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-SER es estar PRESENTE-

1.- Ser y tiempo: “¿Qué es el tiempo? Es eso que sé hasta que me lo preguntan” (S. Agustín). Por eso el silencio
habla y existe un nuevo mundo, ahora (E. Tolle). En el fondo, ¿no hay siempre un único momento? Siempre es
ahora. El pasado sólo puede ser recordado ahora. El futuro cuando llega es ahora. La vida es siempre “este
momento”. Sólo existe el ahora: no existe una prueba directa de la realidad del tiempo, sólo experimentas el
espacio del ahora. Ese momento presente se vive, no se puede explicar ni atrapar con el pensar. El tiempo no
existe, es ilusorio –como el ego- este momento es atemporal, fuera del tiempo, esto es, eterno. “Vive
eternamente [intemporalmente, fuera del tiempo, fuera de la mente] quien sabe vivir el momento presente”
(Wittgenstein).

2.- La vida es ser, estar presente: La vida es inseparable del ahora. Preguntar: ¿cuál es mi relación con el
momento presente? es preguntar ¿qué tipo de vida tengo? Si a menudo no quieres estar donde estás ni hacer lo
que haces es que no quieres la vida que tienes, estás mal y quieres evitarme a ti mismo. ¿Pero cómo? No puedes
esquivarte a ti mismo ni la vida que eres aquí y ahora. ¿Qué sentido tiene hacer una foto de un momento
maravilloso para recordar en el futuro lo que viviste en el pasado? Querer petrificar lo que es, el devenir, es
disecar el fluir de la vida, no vivirla. Cada respiración es tan efímera y sublime como única e irrepetible: reconoce
la belleza de la vida en esto, no un problema. “La solución del problema de la vida se trasluce en la desaparición
de este problema… Lo místico [el misterio] no consiste en cómo es el mundo, sino en que el mundo sea.”
(Wittgenstein).

3.- “Lo que viene, conviene”: Vive como si hubieras elegido deliberadamente cualquier cosa que experimentes,
hasta el dolor y la enfermedad. “Lo que no nos mata nos hace más fuertes” (Nietzsche). La idea del eterno
retorno de lo idéntico: si siempre dices sí a la vida la muerte siempre te llegará en buen momento. El dolor es
inevitable y forma parte de la vida pero el sufrimiento es necesario hasta que te des cuenta que no lo es. “Carpe
Diem” no es tanto “disfruta al límite la vida, vive a tope” sino más bien “sé feliz con lo que venga, ríndete a lo que
es”. Lo que viene siempre está completo y es tan necesario como suficiente. ¿Eres consciente? La nieve cae, cada
copo en su lugar adecuado…

4.- Aceptar el presente: Acepta este momento tal como se presente, tome la forma que tome. Acepta lo que
surja, no discutas con lo que es, no te opongas internamente a lo que se presente. Dile “sí” a lo que te traiga la
vida. Acepta lo que hay. Esto no es conformismo, es sensatez. Aceptar la vida es ser consciente de lo que es.
Aceptar que un momento se exprese como sea es no exigir que una persona, lugar o situación te hagan feliz.
Cambia lo que puedas cambiar y acepta lo que no. “Concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo
cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para discernir la diferencia”. Así que cambia
de estado ya o acepta lo que sientes, pero no le des más vueltas al tarro y calla a tu mente. Cualquier cosa que es
presente, no puede ser en ese momento de otra manera. Lo que es, es: no trates al momento presente como un
obstáculo.

5.- Rendirse al presente. Resignarse es pensar “no me gusta este momento, no me gusta mi vida; pero me
aguanto”. El que se compadece a sí mismo o va de víctima piensa: “No me merezco esto. ¿Por qué esto me pasa
a mi?” ¿Cuántas veces pensamos cosas así? Somos nosotros mismos los que nos hacemos unos desgraciados.
Rendirse a la vida es dejar que ese momento sea como es. Si ese momento no me gusta y puedo cambiarlo
ahora, hacer cosas ahora para cambiarlo. Si no puedo cambiarlo ahora, aceptarlo, no ofrecer resistencia,
comprender que ahora mismo no puedo resistirme a él. Y si no puedes aceptarlo porque es muy doloroso,
aceptar al menos que no puedes aceptarlo ahora. Algunos llaman a eso gracia. A veces rendirse es renunciar a
tratar de comprender y sentirse cómodo en el desconocimiento y la incertidumbre. Aceptar que la vida es en el
fondo un misterio y que tú no tienes dominio sobre ella. Saber vivir en la cuerda que cruza el abismo, “a lomos
de un tigre”. Algunos llaman a eso fe. No odies, no maldigas, no te quejes del momento presente. Si tratas al
ahora como enemigo vivirás enfadado y siempre acabarás perdiendo. Esto ya lo sabes. El secreto de Krishnamurti
lo puedes hacer tuyo: “no me importa lo que (me) pase”. ¿Qué hacer? Tú limítate a ser...

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