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LIBROS

THE TELOMERE EFFECT


Por Elizabeth Blackburn y Elissa Epel
Orion Spring, Londres, 2017

Telómeros el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. En otras


Biología del envejecimiento palabras, la forma en que envejecemos en el plano más
básico, el celular. Para mantener vivo nuestro cerebro

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e la ciencia básica a la clínica. No es fácil encon- habrá que prestar atención a los telómeros. Con el trans-
trar investigadores que se desenvuelvan con auto- curso del tiempo, tienden a gastarse; cuando no pueden
ridad, de forma complementaria, en ambos ya proteger debidamente a los cromosomas, las células
frentes; que sepan establecer el nexo entre la vulnerabi- no pueden sustituirlos e inician un proceso de degrada-
lidad y tenacidad del organismo, por un lado, y las in- ción. Este proceso desencadena cambios fisiológicos en
fluencias del medio, por otro. Elizabeth Blackburn, ga- el organismo, que incrementan el riesgo de sufrir enfer-
lardonada con el premio Nobel, y Elissa Epel, catedrática medades graves asociadas con el envejecimiento: trastor-
de psiquiatría de la Universidad de California, lo han no cardiovascular, diabetes, cáncer, debilitamiento del
logrado en The telomere effect con creces. Blackburn sistema inmunitario y otros.
descubrió los telómeros, la telomerasa y su papel en el De entre las numerosas ideas que el libro introduce,
proceso de envejecimiento; Epel ha desentrañado los destaca la comparación entre la esperanza de vida sana
hábitos específicos de estilo de vida para protegerlos, y la esperanza de vida enferma. Todos envejecemos,
demorar la decadencia y alargar la vida. enfermamos y sucumbimos, pero de una manera mucho
Los telómeros son estructuras complejas de nucleo- mejor si la esperanza de vida sana supera el tiempo de
proteínas que protegen los extremos de cromosomas esperanza de vida enferma y comprometida. La clave
­lineales. Contienen varias kilobases, de cinco a quince, reside en nuestra capacidad de renovación celular, cuan-
de secuencias repetidas en tándem, que terminan con do se regeneran nuestras células y acortamos el enve­
30-400 nucleótidos de un ADN unicatenario con una jecimiento prematuro con todos los achaques que con-
cadena rica en G. La replicación del telómero, un proceso lleva. Las células del envejecimiento liberan sustancias
que consta de varias etapas, constituye todo un reto, por proinflamatorias (citocinas, por ejemplo), que inducen
la sencilla razón de que en los extremos del cromosoma un estado de inflamación crónica en el cuerpo, que cons-
se concentran numerosos obstáculos contra la progresión truye placas en nuestras arterias cardíacas y cerebrales,
de la horquilla de replicación. A ese fenómeno se le de- consume las células del páncreas propiciando la diabetes,
nomina el problema de la replicación telomérica. Para compromete nuestra función inmunitaria y facilita la
evitar el acortamiento progresivo del telómero como re- emergencia de perturbaciones mentales (depresión y
sultado de la replicación del ADN, ha de incorporarse esquizofrenia, por ejemplo). En una metáfora feliz, com-
nuevo ADN telomérico en el extremo del cromosoma. La paran los telómeros, con las terminaciones de plástico
síntesis de ADN de novo implica la elongación de la ca- de los cordones de los zapatos. Cuando esos extremos
dena rica en G del telómero por acción de la telomerasa. del ADN se mantienen intactos, la división celular se
En la conservación de la integridad del primero desem- halla más protegida de acontecimientos indeseables, como
peñan funciones decisivas la shelterina y el replisoma. la alteración de nuestra fisiología o la estimulación de la
Blackburn descubrió que la longitud y la salud de oncogénesis.
nuestros telómeros aportan una base biológica para la En esta vertiente clínica, ampliamente desarrollada,
interpretación del binomio cuerpo-mente. Como ha The telomere effect ayudará a incrementar la esperanza de
escrito, a propósito de este libro, Eric Kandel, otro premio vida y su calidad, al ahondar en la forma en que el sueño,
nóbel, los telómeros contribuyen al estado del cerebro, la dieta y el ejercicio repercuten en nuestros telómeros.
su estado de ánimo, la celeridad de su envejecimiento y Se sabe que una elevada concentración de vitamina D en

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la sangre predice en general tasas bajas de mortalidad. ¿Porta el estrés a telómeros más cortos? ¿O acontece que
Algunos trabajos vinculan la vitamina D con unos teló- las personas con telómeros más cortos sufren de mayor
meros más largos. En cualquier caso, parece indicada en estrés? El estrés oxidativo, una condición de riesgo que
una buena dieta incorporar alimentos que sirvan de se presenta cuando se tienen, en la célula, radicales libres
fuente de vitamina D: salmón, atún, bacalao, leche enri- en exceso e insuficientes antioxidantes, ataca al segmen-
quecida, huevos y cereales. to rico en G. Tras la agresión de los radicales libres, se
Importa discernir en las relaciones de causa y efecto, rompe la cadena de ADN y el telómero se acorta de in-
cuál es una y cuál es el otro. Así en la relación de los te- mediato. Una concentración excesiva de telomerasa
lómeros con el estrés. Por ejemplo, se suele creer que la incrementa el riesgo de desarrollar diversos tipos de
fiebre causa la enfermedad; pero la verdad es otra: la en- cáncer. Y una telomerasa hiperactiva promueve la pro-
fermedad causa la fiebre. ¿Por qué los telómeros más pagación de tumores malignos.
cortos aparecen en personas sometidas a mayor estrés? —Luis Alonso

HOW EMOTIONS ARE MADE


THE SECRET LIFE OF THE BRAIN
Por Lisa Feldman Barrett
Houghton Mifflin Harcourt, Boston, 2017

Emociones aceleran el ritmo cardíaco y el ritmo respiratorio, se


Una nueva teoría revolucionaria activan mis glándulas sudoríparas y se constriñen los
vasos. De ese conjunto de movimientos del interior y del

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as emociones parecen primarias. Las liberamos de exterior de mi cuerpo se dice que son las huellas dacti-
nuestro interior todos de una manera semejante. Nos lares que identifican la tristeza, igual que las huellas
acompañan desde el nacimiento. Son fenómenos dactilares identifican a un individuo. En ese marco,
peculiares y reconocibles de nuestro interior. Cuando algo nuestras emociones serían artefactos de la evolución, que
sucede en el mundo, sea un disparo o una mirada de se- tendrían tiempo atrás ventajas para la supervivencia y
ducción, nuestras emociones se presentan rápida y auto- se han convertido en componentes fijos de nuestra na-
máticamente, como si alguien hubiera pulsado un inte- turaleza biológica. En cuanto tales, son universales: las
rruptor. Las expresamos en el rostro a través de sonrisas, personas de toda edad y condición, de cualquier cultura
caras largas, hoscas y otras manifestaciones características y parte del mundo, presentarían una experiencia de
que cualquiera puede fácilmente reconocer, como la car- tristeza más o menos igual a la nuestra. Las emociones
cajada, el grito o la lágrima. La cara es el espejo objetivo vendrían a ser, pues, un tipo de reflejo bruto, a veces
de nuestras emociones. En La expresión de las emociones enfrentado a nuestra racionalidad. Sin racionalidad
en los animales y en el hombre, Charles Darwin declaraba seríamos meras bestias emotivas.
que las emociones y sus expresiones constituían un com- Pero la ciencia nos demuestra que las cosas no siempre
ponente antiguo de la naturaleza humana universal. son como parece. Con la emoción no se nace; la hacemos.
La ciencia moderna tiene una explicación que encaja Tal es la tesis rompedora de Lisa Feldman Barrett, profe-
con ese relato: la concepción clásica de la emoción. De sora de psicología de las universidades Nororiental y
acuerdo con esa tesis, el estímulo externo desata una Harvard e investigadora del Hospital General de Massa-
reacción en cadena que empieza en el cerebro. Imagine- chusetts, que expone de manera un tanto farragosa en
mos que produce tristeza. Con el estímulo se desencadena este libro. De acuerdo con su idea, las emociones, que se
el «circuito cerebral de la tristeza». Mi ceño se frunce, sienten de manera automática, igual que las reacciones
mis hombros se encorvan y rompo a llorar. Ese circuito incontrolables ante las cosas que pensamos y experimen-
desencadena también cambios físicos en mi cuerpo: se tamos, no serían universales ni estarían asentadas en

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determinadas regiones cerebrales. Variarían de una la angustia y demás no se hallan inscritas en circuitos
cultura a otra y resultarían de redes neuronales dinámi- cerebrales específicos, sino que se construyen en cada
cas. Unas redes que realizarían simulaciones, elaborarían caso particular. No existe en el cerebro ninguna separación
predicciones y las corregirían de acuerdo con los estímu- entre emoción y cognición y son innumerables las com-
los procedentes del medio. Cuando los científicos dejan binaciones neurales que se concitan para generar cada
de lado la visión clásica y se ciñen a los datos escuetos, expresión emocional. La suya es una teoría sobre gene-
se descubre que las emociones emergen como una com- ración de las emociones; centra el foco en el efecto po-
binación de las propiedades físicas de un cerebro flexible deroso de los procesos de arriba abajo en nuestra per-
que establece sus conexiones ante cualquier entorno. cepción: si se nos dice que hay una araña debajo de
Sustituye la concepción clásica por lo que denomina nuestra camisa, enseguida nos percatamos de cualquier
teoría de la emoción construida. Volviendo al estímulo roce que sintamos en la piel. Barrett sostiene que cons-
externo que provocó la tristeza, el estímulo no desenca- truimos las simulaciones del mundo y luego comparamos
denó en mi interior un circuito cerebral de la tristeza, nuestras percepciones con aquellas. En el transcurso del
provocando un conjunto de cambios corporales. Antes tiempo, nuestro cerebro ha venido estableciendo circui-
bien, siento la tristeza en ese instante porque, al haberme tos en respuesta a las experiencias acumuladas. Algunos
criado en una cultura determinada, aprendí que la tris- han visto en la tesis de Barrett una revolución, similar
teza es algo que puede ocurrir cuando ciertas sensaciones incluso al descubrimiento de la relatividad en física y la
coinciden con una pérdida terrible. Usando fragmentos selección natural en biología. De lo que no cabe duda es
y porciones de experiencias pasadas, mi cerebro predice de que se trata de una teoría contraintuitiva, propia del
rápidamente lo que mi cuerpo debería ejecutar para cerebro, maestro del engaño. Crea experiencias y dirige
hacer frente a esa tragedia. Esa predicción provocaría la acciones con habilidad de mago, sin revelar jamás cómo
aceleración de los latidos, el oscurecimiento de mi rostro lo hace, dándonos una falsa sensación de confianza en
y los nudos en el estómago. Me condujeron al lloro, una que sus productos —nuestras experiencias de cada día—
acción que ha de calmar mi sistema nervioso. Y crearon revelan sus obras internas. Alegría, tristeza, sorpresa,
las sensaciones resultantes que se concretarían en un miedo y otras emociones parecen tan distintas y ancladas
episodio de tristeza. en sitios concretos, que damos por supuesto que presen-
Barrett declara sin rodeos que nuestra concepción tan causas diferentes en su interior.
común de las emociones es falsa. La felicidad, la tristeza, —Luis Alonso

Novedades Otros títulos sobre psicología y neurociencias

EMOCIONES CORROSIVAS PEQUEÑOS PASOS


Cómo afrontar la envidia, Creciendo desde la prehistoria
la codicia, la culpabilidad,
la vergüenza, el odio y la vanidad José María Bermúdez de Castro
y Elena Bermúdez de Castro
Ignacio Morgado Editorial Crítica, 2017
Editorial Ariel, 2017 ISBN 9788417067199
ISBN 9788434427044 312 págs. (19,90 euros)
176 págs. (16,90 euros)

BEING BRAINS PORTRAITS OF RESILIENCE


Making the cerebral subject David A. Karp
Fernando Vidal y Francisco The MIT Press, 2017
Ortega ISBN 9780262036788
153 págs. (34,95 dólares)
Fordham University Press, 2017
ISBN 9780823276073
328 págs. (60 dólares)

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