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Universidad Nacional de Colombia


Departamento de Sociología
Estructura de la Sociedad Moderna I
Yuri Jack Gómez Morales
Maria Alejandra Caucali Sterling

Conflicto infinito.

El propósito de este texto es realizar una reseña constructiva del resumen de El proceso de la

civilización, escrito por Nobert Elias, en el cual establece que el proceso civilizatorio no es algo

racional ni irracional, sino que se ha mantenido en marcha por medio de una dinámica de cambios

específicos de las distintas realidades que se encuentran interconectadas por una red de

interdependencias, y que, para entender este proceso, es necesario comprender la civilización como

un proceso histórico-social, es decir, donde lo histórico no puede verse independiente de los

hábitos mentales con los que hemos crecido.

La evolución de las civilizaciones no ha ocurrido de manera plana, ésta se ha dado gracias a las

coacciones y autocoacciones que surgen con el establecimiento de funciones para cada individuo,

funciones que van especializándose y que resultan en civilizaciones que funcionan gracias a la red

de interdependencias de dichas funciones. Con el surgimiento de éstas se originan, por la necesidad

del control sobre ellas, los monopolios de la violencia que tienen como fin inculcarnos desde

pequeños la costumbre de autodominarse. (Elias, págs. 535-540)

Entonces, el gran fin es educar a los individuos desde muy pequeños para que sean consientes de

sus actos, pues no hacerlo trae malas consecuencias, es decir, modificar el comportamiento en

sentido de la civilización. Dentro de esta educación está implícita la reflexión interna constante de

las consecuencias de nuestras acciones que, generalmente, termina en la costumbre de la


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contención de las emociones y, en algunos casos, en la sofocación de sus instintos. (Elias, págs.

548-550)

Antes, los guerreros eran dominados por sus pasiones, pero después fueron ellos quienes las

dominaron; el campo de batalla pasó a ser el interior de cada guerrero. Con el paso de la historia,

todo el aparato de la psique y del autocontrol del comportamiento se fue modificando. Un conjunto

de coacciones que no necesita siempre del uso de la fuerza, otras, es decir, de coacciones

económicas: aquellas que, a diferencia de las coacciones “violentas” que nos hacen reflexionar

sobre las consecuencias inmediatas de nuestros actos, nos hacen reflexionar sobre las

consecuencias de nuestros actos a largo plazo. (Elias, págs. 541-546)

Hablamos de un proceso civilizatorio que inicia en la infancia y culmina en la adultez, es decir,

cuando aparecen los hábitos de adultos que, ocurre un poco más rápido en occidente que en oriente,

y, por ende, supone el fin del proceso civilizatorio. Puede decirse que este proceso no es más que

el constante ascenso y descenso de las clases sociales. Por ejemplo, en occidente, las funciones se

dividieron de manera compleja, los monopolios de la violencia fueron bastante fuertes y, por ende,

el conflicto entre clases. Un proceso que viene reduciéndose al conflicto entre la clase dominante

y dominada, difundiéndose, finalmente, la dominada que teme profundamente la disminución del

prestigio social; teniendo como primera manifestación el acortesanamiento de los guerreros que

dejan de ser libres y entran a ser dependientes de una institución. (Elias, págs. 551-574)

Pero este proceso va más allá. Todo esto no es más que la observación psicológica del hombre,

pues la imagen de cada individuo dentro de la sociedad empieza a ser algo fundamental, es decir,

la imagen del hombre se psicologiza. Una observación del hombre por el hombre. Ahora, se

considera al hombre según su posición en la sociedad, en sus relaciones con los demás, dentro de

un conjunto de entramados sociales; presupuestos elementales de la conservación del prestigio


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social. Así que lo que se transforma en esto que llamamos historia son las relaciones recíprocas de

los seres humanos, sin dejar de lado las ideas de los individuos, es decir, el entramado de la

estructura espiritual o la autoorientación psíquica de cada persona como un aparato funcional que

se modifica a medida que lo hacen las relaciones entre los seres humanos. Entender todas estas

transformaciones como una manifestación civilizatoria. (Elias, págs. 575-592)

Con esto expuesto, podemos hablar de otro factor fundamental: la vergüenza, el miedo hacia la

degradación social y la superioridad de otros. Un conflicto del espíritu donde el propio individuo

se siente inferior; fortaleciendo sus miedos internos automáticos, coacciones impuestas por los

mismos individuos. Ahora, los miedos vienen del interior y son éstos los que regulan el

comportamiento de cada persona. Miedos plasmados en las clases sociales como la nobleza que se

siente amenazada por la burguesía que intenta ascender. Un miedo social permanente frente a los

burgueses que buscan, principalmente, los privilegios hereditarios de los nobles. Es a partir de esto

que, ya en el siglo XIX, los burgueses se establecieron como la clase dominante. Todo esto, en

síntesis, fomentó una mayor reserva por parte del individuo, mayor control de su comportamiento,

es decir, una autocoación permanente. (Elias, págs. 593-617)

En resumen, Elias nos habla de un proceso civilizatorio empapado de conflicto, tanto interno como

externo; un proceso que no terminará hasta que dejemos de lado toda clase de conflicto; cuando

éstos terminen podremos decir que somos civilizados, antes no. (Elias, págs. 617-631)

Bibliografía

Elias, N. (2012). Resumen: Bosquejo de una teoría de la civilización . In N. Elias, El proceso de

la civilización: Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas (pp. 533-631). México:

Fondo de Cultura Económica .

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