hormigón armado cercano a los 30 pisos, como se
ilustra en la Fotografía 1-2
Sin ir más lejos, un ejemplo de lo expuesto anteriormente es la lamentable situación que Chile
experimentó durante el año 2010, a causa del terremoto de Cauquenes y el posterior tsunami, y la
consiguiente dificultad con la que se encuentran los investigadores al momento de iniciar los
estudios y evaluaciones de daños, pues no hay disposición a entregar la escasa información
disponible o muchas veces inexistente, por lo que se desperdicia la oportunidad de comprender el
comportamiento de las estructuras y su interacción con el movimiento del suelo. El beneficio de
estudiar un evento de tal magnitud es la enseñanza que se obtiene de los efectos que ocasiona
sobre variados sistemas, tanto de los que fallaron como de los que resultaron incólumes.
Como antecedente se debe mencionar que en el año 2005, la Corporación SUR hizo un estudio
que arrojó la siguiente estadística de las viviendas sociales en la Región Metropolitana: existen
202.026 viviendas (489 conjuntos financiados por MINVU entre los años 1980 y 2000) lo que
equivale a aproximadamente 808.104 personas (si se considera un promedio de 4 integrantes por
familia). Al año 2009 la población estimada en la Región Metropolitana era de 7.003.122
habitantes, por ende el porcentaje de habitantes que viven en conjuntos sociales corresponde a
cerca de un 12% emplazados en 2.500 hectáreas, lo que equivale al 0.16% de la superficie total
de la R.M. (calculada en aproximadamente 15.400 km2). Lo anterior equivale a una densidad
10
poblacional que supera ampliamente la densidad promedio en la Región Metropolitana
estimándose en una densidad cuatro o cinco veces superior a la promedio, SUR (2005).
Fotografía 1‐2 Convivencia de distintos modelos constructivos.
Calle Eleuterio Ramírez # 1420, Comuna Santiago Centro.
Para aminorar las mermas debidas a los sismos, es necesario mejorar también el comportamiento
de las estructuras existentes mediante las correcciones de las normativas actuales de diseño. Tal
mejora requiere una evaluación previa de su comportamiento sísmico esperado, lo que sienta las
bases de los estudios de vulnerabilidad sísmica estructural y es el objetivo de todo plan de
Protección Civil. Éstos están orientados hacia la predicción de daños esperados en estructuras, en
el supuesto de que ocurra un terremoto de severidad considerable. A partir de dicha predicción,
11
pueden definirse soluciones de reducción de la vulnerabilidad estructural y, en consecuencia, de
las pérdidas esperadas, es decir intervenir en la “ecuación” del riesgo sísmico (Yépez et al. 1996).
Se entiende por Riesgo Sísmico el grado de pérdida, destrucción o daño esperado debido a la
ocurrencia de un determinado evento. Está relacionado con la probabilidad que se presenten o
excedan ciertas consecuencias económicas, o sociales, lo cual está vinculado estrechamente con
el grado de exposición, es decir, con la predisposición a ser afectado por el evento sísmico.
De manera entonces, que la diferencia fundamental entre el peligro y el riesgo sísmico, radica en
que la amenaza está relacionada con la probabilidad de ocurrencia del evento, mientras que el
riesgo está relacionado con la probabilidad de excedencia de que en un determinado sitio y
durante un tiempo de exposición dado, las consecuencias económicas y sociales producidas por
un evento sísmico, excedan valores preestablecidos, como número de víctimas, cuantías de daños
y pérdidas económicas, como mermas en la productividad.
Rie = Ait ⋅ Ve ⋅ E
Donde, cada término de la ecuación anterior se define como sigue a continuación:
12
Ati = Representa la amenaza o peligro sísmico. Se entiende como la probabilidad que se presente
un evento sísmico con intensidad mayor o igual a i, durante un periodo de exposición t en un
lugar determinado.
Rie = Representa el riesgo sísmico, entendido como la probabilidad que se presente un daño sobre
el elemento expuesto e, como consecuencia de la ocurrencia de un evento con intensidad ≥ i.
Estos conceptos están íntimamente relacionados entre sí, y en ocasiones tienden a confundirse o a
emplearse incorrectamente, por ello la necesidad de puntualizarlos y caracterizarlos, para
identificar las posibilidades de reducción del riesgo. En general, no es posible actuar sobre la
amenaza, pero sí es posible reducir el riesgo mediante la disminución de la vulnerabilidad de los
elementos expuestos.
Cardona (1986) propuso eliminar la variable de exposición (E), por considerarla implícita en la
vulnerabilidad (Ve), sin que se modificara sensiblemente la definición original. En otras palabras,
no se es vulnerable si no se está expuesto, es por ello, entonces, que en este trabajo se entenderá
por riesgo el producto de amenaza y vulnerabilidad, como se muestra en la ecuación 1.1.
13
baja amenaza, cuya demanda sísmica no pudiera dañarla ni afectar al entorno. (Caicedo et al.,
1994; Yépez, 1996).
Para definir claramente el concepto de vulnerabilidad, se revisará algunas de las definiciones más
empleadas a nivel mundial.
Las metodologías para evaluar la vulnerabilidad han tenido su mayor aplicación en entornos
urbanos constituidos por viviendas en su mayoría de hormigón armado y mampostería
(albañilería). Es el caso de Chile, en donde se han realizado algunos estudios tendientes a evaluar
la vulnerabilidad de las principales tipologías existentes, y en los principales centros poblados,
como por ejemplo: Concepción, Viña del Mar y Santiago. (Giuliano y Aranda (2002), Letelier
(2003), Astroza desde 1986 a la fecha, respectivamente).
15
• Calcular el índice de densidad de muros a la muestra de viviendas sociales consideradas, a
partir de la metodología propuesta por Meli (1991), y mediante la revisión de planos
estructurales puestos a disposición por el SERVIU RM.
• Estimar el grado de daño promedio esperado para las viviendas sociales pertenecientes a
la Muestra 2, extrapolando la relación obtenida anteriormente.
• Evaluar peligro sísmico determinístico para las fuentes de tipo cortical (segmento de la
FSR), interplaca e intraplaca oceánica, determinando previamente el evento más
desfavorable y creíble a la vez para cada fuente sismogénica.
• Calcular, para distintos periodos de retorno, el peligro sísmico probabilístico para las
fuentes cortical (sismicidad background), interplaca trust e intraplaca oceánica.
• Determinar una función de primer orden de riesgo sísmico Gd [I,(d/n)%], que relacione la
intensidad generada en el análisis de peligro sísmico, la densidad de muros entregada por
la metodología de vulnerabilidad propuesta por Meli, y que entregue el grado de daño
promedio esperado.
16
1.6 ORGANIZACIÓN DE LA TESIS
La evaluación de la vulnerabilidad sísmica estructural en viviendas sociales existentes en algunas
comunas de la Región Metropolitana y construidas dentro de los periodos considerados, se
realizó mediante dos metodologías: a) clasificación de las estructuras según las clases definidas
por la Escala MSK -64, y b) cálculo del índice de densidad de muros propuesto por Meli (1991).
En el capítulo 3, se entregan los antecedentes del terremoto que afectó a Chile Central en marzo
de 1985. Se recogen los catastros detallados de daños en viviendas sociales, realizados por las
Direcciones de Obras de cada Municipalidad (DOM) y recopilado por la Comisión Especial que
asesoró al SERVIU (CEA).
El capítulo 5 resume las evaluaciones de vulnerabilidad sísmica mediante los dos enfoques
elegidos. Por un lado, se asignan las clases de vulnerabilidad acorde al material constructivo,
periodo de edificación, y otros antecedentes que permiten mejorar la clasificación, sumado al
análisis de distribución de daños observados que se hace para las viviendas de 1 a 2 pisos, y de 3
y 4 pisos, comparándolas con lo que entrega la Escala MSK-64, que fue la empleada para la
asignación de las intensidades en cada comuna del Gran Santiago, inmediatamente después del
terremoto del ’85. El segundo enfoque tiene relación con el cálculo del índice de densidad de
muros, y su calibración para estimar la mejor relación entre este índice de Meli y el grado de
17
daño promedio experimentado en la Muestra 1, para luego estimar los daños esperados en la
Muestra 2, frente a un escenario similar al sismo en Chile Central de 1985.
18
CAPITULO 2 MARCO CONCEPTUAL VULNERABILIDAD SISMICA
En este capítulo se resumen algunas de las metodologías más empleadas a nivel nacional,
exponiendo sus aspectos favorables y desventajas, lo que permite posteriormente fundamentar las
metodologías empleadas en el presente trabajo. De manera de identificar los diversos métodos a
través de los cuales se puede obtener un indicador de la vulnerabilidad sísmica estructural, se
mencionan los siguientes enfoques.
Según el Gruppo Nazionale per la Difesa dai Terremoti (GNDT, 1993) de Italia, la multiplicidad
de factores que deben ser estudiados desde el punto de vista de la vulnerabilidad conduce a 3
tipos diversos de metodología de evaluación:
Los métodos cualitativos son diseñados para evaluar de manera rápida y sencilla un grupo de
edificaciones diversas, y seleccionar aquellas que ameriten un análisis más detallado. Estos
métodos se utilizan principalmente para la evaluación masiva de edificios con fines de
cuantificación del riesgo sísmico en una región amplia de una ciudad. (CERESIS, 1985).
3. Establecer una distribución estadística de los daños en función del grado de intensidad.
20
A diferencia de las otras escalas de intensidad sísmica, la Escala MSK-64 considera criterios
cuantitativos (objetivos) para evaluar el daño observado en las viviendas. Esto permite tener una
distribución estadística de los daños para un grado de intensidad sísmica mayor a V, reduciendo
así la subjetividad de la medida que depende de la percepción del observador. (Astroza et al.
2009). Ha sido empleada exitosamente en Chile, dada las adaptaciones a las características de las
tipologías nacionales por Monge y Astroza (1989).
La Escala MSK- 64 distingue tres tipos de construcciones, A, B, C, las cuales han sido adaptadas
a la realidad chilena en relación a la definición original dada en la Tabla 2-1.
La Escala EMS -98 incorpora el concepto de movilidad en las clases de vulnerabilidad, lo que
permite clasificar construcciones de un mismo tipo teniendo en consideración influencias de los
materiales empleados, calidad de la mano de obra, tipo de fundaciones, ausencia de diafragmas
de piso, entre otros factores que permiten la movilidad de dicha clase. Esta escala identifica seis
tipos de clases de vulnerabilidad, las tres primeras (A, B y C) corresponden a las definiciones de
tipos de construcciones originales dadas por la MSK- 64, y el resto (D, E y F) muestran un
decrecimiento lineal del grado de vulnerabilidad derivado de las mejoras en el diseño sísmico, y
21
fueron incorporadas en el año ‘98. En la Tabla 2-2 y Figura 2-2 se presentan las descripciones
originales dadas por la Escala MSK y las adaptaciones realizadas por Monge y Astroza (1989)
que incorporaron los tipos de construcciones de uso más frecuente en Chile y las prácticas
detectadas tras la evaluación de las estructuras afectadas por el terremoto del ‘85.
Figura 2‐1: Clases de Vulnerabilidad asignadas originalmente por la Escala EMS‐98 y rangos de
aceptación.
Tabla 2‐1: Tipos constructivos Escala MSK ‐64. Medvedev et al. 1964
Tipo Original Adaptaciones construcciones Chilenas
Edificios de mampostería de piedra sin labrar, estructuras Edificios de adobe, edificios de mampostería
A
rurales, casas de adobe, casas de tierra. de piedra unida con barro.
Edificios corrientes de albañilería de ladrillo, edificios de Edificios de albañilería simple, edificios de
B bloques grandes y del tipo prefabricado, tabiquerías mampostería de piedra unida con mortero de
pesadas, edificios de mampostería de piedra labrada. cemento.
Edificios reforzados, estructuras de madera bien Edificios de albañilería reforzada con pilares y
C
construidas. cadenas de hormigón armado.
22
Figura 2‐2: Clases de Vulnerabilidad asignadas por Monge y Astroza, 1989.
Adaptación Escala MSK‐64 a realidad Chilena.
Tabla 2‐2: Clases de Vulnerabilidad para viviendas de Albañilería de 1 y 2 pisos.
Astroza, 2010. Sesión X Congreso ACHISINA 2010.
Tipo Clase A Clase B Clase C Clase D
A1. Adobe X
A2. Albañilería de ladrillo cerámico sin refuerzo X
A3. Albañilería de bloques de hormigón con refuerzo y sin X
diseño sísmico
A4. Albañilería de bloques de hormigón con refuerzo y X
con diseño sísmico
A5. Albañilería de ladrillo cerámico con refuerzo y sin X
diseño sísmico
A6. Albañilería de ladrillo cerámico con refuerzo y con X
diseño sísmico
Reforzar: Tendencia posible:
Para conocer en detalle los grados de la escala MSK, se presenta la Tabla 2-3 en la cual se
mencionan los efectos sobre las personas, en objetos y ambiente, y daños en estructuras, al igual
que la escala de Intensidad de Mercalli Modificada (IMM en adelante) que también cuenta con 12
grados de severidad. (Ver Tabla 2-4) y es la de uso nacional.
23
Tabla 2‐3: Descripción de Escala Intensidad MSK‐64
Grado Descripción Características
I No sentido No sentido ni en las condiciones más favorables
El temblor es sentido solo en casos aislados de individuos en reposo y en posiciones
II Apenas sentido
especialmente receptivas dentro de edificios.
El terremoto es sentido por algunos dentro de edificios. Las personas en reposo
III Débil
sienten un balanceo o ligero temblor. Los objetos colgados oscilan levemente.
El terremoto es sentido dentro de los edificios por muchos y solo por muy pocos en el
Ampliamente exterior. Se despiertan algunas personas. El nivel de vibración no asusta, es
IV
observado moderada. Los observadores sienten un leve temblor o cimbreo del edificio, la cama,
etc. Golpeteo de vajilla, ventanas y puertas. Los objetos colgados oscilan.
El terremoto es sentido dentro de los edificios por la mayoría y por algunos en el
exterior. Algunas personas se asustan y corren al exterior. Se despiertan muchas
personas que dormían. Los objetos colgados oscilan considerablemente. La vajilla y
cristalería chocan entre si. Los objetos pequeños, inestables o mal apoyados pueden
V Fuerte
desplazarse o caer. Las puertas y ventanas se abren o cierran de pronto. En algunos
casos los cristales de las ventanas de rompen, los líquidos oscilan y pueden
derramarse de recipientes totalmente llenos. Los animales dentro de los edificios se
pueden inquietar. Daños de grado 1 en edificios de clases de vulnerabilidad A y B.
Sentido por la mayoría dentro de los edificios y por muchos en el exterior. Algunas
personas pierden el equilibrio. Muchos se asustan y corren al exterior. Pueden caerse
pequeños objetos de estabilidad ordinaria y los muebles se pueden desplazar, en
VI Levemente dañino
algunos casos se pueden romper platos y vasos. Se asustan los animales domésticos.
Se presentan daños de grado 1 en muchos edificios de clase A y B; algunos de clase A
y B sufren daños de grado 2, y algunos de clase C sufren daños de grado 1.
La mayoría de las personas se asusta e intenta correr fuera de los edificios. Se
desplazan los muebles y pueden volcarse los que sean inestables. Caída de gran
numero de objetos en estanterías. Salpica el agua de los recipientes y estanques.
VII Dañino Muchos edificios de clase de vulnerabilidad A sufren daños de grado 3, algunos de
grado 4. Muchos de clase B sufren daños de grado 2, algunos de grado 3. Algunos
edificios de clase C presentan daños de grado 2. Algunos edificios de clase D
presentan daños de grado 1.
Para muchas personas es difícil mantenerse en pie, incluso fuera de los edificios. Se
pueden volcar los muebles, caen al suelo objetos como televisores, maquinas de
escribir. Ocasionalmente las lapidas se pueden desplazar, girar o volcar. En suelo muy
Gravemente
VIII blando se pueden ver ondulaciones. Muchos edificios de clase A sufren daños de
Dañino
grado 4, algunos de grado 5. Muchos de clase B sufren daños de grado 3, algunos de
grado 4. Muchos edificios de clase C sufren daños de grado 2, algunos de grado 3.
Algunos edificios de clase D presentan daños de grado 2.
Pánico general. Las personas pueden ser lanzadas bruscamente al suelo. Muchos
monumentos y columnas se caen o giran. En suelo blando se ven ondulaciones.
Muchos edificios de clase A sufren daños de grado 5. Muchos de clase B sufren daños
IX Destructor
de grado 4, algunos de grado 5. Muchos edificios de clase C sufren daños de grado 3,
algunos de grado 4. Muchos edificios de clase D sufren daños de grado 2, algunos de
grado 3. Algunos edificios de clase E presentan daños de grado 2.
24
Tabla 2‐3: Descripción de Escala Intensidad MSK‐64
Grado Descripción Características
La mayoría de los edificios de clase A presentan daños de grado 5, Muchos de clase B
sufren daños de grado 5. Muchos de clase de vulnerabilidad C sufren daños de grado
X Muy destructor 4, algunos de grado 5. Muchos edificios de clase D sufren daños de grado 3, algunos
de grado 4. Muchos edificios de clase E sufren daños en grado 2, algunos grado 3.
Algunos edificios de clase F presentan daños grado 2.
La mayoría de los edificios de clase B presentan daños de grado 5. La mayoría de
edificios de clase C sufren daños de grado 4, muchos de grado 5. Muchos de clase de
XI Devastador vulnerabilidad D sufren daños de grado 4, algunos de grado 5. Muchos edificios de
clase E sufren daños de grado 3, algunos de grado 4. Muchos edificios de clase F
sufren daños de grado 2, algunos de grado 3.
Se destruyen todos los edificios de clases de vulnerabilidad A y B y prácticamente
Completamente
XII todos los de clase C. Se destruyen la mayoría de los edificios de clase D, E y F. Los
Devastador
efectos del terremoto alcanzan los máximos concebibles.
Tabla 2‐4: Descripción de Escala Intensidad Modificada de Mercalli
Descripción usada por Onemi
Grado Características
Lo advierten muy pocas personas y en condiciones de percepción especialmente favorables. (Reposo,
I
silencio total, en estado de mayor concentración mental, etc.)
Lo perciben sólo algunas personas en reposo, particularmente las ubicadas en los pisos superiores de los
II
edificios.
Se percibe en el interior de los edificios y casas. No siempre se distingue claramente que su naturaleza es
III
sísmica, ya que se parece al paso de un vehículo liviano.
Los objetos colgantes oscilan visiblemente. Es sentido por todos en el interior de los edificios y casas. La
IV sensación percibida es semejante al paso de un vehículo pesado. En el exterior la percepción no es tan
general.
Sentido por casi todos, aún en el exterior. Durante la noche muchas personas despiertan. Los líquidos
V
oscilan dentro de sus recipientes y pueden derramarse. Los objetos inestables se mueven o se vuelcan.
Lo perciben todas las personas. Se siente inseguridad para caminar. Se quiebran vidrios de ventana, vajillas
VI y objetos frágiles. Los muebles se desplazan y se vuelcan. Se producen grietas en algunos estucos. Se hace
visible el movimiento de los árboles y arbustos.
Se experimenta dificultad para mantener en pie. Se percibe en automóviles en marcha. Causa daños en
VII vehículos y estructuras de albañilería mal construidas. Caen trozos de estucos, ladrillos, cornisas y diversos
aparatos electrónicos.
Se hace difícil e inseguro el manejo de vehículos. Se producen daños de consideración y a veces derrumbe
VIII parcial de estructuras de albañilería bien construidas. Caen chimeneas, monumentos, columnas, torres y
estanques. Las casas de madera se desplazan y se salen totalmente de sus bases.
Se produce inquietud general. Las estructuras corrientes de albañilería bien construidas se dañan y a veces
IX se derrumban totalmente. Las estructuras de madera son removidas de sus cimientos. Se pueden fracturar
las cañerías subterráneas.
25
Tabla 2‐4: Descripción de Escala Intensidad Modificada de Mercalli
Descripción usada por Onemi
Grado Características
Se destruye gran parte de las estructuras de albañilería de toda especie. Algunas estructuras de madera
X bien construidas, incluso puentes, se destruyen. Se producen grandes daños en represas, diques y
malecones. Los rieles de ferrocarril se deforman levemente.
Muy pocas estructuras de albañilería quedan en pie. Los rieles del ferrocarril quedan fuertemente
XI
deformados. Las cañerías quedan totalmente fuera de servicio
El daño es casi total. Se desplazan grandes masas de rocas. Los objetos saltan al aire. Los niveles y perfiles
XII
de las construcciones quedan distorsionados.
Es importante mencionar que las escalas de medición de intensidad IMM y MSK son
comparables entre sí, por lo que existe total equivalencia entre sus respectivos grados de daños
(Barrientos 1980 y González 1998). Otra escala de intensidad es la que se emplea en Japón y
corresponde a la dada por la Agencia Meteorológica de Japón (JMA). Las relaciones dada por
SWISS RE en el año 2002, que comparan y homologan los grados de las distintas escalas de
intensidades usadas mundialmente, se presentan en la Tabla 2-5.
Tabla 2‐5: Equivalencias entre escalas
de intensidad. González (1998)
IMM MSK JMA
I I 0
II II I
III III
II
IV IV
V V III
VI VI IV
VII VII
V
VIII VIII
IX IX VI
X X
XI XI VIII
XII XII
El daño puede definirse como el grado de deterioro o destrucción causado por un evento sísmico
sobre la propiedad, los sistemas de prestación de servicios y los sistemas naturales o sociales. En
el diseño estructural el daño está relacionado con las deformaciones inelásticas o desplazamientos
26
no recuperables sufridos por la estructura, por lo tanto, se prefiere correlacionar el daño con las
deformaciones o desplazamientos de la estructura.
Los estados discretos de daño (EDD, como se le denomina a la clasificación de grados de daños),
representan una condición límite o tolerable de la estructura de acuerdo con tres aspectos
esenciales a tener en cuenta:
En la actualidad, se han hecho varias clasificaciones para los estados discretos de daño (ATC-13,
EMS-98, MSK, HAZUS, ATC-25, RISK-UE entre otros), los cuales han sido derivados de los
daños físicos observados en las estructuras después de un evento sísmico de consideración.
La definición original de los grados de daños de acuerdo a la Escala MSK 64, son los que se
describen en la Tabla 2-6, más adelante se discrimina en relación al material constructivo (Tablas
2-8 y 2-9).
Tabla 2‐6: Definición de los grados de daños según la Escala MSK‐64
Grado Descripción del daño
Grado 0 Sin daño.
Daño despreciable o leve: No hay daño estructural. Fisuras en muy pocos muros, caída de pequeñas
Grado 1
partes de estuco.
Daño moderado: Daño estructural leve, daño no estructural moderado. Grietas pequeñas en
Grado 2
muchos muros, caída de grandes porciones de estuco. Caída de partes de chimeneas.
Daño severo: Daño estructural moderado, daño no estructural severo. Gran y extensivo
agrietamientos en la mayoría de los muros. Desprendimiento y caídas de tejas. Colapso de las
Grado 3
chimeneas. Grietas verticales en el encuentro de muros sin desaplome. Fallas de elementos no
estructurales
Daño Grave: Daño estructural severo y daño no estructural grave. Serias fallas de los muros. Grietas
Grado 4
verticales en el encuentro de los muros con desaplome. Falla o colapso parcial en algunos muros.
Grado 5 Colapso: Daño estructural grave. Colapso total de edificios, caída de más de un muro.
27
La Escala MSK propone una distribución estadística de daños mediante valores porcentuales
asimilados a los conceptos de pocos, muchos y la mayoría, lo que se muestra en la Tabla 2-7, de
acuerdo al criterio de algunos autores citados a continuación:
Tabla 2‐7: Porcentaje de construcciones de acuerdo a rangos
Fuente Porcentajes Categoría
5 % Pocos
González Pamela, 1998 50% Muchos
75% La Mayoría
0 % – 20% Pocos
Escala EMS‐98 10% ‐60 % Muchos
50 %– 60% La Mayoría
Las clasificaciones originales de la Escala EMS -98 describen los grados de daños de acuerdo al
tipo de construcción, como se muestra en las Tabla 2-8 y Tabla 2-9.
Los edificios de fábrica hacen referencia en su definición a estructuras de piedra suelta o canto
redondeado, de adobe, mampostería sin armar de ladrillos o bloques con forjados de hormigón
armado. En cuanto a edificios de hormigón armado, incluye estructuras sin diseño
sismorresistente, con nivel medio y alto de diseño, de muros sin diseño sismorresistente, de
muros con nivel medio y alto de diseño sismorresistente.
Tabla 2‐8: Clasificación de Daños en Edificios de Fábrica, según Escala EMS ‐98.
Centre Européen de Géodynamique et de Séismologie, 1993
Grado daños Descripción del daño asociado
Daños despreciables a ligeros. Ningún Daño Estructural. Daños no estructurales ligeros. Fisuras
1 en muy pocos muros, caída solo de pequeños trozos de revestimientos. Caída de piedras
sueltas de las partes altas de los edificios en muy pocos casos.
Daños moderados. Daños estructurales ligeros y daños no estructurales moderados. Grietas en
2
muchos muros. Caída de trozos grandes de revestimientos. Colapso parcial de chimeneas.
Daños de importancia a graves. Daños estructurales moderados, daños no estructurales graves.
Grietas grandes y generalizadas en la mayoría de los muros. Se sueltan tejas del tejado. Rotura
3
de chimeneas por la línea del tejado. Se dañan elementos individuales no estructurales
(tabiques y otros)
Daños muy graves. Daños estructurales graves y daños no estructurales muy graves. Los muros
4
se dañan seriamente. Se dañan parcialmente los tejados y forjados.
Destrucción. Daños estructurales muy graves. Colapso total o casi total. Se dañan seriamente
5
los muros. Se dañan parcialmente los tejados y forjados.
28
Tabla 2‐9: Clasificación de Daños en Edificios de Hormigón Armado, según Escala EMS ‐98
Centre Européen de Géodynamique et de Séismologie, 1993
Grado daños Descripción del daño asociado
Daños de despreciables a ligeros. Ningún Daño Estructural. Daños no estructurales ligeros.
1 Fisuras en el revestimiento de pórticos o en la base de los muros. Fisuras en tabiques y
particiones.
Daños moderados. Daños estructurales ligeros y daños no estructurales moderados. Grietas en
2 vigas y pilares de pórticos y muros estructurales. Grietas en tabiques y particiones; caídas de
enlucidos y revestimientos frágiles. Caída de mortero de las juntas de paneles prefabricados.
Daños de importancia a graves. Daños estructurales moderados, daños no estructurales graves.
Grietas en pilares y en junta viga‐ pilar en la base de los pórticos y en las juntas de los muro
3
acoplados. Desprendimientos de revocos de hormigón, pandeo de la armadura de refuerzo.
Grandes grietas en tabiques y particiones, se dañan paneles de particiones aisladas.
Daños muy graves. Daños estructurales graves y daños no estructurales muy graves. Grandes
grietas en elementos estructurales con daños en el hormigón por compresión y rotura de
4
armaduras, fallos en la trabazón de la armadura de las vigas, ladeo de pilares. Colapso de algunos
pilares o de una planta alta.
Destrucción. Daños estructurales muy graves. Colapso de la planta baja o de partes del edificio,
5
por ejemplo alas.
Se define como Grado de daño promedio de un cierto conjunto de estructuras, lo que se señala en
la Ec. 2.1.
Gm =
∑G ⋅ Ni i
∑N i
(2.1)
Donde:
Gi Grado de daños, es decir i fluctúa del grado 0 al 5
Ni Número de viviendas de la muestra con grado de daños Gi
De acuerdo a lo que señala Monge y Astroza (1989, pp.488), los grados de daño promedio de los
tres tipos de edificaciones más comunes a ese entonces, según la definición original de la Escala
MSK (Clases A, B y C), se resumen como se presentan en la Tabla 2-10, empleando los
porcentajes dados en la distribución estadística de daños de la Escala MSK, y sus respectivas
intensidades.
29
Tabla 2‐10: Grado de daño promedio, Monge y
Astroza (1989)
Construcciones Tipo
Grado Intensidad
A B C
5 0,06 0,00 0,00
6 0,60 0,05 0,00
7 2,50 1,35 0,50
8 3,50 2,50 1,50
9 4,35 3,50 2,50
10 4,75 4,35 3,50
11 5,00 4,75 4,50
Además, se cuenta con la distribución estadística dada por la Escala de intensidades EMS-98 (que
adecúa la versión MSK ‘64 ampliándola de 3 a 6 clases) la que ha sido modificada en Chile, para
fines de zonificación sísmica por M. Astroza. (Monge y Astroza, 1989 y Astroza y Monge, 1991)
y González, 1998. La versión ampliada de la European Macrosesimic Scale 1998 (Grünthal,
1998), que resume la distribución porcentual de daños de acuerdo a los grados de intensidad para
las clases A a la F, y adaptada a la realidad chilena, se presenta en la Tabla 2-12.
30
Tabla 2‐11: Distribución Estadística de porcentajes de daño de acuerdo a la clase de vulnerabilidad y a
la Intensidad del sismo, según Escala MSK ‐64.
31
Tabla 2‐12: Distribución Estadística de porcentajes de daño de acuerdo a la clase de vulnerabilidad y a
la Intensidad del sismo, según adaptación de la EMS‐98 hecha por González 1998.
32
2.1.2 MÉTODOS CUANTITATIVOS DE EVALUACIÓN
La evaluación directa es la más factible de cuantificar, por lo que se han desarrollado diferentes
métodos de estimación en este ámbito. En relación a las definiciones dadas por el GNDT (1993),
los métodos cuantitativos de estimación de la vulnerabilidad más usados, se pueden dividir en 3
grupos:
1. Mecánicos: Las previsiones del daño son formuladas en base a cálculos analíticos de la
respuesta sísmica del edificio o del estado tensionado y deformado que le corresponde. La
medida de la acción sísmica se expresa por la aceleración máxima del suelo o por magnitudes
análogas utilizables como entrada para métodos numéricos de cálculo, mientras que la medida del
daño se cuantifica con variables mecánicas. No son más que métodos de análisis estructural
aplicado a las construcciones existentes, ya sean recientes o antiguas. Este método es aconsejable
de emplear cuando se cuenta con la suficiente información de la estructura y cuando la muestra
de construcciones a realizar es reducida.
33
indicadores, evaluados a continuación de un examen cualitativo del edificio realizado por
expertos que asignan pesos a cada indicador.
En los métodos tipológicos y semióticos, el resultado esperado (grado de daño que puede sufrir
una estructura de una tipología específica, sometida a la acción de un sismo de ciertas
características) puede ser expresado de diversas formas.
c) El método del índice de vulnerabilidad (Benedetti y Petrini 1984) utiliza los datos
obtenidos mediante inspección para realizar una calificación del diseño y construcción
sismorresistente de los edificios mediante un coeficiente denominado índice de vulnerabilidad. El
método hace una calificación numérica de algunos parámetros estructurales preestablecidos por
expertos y calcula, a partir de estos valores, el índice de vulnerabilidad. Posteriormente, se
relaciona el índice de vulnerabilidad obtenido con el grado de daño global que sufre la estructura
a través de funciones de vulnerabilidad para cada grado de intensidad macrosísmica del terremoto
o para diferentes niveles de aceleración máxima.
34
entre otros aspectos que permitirán asignar un índice de vulnerabilidad de primer nivel, que se
relacione con un cierto rango de daño esperado, como se detalla en el capítulo 5.
Los muros de albañilería son los elementos estructurales más solicitados para resistir cargas
sísmicas en las viviendas. El desempeño de estas construcciones durante sismos de alta
intensidad (hasta VIII) ha sido satisfactorio, salvo algunas excepciones en donde la
responsabilidad de colapso de las estructuras se atribuye a una mala práctica constructiva en
terreno, lo cual quedó nuevamente de manifiesto en el pasado terremoto del 27 de febrero. Este
buen comportamiento observado tras variados terremotos en nuestro país, se contrasta con la
opinión de que por ser un material de baja resistencia a la tracción y de comportamiento frágil, no
sería un material recomendable en un país con alta actividad sísmica.
En general, la tipología de las viviendas sociales es bastante repetitiva, con regularidad en planta
y en elevación, de buena rigidez torsional, no superan los 4 pisos de altura, y el diseño es bastante
sencillo, basado principalmente en tratar de limitar el esfuerzo cortante promedio que se produce
por el sismo sobre los muros en las direcciones transversales y longitudinales, a una proporción
de la resistencia al corte propia de la albañilería.
Con el objeto de relacionar el nivel de daño con la densidad de muro, Meli se basó en el método
simplificado de diseño propuesto en la norma de diseño sísmico mexicana, el que se aplica a
35
edificios regulares que cumplen ciertas condiciones de altura, simetría en planta, rigidez
torsional, regularidad en elevación y la acción de diafragmas de piso y techo.
La metodología requiere para determinar el peso total correspondiente a cada edificio, un peso
promedio para edificios de albañilería confinada. Se empleará el valor propuesto en Chile por
Astroza y Küpfer (1993), correspondiente a 650 kg/m2. De esta forma, el peso total del edificio
considerado en cada dirección de análisis proviene de la cubicación del piso tipo del edificio, a
excepción del último piso en el que se incluye la aplicación de un factor de reducción por
sobrecarga, igual a 0.38 cuando no existe losa en este nivel y 0.67 cuando sí la hay.
Con el valor del peso total del edificio se obtiene la tensión normal debido al esfuerzo axial (σo)
dividiendo el peso total del edificio por el área de muros del primer piso. El valor de la resistencia
básica al corte (τm) de la albañilería se extrae del punto 5.7.2 de la norma NCh 2123.Of 97, ya
que para ninguno de los conjuntos habitacionales se contó con datos de ensayos, solo en algunas
especificaciones de los planos se menciona que la albañilería corresponde mayoritariamente a
ladrillos cerámicos hechos a máquina con perforaciones en su masa perpendiculares a las caras
mayores (MqP), con una resistencia básica al corte de la albañilería correspondiente a τm = 5 MPa
y a ladrillos cerámicos hechos a máquina con huecos verticales (MqHv) con τm = 5 MPa. Se
considera que la calidad del hormigón corresponde a la clase C, en la que la resistencia cilíndrica
a la compresión es f`c=180 [Kg/cm2] para edificios construidos hasta el año 1980, y de grado
H25 para los construidos después de ese año, es decir, con valores de f’c = [250Kg/cm2]. (Nota: 1
MPa = 10 kgf/cm2).
Los muros de hormigón armado (presentes en algunas viviendas de tipo hibrido) fueron incluidos
en el cálculo del índice de Meli (solo cuando su presencia no represente más de un 40% del total
de área de muro en la dirección correspondiente), aplicándoseles un factor de transformación FR2
(ecuación (2.2)), el cual modifica la sección transversal de hormigón armado en una sección
transversal equivalente de albañilería de igual resistencia al corte. En el caso de muros de
hormigón armado, que forman parte de un paño de albañilería mayor, se consideraron como si
fueran de albañilería confinada, aplicándoles un factor de resistencia al corte equivalente (Osorio,
1995).
36
0.29 ⋅ f 'c
FR2 = (2.2)
0.23 ⋅ τ m + 0.12 ⋅ σ o
La densidad de muro por unidad de piso se calculó en el primer piso para las dos direcciones
principales de la planta de un subconjunto de estructuras, cuando el área de muros de albañilería
representa más del 60 % del área de muros en la dirección considerada.
La metodología simplificada se basa en suponer que el esfuerzo de corte producto del sismo, en
cada entrepiso y en cada dirección, se distribuye entre los muros alineados en dicha dirección en
forma proporcional al área de cada muro. De esta forma, el esfuerzo cortante medio sobre cada
muro es el mismo y la fuerza cortante resistente (Vr) se expresa como sigue en la ecuación 2.3.
V r = V m ⋅ Fr ⋅ ∑i(Fi ⋅ Ai ) (2.3)
Donde:
∑ (F ⋅ A )
i i i
Suma de las áreas transversales efectivas de muros en la dirección considerada.
Para tomar en cuenta la menor rigidez de los muros cortos (poco esbeltos), en los que la relación
entre la altura y la longitud excede de 1.33, la contribución de estos muros se reduce
multiplicándola por el factor Fi. Esta reducción puede efectuarse afectando el área de los muros
por dicho coeficiente, de manera de obtener un área efectiva de muros para propósito de su
contribución a la resistencia sísmica.
2
⎛ L ⎞ ⎛H ⎞
Fi = ⎜⎜1,33 ⋅ i ⎟⎟ si ⎜⎜ i ⎟⎟ > 1,33 (2.4)
⎝ Hi ⎠ ⎝ Li ⎠
⎛H ⎞
Fi = 1 si ⎜⎜ i ⎟⎟ ≤ 1,33 (2.5)
⎝ Li ⎠
37
La fuerza de corte resistente (Vr) del entrepiso así calculada, debe compararse con la fuerza de
corte sísmica actuante (Va) que, para el método simplificado y al nivel del primer piso, se
determina por la ecuación 2.6.
Va = Fc ⋅ Fn ⋅ Cs ⋅ W (2.6)
Donde:
Siendo:
El método emplea como procedimiento para determinar el área transversal de muros que se
requiere en cada dirección para resistir las fuerzas sísmicas, igualar las fuerzas de corte actuante
con la fuerza resistente, resultando:
Va = Vr (2.8)
Fc ⋅ C s ⋅ n ⋅ w ⋅ A p = Fr ⋅ Vm ⋅ ∑ (Fi ⋅ A i ) (2.9)
38
Lo anterior puede expresarse en términos de un índice adimensional igual a la suma de las áreas
transversales efectivas de los muros en la dirección considerada, dividida por el área de la planta
tipo del edificio, con lo que el índice de densidad de muros resulta igual al dado por la ecuación
2.10:
d=
∑ (F ⋅ A ) = F
i i c ⋅ n ⋅ Cs ⋅ w
(2.10)
Ap Fr ⋅ Vm
La Ec. 2.10 indica una relación que permite identificar dos índices de acuerdo a la dirección de
análisis dx, dy. Por lo tanto d es una medida de la resistencia sísmica necesaria para el edificio.
También se puede expresar como:
(d / n )d =
∑ (F ⋅ A )
i i
Densidad de muros por unidad de piso disponible (2.11)
n ⋅ Ap
Fc ⋅ C s ⋅ w
(d / n )r = Densidad de muros por unidad de piso requerida (2.12)
Fr ⋅ Vm
Donde,
Ai Área del muro i de albañilería.
Ai_HA Área del muro i de hormigón armado.
Ai Área del muro i de albañilería.
no Número de muros en la dirección considerada
n Número de pisos del edificio.
39
En resumen, los datos que se extraen de los planos permiten calcular el índice de densidad de
muros normalizado por número de pisos, mediante la siguiente ecuación.
( d / n) % =
[(∑ F ⋅ A ) + ∑ A
i i i _ HA ]
⋅ FR 2 ⋅100
Ap ⋅ n (2.14)
El estudio original de Meli no presentó una ecuación que relacione el grado de daño observado
con la densidad de muros por número de pisos de los edificios muestreados, sino que más bien
estimó valores límites de (d/n)%, obteniendo lo que se resume en la Tabla 2-13.
Tabla 2‐13: Relación Densidad de muro – daño, R. Meli; 1990
Nivel de Daño Densidad de Muro por unidad de piso, dn [%]
Mínimo > 1.5
Intermedio 0.75 < (d/n)% ≤ 1.5
Grave ≤ 0.75
La relación de densidad de muros con el nivel de daño observado, adaptado a la realidad chilena
para estructuras de albañilería confinada, calibrada de acuerdo a una muestra de 17 edificios de 3
y 4 pisos de altura, según resultados del trabajo de Astroza y Küpfer, 1993, es la siguiente:
Tabla 2‐14: Relación Densidad de muro – daño, M. Küpfer; 1993
Nivel y grados de daño Densidad de Muro por unidad de piso, dn [%]
Leve (G0 y G1) ≥ 1.15
Moderado (G2) 0.85 ‐ 1.15
Severo (G3 ) 0.5 ‐ 0.85
Grave (G4 y G5) ≤ 0.5
Los límites asociados a los niveles de daño severo (0,5%), moderado (0,85%) y leve (1,15%)
corresponden a los rangos de daño esperados según la relación establecida por Küpfer (1993),
intervalos que han sido utilizados en estudios posteriores y serán objetos de validación en el
presente trabajo.
Con estos límites determinados para ciertos rangos del índice de densidad de muros, se analizó el
comportamiento de las viviendas de la Muestra 1 y se contrastó con los daños observados y
40
catastrados por la CEA tras el terremoto del 85, para proceder a la validación de dichos rangos, y
en caso que no se ajuste a los resultados experimentados por la muestra acá considerada, se
determinarán nuevos rangos para el índice (d/n%) que minimicen la diferencia entre el grado de
daño esperado y el observado.
Tabla 2‐15: Definición de Clases de vulnerabilidad del Método del
Índice de Vulnerabilidad del GNDT
Clase Denominación
A Buena
B Regular
C Mala
Estudios realizados por el Instituto di Ricersa Sul Rischio Sismico del Consejo Nazionale di la
Ricersa (C.N.R.; 1993), propuso los puntajes a cada clase y pesos a cada factor de vulnerabilidad
tal como se presentan en la Tabla 2-16. Estos factores considerados en el cálculo del Índice de
Vulnerabilidad (Iv) incluyen características geométricas, la calidad de los materiales
constructivos y la estructuración de las viviendas entre otros factores que requieren conocer un
proyecto en detalle mediante planos de estructura, arquitectura, elevación, fundaciones, etcétera,
lo cual no siempre está disponible más aún para proyectos con más de 20 años de antigüedad.
Se debe mencionar que el índice de densidad de muros de la metodología propuesta por Roberto
Meli (1991) está considerado en el primer factor de esta compleja y completa metodología
italiana (y es el factor que posee el mayor peso), pues la distribución espacial de muros
corresponde a la organización del sistema resistente predominante en la disposición típica de las
viviendas sociales, como se describe a continuación.
41
Tabla 2‐16: Factores originales del Cálculo del Índice de Vulnerabilidad
Factor de vulnerabilidad Puntaje de Clase
Peso
Nomenclatura Factor A B C
I Organización del Sistema Resistente 0 1 2 4
II Calidad del sistema Resistente 0 1 2 1
III Resistencia Convencional ‐1 0 1 1
IV Posición del Edificio 0 1 2 1
V Presencia de Diafragmas Horizontales 0 1 2 1
VI Configuración en Planta 0 1 2 1
VII Configuración en Elevación 0 1 2 2
VIII Tipo de Fundación 0 1 2 1
IX Elementos No Estructurales 0 1 2 1
X Estado de Conservación 0 1 2 2
42
∑
10
(Peso del factori × Puntaje de la clasei ) + 1
I V Normalizado = i =1
(2.15)
26
Del mismo modo que la calibración para estructuras de hormigón armado, se adaptó el método
del G.N.D.T. para estructuras de albañilería confinada a partir de la metodología original
propuesta por Aranda, 2000 y modificada por Kenneth Gent;2003. Esta consiste en los mismos
10 factores anteriormente señalados para el caso de estructuras de hormigón armado, pero
ponderados con pesos que han sido modificados y calibrados de acuerdo a la realidad chilena
experimentada tras el terremoto del ‘85. Esta adecuación se presenta en la Tabla 2-18.
Tabla 2‐18: Factores del Cálculo del Índice de Vulnerabilidad modificados por Gent (2003) para
estructuras de Albañilería Confinada
Factor de vulnerabilidad Puntaje de Clase
Peso
Nomenclatura Factor A B C
I Organización del Sistema Resistente 0 1 2 4,00
II Calidad del sistema Resistente 0 1 2 3,00
III Resistencia Convencional ‐1 0 1 2,00
IV Posición del Edificio 0 1 2 0,75
V Presencia de Diafragmas Horizontales 0 1 2 0,50
VI Configuración en Planta 0 1 2 0,50
VII Configuración en Elevación 0 1 2 1,50
VIII Tipo de Fundación 0 1 2 0,50
IX Elementos No Estructurales 0 1 2 1,00
X Estado de Conservación 0 1 2 1,00
I Organización del sistema resistente: Evalúa el grado de organización de los muros, de los
marcos o de la combinación de ellos independientemente del tipo de material de construcción,
para ello se consideran los seis subfactores que se presentan en la Tabla 2-19.
43
cálculo del factor I. Tiene relación con la disposición de los ejes resistentes en cada una de las
direcciones de análisis, lo que lo asemeja al fundamento de la metodología de Meli (1991).
Tabla 2‐19: Subfactores del parámetro I (Organización del Sistema Resistente)
Puntaje de Clase Peso
Subfactor
A B C
a) Período 0 0.5 1 0,30
b) Razón de aspecto 0 0.5 1 0,30
c) Cantidad de líneas resistentes 0 0.5 1 0,75
d) Calidad de líneas resistentes 0 0.5 1 1,25
e) Distancia entre partes independientes del edificio o con otros colindantes 0 ‐ 1 0,30
f) Rigidez torsional y distancia entre centro de masa y centro de rigidez 0 0.5 1 1,00
Dada la cantidad de información que requiere esta metodología propuesta por el G.N.D.T, hace
que no sea factible aplicarla a la muestra de viviendas sociales consideradas. Este hecho, sumado
a que el primer método, del índice de densidad de muros, ha sido concebido para la tipología a la
que pertenecen los conjuntos habitacionales, y dada la sencillez y rapidez de su aplicación, lo
hacen recomendable para estudios de vulnerabilidad de un gran número de estructuras, razón por
la que se ha seleccionado la metodología propuesta por Meli (1991) para este trabajo.
44
CAPITULO 3 ANTECEDENTES TERREMOTO CHILE CENTRAL 1985
45
Figura 3‐1: Isosistas del Terremoto del 03 de marzo de 1985
El efecto de este terremoto se extendió desde Illapel por el norte hasta Talca por el sur, como se
muestra en la Figura 3-1, donde se presentan las isosistas en escala de Mercalli. El sismo dejó un
saldo de 147 muertos y 2.000 heridos, afectó a varias ciudades, causó colapsos y graves daños en
centros urbanos importantes como Santiago, Valparaíso y Viña del Mar. Este terremoto, a pesar
de las altas intensidades reportadas y su duración, se caracterizó también por su nivel de daño
moderado en la zona epicentral. En el sector habitacional quedaron 66.000 viviendas destruidas y
127.000 dañadas, que en su mayoría correspondían a casas de adobe o mampostería sin refuerzo,
de 1 ó 2 pisos concentradas en los barrios antiguos.
Según cifras oficiales, los daños globales del sismo se evaluaron en aproximadamente mil
quinientos millones de dólares. El Gobierno, a través del Ministerio de Vivienda y Urbanismo,
puso en acción un plan para la rehabilitación de las viviendas sociales afectadas en su condición
de habitabilidad. El SERVIU Metropolitano encargó en mayo del mismo año a la Sociedad RFA
Ingenieros los estudios y proyectos para rehabilitar los conjuntos habitacionales más dañados por
el terremoto, como también la supervisión de las obras contratadas para tal efecto. Se constituyó
una comisión ad hoc intitulada Comisión Especial Asesora (CEA) presidida por el Ingeniero Sr.
Rodrigo Flores Álvarez. Este estudio realizó un levantamiento a 133 conjuntos habitacionales, es
decir alrededor de 45.000 viviendas, además de 560 pertenecientes a la V Región. Cabe señalar
que las viviendas del SERVIU constituyen aproximadamente el 30% de las viviendas,
comparativamente semejantes, de la Región Metropolitana a la fecha de dicho estudio.
47
b) Etapa 2: Corresponde a un estudio de la reparación y refuerzo de los edificios
dañados, elaborando los respectivos proyectos con planos y especificaciones para aprobación por
parte del SERVIU, y eventual ejecución.
En el estudio realizado se menciona que, como forma de ampliar los beneficios sociales en la
vivienda económica, se extrema el aprovechamiento de los materiales, reduciendo secciones,
disminuyendo el porcentaje de armaduras entre otras medidas, haciéndolas inevitablemente más
vulnerables desde el punto de vista sísmico. En la tabla 3-1 elaborada por Kupfer, 1993, se
resumen las observaciones en viviendas sociales dañadas y las respectivas medidas adoptadas tras
el terremoto del ’85.
Tabla 3‐1: Daños observados en Viviendas Sociales tras Terremoto 1985. Resultados CEA.
Categoría
Extensión del daño en general Acción por adoptar
Grado Característica
0 Sin daño Sin daño No se requiere acción
No se requiere evacuar el edificio. Se
Daño no Grietas finas en estucos, caída de trozos de
I requiere solo reparaciones
estructural leve estuco en zona limitadas
arquitectónicas
Pequeñas grietas en muros de albañilería,
desprendimiento de grandes trozos de estuco
No se requiere evacuar el edificio. Son
en zonas extendidas. Daño en los elementos no
necesarias reparaciones arquitectónicas
Daño estructurales como chimeneas, estanques,
II para asegurar su conservación. Reforzar
estructural leve frontones, cornisas, etc. La capacidad resistente
o demoler aquellos elementos no
de la estructura está reducida apreciablemente.
estructurales dañados.
Fallas generalizadas en elementos no
estructurales.
Grietas grandes y profundas en muros de Se debe alzaprimar y evacuar el edificio
albañilería, extenso agrietamiento en muros, para ser re ocupado después de la
Daño
columnas y machones de hormigón armado. restauración y refuerzos. Es necesario
III estructural
Inclinación o caída de chimeneas, estanques y ejecutar una restauración estructural y
moderado
plataformas de escalas. La capacidad resistente un refuerzo sísmico, anterior al
de la estructura está parcialmente reducida. tratamiento arquitectónico.
Se caen trozos de muros. Se parten los muros
Se debe alzaprimar y evacuar el edificio.
interiores y exteriores y se producen desplomes
Daño Este debe ser demolido o exige
entre sus trozos. Corte de elementos que unen
IV estructural extensos trabajos de restauración y
partes de edificios. Aproximadamente falla un
severo refuerzo antes de ser ocupado
40% de los elementos estructurales principales.
nuevamente.
El edificio toma una condición peligrosa.
48
En términos generales las construcciones analizadas en ese entonces, se presentan en 4 grandes
grupos: hormigón armado, albañilería reforzada, albañilería armada y albañilería sin refuerzo o
simple.
Para mencionar los daños más recurrentes y sus posibles causas, el estudio de la CEA arrojó el
siguiente resumen. Algunas de estas falencias se evidenciaron nuevamente en el reciente
terremoto de febrero del 2010:
Figura 3‐2: Esquema típico muro albañilería confinada
49
Dentro de los errores de diseño evidenciados en el trabajo de la CEA, se mencionan por
ejemplo el mal confinamiento de los muros producto de ubicar un solo pilar en un borde o
en el centro del piso, la excesiva separación entre pilares lo que disminuye el efecto de
confinamiento, provocando vaciamiento de la albañilería. Lo anterior se ve acrecentado
por problemas de construcción, dada la mala calidad de los morteros, unidades artesanales
de baja resistencia, por mencionar algunas de las deficiencias.
c) Albañilería armada: Se trata de obras construidas y diseñadas sin norma, ya que la norma
NCh 1928 que regula este tipo de construcciones recién fue promulgada en 1986.
Consiste en tomar como modelo la albañilería reforzada, pero suprimiendo los elementos
confinantes, reemplazando pilares por barras o “tensores” colocados verticalmente en
ladrillos tipo rejilla y dejando las losas sin cadenas, además de rellenar los huecos
verticales con el mismo mortero de pega de los ladrillos y no con un hormigón de gravilla.
Como observaciones del trabajo realizado por la CEA, se mencionan y resumen las más
importantes, las que siguen vigentes a la fecha:
1. Las normas deben ser modernas y estar al día según el estado del arte. Deben ser claras y
sin posibilidad de interpretaciones de ambigua validez. Se debe mencionar en este punto,
el esfuerzo que se está llevando a cabo a la fecha de la realización de este trabajo, la
revisión y eventual modificación a la que se está sometiendo la NCh 433 producto de las
falencias detectadas tras el terremoto del 27 de febrero, asignándole mayor prontitud
mediante la redacción de Normativas Técnicas.
50
2. El diseño debe proporcionar planos y especificaciones completas que no dejen detalles
indefinidos cuya solución en obra no sea la más adecuada. Debe existir control del diseño.
A modo de antecedente se menciona que a raíz del terremoto de marzo de 1985, el MINVU
readecuó el presupuesto de ese año poniendo a disposición de la emergencia 1.782 Millones de
pesos de la época. Como resumen de la valoración de los daños ocasionados por este terremoto
en el sector vivienda, se muestra la Tabla 3-2.
Tabla 3‐2: Valoración de los daños, OPLAC 1985. (en miles de pesos)
Región Privado SERVIU
RM 20.393.883 2.848.725
V 21.306.197 96.273
VI 7.491.440 ‐‐
VII 2.512.679 ‐‐
Total sectorial 51.704.199 2.944.998
Total 54.649.197
La valoración de los daños corresponde al costo de reparación de las viviendas y de los bloques o
de los edificios de departamentos a precios de mercado; es decir, el costo que tendría el efectuar
la reparación mediante la contratación de personal o empresas especialistas dedicadas
especialmente a ello. El resumen de la cuantificación total de daños ocasionados por el terremoto
en el sector de vivienda y urbanismo, dada por el ODEPLAN es la que se presenta a
continuación, en la Tabla 3-3:
Tabla 3‐3: Viviendas Urbanas afectadas por Terremoto 03 marzo 1985
Total De Origen Privado De Origen Serviu
viviendas Daño mayor o Daño mayor o
Región Destruidas Destruidas
urbanas en leve leve
Región Nº % Nº % Nº % Nº %
RM 892.588 16.896 1.9 91.370 10.2 280 0.03 14.629 1.64
V 291.806 17.017 5.8 26.768 9.2 ‐‐ ‐‐ 1.696 0.59
VI 80.586 6.661 8.3 12.374 15.4 ‐‐ ‐‐ ‐‐ ‐‐
VII 85.834 2.079 2.4 5.549 6.5 ‐‐ ‐‐ ‐‐ ‐‐
Total 1.350.814 42.653 3.2 136.061 10.1 280 0.0 16.325 0.01
51
Dependiendo de la estructuración básica se pudo clasificar en 3 grupos las reparaciones y/o
reforzamientos que la CEA realizó, cuyos costos se resumen en la Tabla 3-4:
Tabla 3‐4: Costos de reparación y refuerzo.
Número de viviendas Porcentaje entre costo de
Grupos de viviendas
reparadas reparación y costo original [%]
Grupo 1 265 28
Grupo 2 1.020 22.5
Grupo 3 552 7.8
El reciente terremoto M 8.8 del 27 de febrero del 2010, confirma y valida lo expuesto. Algunas
cifras permitan cuantificar el real daño sobre las estructuras en las regiones afectadas. Siguiendo
el informe del Instituto de la Construcción (IC, 2010), apoyado en cifras del MINVU hubo
370.051 viviendas afectadas, cifra que representa un 9.25% del parque total estimado para el país.
De esta cifra solo un 2% corresponde a viviendas destruidas. Si a esa cifra se le descuentan las
52
viviendas construidas en adobe, el número de viviendas destruidas por el sismo y maremoto a
nivel país representa solo el 0.8% del total.
El Ministerio de Hacienda en marzo del 2010, entregó una estimación de pérdidas totales (sector
privado y público) y mermas en producción ocasionadas por el terremoto del 27 de febrero,
monto que asciende a MM US$ 29.662.
En la siguiente tabla se puede observar el desempeño de las viviendas sociales a raíz del
terremoto del 27 de febrero del 2010, de acuerdo a la información recopilada por el Instituto de la
Construcción (IC, 2010).
Tabla 3‐5: Número de viviendas afectadas por el terremoto 27 febrero 2010.
Informe IC, 2010.
Característica Destruidas Daño Mayor Daño Menor Totales
Costa 7.931 8.607 15.384 31.922
Adobe Urbano 26.038 28.153 14.869 69.060
Adobe rural 24.538 19.783 22.052 66.373
Conjuntos Serviu 5.489 15.015 50.955 71.459
Conjuntos Privados 17.449 37.356 76.433 131.238
Totales 81.445 108.914 179.693 370.052
Conforme a lo indicado en la Tabla 3-5 se puede concluir que nuevamente las viviendas sociales
SERVIU presentaron un correcto desempeño sísmico, con solo un 6,7% del total de viviendas
destruidas. Dentro del total de viviendas y conjuntos Serviu, más del 70% presentó daño menor
(según Gráfico 3-1), sin contar con detalle aún del grado de daño experimentado. Por ello, dicha
información no se incorporará en este trabajo para fines de evaluación de vulnerabilidad ni de
asignación de clases.
53
Gráfico 3‐1: Viviendas afectadas por terremoto 27 febrero 2010. IC, 2010.
La evaluación de daños dejados por el sismo de 1985 fue realizada por funcionarios de los
distintos Departamentos de Obras de cada municipalidad de la Región Metropolitana. La
encuesta se hizo solo en las viviendas en que se declararon daños por parte de sus propietarios o
moradores. La ficha de levantamiento de daños usada es la que se presenta en la Figura 3-3 y fue
la empleada para la recopilación de daños en viviendas, realizada por 13 memoristas de la
Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, guiadas por los
profesores ingenieros Sr. Joaquín Monge y Sr. Maximiliano Astroza, los cuales constataron en
terreno el estado de aquellas viviendas con un grado mayor de daño, para contrastar con el
criterio de evaluación de los profesionales municipales.
Es importante mencionar que las 13 memorias de título revisadas en este trabajo, compilaron y
complementaron la inspección realizada por parte de funcionarios municipales a numerosas
edificaciones, dentro de las cuales se detallan los daños a escuelas, hospitales, edificios públicos
y en algunos casos se mencionan viviendas sociales construidas por el SERVIU, lo cual fue
objeto de estudio exclusivo de la Comisión Especial Asesora, detallada en el ítem anterior. Este
hecho genera que la muestra de viviendas a evaluar se reduce a considerar solo aquellas que se
encuentran en los estudios de la CEA o de las memorias de ingeniería, permitiendo conocer en
detalle el daño experimentado y el tipo de material constructivo involucrado.
54
Por ende, y de acuerdo a la revisión bibliográfica de cada una de las memorias, se cruzó la
información con la lista de viviendas sociales construidas previas al año 1985 por el SERVIU,
con el levantamiento de daños realizado por personal de las Direcciones de Obras de cada
Municipalidad afectada y resumido en cada trabajo de título de Ingeniería. Con esto se cuenta con
el grado de daño sufrido en cada conjunto, esto permitirá correlacionar los índices de
vulnerabilidad que se calculen con el daño observado tras el terremoto.
Las intensidades determinadas en escala MSK, calculadas para cada comuna catastrada por los
memoristas citados en la referencias bibliográficas, fueron resumidas en el trabajo de P.
Menéndez, 2001. Estas se plotearon en un Sistema de Información Geográfico (GIS), y se
presentan en la Figura 3-4.
Figura 3‐3: Ficha de levantamiento de daños en cada municipalidad afectada por el Terremoto de
marzo de 1985.
55
Figura 3‐4: Distribución espacial de Intensidades MSK, terremoto marzo del 85. Menéndez (1991). Elaboración propia.
56
CAPITULO 4 BASE DE DATOS DE VIVIENDAS SOCIALES
Respecto de la experiencia que significó el terremoto de 1985 en Chile Central, se rescata que
permitió relacionar la distribución de daños experimentada en distintas tipologías constructivas,
con algunas características como las clases de vulnerabilidad e índices de comportamiento
sísmico de primer nivel, como son los índices de densidad de muros.
Para clasificar las viviendas, se consideraron en esa ocasión los siguientes factores:
a) Altura del edificio: Se considera que la altura del edificio, no solo es fundamental en la
respuesta sísmica de la estructura, sino que también es un determinante en las etapas
constructivas, ya que en muchos departamentos catastrados se observó el reemplazo de
material constructivo en los pisos superiores. Este parámetro permitió establecer la
primera clasificación: Casas de 1 piso, casas de 2 pisos, colectivos de 3, 4 o 5 pisos, y
torres.
57
principalmente en fachadas, donde existe una gran cantidad de vanos. A su vez, los
edificios cuya resistencia sísmica depende principalmente de las fachadas, se agrupan de
acuerdo a la presencia de losa de entrepiso.
De esa forma entonces, fue posible distinguir 16 tipos de estructuración representativa de los
conjuntos habitacionales SERVIU, lo que se resume en la Tabla 4-1. Dicha caracterización de las
tipologías constructivas, facilitó la asignación de una clase de vulnerabilidad a las muestras
analizadas en esta tesis junto con la distribución estadística de daños de la Escala MSK-64.
58
Tabla 4‐1: Clasificación de Viviendas SERVIU según estructuras y material.
Forma (distribución de muros TIPO
Altura Materiales
y losas) CODIGO
Albañilería sin refuerzo 101
Casas de 1 piso Albañilería armada 102
Albañilería reforzada 103
Albañilería armada 201
Casas de 2 pisos
Albañilería reforzada 202
Hormigón Armado 300
Hormigón Armado en pisos inferiores y
albañilería en bloques de cementos en los pisos 305
superiores
Todos los elementos verticales de albañilería
311
armada.
Albañilería armada en el perímetro, núcleo de
312
albañilería reforzada u hormigón armado.
Con muros interiores en ambas
direcciones
Albañilería reforzada, núcleo de albañilería
313
Colectivos de 3, 4 reforzada u hormigón armado
ó 5 pisos
Hormigón armado en pisos inferiores y albañilería
314
de ladrillos en pisos superiores
Todos los elementos verticales de albañilería
321
armada.
Sin muros interiores, losa en
Albañilería reforzada 323
todos los niveles
Hormigón armado en pisos inferiores y albañilería
324
de ladrillo en pisos superiores
Sin muros interiores, losa en
Albañilería reforzada 333
algunos niveles
Torres Hormigón armado 400
La muestra original, anteriormente descrita, se dividió en dos sub muestras que comprenden
distintos periodos, contando con el detalle de los daños experimentados para la primera de ellas:
1. Muestra 1: Entre los años 1980 y 1985: En primera instancia se contaba con 64
proyectos, lo que corresponde a 24.353 viviendas.
2. Muestra 2: Entre los años 1985 (posterior a marzo) y 2001: Inicialmente la muestra
corresponde a 313 proyectos, lo que implica un total de 127.816 viviendas.
(1)
Hecho el ejercicio anterior, los 64 proyectos de la sub muestra 1 se reducen a 29 conjuntos
habitacionales, de las cuales sí se cuenta con el reporte detallado de los grados de daño
experimentados. Estos conjuntos se distribuyen de acuerdo al número de pisos, tal como se
muestra en el Gráfico 4-1.
(1)
El numero de conjuntos habitacionales corresponde a 29, pero en rigor son 42 tipos de plantas
diferentes a las que se les calcula el índice de Meli, pues en ocasiones un mismo proyecto
habitacional contempla casas y departamentos, o departamentos en continuos de distinto número
de departamentos (denominados “trenes” agrupados por ejemplo de 3, 6 ó 9 departamentos
pareados, independientes de acuerdo a la ubicación de la junta de dilatación), lo que modifica la
estructuración en planta (en dimensiones y en disposición de muros), correspondiendo a
60
estructuras distintas por ende con comportamiento sísmico esperado diferente. Se debe mencionar
que con el objeto de complementar la muestra 1 y hacerla más representativa, se debió
georeferenciar conjuntos sociales que no se encontraban en la base de datos entregada por el
SERVIU, pues son anteriores a 1981 pero de las cuales si se contaba con información de los
grados de daños sufridos en el terremoto de 1985 resumidos en la memoria de Escobar (1986), y
presentes en el Anexo A de este trabajo. En conclusión, la Muestra 1 está constituida por 11.461
viviendas sociales.
Gráfico 4‐1: Distribución de la muestra 1980‐1985, con reporte de daños
61
Tabla 4‐2: Muestra viviendas sociales 1962 – 1985. Muestra 1
# AREA AGRUPA Empresa
TIPO AÑO PROGRAMA COMUNA PROYECTO PISOS Ubicación
VIVIENDAS INDIVIDUAL CION Constructora
Propiedad Pablo Neruda I, II, Entre Las uvas y el viento, y
1980 Post. La Granja 180 52.00 3 block Orion Ltda.
Horizontal III (tipo G) canto General con Santa Rosa
Propiedad Pablo Neruda I, II, Entre Las uvas y el viento, y
1981 Post. La Granja 396 52.00 3 block Orion Ltda.
Horizontal III (Tipo D) canto General con Santa Rosa
Propiedad Entre Sebastopol y Yungay, y
1980 VS La Granja Yungay (tipo Y) 794 54.51 3 block Orion Ltda.
Horizontal Mañio y Pobl. Joao Goulart
Propiedad Yungay (casas tipo Entre Sebastopol y Yungay, y
1981 VS La Granja 206 54.51 3 continua Orion Ltda.
Horizontal D) Mañio y Pobl. Joao Goulart
Calle Vital Apoquindo entre
Propiedad
1980 PVB Las Condes Vital Apoquindo 198 54.52 3 block s/i camino de Apoquindo y Fleming
Horizontal
(sector Colon Oriente)
Loteo El Despertar, Gral
1980 Post. Maipú 1198 58.50 2 continua s/i
Individual Baquedano
Propiedad en calles Nonato Coo y Av.
1980 Post. Puente Alto Nonato Coo II 128 53.10 4 block s/i
Horizontal Circunvalación Eduardo Cordero
Loteo
1981 Básica Cerrillos Las Torres 160 28.00 1 pareada s/i
Individual
Propiedad Ubicado en Santa Rosa con calle
1981 Post. La Granja El Pilar 360 51.00 3 block Orion Ltda.
Horizontal Nueva
Loteo Marcos Pérez con Av. Sargento
1981 Básica Puente Alto Oscar Bonilla 80 29.25 1 pareada s/i
Individual Menadier
Loteo Arsenio Alcalde Calle San Martin con José Fco
1981 Básica Quilicura Quilicura 164 31.05 4 pareada
Individual y Cia. Vergara
Loteo Av. Portales Oriente esquina NO
1981 VS San Bernardo 5 Pinos 476 26.26 1 pareada Atlántida S.A.
Individual con Av. Cinco pinos
Loteo Yungay X, XI, XII, Yungay y Sebastopol y entre las
1982 PVB La Granja 340 28.86 1 pareada s/i
Individual XIII Industrias y Punta Arenas
Propiedad La Reconquista Entre Teniente cruz y Las Torres,
1982 Post. Lo Prado 576 54.90 3 en altura Const. Orion
Horizontal (Tte, Cruz II) al sur de San Pablo
Entre Exequiel Fernández y
Propiedad
1982 Post. Macul Froilan Roa 264 61.60 3 en altura s/i Froilán Roa, y entre Benito
Horizontal
Rebolledo y Las Codornices
Loteo
1982 VS San Bernardo Ducaud 116 32.60 1 pareada s/i
Individual
Loteo 1983 PVB La Granja San Gregorio 116 27.25 1 pareada Guzmán y Entre Ovalle y Walker Martínez,
62
Tabla 4‐2: Muestra viviendas sociales 1962 – 1985. Muestra 1
# AREA AGRUPA Empresa
TIPO AÑO PROGRAMA COMUNA PROYECTO PISOS Ubicación
VIVIENDAS INDIVIDUAL CION Constructora
Individual Larraín Ltda. y Las Industrias
Loteo Yungay Sector La
1983 PVB La Granja 366 35.38 4 pareada Orión Ltda. ex Comuna de San Miguel
Individual Castrina
Loteo Carol Urzua Magri y en calles Domingo Tocornal y
1983 VS Puente Alto 1202 28.63 1 pareada
Individual (Cordillera) Figueroa Ltda. Nonato Coo
Loteo Huamachuco II León Wolf
1983 VS Renca 366 28.68 1 pareada FFCC longitudinal norte y fresia
Individual Lote I Suarez
Loteo Huamachuco II Guzmán y Camino Lo Ruiz con Puerto
1983 VS Renca 196 27.25 1 pareada
Individual Lote III Larraín Ltda. Montt
Loteo Huamachuco II Guzmán y
1984 VS Renca 96 27.25 3 En altura Puerto Montt y Apóstol Santiago
Individual Lote III Larraín Ltda.
Loteo San José de Las en calles Nocedal y Domingo
1984 VS Puente Alto 615 32.43 1 pareada Cerrillos Ltda.
Individual Claras (Tranque II) Tocornal
Loteo Pedro de Oña Entre San José con Martin de
1984 VS San Bernardo 192 37.35 1 pareada Brotec S.A.
Individual (Puerto Williams) Solis y Puerto Williams
Propiedad Carelmapu Calle Los Moros y Martin de
1985 VS San Bernardo 576 35.32 4 en altura Bio Bio S.A.
Horizontal (Angelmó V y VI) Solis
Propiedad Rosa Rodríguez de
1962 VS Las Condes 44 38.1 1 pareada El Gabino con Rubén Barrales
Horizontal Alessandri
Constructora
Propiedad Jorge Av quilín y los olmos y entre
1979 VS Macul Santa Carolina 468 3 En altura
Horizontal Debarbiere calle nueva y av. Maratón
Olate
Entre Santa María y cuatro
Propiedad
1968 VS Maipú Cuatro Álamos 816 30.42 4 En altura Álamos y entre Segunda
Horizontal
transversal y Vicente Reyes
Línea Férrea Américo Vespucio –
Propiedad Maipú ‐ Bloque
1971 CORVI Villa México 384 4 Av. 5 de Abril – Av. Salvador
Horizontal cerrillos tipo 1010
Allende – Calle Los Tilos
Propiedad Caupolicán y Apóstol Santiago y
1980 VS Renca El Salvador I 104 2 pareada
Horizontal Balmaceda y Los Aromos
Propiedad Gral Freire y Nueva y Calle La
1980 VS Renca General Freire I y II 240 51.3 3 En altura
Horizontal unión y Manuel Rodríguez
Propiedad Calle blanco encalada esquina
1977 VS Renca Renca II 66 3 En altura Gama S.A.
Horizontal Baquedano
63
En la Tabla 4-3 se presentan los grados de daños experimentados producto del terremoto de Chile
Central en 1985 en los conjuntos habitacionales seleccionados de la Región Metropolitana. El
levantamiento de daños realizado por las DOM y recopilado en cada memoria, se resume como
sigue indicando los grados de daño generales experimentados por cada conjunto habitacional.
Tabla 4‐3: Grados de daño experimentados
Grados de Daño
AÑO COMUNA MEMORISTA PROYECTO
experimentados
1981 Cerrillos Andrés Lira Las Torres (actual comuna Maipú) I
1980 La Granja Mario Risso Pablo Neruda I, II, III (tipo G) 0
1980 La Granja Mario Risso Pablo Neruda I, II, III (TIPO D) 0
1980 La Granja Mario Risso Yungay (blocks tipo Y) 0
1980 La Granja Mario Risso Yungay (casas tipo D) 0
1981 La Granja Mario Risso El Pilar I y II
1983 La Granja Mario Risso San Gregorio 0
1983 La Granja Mario Risso La Castrina 0
1980 Las Condes Patricio Elicer Vital Apoquindo I, II y III
1982 Lo Prado Patricio Bertholet La Reconquista 0
1982 Macul Pedro Escobar Froilan Roa II
1980 Maipú Andrés Lira El Despertar A I, II, III y IV
1980 Maipú Andrés Lira El Despertar B I, II, III y IV
1980 Maipú Andrés Lira El Despertar C I, II, III y IV
1980 Maipú Andrés Lira El Despertar D I, II, III y IV
1980 Maipú Andrés Lira El Despertar E I, II, III y IV
1980 Maipú Andrés Lira El Despertar F I, II, III y IV
1980 Maipú Andrés Lira El Despertar G I, II, III y IV
1980 Maipú Andrés Lira El Despertar H I, II, III y IV
1980 Puente Alto Alessandro Casaliggi Nonato Coo II II
1981 Puente Alto Alessandro Casaliggi Oscar Bonilla TIPO A 0
1983 Puente Alto Alessandro Casaliggi Carol Urzúa, Cordillera 0
1984 Puente Alto Alessandro Casaliggi San José de Las Claras 0
1981 Quilicura Pedro Escobar Quilicura 0
1983 Renca Emiliano Eberl Huamachuco II Lote I 0
1983 Renca Emiliano Eberl Huamachuco II Lote III (casas) 0
1983 Renca Emiliano Eberl Huamachuco II Lote III (block) IV
1981 San Bernardo Luis Levrini 5 Pinos 0
1982 San Bernardo Luis Levrini Ducaud 0
1984 San Bernardo Luis Levrini Pedro de Oña 0
1985 San Bernardo Luis Levrini Carelmapu 0, I y II
De acuerdo a la revisión de las memorias de título, son 10 comunas en las cuales se cuenta con
una descripción detallada de los daños experimentados en los conjuntos habitacionales (detalle a
64
nivel de viviendas). Estas comunas representan una buena dispersión espacial (además de que la
albañilería es la tipología predominante, Ver Figura 4-1) y corresponden a: Cerrillos, La Granja,
Las Condes, Lo Prado, Macul, Maipú, Puente Alto, Quilicura, Renca y San Bernardo. Con
fines de agrupar información, se incorporaron dos comunas más, analizadas por otros 3
memoristas (Cerro Navia y Pudahuel), en que se obtuvieron valores del índice de Meli y se
incluyen en los resultados de la muestra 2, previo ingreso de la ubicación del conjunto social en
la base de datos georeferenciada (SIG) del Serviu.
Figura 4‐1: Distribución materialidad viviendas Región Metropolitana. Fuente: INE, 2002.
En la Tabla 4-4 se detallan cuántas viviendas de un mismo conjunto habitacional sufrieron los
distintos grados de daño, lo que permitió calcular el grado de daño promedio del conjunto,
empleando la fórmula 2.1 a partir del número de viviendas con su respectivo grado de daño.
65
Tabla 4‐4: Detalle de Grados de daño experimentados Muestra 1.
Grados de daños experimentados
Numero (Escobar, 1986) Total IMSK, P. Gm del
PROYECTO COMUNA
pisos viviendas Menéndez conjunto
0 1 2 3 4 5
Las Torres Cerrillos 1 0 246 0 0 0 0 246 VIII 1,0
Rosa Rodríguez de Alessandri Las Condes 1 0 0 23 14 7 0 44 VI 2,6
El Salvador 2 Renca 2 0 0 154 0 0 0 154 VIII 2,0
El Despertar 2 Maipú 2 0 1061 52 52 33 0 1198 VIII 1,2
Oscar Bonilla Puente Alto 1 80 0 0 0 0 0 80 VII 0,0
Vital Apoquindo 2 Las Condes 3 0 12 324 60 0 0 396 VII 2,1
Población Huamachuco 2 Renca 3 0 0 0 0 96 0 96 VI 4,0
Población Huamachuco 2 Renca 1 196 0 0 0 0 0 196 VI 0,0
Población Cuatro Álamos Maipú 4 0 0 816 0 0 0 816 VII.5 2,0
Villa México Maipú 4 0 384 0 0 0 0 384 VII.5 1,0
Santa Carolina 1 Macul 3 0 0 150 64 215 0 429 VIII 3,2
conjunto habitacional Renca II Renca 3 0 0 0 0 66 0 66 VIII 4,0
Quilicura Quilicura 4 0 0 104 60 0 0 164 VII.5 2,4
El Pilar La Granja 3 0 324 36 0 0 0 360 VII 1,1
Población General Freire 2 Renca 3 0 0 114 6 0 0 120 VII 2,1
Población General Freire 1 Renca 3 0 0 60 60 0 0 120 VII 2,5
Froilán Roa Macul 3 0 0 264 0 0 0 264 VII 2,0
Pablo Neruda I, II, III La Granja 3 396 0 0 0 0 0 396 VII 0,0
Yungay La Granja 3 799 0 0 0 0 0 799 VII 0,0
San Gregorio La Granja 1 116 0 0 0 0 0 116 VII 0,0
La Castrina La Granja 4 366 0 0 0 0 0 366 VII 0,0
La Reconquista Lo Prado 3 576 0 0 0 0 0 576 VII.5 0,0
Nonato Coo II Puente Alto 4 0 96 32 0 0 0 128 VII.5 1,3
Carol Urzúa, Cordillera Puente Alto 1 1202 0 0 0 0 0 1202 VII.5 0,0
San José de Las Claras Puente Alto 1 615 0 0 0 0 0 615 VII.5 0,0
Cinco pinos San Bernardo 1 476 0 0 0 0 0 476 VII.5 0,0
Ducaud San Bernardo 1 136 0 0 0 0 0 136 VII.5 0,0
Pedro de Oña San Bernardo 1 192 0 0 0 0 0 192 VII.5 0,0
Carelmapu San Bernardo 4 192 192 192 0 0 0 576 VII.5 1,0
Se debe mencionar que la lista descrita en la Tabla 4-4 es con la que se contaba a priori del
trabajo de revisión de planos, por ello es un número menor al del total de la muestra 1 (42
plantas), pues como se mencionó anteriormente, en un mismo conjunto existen distintas
configuraciones de plantas estructurales, por lo que se debió traducir la cantidad de viviendas
66
catastradas en cantidad de plantas a las cuales se les calcula el índice de densidad de muros y la
clase de vulnerabilidad (operación que no afecta al cálculo del grado de daño promedio).
Gráfico 4‐2: Distribución de grados de daño promedio, Muestra 1.
Distribución Grado de daño promedio en plantas de Muestra 1
25
22
20
Cantidad de plantas
15
10 8
7
5
3
2
0
0
0 1 2 3 4 5
Grados de daño promedio redondeado entero proximo
La muestra seleccionada no cuenta con ningún grado de daño 5 o colapso estructural (dado las
intensidades reportadas), y porcentualmente los grados de daño promedio del conjunto
(redondeados al entero más próximo, sobre 0.5 se aproxima al entero superior) se distribuyen
como se muestran en el Gráfico 4-2, lo que ratifica el buen comportamiento en general de las
viviendas sociales frente al sismo del ’85, pese al periodo de construcción que contempla la
Muestra 1, el cual no contaba con criterios para el diseño sismorresistente de estructuras de
albañilería reforzada.
Se aprecia que los conjuntos de 1 y 2 pisos son los menos afectados, predominando los grados de
daño 0 y 1, superando el 80% del total de edificios catastrados en la Muestra 1 dentro de estos
rangos. En cambio, los edificios más altos (menos rígidos) de 3 y 4 pisos, presentan una leve
67
concentración en los niveles de daño más graves, alcanzando porcentajes superiores al 40% entre
los grados 2 al 4.
Gráfico 4‐3: Distribución porcentual de grados de daño promedio Muestra 1, según número de pisos.
Distribucion de Grados de Daño Promedio según Número de Pisos
Cantidad de conjuntos habitacionales
100%
80%
60%
40%
20%
0%
Grado 0
4 pisos
Grado 1
3 pisos
Grado 2
Grado 3 2 pisos
Grado 4 1 piso
Se seleccionan conjuntos ubicados en las mismas 12 comunas que la muestra 1 para identificar
probables efectos de sitio. Con este criterio hay 119 proyectos, que luego se reducen a 67
proyectos por la falta de antecedentes prioritarios para el cálculo del índice. Al igual que en la
Muestra 1, hay proyectos que tienen distinto tipo de estructuración dentro del mismo conjunto
habitacional, por lo que el total de estructuras habitacionales diferentes analizadas suma 72
plantas, contabilizando para la Muestra 2 un total de 35.537 viviendas, las cuales se distribuyen
de acuerdo al número de pisos según el Gráfico 4-4.
68
En resumen, sumando la Muestra 1, la Muestra 2 y adicionando los conjuntos con índice de Meli
dados por los 3 memoristas en las comunas de Cerro Navia y Pudahuel, se revisaron en esta tesis
129 proyectos Serviu correspondiente a 49.860 viviendas, es decir, el 26% del total de
conjuntos sociales existentes en la Región Metropolitana (según conteo de la Corporación SUR
(2005)).
Gráfico 4‐4: Distribución de la muestra 1986‐2001, de acuerdo al número de pisos
Tabla 4‐5: Muestra 2, conjuntos habitacionales 1985 al 2001
PROYECTO TIPO AÑO PROGRAMA COMUNA CANT_ SUPERF_ PISOS
Cardenal Raúl Silva Henríquez II Propiedad Horizontal 2000 PVB Cerrillos 708 45.52 3
Marcela Casanueva Propiedad Horizontal 1999 PVB La Granja 45 45.00 3
Los Rosales II Propiedad Horizontal 1997 PVB La Granja 111 42.32 3
Benjamín Subercaseaux Loteo Individual 1991 PVB La Granja 237 40.60 3
Lago Chungará I Propiedad Horizontal 1993 PVB La Granja 498 40.60 3
Villa Comercio II, sector
Loteo Individual 1993 PET La Granja 696 41.30
D1/D2/D3 2
La Serena Loteo Individual 1989 PVB La Granja 693 33.91 2
San Gregorio Loteo Individual 1989 PET La Granja 102 39.38 2
Yolanda ‐ La Escuela Loteo Individual 1987 VS Las Condes 324 39.01 3
Sor Sara Faúndes (Los
Propiedad Horizontal 1996 PVB Lo Prado 243 42.62
Tamarindos) 3
San Valentín Propiedad Horizontal 1993 PVB Lo Prado 108 40.37 3
Eduardo Frei Montalba (Juan
Propiedad Horizontal 1994 PVB Lo Prado 204 42.26
Pablo II) 3
69
Tabla 4‐5: Muestra 2, conjuntos habitacionales 1985 al 2001
PROYECTO TIPO AÑO PROGRAMA COMUNA CANT_ SUPERF_ PISOS
Lo Prado Propiedad Horizontal 1997 PVB Lo Prado 588 42.50 3
Guacolda (Conj. Habit, Loyola) Propiedad Horizontal 1992 PVB Lo Prado 114 40.87 3
Monseñor Enrique Alvear (Lago
Propiedad Horizontal 1995 PVB Lo Prado 384 43.50 3
Ranco)
Jorge Alessandri R, Loteo Individual 1987 VS Lo Prado 119 34.55 2
Galvarino Loteo Individual 1990 PET Lo Prado 150 54.29 3
Parque Intercomunal Poniente Propiedad Horizontal 1989 PET Lo Prado 890 50.08 3
Coronel Bueras (O'Higgins) Propiedad Horizontal 1988 PET Lo Prado 472 43.42 3
Cumbres Andinas Loteo Individual 1989 PET Macul 572 54.32 3
Fundación de Macul Loteo Individual 1990 PET Macul 144 54.32 3
Las Codornices I Propiedad Horizontal 1986 VS Macul 228 39.28 3
Nueva Quilín Propiedad Horizontal 1988 PET Macul 495 43.87 3
Héroes de Iquique I Propiedad Horizontal 1998 PVB Maipú 609 43.83 3
Carlos V (San José / San Arturo) Propiedad Horizontal 1999 PVB Maipú 708 42.22 3
Bernardo O'Higgins II (Javiera
Propiedad Horizontal 1996 PVB Maipú 668 42.25 3
Carrera)
Bernardo O'Higgins (Valle de la
Propiedad Horizontal 1995 PVB Maipú 924 42.25 3
Esperanza III)
Borgoño Loteo Individual 1992 PVB Maipú 240 40.40 2
Sofofa (Los Industriales) Loteo Individual 1990 PET Maipú 363 40.74 1
El Despertar XXIV Propiedad Horizontal 1986 VS Maipú 252 39.44 3
San Luis IV Sector I Loteo Individual 1990 PVB Maipú 1429 33.67 2
Quitalmahue Propiedad Horizontal 1999 PVB Puente Alto 174 43.51 3
Los Conquistadores (Hernán
Propiedad Horizontal 1998 PVB Puente Alto 180 48.13 3
Cortez)
La Frontera Loteo Individual 1991 PVP Puente Alto 203 11.09 1
Arco Iris del Sur II Loteo Individual 1993 PVB Puente Alto 429 38.32 2
Sor Teresa Loteo Individual 1991 PVB Puente Alto 609 37.24 2
Francisco Coloane Propiedad Horizontal 1996 PVB Puente Alto 1188 42.29 3
Caleuche (Chiloé) Propiedad Horizontal 1994 PVB Puente Alto 1200 42.41 3
Marta Brunet I y II Propiedad Horizontal 1997 PVB Puente Alto 1256 42.69 3
Horizonte Loteo Individual 1992 PVP Puente Alto 296 14.82 3
El Duraznal (Primavera) Loteo Individual 1992 PVB Puente Alto 398 37.05 2
Los Canales I (Gabriela IV) Loteo Individual 1991 PVB Puente Alto 630 37.05 2
Padre Hurtado Propiedad Horizontal 1993 PVB Puente Alto 792 40.66 3
Volcán San José II Propiedad Horizontal 1995 PVB Puente Alto 1708 42.48 3
Volcán San José III Propiedad Horizontal 1997 PVB Puente Alto 1254 42.61 3
Cielos Andinos Loteo Individual 1990 PET Puente Alto 765 38.00 2
Conjunto Habitacional Chiloé Loteo Individual 1987 VS Puente Alto 1038 37.08 2
Nocedal I Propiedad Horizontal 1986 VS Puente Alto 848 32.70 2
Las Torres I y II (El
Loteo Individual 1989 VS Puente Alto 562 34.18 2
Molino/Parcela 9)
Pascual Gambino I y II Propiedad Horizontal 1994 PVB Quilicura 396 42.53 3
Valle de la Luna Propiedad Horizontal 1993 PVB Quilicura 1356 40.66 3
Manuel Antonio Matta Loteo Individual 1989 PET Quilicura 155 40.74 1
El Descanso I Loteo Individual 1987 PVB Quilicura 126 33.43 2
70
Tabla 4‐5: Muestra 2, conjuntos habitacionales 1985 al 2001
PROYECTO TIPO AÑO PROGRAMA COMUNA CANT_ SUPERF_ PISOS
Conjunto Miraflores Propiedad Horizontal 1999 PVB Renca 198 42.25 3
Apóstol Santiago Propiedad Horizontal 1992 PVB Renca 100 41.14 3
Oscar Castro Propiedad Horizontal 1993 PVB Renca 552 40.66 3
Santa Emilia Loteo Individual 1989 PET Renca 550 42.06 2
Lo Velásquez Lotes III y IV Loteo Individual 1987 VS Renca 500 37.05 2
Valle del Maipo Propiedad Horizontal 1999 PVB San Bernardo 201 42.64 3
Lo Blanco II y III (Valle de LLuta II
Propiedad Horizontal 1994 PVB San Bernardo 336 42.25 3
y III)
Ernestina Pérez (Valle de Azapa) Propiedad Horizontal 1993 PVB San Bernardo 588 42.11 3
Cristóbal Colon III (Cristóbal
Propiedad Horizontal 1992 PVB San Bernardo 330 40.24 3
Colon IV)
Santa Teresa Loteo Individual 1991 PVB San Bernardo 190 36.35 2
Los Andes I Sector I Propiedad Horizontal 1997 PVB San Bernardo 990 42.30 3
Martin de Solis (Cristóbal Colon) Loteo Individual 1991 PVB San Bernardo 492 40.60 3
Yerbas Buenas III Loteo Individual 1989 PET San Bernardo 320 46.28 3
Cristóbal Colon VI (Cristóbal
Propiedad Horizontal 1986 PVB San Bernardo 150 38.92 3
Colon VII)
Los Industriales (Estrella de
Loteo Individual 1990 PET San Bernardo 52 40.74 1
Chile)
San Esteban I Loteo Individual 1987 VS San Bernardo 650 34.46 2
71
CAPITULO 5 EVALUACION DE VULNERABILIDAD SISMICA
ESTRUCTURAL EN VIVIENDAS SOCIALES CONSIDERADAS
72
Para el caso de intensidades reportadas con valores intermedios (en este caso comunas alcanzaron
VI.5 y VII.5 grados), se debieron calcular los porcentajes para el valor de intensidad entero
inferior y entero superior, y esos porcentajes promediarlos.
Tabla 5‐1: Comparación porcentual de daños observados y teóricos,
viviendas de 1 y 2 pisos
Distribución de daños observados post terremoto 1985
IMSK grado 0 grado 1 grado 2 grado 3 grado 4 grado 5
VI 0,0% 0,0% 52,3% 31,8% 15,9% 0,0%
VII 0,0% 28,0% 66,1% 1,2% 4,7% 0,0%
VIII 0,0% 62,3% 30,4% 6,5% 0,7% 0,0%
Distribución de daños según MSK‐64, Clase A
IMSK grado 0 grado 1 grado 2 grado 3 grado 4 grado 5
VI 45% 50% 5% 0% 0% 0%
VII 0% 10% 35% 50% 5% 0%
VIII 0% 0% 10% 35% 50% 5%
Distribución de daños según MSK‐64, Clase B
IMSK grado 0 grado 1 grado 2 grado 3 grado 4 grado 5
VI 95% 5% 0% 0% 0% 0%
VII 15% 35% 50% 0% 0% 0%
VIII 0% 10% 35% 50% 5% 0%
Distribución de daños según MSK ‐64, Clase C
IMSK grado 0 grado 1 grado 2 grado 3 grado 4 grado 5
VI 100% 0% 0% 0% 0% 0%
VII 45% 50% 5% 0% 0% 0%
VIII 10% 35% 50% 5% 0% 0%
73
Comparando los porcentajes de grados de daño observados tras el terremoto del ’85 (para todos
los conjuntos de 1 y 2 pisos del Anexo A, que incluye la muestra 1) y la distribución dada por la
escala macrosísmica MSK -64 representada mediante las siguientes curvas de daño acumulativo
del Grafico 5-1, se adopta que la gran mayoría de los conjuntos habitacionales de 1 y 2 pisos
corresponden a una clase B, a excepción de que se cuente con antecedentes que permitan corregir
y/o tener mayor certeza de dicha clase. Se prefiere asumir este criterio conservador, pues dada la
antigüedad de los conjuntos habitacionales analizados, la deficiencia de información en algunos
casos y considerando el hecho de que fueron construidos en su mayoría sin la actual normativa de
diseño sísmico, conlleva a asumir una clase cuyo comportamiento subestime la respuesta de esta
tipología de viviendas.
Tabla 5‐2: Comparación porcentual de daños observados y teóricos,
acumulativos en viviendas de 1 y 2 pisos
Distribución de daños acumulativa experimentada en viviendas 1 y 2 pisos
observado 0 1 2 3 4 5
VI 0,0% 0,0% 52,3% 84,1% 100,0% 100,0%
VII 0,0% 28,0% 94,1% 95,3% 100,0% 100,0%
VIII 0,0% 62,3% 92,7% 99,3% 100,0% 100,0%
VII.5 0,0% 24,2% 90,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Distribución de daños acumulativa según MSK‐64, Clase A
A 0 1 2 3 4 5
VI 45% 95% 100% 100% 100% 100%
VII 0% 10% 45% 95% 100% 100%
VIII 0% 0% 10% 45% 95% 100%
VII.5 0% 5% 28% 70% 98% 100%
Distribución de daños acumulativa según MSK‐64, Clase B
B 0 1 2 3 4 5
VI 95% 100% 100% 100% 100% 100%
VII 15% 50% 100% 100% 100% 100%
VIII 0% 10% 45% 95% 100% 100%
VII.5 8% 30% 73% 98% 100% 100%
Distribución de daños acumulativa según MSK‐64, Clase C
C 0 1 2 3 4 5
VI 100% 100% 100% 100% 100% 100%
VII 45% 95% 100% 100% 100% 100%
VIII 10% 45% 95% 100% 100% 100%
VII.5 28% 70% 98% 100% 100% 100%
74
Gráfico 5‐1: Curvas de daño acumulado, IMSK VII, VIII y VII.5. Viviendas 1 y 2 pisos.
Grado de daño acumulativo, IMSK VII
100%
Porcentaje acumulado de daño
80%
60%
40%
20%
0%
0.0 1.0 2.0 Grado de daño 3.0 4.0 5.0
Grado de daño acumulativo, IMSK VIII
100%
Porcentaje de daño acumulado
80%
60%
40%
20%
0%
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0
Grado de daño
Grado de daño acumulativo, IMSK VII.5
100%
Porcentaje de daño acumulado
80%
60%
40%
20%
0%
0.0 1.0 2.0 Grado de daño 3.0 4.0 5.0
75
Como se mencionó anteriormente, en el caso de que se cuente con antecedentes estructurales
adicionales a partir de los planos revisados y considerando la Tabla 2-2, se asigna la clase posible
dentro del rango de movilidad correspondiente, hacia el lado más o menos vulnerable según lo
indique la información disponible. Por citar algunos de los conjuntos que presentaron esta
situación, se menciona: el conjunto Rosa Rodríguez de las Condes (actual comuna de Lo
Barnechea) en el cual se cuenta con la información de los planos estructurales y se sabe que es de
albañilería simple, construida en 1962 por ende a este conjunto se le asigna la clase A. Mismo
ejercicio para otro conjunto emplazado en la comuna de Puente Alto, construido en 1981 a base
de albañilería parcialmente armada, con unidades de bloques de cemento, el cual se clasificará
con clase A también. Del mismo modo, se cuenta con algunos conjuntos híbridos, en que los
primeros pisos son de hormigón, y los superiores de albañilería armada, a los cuales se asignará
una clase C.
Dado que la Muestra 1 posee también conjuntos de 3 y 4 pisos, se debe asignar una clase de
vulnerabilidad que resulte la más adecuada para dichos conjuntos, pues a estos no se les ha
asignado una clase de vulnerabilidad previamente, como lo deja en evidencia la Tabla 2-2. Para
ello, se emplearon los antecedentes levantados en los 113 conjuntos habitacionales (31.551
viviendas, Anexo A) resumidas en el trabajo de P. Escobar (1986). Con esta muestra se pudo
conocer la distribución estadística de los grados de daños experimentados de acuerdo a las
intensidades reportadas por el terremoto del ‘85. Con ambos parámetros, se recurre a la Tabla 2-
11 para asimilar dichas estructuras a una determinada clase de vulnerabilidad, sin considerar la
movilidad debido a la falta de antecedentes que permitan afinar la clasificación.
Tabla 5‐3: Distribución de daños observados muestra 3 y 4 pisos, P. Escobar
IMSK grado 0 grado 1 grado 2 grado 3 grado 4 grado 5
VI 0% 3% 82% 15% 0% 0%
VII 13% 16% 46% 21% 4% 0%
VII.5 3% 47% 29% 16% 5% 0%
VIII 4% 28% 50% 15% 2% 0%
76
Comparando la distribución de grados de daño observada en viviendas de 3 y 4 pisos (Tabla 5-1)
y la dada por la Escala MSK-64, se calcula la diferencia en cada uno de los grados de daño para
intensidades de VI, VII, VII.5 y VIII. La menor diferencia para cada valor de intensidad
reportada y observada se obtiene para la clase B (observando las curvas del Gráfico 5-2), por
ende se considerará que esta Clase de vulnerabilidad es representativa para las viviendas de
albañilería reforzada de 3 y 4 pisos pertenecientes a la muestra 1 considerada en este estudio.
Asumiendo, además que cuando se tengan mayores detalles, la clasificación puede modificarse
acorde a los antecedentes adicionales y al periodo de construcción, del mismo modo como se
hizo para los conjuntos de 1 y 2 pisos.
Gráfico 5‐2: Curvas de daño acumulado, IMSK VII, VIII y VII.5 Viviendas 3 y 4 pisos.
Grado de daño acumulativo, IMSK VII
100%
Porcentaje acumulado de daño
80%
60%
40%
20%
0%
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0
Grado de daños
Grado de daño acumulativo, IMSK VIII
100%
porcentaje acumulado de daños
80%
60%
40%
20%
0%
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0
Grados de daño
77
Grado de daño acumulativo, IMSK VII.5
100%
Porcentaje acumulado de daños
80%
60%
40%
20%
0%
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0
Grado de daño
Es preciso indicar que si bien no se observa una coincidencia perfecta de la curva patrón de daño
observado con la teórica para el rango de intensidades involucradas, se decide que la de
comportamiento más similar al observado, es la curva dada por la Clase B. Se hizo el mismo
procedimiento para este grupo de viviendas, pero analizando en forma independiente las de 3
pisos y luego las de 4 pisos, obteniéndose lo que se representa en el Gráfico 5-3, y que corrobora
la asignación de la Clase B, en general, para este tipo de conjuntos como la más representativa.
Gráfico 5‐3: Distribución daños acumulativos observados y teóricos. Izquierda: viviendas 3 pisos,
derecha: viviendas 4 pisos
Grado de daño acumulativo teorico versus observado, IMSK VII. Grado de daño acumulativo teorico versus observado, IMSK VIII.
Viviendas 3 pisos. Viviendas 4 pisos
100% 100%
80% 80%
60% 60%
40% 40%
20% 20%
0% 0%
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0 0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0
7_B 7_C 7_obs 8_B 8_C 8_obs
78
Prácticamente la Muestra 1 está constituida en su totalidad por estructuras del tipo B, es decir
albañilerías reforzadas (mayoritariamente armadas). Existen dos conjuntos asimilados a clase A,
uno de albañilería simple y otro conjunto construido de albañilería de bloques de cemento. La
distribución se presenta en el Grafico 5-4.
Gráfico 5‐4: Distribución de clases de vulnerabilidad Muestra 1.
Distribucion Clases de Vulnerabilidad Muestra 1
37
84%
2 5
5%
11%
A B C D E F
Gráfico 5‐5: Cuantificación de grados de daño promedio según tipo constructivo, Muestra 1.
Distribución de grado de daño promedio en relación a la Clase de Vulnerabilidad,
Muestra 1
25
# conjuntos Muestra 1
20
15
10
5
C
0 B
0 A
1
2
3
4
A B C
79
5.1.3 CLASES DE VULNERABILIDAD ESTRUCTURAS ALBAÑILERÍA MUESTRA 2
Gráfico 5‐6: Distribución de clases de vulnerabilidad Muestra 2.
Distribucion Clases de Vulnerabilidad Muestra 2
24
28%
59
70%
1
1%
1
1%
A B C D E F
80
De acuerdo al análisis previo se concluye que las Clases B y C son las que predominan en la
muestra de viviendas sociales consideradas (Muestra 1 y 2), para dicha tipología constructiva, y
dentro de los periodos de construcción abarcados por este estudio. Las distribuciones
porcentuales de daños para ambas clases se presentan en el Gráfico 5-7, según la estadística dada
por la Escala MSK presentada en la Tabla 2-11.
Gráfico 5‐7: Distribución de daños dada por Escala MSK‐64, Clases de vulnerabilidad B y C.
Distribucion grados de daño Clase B, según intensidades IMSK
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
0 10%
1 0%
2
12
3 11
10
4 9
8
5 7
6
5
100%
80%
60%
40%
20%
0 0%
1
2 12
11
3 10
4 9
8
5 7
6
5
81
En el Anexo B, se presenta el resumen de la muestra 1 y 2 con sus respectivas clases de
vulnerabilidad asignadas, acorde a los procedimientos descritos anteriormente. Los conjuntos
considerados forman parte de una muestra predominantemente correspondiente a Clases B y C,
como se observa en la distribución presentada en el Gráfico 5-8.
Gráfico 5‐8: Distribución clases de vulnerabilidad Muestras 1 y 2
Distribucion Clases de Vulnerabilidad Muestra 1 y 2
61
47%
64
50%
3
2%
1
1%
A B C D E F
82
calcular el índice italiano propuesto por el GNDT sobrepasan la información existente en los
planos de construcción puestos a disposición de la autora, y en caso de contar con dichos
parámetros estructurales, su evaluación requiere de un tiempo mayor (no aconsejable para tal
tamaño de muestra), cuyo objetivo escapa a los de esta tesis de naturaleza mixta entre aspectos de
sismología e ingeniería
Una vez establecida la relación entre el índice de densidad de muros de la Muestra 1 y el grado de
daño levantado en las encuestas realizadas tras el terremoto del 85, se procede a calibrar rangos
para el índice de Meli que representen de mejor manera los distintos grados de daños
experimentados, en aquellos casos de no ajustarse bien con los intervalos propuestos previamente
por otros autores para esta tipología en Chile (Kupfer y Astroza (1993)). En una segunda etapa, se
utilizará lo establecido anteriormente para aplicarlo a la segunda muestra de viviendas sociales
construidas en un periodo comprendido entre 1985 (posterior al terremoto) y 2001, se calcula el
índice de densidad de muros para conocer el comportamiento esperado de dichas viviendas frente
a un evento sísmico de similares características a las del terremoto interplaca thrust de Chile
Central en 1985.
En los Gráficos 5-10 y 5-11 se dan a conocer la distribución del Índice de Meli versus el Grado
de Daño promedio experimentado, para dos rangos de intensidades reportadas en el terremoto de
marzo de 1985, con el objeto de ver si se observa alguna relación clara entre dichas variables
involucradas.
83
Gráfico 5‐9: Índice de Meli para Muestra 1: conjuntos SERVIU construídos 1981 a 1985
Distribucion Indice de Densidad de muros para conjuntos Muestra 1
Carelmapu
Pedro de Oña
Ducaud tipo A
Ducaud tipo B
5 Pinos
Renca II
General Freire I y II
El Salvador
Huamachuco II Lote III (blocks)
Huamachuco II Lote III (casas)
Huamachuco II Lote I
Quilicura
San Jose de Las Claras
Carol Urzua,Cordillera
Oscar Bonilla A
Nonato Coo II
El Despertar Z
El Despertar Y
El Despertar H
El Despertar G
El Despertar F
El Despertar E
El Despertar D
El Despertar C
El Despertar B
El Despertar A
Santa Carolina 1
Froilan Roa
La Reconquista
Vital Apoquindo
La Castrina
San Gregorio
El Pilar
Yungay (casas tipo D)
Yungay (blocks tipo Y, 6 continuas)
Yungay (blocks tipo Y, 4 continuas)
Yungay (blocks tipo Y, 2 continuas)
Pablo Neruda I, II, III (TIPO D)
Pablo Neruda I, II, III (TIPO G)
Las Torres
Indice de Densidad de muros (d/n%)
84
Gráfico 5‐10: Índice de Meli v/s grado de daño, VI ≤ Intensidad ≤ VII
Intensidad > VI y < VII: Grado de daño promedio v/s Indice de Meli
5
Grado de daño promedio
3
0
0.00 0.50 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00 3.50 4.00
Indice de Meli (d/n)%
Gráfico 5‐11: Índice de Meli v/s grado de daño, Intensidad > VII
Intensidad > VII: Grado de daño promedio v/s Indice de Meli
4
Grado de daño promedio
0
0.00 0.50 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00 3.50 4.00
Indice de Meli (d/n)%
Se observa, como era esperado, que a mayor intensidad registrada los grados de daño promedio
experimentado en los conjuntos son mayores (en el segundo gráfico recién se reportan los grados
3 y 4). Por otro lado, se observa en ambas distribuciones, una relación inversa entre Meli y el
grado de daño experimentado, es decir, a mayor Índice de Meli o de densidad de muros, el grado
de daño promedio esperado, es menor.
85
En el Gráfico 5-12 se muestra el comportamiento de los conjuntos habitacionales de la Muestra 1,
en relación a las intensidades sísmicas experimentadas y al indice de densidad de muros asignado
(el menor de los indices calculados en ambas direcciones principales ortogonales).
Gráfico 5‐12: Índice de Meli v/s grado de daño, según rangos de IMM
Grado de daño promedio v/s Indice de Meli, segun rango de Intensidad registrada
5
4
Grado de daño promedio
0
0.00 0.50 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00
Indice de Meli (d/n)%
Intensidad > VI y < VII Intensidad > VII
Se observa que existe bastante dispersión hacia el lado izquierdo del gráfico (circulo verde), lo
que indica que para un mismo indice de densidad de muros, los grados de daños observados son
diversos. En el caso de intensidades menores, los grados de daños pueden fluctuar entre 0 y 2, y
para intensidades mayores a VII los grados de daños experimentados tienen aún mayor dispersión
(entre 0 y 4). Esta diferencia en el comportamiento observado, se puede atribuir a multiples
factores, como por ejemplo a una mala ejecucion de la construccion en obra por ejemplo, falta de
integridad global por indebidas conexiones entre muros, pese a una alta densidad de éstos, o a
diferencias significativas entre los índices de densidad de muros en la direccion longitudinal y
transversal.
Este último punto es interesante de analizar, pues en general existe una dirección predominante
en la que el índice de densidad de muros es inferior comparativamente, pues se ve reducido por el
hecho de presentarse numerosas aberturas correspondiente a los vanos de puertas y ventanas en la
direccion de la fachada del conjunto, lo que es característico de las viviendas sociales
86
multifamiliares que agrupan más de una unidad de vivienda en un sentido longitudinal,
presentando una disposicion de “trenes”.
El Gráfico 5-12 presenta la dispersión encontrada para los bajos indices de densidad de muros y
los grados de daños esperados, pues aunque las viviendas tengan bajos índices de Meli, dado que
las intensidades son bajas no alcanzan a sobre demandar los conjuntos habitacionales, por ende se
presentan grados de daños bajos. Sin embargo, cuando se tiene una estructura con el mismo
indice bajo de densidad de muros, pero expuesto a una intensidad de mayor severidad, sí ocasiona
daños. Se observa el contraste en el comportamiento de viviendas con alta densidad de muros de
corte (sobre 1,10 % por piso), en la que independiente de la intensidad (pero dentro del rango de
IMM acordes a un sismo severo y para las cuales se obtuvo la distribucion de daños de la
Muestra 1) solo se presentan niveles de daños leves (G0 y G1).
El Gráfico 5-13 compara la densidad de muros de ambas direcciones predominantes. Por otro
lado, en el Gráfico 5-14 se observa la diferencia entre ambos valores de índice de densidad de
muros.
Gráfico 5‐13: Índice de Meli según dirección de análisis
Distribucion del indice de muros de acuerdo a la direccion de analisis
6.00
Indice de d ensidad d e muros (d/n)%
5.00
4.00
3.00
2.00
1.00
0.00
Gráfico 5‐14: Diferencias entre índices de Meli según dirección de análisis
Diferencia entre densidad de muro longitudinal v/s transversal
2.50
2.00
1.50
1.00
Diferencias
0.50
0.00
Quilicura
Huamachuco II Lote I
Pedro de Oña
Vital Apoquindo
Nonato Coo II
General Freire I y II
San Jose de Las Claras
Renca II
Ducaud tipo B
Froilan Roa
El Despertar B
Huamachuco II Lote III (casas)
Huamachuco II Lote III (block)
San Gregorio
Oscar Bonilla TIPO A
La Castrina
Santa Carolina 1
Las Torres
El Despertar C
Carol Urzua,Cordillera
5 Pinos
Yungay (casas tipo D)
La Reconquista
Carelmapu
El Despertar E
El Despertar Y
El Despertar Z
El Salvador
El Despertar G
Ducaud tipo A
El Pilar
El Despertar D
El Despertar F
Pablo Neruda I, II, III (tipo G)
Pablo Neruda I, II, III (TIPO D)
Yungay (blocks tipo Y, 2 continuas)
Yungay (blocks tipo Y, 4 continuas)
Yungay (blocks tipo Y, 6 continuas)
El Despertar H
El Despertar A
‐0.50
‐1.00
‐1.50
‐2.00
‐2.50
‐3.00
‐3.50
87
En relación al Gráfico 5-13 se observa que los conjuntos habitacionales cuyos índices de Meli
asignados (el mínimo entre los valores dx y dy de densidad de muros) resultan inferiores al valor
límite (linea roja), son aquellos conjuntos que tienen menor diferencia entre ambas direcciones de
analisis, lo que implica que son deficientes en la conformación de muros de ambos ejes
resistentes. Sin embargo aquellos que tienen el mínimo valor (d/n)% superior a 1.10 presentan al
menos una dirección sobresaliente en cuanto a densidad muros que es la que en la realidad
responde, frente al movimiento y dirección del frente de ondas desde la fuente sísmica.
Del Gráfico 5-14 se observa que en algunos conjuntos existen diferencias de más de un punto
comparativamente en ambas direcciones predominantes de análisis. La desviación estándar de los
datos en la dirección longitudinal es 1.058 y en la dirección transversal es 0.984 Además, se
observa que la dirección transversal en general presenta densidades de muros siempre mayor,
debido a las aberturas en el vano de la fachada que castigan la densidad en el sentido
longitudinal, comentado anteriormente, lo que se ratifica observando los valores promedios,
siendo igual a 1,34 en la dirección longitudinal y 1,65 en la transversal. Mismo comportamiento
se observa en el Gráfico 5-17, donde la dispersión entre índice de Meli v/s grado de daño
promedio, es mayor en la dirección longitudinal.
Se puede concluir, a partir de la distribución de los índices y el grado de daño promedio esperado,
mostrada en los gráficos 5.10 a 5.11, una densidad de muros mínima que se podría exigir como
requisito para la tipología a la que pertenecen las estructuras analizadas (dentro del periodo de
construcción abarcado), pues es evidente observar que a partir de un cierto valor de (d/n)%
cercano a 1.10 la relación entre el índice de Meli y el grado de daño, es la esperada. Es decir a
mayor densidad de muros se tendería a esperar un nivel de daño leve, para sismos con
intensidades inferiores a VIII.5.
Otros factores que pueden influir en la correlación de ambas variables es que muchos conjuntos
habitacionales presentan una gran dispersión de grados de daños, catastrándose viviendas con
niveles de daños moderados coexistiendo con otras viviendas que resultaron sin ningún daño post
terremoto, en un mismo conjunto habitacional. Por ende, el emplear el criterio del grado de daño
promedio ponderado, muchas veces resulta una estimación gruesa, no siendo del todo
representativa del comportamiento del conjunto social Serviu.
88
Es importante recalcar que el índice de densidad de muros de Meli se calcula para una unidad
estructural (planta), pudiendo esta contener más de una vivienda. Factor que en ocasiones se
desconoce, pues no se cuenta con la ubicación de la junta de dilatación en el caso de trenes, por
ende altera el área de planta considerada. En algunos casos se verificó con imágenes satelitales
y/o fotografías aéreas el sistema de agrupamiento de los conjuntos. Por otro lado, el
levantamiento de daños utilizado ha sido confeccionado a partir de los grados de daños
catastrados en viviendas, por ende podría existir en esta diferencia una distorsión de la relación
entre Índice de Meli (obtenido para plantas estructurales) y grado de daño esperado para el
conjunto.
No solo es importante evaluar la densidad de muros en planta, sino que también la disposición de
éstos, pues una estructura puede tener un mismo índice de Meli con distintas configuraciones de
muros, presentando distinto comportamiento sísmico. Además que al ser obtenido como el
mínimo valor entre en ambas direcciones, puede darse el caso de un índice bajísimo (con una
dirección muy débil) y la perpendicular muy densa, siendo esta ultima la que puede permitir tener
un comportamiento satisfactorio, dependiendo de la directividad del frente de onda sísmica.
Para intentar conocer qué factor pudiera explicar la dispersión del grado de daño promedio
observado en los casos de conjuntos habitacionales con índices de densidad de muros bajos
(menor a 1.10 por número de piso), se recurre a una desagregación por número de pisos del
conjunto. Con el Gráfico 5-15 no se puede observar una relación clara entre dichos parámetros.
Gráfico 5‐15: Relación índices de muros bajos y grados de daño, según número de pisos
Relacion Indice de muros bajos y grado de daño, según numero de pisos
4.5
4.0
Grado de daño promedio observado
3.5
3.0
2.5
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0
0.00 0.20 0.40 0.60 0.80 1.00
Indice de Meli (d/n)%
89
En el Grafico 5-16 se observa claramente la casi perfecta relación entre los rangos altos de
densidad de muros (mayores a 1,30) y el grado de daño promedio esperado (grado cero)
independiente del número de pisos de la estructura, por ende este factor no permite explicar por si
solo la dispersión observada en los limites bajos de densidad de muros de Meli.
Gráfico 5‐16: Relación índices de muros altos y grados de daño, según número de pisos
Relacion Indice de muros altos y grado de daño, según numero de
pisos
1.2
Grado de daño promedio observado
1.0
0.8
0.6
0.4
0.2
0.0
0.00 0.50 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00
Indice de Meli (d/n)%
Gráfico 5‐17: Relación índices de densidad de muros según dirección de análisis,
con grado de daño promedio observado
Indices de Meli direccionales versus grado de daño promedio experimentado
4.5
4.0
3.5
Grados de daño promedio
3.0
2.5
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0
0.00 1.00 2.00 3.00 4.00 5.00 6.00
Indice de Meli (d/n)%
longitudinal transversal
90
Una vez calculado los índices de Meli para cada planta estructural de cada conjunto habitacional
(como se muestra en el Gráfico 5-9), se procede a obtener los límites de los (d/n)% que ajusten de
mejor manera los grados de daño esperados, con los observados en la muestras durante el
terremoto de marzo del ‘85. Esto se hace minimizando la diferencia calculada a partir del grado
de daño promedio observado y el grado de daño esperado para un cierto rango de índices de
densidad de muros.
Según lo anterior, los límites del índice de densidad de muros (normalizado por número de pisos,
y considerando el más desfavorable de las dos direcciones predominantes), establecidos y
propuestos en el presente trabajo en base a la Muestra 1, son los que se presentan en la Tabla 5-4.
Tabla 5‐4: Límites de Índice de Meli propuestos por Silva 2011.
Grado de daño Rango Densidad de muros según número de pisos (d/n)%
0 ≥ 1,30
1 1,10 ≤ (d/n)% < 1,30
2 0,90 ≤ (d/n)% < 1,10
3 0,50 ≤ (d/n)% <0,90
4 y 5 < 0,50
Se debe mencionar que los índices anteriores se establecieron en función de una muestra
heterogénea en cuanto a número de pisos (1 a 4 niveles) y en cuanto a tipologías de albañilería
reforzada (armada y confinada), a diferencia de los trabajos chilenos anteriores (Kupfer, 1993) en
que se establecieron los límites de la Tabla 2-14 para una muestra de albañilería confinada de 3 y
4 pisos. Pese a esto se resalta la similitud de los intervalos establecidos por ambos trabajos.
En relación a los límites de la Tabla 5-4 es importante destacar que no se tiene resolución para
establecer diferencia en la densidad de muros para el nivel de daño grave (G4 y G5), debido a que
las intensidades reportadas para el terremoto, en base al cual se ha empleado la metodología, no
produjo los suficientes reportes de grados de daño 4 y ningún caso de grado 5 en los conjuntos
considerados por el presente trabajo.
Es preciso mencionar que no es suficiente aplicar un criterio de reducción de error entre el daño
observado y el esperado a través de los rangos presentados en la Tabla 5-4, pues existe gran
dispersión en el rango bajo de las densidades de muros. Por esta razón, la autora privilegia un
91
criterio conservador que subestime el comportamiento de la estructuras, como se muestra en el
Grafico 5-18, es decir se esperen grados de daños peores que los observados tras un terremoto de
características destructivas.
Gráfico 5‐18: Comparación grado de daño observado y esperado, mediante límites de densidad de
muros propuestos por Silva 2011.
Relación grado de daño esperado (limites (d/n)%) versus grado de daño
observado Muestra 1
5
y = 1.3497x
R² = ‐0.314
4
Grado de daño esperado
0
0 1 2 3 4 5
Grado de daño observado
Gráfico 5‐19: Relación grado de daño máximo reportado con densidad de muros,
para dos intervalos de intensidad.
Grado de daño maximo observado v/s Indice de Meli
5
4
Grado de daño maximo
0
0.00 0.50 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00 3.50
Indice de Meli (d/n)%
Intensidad > VI y < VII Intensidad > VIII
92
Como punto a considerar, se debe mencionar que se hizo el ejercicio de encontrar si la dispersión
disminuye en los rangos bajos de densidad de muros (Gráfico 5-19), empleando el grado de daño
máximo observado en los conjuntos (en lugar del grado de daño promedio). Se concluye que la
dispersión no mejora en comparación con lo presentado en el Gráfico 5-12, por el contrario, al
relacionar este grado de daño con las intensidades reportadas, no se observa un comportamiento
esperado como sí lo entrega la relación mediante el grado de daño promedio, pues obtengo altos
grados de daño, para intensidades bajas, lo que no es representativo del comportamiento general
de la estructura.
Gráfico 5‐20: Relación entre grados de daño promedio observados, intensidades experimentadas en
Muestra 1, y los respectivos índices de Meli.
93
Para evaluar el ajuste de los limites de densidad de muros propuestos en el presente trabajo
(Tabla 5-4), con el grado de daño observado en la Muestra 1 dada las intensidades reportadas en
la Región Metropolitana a raíz del terremoto del 03 de marzo del 85, se recurre al Gráfico 5-21.
En este gráfico, se comparan además los grados de daño esperados mediante los limites de
densidad de muros normalizados por números de pisos [(d/n)%] establecidos por Kupfer, 1993 y
los propuestos por Silva, 2011.
Gráfico 5‐21: Comparación grados de daño esperados por Kupfer y Silva v/s grados de daño
observados en el terremoto del ’85.
Se observa que tanto los límites de Kupfer (1993), como los propuestos en esta tesis, son
conservadores y subestiman el real comportamiento observado en los conjuntos habitacionales
SERVIU considerados, ya que en la mayoría de los casos se esperan grados de daño mayores a
los observados en el terremoto de marzo del ‘85. Por otro lado, es posible apreciar un leve pero
mejor ajuste del grado de daño promedio con los límites propuestos en el presente trabajo.
94
5.2.2 RESULTADO INDICE DE MELI A VIVIENDAS SOCIALES 1986 – 2001
Luego de recopilar los planos estructurales proporcionados por el Serviu Metropolitano para el
análisis de los conjuntos habitacionales construidos entre los años 1986 y 2001 y seleccionados
en las comunas de interés, se cálculo a la Muestra 2 el índice de densidad de muros, mediante la
metodología propuesta por Meli (1991) obteniendo los valores de (d/n)% representados en el
Gráfico 5-18 (se grafica el menor valor de ambas direcciones de análisis).
El Gráfico 5-20 facilita visualizar que el tipo y tamaño de la Muestra de viviendas consideradas,
no permite reconocer el impacto de las normativas de diseño incorporadas, ya que no se observa
una variación temporal de la densidad de muros en los periodos en donde se han introducido
mejoras en los códigos de diseño sísmico. Además, este valor poco variable de la densidad de
muros, puede atribuirse a que las políticas de construcciones de viviendas sociales se han
mantenido homogéneas a lo largo del tiempo, las que se han visto facilitadas por la repetición de
diseños, participación de empresas constructoras especializadas en ese rubro, materiales y
técnicas de construcción orientadas específicamente a las viviendas sociales, y masividad de
unidades en cada conjunto.
Es importante mencionar que este índice de vulnerabilidad estructural de primer nivel predice
bastante bien el comportamiento sísmico de las viviendas sociales, sin incorporar detalles
estructurales sino que básicamente considerando la conformación de los muros en planta como
principal elemento resistente a la fuerza sísmica. Pese a ser un indicador de “primer orden” del
desempeño de una estructura, resulta ser beneficioso por la simpleza en su cálculo y la escasa y
básica información que requiere, lo que favorece estudios de vulnerabilidad, y posteriormente de
riesgo a escala regional de estructuras semejantes (misma tipología, mismos materiales
constructivos, y mismo periodo de construcción), a diferencia de otros índices cuantitativos que
permiten modelar el comportamiento de un edificio o vivienda en particular.
95
Indice de Meli, (d/n)%
0.0
2.5
1.5
3.5
2.0
1.0
0.5
Cardenal Raul Silva Henriquez II, tipo C2 3.0
Cardenal Raul Silva Henriquez II, tipo …
Los Rosales II
Benjamin Subercaseaux
Lago Chungara I
La Serena
San Gregorio
Yolanda ‐ La Escuela
Sor Sara Faundes (Los Tamarindos)
San Valentin
Eduardo Frei Montalba (Juan Pablo II)
Lo Prado
Guacolda (Conj, Habit, Loyola)
Monseñor Enrique Alvear (Lago Ranco)
Galvarino
Parque Intercomunal Poniente
Universidad Gabriela Mistral II
Coronel Bueras (O'Higgins)
Cumbres Andinas
Fundacion de Macul
Las Codornices I
Nueva Quillin
Heroes de Iquique I, tipo C1
Heroes de Iquique I, tipo C
Carlos V (San Jose / San Arturo)
Bernardo O'Higgins II (Javiera Carrera)
Bernardo O'Higgins (Valle de la …
Borgoño
Sofofa (Los Industriales)
El Despertar XXIV
San Luis IV Sector I
Quitalmahue
Los Conquistadores (Hernan Cortez)
Arco Iris del Sur II
Sor Teresa
Francisco Coloane
Caleuche (Chiloe)
Marta Brunet I y II, crujia simple
Marta Brunet I y II, crujia doble
Horizonte
El Duraznal (Primavera)
Conjuntos Habitacionales SERVIU
Indice de Meli, Muestra 2: 1986 al 2001
Los Canales I (Gabriela IV)
Padre Hurtado
Volcan San Jose II
Volcan San Jose III, crujia simple
Volcan San Jose III, crujia doble
Cielos Andinos
Conjunto Habitacional Chiloe
Nocedal I
Las Torres I y II (El Molino/Parcela 9)
Pascual Gambino I y II
Valle de la Luna
La Pradera
Pucara Lasana I y II
El Descanso I
Gráfico 5‐22: Índice de Meli, Muestra 2, conjuntos SERVIU construídos 1986 a 2001.
Conjunto Miraflores
Apostol Santiago
Oscar Castro
Santa Emilia
Gráfico 5‐23: Evaluación temporal del índice de vulnerabilidad en conjuntos habitacionales SERVIU.
Lo Velasquez Lotes III y IV
Valle del Maipo
Lo Blanco II y III (Valle de LLuta II y III)
Ernestina Perez (Valle de Azapa)
Cristobal Colon III (Cristobal Colon IV)
Los Andes I, Los Morros
Martin de Solis (Cristobal Colon)
Yerbas Buenas III
Cristobal Colon VI (Cristobal Colon VII)
El Refugio (Patricio Alfonso)
San Esteban III
San Esteban I
96
5.3 MAPA DE VULNERABILIDAD VIVIENDAS SOCIALES
5.3.1 MAPA VULNERABILIDAD SÍSMICA ESTRUCTURAL SEGÚN ÍNDICE DE DENSIDAD
DE MUROS
Los índices de densidad de muros normalizados por el número de pisos, obtenidos para ambas
muestras, se grafican en el siguiente mapa, agrupados según los intervalos propuestos en la Tabla
5-4. Este mapa es una de las capas que se emplean para la generación de mapas de riesgo (cap.7).
La distribución espacial de los índices de Meli obtenidos, permiten conocer en un primer orden el
comportamiento sísmico esperado de los conjuntos habitacionales frente a un sismo de
intensidades altas (entre VI y VIII). A la fecha no se han presentado reportes de intensidades
mayores, por ende se desconoce el comportamiento de las viviendas frente a mayores grados,
para los cuales eventualmente se recomendaría establecer índices de densidad de muros mayores,
es decir para esperar un mismo grado de daño, frente a una mayor amenaza sísmica, la exigencia
constructiva podría ser mayor.
No se debe perder de vista que los resultados acá establecidos son limitados al tipo de muestra
considerada, definiendo criterios conservadores en cuanto a la asignación de clases de
vulnerabilidad y a los límites de densidad de muros. Inferir con esta muestra el comportamiento
de la población de viviendas sociales presentes en el Gran Santiago, sería poco beneficioso y
subestimaría el comportamiento sísmico esperado frente a distintos escenarios de amenaza
sísmica, pues no se han considerado en este estudio la gran cantidad de viviendas sociales que
han sido construidas en periodos donde ha estado vigente la normativa de diseño sísmico
(NCh433) y las de albañilería reforzada (NCh 1928 y NCh2123), las que sin duda exigen
mayores estándares que aseguran la calidad e integridad de aquellas construcciones apegadas a la
normativas.
Se puede concluir que el índice de densidad de muros es un indicador de primer nivel del
desempeño sísmico, básico pero representativo, y más aun favorable cuando se hacen
evaluaciones masivas de estructuras. Además, es favorable debido a que ha sido usada en
construcciones chilenas de albañilería reforzada de ladrillo cerámico (incluso calibrado por
Astroza y Román 2009 para albañilería de bloques de hormigón, usado ampliamente en el norte
de Chile).
97
98
5.3.2 MAPA VULNERABILIDAD SÍSMICA ESTRUCTURAL SEGÚN CLASE DE
VULNERABILIDAD
9 Muestra 1:
i. Conjuntos de 1 y 2 pisos: considerando el tipo de materialidad, unidad de albañilería, año
de construcción, etc. se recurrió a la Tabla 2-2. Además se compararon las curvas de daño
patrón (acumulativas) dadas por la Tabla 2-11(empíricas) y la distribución de daños
observada.
ii. Conjuntos de 3 y 4 pisos: Dado que no están clasificadas, se recurrió a comparar la
distribución observada de daños post terremoto de marzo del ’85, con la distribución
estadística dada por la Escala MSK-64 para los distintos grados de intensidad recalculados
por Menéndez (se hizo también análisis independiente para grupos de 3 y 4 pisos). La
menor diferencia en el comportamiento esperado y observado, se encontró para la Clase B
(empleando el criterio de comparación del daño acumulado mediante las curvas patrón de
daño teórico y observado). En algunos casos, se contaba con información adicional que
permitió tener un rango en el cual la clase podía variar (movilidad de clases), pero para
efectos de las viviendas de la muestra, se optó por la clase más desfavorable. Se hace
hincapié en que no se recomienda generalizar que los conjuntos de albañilería reforzada
de 3 y 4 pisos, corresponden a una Clase B, pues se debiera contar con mayores
antecedentes estructurales y constructivos como para conocer el rango de vulnerabilidad
(movilidad, de la más a menos probable.
9 Muestra 2: Se requiere un mayor criterio para la asimilación de clases, dado que son
conjuntos que no cuentan con antecedentes de daños que permitan la comparación con
distribuciones teóricas.
99
100
CAPITULO 6 ESCENARIO DE PELIGRO SISMICO EN LA REGION
METROPOLITANA
La tendencia a nivel mundial, dada la actual capacidad de contar con información geográfica a
escala local, sensores remotos de alta resolución, computadoras y softwares que hacen posible
manejar robustas bases de datos en tiempos cada vez menores, es realizar análisis y estimar
pérdidas (humanas, económicas - productivas, de servicios, entre otras) frente a numerosos
escenarios de desastres de origen natural, en particular terremotos.
Figura 6‐1: Cambios en el Plan Regional Metropolitano entre 1986 y 2000.
Fuente: Minvu. Autor: Pedro Muñoz.
101
Figura 6‐2: Expansión del Radio Urbano hasta el año 2007.
Fuente: Proyecto Risk Habitat Megacities,”Flood Risk Assessment in Santiago de Chile”. Elaboración propia.
Apuntando a este último aspecto es que en el presente capítulo se desarrollan y comentan las
metodologías más usadas a nivel mundial para abordar el peligro sísmico (P.S.) de alguna región.
Muchas veces un análisis de PS bajo las dos perspectivas son incompatibles si se desconoce el
propósito y uso de los resultados obtenidos, pues por ejemplo en ocasiones parece es más creíble
un estudio de DSHA que se basa en aspectos observados históricos y en geología, lo que aparenta
ser más transparente que un PSHA que considera muchas incertezas, estadística de sismos
(históricos e instrumentales) e incertezas aleatorias en los cálculos numéricos asociados al
método per sè, por lo que muchas veces este último no es aconsejable de considerar para el
diseño de construcciones críticas.(Krinitzsky, 2002).
102
6.1 METODOLOGIA PROBABILISTICA
Una de las metodologías más comunes para abordar los estudios de peligro sísmico, es la
aproximación probabilística que se basa en la metodología de Algermissen & Perkins, 1976.
En Chile Central han habido trabajos que han abordado el peligro sísmico mediante tres
distribuciones de probabilidad: Probabilidad de Weibull Biparamétrica, Probabilidad de Weibull
Reversa Truncada y Probabilidad de Poisson. (Por ejemplo: Fercovic, 1989 y Jorquera, 2008).
Es usual suponer que un proceso de Poisson describe la tasa de ocurrencia de terremotos como se
sigue a continuación Se genera una base de datos de intensidades para cada punto Cij con sus
respectivas frecuencias de ocurrencia, utilizando las relaciones de atenuación de cada fuente
(Lapajne, et al 2003). Luego se calculan las probabilidades de que ocurran sismos que provoquen
una determinada intensidad Io en cada sitio Cij, en un período de tiempo t. Para esto se construye
la distribución acumulativa de intensidades Io, F(Io), para cada punto Cij dada por:
Finalmente, el cálculo del peligro sísmico se realiza con la fórmula de ocurrencia de al menos un
sismo que produzca una intensidad superior o igual a Io, en un periodo t en el punto Cij:
104
6.1.1 BASE DE DATOS
Por otro lado, la base de datos utilizada para la determinación de las relaciones de atenuación,
corresponde a sismos con reportes de intensidades aportado por el Catálogo SISRA, Sismología
Regional Andina (proyecto de CERESIS, Centro Regional de Sismología para América del Sur)
que considera una ventana temporal de casi 100 años para magnitudes moderadas y más de 300
años para los grandes terremotos. Esta data fue complementada con información proporcionada
por Pedro Araya (2006) en su memoria de título, en la que continuó con la información de
intensidades para eventos a partir de 1981 y hasta el año 2006. Esta información permitió
determinar las leyes de atenuación correspondientes a las ecuaciones 6.11, 6.13 y 6.15 de este
trabajo, para las fuentes interplaca thrust, intraplaca de profundidad intermedia y cortical
cordillerana, respectivamente.
Cabe resaltar que, a pesar que los estudios de completitud de Stepp (1971) avalan la base de datos
usada en este trabajo (Silva, 2008, Leyton, 2010), siempre quedará implícito el sesgo de la
ubicación y magnitud de los terremotos históricos (catálogo SISRA), estimados en base a datos
de intensidad; como también el sesgo en la ubicación de los sismos superficiales del catálogo
NEIC, por la carencia de una red sismológica con una distribución instrumental uniforme. Y
densidad adecuada para sismicidad local (Leyton, 2010).
105
6.1.2 MODELACION FUENTES SISMOGENICAS
Se determinará para cada fuente sismogénica la ecuación empírica que relaciona la frecuencia de
ocurrencia de sismos de magnitud igual o superior a un determinado valor de Ms, en un
determinado período de tiempo y en una cierta zona en estudio. Esta relación es lo que se conoce
como Ley de Gutenberg- Richter (propuesta por Gutenberg y Richter en 1944), que tiene la
siguiente expresión y cuyas ecuaciones según fuente sismogenica, se presentan en el Gráfico 6-1:
Donde:
Asumiendo que la sismicidad sigue las distribuciones indicadas por la relación G-R en la zona
para la cual fueron obtenidas, y considerando el supuesto que los “futuros terremotos tenderán a
concentrarse espacialmente cerca de la localización de los históricos eventos de magnitud
mayores o iguales a 4, es que para la definición y modelación de las fuentes sismogénicas se
recurre al ploteo de la sismicidad background (Kagan and Jackson, 1994, Frankel, 1995 y Cao, et
al, 1996).
106
El método general para calcular el PSHA es por integración de todas la influencias de las fuentes
sismogénicas presentes, sean estas puntuales, lineales o areales que estén bien establecidas.
(Cornell, 1968; Mc Guire, 1976).
El más popular método deductivo (determina y estima las causas y origen de los terremotos) es el
elaborado por Cornell (1968), aproximación que se basa en la determinación de zonas que
representan las fuentes sismogénicas con tasas de actividad sísmica relativamente homogéneas.
El principal problema de este método puede ser la gran subjetividad en la delineación de las
zonas, particularmente cuando el conocimiento sismotectónico en la región es pobre, como es el
caso de la fuente cortical, como se explicará en detalle a continuación.
Dado que no se tiene mayor información en cuanto la localización de las zonas de asperezas, y de
acuerdo a la distribución de la sismicidad histórica, se considerará una productividad sísmica
homogénea a lo largo de toda la fuente interplaca tipo thrust, lo que se traduce en un mismo valor
de a para cada sub fuente puntual que representa esta zona sismogénica.
Figura 6‐3: Angulo de penetración subducción, zona central Chile (*)
20º
De igual forma que la fuente anterior, el valor de ase distribuirá homogéneamente en cada una de
las 96 subfuentes puntuales definidas para representar la fuente intraplaca de profundidad
intermedia, lo que permitió obtener las siguientes relaciones de G-R normalizadas temporalmente
y por unidad de área, como se muestran a continuación respectivamente.
Log ( Nt ) = 6,318 − 1,0272 ⋅ Ms (Ec. 6.8)
La función filtro suavizante de tipo gaussiana, que considera los posibles errores de localización,
y donde la probabilidad de un futuro terremoto es proporcional a la expresión dada en la Ec.6.11,
donde c es la correlación con la distancia característica, obteniéndose mayores a en zonas de alta
sismicidad.
r2 (Ec. 6.11)
funcion _ gaussiana _ α _ exp( − )
c2
En la Figura 6-5 se muestra la distribución del a- value para la fuente cortical cordillerana, en
donde se observa que la productividad sísmica está ligada a la presencia de fallas geológicas de la
alta cordillera de Los Andes y acorde a la sismicidad reportada.
Figura 6‐4: Modelación en planta de fuentes sismogénicas para Chile Central
110
Figura 6‐5: Distribución de a‐ value fuente cortical cordillerana
Gráfico 6‐1: Relaciones Gutenberg Richter para cada fuente. (Leyton et al 2010)
Relaciones de Gutenberg ‐ Richter para cada Fuente Sismogénica,
Leyton 2010
2,5
Log(N) = ‐0,94* Ms + 6,23
2 Log (N) = ‐1,03* Ms + 6,32
Log (N) = ‐1,06*Ms + 5,71
1,5
0,5
Log (N)
-0,5
-1
-1,5
-2
-2,5
3 3,5 4 4,5 5 5,5 6 6,5 7 7,5 8 8,5 9
Magnitud, Ms
111
6.1.3 LEY DE ATENUACIÓN PARA INTENSIDAD DE MERCALLI
Para comprender los efectos de un sismo en un determinado punto del espacio, se requiere contar
con antecedentes relacionados al tipo de suelo, topografía del sitio, calidad de la construcción,
entre otros factores que permitan conocer cómo se atenúan las ondas sísmicas a medida que
viajan desde la fuente y llegan a la superficie de la Tierra.
Para analizar este fenómeno físico, es que se recurre a las relaciones de atenuación, que son
propias de cada fuente sismogénica y de la región tectónica en la que se apliquen, permitiendo
conocer cómo decae un cierto parámetro, en este caso las intensidades macrosísmicas de un
evento, a medida que aumenta la distancia desde la fuente.
Para fines del PSHA se emplearán las relaciones de atenuación en función de la intensidad
(IMM) que tienen la siguiente estructura:
ln( I ) = k 1 + k 2 ⋅ Ms + k 3 ⋅ ln( Rh + k 4 ) + k 5 ⋅ z (Ec.6.12)
En donde, Ms corresponde a la magnitud de ondas superficiales del evento (escala Richter), Rh la
distancia hipocentral y z la profundidad focal, ambas expresadas en kilómetros.
ln( I ) = 2,207 ⋅10 0 + 2,564 ⋅10 −1 ⋅ Ms − 4,586 ⋅10 −1 ⋅ ln( Rh + 3,373 ⋅10 1 ) + 1,983 ⋅10 −3 ⋅ z (Ec.6.13)
ln( I ) = 1,1434 ⋅10 0 + 2,544 ⋅10 −1 ⋅ Ms − 2,804 ⋅10 −1 ⋅ ln( Rh) + 4,2 ⋅10 −3 ⋅ z (Ec.6.14)
ln( I ) = 1,907 ⋅10 0 + 2,798 ⋅10 −1 ⋅ Ms − 4,571 ⋅10 −1 ⋅ ln( Rh + 8,222 ⋅10 0 ) + 2,500 ⋅10 −3 ⋅ z (Ec. 6.15)
ln( I ) = 2,3388 ⋅10 0 + 1,819 ⋅10 −1 ⋅ Ms − 3,993 ⋅10 −1 ⋅ ln( Rh) − 4,6503 ⋅10 −5 ⋅ z (Ec.6.16)
112
Estas curvas permiten representar que la fuente intraplaca de profundidad intermedia decae más
rápido que las interplaca thrust, y evaluándola para un mismo valor de Ms, profundidad focal y
distancia hipocentral, genera mayores intensidades en el área epicentral, que es lo que se ha
observado empíricamente.
ln( I ) = 2,173 ⋅10 0 + 1,390 ⋅10 −1 ⋅ Ms − 3,038 ⋅10 −1 ⋅ ln( Rh + 1,303 ⋅10 0 ) + 1,342 ⋅10 −3 ⋅ z (Ec. 6.17)
ln( I ) = 2,8208 ⋅10 0 + 1,985 ⋅10 −1 ⋅ Ms − 3,518 ⋅10 −1 ⋅ ln( Rh) − 1,588 ⋅10 −1 ⋅ z (Ec. 6.18)
Con el objeto de establecer las magnitudes mínimas y máximas de cada fuente sismogénica
considerada en este estudio, se debe recurrir a los antecedentes de eventos históricos registrados
en Chile Central. De acuerdo a esto, se considerarán los siguientes rangos de magnitud
mostrados en la Tabla 6-1.
Ruff y Kanamori (1980) asumen que la sismicidad de una zona en subducción puede ser
representada por la magnitud (Mw) del terremoto registrado más grande para una región
determinada, es decir, la magnitud del evento que repetidamente se produce y rompe el mismo
segmento de falla. Dicho terremoto se conoce con el nombre de terremoto característico y al
segmento se le identifica como zona de ruptura.
La consideración de un determinado valor de Mmin y Mmax, es uno de los parámetros en los que
se incorpora una incertidumbre a la probabilidad de excedencia de un cierto valor de IMM. Este
punto será abordado en el siguiente ítem del presente capítulo, mediante análisis de arboles
lógicos y test de sensibilidades para dichos parámetros.
3. Cortical: Dado que esta fuente se asocia a la tasa de actividad de fallas activas, se tiene
incerteza del valor máximo esperado. Pero considerando las observaciones se espera
como máxima una magnitud cercana o levemente superior a 7.0.
Tabla 6‐1: Rangos de magnitudes a considerar en Peligro Sísmico
Magnitud Magnitud
Fuente Sismogénica
Mínima Máxima
Interplaca thrust (Martin, 1990; Romanoff, 1999; Silva, 2008; Leyton 2010) 5.0 8.5
Intraplaca oceánica de profundidad intermedia (Martin, 1990; Romanoff,
5.0 8.0
1999; Silva, 2008; Leyton, 2010)
Intraplaca continental (Cortical cordillerana) 5.0 7.0
El considerar una misma Mmin para las tres fuentes sismogénicas se fundamenta en que para
magnitudes inferiores es poco probable que se produzcan daños en una estructura, independiente
de su clase de vulnerabilidad, por ende magnitudes inferiores a 5,0 no representan interés desde el
punto de vista de riesgo sísmico. Otros autores han definido como Mmin de corte el valor Ms 4.5,
por las mismas razones anteriores. De todas maneras, se incluirán los resultados obtenidos en las
curvas para ambos Mmin (4,5 y 5,0) y se concluirá acerca de la influencia de este parámetro en
las probabilidades de excedencias para distintos periodos de vida útil considerados.
114
acuerdo a la fuente sismogénica que se gatille, sin hacerse cargo del cuándo podría ocurrir o
atribuirle una probabilidad de ocurrencia a dicho evento.
Para la siguiente aproximación determinística, se emplean los mismos antecedentes que para la
metodología probabilística, tomando en cuenta además estudios en detalle que se han realizado
para algunos terremotos importantes de cada fuente sismogénica.
En el caso del cálculo del peligro sísmico mediante la metodología determinística (Deterministic
Seismic Hazard Assessment, en adelante DSHA), se debe describir el evento más desfavorable
que pudiera ocurrir correspondiente a cada fuente sismogénica a considerar.
Para conocer cuál sería un evento máximo creíble y a la vez el más desfavorable, se deben revisar
condiciones de magnitud máxima, profundidad y distancia epicentral (o hipocentral) que lo
producirían, acotando el resultado de intensidad obtenido de acuerdo a antecedentes de sismos
históricos registrados. Por ende, no sólo es necesario un análisis numérico que permita calcular
las distancias mínimas de cada punto de la grilla (que define la zona de estudio) al evento sísmico
más desfavorable perteneciente a cada fuente, sino que una combinación de operaciones
matemáticas con criterio experto que permita justificar el evento máximo creíble a gatillar.
En conclusión un evento máximo creíble, no puede ser considerado en rigor como el peor
escenario que pueda suceder, sino que el sismo más desfavorable que pueda ser razonablemente
esperado para la zona sismogénica a la que pertenece.
A partir del Gráfico 6-2 es posible conocer, de acuerdo a la sismicidad reportada y considerada
en la base de datos, las profundidades a las cuales se inician los sismos de mayor tamaño, lo que
permitirá identificar las zonas donde es probable que ocurran los sismos más desfavorables y
creíbles a la vez, en el futuro. Esto corresponde a un eventual sismo ubicado a una profundidad
cercana a los 35 kilómetros.
A partir de Mendoza (1994), y como se muestra en la Figura 6-6, se obtiene que la profundidad a
considerar para el evento máximo creíble y más desfavorable thrust se ubica a 40 kilómetros
(máximo slip correspondió, de acuerdo a inversión de ondas de cuerpo, de superficie y datos de
strong motion, a 2.9 m ubicado cercano al hipocentro del terremoto del 03 de marzo del ‘85).
Por ende, la profundidad a la cual se ubicaría el evento más desfavorable y creíble a la vez para la
fuente interplaca thrust y que se utilizará para modelar el escenario determinístico, corresponde a
un sismo de magnitud 8,5 y con hipocentro ubicado en la zona comprendida entre los 35 y 40
kilómetros de profundidad (se elige este ultimo valor para el escenario presentado en el mapa), lo
116
que coincide con la zona de transición entre ambas fuentes sismogénicas (inter e intraplaca) a
estas latitudes, de acuerdo a lo documentado en Belmonte- Pool 1997.
Como antecedente a partir de este último trabajo citado, se concluyó que al norte de los 33ºS de
latitud la profundidad máxima del contacto sismogénico en el plano de Wadatti- Benioff
corresponde a 50 kilómetros, variando al sur de dicha latitud a 40 kilómetros (esta profundidad se
localiza a aproximadamente 200 km desde la fosa Perú -Chile).
Gráfico 6‐2: Distribución de magnitudes sismicidad interplaca
Por lo tanto, para el cálculo determinístico (caso más desfavorable esperado, de acuerdo a los
antecedentes históricos), corresponderá al escenario ocasionado por un evento con hipocentro a
profundidad de 40 kilómetros y magnitud máxima 8,5, situado en la zona de acoplamiento, a lo
largo de la línea iso_40 denominada proveniente de la modelación 3D del slab, elaborado por
Tassara (2006). (Figura 6-6). Se debe mencionar que también se puede emplear la modelación
del slab hecho por Sambridge 1998, pero dado que este último trabajo se hizo a escala mundial,
se prefiere emplear el elaborado por Tassara (2006) para fines del DSHA ya que tiene resolución
a escala continental.
117
La diferencia entre los modelos de la geometría del slab no se debe despreciar para estudios
posteriores, ya que varían en varios kilómetros las iso curvas de profundidad requeridas, por lo
modifica la modelización de las fuentes y con ello altera las distancias epicentrales a la zona de
estudio, afectando con ello los resultados del parámetro a estimar controlado a través de las
curvas de atenuación.
Figura 6‐6: Distribución de slip (cm) terremoto marzo 1985. Mendoza et al. 1994.
Por ende la modelación determinística de esta fuente, corresponderá al escenario ocasionado por
un evento con hipocentro a profundidad de 60 km y Mmax igual a Ms 8,0, situado en la parte
superior de la placa subductante (en la región de acoplamiento, parte superior de la placa de
Nazca) con el objeto de minimizar la distancia a la zona de estudio (grilla de la RM en
superficie). Este foco tiene el epicentro ubicado en las coordenadas correspondientes a la
proyección en superficie de la iso_60, de acuerdo al modelo tridimensional del slab de Tassara
(2006), ver Figura 6-7.
118
Gráfico 6‐3: Distribución de magnitudes sismicidad intraplaca de profundidad intermedia
Para comparar las isosistas obtenidas en la zona de estudio por el evento determinístico
seleccionado para esta fuente sismogénica, se puede considerar como antecedente las
intensidades reportadas por el terremoto de La Ligua ocurrido el 28 de marzo de 1965
(Eisenberg, A. et al 1972). Los parámetros de este evento se resumen en la Tabla 6-2.
Tabla 6‐2: Parámetros terremoto de La Ligua, 28 marzo 1965
Latitud epicentral 32, 4º S
Longitud epicentral 71,2º W
Magnitud 6,2 (NOAA) / 7,4 (USGS)
Profundidad [km] 61
Santiago VIII
La Ligua X
Intensidades (IMM) Illapel VIII ‐ IX
Los Vilos VII – VIII
Valparaíso VII
Las profundidades obtenidos para modelar los DSHA de ambas fuentes (thrust e intraplaca de
profundidad intermedia), coinciden con lo que reporta Saragoni et al. 2004.
119
Figura 6‐7: Geometría slab subductado.
Fuente: Three dimensional density model of the Nazca plate and the Andean Continental Margin.
Tassara. 2006.
Diversos estudios han establecido que existen fallas potencialmente activas en la Cordillera
Principal de Chile Central entre los 33ºS y 34ºS (Rauld, 2002; Fock, 2005; Charrier et al., 2005).
120
Las propiedades de los sistemas de fallas geológicas de la alta Cordillera (principalmente de
vergencia oeste), se presentan en la Tabla 6-3 y espacialmente se distribuyen como se muestra en
la Figura 6-8 (según mapeo realizado en la tesis de Andrés Fock, 2005) y a mayor escala en la
Figura 6-9 (Muñoz, C.2007).
Del mismo modo que en las otras dos fuentes sismogénicas, la pregunta es entonces: es creíble
que se “rompa” todo el segmento mapeado de la FSR?. Para ello, se recurre a la bibliografía
analizada en que para estudios de esta naturaleza se emplean como escenarios creíbles la mitad y
un tercio del largo de ruptura total mapeado de la falla (Wells & Coppersmith, 1994). Para la zona
de estudio que se verá influenciada por un sismo generado en la falla, se selecciona el escenario
determinístico dado por la ruptura del segmento medio norte y tercio central de la FSR,
evaluando la ley de atenuación de Leyton (sin publicar) con los parámetros de magnitud máxima
correspondientes al largo de ruptura considerado.
Es importante mencionar que dado que el parámetro a atenuar corresponde a la intensidad, la ley
de atenuación considera la distancia hipocentral, pero cuando la relación es con respecto al pga,
se debe recurrir a otras distancias documentadas, por ejemplo se recomienda para fuentes
corticales emplear la distancia de Joyner – Boore (Djb), que es una de las distancias métricas de
uso más popular en ingeniería. Esta es definida como la distancia de la proyección vertical de la
superficie de la falla a la superficie de la Tierra, por lo tanto Djb es cero donde el sitio es
directamente sobre la porción de ruptura de la falla.
La FSR es una falla cortical inversa, que corresponde al límite entre la cordillera principal y la
depresión central al oriente de Santiago. La falla "monta" la Cordillera Principal sobre la
depresión central (como un plano con una inclinación cercana a los 50º al Este). Su traza está
reconocida entre los ríos Maipo y Mapocho, pero hay evidencias (Rauld et al. 2007), que la falla
sigue al norte en la Dehesa y al sur en Pirque, pasando por las comunas de Puente alto, La
Florida, Macul, Peñalolén, La Reina, Las condes y Vitacura, pero no se cuenta con mayores
antecedentes que permitan la comprensión de lo que sucede más al norte y al sur, es decir, si hay
otras fallas y cómo la FSR se relaciona con ellas.
121
La FSR presenta evidencias de actividad reciente en términos geológicos, es decir en los últimos
10.000 años, lo que queda por confirmar mediante dataciones, pero eso la hace considerarse
como falla activa o potencialmente activa. Sin embargo hay evidencias como escarpes de fallas y
depósitos aluviales cortados por la falla que indican que la falla ha tenido actividad durante el
Cuaternario (desde 2,6 Millones de años). El único marcador crono estratigráfico que se tiene son
depósitos de ceniza cortados por la falla y de edades cercanas a los 450.000 ± 50.000 años,
aunque esta data se encuentra actualmente en revisión
Tabla 6‐3: Caracterización fallas corticales zona Andes de Chile Central (33º ‐ 34ºS)
Mecanismo Surface
Largos [km]
Focal Z W [km] log length
Nombre Tipo Falla Mw Ms
strik [km] (~L/2) (SRL) rupture
dip slip L L/2 L/3
e SRL [km]
Falla San Ramón: 7,0 6,7 1,5 35,1
Margen occidental Inversa NS 35 110 8 43 21,5 14,3 18 6,6 6,3 1,3 20,6
Cordillera Principal 6,4 6,0 1,2 15,1
Falla Portezuelo de 6,9 6,5 1,5 29,4
Chada:
6,5 6,1 1,2 17,2
Limite oriental Inversa NS 34,1 17,05 11,4 17,05
Cordillera de la
6,3 5,9 1,1 12,6
Costa
7,1 6,8 1,6 41,8
Falla Laguna Negra Inversa NS 8 54 27 18,0 27 6,7 6,4 1,4 24,6
6,5 6,2 1,3 18,0
6,8 6,5 1,4 27,1
Falla Chacayes ‐
Inversa N20E 80E 8 30,7 15,35 10,2 15,35 6,4 6,1 1,2 15,9
Yesillo
6,2 5,8 1,1 11,6
El Diablo:
Falla más occidental 7,2 6,9 1,7 48,2
de la Faja plegada y
Inversa,
corrida del
vergencia N20E 58 176 5 65 32,5 21,7 32,5 6,8 6,5 1,5 28,3
Aconcagua al este
(Límite entre C. Ppal
Oriental y 6,6 6,3 1,3 20,7
Occidental).
Se definen tres segmentos a lo largo de la extensión de esta falla, los cuales en total conforman
alrededor de 30 Km, los tramos identificados son los siguientes:
1. Cerro Calán – Quebrada Nido de Águila, de 10 km de largo, cambia su dirección
hacia el sur, pasando de NNW a la dirección NS,
2. Quebrada Nido de Águila - Lo Cañas, de 7 km de extensión y dirección NS,
122
3. Lo Cañas – Río Maipo, de aproximadamente 12 km de longitud y dirección NS.
Figura 6‐8: Principales sistemas de fallas corticales de la alta cordillera en Chile Central.
Con respecto a su potencial sísmico se tiene la idea, por las evidencias morfológicas y por su taza
de desplazamiento vertical estimada (del orden de 0.1 a 0.2 mm / año), que podría generar sismos
de magnitudes Mw entre 6.5 a 7.0, con períodos de recurrencia de algunos miles de años (entre
5.000 y 10.000). En la Figura 6-10 se muestra un panorama del frente cordillerano de Santiago
Oriente, donde es posible apreciar los escarpes asociados a la falla San Ramón.
123
Figura 6‐9: Principales sistemas de fallas Chile Central.
De acuerdo a la extensión reconocida de la falla y empleando las relaciones empíricas de Wells &
Coopersmith 1994, para un mecanismo de falla tipo inversa (Ec. 6.19 y Ec. 6.20) se puede
obtener la magnitud del evento (Mw) considerando distintos largos de ruptura (L total, un medio
o un tercio), cuyos resultados se presentaron en la Tabla 6-3.
log( SRL ) = −2,86 + 0.63 ⋅ Mw (Ec. 6.19)
Mw = 5.0 + 1.22 ⋅ log( SRL ) (Ec. 6.20)
Ambas ecuaciones se emplearon para calcular la magnitud de momento (Mw) según el largo de
ruptura de la falla cortical (SRL) y de acuerdo a la traza mapeada en kilómetros. Del mismo
modo, conociendo la magnitud, se puede obtener el momento sísmico (Mo), y con ello el
deslizamiento (slip) asociado a la falla.
Respecto de los eventos corticales que componen la base de datos, son muy escasos y en la
mayoría de los casos (salvo el terremoto de Las Melosas en 1958) no se cuenta con los suficientes
reportes de daños (intensidades bajas), ya que los registros se ubican a grandes distancias
epicentrales, incluso más de 200 kilómetros de distancia de importantes ciudades.
Al graficar las intensidades reportadas para los eventos corticales existentes: Las Melosas (Ms
6.6; septiembre 04 de 1958), Chusmiza (6.3, 24 julio del 2001) y Curicó (Ms 6.4, 28 agosto del
125
2004), en función de las distancias hipocentrales se obtiene lo que se presenta en el Gráfico 6-4,
se obtiene la relación de atenuación dada por la ecuación 6.21.
Gráfico 6‐4: Atenuación de eventos corticales.
Atenuacion de Intensidad observada eventos corticales
11
10
9
Intensidad [IMM]
8
7
6
5
4
3
2
1
0 50 100 150 200 250 300
Dist. hipocentral [km]
En el Gráfico 6-5 se puede comparar el ajuste de la curva dada por la Ec. 6.21 con las
intensidades reportadas para el terremoto de Las Melosas. Pese a que se observa un buen ajuste
de la ley de atenuación encontrada con los reportes de intensidades considerados, no es posible
extrapolar esta curva a eventos corticales de profundidades mayores a la cual fue calibrada, por
ende al evaluarla con z menores o iguales a 20 kilómetros, la curva entrega valores
extremadamente altos, por lo que no se considera consistente con lo esperado, debido a la falta de
registros de intensidades para este tipo de eventos.
126
Por ende, para efectos de la creación de mapas de PS según fuente cortical y efecto conjunto, se
empleará la relación encontrada por Leyton 2008, (comunicación personal, Ec. 6.17) obtenida a
partir de un set de eventos corticales en todo Chile Central.
Gráfico 6‐5: Atenuación terremoto de Las Melosas
Atenuacion de Intensidad observada, Las Melosas
11
10
9
8
Intensidad [IMM]
7
6
5
4
3
2
1
0 50 100 150 200 250 300
Dist. hipocentral [km]
11
10
9
Intensidad [IMM]
1
0 50 100 150 200 250 300 350
Dist. hipocentral [km]
127
Con el objeto de encontrar un ajuste que no sobrestime las intensidades en el área epicentral, ni
tampoco subestime el decaimiento con la distancia epicentral, se recurrió a otras relaciones de
atenuación internacionales obtenidas para escenarios sismotectónicos similares a las fallas
corticales analizadas en este estudio (fallas de tipo inversa) y aplicables a reportes de eventos
como Chusmiza, Curicó y Las Melosas. Dentro de las que mejor ajustan se pueden mencionar las
curvas dadas por Chandra (1979), Howell(1975) y Bakun (1997). Estas se presentan en la Tabla
6-3 y se muestran comparativamente en el Gráfico 6-5 parte inferior.
Tabla 6‐4: Caracterización leyes de atenuación para fuente cortical
Las dos primeras leyes de atenuación requieren del parámetro Io que corresponde a la intensidad
epicentral. En la mayoría de los casos, el valor de la intensidad en el área epicentral está
sobrestimado por diversas razones, por ello, Gutenberg- Richter en el año 1956, establecieron la
siguiente relación empírica para calcular la intensidad en el epicentro de manera algo más
objetiva (Ec. 6.22) que el reporte proveniente de la percepción de los pobladores.
2
M = 1 + ( ) ⋅I o (Ec. 6.22)
3
128
6.3 EFECTO DE SITIO
En este ítem se revisa el estado del arte de los antecedentes publicados en los cuales se ha
relacionado la unidad de suelo con el efecto de respuesta de sitio, identificándose rangos de
amplificación de la intensidad. Es importante mencionar que la autora propone para un posterior
estudio, analizar la eventual influencia en la posible amplificación de dicho parámetro como
respuesta de sitio para eventos correspondientes a la fuente intraplaca y cortical, pues las
investigaciones acá citadas hacen referencia a efectos observados en la Región Metropolitana,
con sismos de tipo interplaca thrust de una cierta magnitud, por ende no se conoce a la fecha si el
efecto de sitio tiene una dependencia con el tipo de fuente sismogénica, debiendo estudiar si
guarda relación con parámetros como caídas de tensión, o contenido de altas frecuencias, además
de la geología y profundidad de la napa freática.
Figura 6‐11: Perfil amplificación sísmica. J. Lagos, 2003.
129
6.3.1 MONGE Y ASTROZA, 1989.
Tras analizar los efectos del terremoto del ‘85, se obtuvieron los resultados de la Tabla 6-5. El
estudio determinó las intensidades macrosísmicas en escala MSK a partir del levantamiento de
daños en las localidades afectadas y sus respectivos incrementos de acuerdo al tipo de suelo
fundacional, lo que se muestra en la Figura 6-12.
Tabla 6‐5: Incremento de Intensidad propuesta por Monge y Astroza, 1989.
Incremento con respecto a Incremento con respecto a
Característica Suelo
Intensidad en Roca Intensidad en Grava
Depósitos de grava 0.5 ‐ 1.0 0
Depósitos coluviales 1.0 ‐ 2.0 0,5 – 1.0
Depósitos de cenizas pumicíticas 1.5 ‐ 2.5 1,0 – 1,5
Depósitos lacustres 2.0 ‐ 2.5 1,5
Figura 6‐12: Efecto de amplificación propuesto por Monge y Astroza.
130
6.3.2 ALGERMISSEN Y KAUSEL, 1992.
Entregan la zonificación de Chile central tal como lo muestra la Figura 6-13, a raíz de los
efectos observados por el terremoto de marzo del ‘85.
Figura 6‐13: Efecto de amplificación Algermisen y Kausel, 1992.
131
6.3.3 LEYTON ET AL. 2010.
Figura 6‐14: Microzonificación de intensidades, terremoto 1985.
132
En base a la información anterior y empleando la técnica de micro vibraciones (Nakamura
1989, Pastén 2007, Leyton 2010) que entrega la relación de los espectros de amplitud de
Fourier entre la componente horizontal y vertical de la señal (relación H/V), con el objeto
de determinar el periodo fundamental del suelo y el factor de amplificación de los estratos
más superficiales. Conociendo el espectro, se identifica el tipo de curva (en Chile Central,
se han reconocido 4 tipos: peak de alta frecuencia y gran amplitud, peak de alta frecuencia
pero baja amplitud, curva plana y peak de gran amplitud a bajas frecuencias) y se asocia a
un determinado tipo de relleno. La relación suelo/basamento en conjunto con la geología
superficial permitieron definir de manera más detallada las unidades que se muestran en la
Figura 6-15 (Leyton et al., 2010) cuya descripción es la que sigue a continuación:
9 Unidad I. Rocas. Estas afloran en los cordones que rodean la cuenca de Santiago y en
los cerros islas (cerros de Chena, Santa Lucía, Renca y otros). De acuerdo al mapa de
Fock, 2005, hacia el noreste y este afloran principalmente rocas asignadas a la
Formación Abanico, intruidas por rocas ígneas. Al norte y al oeste dominan rocas más
antiguas, asignadas a las formaciones Lo Valle, Veta Negra y Lo Prado además de
cuerpos intrusivos cretácicos.
9 Unidad II. Gravas. Unidad constituida principalmente por materiales gruesos, con
predominio de gravas arenosas de compacidad media a alta. En la cuenca corresponden
principalmente a los depósitos subactuales de los ríos Maipo, Mapocho y Clarillo
9 Unidad IIIb. Depósitos constituidos por gravas y bloques en matriz areno arcillosa.
Corresponden a abanicos aluviales antiguos, principalmente asociados al río Mapocho,
ubicados al noreste de la cuenca. Estos se ubican formando un relieve de altura media
como por ejemplo los cerros Apoquindo y Calán.
133
9 Unidad IV. Depósitos constituidos por gravas y bloques en matriz soportante arcillo
arenosa. En la cuenca se ubican en el relieve principal, al este y noreste, y corresponden
a depósitos de remociones en masa antiguos.
9 Unidad Va. Depósitos constituidos por gravas en matriz areno arcillosa con abundantes
intercalaciones de arenas, limos y arcillas y gruesos suelos limo arcillosos. En la cuenca
corresponden a los depósitos de abanicos aluviales de los esteros Colina y Arrayán.
9 Unidad Vb. Depósitos constituidos por arenas finas a gruesas con mezcla variable de
limos y arcillas. En la cuenca corresponden a los depósitos del estero Lampa.
9 Unidad VII. Depósitos constituidos por limos y arcillas con intercalaciones de gravas,
arenas y cenizas. Los depósitos asignados a esta unidad se ubican principalmente en el
sector norte de la cuenca de Santiago. Unidad VIII. Depósitos de granulometría variable
entre gravas y limos. Corresponden a los depósitos de los cauces fluviales actuales que
se distribuyen en toda la cuenca.
Este trabajo de zonificación de la Cuenca de Santiago, propone clasificar cada una de las
unidades de suelo anteriormente descritas en dos grandes categorías a las cuales se les
asigna un incremento de intensidad, como se presenta en la Tabla 6-6:
Tabla 6‐6: Incremento de Intensidad propuesta por Leyton et. al 2010.
Zona Incremento Incremento intensidad
Unidad Geológica
sísmica Intensidad propuesto este trabajo
A II y Va 0.0 0.0
B IIIa, Vb, VI y VII 0.5 ‐1.5 1.0
134
Por ende, el aumento de intensidad dependiendo del suelo fundacional se ha considerado
binario (consenso tras comunicación verbal Leyton). En la Figura 6-16 se presenta la
distribución del efecto de amplificación en la Región Metropolitana, propuesto por el
autor.
Figura 6‐15: Unidades de Suelo Región Metropolitana.
135
Figura 6‐16: Zonificación en la Región Metropolitana, Leyton et al. 2010.
136
6.3.4 ASTROZA Y MOLINA, 2011.
4. Se sugiere revisar la división de sectores propuesta por Leyton et al,. 2010, pues en
dicho trabajo se planteó que las Unidades IIIa, VI y VII corresponden a una misma
zona, lo que se contrapone a lo presentado en la investigación más reciente, que
137
observa que la Unidad VII presenta mayores intensidades que las otras dos
unidades geológicas.
5. Se recomienda que la división de dos zonas para la Unidad II, propuesta por Moje
y Astroza, 1989, no se considere dado que en el trabajo de Molina (2011), no se
observan diferencias de comportamiento dentro de esta misma unidad
correspondiente a grava.
Tabla 6‐7: Comparación incremento de intensidades, terremoto 1985 y 2010, en Chile Central
∆ IMSK (2010)
Tipo Suelo Unidad s/movilidad c/movilidad Comentarios
clases de clases
Grava II 0,5 – 1,0 0 ‐0,5 El incremento fue mayor en 1985
Aluviales IIIa 0 ‐0,5 0 ‐ 0,5 El incremento fue mayor en 1985
El incremento fue mayor en 1985. Unidad
Ignimbritas VI 1,0 0,5 – 1,0 que presenta la mayor diferencia entre
ambos sismos.
Arcillas y
VII 1,0 0 El incremento fue mayor en 1985
Limos
Tabla 6‐8: Zonificación e incrementos propuestos, Molina 2011.
Zona Unidad Geológica ∆ IMSK c/r a grava
C II 0.0
D IIIa y VI 0.0 ‐1,0
E VII 0.0 ‐1.5
138
8. Se recomienda un mayor estudio geológico en la zona sur de Puente Alto, por
significar una singularidad (circulo magenta) en relación al resto de la comuna,
dado sus mayores reportes de intensidad en el pasado terremoto del 27 de febrero.
Figura 6‐17: Zonificación en la Región Metropolitana, propuesta por Molina, J. 2011.
139
6.4 SENSIBILIDAD PARAMETROS Y METODOLOGIA DE LOGIC TREES
La evaluación del peligro sísmico, ya sea determinístico y/o probabilístico, incorpora incertezas
asociadas al entendimiento incompleto de los mecanismos que controlan los complejos procesos
de generación de terremotos y de propagación de ondas sísmicas, provenientes de supuestos
adoptados conforme a la información y al conocimiento que se tenga al respecto. El método
ordena la serie de estimaciones a realizar en el análisis de peligrosidad, y dirige la incertidumbre
de cada estimación de una manera secuencial hasta obtener la incertidumbre de los resultados
finales.
Dada la incertidumbre que se incorpora con cada input considerado, es que cobra importancia el
uso formal de una metodología que permita cuantificar los juicios y decisiones que se toman en
una evaluación de peligro sísmico probabilístico (PSHA), con este fin es que se emplean los
esquemas de arboles lógicos, en que cada rama (que puede ser un número arbitrario según criterio
del evaluador) tiene un peso asignado en base a la credibilidad del escenario representado por la
respectiva rama.
Dentro de los aspectos (nodos) frente a los cuales se toman decisiones (ramas) dependiendo de la
fuente sismogénica a considerar, se barajan alternativas de acuerdo a la literatura consultada y a
la experiencia observada, mediante un factor peso que representa el grado de preferencia de cada
una de las ramas, éstos serán asignados apelando al “criterio experto”. La selección de las ramas
responde a la visión epistémica, es decir, decisiones frente a los cuales el estado del arte actual no
permite tener certeza de dicho parámetro (ignorancia respecto del input).
Los arboles lógicos fueron introducidos en el año 1984, como herramienta en los estudios de
PSHA, y tienen por objeto capturar y cuantificar las incertezas epistémicas que se incorporan en
cada input considerado, es decir asociadas a la falta de conocimiento y muchas veces subjetivas,
y no a aquellas incertezas aleatorias debido a procesos estocásticos que son aquellas incertezas
reducibles.
Los principios esenciales que deben cumplir cada rama de un árbol lógico: a) son la mutua
exclusividad y b) la colectividad exhaustiva, lo que implica que cada uno de los conceptos no
pueda incluir a ninguno de los otros (propiedad de los esquemas clasificatorios), y que el
140
concepto tome todas las variables posibles, respectivamente. Muchas ramas incrementan la
posibilidad de generar un modelo redundante, lo que viola el principio de mutua exclusividad,
además es incorrecto suponer que muchas incertezas implican un gran número de ramas.
Una curva de peligro sísmico representa el análisis de una de las ramas del árbol construido. Una
de las tendencias más usadas, es considerar la curva de peligro promedio, resultante de la
operación probabilística en función de los pesos asignados a cada nodo de cada rama.
Cada rama que parte de un nodo representa una posible alternativa discreta para el parámetro o
estado del proceso en cuestión, y lleva asignada una probabilidad que indica el grado de
credibilidad de que la rama represente el valor correcto. Estas probabilidades son condicionales, y
se asume que todas las ramas que conducen a un nodo representan el estado verdadero de los
parámetros precedentes, siendo la suma de todas ellas la unidad.
Previa asignación de pesos en las ramas del logic tree, es preciso complementar este tipo de
ejercicio con un análisis de sensibilidad, pues de lo contrario es imposible juzgar la relevancia de
alguna sección del árbol, como también la influencia de ciertos parámetros en distintos periodos
de vida útil considerados para conocer la criticidad de ellos en el resultado de peligro sísmico.
141
que se seleccione, pues este se obtiene como el punto en que coinciden la intersección de la
desviación estándar para cada rango de magnitud con la recta teórica que asume una media
estable (a partir del cual el rango se vuelve estacionario), en un gráfico log –log. Se menciona que
los rangos mayores de magnitud representan una estimación menos estable aún de la media, pues
se cuenta con pocos registros.
Para responder lo anterior, se recurre al Gráfico 6-6 correspondiente a los datos empleados de la
fuente interplaca trust para realizar la metodología de Stepp (1973) (mismo comportamiento se
observa con las otras dos fuentes, se presenta una sola de modo indicativo).
En algunos rangos de magnitudes no es claro elegir un único t, mínimo tiempo a partir del cual el
comportamiento en escala log - log se vuelve estable (lineal). Por ejemplo, para la magnitud 5.5 –
6.0 se pueden considerar indistintamente 10 ó 20 años como el periodo necesario para representar
sismos de ese rango de magnitud en un catálogo (elipse segmentada roja). Por lo tanto, además de
apelar al “criterio experto”, se requiere un análisis para concluir qué tan sensible es la relación de
magnitud- frecuencia para diferentes periodos t seleccionados.
Gráfico 6‐6: Metodología Stepp, Fuente interplaca
Desviacion versus ventana de tiempo según rangos de Ms, eventos interplaca
10.00
1.00
Desviación Sr
0.10
0.01
1 Tiempo [años] 10 100
4,5 - 5,0 5,0 - 5,5 5,5 - 6,0 6,0 -6,5 6,5 -7,0 7,0 - 7,5
142
Para algunos rangos de magnitud, se tiene un trío de posibles periodos t que convierten un
catálogo completo para dicha magnitud. En general, se consideró el central como el que tiene
mayor credibilidad debido al comportamiento gráfico, pero en ocasiones puede ser considerado
también el periodo inmediatamente anterior y/o posterior.
Este ejercicio, permitió concluir que variaciones de t hacen variar mucho más el a-value,
mientras que la pendiente de la relación G-R se conserva en cada caso, por lo que el b- value no
es tan sensible a fluctuaciones del periodo t elegido (que se traduce en modificaciones en el
conteo de eventos por rango de magnitud según lo establece la metodología de Stepp), ya que se
mantienen cuasi paralelas las tres rectas en escala semi log, como se observa en el Gráfico 6-7
como ejemplo, considerando la fuente interplaca.
Gráfico 6‐7: Relación Gutenberg Richter fuente interplaca thrust
Relación Gutenberg Richter Interplaca thrust
y = ‐0.9189x + 5.4495 y = -0.8648x + 5.0295 y = -0.9521x + 5.3446
R² = 0.9935 R² = 0.9987 R² = 0.9824
2.000
1.500
1.000
Log (N/T)
0.500
0.000
3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0
-0.500
-1.000
-1.500
-2.000
Ms
anterior central siguiente
• Magnitud Mínima: El objetivo es conocer el efecto de considerar una u otra magnitud (Ms
4.5 ó 5.0) de corte inferior y su influencia en las intensidades producidas en un
determinado punto. Para ello se recurre a las curvas del Gráfico 6-8.
• Leyes de Atenuación: Mismo ejercicio que el caso anterior, para una misma fuente, se
emplean distintas relaciones de atenuación de IMM y se observa el efecto y
comportamiento de las curvas para distintos periodos de vida útil. Ver Gráfico 6-10.
Gráfico 6‐8: Curvas PS distintas ubicaciones, cambiando rangos magnitudes limites.
Distribución probabilidades excedencia para coordenada (‐33.6; ‐71.6).
Efecto fuente Interplaca thrust, Ley atenuación Silva (2008). Variaciones en limites de magnitudes.
Periodo de Vida util 10 años.
1.1E+00
1.0E+00
9.0E‐01
Probabilidad excedencia (%)
8.0E‐01
7.0E‐01
6.0E‐01
5.0E‐01
4.0E‐01
3.0E‐01
2.0E‐01
1.0E‐01
0.0E+00
10.2
10.5
10.8
11.1
11.4
11.7
12.0
3.0
3.3
3.6
3.9
4.2
4.5
4.8
5.1
5.4
5.7
6.0
6.3
6.6
6.9
7.2
7.5
7.8
8.1
8.4
8.7
9.0
9.3
9.6
9.9
Intensidad IMM
144
Distribución probabilidades excedencia para coordenada (‐33.47; ‐70.66).
Efecto fuente Interplaca thrust, Ley atenuación Barrientos (1980). Diferencias limites magnitud. periodo vida
util de 50 años.
1.1E+00
1.0E+00
9.0E‐01
Probabilidad excedencia (%)
8.0E‐01
7.0E‐01
6.0E‐01
5.0E‐01
4.0E‐01
3.0E‐01
2.0E‐01
1.0E‐01
0.0E+00
10.2
10.5
10.8
11.1
11.4
11.7
12.0
3.0
3.3
3.6
3.9
4.2
4.5
4.8
5.1
5.4
5.7
6.0
6.3
6.6
6.9
7.2
7.5
7.8
8.1
8.4
8.7
9.0
9.3
9.6
9.9
Intensidad IMM
CENTRO
Distribución probabilidades excedencia para coordenada (‐33.6; ‐69.9).
Efecto fuente interplaca thrust, Ley atenuación Leyton (sin publicar). Distintos limites magnitud. periodo vida
util de 100 años.
1.2E+00
1.1E+00
1.0E+00
9.0E‐01
Probabilidad excedencia (%)
8.0E‐01
7.0E‐01
6.0E‐01
5.0E‐01
4.0E‐01
3.0E‐01
2.0E‐01
1.0E‐01
0.0E+00
3.0
3.3
3.6
3.9
4.2
4.5
4.8
5.1
5.4
5.7
6.0
6.3
6.6
6.9
7.2
7.5
7.8
8.1
8.4
8.7
9.0
9.3
9.6
9.9
10.2
10.5
10.8
11.1
11.4
11.7
12.0
Intensidad IMM
CORDILLERA
Nomenclatura: Ejemplo, fuente interplaca, periodo de vida útil de 10 años.
Arriba: fuente interplaca (izquierda Mmax 8.5; derecha Mmax 9.0).
Centro: fuente intraplaca (izquierda Mmax 7.5; derecha Mmax 8.0).
Abajo: Fuente cortical (izquierda Mmax 7.0; derecha Mmax 7.5).
146
Gráfico 6‐10: Curvas PS distintas ubicaciones, cambiando leyes atenuación.
Distribución probabilidades excedencia para coordenada (‐33.6; ‐70.6).
Efecto fuente interplaca thrust, distintas leyes de atenuación
1.10E+00
1.00E+00
9.00E‐01
8.00E‐01
Probabilidad excedencia (%)
7.00E‐01
6.00E‐01
5.00E‐01
4.00E‐01
3.00E‐01
2.00E‐01
1.00E‐01
0.00E+00
10.2
10.5
10.8
11.1
11.4
11.7
12.0
3.0
3.3
3.6
3.9
4.2
4.5
4.8
5.1
5.4
5.7
6.0
6.3
6.6
6.9
7.2
7.5
7.8
8.1
8.4
8.7
9.0
9.3
9.6
9.9
Intensidad IMM
Distribución probabilidades excedencia para coordenada (‐33.47; ‐70.66).
Efecto fuente interplaca thrust, distintas leyes de atenuación
1.10E+00
1.00E+00
9.00E‐01
8.00E‐01
Probabilidad excedencia (%)
7.00E‐01
6.00E‐01
5.00E‐01
4.00E‐01
3.00E‐01
2.00E‐01
1.00E‐01
0.00E+00
10.2
10.5
10.8
11.1
11.4
11.7
12.0
3.0
3.3
3.6
3.9
4.2
4.5
4.8
5.1
5.4
5.7
6.0
6.3
6.6
6.9
7.2
7.5
7.8
8.1
8.4
8.7
9.0
9.3
9.6
9.9
Intensidad IMM
10_SB 10_FL 10_NS 50_SB 50_FL 50_NS
100_SB 100_FL 100_NS 250_FL 250_SB 250_NS
CENTRO
147
Distribución probabilidades excedencia para coordenada (‐33.6; ‐69.9).
Efecto fuente interplaca thrust, distintas leyes de atenuación
1.10E+00
1.00E+00
9.00E‐01
8.00E‐01
Probabilidad excedencia (%)
7.00E‐01
6.00E‐01
5.00E‐01
4.00E‐01
3.00E‐01
2.00E‐01
1.00E‐01
0.00E+00
10.2
10.5
10.8
11.1
11.4
11.7
12.0
3.0
3.3
3.6
3.9
4.2
4.5
4.8
5.1
5.4
5.7
6.0
6.3
6.6
6.9
7.2
7.5
7.8
8.1
8.4
8.7
9.0
9.3
9.6
9.9
Intensidad IMM
10_SB 10_FL 10_NS 50_SB 50_FL 50_NS
100_SB 100_FL 100_NS 250_FL 250_SB 250_NS
CORDILLERA
De la muestra presentada en el Gráfico 6-8 y del completo análisis realizado para las distintas
fuentes, se concluye que al reemplazar el valor mínimo Ms 5.0 (default) por 4.5 (incluso
reduciendo la magnitud de corte inferior hasta Ms 3.0), las curvas son completamente
coincidentes para todo periodo de vida útil considerado independiente de la fuente analizada, de
la probabilidad de excedencia y del punto de observación (es decir, donde se quiera calcular la
amenaza si es al E u W de la zona de estudio). Por ende, se concluye que no aporta en nada
incorporar a la evaluación del PS eventos de magnitudes menores, es decir, el input Mmin no se
considerará una rama del árbol lógico a construir. Sin embargo y como era de esperar, al reducir
la Mmax establecida por defecto (dado los antecedentes históricos para cada fuente), el peligro
sísmico disminuye (curvas Mmax desfasadas a la izquierda de las curvas default y Mmin). La
diferencia entre las curvas se acrecenta a medida que aumentan los periodos de vida útil (mismo
fenómeno se observa para todas las fuentes e independiente de la ley de atenuación). Esto se
interpreta como que la relevancia del valor de Mmax toma importancia para mayores periodos de
vida útil, ya que se asemeja al periodo de recurrencia de los eventos máximos para cada fuente,
148
subestimando, por ende, mayormente los valores de intensidades alcanzadas al no considerar en
la evaluación los eventos grandes.
El análisis de las leyes de atenuación se realiza mediante curvas del tipo como las presentadas en
el Gráfico 6-10, concluyendo que es un parámetro relevante para todo PSHA. Para cualquier
punto de evaluación, se observa que a mayores periodos de vida útil analizados, la diferencia
entre las curvas consideradas se acentúa (con mismos rangos de magnitudes, mismos parámetros
G-R y variando las leyes según cada fuente). Algunos autores no representan bien el efecto de
influencias de una determinada fuente sobre el punto de observación conforme a su cercanía,
subestimado en algunos casos el valor alcanzado de intensidad y sobrestimándolo en otros. Como
comentario general para las fuentes inter e intraplaca, se observa que el comportamiento de las
relaciones de Barrientos y Silva son bastante similares siendo en algunos casos coincidentes en la
probabilidad de excedencia considerada, sobre todo para la fuente intraplaca, y en general,
entregan valores menores que las curvas obtenidas mediante la ley de atenuación de Leyton (sin
publicar). En el caso de la fuente intraplaca, se considerará con mayor peso la ley de Leyton, pues
es la que mejor representa el efecto esperado en un punto ubicado hacia el oriente de la zona de
estudio (no debiera tener mayor contribución la fuente interplaca individual sobre un punto
ubicado hacia el sector cordillerano). Mismo análisis para el caso espacialmente opuesto, es
decir, un punto ubicado hacia el oeste. Se observa además que las tres leyes representan bien la
influencia de la fuente interplaca sobre un determinado punto de observación.
Existen otros parámetros que se incorporan en el PSHA y que llevan consigo incertezas, pero
éstas no están asociadas a ignorancia al respecto, es decir no pueden ser consideradas como
epistémicas, sino más bien no se tiene certeza porque son valores aleatorios que están presenten
en una evaluación y que no pueden ser reducidos, tales como la profundidad focal a la que se
modela la fuente cortical (superficie subhorizontal) a profundidades de 8, 10 ó 20 kilómetros, la
determinación de Io (Intensidad epicentral) empleada en la ley de atenuación para eventos
corticales propuesta por Chandra (1979) y Howell (1975) de acuerdo a Imax ó I de Gutenberg-
Richter (fórmula 6.22), o bien la longitud de ruptura considerada para la fuente modelada a
partir de la falla cortical, el que puede ser L, L/2; L/3 de acuerdo a los largos empleados en la
literatura. (Wells & Coppersmith, 1994).
149
Se considerarán los siguientes nodos para las distintas fuentes reconocidas en Chile Central (en
orden cronológico de los trabajos citados), entendiéndose como las decisiones que el evaluador
enfrenta al momento de elaborar un PSHA:
a. Relaciones Escalamiento:
b. Magnitud Máxima:
i. Cortical: con seis ramas: Labbé, Barrientos, Martin, Romanoff, Silva y Leyton.
ii. Interplaca seis ramas: Labbé, Barrientos, Martin, Romanoff, Silva y Leyton.
iii. Intraplaca profundidad intermedia con seis ramas: Labbé, Barrientos, Martin,
Romanoff, Silva y Leyton.
i. Cortical: con seis ramas: Barrientos, Silva, Leyton, Bakun, Howell y Chandra.
iii. Intraplaca profundidad intermedia con tres ramas: Barrientos, Silva, Leyton.
e. Efecto de sitio:
i. Cortical: No aplica.
ii. Interplaca thrust cuatro ramas: Monge y Astroz;1989; Algermissen y Kausel et al.
1992, Leyton et al.2010; Astroza y Molina, 2011.
150
Se presentan los arboles lógicos construidos para cada fuente con sus respectivos pesos asociados
conforme la confiabilidad de la respectiva rama y asignados de acuerdo al análisis de sensibilidad
realizado previamente de cada uno de los input considerados, cuyos efectos han sido
anteriormente descritos.
Se debe mencionar que se ha separado por fuentes solo a modo práctico, pues la elaboración de
mapas de PS para cada fuente no es una opción, por ende no son ramas, son fuentes que se deben
considerar y que en Chile Central están bien identificadas y caracterizadas. En este último
aspecto, es la excepción la fuente cortical que es la que presenta las mayores incertidumbres,
dado los escasos registros de sismos importantes con los que se cuenta.
151
6.4.1 LOGIC TREE FUENTE INTERPLACA THRUST
152
6.4.2 LOGIC TREE FUENTE INTRAPLACA PROFUNDIDAD INTERMEDIA
153
6.4.3 LOGIC TREE FUENTE CORTICAL CORDILLERANA
154
6.5 MAPAS DE PELIGRO SÍSMICO PROBABILISTICO PARA VARIABLE DE
INTENSIDAD
En un mapa de PSHA se representan las curvas de intensidades de Mercalli con un 10%, 5% y
2% de probabilidad de excedencia (o bien 90%, 95% y 98% nivel de confidencia), calculadas
para periodos de vida útil de 10 y 50 (ambos con 10%), 100 y 250 años, respectivamente, que
corresponden a 95, 475, 1.950 y 12.375 años de periodos de retorno.
En donde,
t : tiempo de vida útil, dependiendo del tipo de estructura y/o infraestructura diseñada.
1. Mapa probabilístico fuente interplaca thrust, utilizando ley de atenuación Silva (Ec. 6.14)
2. Mapa probabilístico fuente intraplaca profundidad intermedia, atenuación Silva (Ec. 6.16)
3. Mapa probabilístico fuente cortical cordillerana, ley atenuación Leyton (Ec. 6.17)
4. Mapa probabilístico efecto conjunto de las fuentes. Es importante recalcar que los
resultados aquí entregados corresponden a la combinación de las tres fuentes
sismogénicas antes descritas. Luego, no es posible identificar un único evento u operación
entre las fuentes que reproduzca dicho escenario en la cuenca de Santiago.
155
Figura 6‐18: Criterios para selección de movimientos sísmicos de diseño
Cada uno de los siguientes mapas fue desarrollado empleando el programa elaborado por Leyton
2007 denominado CalPelSis. Este requiere: a y b de G-R, Mmin, Mmax, lat y long de la estación
(en este caso punto central de cada celda que compone la zona de estudio grillada), código que
emplea a la correspondiente ley de atenuación conforme el parámetro a atenuar (pga ó IMM),
archivos con las fuentes sismogénicas modeladas mediante representación puntual de hipocentros
en cada rectángulo que representa la zona sismogénica (archivo.sour), periodo de vida útil (10,
50, 100 y 250 años) y probabilidad de excedencia respectiva a considerar (0,1;0,1; 0,05 y 0,02).
El programa entrega como output un archivo con la IMM alcanzada en cada celda (lat, long),
para la correspondiente probabilidad de excedencia y para el correspondiente periodo de vida útil
calculado. Esto puede ser exportado, para posteriormente hacer el cruce en un sistema de
información geográfico, SIG.
A continuación se presentan los mapas de isosistas sólo para el periodo de retorno de 475 años
(50 años vida útil, y 10% probabilidad de excedencia, correspondiente a estructura de carácter
habitacional como es el enfoque del presente trabajo) a los cuales no se les ha incorporado el
efecto de sitio.
Los demás periodos de retorno de interés, y los efectos, individual y conjunto, de las fuentes, se
muestran en el Anexo B, así como también los resultados obtenidos mediante las distintas leyes
de atenuación analizadas en este trabajo.
156
6.5.1 FUENTE INTERPLACA THRUST (475 AÑOS DE PERIODO DE RETORNO)
157
6.5.2 FUENTE INTRAPLACA DE PROFUNDIDAD INTERMEDIA (475 AÑOS DE PERIODO DE
RETORNO)
158
6.5.3 FUENTE CORTICAL CORDILLERANA (475 AÑOS DE PERIODO DE RETORNO)
159
6.5.4 EFECTO CONJUNTO DE LAS FUENTES (475 AÑOS DE PERIODO DE RETORNO, LEY
ATENUACION SILVA & LEYTON)
160
6.6 MAPAS DE PELIGRO SÍSMICO DETERMINISTICO PARA VARIABLE DE
INTENSIDAD
Representan las intensidades producidas por los eventos, pertenecientes a cada una de las fuentes
sismogénicas, considerados como los sismos más desfavorables y máximos creíbles, de acuerdo a
criterios y parámetros explicados anteriormente. Calculados a partir de las magnitudes máximas
históricas para cada fuente y empleando las leyes de atenuación obtenidas de Silva 2011, y en el
caso cortical la proporcionada por Leyton 2008 (sin publicar), se obtienen los mapas de DSHA
(6.6.1, 6.6.2 y 6.6.3) en los cuales no se a incorporado el efecto de sitio.
Para cotejar los resultados obtenidos a partir de los escenarios máximos creíbles por cada fuente
sismogénica, y en especial comparar las intensidades alcanzadas en la zona de estudio (cuenca de
Santiago), se recurre a los antecedentes históricos de los terremotos principales que han afectado
a Chile central, como se detalla en la Tabla 6-9.
Tabla 6‐9: Eventos desfavorables para Chile Central
Intensidad
Intensidad Máxima
Tipo Evento Descripción Magnitud Referencia
Máxima reportada en
Santiago
Valparaíso, Marzo 03 de IX.5 (San Menéndez,
Interplaca Thrust 7.8 VIII.5
1985 Antonio) 1991
Intraplaca Profundidad La Ligua, Marzo 28 de Eisenberg
7.1 X (La Ligua) VIII
Intermedia 1965 1972
Las Melosas, Septiembre Sepúlveda et
Cortical Cordillerano 6.6 – 6.9 IX (El Volcán) V
04 de 1958 al. 2010
En el caso de la fuente cortical las intensidades obtenidas por un sismo gatillado en la traza de la
Falla San Ramón, son mayores que las isosistas alcanzadas en el terremoto de Las Melosas
(Figura 6-19), esto responde en parte a lo que se menciona a continuación.
161
La falta de antecedentes para este tipo de fuente, junto con impedir calibrar adecuadamente una
ley de atenuación, no permite hacer una comparación robusta de intensidades reportadas. Esto
debido a la rápida atenuación que presentan estos sismos y su lejanía con áreas pobladas, los
escasos registros de daños estructurales y de infraestructura no son los suficientes como para
establecer las isosistas a partir de la distribución estadística de daños.
No es posible, por ende, comparar las intensidades obtenidas mediante el DSHA de la longitud de
ruptura considerada para la FSR, con las intensidades producidas por el único evento cortical con
reporte de daños, como es el terremoto de Las Melosas. Esto se debe a que los eventos responden
a distintas fallas geológicas generadoras, en un caso se asocia a un escenario producto de la FSR
y en el otro, de acuerdo a antecedentes preliminares estaría vinculado a la falla Chacayes Yesillo.
Por otro lado, como ya se mencionó anteriormente, el decaimiento de las intensidades en este tipo
de eventos es bastante rápido teniendo peaks de IMM bastante altos, por ende, la cercanía de la
falla a la zona de estudio es un factor clave para estimar los daños producidos en la zona
epicentral. Es decir, por ejemplo la FSR se ubica en el límite oriental de la Cuenca de Santiago (a
aproximadamente 12 km), a diferencia del epicentro del terremoto de Las Melosas que se ubicó
al interior del valle del río Maipo a 65 km al este de Santiago (Sepúlveda et al. 2010), esta
diferencia de distancias epicentrales permitiría explicar las mayores intensidades en el eventual
escenario de ruptura de un determinado segmento de la FSR.
Un estudio reciente del terremoto de Las Melosas (1958), ha estimado que sismos corticales de
M~7.0 pueden generar IMSK máximas de hasta IX grados, sin considerar efectos de sitio
(Sepúlveda et al., 2008).
162
Figura 6‐19: Isosistas Terremoto de Las Melosas, 1958.
163
6.6.1 FUENTE INTERPLACA THRUST
164
165
6.6.2 FUENTE INTRAPLACA DE PROFUNDIDAD INTERMEDIA
166
167
6.6.3 FUENTE CORTICAL CORDILLERANA
168
169
170
CAPITULO 7 EVALUACION DE RIESGO SISMICO
La forma más común de obtener riesgo sísmico, mediante el análisis separado de vulnerabilidad
sísmica estructural y peligro sísmico (evaluación probabilística), es a través de grados de daños
en las estructuras e infraestructura consideradas. A partir de ellos, se pueden derivar análisis de
eventual población y servicios afectados, y las correspondientes medidas consideradas, como
habilitación de albergues, destinación de recursos a las áreas mayormente comprometidas, etc.
Para la evaluación de riesgo sísmico, en su mayoría la bibliografía revisada obtiene los grados de
daño mediante la aplicación de software comerciales (con enfoque en cuantificaciones
económicas de las perdidas), o bien en el ámbito académico mediante el empleo de la Escala
MSK o de su actualización y adaptación (Escala EMS), a través de la asignación de clases de
vulnerabilidad (variable cualitativa) a las tipologías constructivas que se deseen evaluar (y según
criterio experto). En general, no se incorpora ningún enfoque cuantitativo de evaluación de la
vulnerabilidad, como lo que se propone preliminarmente en este estudio. Por ello, uno de los
aportes novedosos es la curva propuesta que relaciona la variable dependiente de grado de daño
promedio con las variables independientes, índice de densidad de muros en viviendas de
albañilería reforzada, y la intensidad reportada, ambas variables cuantitativas continuas.
Dado que por definición un estudio de riesgo sísmico hace referencia a la probabilidad de exceder
un cierto umbral de daños o pérdidas económicas, el cruce de información para obtener riesgo
debe provenir (en estricto rigor) del enfoque probabilístico de peligro sísmico, incorporar el
efecto de sitio según propuesta de la Tabla 6.6, y los resultados de vulnerabilidad obtenidos
anteriormente. En este capítulo de todas maneras se incluye un breve análisis de riesgo
proveniente del DSHA, solo con fines referenciales de presentar los escenarios extremos
considerados.
Los mapas de riesgo sísmico generados en el presente capitulo, toman en consideración sólo los
escenarios de peligro sísmico para una vida útil de 50 años y 10% de probabilidad de excedencia,
como lo sugiere la Figura 6-18 para el caso de viviendas. Los restantes mapas de peligro podrían
ser empleados para evaluar el riesgo de otro tipo de estructuras, ya que solo se requiere la
superposición espacial de esta capa de información, con la de vulnerabilidad.
171
Se presentan a continuación dos enfoques alternativos de riesgo sísmico estructural en los
conjuntos habitacionales considerados dentro de la Región Metropolitana. En consecuencia con
lo desarrollado en el capítulo de vulnerabilidad, el primero emplea la clasificación de los
conjuntos mediante “Clases de Vulnerabilidad “ asimiladas a ambas muestras, y las intensidades
generadas por los distintos escenarios de los análisis de PS probabilístico. El segundo resultado
de riesgo sísmico estructural, se expresa mediante el empleo de la función de riesgo propuesta Gd
[I, (d/n)%], la que recoge la intensidad de cada PSHA considerado, y el índice de densidad de
muros calculado para cada estructura analizada. Este último enfoque, es el que se presenta en
formato de mapas de riesgo sísmico.
El objetivo de presentar dos resultados alternativos de los eventuales daños experimentados por
los conjuntos habitacionales considerados, dado los escenarios de amenaza modelizados, apunta a
un interés de ganar resolución en cuanto a la evaluación de la vulnerabilidad. Por ello, se abrieron
dos frentes de análisis, pues mediante la asignación de clases pierdo generalidad al clasificar con
una misma Clase conjuntos que sé que dada su conformación, diseño y construccion, responderán
de distinto modo frente a una acción sísmica, aspecto de diseño que recoge el índice de densidad
de muros.
En los Gráfico 7-2,Gráfico 7-4, Gráfico 7-6 y Gráfico 7-7 se presentan las distribuciones de
grados de daños alcanzadas en los conjuntos de la Muestra 1 y 2, obtenidos según la Escala MSK,
producto de los escenarios generados en los análisis de peligro sísmico probabilístico para cada
fuente sismogénica analizada. Esta distribución de daños se obtiene de la Tabla 2-11, usando
como entrada, por un lado las intensidades producidas por el análisis de peligro y por otro, la
172
respectiva clase de vulnerabilidad asignada para cada conjunto, sin considerar movilidad de ésta.
Esto permite conocer el escenario de riesgo mediante la distribución de grados de daños en los
conjuntos considerados, exponiendo un resultado de afectación más benévolo que lo que produce
el enfoque mediante la vulnerabilidad evaluada con índices de densidad de muros.
Considerando las isosistas ploteadas en el mapa del ítem 6.6.3 y las clases de vulnerabilidad
asignadas a ambas muestras, la distribución de daños esperada en los conjuntos habitacionales
por acción del escenario más desfavorable (DSHA) correspondiente a la fuente cortical (ruptura
segmento central, de longitud L/2 del largo mapeado de la falla San Ramón y empleando relación
de atenuación de la Ec. 6.17), es la que se muestra en el Grafico 7-1. Este gráfico presenta una
distribución de daños dada por un escenario extremo.
Gráfico 7‐1: Distribución daños en conjuntos considerados, escenarios DSHA cortical.
Distribucion de grados de daños esperados segun Escala MSK, en viviendas
sociales muestreadas y DSHA fuente cortical (tramo medio norte FSR)
15478
13298 30%
26%
6148
12%
9935
20%
1574
3% 4495
9%
173
Gráfico 7‐2: Distribución daños en conjuntos considerados, escenarios PSHA cortical cordillerana.
Distribucion de grados de daño en Conjuntos Sociales considerados, usando distribucion
estadistica de daños dada por Escala MSK, segun clases de vulnerabilidad y PSHA fuente cortical
cordillerana
50%
45%
40%
35%
37%
30%
25%
20% 31% 30%
22%
15% 33%
16%
10%
5% 10% 16% 1% 0% 0%
3%
0%
0 1 2 3 4 5
Grados de daños
sin sitio con sitio
Gráfico 7‐3: Distribución daños en conjuntos, escenario DSHA interplaca
Distribución de grados de daños esperados segun Escala MSK, en viviendas
sociales muestreadas producto DSHA fuente interplaca.
283
1%
4008
3675 8%
7% 11564
23%
12955
25%
18442
36%
174
Gráfico 7‐4: Distribución daños en conjuntos considerados, escenario PSHA interplaca
Distribucion de grados de daño en Conjuntos Sociales considerados, usando distribucion
estadistica de daños dada por Escala MSK, segun clases de vulnerabilidad y PSHA fuente
interplaca tipo thrust
50%
45%
40%
35%
30% 42%
25%
20% 25%
36% 23% 29%
15%
10% 20%
5% 7% 5% 9% 0% 1%
3%
0%
0 1 2 3 4 5
Grados de daño
sin sitio con sitio
Gráfico 7‐5: Distribución daños DSHA Intraplaca profundidad intermedia
Distribución de grados de daños esperados segun Escala MSK, en viviendas sociales
muestreadas segun DSHA fuente intraplaca prof. intermedia
17508 15487
34% 30%
6389
10113 1342 13%
20% 3%
89
0%
En el Gráfico 7-6 se muestra la distribución de grados de daño esperados dada por la Escala
MSK, a través de las intensidades generadas por un PSHA de esta fuente intraplaca.
175
Gráfico 7‐6: Distribución daños fuente Intraplaca profundidad intermedia, escenario PSHA
Distribucion de grados de daño en Conjuntos Sociales considerados, usando distribucion
estadistica de daños dada por Escala MSK, segun clases de vulnerabilidad y PSHA fuente
intraplaca prof. intermedia
50%
45%
40%
35% 41%
36%
30%
25% 28% 37%
20%
15%
10% 20% 27%
5% 0% 1% 0% 0%
0% 2% 8%
0 1 2 3 4 5
Grados de daño
sin sitio con sitio
En el Gráfico 7-7 se muestra la distribución de grados de daño esperados según la escala MSK, a
través de las intensidades generadas por un PSHA del efecto conjunto de las fuentes, y la
respectivas clases de vulnerabilidad asignadas a los conjuntos habitacionales SERVIU
considerados en este estudio.
Gráfico 7‐7: Distribución daños efecto conjunto de las fuentes, escenario PSHA.
Distribucion de grados de daño en Conjuntos Sociales considerados, usando distribucion
estadistica de daños dada por Escala MSK, segun clases de vulnerabilidad y PSHA Efecto Conjunto
de las Fuentes
50%
45%
40%
35%
30%
25% 42%
20%
25% 36%
15%
10% 19% 29%
23%
5% 7% 5% 9% 0% 1%
3%
0%
0 1 2 3 4 5
Grados de daño
sin sitio con sitio
176
7.2 EVALUACION RIESGO SISMICO MEDIANTE FUNCIÓN GD [I, (d/n)%]
Se plantea en este ítem, entregar un escenario de riesgo sísmico generado por las fuentes
sismogénicas que influyen en un PSHA de la Región Metropolitana y cuantificar las viviendas
afectadas en distintos rangos de severidad, lo que permite una visualización de un escenario en el
cual los tomadores de decisión puedan barajar aspectos que se desprender de la condición de
afectación de las viviendas sociales, tales como población y recursos comprometidos, nivel de
damnificación, estimar montos de inversión en reconstrucción, etc.
Para la obtención de la curva de riesgo propuesta, en primera instancia se plotearon los daños
observados en la Muestra 1 versus la intensidad reportada en las respectivas comunas y el índice
de Meli calculado para dichos conjuntos habitacionales (Gráfico 5-20). Esta distribución y la
presentada en el Gráfico 7-8 se obtuvieron empleando los software Matlab y Surfer
respectivamente.
En el Gráfico 7-8 se observan tres puntos outlying encerrados con un círculo rojo, éstos pueden
corresponder a un error en el cálculo del índice de Meli o bien efectivamente a construcciones
con bajo grado de daño pese al bajo Meli y la alta intensidad que experimentaron, o también a
una indebida asignación de la IMM reportada. Salvo estos puntos anómalos, en general presentan
un comportamiento bastante intuitivo, pues los mayores grados de daño se concentran en la
177
esquina inferior derecha, que corresponde a la zona de mayor intensidad y menores índices de
densidad de muros. Del mismo modo, la esquina superior derecha, en donde pese a tener
intensidades altas, dado que son conjuntos con altos índices de Meli, presenta grados de daño
promedios bajos.
Gráfico 7‐8: Distribución del grado de daño según intensidad e índice de Meli
De acuerdo al grafico anterior y al Grafico 5-20, es intuitivo esperar que el comportamiento sea
de forma similar a una Curva Logística o Curva S, cuya ecuación general es de la forma que se
plantea en la Ec. 7.1. En este caso, se busca una curva que tenga dos variables independientes con
comportamiento inverso en relación a la variable dependiente (grado de daño promedio
observado), es decir, el grado de daño aumenta con la intensidad macrosísmica y disminuye a
medida que aumenta el índice de densidad de muros. Este tipo de curva representa un crecimiento
de una variable hasta que llega a un punto en que la tasa de crecimiento se frena.
Por esta razón, es que se planteó un modelamiento numérico de la curva en 2D como se muestra a
continuación en su forma general.
Ec.(7.1)
178
Donde:
K = lim M (t Æ∞)
Mo = M(t=0)
r = constante de decaimiento de la curva S (logística).
I −5
rI ⋅
12 − I (Ec.7.2)
e
Gd ( I , ( d / n )%) = K ⋅ I −5
rI ⋅
rm ⋅ m
e + e 12 − I
− 1
Tras calibrar los coeficientes de la ecuación 7.2 y minimizar la dispersión de los datos (daños
observados v/s modelados), en relación a la intensidad reportada y al índice de Meli, resulta, la
Ec. 7.3. I −5
6 .7 ⋅
12 − I
e
Gd ( I , ( d / n )%) = 5 ⋅
6 .7 ⋅
I −5 (Ec. 7.3)
6 .4 ⋅m
e + e 12 − I
− 1
La curva anterior de la Figura 7-1 ha sido calibrada considerando las intensidades reportadas en
las comunas donde se cuenta con la distribución de daños de la Muestra 1, y a cuyos conjuntos se
les ha calculado el índice de densidad de muros normalizado por número de pisos (d/n)%.
Figura 7‐1: Función de riesgo propuesta. Gdprom(IMM, (d/n)%)
Se considerará que los conjuntos analizados de la RM que presenten grado de daño igual o
superior al nivel severo (G3) serán viviendas en donde eventualmente se requiera desalojar a gran
parte de sus moradores. Para el escenario más desfavorable, el generado por la acción conjunta de
las fuentes sismogénicas consideradas en la zona central (y para el análisis probabilístico de 50
179
años y 10% de probabilidad de excedencia), se estimarían alrededor de 135.000 personas (si se
considera en promedio 4 habitantes por vivienda) las que se encontrarían en situación de que sus
conjuntos habitacionales presentarían grados de daños 3 y superior. Solo a modo referencial se
menciona que producto del terremoto del 27 de febrero más de 75.000 familias a nivel nacional
fueron declaradas en condición de inhabitabilidad, en primera evaluación recogida por el Centro
de Alerta Temprana de ONEMI (2010), mientras que el peak nacional de damnificación
registrado correspondió a 824.015 personas.
En el Gráfico 7-9 se presenta el grado de daño promedio obtenido en los conjuntos cuando se
aplica la función dada por la Ec. 7.3. Se comparan los resultados considerando y no el efecto de
sitio considerada dado los antecedentes de Leyton et al.2010.
De los resultados presentados a continuación, se concluye que los porcentajes de grados de daño
promedio producto del escenario probabilístico de la fuente cortical cordillerana, son similares
pero levemente más severos que los efectos generados por la fuente intraplaca. Se obtiene que
cerca de un 35% de las viviendas consideradas alcanzarían niveles de daño leve (G0 y G1), y
cerca de un 30% presentarían niveles de daño grave (G4 y G5).
Gráfico 7‐9: Distribución daños en conjuntos considerados, escenarios PSHA cortical cordillerana.
Distribucion de grados de daño promedio en Conjuntos Sociales considerados,
usando funcion de Riesgo (Meli, IMM). Fuente cortical cordillerana
50.0
45.0
40.0
35.0
30.0
25.0
20.0 23.3
21.7
15.0 24.0
19.4 17.8 17.8
12.4
10.0
9.3 11.615.5
15.5 11.6
5.0
0.0
0 1 2 3 4 5
sitio s/sitio
180
7.2.2.1 Mapa de riesgo probabilístico fuente cortical
181
182
7.2.3 RIESGO SÍSMICO SEGÚN FUENTE INTERPLACA THRUST
En el Gráfico 7-10 se presenta el grado de daño promedio obtenido en los conjuntos cuando se les
aplica la función de riesgo (Ec. 7.3). Se comparan los resultados cuando no se considera el efecto
de amplificación del valor de IMM asociado a la respuesta de sitio, y cuando se incorpora el
respectivo incremento. (A partir de propuesta de Leyton et al.2010).
Del grafico 7- 10 se observa la similitud entre el escenario generado por la fuente interplaca y el
efecto conjunto de las fuentes (Grafico 7-9), lo que ratifica la predominancia del aporte de la
fuente tipo thrust.
Gráfico 7‐10: Distribución daños en conjuntos considerados, escenario PSHA interplaca
Distribucion de grados de daño promedio en Conjuntos Sociales considerados,
usando funcion de Riesgo (Meli, IMM). Fuente interplaca tipo Thrust.
50.0
45.0
40.0
35.0
30.0
37.2
25.0
28.7
20.0
34.1 23.3
15.0 18.6
10.0 17.8
sitio s/sitio
Los resultados anteriores representan el escenario más desfavorable en cuanto a riesgo sísmico
estructural (similar a lo alcanzado por el PSHA proveniente del efecto conjunto). El porcentaje de
viviendas consideradas que alcanzaría un grado de daño promedio cercano a 5 corresponde a más
de 20%, y cerca del 25% alcanzaría un nivel de daño leve, lo que subestima el comportamiento
observado. Esto se debe en parte a la elección conservadora de los límites del índice de Meli.
183
7.2.3.1 Mapa de riesgo probabilístico fuente interplaca thrust
184
185
7.2.4 RIESGO SÍSMICO SEGÚN FUENTE INTRAPLACA DE PROFUNDIDAD
INTERMEDIA
En el Gráfico 7-11 se presenta el grado de daño promedio obtenido en los conjuntos sociales
cuando se les aplica la función dada por la Ec. 7.3 (empleando el índice de Meli calculado, y el
valor de las intensidades alcanzadas en cada conjunto producto de la modelización del escenario
de peligro sísmico). Se comparan los resultados considerando y no, el efecto de amplificación de
la respuesta de sitio adoptado en el presente trabajo (según propuesta de Leyton et al.2010).
Gráfico 7‐11: Distribución daños fuente Intraplaca profundidad intermedia, escenario PSHA
Distribucion de grados de daño promedio en Conjuntos Sociales considerados,
usando funcion de Riesgo (Meli, IMM). Fuente intraplaca de profundidad intermedia.
50.0
45.0
40.0
35.0
30.0
25.0
20.0 25.6
15.0 22.5 20.2
14.7 19.4
18.6 14.0 15.5
10.0 19.4 14.0
5.0 7.8 8.5
0.0
0 1 2 3 4 5
sitio s/sitio
186
7.2.4.1 Mapa de riesgo probabilístico fuente intraplaca profundidad intermedia
187
188
7.2.5 RIESGO SÍSMICO SEGÚN EFECTO CONJUNTO DE LAS FUENTES
En el Grafico 7-12 se presenta el grado de daño promedio obtenido por un PSHA en las viviendas
cuando se les aplica la función de la Ec. 7.3. Se comparan los resultados considerando y no, el
efecto de sitio adoptado (Leyton et al.2010). Cerca del 25% de las viviendas alcanzaría un nivel
de daño leve, mientras que más de un 50% presentaría un nivel de daño grave, siendo el escenario
más desfavorable representado.
Respecto de lo severo de este escenario de riesgo, se debe tener en cuenta que proviene de un
análisis de PS probabilístico para 50 años de vida útil (y 10% probabilidad de excedencia), y de
una función de riesgo calibrada con criterios conservadores. Por ende, es fundamental saber
interpretar los resultados aquí presentes, sin intentar comparar con escenarios como los
experimentados por el terremoto del `85, y teniendo en cuenta que los resultados son válidos y
representativos de la muestra de viviendas considerados (restringidos a los periodos constructivos
en donde en su mayoría, no cuentan con ningún diseño sísmico ad hoc a la tipología). Con ello se
pretende resaltar que no es recomendable extrapolar estos resultados a todo el universo de
viviendas sociales construidas por el Serviu en la Región Metropolitana, ya que el resultado que
se obtendría tendería a subestimar el comportamiento sísmico de la totalidad de los conjuntos.
Gráfico 7‐12: Distribución daños efecto conjunto de las fuentes, escenario PSHA.
Distribucion de grados de daño promedio en Conjuntos Sociales considerados,
usando funcion de Riesgo (Meli, IMM) . Efecto Conjunto de las Fuentes.
50.0
45.0
40.0
35.0
30.0 38.8
25.0
27.1
20.0
34.1 23.3
15.0 18.6
10.0 17.8
sitio s/sitio
189
7.2.5.1 Mapa de riesgo probabilístico efecto conjunto de las fuentes
190
191
CAPITULO 8 COMENTARIOS, RECOMENDACIONES Y
CONCLUSIONES
El nivel y la calidad de la información recabada son los factores que marcan el éxito posterior de
los resultados de cualquier metodología de evaluación que se quiera emplear. Especial
importancia juegan en este sentido las fichas de levantamiento que se elaboren para recopilar los
datos de las estructuras catastradas, debido a que si ellas son sencillas (pero completas) la tarea se
simplifica bastante y permite homologar criterio de los posteriores evaluadores. En la medida que
se amplíe el número de las muestras de viviendas estudiadas, las conclusiones que puedan
obtenerse a partir de la metodología seleccionada, serán mejores y más fidedignas.
192
de vulnerabilidad, fue la asignación de clases de vulnerabilidad, el cual también lleva consigo
incertidumbre dada la asimilación de clases, sin considerar movilidad de ellas.
Importante es considerar que no basta contar con altas densidades para tener un buen
comportamiento sísmico, sino que también es necesario presentar una buena disposición de las
líneas resistentes, así como también aspectos de regularidad en planta y elevación. Otros aspectos
importantes son también el estado de conservación de la vivienda, año de construcción,
integridad de las uniones de muros, calidad de los materiales constructivos, entre otros que
podrían permitir disminuir la dispersión que se presenta cuando se realiza el análisis de grados de
daños observados versus el índice de densidad de muros por unidad de piso.
Algunas de las principales razones que pudiera explicar la alta dispersión del índice de densidad
de muros, pudieran atribuirse a que el cálculo del índice de Meli tiene relación con la distribución
de muros en planta (en ambas direcciones), luego corresponde a un criterio netamente de diseño
estructural, es decir, lo que el plano presenta, sin considerar la etapa constructiva de una vivienda,
en la que sí se evidencian errores que condicionan el real comportamiento general de una
estructura. Estos pudieran ser, como ya se han planteado anteriormente, falencias en la integridad
de las conexiones entre muros, mala calidad de materiales empleados, modificaciones posteriores
a las viviendas que hacen mover la clase de vulnerabilidad, entre otros efectos posteriores al
diseño.
Sin duda, las metodologías desarrolladas en este trabajo se consideran fundamentales cuando son
estudios de vulnerabilidad estructural a escala regional, más aun que son recomendables dado su
adaptación a las construcciones mas repetitivas en Chile.
Comparando los límites obtenidos en el presente trabajo con lo expuesto en la Tabla 5-4, se
observa que para la obtención de grados de daño cero y uno, la densidad de muros por número de
pisos es similar pero levemente inferior que la propuesta por Küpfer (1993). Se destaca la
similitud de los valores encontrados, pese a las diferencias en el tamaño y naturaleza muestral de
ambos trabajos, ya que en esta tesis se han considerado albañilerías armadas y confinadas y
también viviendas de 1 hasta 4 pisos, que representan las tipologías de las viviendas sociales en la
región metropolitana, durante el periodo constructivo abarcado. Se concluye también que se tiene
incertidumbre respecto del valor límite en el rango de densidad de muros considerado para grados
193
4 y 5 ((d/n)% inferior a 0,50), dada los escasos y nulos reportes correspondientes a nivel grave.
Esto debido a que los reportes de intensidades con los que se ha calibrado el índice para este tipo
de viviendas, provienen de un solo sismo destructivo (marzo del ’85) y sin duda no es el peor
escenario para el Gran Santiago.
Se enfatiza que la metodología del índice de densidad constituye una herramienta de evaluación
rápida (índice de primer nivel) , confiable y de bajo costo, que permite junto con la asignación de
clases de la Escala MSK tener un diagnóstico de la vulnerabilidad y del nivel de daño que se
pueda esperar en un determinado tipo de construcción y bajo un cierto escenario sísmico, en la
medida que estos índices estén calibrados con la experiencia siniestral que han dejado los
terremotos, tal como lo mencionó Astroza et al. 2009.
Una alternativa que la autora deja planteada es emplear el grado de daño promedio obtenido
mediante la función de la Ec. 7.3, y entrar a la Tabla 2-10 (para la respectiva clase del conjunto
en cuestión) y comparar con la intensidad obtenida. Se sugiere explorar la relación entre ambos
indicadores de vulnerabilidad, a través de dicha matriz.
194
El comportamiento sísmico de las construcciones de albañilería de ladrillo reforzada (en especial
confinada) ha sido en general satisfactorio en estructuras de hasta 3 ó 4 pisos de altura, poniendo
de manifiesto la eficacia de confinar la albañilería con elementos de hormigón armado. Esto fue
uno de los comentarios que hizo Don Rodrigo Flores en su “Política de Protección Sísmica en un
país en Desarrollo” en el año 1979 y continúa siendo la apreciación de profesionales e ingenieros
relacionados con el diseño, la construcción, y la evaluación de daños en este tipo de estructuras,
siempre que se cumplan con las exigencias establecidas en la normativas vigentes.
El mal comportamiento sísmico observado en edificios de albañilería simple (no reforzada) tanto
en Chile (terremoto Valparaíso 1906) como en San Francisco (terremoto 1908) y el terremoto de
Messina, Italia en 1908, entre otros, demostraron la necesidad de reforzar la albañilería para
garantizar la integridad después que se agrietan los muros, con el propósito de evitar colapsos
parciales o totales. Dada la enseñanza internacional y nacional, es que surgen las primeras
Ordenanzas de construcción de viviendas de albañilería en zonas sísmicas (ej. Earthquake
Building Ordinances for Small Towns in the Earthquake Districts of Italy, 1927) y aparecen las
primeras clasificaciones en función de la vulnerabilidad sísmica estructural. En Chile, no ajeno a
la situación mundial, después del terremoto de Talca de 1928 se redactan los primeros
documentos técnicos con las disposiciones y limitaciones que debían cumplir los edificios de
albañilería (ej. Ordenanza General sobre Construcciones y Urbanización, 1931). Los beneficios
de dichas mejoras en la construcción quedaron de manifiesto con el terremoto intraplaca de
Chillán en 1939 (M~7.8) en donde resistieron de buena forma las viviendas de 1 y 2 pisos de
albañilería confinada, presentes en ese entonces en la ciudad de Chillán. Posteriormente, en los
años setenta, dada la necesidad de construir edificios multifamiliares de 3 y 4 pisos (atendiendo a
las inmigraciones desde las zonas rurales a nuevas zonas urbanas), se hicieron masivos las
construcciones con la modalidad de albañilería armada, sin ninguna normativa que dictaminara y
regulara el nuevo método constructivo, falencias que quedaron de manifiesto con el terremoto de
Chile Central en 1985. De esta forma, se redacta en Chile en 1986 la primera norma para
edificios de albañilería armada (NCh 1928) tomando como antecedente la norma estadounidense
(UBC, Uniform Building Code)), mientras que en 1997 se redacta la nueva norma para
estructuras de albañilería confinada (Nch2123) considerando las recomendaciones mexicanas.
(Astroza, exposición oral).
195
Como una forma de disminuir los costos en la vivienda social económica, se ha extremado el
aprovechamiento de los materiales mediante técnicas como reducción de secciones, bajas
cuantías de armaduras, mala o deficiente calidad de morteros, falta de detallamiento en
conexiones, ausencia de inspección en obra, no se respetan los criterios de diseño dados en la
normativa vigente, etc. los que hacen que la vivienda social sea considerada malamente y en
teoría, más vulnerable desde el punto de vista sísmico que otras tipologías constructivas. Sin
embargo, en la práctica, el desempeño de las viviendas SERVIU y de la albañilería confinada en
particular, en general ha sido satisfactorio en países con alta amenaza sísmica, como han sido los
resultados observados por ejemplo en México, Perú, Chile e incluso en China (terremoto Sichuan
M~8.0).
Las limitaciones en el diseño de la albañilería reforzada datan desde 1949 con la Ordenanza
General de Construcciones y Urbanización (OGUC), en donde se exigía que los muros de
albañilería de ladrillos se construyan entre pilares y cadenas de hormigón armado, salvo
excepciones definidas en el artículo 259. El uso de las disposiciones de limita a la construcción
de viviendas de 1 y 2 pisos, lo que fue aclarado en la versión del año 1962.
Con el reciente terremoto de febrero del 2010, se confirma el comportamiento satisfactorio de las
edificaciones construidas en albañilería reforzada y en general de conjuntos habitacionales
SERVIU. Referente a este aspecto se puede mencionar que solo el 6,7% del total de viviendas
destruidas corresponde a conjuntos Serviu, de éstas el 13,8% del total de viviendas con daño
mayor y el 24,4% del total de viviendas con daño menor. (ICC, 2010)
Algunos de ellos ya habían sido reparados luego del terremoto de Chile central en el año 1985,
dejando de manifiesto que las reparaciones y/o refuerzos se ejecutaron en su mayoría bajo criterio
experto, y permitieron mejorar la capacidad resistente del conjunto habitacional prolongando la
vida útil de la vivienda. Este aspecto es importante de mencionar, pues en ocasiones los propios
moradores, sin supervisión profesional, modifican las características de la estructura, haciendo
que esta cambie su clase de vulnerabilidad moviéndose a una clase más desfavorable.
9 Regularidad en planta,
9 Mantener una relación de aspecto en que el largo de la planta no sea superior a cuatro
veces el ancho.
197
9 Construcción simétrica de muros, para minimizar efectos torsionales. (“wall layout”)
9 Mantener las aberturas (ventanas y puertas) en la misma posición a lo largo de los pisos
de la vivienda
Fuente: Seismic Design Guide for confined Masonry Buildings, draft”. Meli & Astroza, et al
2010.
198
8.3 COMENTARIOS METODOLOGIA DE SENSIBILIDAD Y ANALISIS DE
MAPAS DE PELIGRO SISMICO GENERADOS
Uno de los primeros comentarios que la autora pretende destacar, es el beneficio de las
herramientas SIG para la elaboración de mapas de riesgo. Esta técnica ampliamente usada a nivel
mundial, permite no solo recolectar información y datos georeferenciados (para conocer sus
distribuciones espaciales), sino que además agregar ordenadamente capas de información de
diferente naturaleza (geología, ingeniería, economía, demografía, etc.), favoreciendo un análisis
integrado de las variables que se ven involucradas en todo estudio de riesgo, permitiendo además
generar escenarios dinámicos a los cuales se les puede actualizar información, a medida que esta
se va construyendo, haciendo más robustas las bases de datos y por ende más confiables los
estudios generados, para usos como por ejemplo en planificación territorial.
En relación a la creación y empleo de los arboles lógicos, se comenta que es posible extender el
árbol incorporando un nuevo nodo que indique la función de densidad de probabilidad empleada
para el análisis de PS, considerando por ejemplo tres ramas: Poisson, Weibull Truncada y
Weibull paramétrica. Se deja planteada esta recomendación para trabajos futuros en los que se
pueda caracterizar mejor las últimas dos metodologías. Se asume, entonces, que los arboles antes
presentados son representativos de la primera metodología probabilística, que emplea la función
de densidad de Poisson.
Otro nodo que se aconseja incluir es la modelación de las fuentes, pues se puede considerar la
grilla propuesta por Gudmunson & Sambridge (1998) (con un menor peso asociado, dada su
resolución mundial) y la rama de la referencia dada por Tassara (2006), la que tendría una mayor
probabilidad asociada debido a la escala continental empleada y a las técnicas geofísicas y de
mecanismos focales con los cuales se construyó la grilla de isoprofundidades del slab
subductado. Esta elección a la que se enfrenta quien realice el estudio de PS, modifica los
escenarios generados, producto de las diferencias en la ubicación de la zona de contacto,
kilómetros que no son despreciables para las leyes de atenuación empleadas.
Se recomienda además, para futuros trabajos en esta línea, el estudio de una eventual cuarta
fuente sismogénica de interés para el peligro sísmico en Chile Central y que pudiera incluirse en
los logic trees. Se hace referencia a la sismicidad cortical costera, la que se ha evidenciado
199
posterior al terremoto del 27 de febrero asociada a la activación de fallas en la corteza y
profundidades inferiores a 20 kilómetros. Será posible incorporarla a los estudios de PS siempre y
cuando sea posible caracterizarla previamente, mediante relaciones de G –R y de atenuación, lo
que requiere contar con una base de datos representativa para esta sismicidad observada.
Es importante destacar que los arboles lógicos propuestos en este estudio de peligro sísmico, son
los primeros en plantearse para la zona Central de Chile, por ello sin duda se irán
complementando y perfeccionando a medida que crezca el conocimiento de los diferentes
ámbitos involucrados.
En relación a los mapas de peligro sísmico probabilístico presentados en las secciones 6.5.1 a la
6.5.4 y en el Anexo C, se puede concluir algunos de los siguientes aspectos:
1.2. La disminución de las intensidades es lenta hacia el interior del continente (desde
Melipilla al oriente), decayendo unos pocos grados en más de 200 kilómetros. En
cambio en el sector costero la atenuación es más rápida, lo que concuerda con la
influencia individual de las fuentes en dependencia con la distancia.
1.3. Se pueden reconocer fácilmente el aporte local de las tres fuentes sismogénicas
involucradas, identificando las áreas de influencia de cada cual. En el caso de la
cuenca de Santiago, claramente predomina el aporte de la fuente intraplaca y cortical
debido a su cercanía, respectivamente. Pero en general para Chile Central la mayor
influencia está dada por la fuente interplaca Thrust, por ello se observa el decaimiento
de las intensidades a medida que aumenta la distancia hacia el oriente desde la zona de
contacto.
200
1.4. No es posible identificar la operación matemática que representa la distribución de
intensidades ocasionadas por las tres fuentes sismogénicas de manera conjunta.
1.5. Para la zona de interés (cuenca de Santiago), se observa que para 10 años de vida
útil las intensidades generadas alcanzan a valores levemente inferiores que VII.5, en
cambio para un periodo de vida útil correspondiente a 250 años, las intensidades
llegan a superar los IX grados.
1.6. La diferencia entre las contribuciones de las fuentes se hace más marcada a
medida que aumentan los periodos de vida útil a considerar. Es decir, por ejemplo en
el mapa de 10 años de vida útil, la diferencia entre las intensidades es levemente
superior a 1 punto siendo casi comparables los aportes de las fuentes interplaca,
intraplaca y cortical, mientras que en el mapa de 250 años de vida útil, la diferencia es
cercana a los 3 puntos entre el sector costero y el cordillerano, resaltando aun más el
predominio del efecto de la fuente tipo thrust en toda la zona de interés.
2.2. Se observa el rápido decaimiento de intensidades que tiene esta fuente, teniendo
un área de influencia además bastante limitada a la cercanía de la fuente. Esto se puede
concluir visualmente incluso, si se superponen los 4 mapas obtenidos (para los distintos
periodos de vida útil considerados en este trabajo), pues desde el limite occidental de la
cuenca de Santiago hacia el Oeste, las isosistas prácticamente no varían. La variación en
los valores de intensidades alcanzadas se circunscriben en un área de radio inferior a 50
kilómetros.
2.3. Presenta intensidades que superan los VII grados (para 10 años de vida útil) hasta
VIII (sector cercano a San José de Maipo).Crecimiento no tan diferenciado a medida que
aumentan los periodos de retorno, a diferencia de las otras fuentes.
201
3. Efecto fuente interplaca tipo thrust:
3.3. Las mayores intensidades se observan para 250 años correspondiendo en costa a
XI grados y en Santiago generando una IMM ~IX. Por otro lado las menores
intensidades (asociadas a periodo de vida útil de 10 años) producen en costa un valor
de VIII.5 y en Santiago un valor levemente superior a VII.
3.4. Es la fuente que produce las intensidades mayores en la región de estudio, para un
mismo periodo de recurrencia, por ende se ratifica su predominio en cuanto a
peligrosidad sobre Chile Central. En todos los casos, genera escenarios de
intensidades altas (superiores a VI en IMM).
4.1. En general decae menos de dos grados en un rango cercano a los 150 kilómetros,
presentando una atenuación más lenta que la obtenida para la fuente interplaca. Esto se
observa independiente de la ley de atenuación considerada y del periodo de retorno.
También se observa este fenómeno visualmente, pues el espaciado entre las isosistas
considerado (∆ 0,2) es más ancho que para las otras fuentes.
4.2. Se observa una cuasi simetría en las isosistas desde el borde W de Melipilla,
decayendo levemente más rápido hacia el occidente que hacia el oriente (se observan las
isosistas mas apretadas desde la iso_50 a la fosa que hacia el continente).
4.3. Las mayores intensidades se observan para 250 años ubicadas en la zona
correspondiente a la transición de fuentes sismogénicas (iso_50, que en estas coordenadas
coincide con el limite occidental de Melipilla) y alcanzan valores cercanos a VIII.5 grados
y en Santiago generando una IMM levemente superior a VII (VII.4 y VII.2).
202
4.4. Del mismo modo, las menores intensidades, asociadas a periodo de vida útil de 10
años, producen en el límite de ambas fuentes sismogénicas, un valor cercano a VI.5 y en
Santiago un valor levemente superior a VI (entre VI.2 y VI.4).
Es común en todos los mapas, independiente de la fuente considerada, que a mayores periodos de
vida útil considerados las intensidades generadas son mayores, esto se condice con que el periodo
analizado se acerca a los periodos de retorno de las fuentes sismogénicas.
Además es importante notar que a periodos de retorno grandes un PSHA tiende a parecerse a los
valores obtenidos mediante un análisis de DSHA para la respectiva fuente. A modo de ilustración
y con el objetivo de corroborar esta afirmación, se recurre al Gráfico 8-1 en donde se han
calculado algunos periodos de retorno (que permitan conocer la tendencia) y obtenido las
intensidades generadas por la fuente interplaca producto de un análisis probabilístico sobre una
coordenada en el centro de Santiago.
Como se observa en el Gráfico 8-1, para una vida útil por ejemplo de 2000 años y probabilidades
de excedencia cercanas a un 1%, se obtienen valores cercanos a IMM de IX.3, lo que concuerda
plenamente con el valor presentado en el mapa de la sección 6.6.1 (en el zoom corresponde al
valor de 9.36). Además se observa el crecimiento sostenido de las intensidades a medida que
aumentan los periodos de vida útil, hasta estabilizarse acercándose entonces a los valores
obtenidos mediante un DSHA.
203
Gráfico 8‐1: Intensidad en función del periodo de retorno (‐33.48; ‐70.65).
Intensidades sobre coordenada (‐33,48;‐70,65) por efecto de la fuente interplaca, Ley de
Atenuacion de Silva (2008)
10.0
9.24 9.27 9.28 9.28 9.29
9.08
8.86
9.0 8.56
7.95
8.0
Intensidad [IMM]
7.08
7.0
5.95
6.0
5.0
4.0
3.0
1 10 100 1000 10000 100000 1000000
Periodos de retorno [años]
De los mapas de riesgo sísmico presentados en las secciones 7.2.2.1 a la 7.2.4.1 provenientes del
enfoque probabilístico (para 475 años de periodo de retorno, con y sin efecto de sitio), se observa
un resultado concordante con los mapas de peligro sísmico. Es decir, el escenario causado por
efecto conjunto de las fuentes, es similar al ocasionado por la fuente interplaca, generando grados
de daño mayor que los causados por las otras dos fuentes sismogénicas sobre los conjuntos
habitacionales considerados, lo que corrobora el hecho de ser la fuente que predomina en la
amenaza sísmica para Chile Central. Los grados de daño promedio obtenidos mediante la función
Gd [I,(d/n)%] requiere de las isosistas calculadas por el programa CalPelSis (Leyton, 2007 para el
cálculo del peligro sísmico probabilístico) y el índice de Meli (enfoque cuantitativo de
vulnerabilidad), por ende es esperable que la fuente interplaca thrust y producto del efecto
conjunto de las fuentes, sean los escenarios de mayor riesgo para la Cuenca de Santiago.
El valor dado por la media y mediana de la distribución de daños (3,36 y 4,19 respectivamente,
considerando amplificación dada por Leyton et al. 2010) corrobora el efecto esperado sobre las
viviendas sociales a causa de la fuente interplaca (aplicando el criterio más conservador dado por
los rangos del índice de Meli establecidos). En el caso de la distribución de daños promedio
esperados por efecto conjunto de las fuentes, la media de la muestra corresponde al valor 3,37 y
la mediana a 4,23. Se puede agregar, que la fuente intraplaca produciría, en un periodo de vida
204
útil de 50 años, una distribución de grados de daños promedio en los conjuntos cuya media
corresponde a 2,22 y en el caso cortical el promedio sería 2,76.
Los mapas de riesgo antes presentados, permiten conocer en primera instancia cuáles serian los
efectos esperados sobre los conjuntos habitacionales, traducidos en grados de daño promedio.
Estos resultados son consecuencia de la amenaza sísmica proveniente de las distintas fuentes
sismogénicas caracterizadas para la zona, y permiten identificar los escenarios más riesgosos a
los que están expuestas las viviendas sociales consideradas.
Los resultados de riesgo exhiben grados de daño promedio en torno al nivel grave (G4 y G5).
Esto se explica en gran medida por las consideraciones siguientes: a) Se utilizó un análisis de
peligro sísmico probabilístico (50 años de vida útil y 10% de probabilidad de excedencia) lo que
genera intensidades cercanas a IX para la fuente sismogenica más desfavorable, y b) criterio
conservador al establecer la función de riesgo Gd [I, (d/n)%].
A modo de antecedente, se menciona que la frecuencia de los terremotos se puede relacionar con
el daño en estructuras de acuerdo al Potencial Destructivo (PD) de Araya y Saragoni (1980) y
Araya y Saragoni (1984). Este relaciona el daño con la Intensidad de Arias y la Intensidad de
Cruces por Cero de los registros de aceleraciones. Se define el Potencial Destructivo (PD) de un
acelerograma como se muestra en la Ec. 6.28:
IA
PD = (Ec. 6.28)
ν o2
Donde:
205
ν0 = número de cruces por cero por segundo o intensidad de cruces por cero del registro de
aceleraciones.
IA: intensidad de Arias, definida a su vez por Arias en 1969 como sigue:
π to
⋅ ∫ ü s (t ) dt
2
IA = (Ec. 6.29)
2g 0
Donde,
üS = aceleración del suelo, t0 = duración total del movimiento, g = aceleración de
gravedad.
Para que ocurra daño el PD debe ser > 4 [cm·seg] relacionado con una IMM de VI a VII, lo que
corresponde al inicio del daño en estructuras son diseño sísmico (Saragoni et al, 1989).
Tras el terremoto que experimentó nuestro país en febrero del 2010, es que se reafirma la
necesidad de hacer estudios en el área de la sismología, incorporar a estas líneas de investigación
estudios que se materialicen en mejoras concretas en planificaciones y ordenamientos
territoriales, y en estudios de amenazas tendientes a reducir el riesgo sísmico en Chile.
Es por ello, un desafío trabajar en equipos multidisciplinarios con el objeto de caracterizar mejor
la actividad sísmica nacional e integrar dicho conocimiento a otras disciplinas como la ingeniería,
con el propósito de reducir al máximo aquellos casos en los que se evidencian falencias
estructurales o de interacción desfavorable entre suelo - estructura, por falta de criterio o de
desconocimiento. Errores que se traducen, lamentablemente, en pérdidas de vidas humanas,
materiales y productivas, ante la ocurrencia de este tipo de desastres de origen natural.
206
BIBLIOGRAFÍA
1. Acero Comercial S.A, Empresa del Grupo CAP; 1986.” El Sismo de Marzo 1985, Chile”.
11. Armijo, R., Rauld, R., Thiele, R., Vargas, G., Campos, J., Lacassin, R., and Kausel, E.;
2009. “An Andean mega-thrust synthetic to subduction: San Ramón Fault and seismic
hazard for Santiago (Chile)”; Submitted to Tectonics.
207
12. Astroza M, Román S, 2009.”Vulnerabilidad sísmica de las viviendas de albañilería de
bloques de hormigón construidas en el norte de Chile”. XVII Jornadas Chilenas del
Hormigón, 21 al 23 de octubre 2009.
13. Astroza, A. and Monge, R., 1991 “Seismic microzones in the city of Santiago. Relation
damage geological unit,” Proceedings of the Fourth International Conference on Seismic
Zonation, Vol.III, pp 595–601, Stanford, California.
14. Astroza, M., Sandoval, M., and Kausel, E. 2005. “Estudio comparativo de los efectos de
los sismos chilenos de subducción del tipo intraplaca de profundidad intermedia”. IX
Jornadas Chilenas de Sismología e Ingeniería Antisísmica, Paper A01–05, Concepción,
Chile.
15. Avalos, Patricio; 1987. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de marzo de 1985 en la
Región Metropolitana, comuna de Las Condes”. Memoria para optar al título de Ingeniero
Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
16. Barbat, Alex; Pujades, Luis; 2004. “Evaluación de la Vulnerabilidad y del Riesgo Sísmico
en zonas Urbanas. Aplicación a Barcelona”. Universidad Politécnica de Cataluña,
España.6º Congreso Nacional de Sismología e Ingeniería Sísmica.
17. Barrientos, S. 1980. “Regionalización sísmica de Chile”. Tesis para optar al grado de
magister en Ciencias, Universidad de Chile. Santiago de Chile.
18. Barrientos S., Vera E., Alvarado P., Monfret T., 2004. “Crustal seismicity in central
Chile”.Journal of South American Earth Sciences. Vol 16, 759-768.
19. Beauveal Celine; 2004. “Quantifying sensitivities of PSHA for France to earthquake
catalog uncertainties, truncation of ground motion variability and magnitude limits”.
Bulletin of Seismological Society of America, Vol. 94, No.5, pp.1579-1594.
20. Belmonte-Pool Villanueva, Jaime A. 1997. “Análisis del contacto sismogénico interplaca
a lo largo de Chile”. Tesis de Magíster en Ciencias (Inédito), Departamento de Geofísica,
Universidad de Chile
21. Bertholet, Patricio; 1989. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de marzo de 1985 en la
Región Metropolitana, comunas de Pudahuel y Lo Prado”. Memoria para optar al título
de Ingeniero Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
22. Bommer Julian, 2008. “The use and misuse of logic tres in Probabilistic Seismic Hazard
Analysis”. Earthquake engineering practice.
23. Boroschek K., Rubén y Retamales S., Rodrigo; 2004. “Guía para la reducción de la
Vulnerabilidad en el Diseño de nuevos Establecimientos de Salud”. Centro Colaborador
OPS/OMS de Mitigación de Desastres en Establecimientos de Salud, Universidad de
Chile.
208
24. Campos, Jaime, et al; 2005.Terremotos Corticales de Las Melosas 1958, Chusmiza 2001 y
Curicó 2004, un análisis comparativo de los terremotos de Northridge 1994 y Kobe 1995.
Nuevos antecedentes para el peligro sísmico en Chile. Congreso chileno de sismología e
Ingeniería Antisísmica, IX Jornadas 16 -19 noviembre 2005, articulo A01-28. Concepción
Chile.
25. Cao, Tianqing, et al.;1996. “Seismic Hazard from background seismicity in southern
California”. Bulletin of the Seismological Society of America, Vol. 86, No. 5, pp. 1372-
1381, October 1996.
26. Casaliggi, Alessandro; 1987. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de marzo de 1985 en
la Región Metropolitana, comuna de Puente Alto”. Memoria para optar al título de
Ingeniero Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
27. Centro Regional de Sismología para América del Sur (CERESIS), 1985. “Programa para
la mitigación de los efectos de los terremotos en la región andina”; Proyecto SISRA,
Lima.
28. Consejo Nazionale di la Ricerca (C.N.R.), Gruppo Nazionale per la Difensa Dai
Terremoto (G.N.D.T.); 1993a. “Rilevamento dell’Esposizione e Vulnerabilità Sismica
degli Edifici, Appendice Nº 1 alla Pubblicazione Rischio Sismico di Edifici Pubblici”
Parte I – Aspetti Metodologici, Roma, Italia.
29. Consejo Nazionale di la Ricerca (C.N.R.), Gruppo Nazionale per la Difensa Dai
Terremoto (G.N.D.T.); 1993b.” Rilevamento della Vulnerabilità degli Edifici in Muratura,
Appendice Nº 2 alla Pubblicazione Rischio Sismico di Edifici Pubblici”. Parte I – Aspetti
Metodologici, Roma, Italia.
30. Chandra, Umesh, et al.; 1979. “Attenuation of intensities in Iran”. Bulletin of the
Seismological Society of America, Vol. 69, No. l, pp. 237-250, February 1979.
33. Contreras, Leonardo; 1988. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de marzo de 1985 en la
Región Metropolitana, comunas de San Ramón y Lo Espejo”. Memoria para optar al título
de Ingeniero Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
34. Das, Sandip, et al; 2006. “A probabilistic seismic hazard analysis of Northest India”.
Earthquake spectra, volumen 22, N0. 1, pp. 1.27, February 2006.
35. Donoso, Héctor; 1988. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de marzo de 1985 en la
Región Metropolitana, comunas de Quilicura y Huechuraba”. Memoria para optar al
título de Ingeniero Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
209
36. Durán, Miguel Ángel; 1987. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de Marzo de 1985 en
la Región Metropolitana, Comuna de Peñalolén”. Memoria para optar al título de
Ingeniero Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
37. Eberl, Emiliano; 1987. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de marzo de 1985 en la
Región Metropolitana, comuna de Renca”. Memoria para optar al título de Ingeniero
Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
38. Eisenberg, A. et al 1972. “A preliminar y report the july 8, 1971 chilean earthquake”.
Bulletin of the Seismological Society of America. Vol° 62, No. 1, pp. 423-430. February,
1972.
39. Escobar E., Pedro; 1986. “Influencia del suelo de fundación del Gran Santiago en el
comportamiento sísmico”. Memoria para optar al título de Ingeniero Civil, Departamento
de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
40. Fercovic Musre, Gerardo; 1989. “Evaluación del riesgo sísmico del norte de Chile, entre
las latitudes 18º y 24º Sur”. Memoria para optar al título de Ingeniero civil, Departamento
de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
42. Flores A., Rodrigo; 1993. “Ingeniería Sísmica: El caso del Sismo del 3 de Marzo de
1985”. Centenario Instituto de Ingenieros de Chile, Chile.
44. Gent Franch, Kenneth; 2003. “Calibración del índice de vulnerabilidad del G.N.D.T. para
estructuras de Albañilería Confinada”. Memoria para optar al título de Ingeniero civil,
Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Concepción, Chile.
45. Giuliano M., Gian Mario; Aranda Villegas, Patricia; 2002 .“Índice Cualitativo de
Vulnerabilidad Sísmica aplicada a edificios en Concepción”. Departamento de Ingeniería
Civil, Universidad de Concepción y Unidad de Ingeniería SERVIU.
47. Grases J. (1989), "Peligro Sísmico con fines de Ingeniería", Revista Geofísica 31,
págs.261-279.
48. Grünthal, G. 1998. “European Macroseismic Scale 1998”. Conseil de l’Europe. Cahiers
du Centre Européen de Géodynamique et de Séismologie. Volume 15.
210
49. Gruppo Nazionale per la Difesa dai Terremoti, GNDT – C.N.R. 1993.”Rilevamento dell’
Esposizione e Della Vulnerabilità degli edifici. Istruzioni per la compilazione della
Schela di 1º livello, Appendice Nº 1, alla pubblicazione Rischio sismico di edificio
pubblici”
50. Guendelman, Tomas; Guendelman, Mario; Lindenberg, Jorge; 2005. “Perfil Bio – Sísmico
de Edificios”. IEC Ingeniería S.A.
52. Gudmundsson, O.; Sambridge, M. 1998. “A regionalized upper mantle (RUM) seismic
model”. Journal of Geophysical Research B4: 7121-7136.
53. Gupta, Ishwer.; 2002. “The state of art in seismic hazard analysis”. Journal of earthquake
technology, paper No. 428, Vol.39. No. 4, pp. 311 -346, december 2002.
54. Gutenberg, B.; Richter, Ch. 1944. Frequency of earthquakes in California. Bulletin of the
Seismological Society of America 34: 185-188.
55. Iratchet Orellana, Paul Marcel; 2000. “Estudio de la Vulnerabilidad Sísmica de la Ciudad
de Antofagasta, desde la perspectiva de las Estructuras y Servicios”. Memoria para optar
al grado de licenciado en Ciencias de la Ingeniería y al Título de Ingeniero Civil,
Universidad Católica del Norte, Facultad de Arquitectura, Construcción e Ingeniería
Civil, Departamento de Ingeniería Civil.
60. Krinitzsky, E., 2002. “How to combine deterministic and probabilistic methods for
assessing earthquake hazards”. Engineering Geology 70, 157 -163. October 2003
61. Kupfer Cauty, Marianne; 1993. “Evaluación de las disposiciones del anteproyecto de
norma de albañilería confinada NCh 2123c90”. Memoria para optar al título de Ingeniero
Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
211
62. Labbé, J.; 1976. “Relaciones macrosísmicas para la evaluación del riesgo sísmico en
Chile y California”. Memoria para optar al título de ingeniero, Departamento de
Ingeniería Civil. Universidad de Chile.
64. Lapajne, Janez, et al.; 2003. “Probabilistic Seismic hazard assessment methodology for
distributed seismicity”. Bulletin of the Seismological Society of America, Vol. 93, No. 6,
pp. 2502 - 2515, December 2003.
65. Lemoine, A, et al. 2002. “Slab-pull and slab-push earthquakes in the Mexican, Chilean
and Peruvian subduction zones”. Physics of the Earth and Planetary Interiors 132, 157–
175.
66. Letelier González, Viviana; 2003.“Calibración del índice de Vulnerabilidad Sísmica del
G.N.D.T. para edificios de Hormigón Armado”. Memoria para optar al título de Ingeniero
civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Concepción, Chile.
67. Levrini, Luis Eduardo; 1987. “Estudio de los efectos del sismo del 3/3/85 en la Región
Metropolitana, comuna de San Bernardo”. Memoria para optar al título de Ingeniero
Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
69. Leyton, Felipe; et al; 2010. “Reevaluación del peligro sísmico probabilístico en Chile
central”. Andean Geology, preliminar.
70. Lira, Andrés; 1987. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de marzo de 1985 en la Región
Metropolitana, comunas de Maipú y Cerrillos”. Memoria para optar al título de Ingeniero
Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
72. Malgrange M. and Madariaga R.; 1983. “Complex distribution of large thrust and normal
fault earthquakes in the Chilean subduction zone”. Octubre 1983. Geophys. J. R. Astro.
Soc. 73, 489–505.
212
73. Malgrange, M., Deschamps, A., Madariaga, R., 1981. “Trust and extensional faulting
under the Chilean coast: 1965, 1971 Aconcagua earthquakes”. Geophys. J. R. Astro. Soc.
66, 313–332.
74. Martin Aiquel, Andrés; 1990. “Hacia una nueva regionalización y cálculo de Peligro
sísmico en Chile”. Tesis para optar al grado de Magister en Ciencias, Mención Geofísica.
Universidad de Chile.
75. Martínez- Zaldivar Moreno, Margarita; 2006. “Plan de Actuación Sanitaria ante una
Emergencia Sísmica: Caso del Terremoto Destructor en el área Metropolitana de
Granada”. Capítulo III: Material y Métodos, pp. 116-200. Tesis Doctoral Universidad de
Granada, Departamento de Medicina. España.
76. Meli, Roberto; 1998. “Diseño sísmico de edificios de muros de mampostería; la practica
actual y el comportamiento observado”. UNAM, México.
77. Meli, Roberto, Astroza M. et al; 2010. “Seismic Design Guide for confined Masonry
Buildings, draft”. A Project of the World Housing Encyclopedia, EERI & IAEE with
funding support from Risk Management Solutions. April 2010.
78. Mendoza, Carlos, et al.; 1994. “Wide- Band of the 3 March 1985 Central Chile
Earthquake: Overall Source Process and Rupture History”. Bulletin of the Seismological
of America, Vol. 84, No.2, pp. 269 – 283. April 1994.
80. Molina, J; 2011. “Intensidades sísmicas del terremoto del 27 de febrero del 2010 en las
34 comunas del gran Santiago”. Memoria para optar al título de ingeniero civil,
Universidad de Chile. Santiago de Chile.
81. Monge, J. and Astroza, M., 1989. “Metodología para determinar el grado de intensidad a
partir de los daños,” V Jornadas Chilenas de Sismología e Ingeniería Antisísmica, vol. 1,
Santiago, Chile, pp. 483–49
82. Moreno, Rodolfo; Aguilar, Zenón; 2003. “Análisis de Riesgo Sísmico de la Ciudad de
Moquegua usando Sistemas de Información Geográfica”. XIV Congreso Nacional de
ingeniería Civil – Iquitos. Capítulo de Ingeniería Civil del Consejo Departamental de
Loreto del Colegio de Ingenieros de Perú.
83. Muñoz, Alejandro; Tinman, Marcos; 2001. “El Sismo de Arequipa del 2001 y la
Vulnerabilidad de las Edificaciones Peruanas”. Pontificia Universidad Católica del Perú.
84. Muñoz, Maribel; 2004. “Estudio preliminar de la vulnerabilidad sísmica de los edificios
de departamento de la comuna de Cerro Navia”. Memoria para optar al título de
Ingeniero Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
87. Orozco Narváez, Vicente y Reinoso Angulo, Eduardo; 2007. “Revisión a 50 años de los
daños ocasionados en la Ciudad de México por el sismo del 28 de Julio de 1957 con
ayuda de Investigaciones recientes y Sistemas de Información Geográfica”. Revista de
Ingeniería Sísmica No. 76 61-87.
88. Pinto, Joaquin; Astroza, Maximiliano; Monge, Joaquín; 1993. “Estudio de Riesgo Sísmico
de Viviendas en Santiago”. VI Jornadas Chilenas de Sismología e Ingeniería Antisísmica.
90. Ramírez de Alba, Horacio; Pichardo Lewenstein, Brenda y Arzate Cruz, Sandra;
2007.”Estimación de la vulnerabilidad sísmica de viviendas en zonas urbanas”.
91. Reyes Norwin; Sarria, Asier y Maltez, Julio; . “Metodología para la Determinación de la
Vulnerabilidad Sísmica en las Edificaciones”. Proyecto de Investigación UNI- SAREC,
Nicaragua.
92. Risso, Mario Alfredo; 1987. "Estudio de los efectos del sismo del 3 de marzo de 1985 en
la Región Metropolitana, comuna de La Granja". Memoria para optar al título de
Ingeniero Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
94. Rojas, Mario; 1988. “Estudio de los efectos del sismo del 3 de Marzo de 1985 en la
Región Metropolitana, Comuna Estación Central”. Memoria para optar al título de
Ingeniero Civil, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.
95. Romanoff, F. 1999. “Estudio del Peligro Sísmico en la Región Metropolitana”. Memoria
para optar al título de Ingeniero Civil, Universidad de Chile.
97. Safina Melone, Salvador; 2005. “Nº A04-01 Funciones de Vulnerabilidad para las
principales categorías de edificaciones en la ciudad de Caracas, Venezuela”. Congreso
chileno de Sismología e Ingeniería Antisísmica, IX Jornadas, 16 – 29 Noviembre 2005.
Concepción –Chile.
214
98. Safina Melone, Salvador; 2003. “Evaluación de la Vulnerabilidad Sísmica de los
Hospitales de Cataluña. Capítulo 10”. Tesis Doctoral Universidad Politécnica de
Cataluña, España.
100. Saragoni G R, Ruiz S. “Strong Ground Motion Attenuation Relationships for Chilean
Type Subduction Zone Earthquakes.” Sumitted to Seismological Research Letters, 2004.
101. Saragoni G R, Holmberg A, Sáez. A., 1989 “Potencial destructivo y destructividad del
terremoto de Chile de 1985.” 5as Jornadas Chilenas de Sismología e Ingeniería
Estructural. Santiago, Chile. Volumen 1, pp. 369-378.
103. Stepp, J.C. 1972. “Analysis of completeness of the earthquake sample in the Puget
Sound area and its effect on statiscal estimates of earthquake hazard”. In Proceedings of
the International Conference on Microzonation for Safer Construction 2: 897-910. Seattle,
Washington
104. Tapia, Patricio; et al.”Vulnerabilidad Sísmica de las Ciudades del Norte de Chile: Arica,
Antofagasta y Copiapó”. Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Católica del
Norte, Antofagasta, Chile.
105. Tassara, Andrés, et al; 2006. “Three dimensional density model of the Nazca plate and
the Andean Continental Margin”. Journal of geophisical researh, vol. 111.B09404.
107. Wells, D. and Coppersmith K., 1994. “New Empirical Relationships among Magnitude,
Rupture Length, Rupture Width, Rupture Area, and Surface Displacement”. Bulletin of
the Seismological Society of America, Vol. 84, No. 4, pp. 974-1002, August 1994
108. Zapata Martí, Ricardo; Caballeros, Rómulo; y Mora, Sergio; 2000. “Un tema de
Desarrollo: La reducción de la Vulnerabilidad frente a los Desastres”. CEPAL y el BID
para el Seminario “Enfrentando Desastres Naturales: Una Cuestión del Desarrollo”,
Nueva Orleans, 25 y 26 de marzo de 2000. BUILDING DESIGN FOR HOMELAND
SECURITY, Unit IV Vulnerability Assessment, FEMA. USA.
215
ANEXOS
Detalle del levantamiento de daños elaborado por un total de 21 memoristas de Ingeniería Civil
de la FCFM, de la Universidad de Chile, correspondiendo a 28 de las 34 comunas del Gran
Santiago: 1) Arancibia, 1987; 2) Arancibia, 1987; 3) Casaliggi, 1987; 4) Cholaky, 1987; 5)
Durán, 1987; 6) Eberl, 1987; 7) Elicer, 1987; 8) García, 1987; 9) Hernández, 1987; 10) Levrini,
1987; 11) Lira, 1987; 12) Richetti, 1987; 13) Risso, 1987; 14) Contreras, 1988; 15) Donoso,
1988; 16) García, 1988; 17) Infantas, 1988; 18) Lengues, 1988; 19) Rojas, 1988; 20) Sunkel,
1988; y 21) Bertholet, 1989.
219
ANEXO B. ASIGNACION DE CLASES CONJUNTOS CONSIDERADOS
220
ID AÑO COMUNA PROYECTO Meli Conjunto pisos Tipo_estructura CLASE_MSK
62009 1997 La Granja Los Rosales II 0,516 3 Armada C
62002 1991 La Granja Benjamin Subercaseaux 0,681 3 Confinada C
62005 1993 La Granja Lago Chungara I 0,798 3 s/i B
62004 1989 La Granja La Serena 0,940 2 Armada B
62015 1989 La Granja San Gregorio 0,553 2 Armada B
61303 1987 Las Condes Yolanda ‐ La Escuela 0,808 3 Armada C
63213 1996 Lo Prado Sor Sara Faundes (Los Tamarindos) 0,489 3 Armada C
63212 1993 Lo Prado San Valentin 0,700 3 s/i B
63203 1994 Lo Prado Eduardo Frei Montalba (Juan Pablo II) 0,883 3 Armada C
63208 1997 Lo Prado Lo Prado 0,175 3 Armada C
63205 1992 Lo Prado Guacolda (Conj, Habit, Loyola) 0,571 3 s/i B
63209 1995 Lo Prado Monseñor Enrique Alvear (Lago Ranco) 0,608 3 Armada C
63204 1990 Lo Prado Galvarino 0,756 3 Armada C
63210 1989 Lo Prado Parque Intercomunal Poniente 0,220 3 Armada C
63214 1994 Lo Prado Universidad Gabriela Mistral II 1,024 1 Armada C
63202 1988 Lo Prado Coronel Bueras (O'Higgins) 0,257 4 Armada B
61601 1989 Macul Cumbres Andinas 0,399 3 Armada C
61603 1990 Macul Fundacion de Macul 0,711 3 Armada C
61604 1986 Macul Las Codornices I 0,882 3 Armada B
61606 1988 Macul Nueva Quillin 0,421 3 Armada B
63012 1998 Maipu Heroes de Iquique I, tipo C1 0,226 3 Armada C
63012 1998 Maipu Heroes de Iquique I, tipo C 0,205 3 Armada C
63004 1999 Maipu Carlos V (San Jose / San Arturo) 0,754 3 Confinada C
63002 1996 Maipu Bernardo O'Higgins II (Javiera Carrera) 0,761 3 Armada C
Bernardo O'Higgins (Valle de la
63001 1995 Maipu 0,798 3 Armada C
Esperanza III)
63003 1992 Maipu Borgoño 0,629 2 Armada C
63020 1990 Maipu Sofofa (Los Industriales) 0,936 1 Armada C
63009 1986 Maipu El Despertar XXIV 1,216 3 Confinada B
63018 1990 Maipu San Luis IV Sector I 1,177 2 Confinada C
64540 1999 Puente Alto Quitalmahue 2,708 3 Armada C
64523 1998 Puente Alto Los Conquistadores (Hernan Cortez) 2,013 3 Armada C
64518 1991 Puente Alto La Frontera 3,386 1 Confinada C
64502 1993 Puente Alto Arco Iris del Sur II 2,454 2 Confinada C
64549 1991 Puente Alto Sor Teresa 1,281 2 s/i B
64516 1996 Puente Alto Francisco Coloane 0,847 3 Armada C
64503 1994 Puente Alto Caleuche (Chiloe) 0,739 3 Confinada C
64528 1997 Puente Alto Marta Brunet I y II, crujia simple 0,593 3 Armada C
64528 1997 Puente Alto Marta Brunet I y II, crujia doble 0,691 3 Armada C
64517 1992 Puente Alto Horizonte 0,608 1 s/i B
64508 1992 Puente Alto El Duraznal (Primavera) 2,013 2 Armada C
64521 1991 Puente Alto Los Canales I (Gabriela IV) 1,801 2 Armada C
64537 1993 Puente Alto Padre Hurtado 0,655 3 Armada C
64551 1995 Puente Alto Volcan San Jose II 0,584 3 Armada C
64552 1997 Puente Alto Volcan San Jose III, crujia simple 0,924 3 Armada C
64552 1997 Puente Alto Volcan San Jose III, crujia doble 0,722 3 Armada C
64505 1990 Puente Alto Cielos Andinos 0,911 2 Armada C
64506 1987 Puente Alto Conjunto Habitacional Chiloe 1,030 2 Armada B
64529 1986 Puente Alto Nocedal I 0,805 2 Armada B
64520 1989 Puente Alto Las Torres I y II (El Molino/Parcela 9) 0,901 2 Armada B
63611 1994 Quilicura Pascual Gambino I y II 0,546 3 Armada C
221
ID AÑO COMUNA PROYECTO Meli Conjunto pisos Tipo_estructura CLASE_MSK
63616 1993 Quilicura Valle de la Luna 0,655 3 s/i B
63605 1993 Quilicura La Pradera 0,590 3 Armada C
63612 1993 Quilicura Pucara Lasana I y II 0,691 3 Armada C
63602 1987 Quilicura El Descanso I 0,559 2 s/i B
63504 1999 Renca Conjunto Miraflores 0,592 3 Confinada C
63501 1992 Renca Apostol Santiago 0,710 3 Armada C
63518 1993 Renca Oscar Castro 0,849 3 Armada C
63519 1989 Renca Santa Emilia 0,324 2 Armada B
63515 1987 Renca Lo Velasquez Lotes III y IV 1,073 2 s/i B
65048 1999 San Bernardo Valle del Maipo 1,045 3 Confinada C
65030 1994 San Bernardo Lo Blanco II y III (Valle de LLuta II y III) 0,906 3 s/i C
65025 1993 San Bernardo Ernestina Perez (Valle de Azapa) 1,044 3 Armada C
65016 1992 San Bernardo Cristobal Colon III (Cristobal Colon IV) 0,944 3 Armada C
65031 1997 San Bernardo Los Andes I, Los Morros 0,827 3 Confinada C
65039 1991 San Bernardo Martin de Solis (Cristobal Colon) 0,681 3 Armada C
65049 1989 San Bernardo Yerbas Buenas III 0,778 3 Armada B
65019 1986 San Bernardo Cristobal Colon VI (Cristobal Colon VII) 0,732 3 Armada B
65024 1988 San Bernardo El Refugio (Patricio Alfonso) 0,918 2 Armada B
65045 1988 San Bernardo San Esteban III 0,701 2 Armada B
65043 1987 San Bernardo San Esteban I 0,809 2 Armada B
63320 1998 Pudahuel Nuevo Horizonte 0,742 4 Confinada C
9 0 Pudahuel Parque del Sol Etapa 10 0,821 4 Confinada A
63301 1992 Pudahuel La Aurora 0,606 3 P Confinada C
63406 1985 Cerro Navia Las Viñitas A 0,784 3 Confinada C
63408 1990 Cerro Navia Los Condores 0,760 3 Confinada C
63405 1998 Cerro Navia Juan Araya A 1,308 3 Armada C
63403 2001 Cerro Navia El Resbalon 1,202 3 Armada D
63407 1996 Cerro Navia Diputada Laurita Allende 1,049 4 Armada C
10 1978 Pudahuel San Francisco 0,669 3 Armada B
63311 1992 Pudahuel La Estrella Sur 0,664 3 Armada C
11 1993 Pudahuel Americo Vespucio 0,885 3 Armada C
63302 1998 Pudahuel El Cabildo 0,589 3 Confinada C
63329 1992 Pudahuel Roberto Matta 0,621 3 Confinada C
222
ANEXO C MAPAS DE PELIGRO SISMICO PROBABILISTICO
C.1. FUENTE INTERPLACA
a) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Silva, periodo vida útil 10 años.
b) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Silva, periodo vida útil 100
años.
c) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Silva, periodo vida útil 250
años.
d) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Leyton, periodo vida útil 10
años.
e) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Leyton, periodo vida útil 50
años.
f) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Leyton, periodo vida útil 100
años.
g) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Leyton, periodo vida útil 250
años.
h) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Barrientos, periodo vida útil 10
años.
i) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Barrientos, periodo vida útil 50
años.
j) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Barrientos, periodo vida útil
100 años.
k) Mapa Peligro sísmico fuente interplaca thrust, atenuación Barrientos, periodo vida útil
250 años.
223
C.2. FUENTE INTRAPLACA DE PROFUNDIDAD INTERMEDIA
224
C.3. FUENTE CORTICAL CORDILLERANA
w) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Leyton, periodo vida útil 10
años.
x) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Leyton, periodo vida útil
100 años.
y) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Leyton, periodo vida útil
250 años.
z) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Barrientos, periodo vida útil
10 años.
aa) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Barrientos, periodo vida útil
50 años.
bb) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Barrientos, periodo vida útil
100 años.
cc) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Barrientos, periodo vida útil
250 años.
dd) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Bakun, periodo vida útil 10
años.
ee) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Bakun, periodo vida útil 50
años.
ff) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Bakun, periodo vida útil
100 años.
gg) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Bakun, periodo vida útil
250 años.
225
hh) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Chandra, periodo vida útil
10 años.
ii) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Chandra, periodo vida útil
50 años.
jj) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Chandra, periodo vida útil
100 años.
kk) Mapa Peligro sísmico fuente cortical cordillerana, atenuación Chandra, periodo vida útil
250 años.
ll) Mapa peligro sísmico efecto conjunto de las fuentes inter e intra (atenuación Silva) y
cortical (atenuación Leyton), periodo vida útil 10 años.
mm) Mapa peligro sísmico efecto conjunto de las fuentes inter e intra (atenuación Silva) y
cortical (atenuación Leyton), periodo vida útil 100 años.
nn) Mapa peligro sísmico efecto conjunto de las fuentes inter e intra (atenuación Silva) y
cortical (atenuación Leyton), periodo vida útil 250 años.
oo) Mapa peligro sísmico efecto conjunto de las fuentes inter, intra y cortical, atenuación
Barrientos, periodo vida útil 10 años.
pp) Mapa peligro sísmico efecto conjunto de las fuentes inter, intra y cortical, atenuación
Barrientos, periodo vida útil 50 años.
qq) Mapa peligro sísmico efecto conjunto de las fuentes inter, intra y cortical, atenuación
Barrientos, periodo vida útil 100 años.
rr) Mapa peligro sísmico efecto conjunto de las fuentes inter, intra y cortical, atenuación
Barrientos, periodo vida útil 250 años.
226
FE DE ERRATAS
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
8. Quillota
4 Los Andes
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
6.6
6.4
6.2
6.8
7.8
7.6
7.2
7.4
8.2
8.4
7
8
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
Los Andes
10.2
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
10.4
7.2
10.2
7.8
9.6
7.6
8.2
9.8
7.4
8.6
9.4
8.4
8.8
9.2
10
8
-33.5˚
9
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
10.4 Los Andes
Valparaíso10.6 -33˚
10.8
Quilpué Til Til
Colina
10.8
Algarrobo
Latitud [º]
11 Curacaví SANTIAGO
9.2
8.4
8.2
8.6
10.2
8.8
7.6
10.4
7.8
10.6
9.4
9.6
9.8
8
10
10 -33.5˚
San
1 Antonio .8 San Bernardo
1.2
Puente Alto
Talagante
11
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.2
6.4
7.8
6.8
7.6
6.6
7.4
7.2
8.6
8.4
8.2
6
8.8
7
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
9.2
Curacaví SANTIAGO
9
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.8
6.6
6.4
6.2
7.8
7.6
7.4
7.2
8.2
8.6
8.4
6
Puente Alto
8.8
7
8
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
9
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 15:18:05 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.6
6.8
9.6
9.4
9.2
8.6
8.4
8.2
7.2
7.6
7.8
7.4
9.8
8.8
10.2
7
8
10
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
10.4
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.6
6.8
7.8
7.2
7.4
9.6
8.6
8.4
8.2
9.4
10.2
9.2
7.6
9.8
8.8
7
Puente Alto
8
10
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 15:18:29 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
10.8
10.2
10.4
10.6
7.2
7.4
7.6
8.6
7.8
9.2
8.4
8.8
8.2
9.8
9.6
9.4
7
8
10
9
11
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
.2
Curacaví SANTIAGO
11
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
10.8
10.6
10.2
10.4
8.6
7.2
8.8
7.8
7.6
9.2
8.4
8.2
7.4
9.8
9.6
9.4
7
8
10
Puente Alto
9
11
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 15:19:09 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
8.4
8.2
10.6
10.4
10.2
8.8
8.6
7.4
9.2
7.8
9.4
7.6
10.8
9.6
9.8
8
10
9
11
Valparaíso
11.2
-33˚
13
111.2
132
2 Quilpué Til Til
1.28
.2.612
411.8
.2
11. 11
Colina
.6
4 .6
1211
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
11.8
.2
119
00
.08..0
19
San 87.96..4
4
62Antonio
8
7678..42 San Bernardo
88622486
7.2
8.4
8.2
10.8
10.4
10.6
10.2
11.4
7.8
7.6
7.4
8.8
8.6
9.2
9.8
9.6
9.4
8
10
Puente Alto
11.
9
11
Talagante
11.8
11 Paine
11.4 .6
1 1.2
Rapel
-34˚
.6
11
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 15:22:23 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.4
7.4
6.2
7.2
6.8
6.6
7.8
7.6
7
8
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
8.2
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.4
6.2
7.2
7.4
6.6
6.8
7.6
7.8
6
Puente Alto
7
8
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:27:12 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.6
8.2
7.8
6.8
7.6
7.4
7.2
8.6
8.4
7
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
8.8
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.4
6.6
6.8
7.8
7.6
7.4
8.2
7.2
8.6
8.4
Puente Alto
8
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
8.8
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:26:40 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.8
7.2
8.2
7.4
7.6
7.8
8.8
8.6
8.4
7
8
9
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
9.2
Curacaví SANTIAGO
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.8
7.2
7.4
8.2
7.6
7.8
8.6
8.4
8.8
Puente Alto
7
8
9
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
9.2
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:26:06 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
7.4
8.6
7.2
8.4
8.2
7.8
7.6
8.8
7
8
9
Valparaíso -33˚
9.
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
9.6
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
7.4
8.8
7.2
7.6
8.6
8.2
7.8
8.4
Puente Alto
7
8
9
9.2
Talagante
9.4
Paine
Rapel
-34˚
9.6
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:25:20 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
Los Andes
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
6.2
5.4
5.6
5.8
6.4
6.2
6.4
-33.5˚
6
5.8
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
Los Andes
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
7.8
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
6.4
7.2
6.8
7.4
7.6
6.6
6.2
7.6
7.2
7.4
-33.5˚
6.8
7.8
7
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
8
Los Andes
8.2
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
8.
Curacaví SANTIAGO
4
6.6
7.2
6.8
7.6
7.4
6.4
7.8
7.6
7.8
-33.5˚
7
8
7.4
7.2
8
8.2
7
Puente Alto
Talagante
8.4
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
7.4
7.3
7.1
7.2
7.2
7.3
7.4
7
7.5
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
7.5
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
6.6
6.7
6.9
6.8
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
7.4
7.3
7.2
7.3
7.4
7.5
7.2
7.1
7.1
Puente Alto
7
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
7.5
Rapel
-34˚
6.9
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:42:20 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
8.4
8.2
7.9
8.3
8.1
8.2
8.1
8.4
8.3
8
5
8.
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
8.5
Curacaví SANTIAGO
7.4
7.5
7.6
7.7
7.8
7.3
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
8.2
8.4
8.4
8.5
8.3
8.1
8.1
8.3
8.2
7.9
Puente Alto
8
8
Talagante
8.6
Paine
Rapel
-34˚
8.5
7.8
7.7
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:41:46 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
8.8
8.6
8.6
8.8
9.2
9.2
9
9
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
8.4
8.2
8
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
8.6
8.8
9.2
8.6
8.8
Puente Alto
9
9.2
9
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
8.4
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:40:53 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
9.4
9.4
9.2
9.2
9.6
9.8
9.6
9.8
Valparaíso 10 -33˚
Quilpué Til Til
9
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví
8.8
SANTIAGO
8.6
10
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
9.4
9.2
9.8
9.6
9.4
9.6
9.2
10
Puente Alto
9.8
Talagante 9
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
9
10
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:40:17 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.3
6.3
6.4
6.2
6.4
6.1
6.2
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
6.1
6
6.5
-33.5˚
San Antonio San Bernardo 6.1
6.2
6.4
6.4
6.3
6.3
6.2
Puente Alto
6
6.5
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
5
6.
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:33:17 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.9
6.9
6.8
6.7
6.8
7.1
7.1
6.6
7
7
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
6.7
Curacaví SANTIAGO
6.6
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.8
6.7
6.9
6.6
6.9
7.1
6.5
7.1
6.8
Puente Alto
7
7
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:34:00 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
7.4
7.4
7.3
7.2
7.1
6.9
7.5
6.8
7.3
7.5
7
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo 7.6
Latitud [º]
7.1
Curacaví SANTIAGO
7.2
7
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
7.3
6.7
7.1
7.4
6.8
7.2
6.9
7.5
7.4
7.3
7.5
Puente Alto
7
7.6
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
7.2
7.6
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:34:34 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
7.7
7.8
7.6
7.5
7.3
7.2
7.8
7.7
7.9
7.4
7.1
7.9
7
8
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
7.5
7.6
Curacaví SANTIAGO
7.4
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
7.7
7.8
7.1
7.6
7.3
7.5
6.9
7.2
7.4
7.9
7.7
7.8
7.9
8
8
Puente Alto
Melipilla
Talagante
San José de Maipo 7
Paine
Rapel
-34˚
7.6
km Rancagua
8
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:35:04 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.4
5.8
6.2
5.4
5.6
6.6
6
8
Valparaíso -33˚
6.
7
Quilpué Til Til 7
Colina 2
7.
7.2
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
5.2
5
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.4
6.8
6.2
5.8
6.6
6.8
Puente Alto
5.6
5.4
Talagante
7
7
Rapel
-34˚
7.2
5.2
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 12:44:28 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.4
6.8
6.6
6.2
5.8
7.2
5.6
7
6
7.4
Valparaíso 6 -33˚
Quilpué Til Til
7.
7.
Colina
6
7.8
7.8
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
5.2
5.4
5
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.8
7.2
6.6
6.4
7.4
6.2
Puente Alto
7
7.6
5.8
Talagante
5.6
7.8
7.6
Paine
Rapel
-34˚
5.4
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 12:47:20 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.4
6.6
6.8
6.2
7.2
7.4
5.6
5.8
7
6
7.6
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
7.8
Colina
7.8
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
5.4
5.2
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.8
6.6
7.2
6.4
7.4
7.6
7
Puente Alto
6.2
5.8
5.6
Talagante
6
8
Melipilla San José de Maipo
8
7.
Paine 7.
8
Rapel
-34˚
8.
2
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 12:47:55 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.2
Valparaíso
5.8
-33˚
5.6
6.4
5.4
5.2
2
6.
Colina 6.6
Algarrobo
Latitud [º]
4.8
Curacaví SANTIAGO
6.6
5
-33.5˚
6.2
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
Talagante
5.8
6.4
6.2
5.2
5.4
5.6
6.4
6.
6
Paine
6.6
Rapel
5
-34˚
6.8
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:20:31 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
Valparaíso
6.8
6.2
-33˚
6.4
5.8
5.6
6.6
6
5.4
6.8
Quilpué Til Til
Colina 7
Algarrobo
8
Latitud [º]
4.
Curacaví SANTIAGO
5.2
5
7
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
Talagante
6.8
6.6
6.2
6.4
5.6
6
5.
Paine
7
5.2
Rapel
-34˚
7
7.2
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:21:44 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
7
6.2
6.4
Valparaíso
6.6
6.8 -33˚
5.8
6
5.6
7
Quilpué Til Til
Colina 7.2
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
5.2
5.4
5
7.2
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
7
Puente Alto
Talagante
6.4
6.6
6.8
6.2
7
6
7.2
5.
Paine
5.4
Rapel
-34˚
7.4
7.
2
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:22:39 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
7.2
Quillota
6.4
6.6
6.8
6.2
Valparaíso 7 -33˚
6
5.8
7.2
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
5 Curacaví SANTIAGO
5.6
2
5.4
5.
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
Talagante
Puente Alto 7.4
6.6
6.4
6.8
6.2
7.2 4
Paine 7.
Rapel
6
-34˚
5.
7.6
7.
km Rancagua 6
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:23:40 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
5.8
5.2
4.8
5.4
Valparaíso
4.6
5.6
5
8 -33˚
Quilpué Til Til 5.
Colina 6
6
Algarrobo
Latitud [º]
6.2
4.2
Curacaví SANTIAGO
4.4
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
5.8
Puente Alto
5.4
5.6
5.2
Talagante
5.8
4.8
4.6
Paine
6
Rapel
-34˚
6.2
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:00:49 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
2
6.
Quillota
5.6
5.4
5.8
5.2
Valparaíso
4.8
-33˚
5
6.4
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
4.4
4.6
6.2
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
5.6
5.8
5.4
Talagante
6.2
5.2
6
4.8
Paine
6.4
Rapel
6.
4.6
-34˚
4
Rancagua
6.
km
6
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:01:35 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
5.6
5.8
5.4
6.2
5.2
Valparaíso -33˚
4
5
6.
Quilpué Til Til
Colina 6.6
6.4
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
4.8
4.4
4.6
-33.5˚
6.6
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
5.8
6.2
5.6
Talagante
5.4
6.4
5.2
6.6
Paine
Rapel
-34˚
4.8
8
6.
6.
km Rancagua
6
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:08:56 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
5.8
5.6
6.2
5.4
6.4
5.2
Valparaíso -33˚
5
6.
6
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
4.4
4.8
4.6
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
6.2
5.8
5.6
Talagante
6.4
5.4
5.2
6.
6.6
6.8
Paine 6.8
Rapel
-34˚
7
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:09:33 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
5.4
4.4
Valparaíso
4.2
4.6
4.8
-33˚
5.2
5
4
Quilpué Til Til
5.
5.6
5.
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
3.8
3.6
3.4
5.8
4
5.8 -33.5˚
5.4
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
Talagante
4.4
4.2
4.8
4.6
5.2
5.4
5.6
5.6
Paine
Rapel
5.8
-34˚
4
6
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:12:34 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
Valparaíso -33˚
4.4
4.8
4.6
5.2
5.4
5.6
5
5.8
Quilpué Til Til
6
6
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
4.2
3.8
3.6
6.2
2
6.
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
Talagante
5.6
5.2
5.4
4.4
4.8
5.8
5
6
Paine
6.2
Rapel
-34˚
4.2
6.4
km Rancagua
6.2
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:13:24 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
Valparaíso
5.2
-33˚
4.6
4.8
5.4
5.6
5.8
5
6.2
6
Quilpué Til Til
2
6.
Colina
6.4
Algarrobo
Latitud [º]
4
Curacaví SANTIAGO
6.
4.4
4.2
3.8
3.6
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
Talagante
5.4
5.2
5.6
5.8
6.2
5
2
6.
4
Paine 6.
6.
4
Rapel
-34˚
4.4
6.6
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:14:13 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
5.4
5.6
5.8
Valparaíso
5.2
4.6
-33˚
4.8
6.2
6
5
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
3.8
4.4
4.2
4
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
Puente Alto
Talagante
5.6
5.8
5.4
4.6
4.8
5.2
6.4
6.
6.
6.6
6.6
4
Paine
Rapel 6.8
-34˚
4.4
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 14:14:52 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
7.2
Quillota
7.3
7.9
7.5
7.4
7.8
8.1
7.7
7.6
8.2
8
8.3
6.9
8.4
7
Valparaíso -33˚
7.
1
Quilpué Til Til
7.3
Colina
7.2
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
7.
-33.5˚
4
7.5
7.9
7.4
8.2
7.7
8.1
7.6
7.8
6.9
5
8.3
Puente Alto
7.3
7.1
8.4
7
Talagante
Melipilla San José de Maipo
7.3
2
Paine 7.
Rapel
-34˚
7.3
km Rancagua 7.4
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:29:32 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
7.6
Quillota 8.4
8.2
9.2
8.8
8.6
8
9.4
7.4
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
7.8
7.6
Algarrobo
9.6
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
8.2
8.4
9.2
8.8
8.6
9.4
Puente Alto
7.4
8
9
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
7.6
7.8
9.6
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:31:22 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
7.6
Quillota
8.2
9.6
9.8
8.4
8.8
9.4
9.2
8.6
10.2
10
7.8
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
10.4
7.6
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
8.2
10.2
8.8
8.4
9.6
9.8
8.6
9.2
9.4
10
Puente Alto
9
7.8
8
10.4
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
Rapel
-34˚
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:32:14 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
10.4 Quillota
8.2
8
9.6
9.2
8.4
9.4
8.8
8.6
9.8
10.2
10
10
9
10.
Valparaíso
.4
6 -33˚
10.8 Quilpué Til Til
Colina
7.8
Algarrobo
Latitud [º]
11 Curacaví SANTIAGO
10.8
-33.5˚
8.2
1San
1.2 Antonio San Bernardo 8
10.4
10.2
10.6
8.8
8.6
9.6
8.4
9.4
9.2
9.8
10
Puente Alto
9
11
10.8
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
11 Rapel -34˚
km Rancagua 8.2
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:34:59 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.4
7.4
7.2
7.6
7.8
6.6
8
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
6.8
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
7
-33.5˚
8.2
6.4
7.4
7.2
6.6
7.6
7.8
Puente Alto
8
Talagante
Melipilla San José de Maipo
6.8
Paine
Rapel
-34˚
7
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:50:59 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
Quillota
6.8
8.2
7.8
8.4
8.6
7.6
8
7
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
7.2
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
7.4
Curacaví SANTIAGO
8.8
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
6.8
7.8
8.2
7.6
8.6
8.4
Puente Alto
8
Talagante 7
Melipilla San José de Maipo
7.2
Paine
Rapel
-34˚
7.4
8.8
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:51:47 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
7.2
Quillota 8.2
7.6
7.8
8.4
8.6
8.8
8
9
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
Colina
7
Algarrobo 7.4
Latitud [º]
Curacaví SANTIAGO
9.2
7.2
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
8.2
7.6
7.8
8.6
8.4
8.8
Puente Alto
8
9
9.4
Talagante
Melipilla San José de Maipo
Paine
7.4
Rapel
-34˚
9.2
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:52:34 by Natalia Silva
IMM
3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0
7.4
Quillota
7.8
8.6
8.4
8.2
8.8
8
9
Valparaíso -33˚
Quilpué Til Til
9.
9.2
4
7.2
Colina
Algarrobo
Latitud [º]
7.6
Curacaví SANTIAGO
7.4
9.6
-33.5˚
San Antonio San Bernardo
8.8
8.6
8.2
7.8
8.4
Puente Alto
8
9
9.2
Talagante
9.4
Paine
Rapel
7.6
-34˚
9.6
km Rancagua
0 50 100
Longitud [º]
GMT 2011 May 20 13:53:09 by Natalia Silva