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INTRODUCCION

En una sociedad en constante evolución los riesgos de sufrir algún daño son
cada vez más elevados, así las fuentes de producción de éstos daños, así
como los agentes a la cual se le puede imputar responsabilidad se ha ido
incrementando, se habla ahora de una responsabilidad contractual,
extracontractual, precontractual, laboral, etc.

Se habla también que los sujetos generadores de éstos daños también se han
ido ampliando, pues no solo la persona natural sino también la jurídica puede
causar algún daño, sino que dentro de éstas últimas podemos incluir a las
entidades públicas que cuando en representación del Estado realizan alguna
actividad productora de algún daño, están obligadas a repararlo.

Esta producción de daños por parte de una entidad pública, obviamente en el


ejercicio de funciones por parte de sus funcionarios, no sólo merece una
tratamiento especial en cuanto a sus supuestos de atribución de
responsabilidad, los conceptos indemnizables sino de manera muy especial en
cuanto a la manea como hacer efectivo el pago de una eventual sentencia de
pago de indemnización a cargo el Estado, esto último si bien no es un tema
propio del sistema de daños, merece un énfasis especial porque de nada vale
contar con el reconocimiento de un derecho si su disfrute deviene en una
utopía.

En tal sentido hoy podemos considerar al Estado un sujeto pasible de


responsabilidad civil, pues el Estado no sólo es pasible de una Responsabilidad
administrativa por sus actos, en consecuencia debemos entender que
responsabilidad civil y administrativa son dos instituciones distintas, así la
responsabilidad administrativa origina una reacción de la misma entidad que se
traduce en la potestad sancionadora de la administración que se puede reflejar
en una multa, apercibimiento o suspensión, mientras que la responsabilidad
civil, busca imputar al causante de algún daño la obligación de reparar los
daños ocasionados por su conducta.
Por ello, creemos importante revisar las normas vigentes sobre la
responsabilidad patrimonial de las entidades públicas así como estructurar un
sistema que permita hacer responsable patrimonialmente al Estado pero de
manera eficaz y justa, lo que en muchas veces es perseguido por el Derecho
de daños.

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


1. CONCEPTO

1.1. ¿Qué es la Responsabilidad Patrimonial?

La responsabilidad patrimonial de las administraciones públicas es la obligación


que tiene el Estado de reparar o de responder por el daño causado por el
funcionamiento de alguna de las administraciones.
Esta responsabilidad patrimonial presupone la existencia de un daño que ha
afectado al patrimonio de un sujeto y la existencia de un derecho o interés
protegido.
La responsabilidad de la administración pública por daños que, con motivo de
su actividad administrativa irregular, cause en los bienes o derechos de los
particulares, será objetiva y directa. Los particulares tendrán derecho a una
indemnización conforme a las bases, límites y procedimientos que establezcan
la ley 27444.

1.2. ¿Qué es la Administración Publica?

Es una organización que el Estado utiliza para canalizar adecuadamente


demandas sociales y satisfacerlas, a través de la transformación
de recursos públicos en acciones modificadoras de la realidad, mediante
la producción de bienes, servicios y regulaciones".

Este concepto de administración publica nos muestra lo diverso que es esta


"organización", en el sentido de que incluye en su seno diferentes espacios y
especialistas que se ocupan específicamente de una tarea, y que su
interdependencia hace muy difícil establecer que se debe reformar y que no, y
por ende realizar una reforma administrativa no es tarea de unos pocos, sino
que abarca a todo el conjunto de ella y también a la sociedad como destino
final de los "output" que ella produce.

No solo en la administración pública hay instituciones. Hay algo dentro de ella


que las mueve. Ese motor son las personas, mejor dicho los "funcionarios" que

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en su conjunto conforman la burocracia, y es esta burocracia la que se
desenvuelve, cumpliendo su función impulsada por valores, patrones de
conducta, emociones, sentimientos, intereses, etc.

2. PRINCIPIOS DE LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE


LA A. P.

2.1. Principio de la Responsabilidad Patrimonial del Estado.

El sistema de responsabilidad patrimonial del Estado ha sido producto


de un desarrollo jurisprudencial, sobre la base de disposiciones
constitucionales que establecen la responsabilidad del Estado como un
principio fundamental del Estado de derecho.
Para que exista la responsabilidad subsidiaria del estado por actos de
sus funcionarios se requiere;
 Que un funcionario cause daño
 Que este daño se origine en el ejercicio de las funciones que le están
encomendadas
 El carácter subsidiario de esta responsabilidad solo podrá hacerse
efectivo, cuando el funcionario directamente responsable no tenga
bienes o los que tenga no sean suficientes para responder del daño
causado, lo que quiere decir que este requisito que señala el precepto
que se comenta, en otros términos, el estado no puede ser
demasiado subsidiariamente por daños causados por sus
funcionarios en el ejercicio de las funciones que le están
encomendadas.

2.2. Principio de Responsabilidad directa o sin falta.

La administración al actuar legalmente puede causar un perjuicio a un


particular ningún reproche puede hacerse al funcionario que ha actuado

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en acontecimiento de un mandato legal y, sin embargo, su actuación ha
causado un menoscabo al patrimonio de un particular. El moderno
derecho administrativo, apoya en razones de equidad, estima justo que
el particular perjudicado con un acto legal de la administración, sea
indemnizado.

2.3. Principio de Responsabilidad indirecta o culposa del estado.

Los funcionarios públicos pueden actuar indebidamente y causar


perjuicios a los particulares, que tienen el derecho de exigir al Estado
que se les cubra la indemnización que corresponda por los daños y
perjuicios que han sufrido.
Estamos en presencia de daños causados por la impericia, negligencia o
dolo del funcionario o empleado público, que manifiesta viola las normas
legales. La responsabilidad indirecta del estado se inspiró originalmente
en los principios.

3. Responsabilidad Patrimonial de la Administración Pública


Peruana

Cuando el sujeto que causa el daño es una Administración Pública hablamos


de responsabilidad patrimonial de la Administración; surge sin que exista
contrato. Las diferencias entre responsabilidad extracontractual y
responsabilidad patrimonial de la Administración se deben a que en el Código
Civil, cuando se regulan las relaciones de Derecho privado, la responsabilidad
sólo se podrá exigir si media culpa o negligencia, mientras que en la
responsabilidad patrimonial de la Administración se exige un resultado dañoso
con independencia de que haya existido o no esa culpa o esa negligencia. Los
supuestos por los cuales se origina la responsabilidad patrimonial de la
Administración son los siguientes:

1. Por funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos. El daño


se origina por el funcionamiento de un servicio público gestionado por la
administración.

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2. Por actos legislativos.
3. Por actuaciones judiciales.

Estos supuestos se caracterizan porque el sujeto causante sólo puede ser


el poder ejecutivo, legislativo o judicial, y el sujeto pasivo siempre es la
Administración.

Para que exista responsabilidad patrimonial de la Administración debe existir,


como se detallará más tarde, un daño efectivo, evaluable económicamente e
individualizado, que sea imputable a una AP. Esta imputación puede ser por
funcionamiento normal o anormal, o por acto o hecho jurídico, sin referencia
alguna a la idea de culpa (siempre que medie entre el daño y el hecho o acto
determinante de éste una relación de causalidad). Por tanto, el ámbito de la
responsabilidad de la Administración, interpretado en términos objetivos, es
amplísimo, ya que cubre daños físicos y morales, perjuicios derivados de
actuaciones ilícitas de la Administración y también perjuicios derivados de
actuaciones lícitas. En otras palabras: la Administración debe responder
por todos los perjuicios que cause al administrado, siempre que no deban
de ser asumidos por éste.

4. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE


LA ADMINISTRACIÓN

4.1. Daño
a. Antijurídico: Inexistencia de deber jurídico de soportar el daño.
Resarcibles los daños ocasionados por: caída de un árbol público
plantado en la vía pública, obras en la vía pública no debidamente
señalizadas, manchas de aceite en la calzada. Indemnizable la lesión
causada al propietario de un inmueble al que se obliga a reparar y
conservar su inmueble, ya que el deber de conservación de los
inmuebles es un deber impuesto a todos los propietarios inmobiliarios
por la legislación urbanística.

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b. Efectivo: El daño debe producirse sobre un objeto determinado. El
daño futuro, eventual, hipotético, condicionado o no probado no es
indemnizable, ni las simples expectativas de padecer daños. Cabe
indemnizar daños morales, que pueden ser tan efectivos como los
materiales y personales (aunque se ha negado indemnización por
daños morales por una pretendida pérdida de restos mortales de un
familiar a causa del derrumbamiento de un pabellón del cementerio,
no por improcedencia de los mismos, sino por imposibilidad de
identificación de los restos).
c. Evaluable económicamente (art. 139.2 LAP): La cuantificación
económica del daño (o, cuando menos las bases necesarias para su
determinación) se ha de alegar y probar por el administrado, en el
curso del proceso contencioso-administrativo, aunque la
jurisprudencia admite la cuantificación de la indemnización en la fase
posterior de ejecución de la sentencia.
d. Individualizado (art. 139.2 LAP): No generan responsabilidad las
cargas que la Administración, por interés público, puede imponer a
los particulares al organizar los servicios públicos: “no es posible
hablar de lesiones cuando se trata de cargas que no exceden de las
que pueden considerarse comunes de la vida social”.

4.2. Imputación del hecho lesivo a la Administración (art. 139.1 LAP):


garantía del resarcimiento “siempre que la lesión sea consecuencia del
funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos” (sentido
amplio, función o actividad administrativa). Inimputabilidad de los riesgos
del desarrollo: art. 141.1 in fine LAP limita la responsabilidad de la
Administración al estado de la ciencia y de la técnica exigibles en ese
momento a la Administración en la prestación de sus servicios: no serán
imputables a la Administración los daños causados en el desempeño de
servicios públicos imprevisibles de acuerdo con el conocimiento
imperante en el momento de producirse el hecho lesivo. Actores físicos
de la voluntad de la Administración: agentes públicos (funcionarios,
empleados en régimen laboral y gestores ocasionales) salvo sujetos no

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integrados en la organización administrativa (concesionarios de obras y
servicios públicos), los cuales deben indemnizar a los perjudicados –art.
97 TRLCAP- salvo orden directa de la Administración o vicios del
proyecto. Reclamación contra la Administración, que autodeclarará su
responsabilidad o la eludirá, debiéndose dirigir el perjudicado contra el
concesionario ante la jurisdicción civil y conforme al régimen común.
LOPJ admite expresamente la acción conjunta contra la Administración y
su contratista ante la jurisdicción contencioso-administrativa (habitual).

4.3. Relación de causalidad entre el hecho imputado a la Administración


y el daño.

La jurisprudencia exige una relación directa, inmediata y exclusiva, de


causa a efecto, sin intervención extraña que pudiera inferir, alterándolo.
Dificultades de apreciación judicial: en el funcionamiento anormal, el TS
adopta la teoría de la equivalencia de las condiciones para
responsabilizar a la Administración incluso en presencia de hecho de
tercero o culpa de la víctima, pero en el funcionamiento normal suele
aplicar cualquiera de las teorías que discriminan la relevancia del hecho
causal (causalidad eficiente, causalidad adecuada, imputación objetiva,
etc.): según la primera de las teorías cualquiera de los hechos que
intervienen en el proceso causal es susceptible de producir el daño,
mientras que para las segundas, para que un hecho sea considerado
causa del daño debe ser idóneo en sí mismo para producirlo. - Causas
de modulación o exclusión: concurrencia de causas ajenas (culpa de la
víctima o intervención de un tercero: “concurrencia o compensación de
culpas”. accidente en la vía pública, debido al exceso de velocidad de la
víctima unido al mal estado de la calzada) y fuerza mayor (la
jurisprudencia exige su exterioridad, imprevisibilidad e inevitabilidad).

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5. LA INDEMNIZACIÓN

Sólo serán indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de


daños que éste no tenga el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley.
No serán indemnizables los daños que se deriven de hechos o circunstancias
que no se hubiesen podido prever o evitar según el estado de los
conocimientos de la ciencia o de las técnicas existentes en el momento de
producción de aquéllos, todo ello sin perjuicio de las prestaciones asistenciales
o económicas que las leyes puedan establecer para estos casos.

La indemnización se calculará con arreglo a los criterios de valoración


establecidos en la legislación de expropiación forzosa, legislación fiscal y
demás normas aplicables, ponderándose, en su caso, las valoraciones
predominantes en el mercado. La cuantía de la indemnización se calculará con
referencia al día en que la lesión efectivamente se produjo, sin perjuicio de su
actualización a la fecha en que se ponga fin al procedimiento de
responsabilidad con arreglo al índice de precios al consumo, fijado por el
Instituto Nacional de Estadística, y de los intereses que procedan por demora
en el pago de la indemnización fijada, los cuales se exigirán con arreglo a lo
establecido en la Ley General Presupuestaria.

La indemnización procedente podrá sustituirse por una compensación en


especie o ser abonada mediante pagos periódicos, cuando resulte más
adecuado para lograr la reparación debida y convenga al interés público,
siempre que exista acuerdo con el interesado.

6. PROCEDIMIENTOS DE RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL

Los procedimientos de responsabilidad patrimonial de las Administraciones


Públicas se iniciarán de oficio o por reclamación de los interesados. Los
procedimientos de responsabilidad patrimonial se resolverán, por el Ministro
respectivo, el Consejo de Ministros si una Ley así lo dispone o por los órganos

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correspondientes de las Comunidades Autónomas o de las Entidades que
integran la Administración Local. Cuando su norma de creación así lo
determine, la reclamación se resolverá por los órganos a los que corresponda
de las Entidades de Derecho Público a que se refiere el artículo 2.2 de la Ley
30/ 1992, de 26 de noviembre. Para la determinación de la responsabilidad
patrimonial se establecerá reglamentariamente un procedimiento general con
inclusión de un procedimiento abreviado para los supuestos en que concurran
las condiciones previstas en el artículo 143 de la Ley 30/ 1992, de 26 de
noviembre. La anulación en vía administrativa o por el orden jurisdiccional
contencioso administrativo de los actos o disposiciones administrativas no
presupone derecho a la indemnización, pero si la resolución o disposición
impugnada lo fuese por razón de su fondo o forma, el derecho a reclamar
prescribirá al año de haberse dictado la Sentencia definitiva. En todo caso, el
derecho a reclamar prescribe al año de producido el hecho o el acto que motive
la indemnización o de manifestarse su efecto lesivo. En caso de daños, de
carácter físico o psíquico, a las personas el plazo empezará a computarse
desde la curación o la determinación del alcance de las secuelas. La resolución
administrativa de los procedimientos de responsabilidad patrimonial, cualquiera
que fuese el tipo de relación, pública o privada, de que derive, pone fin a la vía
administrativa. Si no recae resolución expresa se podrá entender desestimada
la solicitud de indemnización.

6.1. Procedimiento abreviado

Iniciado el procedimiento general, cuando sean inequívocos la relación de


causalidad entre el funcionamiento del servicio público y la lesión, así como la
valoración del daño y el cálculo de la cuantía de la indemnización, el órgano
competente podrá acordar la sustanciación de un procedimiento abreviado, a
fin de reconocer el derecho a la indemnización en el plazo de treinta días. En
todo caso, los órganos competentes podrán acordar o proponer que se siga el
procedimiento general. Si no recae resolución expresa se podrá entender
desestimada la solicitud de indemnización.

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7. RESPONSABILIDAD DE LAS AUTORIDADES Y PERSONAL
AL SERVICIO DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

7.1. Exigencia de la responsabilidad patrimonial de las autoridades y


personal al servicio de las Administraciones Públicas

Para hacer efectiva la responsabilidad patrimonial, los particulares


exigirán directamente a la Administración Pública correspondiente las
indemnizaciones por los daños y perjuicios causados por las autoridades
y personal a su servicio. La Administración correspondiente, cuando
hubiere indemnizado a los lesionados, exigirá de oficio de sus
autoridades y demás personal a su servicio la responsabilidad en que
hubieran incurrido por dolo, culpa o negligencia grave, previa instrucción
del procedimiento que reglamentariamente se establezca. Para la
exigencia de dicha responsabilidad se ponderarán, entre otros, los
siguientes criterios: El resultado dañoso producido, la existencia o no de
intencionalidad, la responsabilidad profesional del personal al servicio de
las Administraciones Públicas y su relación con la producción del
resultado dañoso. Asimismo, la Administración instruirá igual
procedimiento a las autoridades y demás personal a su servicio por los
daños y perjuicios causados en sus bienes o derechos cuando hubiera
concurrido dolo, o culpa o negligencia graves. La resolución declaratoria
de responsabilidad pondrá fin a la vía administrativa. Lo dispuesto en los
párrafos anteriores, se entenderá sin perjuicio de pasar, si procede, el
tanto de la culpa a los Tribunales competentes.

7.2. Responsabilidad penal

La responsabilidad penal del personal al servicio de las


Administraciones Públicas, así como la responsabilidad civil derivada del
delito se exigirá de acuerdo con lo previsto en la legislación
correspondiente. La exigencia de responsabilidad penal del personal al

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servicio de las Administraciones Públicas no suspenderá los
procedimientos de reconocimiento de responsabilidad patrimonial que se
instruyan, salvo que la determinación de los hechos en el orden
jurisdiccional penal sea necesaria para la fijación de la responsabilidad
patrimonial.

8. DESARROLLO DEL PROCEDIMIENTO DE EXIGENCIA DE


RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL

El artículo 106 de la Constitución consagra definitivamente el principio


de la responsabilidad patrimonial extracontractual de las
Administraciones públicas por las lesiones que sufran los particulares en
cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesión sea
consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos, precepto
constitucional que desarrolla la Ley 30/ 1992, de 26 de noviembre, en el
Título X y en Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se
aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones
Públicas en materia de responsabilidad patrimonial.

8.1. DISPOSICIONES GENERALES


8.1.1. Ámbito de aplicación
La responsabilidad patrimonial de las Administraciones públicas y
la de sus autoridades y demás personal a su servicio se hará
efectiva de acuerdo con las previsiones de la Ley de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común y con los procedimientos establecidos en el
Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones
Públicas en materia de responsabilidad patrimonial Las
disposiciones del Reglamento de los Procedimientos de las
Administraciones Públicas en materia de responsabilidad
patrimonial son de aplicación a los procedimientos que inicien,
instruyan y resuelvan todas las Administraciones públicas en
materia de responsabilidad patrimonial por su actuación en

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relaciones de derecho público o de derecho privado. Ello sin
perjuicio de las especialidades procedimentales que, con respeto
a la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
del Procedimiento Administrativo Común y el Reglamento,
establezcan las Comunidades Autónomas que tengan asumidas
competencias normativas en materia de responsabilidad
patrimonial. Se seguirán los procedimientos previstos en los
capítulos II y III del Reglamento para determinar la
responsabilidad de las Administraciones públicas por los daños y
perjuicios causados a terceros durante la ejecución de contratos,
cuando sean consecuencia de una orden directa e inmediata de
la Administración o de los vicios del proyecto elaborado por ella
misma, con arreglo a la legislación de contratos de las
Administraciones públicas, sin perjuicio de las especialidades
que, en su caso, dicha legislación establece. En todo caso se
dará audiencia al contratista, notificándole cuantas actuaciones se
realicen en el procedimiento, al efecto de que se persone en el
mismo, exponga lo que a su derecho convenga y proponga
cuantos medios de prueba estime necesarios.

8.1.2. Objeto
Mediante los procedimientos previstos en el Reglamento, las
Administraciones públicas reconocerán el derecho a
indemnización de los particulares en los términos previstos en el
capítulo I del Título X de la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo
Común, por las lesiones que aquéllos sufran en cualquiera de sus
bienes y derechos siempre que la lesión sea consecuencia del
funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos, salvo
en los casos de fuerza mayor o de daños que el particular tenga
el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley. También
serán de aplicación los procedimientos previstos en el
Reglamento para el reconocimiento de la responsabilidad

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patrimonial en que incurran las Administraciones públicas cuando
actúen en relaciones de Derecho privado. La resolución del
procedimiento o, en su caso, el acuerdo de terminación
convencional fijará la cuantía y el modo de la indemnización,
cuando proceda, de acuerdo con los criterios que para calcularla
y abonarla se establecen en el artículo 141 de la Ley de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común. La compensación en especie sustituirá a
la indemnización procedente cuando resulte más adecuado para
lograr la reparación debida y convenga al interés público,
formalizándose, en todo caso, mediante acuerdo entre la
Administración pública y el interesado. Las resoluciones y los
acuerdos de terminación convencional que recaigan en los
procedimientos regulados en el Reglamento ponen fin a la vía
administrativa.

8.1.3. Órganos competentes


En cada Administración pública son órganos competentes para
iniciar e instruir los procedimientos previstos en el Reglamento los
que resulten de las normas que sobre atribución y ejercicio de
competencias están establecidas en el capítulo I del Título II de la
Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común. En las entidades de
Derecho público con personalidad jurídica propia vinculadas o
dependientes de cualquiera de las Administraciones públicas,
serán órganos competentes para iniciar e instruir los
procedimientos los que cada entidad determine en aplicación de
las normas de atribución de competencias previstas en su norma
de creación. Son órganos competentes para resolver los
procedimientos administrativos previstos en el Reglamento los
que se establecen en el artículo 142.2 de la Ley de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común.

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8.2. PROCEDIMIENTO GENERAL
8.2.1. Iniciación
El procedimiento de responsabilidad patrimonial se iniciará de
oficio o por reclamación de los interesados. La anulación en vía
administrativa o por el orden jurisdiccional administrativo de los
actos o disposiciones administrativas no presupone derecho a la
indemnización, pero si la resolución o disposición impugnada lo
fuese por razón de su fondo o forma, el derecho a reclamar
prescribirá en el plazo de un año desde la fecha en que la
sentencia de anulación hubiera devenido firme, no siendo de
aplicación lo dispuesto en el apartado siguiente. En todo caso, el
derecho a reclamar prescribe al año de producido el hecho o el
acto que motive la indemnización o de manifestarse su efecto
lesivo. En caso de daños, de caracter físico o psíquico a las
personas, el plazo empezará a computarse desde la curación o la
determinación del alcance de las secuelas. El procedimiento se
podrá iniciar de oficio mientras no haya prescrito el derecho a la
reclamación del interesado.

8.2.1.1. Iniciación de oficio


Cuando el órgano competente para iniciar el procedimiento de
responsabilidad patrimonial entienda que se han producido
lesiones en los bienes y derechos de los particulares iniciará el
procedimiento general. La iniciación de oficio del procedimiento
se efectuará siempre por acuerdo del órgano competente,
adoptado bien por propia iniciativa, bien como consecuencia de
orden superior, petición razonada de otros órganos o por
denuncia. La petición razonada de otros órganos para la iniciación
de oficio del procedimiento deberá individualizar la lesión
producida en una persona o grupo de personas, su relación de
causalidad con el funcionamiento del servicio público, su
evaluación económica si fuera posible, y el momento en que la
lesión efectivamente se produjo. El acuerdo de iniciación del

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procedimiento se notificará a los particulares presuntamente
lesionados, concediéndoles un plazo de siete días para que
aporten cuantas alegaciones, documentos o información estimen
conveniente a su derecho y propongan cuantas pruebas sean
pertinentes para el reconocimiento del mismo. El procedimiento
iniciado se instruirá aunque los particulares presuntamente
lesionados no se personen en el plazo establecido.

8.2.1.2. Iniciación por reclamación del interesado


Cuando el procedimiento se inicie a instancia del interesado, la
reclamación se dirigirá al órgano competente y deberá ajustarse a
lo previsto en el artículo 70 de la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo
Común. En la reclamación se deberán especificar las lesiones
producidas, la presunta relación de causalidad entre éstas y el
funcionamiento del servicio público, la evaluación económica de
la responsabilidad patrimonial, si fuera posible, y el momento en
que la lesión efectivamente se produjo, e irá acompañada de
cuantas alegaciones, documentos e informaciones se estimen
oportunos y de la proposición de prueba, concretando los medios
de que pretenda valerse el reclamante. Si se admite la
reclamación por el órgano competente, el procedimiento se
impulsará de oficio en todos sus trámites y se podrá acordar la
acumulación de la reclamación a otro procedimiento con el que
guarde identidad sustancial o íntima conexión. Contra el acuerdo
de acumulación no procede recurso alguno.

8.2.2. Actos de instrucción


Los actos de instrucción necesarios para la determinación,
conocimiento y comprobación de los datos en virtud de los cuales
deba pronunciarse la resolución, se realizarán por el órgano que
tramite el procedimiento, de conformidad con el capítulo III del

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Título VI de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

8.2.2.1. Acuerdo indemnizatorio


En cualquier momento del procedimiento anterior al trámite
de audiencia, el órgano competente, a propuesta del
instructor, podrá acordar con el interesado la terminación
convencional del procedimiento mediante acuerdo
indemnizatorio. Si el interesado manifiesta su conformidad
con los términos de la propuesta de acuerdo, se seguirán
los trámites previstos en los artículos 12 y 13 del
Reglamento.

8.2.2.2. Práctica de pruebas


En el plazo de treinta días se practicarán cuantas pruebas
hubieran sido declaradas pertinentes. El órgano instructor
sólo podrá rechazar las pruebas propuestas por los
interesados cuando sean manifiestamente improcedentes
o innecesarias, mediante resolución motivada. Cuando sea
necesario, el instructor, a petición de los interesados, podrá
decidir la apertura de un período extraordinario de prueba.

8.2.2.3. Informes
El órgano competente para la instrucción del procedimiento
podrá solicitar cuantos informes estime necesarios para
resolver. En todo caso, se solicitará informe al servicio
cuyo funcionamiento haya ocasionado la presunta lesión
indemnizable. Los informes serán emitidos en el plazo de
diez días, salvo que el órgano instructor, atendiendo a las
características del informe solicitado o del propio
procedimiento, solicite su emisión en un plazo menor o
mayor, sin que en este último caso pueda exceder de un
mes.

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8.2.2.4. Audiencia
Instruido el procedimiento, e inmediatamente antes de
redactar la propuesta de resolución, se pondrá aquél de
manifiesto al interesado, salvo en lo que afecte a las
informaciones y datos a que se refiere el artículo 37.5 de la
Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas
y del Procedimiento Administrativo Común. Al notificar a
los interesados la iniciación del trámite se les facilitará una
relación de los documentos obrantes en el procedimiento,
a fin de que puedan obtener copia de los que estimen
convenientes, y concediéndoles un plazo no inferior a diez
días ni superior a quince para formular alegaciones y
presentar los documentos y justificaciones que estimen
pertinentes. Durante el plazo del trámite de audiencia, lo
haya hecho o no con anterioridad, el interesado podrá
proponer al órgano instructor la terminación convencional
del procedimiento fijando los términos definitivos del
acuerdo indemnizatorio que estaría dispuesto a suscribir
con la Administración pública correspondiente. En los
procedimientos iniciados de oficio, cuando el interesado no
se persone en trámite alguno del procedimiento, y no lo
hiciese en el de audiencia, el instructor propondrá que se
dicte resolución declarando el archivo provisional de las
actuaciones, sin entrar en el fondo del asunto. Tal archivo
se convertirá en definitivo cuando haya transcurrido el
plazo de prescripción de la reclamación, salvo que el
interesado se persone en el procedimiento dentro de dicho
plazo.

8.2.2.5. Dictamen
Concluido el trámite de audiencia, en el plazo de diez días,
el órgano instructor propondrá que se recabe, cuando sea
preceptivo a tenor de lo establecido en la Ley Orgánica del

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Consejo de Estado, el dictamen de este órgano consultivo
o, en su caso, del órgano consultivo de la Comunidad
Autónoma. A este efecto, remitirá al órgano competente
para recabarlo todo lo actuado en el procedimiento, así
como una propuesta de resolución que se ajustará a lo
dispuesto en el artículo 13 del Reglamento o, en su caso,
la propuesta de acuerdo por el que se podría terminar
convencionalmente el procedimiento. Se solicitará que el
dictamen se pronuncie sobre la existencia o no de relación
de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y
la lesión producida y, en su caso, sobre la valoración del
daño causado y la cuantía y modo de la indemnización,
considerando los criterios previstos en la Ley de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común. El dictamen se
emitirá en un plazo máximo de dos meses.

8.2.3. Terminación
En el plazo de veinte días desde la recepción, en su caso, del
dictamen o, cuando éste no sea preceptivo, desde la conclusión
del trámite de audiencia, el órgano competente resolverá o
someterá la propuesta de acuerdo para su formalización por el
interesado y por el órgano administrativo competente para
suscribirlo. Cuando no se estimase procedente formalizar la
propuesta de terminación convencional, el órgano competente
resolverá en los términos previstos en el apartado siguiente. La
resolución se pronunciará, necesariamente, sobre la existencia o
no de la relación de causalidad entre el funcionamiento del
servicio público y la lesión producida y, en su caso, sobre la
valoración del daño causado y la cuantía de la indemnización,
explicitando los criterios utilizados para su cálculo. La resolución
se ajustará, en todo caso, a lo previsto en el artículo 89 de la Ley
de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del

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Procedimiento Administrativo Común. Transcurridos seis meses
desde que se inició el procedimiento, o el plazo que resulte de
añadirles un período extraordinario de prueba, de conformidad
con el artículo 9 del Reglamento, sin que haya recaído resolución
expresa o, en su caso, se haya formalizado el acuerdo, podrá
entenderse que la resolución es contraria a la indemnización del
particular.

8.3. PROCEDIMIENTO ABREVIADO


8.3.1. Iniciación del procedimiento abreviado
Cuando a la vista de las actuaciones, documentos e
informaciones del procedimiento general, el órgano instructor
entienda que son inequívocas la relación de causalidad entre la
lesión y el funcionamiento del servicio público, la valoración del
daño y el cálculo de la cuantía de la indemnización, podrá acordar
de oficio la suspensión del procedimiento general y la iniciación
de un procedimiento abreviado. Sólo podrá iniciarse
procedimiento abreviado antes del trámite de audiencia.

8.3.2. Audiencia
Al notificarse a los interesados el acuerdo de iniciación del
procedimiento abreviado se les facilitará una relación de los
documentos obrantes en el procedimiento, a fin de que puedan
obtener copia de los que estimen convenientes, y se les
concederá un plazo máximo de cinco días para formular
alegaciones y presentar los documentos y justificaciones que
estimen pertinentes. Durante el indicado plazo, tanto el órgano
instructor como el lesionado podrá acordar proponer la
terminación convencional del procedimiento fijando los términos
de una propuesta de acuerdo indemnizatorio.

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


8.3.3. Dictamen
Concluido el trámite de audiencia, en el plazo de cinco días el
órgano instructor propondrá, cuando proceda, que se solicite
dictamen preceptivo en los términos previstos en el artículo 12 del
Reglamento. El dictamen deberá ser emitido en el plazo de diez
días.

8.3.4. Terminación
Recibido, en su caso, el dictamen o transcurrido el plazo para su
emisión, el órgano competente resolverá el procedimiento o
someterá la propuesta de acuerdo para su formalización por el
interesado y por el órgano administrativo competente para
suscribirlo. Si el dictamen discrepa de la propuesta de resolución
o de la propuesta de terminación convencional, el órgano
competente para resolver acordará el levantamiento de la
suspensión del procedimiento general y la remisión de todo lo
actuado al órgano competente para su instrucción, notificándolo al
interesado. Transcurridos treinta días desde la iniciación del
procedimiento sin que haya recaído resolución, se haya
formalizado acuerdo o se haya levantado la suspensión del
procedimiento general podrá entenderse que la resolución es
contraria a la indemnización del particular.

8.4. RESPONSABILIDAD CONCURRENTE DE LAS


ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

8.4.1. Concurrencia de responsabilidad


Cuando de la gestión dimanante de fórmulas colegiadas de
actuación entre varias Administraciones públicas se derive
responsabilidad, la Administración competente para la iniciación,
instrucción y decisión del procedimiento será la fijada en los
Estatutos o Reglas de la organización colegiada. En su defecto, la

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


competencia vendrá atribuida a la Administración pública con
mayor participación en la financiación del servicio. Los
procedimientos para exigir la responsabilidad en estos supuestos
de concurrencia serán los establecidos en los capítulos II y III del
presente Reglamento, si bien en ellos preceptivamente deberá
consultarse a las Administraciones públicas implicadas en la
fórmula colegiada para que, en el plazo que la Administración
pública competente a que se refiere el apartado anterior
determine, aquéllas puedan exponer cuanto consideren
procedente. La responsabilidad entre las Administraciones
implicadas es solidaria. En el orden interno, la distribución de
responsabilidad entre las distintas Administraciones públicas se
regirá por los criterios que establezcan las fórmulas colegiadas.

8.5. RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE AUTORIDADES Y


PERSONAL AL SERVICIO DE LAS ADMINISTRACIONES
PÚBLICAS

8.5.1. Responsabilidad por daños y perjuicios causados a los


particulares
Los particulares exigirán directamente a la Administración pública
correspondiente las indemnizaciones por los daños y perjuicios
causados por las autoridades y el personal a su servicio, de
conformidad con lo previsto en el artículo 145 de la Ley de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común. Satisfecha la
indemnización, la Administración correspondiente podrá exigir de
sus autoridades y demás personal a su servicio la responsabilidad
en que hubieran incurrido por dolo, culpa o negligencia grave,
previa la instrucción del procedimiento regulado en el artículo 21
del Reglamento.

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


8.5.2. Responsabilidad por daños y perjuicios causados a las
Administraciones públicas
La Administración pública correspondiente podrá exigir de oficio
de sus autoridades y demás personal a su servicio la
responsabilidad en que hubieran incurrido por los daños y
perjuicios causados a la misma mediando dolo, culpa o
negligencia grave, de conformidad con lo previsto en los artículos
145 y 146 de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, siguiendo el
procedimiento previsto en el artículo 21 del Reglamento Cuando
los daños o perjuicios fueran originados por acciones u omisiones
de las autoridades o funcionarios al servicio de las
Administraciones públicas constitutivos de responsabilidad
contable, será de aplicación lo previsto en los artículos 140 y
siguientes del Texto refundido de la Ley General Presupuestaria,
aprobado por Real Decreto legislativo 1091/1988, de 23 de
septiembre, o las normas sobre la materia que resulten de
respectiva aplicación al resto de las Administraciones públicas,
así como las previsiones contenidas en la Ley Orgánica 2/1982,
de 12 de mayo, del Tribunal de Cuentas, y Ley 7/1988, de 5 de
abril, de funcionamiento de dicho Tribunal. En el ámbito de la
Administración General del Estado se aplicará, en su caso, el
procedimiento regulado en el Real Decreto 700/1988, de 1 de
julio.

8.5.3. Procedimiento para la exigencia de responsabilidad


patrimonial a las autoridades y personal al servicio de las
Administraciones públicas
Para la exigencia de responsabilidad patrimonial a las autoridades
y personal al servicio de las Administraciones públicas, el órgano
competente acordará la iniciación del procedimiento, notificando
dicho acuerdo a los interesados, con indicación de los motivos del
mismo, y concediéndoles un plazo de quince días para que

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


aporten cuantos documentos, informaciones y pruebas estimen
convenientes. En todo caso, se solicitará informe al servicio en
cuyo funcionamiento se haya ocasionado la presunta lesión
indemnizable. En el plazo de quince días se practicarán cuantas
pruebas hayan sido admitidas y cualesquiera otras que el órgano
competente estime oportunas. Instruido el procedimiento, e
inmediatamente antes de redactar la propuesta de resolución, se
pondrá aquél de manifiesto al interesado, concediéndole un plazo
de diez días para que formule las alegaciones que estime
convenientes. Concluido el trámite de audiencia, la propuesta de
resolución será formulada en un plazo máximo de cinco días.

9. Responsabilidad Objetiva, Como Criterio De Atribución De


Responsabilidad Patrimonial De La Administración Pública

A esta altura de nuestro trabajo y del desarrollo doctrinario que ha merecido la


materia, es incuestionable la atribución de responsabilidad patrimonial a la
administración pública en la producción de daños a terceros sin embargo
resulta necesario conocer el sustento dogmático de esta responsabilidad, lo
que vale preguntarse ¿Por qué el Estado debe responder por conductas, a
veces negligentes, de sus trabajadores?, ¿Esta responsabilidad es una por
culpa o dolo del causante directo del daño funcionario o le es atribuible al
causante indirecto La administración? o ¿Por qué la responsabilidad atribuible
al Estado debe ser objetiva?

Una premisa inicial la constituye, por un lado, las particulares potestades que
ostenta la Administración Pública que le permite recortar, reconocer, limitar o
suspender derechos, la capacidad de producir, con sus actuaciones, efectos
jurídicos dentro de la esfera jurídica de los particulares y por el otro la gama
obligaciones que tiene el Estado para con los ciudadanos, enmarcados dentro
de la Carta fundamental como en las demás leyes que así lo establecen, lo cual
implica la prestación de determinados servicios públicos que naturalmente

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


conlleva a la responsabilidad por conductas omisivas y es fundamentalmente
esta última parte la que merece un análisis especial, a efectos de determinar el
alcance de la responsabilidad civil de Estado, en temas sumamente sensibles
no solo por su relevancia económica sino social y política.

Conforme lo anota Fernando de Trazegnies, la responsabilidad del Estado la


podemos sustentar en los artículos 1969, 1970, 1979, 1980, 1981, etc, pues
dichas normas contienen el siguiente precepto aquel que por dolo o culpa
causa un daño a otro...”, Aquél que mediante un bien riesgoso o peligro, o por
el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa causa daño a otro...”, El
dueño de un animal o aquél que lo tiene a su cuidado, debe reparar el daño
que éste cause...”, El dueño de un edificio es responsable que el daño que
origine su caída...”, Aquél que tenga a otro bajo sus órdenes responde por el
daño causado por éste último...”, respectivamente y obviamente el Estado
puede, como ente jurídico, pude causar daño por acto doloso o culposo o por
un bien riesgoso o peligroso ser dueño de un edificio o de un animal., etc.

Asimismo resulta importante la responsabilidad objetiva que atribuye el artículo


1981 del Código civil, de quienes tengan a cargo a otras personas, así el
artículo 1981° de LA norma civil, enmarca su responsabilidad como titular de
las acciones que realiza el personal a su servicio, incluido, obviamente una
Entidad Pública sin embargo tampoco encontramos una identificación especial
entre el Estado y la actividad y el evento dañoso, pues una persona natural o
jurídica también tiene dependientes, más aún es lógico que se causa daño a
otro por un acto doloso o culposo, por la realización de una actividad riesgosa o
peligrosa o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, como
actividades genéricas de personas sean naturales o jurídicas, más no como
una característica común del Estado e incluso podemos agregar que el Estado
no es aquel que causa daño sino el aparato administrativo que en su
representación realiza determinadas actividades o que el Estado no realiza o
maneja una actividad o bien riesgoso o peligro sino sus empleados. Por ello
ampararnos en el citado artículo 1981 del Código civil, no solo va a connotar
una simple variación de la norma aplicable, sino que además conlleva a una

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


variación del criterio de atribución de responsabilidad a las Entidades Públicas,
y pasar de uno subjetivo o por culpa a uno objetivo, contenido en el citado
artículo 1981 del Código civil. En tal sentido el citado artículo 1981 del Código
civil muestra ciertos inconvenientes, como lo es la atribución de
responsabilidad vicaria frente al resarcimiento del daño, pues esto implica, en
el caso de responsabilidad civil de una entidad pública, que tanto el
subordinado llaméese trabajador o empleado público, en nuestro caso y el
autor indirecto entidad pública pueden asumir indistintamente sin prelación las
consecuencias económicas del daño. Lo cual no ocurriría en un caso de un
daño ocasionado por una Entidad Pública, a través de un funcionario público,
claro está que en ejercicio de su cargo o en el cumplimiento de un servicio,
pues aquí en primer término responde la Entidad y sólo después de ello lo hace
el autor directo o funcionario, a manera de repetición, pero ya no a favor de la
víctima sino de la propia entidad que se encargó de asumir el pago de la
indemnización del caso, es decir la responsabilidad administrativa del Estado
no es una vicaria o solidaria sino una directa.

Lo antes anotado resulta fortalecido con la modificatoria efectuada al artículo


238° de la Ley 27444 –Ley del Procedimiento Administrativo General-,
mediante Decreto Legislativo 1029, que atribuye de manera menos camuflada
una responsabilidad objetiva como criterio de atribución de responsabilidad civil
al Estado, por los daños directos e inmediatos causados por los actos de la
administración o los servicios públicos directamente prestados por aquéllas. Así
tenemos que el actual numeral 238.1 del artículo 238° de la Ley 27444, señala
Sin perjuicio de las responsabilidad previstas en el Derecho común y en las
leyes especiales, las entidades son patrimonialmente responsables frente a los
administrados por los daños directos o inmediatos causados por los actos de la
administración o los servicios públicos directamente prestadas por aquellas”

Sobre esta posición, Morón Urbina , comentando el citado artículo 238° de la


Ley 27444, incluso antes de su modificatoria, refiriéndose a la responsabilidad
patrimonial de la Administración, expresa Las notas características de esta
responsabilidad patrimonial de la Administración son las siguientes

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


responsabilidad directa extracontractual al margen de cualquier relación
jurídica que pudiera establecerse entre ambos, objetiva es un mecanismo
objetivo de reparación de perjuicios y no sanción por determinados
comportamientos inadecuados, por lo que es independiente del concurso de
culpa, negligencia o dolo de sus funcionarios y de determinación judicial la
cuantificación e imposición del mandato de indemnización corresponde a las
autoridades jurisdiccionales

El primer precepto de la responsabilidad del Estado por los actos de sus


subordinados, está contenida claramente, como ya se ha dicho, en la Ley
27444 –Ley del Procedimiento Administrativo-, como norma general que regula
la responsabilidad de las entidades administrativas. Marco normativo que
estimamos es insuficiente, pues no obstante el gran dilema que genera atribuir
responsabilidad objetiva a los daños que generen las entidades públicas, sólo
se dedica un artículo para ello, dejando en el vació algunos aspectos que
deben ser regulados.

Respecto a la responsabilidad directa o indirecta que se le atribuye a la


administración, estimamos que conforme a la legislación nacional vigente, es
una tímida atribución directa objetiva, pues no precisa en la norma especial
aplicable artículo 238° de la Ley 27444 que dicha responsabilidad sea directa
y objetiva, sino que nos invita a una interpretación creativa conjuntamente con
las normas del Código civil.

Para atribuirle esta responsabilidad conforme al artículo 238° de la Ley 27444,


entendemos que se hace conforme a la teoría del órgano, pues se señala que
la administración es responsable por los daños directos e inmediatos causados
por sus actos, pues de no sustentarse en dicha teoría, no habría
responsabilidad del Estado. En tal sentido no debemos olvidar que ya sea
mediante la asunción de la teoría del órgano, vía el artículo 238º de la Ley
27444 o si asumimos la teoría del daño causado por el dependiente, vía el
artículo 1981 del Código civil, nuestra legislación atribuye una responsabilidad
objetiva a los actos dañosos de las entidades públicas. De igual forma
queremos agregar que no obstante estar en desacuerdo con la redacción

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


delartículo 238 de la Ley 27444, al no ser enfática, es la norma que sustenta la
naturaleza jurídica de la responsabilidad civil del Estado, esto es una directa e
inmediata asimismo, debido a su mayor desarrollo y a la no prohibición de la
norma especial Ley 27444, podemos echar mano de las normas contenidas
en el Código civil.

En otras latitudes ya se ha dado este paso, atribuyendo una responsabilidad


directa y objetiva a los actos dañosos del Estado, sustentando esta posición en
la teoría del órgano, así Dromí señala... la responsabilidad directa es la que le
corresponde al Estado por la actuación de sus órganos” y además el mismo
autor agrega... la responsabilidad del Estado es indistinta y no meramente
subsidiaria de la del funcionario. Es el propio Estado quien debe procurar hacer
efectiva la responsabilidad del funcionario y no hacer cargar al damnificado el
peso del tal deber, pues no ha tenido ninguna incidencia en la designación del
funcionario”

Resulta importante también recordar que nuestro ordenamiento legislativo,


reconoce a la responsabilidad objetiva como criterio de imputación o atribución
de responsabilidad en temas específicos, fundamentalmente a mérito a la
actividad o el riesgo producido, así se tiene que el artículo 284º de la Ley
General del Ambiente, así lo hace, de misma forma tenemos el artículo 29 de la
Ley 27181 –Ley General de Transporte- que establece: “La responsabilidad
civil derivada de los accidentes de tránsito causados por vehículos automotores
es objetiva, de conformidad con lo establecido en el Código Civil”; asimismo en
la misma materia de Transporte tenemos que el Reglamento Nacional de
Tránsito, aprobado por Decreto Supremo Nº 033-2001-MTC, de manera clara
dispone: “La responsabilidad objetiva por los daños o perjuicios ocasionados a
terceros por el mal estado de las vías, es de las autoridades responsables de
su mantenimiento y conservación, salvo casos que el mal estado sea
consecuencia de causas imprevistas.

En estos casos apreciamos que la atribución de este tipo de responsabilidad


responde a fundamentos especiales, como lo es el daño generado y el riesgo o

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


peligrosidad de la actividad, respectivamente, empero el espíritu es siempre: la
particularidad del caso.

Asimismo tenemos, los supuestos de responsabilidad objetiva contenidos en la


Ley General del Ambiente, en donde se tiene que esta norma obliga a reparar y
responder objetivamente por los daños ambientales, entendido como todo
lesión o menoscabo al derecho o interés que tienen los seres humanos, como
vecinos o colectividad, a que se no se altere de un modo perjudicial, sus
condiciones naturales de vida, bajo la premisa que la conducta que se realiza
es de riesgo, es decir el fundamento primordial para atribuir responsabilidad
objetiva es la actividad en sí y no la persona o entidad que la produce

En efecto, frente a éste tipo de daños, la legislación ha impuesto como factor


de atribución de responsabilidad el objetivo y como quiera que un daño
ambiental puede ser producido por un particular o por una entidad pública por
acción u omisión también le es aplicable una responsabilidad objetiva a esta
última, aunque esta ya no por su condición misma de entidad pública sino por
la actividad o el tipo de daño producido, lo que resulta importante a la hora de
estudiar la atribución de responsabilidad objetiva al accionar dañoso del
Estado, pues en el daño ambiental, solo se le atribuye éste tipo de
responsabilidad no por su condición propia de entidad pública sino por la
actividad que realiza. Sin embargo, tomamos este ejemplo del daño ambiental,
pues creemos que el fundamento para atribuirle como factor de atribución éste
tipo de responsabilidad, resulta interesante, para sustentar nuestra posición,
pues aquí se funda en el riesgo creado por actividades extraordinarias. Empero
esto nos permite apreciar que es válido atribuir una responsabilidad objetiva
por circunstancias extraordinarias o especiales, así creemos que la actividad
que desarrollan las diversas entidades públicas en relación a los administrados
y que como consecuencia directa de la prestación de un servicio o por el
desarrollo de las funciones mismas de la entidad, bien podría calificarse de
especiales, sujetas también a un criterio de imputación de responsabilidad
objetiva.

Por nuestra parte creemos que el Estado, representado por Administración

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


Pública esta cada día más inmerso en nuestras relaciones particulares o en
nuestra vida en sociedad mediante controles sanitarios, ambientales, entre
otros, la carga tributaria es amplia y por ende la prestación servicios a cargo
del Estado se incrementa, ya no solo como correlato del pago de nuestros
tributos sino por la ramificación de su participación en relación con los
administrados, lo que, en algunos casos, ubica al aparato estatal en cierta
posición de dominio o monopólico, que amerita una responsabilidad objetiva
del Estado.

Sobre la responsabilidad objetiva del Estado, el administrativista argentino


Roberto Dromi, señala Los casos de responsabilidad estatal por los daños que
origina la actividad administrativa legitima son numerosos, y entre ellas se
encuentra la revocación por razones de oportunidad, mérito o conveniencia,
cuando ella fuera procedente y siempre que se observen las garantías
constitucionales esta responsabilidad del Estado es objetiva, con total
prescindencia de la noción de culpa, siendo su fundamento el principio de la
justicia legal o general que demanda la igualdad ante las cargas públicas...”

Las críticas al reconocimiento firme de la responsabilidad objetiva del Estado,


se centra en el riesgo económico a que se somete el aparato Estatal, sin
embargo estimamos que una entidad pública, frente a los daños que comete,
no tiene por qué ser tratada de manera dócil, pues recordemos que el fin
supremo del Estado es la persona humana y la protección a sus derechos
personalísimos y patrimoniales deben estar garantizados en primer momento
por el propio Estado, por el ello es inconcebible, señalar que si un particular
daña, indemniza pero si el Estado daña, no lo hace.

Asimismo que ha sido el propio Estado que impuso a los particulares la


contratación de un Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito SOAT, pues
de la misma forma, si se cree que el incremento del pago de montos, producto
de la responsabilidad objetiva Estatal, causaría desbalance al erario, creemos
oportuno que también cada entidad Pública adquiera un seguro, como así se
hace en países como España y otros.

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


Además, creemos que bajo esta premisa, las autoridades deben asumir su
responsabilidad como cualquier otro miembro de la sociedad, a la hora de
tomar una decisión dañosa para los administrados y como quiera que la
Administración Pública puede monitorear esta actividad, los abusos y daños
producidos por entidades públicas disminuirán notablemente.

De una lectura preliminar del citado artículo 238° de la Ley 27444, los
elementos esenciales para que exista una responsabilidad patrimonial del
Estado, son el daño directo e inmediato y el acto mismo de la administración.

En tal sentido conforme se ha señalado anteriormente, verificado el


cumplimiento de ambos requisitos, no existe posibilidad alguna de liberación de
responsabilidad para el autor indirecto, quien no podrá invocar su ausencia de
culpa.

En la doctrina clásica tradicional de la responsabilidad civil, se entendía que


dicha responsabilidad indirecta del principal por los hechos del subordinado se
fundamentaba en la culpa en la elección (culpa in eligendo), con lo cual
muchas veces el autor indirecto podía liberarse de responsabilidad civil
demostrando su ausencia de culpa. Empero, conforme el artículo 238º de la
Ley 27444 ni muchos menos de acuerdo a las normas del Código civil actual
recuérdese que la norma administrativa antes citada no excluye la aplicación
del Código civil no es posible el argumento de defensa de la ausencia de
culpa, por cuanto, este supuesto especial de responsabilidad indirecta aún si
se trata de fundamentar esta responsabilidad mediante el artículo 1981 del
Código civil, que estimamos debe hacerse de forma solo subsidiaria no se
sustenta en la noción de culpa en la elección, sino en un factor de atribución
objetivo, denominado "garantía" que prescinde totalmente de la culpa.

Finalmente, somos los ciudadanos quienes haremos que el Estado sea más
responsable, por lo cual debemos entender que nadie, mucho menos el
Estado, puede causar daños sin repararlos, por lo cual ante la eventualidad de
un daño producido por algún acto de una entidad pública, estamos habilitados
para exigir el pago de la indemnización correspondiente.

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


EJERCICIO PRÁCTICO

Caso 1

Brigit Belisama se encontraba en noche del 23 de junio participando en las


tradicionales fogatas que se llevan a cabo la noche de San Juan, en concreto,
en el municipio de Chincha Alta. Durante el transcurso de la celebración de la
quema de unas hogueras que se organizaban por grupos desconocidos de
personas en la playa de El Silencio bajo el seguimiento de la Guardia Civil, de
improviso y sin saber de dónde vino ni quien lo encendió, un petardo le dio en
la cara causándole lesiones.

Como consecuencia de los hechos Brigit sufrió un grave hematoma en el ojo y


pabellón auditivo izquierdo con pronóstico grave (…). Tales lesiones
determinaron su baja como camarera, a la cual le han quedado secuelas en la
cara, así como pérdida de audición.

Brigit considera que el hecho de que la quema de hogueras fuese privada no


supone que el Ayuntamiento no tenga la obligación de garantizar la seguridad
de las vías públicas. Una fiesta privada no es una fiesta clandestina pues es el
Ayuntamiento quien la autoriza o al menos la tolera, asumiendo con ello la
responsabilidad de su buen desarrollo. Por tanto debe adoptar las medidas
adecuadas para que no se produzcan acontecimientos negativos para los
participantes y para los vecinos del municipio.

Brigit se pregunta si sería factible solicitar la RESPONSABILIDAD


PATRIMONIAL Y ADMINISTRATIVA PÚBLICA por estas lesiones (tenga en
cuenta que puede emplear la jurisprudencia contencioso-administrativa que
haya recaído en casos similares).

Algunas preguntas que nos hacemos serian en el caso de identificar a la


persona responsable del lanzamiento del petardo,

¿Podría solicitarle una indemnización a través de la responsabilidad


administrativa?, ¿si no es así a través de qué vía?

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


En el caso de obtener la satisfacción por parte del responsable material del
lanzamiento del petardo, ¿podría seguir solicitando la responsabilidad
administrativa?

 SOLUCION
Sentencia número 74/2016 de 31 de enero de la Sala de lo Contencioso-
Administrativo, de la Sección 2ª del Tribunal Superior de Justicia de Perú.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS

PRIMERO. -La sentencia apelada desestima el recurso formulado por la parte


apelante por entender ajustado a derecho el acto administrativo impugnado
consistente en la desestimación por parte del Ayuntamiento de Águilas de la
reclamación de responsabilidad patrimonial formulada por la actora, por
entender que no está acreditado el título de imputabilidad ni el nexo causal
para que dicho Ayuntamiento pueda ser condenando a indemnizar a la actora.
Al margen de señalar que la actora no concreta la reclamación económica que
solicita, ni prueba su valoración, dice después de transcribir los arts. 139 y 141
de la Ley 30/92 que los hechos sucedieron cuando la recurrente se encontraba
el 23 de junio de 2016 presenciando la quema de una hoguera en la playa a la
altura del puente, cuando de improviso y sin saber de dónde vino ni quien lo
encendió, un petardo le dio en la cara causándole lesiones. Tales hechos no
determinan necesariamente la responsabilidad patrimonial del Ayuntamiento.
Para ello es necesario que exista un título de imputación y que quede
demostrado el nexo causal entre las lesiones y el funcionamiento de un servicio
público municipal. En este caso la actividad de la quema de la hoguera era
puramente privada (según alega el Ayuntamiento) y el petardo no
necesariamente provenía de los organizadores del festejo. En definitiva,
entiende que aunque el Ayuntamiento tenga la obligación de garantizar la
seguridad en la vía pública (aunque no fuera él quien organizara el festejo), en
este caso no puede considerarse acreditada dicha relación de causalidad.

La parte apelante dice que como consecuencia de los hechos sufrió un grave
hematoma en el ojo y pabellón auditivo izquierdo con pronóstico grave (…).

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


Tales lesiones determinaron la baja de la actora como peón agrícola
(concedida por el Dr. Eloy ), a la cual le han quedado secuelas en la cara, así
como pérdida de audición. Sigue diciendo que aunque las hogueras se hagan
por particulares son consentidas por el Ayuntamiento y vienen haciéndose en
lugares públicos (una playa) desde hace muchos años (fiesta popular),
creándose con la aquiescencia del mismo un riesgo para la seguridad
ciudadana. Dice que estaba paseando y no presenciando la quema de la
hoguera como se dice en la sentencia. El hecho de que la quema de hogueras
sea privada no supone que el Ayuntamiento no tenga la obligación de
garantizar la seguridad de las vías públicas. Una fiesta privada no es una fiesta
clandestina pues es el Ayuntamiento quien la autoriza o al menos la tolera,
asumiendo con ello la responsabilidad de su buen desarrollo. Por tanto debe
adoptar las medidas adecuadas para que no se produzcan acontecimientos
negativos para los participantes y para los vecinos del municipio.

SEGUNDO.- Procede partir a tales efectos de las siguientes premisas legales:

El régimen jurídico establece la responsabilidad directa de las Entidades


Locales por los daños y perjuicios causados a los particulares en sus bienes y
derechos como consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos, el
cual se remite a lo dispuesto en la legislación general sobre responsabilidad
administrativa, que viene constituida por los artículos 139 y siguientes de la Ley
30/92 .

Esta regulación configura la responsabilidad patrimonial de la Administración


como una responsabilidad directa y objetiva, que obliga a aquélla a indemnizar
toda lesión que sufran los particulares en cualquiera de sus bienes o derechos,
siempre que sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los
servicios públicos; teniendo en cuenta que no todo daño que produzca la
Administración es indemnizable, sino tan sólo los que merezcan la
consideración de lesión, entendida, según la doctrina y jurisprudencia, como
daño antijurídico, no porque la conducta de quien lo causa sea contraria a
Derecho, sino porque el perjudicado no tenga el deber jurídico de soportarlo
(art. 141.1), por no existir causas de justificación que lo legitimen.

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


Para que el daño sea indemnizable, además, ha de ser real y efectivo,
evaluable económicamente y individualizado en relación con una persona o
grupo de personas; debe incidir sobre bienes o derechos, no sobre meras
expectativas, debe ser imputable a la Administración y por último debe
derivarse, en una relación de causa a efecto, de la actividad de aquélla,
correspondiendo la prueba de la concurrencia de todos estos requisitos al que
reclama. Es esencial por tanto determinar si se da la relación de causa a efecto
referida entre el hecho imputado a la Administración (funcionamiento anormal
de un servicio público municipal) y los daños y perjuicios reclamados.

TERCERO.- En el presente caso es evidente que las lesiones y secuelas


padecidas por la actora no pueden ser imputadas al Ayuntamiento.La propia
actora reconoce en su escrito de reclamación presentado en vía administrativa
que no sabe por donde vino ni quién tiró el petardo. Por lo tanto el mismo pudo
ser tirado por cualquier persona, sin que conste que proviniera de una de las
que participaban en la quema de la hoguera. No puede decirse por tanto que el
petardo llegara a la cara de la actora como consecuencia de que el
Ayuntamiento no adoptara las medidas necesarias para evitar el riesgo
proveniente de dicho festejo. En razón de más en dicho escrito la reclamante
reconoce que estaba presenciando la quema de la hoguera cuando sucedieron
los hechos (aunque en el escrito de apelación diga que estaba paseando por el
paseo junto a su marido). Por lo tanto, de provenir el petardo de los
participantes en dicha quema, cosa que, como decíamos no está probada, es
evidente que estaba asumiendo los riesgos derivados de dicho festejo, el cual
por otro lado no fue organizado por el Ayuntamiento sino por particulares como
admiten todas las partes. El Ayuntamiento se limitaba a tolerarlo por ser
costumbre encender una hoguera en la playa la noche de San Juan.

Llega la Sala a dicha conclusión teniendo en cuenta además que no consta que
las medidas de seguridad adoptadas esa noche por el Ayuntamiento no fueran
las adecuadas (la parte actora reconoce que existían servicios de Cruz Roja,
bomberos ), ni tampoco que el petardo proviniera de dicho festejo y llegara a la
cara de la actora por la falta de adopción de dichas medidas; máxime teniendo

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


en cuenta que se desconoce el tipo de petardo de que se trataba. Se ignora si
era un cohete caído del cielo (supuesto en el que efectivamente podría
imputarse al Ayuntamiento que no estableciera una distancia mínima para
poder contemplar dicha quema) o un petardo de los que se tiran por los
transeúntes desde una corta distancia, supuesto en el que difícilmente podría
imputarse al Ayuntamiento las lesiones padecidas por la actora, ya que no
existen medidas que pudiera haber tomado para evitar que un momento dado
un transeúnte tire un petardo y menos que alcancen a otros peatones. En este
caso lo lógico es entender que las acciones a ejercitar por el perjudicado se
dirijan frente a la persona que tiró el petardo único responsable de los daños
causados.

CASO # 2

El 27 de Junio de 2016, Modesto circulaba en una motocicleta Ducati 750 por el


carril izquierdo de la carretera panamericana Sur km 320, a más velocidad de
la permitida, patinó en un lugar mojado, cayó de la moto e impactó contra la
valla de la mediana, que consistía en una bionda de carácter cortante, que le
seccionó la pierna izquierda por encima de la rodilla y le produjo desgarros en
la pierna derecha, erosiones y traumatismos.

Modesto reclamó al Ministerio de Fomento y solicitó una indemnización de


S/. 5 000.00 por considerar que había actuado negligentemente al mantener
ese tipo de vallas de carácter cortante, que el Ministerio denegó por silencio
administrativo.

 SOLUCION

El ministerio declaró haber lugar al recurso de casación y condenó a la


Administración General del Estado a pagar la suma de S/. 2 500.00 al actor:

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


“La velocidad inadecuada (…) fue la causa del accidente; pero la concreta y
específica lesión padecida no se habría producido si la valla de la mediana
hubiera sido de un tipo distinto (…) mientras que la velocidad inadecuada es
imputable al recurrente, la existencia de la bionda lo es de la Administración.
Ello implica la existencia de un nexo causal entre el funcionamiento del servicio
público y el daño (…)”

En particular, el Tribunal consideró que la Administración contribuyó en un 50%


en la causación de los daños sufridos por la víctima.

Comentario:

La importancia de la sentencia radica en que por primera vez la Sala Tercera


del Tribunal Supremo se pronuncia y condena a una Administración pública a
indemnizar los daños causados por las biondas instaladas en carreteras y
autovías de carácter cortante. En efecto, en casos parecidos, la Audiencia
Nacional y algún Tribunal Superior de Justicia habían negado toda
responsabilidad de la Administración por considerar que los daños eran
imputables exclusivamente a la conducción negligente de la víctima.

El Tribunal Supremo reconoce efectivamente que la caída del actor es


consecuencia exclusiva de la conducta negligente de la víctima: conducir a una
velocidad inadecuada. Con todo, el Tribunal, revoca acertadamente el
pronunciamiento de instancia, al considerar que la Administración también
contribuyó en la acusación del daño final al mantener en la autovía las biondas
de carácter cortante: la amputación de la pierna no se habría producido si la
valla hubiera sido de otro tipo.

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


EPILOGÓ

La responsabilidad patrimonial del Estado Peruano es una objetiva conforme al


artículo 238° de la Ley 27444 y la entidad sólo puede liberarse de
responsabilidad cuando acredite caso fortuito o fuerza mayor, hecho
determinante de un tercero o del administrado damnificado.
Asimismo no olvidemos que el artículo 238° de la Ley 27444 no restringe las
responsabilidades contenidas en el Derecho común Código civil, por lo cual
todo lo no previsto en la ley administrativa puede regirse por la ley civil.
Estimamos que a efectos que los tribunales nacionales empiecen a reconocer
responsabilidad patrimonial al Estado por sus actos u omisiones en el ejercicio
de sus funciones legalmente atribuidas, debe acentuarse la responsabilidad
objetiva e estos supuestos, dentro de un Estado de Derecho en donde el
ciudadano y el Estado tengan las mismas consecuencias por sus actos
dañosos.

En tal sentido consideramos que la atribución objetiva de responsabilidad


patrimonial al Estado, debe ser establecida de manera clara y directa, a efectos
de proteger al dañado, lo cual no quiere decir que el Estado responda siempre,
pues la actual Ley 27444, establece determinados supuestos que permiten
liberarse de responsabilidad patrimonial a la administración.

Para concluir estimamos que esta forma de atribuir responsabilidad patrimonial


al Estado, no debe aletargar los actos de la administración, por temor a una
demanda indemnizatoria, pues lo que se busca es una administración pública
eficiente, que el Estado sea responsable por sus actos, además conforme lo
expresa el profesor español, Luís Martín Rebollo, Que la administración actué,
pero que actué pronto, bien y eficazmente, y que si causa daño y sobre todo
por hacerlo mal o tarde o por no actuar expresamente y mediante pautas
fijadas está obligado a ello, que pague por su mal funcionamiento, por su
inactivida

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


BIBLIOGRAFÍA

 http://html.rincondelvago.com/responsabilidad-patrimonial-
administrativa.html
 http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoysociedad/article/viewFile/1
5250/15718
 https://www.upf.edu/dretcivil/_pdf/mat_fernando/T62008.pdf
 http://www.monografias.com/trabajos13/parde/parde.shtml
 https://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad_patrimonial_de_las_admini
straciones_p%C3%BAblicas_en_Espa%C3%B1a
 http://guillermochangabogados.blogspot.pe/2009/12/responsabilidad-
patrimonial-del-estado.html
 http://html.rincondelvago.com/responsabilidad-civil_1.html
 http://www.tuabogadodefensor.com/derecho-
administrativo/responsabilidad-patrimonial-administracion/

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