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DESARROLLAR EL DESEO DE ADELGAZAR

El problema está en el conflicto, hay dos fuerzas que se oponen, el deseo de adelgazar que implica
comer con moderación y restringir ciertos alimentos y el deseo de comer lo que quiera y cuanto
quiera, que implica engordar, solo tengo que mirarme para saber que el deseo de comer lo que me
apetezca es mucho más fuerte en mi, ha ganado la gran mayoría de las veces.

Nuevo deseo que quiere manifestarse: Adelgazar


Pensamiento (mi cuerpo físico es delgado) + Sentimiento (soy feliz siendo delgado) = deseo de adelgazar

El deseo de adelgazar nace al mundo y quiere manifestarse, pero no lo va a tener fácil.

Fuerza(s) que se oponen a que el deseo de adelgazar (estas fuerzas pueden estar en el interior o en el
exterior, aunque bueno, todas las fuerzas externas al final se basan en fuerzas internas)
– Me gusta comer.
– Me gusta sentir cuando como la sensación de quedar saciado
– Comer me calma la ansiedad que me provoca la vida diaria
– Me gusta comer lo que me apetezca, sin limitar la cantidad, tanto sea en la comida como
en la cena
– Este hábito de comer esta muy arraigado en mi, vengo haciéndolo desde hace mucho
tiempo.

El deseo de adelgazar intenta


Conjunto de fuerzas que se
abrirse camino y manifestarse
oponen al deseo de adelgazar, si
estas son de mayor intensidad y
además son de mayor duración en
el tiempo, vencerán.

En mi está el deseo de adelgazar, pero en mi también está el deseo de comer, esto me va a provocar
un conflicto.

Sólo utilizando la voluntad, es difícil que el deseo de adelgazar venza al deseo de comer lo que
quiera y cuanto quiera, ya que este deseo lleva muchos años arraigado en vi vida, es como enfrentar
a un niño con un gigante, en este momento el deseo de comer abundantemente es mucho más
poderoso.

La voluntad es importante, pero no suficiente, ambos deseos están en mi, mi voluntad es adelgazar,
pero cuando tengo hambre, mi voluntad es la de comer y disfrutar de la comida sin limitación, hacer
que la voluntad fuerce a comer moderadamente se puede conseguir durante un tiempo, incluso se
puede llegar a adelgazar y conseguir la meta deseada, pero mientras el deseo de comer lo que me
apetezca sin límites sea el más fuerte, antes o después volveré a engordar.
En los intentos anteriores, o bien fracasaron al poco de empezar, o conseguí el objetivo de
adelgazar, pero algunos meses después volví a engordar.

Que el deseo de adelgazar exista, no tiene mucho problema, el problema esta en que se desarrolle lo
bastante y que se haga lo suficiente fuerte como para reducir a la mínima expresión el deseo de
comer lo que quiera y cuanto quiera.

Ahora viene la pregunta clave: ¿Cómo puedo reforzar el deseo de adelgazar y debilitar el deseo
de comer lo que me apetezca?

1.- Conocer una dieta que me permita comer sin pasar hambre, y sea equilibrada, de forma que
pueda incorporarla a mi estilo de alimentación, mi favorita es la dieta Montignac
(http://www.montignac.com)

O bien, como todos tenemos una idea de lo que nos engorda y lo que no, dejarnos guiar un poco por
nuestro instinto, comer sano, según los conocimientos que tengamos de alimentación, en la cantidad
que creamos que es lo suficiente, comiendo de todo, respetando la pirámide alimenticia, etc.

En cualquier caso parece que en la dieta perfecta debemos comer de todo, con moderación,
primando los alimentos que no nos engordan frente a los que lo hacen.

Seguramente si estamos intentando adelgazar esto lo habremos intentado mil veces.

2.- Complementos para adelgazar.


Existen trucos y productos que ayudan a adelgazar, como por ejemplo tomar zumo de naranja en
ayunas o tomar infusiones de plantas medicinales que ayudan a perder peso, sin duda nos vendrán
bien, pero la clave va a ser que el deseo de adelgazar se refuerce, por ejemplo, si me levanto
temprano para tomarme un zumo de naranja en ayunas, mi deseo de adelgazar va a conocer este
esfuerzo y el que haya hecho este esfuerzo, vuelve el deseo más fuerte, a lo mejor a nivel biológico
la naranja tiene el mismo efecto se tome a las 7 de la mañana que a las 11 del mediodía, pero para el
deseo de adelgazar que esta creciendo, no es ni mucho menos igual, contra más nos cueste, más se
reforzará el deseo.
Por otra parte, si tenía pensado levantarme a las 7 para tomar el zumo de naranja en ayunas y luego
resulta que me quedo mejor en cama, aunque luego lo tome a las 11 de la mañana en ayunas, el
deseo se habrá debilitado.

3.- Caminar y ejercicio físico.


Indudablemente esto nos va a ayudar a adelgazar, pero al margen de eso, supongamos que solo
podemos caminar un poco una vez a la semana y tan poco tiempo que cualquiera nos diría que
hacerlo no tiene influencia en nuestro peso, seguramente será cierto, pero para nuestro deseo de
adelgazar no es así, si nuestro deseo ve que cuando tenemos oportunidad de hacer algo, aunque sea
poco lo hacemos, lo va a tener en cuenta y el deseo de adelgazar seguirá creciendo, da igual si esa
actividad en concreto nos ha adelgazado o no.

4.- Atención a los pequeños detalles.


Nuestro deseo de adelgazar es muy sensible a los pequeños detalles, esos detalles que nosotros
pensamos que son insignificantes son en realidad claves para poder desarrollar el deseo de
adelgazar, debemos estar muy atentos a los “pequeños detalles” que la vida nos va a presentar, por
ejemplo, sabemos que hoy hay tarta de postre pero nosotros antes de comer decidimos que mejor
tomaremos fruta, pero luego cuando llega la hora de los postres, vemos la tarta y decidimos que
tomaremos solo un trocito, nuestro deseo de adelgazar se está debilitando va a tener menor fuerza,
ya que yo he cedido.
Veamos el mismo caso desde otra perspectiva, hoy hay tarta de postre, es una tarta que me encanta,
así que me digo que comeré un trocito pequeño, llega el momento de los postres y efectivamente me
tomo ese trocito pequeño que tenía pensado y aunque me apetecería repetir y comerme media tarta,
me mantengo en mi decisión, en este caso mi deseo de adelgazar sale reforzado, es ahora más
fuerte.
Supongamos que en ambos casos el trocito de tarta fuera del mismo tamaño, por lo tanto tendría las
mismas calorías, sin embargo en el primer caso, muy deseo de adelgazar se debilito y es muy
probable que esa misma noche me coma un buen trozo de tarta... sin embargo en el segundo caso mi
deseo de adelgazar salió reforzado, y es muy probable que esa misma noche la tarta ni la pruebe.

Vemos por tanto que lo que hace crecer nuestro deseo de adelgazar, no depende tanto de las calorías
que comamos, sino de como actuemos, cuando nuestro deseo de adelgazar sea lo suficiente fuerte,
podrá enfrentarse sin problema al deseo de comer lo que me apetezca sin limitación, entonces
podremos enfrentarnos a cualquier situación y podremos decidir hasta donde queremos comer, ya
no volveremos a decir: “es que me deje llevar y recuperé lo que había adelgazado”

5.- Con cada excepción que se haga en el deseo de adelgazar, este pierde fuerza y si las excepciones
se producen cerca del nacimiento del deseo, este deseo no conseguirá seguir adelante, no queda más
remedio que controlar las excepciones hasta que el deseo de adelgazar sea lo suficientemente fuerte
como para poder soportarlas.

6.- Puedo entrar en meditación y visualizar el resultado de la dieta, verme delgado, sentirme
delgado, esto alimentará el deseo de adelgazar y lo hará más fuerte, necesita ser muy fuerte para
enfrentarse al deseo de comer sin limitación que lleva arraigado mucho tiempo.

7.- Puedo actuar como si ya estuviera delgado, intentar probarme ropa de la talla que quiero
conseguir, imaginarme lo bien que me va a quedar cuando este delgado... esto sigue reforzando mi
deseo de adelgazar.

8.- Nuestras palabras deben “honrar” nuestro deseo de adelgazar, ni nuestro pensamiento ni lo que
hablemos deben ir en contra, por ejemplo, supongamos que nos encontramos con un familiar que
nos dice, “¡que gordo estás!”, no debemos decir, “si, cada día parece que estoy más gordo” eso va
totalmente en contra de nuestro deseo de adelgazar, si hacemos eso le debilitamos, estamos tirando
piedras contra ese deseo, estamos reconociendo que no sirve para nada... nuestras palabras deben
reconocer que nuestro deseo de adelgazar ya esta venciendo al deseo de comer sin limitación.

9.- Debemos estar siempre atentos y abiertos a lo que el Universo tiene que decirnos sobre este
tema, al Universo (por llamarle de alguna forma) no le es indiferente esta energía que nosotros
estamos generando en forma de deseo de adelgazar, nosotros la hemos creado y la estamos
alimentando, el Universo va a traernos a nuestra vida los medios que necesitamos para que este
deseo se manifieste, por ejemplo, si no sabemos muy bien que alimentos tomar, a lo mejor nos
encontramos con un antiguo amigo que nos dirá que está haciendo una dieta maravillosa, sana y
equilibrada y que esta deseando compartirla con nosotros. Atentos a los caminos que nos va a
indicar el Universo.
Por otra parte, si somos dados a decretar, hay que tener cuidado con lo que se decreta, por ejemplo,
no debemos nunca decir “quiero adelgazar” ya que para que puedas querer adelgazar, el Universo
debe mantenerte gordo... pensaremos entonces que mejor decir “yo soy delgado” afirmando ya lo
que queremos conseguir, pero bueno, las personas espirituales, no identificarán el “Yo” con el
cuerpo físico, por lo que tal vez debemos decretar “Mi cuerpo físico es delgado” o “Mi cuerpo
físico pesa x kilos” en cualquier caso lo que se decreta suele ser algo muy personal, cada uno debe
encontrar su decreto, ajustado a sus creencias.

10.- El deseo de comer sin limitación, no se va a quedar quieto viendo como el deseo de adelgazar
crece y crece, mientras él cada día es más débil, va a buscar situaciones donde va a ganar, donde
vamos a decir, es inevitable que me salte la dieta... hasta a lo mejor nos planteamos si merece la
pena seguir adelgazando, si el esfuerzo que estamos haciendo compensa los resultados que estamos
obteniendo... hay que estar atentos para no caer en la trampa, pero tranquilos, seguramente
caeremos en la trampa, es el momento de reflexionar, ver lo que estamos haciendo mal y seguir
adelante, sin darle demasiada importancia al hecho de haber tenido un pequeño fracaso.

11.- Adelgazar y engordar, son las caras de la misma moneda, no debemos pensar en engordar como
si fuera el malo, no es el enemigo, es muy necesario, sin engordar no se podría adelgazar, ambas
fuerzas son necesarias, el problema está en que el deseo de comer sin limite ha sido mucho mayor
que el deseo de adelgazar y eso nos ha llevado a engordar, debemos recuperar el equilibrio, ambas
fuerzas deben mantener un equilibrio que nos lleve a que nuestro cuerpo tenga un peso que este en
proporción con la altura que tengamos, como todos sabemos muy bien, adelgazar sin control, puede
ser más peligroso incluso que engordar sin control.

12.- Debes decidir (el momento clave)


Imagínate, ya estás sentado a la mesa, es una comida familiar, un ambiente distendido, la mesa llena
de cosas ricas... es el momento de decidir hacia que lado se va a inclinar la balanza, puedes comer
sin restricciones de ningún tipo y engordar o moderarte y adelgazar o mantener el peso.
¿Cual será la decisión? El deseo que gane saldrá reforzado y se hará mas fuerte, el otro más débil,
cuanto más cueste tomar la decisión más reforzado saldrá el deseo.
Ten en cuenta que si tomas vino, tu voluntad se relajará y vencerá el deseo que más te apetezca,
seguramente comer sin limitación.
En ese momento clave hay que mantener una respiración rítmica muy lenta, como la que se usa en
meditación, que es imperceptible para los demás, esto reforzará nuestra capacidad de decidir, y si
nuestro deseo de adelgazar es ya lo bastante fuerte, controlará el deseo de comer sin límite, de
forma que comamos de todo pero con la moderación adecuada, sustituyendo los alimentos que más
engordan, por lo que son más beneficiosos para nuestro peso.

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