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Rescate de Recetas PDF
Rescate de Recetas PDF
de Azul
Diseño y Compaginación:
Carolina Fittipaldi
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INDICE
Capítulo 1 Pag. 8
Las recetas de los abuelas bajo una mirada
antropológica.
Lic. Sandra G. Adam
Capítulo 2 Pag. 14
Las recetas de las abuelas bajo la lupa de la
nutricionista.
Nutr. Diet. María Marcela Brescia
Capítulo 3 Pag. 21
Las recetas de las abuelas y los ingredientes.
Ing. Agr. Mg Sci. Nora R. Ponzio
Capítulo 4 Pag. 28
Recetas seleccionadas del rescate de la memoria de
nuestras abuelas .
Ponzio, NR, Adam, SG., Brescia, MM.
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Capítulo 5 Pag. 131
Así lucían los recetarios antiguos.
Brescia, MM Adam, SG., Ponzio, NR.
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Palabras de las autoras
Este libro trata de rescatar “las recetas de las abuelas”, como un modo
diferente de reconstruir lo que llamamos tradición a partir de un legado
transmitido con sumo cuidado y afecto, como un regalo entrañable, en el
cual se evidencian nuestros orígenes y relata nuestra historia.
Es un hecho que cuando una sociedad considera que sus costumbres son
valiosas, se las transmite a las nuevas generaciones como parte vital de
su legado cultural donde se generan costumbres, pasan a ser parte de un
tejido social llamado cultura, que abarca todas las formas de expresión, y
no solo las costumbres sino también las prácticas culinarias, las maneras
de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de
comportamiento de una sociedad determinada.
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parte de la enciclopedia cultural de la humanidad y que tienen un valor
inimaginable.
Las recetas de las abuelas narran la historia del mundo y poseen secretos
y respuestas a misterios que seguramente nadie más conozca. Trátalos
como tal y tómate el tiempo de transmitirlos cuando sea el momento.
Aunque los tiempos han cambiado, y hoy muchas mujeres ya no están tan
dedicadas a la cocina como en antaño, existen muchas generaciones que
aun cuentan con algún miembro de la familia que les está dejando un
recuerdo en la memoria gustativa, y del alma.
Sin embargo, estas recetas nunca serán como las que ellas hacían, porque
la sazón, es la sazón, y con eso se nace, y por más que lo podamos
replicar nunca sabrá igual por que los aromas y sabores con los que
crecimos nos formaron no sólo el paladar, sino que tambien la forma en
la que disfrutamos la vida y los momentos alrededor de la mesa.
Es por esto que el “Rescate de las Recetas de las Abuelas” será una de
las herencias invaluables que ellas nos dejan; que pueden seguir pasando
de generación en generación, y permite que su recuerdo no desaparezca.
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La convocatoria que se realizó y la buena respuesta y predisposición de
la comunidad de Azul en participar, acercándonos sus libros, recetarios,
cuadernos y anotaciones, evidenció que nos dejaban mucho más que una
suma de ingredientes y procedimientos; todo tenía hermosos recuerdos
que nos querían transmitir y nos dejan compartir en este libro.
Hoy este legado familiar será parte de todos y cada uno de los que nos
dediquemos un tiempo para hacer cada receta, con esa exquisita
caligrafía, mezclada con manchas de grasa, harina y otras cosas que se
van pegando a las hojas porque así son los libros y recetarios de cocina,
dejan huella de cada momento.
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CAPITULO
1
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La alimentación humana es un acto social y cultural donde la elección
y el consumo de alimentos ponen en juego un conjunto de factores de
orden ecológico, histórico, cultural, social y económico ligados a una red
de representaciones, simbolismos y rituales.
Comer entonces, implica un hecho social complejo que pone en escena un
conjunto de movimientos de producción y consumo tanto material como
simbólicos diferenciados y diferenciadores. En este sentido la ingesta de
alimentos y los procesos sociales y culturales que lo sustentan,
contribuyen a la constitución de entidades colectivas poblacionales a la
vez que son expresión de relaciones sociales y de poder (Alvarez, 2002).
Estas entidades son el reflejo de una agrupación de entidades
singulares de población con personalidad propia y un origen
marcadamente histórico.
La cocina no es sólo el instrumento de una identidad cultural sino el
primer modo de entrar en contacto con otros. Más que la palabra la
comida se presta a mediar entre culturas diferentes, y los sistemas de
cocina se abren a un sinfín de posibilidades de invención, recreación,
cruces e influencias (Montanari, 2003).
En nuestro país la cocina está vinculada a los conceptos de “pueblos
originarios, migraciones, intercambio social y comunicación".
El acto de comer juntos, es uno de los fundamentos de la identidad y
continuidad cultural de los diferentes pueblos pero en escenarios
diversos. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial pone de
relieve los valores de hospitalidad, diálogo intercultural, creatividad,
así como un modo de vida que se guía por el respeto de la diversidad.
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La gente se reúne a comer, a beber, a charlar... y sobre todo a festejar.
No hay festejo sin comida totémica compartida. Como antaño,
alrededor del fuego se cocinan tradiciones, maneras...
A través de la comida, los inmigrantes recrean el hogar perdido –estar
como en casa–.
Una sociedad, una historia cotidiana compartida, decires, sentires. Los
negocios se hacen comiendo, los amores se consolidan con una
invitación a cenar; el transcurso de la vida humana está atravesado en
su cotidianeidad, resorte clave de la identidad alrededor de una comida
y un fogón. Hay culturas que aún hoy conservan el fogón en la mesa: la
bagna cauda piamontesa, la fondeau de queso, el braserito, la comida
japonesa, coreana, todas muestras de que aún hay fuego en la mesa
(Rossi, 2013).
En la mayoría de las culturas, comer tiene una función básicamente
social. Alrededor de la comida se afianza un conjunto de reglas, a
menudo muy estrictas, que dan sentido e identidad a cada grupo.
Desde la reunión familiar a la comida de trabajo, todo tiene su ritual
con códigos aparentemente invisibles, pero enraizados férreamente en la
idiosincrasia de cada grupo humano.
Comer supera ampliamente el ámbito de la vida cotidiana y va más allá.
Supone una complicada red de pensamientos, actos y emociones. Porque
alimentarse – entendiendo alimentarse como la actividad tanto de
comer como de beber –, trasciende la pura necesidad vital y tiene que
ver más con una serie de conductas que con la mera actividad biológica.
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Comer es, pues, un “signo” que apunta a situaciones sociales pero
también que señala determinados ceremoniales. A veces cíclicos en el
calendario, tales como la Navidad, la Semana Santa; y a veces,
puntuales, para celebrar acontecimientos colectivos de mayor o menor
relevancia como podría ser una iniciación, bautismo, boda, cumpleaños
o graduación entre otros.
Es importante reconocer que la antropología alimentaria estudia “Lo
alimentario” y abarca los siguientes tópicos:
los recursos naturales que se seleccionan como materia prima para
ser utilizados como alimentos,
la elaboración de dichos alimentos,
las prácticas culturales existentes en el consumo, y
las diferencias y semejanzas alimentarias intra e
interpoblacionales.
Es quizá por esto que el ser humano no se alimenta de “nutrientes” sino
de “comidas” formando parte de sistemas.
Estos sistemas alimentarios, sistemas culinarios, cocinas locales y
regionales con base en las diversas tradiciones históricas, sociales y
étnicas, están siendo rescatados, con el objeto final de fundamentar las
líneas de patrimonialización de los alimentos, elaboraciones, técnicas y
procesos productivos reconocidos, estableciendo modelos de
continuidades y cambios.
Hoy encontramos una revalorización de “lo alimentario” y de la
preservación de la biodiversidad, que sin duda definen nuestro
“Patrimonio Alimentario”.
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El hecho que organismos internacionales como la UNESCO hayan
incluido a los sistemas culinarios en la categoría de "patrimonio cultural
inmaterial”, se ve reflejado en la instalación en las agendas
relacionadas con la cultura, el turismo y el desarrollo.
El alimento cambia, la estructura de las sociedades produce estratos,
conflictos inter e intra-poblacionales y origina múltiples aspectos en la
evolución del hombre y la economía. Somos sin lugar a dudas una
mezcla ecléctica conformada por lo alimentario de los pueblos
originarios, criollos, españoles y otros grupos de extranjeros (latinos,
anglosajones y asiáticos) que fueron forjando una identidad alimentaría
particular .
Así podemos ver en nuestra mesa algo más importante que un
“mestizaje gastronómico” o “mezcla de sabores de nuestra tierra con los
europeos”, poniendo en valor el riquísimo e invaluable patrimonio
alimentario que nos representa e identifica regionalmente.
La identidad cultural de pueblos que se han dispersado está presente y
se recuerda en las comidas, que celebran inconscientemente en sus
rituales cotidianos tradiciones ancestrales, pero también tradiciones
próximas: comida mediterránea –con pescado y mariscos–, celta,
visigoda de caldero y chancho, vasca o mora, entretejida en
multiplicidad de matices en el caso de España. Identidad de cada
generación en que elabora sus propias vicisitudes. La de los españoles
inmigrantes en Argentina es una cocina que quedó detenida en el
momento en que partieron, centrifugada en el cosmopolitismo de la gran
inmigración.
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Así, en las cocinas, bares y restaurantes en Argentina, la empanada
gallega y los chorizos colorados se mezclaban con el amasado de
ravioles de seso y con la pizza napolitana. Esas comidas ya no se
encuentran ni en Italia ni en España. Cada generación entreteje su
propio producto con las tradiciones, las identidades, sus problemas, su
idea de futuro.
La sopa de los pobres (ajo, cebolla, papa y pan) de los años treinta hoy
es una exoticidad porque la comida propone tendencias minimalistas,
futuristas, verdaderas obras de arte y creaciones sofisticadas y
suntuarias que se comen. Un futuro sofisticado que sin embargo
recuerda toda la historia de la humanidad en un sentarse a la mesa, la
historia de la cultura, la historia personal y afectiva: las reminiscencias
emocionales de la infancia –la patria del alma– en cómo se come,
cuánto, qué, con quiénes…
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CAPITULO
2
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El hombre y los alimentos
Por naturaleza el hombre puede comer de todo, sin embargo elije lo que
más le gusta, lo que le conviene o le satisface.
El hambre es una situación fisiológica del cuerpo humano que implica
problemas de salud derivados de la ausencia de alimentación. El apetito
puede ser un mecanismo mediante el cual nuestro cuerpo nos avisa de la
necesidad de ingerir algún tipo de alimento.
Las exigencias de nuestro apetito no están vinculadas naturalmente a
un alimento en concreto. Lo que se desea comer viene estipulado por las
pautas culturales de un colectivo regional o étnico. Lo simplemente
comestible desde el punto de vista químico y fisiológico no termina
necesariamente en el plato. Se come lo que las normas culturales de un
pueblo marcan o permiten.
Desde siempre la comida sirvió para cubrir momentos importantes de
la vida, en las alegrías y tristezas, reuniones familiares, religiosas,
civiles o de trabajo.
El rol de la mujer
Los horarios de las comidas en la época de nuestras abuelas eran
respetados de manera muy estricta ya que, en el reparto de roles, la
mujer, el ama de casa esperaba a su grupo familiar a horas establecidas
de antemano, para el almuerzo, merienda o cena.
Cabe señalar que la presencia del ama de casa en el diseño del menú,
organización de las compras y la distribución de las mismas ha sido, en
el siglo pasado, una tarea delegada y desempeñada totalmente por la
mujer de la casa (o las mujeres). Existe un antiguo proverbio que reza:
”Para llegar al corazón de un hombre, háblale primero al estómago”.
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Por lo tanto, la dedicación que significaba esta tarea, no presentaba
dudas, la mujer era responsable tanto de la alimentación como de la
satisfacción de los hombres de la casa (padres, hermanos, tíos) y de los
hijos "si mamá lo daba….estaba bien”.
Las necesidades energéticas de las personas de antaño eran cubiertas
con comidas más suculentas, con gran elaboración de platos
enriquecidos en su gran medida con grasas y harinas. Existía en las
recetas platos habitualmente cocidos en olla (guisados) con la
presunción de producir platos más energéticos.
Los momentos de las comidas eran muy respetados, tanto en el horario
como en lo nutricional ya que no existía la posibilidad de realizar
colaciones entre horas, se llegaba al momento de la comida con real
apetito.
Con el tiempo la mujer fue aprendiendo el porqué de la importancia de
los alimentos, las combinaciones más saludables, y cuáles de ellos
podrían tener efectos sobre la salud, evitando con los alimentos
producir enfermedad.
En la actualidad, con la inclusión de la mujer full-time en el mercado
laboral y los cambios de hábitos que ello ha acarreado, por ejemplo,
menos tiempo dedicado a la elaboración de alimentos en la casa,
comidas fuera de ella, redistribución de roles por género en el hogar,
participación de los menores en la preparación de comidas rápidas, la
industria ha ido ofreciendo sustitutos más prácticos pero menos
saludables.
La innovación de productos de conservación o cocción, tales como el
freezer o el microondas, ha simplificado más aun la elaboración de las
distintas recetas.
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Alimentos-Nutrientes
En bibliografías antiguas se hacía referencia a los nutrientes de manera
muy especial. La palabra proteína que se entendía o asimilaba como
sinónimo de “carne”, significaba “preeminente” ya que le daban
importancia extrema a su rol indispensable para el crecimiento y
desarrollo, considerando que las mismas debían formar parte del menú
diario. Con respecto a las grasas referían que las mismas “no
construyen…” sino que sólo aportan mucha energía y calor. A los
hidratos de carbono los identificaban como “gemelos hidrocarbonados”
haciendo referencia a la unión del azúcar y la fécula.
La importancia de los nutrientes radica hoy en considerar los avances
en los estudios sobre los hidratos de carbono, proteínas, grasas,
vitaminas y minerales.
El reconocimiento de las Guías Alimentarias, permite otorgar a los
principios nutritivos la ubicación más saludable y recomendable. Es
obvio que las distintas tendencias en planes alimentarios hace que estas
guías puedan ser alteradas, por ejemplo: vegetarianos totales o lácteo-
ovo-vegetarianos, veganos y dietas paleolíticas, entre otras.
En las antiguas concepciones nutricionales, la leche y sus derivados
figuraban como base de una alimentación sana. El consumo de quesos
era importante, ya que era habitual la preparación de estos como una
manera de utilizar la leche que producían.
Los quesos eran de tipo postre, con gran aporte de grasa y sal, a
diferencia de lo que existe actualmente, brindando al consumidor
variedad de quesos más saludables.
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Además entre los subproductos de la leche, se consumía en demasía la
manteca, no sólo para untar panes o galletas, sino que era usada para
cocinar.
El uso de grasas de origen vegetal ha evolucionado de manera muy
satisfactoria, incorporando en la actualidad los aceites de semillas,
puros, de primera extracción, elementos muy necesarios para la
incorporación de Omega 3, 6 y 9 en nuestra dieta.
Con la información brindada a la población sobre las pautas de una
alimentación saludable fue produciéndose el cambio de grasas de origen
animal por vegetal, reemplazando las frituras o rehogados durante la
preparación por formas culinarias sin aceites, ya sea por usar elementos
de cocina con materiales aptos para estas formas de preparación o por
la aparición de aceites en aerosol sin aporte nutricional pero que
asemeja a un producto cocido de esa manera.
La variada oferta de carnes que formaban parte del menú familiar,
pasaba desde cortes de vaca, pollo, pescado, mulita, codorniz, etc,
ofreciendo infinitas preparaciones para cada corte, con aprove-
chamiento de vísceras y cortes considerados de menor calidad.
Con relación a las verduras y frutas, desde siempre formaron parte de la
alimentación y las recetas fueron modificadas en función de la
disponibilidad económica o de materias primas.
Antiguamente era muy habitual la preparación de dulces y conservas,
no solo como manera de diferir en el tiempo el consumo de alimentos
perecederos, sino también como una forma de agregar un valor especial
a lo preparado de forma casera, con conservantes naturales.
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La elaboración de panes caseros siempre caracterizó a las casas de las
abuelas, con su indiscutible olor a horneado.
El pan como las pastas caseras era y son tradición de las familias desde
todos los tiempos. Actualmente se ha dado lugar a ingredientes más
sofisticados en las pastas y sus salsas pero todo reditúa en mejorar la
calidad nutricional de las mismas.
El concepto de si las pastas eran y son nutritivas ha ido cambiando, y
hoy se reivindica su uso como parte de una correcta alimentación que
sigue los consejos de las Pautas Alimentarias para la población
Argentina. Se reconoce su importancia como consumo de energía vital y
además para soportar la rutina en la actividad física como laboral .
Con los años se ha dado mayor relevancia a las harinas integrales
permitiendo una alimentación más rica en fibras y revalorizando el
consumo de granos enteros y semillas.
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Desde hace más de 20 años se ha producido la aparición de gran
cantidad de patologías asociadas a la mala alimentación, sumado al
stress, sedentarismo y tabaco. La presencia de síndromes metabólicos,
como diabetes, hipertensión, hipercolesterolemias, y obesidad refuerzan
la tendencia actual de implementar desde edades más tempranas una
buena educación alimentaria más saludable, como método de prevención
de estas patologías.
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CAPITULO
3
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El maravilloso arte de combinar ingredientes y sabores reconoce
distintas causales, tal y como se viene desgranando en este trabajo.
Las razones culturales que determinan qué es “comida” y qué no, qué,
cuándo y con quién se debe comer, -cuestiones éstas relacionadas con la
ritualidad-, quien come y qué comen, si pobres o ricos, niños y adultos,
dieta o no dieta, sanos o enfermos, roles asignados a hombres y mujeres,
han dado como resultado normas que regulan la manera “correcta” de
combinar los alimentos, horas y clases de alimentos a lo largo del día o
del año, comida de jornadas laborales o festivas (Aguirre, 2010).
Es así que, junto con lo anteriormente citado, la amalgama de la simple
cuestión biológica: alimentarnos para vivir, sumado a razones
ecológico-demográficas que tienen que ver con qué productos se dan
naturalmente en la región, si se producen en cantidad suficiente para
sostener a una determinada población o para comercializar los
excedentes, hasta cuestiones socio-políticas que tienen que ver con el
acceso a la comida, todas modulan nuestra relación con el acto de
alimentarnos.
Es así que nuestros pueblos originarios incluían en sus comidas una
limitada gama de productos vegetales de la región, raíces, semillas, y tal
vez productos que pudieran intercambiar con otros pueblos, tal el caso
de la sal que provenía de las Salinas Grandes, granos y tubérculos de los
pueblos de la cordillera y, ocasionalmente, vegetales típicos de la región
norte como papas, maíz, zapallo, porotos, tomates, mandioca. Parte
importante de su dieta estaba compuesta por carnes de la fauna
autóctona: mulita, peludo, peces, víboras, roedores tipo cuises o
vizcachas, ñandúes, llamas y guanacos.
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Siendo como somos, un pueblo forjado con el aporte de colonizadores, la
carne de potro se incorporó rápidamente a la dieta de estos pueblos.
Por otra parte, sumado al aporte de los primeros pobladores de la región
que trajeron hábitos de alimentación dependientes de la agricultura
como el consumo de vegetales, trigo y harinas, legumbres, con la llegada
de los inmigrantes incorporamos diversos ingredientes,
mayoritariamente de cultura mediterránea, árabe, vasca, francesa y
española continental.
Se sabe que un inmigrante renuncia a su lengua y a su modo de vestir
antes de cambiar u olvidar sus costumbres alimentarias autóctonas. La
prueba está en que los países donde es muy fuerte la inmigración acaban
enriqueciéndose con una variadísima cocina extranjera, y eso es lo que,
también en nuestra región, aconteció.
Es así que en nuestro rescate aparecieron recetas con ingredientes que
muy difícilmente los inmigrantes hubieran encontrado en estas tierras,
generalmente productos de la huerta y condimentos, típicos de la cocina
mediterránea: puerros, apio, hinojos, repollos, cebollas, garbanzos,
habas, morrones, orégano, albahaca, laurel, pimienta, frutas varias como
cítricos, higos, manzanas y duraznos, por sólo nombrar algunos. Es así
que los estofados, cacerolas, “cocidos”, como nuestro puchero,
combinaban alguna carne, no muy tierna, apta para cocciones largas
(generalmente vacuna, cerdo o pollo) con muchos vegetales y
condimentos, lo que daba como resultados suculentas comidas, con
aromas que evocaban al terruño. Algunas de estas recetas han pasado a
nuestros días pero con una reducción de ingredientes atribuible a
diversas razones: por un lado, la natural pérdida de productos, ya sea
por no haber logrado la adaptación a estas tierras, por haberse perdido
las semillas, por la natural simplificación de recetas, por cambios en los
paradigmas de la “buena alimentación”.
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Respecto de este último caso, es llamativo y paradójico que, con las
facilidades de producción y difusión de gran variedad de alimentos,
registremos la ausencia de las legumbres en las comidas cotidianas,
notable pérdida de ingredientes altamente nutritivos, al punto tal que
las jóvenes generaciones casi no los conocen, con excepción de las
lentejas que mantienen su reputación de proveedoras de hierro, aunque
el mismo sea menos absorbible que el de las carnes. Acompañan a las
legumbres en su olvido, los condimentos, no sólo los mediterráneos,
también los propios de la cocina árabe como la yerba buena, la menta,
mezcla de 7 especias, el coriandro, la pimienta de Jamaica.
Los dulces, conservas dulces y saladas, escabeches, pickles, frutas
desecadas y secas, pasaron a integrar las listas de almacenes y
pulperías, hasta que se contó con los ingredientes producidos en la
zona. Las propiedades conservantes del azúcar, la sal, aceite y vinagre
y especias como la vainilla, clavo de olor y pimienta, hierbas aromáticas
como el orégano, laurel, romero y tomillo fueron incorporadas al acervo
gastronómico local, diversificando y enriqueciendo la dieta de la región.
Los franceses continentales aportaron numerosas preparaciones de
salsas en base a manteca, crema, queso, huevos, papas, numerosas
comidas de olla vinculadas a la campiña y repostería exquisita, en
muchos casos con chocolate. El legado francés de los roux, soufflés y
bases de salsas ha quedado relegado a los chefs y restaurantes
temáticos, muy lejos de la cocina cotidiana, al igual que las largas
cocciones.
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Los pueblos con vinculación con el mar, vascos, franceses
mediterráneos, genoveses, aportaron múltiples formas de cocinar
pescados y mariscos. Teniendo en cuenta que no estamos próximos al
mar y que la riqueza ictícola de agua dulce de nuestra zona era
apreciada mayormente por los pueblos originarios, no había manera que
pudieran contar con este tipo de ingredientes, de consumo en fresco.
Sin embargo, son muchas las recetas que vinieron incluyendo pescados y
mariscos como ingrediente principal. Estas se reservaban para los días
festivos, por lo costoso de traerlos frescos. Un capítulo aparte merece el
bacalao, producto salado y deshidratado típico de pueblos pescadores,
que conservaban de esa manera los excedentes de la pesca estacional. El
bacalao era un producto importado, presente en pulperías y almacenes
de ramos generales del siglo XIX, -se consideraba al de Noruega como
de muy buena calidad-, que integraba recetas de olla y era muy popular
en el siglo pasado, asociado a la Semana Santa, pero muy poco popular
en la actualidad.
Una constante en todos los pueblos de inmigrantes, derivado de lo
costoso que era criar animales domésticos, es el aprovechamiento
integral de cerdos, vacunos y sus vísceras. Aparecen entonces, además
de las recetas ancestrales de chorizos, morcillas, jamones y bondiolas,
recetas de “quesos” de cerdo, aprovechando carnes y cuero de la cabeza
y miembros, tripas rellenas, sesos, hígado, mondongo, platos con
lengüitas de cerdo y de cordero, riñones, etc. Además, el uso de grasas
animales, como ingrediente o medio de cocción era básico en las recetas
de antaño: grasa vacuna, en general y de riñón, por considerarse más
fina, de cerdo, de pollo y manteca eran indispensables.
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Cuando las carnes de los animales domésticos escaseaban, se recurría a
los recursos naturales: perdices, mulitas y liebres eran los más comunes
y se preparaban de distintas maneras: al horno, estofadas con distintas
salsas, el escabeche era una forma habitual de conservar esas carnes.
Pero también aparecen recetas incluyendo “pajaritos”, sin especificar
cuáles, y especies de mar poco comunes como la manta raya.
Por último, pero no por eso menos importante, junto con los
inmigrantes vinieron los cereales tradicionales: trigo, avena, cebada. Es
que los pueblos originarios no conocían los cereales? Dejando de lado el
maíz, americano pero originario de otras latitudes, el único cereal
documentado integrante de la dieta de dichos pueblos era la cebadilla
criolla. Dado que nuestros pobladores no eran agricultores, se limitaban
a su consumo en la época de maduración de los granos.
La dieta de los inmigrantes europeos incluía fuertemente al trigo y la
harina refinada que de él se obtenía. Es así que la encontramos presente
en preparaciones dulces, festivas o cotidianas, asociadas al desayuno y
la merienda, como espesantes en rellenos y salsas, en postres y en el
“pan nuestro de cada día”, en todas sus variantes. De las innumerables
preparaciones que se pueden obtener de la sencilla unión de harina,
agua, sal y levadura, llegaron distintos tipos de panes y galletas que
acompañaban sopas, infusiones y carnes asadas, se utilizaba desmigado
y remojado en leche para rellenos o bien para la elaboración de
“torrejas” y budines.
Españoles, franceses, italianos, alemanes, rusos y árabes, por mencionar
algunos de los que llegaron a estas tierras, trajeron panificados, con
levadura o sin ella, dulces y salados, que van desde los chatos panes
árabes, al sencillo pan casero, con grasa o no, focaccias, pannetones con
frutas secas, hasta delicadas tortas y masitas para la hora del té.
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Un párrafo especial merece la repostería frita, generalmente con grasa
vacuna o de cerdo: el aroma y sabor de churros, pasteles, empanaditas,
buñuelos y rosquitas, rellenos, con glacé, almíbar o simplemente
rebozados con azúcar, inevitablemente lleva a evocar las cocinas de
abuelas y bisabuelas.
La utilización de pastas frescas y secas, simples y rellenas, ocupa un
rubro importante dentro del patrimonio gastronómico de Azul.
De la mano de italianos, mayoritariamente, pero también árabes,
franceses y rusos, aparecieron preparaciones que incluyen la simple
mezcla de harinas o sémolas con agua, con huevo o no, las cuales,
cocidas en “abundante agua y sal”, se acompañaban con distintos tipos
de salsas. Spaghetti, fuccilli, gnocchi, ravioles, sorrentinos, lasagna,
reunieron y reúnen a las familias en la mesa, tradicionalmente jueves y
domingos. Estos clásicos de origen italiano venían acompañados de
salsas con predominio del ajo (un buen pesto se lograba con ajo,
albahaca y nueces), tomate, orégano y albahaca, acompañados todos de
aceite de oliva y queso, pudiendo tener o no carnes, cerdo, panceta,
pollo, chorizos, salchichas. Las francesas, con la misma mezcla básica
para la pasta, incluían salsas con base de crema, salsa blanca o
bechamel, queso y vegetales, champignones o espárragos, por ejemplo.
Muy versátiles, aparecen acompañando a estofados en recetas rusas,
como elemento envolvente de tartas y empanadas o integrando sutiles
masas como la del exquisito baclava árabe.
Como se puede apreciar y siendo ésta una apretada aproximación a los
ingredientes de nuestro patrimonio gastronómico, tenemos un vasto
derrotero para explorar.
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CAPITULO
4
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A de Torchia, M. E.
Libro de Levaroll
Razas Humanas (1938)
Pescados y Mariscos Argentinos (1935)
Alarcón, Olga
Recetario familiar manuscrito
Aries , Enrique
Livre de recettes de cuisine practiques : Helena Aries
Arriaga, Ana
La Perfecta cocinera argentina (1902) de Juana T. de Vitale
Berdiñas, Sara
Recetario familiar manuscrito de Delia Tabernero.
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Block, Karina . Recetas de su abuela rusa
Kreppel
Wickel Nudel o Wickel Klees con estofado
Confalone, Adriana
Ñocones (abuela alemana)
Cuccia (abuela italiana)
Conte, Mirta
R ecetario La Negra (1963)
D’ Alfonso, Carlos
Recetario Maizena
Recetario familiar manuscrito
Recetario Royal (1957)
Libro de Cocina Sansinena (1940)
Diab, Julio
Recetario de cocina árabe de Marta Jaled de Diab.
30
Entraigas, Ilda
Receta de madre y tías Davies: Torta galesa.
Fittipaldi, Carolina
Recetarios (2) familiar manuscrito de Susana Roldán.
Gazzanet, Blanca
Curso de Cocina, Escuela Profesional (1964)
Mestelán Silvia
Receta de matambre arrollado de su abuela Juana Elisa Mansilla.
31
Monterroso, Liliana
Recetario familiar manuscrito de su abuela Matilde Girbent de
Monterroso
Peralta, Liliana
Cuaderno de recetas manuscritas de su mamá Nilda Olga Laza
Quiroga, Valeria
Cuaderno de recetas manuscritas de Liliana Romero
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Rosales de Rey, Nelda. Recetas de su mamá Ana Messineo de Rosales
Libro de Recetas Luz Azul
Recetario familiar manuscrito
Libro de Cocina Royal (1950)
Libro de Cocina Royal (1955)
Recetario de Cocina (1965)
La semana del pescador (1966)
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A. de Torchia, M. E.
Libro de Levarol
Hemos seleccionado una receta de un clásico acompañante del
mate o del chocolate de antaño, los churros, hechos con un
antecesor del por todos conocido polvo leudante Royal.
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A. de Torchia, M. E.
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A. de Torchia, M. E.
Corvina a la provenzal
Se pone una corvina entera en una cazuela grande con aceite, cuatro o
cinco dientes de ajo cortados en rebanaditas y un buen ramo de perejil
con un poquito de tomillo. Se pone a cocinar a fuego lento hasta que el
ajo se haya consumido solo. Dejar la olla bien tapada.
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Alarcón , Olga
Preparación
Batir la manteca hasta que quede blanda. Agregar dulce de leche,
esencia de vainilla y los 2 huevos bien batidos, agregar el caco y la
harina. Mezclar bien sin batir
Si queda la preparación un poco seca agregar leche.
Poner en molde enmantecado en horno templado.
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Arambillet, Alberto
Escabeche de 6 perdices
Mezclar todo agregar los huevos con un poco de leche hasta que la
mezcla no quede ni muy espesa ni muy blanda.
Poner a horno en latas enmantecadas.
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Arambillet, Alberto
Torta de Oro
Yemas 10
Claras 5
Azúcar impalpable 1/4
Azúcar común 1/4
Fécula de papas 1 taza
Ralladura de limón
Aromalia una medida
Manteca 300grs.
Preparación
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Arambillet, Alberto
Torta de alcauciles
Masa
300grs. de harina leudante
1 cucharadita de sal.
1 huevo.
100grs. De manteca.
Agua cant. Necesaria.
10 alcauciles.
½ taza de aceite.
1 cebolla picada.
1 taza de agua caliente.
Sal , pimienta y nuez moscada.
4 huevos grandes.
200cc. De crema de leche
1 tacita (de te) de leche.
Huevos Parmentier
Comenzar por hacer, con seis u ocho papas grandes,
un puré bien liso. Trabajarlo con un a porción
grande de manteca muy fina y un vaso de crema o,
en su defecto, leche bien cocida.
Estando el puré a punto, colocarlo en un plato apto
para horno, luego de dejarlo bien alisado, cavar, a
intervalos regulares, huevos profundos para poder
contener un huevo que se cascará allí.
Cubrir el puré con pequeños trocitos de manteca,
luego colocar en el horno para pochar los huevos.
Servir bien caliente, simple, pero delicioso.
41
Aries , Enrique:
Soufflé de legumbres
Los soufflés de legumbres son los mas grandes y
deliciosos de este tipo.
Cocinar en agua salada las legumbres que se
deseen utilizar.
Cuando las legumbres están cocidas, escurrirlas y
hacerlas puré. Colocarlas en salsa bechamel,
luego agregar yemas de huevo y las claras batidas
a nieve en las proporciones que exige el tamaño
de vuestra fuente. Verter en un molde
enmantecado y cocinar en horno media hora
aproximadamente.
42
Aries , Enrique:
Salsas
Insustituibles en la cocina de antaño, la cocina francesa nos ha legado
preparaciones básicas y clásicas. Ejemplo de ello son los fondos y
salsas que hemos seleccionado del libro de Helena.
Salsa blanca:
poner en una cacerola 30 gramos de manteca fresca. Dejar fundir a blanco,
agregar 2 cucharadas de harina, dejar cocinar algunos minutos a fuego suave, sin
dejar tomar color. Verter suavemente agua hirviendo, salar, dejar romper el
hervor e incorporar pequeños trozos de la manteca restante. No dejar cocinar
más, para conservar en la manteca el gusto a crema. Dado que esta salsa esta
destinada a acompañar pescado, generalmente se le adicionan alcaparras,
mezclando un huevo, en el momento de servir, agregar al filet el jugo de un
limón.
44
Aries , Enrique:
46
Aries , Enrique:
Torta de chocolate
125 g de chocolate
60 g de manteca
125 g Azúcar en polvo
3 huevos
2 cucharadas de té de
crema
de arroz o fécula
50 g de almendras dulces
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Arriaga, Ana
Estas son dos de las joyitas que seleccionamos de este libro tan
antiguo.
Gateau de plomb
Se ve claramente la conversión de libras a gramos hecha por la
cocinera, con pluma… y, para completar , la acotación del final
hace referencia al nombre, sin desperdicio!!!
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Arriaga, Ana
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Arriaga, Ana
Budín a la Josefa
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Berdiñas, Sara
Papas rellenas
Se pelan las papas y si son grandes se parten por
la mitad (lo que se retira para ahuecarlas se
puede emplear para el relleno) se colocan en una
asadera enmantecada.
Relleno: lo que queda de las papas se cuece. Se
muelen 2 chorizos, 50 g de manteca, 1 cucharada
de perejil con la carne de los chorizos, sal y pimienta.
Mezclar todo bien y colocar con una cuchara en las
papas. Se le agrega un poco de caldo y se pone al
horno por una hora. Se puede servir con una salsa
de tomates.
Ajíes rellenos
Se lavan los ajíes y se limpian.
Relleno: ½ pan francés remojado en leche, se le
saca la cáscara y se deshace bien. Se le agregan
50 g de jamón crudo picado y una cucharada de
perejil picado, 3 cuch. de queso rallado y 3 huevos.
Los huevos se colocan de uno en uno y se mezclan
bien. Este relleno se coloca en el ají con una
cuchara. Se fríen en aceite bien caliente.
Se pueden servir con bifes a la plancha.
51
Berdiñas, Sara
Puré de Bacalao
Se pone en remojo ½ kg de bacalao por la noche. Se pone a hervir con
agua fría. Una vez cocido se coloca en una fuente y se trabaja en
caliente hasta que quede como en un hilo y se le va echando un poquito
de aceite. Se le agrega ½ kilo de papas cocidas y se muelen bien con
aceite. Se le agrega perejil picado y un poco de leche bien caliente.
Se coloca en una fuente que va al horno y a la mesa. Se le pone un poco
de queso rallado y un poquito de perejil.
Se fríen unos ajíes y se colocan alrededor alternando uno verde y uno
colorado.
Croquetas: con la misma pasta se
hacen croquetas. Se envuelven
con harina, se hacen alargaditas
y se fríen en aceite bien caliente.
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Bilello, Graciela: receta de Yolanda Inés Giorda de Bilello
Preparación
Cortar las berenjenas en rebanadas finas y curarlas con sal gruesa y
agua.
Enjuagarlas bien, escurrirlas y pasarlas por harina.
Freír una por una y secar en papel absorbente.
Disponer en una fuente capas de berenjenas salsa y queso
Llevar a horno y gratinar
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Block, Karina
54
Block, Karina:
Kreppel
2 huevos
3 cucharadas de crema
1 litro o lo que tome de leche cuajada. ( También se puede remplazar
por 1/2 de leche fresca y 1/2 de agua tibia más una cucharada de
manteca)
1 cucharada de bicarbonato
3 cucharadas de azúcar
1/2 cucharadita de sal
1 kg de harina
Preparación:
Unir todos los ingredientes. La masa no debe quedar muy dura.
Dejar descansar, cortar y freír.
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Block, Karina:
Recetas de su abuela rusa: BLOCK- HEFFEL
1/2 kg de harina
2 cucharadas de levadura
1 pizca de sal
1 huevo
Leche
Preparación de la masa:
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Confalone, Adriana
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Conte, Mirta
Ingredientes (6 comensales)
1 lata de lengüitas de cordero La Negra.
Salsa verde: 1 ramito de perejil picado, 1 ramito de berros picados, 1
yema, aceite (el que absorba), 1 cucharadita de condimento La Negra
(mostaza), sal.
Guarnición: ensalada de papas con aderezo de: 1 taza de vino blanco,
½ cebolla en juliana blanqueada, 1 cucharada de vinagre de frutas La
Negra, sal y pimienta.
Preparación
Quitar las lengüitas de la lata, sacar la grasa. Colocarlas en el centro de
una fuente. Hacer la salsa, machacando en un mortero el perejil y el
berro junto con la yema. Añadir aceite hasta obtener una salsa espesa;
sazonar con la mostaza y la sal. Cubrir las lengüitas con la salsa.
Decorar la fuente con las ensaladas de papas.
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Cuevas, Albertina Ruperta
Pickles de cerezas
Sacar el carozo de las cerezas. Colocar en un
recipiente y cubrir con vinagre no muy fuerte.
Dejar así ocho días, revolviendo bien durante
dos veces al día. Al noveno días sacar de
vinagre y dejar escurrir. Por cada taza de
cereza se agrega una taza de azúcar y se
vuelve a colocar en un recipiente durante ocho
días más , revolviendo dos veces al día. Al
octavo día, sacar y escurrir, colocar en frascos
bien limpios y cerrados herméticamente. Sirve
para acompañar carnes y aves.
Hongos en conserva
Se lavan los hongos, se sancochan cinco
minutos y se escurren bien. Se pasan por agua
hirviendo un minuto, y una vez bien
escurridos, se ponen en un frasco, con unos
granos de pimienta y unos clavos de olor.
Cubrir con aceite de oliva y cerrar bien.
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Cuevas, Albertina Ruperta
Chutney de manzanas
Tres cuartos de manzanas cortadas bien
chiquitos, 2 tazas de azúcar, 2 de pasas de
corinto, las cascaras de 2 naranjas bien
picaditas, media taza de vinagre y la tercera
parte de una cucharadita de clavo de olor
molido. Hervir todos los ingredientes hasta que
las manzanas estén cocidas. Guardar en
frascos y servir con pollo o gallina.
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Cuevas, Albertina Ruperta
Masa
En corona se ponen 300 grs. De harina y en el centro una cucharada de
manteca, media cucharadita de sal, media cucharadita de vinagre, un
huevo y medio tazón de agua tibia. Hay que trabajar quince minutos la
masa, como si la golpeara en la mesa, luego se la deja descansar
veinticinco minutos, tapándola con una cacerolita de barro que ha sido
calentada previamente y embadurnándola la misma con aceite y
colocándola en una mesa enharinada.
Relleno.
Se cortan en rebanadas finas una docena de manzanas cara sucia
peladas y sin semillas, se derriten 150 grs. de manteca, se deshacen 6
bizcocho de vainilla y se tiene preparado un poco de azúcar y canela.
La masa, una vez que esté bien descansada se estira con las manos y se
va extendiendo sobre un mantel enharinado. Hasta que quede fina
como un papel. Entonces se rellena con las manzanas, se rocía con la
manteca derretida, se esparcen las pasas y se espolvorea con la canela y
el azúcar. Con ayuda del mantel se va arrollando la masa. Se pinta con
la manteca derretida y se cuece en horno caliente hasta que esté bien
dorada. Se puede comer frio o caliente.
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D ´Alfonso, Carlos
63
D ´Alfonso, Carlos
Recetario Maizena
De un Recetario Maizena muy antiguo , (década del 50) hemos
rescatado estas dos , cuya particularidad reside en la utilización de
ingredientes que ya no se usan.
Rosquitas de Maizena
6 yemas
150 g de azúcar
300 g de Maizena
¼ cdita de carbonato de amoníaco molido (a polvo)
1 pizca de vainillina.
Batir durante 2 a 3 minutos las yemas con el azúcar.
Mezclar la Maizena con el carbonato de amoníaco y la vainillina;
agregar poco a poco mientras se va revolviendo, con cuchara de madera,
sobre las yemas.
Amasar bien y cortar en pedacitos chicos. Hacer tiritas y formar
rosquitas colocándolas sobre chapas limpias y secas, forradas con papel
de seda impermeable.
Dejarlas hasta el día siguiente. Darlas vuelta y ponerlas en horno
caliente al principio y suave después.
El carbonato de amoníaco debe estar en piedra y para hacerlo polvo se
aplasta con la hoja de un cuchillo. Debe mezclarse con 250 g de
Maizena, pues si las yemas son chicas no absorben más que esa
cantidad, y si son grandes agregar los 300 g. Para ello se pueden
agregar después los 50 g restantes.
Recetario Maizena
Ingredientes:
1/2 Kg de Carne de res molida .
Puede ser carne de cordero.
1 taza de trigo fino para kepe
Media cebolla chica
20 hojitas de yerbabuena
Sal al gusto
Pimienta.
Preparación:
El trigo se lava y se deja remojando por 5 minutos y
luego se exprime con las manos.
Se muele la cebolla y la yerbabuena (añadir un poco
de agua si hace falta)
Se revuelve la carne molida con el trigo y con los
demás ingredientes ya molidos, echándole al mismo
tiempo agua helada hasta que la masa quede floja.
Emplatado:
Decorar con hojitas de yerbabuena, aceite de oliva y
cebollitas .
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Diab, Julio
Recetario de cocina árabe de Marta Jaled de Diab.
Fatay. (empanadas árabes)
1 kg. de harina 000
25 grs. levadura
1/4 taza aceite de maíz
400 cc. de agua tibia
1 cdta. de sal
Relleno
1 kg. de carne picada muy fina
3 cebollas medianas
2 cebollas de verdeo
3 tomates sin piel y sin semillas cortados en cubos pequeños
1 ají morrón rojo sin piel cortado finamente
el jugo de 2 ó 3 limones
2 cucharadas de perejil fresco picado
1 cdta. de ají molido
2 cdas. de Baharat (mezcla de 7 especies)
1 cda. de menta (hierbabuena)
Sal (al gusto)
Poner sobre mesada la harina en forma de corona, en el centro la levadura disuelta en un
poco de agua tibia, incorporar el aceite y la sal por fuera. Empezar a formar la masa
agregando el agua tibia hasta lograr un bollo tierno. Dejar en reposo 20 minutos. Estirar
la masa finamente con palote y cortar los discos. Para el relleno, sumergir los tomates en
agua hirviendo un minuto. Pasarlos rápidamente a agua fría para poder retirar la
cáscara. Retirar las semillas y cortarlos en cubitos pequeños. Para pelar el ají colocarlos
sobre rejilla al fuego girándolo hasta que esté quemada la cáscara. Retirar y pelarlo con
ayuda de agua. Picarlo fino. Cortar muy finamente las cebollas. Mezclar todos los
ingredientes con la carne picada, el perejil picado, el jugo de limón, las especias, la
menta y la sal. Llevar la preparación a la heladera dejándola macerar durante 8 horas.
Retiramos y veremos que la carne cambió de color. Escurrimos los jugos sobrantes- del
limón y los que desprendió la carne. Rellenamos los discos y cerramos la masa dándole
forma triangular. Las colocamos en asadera aceitada y cocinamos en horno fuerte hasta
que estén doraditas. Servir acompañadas con rodajas de limón.
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Diab, Julio
Recetario de cocina árabe de Marta Jaled de Diab.
Preparación
Mezclar la carne con el arroz crudo y enjuagado, los tomates, la menta, el jugo
del limón sal y pimienta de Jamaica. Amasar todo junto formando el relleno y
reservar.
Separar las hojas de parra y colocarlas con la nervadura hacia arriba. Colocar el
relleno en forma transversal pero sin llegar a cubrir el total del ancho para que se
puedan doblar los laterales hacia el centro y luego envolver sobre si mismos,
quedando como pequeños cilindros (aprox.7-8cm de largo) con los extremos
cerrados. Colocar en una olla uno al lado del otro hasta completar la base, luego
agregamos otra capa transversalmente y así sucesivamente. Una vez colocadas
las capas ponemos un plato boca abajo cubriendo la capa superior, y sobre el
plato colocamos un peso para evitar que los envueltos se levanten. Agregar agua
caliente con sal y limón, observando que vaya penetrando debajo del plato hasta
cubrir todas las capas. Una vez que el agua rompa el hervor, bajar el fuego al
mínimo y hervir por espacio de treinta y cinco minutos. Retirarlas una a una
mojándose las manos con agua fría. Servirlo con limón.
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Diab, Julio
Recetario de cocina árabe de Marta Jaled de Diab.
Elaboración
Licuar el garbanzo acompañándolo con un poco del agua de conserva. Agregarle
el jugo de limón, el tahine, sal y un chorrito de aceite. Volver a licuar. Al servirlo
decorar el plato con pimentón en círculo, desde el centro hacia afuera y perejil
picado en el centro.
BabaGhanoush (Puré de berenjenas).
Berenjenas ¾ Kg
Tahine 2 cdas.
Limón 2
Sal
Aceite
Perejil 2 cdas.
Elaboración
Colocar las berenjenas con cáscara sobre el fuego (carbón , hornalla u horno)
hasta que se cocinen totalmente. Retirarlas y, bajo el agua, pelarlas. Retirarle las
semillas y pisarlas con tenedor. Incorporarle el tahine y mezclar junto con la sal,
el jugo de limón y un poco de aceite. Al servirlo esparcirle arriba aceite de maíz
con algunos chorritos de aceite de oliva extra virgen y dos cucharadas de perejil
bien picado y si gusta un dientecito de ajo bien pisado.
69
Diab, Julio
Recetario de cocina árabe de Marta Jaled de Diab.
Baklawa
Masa fila ½ Kg
Manteca 300 g
Nueces peladas 300 g
Agua de azahar , 2 cditas.
Azúcar , 2 cdas
Almíbar
Elaboración
Enmantecar una asadera y acomodar hoja por hoja la masa fila
salpicándola con la manteca derretida.
Al llegar a la mitad de la altura esparcir las nueces trituradas
mezcladas con el azúcar.
Colocar el resto de la masa de la misma forma que la capa inferior. Con
un cuchillo bien filoso marcar en rombos y rociar por encima con la
manteca restante.
Cocinar a horno fuerte durante 20 minutos, luego reducir a horno
moderado y cocinar durante 30 minutos más hasta que la superficie
tome un tono dorado.
Retirar y dejar reposar durante 5 minutos. Agregar almíbar tibio
tirando a frío. Dejar enfriar.
70
Entraigas, Ilda : Receta de madre y tías Davies
Torta galesa.
Ingredientes para 2 tortas grandes (molde Nº 2) y 2 pequeñas (molde Nº 1).
1 kilo de harina leudante
400 gr de manteca
4 huevos
2 ½ tazas de azúcar blanca
1 taza de azúcar negra
1 pizca de sal
1 taza de nueces molidas
1 taza de pasa sultana sin semillas (
mezclar amarillas y negras)
½ taza de frutas abrillantadas (naranja y limón)
½ cucharadita de nuez moscada
2 cucharaditas de canela
1 cucharada al ras de bicarbonato
3 cucharadas de miel
1 copita de cognac 3 plumas
Bandera Española
1 litro Leche
4 Cucharadas Harina
1 Cebolla
5 Tomates
4 Huevos
Sal, Nuez Moscada
Poner los huevos a cocer, una vez cocidos separar las claras de la yemas y
picarlos bien. Por una lado quedara la clara picada y por otro la yema
picada.
Partir los tomates a la mitad, rallarlos y freír en aceite de oliva virgen
extra, añadiendo un poco de azúcar para quitar la acidez y dejar a fuego
lento hasta que se quede bien frita y reducida la salsa de tomate.
Hacer una bechamel (sofreír cebolla, incorporar la harina hasta que tome
color marrón y agregar la leche poco a poco)
Cuando esté casi hecha la bechamel, incorporar la clara picada,
terminar la cocción.
Una vez lista poner la mezcla en una fuente a enfriar. Cubrir la mezcla
con la salsa de tomate formando una bandera, alternando con yema
picada y salsa.
72
Fernández de De Dominicis , Lilia
Recetario familiar manuscrito de su mamá, María Esther Pérez de
Fernández.
73
Fernández de De Dominicis , Lilia
Recetario familiar manuscrito de su mamá, María Esther Pérez de
Fernández.
74
Fernández de De Dominicis , Lilia
Recetario familiar manuscrito de su mamá, María Esther Pérez de
Fernández.
75
Gazzanet, Blanca
Imperial Ruso
6 claras
300 gr de azúcar
Gotas de almendras.
1 arrollado de 4 huevos
60 gr de azúcar
50 gr de harina
Manteca
Crema suiza.
Azúcar impalpable.
Canela o chocolate en polvo
Preparación
Batir las claras a nieve, agregándole el azúcar uniendo
suavemente con cuchara de madera, formar espirales
sobre las chapas enmantecadas y enharinadas y
cocinarlas en horno muy suave.
Preparar el arrollado como en receta anterior, cortar
discos y unirlos con crema suiza y con merengue.
Espolvorear con el azúcar impalpable y hacer dibujos
con canela o chocolate.
76
Fittipaldi, Carolina
Recetario familiar manuscrito (2) de Susana Roldán.
Dulce de Leche
Ingredientes:
2 litros de leche
500 gr de azúcar
1 pizca de bicarbonato de sodio.
1 chaucha de vainilla.
Preparación
77
Fittipaldi, Carolina
Buñuelos
Ingredientes
350 gr de harina
1 cucharadita de Royal
½ cucharadita de sal
3 cucharadas de azúcar
3 yemas
3 claras
1 ½ taza de leche
Preparación
78
Gómez, Marta Noemí (Martita)
Escabeche de liebre
1 kg de lomitos de liebre
4 cebollas grandes
4 zanahorias
2 hojas de laurel
Sal a gusto, pimienta,
Una pizca de orégano y de especies surtidas
2 tazas de aceite
2 tazas de vinagre
Preparación
Hervir unos minutos los lomitos, escurrir.
Al mismo tiempo cortar en rodajas las zanahorias en juliana,
las cebollas y rehogarlas en aceite. Luego agregar los
condimentos y las hojas de laurel. Una vez rehogadas agregar
los lomitos y el vinagre, tapar y cocinar aproximadamente 45-
60 minutos a fuego suave y con la cacerola tapada.
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Lavecchia de Conti, María
Fotocopia de revista
Estofado a la madrileña
(para 6 porciones)
Hueso de caracú, 2 kilos (cortado
en trozos pequeños)
Vino tinto, 200 gr
Vinagre: 1/2 vaso
Aceite: 5 cucharadas
Harina: 100 gr sal, pimienta
y nuez moscada, a gusto.
Caldo, 1 taza tamaño desayuno.
Ajo, 6 dientes
Canela en rama, 1 trocito.
Papas, 1 kg.
Cebolla, picada fina, 1 (grande).
Conserva de tomates, ½ cucharada.
Azúcar, ½ cucharadita
Preparación
Lavar y secar la carne. Sazonarlos con sal, pimienta y nuez moscada. Pasarlos
por harina.
Verter el aceite en una cazuela; rehogar la carne, una vez dorada, agregarle el
vino, el vinagre y el caldo.
Añadir la canela y los dientes de ajo, pelados y enteros. Tapar la cacerola y dejar
cocer lentamente durante 45 minutos.
Incorporar la cebolla, conserva, azúcar y las papas cortadas en trozos regulares.
Sazonar y dejar hervir lentamente hasta su completa cocción.
Servir bien caliente en la misma cazuela.
80
Lavecchia de Conti, María
Pasteles
Ingredientes
Grasa de Pella en rama 3 kg.
Harina 2 Kg.
Dulce de membrillo 1 kg.
Manteca 200 grs.
Sal
Agua
Azúcar
Esencia de vainilla
Preparación
Derretir la grasa cortada en dados pequeños, el olla de hierro
preferentemente a fuego medio, revolviendo cada tanto con palo para
que no se pegue.
Con un cucharon se va retirando el líquido resultante y se pasa por un
lienzo o cedazo previamente colocado en la boca de un recipiente
metálico, lata grande u otra olla continuar así hasta que quede el
chicharrón dorado pero no quemado.
Masa
Colocar un kg. de harina en corona, en el centro 100 g, de grasa
derretida previamente y 100 g, de manteca. Un poco de esencia de
vainilla y salmuera muy tibia y se unen estos ingredientes hasta formar
una masa ni blanda ni dura. Se deja descansar con un repasador.
81
Lavecchia de Conti, María
Hojaldre
Con palo de amasar largo se estira la masa descansada, se espolvorea con
harina para que no se pegue hasta formar un círculo fino. Se marca la
mitad y se coloca en una mitad 100 g de grasa y 100 g de manteca, en la
otra mitad colocar harina. Se unen las mitades y se presiona suavemente
y se realiza un segundo doblez. Se estira con palote en forma rectangular
de ½ cn de espesor y se cortan las tapas de 4 cm de lado.
Para formar el pastel se coloca el dulce en el centro de una tapa y se
humedece alrededor del mismo, se cubre con otra tapa presionando
alrededor del dulce y se realizan pequeños cortes en las esquinas
formando el pastel.
Una vez hechos todos los pasteles se cocinan en grasa bien caliente.
Primero boca abajo y luego se dan vuelta. Se retira la olla del fuego y se
sacan los pasteles que se llevan a un colador o escurridor.
Almíbar
1 litro de agua con ½ k de azúcar, una rama de vainilla todo en otra
olla y a fuego fuerte hasta formar un almíbar flojo.
Cuando llega a ese punto se baja el fuego y se comienzan a pasar los
pasteles (este procedimiento debe ser rápido para que no se pase el
almíbar. Deben quedar brillosos, si no es así es que el almíbar no esta a
punto.
Dejarlos en una fuente hasta que se enfríen, aunque lo mejor sería
dejarlos descansar 24 horas.
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Mestelán Silvia
Receta de matambre arrollado de su abuela
Juana Elisa Mansilla
Ingredientes
1 matambre grande
huevos 1/2 docena, hervidos y cortados en rodajas
3 o 4 zanahorias grandes, cortadas en tiras alargadas
sal, pimienta y aji molido
Una taza de perejil y ajo, picados.
Preparación:
Desgrasar el matambre, luego salpimentar y agregar ají molido a gusto;
agregar luego el ajo y perejil, las zanahorias y los huevos distribuidos por
el matambre.
Arrollar con cuidado. Coser con aguja de tamaño grande (tipo
colchonera) con hilo de atar paquetes. Envolver adicionalmente con este
hilo.
Hervir a fuego alto por 31/2 hs; si el matambre está tiernizado sacar,
escurrir y prensar entre 8 y 12 hs. Conservar en heladera hasta servir.
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Monterroso, Liliana
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Monterroso, Liliana
85
Monterroso, Liliana
Torta pascualina
Masa: se toma la masa como para pasteles, es decir con agua, sal y
aceite. Se amasa, se estiba y se hacen hojaldres como para pasteles.
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Monterroso, Liliana
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Mousit de Connolly, Angélica
Pepitoria de Ave
Entre los muchos platos de cocina verdaderamente ricos, se destaca
este en grado superlativo. Basta decir que era el manjar predilecto
de Reyes y Emperadores, no faltando nunca en los grandes festines
bucólicos ni en los esponsales de la rancia nobleza.
Mañana, día de Pascua de Resurrección, es indicado para hacer este
plato. Señora: hágalo Ud. misma a su marido, y lo tendrá contento
todo el día y toda la noche.
Mátense un pollo o dos que sean grandes y estén gorditos. Póngase
una cacerola al fuego con abundante aceite y cuando esté caliente
échense unos cuantos dientes de ajo. Cuando estos estén dorados se
sacan y se echa el pollo cortado en porciones no muy chicas,
agregándole sal, hojas de laurel, un poquito de perejil cortado, un
poco de orégano y pimienta molida.
Ahora aparte en un mortero, se ponen 12 avellanas, 12 almendras, 6
nueces y una cajita de azafrán. Se machaca todo bien hasta hacer
una pasta y después se le agrega una copa de jerez o vino bueno. Se
disuelve bien y se echa dentro de la cacerola. Cuando el pollo este a
medio hacer se le agrega un cucharon de caldo de puchero y a falta
de esto la misma cantidad de agua caliente. Se recomienda tener la
cacerola bien tapada, destapándola solo 2 o 3 veces para dar vuelta
las presas.
Espere su cocimiento y …..agárrate Catalina.
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Muñiz, María Estela
Sopa de tomates
Colocar en una cacerola 100 g de manteca, calentar y dorar una cebolla
picada fina; agregar, luego 4 tomates pelados bien deshechos, dejarlos
cocinar y añadirle una cucharadita de azúcar, dos cucharadas llenas de
harina.
Dejar cocinar un momento y agregarle medio litro de leche y un litro y
medio de caldo, con preferencia de gallina.
Revolver bien, condimentar con sal y pimienta y continuar cocinando a
fuego lento, revolviendo continuamente hasta que suelte el hervor.
Retirar , pasarla por colador y servirla bien caliente, acompañada de
daditos de pan fritos a la manteca. Se la puede hacer más liviana
agregándole más caldo.
90
Muñiz, María Estela
Sopa de Verduras
Cortar en cubitos dos zanahorias grandes, un puerro, un nabo y una
penca de apio.
Poner en una cacerola 50 g de manteca, dorar allí una cebolla picada,
agregar las verduras, saltear ligeramente, agregarle un cucharón de
arvejas, otro de porotos de manteca, frescos, dos litros de caldo o agua.
Condimentar bien y dejar hervir a fuego lento hasta que esté todo cocido.
También se le puede añadir repollo cortado en tiritas, zapallitos tiernos
cortados y más agua o caldo.
Sopa Juliana
Poner en una cacerola 100 g de manteca, colocar al fuego y cuando esté
caliente dorar una cebolla cortada fina, agregarle un nabo, un puerro, un
pedacito chico de repollo, todo cortado en tiritas finas, 200 g de arvejas y
media cucharada de perejil picado.
Cocinar todo junto unos minutos y agregarle un litro y medio de caldo o
agua, condimentar con sal, tapar la cacerola y dejar hervir a fuego lento.
Cuando ya estén casi cocidas las verduras se le agrega una papa cortada
en tiritas.
Se deja hervir 15 minutos más y se sirve.
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Peralta, Liliana
Todos los pueblos del mundo tienen su “cocido” típico, que se hace
con los frutos más comunes de la región, que tiene versiones
sencillas o “de fiesta”. En este caso la receta de locro de Nilda es
una versión sencilla que rescata algunos de los ingredientes más
emblemáticos de la América pre-colombina: el maíz, en este caso
blanco, los porotos y el zapallo. Y como condimento, el ají molido.
92
Peralta, Liliana
93
Peralta, Liliana
Pan casero
El conocido refrán “cada maestrito con su librito” puede ser aplicado a esta
receta de pan. De las numerosas variantes de pan casero, o amasado en casa,
ésta en particular, no se cocina como hogaza, sino en molde, pero seguramente
tendría ese aroma glorioso de la masa con levadura.
94
Peralta, Liliana
Pastel de papa
Pastas: Tallarines.
Esta receta de pasta casera sencilla, pero congregante de la
familia, no incluye indicaciones de comensales por lo que
asumimos que debe ser para 2 personas.
96
Peralta, Liliana
97
Peralta, Liliana
Puchero
98
Peralta, Liliana
99
Peralta, Liliana
100
Peralta, Liliana
101
Peralta, Liliana
Alfajores cordobeses
¿Quién no se ha deleitado alguna vez con estos alfajores, que podían
estar rellenos de dulce de leche o mermelada? Además vienen con la
indicación para envolverlos y conservarlos por mucho tiempo.
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Pérez, Juan Domingo :
Salar la carne.
Poner en un bowl los huevos y batir, agregar los condimentos a gusto,
ajo y perejil.
Agregar leche y harina y seguir batiendo para que no se formen grumos.
La preparación debe quedar con consistencia ni líquida ni espesa.
Pasar la carne por el batido.
Freír en aceite caliente, no utilizar el aceite al máximo porque se pueden
quemar.
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Pica de Murillo, Lucía
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Pica de Murillo, Lucía
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Pica de Murillo, Lucía
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Pica de Murillo, Lucía
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Pica de Murillo, Lucía
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Pica de Murillo, Lucía
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Cocinando con Miel
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Cocinando con Miel
Ingredientes
½ k de miel
¼ l de alcohol etílico
1 l de agua
Extracto de vainilla a gusto
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Quiroga, Valeria
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Rosales de Rey, Nelda
Sopa de verduras
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Rosales de Rey, Nelda
Caballa a la Normanda
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Rosales de Rey, Nelda
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Rosales de Rey, Nelda
Nota 1: la inclusión de
polvo leudante Royal en
rellenos, con la intención de
hacerlos más ligeros, es una
constante en este recetario.
Nota 2: para tomar en
cuenta el sencillo esquema
de armado de la receta,
utilizando el puré como
cobertura.
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Rosales de Rey, Nelda
Budincitos de verduras
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Rosales de Rey, Nelda
Hinojos al gratín
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Rosales de Rey, Nelda
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Rosales de Rey, Nelda
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Rosales de Rey, Nelda
Brótola a la provenzal
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Torchia de Garbellini, Mariela
Mollejas de aves
Se consigue en el mercado mollejas de aves
bien frescas. Se rehogan en manteca bien
caliente. Luego se retiran, se abren, se
extienden y se colocan en una cazuela
rociándolas con aceite frito con cebollas. Se les
condimenta con sal, pimienta, se espolvorean
con pan rayado y se mojan con vino blanco. Se
sirven adornadas con rodajas de pepinillos.
NOTA: lo que hoy denominamos «menudos de
pollo» (panza, hígado, corazón), antiguamente
se conocían como mollejas
Sopa a la mallorquina
Se pisan bien en el mortero dos dientes de ajo,
un poco de perejil y apio y se echa en una
cacerola que ya tendrá un litro de agua
hirviendo; se le agrega una taza de aceite, la
mitad de un tarro de salsa de tomate y un ají
chico cortado finito; se deja hervir un rato y al
servirse se le agregan huevos enteros que se
cuecen al calor del mismo caldo y pedacitos de
pan tostado. Queso al gusto.
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Torchia de Garbellini, Mariela
Perdices en salsa
Se limpian bien seis perdices, se untan con manteca y se asan al
horno. Aparte se pone una cacerola con aceite, perejil, pimenta, sal,
laurel, ajos machacados, y rebanadas de limón, se colocan en ellas las
perdices y se cubren con caldo. Cuando están cocidas y el caldo
reducido, se echa una yema por cada perdiz y se sirve.
Sopa holandesa
Se toma caldo de puchero y se desgrasa bien. Se le agrega un poco de
manteca y se sazona con una pizca de pimienta y zumo de limón.
Aparte se fríen en manteca de cerdo unas arvejas, porotos, trocitos
de zanahoria y batatas y se agregan al caldo. Se hace hervir el todo
un momento y se sirve.
NOTA: una muestra acabada de lo «nutritivas» que eran las sopas
de antaño.
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Torchia de Garbellini, Mariela
Escalope a la viena
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Torchia de Garbellini, Mariela
Puchero criollo
Póngase dos kilos de carne en cuatro litros de agua hirviendo. Aguardase a
que suelte espuma la carne, quítesela con la espumadera., cuidando de no
sacar también la gordura. Bien espumada, agréguele cebollas, puerros, nabos,
zanahorias, patatas y zapallo. Si es tiempo de choclos se echan estos casi a la
vez con la carne. Déjese hervir el todo durante una hora. Agréguele una taza
de arroz y a los 25 minutos se sirve.
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Torchia de Garbellini, Mariela
Pájaros fritos
Se pelan 20 pajaritos gordos, se les cortan las alas y las puntas de las
patas, se limpian y se salan. Se coloca en una sartén mitad y mitad de
aceite y manteca, se fríen bien y se les agrega abundante cebolla
picada, se condimentan con tomillo, pimienta y perejil picado. Se sirven
con papas fritas.
Raya a la manteca
Se cortan alas de una raya en varios pedazos y se ponen a hervir en
agua fría con sal y pimienta en grano, laurel y una cebolla partida en
cuatro, se deja cocer cinco minutos, se pone en una fuente con papas
cocidas y se rocía con un poco de vinagre mezclado con perejil picado.
Aparte se pone a derretir 100 gramos de manteca, se le agrega sal,
pimienta y una nuez moscada, se deja hasta que tome color oscuro y se
cubre el pescado con esta salsa en el momento de mandar a la mesa.
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Torchia de Garbellini, Mariela
Humita en chala
Se rallan choclos ya duritos pero jugosos.
Se mezclan luego con un mojo de ajíes,
tomates y cebollas fritos en grasa; se les
agrega un poco de azúcar, pedacitos de
zapallo dulce y un poco de ají picante. Se
cuece todo a fuego lento durante diez
minutos. Se deja enfriar; envuélvase luego
en chala de los choclos. Átense y se les
acaba de cocer en agua y sal, tapando bien
la olla para que salgan más sabrosos.
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Tarantino, Maríangela
1 kg de harina de mandioca
5 huevos
1 paq de margarina
250 grs de queso cáscara colorada rallado
sal
1 taza aprox de leche
Preparación
Unir bien. Formar rollos un poquito más gruesos que los de los ñoquis y
cortar cilindros de 2 cm aprox.
Colocarlos parados sobre la placa y con una tijera hacer dos cortes en
cruz sobre la parte superior.
Cocinar en horno bien caliente.
Se comen tibios y vuelan!!!
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Uriarte de Louge, Susana
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Uriarte de Louge, Susana
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Uriarte de Louge, Susana
Cómo preparar el té
Primero calentar la tetera enjuagándola
con agua hirviendo.
Colocar en la tetera una cucharadita de té
por taza a servirse y otra cucharadita de
«yapa». Verter en la tetera agua hirviendo
hasta cubrir el té, dejar reposar 1 ó 2
minutos. Continuar agregando el agua
necesaria para la cantidad de tazas a servirse.
Es muy importante utilizar agua que esté
hirviendo en el momento de usar.
Cómo se sirve
Se sirve inmediatamente colando la infusión en cada taza (éstas deben ser
angostas y altas para evitar que el té se enfríe con rapidez). Se endulza a gusto
y se le agrega una pequeña cantidad de leche cruda (aproximadamente 3
cucharaditas, «a cloud of milk»),
Para acompañar el té se sirve primeramente pan casero en rebanadas muy finas
untadas con manteca y scons cortados por la mitad untados con manteca, en
platitos o bols se pone queso de postre cortado en trocitos y distintas
mermeladas de fruta. Luego se sirven diversas tortas cortadas en trozos.
131
CAPITULO
5
132
1965
Mariela Torchia de
Garbellini
133
Juana T De Vitale 1902
134
Lucia Pica De Murillo
135
Foto De Doña Petrona C. De Gandulfo
Susana Aries
136
Carlos D`ALFONSO
Blanca Gazzanet
137
Mariela Torchia De Garbellini
Liliana Romero
138
Delia Tabernero
139
Nelda Rosales De Rey
140
Nelda Rosales De Rey
141
Albertina Ruperta Cuevas
1949
142
Olga Alarcon
143
Helene Aries
Juan Arambillet
144
Nelda Rosales De Rey
145
Mirta Conte
Karina Block
146
Angelica Mousit De Conolly
147
Susana Uriarte De Louge
148
Juan Arambillet
149
Juan Arambillet
150
Julio Diab
151
CAPITULO
6
Consejos Útiles
Adam, SG., Brescia, MM. y
Ponzio, NR.
152
153
154
155
156
157
158
159
160
161
CAPITULO
7
Así se anunciaba…
Adam, SG., Brescia, MM. y
Ponzio, NR.
162
Así eran las publicidades de antaño…
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164
Así eran las publicidades de antaño…
165
La Negra, toda una presencia en nuestra cocina
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167
168
Así Eran Las Publicidades De Antaño…
Atendiendo A Las Cuestiones Digestivas
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171
Así eran las publicidades de antaño…
Atendiendo al cuidado personal
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175
176
Así eran las publicidades de antaño… para
recibir a las visitas…
El catering de antaño!!!!!
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Así eran las publicidades de antaño que
aparecían en los libros del rescate…
Para todo tipo de dolencias
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180
Así eran las publicidades de antaño que
aparecían en los libros del rescate…
Para todo tipo de dolencias
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182
Época de tisis …y otras dolencias respiratorias pulmonares
183
Noviembre 2014 – VIII Festival Cervantino – Azul (B.A.)