Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para evitar estos abusos, la libertad de crear delitos debe tener límites; uno de ellos
es la existencia de un derecho que deba ser objeto de protección frente a conductas
que lo pueden lesionar en forma grave. En estos días, cuando de nuevo se discute
la penalización del consumo de drogas, la pregunta más básica que debe
responderse para saber si esa prohibición tiene o no sentido, es la de cuál es el
derecho que se pretende proteger con la imposición de una pena a quien consuma
esas sustancias.
Si se afirma que con la creación de ese delito se protege la vida e integridad de los
consumidores, la pregunta obvia es si el Estado debe penalizar a quienes de
manera libre y voluntaria se ocasionan daños a su propia integridad personal.
Porque si así fuera, entonces también debería ser castigado como delito el intento
de suicidio, que es la forma más grave de atentar contra la salud personal. Pero si
una persona es libre de quitarse la vida mediante un disparo, debe ser igualmente
libre para perjudicar su salud mediante la periódica ingestión de sustancias nocivas;
lo único que en esas dos hipótesis cambia es la forma de hacerse daño.