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Conflicto infinito.
El propósito de este texto es realizar una reseña constructiva del resumen de El proceso de la
civilización, escrito por Nobert Elias, en el cual establece que el proceso civilizatorio no es algo
racional ni irracional, sino que se ha mantenido en marcha por medio de una dinámica de cambios
específicos de las distintas realidades que se encuentran interconectadas por una red de
interdependencias, y que, para entender este proceso, es necesario comprender la civilización como
La evolución de las civilizaciones no ha ocurrido de manera plana, ésta se ha dado gracias a las
coacciones y autocoacciones que surgen con el establecimiento de funciones para cada individuo,
funciones que van especializándose y que resultan en civilizaciones que funcionan gracias a la red
del control sobre ellas, los monopolios de la violencia que tienen como fin inculcarnos desde
Entonces, el gran fin es educar a los individuos desde muy pequeños para que sean consientes de
sus actos, pues no hacerlo trae malas consecuencias, es decir, modificar el comportamiento en
sentido de la civilización. Dentro de esta educación está implícita la reflexión interna constante de
contención de las emociones y, en algunos casos, en la sofocación de sus instintos. (Elias, págs.
548-550)
Antes, los guerreros eran dominados por sus pasiones, pero después fueron ellos quienes las
dominaron; el campo de batalla pasó a ser el interior de cada guerrero. Con el paso de la historia,
todo el aparato de la psique y del autocontrol del comportamiento se fue modificando. Un conjunto
de coacciones que no necesita siempre del uso de la fuerza, otras, es decir, de coacciones
económicas: aquellas que, a diferencia de las coacciones “violentas” que nos hacen reflexionar
sobre las consecuencias inmediatas de nuestros actos, nos hacen reflexionar sobre las
cuando aparecen los hábitos de adultos que, ocurre un poco más rápido en occidente que en oriente,
y, por ende, supone el fin del proceso civilizatorio. Puede decirse que este proceso no es más que
el constante ascenso y descenso de las clases sociales. Por ejemplo, en occidente, las funciones se
dividieron de manera compleja, los monopolios de la violencia fueron bastante fuertes y, por ende,
el conflicto entre clases. Un proceso que viene reduciéndose al conflicto entre la clase dominante
prestigio social; teniendo como primera manifestación el acortesanamiento de los guerreros que
dejan de ser libres y entran a ser dependientes de una institución. (Elias, págs. 551-574)
Pero este proceso va más allá. Todo esto no es más que la observación psicológica del hombre,
pues la imagen de cada individuo dentro de la sociedad empieza a ser algo fundamental, es decir,
la imagen del hombre se psicologiza. Una observación del hombre por el hombre. Ahora, se
considera al hombre según su posición en la sociedad, en sus relaciones con los demás, dentro de
social. Así que lo que se transforma en esto que llamamos historia son las relaciones recíprocas de
los seres humanos, sin dejar de lado las ideas de los individuos, es decir, el entramado de la
estructura espiritual o la autoorientación psíquica de cada persona como un aparato funcional que
se modifica a medida que lo hacen las relaciones entre los seres humanos. Entender todas estas
Con esto expuesto, podemos hablar de otro factor fundamental: la vergüenza, el miedo hacia la
degradación social y la superioridad de otros. Un conflicto del espíritu donde el propio individuo
se siente inferior; fortaleciendo sus miedos internos automáticos, coacciones impuestas por los
mismos individuos. Ahora, los miedos vienen del interior y son éstos los que regulan el
comportamiento de cada persona. Miedos plasmados en las clases sociales como la nobleza que se
siente amenazada por la burguesía que intenta ascender. Un miedo social permanente frente a los
burgueses que buscan, principalmente, los privilegios hereditarios de los nobles. Es a partir de esto
que, ya en el siglo XIX, los burgueses se establecieron como la clase dominante. Todo esto, en
síntesis, fomentó una mayor reserva por parte del individuo, mayor control de su comportamiento,
En resumen, Elias nos habla de un proceso civilizatorio empapado de conflicto, tanto interno como
externo; un proceso que no terminará hasta que dejemos de lado toda clase de conflicto; cuando
éstos terminen podremos decir que somos civilizados, antes no. (Elias, págs. 617-631)
Bibliografía